mercantil, de donde proviene, sus orígenes su historia, así como también su evolución,
yo creo en lo personal que es importante conocer de donde proviene ya que todos los
días todos estamos ante la presencia de actos de comercio y es interesante saber el
porqué de ello.
No es posible concebir al hombre como un ser aislado porque etaria fuera del campo
social; en necesario verlo dentro de una actividad asociada. Ello significa que siempre
está sujeto a lo que condiciona toda vida social: la vinculación jurídica.
Dentro de las actividades más importantes de la vida social se consideran, entre otras la
actividad política, la actividad espiritual y la actividad económica.
ANTECEDENTES HISTORICOS
LA ACTIVIDAD POLITICA
Tiene por función todo aquello que debe existir en un organismo social en lo que hace
referencia a las relaciones entre:
Sociedad……………. Individuo
Individuo…………… Sociedad
Individuo…………… Individuo
LA ACTIVIDAD ESPIRITUAL
Se ocupa de lo que la individualidad humana produce e incorpora el sistema social. De
ahí que como producto de la suma de las actividades humanas, cada pueblo tiene su
espíritu, historia y cultura que lo unifica e individualiza.
LA ACTIVIDAD ECONOMICA
Es el principal motor de la vida social. Se ocupa en general de todo lo que debe existir
para que el hombre pueda desarrollar y regular sus relaciones materiales con los otros
hombres. Formar parte del sistema económico: la producción, la circulación, la
intermediación y el consumo, entre otros.
Es conveniente aclarar que además de los aspectos anteriores, la esencia del sistema
social se encuentran en las relaciones de unos hombres con otros, y que esto hace
posible la existencia de un derecho con objeto propio.
Al conjunto de normas jurídicas que rigen las relaciones entre los sujetos se le da el
nombre genérico de derecho pero, en consideración a que las actividades de los nombres
son muy variadas, el derecho se ha dividido en ramas o grupos de leyes específicas cuyo
objeto es regular cada una de ellas.
La vida social se va constituyendo por una serie de deliberaciones acerca del valor de
determinadas aspiraciones humanas. De los actos economicosocial hacemos juicios
sobre la idoneidad de los medios y el logro de los fines buscando sus valores, pero
siempre condicionando lo económico y lo comercial a una determinada vinculación
legal.
Algunos ven la esencia del comercio en el contrato de transporte. La idea no deja de ser
acertada porque el comercio parece inherente al transporte de las mercancías de un lugar
a otro. Esto significa también que el objeto del comercio serian solamente los bienes
muebles, susceptibles de traslado, y significa igualmente que hay que contar en
principio, con la no comercialización de los inmuebles. Sin embargo, esta concepción
ha sido superada, aunque se encuentran rastros de ella en nuestro Código de comercio
cuando en su artículo 20, ordinal 2° excluye como acto mercantil la adquisición de
bienes inmuebles con destino a arrendarlos, porque esta actividad la limita a los bienes
muebles. Pero desde el siglo XIX, con ocasión del engrandecimiento de las ciudades
empezó la especulación con inmuebles y estos entraron al derecho mercantil. Así por
ejemplo, el mismo artículos 20 ordinal 1° ya no distingue en la operación de qué trata, si
los bienes son muebles o inmuebles.
Compraventa y transporte parecen ser, así los negocios jurídicos esenciales que van a
caracterizar al comercio. Pero concepción más cuidadosas, como la de los
mercantilismos del siglo XVIII, se acogerán al concepto económico del comercio y
afirmarlo que este es el conjunto de actividades que se relacionan con la circulación de
los bienes entre productores y consumidores, refiriendo así el derecho mercantil a la
actividad mediadora estricta.
Se entiende por comercio toda actividad que se realiza con el propósito de lucro, es
decir, con el fin de obtener una utilidad o ganancia. ANTONIO TABEADA, dice “que
el comercio en su más amplio concepto, es toda actividad intermediadora para realizar o
facilitar el cambio. En ese sentido toda mediación, cualquiera sea el fin perseguido y la
persona que lo realice, como el objeto y forma de cambio, recibe esa denominación”.
FORMAS DE COMERCIO
1. Atendiendo al lugar en que se desarrolla y en consideración a los limites
jurisdiccionales el comercio se dividen en:
a. Comercio terrestre
b. Comercio marítimo
c. Comercio fluvial
d. Comercio aéreo
4. De acuerdo con las normas administrativas a que todo el comercio o parte del
sometimiento, el comercio se denomina:
Con el progreso dice la producción se incrementó también el cambio que obligo formas
de circulación de riqueza más universales y funcionales con el uso de la plata y el oro.
