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KHORA- Khéra* Jacques Derrida Lo que Platén designa bajo el nombre de khéra parece desafiar, en el Timeo, esa “Iogica de no- contradiccién de los filésofos” de la que habla Vernant, esa “légicade la binaridad, del sio no”. Pondria de manifiesto pues, quizas, esa “Iogica distinta de la l6gica del logos”. Lakhdra no es ni “sensible”, ni “inteligible”, pertenece aun “tercergénero”. “EI mito pone en juego una forma de légica que podemos llamar, en contraste con la légicade la no-contradiccién de los filésofos, una légica de lo ambiguo, de lo equivoco, de la polaridad éCémo formula, incluso formalizar esas operaciones de bascula que invierten un término en su contrario, manteniéndolas a distancia desde otros puntos de vista? Incumbe al mitélogo prestar atencién, finalmente, a esa comprobacién de carencias volviéndose hacia los lingiistas, los légicos, los matematicos, para que ellos proporcionen el util que e falta: el modelo estructural de una logica que noserialade la binaridad, delsi ono, una légica distinta de la ldgica del logos’. Jean-Pierre Vernant, “Raisons du mythe”, MMythe et société en Gréce ancienne, (1974, p. 250.) Khérannos sucede, como el nombre. ¥ cuando un nombre llega, dice inmediatamente més que el nombre, lootrodel nombre y lo otro sin mas, de lo cual anunciajustamente lairrupcién. Este anunciono promete atin, noamenaza més. No prometeni amenazaa nadie. Permanece todavia extrafio a la persona, nombrando s6lolainminencia-e incluso unainminencia extraftaal mito, el tiempo yla historia de cualquier promesay de cualquier amenaza posibles. Lo sabemos bien: lo que Platén designa bajo el nombre de khéra parece desafiar, en el Timeo, esa “légica de no-contradiccién de los filésofos’ de la que habla Vernant, esa “Iégica de la binaridad, del sio no”. Pondria de manifiesto pues, quizas, esa “logica distinta de la logica del logos". La khOra no esni “sensible”, ni “inteligible”, pertenece aun “tercer genero” (triton genos, 48e, 52a). Tampoco podemos decir de ella que noes niestoniaquello, oqueesa lavezestoy aquello. No basta recordar que no nombrani estoni aquello o que dice tanto esto como aquello. La ambigliedad declarada por Timeo se manifiesta de otro modo: unas veces la kh6ra parece no ser ni estoni aquello, otras vecesa la vez estoy aquello. Peroestaalternativa entre la logica de la exclusién y la de la participacién -volveremos extensamente sobre esto- proviene tal vez de una apariencia provisoria y de las coacciones de laretérica, estos, de alguna inaptitud para nombrar. La khéra parece extrafia al orden del “paradigma”, ese modelo inteligible e inmutable. ¥ sin embargo, “invisible” y sin forma sensible, “participa” de lo inteligible de un modo muy dificultoso, en verdad aporético (apordtata, 1b). Al menos, agrega Timeo, declarando esto no nos mentiremos, no nos diremos lo falso (ou pseudometha). La prudencia de esta formula negativa da que pensar. No mentir, no decir lo falso, ges necesariamente decirlo verdadero? éY qué ocurre al respecto con el testimonio? Recordemos atin esto, como aproximacién preliminar: el discurso sobre la khéra, tal como se presenta, no procede del logos natural o legitimo sino mas bien de un razonamiento hibrido, bastardo (logism6 nothd), es decir corrompido. Se anuncia “como en un suefio” (52b), lo que puede tanto privarlo de lucidez como conferirle un poder de adivinacion Ese discurso implica asimismo al mito? ¢Accederemosal pensamiento de la khOrasi nos fiamos atin de laalternativa logos / mythos? zYsi este pensamiento designara incluso un tercergénero de discurso?£Y si, quizés como en el caso de la khéra, esta apelacién al tercer género no fuera mas que el tiempo de un desvio para indicar un género més allé del género? éMis alld de las categorias-de las oposiciones categoriales sobre todo- que, ante todo, permiten aproximarioo decirlo?. Como muestrade gratitud y de admiracién, este cuestionamiento es un homenajeasean-Piene Vernant. Se dirige, ciertamente, hacia quiéntanto nos ha ensefiado y nos ha dado tanto a pensar sobre la oposicién mythos / logos, pero también sobre la incesante inversién de polos, al autor de Raisons du mythe y de Ambigiité et renversement: écémo pensar eso que, excediendo la regularidad del logos, suley, su genealogia natural olegitima, no pertenecesin embargo, strctu sensu, al mythos? £Cémo pensarla necesidad de lo que, més alld de la oposicién interrumpida 0 retardada del logos y el mythos, dando lugar a esta oposicién como tantas otras, parece sin embargo no someterse a la ley de eso mismo que ella sitta? 