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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS

POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
FILIAL SULLANA
DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

DOCENTE

DR. WILFREDO SALVADOR RUEDA ZEGARRA

TEMA
“LOS TRATADOS INTERNACIONALES”

AUTOR
BERROCAL ALCOSER YVAN RENE

SULLANA –
PERÚ 2018
LOS TRATADOS INTERNACIONALES

Nociones de Acuerdo y de tratado Internacionales:

-Concepto de Tratado:
Son el instrumento privilegiado e inherente de las relaciones internacionales.
Suponen frente a la costumbre un factor de seguridad. Las obligaciones se
expresan por las partes de una forma muy precisa.
Frente a la costumbre los tratados permiten que todos los Estados que se van a
ver comprometidos por él participen en su elaboración. Otra ventaja de los
tratados es que sus normas se elaboran con más rapidez que las
consuetudinarias, aunque éstas cristalizan con más rapidez.

-Concepto de acuerdo internacional:


Cuando se unen las opiniones o puntos de vista de sujetos de orden jurídico
internacional, sobre cuestiones o problemas que surgen en sus relaciones
internacionales se crean los acuerdos internacionales, lato sensu.
Existen varios acuerdos; los que se expresan a través de la adopción, por medio
del voto, de resoluciones internacionales en el seno de los órganos de una
organización internacional…
Estos acuerdos se realizan con una finalidad: producir efectos jurídicos,
establecer “compromisos de honor”, “acuerdos convencionales”.
Los sujetos “acuerdan”, comprometiéndose recíprocamente, a cumplir las
obligaciones y respetar los derechos contenidos en un instrumento escrito o
establecidos verbalmente.
La denominación de “tratados internacionales” equivale a la de “acuerdos
internacionales” que producen efectos jurídicos internacionales.
La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados entró en vigor el 27 de
enero de 1980 al cumplirse las exigencias del artículo 84. Esta Convención
constituye hoy en día el texto convencional codificador fundamental en toda esta
materia. El propio TIJ se ha referido a é en diversas decisiones afirmando que
prueba el Derecho consuetudinario general.

2. Análisis del Concepto de tratado internacional.

A) Capacidad para concluir tratados internacionales


Los Estados poseen una capacidad general para concluir tratados
internacionales con cualesquiera otros sujetos de Derecho Internacional, tal
como reconoce el artículo 6 del Convenio de 1969.
Un Estado puede atribuir a un tercer Estado u organización internacional su
competencia de celebrar tratados internacionales en determinadas materias.
Existen determinados problemas:
1. ¿Pueden los particulares concluir tratados internacionales con Estados?
Los particulares son incapaces para concluir entre sí tratados internacionales,
por muy importantes que sean sus acuerdos para las relaciones internacionales
en su conjunto.
Cuando personas que son órganos de diferentes Estados concluyen acuerdos
en calidad de simples particulares, dichos acuerdos no son verdaderos tratados
internacionales.
Estos acuerdos entre Estados y particulares si se quieren concluir pueden ser
sometidos (por vía de tratado internacional) a un régimen que sea regulado en
mayor o menor medida por normas de Derecho Internacional Público.

2. ¿Tiene un ente territorial que integra un Estado capacidad para concluir


tratados internacionales?
De acuerdo con el Derecho Internacional general, esto depende de la
constitución de dicho Estado. Y el hecho es que las constituciones que
reconocen tal posibilidad lo hacen dentro de límites estrictos.
Las Organizaciones internacionales interestatales reciben por lo general, de los
estados que las crean, por atribución explícita o implícita, la capacidad para
concluir tratados internacionales, capacidad ejercitable en un ámbito variable de
materias, de acuerdo con las funciones para cuya realización fuera creado el
ente.
(Muchos tratados creadores de organizaciones internacionales prevén la
capacidad de éstas para concluir ciertos tratados internacionales.

B) Sometimiento de los tratados al Derecho Internacional.


Un tratado internacional produce, como se ha indicado, efectos de derecho.
Tales efectos consisten principalmente en la creación, modificación o extinción
de obligaciones y derechos subjetivos.
Aunque los tratados internacionales, sean bilaterales o multilaterales, cumplen
una multiplicidad de funciones que a veces se asemejan a las de las Leyes
internas y a veces a las de los simples contratos entre particulares, pero que
pueden ser ambas simultáneamente. Así pues, en un mismo tratado
internacional se pueden incluir normas que impongan simples obligaciones
contractuales recíprocas, al lado de otras normas que crean obligaciones
jurídicas cuya observancia no origina la terminación del tratado creador. Se crean
normas “generales” destinadas a regular la conducta de las partes para un
conjunto indeterminado de conductas futuras. Además, por tratado multilateral
pueden crearse normas que imponen obligaciones erga omnes, es decir, cuyo
cumplimiento puede ser exigido por todas las Partes incluso si no han sido
“materialmente lesionadas” por la presunta violación.
Si bien es cierto que determinados tratados bilaterales entre Estados tienen una
enorme importancia para la Comunidad Internacional en su conjunto. Son lo
tratados multilaterales, también sobre todo interestatales, los que poseen la
eficacia reguladora fundamental de amplios sectores del ordenamiento jurídico
internacional. De ahí que la codificación del derecho Internacional se esté
realizando a través de instrumentos convencionales multilaterales. Y esos
mismos tratados, la mayor parte de cuyas disposiciones son “normas generales”
pueden contribuir al desarrollo progresivo del Derecho Internacional,
estableciendo obligaciones que son esencialmente las mismas para todas las
partes.
La creación, modificación o extinción de obligaciones y derechos, y en general
la producción de efectos jurídicos por vía “convencional” internacional, depende
en cada caso de la intención de las partes, que no siempre será fácil de
determinar.
Se ha llamado la atención sobre fenómenos como la inclusión en tu tratado
internacional de disposiciones que no constituyan normas jurídicas en sentido
propio o la posibilidad de establecer una cierta “gradación” de los acuerdos
internacionales según la intensidad de su obligatoriedad: acuerdos de fácil
denuncia o retiro, etc.

C) La forma y denominación de los acuerdos internacionales


No existen requisitos de Derecho Internacional para la forma de los tratados
internacionales, que incluso pueden constar en uno o más instrumentos
conexos. Cualquier forma puede ser utilizada con plenos efectos. Esta doctrina
se desprende notoriamente de la Sentencia del TIJ en el asunto de la plataforma
continental del mar Egeo, cuando afirmó: “Sobre la cuestión de forma, el Tribunal
sólo necesita hacer notar que no existe regla de Derecho Internacional que
impida a un comunicado conjunto constituir un acuerdo internacional por el que
se somete una controversia a arbitraje o arreglo judicial.
Constitución o Carta son términos que se refieren a tratados constitutivos de
organizaciones internacionales. Convenio o Convención tienden a utilizarse para
cuerdos concluidos en formas no simplificadas y, en general, acuerdos en cuya
elaboración ha intervenido de algún modo una organización internacional.
(Protocolo significa muy frecuentemente un acuerdo complementario de otro
principal, etc.

3. Significado actual del procedimiento convencional.


No cabe dudar de las ventajas que el procedimiento convencional ofrece
respecto al proceso consuetudinario. Un tratado internacional constituye en
principio una fuente relativamente fiable y clara y sus disposiciones pueden ser
muy precisas. Su proceso de elaboración es por lo general relativamente rápido,
probablemente porque todo el proceso de negociar un tratado se dirige
exclusivamente a crear reglas de Derecho Internacional. Además, en su proceso
de elaboración pueden intervenir los Parlamentos internos. En particular, los
multilaterales presentan un carácter comparativamente democrático.
La enorme flexibilidad de los tratados multilaterales les permite lo mismo
establecer obligaciones muy precisas y detalladas que adoptar la forma de
“convenios-marco” o “códigos” o “cartas”.
En realidad, la universalidad y la heterogeneidad de la Comunidad Internacional
contemporánea han conducido a que el “tratado” sea la única fuente que es
reconocida plenamente y sin reservas por todos los Estados.
La codificación del Derecho Internacional por medio de tratados internacionales
e el mecanismo fundamental de consolidación del ordenamiento jurídico
internacional en nuestra época. Consentimiento de las partes.
Y una vez en vigor el instrumento convencional, su eficacia se ve mermada por
“deficiencias” consistentes en que la retirada de él o su denuncia son muy
difíciles, o en que no se han creado mecanismos o procedimientos específicos
para controlar y garantizar su cumplimiento.
ELEMENTOS DE EXISTENCIA, VALIDEZ Y PRINCIPIOS RECTORES DE LOS TRATADOS
INTERNACIONALES
Introducción
En el mundo actual la globalización es el mecanismo que permite una cohesión
adecuada entre sujetos del Derecho Internacional ya que las relaciones que
mantengan estos Sujetos propician grandes resultados económicos, políticos y
culturales, pero para que estas relaciones tengan un peso y se logren llevar
acabo de una manera eficiente y con base en la legalidad se deben considerar
distintos factores los cuales aportan elementos fundamentales que conllevan
que acuerdos verbales tomen estructura política y obligatoria, ya que no existe
como tal una constitución que dictamine la práctica ni la formulación de los
mismos.
Estos elementos y principios aportan la seriedad y el compromiso que
adquieren los Estados que desean realizar un tratado a nivel Internacional ya
que estas relaciones se deben llevar a la práctica de una manera ética y
responsable con la seguridad de que todos los sujetos involucrados lleven a
cabo lo establecido.
Como principios la buena fe y el consentimiento dan pie a generar opciones de
relaciones y acuerdos los cuales deben estar validados por elementos como la
capacidad jurídica Internacional, el conocimiento de las obligaciones y la
justificación del objeto ( el fin último) los cuales se detallaran a continuación.

Elementos de Existencia

Para empezar con los elemento de existencia de los tratados internacionales,


es necesario tener en cuenta un elemento que es de vital importancia para que
se pueda ir dando un entendimiento mayor, así como a su vez ir tejiendo esta
red sobre lo que se necesita para la realización de un tratado y nos referimos al
Acuerdo Internacional, ¿esto qué significa?, sabemos que además de ser
sinónimo de un Tratado Internacional, significa que es un convenio que se
celebra entre dos o más sujetos de Derecho Internacional y debido a que es
una fuente del Derecho mediante la cual se crean derechos y obligaciones,
para que exista la creación de un tratado es necesario que exista un acuerdo
entre sujetos del derecho internacional, ya que así se podrá constituir el efecto
jurídico general del Tratado.