Cuando el equivalente universal comenzó a ser desempeñado principalmente por el oro
surgió el dinero: “el dinero es una mercancía determinada a la que pertenece la función
social de expresar valor de todas las demás mercancías. Al aparecer el dinero, todas las
mercancías pasaron a medir a su valor en dinero”. Desde ese momento, el dinero se
constituyó en medio de cambio o forma de pago.
En el transcurso de los años, con la economía basada en la moneda se han presentado
algunos inconvenientes que obstaculizan la rápida actividad comercial:
1) La variedad de monedas
2) La necesidad de trasladar dinero de un lugar a otro con los riesgos propios de su
transporte físico.
3) La urgencia de efectuar cumplidamente los pagos en el extranjero y,
4) El mayor control sobre las operaciones mercantiles.
Como consecuencia de esto han sugerido una serie de documentos que respalda el
derecho comercial, cuya finalidad es darle rapidez y eficacia a la circulación de la
riqueza y al intercambio de bienes y servicios. Son ejemplos, los títulos valores, la
tarjeta de crédito y la tarjeta debito que hacen innecesario portar dinero en efectivo y
son, algunas casos, importante referencia comercial.
Con el paso del tiempo es cada vez menos necesario el manejo de dinero dada la
aparición de novedosas y sofisticadas formas de operación comercial como el banco
móvil, los cajeros automáticos, la transferencia electrónica de fondos, el documento
electrónico y otros medios de pago y transferencia de valores que han producido
cambios en los conceptos e instituciones del derecho comercial.
Los griegos en sus inicios no comerciaban más que entre ellos mismos y
excepcionalmente con algún pueblo foráneo; pero en la medida que ampliaron su
dominación y viajaron por las costas de África y Asia Menor, establecieron vías de
comunicaciones más seguras, ampliaron sus mercados y generalizaron el uso de la
moneda acuñada para facilitar las operaciones mercantiles. Además, los negocios de
banca eran frecuentes.
Podemos señalar las siguientes instituciones utilizadas ya por lo griegos: la bolsa de
mercancías, en el puerto de El Piero, cerca de Atenas; el Nauticum faemus y el
préstamo a la gruesa, que son los antecedentes del derecho de seguros; la fiducia
mercantil (cuando una ciudad estaba en guerra entregaba sus bienes a otra ciudad, en
una especie de fiducia, para que se los devolvieran al finalizar la guerra. De esta forma
protegían dichos bienes del saqueo); los procedimientos sumarísimos mercantiles, e
incluso al arbitramiento.
Pasados los primeros cuatro siglos de la existencia de Roma, con el florecimiento de las
ciudades se descuidaron los campos y apareció el comercio como actividad seria;
incluso fue practicado por los patricios quienes, en ese momento, desconocieron la ley
Flaminia que les prohíbe ejercerlo.
2. EGIPTO
Los antiguos mitologistas conceptúan a los egipcios como los inventores del comercio y
los navegantes más antiguos, pues dicen que su dios Thoith es el autor de la
navegación, y que su otro dios Osiris enseñó a los hombres el arte de comprar y
vender.
Dividíase el pueblo egipcio en dos castas superiores, formadas respectivamente por los
sacerdotes y los militares, y una casta inferior constituida por los industriales; esta
última se subdividía en cinco clases: de labradores y artesanos, de pescadores, de
pastores, de comerciantes y de intérpretes; siendo la más numerosa e importante de
ellas la de los labradores, ocupando la mayoría de los brazos juveniles y mereciendo
grandes consideraciones, pues sabido es que la principal riqueza de Egipto se debe a
los desbordamientos anuales del río Nilo, los cuales inundan los terrenos en una vasta
extensión, depositan sobre ellos un limo fertilizante, producen inmensas cantidades de
cereales y hacen a este territorio eminentemente agrícola.
Entre sus productos vegetales sobresalían el lino, el algodón, las maderas, las gomas,
los bálsamos y los granos; pero sobre todos ellos aparecía el trigo, hasta el extremo de
convertir este país en uno de los cuatro graneros del mundo. También tenían algunas
minas, buenas pesquerías y excelentes manufacturas, entre las que se distinguían las
telas, tintes, esencias, pomadas, cristales y objetos vidriados.
El comercio exterior de Egipto fue pequeño durante largo tiempo, porque la política
opresora de los Faraones cerraba las puertas del país a los extranjeros; pero comenzó
a desarrollarse cuando el rey Sammético abrió las fronteras de las relaciones
internacionales; fue muy activo en la época de la dinastía de los Eptolomeos, y alcanzó
su estado más floreciente bajo el reinado de Amasis, hasta que conquistado este país
por Cambises desaparecieron todas las restricciones y quedó libre la navegación por
todas las bocas del Nilo.
