2
P ROYECTO EDITORIAL
BIBLIOTECA DE EDUCACIÓN
Director:
Antonio Bolívar Botia
3
4
DIDÁCTICA DE LA TECNOLOGÍA
5
6
Consulte nuestra página web: www.sintesis.com
En ella encontrará el catálogo completo y comentado
Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimiento civil previstos en las
leyes, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de
recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o por
cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A.
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono 91 593 20 98
http://www.sintesis.com
ISBN: 978-84-995842-6-3
7
8
Índice
Introducción
2. Filosofía de la tecnología
2.1. El sentido humano y humanizador de la tecnología
2.2. Naturaleza de la tecnología: la estructura epistemológica del conocimiento
tecnológico
2.3. La tecnología y el medio ambiente: desarrollo sostenible
2.4. Las tecnologías hoy
2.5. Alfabetización tecnológica
9
4.2. Objetivos y finalidades educativos
4.3. Los contenidos curriculares
4.4. Tipos de objetivos y contenidos curriculares (taxonomías)
4.5. La evaluación educativa: aprendizajes del alumnado
4.6. Otras evaluaciones educativas: reflexión, innovación e investigación
didáctica
7. Trabajos prácticos
7.1. Espacios didácticos en tecnología
7.2. Tipos de trabajos prácticos
7.3. Resolución de problemas tecnológicos
7.4. Proyecto tecnológico
7.5. Evaluación educativa de los trabajos prácticos
7.6. Gestión del taller: normas de seguridad y eliminación de residuos
10
9. Desarrollo de unidades didácticas
9.1. Proceso de resolución de problemas tecnológicos: “Solucionando
problemas”
9.2. Equipos informáticos (Hardware y software): “Eligiendo un ordenador”
9.3. Materiales de uso técnico: “Los plásticos y sus aplicaciones”
9.4. Técnicas de expresión y comunicación: “Normas de acotación”
9.5. Estructuras: ¡¡¡AGUANTA!!!
9.6. Mecanismos: “Operadores transformadores de movimiento”
9.7. Recursos energéticos: “Energías alternativas”
9.8. Electricidad: “Introducción a la electricidad”
9.9. Tecnologías de la información y la comunicación: “Sé legal, copia Linux”
9.10. Tecnología y sociedad: “Domótica para un desarrollo sostenible”
Apéndices
Apéndice 1
Principios y objetivos generales del Sistema Educativo y de Secundaria
Objetivos de las tecnologías en la Educación Secundaria Obligatoria
(reordenados de acuerdo con el criterio de que un verbo define un nuevo
objetivo educativo)
Criteros de evaluación de las tecnologías (reordenados de acuerdo con el
criterio de que un verbo define un nuevo criterio de evaluación
educativa)
Normativa sobre evaluación y promoción en la LOE
Apéndice 2
Ejemplo de rúbrica para evaluar una actividad compleja
Bibliografía
11
Introducción
12
visión global e interdisciplinar de las tecnologías. Para cubrir este hueco, parece oportuno
ofrecer una síntesis global que pueda servir de guía y estímulo para completar la
formación.
En las sociedades actuales del conocimiento y la información impregnadas de
tecnologías, comprender el fenómeno técnico es un imperativo inevitable. Para describir
esta comprensión general se ha acuñado el término alfabetización científica y
tecnológica, que comprende el conjunto de competencias y conocimientos que debe
tener cualquier ciudadano medio para desenvolverse adecuadamente en las sociedades
actuales impregnadas de ciencia y tecnología, concepto que guía el desarrollo de esta
obra. También debe resaltarse que un componente importante y el más innovador de esa
alfabetización es, precisamente, el conocimiento de la naturaleza de la ciencia y la
tecnología, esto es, conocer cómo se construye el conocimiento y conocer su impacto
social a lo largo de la historia y en la sociedad actual, es decir, cómo funcionan la ciencia
y la tecnología en el mundo actual.
Para afrontar la docencia de los múltiples contenidos de diferentes tecnologías
escolares desde una sólida fundamentación epistemológica e histórica, un futuro profesor
de tecnologías necesita consolidar una visión global y unitaria de la tecnología, como
condición que le permita trascender, incluso, su propia especialidad tecnológica de
formación inicial para convertirse realmente en un auténtico profesor de diversas
tecnologías. Por estas razones, esta obra de didáctica específica de la tecnología se inicia
con una exposición sucinta de los aspectos que atañen a una formación epistemológica e
histórica básica para el profesorado de tecnologías.
13
1
Historia y sociología de la tecnología
14
Los dos primeros capítulos se centran en la historia, la sociología y la filosofía de la
tecnología para conseguir esos objetivos.
15
se vuelven más complementarias; la tecnología organiza sus conocimientos
sistemáticamente y funciona, a nivel práctico y a nivel teórico, como la ciencia, utilizando
métodos y conocimientos científicos.
La tecnología es la intervención responsable del hombre sobre el entorno natural,
con el fin de aumentar su bienestar y satisfacer sus necesidades y deseos, esencialmente
mediante la utilización de conocimientos teóricos y prácticos que le permiten
comprender, utilizar, evaluar, transformar y producir artefactos, sistemas y procesos. La
tecnología intenta dar respuesta a los deseos y necesidades colectivos humanos en un
contexto social concreto, y para hacerlo relaciona la técnica (herramientas, intuición,
conocimientos prácticos), la ciencia (reflexión teórica, conocimientos científicos, carácter
metódico y sistemático) y la estructura social existente (economía, sociedad y cultura).
La tecnología se puede decir que es un concepto amplio que abarca conjuntos de
técnicas, conocimientos y procesos, que sirven para el diseño y construcción de objetos
que satisfacen necesidades humanas. Es una actividad planificada y socialmente
organizada, que persigue objetivos conscientemente elegidos y de características
esencialmente prácticas (generalmente producir y distribuir un bien o servicio), mediante
conjuntos sistemáticos de instrumentos, conocimientos, procedimientos y métodos. La
palabra tecnología, pues, puede designar objetos que usa la humanidad (máquinas,
utensilios, hardware), pero también sistemas, métodos de organización y técnicas, e
igualmente se emplea para designar áreas específicas como tecnología de la construcción,
tecnología médica, tecnología de la información, tecnología de asistencia, etc.
En los manuales existen muchas definiciones de técnica y tecnología, cada una con
sus matices y diferencias. Mario Bunge (1980, p. 206) propone una definición
especialmente clara y clarificadora, aunque excesivamente vinculada a una perspectiva de
ciencia aplicada:
16
sistemas (inteligencia artificial, autómatas, información, etc.). Como consecuencia, se
reservaría el vocablo técnica para describir las prácticas que se desarrollan en el ejercicio
de cada una de las especialidades tecnológicas y los procedimientos y artefactos
desarrollados sin ayuda del conocimiento científico. En su aspecto excluyente, la
definición anterior permite delimitar también las especialidades que no son tecnologías,
sino seudo-tecnologías, entre las cuales Bunge incluye explícitamente la astrología, la
rabdomancia, la alquimia, la homeopatía, la grafología y el psicoanálisis.
Otro detalle que cabe resaltar de la definición anterior es que tecnología incluye la
creación, transformación o control de cosas o procesos, naturales y sociales. Las cosas
(objetos, instrumentos, aparatos o artefactos), el producto típico de las técnicas, son
ampliadas con los procesos, donde se pueden considerar incluidos los sistemas de
organización (sanidad, educación, producción industrial, etc.), procesos que también
afectan y están directamente relacionados con los sistemas sociales. En suma, los
productos de la tecnología son sistemas complejos (artefactuales, organizativos o
procesos) que realizan alguna función o que producen un beneficio innovador y relevante
para alguien.
17
1.2.1. Etapa técnica
18
tuvieron carácter universal, sino idiosincrásico; empezaron en Oriente Medio, y en los
milenios siguientes se difundieron a otros lugares.
Hace unos cinco mil años la agricultura domina grandes extensiones y se inician las
obras de riego en los grandes ríos, se usa el torno de alfarero y la polea, se construyen las
primeras grandes ciudades con clases diferenciadas (gobernantes, clero y artesanos) y se
inicia el transporte fluvial y marítimo a vela. En el cuarto milenio aparecen los primeros
objetos de hierro y las primeras escrituras, se comienza a usar la rueda, se domestican
caballos y se inventan los arneses, los papiros y los espejos nacarados.
En el tercer milenio el trabajo de metales se realiza con tenazas rudimentarias y
fuelles y se produce bronce; muchos objetos (sillas, bancos, mesas, ladrillos, azadas,
cuchillos, sierras) consolidan su forma actual, se construyen las pirámides y los primeros
sistemas de alcantarillado; aparecen el torno, los relojes de sol y agua, los primeros
números, y se redacta el código de Sumer. Hace menos de dos mil años se desarrolla la
metalurgia del hierro, un sistema de carreteras en China, las ruedas con radios, las
palancas de peso, los pergaminos, los primeros problemas numéricos y las recetas para
enfermedades. Finalmente, rayando el primer milenio, aparece el primer alfabeto escrito
de los fenicios.
El último milenio antes de nuestra era ve el florecimiento de las grandes
civilizaciones mediterráneas que pueblan sus orillas de ciudades nacidas como
consecuencia del comercio y la navegación y caracterizadas por la extensión del empleo
del hierro en el ejército pero también en azadas, rejas, hoces y cuchillos. A partir de la
séptima centuria se celebra la primera olimpíada, se acuñan monedas, se descubren las
lentes, se emplean ruedas de palas para regar, molinos giratorios para moler cereal, y se
construyen grandes puentes de madera y piedra junto con la torre babilonia. En el siglo
sexto el imperio persa construye miles de kilómetros de carreteras y un servicio de
correos de postas y aparecen los primeros filósofos griegos (Tales de Mileto, Anaxímenes
y Anaximandro) y las primeras escuelas de medicina. El siglo quinto antes de Cristo es el
siglo de Pericles y del esplendor de Atenas (Demócrito, Anaxágoras, Hipócrates, Sófocles
y Tucídides); se inventan las tijeras y los primeros engranajes y transmisiones, las
ballestas (China) y el telégrafo óptico (mediante antorchas) y se usan sierras de hierro
para madera. Las grandes figuras de la filosofía griega (Platón y Aristóteles) viven en el
siglo cuarto, que ve un gran progreso de la mecánica (poleas, polipastos, cojinetes de
bolas, catapultas) y en Roma se inicia la Via Appia; en China se construye la Gran
Muralla y se produce ya hierro colado y se menciona el uso del compás. El siglo tercero
a.d.C. es el siglo del gran matemático Euclides y de Arquímedes, inventor del tornillo,
polipastos y máquinas de guerra, y también el siglo de Alejandría, donde se construye el
faro, se funda el museo y también se hace la primera estimación del radio terrestre.
Los dos últimos siglos anteriores a nuestra era ven grandes progresos en el
conocimiento del cielo (mapa estelar, cálculo de la distancia a la Luna, se introduce el
calendario juliano y el año bisiesto), y la perfección de algunos artefactos mecánicos,
neumáticos e hidráulicos (prensas de vino y aceite, acueductos, rueda hidráulica, pozos
artesianos, suspensión Cardan, cabrestantes, levas, etc.). La red de calzadas romanas
19
alcanza muchos miles de kilómetros, se extraen grandes cantidades de oro y plata de las
minas, se construyen acueductos, calefacciones centrales, ventanas con vidrio y se
trabaja el vidrio soplado y se descubre el hormigón.
Los primeros siglos de la era cristiana son de una gran eclosión tecnológica en
China: puentes colgantes, compuertas, largos canales, carretillas, globos terráqueos,
sismógrafos, papel y seda. En Roma se construye el Coliseo, se mueven poleas a
pedales, Galeno desarrolla la anatomía, en Alejandría nace la alquimia, Ptolomeo impulsa
la geografía y astronomía y se inventan las velas de cera para alumbrado.
En el tercer siglo de nuestra era ocurren las primeras invasiones bárbaras que frenan
el progreso técnico de los últimos siglos y culminan con la destrucción de Roma (410) y
el fin del Imperio romano de Occidente (476) que da entrada a la Edad Media. Algunos
autores la denominan la “Edad Oscura”, pues la consideran un paso atrás en la evolución
de la tecnología occidental, aunque otros valoran la labor de conservación, traducción y
copia de los textos de la cultura clásica y el carácter innovador de algunas técnicas
medievales, como los relojes mecánicos, las manufacturas de vidrio, las gafas, los
molinos de viento y agua, el botón o la marca de agua, la obtención de oro por
amalgamación y la fabricación de campanas templadas. En navegación, se ponen los
cimientos de la era de los descubrimientos con la introducción (aunque no invención) del
astrolabio, la brújula, la vela latina y el timón y en tecnología militar se inventó la
armadura de placas, y las armas mecanizadas (arcos y ballestas de acero, catapultas,
etc.), el fundíbulo y el cañón. El legado arquitectónico de la Edad Media es importante,
primero con el estilo románico y, después, la invención del arco apuntado y la bóveda de
nervaduras auspiciaron el estilo gótico, que personaliza la Baja Edad Media en múltiples
monasterios, basílicas y catedrales, entre los que destacan como hitos Santa Sofía de
Constantinopla y la cúpula de la catedral de Florencia; las fortificaciones son
omnipresentes, y no en vano la Edad Media se conoce también como la Edad de los
Castillos.
