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1.

introducion
2. Organización funcional de la médula
espinal
3. Actividad refleja y algunas de las
funciones básicas de los propio
captores
4Transmisión de los impulsos a las fibras
musculares esqueléticas: la unión
neuromuscular

5. Mecanismo general de la contracción


muscular

6. Mecanismos de adaptación
7. Adaptación y entrenamiento
8. La fuerza
9. Importancia del entrenamiento
10. Desarrollo
11. Aspectos neurofisiológicos del ejercicio
12. Respuestas y adaptaciones
neuroendocrinas al ejercicio físico
13. Bibliografía
Introducción
El sistema nervioso comprende al encéfalo y a la médula espinal. El encéfalo es una porción
situada en el interior del cráneo y recubierta por las meninges (duramadre, piamadre y
aracnoides) que la mantienen en posición constante y protegen, a la vez que proveen su irrigación.
Esta porción del sistema nervioso está dividida en varias partes, de las cuales las principales son: el
cerebro, el di encéfalo, el cerebelo y el tronco cerebral. El cerebro está formado por células
nerviosas llamadas neuronas, cuya función principal es la de recibir un mensaje y comunicarlo a
otras células (ya sea nerviosa, muscular o de otros tipos) El número de células nerviosas en
nuestro cuerpo es de aproximadamente cien mil millones. Cada una de ellas consta de 4 regiones
morfológicas: 1. el cuerpo celular o soma, conocido como el “corazón” de la célula nerviosa; 2. las
dendritas, una serie de ramificaciones que nacen del cuerpo celular; 2. el axón, transmisor que
lleva los impulsos fuera del cuerpo celular; y 3. las terminales axónicas, que son numerosas ramas
del extremo del axón que albergan en sacos a los neurotransmisores. El cuerpo celular constituye
el centro metabólico de la neurona y contiene tres organelas fundamentales: 1. El núcleo celular
que en las neuronas, a diferencia de otras células, es de gran tamaño, 2. El retículo endoplásmico,
donde se sintetizan las proteínas de membrana y secretorias. 3. El aparato de Golgi, donde se
realiza el procesado de los componentes de membrana y secretorios. Las dendritas y el cuerpo
celular reciben señales, el cuerpo celular las combina e integra y decide si deben ser transmitidas o
no a través del axón hasta las terminales. Como examinaremos más adelante, las señales están
mediadas eléctricamente dentro de la célula.

El cerebro se compone de dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, que están comunicados


entre sí por el cuerpo calloso (tejido fibroso). Los hemisferios constan de una porción exterior, la
“corteza cerebral”, conocida como “nuestro cerebro consciente” pues nos posibilita el
pensamiento, la conciencia y el control voluntario. A su vez, el cerebro está divido en 4 lóbulos
principales con funciones generales: el frontal, encargado del intelecto y el control motor; el
temporal, que permite la entrada e interpretación auditiva; el parietal, que posibilita la entrada
censora general y su interpretación; y el occipital, que da acceso a la entrada visual y su
interpretación. La siguiente porción del encéfalo, el di encéfalo, se compone básicamente del
tálamo y del hipotálamo. El tálamo es un importante centro en el que toda la información
proveniente de los sentidos, excepto del olfato, se integra y por lo tanto tiene una función esencial
en el control motor. Por debajo del tálamo se encuentra el hipotálamo que es el encargado de
mantener la homeostasis del organismo (como la temperatura corporal, la ingestión de comida,
las emociones, etc.).

Otra parte integrante del encéfalo es el cerebelo que es de importancia crítica en el control
gradual y eficiente del movimiento. Integra y organiza la información que le llega desde diversas
vías y centros nerviosos en el cerebro. Por último, el tronco cerebral, compuesto por el
mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo, conecta el encéfalo con la médula espinal. El
tronco contiene un grupo de neuronas especializadas (sustancia reticular) que ayudan a la
coordinación muscular, a mantener el tono muscular, a controlar las funciones cardiovasculares y
respiratorias y a determinar nuestro estado de conciencia.

La otra parte de vital importancia en la composición de nuestro SNC es la Médula espinal. Ésta
es un largo cordón cilíndrico formado por fibras nerviosas que conducen los impulsos nerviosos en
dos sentidos: aferente, cuando llevan señales nerviosas desde los receptores sensores hasta los
niveles superiores del sistema nervioso; y eferente, cuando las señales viajan desde el cerebro y la
médula hasta los órganos terminales (músculos, glándulas).

Organización funcional de la médula espinal

La médula constituye una parte de vital importancia en el SNC. Está formada por:

 Ocho segmentos cervicales

 Doce segmentos torácicos

 Cinco segmentos lumbares

 Un segmento coccígeo

Cada uno de estos segmentos se une al otro (a través de sus raíces) originando un nervio espinal
que se conduce hacia la periferia. Estos nervios están formados por fibras sensitivas y motoras.

Las neuronas espinales forman la sustancia gris interior, rodeada por la sustancia blanca
formada por axones de vías sensoriales ascendentes, descendentes y por neuronas del sistema
propio espinal. Existen 4 tipos de neuronas de la sustancia gris:

1. Neuronas sensoriales de proyección, con axones que forman las vías sensoriales hacia la
corteza.

2. Neuronas propios espínales, con axones que recorren toda a médula y coordinan
movimientos de cuello, tronco y pelvis.

3. Inter neuronas, con axones que terminan sobre otras inter neuronas

4. Moto neuronas, cuyos axones abandonan la médula y se incorporan al nervio espinal


correspondiente para dirigirse hacia los músculos esqueléticos a los que inerva.
Las moto neuronas que forman las unidades motoras de cada músculo se disponen formando
columnas que se denominan núcleos motores. Hay un núcleo motor por cada músculo y dentro de
ellos se distinguen dos tipos de moto neuronas: alfa y gamma. Las moto neuronas alfa integran
bastante información aferente y las motoneronas gamma actividad eferente. Se desarrollará más
adelante

Luego de haber introducido la estructura fundamental del sistema neuromuscular nos


abocamos a investigar cómo es que se informa el SNC de nuestros cambios y de nuestro ambiente,
cómo logra adaptarse al mundo exterior y modificarlo. Es aquí donde juega un papel fundamental
otro sistema conocido como Sistema Nervioso Periférico (SNP). El SNP funciona por medio de
otros dos sistemas complementarios comunicados entre sí: el sistema sensor y el sistema motor.
El sistema sensor conduce información censora (las sensaciones y el estado fisiológico de las
mismas) hacia el SNC, que luego transmite esa información hacia los músculos a través del sistema
motor (reacción motora). Es decir, un vez que nuestro sistema neuromuscular recibe la
información proveniente del sensor debe decidir cómo responder con el cuerpo a toda esta
información. Al mismo tiempo, otro sistema, conocido como parte accesoria del sistema motor,
controla la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la distribución de la sangre y la respiración. Este
sistema se denomina “autónomo” e incluye al Sistema Simpático, que es nuestro sistema de lucha
o “huida”, porque preparara a nuestro cuerpo para hacer frente a una situación límite, y el
Sistema Parasimpático, que constituye nuestro sistema de economía de esfuerzo pues disminuye
el nivel de estrés del organismo, produce un estado de descanso o relajación del cuerpo y dirige
otros procesos de importancia vital como la digestión. Aunque estos dos sistemas normalmente se
oponen entre sí en sus funciones, tienden a trabajar juntos.

