introducion
2. Organización funcional de la médula
espinal
3. Actividad refleja y algunas de las
funciones básicas de los propio
captores
4Transmisión de los impulsos a las fibras
musculares esqueléticas: la unión
neuromuscular
6. Mecanismos de adaptación
7. Adaptación y entrenamiento
8. La fuerza
9. Importancia del entrenamiento
10. Desarrollo
11. Aspectos neurofisiológicos del ejercicio
12. Respuestas y adaptaciones
neuroendocrinas al ejercicio físico
13. Bibliografía
Introducción
El sistema nervioso comprende al encéfalo y a la médula espinal. El encéfalo es una porción
situada en el interior del cráneo y recubierta por las meninges (duramadre, piamadre y
aracnoides) que la mantienen en posición constante y protegen, a la vez que proveen su irrigación.
Esta porción del sistema nervioso está dividida en varias partes, de las cuales las principales son: el
cerebro, el di encéfalo, el cerebelo y el tronco cerebral. El cerebro está formado por células
nerviosas llamadas neuronas, cuya función principal es la de recibir un mensaje y comunicarlo a
otras células (ya sea nerviosa, muscular o de otros tipos) El número de células nerviosas en
nuestro cuerpo es de aproximadamente cien mil millones. Cada una de ellas consta de 4 regiones
morfológicas: 1. el cuerpo celular o soma, conocido como el “corazón” de la célula nerviosa; 2. las
dendritas, una serie de ramificaciones que nacen del cuerpo celular; 2. el axón, transmisor que
lleva los impulsos fuera del cuerpo celular; y 3. las terminales axónicas, que son numerosas ramas
del extremo del axón que albergan en sacos a los neurotransmisores. El cuerpo celular constituye
el centro metabólico de la neurona y contiene tres organelas fundamentales: 1. El núcleo celular
que en las neuronas, a diferencia de otras células, es de gran tamaño, 2. El retículo endoplásmico,
donde se sintetizan las proteínas de membrana y secretorias. 3. El aparato de Golgi, donde se
realiza el procesado de los componentes de membrana y secretorios. Las dendritas y el cuerpo
celular reciben señales, el cuerpo celular las combina e integra y decide si deben ser transmitidas o
no a través del axón hasta las terminales. Como examinaremos más adelante, las señales están
mediadas eléctricamente dentro de la célula.
Otra parte integrante del encéfalo es el cerebelo que es de importancia crítica en el control
gradual y eficiente del movimiento. Integra y organiza la información que le llega desde diversas
vías y centros nerviosos en el cerebro. Por último, el tronco cerebral, compuesto por el
mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo, conecta el encéfalo con la médula espinal. El
tronco contiene un grupo de neuronas especializadas (sustancia reticular) que ayudan a la
coordinación muscular, a mantener el tono muscular, a controlar las funciones cardiovasculares y
respiratorias y a determinar nuestro estado de conciencia.
La otra parte de vital importancia en la composición de nuestro SNC es la Médula espinal. Ésta
es un largo cordón cilíndrico formado por fibras nerviosas que conducen los impulsos nerviosos en
dos sentidos: aferente, cuando llevan señales nerviosas desde los receptores sensores hasta los
niveles superiores del sistema nervioso; y eferente, cuando las señales viajan desde el cerebro y la
médula hasta los órganos terminales (músculos, glándulas).
La médula constituye una parte de vital importancia en el SNC. Está formada por:
Un segmento coccígeo
Cada uno de estos segmentos se une al otro (a través de sus raíces) originando un nervio espinal
que se conduce hacia la periferia. Estos nervios están formados por fibras sensitivas y motoras.
Las neuronas espinales forman la sustancia gris interior, rodeada por la sustancia blanca
formada por axones de vías sensoriales ascendentes, descendentes y por neuronas del sistema
propio espinal. Existen 4 tipos de neuronas de la sustancia gris:
1. Neuronas sensoriales de proyección, con axones que forman las vías sensoriales hacia la
corteza.