Como hemos visto en clase, dentro del concepto “sujetos internacionales”,


encontramos en primer lugar a los Estados, los cuales en el pasado eran los
únicos que se les conocía con este concepto, pero ¿cómo se fue
evolucionando la sociedad? así como todos los sucesos en el mundo
comprendidos en la antigüedad, llegan las Organizaciones internacionales, que
además se ser creadas por los Estados para una mejor ejecución de justicia y
para una capacidad de resolver problemáticas de coexistencia sabemos que
los Estados hoy en día son incapaces para solucionar por sí mismos series de
problemas que exige un esfuerzo de cooperación internacional por lo tanto se
les dio el nombre también como sujetos del Derecho Internacional.

Y es que es necesario que sea entre sujetos del Derecho Internacional, porque
al tener una intervención de un órgano previsto de poder para concluir el
tratado, también sabemos que todo tratado concretado por cualesquiera
miembros de las Naciones Unidas, este será registrados en la Secretaría y
publicados por ésta a la mayor brevedad posible , además de que son “actos
jurídicos” por ende se entiende que es imposible considerar los acuerdos que
se celebren entre Estados y persona particulares porque al momento de que
son participes en la creación de las normas internacionales se vuelven
destinatarios de esas normas internacionales y participantes de un sistema
jurídico que regula las relaciones entre Estados soberanos.

De igual manera es importante dentro de los elementos de existencia el


elemento de que sea por escrito y ¿Por qué es esto?, lo que sucede es que en
ellos se está obrando el consentimiento expreso de los estados que están
interviniendo como partes. Y es que esto nos sugiere que las partes que están
participando además de ser testigos, sabrán que la decisión que hagan van a
tener una evidencia, lo cual va a crear condiciones bajo las cuales puedan
mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados
al estar plasmado todo en un papel se está creando una intención lícita de
poder modificar, extinguir, aclarar o constatar derechos y obligaciones. Por
escrito ya se está concretando las normas jurídicas internacionales que están
vinculando a los estados celebrantes; en pocas palabras lo que se busca con
esto es que exista una preparación del contenido del tratado y la prestación del
consentimiento.

“VALIDEZ DE LOS TRATADOS”


Las naciones para tener lazos comerciales y con ello mantener intercambios de
mercancías o servicios, se ven en la necesidad de ejercer un tratado, ya sea
multilateral o bilateral según sea el caso de los implicados, además de reforzar
sus lazos internacionales, por ello en cada tratado se estipulan los derechos y
obligaciones de común acuerdo, mismos que en tiempo y forma deberán de
cumplirse siempre y cuando no existan situaciones cambiarias de fuerza mayor
que obliguen a no realizarse el total de las obligaciones; es aquí en donde entra
la capacidad de las partes para el cumplimento de lo estipulado en acuerdo, en
donde los representantes del estado deberán de exponer sus debidos
argumentos del porque no pueden cumplir la totalidad de los deberes, siempre
y cuando sea oficial y certificado aquel representante de la nación.
Todos aquellos tratados que se manifiestan de común acuerdo entre las
naciones deberán de ser lícitos; es decir, deben de ser acuerdos e buena fe,
respetando las leyes internas de cada nación implicada, así como del mismo
derecho internacional, siempre con la finalidad de otorgar el cumplimiento de lo
pactado en las actas del tratado.
La formulación de tratados internacionales es un ejercicio que debe de
acatarse con la debida seriedad en tanto que son acuerdos de regulación
intercambiaría, estipulando preferencias arancelarias, tráfico de mercancías y
fechas de inicio y conclusión del mismo, por ello al mantener un acuerdo las
naciones convenidas aportan sus debidas cláusulas del ejercicio, en donde
solo se harán responsables de lo que sean capaces de controlar considerando
su producción interna, salvaguardando la integridad económica, política y social
de sus productores nacionales.
PRINCIPIOS RECTORES DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES

Los principios rectores son supuestos no jurídicos pero si establecidos en los


cuales se debe encontrar subjetivamente un Estado para poder formar parte de
un Tratado Internacional ya que, según las distintas teorías de integración
regional o bilateral los Estados deben hacer valer el Derecho Internacional con
lo cual mantienen una integridad y respeto a su Soberanía.
Dentro de los principios más destacados encontramos lo mencionados en la
Convención de Viena en los Art.46 y 52, los cuales nos mencionan que no
puede existir un vínculo entre dos Estados si no hay un consentimiento previo
de alguna de las dos partes, cuando se habla de la palabra “vínculo” la
debemos de entender como un conjunto de derechos y obligaciones los cuales
se está dispuesto a aceptar en el momento en que entra en vigor dicho tratado,
si bien un tratado bilateral no es sinónimo de un acto Supranacional, se
comprende que al adquirir ciertos beneficios por esta relación también las
obligaciones que se adquieren se deben cumplir de manera indicada con lo
cual los Estados no pueden tomar decisiones completamente autónomas ya
que pueden afectar a la otra parte. La base de todo Tratado Internacional es la
Buena Fe y esto se logra únicamente con una aceptación y compromiso previo
por parte de los Estados involucrados.

Otro principio de gran importancia es lo mencionado en el Art.26 donde la frase


“lo Pactado Obliga” nos refiere a un compromiso completo por parte de los
Estados en hacer valer lo pactado de una manera responsable, ética y de
buena fe, este ultimo puede resultar de las cualidades más importantes que
provoquen el éxito o el fracaso de un Tratado ya que si bien se ratifica y se
firma no tiene fundamentos jurídicos que obligue su aplicación como si fuera
una ley, es posible que algunos países tomen los tratados de una manera
monista donde deductivamente cambien sus políticas y leyes pero dentro de la
relación Entre sujetos internacionales la relación se basa únicamente en el
compromiso adquirido de Buena Fe.
Cuando un tratado internacional entra en vigor se manifiesta un termino de
conocimiento entre los involucrados de que las cosas y términos ya están
establecidos, textualmente se menciona “Estando Así Las Cosas”, es
fundamental que todos los términos sean del total conocimiento entre los
Estados ya que este principio da pie a que se lleve a la acción lo establecido y
que en un futuro no exista una inconformidad por ninguna de las partes, la
ratificación y el seguimiento de la normatividad permiten una correcta
aplicación y por lo tanto se ve beneficiada la relación y a su vez da fuerza a la
manifestación del Derecho Internacional.

En conclusión, los Tratados Internacionales son la ratificación escrita de una


relación y actividad que se llevaran a cabo entre dos o más Estados que son
sujetos al Derecho internacional y para que estos Tratados entren en vigor y se
respeten deben cubrir con distintos factores los cuales van desde los
elementos de existencia, de validez y los principios rectores de los cuales se
rige.
Los elementos de validez son los que van a funcionar para el respaldo de la
legalidad y legitimidad de dicho tratado, dentro de este elemento tenemos la
capacidad, el conocimiento y el objetivo.
Otro factor fundamental son los principios los cuales le van a dotar de
cualidades a dicho Tratado, dentro de estos principios encontramos los
conceptos éticos y morales en los cuales se debe fundamentar una relación
Internacional entre sujetos del DIP ya que como se menciona no existen
fundamentos jurídicos que obliguen a la aplicación de los términos establecidos
en los Tratados y por lo tanto los Estados relacionados a través de estos
principios se comprometen a la acción de manera responsable y
comprometida.

AMBITO DE APLICACIÓN DE LOS TRATADOS

INTERPRETACION DE TRATADOS
1. CUESTIONES GENERALES
Por las características particulares del Derecho internacional la interpretación
además de ser determinación del contenido normativo, es también fijación del
contenido y alcance de un determinado acto en las consecuencias jurídicas que
éste pueda tener.
La interpretación, es el primer acto en el proceso de aplicación de una norma
jurídica, y, si en ningún sistema mejor que aquí donde los órganos llamados a
interpretar una norma son igualmente órganos llamados a aplicarla. De aquí
también la diversidad de instancias internas e internacionales y que su actividad
es interesante en el análisis de la interpretación del Derecho internacional.
Los Estados partes en un acuerdo internacional son los primeros llamados a
aplicarlo y a interpretarlo, y esto tanto en el plano internacional que es el del
acuerdo, como en el plano interno. La que los órganos estatales hagan en el
plano interno es siempre, por definición, una interpretación unilateral; mientras
que la que realicen en el internacional será o bien unilateral o bien colectiva
(auténtica) aclarando los términos de ese acuerdo.
La interpretación interna unilateral es una consecuencia de la soberanía o
independencia de cada Estado, y, como unilateral y varia, necesariamente
discrepante. Es el riesgo al que está sometida toda norma internacional en el
proceso de su interpretación y aplicación interna. Por hay otros problemas cuyos
resultados son más perturbadores. En los Estados modernos, con el principio de
la separación de poderes, la interpretación del Derecho interno es función
primordial de los jueces y tribunales. No es así con la interpretación interna de
las reglas internacionales de carácter convencional en la que se impone como
criterio la llamada interpretación gubernamental sobre la que puedan realizar
esos tribunales o, incluso, como es el caso de Francia, haber, además de la
gubernamental, dos posibles vías de interpretación jurisdiccional interna de
reglas internacionales, ellas en si mismas discrepantes.
En el plano internacional los Estados juegan un papel interpretativo primordial.
Si los autores de un tratado internacional se ponen de acuerdo sobre el sentido
a dar a determinadas cláusulas de un acuerdo, tal interpretación prevalece sobre
cualquiera otra. En temas de interpretación se ha afirmado siempre que
corresponde interpretar a aquel que estableció la norma. En el Derecho
internacional, se la ha modulado en la forma siguiente: corresponde interpretar
una regla a aquel que tiene la facultad de suprimirla o de modificarla. Puede
habérsele conferido a un determinado organismo la facultad de establecer
normas y agotar con ello su competencia. En esta interpretación colectiva o
concertada, los Estados se sitúan en el límite de separación entre la
interpretación y la modificación del Derecho existente a través de nuevas reglas.
Interpretación internacional también es la que realizan los tribunales y las
organizaciones internacionales. La judicial internacional presenta notas
diferentes a las que tiene la judicial interna estatal. El carácter ocasional de los
procedimientos judiciales, la inexistencia de un principio de jurisdicción
internacional obligatoria, la falta de una estructura orgánica en los tribunales, son
todos factores que impiden que la jurisprudencia internacional posea el nivel de
coherencia y uniformidad que tiene la de los tribunales internos. Cierto es que el
problema de la interpretación de tratados internacionales es materia propia de
las diferencias internacionales aptas para ser resueltas por el procedimiento
judicial, pero esta clase de diferencias internacionales, está sometida a las
particularidades de la sociedad internacional. Por hipótesis, la organización en la
sociedad internacional de un sistema judicial jerarquizado, con un tribunal
supremo que le diera unidad, es extraña a esta sociedad. Allí donde, como es el
caso de las Comunidad Europea., se ha instaurado un sistema judicial próximo,
al de los Estados, se comienza a dudar del carácter internacional de este
Derecho. Ahora bien, el establecimiento de tribunales permanentes, los dos
Tribunales internacionales de La Haya, establecen un grado apreciable de
estabilidad y uniformidad en su jurisprudencia.