3. FENICIA
La antigua Fenicia era un pequeño territorio de veinticinco millas de largo y cinco de
ancho, que forma una parte de la Siria actual, el cual estaba bañado por el mar
Mediterráneo, surcado por el río Adonis y situado en la vertiente de la cordillera del
Líbano, entre la Siria y la Palestina. Los habitantes de este país fueron llamados
primera-mente sidonios y cananeos, porque descendían de Sidón, hijo de Canaán; pero
cuando fundaron la ciudad de Tiro, recibieron el nombre de fenicios. Su religión
primitiva fue el deísmo puro, que degeneró en politeísmo; y formó su gobierno una
especie de federación, en virtud de la cual todas sus ciudades y colonias se
administraban con independencia, aunque sujetándose a un pacto que tenía por objeto
constituir en su conjunto la unidad nacional.
Obligados a vivir en un reducido país que poseía fabulosos bosques y excelentes
fondeaderos, se aplicaron a construir bajeles con los que se lanzaron al mar; y guiados
por su espíritu aventurero y su genio emprendedor, se dedicaron primero a la piratería
y después al comercio, emprendiendo largas navegaciones por el Atlántico, el Pacífico,
el Mediterráneo y el Báltico, el mar Negro y el Rojo, el golfo Arábigo y el Pérsico, que
les hicieron conocer muchos países hasta entonces ignorados, con los que entablaron
relaciones mercantiles, y que ellos ocultaron con narraciones misteriosas para evitar
que otros pueblos se lanzaran a frecuentarlos.
El coral de Malta, las telas de Persia y de India, el oro de África; la plata, el plomo y el
hierro de España; el trigo, el algodón y el lino de Egipto; los granos, los vinos y los
aceites de Palestina; los esclavos, los caballos y las vasijas de Armenia; las drogas, las
esencias y las lanas de Arabia, y tantas otras cosas que fueron el objeto de su
especulación comercial y la base de sus expediciones marítimas y terrestres, tan
renombradas e importantes que han valido a Fenicia el dictado de la Inglaterra de la
antigüedad; pero que empezaron a decaer cuando se debilitó su liga colonial por la
dominación de los persas y que desaparecieron cuando Alejandro deshizo esta liga con
la destrucción de Tiro.
4. CARTAGO
Como antes hemos dicho, Cartago fue una colonia de Fenicia que Dido, reina de Tiro,
huyendo del usurpador Pigmalión, fundó en la costa septentrional del continente
africano, en un lugar muy próximo al que hoy ocupa la ciudad de Túnez; siendo su
posición muy ventajosa por estar a igual distancia de los diferentes extremos del
Mediterráneo, en un litoral frecuentado por numerosos bajeles mercantes y sobre un
fértil suelo que la proveía de los cereales necesarios para su subsistencia.
El comercio hizo tan poderosa a Cartago, que por espacio de muchos años disputó a
Roma el imperio del mundo; pero al fin sucumbió en la lucha, pues la posesión de la
isla de Sicilia, que era considerada entonces como la llave del Mediterráneo, originó
entre cartagineses y romanos las tres memorables guerras púnicas, en la última de las
cuales y después de tres años de sitio, fue tomada y destruida Cartago.
5. GRECIA
Estaba formada la Grecia por un gran número de ciudades que presentaban caracteres
muy distintos a causa de pertenecer sus respectivos moradores a razas bien diferentes,
debiéndose a esto la división de sus habitantes En Eolios, Dorios, Fonios y Aquiereos, a
todos los cuales se designó colectivamente con el nombre de Helenos. Esta nación rigió
por espacio de muchos siglos los destinos del mundo intelectual, pues se distinguió
notablemente por sus adelantos en el estudio de la filosofía, el derecho, la retórica, la
astronomía, la geografía y las matemáticas. También fue una de las principales
potencias colonizadoras, pues fundó ciudades importantes en los sitios más favorables
para el tráfico como las de Smirna, Sardes, Colofon, Cumas, Efeso, Fócea, Mitilene,
Boristenis, Hermonasa, Albia, Tanais, Teodosia, Siracusa, Troya, Corinto, Ta-rento,
Marsella, Sagunto, Régium, Sibaris, Crotona y Cirene, con las que sostenían un vasto
comercio en metales, pescados, ganados, pieles, mantecas, granos, vinos, aceites,
maderas, frutas, tejidos, vasijas y otros muchos artículos. Ellos fueron los primeros
constructores de galeras a tres órdenes de remos; fabricaron el famoso Argos, que fue
el primer navío largo que surcó las aguas de Ponto-Euxino; presentaron en la
expedición a Sicilia la escuadra mayor que tuvo ciudad alguna; hicieron el viaje de
descubrimientos de Piteas, que creó el poderío comercial de Marsella; realizaron la
expedición de los argonautas a la isla de Colcos para conquistar el vellocino de oro;
inventaron las pesas y medidas para las operaciones comerciales; dictaron las leyes de
la navegación de Rodas, que fueron hasta la Edad Media el Código universal de los
mares, y se distinguieron especialmente sobre todos los demás pueblos por su hábil
política en el arte de gobernar.