2. Neuronas propios espínales, con axones que recorren toda a médula y coordinan
movimientos de cuello, tronco y pelvis.
3. Inter neuronas, con axones que terminan sobre otras inter neuronas
Nos encontramos en condiciones de entender cómo una simple entrada sensorial da lugar a un
acto motor. El sistema Nervioso Central recibe información del mundo exterior a través
deexteroceptores que reaccionan a la luz, el sonido, el tacto, la temperatura o los agentes
químicos, e interceptores, que son estimulados por distintos cambios dentro del organismo. Los
interceptores incluyen, a su vez, propio captores, de los cuales son de mayor importancia los husos
musculares y los órganos de Golgi del extremo del tendón.
Los músculos esqueléticos y sus tendones contienen receptores sensitivos especializados. Estos
propio captores son los husos neuromusculares y los órganos tendinosos de Golgi. La actividad
que éstos realizan sobre los músculos genera sensaciones cenestésicas, es decir, sensaciones
originadas tanto en los músculos como en los tendones que informan al SNC sobre los distintos
movimientos del cuerpo, y son de importancia funcional en el control motor.
Los sistemas sensoriales nos aportan la información necesaria sobre el medio donde vivimos y
sobre nuestro cuerpo. En ellas, las más importantes tienen que ver con la posición y los
movimientos del cuerpo y sus miembros. Ésta información es la que nos proporcionan las
sensaciones cenestésicas, que dependen predominantemente de la información proveniente de
los propio captores de las articulaciones, músculos y tendones. Este sentido interno, vital, envía la
información específica al encéfalo permitiendo que los músculos y miembros ejecuten
movimientos según patrones definidos a cierta intensidad y velocidad.
La forma más simple de esta integración motora se manifiesta por el tono muscular, pues los
músculos presentan cierto grado de contracción refleja. El movimiento reflejo es una respuesta
pre-programada, brusca, de corta duración y rápida, incoordinada e inconsciente, que ocurre
inesperada e instantáneamente y se producen de forma automática. La vía por donde se conduce
el reflejo se denomina “arco reflejo”.
Los reflejos medulares sirven de base a las respuestas motoras, constituyen el soporte de la
mayoría de las actividades motoras. Son las actividades motoras más elementales y se originan por
los circuitos que establecen las aferencias sensoriales sobre las motoneuronas.
Los husos se hayan compuestos por fibras musculares esqueléticas por fuera, extrafusales, y
paralelamente por fibras en su interior, intrafusales. Las fibras en el interior son controladas por
neuronas especializadas de tipo gamma, que son las encargadas del estiramiento del huso, y las
extrafusales por las neuronas alfa que son responsables de contraer estas fibras.
Para comprender de una forma más sencilla el mecanismo reflejo proponemos un ejemplo
práctico: “Nuestro brazo está flexionado por el codo, y la mano está extendida, con la palma
vuelta hacia arriba. De repente alguien pone un objeto pesado en nuestra palma. Nuestro
antebrazo comienza a bajar, lo cual estira las fibras musculares de nuestro brazo (bíceps braquial),
que, a su vez, estiran el huso muscular. En respuesta a este movimiento, las neuronas sensoras
mandan impulsos a la médula espinal, que luego excita a las neuronas motoras alfa. Éstas hacen
que el bíceps se contraiga superando el estiramiento”. El huso muscular también facilita la acción
muscular normal: al mismo tiempo que las neuronas alfa contraen las fibras extrafusales las
gamma también se activan y contraen a las intrafusales permitiendo que viaje la información hasta
la médula y a las neuronas motoras y como respuesta el músculo se contraiga.