Actividad refleja y algunas de las funciones básicas de los propio aceptores

Nos encontramos en condiciones de entender cómo una simple entrada sensorial da lugar a un
acto motor. El sistema Nervioso Central recibe información del mundo exterior a través
deexteroceptores que reaccionan a la luz, el sonido, el tacto, la temperatura o los agentes
químicos, e interceptores, que son estimulados por distintos cambios dentro del organismo. Los
interceptores incluyen, a su vez, propio captores, de los cuales son de mayor importancia los husos
musculares y los órganos de Golgi del extremo del tendón.

Los músculos esqueléticos y sus tendones contienen receptores sensitivos especializados. Estos
propio captores son los husos neuromusculares y los órganos tendinosos de Golgi. La actividad
que éstos realizan sobre los músculos genera sensaciones cenestésicas, es decir, sensaciones
originadas tanto en los músculos como en los tendones que informan al SNC sobre los distintos
movimientos del cuerpo, y son de importancia funcional en el control motor.

Los sistemas sensoriales nos aportan la información necesaria sobre el medio donde vivimos y
sobre nuestro cuerpo. En ellas, las más importantes tienen que ver con la posición y los
movimientos del cuerpo y sus miembros. Ésta información es la que nos proporcionan las
sensaciones cenestésicas, que dependen predominantemente de la información proveniente de
los propio captores de las articulaciones, músculos y tendones. Este sentido interno, vital, envía la
información específica al encéfalo permitiendo que los músculos y miembros ejecuten
movimientos según patrones definidos a cierta intensidad y velocidad.

Parte de la conducta humana es innata y sigue un patrón estereotípico, único e idéntico en


todos los individuos. Ejemplo de tales patrones de conducta son la deglución, la tos, la respiración,
el parpadeo, los vómitos, etc. Programas en el interior del SNC son los encargados de controlar a
las neuronas motoras implicadas en tales respuestas. Incluso movimientos más complejos como
caminar y correr están programados genéticamente pero, de todos modos, las señales externas
son esenciales para la adaptación y modificación de estos programas.

La información proveniente del mundo externo es la encargada de “disparar” la actividad


motora. Para que ésta tenga lugar los sistemas sensor y motor deben funcionar juntos en una
orden de pasos específicos que se denomina integración sensomotora:

1. Los receptores sensores reciben información sensora,

2. La información es transmitida hasta el SNC a través de neuronas sensoras,

3. El SNC interpreta esta información y determina qué respuesta es la más adecuada,

4. La respuesta se produce mediante señales transmitidas por el SNC a través de las


neuronas motoras

5. El impulso motor es transmitido hasta un músculo donde se produce la reacción.

La forma más simple de esta integración motora se manifiesta por el tono muscular, pues los
músculos presentan cierto grado de contracción refleja. El movimiento reflejo es una respuesta
pre-programada, brusca, de corta duración y rápida, incoordinada e inconsciente, que ocurre
inesperada e instantáneamente y se producen de forma automática. La vía por donde se conduce
el reflejo se denomina “arco reflejo”.

Los reflejos medulares sirven de base a las respuestas motoras, constituyen el soporte de la
mayoría de las actividades motoras. Son las actividades motoras más elementales y se originan por
los circuitos que establecen las aferencias sensoriales sobre las motoneuronas.

Existen dos reflejos que ayudan a controlar la actividad muscular:

1. Los husos musculares

2. El órgano tendinoso de Golgi.

Los husos se hayan compuestos por fibras musculares esqueléticas por fuera, extrafusales, y
paralelamente por fibras en su interior, intrafusales. Las fibras en el interior son controladas por
neuronas especializadas de tipo gamma, que son las encargadas del estiramiento del huso, y las
extrafusales por las neuronas alfa que son responsables de contraer estas fibras.
Para comprender de una forma más sencilla el mecanismo reflejo proponemos un ejemplo
práctico: “Nuestro brazo está flexionado por el codo, y la mano está extendida, con la palma
vuelta hacia arriba. De repente alguien pone un objeto pesado en nuestra palma. Nuestro
antebrazo comienza a bajar, lo cual estira las fibras musculares de nuestro brazo (bíceps braquial),
que, a su vez, estiran el huso muscular. En respuesta a este movimiento, las neuronas sensoras
mandan impulsos a la médula espinal, que luego excita a las neuronas motoras alfa. Éstas hacen
que el bíceps se contraiga superando el estiramiento”. El huso muscular también facilita la acción
muscular normal: al mismo tiempo que las neuronas alfa contraen las fibras extrafusales las
gamma también se activan y contraen a las intrafusales permitiendo que viaje la información hasta
la médula y a las neuronas motoras y como respuesta el músculo se contraiga.

Como la respuesta es la contracción del músculo para oponerse al estiramiento, el movimiento


reflejo se conoce también como reflejo miotático. Este movimiento programado contribuye a
mantener la resistencia de un músculo a la distención o tono muscular.

El siguiente reflejo encargado de controlar la actividad muscular es el OTG. Este reflejo nace en
los órganos tendinosos de golgi y su función es la de “inhibir” a las neuronas motoras cesando la
contracción cesando la tensión y provocando su relajación. El OTG cumple una función protectora
porque reduce las posibilidades de que se produzcan lesiones ante el desarrollo de elevadas
tensiones. Dado que este reflejo toma un camino inverso al del reflejo miotático se denomina
reflejo miotático inverso. Los OTG son estructuras encapsuladas que se disponen en serie con las
fibras musculares a nivel de su inserción en fascias y tendones. Cada órgano tendinoso está
inervado por un axón de tipo Ib, que es un mecanorreceptor. Durante la contracción muscular, la
fuerza que se transmite a los tendones deforma las terminaciones Ib y provoca su activación. Así,
su estímulo natural es la tensión desarrollada a causa de la contracción muscular y, por tanto, son
censores que detectan cambios de la tensión, a diferencia de los husos que detectan cambios en la
longitud. El control paralelo de la longitud y la tensión del músculo permite regular la rigidez del
músculo.

Transmisión de los impulsos a las fibras musculares esqueléticas: la unión neuromuscular

Una vez explicado cómo se ejecuta un acto motor y las diferentes estructuras que participan en
su ejecución, el siguiente paso es informarnos de cómo reaccionan los músculos a los impulsos
motores una vez que estos acceden a ellos. Las neuronas son susceptibles de excitación eléctrica
(igual que las fibras musculares). Se comunican entre ellas con dos tipos de señales eléctricas: los
potenciales de acción, que permiten comunicación de corta y larga distancia, y los potenciales
graduados, que comunican a corta distancia. “Las señales nerviosas se transmiten mediante
potenciales de acción que son cambios rápidos del potencial de membrana. Cada potencial de
acción se inicia con un cambio brusco del potencial normal de reposo negativo que pasa a ser
positivo y entonces acaba con una vuelta, casi igual de rápida, al potencial negativo”.