6. ROMA
Fundada la Roma primitiva o colonia de Alba Longa por un descendiente de Eneas,
llamado Rómulo, con sus soldados y las sabinas, siete siglos y medio antes de la Era
Cristiana, permaneció obscurecida durante mucho tiempo y apenas ocupó otra
extensión que el monte Palanteo; pero después fue poco a poco aumentando su
población y ensanchando su perímetro por los montes Capitolino, Quirinal y Celio,
hasta llegar en la época imperial al grado máximo de su opulencia y esplendor. Fue la
dominadora del mundo por el poder irresistible de sus ejércitos, la afición desmedida
de sus conquistas y la sed implacable de aventuras; sobresaliendo sus moradores en la
milicia, la estrategia, la política, la oratoria, la filosofía y la legislación, sin descuidar
por eso el estudio de las letras, las ciencias y las artes.
Este pueblo, que fue el más poderoso de la antigüedad; que dominó al mundo por
espacio de muchos siglos y que tuvo tantas cualidades eminentes, no fue jamás buen
comerciante, pues en su primera época, que se extendió hasta la caída de Cartago, se
dedicó con preferencia a las armas; en su segunda, que duró hasta la terminación de la
República, se concretó a enriquecerse con los despojos de los vencidos, y en su tercera,
que llegó hasta la traslación del gobierno a Constantinopla, se contentó con sostener
un gran comercio pasivo, que concluyó por arruinarle.
Mas a pesar de todo eso, la ley flaminia prohibió el comercio a los patricios, como
profesión humillante, reservada a las clases sociales inferiores; relegaron la industria
a los libertos, que formaron nueve corporaciones obreras urbanas; dotaron las
tripulaciones de los buques con marineros oriundos de las provincias, organizaron las
colonias con un carácter puramente militar, sostuvieron un comercio pasivo
acompañado de corrupciones, profesaron un paganismo que admitía el horror de los
sacrificios humanos, circunscribieron su política a la máxima de pan y espectáculos
para entretener al pueblo, debilitaron su poder a causa de la inferioridad de su
constitución económica, degeneraron sus bríos por efecto de la relajación de sus
licenciosas costumbres y concluyeron por desaparecer víctimas de su propia
decadencia al ser arrollados por las legiones irruptoras de los bárbaros del Norte.
7. ESPAÑA
La primitiva población de nuestra península es-taba constituida por tres razas
principales, que eran: la de los celtas, que ocupaban las partes septentrional y
occidental; la de los iberos, que se extendía por la meridional y oriental; y la de los
celtíberos, que era mezcla de las dos anteriores y habitaba en la central. Su religión era
el paganismo, gozando gran consideración la teogonía toda de aquellos tiempos; sus
costumbres eran bárbaras, entregándose a prácticas extrañas propias de la escasa
civilización de aquella época; su carácter era belicoso, librando con frecuencia luchas
encarnizadas; su industria era escasa, limitándose a la producción de los artículos más
indispensables para su vida frugal; y su comercio era reducido, circunscribiéndose a la
permuta del corto número de artículos que se conocían en aquella fecha.
Dedúcese de lo expuesto que el primitivo pueblo ibero no era comercial; pero como su
suelo presentaba grandes riquezas agrícolas, y su subsuelo con-tenía enormes tesoros
minerales, fue invadida la Península por varias razas extranjeras, que se establecieron
en sus costas para explotar las fuentes de aquella riqueza; y al efecto, comenzaron a
colonizarla los fenicios en el siglo xv antes de Jesucristo, fundando entre otras
poblaciones a Cádiz, Málaga y Sevilla; diez siglos después vinieron a habitarla los
griegos, creando las ciudades de Rosas, Ampurias y Sagunto; tres siglos más tarde
llegaron los cartagineses para establecerse en ella, erigiendo a Barcelona, Cartagena y
Peñíscola; y más tarde arribaron los romanos, para expulsar a sus antecesores y hacer
de España una provincia de Roma, fundando en ella muchas e importantes poblaciones.
En resumen: España fue un gran centro comercial de la antigüedad; pero los españoles
no pueden ser clasificados entre los principales pueblos comerciantes de aquella Edad,
puesto que dicho tráfico fue ejercido por extranjeros, o sea por los fenicios, los griegos,
los cartagineses y los romanos.