2. LAS NORMAS DE INTERPRETACION DEL DERECHO INTERNACIONAL


Las reglas de interpretación de normas internacionales son primordialmente
normas de interpretación de acuerdos internacionales. En su primera
formulación fueron reglas de elaboración doctrinal y hoy lo son de elaboración y
reconocimiento judicial. Acaso pueda sostenerse que la línea de evolución
general de las reglas de interpretación en el Derecho internacional ha ido desde
un voluntarismo o subjetivismo inicial, búsqueda de la voluntad o intención de las
partes, hacia una concepción objetiva, fijación del contenido de la regla.
Es importante marcar la diferencia fundamental entre la interpretación que hacen
los jueces internos puesto que ésta se hace siempre bajo la vigilancia de los
parlamentos. El propio texto legal es expresión de una voluntad ordenadora,
relativamente alejada de los datos e intereses inmediatos que enfrentan. En ella
se permite a los tribunales anticipar soluciones que la legislación después acoge
y consagra. Nada de esto existe en la sociedad internacional, el propio órgano
arbitral o judicial en su existencia, en la jurisdicción que ejercen, dependen
directamente de la voluntad de los Estados y en esa dependencia está el
Derecho que ellos han de aplicar. Así lo expresan hoy los art. que en la CV de
1969 que se ocupan de la interpretación de tratados. Sólo de forma discreta,
sobre esta base consensual, comienzan a aparecer elementos objetivos por la
influencia de las organizaciones internacionales y que, aunque no fue recogido
en las reglas de la CV, no deja de ser ya un elemento progresivo en la
configuración del Derecho internacional moderno.
a) Reglas principales
Texto y contexto. La 1ª regla de interpretación recogida en los art. 31 y 32 CV,
es la interpretación según el texto. Sólo de modo complementario es legitimo
acudir a otros medios interpretativos. La interpretación según el texto no significa,
interpretación literal; significa que la interpretación judicial internacional no puede
intentar «reescribir» el texto del acuerdo.
En esta línea, el art. 31,1 determina que el contenido se establecerá por el
sentido ordinario que de buena fe haya de atribuirse a los términos utilizados,
según el contexto y el objeto y fin del acuerdo. Solamente cuando conste de
modo claro la intención de las partes, se dará a los términos empleados una
acepción especial (art. 31,4). Ambos criterios, el del contexto y el del objeto y fin
habían sido ya utilizados por el TIJ en su jurisprudencia.
La necesidad de superar la interpretación literal mediante el recurso al objeto y
fin del tratado fue afirmada por el TIJ en los Asuntos del Suroeste Africano. África
del Sur, en apoyo de su tesis que negaba el ius standi o, en general, la facultad
de apelar a la jurisdicción del TIJ de cualquier Estado porque, desaparecida la
Sociedad de la Naciones, ninguno podio probar tener la condición de Estado
Miembro.
Contexto es, en primer lugar, el texto, incluidos preámbulo y anexos». Dentro de
ese espacio, un mismo término puede recibir diferentes acepciones, según el
contexto. No se puede, por ejemplo, fijar de modo abstracto y general el término
elegido y aplicarlo después mecánicamente todas las veces en que aparezca.
En unas, el contexto sugerirá la ampliación y en otras deberá tomársele en
sentido más restrictivo.
Contexto, en segundo lugar, son también:
Todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las
Partes.
Todo instrumento (no necesariamente acuerdo) configurado por una o más
Partes con motivo de la celebración de ese tratado y aceptado por las demás (no
necesariamente por todas).
Acuerdos y práctica ulterior y Derecho internacional común. Las normas que
configura un acuerdo internacional tienden a evolucionar y a adaptarse a la
circunstancia cambiante que acaso el mismo acuerdo tradicional contribuyó a
inducir.
Las partes son las mejor calificadas para introducir los cambios necesarios que
esa adaptación postula y, así lo expresa la regla del art. 31,3, a, CV, tanto si el
problema se plantea en el plano de la interpretación como si lo hace en el de la
ejecución o aplicación del acuerdo. Con ello se pone de relieve además que las
líneas de separación entre aplicación e interpretación son fluidas.
Con precisión técnica laudable el texto aclara que se trata de un acuerdo ulterior
entre las partes acerca de la interpretación del tratado. Estos términos restrictivos
tienen su base en la jurisprudencia de ambos Tribunales de La Haya.
La cuestión fue ya suscitada ante el TPA en el caso de las Pesquerías del
Atlántico Norte donde se sostuvo en opinión disidente que una norma de un
tratado anterior podía ser interpretada a través de otros tratados posteriores
concertados por la misma nación y sobre la misma materia. El TPJI en varias
ocasiones rechazó por inadecuado el argumento que pretendía deducir criterios
interpretativos de acuerdos concertados por los mismos Estados sobre materias
diferentes a aquella de la que se ocupa el acuerdo sometido a interpretación. En
el asunto de las Tomas de Aguas del Mosa el mismo Tribunal lo rechazó
categóricamente a pesar de que había coincidencia de Partes en los tres
tratados, coincidencia de fechas en la conclusión y de protocolización de la
ratificación en un solo instrumento.
Pero este rigor al que aludimos no exige que se trate de un acuerdo formal. El
comportamiento ulterior de las partes es un elemento valioso en la determinación
del contenido de los derechos y obligaciones de las Partes. En el asunto de la
Sentencia Arbitral dada por el Rey de España el TIJ apareció que el tratado entre
Honduras y Nicaragua de 1894 no contenía regla alguna sobre su entrada en
vigor, pero las medidas tomadas de común acuerdo para designar al Rey de
España como árbitro y la presencia de los dos Gobiernos en el procedimiento
arbitral, mostraban que la intención había sido que el tratado entrara en vigor con
la fecha del canje de las ratificaciones.
Bien es verdad que, a diferencia de lo que ocurre con el acuerdo expreso, el
recurso a la conducta ulterior no permitirá determinar fácilmente si ese posterior
comportamiento es una interpretación y aclaración del sentido originario de lo
acordado, por el contrario, los actos posteriores son modificaciones de los
derechos y deberes originarios. Esta cuestión puede tener gran importancia en
la determinación de la competencia concreta del Tribunal.
En esa valoración del comportamiento ulterior de las Partes hay que incluir como
elemento interpretativo de primera fila en la interpretación de las cartas
constitutivas de las organizaciones internacionales, la práctica de esta
organización. Tal es el caso del ejercicio del derecho de veto por parte de los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Quizá haya que matizar para
aplicar este criterio que es aceptable sólo cuando se refiera a los modos en el
ejercicio de las competencias atribuidas por la Carta, pero no cuando el problema
consista en la ampliación o modificación de esas mismas competencias. En la
opinión consultiva sobre los Asuntos del Suroeste Africano, la Corte apeló a la
práctica de la S. de las N. para deducir que ya entonces se consideró que las
diferencias surgidas respecto de la gestión de un Mandato pertenecían al orden
político y en cuanto tal era una diferencia entre el Mandatario y los órganos
competentes de la Sociedad de las Naciones y no entre aquel Estado y otros
Estados Miembros de esta organización.
El Derecho internacional común. La regla del art. 31, 3, c equilibra lo que de
unilateral pudiera parece tener la interpretación textual. Es una manifestación de
ese aspecto irreductible que el Derecho internacional presenta a toda
concepción estrictamente consensualista. Si el Derecho internacional es sistema
jurídico, claro está que las reglas convencionales, insertas en él, evolucionan al
compás de todo el conjunto normativo; relevantes, en la interpretación de normas
convencionales tiene que ser «toda norma pertinente de Derecho internacional
aplicable a las relaciones entre las partes». La conexión con las reglas generales
del Derecho internacional puede manifestarse no sólo como un problema de
interpretación, sino también de integración jurídica. Todo tratado incorpora
implícitamente reglas del Derecho común que no sólo lo interpretan, sino que lo
complementan.
La experiencia ha probado ya que ese principio dinámico de interpretación de
normas internacionales convencionales no la suministra sólo el Derecho
internacional, sino el interno de los Estados y no únicamente el público, sino que
también el privado. En un problema relativo a la interpretación de una vieja
convención de La Haya en materia de Derecho Internacional Privado se planteó
entre Suecia y Holanda una diferencia en cuanto al ejercicio de la patria potestad,
y las condiciones en que éste debía hacerse y que esa antigua convención de
1902, en conformidad con las concepciones jurídicas de la época había remitido
a la ley nacional del padre. El TIJ dio la razón a la tesis sueca en contra de la
nacionalidad holandesa del padre, y lo hizo atendiendo a la evolución de las
ideas que las instituciones privadas en materia de patria potestad y protección a
la infancia abandonada hablan ido aceptando los distintos países del entorno
cultural.
Ahora bien, este principio dinámico de interpretación, constituye el límite máximo
de lo tolerable en este sistema jurídico. Otra cosa seria adentrarse en el ámbito
de la función integradora de los tribunales en la interpretación del Derecho
interno, pero esta es una actividad vedada al juez internacional.
b) Reglas complementarias de interpretación
El recurso a los trabajos preparatorios. La inmediatividad que el texto
internacional conserva con la voluntad de sus autores justifica la utilización de
este medio interpretativo. El cambio desde la práctica anterior a la CV y el
resultado plasmado en ella es indicativo de esa evolución sufrida en el Derecho
interno de «objetivación» de la regla y de alejamiento de la voluntad originaria de
los autores de la norma.
Los dos Tribunales de La Haya a través de jurisprudencia repetida han aceptado
el recurso a los trabajos preparatorios, pero sólo cuando el texto no fuera claro
en su redacción. En el asunto de Admisión de nuevos miembros en las N.U. El
TIJ decía: «La Corte no tiene dificultad alguna en establecer cuál es el sentido
natural y ordinario de los términos pertinentes... Teniendo en cuenta las
circunstancias que preceden, la Corte estima que no le está permitido en el
presente caso recurrir a los trabajos preparatorios.»
Pero en la regulación que en la CV se hace de este instrumento interpretativo
hay un cambio evidente. En la jurisprudencia de ambos tribunales el recurso a
los trabajos preparatorios era el primero, si al texto le faltaba claridad. Hoy se le
sitúa como complementario bien como vía de confirmación de la interpretación
ya obtenida o bien como remedio a la falta de claridad de un texto.
La reducción de la importancia de este recurso interpretativo se explica por el
carácter incompleto y fraccionario. Son medios muy dispersos: Instrucciones a
los negociadores, protocolos en los debates de la conferencia internacional etc.
Pero además son incompletos, puesto que hay p. ej. negociaciones verbales
que no tienen reflejo documental alguno o que aún que lo hayan tenido quedan
ignoradas como consecuencia del secreto diplomático. La indagación de la
«voluntad originaria» de los Estados que redactaron el tratado constitutivo de
una organización internacional puede tener escaso interés cuando, como
ocurre en la Carta de las Naciones unidas, la incorporación de nuevos Estados
ha cambiado el panorama inicial de esta organización.
Circunstancias que concurrieron en la celebración del acuerdo. Se trata éste de
aclarar la intención originaria mediante la consideración de esas circunstancias.
Constituye un recurso de la hermenéutica general que los efectos y alcance de
un determinado acto jurídico se determinen según el momento en que éste tuvo
lugar, a no ser que se haya producido un cambio tan sustancial que aquellos
actos conexos que permitirían interpretar la situación o norma no fueran
utilizables.
El TIJ ha utilizado este recurso en repetidas ocasiones deduciendo el valor de
una noción jurídica en el momento de la sentencia del contexto histórico en el
que ella fue formulada y en el mismo sentido, Asuntos del Suroeste Africano.
3. TRATADOS REDACTADOS EN DISTINTAS LENGUAS
Puesto que la comunidad internacional no posee lengua propia, las normas
jurídicas de este Derecho han de estar necesariamente formuladas en lenguas
nacionales. El análisis de la influencia del uso de una lengua nacional para la
expresión de normas que quieren ser verdaderamente internacionales no es de
este lugar. Baste consignar que Derecho y lengua son fenómenos culturales y
que constituye un contrasentido, la manifestación a través de medios que poseen
connotaciones nacionales de principios y categorías jurídicas superadoras de
esos particularismos. La regla internacional queda recortada al ser expresada en
conceptos y términos particulares de una determinada cultura. De aquí que hoy,
haya una clara tendencia en la práctica internacional a formular los textos en
distintas lenguas, colocadas en un pie de igualdad en tanto que lenguas oficiales.
Ahora bien, este expediente, que supone ganar un espacio más de
internacionalidad al reconocer la legitimidad de las distintas culturas para ser
significantes de principios universales, no se consigue sin pagar un alto precio.
Uno es el riesgo de la discrepancia textual y de aquí el problema enfrentado por
las reglas del art. 33, 1 y 2 CV. Advertida la discrepancia textual, hay que buscar
la concordancia y armonía de los textos por la vía de los art. 31 y 32 CV, teniendo
en cuenta el objeto y fin del tratado, y escogiendo la aceptación que mejor
concilie los distintos sentidos discrepantes.
La posición adoptada por la CV es cautelosa y insuficiente. La igualdad formal
de las distintas lenguas oficiales, no debe sin embargo ocultar la presencia de
otro problema frecuente en esa labor de concordancia de textos cual es el
dominio de hecho de una lengua, el inglés, en la que hoy se realizan los debates
de las grandes conferencias y en la que se formulan gradualmente los acuerdos
que éstas van adoptando. No infrecuentemente los textos de las otras son
«traducciones» de esa lengua «originaria». La legítima aspiración de romper el
etnocentrismo que implicaría la imposición de una forma cultural, como «la
mejor», está contrapesada por la necesidad de encontrar una lengua franca,
vehicular, en la que la comunicación se haga lo más fluida posible.
También la CV soslayó otro problema interpretativo importante: el de la
aplicación interna de los tratados internacionales. Esos tratados, raras veces son
publicados en las gacetas oficiales de los Estados en los distintos textos
originales. Lo usual es que sean publicados en el idioma propio cuando figure
éste entre las lenguas oficiales del acuerdo, en caso contrario lo que se publica
es una traducción oficiosa. Pero traducir es traicionar.