El potencial de acción es la señal de conducción y posee las siguientes propiedades:

 Se propaga activamente a lo largo del axón


 No disminuye su intensidad en función de la distancia

 Es de naturaleza todo o nada

 Es semejante en todas las neuronas

Estos potenciales se producen gracias al potencial de membrana en reposo (que es siempre


negativo) y a los canales iónicos específicos (por ejemplo de sodio y potasio). El potencial de
reposo se produce por la separación de cargas eléctricas a través de la membrana semipermeable.
Cuando el potencial de reposo de la membrana aumenta y se vuelve más negativo que en reposo
se dice que hay una “hiperpolarización”. Por el contrario, una reducción en el potencial de
membrana, es una “despolarización”. La hiperpolarización vuelve a la neurona menos excitable,
mientras que la despolarización la hace más excitable.

El impulso eléctrico llega a una neurona motora y a través de ella viaja hasta la unión
neuromuscular y allí se extiende a todas las fibras musculares inervadas por esta neurona en
particular. “Inervar” significa enviar nervios a una región determinada del cuerpo (en este caso la
fibra muscular) o a un órgano e influir en sus funciones. Cada neurona motora inerva hasta
millones de fibras musculares (siempre dependiendo de la cantidad de fibras que contenga cada
músculo) pero cada fibra muscular está inervada solamente por una única neurona motora. Esta
inervación de la neurona motora con la fibra muscular se denomina unidad motora o
motoneurona y se da en lugar denominado unión neuromuscular ó sinapsis. La unidad motora está
formada por una neurona motora que sale de la médula espinal y que suele inervar varias fibras
musculares.

Como lo explicamos detalladamente al comienzo, la neurona motora suele tener un cuerpo


central, un núcleo y un axón por donde se transmite el impulso nervioso hasta las fibras
musculares. La unión entre la membrana del nervio motor y la membrana de la fibra muscular es
la llamada sinapsis, que es por donde se transmite el impulso nervioso de la fibra muscular. El
impulso nervioso no solamente viaja a lo largo de la membrana de la fibra muscular sino que
también alcanza el interior de la fibra por medio de sistema tubular T. La fibra muscular contiene
por una parte el sarcolema, (membrana) y por otra parte miofibrillas que contienen filamentos de
actina y de miosina (proteínas). Al lado de los filamentos de miosina aparecen pequeñas
proyecciones, denominadas puentes cruzados, en los cuales, junto con los filamentos de actina, se
produce la contracción del músculo. Durante este proceso, los terminales del axón de la neurona
motora se aproximan a la fibra formando un canal sináptico y liberando los neurotransmisores. Los
neurotransmisores liberados se difunden a través de este canal y se unen a los receptores en la
membrana de la fibra muscular. En esta unión se abren canales de iones sodio lo que provoca una
despolarización de la membrana, permitiendo que ingrese más sodio en la fibra muscular.

Las señales nerviosas se transmiten mediante potenciales de acción que son cambios rápidos del
potencial de membrana. Como ya se mencionó, cada potencial de acción comienza con un cambio
brusco desde el potencial negativo de reposo de la membrana a un potencial positivo y finaliza con
un cambio que retorna nuevamente al potencial negativo. Este cambio del potencial de la
membrana se da en las siguientes fases:

 Fase de reposo: Es el potencial de membrana de reposo antes que se produzca el


potencial de acción.

 Fase de despolarización: La membrana se vuelve permeable a los iones de sodio,


positivos, y permite su entrada al axón por lo que el potencial se vuelve positivo.

 Fase de repolarización: Los canales de iones sodio comienzan a cerrarse mientras se abren
los canales de potasio más de lo normal. La difusión de iones potasio vuelve a la
membrana a su potencial de reposo negativo.

Es importante aclarar que todas estas fases se dan en milésimas de segundos.

En tanto no se alcanza un potencial umbral no se produce un potencial de acción. Esto sucede


cuando el número de iones que entran en la fibra es mayor que el número de potasio que salen de
ella.

De esta manera, si la despolarización de la membrana alcanza un potencial umbral se dispara un


potencial de acción que se extiende por toda la membrana y permite la contracción del músculo.
Esta despolarización, conocida como impulso nervioso o impulso muscular viaja por la membrana
llegando al retículo sarcoplasmático, que almacena pequeñas reservas de calcio dentro de la
célula, donde los iones de calcio se activan y son transportados. Este calcio viaja dentro de la
célula muscular en grandes cantidades que estimulan la contracción del músculo. Si no entra calcio
en la célula muscular no puede haber contracción pues el calcio es el estimulante principal para
que la contracción tenga lugar.

El vertido de calcio estimula la contracción muscular, produciendo la unión de la tropomiosina


con la troponina formando el complejo troponina-tropomiosina. Esto provoca cambios que hacen
que los puentes cruzados de los filamentos de miosina reaccionen con los filamentos de actina. Al
encontrarse el músculo en reposo, las cabezas de los filamentos de miosina están desunidas de los
de actina. Cuando el músculo estimula las cabezas de los filamentos de miosina estos se unen a los
filamentos de actina provocado una tensión muscular y por tanto fuerza en la contracción. Este
fenómeno hace que los filamentos de actina se enrosquen y traccionen sobre los de miosina.

Propagación del potencial de acción

Para explicar cómo se da la propagación del impulso nervioso no podemos dejar de destacar dos
características fundamentales de la neurona que le proporcionan la rapidez necesaria para enviar
el impulso a través del axón: mielinización y diámetro.

 Los axones de las neuronas están mielinizados, es decir, recubiertos por una vaina de
mielina (sustancia grasa) que aísla la membrana de la célula. La vaina no es continua, al
extenderse a lo largo del axón presenta aberturas dejando al axón no aislado en estas
partes. Estas aberturas se denominan nódulos de Ranvier. El potencial de acción salta de
un nódulo al siguiente cuando atraviesa una fibra mielinizada. Esto se denomina
conducción saltatoria y permite una velocidad mucha más rápida de conducción que en las
fibras no mielinizadas (entre 5 y 50 veces más veloz). La mielinización de la vaina se da a lo
largo de los primeros años de vida y la ausencia de la misma provoca grandes daños
neuronales.

 La velocidad de transmisión del impulso está determinada, además, por el tamaño que
presenta la neurona. Las neuronas de mayor tamaño conducen los impulsos más deprisa
que aquellas de menor tamaño, dado que las primeras ofrecen menos resistencia al flujo
local de corriente.

Mecanismo general de la contracción muscular

En inicio y la ejecución de la contracción muscular se produce mediante la siguiente secuencia


de pasos:

 Un potencial de acción recorre un nervio motor hasta sus terminaciones sobre las fibras
musculares y el nervio secreta una pequeña cantidad de acetilcolina, que es la sustancia
neurotransmisora

 La acetilcolina actúa sobre una zona local de la membrana de la fibra muscular abriéndose
los canales con apertura por acetilcolina que permiten a los iones de sodio fluir hacia el
interior de la fibra muscular.

 El potencial de acción recorre la membrana de la fibra muscular provocando que el


retículo sarcoplasmático (que almacena calcio) libere calcio en el interior de las
miofibrillas.

 Los iones calcio inician unas fuerzas de atracción entre los filamentos de actina y de
miosina haciendo que se deslicen unos sobre otros (contracción propiamente dicha)

 En cuestión de segundos los iones calcio son bombeados de nuevo hacia el interior del
retículo sarcoplasmático donde permanecerán almacenados hasta que se produzca un
nuevo potencial de acción. Esta eliminación de los iones calcio hace que se detenga la
contracción.