El origen del comercio se pierde en las nebulosidades de los siglos, pues reducido al
acto del cambio directo, o sea del trueque de unas cosas por otras, se remonta a los
tiempos bíblicos, porque los primeros hombres que poblaron la superficie terrestre, no
pudiendo vivir en absoluto aislamiento para librarse de las fieras, ni bastarse a sí
mismos para subvenir a sus necesidades, tuvieron que reunirse en familias para formar
tribus y comerciar entre sí, permutando los productos del trabajo de cada uno por el
producto del trabajo de cada semejante; pero si consideramos el comercio desde un
punto de vista más amplio, o sea desde que varias personas se dedicaron
exclusivamente a él, constituyendo la profesión de mercaderes, entonces su origen debe
buscarse en las épocas posteriores al singular cataclismo conocido con el nombre de
Diluvio Universal.
EL COMERCIO EN LA EDAD MEDIA
A finales de la Edad Media la vida económica de Europa tomo gran auge. Las nuevas
rutas marítimas descubiertas por españoles, portugueses y holandeses, y especialmente
el Descubrimiento de América, dieron gran impulso a la actividad comercial que al
intensificarse vio la necesidad de reglamentación. Apareció como consecuencia el
derecho mercantil. Fue el florecimiento de Venecia, Génova, Pisa, Florencia, Milán,
Pavía, Flandes, Núremberg, Colonia, etc.
Gran causa del desarrollo comercial han sido los mercados y las ferias pues al
originar movimientos del campo hacia la ciudad en la búsqueda de posibilidades
económicas en áreas de mercado, produjeron la ampliación de los grupos
urbanos y dieron origen y desarrollo a las ciudades.
3. El comercio marítimo
“En el gran trastorno que siguió a la caída de Roma el pueblo libre de la ciudad
busco y defensa en los vínculos de la asociación: las clases que se sentían
ligadas por intereses comunes se reunieron, dentro de la sociedad turbada por
toda clase de supercherías, para defenderse, y transformarse a su vez cuando la
ocasión se presentaba, en poderes abusivos. También los comerciantes, los
banqueros, los industriales, se unieron unos colegios, en corporaciones cada vez
más vastas y mejor ordenadas. Estos organismos llegaron a ser ricos y poderosos
como la atestiguan sus lujosos locales, y conquistaron el derecho de regir por si
sus propios intereses de los de los socios. Presidian por medio de oficiales las
ferias y los mercados y establecían sus ordenanzas; mantienen la seguridad de
los caminos y mejoraban estos; mandaban cónsules al extranjero para proteger a
sus socios; cumplían cometidos de piedad religiosa y civil socorriendo a los
pobres, a los enfermos, a los socios robados; tenían un patrimonio inmueble y un
almacén para la custodia de las mercancías. Afrontaban los gastos con tributos
de los socios, con impuestos, con peajes, con las rentas del peso público, con
multas, con donaciones.
Otro centro formador de este derecho profesional, cada vez más uniforme,
fueron del siglo XII al XVI, las ferias, especialmente las de Francia. A los
oficiales que eran allí propuestos por el señor de la tierra (maitres des foires,
custodes mundinarum) se les concedía de ordinario plena jurisdicción sobre
todas las controversias que surgían. Las costumbres adoptadas en aquellas ferias
que formaron en su pleno florecimiento un domicilio cambiario para todo el
comercio de Europa, un centro habitual para la conclusión y la liquidación de los
negocios, contribuyeron grandemente a perfeccionar el derecho de cambio, a
tutelar la circulación de las mercancías, a difundir el uso de arreglar las cuentas
por medio de compensaciones periódicas y a proteger los derechos de los
acreedores con un procedimiento ejecutivo rápido y riguroso (de hora in horan)
cuyos beneficios se comunicaron más tarde a todo comercio.
Si al principio la autoridad de la corporación y de sus estatutos se limitó a los
litigios de los comerciantes matriculados en sus registros y a aquellos en que se
les citaba como demandado, poco a poco se extendió su jurisdicción, sea por la
tendencia usurpadora de las corporaciones, mal contenidas por los estatutos
civiles, sea por la especial aptitud que sus juicios habían adquirido en materia
mercantil y por la confianza que inspiraba su sentido práctico, su equidad, su
sencillo procedimiento; o quizás, finalmente, porque se consideró oportuno
someter a su juicio aquellas personas que, aun ejerciendo el comercio, no podían
ser inscritas en las matrículas de los comerciantes, como los eclesiásticos, los
nobles y los extranjeros. Estas fueron las razones de que se llevasen a la
jurisdicción consular muchos actos que mostraban de modo evidente su carácter
comercial sin indagar la cualidad personal del autor o del demandado. Se pasó
del sistema subjetivo al objeto, valiéndose de la ficción según la cual debe
reputarse comerciante cualquier que actué un juicio por un asunto comercial.