El centro de gravedad del progreso tecnológico se desplaza del antiguo Imperio
romano europeo hacia Oriente, en las civilizaciones china y árabe. China continúa su
progreso tecnológico y, hacia el siglo VI, se comienza a producir la porcelana, la pólvora,
una nueva técnica de impresión con tipos cambiables de madera y metálicos y el uso del
papel moneda. Los árabes realizan también aportaciones significativas a la tecnología:
mejoran el reloj de agua, el proceso de destilación y la obtención de alcohol, la
fabricación de alambre de hierro y las infusiones de café, producen papel para
reemplazar al pergamino, hacen progresar el álgebra, la medicina (Averroes), la óptica y
las observaciones astronómicas.
Al inicio de la Baja Edad Media la energía hidráulica se comienza a aplicar a la
producción de hierro y manufacturas de tejidos por la explosión del transporte y el
comercio, una revolución comparable a la Revolución industrial. Se inicia la primera
revolución agraria en Europa, caracterizada por el uso de herramientas de hierro de
calidad y la mejora de arados, arneses y, sobre todo, de los sistemas de cultivo. En los
aspectos organizativos cabe destacar la creación de organizaciones económicas (bálticas,
20
liga hanseática…) y de los gremios y corporaciones, asociaciones obligatorias que
controlan, planifican y dirigen la producción arte-sana, a través de una estricta
reglamentación que determina la calidad, el precio, la cantidad y el margen de beneficios.
Otro hito medieval trascendental es la creación de las universidades (1119, Bolonia)
como centros del saber y la cultura, que se extiende rápidamente por toda Europa y
pasan lentamente a dominar los avances en medicina, matemáticas, astronomía y
geometría.
Hacia el siglo XII la vieja alquimia hace progresos significativos: Llull obtiene alcohol
casi puro y posteriormente se produce alumbre, ácido nítrico y aceite de vitriolo
(sulfúrico), al mismo tiempo que la extensión de la minería conduce a progresos en la
metalurgia y el bombeo. En el siglo XV se inventan las lentes, que conducen a los
anteojos y el telescopio, se construye el primer reloj mecánico con escape de corona,
comienza el uso de la pólvora y los cañones en las guerras, que desarrollan la artillería y
la balística, se crean los primeros bancos y, a mediados del siglo, se imprime el primer
libro con tipos metálicos móviles y cambiables (imprenta).
La Edad Moderna se inicia con la toma de Constantinopla por los turcos (1453) y la
caída definitiva del Imperio romano de Oriente, y finaliza con la Revolución francesa
(1789), que coincide aproximadamente con el inicio de la Revolución industrial. Entre la
pléyade de ilustres sabios de la modernidad, la figura tecnológica es Leonardo Da Vinci,
polifacético artista e inventor, que construyó una máquina voladora, el primer paracaídas,
una bobinadora de seda, un reloj despertador, una carretilla de mano, un quinqué, botas
de agua, rodamientos a bolas antifricción, un sistema de articulación universal, una
transmisión por cuerdas o por correas, cadenas de eslabones, engranajes cónicos,
tornillos sin fin, un torno de movimiento continuo y otros muchos inventos.
La Edad Moderna se identifica con la Revolución científica, caracterizada por la
introducción de los métodos empíricos y el razonamiento lógico y matemático para
reflexionar acerca de los fenómenos naturales y el abandono de la pura especulación
filosófica, que dieron lugar a un cambio radical de la cosmovisión global (sistema
heliocéntrico) y avances extraordinarios en el conocimiento y en la tecnología. El
desarrollo del álgebra simbólica, la geometría analítica, la teoría de los números y el
cálculo diferencial junto con las exactas observaciones astronómicas condujeron a la
formulación de la primera gran teoría científica sobre la gravitación universal (Newton,
1687). A partir de esta teoría, la astronomía tuvo un gran impulso, gracias también a la
construcción de mejores telescopios que permitieron a Herschel descubrir Urano pero,
especialmente, por su capacidad de predicción de las órbitas de planetas y cometas
visibles y la predicción de planetas invisibles (Neptuno) a partir de las anomalías
detectadas en la órbita de Urano. Estos éxitos generaron una cosmovisión mecanicista del
Universo, que concibe éste como un sistema complejo sometido a leyes exactas y
funciona con la precisión del reloj.
Paralelamente se desarrollan muchas áreas y tecnologías: óptica (telescopios,
microscopios, aberraciones, la teoría del color y la velocidad de la luz), hidráulica y física
de los gases, química (metalurgia, alto horno de gran capacidad, combustión y
21
descubrimientos de nuevos gases y compuestos), agricultura, horticultura y floricultura,
medicina (circulación sanguínea, respiración, anatomía), ciencias naturales (donde cabe
destacar la taxonomía de Lin-neo de los seres vivos), y electricidad y magnetismo
incipientes. En la Edad Moderna, el trabajo manual comienza a ser sustituido por el
trabajo mecanizado, realizado por máquinas e instrumentos más complejos que
perfeccionan otros ya conocidos, como los tornos (esmeriladores, roscadores,
cortadores), los mandriles, el telar mecánico o la talladora de limas, y especialmente en la
agricultura (molinos, carros, sembradoras) y en el incipiente trabajo científico
(microscopios, telescopios, termómetros).
22
basada en el trabajo manual y campesino fue reemplazada por otra, dominada por el
trabajo colectivo en las fábricas manufactureras y la minería; la mejora paralela de las
rutas de transportes y el nacimiento del ferrocarril permitieron una gran expansión del
comercio necesario para la venta de las manufacturas. Los barcos de vapor finalmente se
fabricaron completamente de metal y desempeñaron un papel crucial en el comercio
entre Oriente (Japón, China) y Occidente. Todos estos cambios durante los siglos XVIII y
XIX tuvieron un impacto importante en la estructura social: el éxodo del campo hacia las
ciudades crea los nuevos grupos de obreros industriales y los movimientos sociales que
convulsionaron la época.
Durante este período la ciencia continuó también su enorme desarrollo, paralelo a
las tecnologías; incluso, aparece una cada vez más pujante relación entre ciencia y
tecnología, pues el conocimiento científico se transforma en tecnologías concretas y la
capacidad tecnológica de manufactura de máquinas y aparatos permite a los científicos
disponer de instrumentos cada vez mejores para obtener más conocimiento. Por ejemplo,
el conocimiento empírico de los fenómenos caloríficos alcanzado con el desarrollo de las
máquinas de vapor hizo avanzar la termodinámica, que, a su vez, condujo a la invención
de los motores de combustión, parientes y sucesores aventajados de la máquina de
vapor.
En el XVIII se ponen las bases de la química moderna con descubrimientos
espectaculares que implican la purificación y descubrimiento de sustancias y elementos:
se aíslan el oxígeno y el nitrógeno, Priestley descubre el protóxido de nitrógeno y estudia
la fotosíntesis y en 1789 Lavoisier escribe su Tratado elemental de química que
arrincona la teoría del flogisto. Paralelamente, las industrias químicas básicas de
producción de sosa y ácido sulfúrico y las aplicaciones industriales de fabricación de
cerámicas (loza) y vidrio adquieren un gran desarrollo.
En el XVIII comienza también su desarrollo un nuevo actor decisivo para la
industrialización: la electricidad; sus avances se suceden en varios frentes: la construcción
de la botella de Leyden, la invención del pararrayos, la pila de Volta, las experiencias de
Coulomb y el descubrimiento del efecto Galvani de la corriente. La electricidad alcanza
su eclosión en el siglo XIX con el descubrimiento de las leyes electromagnéticas, que
conducen al desarrollo de una pléyade de máquinas eléctricas (generadores y motores),
fundamentales para el desarrollo industrial posterior a la máquina de vapor. El desarrollo
histórico de la electricidad es un caso representativo de la precedencia de la ciencia sobre
la tecnología, que ha quedado grabada en el imaginario colectivo (la tecnología como
ciencia aplicada): los avances y teorías científicas en electricidad generaron
inmediatamente aplicaciones tecnológicas, cuyo ejemplo más significativo pueden ser los
generadores eléctricos, construidos al poco tiempo de ser descubierta la inducción
electromagnética por Faraday.
En el siglo XIX las distintas ciencias y tecnologías (química y física, especialmente
en electricidad) originan auténticas avalanchas de descubrimientos e inventos, que se
resumen y esquematizan en las tablas adjuntas separadas por disciplinas; aunque sea sin
pretensión de exhaustividad, su extensión es un buen indicador de la enorme magnitud
23
del desarrollo.
24
25
El siglo XIX es el ejemplo histórico más típico de la creatividad aplicada a la
realización tecnológica, pues con muy escaso bagaje teórico, en algunos casos con sólo el
descubrimiento de un hecho científico, las consecuentes realizaciones tecnológicas fueron
muy numerosas y extraordinarias. Sin desmerecer los inventos de diversas áreas, sin
duda, algunos de los más destacados son todas aquellas máquinas que dependen de la
electricidad (telégrafo, dinamos, motores, lámparas, etc.). El cuadro onomástico siguiente
contiene algunos de los inventos tecnológicos más destacados del siglo XIX.
Cuadro 1.2. Índice de los hitos industriales más importantes del siglo XIX
Tecnología industrial
26
1867 Marinom inventa la rotativa.
1868 Westinghouse inventa el freno hidráulico para ferrocarril.
1873 Sholes, máquina de escribir.
1875 Generadores Gramme para alumbrar París.
1876 Laboratorio de Edison (Menlo Park).
1876 Bell inventa el teléfono.
1877 Edison inventa el fonógrafo.
1878 Siemens construye prototipo de locomotora eléctrica.
1878 Edison inventa la lámpara eléctrica de incandescencia.
1881 Siemens: prototipo de tranvía eléctrico.
1888 Tesla: motor eléctrico
1888 Peral bota su prototipo de submarino.
1988 Forest: primer motor de gasolina ().
1889 Eastman produce película fotográfica en rollos y la cámara Kodak-Box Nº 1.
1892 Henry Ford construye su primer automóvil.
1893 Westinghouse construye la central eléctrica en las cataratas del Niágara.
1895 Los hermanos Lumière inventan el cine (película y aparato de proyección)
1897 Ader: primer vuelo en aeroplano
1899 Marconi establece la primera comunicación sin hilos a través del Canal de la Mancha.
27
tecnología, que está relacionado con los métodos de organización del trabajo y la
producción, y no tanto con el producto mismo (artefacto). La producción en serie se
basa en la división y especialización del trabajo de los operarios, que sólo realizan una
tarea concreta, careciendo de control y conocimiento sobre otras tareas del proceso. Este
modelo de gestión de la actividad industrial, conocido también como organización
científica del trabajo o taylorismo, se justifica por los grandes incrementos de
productividad obtenidos gracias a la economía de escala que logra el proceso de
producción mecanizado en una cadena de montaje.
En suma, el siglo XIX alumbró un rápido desarrollo de numerosas tecnologías
(química, eléctrica, petrolífera y siderúrgica) y su institucionalización profesional e
industrial, junto con una incipiente conexión con la ciencia, en ese momento ya más
institucionalizada y vertebrada.
28
genéticas, basadas en la manipulación de la información genética de los organismos,
cuyas aplicaciones en medicina, agricultura y ganadería son extraordinarias (clonación,
proyecto genoma humano, organismos transgénicos, células madre, terapias génicas,
etc.), basadas todas ellas en el desarrollo de nuevos materiales (plásticos, cerámicos,
cristales, fibras de carbono, nanomateriales, aerogeles, semiconductores,
superconductores, piezoeléctricos) y en la omnipresencia de las TIC.
La enorme cantidad de descubrimientos e inventos realizados en esta última época
hace imposible en este reducido espacio pretender un resumen que pueda ser
medianamente justo y equitativo de un período histórico tan rico y abundante en sucesos
y logros. No obstante, para lograr una aproximación esquemática, global y útil, se ofrece
una reseña onomástica de los principales hitos estructurada en dos cuadros: el primero
contiene los principales eventos de la física, química, biología y medicina y el segundo,
los eventos más específicamente tecnológicos de la época.