4. REGLAS INTERPRETATIVAS NO RECOGIDAS EN LA CONVENCION


Respondiendo a la orientación general de la Convención, ésta no ha recogido
normas de las que ambos Tribunales de La Haya habían hecho amplio uso en
su jurisprudencia. Las razones pueden ser distintas, en unas puede significar
eliminación consciente, en otras, por estimarla subsumida en otra de mayor
alcance....
Mencionaremos por vía de ejemplo las omisiones más importantes:
Presunción en favor de la soberanía o independencia de los Estados (in dubio
mitius). De ella hizo amplio uso el TPJI. La formuló con claridad en el caso del
Lotus: «Las limitaciones a la soberanía de los Estados no se presumen». No
basta con que el texto sea dudoso, pero si después del recurso a otros medios
de interpretación la duda persiste, hay lugar a pronunciarse en favor de la libertad
de los Estados. El silencio de la Convención significa aquí claramente abandono
de la regla.
Tampoco ha sido expresamente reconocida la regla del efecto útil, según la cual
«sería contrario a las reglas de interpretación considerar que una disposición
inserta en un compromiso, sea una disposición sin alcance y sin efecto”. Se
podrá hablar de subsunción: la importancia de la interpretación contextual y el
criterio teleológico de la interpretación según el objeto y fin de la convención, la
hacen probablemente superfetatoria.
Mencionaremos, finalmente, la regla contra preferentes según la cual quien es
responsable de una ambigüedad o falta de claridad en sus manifestaciones debe
soportar las consecuencias que de ella se derivan.

AMBITO DE APLICACION DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES


Hay lugar a distinguir tres ámbitos usuales de aplicación: el personal, el espacial
y el temporal. De ellos nos ocuparemos, pero digamos en primer lugar, que en
lo que el tratado internacional tiene de análogo con el contrato en el Derecho
privado, es cuestión importante en él determinar los efectos vinculantes de sus
cláusulas por relación a las partes y a los terceros Estados.

1. EFECTO ENTRE LAS PARTES


Las reglas convencionales están dirigidas a producir iguales efectos entre las
partes vinculadas por el mismo acuerdo, pero este principio sufre notables
excepciones en virtud de la voluntad contractual de esos Estados o de la propia
naturaleza del acuerdo. Hay que distinguir aquí entre el ámbito territorial y el
temporal.
Por lo que respecta a la esfera de aplicación espacial de los tratados, la regla
general es que sus efectos se extiendan, a los respectivos ámbitos de esas
distintas soberanías; cabe que lo sea sólo a un territorio en particular. En este
caso debemos distinguir entre la obligación que el Estado asume, y de la que él
responde, y el ámbito de aplicación del acuerdo.
La aplicación del tratado al «territorio de cada Estado» debe de ser entendida
como aquella que se contrae al territorio que, de conformidad con el Derecho
internacional, está sometido a la soberanía o jurisdicción de los distintos Estados
contratantes. Se incluyen en él los espacios terrestres, marítimos y aéreos, y
hoy, aunque a efectos limitados, la zona económica exclusiva. Es el principio que
recoge el art. 28 CV. Una aplicación y corolario de esta regla es el llamado
principio de las «fronteras movibles». Según el cual, el Estado que sufra pérdida
o aumento de soberanía territorial se descarga o aumenta sus responsabilidades
en el cumplimiento de las obligaciones que le corresponden según los tratados
concluidos, de forma correlativa a esas mutaciones territoriales.
Pero el ámbito espacial así definido no se corresponde necesariamente con el
que de modo eventual un Estado pueda tener bajo su control por el ejercicio de
una soberanía de hecho: En el antiguo Derecho internacional el caso de los
protectorados, y el de la llamada ocupación militar.
Es irrelevante en cambio, la ordenación espacial que en el ejercicio concreto de
las competencias haya hecho cada Estado; especialmente los de estructura
compleja. Cualquiera que sea el órgano competente para adoptar en el plano
interno las medidas que exija el cumplimiento de los compromisos
internacionales, la obligación afecta al Estado en cuanto tal.
En contra de lo que pudiera aparecer a primera vista, los Estados, en su función
ordenadora, no se comprometen sólo por sus respectivos territorios. El Derecho
internacional les permite también hacerlo para regular su actividad en los
denominados espacios libres, alta mar, Antártida, espacio aéreo y ultra
atmosférico.
En lo que respecta al ámbito de aplicación temporal, el art. 28 CV formula como
principio general, el de la irretroactividad: Ninguna norma internacional vincula a
las partes en relación con un acto o hecho que tuvo lugar antes de la entrada en
vigor para esa parte. Sorprende este rigor que no tiene parigual en la teoría
general del Derecho, salvo el caso de las normas penales, tampoco lo tiene en
la de las instituciones civiles. En la jurisprudencia de ambos Tribunales de La
Haya fue formulada de modo diferente.
La explicación hay que buscarla en la connotación anticolonialista que la norma
tiene, pero sin dejar de advertir que en otros ámbitos conexos con el de la fijación
de la esfera temporal, la propia CV adopto posición diferente. Tal es el caso, del
recurso a la práctica ulterior en materia de interpretación (art. 31,3, b) que
permite una fijación ex tunción del contenido normativo del acuerdo.
2. EFECTO RESPECTO DE TERCEROS
Cuestiones generales
El carácter consensual del tratado internacional impide, la extensión de sus
efectos vinculantes a Estados que no sean parte en él. Esta regla, ha encontrado
sin dificultad amplio reconocimiento en la jurisprudencia internacional. «Un
tratado no es ley más que entre los Estados parte en él».
Este principio, conocido también como del «efecto relativo de los tratados», es
corolario del que afirma el art. 26 CV: «Todo tratado en vigor obliga a las partes»
y su complementario del art. 34 CV: «Un tratado no crea obligaciones ni derechos
para un tercer Estado sin su consentimiento.»
Ahora bien, la regla pierde fuerza de convicción en el momento en el que
entramos en el conocimiento de la práctica internacional y, sobre todo,
reflexionemos sobre algunos conceptos básicos. Así p.ej.: En lo que el tratado
sea configurador de sólo derechos y deberes subjetivos es comprensible que sus
efectos queden circunscritos a las partes en él. Es el concepto de «tercer
Estado» el que muchas veces está en juego, y anticipemos, que en muchas
ocasiones el término de tercero, no es usado con propiedad.
Después del pronunciamiento del TIJ en el asunto de las Experiencias
Nucleares, está abierta una vía explicativa y de análisis en la constitución de
determinados efectos vinculantes respecto de contenidos formulados en una
declaración que no tiene destinatarios determinados. En el Derecho privado
interno, donde el ámbito del acto negocial es mucho mayor que en el Derecho
público son bien conocidas situaciones o relaciones que no pueden ser
establecidas sin negocio jurídico previo, pero que después escapan ampliamente
a esa situación originaria. La vía seguida por la Convención de Viena sin
embargo es muy otra.
b) Reglas de la Convención de Viena. Art. 35 37
El objeto de su regulación son los derechos y deberes recogidos en los acuerdos
internacionales. Sólo el art. 38 habla de normas, pero no los art. 35 37. Otro
aspecto debe quedar claro, que el mecanismo por el que estos preceptos
articulan el juego de la extensión posible de derechos y obligaciones es un
mecanismo consensual.
Dentro de él y en un plano abstracto de especulación jurídica, las vías posibles
a utilizar por la reglamentación hecha en Viena eran dos: la de la negotiorum
gestio (la estipulación en favor de tercero) y la del acuerdo colateral. La CV
claramente toma partido en favor de esta segunda, tanto respecto de los
derechos como de las obligaciones. Respecto de las obligaciones el art. 35 exige
que las partes del acuerdo originario tengan la intención de constituir este deber
y que el tercer Estado lo acepte expresamente y por escrito. Para los derechos
basta simplemente el asentimiento y éste, si el tratado no dispone otra cosa, se
presume a través del silencio. La relación que se establece es pues la siguiente:
El derecho o el deber en favor del «tercer Estado» se crea o se ofrece en un
acuerdo «originario», que efectúa así una oferta colectiva de esos Estados parte
en el acuerdo y dirigida al tercer Estado. Si éste la acepta, concierta con ellos un
acuerdo colateral. ¿Hay lugar en esta situación a hablar con propiedad de tercer
Estado? Si el tercer Estado es aquel que está ajeno por completo a una relación
convencional que otros puedan establecer entre sí, ésta no es la situación
referida. No hay tercería más que en apariencia.
Esta tesis se refuerza si contemplamos el art. 37 CV que regula la revocación o
modificación de la oferta, que coloca más en primera línea al acuerdo colateral.
Si se trata de una obligación, su revocación o modificación se hará mediante el
acuerdo de ambas partes. Si es un derecho, no lo podrán revocar las partes del
convenio originario si consta que en el momento de la conclusión de éste se tuvo
la intención de que tal derecho fuera irrevocable.