Esta ficción favoreció la extensión del derecho especial de los comerciantes a
todos los actos de comercio fuese quien fuese su autor, del mismo modo que hoy
la dicción que atribuye por orden del legislador el carácter de acto de comercio a
aquel que verdaderamente no le tiene, sirve para entender los beneficios de la ley
mercantil a institutos que no pertenecen al comercio.
A partir del siglo XII, se dieron profundos cambios en Europa, el comercio en la Edad
Media: la economía rural y cerrada, propia de la época feudal se transformó,
gradualmente en una economía abierta y comercial.
¤ La paz en Europa, que ofreció seguridad en los caminos y en los mares, luego
de varios siglos de conflictos.
A finales del siglo XII en cambio, los mercaderes se volvieron errantes. Se trasladaban
con sus mercaderías de lugar en lugar y vendían sus productos en ferias que se
celebraban en fechas y lugares establecidos. Por eso se los llamó pies polvorientos.
Los pies polvorientos usaron animales de carga -en particular, caballos- para
transportar sus mercancías. Otro vehículo muy utilizado por estos primeros
comerciantes fue el carro de cuatro ruedas, tirado por caballos o por bueyes.
Para compensar las dificultades, los peligros y el costo del camino, los pies
polvorientos vendieron no sólo productos de primera necesidad sino, también,
productos de lujo como perfumes, especias y tintes que les dejaban un amplio margen
de ganancias. También usaron las vías fluviales y las marítimas.
A partir del siglo XIV los mercaderes se volvieron sedentarios pues el volumen
creciente de sus mercaderías dificultó su traslado de feria en feria. Entonces,
comenzaron a establecerse en determinadas ciudades y comenzaron a vender al por
mayor.
El comercio local
El primer tipo del comercio en la edad media que cobró importancia en la Edad Media
fue el comercio local, es decir, el que se efectuaba del campo a la ciudad. A través de
este comercio, los campesinos libres y los señores feudales vendían sus excedentes a la
ciudad: productos agrarios, madera, cuero y lana principalmente.
Luego, con las ganancias obtenidas con sus ventas, compraban en las urbes mercancías
más elaboradas de las que no disponían en el campo como, por ejemplo, telas y
herramientas.
El comercio local nunca desapareció. Sin embargo, fue el comercio a larga distancia o
internacional el que caracterizó el renacimiento económico de la Edad Media.
Rutas y transportes
Para comerciar a larga
distancia, los comerciantes
medievales contaron con tres
rutas: Las vías terrestres, las
fluviales y las marítimas.
Aunque el transporte terrestre
permitía alcanzar zonas del
interior sin ríos, fue siempre el
más caro y penoso, pues los
caminos eran malos e inseguros
y se debía pagar gran cantidad
de impuestos.
Por seguridad, los mercaderes
preferían el transporte fluvial.
Las redes fluviales más importantes fueron las del río Po, el Ródano, el enrejado de
ríos de la zona de Flandes. El Rin y el Danubio. Sin embargo, el medio fluvial también
estaba sujeto a impuestos.
El medio de transporte más barato fue el marítimo, por eso fue el preferido a pesar de
los riesgos de naufragio y de piratería, de la poca capacidad de las naves y de la
lentitud del viaje. Además, un solo barco podía llevar las cargas de varios comerciantes
a la vez.
Las ferias no eran mercados permanentes, pues sólo se realizaban en ciertos períodos
del año. Su celebración duraba varios días. A estas citas comerciales acudían, también,
titiriteros y juglares, que añadían a la celebración un carácter festivo.
De todas las ferias que se celebraban en la Edad Media, las que alcanzaron mayor
renombre fueron las ferias de Champaña, que se instalaban en la llanura francesa de
ese nombre, a medio camino entre Venecia y Brujas. Las ferias de Champaña eran, por
lo tanto, lugares de encuentro entre los comerciantes flamencos e italianos.
Ferias y bancos
Las ferias de Champaña
Aunque las ferias se celebraron en todos los países europeos, en los siglos XII y XIII
todas quedaron relegadas por las ferias de Champaña: seis ferias que se celebraban a
lo largo de todo el año una vez en la aldea de Lagny, otra en Bar-sur-Aube, dos veces
en Provins y tres en Troyes. Estas ferias destacaron sobre todas las demás porque los
condes de Champaña las protegieron liberando de impuestos a los comerciantes que
acudían a ellas. Sobresalieron, también, por su situación geográfica, que las convirtió
en el principal lugar de encuentro de los mercaderes. Por eso, en aquella época, la
meta más importante de cualquier comerciante eran las ferias de Champaña. Las ferias
decayeron en el siglo XIV. Cuando los comerciantes se volvieron sedentarios.