29
30
31
Cuadro 1.4. Resumen cronológico de hitos significativos de la historia de la
tecnología en el siglo XX
32
1900 Inauguración del Metropolitano de París durante la Exposición Universal
1900 Von Zeppelin realiza el primer vuelo del LZ1 sobre el Lago Constanza
1900 Landsteiner establece tres grupos sanguíneos: A, B y 0
1900 Scotland Yard aplica la dactiloscopia
1901 Eastman funda la compañía Eastman Kodak Company
1903 Ford funda su propia empresa en la que fabrica el Tin Lizzie
1903 Los hermanos Wright realizan el primer vuelo con un aeroplano
1913 Ford introduce en su fábrica de coches la organización del montaje en cadena
1920 Primera transmisión comercial de radio
1922 Heinkel funda la empresa aeronáutica
1923 Messerschmitt funda en Múnich la Messerschmitt-Flugzeugbau-Gesellshaft
1923 La Ethyl Corporation comercializa la gasolina con plomo tetraetilo
1926 Goicoechea: construcción del primer vagón unido por soldadura
1926 Goddard ensaya el primer cohete con carburante líquido
1930 El astrónomo Tombaugh fotografía el planeta Plutón (llamado X por Lowell)
1931 Ford Motor Company: maqueta de vidrio para estudiar el interior de los motores de combustión
1934 Desarrollo del primer radar
1935 Primer vuelo comercial de un DC-3 de hélice
1937 Von Braun, director técnico del proyecto de construcción de cohetes del ejército alemán
1938 La multinacional Nestlé produce el primer café deshidratado en polvo (Nescafé)
1939 Einstein y Szilard piden al presidente Roosevelt que fabrique una bomba atómica
1942 Goicoechea: Tren TALGO
1943 Oppenheimer, director del complejo de laboratorios de Los Álamos
1945 Bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
1945 Primera computadora electrónica a válvulas (ENIAC)
1946 Spencer descubre el efecto de las microondas; al año siguiente desarrolla el primer horno
1948 Wiener: La cibernética o el control y la comunicación en el animal y en la máquina
1948 Desarrollo del transistor en los laboratorios Bell de ATT
1954 Sänger funda en Stuttgart un centro de investigación para motores a reacción
1954 Sony lanza al mercado el primer radio portátil transistorizado
1957 La Unión Soviética lanza el Sputnik 1, primer satélite artificial de la historia
1958 Primer servicio comercial de un avión reactor (Boeing 707)
1961 Gagarin realiza el primer vuelo espacial tripulado
1963 Comienza a fabricarse insulina por ingeniería genética
1966 Desarrollo de la fibra óptica
1967 Primera estación espacial, la rusa Solyuz
1969 Armstrong y Aldrin llegan a la Luna
1970 La empresa Intel desarrolla el microprocesador
1971 La Unión Soviética coloca en órbita el Salyut 1
1971 Texas Instruments saca al mercado la primera calculadora transportable
1981 Weinberg, Cooper y Wigler: oncogenes
1981 IBM lanza las primeras computadoras personales (PC)
1983 Se observa el primer agujero negro
1984 CD Rom
1984 Apple McIntosh
1985 Microsoft Windows
1986 Walker, Maloney, Wilking y Lada: embrión estelar
1986 Superconductor de alta temperatura
1986 Piel sintética
1987 Videojuegos 3-D
1987 Lentes de contacto
1988 Teléfonos celulares digitales
33
1988 Radar de efecto Doppler
1988 Prozac
1988 Píldora abortiva
1989 Berners-Lee desarrolla el primer World Wide Web (WWW) para transmisión de datos entre
ordenadores
1989 Televisión de alta definición
1990 Primer telescopio espacial Hubble para observar evitando los efectos de la distorsión atmosférica
1990 Protocolos HTML y http (WWW)
1991 Máquinas de respuesta digital
1992 Píldora inteligente
1993 Microprocesador Pentium
1994 Inhibidores VIH
1995 DVD (Digital Versatile Disc)
1995 Lenguaje JAVA
1996 Web TV
1997 Baterías alimentadas por gas
1997 La sonda espacial Pathfinder aterriza en Marte y envía imágenes
1998 Nace el ordenador IMac
1998 Viagra
En los pocos años que han transcurrido del siglo XXI la tecnología ha continuado y
mantenido su rápido avance, progresando en todos los campos. Esta etapa se caracteriza
por el uso extensivo de la electricidad como energía dominante, la proliferación de
nuevos materiales de todo tipo (aleaciones, plásticos, semiconductores, etc.) y la
multiplicación de nuevas tecnologías basadas principalmente en las TIC. La tasa de
desarrollo de los computadores es un ejemplo de la aceleración del progreso tecnológico,
que lleva a algunos a pronosticar para el siglo XXI el advenimiento de una singularidad
tecnológica. La tecnología forma parte del sistema económico-productivo-consumista y
sus logros se han popularizado como objetos de consumo general, de modo que una gran
parte de los aparatos tecnológicos actuales han trascendido el campo industrial, entrando
en el amplio campo del entretenimiento y el recreo de la gente; el ejemplo más
representativo son los numerosos y novedosos aparatos basados en las TIC
(computadoras personales y portátiles, teléfonos móviles, reproductores de música MP3,
etc.), y especialmente, los juegos interactivos, con una gran cantidad de productos de
rápida obsolescencia. La mayoría de estos productos no incluyen ideas o desarrollos
altamente novedosos, sino simplemente mejoras profundas en el rendimiento o las
prestaciones del aparato, un rasgo muy estimado en la tecnología y que contribuye
intensamente a mantener el consumo que activa el sistema económico. El cuadro
siguiente resume algunos ejemplos de logros populares que la tecnología pone al alcance
de la gente en los primeros años del siglo XXI y donde puede apreciarse esta tendencia a
ofrecer aparatos que contribuyen al recreo y al entretenimiento personal y social.
Cuadro 1.5. Inventos tecnológicos de los primeros años del siglo XXI
34
2000 Mapa completo del genoma humano
2000 Clonación de 5 cerdos por la empresa biotecnológica PPL Therapeutics
2000 Visor de los teléfonos móviles
2001 Corazón artificial AbioCor
2001 Prototipo de scooter movido por hidrógeno
2002 General Motors presenta un prototipo de coche basado en hidrógeno (Hy-wire)
2002 Tomates modificados genéticamente que incorporan vacunas contra enfermedades
2002 Simulador de clima terrestre
2002 Vehículo de exploración marciana Red Rover (9 cámaras y 3 espectrómetros)
2003 Bañadores de piel de pez
2003 Moto movida por hidrógeno (Aqwon)
2003 Gabán que proporciona invisibilidad
2004 Zapatos deportivos computerizados
2004 Robots domésticos para realizar trabajos desagradables o divertidos
2004 Rodilla biónica computerizada Rheo
2004 Sensor de control de frutas podridas
2005 Rueda de coche sin neumático Michelin
2005 Motocicleta de hidrógeno silenciosa ENV
2005 Cuerda inteligente con sensor de rotura
2005 Descubrimiento de la capacidad terapéutica de las células madre adultas
2005 Transporte individual inteligente (i-unit)
2005 Puerta automática cuya apertura se adapta a la forma (Fukuda)
2006 Gatos hipoalergénicos
2006 Vestidos inteligentes
2006 Camas que levitan
2007 Teléfono y computador móvil iPhone
2007 Coche movido por energía solar y eólica (Ventura Eclectic)
2007 Prótesis robotizada de pie a cadera (PowerFoot)
2007 Baterías de azúcar (Sony-bio)
2007 Avión comercial “verde” (Boeing 787 Dreamliner)
35
16. La Torre Dinámica 41. El monotrazador Peraves
17. El Robot Móvil, Diestro, Social 42. Desvocalizador
18. El Nuevo Vagabundo de Marte 43. Zapatos de correr de alta tecnología
19. El Sistema Público de Bicicletas de Montreal 44. Protección solar para Plantas
20. El Juego del Todo 45. Refinanciación reducida
21. El Organismo Sintético 46. El Automóvil Eléctrico Aptera
22. El Rascacielos Sin sombra 47. El Centro de Datos Flotantes de Google
23. El Candidato Marcado 48. El Reloj Comedor de tiempo
24. Los Contactos biónicos 49. Comida mejorada por sonidos
25. Paneles Solares de película fina 50. Una Cámara para Ciegos
Las listas de los cuadros ofrecen una perspectiva muy actual de la gran proyección
de las tecnologías en la fabricación de objetos de consumo personal, útiles y muy
diversificados, que aprovecha y se basa en el conocimiento científico y tecnológico, los
nuevos materiales y en aumentar la eficiencia de las prestaciones de instrumentos
precedentes.
36
con el saber hacer);
c) los recursos humanos y materiales del sistema socio-técnico de producción; y
d) el sistema socio-técnico necesario para el uso y mantenimiento de los
productos fabricados, incluyendo también aquí aspectos muy variados
como, por ejemplo, los legales.
Las relaciones entre la ciencia y la tecnología son más discutibles que las relaciones entre
tecnología y sociedad, pues en el sentido moderno, la ciencia sólo existe desde hace
apenas cinco siglos, e incluso en este tiempo las relaciones entre ambas han sido muy
variables y dialécticas, como ha evidenciado el recorrido histórico realizado. Hoy día, sin
embargo, la ciencia y la tecnología están profundamente imbricadas entre sí en ese ente
híbrido de ambas llamado tecnociencia, aunque algunos subrayan aún diferencias y
distinciones teóricas entre ambas. En el currículo escolar, debido a su carácter
fuertemente disciplinar, ciencia y tecnología se ofrecen aún separadas, contradiciendo de
alguna manera esta convergencia que se observa actualmente en el mundo real. Tiene,
pues, un interés didáctico profundizar un poco en las diferencias y semejanzas entre
ciencia y tecnología porque una correcta clarificación epistemológica de estas cuestiones
puede permitir al profesorado de tecnologías (y de ciencias) plantear su quehacer docente
desde una perspectiva mucho más integradora y amplia.
Resumiendo mucho, la ciencia consiste en el estudio del mundo natural y suele
asociarse a dos componentes esenciales:
37
Además, se suele atribuir a la ciencia un objetivo básico de comprensión de la
naturaleza, desprovisto de objetivos de dominio o de satisfacción de necesidades
prácticas, aunque la evolución del último siglo no permite discernir tan nítidamente esta
cuestión.
Cuando se comparan ciencia y tecnología, el diferente valor concedido a una y otra
se remonta al menos al pensamiento helenístico clásico, aunque en cada época se debe
con-textualizar lo que significa ciencia y lo que significa tecnología. Partiendo de la
distinción platónica entre el conocimiento teórico más abstracto (prestigiado) y la
actividad práctica basada en la manualidad (minusvalorada), Aristóteles sostuvo que el
conocimiento científico (epistemé) era deseable por sí mismo, mientras que la técnica
(techné) sólo era un medio para satisfacer necesidades humanas. Bacon, en el siglo XVII
y en el contexto de la Inglaterra pre-industrial, defendió la posición contraria: el
conocimiento para manipular las cosas materiales es más útil para el progreso social que
el puro saber abstracto. Lo cierto es que la tensión entre el conocimiento teórico (ciencia)
y el saber hacer ligado a la práctica (técnica) ha continuado a lo largo del tiempo, aunque
decantándose casi siempre a favor del primero, debido al mayor estatus cultural que se le
suele conceder al conocimiento teórico en los ambientes académicos.
A lo largo de la historia, pues, la ciencia y la tecnología se han relacionado entre sí
compleja y dialécticamente y con diferentes grados de intensidad, circunstancia que ha
dado lugar a interpretaciones distintas de sus interacciones. El filósofo de la ciencia y
tecnología finlandés Niiniluoto ha sistematizado las relaciones ontológicas y causales
entre ciencia y tecnología en cinco modelos.
Tres modelos son monistas y subrayan la dependencia ontológica de una respecto
de la otra:
Los otros dos modelos son dualistas, pues se basan en la independencia ontológica
de ambas:
38
XVII hasta la actualidad, con base en estos cinco modelos permite mostrar la existencia de
casos pertenecientes a los cinco tipos. Por tanto, como las relaciones son dinámicas, no
han sido ni son siempre las mismas, y la conclusión debe ser que ningún modelo es
autosuficiente para dar cuenta de todas las situaciones existentes. En el momento actual,
aunque se acepta un cierto predominio del modelo de identidad ontológica en muchas
áreas como el más adecuado para describir estas relaciones, podrían encontrarse también
áreas de la ciencia y tecnología correspondientes aún a otros modelos.
La tecnología es un cuerpo de conocimiento acerca del diseño y creación de
productos útiles y de los procesos para resolver los problemas que plantea lo anterior.
Ciencia y tecnología se acoplan hoy íntimamente: la comprensión científica del mundo
natural es base para el desarrollo tecnológico hoy (el diseño de un medicamento para
luchar contra una enfermedad es posible por el conocimiento de la estructura e
interacción de las proteínas y otras moléculas biológicas); recíprocamente, la tecnología
es la base para una buena parte de la investigación científica (los modelos climáticos que
usan los meteorólogos para estudiar el calentamiento global exigen súper-computadores
para ejecutar las simulaciones). Es muy difícil o imposible separar los logros de la
tecnología de los de la ciencia y la opinión pública contribuye también a mitificarlos:
cuando el Apolo 11 puso a Armstrong y Aldrin en la Luna, se consideró una victoria de la
ciencia; cuando un nuevo tipo de materiales ligeros y súper-fuertes aparecen en el
mercado, los medios informan de un adelanto científico; la ingeniería genética de cereales
que resisten plagas también se atribuye normalmente a la ciencia. Aunque la ciencia está
presente en todos ellos, también son ejemplos de tecnología, de uso de procesos,
habilidades, conocimientos y técnicas únicas que son bastante diferentes de la ciencia. La
tecnología se asocia también estrechamente con la innovación, la transformación de ideas
en nuevos y útiles productos o procesos. La innovación no sólo requiere a personas y
organizaciones creativas, sino también la disponibilidad de tecnología y ciencia y talento
ingenieril, de modo que tecnología e innovación son sinérgicos: en la secuenciación del
genoma humano las máquinas han hecho posible la decodificación de la ingente
información analizada, y ese conocimiento está alimentando una revolución en el
diagnóstico, las terapias y otras innovaciones biomédicas.
39
alta tecnología surgidos después de la Segunda Guerra Mundial,
b) la emergencia de una conciencia crítica respecto a los riesgos y efectos
negativos de la ciencia y la tecnología (holocausto nuclear, desastres
ambientales, accidentes industriales, etc.),
c) la necesidad de crear instituciones y formar expertos en política científico-
tecnológica y evaluación del impacto de las tecnologías y
d) la aparición de investigaciones, sobre todo desde la perspectiva de la
sociología del conocimiento, que cuestionan la imagen tradicional de la
ciencia y la tecnología como actividades aisladas del contexto social, político
y económico.
Para afrontar estos desafíos, algunos programas CTS pioneros surgieron en las
propias comunidades científica y tecnológica de universidades de fama mundial, como el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Los programas CTS tuvieron inicialmente
un doble objetivo: hacer más conscientes a los científicos e ingenieros del impacto social
de su trabajo y facilitar una mayor comprensión pública de las ciencias experimentales y
la tecnología. Aunque en la actualidad se ha producido una aproximación entre ambas
líneas, aún puede dominar alguna en los diferentes programas y cursos.