Para que la contracción muscular se produzca los sistemas energéticos (aeróbico y anaeróbico)
proporcionan la energía necesaria a través del ATP. El ATP es la fuente energética (conocido como
“la moneda energética” del organismo) presente en la fibra muscular que se rompe
constantemente para liberar energía que posibilita la contracción y otros procesos esenciales. El
ATP se rompe para formar ADP durante el proceso de contracción y se une a una molécula de
creatina (proteína contráctil) en la célula muscular creando un nuevo ATP (el ATP ni el ADP se
unen a la creatina, repasen el concepto). Por lo tanto, la energía utilizada para la contracción
muscular es el ATP almacenado y el fosfato de creatina.
La contracción muscular necesita de ATP para realizar funciones básicas tales como:

 Para activar el mecanismo de paso a paso de la contracción muscular

 Bombea los iones calcio para que regresen al interior del retículo sarcoplasmático

 Bombea iones sodio y potasio a través de la membrana de la fibra muscular para


mantener un ambiente iónico adecuado para la propagación de los potenciales de acción

Hay 3 fuentes de energía principales para la contracción muscular:

1. La fosfocreatina, que tiene enlaces de energía similares al ATP pero contiene más energía
libre. La energía que se libera a partir de este enlace hace que se una un nuevo ion fosfato
al ADP para reconstruir el ATP. La energía que se obtiene a partir del ATP y de la
fosfocreatina es suficiente para mantener la contracción máxima del músculo durante solo
5 a 8 segundos.

2. La degradación del glucógeno o glucosa, para dar ácido pirúvico y ácido láctico. Esta
degradación libera energía que se emplea para convertir ADP en ATP. Puede producirse en
ausencia de oxígeno lo que proporciona más rapidez en la producción de ATP que si
actuara con oxígeno. Permite que la contracción máxima dure aproximadamente sólo un
minuto.

3. El metabolismo oxidativo, que se produce cuando el oxígeno se combina con los diferentes
nutrientes celulares para liberar ATP. Más del 95% de toda la energía que utilizan los
músculos para mantener contracciones sostenidas y duraderas proviene de esta fuente.
Los nutrientes que se utilizan son los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.

Para que la contracción muscular tenga lugar es fundamentalmente necesario el aporte de


energía que ponga en marcha este mecanismo. Las principales fuentes energéticas son los
compuestos ricos en fosfato. Como enumeramos anteriormente, el ATP participa en procesos
vitales para la contracción del músculo, en todos los pasos previos para que la contracción tenga
lugar. La falta de nutrientes necesarios para la producción de energía influye desfavorablemente
en la adaptación del sistema neuromuscular al entrenamiento. Si la glucosa en sangre no es la
adecuada para generar energía, la respuesta del sistema nervioso va a ser cada vez más lenta y
descoordinada, y por tanto la contracción muscular también va a ser lenta. Por esta razón, es
fundamental que las personas que se entrenan físicamente tengan una buena dieta alimenticia,
rica en hidratos de carbono y grasas, que haga posible una respuesta motora rápida, coordinada y
efectiva y que mantenga o mejore el funcionamiento neuromuscular.

Mecanismos de adaptación

Adaptaciones y respuestas neuromusculares

La realización de cualquier actividad o movimiento requiere de una adaptación específica del


sistema nervioso y de nuestro organismo en general. La adaptación es uno de los fenómenos más
importantes que se dan en el transcurso de toda la vida. Desde el punto de vista biológico, se
entiende a la adaptación como ciertas transformaciones que se dan en el organismo a fin de
“ajustarlo” a un medio distinto al suyo. La adaptación asegura la existencia del ser vivo dado que
en caso contrario no habría supervivencia.

Dentro del campo de la educación física y el deporte, la adaptación se presenta como un


incremento del rendimiento y como una respuesta a una aplicación de estímulos de trabajo. Es
decir que existe un equilibrio tanto en el medio externo (las cargas de trabajo por ejemplo) y lo
interno (el individuo).

Adaptación y entrenamiento

Una de esas adaptaciones de nuestro organismo es la que se da como respuesta a la realización


del ejercicio físico. El ejercicio físico produce cambios sustanciales en el organismo de la persona
entrenada. “Entrenamiento significa una adaptación o un cambio detectable a nivel de la
condición física (resistencia, fuerza, velocidad)”. Esto puede darse en diferentes sentidos:
metabólico y morfológico (células musculares, capilares, etc) y técnico-coordinativo (cerebro,
conductos nervioso, médula espinal). La adaptación constituye una capacidad básica de la que
gozan los organismos para sobrevivir en determinadas condiciones. Cuando un organismo se
adapta a una determinada situación hay un equilibrio entre los procesos de síntesis y de
degeneración (en condiciones normales), un ejemplo observable es la piel. Este equilibrio se
conoce con el nombre de homeostasis. Si algún estímulo rompe con esta homeostasis los distintos
sistemas que controlan y regulan nuestro organismo se encargan automáticamente de
recuperarla.

El entrenamiento deportivo provoca grandes adaptaciones del hombre y su organismo, un


conjunto de adaptaciones de su constitución física, de su estado físico y de su preparación
específica. La adaptación, que resulta posterior al entrenamiento, provoca ventajas sobre la salud
y la eficiencia general:

 Mejor estabilidad frente a los cambios de temperatura (mejora de la tolerancia al frío y al


calor),

 Mayor capacidad para soportar la carencia de oxígeno,

 Mayor capacidad de defensa contra las infecciones

 Mayor capacidad de resistencia a las toxinas

 Mayor estabilidad psíquica.

Si el organismo es sometido a un entrenamiento constante, de acuerdo con las características


de cada persona, responde de una forma general y progresiva. A esta respuesta progresiva le
sucede una respuesta específica de la funcionalidad de cada órgano y de cada estructura implicada
en el entrenamiento, la adaptación.
“Los cambios adaptativos que se producen en el sistema nervioso del deportista como
consecuencia del entrenamiento son las llamadas adaptaciones (a largo plazo) y respuestas
neuronales (a corto plazo). Las adaptaciones neuronales están determinadas por la habilidad del
sistema nervioso para realizar una apropiada “activación muscular”. Pueden producirse las
siguientes adaptaciones neuronales:

 Mejora en la coordinación intramuscular (aumento en el número y frecuencia de los


impulsos nerviosos)

 Mejora en la coordinación intermuscular

 Mejora en la inhibición neuromuscular.

Frecuencia de impulso quiere decir la cantidad de impulsos nerviosos por segundo que llegan a
las fibras musculares provenientes de la neurona motora. Cuando el SNC activa la unidad motora
la intensidad del impulso nervioso responde a la ley del “todo o nada”, es decir, se activa o no se
activa, y cuando se activa la intensidad del impulso nervioso es siempre la misma. Sin embargo, el
SNC puede variar la fuerza de contracción muscular variando también el número de unidades
motoras reclutadas y la frecuencia de impulsos nerviosos. El reclutamiento de una unidad motora
se basa en un breve período de contracción seguido de otro de relajación. Para lograr una
completa activación motora es necesario que todas las unidades motoras hayan sido reclutadas y
que todos los impulsos cuenten con una frecuencia óptima para realizar un reclutamiento efectivo
y, por lo tanto, se genere más fuerza.