c) Casos particulares
Algunos casos que la doctrina ha presentado como ejemplos de casos de
excepción no lo son, puesto que se explican por el mecanismo consensual.
Otros, en cambio, en donde la intervención de un posible acuerdo colateral es
menos evidente.
Cláusula de la nación más favorecida. Es instrumento utilizado en determinados
ámbitos del Derecho internacional, especialmente, en el Derecho económico y
comercial o en el Derecho de extranjería. En virtud de ella los Estados
contratantes en el acuerdo primero, por ejemplo, A y B, estipulan la extensión
automática o condicionada, en el marco de sus relaciones convencionales del
nivel más ventajoso que cualquiera de ellos pueda estipular en un acuerdo
ulterior con otro Estado que era tercero por relación al primer acuerdo en el
momento en que este fue concluido. Si es condicionada sólo se produce este
efecto en la medida en que el que reclame la ventaja esté en disposición de
conceder lo mismo que otorgó este tercero. La excepción es más aparente que
real porque la extensión a la relación A = B que genera el tratado A = C o B = C
lo es en virtud de un mecanismo de remisión que conecta a un tratado con otro.
La relación pues es una relación convencional.
Tratados que tienen por objeto regular los problemas que suscita la sucesión
entre Estados. La CV sobre tratados no se ocupa de este asunto. Pero lo ha
hecho un convenio de 23 de agosto de 1978 que ha situado el problema en dos
planos diferentes, con soluciones distintas según que se trate de una sucesión
motivada por el fenómeno de la descolonización o fuera de este supuesto
particular.
Desde el punto estrictamente formal, el Estado nuevo que sucede al anterior,
bien porque desaparece bien porque el nuevo se independiza en virtud de una
sucesión o fragmentación en el primero, es desde el punto de vista de su
personalidad, verdaderamente un tercero respecto de los acuerdos
internacionales concluidos por el Estado antecesor con otros Estados y que, por
diversos motivos afectan y se localizan en el territorio del nuevo Estado. Y sin
embargo, veamos las soluciones discrepantes. En la sucesión de carácter
colonial la solución que se sigue es la de la intransmisibilidad de derechos y
obligaciones convencionales hacia el nuevo Estado, salvo que éste en virtud de
un procedimiento simple los acepte por estimarlos ventajosos. En este caso el
acuerdo internacional no produce efectos sobre terceros. Si la sucesión es
ordinaria, el principio seguido es el contrario, el de la continuidad de derechos y
obligaciones. La conclusión es evidente: No la regla jurídica, sino las
circunstancias políticas o sociales han dictado aquí la solución de Derecho.
Por esta misma razón, en el caso de las sucesiones coloniales, y en la materia
de trazado de fronteras, sufre fractura el principio de la exclusión de efectos
sobre terceros.
El art. 11 del mencionado convenio dispone: una sucesión de Estados no
afecta... a una frontera establecida por tratado, ni a los derechos y obligaciones
relativos al régimen de una frontera establecida por tratado.
Gobiernos internacionales de hecho. Hemos aludido a la función ordenadora que
en la esfera internacional tiene el Concierto de las Grandes Potencias y que
éstas ejercen de modo preferente en los grandes tratados que se establecen
después de conflictos bélicos. Los acuerdos que ellas conciertan entre si o con
otros Estados presentan ciertos rasgos estatutarios, de modo que sus reglas
dejan de ser en su estructura interna normas convencionales.
Reforzando este principio estructural de la sociedad internacional, establece en
términos generales el articulo 75 de la CV que:
«Las disposiciones de la presente convención se entenderán, sin perjuicio de
cualquier obligación que pudiera originarse en relación a un tratado para un
Estado agresor como consecuencia de medidas adoptadas conforme a la Carta
de las NNUU con respecto a la agresión de tal Estado.»
La regla es polivalente y puede ser utilizada en muy diversas direcciones. No es
impensable que una medida pueda consistir en un acuerdo, adoptado en
determinadas condiciones, y, siempre «conforme a la Carta de las N.U.», que
pudiera producir efectos sobre los tratados concertados por un Estado agresor.
En estos casos sí que se estarte ante verdaderas excepciones a la regla res ínter
alias acta.
Situaciones estatutarias u objetivas. Según la cita que hicimos de Max Haber y
Ancelotti. Los derechos fundados en una regla convencional se derivarían de los
nacidos de una situación estatutaria en la que los primeros serían ejercitables a
voluntad del titular, en los segundos, por el contrario, el titular estaría en la
obligación jurídica de ejercerlo. La norma estatutaria, en su modo de constitución
no se diferencia de la convencional; ambas son creadas mediante acuerdo entre
Estados. Es decir, la doctrina viene detectando que, aunque el vehículo de la
creación normativa sea el acuerdo, el resultado va más allá de la mera regla
convencional.
La Carta de las Naciones Unidas., tratado internacional en su origen, crea un
sujeto de Derecho internacional que se impone como tal a otros Estados no
miembros de esa organización. De nuevo aquí hay verdadera excepción a la
regla de la que nos ocupamos.
Normas que se encuentran en un proceso de consolidación para llegar a ser
reglas consuetudinarias (art. 38 CV). Para la adecuada comprensión de estas
consideraciones debemos actualizar el caso de la Plataforma del Mar del Norte.
La norma del art. 38 tiene una relación singular, está concebida ad cautela».,
«Lo dispuesto... no impedirá que...» y lo que se desea que no sea impedido es
que una regla en proceso de formación como regla consuetudinaria y recogida
en un tratado como regla convencional no sufra impedimento en esa progresión
hacia la constitución como regla consuetudinaria a causa de lo establecido en
los art. 34 al 37 CV. ¿Qué es entonces lo que los citados artículos tienen en
común y por qué podrían ser obstáculo a la formación de esa regla?
El mecanismo de los referidos art. es en verdad el convencional, de modo que la
excepción a la regla es más aparente que real. Tengamos en cuenta lo dicho en
cuanto al carácter autónomo que tienen tratado y costumbre como dos vías de
creación normativa diferenciadas, y que la razón de obligar de la norma
consuetudinaria no es el consentimiento individualizado del sujeto. En la
derivación de la regla convencional hacia la consuetudinaria no hay ni puede
haber extensión del efecto vinculante del tratado. No hay pues excepción
.
d) Conclusiones
Después del análisis que precede, no es difícil llegar a determinadas ideas
básicas. El principio de la delimitación de los efectos vinculantes de un acuerdo
internacional a las partes intervinientes está bien asentado en su afirmación de
base. Dentro del juego de la autonomía que a las partes concede el Derecho
positivo y que en el Derecho internacional es muy amplio, éstas son árbitros para
configurar sus derechos y obligaciones. Las excepciones que aparenta tener la
regla no lo son en realidad y todo se aclara desde el momento en que se precise
la noción de «Tercer Estado».
Pero hay ámbitos, donde situaciones inicialmente convencionales se
transforman en estatutarias o inclusive otras en las que sólo el ropaje jurídico
formal permite hablar de un acuerdo cuando en realidad son estatutarias desde
el origen. La técnica jurídico internacional es hoy todavía inadecuada para
explicarlas.

AMBITO TEMPORAL
El Ámbito temporal de validez determina la vigencia que tienen las normas
jurídicas. Esta vigencia esta generalmente condicionada por las mismas leyes,
especificando su duración o no.
Cuando la duración de la vigencia de una norma ha sido establecida con
anterioridad, esta puede ser considerada con una vigencia determinada.
Cuando la vigencia de una norma no ha sido determinada esta tiene una vigencia
indeterminada y su vigencia puede ser alterada por medio de una abrogación,
que es la suspensión total de la misma; o por medio de una derogación, que es
solo parcial.

AMBITO TEMPORAL Y ESPACIAL DE VALIDEZ DE LA NORMA JURIDICA


Ámbito temporal:
*Principio de irretroactividad: Establece que la ley no se aplica a los hechos que
se han producido con anterioridad a su entrada en vigor y tampoco a hechos
posteriores a su derogación La ley sólo dispone para lo venidero y no tiene
efecto retroactivo, excepto en materia social cuando lo determine
expresamente, y en materia penal cuando beneficie al delincuente
Ámbito espacial: Referente a los alcances territoriales de la norma jurídica la
cual tiene validez para un territorio determinado, un vivo ejemplo de esto es la
constitución de cada nación, como la constitución de La Republica de
Venezuela solo tiene validez en el territorio venezolano

AMBITO ESPACIAL
Ámbito espacial de validez
El ámbito espacial de validez es el espacio territorial especifico en que un
precepto es aplicable. Dentro de este sistema de clasificación los preceptos del
derecho pueden ser federales, estatales o municipales dentro de un régimen
federal.