Así mismo se pueden identificar dos grandes tradiciones en los estudios y
programas CTS:
40
1.3.3. Ciencia, tecnología y sociedad en la educación
41
d) Las aplicaciones técnicas de la ciencia.
42
Los objetivos más modestos y comunes a muchos programas de educación CTS
son:
Los contenidos de la educación CTS se suelen seleccionar con base en dos criterios:
uno centrado en cuestiones científicas y tecnológicas relevantes que afectan a la sociedad
(inspirado por la pragmática tradición americana) y otro, en los aspectos sociales y
culturales de la ciencia y la tecnología, derivada de la más académica tradición europea.
El primero permite conectar mejor con los intereses del alumnado y del profesorado,
pero puede conducir a una educación demasiado especializada y parcial por su carácter
más específico. La segunda aproximación, más general, podría proporcionar a los
estudiantes una estructura conceptual más amplia y duradera, pero suele percibirse más
alejada, porque trata las relaciones CTS desde la perspectiva de otras disciplinas, como
filosofía (epistemología, ética…), sociología, historia (épocas, influencia social, etc.),
política (toma de decisiones, cuestiones legales, defensa, etc.), económicas (inversiones,
innovación, patentes, etc.), culturales (determinismo, influencia, etc.) y estéticas.
Influencia de la sociedad en la ciencia y la tecnología: efectos del ambiente cultural, político y religioso, control
social (instituciones políticas, poderes fácticos y grupos de presión), la dimensión organizativa en lo
tecnológico y en lo científico, etc.
Influencia de la ciencia y la tecnología en la sociedad: problemas que origina y que ayuda a resolver,
conocimiento necesario para tomar decisiones, responsabilidad social, ética y valores morales, contribución al
pensamiento social, etc.
La mujer en la ciencia y en la tecnología.
Aplicaciones de la ciencia.
43
Artefactos tecnológicos.
Procesos de diseño y producción tecnológica.
1) El contenido CTS como motivador (p. e., libros de texto tradicionales con referencias CTS insertadas).
2) Infusión ocasional del contenido CTS (p. e., SATIS, SAE, SAW, tecnología en Secundaria).
3) Infusión intencional del contenido CTS (p. e., SATIS 16-19; materias de ciencias de Bachillerato en
España).
4) Materia organizada y secuenciada (contenidos disciplinares) mediante criterios CTS (p. e., CHEMCOM,
CEPUP-APQUA, PLON).
5) Ciencia organizada y secuenciada (contenidos interdisciplinares) mediante criterios CTS (p. e., Logical
Reasoning in Science and Technology, NMVEO, Salters).
6) Contenidos enfocados desde CTS junto con ciencia o tecnología (p. e., Science in Society, SEEDS,
Science and Technology 11).
7) Infusión de ciencia en contenidos CTS (p. e., SISCON, Science: A Way of Knowing, Ciencias para el
mundo contemporáneo en España).
8) Contenidos totalmente CTS (p. e., IST).
44
los estudios CTS. Comprender ciencia y tecnología requiere que el conocimiento se haga
operativo en contextos sociales, a través de conductas, opiniones o posiciones
coherentes, y este salto no es inmediato, ni automático; se requiere una educación de
actitudes y valores que den coherencia a la conducta personal en el entorno social y
tiendan un puente entre los conceptos abstractos de la ciencia y su operatividad en la vida
diaria, para lo cual la dimensión tecnológica resulta esencial. La comprensión pública
sobre la ciencia, la tecnología y sus implicaciones sociales requiere una discusión abierta
y la clarificación de los valores humanos, morales y éticos implicados. La educación de
las actitudes CTS aborda el desafío de la comprensión pública y social educando el
conjunto de actitudes y valores inherentes a las prácticas científicas y tecnológicas, claves
para la alfabetización científica y tecnológica de todas las personas.
El reconocimiento de que la ciencia y la tecnología están cargadas de valores y la
necesidad de clarificarlos en su enseñanza es, pues, otra de las innovaciones del
movimiento CTS, enraizado en la visión de la ciencia y la tecnología como actividades
humanas que inciden y afectan a todos los aspectos de la vida. Aprender y enseñar
tecnología requiere no sólo ocuparse de contenidos factuales y conceptuales, sino
también discutir sobre ciencia y tecnología; esto es, incluir también los aspectos
axiológicos y actitudinales en las lecciones de ciencia y tecnología. Esta discusión debe
ser un debate ilustrado; es decir, requiere conocimientos del lenguaje y los métodos de la
ciencia y, en general, tener la capacidad de razonamiento para exponer una opinión con
fundamentos, rasgos que constituyen dimensiones básicas de la deseable alfabetización
científica y tecnológica.
Los profesores que dan una orientación CTS a su enseñanza tienen que esforzarse por
potenciar la libertad intelectual, estimular el pensamiento crítico, la creatividad y la
comunicación entre los alumnos; para ello, el profesor necesita una sólida formación para
definir y propiciar el “clima” del aula más adecuado y la capacidad para crearlo, lo que
implica también una mayor cooperación entre el profesorado y el alumnado. El
cuadro 1.9 identifica y generaliza un conjunto de funciones que caracterizan al papel del
profesor en este tipo de enseñanza CTS.
Cuadro 1.9. Funciones características de los profesores que ponen en práctica una
orientación CTS
45
interacción y la comunicación comprensiva en el aula.
– Tienen altas expectativas sobre sí mismos (autoestima) y sus alumnos, animando, apoyando y
potenciando las iniciativas de éstos.
– Reflexionan activamente para aprender nuevas ideas, habilidades y acciones (tanto la psicopeda-gogía
como la actualidad científico-tecnológica y del ámbito social) junto a sus compañeros y sus alumnos.
– Provocan que surjan preguntas y temas de interés en el aula; piden argumentos que justifiquen las ideas
que se proponen.
– Potencian la aplicación de los conocimientos al mundo real y dan tiempo para discutir y evaluar estas
aplicaciones.
– Hacen ver a los alumnos la utilidad de la ciencia y la tecnología, dan confianza en sus propias habilidades
para utilizarlas y tener éxito con ellas, sin ocultar las limitaciones de la ciencia y la tecnología para
resolver los complejos problemas sociales.
– Llevan a clase a personas y recursos diversos, educan para la vida y para vivir y trascender las paredes
del aula.
46
éticas, que combina dos elementos curriculares básicos para la educación tecnocientífica:
conocimientos de ciencia y tecnología y actitudes éticas. El riesgo de numerosas
amenazas sobre el planeta que afectan a su equilibrio ecológico y a todo el género
humano, debido a una incorrecta gestión del entorno medioambiental basada más en la
dominación sin límite que en el desarrollo sostenible y que pueden originar catástrofes
cada vez más globales, ha ido construyendo una conciencia moral universal hacia toda la
biosfera; estos ejemplos manifiestan la necesidad y la posibilidad de una educación ética
de carácter universal ligada a contenidos científicos y tecnológicos, que el movimiento
CTS apoya como una parte de la comprensión de la ciencia y la tecnología y de la
preparación de la ciudadanía para la participación en decisiones socio-científicas.
Finalmente, los planteamientos CTS permiten atender mejor la diversidad de
estudiantes, con especial incidencia en las diferencias entre hombres y mujeres. Para la
mayoría de las sociedades, el proceso de socialización del alumnado está determinado
intensamente por el género: chicos y chicas tienen diferentes experiencias, aspiraciones,
prioridades y expectativas, etc. Como resultado los chicos suelen tener actitudes más
favorables hacia determinadas materias (en particular hacia la física y tecnologías, sobre
todo las ingenierías), que se traducen en mayores preferencias por estudios científicos e
ingenierías, mientras las chicas están más inclinadas hacia las cuestiones sociales, las
ciencias biológicas y las tecnologías sanitarias; las chicas eligen menos materias e
itinerarios escolares de ciencias e ingenierías que los alumnos y, entre otros factores, esto
hace que estén menos representadas en la comunidad científica y tecnológica. La
educación CTS aborda explícitamente la compensación de las desigualdades de género
con propuestas de currículos de ciencia y tecnología más estimulantes para las mujeres;
en general, la inclusión de los temas sociales relacionados con la ciencia y la tecnología,
característicos del movimiento CTS y más apreciados por las alumnas, puede tener un
efecto estimulante para ellas y compensador de las diferencias que se observan en
muchos países del mundo.
47
2
Filosofía de la tecnología
Todas las civilizaciones humanas dispusieron de tecnologías con un sentido social claro,
pues estaban integradas y eran parte de la propia cultura donde nacieron. La tecnología,
por tanto, forma parte de la cultura y es uno de sus ingredientes más importantes: la
irrupción de ciertas tecnologías a lo largo de la historia ha producido cambios sociales
decisivos (la rueda en el transporte, la agricultura en la alimentación, el fuego o la
electricidad en la disponibilidad energética, la imprenta o Internet en la comunicación,
etc.). Todas las tecnologías aportan un logro que satisface alguna necesidad o deseo
humanos, y por ello son bienes apreciables para la sociedad, de modo que la bondad de
las herramientas y artefactos nunca fue puesta en duda o sometida a crítica, porque se
interpretaban como prolongaciones y ampliaciones positivas del bienestar, los órganos o
48
las capacidades humanas. La tecnología manipula y usa la naturaleza para lograr una
supervivencia óptima, de modo que los fines y objetivos de la tecnología tienen sentido
cuando son congruentes con la realidad de la naturaleza a la que dominan, y las
realidades humanas individuales y sociales a las que sirven. La raíz humana de la
tecnología sigue siendo válida, incluso donde hay un predominio deshumanizado de la
razón tecnológica, hasta el punto de que la International Technology Education
Association (ITEA) ha subtitulado una de sus obras con el significativo lema de
“tecnología es la innovación humana en acción”.
Los beneficios de las tecnologías en forma de satisfacción de las necesidades vitales
de todas las sociedades a través de instrumentos y aparatos para sobrevivir mejor
sirvieron a éstas como blindaje contra las críticas en todos los tiempos: si la tecnología
produce beneficios vitales para la sociedad, la tecnología se convierte en un bien social
difícil de criticar, de ahí que la reflexión crítica sobre la tecnología sea muy reciente.
Precisamente, el mito de los beneficios universales producidos por la tecnología ha sido
uno de los primeros elementos afrontados por la reflexión sobre la tecnología, al observar
pruebas de desigualdades en los distintos sectores sociales ante los beneficios de la
tecnología, bien en la forma de una opresión directa, bien como limitación de las
actividades individuales o de exclusión directa de los beneficios. Esta línea de crítica
descubre otra cara de las tecnologías, a saber, la capacidad de imposición y dominio y,
por tanto, de deshumanización, que implican las tecnologías, causando perjuicios, y no
beneficios, para algunas personas y que contradice el supuesto carácter benéfico
universal de las tecnologías. La crítica a la deshumanización de las tecnologías por la
imposición de lógicas instrumentales o técnicas ajenas a las necesidades humanas,
generalmente en la forma de imposición de un dominio o de exclusión de los beneficios,
pretende evitar su desvío de la satisfacción de las auténticas necesidades humanas y es
asumida por muchos autores en diversas formas (Mumford, 1934).
Otro matiz de esta línea de crítica se refiere a la capacidad oculta de la propia
tecnología para redefinir como bienestar humano algunos valores que no son realmente
esenciales para el bienestar (superfluos), y cuya necesidad es creada, impuesta y
orientada artificialmente por la propia tecnología bajo el pretexto general de mejorar el
bienestar humano. Esta crítica se dirige a la capacidad de las tecnologías para imponer
sus propios valores y su propia razón o lógica técnica, por encima de la razón o de la
lógica humana, y la consecuente dependencia de la tecnología para la realización
personal, de modo que, a la larga, las máquinas y las tecnologías controlan a la
humanidad, y no a la inversa, desviándose ésta de sus propios fines para satisfacer los
fines del mundo artificial creado por las máquinas (Ortega y Gasset, 1970).
La capacidad de las tecnologías para constituirse en entes autónomos e incluso
independientes de las finalidades asignadas o previstas produce una ambivalencia que
mina la confianza en el beneficio universal de la tecnología y abre la puerta a la
ambigüedad de las tecnologías. Esta crítica es importante, no sólo porque impide conocer
o abarcar su verdadera esencia, sino porque puede poner en marcha por sí mismas
dominios desconocidos, elementos ocultos y efectos imprevisibles que pueden generar
49
consecuencias perjudiciales, en lugar de beneficiosas, pues desafían a la naturaleza,
trastocan el objetivo básico de la tecnología (el beneficio) y pueden conducir a problemas
colaterales inesperados. La única vía de escape ante esta imposición perjudicial de la
tecnología es la reflexión crítica sobre sus repercusiones previsibles, sus efectos
inesperados y sus peligros potenciales (Heidegger, 1989).
Toda tecnología crea por sí misma un entorno artificial nuevo donde la humanidad
debe vivir y, por tanto, donde las tecnologías dominan e imponen su razón tecnológica, a
la que debe adaptarse la humanidad. Desde esta perspectiva, la tecnología generada para
vivir mejor, se convierte en un nuevo ente que domina a las personas y determina lo que
se debe hacer, convirtiéndose así en una nueva forma de alienación que requiere un
esfuerzo adicional para sobrevivir en este nuevo entorno artificial. El imperativo
tecnológico introduce e impone su modo exclusivo de hacer y usar los artefactos, sus
valores propios (simplicidad, eficacia y actividad), que hacen patente la carga ética que
esconde toda tecnología. Para liberarse de esta imposición, se debe adoptar una actitud
de sana desconfianza y desmitificación ante la tecnología, aprendiendo a distanciarse e
independizarse de ella, cuestionando el sentido del progreso que ofrece e intentando
aproximar las opiniones de los técnicos sobre esta cuestión (Ellul, 1960). La tecnología,
como cualquier producto humano, depende de la aceptación individual de muchas
personas, de modo que, frente a la aceptación pasiva de los potenciales usos perversos,
se erige la capacidad crítica y activa de evitar las amenazas y promocionar los beneficios.
