“DISECCIÓN DE OJO”
Actividad 3: Prueba de daltonismo.
Daltonismo
Para entender en qué consiste el daltonismo, debemos tener en cuenta que las células sensoriales
(fotorreceptores) de la retina que reaccionan en respuesta a la luz son dos: conos y bastones.
Los bastones se activan en la oscuridad y sólo permiten distinguir el negro, el blanco y los distintos
grises. Los conos, en cambio, funcionan de día y hacen posible la visión de los colores. Existen tres tipos
de conos; uno especialmente sensible a la luz roja, otro a la luz verde y un tercero a la luz azul. Tanto
los conos como los bastones se conectan con los centros cerebrales de la visión por medio del nervio
óptico. El cerebro utiliza la información de éstas tres células cónicas de color para determinar nuestra
percepción del color y para diferenciar los colores.
El daltonismo se produce debido al fallo de los genes encargados de producir los pigmentos de colores
en los conos. Así, dependiendo del pigmento defectuoso, la persona confundirá unos colores u otros.
Por ejemplo, si el pigmento defectuoso es el del rojo, el individuo no distinguirá el rojo ni sus
combinaciones.
Los padres se dan cuenta que el hijo no ve bien los colores al pintar o al describir algo coloreado. Un
adulto puede sospechar de su incapacidad de distinguir colores o matices de ellos al combinar ropa, al
compararse con otras personas, o al conducir un automóvil (identificar las luces de los semáforos).
El proceso de enfocar el ojo para la visión a diferentes distancias se denomina acomodación ocular y se
debe a cambios del diámetro central del cristalino. Esta acomodación depende de la elasticidad del
cristalino y el mecanismo correspondiente reside principalmente en el músculo ciliar. Los músculos
ciliares son parte del cuerpo ciliar, donde se insertan los ligamentos suspensorios.
En la visión cercan, los rayos luminosos llegan al ojo en forma divergente por lo que el cristalino debe
aumentar su diámetro centra con el fin de proyectar la imagen sobre la retina y no detrás de ella.
En la visión lejana, los rayos luminosos que provienen de un punto en el espacio, son considerados
paralelos al ingresar al globo ocular y convergen formando un punto en la retina debido a la refracción
convergente que experimentan al pasar por la córnea y el cristalino. En estas circunstancias, los
músculos ciliares permanecen totalmente relajados, determinando que el cristalino tenga un máximo
aplanamiento y con ello su menor poder de convergencia, adecuado para hacer converger los rayos
paralelos exactamente sobre la retina formándose la imagen.
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