2Qué hay de ese lugar? éEs nombrable? éY no habria una relacién imposibleen la posibilidad de nombrar? éExiste aqui algo a pensar, como decimos tan répidamente, ya pensar segiin anecesidad? Uno La oscilacién de la que acabamos de hablarno es una oscilaciénentre otras, una scilacién entre dos polos. Oscila entre dos géneros de oscilacién: la doble exclusi6n (ni/ni) y la participacién (a lavez...y, estoy aquello). éPero tenemos el derecho detransportarla l6gica, la paralégicao la metalégica de esta sobre-oscilacién de un conjunto al otro? Ella concernia en primer lugar a géneros de ente (sensible/inteligible viible/invisible, forma/sinforma, omimema/paradigma), pero nosotros la desplazamos agéneros de discurso (mythos/logos) ode relaciéna loque eso no es en general. Tal desplazamiento quizés no va de suyo. Depende de una suerte de metonimia: desplazando los nombres, se desplazaria de géneros de ser a géneros de discurso. Pero por una parte, particularmente en Platén, es siempre dificil separar ambas problematicas la cualidad del discurso dependeen primerlugarde la cualidad del ser delque se habla. Un poco comosiun nombre no debiera darse mas que alo que ante todo lo mereceylo llama. En cuanto relaciéna lo que es en general, el discurso se halla calificado o descalificado poresoa lo que se relaciona. Porotraparte, la metonimia se permite un pasaje porel género, de ungéneroaotro, dela cuestion de los géneros de sera la cuestién de los géneros de discurso. Ahora bien, el discurso sobre la khéra es también un discurso sobre el género (genos) y sobre los diferentes géneros de género. Volveremos ms tarde al género como gens o pueblo (genos, ethos), cuyo tema aparece en la apertura del Timeo. En el contexto restringido que nos oupa por el momento-el delasecuencia sobrelakhéra- encontramos todavia dos géneros de género. La khéraes untriton genos respectoados géneros de ser (inmutable e inteligible / corruptible, en deveniry sensible), pero parece también determinada respecto al género sexual: Timeo habla, a propésito de esto, de “madre” o “nodriza”. Lo hace de un modo que no nos apresuraremosamencionar. Casi todos los intérpretes del Timeo se apoyan, eneste pasaje, en los recursos de la retérica sin interrogarse nunca al respecto. Hablan tranquilamente de metéforas, de imagenes, de comparaciones|i]. No plantean ningiin interrogante sobre esta tradicién de la ret6rica que pone a su disposicién una reserva de conceptos muy utiles pero completamente construidos sobre la distincién entre lo sensible y lo inteligible, a la que precisamente el pensamiento de la khOra no puede articularse més -a la que, Platén lo daa entender sin ambigiiedades, no cabe que se articule. Este problema de la retérica - singularmente, de la posibilidad de nombrar-noes aqui, como se ve, un problema accesorio. Su importancia no se limita més a cierta dimensién pedagégica (los que hablan de metafora con relacién a la kh6ra precisan a menudo: metéfora didactica), ilustrativa o instrumental. Nos contentaremos por el momento con sefialarla y situarla pero ya resulta claro que, necesariamente, lo mismo que la khéra,no se deja situar con facilidad, ni asignaruna residenda: es més situante que situada, oposicién que a su vez necesitard sustraer alguna alternativa ramatical u ontolégica de lo activo y de lo pasivo. No hablaremos de metafora, pero no por entender, por ejemplo, que la khéra es propiamente una madre, una nodriza, un receptaculo, tun porta-impronta o algo relativo al oro. Es tal vez porque conduce mas allé o mas acé de la polaridad sentido metaférico / sentido propio que el pensamiento de la khdra excede la polaridad, sin duda andloga, del mythos y del logos. Tal seria al menos la cuestién que quisiéramos plantear aqui como experimento de lectura. La consecuencia considerada seri la siguiente: con esas dos polaridades, el pensamiento de lakhéra inquietariael orden mismode la polaridad, de la polaridad en general, seao no dialéctica. Dando lugar a las oposiciones,ella mismano estaria sometidaa ninguna inversion y esto, otra consecuencia, no porque ellaseria inalterablemente ella-misma mas alld de su nombre, sino porque, conduciendo més alld de la polaridad del sentido (metaférico 0 propio), no perteneceria mas al horizonte del sentido, ni del sentido como sentido del ser. Después de estas precauciones y estas hipétesis negativas, se comprenderé que hayamos preservado la palabra khdra de cualquier traduccién. En verdad, pareciera que una traduccién se esté haciendo siempre, tanto en la lengua griega como de la lengua griega a cualquier otra. No tengamos ninguna por segura. Pensar y traducir atraviesan aqui la misma experiencia. Si debe ser intentada, tal experiencia no es sélo la preocupacién por un vocablo o por un atomo

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