Los desafíos éticos surgidos del dinamismo tecnológico, especialmente de los malos
usos o de los efectos nocivos de la tecnología, se ciernen como una amenaza inesperada
sobre la vida de las personas, provocando sentimientos de anonadamiento, peligro y
miedo, a causa de la ignorancia sobre el alcance y la irreversibilidad de sus efectos.
Algunos de los contravalores más generales y frecuentes que la historia de las tecnologías
pone en evidencia son abuso, dominio e insolidaridad; el abuso se refiere a las
consecuencias negativas que se siguen del uso extensivo (contaminación, agotamiento de
recursos, cambio climático, enfermedades, etc.); el dominio se refiere al sometimiento de
unas personas respecto a otras y que puede implicar agresión, violencia o servidumbre
(es el caso de todas las tecnologías militares); la insolidaridad se refiere a los efectos no
equitativos que puede tener una tecnología sobre diferentes personas. Para superar el
miedo tecnológico y las consecuencias negativas de las tecnologías se ha propugnado un
principio de responsabilidad, basado en el concepto de sostenibilidad de la vida
auténticamente humana en la Tierra: se debe actuar de forma que las consecuencias
preserven la futura integridad de la humanidad (Jonas, 1995).
Un componente importante del dinamismo tecnológico es también la creciente
aproximación, realimentación e interacción entre la ciencia y la tecnología, que crean un
nuevo ente denominado tecno-ciencia, como representación de este nuevo estatus
caracterizado por las relaciones profundas y complejas entre los saberes científicos y
tecnológicos. La imposición de los criterios y valores científico-técnicos para plantear y
resolver los asuntos sociales y políticos (tecnocracia) es una consecuencia natural de esta
dinámica de dominio de la humanidad por la tecnociencia. La solución para preservar la
50
libertad de los individuos frente a la tecnociencia es una sociedad democrática abierta,
donde la comunicación fluya libremente a través de la interacción, el diálogo y el
consenso democrático (Habermas, 1997).
La universalización de las tecnologías es otra consecuencia importante de la
creciente tecnificación de la sociedad. La tecnología forma parte natural de la vida
cotidiana, como una telaraña que constituye una segunda naturaleza artificial añadida a la
naturaleza humana en tres ámbitos diferentes:
51
militarizado, una excesiva velocidad de desarrollo que impide el contacto personal y
suprime el tiempo, la pérdida de la realidad por la virtualidad y el control de todos por el
sistema; frente a ello se propugna el retorno a la lectura, la escritura y el teatro.
A pesar de su oposición radical y visceral, los movimientos y críticas tecnófobos
aportan también algunas lecciones interesantes para el desarrollo tecnológico que se van
instalando en la percepción de la tecnología por el público:
a) Las tecnologías no son neutrales, pues expresan los valores e ideologías de los
grupos que las generan. Unas son beneficiosas, mientras otras son
perjudiciales y algunas producen ambos tipos de efectos; unas favorecen a
unos grupos y perjudican a otros.
b) Las normas y valores de la sociedad industrial se imponen sobre los hábitos y
las costumbres del pasado. Las tecnologías y el industrialismo generan
procesos sociales que rompen con el pasado, cuestionan el presente y hacen
incierto el futuro (sociedades del riesgo).
c) La resistencia basada en principios éticos ante la imposición de las tecnologías
es necesaria y da un testimonio de autenticidad que puede contribuir a
modular y regular la carga excesiva del industrialismo. El cuestionamiento de
las máquinas promueve el debate público acerca de ellas y, paradójicamente,
puede contribuir a consolidar una viabilidad más equilibrada para la
sociedad.
52
puede acabar cegando las fuentes mismas de la tecnología. La excesiva tecnocracia (las
decisiones se fundarían sobre consideraciones exclusivamente técnicas) produce una
carestía de mentes capaces de abordar los grandes problemas globales e interdisciplinares
y de la humanidad, para llegar a las nuevas ideas esenciales que en el pasado produjeron
progreso, y en el presente deberían multiplicar las grandes posibilidades de la tecnología y
de la ciencia.
53
las tecnologías quedan así bajo sospecha, pues sus originarios objetivos benéficos se
devalúan ante la evidencia del riesgo de sufrir accidentes tan catastróficos, que afectan
grave e irreversiblemente a muchas personas inocentes y al medio ambiente.
Paralelamente, la confianza y la credibilidad pública en científicos y tecnólogos también
se deteriora: las políticas públicas de cheque en blanco y manos libres a ciencia y
tecnología se sustituyen por una supervisión, regulación y control del desarrollo científico
y tecnológico. Así nacen iniciativas como la evaluación de las tecnologías, los estudios de
impacto ambiental (hasta cierto punto, un caso particular de evaluación de tecnologías) y
las iniciativas de participación del público en la gestión y administración de las políticas
de ciencia y tecnología.
El objetivo de la evaluación de tecnologías es restaurar, asegurar y optimizar los
beneficios y eliminar o reducir los perjuicios, contribuyendo a mejorar la aceptación
pública de las tecnologías. En todos los modelos de evaluación de tecnologías subyace la
dificultad de evaluar e identificar los efectos indirectos o latentes, pero se pueden encajar
en dos modelos básicos:
54
2.1.2. La responsabilidad de las tecnologías
Muchas de las críticas expuestas anteriormente sobre el papel y los efectos de las
tecnologías contienen una actitud de fondo negativa hacia las tecnologías, por los efectos
perversos que se siguen de ellas y las apartan ostensiblemente de su programa originario:
beneficios y bienestar para la humanidad. Obviamente, las tecnologías, como objetos
inanimados, no pueden asumir responsabilidad por sus efectos negativos, sean
intencionados o imprevisibles; ésta recae sólo sobre las personas que las crean,
administran, manejan y controlan.
La cuestión de la responsabilidad de los tecnólogos acerca de los impactos éticos y
culturales de las tecnologías que contribuyen a crear fue planteada por primera vez a
mediados del siglo XX por la Asociación de Ingenieros Alemanes, a través de la creación
de un comité especial que se planteó ambiciosos objetivos: la alfabetización tecnológica
del público, a través del acercamiento del público y los políticos al quehacer de los
ingenieros, y la evaluación de las tecnologías, para descubrir los valores éticos implicados
en la profesión de ingeniero. Finalmente, alumbraron un código ético para el ejercicio
profesional de sus asociados, costumbre que se ha propagado a las asociaciones de
ingenieros y es un ejemplo de código ético para los tecnólogos.
– Esforzarse para alcanzar los objetivos beneficiosos de su trabajo con el menor consumo posible de
materias primas y energía y con la menor producción de residuos y cualquier clase de contaminantes.
– Conceder la máxima importancia a la seguridad, salud y bienestar del público y a la protección del
entorno natural y construido en concordancia con los Principios del Desarrollo Sostenible.
– Fomentar la salud y seguridad en el lugar de trabajo.
– Ofrecer servicios, informar sobre trabajos de ingeniería sólo en áreas de su competencia y ejercer su
profesión de una manera cuidadosa y diligente.
– Actuar como agentes fieles de sus clientes y directores, respetar la confidencialidad y dar a conocer los
conflictos de intereses.
– Mantenerse informados para conservar su competencia, esforzarse en hacer avanzar los conocimientos
útiles a su profesión y proporcionar oportunidades para el desarrollo profesional de sus subordinados
y colegas.
– Tener un comportamiento justo y bien intencionado con los clientes, compañeros y otros; reconocer el
mérito donde sea preciso, y aceptar las críticas profesionales justas y honestas, o hacerlas.
– Ser conscientes de las consecuencias de su elección de tecnologías y de sus actividades o proyectos
sobre la sociedad y el medio biofísico y socio
– Explicar claramente a sus directores y clientes las posibles consecuencias de todo rechazo o violación de
las decisiones u opiniones técnicas.
– Comunicar a sus asociaciones y/o a las organizaciones competentes cualquier decisión o práctica ilegal
de la ingeniería o contraria a la ética por parte de los ingenieros u otros.
Fuente: http://www.monografias.com/trabajos15/etica-del-ingeniero/etica-del-ingeniero.shtml#PRINC.
55
Además de la responsabilidad personal de los tecnólogos, en el ámbito de las
tecnologías también es importante la responsabilidad de los grupos, equipos o empresas
(responsabilidad social corporativa), que no debe quedar reducida sólo a una mala
conciencia social o a una precipitada y ciega actuación de beneficencia social, sino
responder a los siguientes principios filosóficos:
El capítulo anterior pone de manifiesto las diferencias entre los diversos autores a la hora
de definir la tecnología, de las cuales se deducen que son más notables cuando se trata de
profundizar un poco más para precisar su naturaleza. Por encima de estas discrepancias
naturales, esta sección pretende ofrecer una aproximación sencilla a diversos aspectos
básicos que componen la naturaleza de la tecnología, esto es, cómo es y cómo funciona
la tecnología en el mundo actual.
Las prácticas tecnológicas a lo largo de toda la historia han sido múltiples y sus productos
56
muy diversos. En las sociedades actuales la presencia penetrante y ubicua de las
múltiples tecnologías constituye tal vez el rasgo más característico de ellas. En este
panorama, tratar de sintetizar algunas características que se puedan considerar generales
y, al mismo tiempo, comunes de cualquier tecnología no deja de ser una empresa
compleja y difícil, porque significa resumir muchos siglos de práctica tecnológica y una
extensa gama de especialidades tecnológicas dialécticas y cambiantes. A modo de
aproximación introductoria, se pueden señalar las siguientes características como rasgos
transversales y sintéticos de las tecnologías:
57
estricta división y especialización del trabajo. La ejecución de las distintas
tareas de planificación, desarrollo, producción, operación y puesta en uso de
una tecnología son afrontadas por especialistas en cada una de esas tareas.
58
generalizado en principios aplicables no sólo a un caso concreto sino a
muchos casos. A diferencia de las leyes científicas, estos principios carecen
de un cuerpo teórico que los justifique; se limitan a describir una realidad y a
prescribir una acción general, sin más fundamento que la práctica experta de
los técnicos.
– Reglas tecnológicas. Son las prescripciones técnicas codificadas en normas,
pero, a diferencia de las anteriores, su formulación y su ordenación para la
ejecución tienen ya una base científica. Las reglas tecnológicas son la forma
más simple de conocimiento tecnológico teórico, fundado científicamente.
La base científica justifica la validez, efectividad y viabilidad de las reglas,
de las cuales se pueden deducir múltiples principios y prescripciones para la
acción técnica, todos aquellos que son compatibles con la regla.
– Teorías tecnológicas. Es el estadio de conocimiento tecnológico más
complejo, pues implica la construcción de modelos teóricos específicamente
tecnológicos, que aportan conocimiento fundado sobre los artefactos o sobre
la acción tecnológica misma. Como en el caso anterior, la teoría tecnológica
incluye pruebas y fundamentos de la validez, efectividad y viabilidad de sus
conocimientos y puede englobar conjuntos amplios de reglas y principios
tecnológicos fundados. Algunos fundamentos de la teoría pueden ser
científicos, mientras que en otros casos los fundamentos provienen del
contraste de la operatividad tecnológica de la teoría con la acción
tecnológica. Según Bunge, una buena teoría tecnológica comparte los rasgos
de una buena teoría científica, a saber: propone un modelo idealizado, cuyo
referente es una realidad tecnológica empíricamente contrastable, sus
contenidos se basan en modelos teóricos e informaciones empíricas
conocidos y permite generar predicciones o retrodicciones.
59
f) Técnicas de aplicación de conocimientos de la teoría empresarial: impulsan la
reorganización de la gestión eficiente en relación a la competencia, las ventas
y la financiación.
g) Técnicas de aplicación de conocimientos a la evaluación de procesos y objetos
tecnológicos
60
procediendo por ensayo-y-error, principalmente, algunos artesanos e inventores
comenzaron a usar un enfoque más racional y riguroso, aplicando procedimientos
científicos. Más recientemente en el siglo XIX, el progreso tecnológico vino de la mano de
reconocidos inventores profesionales (Tesla, Edison, Bell, etc.) e ingenieros, que
comenzaron a sustituir la intuición técnica y el método de ensayo y error por planes y
desarrollos, sistemáticos y profesionalizados, basados en cálculos detallados y en la
comprensión científica de los problemas técnicos. Este cambio, combinado con otras
tendencias, transformó definitivamente la técnica artesanal en la forma de tecnología que
se conoce hoy.
Al inicio del siglo XX la tecnología se había convertido en una empresa de gran
magnitud que requería organizaciones para el desarrollo, fabricación y funcionamiento de
nuevos productos (en el caso del automóvil, refinerías, estaciones y tiendas de
reparación, fabricantes de neumáticos, plantas automovilísticas, red de carreteras, etc.).
Los gobiernos empezaron a jugar un papel creciente a través de las regulaciones de las
políticas tecnológicas. El significado de la palabra tecnología evolucionó a través de
todos estos cambios, desde las técnicas artesanales prácticas que manufacturaban
productos (ruedas, telas, teléfonos y artefactos de vapor) a las fábricas y las
organizaciones que operaban con el conocimiento científico para diseñar y desarrollar los
productos tecnológicos para la sociedad y para el complejo tecnocientífico, cada vez más
exigente. Esta extensión en el concepto de tecnología hizo que su significado se hiciera
más complejo y a la vez más impreciso, dando lugar a la aparición de concepciones
deformadas que a veces pueden llevar a conclusiones cuestionables conceptualmente
acerca de la tecnología.