El siguiente reflejo encargado de controlar la actividad muscular es el OTG. Este reflejo nace en
los órganos tendinosos de golgi y su función es la de “inhibir” a las neuronas motoras cesando la
contracción cesando la tensión y provocando su relajación. El OTG cumple una función protectora
porque reduce las posibilidades de que se produzcan lesiones ante el desarrollo de elevadas
tensiones. Dado que este reflejo toma un camino inverso al del reflejo miotático se denomina
reflejo miotático inverso. Los OTG son estructuras encapsuladas que se disponen en serie con las
fibras musculares a nivel de su inserción en fascias y tendones. Cada órgano tendinoso está
inervado por un axón de tipo Ib, que es un mecanorreceptor. Durante la contracción muscular, la
fuerza que se transmite a los tendones deforma las terminaciones Ib y provoca su activación. Así,
su estímulo natural es la tensión desarrollada a causa de la contracción muscular y, por tanto, son
censores que detectan cambios de la tensión, a diferencia de los husos que detectan cambios en la
longitud. El control paralelo de la longitud y la tensión del músculo permite regular la rigidez del
músculo.
Una vez explicado cómo se ejecuta un acto motor y las diferentes estructuras que participan en
su ejecución, el siguiente paso es informarnos de cómo reaccionan los músculos a los impulsos
motores una vez que estos acceden a ellos. Las neuronas son susceptibles de excitación eléctrica
(igual que las fibras musculares). Se comunican entre ellas con dos tipos de señales eléctricas: los
potenciales de acción, que permiten comunicación de corta y larga distancia, y los potenciales
graduados, que comunican a corta distancia. “Las señales nerviosas se transmiten mediante
potenciales de acción que son cambios rápidos del potencial de membrana. Cada potencial de
acción se inicia con un cambio brusco del potencial normal de reposo negativo que pasa a ser
positivo y entonces acaba con una vuelta, casi igual de rápida, al potencial negativo”.
El impulso eléctrico llega a una neurona motora y a través de ella viaja hasta la unión
neuromuscular y allí se extiende a todas las fibras musculares inervadas por esta neurona en
particular. “Inervar” significa enviar nervios a una región determinada del cuerpo (en este caso la
fibra muscular) o a un órgano e influir en sus funciones. Cada neurona motora inerva hasta
millones de fibras musculares (siempre dependiendo de la cantidad de fibras que contenga cada
músculo) pero cada fibra muscular está inervada solamente por una única neurona motora. Esta
inervación de la neurona motora con la fibra muscular se denomina unidad motora o
motoneurona y se da en lugar denominado unión neuromuscular ó sinapsis. La unidad motora está
formada por una neurona motora que sale de la médula espinal y que suele inervar varias fibras
musculares.
Las señales nerviosas se transmiten mediante potenciales de acción que son cambios rápidos del
potencial de membrana. Como ya se mencionó, cada potencial de acción comienza con un cambio
brusco desde el potencial negativo de reposo de la membrana a un potencial positivo y finaliza con
un cambio que retorna nuevamente al potencial negativo. Este cambio del potencial de la
membrana se da en las siguientes fases:
Fase de repolarización: Los canales de iones sodio comienzan a cerrarse mientras se abren
los canales de potasio más de lo normal. La difusión de iones potasio vuelve a la
membrana a su potencial de reposo negativo.
Para explicar cómo se da la propagación del impulso nervioso no podemos dejar de destacar dos
características fundamentales de la neurona que le proporcionan la rapidez necesaria para enviar
el impulso a través del axón: mielinización y diámetro.
Los axones de las neuronas están mielinizados, es decir, recubiertos por una vaina de
mielina (sustancia grasa) que aísla la membrana de la célula. La vaina no es continua, al
extenderse a lo largo del axón presenta aberturas dejando al axón no aislado en estas
partes. Estas aberturas se denominan nódulos de Ranvier. El potencial de acción salta de
un nódulo al siguiente cuando atraviesa una fibra mielinizada. Esto se denomina
conducción saltatoria y permite una velocidad mucha más rápida de conducción que en las
fibras no mielinizadas (entre 5 y 50 veces más veloz). La mielinización de la vaina se da a lo
largo de los primeros años de vida y la ausencia de la misma provoca grandes daños
neuronales.