Mejorar la coordinación intramuscular quiere decir mejorar la frecuencia de estimulación de las


unidades motoras. Para un esfuerzo máximo las unidades motoras se sincronizan en un mayor
número posible y en un mayor número de impulsos nerviosos. Una descoordinada frecuencia en
los impulsos nerviosos tiene mucha influencia en el rendimiento deportivo. Optimizar esta
adaptación implica, como mencionamos anteriormente, un entrenamiento basado en cargas
elevadas pero de pocas repeticiones. Se debe pensar, además, en la explosividad del movimiento y
en la intensidad máxima. Por otra parte, la mejora en la coordinación intermuscular produce una
estabilización a nivel articular, un aumento de la excitabilidad de la unidad motora y un
reclutamiento selectivo de unidades motoras. De esta manera, se recomiendan ejercicios que
implican una coordinación de diferentes grupos musculares y articulaciones, sobrecargas y
ejercicios gimnásticos.

La inhibición neuromuscular es una reacción defensora del cuerpo humano en la que ceden y se
relajan los músculos cuando se ejerce una fuerza superior a la que éstos pueden resistir. Los
órganos tendinosos de Golgi y los husos musculares (órganos propioceptores), localizados en
nuestros tendones y articulaciones, son los encargados de inhibir la fuerza de la contracción
muscular cuando la fuerza es mayor y corre el riesgo de colapsar la articulación. Por el contrario, la
inhibición también puede llegar a reducir la capacidad de fuerza en el individuo. Para un mejor
rendimiento en este aspecto, es necesaria una buena coordinación neuromuscular mediante la
mecanización de los ejercicios, la aplicación de movimientos explosivos y la capacidad para
generar un alto grado de fuerza.

El sistema nervioso está perfectamente preparado para realizar una correcta activación de los
impulsos nerviosos y adaptarse a las distintas demandas que le impone el músculo con la actividad
física. Este óptimo funcionamiento del SNC puede mantenerse o mejorar a través del
entrenamiento, provocando, entre los efectos más destacados, una mejora en la coordinación
(inter e intramuscular), un aumento en la velocidad de la respuesta motora y una estabilidad
general de todo el sistema. Por lo tanto, volvemos a remarcar la influencia positiva del
entrenamiento en las adaptaciones neuromusculares.

Podemos describir la función del sistema nervioso en una secuencia resumida de la siguiente
forma: 1. integrar los distintos estímulos que recibe del medio externo, pues está constantemente
recibiendo información de los cambios del ambiente 2. almacenar toda esa información, 3.
transformar los estímulos en movimientos con la respuesta más adecuada posible. Tal como se
indicó al comienzo de este trabajo la parte motriz del sistema nervioso (sistema motor) es la que
da la orden final y prioritaria en la realización del movimiento, y, por este motivo, es un elemento
indispensable en la integración sensomotora.

La fuerza

Una capacidad fundamental para la vida del hombre.

Como otro modo de comprender y ejemplificar las adaptaciones del SNC al entrenamiento
seleccionamos una capacidad condicional fundamental en el hombre: la fuerza. La fuerza puede
quedar definida tanto desde una perspectiva biomecánica como fisiológica:

 Desde el punto de vista biomecánico, es definida como la causa capaz de superar el estado
de reposo o de movimiento de un cuerpo.

 Desde el punto de vista fisiológico, definida como la capacidad de vencer una resistencia o
reaccionar contra la misma mediante una tensión muscular dinámica o estática.

La fuerza es producto de una acción muscular iniciada y dirigida por procesos eléctricos en el
sistema nervioso. La aplicación funcional de la fuerza en el entrenamiento se conoce como
“potencia” (aspecto explosivo de la fuerza). El desarrollo de esta capacidad en un músculo, o
grupo de músculos, está determinado por la cantidad de unidades motoras activadas y por el
grado de activación individual de cada una de ellas. Existen dos mecanismos de control de la
fuerza muscular por el sistema nervioso:

1. Reclutamiento del número de unidades motoras activas y

2. frecuencia de descarga de cada unidad motora.

Como expusimos anteriormente, el mecanismo de reclutamiento de las unidades motoras se


basa en un breve período de contracción seguido de otro de relajación y para que sea completado
es necesario que todas las unidades motoras hayan sido reclutadas (o todas o ninguna) y que
todos los impulsos cuenten con una frecuencia óptima para realizar un reclutamiento eficaz. El
reclutamiento de las unidades motoras se basa en dos principios:

1. Principio del tamaño: las unidades motoras se activan dependiendo del tamaño: primero se
activan las de menor tamaño, las de tipo I, luego otras superiores, las IIa y por último, las más
complejas, las de tipo IIb. Así, cuando se necesitan niveles bajos de fuerza actúan las inferiores y
para trabajos más complejos las superiores.

Para lograr una completa activación motora es necesario que todas las unidades motoras hayan
sido reclutadas y que todos los impulsos cuenten con una frecuencia óptima para realizar un
reclutamiento efectivo y, por lo tanto, se genere más fuerza.

2. Principio de todo o nada: a partir de un determinado potencial de acción las neuronas


motoras son reclutadas. Es decir, se activan o no se activan.

En el segundo mecanismo para control de la fuerza sucede que si aumenta la frecuencia de


descarga aumentan los potenciales en el nervio, en cambio un único potencial en el nervio
produce una fuerza contráctil débil.

Las ganancias de fuerza pueden lograrse sin cambios estructurales en los músculos pero no sin
adaptaciones nerviosas. Estas adaptaciones pueden ser a corto y a largo plazo. A corto plazo
tienen un alto componente del Sistema Nervioso e incluyen una mejor coordinación, un mejor
aprendizaje, y un incremento en la activación de los principales músculos implicados. A largo plazo
tienen que ver con la hipertrofia del músculo o del grupo muscular entrenado. La hipertrofia es el
aumento excesivo del tamaño del músculo y puede ser tanto temporal como crónica. La
hipertrofia temporal ocurre como resultado de la acumulación de fluidos (edema) en los espacios
intercelulares del músculo y consiste en una sensación de “hinchazón” luego de hacer una sesión
de ejercicios. Por otra parte, la hipertrofia crónica ocurre por un aumento del tamaño de las fibras
musculares o por un aumento en el número de fibras en el entrenamiento repetido contra
resistencia (hiperplasia) aunque esto no está comprobado en humanos, sólo en gatos.

La hipertrofia es un aumento de la masa total de un músculo, la atrofia, por el contrario,


consiste en la disminución de la masa:

Hipertrofia: Se debe al aumento de la cantidad (y tamaño) de filamentos de actina y de miosina


en cada fibra muscular. Cuando el número de proteínas contráctiles aumenta, el número de
miofibrillas de cada fibra muscular se divide para formar más miofibrillas Éste aumento del
número de miofibrillas y de su tamaño es lo que produce la hipertrofia del músculo. Una de las
formas en que el músculo aumenta de tamaño se denomina hiperplasia miofibrilar. La hiperplasia
en las fibras musculares es incierta pero lo que sí se produce es hiperplasia de las estructuras
dentro de las fibras y las células musculares (subfibrilar). Puede ser de dos tipos:

1. Hiperplasia sarcoplasmática: Aumento del número de organelas sarcoplasmáticas.


2. Hiperplasia miofibrilar-mitocondrial: Aumento del número de las miofibrillas y las
mitocondrias.

A su vez, hay dos tipos de hipertrofia:

1. Hipertrofia sarcoplasmática: Aumenta el volumen de proteínas no contráctiles y el plasma


semifluido entre las fibras musculares.