Una concepción deformada muy extendida se refiere a la percepción de la relación
entre la ciencia y tecnología. En el comienzo del siglo XX, puesto que el conocimiento
científico había sido esencial en el desarrollo de nuevas tecnologías y la mejora de las
tecnologías existentes, se desarrolló la idea de la tecnología como mera aplicación de la
ciencia. Esta idea se confirma también con el desarrollo de la bomba atómica y el radar,
dos proyectos de la Segunda Guerra Mundial donde los científicos asumieron el rol de
ingenieros para crear las tecnologías más poderosas conocidas entonces, y que fueron el
inicio de la gran ciencia o tecnociencia.
Otro aspecto de esta idea de tecnología como ciencia aplicada se desliza
frecuentemente en el discurso público: innovaciones y eventos que tienen un componente
tecnológico relevante, cuando no exclusivo, todavía se describen a menudo en los medios
como ciencia. Por ejemplo, el propósito del telescopio espacial Hubble es recoger datos
sobre el universo y sus orígenes que son vitales para la ciencia, pero el propio telescopio
es el producto de ciencia e ingeniería. No es sorprendente que tantas personas
identifiquen los productos tecnológicos como adelantos exclusivamente de la aplicación
de la ciencia, debido a que la ciencia y tecnología están hoy tan estrechamente
relacionadas. Pero la confusión es significativa porque es un indicador de que muchas
personas no aprecian el papel combinado de ciencia y tecnología para la vida actual.
Entender esta relación complementaria con precisión es crucial en muchas decisiones de
61
la política, como por ejemplo la asignación de los presupuestos públicos de investigación.
Una segunda concepción deformada sobre la tecnología se refiere al determinismo
tecnológico, es decir, la tendencia a percibir el desarrollo tecnológico principalmente
como casual, independiente o desconectado de la influencia humana de sus usuarios. En
otros términos, se reconoce que la tecnología influye sobre la sociedad, pero no se
percibe tan claro que la sociedad afecte a la tecnología, que sigue su propio curso,
independiente de la dirección humana. El determinismo tecnológico tiene su raíz en una
percepción sesgada del papel central que juegan las planificaciones y usos de la
tecnología. En realidad, los representantes políticos, directores de compañías, los
científicos e ingenieros y el público consumidor, todos, tienen algo que decir acerca de
qué tecnología elegir, qué debe hacer, lo que es capaz de hacer y lo que realmente hace.
La tecnología no es más que una mera reunión de partes, que reflejan nuestros valores y
defectos, y a la que le imbuimos un propósito y una dirección a través de sus funciones y
usos. La aceptación del determinismo tecnológico puede llevar a resultados nefastos: se
desarrollan ciertas tecnologías inaceptables o cuyas consecuencias son imprevistas, y a
veces, indeseables; no se pueden valorar los riesgos o costos asociados con una
tecnología o sus beneficios; casi siempre, las tecnologías son más ventajosas para algunas
personas, animales, plantas, generaciones o propósitos que para otros, etc. Si se percibe
la tecnología como fuera del control humano, estas consideraciones críticas nunca
pueden surgir.
Otra concepción sesgada de la tecnología es una visión reduccionista que identifica
tecnología exclusivamente con artefactos, es decir, que la reduce a una parte muy
limitada de lo que en sí es la tecnología. Una mayoría del público piensa que tecnología
se refiere a artefactos tales como ordenadores, aviones, coches, teléfonos, pesticidas,
plantas de tratamiento de agua, vacunas, televisiones y hornos microondas. Sin embargo,
la tecnología es algo más que meros productos materiales: también engloba los
conocimientos científicos y técnicos y la capacidad y los procesos necesarios para crear,
desarrollar y operar con artefactos (ingeniería, pericia industrial, habilidades técnicas y
otras). En particular, esta concepción olvida un área especialmente importante de la
tecnología denominada ingeniería de procesos, que engloba la capacidad de operar en
entornos llenos de limitaciones y condicionantes para buscar una solución a un problema.
Esta concepción deformada también olvida o excluye todas las creaciones intangibles de
la tecnología, sea un dispositivo organizativo o un proceso; el ejemplo más común de
intangible tecnológico es el programa informático, pero también lo son todas aquellas
creaciones que caen en el ámbito de la organización (empresarial e industrial), y que
tienen tanta incidencia en los procesos de planificación y desarrollo de artefactos, y
especialmente en su abaratamiento o mejora. También incluye toda la infraestructura
necesaria para el plan, fabricación, funcionamiento y reparación de artefactos
tecnológicos, desde las direcciones y las escuelas de ingeniería a las plantas industriales y
las instalaciones de mantenimiento. La tecnología comprende las acciones del sistema
total de personas y organizaciones, conocimientos, procesos y dispositivos que participan
en la creación y operación de los artefactos tecnológicos, así como los propios artefactos
62
(Mitcham, 1989).
Las concepciones deformadas del público acerca de la tecnología actualmente son
muy importantes, especialmente en los países económica y tecnológicamente más
avanzados, porque los están colocando en una situación paradójica. Por un lado, el
público es usuario diario de una inmensa cantidad de tecnologías y el desarrollo
económico mismo depende profundamente de la tecnología; pero a pesar de ello, la
tecnología ha ido perdiendo familiaridad entre la gente, no en el sentido de que sea
incapaz de usarla, sino en el sentido de que la connotación humana de la tecnología ha
cambiado o desaparecido para los usuarios. Así, hoy día cuando los usuarios se hacen
más consumidores y adeptos hacia la tecnología y ésta se hace incluso más sofisticada y
ubicua, y en muchos casos más invisible, la mayoría del público tiene un concepto más
pobre sobre qué es y como funciona la tecnología, no percibe claramente los límites y el
potencial de la tecnología, ni su propio papel influyente como consumidores de
tecnologías. Cabría añadir, además, que esta paradoja se produce cuando las tecnologías
de la información y comunicación (TIC), informática e Internet se han popularizado y
extendido más entre el público, gracias a la gran promoción y la popularización que
fabricantes y políticos han concedido a sus productos (ordenadores, entretenimiento,
comunicaciones, navegación, etc.) cuya influencia ha reestructurado la sociedad
desembocando en las actuales sociedades de la información (sociedad-red, líquida o
fluida). Todo hace pensar que esta excesiva focalización sobre ordenadores parece haber
inducido la identificación reduccionista de tecnología con TIC y haber distraído a la
gente de la necesidad más importante de la alfabetización tecnológica, es decir, la
comprensión real de la naturaleza, de la historia y el papel de la tecnología en la sociedad.
En estas circunstancias tan paradójicas, por un lado, de gran promoción y uso de
tecnologías por el público y, por otro, de una relativa ignorancia sobre ellas, es más
perentoria la necesidad de no perder de vista y valorar mucho más la comprensión
básica, pero amplia, de la tecnología sugerida en el concepto de alfabetización
tecnológica, en el sentido crítico más genuino de comprender cómo o por qué la
tecnología se crea o funciona e influye en y es influida por la sociedad y los
consumidores. Todos los ciudadanos deberían entender mejor cómo la tecnología ha
conformado nuestro mundo actual mediante las decisiones tomadas en el pasado, porque
sólo desde esta comprensión, sencilla, pero profunda, puede equiparse la gente para
adoptar las decisiones y opciones informadas para el futuro acerca de los problemas que
involucran a la tecnología. Por consiguiente, no basta con ser usuarios habituales y
competentes de tecnología; incluso, parece claro que cuanto mayor es el uso y el
consumo de tecnología más necesario y crítico es para la gente su comprensión; la falta
de un conocimiento reflexivo básico y los conceptos erróneos acerca de ella son
cuestiones vitales para el desarrollo futuro en las sociedades más modernas y
tecnológicamente más avanzadas. Para evitar las concepciones deformadas e imbuir
nuevamente las raíces y las conexiones humanas de las tecnologías, la educación debe
promover la alfabetización tecnológica que permita afrontar debidamente una
comprensión pública de la tecnología y recupere el control humano de todas las
63
tecnologías.
Vivimos, sin duda, en una sociedad tecnológica que previsiblemente se impregnará aún
con más tecnociencia en el futuro; la ciencia y la tecnología forman parte de diferentes
aspectos de nuestras vidas desde que nacemos hasta que morimos. La vida cotidiana,
tanto en el medio urbano como en el rural, en el entorno del hogar y en el espacio de
trabajo, está repleta de productos e instrumentos tecnológicos. Toda la vida humana
(personal y social) está decisivamente influida por una poderosa acción de producción y
consumo de tecnologías. En este escenario, el principal desafío al respecto es conciliar la
ciencia y la tecnología orientadas hacia la innovación productiva con la preservación de la
naturaleza y la satisfacción de necesidades personales, sociales y ambientales en un
marco de sostenibilidad y desarrollo sostenible.
Algunos de los grandes problemas planteados hoy por el impacto de las tecnologías
sobre el medio natural serían la contaminación, la destrucción de los recursos naturales,
el cambio climático derivado del calentamiento global, la extinción de especies animales,
la alteración de la biosfera, etc. Todos ellos configuran una agenda de la sostenibilidad
que tiene implicaciones directas para la conducta individual y social. A modo de
sugerencias de trabajo para el aula de tecnologías, en relación con la conservación del
medio ambiente y la sostenibilidad, el cuadro siguiente presenta una serie de actividades
promovedoras de la conservación del medio ambiente y preventivas del calentamiento
global.
64
– Abra la ventana
– Haga una auditoría de energía a su casa
– Utilice energía verde
– Verifique las etiquetas
– Revise su calentador de agua
– Evite el bistec
– Imite al estado de California
– Diga no a las bolsas de plástico
– Apoye a su granjero local
– Plante un cerco de bambú
– Haga volar recto a los aviones
– Tenga una boda verde
– Elimine la corbata
– Apague su ordenador
– Use sombra de ojos verde
– Apague las luces al salir
– Aplique ciencia y tecnología a cielos y tierra
– Rastrille hojas en el otoño
– Use papel reciclado
– Juegue al mercado de carbono
– Reduzca el equipaje
– Comercie carbono por dinero
– Cuide su jardín
– Consiga un presupuesto de carbono
– Llene su coche con pasajeros
– Pague por sus pecados de carbono
– Múdese a la nueva zona verde
– Controle sus neumáticos
– Conduzca correctamente con su coche
– Plante un árbol
– Si quema carbón, hágalo bien
– En carretera conduzca verde
– Póngase una exigencia verde más alta
– Construya una vivienda pasiva
– Consuma menos, comparta más, viva sencillamente
Las tecnologías tienen siempre un papel actualizador, de modo que diariamente existirán
nuevas e interesantes tecnologías para la humanidad, la ciencia y la vida. En sentido
estricto, el hoy puede ser equívoco, pues el hoy de los autores es cuando se escriben
estas líneas, mientras el hoy de cada lector es siempre un momento posterior y muy
diferente, de modo que ambos no coincidirán y serán difícilmente comparables. Por ello,
este apartado quiere ser una invitación a actualizar el hoy de las tecnologías en cada
momento, conjugando la historia reciente y la actualidad, de forma que pueda ofrecer
aportaciones originales y actualizadas que interesen y motiven a los estudiantes.
65
Desde este planteamiento se ofrecen al lector algunos temas tecnológicos de
actualidad a través del desarrollo en dos campos concretos (carrera espacial y medicina)
que tienen hoy y, presumiblemente, seguirán teniendo en el futuro una importancia
extraordinaria, que garantiza el interés para el público, la atención de los medios de
comunicación y el impacto para la ciencia y la tecnología.
Cuadro 2.3. Éxitos y fracasos que jalonan la exploración del espacio por la
humanidad en el cincuentenario de su inicio
66
67
2.4.2. Avances actuales en tecnologías de la salud
Las tecnologías de la salud son, sin duda, las más próximas y trascendentes para los
ciudadanos; sin embargo, son identificadas en la opinión pública como ciencia, aunque en
la mayoría de los casos se trata de puras prácticas médicas (tecnológicas). Los avances
son constantes y su importancia nace de su impacto inmediato y positivo para toda la
población, a través de las aplicaciones y prácticas médicas. Los hallazgos comprenden
desde técnicas y pruebas de control más depuradas, que mejoran la calidad de los
diagnósticos o la comodidad de los tratamientos, hasta verdaderos éxitos científicos de
68
vanguardia en el tratamiento de enfermedades incurables o raras, pasando por nuevos
usos de antiguos productos. El cuadro 2.4 lista algunos hitos recientes que pueden ser
usados para realzar el interés y la motivación de los estudiantes hacia las tecnologías
sanitarias.
En los últimos años, muchas personas y organizaciones han abogado por una
alfabetización tecnológica para todos. Una concepción superficial muy popular identifica
la alfabetización tecnológica con ordenadores, gracias a la intensa insistencia, en las
69
escuelas, el mercado y los medios de comunicación, sobre las tecnologías de la
información y la comunicación en los últimos años. Aunque las habilidades digitales
relacionadas con el uso de los ordenadores son importantes para un ciudadano informado
en un país moderno y desarrollado, la concepción de alfabetización tecnológica es más
amplia y compleja y va más allá de las meras competencias digitales.