La velocidad de transmisión del impulso está determinada, además, por el tamaño que
presenta la neurona. Las neuronas de mayor tamaño conducen los impulsos más deprisa
que aquellas de menor tamaño, dado que las primeras ofrecen menos resistencia al flujo
local de corriente.
Un potencial de acción recorre un nervio motor hasta sus terminaciones sobre las fibras
musculares y el nervio secreta una pequeña cantidad de acetilcolina, que es la sustancia
neurotransmisora
La acetilcolina actúa sobre una zona local de la membrana de la fibra muscular abriéndose
los canales con apertura por acetilcolina que permiten a los iones de sodio fluir hacia el
interior de la fibra muscular.
Los iones calcio inician unas fuerzas de atracción entre los filamentos de actina y de
miosina haciendo que se deslicen unos sobre otros (contracción propiamente dicha)
En cuestión de segundos los iones calcio son bombeados de nuevo hacia el interior del
retículo sarcoplasmático donde permanecerán almacenados hasta que se produzca un
nuevo potencial de acción. Esta eliminación de los iones calcio hace que se detenga la
contracción.
Para que la contracción muscular se produzca los sistemas energéticos (aeróbico y anaeróbico)
proporcionan la energía necesaria a través del ATP. El ATP es la fuente energética (conocido como
“la moneda energética” del organismo) presente en la fibra muscular que se rompe
constantemente para liberar energía que posibilita la contracción y otros procesos esenciales. El
ATP se rompe para formar ADP durante el proceso de contracción y se une a una molécula de
creatina (proteína contráctil) en la célula muscular creando un nuevo ATP (el ATP ni el ADP se
unen a la creatina, repasen el concepto). Por lo tanto, la energía utilizada para la contracción
muscular es el ATP almacenado y el fosfato de creatina.
La contracción muscular necesita de ATP para realizar funciones básicas tales como:
Bombea los iones calcio para que regresen al interior del retículo sarcoplasmático
1. La fosfocreatina, que tiene enlaces de energía similares al ATP pero contiene más energía
libre. La energía que se libera a partir de este enlace hace que se una un nuevo ion fosfato
al ADP para reconstruir el ATP. La energía que se obtiene a partir del ATP y de la
fosfocreatina es suficiente para mantener la contracción máxima del músculo durante solo
5 a 8 segundos.
2. La degradación del glucógeno o glucosa, para dar ácido pirúvico y ácido láctico. Esta
degradación libera energía que se emplea para convertir ADP en ATP. Puede producirse en
ausencia de oxígeno lo que proporciona más rapidez en la producción de ATP que si
actuara con oxígeno. Permite que la contracción máxima dure aproximadamente sólo un
minuto.
3. El metabolismo oxidativo, que se produce cuando el oxígeno se combina con los diferentes
nutrientes celulares para liberar ATP. Más del 95% de toda la energía que utilizan los
músculos para mantener contracciones sostenidas y duraderas proviene de esta fuente.
Los nutrientes que se utilizan son los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.
Mecanismos de adaptación
Adaptación y entrenamiento
Frecuencia de impulso quiere decir la cantidad de impulsos nerviosos por segundo que llegan a
las fibras musculares provenientes de la neurona motora. Cuando el SNC activa la unidad motora
la intensidad del impulso nervioso responde a la ley del “todo o nada”, es decir, se activa o no se
activa, y cuando se activa la intensidad del impulso nervioso es siempre la misma. Sin embargo, el
SNC puede variar la fuerza de contracción muscular variando también el número de unidades
motoras reclutadas y la frecuencia de impulsos nerviosos. El reclutamiento de una unidad motora
se basa en un breve período de contracción seguido de otro de relajación. Para lograr una
completa activación motora es necesario que todas las unidades motoras hayan sido reclutadas y
que todos los impulsos cuenten con una frecuencia óptima para realizar un reclutamiento efectivo
y, por lo tanto, se genere más fuerza.