La aparición de los bancos
A partir de la Primera Guerra Mundial, los demás conflictos bélicos y crisis económica
inducen al paso paulatino del liberalismo económico al Estado inversionista y al sistema
de la economía dirigida, con esto se busca racionalizar la economía, lograr el pleno
empleo de los recursos, alcanzar el desarrollo integral, señalar metas concretas a la
actividad económica, fijar un orden de prioridades, etc.
En las ferias de Medina del Campo se desarrolló una importante actividad comercial,
además de los comerciantes castellanos, acudían mercaderes de todas partes del
mundo. Era un extraordinario centro de contratación de comercio de exportación e
importación, y de cambios y giros nacionales e internacionales.
B) El Consulado de Burgos:
El Consulado de Burgos llegó a tener una gran importancia en los dos primeros tercios
del siglo XVI. Los consulados eran órganos rectores del comercio, que surgieron
durante la Edad Media para agrupar a las corporaciones profesionales de las gentes
del mar en defensa de sus intereses, y constituían un tribunal especial para resolver las
cuestiones conflictivas que pudieran surgir. Los primeros consulados se hallan
vinculados a ciudades de comercio marítimo, y se imitaron en ciudades mercantiles del
interior, con estructura y funciones semejantes.
C) Instituciones Andaluzas:
El otro núcleo de actividad mercantil y financiera hay que situarlo en Andalucía, que se
vio muy favorecida después del descubrimiento de América.
En el transcurso del siglo XVII se firmaron varios tratados con las potencias que
dominaban el mundo de la navegación y el comercio. Eran tratados de paz, alianza y
amistad entre las monarquías, y de navegación y comercio.
El comercio es una de las ramas más vitales para entender la economía de la época. El
auge que esta actividad conoció en los siglos modernos hunde sus raíces en el medievo,
a partir del siglo XI el comercio se extendió de manera globalizada, con una
ampliación sin precedente de los mercados (a nivel local e
internacional/transcontinental, con una expansión de la demanda) y la multiplicación
de las interrelaciones entre éstos.
Todo ello constituyó una gran oportunidad para que la burguesía comercial tuviera
una expansión y lograra un progresivo poder. Si la burguesía comercial y financiera no
se desarrolló en mayor medida, fue más por problemas de mentalidad, con la viva
oposición tradicionalista al mundo del comercio, que por auténticas oportunidades
económicas.
Ruta que complementa a la Ruta del Triángulo y la Atlántica, y une Acapulco (México)
con Manila en las Filipinas. Se intercambiaban metales preciosos de América por
especies, porcelana, sedas, y productos de lujo chinos y japoneses.
Fue abierta por Urdaneta en 1565 y permaneció vigente durante 250 años. Cubría
2.200 a lo largo de 50 a 60 días y se producía una o dos veces al año. Se aconsejaba
salir de Manila en Julio, después de agosto era imposible realizar la travesía, que
había que postergar durante un año. Al mismo tiempo el viaje desde Acapulco se venía
desarrollando en los meses de diciembre a enero.
El peligro del viaje era considerable y mucha gente moría en ellos, víctimas del
escorbuto o del hambre. Otros problemas eran los temporales y la calma chicha, ya que
al no haber viento era imposible que los galeones avanzaran.
Su éxito fue posible por la plata mexicana, que tenía un precio muy alto en Asia ya que
el coeficiente bimetálico existente la favorecía en relación al oro. Esto permitía
comprar con ella casi todos los artículos suntuosos fabricados en Asía, a un precio muy
barato y venderlos luego en América y en Europa con un inmenso margen de ganancia.
LA RUTA TRIANGULAR
Fue una ruta atlántica que funcionó durante los siglos XVI-XVII y principios del XVIII.
Salía de los puertos europeos en los barcos cargados de abalorios con dirección a las
costas de África, el golfo de Equinea, donde se intercambian esclavos y se trasladan a
América donde se venden a cambio de materiales preciosos, maderos, tintes, café,
cacao y otros productos.
El control de esta ruta fue español y portugués en el siglo XVI, holandés en el XVII e
inglés en el XVIII. Fue la ruta más rentable de todas.
La primera parte del siglo se caracterizó por el proteccionismo del Estado en el ámbito
económico ¡éste intervino directamente en la consecución de las nuevas 38 fuentes de
riqueza. A partir de la segunda mitad, las cosas cambiaron y el abandono del
proteccionismo dio paso a teorías más liberalizadoras con el concepto moderno de la
libre iniciativa privada.
Por último, hay que destacar en esa línea, la renovación de los gremios comerciales
como institución en alza que regulaba las formas de trabajo, las técnicas, y los precios.