En una primera aproximación, la alfabetización tecnológica abarca al menos tres
dimensiones distintas: conocimientos, capacidades y actitudes de reflexión y acción. Es
difícil imaginar a una persona con capacidad tecnológica que no sepa algo sobre el
funcionamiento de la tecnología, que no pueda pensar críticamente sobre un problema
tecnológico o que tampoco tenga un conocimiento conceptual o factual de tecnología y
ciencia. Aunque estas divisiones en componentes son útiles para describir el concepto, en
la práctica todas se integran en la acción, que sería el rasgo fundamental de la
alfabetización.
Las dimensiones de la alfabetización tecnológica pueden graduarse a lo largo de un
continuo, de bajo a alto, de analfabeto a alfabeto, de pobremente desarrollado a bien
desa rrollado, de limitado a extenso, que se caracterizan por una única combinación de
conocimiento, actitudes de reflexión y acción y capacidades, propias de cada individuo
tecnológicamente instruido. Además, la posición de un individuo a lo largo de cualquier
dimensión cambia con el tiempo, con la educación y la experiencia. Por ejemplo, los
legisladores involucrados en las decisiones sobre plantas de energía para cubrir la
demanda de electricidad futura deberían entender a un nivel bastante sofisticado los
conceptos tecnológicos de intercambios, límites y sistemas de generación de energía, para
ordenar las demandas contradictorias de las compañías, los ecologistas y otros grupos de
implicados mediante leyes apropiadas. En otro nivel, al consumidor medio, que compra
una nueva televisión de alta definición, puede bastarle una comprensión tecnológica más
básica, como por ejemplo, las diferencias entre digital y analógico y un pequeño juego de
habilidades de pensamiento críticas.
Una manera útil de pensar sobre la alfabetización tecnológica es considerarla un
componente de la alfabetización cultural general, o sea, del cuerpo de conocimientos
compartidos por las personas instruidas en cada sociedad y cada cultura, que les permite
comunicarse y dar sentido al mundo que los rodea. Las diferentes circunstancias de
trabajo y vida requieren diferentes niveles y tipos de alfabetización y los tipos de cosas
que una persona instruida sabe variarán de una sociedad a otra y de una época a otra.
La International Technology Education Association (ITEA) define la alfabetización
tecnológica como una capacidad general acerca de la tecnología con cuatro componentes:
70
d) Comprender: capacidad de deducir y sintetizar informaciones en nuevas
visiones.
71
arquitectos) y a estudiantes de otros muchos campos; todos pueden beneficiarse para su
futuro profesional de una educación en tecnología. La alfabetización tecnológica es
importante para que todos los estudiantes puedan entender por qué la tecnología y su uso
tienen tanta importancia en la economía.
Los rasgos de una persona tecnológicamente alfabetizada se presentan
seguidamente de manera tentativa, desarrollándolos para cada una de las dimensiones de
la alfabetización tecnológica, conocimientos, procesos y actitudes.
En la dimensión de conocimientos los rasgos de una persona tecnológicamente
alfabetizada son los siguientes:
72
beneficios tecnológicos.
73
alteraciones del medio causadas por vertidos incontrolados. Las habilidades de
razonamiento cuantitativo, relacionadas con la probabilidad, las escalas y la estimación
son críticas para hacer juicios informados sobre el riesgo tecnológico.
Las personas tecnológicamente alfabetizadas entienden que todas las tecnologías
tienen beneficios y costos que deben sopesarse; los conservantes de alimentos mejoran la
seguridad de nuestra comida, pero también pueden causar reacciones alérgicas a alguien.
Las personas tecnológicamente alfabetizadas reconocerán también que se producen
costos cuando una tecnología no se usa. Por ejemplo, el uso del pesticida DDT contra
los mosquitos, además de evitar la pérdida de cosechas, es una de las armas antimalaria
más potentes, pero se prohibió en 1970 por la contaminación del suelo que causa; en las
regiones donde la malaria es endémica, la retirada del DDT ha tenido la consecuencia
dramática de aumentar la incidencia de esta enfermedad.
Las personas tecnológicamente alfabetizadas aprecian que las tecnologías no son
buenas ni malas, a pesar de nuestra tendencia natural a investirlas así; cada tecnología
refleja los valores y la cultura de cada sociedad. Por ejemplo, la popularidad de los
teléfonos móviles se debe al deseo de libertad (un valor ampliamente compartido) para
comunicarse cuando y donde se quiera. La influencia inversa de los valores y cultura
sobre las tecnologías es a menudo menos directamente perceptible, pero el desarrollo
tecnológico a veces favorece los valores de unos grupos sobre otros, por ejemplo, los
valores de los hombres sobre los de las mujeres, que podría explicar por qué los diseños
iniciales de bolsas de aire del automóvil no eran apropiados para la estatura más pequeña
de la mayoría de las mujeres. La tecnología puede quizá ser irresponsablemente ciega a
los múltiples sentidos que puede contener, pero suele nacer para satisfacer algún sentido;
actúa en una sociedad llena de sentidos, y por ello, sus actuaciones tienen efectos
relevantes sobre el sentido de algo o de alguien.
Las personas tecnológicamente alfabetizadas pueden informarse sobre problemas
tecnológicos concretos; comprenden los puntos clave de una información del periódico,
una entrevista o una discusión de la televisión. En consecuencia, tendrán la capacidad de
hacer las preguntas pertinentes y dar sentido a las respuestas que obtengan. Las personas
tecnológicamente alfabetizadas tienen capacidades básicas para resolver problemas
tecnológicos, basándose en hechos y conocimientos, y adaptándolos a diversas
situaciones y contextos. Poseen capacidad de elegir la mejor solución entre varias y
adaptarla al contexto de funcionamiento o a las necesidades personales.
Una persona tecnológicamente instruida también debe tener algunas capacidades
prácticas en las tecnologías cotidianas. En casa y en el lugar de trabajo hay beneficios
reales de saber cómo diagnosticar y solucionar problemas habituales, tales como
reemplazar la batería de un detector de humos, desatascar una unidad dispensadora,
programar una lavadora, cambiar una rueda pinchada, iniciar una nueva ordenador o
teléfono o navegar por internet. Estas tareas no son particularmente difíciles, pero
requieren un poco de conocimiento básico y familiaridad con las herramientas más
simples.
Finalmente, una persona tecnológicamente alfabetizada tiene capacidad para
74
participar responsablemente en debates o discusiones y construir y comunicar su opinión
sobre temas y problemas de interés social que involucran a la tecnología. Un individuo
tecnológicamente instruido podrá participar en la previsión de cómo la tecnología junto
con la ley o el mercado podrían ayudar a resolver un problema. La alfabetización
tecnológica no pretende determinar la opinión libre de cada persona acerca de la
tecnología, sino que debe ser compatible con opiniones bastante diferentes, que
dependen del tema específico y los valores y juicios personales.
La Naturaleza de la tecnología
La tecnología y la Sociedad
El diseño
75
10: … la investigación y desarrollo, la invención e innovación, y experimentación para resolver problemas.
El Mundo Artificial
76
particular, sino que las prepara para afrontar y realizar elecciones bien informadas como
consumidores de tecnología: una persona tecnológicamente alfabetizada puede no saber
los fundamentos de cómo funciona un aparato o tecnología, ni sus ventajas y
desventajas, ni cómo manejarlo, y así sucesivamente, pero debe tener la capacidad de
informarse y aprender bastante sobre un producto, usarlo bien o, incluso, decidir no
usarlo. Un individuo puede funcionar más eficazmente si está familiarizado y tiene una
comprensión básica de la tecnología; cuanto mejor sea el nivel de alfabetización
tecnológica mayores beneficios se siguen para los individuos y para la sociedad en su
conjunto.
La universalización de la alfabetización tecnológica también se justifica hoy por el
papel de la tecnología (y la ciencia) como motor del desarrollo económico y social: la
tecnología y la ciencia (tecnociencia) son la base del desarrollo económico de las
sociedades. Por consiguiente, el mantenimiento de un sistema de ciencia y tecnología
sano y potente es un medio de asegurar el progreso y el bienestar económico y social.
Pero, para ello, se necesita disponer de una fuerza laboral de científicos, ingenieros y
tecnólogos que sean suficientes en número y formación para ocupar los puestos de
trabajo necesarios para el sostenimiento del sistema y el mantenimiento del liderazgo
económico. Este aspecto social tan decisivo puede ser también el talón de Aquiles del
sistema: aunque el público percibe la importancia de la ciencia y tecnología para el
bienestar social, se encuentra cada vez más alejado individualmente de estar dispuesto a
elegir un futuro laboral o profesional relacionado con la ciencia o la tecnología; muchos
jóvenes manifiestan interés, gusto y agrado por la ciencia y la tecnología, pero sólo unos
pocos piensan transformar este interés en una elección profesional coherente; la ciencia y
la tecnología son importantes, sí, pero no para mí…
En muchas sociedades desarrolladas la falta de vocaciones tecno-científicas
comienza a ser una preocupación acuciante en dos niveles: por un lado, para proveer de
fuerza laboral necesaria para el mantenimiento del sistema, pero por otro lado, también
para tener, formar y retener a los profesores mejor preparados que puedan educar y
formar después en toda esa fuerza laboral. Esta preocupación se refleja en algunas
decisiones políticas recientes de los países; los acuerdos de Lisboa de la Unión Europea
contemplan para 2010 el objetivo de aumentar la tasa de estudiantes graduados en
ciencia, tecnología y matemáticas, y especialmente de mujeres; los Estados Unidos de
Norteamérica se centran en asegurar en cada niño la adquisición de las capacidades
necesarias para desenvolverse en una sociedad y economía globales, a través de las
medidas adecuadas para reclutar, retener y mejorar la formación del profesorado de
matemáticas, ciencia y tecnología, implicando a la sociedad, las empresas y el sistema
educativo en este empeño.
77
3
Didáctica general: bases teóricas del currículo
78
y aprendizaje, se presentan indisolublemente unidos. No obstante, cabe destacar ya una
cierta asimetría en este planteamiento de la didáctica, pues la acción didáctica se plantea
más desde la perspectiva de la enseñanza, esto es, desde la perspectiva del profesorado
como sujeto agente de la misma, y no tanto desde la perspectiva del aprendiz u otras.
Definir la didáctica es un asunto controvertido entre los especialistas, especialmente
desde la perspectiva epistemológica (¿teoría, arte, ciencia o tecnología… o algo de
todos?) y también desde otras, de modo que puede decirse que existen tantas
definiciones de didáctica como autores. Una de las más sencillas, pues, permite fijar ideas
y conceptos básicos, es la definición siguiente (González, Medina y de la Torre, 1995: p.
11):
La Didáctica es una disciplina pedagógica que analiza, comprende y mejora los procesos
de enseñanza-aprendizaje, las acciones formativas del profesorado y el conjunto de interacciones
que se generan en la tarea educativa.
Esta definición introduce los elementos básicos del campo didáctico y aporta una
primera idea de su vastedad. Uno es el concepto de mejora: después de analizar y
comprender la realidad de la tarea educativa, como toda disciplina de conocimiento, la
didáctica pretende mejorar los procesos de E/A; la función y lo que da sentido a la
didáctica es mejorar la calidad de estos procesos en los contextos y con las personas que
participan en ellos. Otro, relacionado con la asimetría docente/discente propia del
planteamiento didáctico, define que, para desarrollar los procesos de E/A, se necesita un
perfil del docente necesario, que se logra a través de la formación del profesorado
requerida para enseñar en un momento y en un contexto histórico determinados.
Otra definición relevante, que aporta nuevos elementos a esta sencilla introducción
a la didáctica general, es la propuesta por Parcerisa (1999: p. 40):
79
intencionalidad educativa, como por ejemplo, la visita a un museo de tecnología.
Buena parte de esta intencionalidad se refleja en la organización de los contextos
donde tiene lugar la interacción comunicativa, es decir, el ambiente de la institución
escolar está intencionalmente preparado para favorecer el aprendizaje. Todos los
elementos de las instituciones escolares (edificio, personal, horarios, recursos,
organización, etc.) están estructurados y planificados para que sus estudiantes aprendan.
Por ello, la organización escolar es también un elemento fundamental para la didáctica,
como lo es la formación del profesorado, aunque no serán abordados específicamente en
este manual, que se limita a ofrecer una didáctica específica de la tecnología.
Los procesos educativos son altamente dependientes de los contextos donde se
realizan. Los fines y funciones de la didáctica general se diversifican y multiplican en los
diferentes contextos educativos (niveles, materias, personas, grupos, etc.), de modo que
la diversidad educativa genera necesidades de prácticas, recursos y espacios didácticos
diversificados donde los conocimientos, explicaciones y normas generales se adapten más
cercanamente a la singularidad y especificidad propia de cada contexto educativo. Cada
uno de estos espacios, donde la didáctica general se concreta y adapta, se denomina
didáctica específica; la didáctica de la tecnología es uno de estos espacios específicos,
caracterizada por el contexto y las especificidades generadas por la enseñanza de las
materias de tecnología.
En resumen, aunque el estatus epistemológico de la didáctica tenga un aspecto de
cierta controversia entre los autores, pues unos la consideran una teoría, otros un arte,
otros una ciencia, otros una tecnología, etc., y las definiciones varían según diferentes
visiones, sus contenidos generales (la enseñanza, el aprendizaje, la instrucción, la
formación, la comunicación de conocimientos, en suma, los procesos de enseñanza-
aprendizaje) y su fin global (la educación formativa integral de personas) son
unánimemente reconocidos. Por sus contenidos y por su objetivo, el conocimiento de los
contenidos didácticos y el conocimiento didáctico de los contenidos tecnológicos son
elementos fundamentales en la formación del profesorado de tecnología, puesto que
ofrecen normas y principios de acción adecuados para lograr la calidad de la educación
en tecnología.