La inhibición neuromuscular es una reacción defensora del cuerpo humano en la que ceden y se
relajan los músculos cuando se ejerce una fuerza superior a la que éstos pueden resistir. Los
órganos tendinosos de Golgi y los husos musculares (órganos propioceptores), localizados en
nuestros tendones y articulaciones, son los encargados de inhibir la fuerza de la contracción
muscular cuando la fuerza es mayor y corre el riesgo de colapsar la articulación. Por el contrario, la
inhibición también puede llegar a reducir la capacidad de fuerza en el individuo. Para un mejor
rendimiento en este aspecto, es necesaria una buena coordinación neuromuscular mediante la
mecanización de los ejercicios, la aplicación de movimientos explosivos y la capacidad para
generar un alto grado de fuerza.
El sistema nervioso está perfectamente preparado para realizar una correcta activación de los
impulsos nerviosos y adaptarse a las distintas demandas que le impone el músculo con la actividad
física. Este óptimo funcionamiento del SNC puede mantenerse o mejorar a través del
entrenamiento, provocando, entre los efectos más destacados, una mejora en la coordinación
(inter e intramuscular), un aumento en la velocidad de la respuesta motora y una estabilidad
general de todo el sistema. Por lo tanto, volvemos a remarcar la influencia positiva del
entrenamiento en las adaptaciones neuromusculares.
Podemos describir la función del sistema nervioso en una secuencia resumida de la siguiente
forma: 1. integrar los distintos estímulos que recibe del medio externo, pues está constantemente
recibiendo información de los cambios del ambiente 2. almacenar toda esa información, 3.
transformar los estímulos en movimientos con la respuesta más adecuada posible. Tal como se
indicó al comienzo de este trabajo la parte motriz del sistema nervioso (sistema motor) es la que
da la orden final y prioritaria en la realización del movimiento, y, por este motivo, es un elemento
indispensable en la integración sensomotora.
La fuerza
Como otro modo de comprender y ejemplificar las adaptaciones del SNC al entrenamiento
seleccionamos una capacidad condicional fundamental en el hombre: la fuerza. La fuerza puede
quedar definida tanto desde una perspectiva biomecánica como fisiológica:
Desde el punto de vista biomecánico, es definida como la causa capaz de superar el estado
de reposo o de movimiento de un cuerpo.
Desde el punto de vista fisiológico, definida como la capacidad de vencer una resistencia o
reaccionar contra la misma mediante una tensión muscular dinámica o estática.
La fuerza es producto de una acción muscular iniciada y dirigida por procesos eléctricos en el
sistema nervioso. La aplicación funcional de la fuerza en el entrenamiento se conoce como
“potencia” (aspecto explosivo de la fuerza). El desarrollo de esta capacidad en un músculo, o
grupo de músculos, está determinado por la cantidad de unidades motoras activadas y por el
grado de activación individual de cada una de ellas. Existen dos mecanismos de control de la
fuerza muscular por el sistema nervioso:
1. Principio del tamaño: las unidades motoras se activan dependiendo del tamaño: primero se
activan las de menor tamaño, las de tipo I, luego otras superiores, las IIa y por último, las más
complejas, las de tipo IIb. Así, cuando se necesitan niveles bajos de fuerza actúan las inferiores y
para trabajos más complejos las superiores.
Para lograr una completa activación motora es necesario que todas las unidades motoras hayan
sido reclutadas y que todos los impulsos cuenten con una frecuencia óptima para realizar un
reclutamiento efectivo y, por lo tanto, se genere más fuerza.