1) Comercio en general
2) Comercio marítimo
3) Quiebras y bancarrotas
4) Jurisdicción comercial
EL COMERCIO EN LA COLONIA
Fue el mercantilismo europeo en su empleador el que conquisto a América. Los pueblos
europeos, holandeses, franceses, ingleses, se lanzaron a la conquista de nuevos
territorios con el fin de acrecentar su comercio. España, sin embargo, no tuvo el
propósito de organizar actividades comerciales con sus provincias de América porque
creía que desde una perspectiva económica, en América no debía buscarse sino oro y
plata.
“Ningún comercio activo disfruta este reino. Como se ha dicho, depende su subsistencia
del oro que saca de sus minas, sin giro, expendio ni salida de sus frutos; su provisión de
mercancías y géneros de Castilla, depende de uno que otro registro remitido por el
comercio de Cádiz a la plaza de Cartagena, de donde se trasladan estos efectos al
interior del reino causando tales costos en su conducción y derecho que son muy raros
los que disfrutan alguna utilidad”
Fue Adam Smith el que paso punto final al problema de la riqueza de las naciones.
Demostró que dicha riqueza no consiste en acumular oro y plata, como sustentaban los
mercantilistas, ni en la agricultura y minería, tesis de los fisiócratas; la riqueza de las
naciones esta, sencillamente, en el trabajo.
A pesar de lo anterior debe decirse que si existió algún comercio con las colonias,
principalmente a través de las Casa de Contratación de Sevilla. Además España
prohibió toda clase de comercio con otros países y dicto normas muy drásticas para
quien violara estas disposiciones. De tal forma que la Real Cedula del 3 de Octubre de
1814 estableció:
“Que en ningún puerto ni parte de nuestra irlas occidentales, islas y tierra firme
de los mares del norte y del sur, se adelante ningún género de trato con
extranjeros aunque sea por vía de recate o cualquier otro comercio, pena de la
vida y perdimiento de todos sus bienes a los que contravinieren a esta ley de
cualquier estado y condición que sean”.
Como se observa, no existio comercio exterior en los dominios, españoles; este fue
praticamente nulo debido a:
a. La prohibiciones legales
b. Falta de medios de comunicación
c. Los excesos tributarios
La situación plateada fue tal magnitud que los pocos comerciantes nativos participaron
activamente en el movimiento de independencia y uno de sus ideales fue liberal de
comercio.
A partir de 1504 España impuso un “monopolio comercial” a sus colonias, por el cual
prohibió a los americanos a comerciar con otras naciones y les exigió hacerlo sólo con
barcos españoles autorizados.
Reforma fiscal y monetaria El programa del régimen incluyó por otra parte un plan de
reformas fiscales y monetarias. Entre otras medidas se tomaron las siguientes: la
abolición del tributo indígena, la imposición de un impuesto a los bienes raíces y una
reorganización aduanera, que aseguró el cobro adecuado de impuestos por ese rubro.
Este hecho, sumado al crecimiento de las exportaciones cacaoteras le permitió obtener
al Estado un ingreso significativo de fondos sin precedentes anteriores. Este programa
de reformas incluyó, por otro lado, una apropiada conducción técnica de las finanzas
públicas y en consecuencia una racionalización del manejo de sus fondos. Sin embargo,
otra vez algunas de estas medidas no satisficieron a los interese serranos. Y es que el
presidente prefirió optar por las disposiciones librecambistas que beneficiaban al
desarrollo del comercio exterior, en donde el Estado obtenía sus mayores recursos, a las
medidas proteccionistas que reclamaban los hacendados e industriales, a fin de que
reclamaban los hacendados e industrias, a fin de que desde el ámbito estatal se
protegiera la producción nacional de productos importados. El modelo garciano,
entonces, otra vez apostaba por los intereses costeños que vinculados al gran auge del a
explotación cacaotera atravesaba por su mejor momento. Ahora bien, en el aspecto
económico el gobierno también experimentó la necesidad de impulsar la creación de sus
sistema bancario acorde con la vinculación del país al mercado internacional y al
creciente ingreso de capitales. En tal virtud, García Moreno gestionó el establecimiento
de Banco del Ecuador (1862), instituto emisor, al que el Estado terminó por vincularse
estrechamente en razón de los empréstitos bancarios concedidos. También optó
suspender el pago de la deuda inglesa.
Creo que es importante conocer de donde proviene nuestra legislación comercial, ya que
todos los días estamos presentes ante actos de comercio, como lo es desde intercambiar
el papel moneda, la misma moneda o como actualmente lo hacemos por medio de la vía
electrónica como lo es con una tarjeta de crédito o débito, pero siempre estamos ante un
acto de comercio, acto que nació desde el inicio de nuestros tiempos y que lo seguimos
realizando día con día.
Helguera y García, A. de la: (2006) Manual práctico de la historia del
comercio, Edición electrónica gratuita. Texto completo en
www.eumed.net/libros/2006a/