A pesar de ser una disciplina relativamente nueva, ya han surgido muchos tipos y
escuelas de coaching.
1. Observar
2. Toma de conciencia
3. Determinación de objetivos
4. Actuación
Una vez determinados los objetivos, se deben elegir las acciones a poner en
marcha para su consecución. La misión del coaching es elegir aquellas acciones
que potencien las capacidades del pupilo.
5. Medición de resultados
Evidentemente, no hablamos de los conocimientos mínimos propios del sector, como las
tasaciones inmobiliarias o la formación en técnicas de venta inmobiliaria. Nos referimos
a aquellas facetas de tu personalidad que pueden marcar la diferencia con respecto a la
competencia o entre tus compañeros de profesión.
Iniciativa
Existen dos tipos de personas, las que se achantan ante los problemas, o las que se
crecen. Estar entre las segundas no tiene precio en un sector como el nuestro, donde son
miles las circunstancias que rodean el cierre de una vivienda y donde el precio de las
transacciones con frecuencia supone un enorme desembolso.
Es característico de las personas optimistas ser al mismo tiempo proactivas, puesto que
ven soluciones donde otros sólo ven problemas. Al mismo tiempo, los optimistas y
proactivos suelen tener una característica poco común: el empuje.
Empuje es no desanimarse cuando las cosas van mal, saber motivar a aquellos que están
cerca de ti, además de tus subordinados si es que ostentas un cargo de responsabilidad.
Planificación
No olvides que el agente del futuro no vende propiedades, sino que asesora a los
clientes con su tiempo. Por tanto, planificar a corto, medio y largo plazo hará que
aumente la rentabilidad del agente inmobiliario, porque el día nunca tiene más de 24
horas.
Adaptabilidad
Ni que decir tiene que un agente inmobiliario debe ser capaz de adaptarse a la realidad
de un mercado cambiante. Si eres de los que han sufrido la crisis inmobiliaria, habrás
experimentado en tu propia carne la necesidad de adaptarse o morir.
Por eso, junto con la adaptabilidad, destacamos otra habilidad necesaria para el agente
inmobiliario, la capacidad para reinventarse. Quizás en otros sectores profesionales los
cambios no sean tan drásticos, pero es evidente que en nuestro sector, o buscamos
diariamente la capacidad de reinventar la profesión, o otros nos pasarán por encima.
Por ponerte un ejemplo de este mismo blog inmobiliario, la tecnología nos ofrece
avances casi diarios que nos ayudan a ser más productivos. Una buena web para
inmobiliarias y un software son parte del cambio que necesitamos para llegar más lejos.
Sociabilidad
Puede parecer una cuestión frívola, pero en el sector que nos ocupa no es opcional ser
sociable. Como muchas de las profesiones liberales, la de agente inmobiliario depende
de los clientes. El trato con ellos y asesorar como si fueran de la familia, no es
negociable para un agente.
Honestidad
En el caso de estudio que publicamos hace poco, veíamos cómo el Grupo Remax exige
a sus franquiciados y agentes un código ético riguroso. En una sociedad donde la
información personal y financiera circula con gran facilidad y a la que los agentes tienen
acceso, la honestidad se convierte en una característica necesaria.
Lo primero que debes tener en cuenta es si eres un jugador solitario o te gustan los
deporte de equipo. Si eres de los primeros, no te sientas mal, a jugar en equipo también
se aprende.
Si funcionas mejor en solitario, por las razones que sea, habrás experimentado
problemas para integrarte en equipos de trabajo extensos. Y estas dificultades pueden
estar bloqueando la consecución de tus objetivos.
Orientación a resultados
Por último, no nos engañemos, el agente inmobiliario vive por y para el cierre de ventas.
A eso es a lo que nos orientamos cuando empieza una operación.
Objeciones
No queremos dejar de terminar esta entrada sin analizar alguna de las objeciones más
comunes a un proceso de coaching . Quizás no las compartas, pero hemos visto
comentarios en redes sobre los que queremos llamar tu atención.
De ahí una de las objeciones que hemos encontrado a un proceso de coaching, la de que
cualquiera puede “ponerse” el título de coach inmobiliario. Como consecuencia del
intrusismo que hemos detectado en esta profesión, aparecen supuestos “expertos” que
proponen sesiones de limpieza de energías negativas como modelo de sesión de
coaching inmobiliario.
¡Ni que decir tiene que el coaching no es eso! No te dejes engañar, un proceso de
coaching es un viaje regulado como hemos visto al inicio de este post.
La segunda de las objeciones que se mencionan con frecuencia es que los coachs no
trabajan el largo plazo. Se confunde la misión del coach con el del motivador. Como a
otras muchas disciplinas de nuestra sociedad la frivolización de los procesos también ha
afectado al coaching.
Por eso, cuando alguien se plantea contratar o requerir los servicios de un coach en
nuestro imaginario colectivo prende la imagen de un espabilado que nos dice con
energía “tú puedes”. La motivación está muy bien, y es necesaria para el ejercicio de
cualquier profesión, sea la inmobiliaria u otra, pero un coach no sólo motiva. Un coach
inmobiliario nos ayuda a analizar nuestras habilidades y a desbloquear lo que nos
impide llegar a lograr objetivos.
Desconfía de quien sale de una sesión “muy motivado” porque de una sesión de
coaching inmobiliario debes salir con un plan.