Las ganancias de fuerza pueden lograrse sin cambios estructurales en los músculos pero no sin
adaptaciones nerviosas. Estas adaptaciones pueden ser a corto y a largo plazo. A corto plazo
tienen un alto componente del Sistema Nervioso e incluyen una mejor coordinación, un mejor
aprendizaje, y un incremento en la activación de los principales músculos implicados. A largo plazo
tienen que ver con la hipertrofia del músculo o del grupo muscular entrenado. La hipertrofia es el
aumento excesivo del tamaño del músculo y puede ser tanto temporal como crónica. La
hipertrofia temporal ocurre como resultado de la acumulación de fluidos (edema) en los espacios
intercelulares del músculo y consiste en una sensación de “hinchazón” luego de hacer una sesión
de ejercicios. Por otra parte, la hipertrofia crónica ocurre por un aumento del tamaño de las fibras
musculares o por un aumento en el número de fibras en el entrenamiento repetido contra
resistencia (hiperplasia) aunque esto no está comprobado en humanos, sólo en gatos.
2. Hipertrofia del sarcómero: Aumento del tamaño y del número de los sarcómeros que
comprenden las miofibrillas.
Tanto la hipertrofia como las características de las fibras musculares son factores que influyen
en el desarrollo de la fuerza muscular del individuo. Sin embargo, el consiguiente desarrollo no
sólo depende de los factores mencionados, sino que, también, y en mayor medida, de la
coordinación y control de nuestro Sistema Nervioso para poner en funcionamiento los músculos.
La fuerza, tal y como fue descripta en párrafos anteriores, es una de las capacidades
fundamentales para la vida del hombre, pues es necesaria para realizar muchas de las tareas de su
vida cotidiana. Es “un componente esencial para el rendimiento de cualquier ser humano y su
desarrollo formal no puede ser olvidado en la preparación de los deportistas”
Las adaptaciones neuronales son el principal factor en la mejor de la fuerza y son más
importantes que las adaptaciones producidas por la hipertrofia muscular. La progresión de las
adaptaciones de fuerza es fundamental a la hora de programar, controlar y planificar un
entrenamiento. Como ejemplo:
Entre las funciones primarias de nuestro sistema motor podemos destacar la regulación de la
postura erecta y la locomoción, la dirección en los movimientos de las manos y de las piernas, la
dirección de la coordinación óculo-manual, y la dirección de distintos gestos corporales. Las
personas que se entrenan físicamente, a diferencia de aquellas sedentarias, aumentan la
capacidad del sistema neuromuscular para generar fuerza. A medida que disminuye la práctica de
actividad física diaria disminuye la fuerza y la masa muscular. Mantener el cuerpo entrenado es de
gran importancia para el mantenimiento de la calidad de vida y de la salud de las personas. Pero
además, el entrenamiento de la condición física no sólo mejora la calidad de vida del deportista
sino que, como pretendimos explicar, provoca cambios de gran importancia a nivel del sistema
nervioso central: modifica la programación y la estructura de las conexiones del cerebro con
rapidez; consigue un buen equilibrio entre los grupos musculares y los programas neuronales;
mantiene un elevado nivel de capacidad funcional; programa el sistema nervioso del deportista
individualmente consiguiendo su máximo potencial; representa un mayor estímulo para la
contracción de los músculos; ayuda a mantener el número total y el tamaño de las fibras
musculares; contribuye a conservar los niveles en cantidad y calidad de las unidades motoras; y
propende a una mejora en la adaptación del músculo, y del organismo, a las diferentes
actividades.
Desarrollo
“La preparación general del deportista requiere el entrenamiento físico y psicológico, no de sus
componentes separados sino de los aspectos estrechamente interrelacionados del rendimiento. Los
sistemas mental y físico interactúan continuamente y es importante recordar que un cuerpo bien
entrenado tiene poco valor en la competición sin una preparación mental correcta”.