2. Hipertrofia del sarcómero: Aumento del tamaño y del número de los sarcómeros que
comprenden las miofibrillas.

Atrofia: Cuando no se utiliza un músculo durante un periodo de tiempo largo el ritmo de


regeneración degeneración de las proteínas contráctiles es más rápido que el ritmo de reposición
de las mismas; por ello se produce la atrofia del músculo. La atrofia tiene lugar inmediatamente
cuando un músculo pierde su inervación, ya que deja de recibir los estímulos contráctiles que
necesita para que se conserve su tamaño normal.

Tanto la hipertrofia como las características de las fibras musculares son factores que influyen
en el desarrollo de la fuerza muscular del individuo. Sin embargo, el consiguiente desarrollo no
sólo depende de los factores mencionados, sino que, también, y en mayor medida, de la
coordinación y control de nuestro Sistema Nervioso para poner en funcionamiento los músculos.
La fuerza, tal y como fue descripta en párrafos anteriores, es una de las capacidades
fundamentales para la vida del hombre, pues es necesaria para realizar muchas de las tareas de su
vida cotidiana. Es “un componente esencial para el rendimiento de cualquier ser humano y su
desarrollo formal no puede ser olvidado en la preparación de los deportistas”

Las adaptaciones neuronales son el principal factor en la mejor de la fuerza y son más
importantes que las adaptaciones producidas por la hipertrofia muscular. La progresión de las
adaptaciones de fuerza es fundamental a la hora de programar, controlar y planificar un
entrenamiento. Como ejemplo:

 De una a dos semanas de entrenamiento d la fuerza se producen adaptaciones de tipo


coordinativas (son también neuronales y no hay incremento en el tamaño del músculo)

 De 3 a 6 semanas de entrenamiento se producen adaptaciones neuronales.

 De 7 a 12 semanas se producen adaptaciones por hipertrofia.

En conclusión una mejora en el resultado del incremento de la fuerza puede producirse de la


combinación de factores neuronales con la hipertrofia muscular, siendo los primeros los más
predominantes.

Importancia del entrenamiento

Entre las funciones primarias de nuestro sistema motor podemos destacar la regulación de la
postura erecta y la locomoción, la dirección en los movimientos de las manos y de las piernas, la
dirección de la coordinación óculo-manual, y la dirección de distintos gestos corporales. Las
personas que se entrenan físicamente, a diferencia de aquellas sedentarias, aumentan la
capacidad del sistema neuromuscular para generar fuerza. A medida que disminuye la práctica de
actividad física diaria disminuye la fuerza y la masa muscular. Mantener el cuerpo entrenado es de
gran importancia para el mantenimiento de la calidad de vida y de la salud de las personas. Pero
además, el entrenamiento de la condición física no sólo mejora la calidad de vida del deportista
sino que, como pretendimos explicar, provoca cambios de gran importancia a nivel del sistema
nervioso central: modifica la programación y la estructura de las conexiones del cerebro con
rapidez; consigue un buen equilibrio entre los grupos musculares y los programas neuronales;
mantiene un elevado nivel de capacidad funcional; programa el sistema nervioso del deportista
individualmente consiguiendo su máximo potencial; representa un mayor estímulo para la
contracción de los músculos; ayuda a mantener el número total y el tamaño de las fibras
musculares; contribuye a conservar los niveles en cantidad y calidad de las unidades motoras; y
propende a una mejora en la adaptación del músculo, y del organismo, a las diferentes
actividades.

Desarrollo

Aspectos neurofisiológicos del ejercicio

“La preparación general del deportista requiere el entrenamiento físico y psicológico, no de sus
componentes separados sino de los aspectos estrechamente interrelacionados del rendimiento. Los
sistemas mental y físico interactúan continuamente y es importante recordar que un cuerpo bien
entrenado tiene poco valor en la competición sin una preparación mental correcta”.

Siguiendo las ideas de MarcAdle y Katch and Katch, podemos equipar al cuerpo a un sistema
cibernético vivo en el que el sistema nervioso central, junto con el encéfalo y la médula espinal,
controla las funciones del cuerpo mediante dos sistemas esenciales de comunicación:

 El sistema nervioso (los sistemas voluntario y autónomo): participa en los procesos


rápidos como la vista, la audición, el pensamiento y las contracciones musculares.

 El sistema hormonal (glándulas endócrinas): participa en el control de los procesos más


lentos del cuerpo como el metabolismo, las funciones sexuales, el crecimiento, etc.

A pesar de que cada sistema tiene funciones particulares los dos se encuentran en nexo con
el hipotálamo, situado cerca del diencéfalo. El hipotálamo tiene una relación estrecha con el
sistema límbico del encéfalo (en íntima conexión con las emociones)

El hipotálamo es un centro importante de control del sistema límbico. El sistema límbico es una
combinación de circuitos neuronales que controla el área emocional y motivacional. Constituye un
enorme complejo de estructuras cerebrales en cuya constitución el hipotálamo desempeña un
papel decisivo en nuestro medio interno porque es el encargado de:

 La regulación cardiovascular
 La regulación de la temperatura corporal

 La regulación de la ingestión de agua corporal

 La contracción uterina y la secreción de leche

 La regulación gastrointestinal y de la alimentación

 Control de la conducta emocional

De esta breve introducción se concluye que la eficacia física depende de la correcta interacción y
funcionamiento del sistema nervioso central, del sistema endócrino y del sistema muscular.

Respuestas y adaptaciones neuroendócrinas al ejercicio físico

Además del sistema nervioso, el sistema endócrino constituye una red principal de
comunicación dentro del cuerpo y su función esencial es la de integrar y controlar las funciones
corporales y así proporcionar estabilidad u homeostasis. Como ejemplo, si al realizar un ejercicio
disminuye la glucosa en la sangre esto puede acarrear un deterioro en el rendimiento físico como
así también otros cambios funcionales en el sistema nervioso y metabólico. Si, por el contrario, el
sistema nervioso y el endócrino funcionan coordinadamente se logra mantener el nivel de glucosa
en sangre adaptándose a cualquier intensidad y carga física. “Por ejemplo, durante el ejercicio,
una disminución de los niveles circulares de glucosa sanguínea puede traer como resultado una
disminución de rendimiento físico, además de otros cambios perjudiciales en las funciones
cerebrales, nerviosas y metabólicas. Sin embargo, gracias al esfuerzo coordinado de los sistemas
endócrino y nervioso autónomo se mantiene el nivel de glucosa sanguínea durante un espectro
muy amplio de intensidades y duraciones de ejercicio”.

Antes de continuar con nuestro trabajo de investigación, nos parece acertado definir con más
claridad el término homeostasis para apreciar mejor y valorar las funciones que cumplen estos dos
sistemas en nuestro organismo.