Las normas del ámbito nacional comprenden las que tienen validez dentro de
una nación. De ahí se pasa a las normas con validez en un estado, municipio o
entidad menor.

Las normas aceptadas por todas las naciones en forma de tratados o


convenios son consideradas internacionales.

TRATADOS Y LEYES
La Norma de Conflicto:
La mayoría de las normas de Derecho Internacional Privado son formales, a
diferencia de las normas materiales, Las normas formales señalan la norma
jurídica competente o aplicable para regir un conflicto específico, y las normas
materiales resuelven concretamente la situación dada.
La norma de conflicto, es la indicadora de la disposición competente o aplicable
ante un conflicto de leyes y la norma material es la que establece la conducta a
seguir en la situación concreta.
Entre los elementos que componen la norma de conflictos debe aparecer
siempre la referencia a una institución, o categoría jurídica específicamente
señalada, como son:
 El Estado.
 La capacidad de las personas.
 La herencia.
 La forma de los actos o las obligaciones convencionales.
 La indicación del elemento de conexión que servirá para conectar esa
institución o categoría jurídica con un determinado ordenamiento jurídico,
como puede ser, La Ley del lugar de ejecución del acto, la de celebración
del contrato, la ley del domicilio o de la nacionalidad.
Las reglas para la solución de conflictos de leyes deben constar de dos partes:
La Primera, que contiene el presupuesto que le sirve de fundamento y la
segunda, que señala la ley a la cual estará conectada o referida.
De ese modo vemos como se establece una serie de reglas de conflictos, o
categorías fundamentales como son las siguientes:
El Código Internacional Privado establece que los estatutos que se aplican a las
personas en razón de su domicilio o de su nacionalidad y las siguen aunque se
trasladen a otro país, son denominadas personales o de orden público interno.
El articulo No. 3 del Código Civil Dominicano establece que " Las leyes que se
refieren al Estado y a la capacidad de las personas, obligan a todos los
dominicanos, aunque residan en país extranjero"
"Art. 3.- Las leyes de policía y de seguridad obligan a todos los habitantes del
territorio. Los bienes inmuebles, aunque sean poseídos por extranjeros, están
regidos por la ley dominicana. Las leyes que se refieren al estado y capacidad
de las personas, obligan a todos los dominicanos, aunque residan en país
extranjero.
Esto quiere decir que, el estatuto personal se rige por la ley nacional.
El articulo no. 9, del Código Internacional Privado (Código de Bustamante)
establece que, Cada Estado contratante aplicará su propio derecho a la
determinación de la nacionalidad de origen de toda persona individual o jurídica
y de su adquisición, pérdida o reintegración posteriores, o sea, que todo lo
concerniente a la nacionalidad de las personas será regido por la ley nacional de
cada Estado.
En cuanto al domicilio de la personas, el Código de Bustamante establece en su
artículo Nº. 22 que, El concepto, adquisición, pérdida y recuperación del domicilio
general y especial de las personas naturales o jurídicas se regirán por la ley
territorial.
El Estado y la capacidad de las personas " estatuto personal", se rigen por la ley
nacional o por la ley del domicilio.
Algunas legislaciones no hacen distinción de la naturaleza de los bienes para
aplicar esta regla, pero el Código Civil Dominicano en su artículo Nº. 3, párrafo
segundo señala que " Los bienes Inmuebles aunque sean poseídos por
extranjeros, están regidos por la ley dominicana".
Los bienes, sea cual fuere su clase, están sometidos a la ley de la situación, La
propiedad industrial, la intelectual y los demás derechos análogos de naturaleza
económica que autorizan el ejercicio de ciertas actividades acordadas por la ley,
se consideran situados donde se hayan registrado oficialmente.
Según el artículo 110 del Código de Bustamante, establece que a falta de toda
otra regla y además para los casos no previstos en el mismo código, se
entenderá que los bienes muebles de toda clase están situados en el domicilio
de su propietario, o, en su defecto, en el del tenedor.
A falta de toda otra regla y además para los casos no previstos en el Código de
Bustamante, se entiende que los bienes muebles de toda clase están situados
en el domicilio de su propietario, o, en su defecto, en el del tenedor.
Los Bienes "estatuto real", son sometidos a la ley de su situación.
Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes y deben cumplirse al tenor de los mismos, las obligaciones que se
derivan de estos se rigen por el derecho o la legislación que se haya establecido.
Las obligaciones que son originadas por delitos o faltas se sujetan al mismo
derecho que el delito o falta de que procedan.
También son de reglas de orden público internacional las obligaciones que
impiden establecer pactos, cláusulas y condiciones contrarias a las leyes, la
moral y el orden público.
En cuanto a las obligaciones generadas por los contratos, s e aplicará la ley
territorial al error, la violencia, la intimidación y el dolo, en relación con el
consentimiento. Es también territorial toda regla que prohíbe que sean objeto de
los contratos, servicios contrarios a las leyes y a las buenas costumbres y cosas
que estén fuera del comercio.
En los contratos se aplicará en primer término la ley personal común a los
contratantes y en su defecto la del lugar de la celebración.
Los Contractos se rigen por la ley escogida por las partes, por la ley donde se
celebro el contrato o por la ley donde se ejecuta o produce sus efectos.
Los Hechos Jurídicos son regidos por la ley del lugar en donde se producen "ley
local".
La forma de los actos es regido por la ley del lugar en donde se ejecutan.
El procedimiento es regido por la ley del tribunal que conoce el caso.
La ley de cada Estado determina la competencia de los tribunales, así como su
organización, las formas de enjuiciamiento y de ejecución de las sentencias y los
recursos contra sus decisiones.
El Código de Bustamante en su artículo 315 establece que ningún Estado
contratante organizará o mantendrá en su territorio tribunales especiales para
los miembros de los demás Estados contratantes.
Conflicto entre tratados y leyes.
Las normas internacionales pueden estar en conflicto con la norma interna, en
eso reside el conflicto entre la norma internacional y la norma interna. Ambas
regulan una misma cuestión jurídica, pero las soluciones por ellas previstas son
distintas.
La solución del conflicto está en la posibilidad de revocación de una norma por
otra, se podría decir que es válido que el tratado podrá revocar la ley interna,
pues el tratado internacional válidamente celebrado es parte, por sí solo, del
ordenamiento jurídico interno del Estado. Adoptándose la teoría dualista, no es
posible decir que el tratado revoca la ley o que la ley revoca el tratado, una vez
que de acuerdo con esa teoría cada una de esas normas está en órdenes
distintos e incomunicables.
A par de esa cuestión terminológica, que tiene como fondo exactamente de la
discusión doctrinaria de las mencionadas teorías, el primado de la norma
internacional o de las leyes internas no se circunscribe a la discusión entre las
teorías dualista y monistas, cuyo punto interesante es únicamente en cuanto a
la necesidad de incorporación de la norma internacional por acto formal (tesis
dualista) o por la ausencia de necesidad de cualquier acto, una vez que la norma
internacional vale por sí solo, mientras norma jurídica, ante el derecho interno
(tesis monistas), según vemos en el tópico anterior.
Para resolver el problema de conflicto entre derecho internacional y derecho
interno no es necesito evaluar cual de las teorías apuntadas es la correcta. Este
punto, así, es fundamental: tanto por la teoría dualista como por la teoría monista
es posible solucionar el conflicto de normas por la superioridad del derecho
internacional o por la superioridad del derecho interno.
La solución para el conflicto reside en el análisis de las normas del derecho
internacional y del derecho interno. En verdad, tanto el derecho interno como el
derecho internacional establecen formas de resolución de los conflictos entre la
norma internacional y la norma interna, de modo que la superioridad de una u
otra puede tener resultados distintos de acuerdo con el derecho interno y con el
derecho internacional.
Mismo Kelsen, que defendía la teoría monista y afirmaba que el orden jurídico
nacional era "delegado" del orden jurídico internacional, reconocía que "la
cuestión de en el caso de conflicto entre el derecho nacional y lo internacional
prevalece un u otro puede ser resuelta solamente con base en el derecho
nacional correspondiente".
Un Estado soberano puede establecer la superioridad del tratado internacional
en faz de sus normas internas y hasta mismo disponer en la Constitución que los
tratados internacionales tienen fuerza de normas constitucionales o mismos
superiores a la Constitución, como es el caso de la Constitución de Holanda.
La Constitución puede establecer que tratados internacionales tienen
superioridad apenas sobre las leyes internas. Es lo que hace, por ejemplo, la
Constitución de España, pues su art. 96 (1), parte final, afirma que las
disposiciones de los tratados internacionales "sólo podrán ser derogadas,
modificadas el suspendidas en La forma prevista en los propios tratados lo de
acuerdo con las normas generales Del Derecho internacional".
Doctrina en Materia de Conflictos de Leyes:
Antes de presentar los diferentes puntos de vistas de las doctrinas concernientes
a resolver los conflictos de leyes a través de su evolución historia, es importante
que establecer el significado de ciertas expresiones que están en la base de esta
doctrina, como son los principios de territorialidad y extraterritorialidad de las
leyes y la personalidad y la realidad de las leyes.
Es muy importante distinguir entre territorialidad y extraterritorialidad ya que las
leyes son de un carácter o de otro.
La ley es territorial: cuando la relación jurídica en todos sus aspectos está
sometida a la ley del territorio, local o nacional. La territorialidad de la ley implica
que no se puede aplicar más que la ley nacional, por lo que una ley es territorial,
cuando rige todos los hechos realizados en un determinado territorio o que
interesen al mismo, como por ejemplo la ley penal, que se aplica a todas las
infracciones cometidas en el país donde se promulga. Un punto importante es
que cuando una ley es territorial no puede aplicarse nunca ninguna otra.
La ley es extraterritorial: cuando la validez o la ubicación nacional se extiende a
otros ordenamientos jurídicos, la extraterritorialidad de la ley implica que el juez
nacional puede aplicar la ley extranjera, ósea que puede aplicar una ley distinta
de la suya a hechos acaecidos en su territorio o que presentan algún interés para
el mismo, por ejemplo, un extranjero contrae matrimonio en España, las
condiciones de fondo que dan validez a este matrimonio está sometida a la ley
de dicho extranjero, en este caso se aplica una ley extranjera a hechos acaecidos
en su país.
También la ley es extraterritorial no solamente por la razón de que no es la del
país que la aplica, sino, que además por el motivo de aplicarse a hechos a los
cuales el juez aplicara su propia ley si esta fuese territorial.
Vinculado a lo que es la extraterritorialidad o no de las leyes esta lo que es la
personalidad y la realidad de las leyes.
Según los juristas, el maestro Cubano Sánchez de Bustamante y el profesor
Francés Andre Weiss, las leyes se clasifican en personales y extraterritoriales,
porque en el Estado existen dos elementos para los cuales legislación, la
población y el territorio. Según Weiss, la ley tiene dos soberanías diversas; una
soberanía territorial y una soberanía personal; una que gobierna al suelo y otra
a las personas.
Cuando usamos la expresión personalidad de la ley, nos estamos refiriendo a
los derechos de las personas, la conexión que esta expresión tiene con la
extraterritorialidad de las leyes es que esta categoría de leyes sigue a las
personas donde quiera que se encuentren.
En cambio, la inserción de la palabra realidad de las leyes se hace para distinguir
las leyes concernientes a las cosas, a los bienes, por esto las leyes sobre la
propiedad se enmarcan en las leyes reales, el nexo de las leyes reales con la
territorialidad se explica al considerar que las cosas han estado sometidas a la
ley de la situación, es decir, a la ley territorial, las leyes reales son pues
territoriales.
Fruto de una evolución continúa, la doctrina se ha aferrado a más de un sistema
que pudiera establecer la solución de los conflictos que plantea la diversidad de
legislaciones cuando han de aplicarse a relaciones privadas con elementos
extranjeros.
Es de opinión compartida por notables juristas que los orígenes históricos de las
teorías en materia de conflictos de leyes se las ubica geográficamente en Italia
y temporalmente en la Edad Media.
Escuela Italiana de la Edad Media (Los Glosadores).
La teoría de los estatutos personales tuvo enorme influencia en la evolución del
derecho internacional privado, la palabra estatuto se uso en la Edad Media para
designar las normas que en Italia regían las ciudades o Provincias, en
oposiciones a la palabra ley o normas de interés general o de aplicación sobre
todo el territorio. Los estatutos personales representan el derecho
consuetudinario de cada ciudad o provincia.
Al hablar de las teorías de los estatutos personales, hay que establecer las 3
principales tendencias.
La Escuela Italiana.
La Escuela Francesa.
La Escuela Holandesa.