Siguiendo las ideas de MarcAdle y Katch and Katch, podemos equipar al cuerpo a un sistema
cibernético vivo en el que el sistema nervioso central, junto con el encéfalo y la médula espinal,
controla las funciones del cuerpo mediante dos sistemas esenciales de comunicación:
A pesar de que cada sistema tiene funciones particulares los dos se encuentran en nexo con
el hipotálamo, situado cerca del diencéfalo. El hipotálamo tiene una relación estrecha con el
sistema límbico del encéfalo (en íntima conexión con las emociones)
El hipotálamo es un centro importante de control del sistema límbico. El sistema límbico es una
combinación de circuitos neuronales que controla el área emocional y motivacional. Constituye un
enorme complejo de estructuras cerebrales en cuya constitución el hipotálamo desempeña un
papel decisivo en nuestro medio interno porque es el encargado de:
La regulación cardiovascular
La regulación de la temperatura corporal
De esta breve introducción se concluye que la eficacia física depende de la correcta interacción y
funcionamiento del sistema nervioso central, del sistema endócrino y del sistema muscular.
Además del sistema nervioso, el sistema endócrino constituye una red principal de
comunicación dentro del cuerpo y su función esencial es la de integrar y controlar las funciones
corporales y así proporcionar estabilidad u homeostasis. Como ejemplo, si al realizar un ejercicio
disminuye la glucosa en la sangre esto puede acarrear un deterioro en el rendimiento físico como
así también otros cambios funcionales en el sistema nervioso y metabólico. Si, por el contrario, el
sistema nervioso y el endócrino funcionan coordinadamente se logra mantener el nivel de glucosa
en sangre adaptándose a cualquier intensidad y carga física. “Por ejemplo, durante el ejercicio,
una disminución de los niveles circulares de glucosa sanguínea puede traer como resultado una
disminución de rendimiento físico, además de otros cambios perjudiciales en las funciones
cerebrales, nerviosas y metabólicas. Sin embargo, gracias al esfuerzo coordinado de los sistemas
endócrino y nervioso autónomo se mantiene el nivel de glucosa sanguínea durante un espectro
muy amplio de intensidades y duraciones de ejercicio”.
Antes de continuar con nuestro trabajo de investigación, nos parece acertado definir con más
claridad el término homeostasis para apreciar mejor y valorar las funciones que cumplen estos dos
sistemas en nuestro organismo.
El sistema nervioso y endócrino son los principales sistemas que intervienen en la adaptación
del organismo a los distintos cambios que sufre el mismo. Ambos traducen las señales distintas en
respuestas y comparten comparen las siguientes características:
Poseen neurotransmisores
Por otra parte, al hablar de las respuestas del sistema neuroendócrino al ejercicio debemos
hacer mención de algunos factores que influyen notablemente en estas respuestas. Enumeramos
y hacemos una breve mención de los más destacados:
Efectos del entrenamiento: Está comprobado que el ejercicio físico regular modifica el
umbral de intensidad que condiciona la respuesta hormonal al ejercicio.
Las hormonas son sustancias químicas sintetizadas por una glándula específica que la secreta al
torrente sanguíneo para que sean trasportadas. La función principal de las hormonas es cambiar
los ritmos de las reacciones celulares. Esto se produce mediante una modificación en el ritmo de
síntesis de proteínas intracelulares, el ritmo de la actividad de las enzimas o alterando el
transporte por la membrana de algunas sustancias a la célula.
Las hormonas intervienen en la mayoría de los procesos fisiológicos del organismo porque que
se las considera como fundamentales en muchos aspectos del rendimiento en el ejercicio y en los
deportes.
Seleccionamos como el ejemplo más adecuado respecto de la regulación hormonal del ejercicio
a la hormona insulina (secretada por el páncreas) porque es la responsable de regular el
metabolismo total de la glucosa. Los hidratos de carbono (provenientes de nuestra nutrición) son
el combustible más importante durante la realización de actividad física y por esta razón debemos
considerar especialmente a las hormonas que regulan su actividad. Para que nuestro cuerpo
satisfaga las mayores exigencias de energía durante el ejercicio, debe haber más glucosa
disponible para los músculos. La glucosa se almacena en el cuerpo como glucógeno
(principalmente en músculos y en el hígado). El glucógeno debe ser liberado (mediante procesos
metabólicos) para entrar en la sangre y circular por el cuerpo accediendo de esta forma a los
tejidos. La concentración de glucosa en la sangre en la realización de la actividad física depende
del equilibrio entre el consumo de glucosa por los músculos y su liberación por el hígado.