La homeostasis (u homeostasia) se define como la regulación de la composición del líquido


extracelular. Para que esta regulación sea posible intervienen complejos mecanismos que logran
estabilizar el medio interno, proceso esencial si las células del organismo funcionan con
normalidad. Para explicar mejor la importancia de éste término citamos un ejemplo: “el latido del
corazón depende de las contracciones rítmicas de las células musculares cardíacas. Esta actividad
muscular depende de señales eléctricas que, a su vez, dependen de la concentración de iones de
sodio y potasio en los líquidos extracelular e intracelular. Si existe un exceso de potasio en el
líquido extracelular, las células musculares cardíacas se vuelven demasiado excitables y puede
ocurrir que, en lugar de actuar de manera coordinada, se contraigan en movimientos
inapropiados. Por consiguiente, para que el corazón lata normalmente, la concentración de
potasio en el líquido extracelular debe mantenerse dentro de unos estrechos márgenes de
variación”.
El sistema endócrino es una pieza básica en la adaptación del organismo a las variaciones del
medio interno y externo (conservación de la homeostasis). Este sistema mantiene el medio interno
estable a pesar de los cambios en la entrada y salida de los distintos sustratos, minerales, agua,
calor, moléculas ambientales, etc. Las células endócrinas específicas, agrupadas en glándulas,
responden a estos cambios segregando sustancias químicas denominadas hormonas. Éstas son
transportadas por el torrente sanguíneo a diversos tejidos donde transmiten mensajes y actúan
sobre las células destinadas para que controlen la inestabilidad del medio.

De acuerdo a todo lo expuesto anteriormente estamos en condiciones de hablar de un sistema


neuroendócrino que produce dos tipos de respuestas: nerviosa y hormonal.

Los sistemas endócrino y nervioso actúan coordinadamente para iniciar y controlar el


movimiento y todos los procesos fisiológicos que intervienen en el mismo. El sistema nervioso
funciona rápidamente, en forma local, y en poco tiempo mientras que el sistema endócrino
funciona con más lentitud pero su trabajo es general y sus efectos más duraderos.

El sistema nervioso y endócrino son los principales sistemas que intervienen en la adaptación
del organismo a los distintos cambios que sufre el mismo. Ambos traducen las señales distintas en
respuestas y comparten comparen las siguientes características:

 Poseen capacidad secretoria

 Generan potenciales eléctricos y pueden despolarizarse

 Poseen neurotransmisores

 Son mediadores en la síntesis proteica

Tanto el sistema nervioso como el endócrino actúan regulando y controlando la actividad


general de los diferentes sistemas que componen nuestro organismo. Mientras el sistema
endócrino utiliza hormonas para transmitir la información, el sistema nervioso se vale de impulsos
eléctricos. Los nervios envían señales eléctricas a los músculos para controlar su contracción al
tiempo que el sistema nervioso autónomo controla la función de los órganos internos.

Por otra parte, al hablar de las respuestas del sistema neuroendócrino al ejercicio debemos
hacer mención de algunos factores que influyen notablemente en estas respuestas. Enumeramos
y hacemos una breve mención de los más destacados:

 Intensidad del ejercicio: Existe un umbral de intensidad que condiciona cualititiva y


cuantitativamente la respuesta al ejercicio.

o Para otros autores la intensidad en el ejercicio es el punto más importante en las


respuestas al movimiento. Niveles moderados de intensidad, postulan, producen
efectos más beneficiosos para la salud en general que niveles altos y agotadores.
 Duración del ejercicio: Este punto se encuentra en íntima relación con el factor expuesto
anteriormente porque el objetivo está en alcanzar el umbral relativo a la intensidad y la
duración. Es decir, reflejar el mayor beneficio en el tiempo invertido aplicando la
intensidad apropiada.

o En términos fisiológicos podemos destacar que varias hormonas sólo aumentan su


concentración después de un cierto tiempo de realización del ejercicio aunque el
ejercicio se realice por debajo del umbral de duración adecuado.

 Efectos del entrenamiento: Está comprobado que el ejercicio físico regular modifica el
umbral de intensidad que condiciona la respuesta hormonal al ejercicio.

Dos sistemas principales de comunicación

El sistema nervioso y el sistema endócrino actúan sinérgicamente con la función hormonal. El


sistema nervioso central, a través del hipotálamo, es el responsable del control de la mayoría de
las secreciones hormonales y, por otro lado, hormonas específicas actúan para modificar la
función neural. Por esta razón se vuelve necesario el análisis del sistema neuroendócrino en el
movimiento.

Las hormonas son sustancias químicas sintetizadas por una glándula específica que la secreta al
torrente sanguíneo para que sean trasportadas. La función principal de las hormonas es cambiar
los ritmos de las reacciones celulares. Esto se produce mediante una modificación en el ritmo de
síntesis de proteínas intracelulares, el ritmo de la actividad de las enzimas o alterando el
transporte por la membrana de algunas sustancias a la célula.

Las hormonas intervienen en la mayoría de los procesos fisiológicos del organismo porque que
se las considera como fundamentales en muchos aspectos del rendimiento en el ejercicio y en los
deportes.

Como la actividad del sistema nervioso, la secreción de hormonas debe responder


efectivamente para poder cumplir con las demandas inmediatas de las distintas funciones
corporales que se encuentran en continua variación. Es decir, que la secreción hormonal no ocurre
en forma constante.

Seleccionamos como el ejemplo más adecuado respecto de la regulación hormonal del ejercicio
a la hormona insulina (secretada por el páncreas) porque es la responsable de regular el
metabolismo total de la glucosa. Los hidratos de carbono (provenientes de nuestra nutrición) son
el combustible más importante durante la realización de actividad física y por esta razón debemos
considerar especialmente a las hormonas que regulan su actividad. Para que nuestro cuerpo
satisfaga las mayores exigencias de energía durante el ejercicio, debe haber más glucosa
disponible para los músculos. La glucosa se almacena en el cuerpo como glucógeno
(principalmente en músculos y en el hígado). El glucógeno debe ser liberado (mediante procesos
metabólicos) para entrar en la sangre y circular por el cuerpo accediendo de esta forma a los
tejidos. La concentración de glucosa en la sangre en la realización de la actividad física depende
del equilibrio entre el consumo de glucosa por los músculos y su liberación por el hígado.

Hacemos mención de cuatro hormonas reguladoras que trabajan para incrementar la cantidad
de glucosa en sangre:

 Glucagón

 La adrenalina

 La noradrenalina

 El cortisol

Sin embargo, la simple liberación de aptas cantidades de glucosa en la sangre no asegura que las
células musculares puedan tener la glucosa necesaria para satisfacer sus demandas de energía. De
esta manera, la glucosa no solamente debe ser enviada a estas células sino también capturada por
ellas. Éste es el trabajo particular de la insulina, pues ayuda a que la glucosa liberada entre en las
células para que pueda ser utilizada en la producción de energía.

En ausencia total de insulina sólo pequeñas cantidades de glucosa pueden ser transportadas
dentro de las células. Se considera a la insulina como el mediador de la difusión facilitada (pasaje
rápido de una molécula al interior de la célula) por la que la glucosa en la presencia de insulina se
combina con un portador de glucosa para ser transportada en el interior de las células. Es así como
esta hormona pancreática realmente controla el ritmo del metabolismo celular de la glucosa.