La escuela italiana comprende de dos fases, la de los Glosadores y la fase que


corresponde a los Pos glosadores.
Los Glosadores: el nombre de Glosadores proviene del método empleado por
sus representantes, en explicar mediante glosas o anotaciones marginales o
interlineales, el sentido de los principales textos de la legislación Justiniano.
La escuela de los Glosadores fue fundada en Bolonia, a partir del siglo XII, el
fundador de esta escuela fue Irnerio (1085 – 1125).
Los Pos glosadores: se les identifica también con la llamada escuela de Bolonia,
la escuela de los Postglosadores se la ubica desde el siglo XIV al XVII, sus más
destacados representantes fueron Bartola Sassoferrato y Balbo de Ubaldis.
Al intentar establecer una diferencia entre glosadores y postglosadores se piensa
en el método empleado por los representantes de esas dos escuelas, los
primeros basaron sus puntos de vistas en la ley Romana recapitulada y los
segundos partieron de la propia glosa.
Al hace referencia a la escuela Italiana de los Postglosadores, cabe subrayar
que en cuanto al método y a la amplitud del estudio de los problemas de
conflictos de leyes, se establece diferencia respectos a los Glosadores, en
cuanto a los limites especiales de los conflictos de los que ocupan tanto a los
Glosadores como los Postglosadores, no se puede trazar diferencia en términos
generales, los unos y los otros, se ocuparon de conflictos surgidos entre
estatutos de ciudades sometidas a una misma soberanía, a la del imperio
Germánico.
Los conflictos de que se ocuparon los Postglosadores, según Niboyet, fueron
dobles:
1ro. Los conflictos entre las leyes de las numerosas ciudades de la Lombardía
independientes las unas de las otras, por ejemplo, los conflictos de la ley Bolonia
y la de Modema.
2do. El conflicto de leyes municipales, no solamente entre ellos, sino también en
sus relaciones con el derecho común, colocado en un plano superior a ellos, este
derecho común estaba constituido por el derecho Romano aplicable a todos los
súbditos del rey de Lombardía, que era además, emperador de Alemania.
El jurista Español Miaja de la Muela, nos dice al respecto que fueron cuestiones
conflictuales que surgen de disposiciones legales vigentes en ciudades o
comarcas cercanas entre si y pertenecientes a una misma unidad política, tal
como el Impero Medieval.
Al definir las características fundamentales de los Post glosadores de la escuela
italiana muchos autores toman como referencias las ideas de Bartola como figura
más importante entre los juristas de la época, en efecto a él se le considera el
creador o precursor de la teoría estatuirá.
Bartola al igual que su sucesor más destacado, Baldo de Ubaldi, calificaron los
estatutos en personales y reales, los personales se referían a las personas y
tenían aplicación solamente a los súbditos de la respectiva ciudad o comarca,
los reales, en cambio, son referentes a las cosas.
Escuela Francesa del siglo XVII
La escuela francesa de este periodo tiene como representantes más relevantes
a Doumoulin, a B. D. Argentre y a C. Coquile.
Muchos autores ven en Doumolin el primer representante de la escuela francesa
dada su contribución a hacer adoptar la clasificación general de los estatutos en
personales y reales, rasgo característico de la doctrina francesa.
Dada la similitud de las consideraciones de Doumoulin con las de los
Postglosadores de la escuela italiana se lo ubica dentro de esta última, entre los
representantes citados de la escuela francesa del siglo XVII se revela una
indiscutible diferencia de tendencias.
Según Doumoulin y partiendo de un principio de su época, todas las costumbres
son reales, territoriales, mas reconoce excepciones a ese principio, en efecto,
admite que existen costumbres que producen efectos extraterritoriales al tener
por objeto a las personas.
Doumoulin distingue los estatutos tomando en consideración el objeto del mismo
de cada estatuto, si el estatuto concierne a las personas considerada en si
misma, el estatuto es personal, si concierne a los bienes exclusivamente es real.
Doumoulin proclamo el principio que hasta hoy subsiste de la autonomía de la
voluntad, en lo relativo a la forma de los actos, consideraba que la voluntad de
las partes es soberana a este respecto y considera aplicable a la ley del lugar
donde han sido celebradas.
Bertrand D´Argentre es considerado el fundador de la llamada escuela
Francesa de la territorialidad alternativa por la extraterritorialidad, fundo sus
sistema en base a una concepción de particularismo provincial, en efecto su
objetivo fundamental consistió en hacer prevalecer en toda amplitud posible la
aplicación en la provincia de Gran Bretaña, su suelo natal, la costumbre local,
de allí su gran principio de la realidad de las costumbres.
D´Argentre establece que todos las leyes y costumbres se refieren a las
personas o a las cosas, en el primer caso estas siguen a las personas incluso
fuera de su domicilio, son por lo tanto extraterritoriales, en el segundo caso
estas se aplican a los bienes independientemente del origen o el domicilio de
las partes, por consiguiente, las mismas son territoriales.
Los rasgos característicos de la doctrina de D´Argentre los resume
magistralmente el jurista Cubano Sánchez y Bustamante en dos momentos:
1ro. Divide las leyes en dos clases: los estatutos reales y los personales, pero
encontrando deficiente esta clasificación le agrega los estatutos mixtos que
concierne a la vez a la persona y a las cosas.
2do. Los estatutos reales tienen efectos de regla general, mientras que los
estatutos personales constituyen la excepción.

EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO

Los TLC cumplen en exceso el dicho popular: meter una aguja para sacar un
barreno, es decir, hacer un pequeño beneficio para obtener otro mayor; política
común estadounidense en las relaciones con nuestros países; EE UU jamás da
puntada sin hilo.
Sobre el tema existen variados trabajos de investigación y artículos diversos a
favor y en contra de los tratados de libre comercio en general y de los TLC con
EE UU en particular, así tenemos pronunciamientos en contra de los TLC de
Joseph Stiglitz (premio nobel de economía 2001), José Saramago (premio nobel
de literatura 1998), Adolfo Pérez Esquivel (premio nobel de la Paz 1980), Jeffrey
Sachs, James Petras, Noam Chomsky, Heinz Dieterich, entre otros); mientras
que los defensores de los TLC lo conforman minorías con gran poder económico-
político y sus adláteres periodistas y políticos venales.
Afirmar que los argumentos en pro del TLC tienen sus razones, sería deshonesto
de mi parte; por cuanto no es así, sencillamente los tratados de libre comercio
beneficia únicamente a grandes inversionistas y consorcios industriales,
comerciales y de servicios como los bancarios; por eso el gobierno de EE. UU.,
lo promueve con tanto entusiasmo y con muchos recursos para sensibilizar
conciencias utilizando a gobernantes, altos funcionarios de estado y medios de
información, en contra de la mayoría de ciudadanos a los cuales se les
desinforma malévolamente sobre los reales alcances del TLC.
Los TLC garantizan a EE. UU., mercados para sus automóviles, tractores,
aviones, software, productos agroindustriales subsidiados, fármacos, etc. En
estas negociaciones poco o nada interesa la pobreza de los pueblos, las
condiciones de atraso y miseria de nuestros campesinos, la salud y educación
de los ciudadanos; únicamente los motiva la expansión de sus mercados para la
acumulación de riqueza, por ello las grandes corporaciones planetarias crean
permanente formas directas y también sutiles de colonización como la
dolarización de nuestras economías (Acuerdos de Bretton Woods, 1944), la
deuda externa (Origen a partir de 1973, con los petrodólares), el ALCA
(fracasada, por la no participación de Argentina y Brasil), los TLC (pequeños
ALCAs), el Copyright y la dominación militar global, etc.
Palabras clave: Tratado de libre comercio, dolarización, deuda externa,
copyright, bilateral, unilateral.
Introducción
Según Wikipedia la enciclopedia libre, la definición patrón sería: "Un tratado de
libre comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para
ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes?"; en el
caso de los TLC entre EE UU y países sudamericanos significa acuerdo bilateral
con beneficiario unilateral, pues el único favorecido es EE UU. Como sostiene
Stiglitz el TLC con América Latina no es ni "libre ni justo", porque si fuera así EE
UU eliminaría los subsidios a sus agricultores que alcanzan los US$ 20,000
millones ó hasta US$ 50,000 a cada campesino anualmente y eliminaría las
barreras arancelarias a los productos latinoamericanos que impiden el ingreso a
ese mercado, como las flores colombianas; los zapatos y naranjas brasileños; el
azúcar mexicano, etc. Continúa Stiglitz, los TLC con EE UU carecen de
reciprocidad, pues imponen a las pequeñas industrias latinoamericanas abrir sus
puertas a la competencia con las grandes multinacionales norteamericanas;
significando esto una desventaja competitiva real y nociva. Según Heinz
Dieterich, ilustrando con un ejemplo lo negativo de los TLC con EE UU dice: "?el
mercado mundial de aviones está repartido en 'Airbus', de Europa y la 'Boeing'
de EE.UU., pero en Brasil hay una tercera empresa, que produce aviones de
medio alcance, tiene toda la tecnología, que si fuera un país de primer mundo
sería la tercera potencia mundial, si tu haces un mercado protegido
Latinoamericano, a través del Mercosur, lo amplías con Centroamérica, con
Ecuador, Bolivia, Venezuela y tu compras, aviones a la empresa brasileña,
tendrías la misma potencia que 'Airbus' y 'Boeing', y las otras dos dejarían de
vender, y como no tienen la competencia, tienen que impedir que haya industria
de excelencia en nuestros países; lo mismo como el Petróleo, si juntamos
'PDVSA', de Venezuela, con la petrolera de Brasil, tiene una potencia mundial
energética, y la física nuclear de Brasil iría hasta el nivel de primer mundo. Por
tanto, para impedir que nosotros les hagamos sombra y competencia, destruyen
nuestras industrias de excelencia, porque ese monopolio, es la clave de su
riqueza.