Hacemos mención de cuatro hormonas reguladoras que trabajan para incrementar la cantidad
de glucosa en sangre:
Glucagón
La adrenalina
La noradrenalina
El cortisol
Sin embargo, la simple liberación de aptas cantidades de glucosa en la sangre no asegura que las
células musculares puedan tener la glucosa necesaria para satisfacer sus demandas de energía. De
esta manera, la glucosa no solamente debe ser enviada a estas células sino también capturada por
ellas. Éste es el trabajo particular de la insulina, pues ayuda a que la glucosa liberada entre en las
células para que pueda ser utilizada en la producción de energía.
En ausencia total de insulina sólo pequeñas cantidades de glucosa pueden ser transportadas
dentro de las células. Se considera a la insulina como el mediador de la difusión facilitada (pasaje
rápido de una molécula al interior de la célula) por la que la glucosa en la presencia de insulina se
combina con un portador de glucosa para ser transportada en el interior de las células. Es así como
esta hormona pancreática realmente controla el ritmo del metabolismo celular de la glucosa.
Disminución acusada del rendimiento , que además de implicar un aumento del esfuerzo
necesario para realizar un trabajo de forma voluntaria, produce una incapacidad eventual
o momentánea para desarrollar dicho trabajo (Enoka y Stuart)
Aunque la fatiga se define a través de la medida de variables objetivas, el sujeto puede percibir
la fatiga como un “constructo mental”, que es la sensación de fatiga. Esta sensación resulta de
factores neurofisiológicos y neuropsicológicos que la determinan:
Grado de atención
Estado anímico
Sensación de esfuerzo
Expectativa de rendimiento
Existen dos tipos de fatiga, la central y la periférica. La fatiga central consiste en la disminución
de la capacidad para generar fuerza máxima y|o potencia muscular máxima debida a una
alteración en las órdenes que genera y transmite el sistema nervioso a las fibras musculares. Por
otro lado, la fatiga periférica ocurre como consecuencia de la alteración en la generación de
tensión de las fibras musculares. Resulta complicado hacer una distinción entre estos dos tipos de
fatiga. Sin embargo, para una mejor comprensión, en ambos casos la fatiga se debe a las distintas
alteraciones en las órdenes que genera y envía el sistema nervioso, sólo que las mismas ocurren a
distintos niveles.
Por todo lo expuesto, resulta que, gracias a la realización de ejercicio físico de modo constante y
periódico, el sistema neuromuscular de la persona entrenada experimenta importantes
adaptaciones, las cuales se traducen en ventajas fundamentales para el funcionamiento del
mismo, ventajas de las que carecen aquellos que llevan una vida sedentaria. Entre esas ventajas se
encuentran, como ya se señaló detalladamente en esta investigación:
Una mejora del equilibrio entre los grupos musculares y los programas neuronales.
Una mejor adaptación del músculo, y del organismo, a las diferentes actividades.
Estas ventajas sólo podrán alcanzarse en tanto y en cuanto la persona que entrena respete
ciertos parámetros en la realización del entrenamiento, tales como la intensidad del ejercicio
realizado, la duración del mismo, la frecuencia con que se lleva a cabo, etc. Además, dicha
actividad debe adecuarse a un principio fundamental en materia de entrenamiento físico: la
especificidad, en virtud del cual se debe buscar la obtención del mejor rendimiento posible,
estrictamente en el ámbito del deporte que se practica o de la actividad que se pretende realizar.
Bibliografía