En el transcurso de esta investigación, se tomó como modelo explicativo de las adaptaciones


neuronales a la actividad una capacidad condicional fundamental en la vida del hombre: la fuerza.
La razón por la cual recurrimos a este concepto es que, a la luz del mismo, es posible apreciar con
gran nitidez las adaptaciones que experimenta el Sistema Nervioso durante el entrenamiento. Y es
que en ninguna actividad física se puede subestimar el papel de la fuerza. Ahora bien, al introducir
el concepto de “Sistema Endócrino” como colaborador del “Sistema Nervioso” es importante
resaltar que la participación de estos dos sistemas conlleva a grandes adaptaciones en lo que a la
adquisición de la fuerza respecta.

En base a las consideraciones efectuadas precedentemente, es posible afirmar que el


entrenamiento mejora notablemente tanto la estimulación del sistema nervioso como del sistema
endócrino, produce mejoras en su funcionamiento (consiguiendo un óptimo nivel de
funcionalidad) y, como consecuencia, en la adaptación de estos sistemas a los cambios y
situaciones que experimenta el organismo durante el entrenamiento físico. Como analizamos en
párrafos anteriores, las personas entrenadas, a diferencia de aquellas que no realizan actividad
física, aumentan la capacidad del sistema neuromuscular en muchos aspectos. Sin embargo, a
medida que disminuye la práctica de actividad física diaria, o debido al completo sedentarismo,
esta capacidad funcional va decreciendo.
La falta de actividad física puede acelerar la pérdida de tejido muscular (denominada
sarcopenia), lo cual deriva en la pérdida de fuerza y en un mayor esfuerzo para realizar una tarea
dada, con la consiguiente aparición de la fatiga neuromuscular. “Cuando una tarea se vuelve
incómoda debido al excesivo esfuerzo que se debe hacer para completarla, los sujetos abandonan
este tipo de tareas o desarrollan patrones motores menos eficientes, lo cual crea un ciclo
progresivo de pérdida muscular, reducción de la fuerza e incapacidad”. Una de las principales
causas de la pérdida del tejido muscular es la pérdida de la aferencia neural hacia los músculos. La
pérdida de neuronas es un proceso continuo e irreversible que se produce durante toda la vida.
Con la consiguiente pérdida de unidades motoras, las unidades motoras que sobreviven intentan
compensar la pérdida “adoptando” fibras musculares. La pérdida de unidades motoras resulta en
la atrofia muscular y en la reducción de la fuerza.

En relación con lo expuesto en el párrafo anterior, parece oportuno abordar el problema de la


fatiga en la actividad física porque, si bien el entrenamiento es un medio importante en la mejora
del funcionamiento y en la estimulación del sistema nervioso, el exceso en su realización, el
sobreesfuerzo, la incorrecta aplicación de intensidades en las distintas actividades y la duración
inadecuada de los ejercicios, entre otros factores, pueden generar un efecto poco favorable tanto
para el funcionamiento neuromuscular como para la salud de la persona en general.

Distintos enfoques sobre la fatiga:

 Disminución transitoria de la capacidad de trabajo del músculo esquelético durante la


actividad física (Asmussen)

 Incapacidad para mantener la potencia desarrollada, es decir, la intensidad del esfuerzo,


durante un determinado tipo de ejercicio (Edwards)

 Reducción de la capacidad de generar tensión máxima, independientemente del tipo de


trabajo que se efectúe (Bigland Ritchie y Cols)

 Disminución acusada del rendimiento , que además de implicar un aumento del esfuerzo
necesario para realizar un trabajo de forma voluntaria, produce una incapacidad eventual
o momentánea para desarrollar dicho trabajo (Enoka y Stuart)

Estas cuatro definiciones exponen las siguientes características comunes a la fatiga:

1. Disminución de la capacidad de esfuerzo o rendimiento

2. Disminución de la capacidad para generar fuerza muscular máxima

Aunque la fatiga se define a través de la medida de variables objetivas, el sujeto puede percibir
la fatiga como un “constructo mental”, que es la sensación de fatiga. Esta sensación resulta de
factores neurofisiológicos y neuropsicológicos que la determinan:

 Características del ejercicio (ejemplo: intensidad)


 Información sensitiva (ejemplo: reflejos musculares)

 Factores metabólicos (ejemplo: glucemia)

 Temperatura corporal (hipertermia - hipotermia)

 Esfuerzo respiratorio y cardiovascular (ejemplo: taquicardia)

 Respuesta neuroendocrina al esfuerzo (cambios hormonales)

 Respuesta del SNC (ejemplo: alteraciones en los niveles regionales de neurotransmisores)

 Grado de atención

 Motivación (miedo, placer, recompensa)

 Estado anímico

 Sensación de esfuerzo

 Expectativa de rendimiento

Existen dos tipos de fatiga, la central y la periférica. La fatiga central consiste en la disminución
de la capacidad para generar fuerza máxima y|o potencia muscular máxima debida a una
alteración en las órdenes que genera y transmite el sistema nervioso a las fibras musculares. Por
otro lado, la fatiga periférica ocurre como consecuencia de la alteración en la generación de
tensión de las fibras musculares. Resulta complicado hacer una distinción entre estos dos tipos de
fatiga. Sin embargo, para una mejor comprensión, en ambos casos la fatiga se debe a las distintas
alteraciones en las órdenes que genera y envía el sistema nervioso, sólo que las mismas ocurren a
distintos niveles.

Por todo lo expuesto, resulta que, gracias a la realización de ejercicio físico de modo constante y
periódico, el sistema neuromuscular de la persona entrenada experimenta importantes
adaptaciones, las cuales se traducen en ventajas fundamentales para el funcionamiento del
mismo, ventajas de las que carecen aquellos que llevan una vida sedentaria. Entre esas ventajas se
encuentran, como ya se señaló detalladamente en esta investigación:

 Una mejor coordinación inter e intramuscular.

 Una mejor inhibición neuromuscular.

 Un aumento de la capacidad del sistema neuromuscular para generar fuerza

 Una modificación en la programación y la estructura de las conexiones del cerebro.

 Una mejora del equilibrio entre los grupos musculares y los programas neuronales.

 Un aumento de la capacidad funcional.


 Un aumento de la funcionalidad del sistema, permitiéndole alcanzar su máximo potencial.

 Un aumento en la velocidad de transmisión de los impulsos y de la respuesta motora.

 Un mayor estímulo para la contracción de los músculos.

 La conservación del número total y el tamaño de las fibras musculares.

 La conservación de los niveles en cantidad y calidad de las unidades motoras.

 Una mejor adaptación del músculo, y del organismo, a las diferentes actividades.

 En definitiva, una mejora en la calidad de vida de la persona que se entrena.

Estas ventajas sólo podrán alcanzarse en tanto y en cuanto la persona que entrena respete
ciertos parámetros en la realización del entrenamiento, tales como la intensidad del ejercicio
realizado, la duración del mismo, la frecuencia con que se lleva a cabo, etc. Además, dicha
actividad debe adecuarse a un principio fundamental en materia de entrenamiento físico: la
especificidad, en virtud del cual se debe buscar la obtención del mejor rendimiento posible,
estrictamente en el ámbito del deporte que se practica o de la actividad que se pretende realizar.

Bibliografía

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