QUE ES UN TLC

Tres premios Nobel, intelectuales y economistas de prestigio sientan posición


sobre los TLC, lo califican de instrumento de dominación pues además de los
aspectos comerciales involucran temas políticos y sociales; carecen de equidad
y democracia, son impuestos de facto por EE UU y es una forma de perpetuar la
colonización continental.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001
"En la asimétrica negociación de tratados comerciales no priman la equidad o la
democracia, sino los intereses de grupos particulares como las farmacéuticas y
las petroleras, o al menos esos son los intereses que representa la oficina
comercial de E.U? Los países que firman TLC creen que les van a traer inversión
y no hay evidencia de que eso pase. ¿Es solo un sueño? Si la firma del TLC
tuviese negociaciones reales y posibilidades de beneficiar a los países, sí lo
recomendaría, pero Estados Unidos no negocia, ¿sino que demanda o impone?
los acuerdos bilaterales son una desventaja porque EEUU subsidia su
agricultura y no dejaría a otros países tomar medidas en contra de eso? los TLC
no son tan libres ya que se solicita o se impone comprar cierta cantidad de
materia prima de Estados Unidos, como parte de los convenios? Los TLC no son
buenos, no son injustos, porque traen más perjuicios que beneficios".
Estados Unidos no negocia, impone
José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998
"Los famosos tratados de libre comercio son el instrumento máximo de los
Estados Unidos para gobernar a los pueblos desde México hasta la Patagonia?
No tienen solo aspectos comerciales sino, también, ¿temas políticos y sociales?
No son libres, ¿sino que tienen que ver con deseos de dominación estratégica,
militar y política? La autonomía, la independencia y la soberanía de los países
de América queda en entredicho en el momento que los tratados entren en vigor.
Estos tratados son una especie de campanada de advertencia. Si los pueblos no
imponen a sus gobiernos la defensa de sus derechos esto acabará mal".
La soberanía de los países queda en entredicho con los TLC
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980
"La firma del TLC con los EEUU llevaría a Costa Rica a transformarse en una
colonia norteamericana; agregar una estrellita más a su bandera. El fracaso de
los EEUU de implantar en el nivel continental? el TLC, es una muestra clara y
contundente que hay pueblos que no claudican que resisten a las fuertes
presiones y que tienen el coraje de defender sus derechos. Otros
lamentablemente han claudicado y han hipotecado la vida de sus pueblos,
traicionando su libertad y autonomía. Han privilegiado el capital financiero, sobre
el capital humano y sometido a sus pueblos a la dependencia. Frente a estos
desafíos cabe preguntarse qué quiere el pueblo costarricense."
Hay pueblos que no claudican
"El Tratado de Libre Comercio, es un tratado para grandes inversionistas y para
grandes empresas. Por eso EE.UU. lo promueve, porque sus transnacionales
son las más fuertes del mundo, sus bancos, producción de automóviles, de
aviones y le conviene poder exportar a todo el mundo. La pregunta que hay que
hacerse es ¿cuántas transnacionales tiene El Salvador, qué carros salvadoreños
vas a exportar, cuántos aviones van a vender a EE.UU., cuántos cohetes
espaciales, cuántos softwares, ¿cuántos transnacionales? ¡Ah! tú no tienes
transnacionales. ¿Entonces, para qué quieres el acceso al mercado de EE.UU.?
Es decir, quizá unas 50 mil familias de grandes importadores, heredaron tres
grandes mercados de dinero o de algún producto y sí se benefician con el TLC,
pero qué pasa con el pequeño campesino. El pequeño campesino que produce
maíz, no puede competir con el maíz que viene de EE.UU. en gigantescas
proporciones, y lo que es más importante, subsidiado por el Estado. Cada año el
gobierno de Washington le da más de $20 millones en subsidios al sector agrario,
hay montones de pequeños campesinos de EE.UU. que no viven de la tierra,
sino de la renta del Estado; porque le da hasta $50 mil al año y por eso la tortilla
de maíz aquí va a costar un 30% más, que la tortilla que hace el campesino
salvadoreño y se va a quebrar".
Heinz Dieterich opina
"Jeffrey Sachsdeclaró que el problema de Colombia y otros países
latinoamericanos ha sido hacer mucho caso a los organismos multilaterales.
"América Latina es el gran acertijo de la globalización, pues no son los más
afectados por ella, ni los que le han sacado más provecho, pero sí tienen el
problema de no invertir en erradicar la pobreza y las diferencias sociales.
Crecieron como un continente conquistado y se quedaron con esa costumbre".
América Latina no está preparada para los TLC norteamericanos
El decano de economía de Columbia, R. Glenn Hubbard, quien fue asesor del
presidente Bush
"Tampoco está de acuerdo con los TLC, pues por la posición que EEUU asume
en las negociaciones, es fácil llamarlo hipócrita debido a su reticencia a reducir
el proteccionismo que le exige a sus contrapartes. A Estados Unidos le interesa
abrir mercados para sus servicios, mientras que pone trabas a las manufacturas
de los países menos desarrollados".
Sientan posición sobre el TLC
Como hemos mostrado en la introducción, los TLC son un instrumento colonial
para América Latina, continuación de otros instrumentos como predecesores la
deuda externa, el ALCA, las Cartas de Intención del FMI, el sabotaje a la
industria, el ajustarse el cinturón para los salarios, la presión para privatizar
empresas y servicios públicos. Esta nueva ofensiva imperial se produce en
América Latina ante el fracaso del ALCA, ante la negativa de participar de
Argentina y Brasil; cuando el déficit comercial y presupuestario de EE UU es
alarmante, pues la otrora economía norteamericana "libre de riesgo" ha sido
fisurada por la competencia China y por los gastos ocasionados en la invasión
criminal a Irak.
Los TLC con EE UU no pueden explicarse simplemente como un tratado
comercial "necesario" para mantenernos establecidos en la comunidad
internacional global, sino como un movimiento económico, político, militar y
cultural dentro de la estrategia de dominación imperial de EE UU; en juego están
los recursos naturales, la biodiversidad, el agua dulce, los productos agrícolas y
ganaderos, que serán tomados a bajos precios o por la fuerza.
Hace años, en el primer gobierno de Bush, salió a la luz un documento del
pentágono, en el que, entre otras cosas la escasez de alimentos en el planeta
será inminente en los próximos 20 años. A este respecto Vicky Pelaez sostiene
en Rebelión: “? el TLC está diseñado para que Norteamérica tome el control de
la producción de alimentos en cada país involucrado, haciendo desaparecer los
productos autóctonos e imponiendo los cultivos genéticamente alterados que
traerán fabulosas ganancias a las corporaciones como Monsanto, Dupont y
algunas otras. México ya perdió su Banco de Maíz con su fondo genético de este
millonario cultivo. El Banco de Papa del Perú está bajo el control norteamericano
y no cabe duda que con el TLC se perderá el fondo genético de papa (¿Centro
Internacional de la Papa? CIP, 1971) que incluye miles de variedades de este
producto originario del Perú...".
No olvidemos que América Latina es depositaria de una rica variedad de
recursos naturales y en grandes cantidades, cuya tendencia a futuro es aumentar
en valor ante la amenazadora escasez señalada líneas arriba. El TLC le asegura
EE UU la apropiación de esos recursos a través de contratos amañados
negociados con funcionarios corruptos.
TLC y dominación

Consecuencias del TLC


Las consecuencias de suscribir el TLC con EE UU abarcan múltiples sectores
como el comercio, la producción, los servicios y la soberanía de la que goza todo
Estado libre, siendo los más notables los siguientes:
El TLC no reconoce como territorio nacional el subsuelo, las 200 millas de mar
territorial, la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético ni la plataforma
continental. De esta forma, las trasnacionales estadounidenses podrían
apropiarse de las riquezas que se hallen en el subsuelo marino, del espacio
electromagnético -de vital importancia en las comunicaciones- y no pagar
regalías de ningún tipo por el uso de la órbita geoestacionaria del país.
Ingresarán a los países suscriptores del TLC productos agrícolas de EE UU
subsidiados a bajos precios, en contra de los productores nacionales.
Menoscabo de soberanía con la imposición de la relación Estado-inversionista
con claros beneficios a los proveedores estadounidenses. En cuanto a las
compras estatales que no se direccionan a los productores nacionales y en los
servicios no está permitido establecer requisitos de desempeño.
Pérdida de oportunidad de desarrollo económico por la venta de productos a
precios de mercado, ante la explotación amañada de nuestros recursos
naturales.
En el caso peruano los únicos beneficiados son los agroexportadores de la costa,
los grandes empresarios importadores/exportadores del comercio y la
agroindustria.
Convulsión social por la agudización de la pobreza y explotación de los pequeños
campesinos y microempresarios.
Recomendaciones
La primera, necesariamente es evitar la suscripción del TLC; y, ¿la segunda es
que el Estado recupere soberanía? si la hubiere perdido- sobre los recursos
naturales, la órbita geoestacionaria y el espectro electromagnético. En el caso
de los recursos naturales, los contratos de explotación deben ser revisados y
adecuados al interés nacional; los espacios físicos y las reservas de los recursos
deben ser valorizados económicamente e incorporados a la estructura del capital
social para su explotación tripartita: Estado-Comunidad-Empresa privada; el
inversionista privado debe ganar en función a su inversión; además debe
incorporarse en los contratos la ineludible transformación en el país de los
productos primarios extraídos, del subsuelo, bosques, mar y ríos; no deben salir
al exterior en estado primario.
Finalmente, en América Latina debe fortalecerse la integración a través del
MERCOSUR y el Banco del Sur como primeros pasos.

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