80
el contrario, el concepto de currículo surge en los países de cultura y tradición anglo-
sajonas y actualmente se ha convertido en el paradigma didáctico dominante en muchos
otros países, fundamentalmente, porque se plantea la educación y la enseñanza desde
una perspectiva más amplia y holística que el planteamiento didáctico, más centrado en la
enseñanza y el profesor. En el planteamiento curricular no sólo son importantes las
normas metodológicas sobre cómo el profesor puede y debe actuar para enseñar mejor,
sino que además, se plantean nuevas e importantes cuestiones educativas que no se
contemplan en la tradición didáctica. El planteamiento integral de la educación propio del
currículo se suele caracterizar a través de una serie de preguntas básicas (cuadro 3.1).
81
enseñanza), donde se suele incluir lo más esencial del acervo cultural de una sociedad. La
respuesta a la cuestión ¿Cómo enseñar? son los métodos didácticos para enseñar mejor y
se identifican con lo expuesto anteriormente acerca de la didáctica general entendida
esencialmente como metodología de la enseñanza (actividades, organización,
comunicación, interacción, etc.). La respuesta a ¿Cuándo enseñar? se refiere a la
ordenación temporal (secuenciación en el tiempo) de los elementos que conforman el
currículo, en orden a conseguir la máxima coherencia y eficacia de las secuencias de
aprendizaje resultantes para el alumnado. Las respuestas a las tres cuestiones relativas a
la evaluación de los aprendizajes decantan nuevos elementos curriculares; las respuestas
a ¿Qué evaluar? son, fundamentalmente, los criterios que servirán de referencia general
para plantear cualquier evaluación, la respuesta a ¿Cómo evaluar? son las distintas
formas, métodos e instrumentos aplicados a la evaluación (observación, exámenes,
trabajos, etc.) y la respuesta a ¿Cuándo evaluar? se refiere a la implementación de los
procesos de evaluación a lo largo del tiempo educativo.
También son muy importantes en el currículo otras preguntas más profundas, que
sub-yacen a todas las anteriores y se refieren al sentido global de la educación de los
fundamentos ideológicos, filosóficos, culturales y políticos de la educación que definen el
modelo de persona (¿por qué y para qué educar?) y, en último término, el sujeto que
debe tomar todas las decisiones anteriores sobre los fundamentos y elementos
curriculares: ¿quién decide qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar? La respuesta a la
pregunta de ¿Quién decide qué? depende de la organización política de la educación en
los diferentes países. En el caso de España, las competencias de decisión administrativa
acerca de la educación están distribuidas entre el gobierno y las autoridades de las
comunidades autónomas y las competencias docentes se ejercen por el profesorado de
las escuelas, de modo que la toma de decisiones curriculares se suelen describir según
tres niveles de concreción curricular.
El primer nivel de concreción curricular corresponde a las administraciones
educativas (estatal y autonómica) donde se fijan los elementos básicos del currículo,
generalmente objetivos, contenidos, competencias básicas, metodologías didácticas,
criterios de evaluación, etc. Los documentos curriculares generados en este primer nivel
administrativo se denominan enseñanzas mínimas o currículos oficiales de los niveles,
ciclos, cursos y materias (los elementos adicionales aprobados en las distintas
comunidades autónomas) y contienen los elementos básicos del currículo comunes para
todo el país o comunidad.
El segundo nivel de concreción curricular corresponde a los centros educativos, los
cuales tienen encomendada la misión de adaptar los elementos básicos del currículo
(objetivos, contenidos, competencias básicas, metodologías didácticas, criterios de
evaluación, etc.), fijados en el primer nivel, a las características específicas del contexto
del centro educativo y su alumnado. Los documentos producidos en este nivel reciben el
nombre de proyectos curriculares y programaciones didácticas (de ciclo, de materia,
etc.).
El tercer nivel de concreción curricular es competencia de cada equipo docente o
82
profesores individuales y comprende todas las decisiones necesarias para el desarrollo
práctico de los documentos y planes elaborados en los niveles anteriores, adaptándolos a
cada aula concreta. Los documentos de este nivel se denominan genéricamente
programaciones de aula y engloban el conjunto de decisiones y materiales de
planificación, desarrollo y evaluación que cada profesor decide incorporar como recursos
para implementar las actividades prácticas que los estudiantes realizan en un curso
académico como desarrollo del currículo planificado (agenda, materiales, guías, lecturas,
etc.).
Esta estructura orgánica del currículo, derivada de la organización política propia,
determina la existencia de currículos muy diversos entre las distintas comunidades; esta
diversidad limita y dificulta la selección de referencias y ejemplos que puedan ser
compatibles para todos los lectores de diferentes lugares. Para ofrecer referencias que
puedan servir para todos se prioriza la cita como ejemplos de los elementos curriculares
que pertenecen a los currículos de enseñanzas mínimas, porque, en principio, son los
elementos comunes a todos.
La aproximación presentada ya sugiere dos rasgos interesantes del currículo:
83
– Currículo del profesor. El currículo diseñado desde la perspectiva del
profesor, como conjunto de actividades planificadas, secuenciadas y
ordenadas, tal como debe desarrollarlas el profesor. Por ejemplo, los
contenidos de una programación didáctica del departamento de
tecnología o de una guía del profesor de tecnología.
– Currículo como resultado. Es el conjunto de resultados (de
aprendizaje, de enseñanza, sociales, participativos, etc.) que se espera
obtener después de la aplicación y la realización en el aula de las
actividades curriculares de E/A. Por ejemplo, diseñar un puente que
soporte una determinada carga en tecnología o resolver ecuaciones de
segundo grado en matemáticas.
84
donde todo vale; de hecho, el diseño del currículo suele incluir prescripciones bastante
cerradas; precisamente, la conciencia de que no todo vale para todos es lo que justifica la
apertura y flexibilidad del currículo, pues permite la adaptación del currículo a cada
contexto o necesidad social particular.
El currículo es el instrumento institucional que transforma las diferentes
expectativas sociales en un proyecto educativo, determinando los perfiles del modelo de
ciudadanía pretendido, planificando y normativizando las experiencias escolares y el
trabajo del profesorado. Estas raíces sociales, y no meramente técnico-pedagógicas, del
currículo lo convierten en un proyecto que debe satisfacer la diversidad de opciones y
visiones vitales (políticas) y educativas que existen en una sociedad, y como tal, siempre
será objeto de debate y controversia.
Como consecuencia de estas diferentes visiones, los especialistas proponen
definiciones del currículo diferentes, unas más sencillas y otras más complejas, unas con
una orientación determinada y otras que resaltan otros rasgos. Una de las definiciones
más sencillas y operativas es la propuesta en la LOE (artículo 6), donde el currículo se
define por extensión, es decir, por los elementos que lo componen:
Otros especialistas proponen definiciones más elaboradas, que reflejan otros rasgos
del currículo; Stenhouse (1984: p. 29) sugiere la siguiente definición:
85
de la sociedad, que les permite auto-realizarse personalmente e integrarse
socialmente.
b) Corriente técnica. Esta corriente subraya el carácter de instrumento técnico
que busca la manera más eficaz de programar la educación, enseñar y
aprender. La denominada programación didáctica por objetivos es el ejemplo
más representativo, cuya idea central es sencilla: planificar objetivos
educativos lo más concretos y operativos posibles, de modo que la
evaluación de su grado de consecución es el criterio de validez del resto de
los elementos curriculares (eficacia), hasta el punto que se ha criticado a esta
corriente por su obsesión por la eficacia y el control excesivo. La pretensión
de esta corriente de reducir el currículo a los objetivos planificados se
demostró excesivamente utópica y limitada para dar cuenta efectiva de todos
los efectos producidos por las interacciones comunicativas de la educación.
El descubrimiento del denominado currículo oculto (conjunto de objetivos
conseguidos distintos a los planificados) demuestra que la educación es un
proceso tan complejo que no puede reducirse a un modelo mecanicista de
verificación de objetivos. El currículo oculto comprende, por ejemplo, el
aprendizaje de las rutinas escolares, la dependencia del libro de texto, el
sexismo, la discriminación, la transmisión de valores, la vida en sociedad, la
pérdida del tiempo, la competición, el agradar a otros, etc.
c) Corriente de explicación-descripción. El currículo produce muchos más
resultados que los descritos por los objetivos planificados explícitamente. En
consecuencia, el currículo no se puede limitar a la planificación y evaluación
formal de los objetivos planificados, sino que debe contemplar la descripción
de la práctica real del currículo, lo cual requiere implementar procesos de
análisis y explicación, es decir, de reflexión sobre la práctica educativa
realizados por el profesorado. La idea de que el currículo educativo es
mucho más que un proceso técnico de planificación y comprobación de
resultados es original y creativa, pero las propuestas de esta corriente para
mejorar no van más allá, debido a la dificultad de que el profesorado asuma
esta autoreflexividad sobre su propia práctica docente.
d) Corriente crítica. Un conjunto de propuestas heterogéneas, orientadas
socialmente en un contexto de crítica a lo establecido, plantean el currículo
desde la perspectiva de lograr objetivos sociales y políticos importantes, tales
como la igualdad de oportunidades, la convivencia, los valores democráticos
y evitar la dominación, la discriminación, la reproducción social, etc. Como
en el caso anterior, la corriente crítica no realiza propuestas para la mejora
de la práctica, pero sus críticas han sido eficaces para construir currículos
escolares más sensibles a la participación y deliberación social y para incluir
valores socialmente valiosos.
e) Corriente de investigación. El currículo como investigación de la práctica
educativa es una propuesta que integra ideas de las corrientes anteriores e
86
intenta superar sus puntos débiles (Stenhouse, 1984). El currículo es un
instrumento en manos del profesor, que debe comportarse como un
investigador de su propia práctica, para autoevaluarlo y auto-resolver los
problemas que se le plantean, aplicando métodos propios de la investigación,
a través del análisis sistemático del funcionamiento práctico de todos los
elementos del currículo.
Las distintas corrientes críticas han tenido la virtud de resaltar la complejidad del
currícu-lo y la pluralidad de aportaciones requeridas para dar respuesta a la variedad real
de contextos y situaciones de E/A. Una consecuencia principal de esta pluralidad es la
multiplicidad de actores, ámbitos y disciplinas que pueden contribuir y realizan
aportaciones al currículo y que se denominan fuentes del currículo. Estas fuentes se
suelen sistematizar en cuatro tipos básicos:
87
básico de actuación profesional donde son susceptibles de desarrollarse los procesos de
acción en la práctica, reflexión sobre la acción, evaluación de la práctica e investigación
del currículo en orden a la mejora de la calidad de la educación.
88
diagnóstico del sistema educativo, son diferentes hitos de la evaluación del
currículo.
d) La fase de innovación del currículo comprende todos los procesos de cambio
y adaptación del currículo y es una consecuencia lógica y necesaria de la
fase anterior; la evaluación puede detectar puntos débiles que deben
corregirse o problemas nuevos que requieren una solución; ambos implican
el cambio o la innovación de algún elemento del currículo para mejorarlo.
89
(puntos débiles).
f) El currículo evaluado es el currículo reflejado de los resultados de su
evaluación en el aula, el centro y el sistema educativo. Por su naturaleza, la
evaluación es siempre limitada y selectiva, de modo que el currículo
evaluado refleja sólo la parte de currículo logrado que entra en los
instrumentos e indicadores de evaluación; de ahí la importancia que la
evaluación sea válida y fiable, para que sean evaluados, al menos, todos los
indicadores relevantes del currículo.
90
En suma, el currículo es un concepto complejo al cual se han asignado una
multiplicidad de significados e interpretaciones; el currículo tiene una perspectiva de
proceso muy importante que puede hacer compatibles las distintas formas del currículo.
Éste se plantea desde diferentes posiciones (sociales, políticas, culturales, ideológicas,
etc.) que son anteriores a la educación y que definen el modelo de alumnado,
profesorado y centro educativo que contiene; su diseño abierto y flexible permite incluso
la autocrítica para evaluar el currículo, cuestionando la legitimidad de las propuestas, las
decisiones y los resultados, incluyendo el currículo oculto. El currículo es, pues, un
espacio de reflexión cooperativa que puede contribuir a restablecer la profesionalidad del
docente a través de la reflexión sobre su propia práctica educativa en el desarrollo del
currículo.
91
4
El currículo de tecnología y sus elementos
La LOE define el currículo por extensión como un conjunto formado por los siguientes
elementos, a saber, objetivos, competencias básicas, contenidos, métodos pedagógicos y
criterios de evaluación que se prescriben por las administraciones educativas para
cualquier enseñanza. En este capítulo se desarrollan los elementos curriculares que
forman parte de las enseñanzas comunes y básicas, es decir, todos los elementos
enumerados anteriormente, excepto los métodos pedagógicos.
El concepto de competencia está tomado del mundo laboral para describir la capacidad
de realizar realmente una tarea en un contexto determinado. Desde una perspectiva
extensiva una competencia se caracteriza por integrar un conjunto de conocimientos,
destrezas y actitudes adecuadas para desenvolverse en unas circunstancias concretas. En
educación, las competencias básicas representan aquellas competencias que todos
necesitan para la realización y el desarrollo personal y social, el empleo y la ciudadanía
activa; por tanto, permiten satisfacer exigencias de ejecución que requieren la integración
compleja de saberes o destrezas singulares y contribuyen a obtener resultados de alto
valor social y personal, en una diversidad de contextos y ámbitos.
En el marco de la propuesta de competencias clave realizada por la Unión Europea,
la LOE reconoce ocho competencias básicas para el sistema educativo español, que el
alumnado debe desarrollar al finalizar la enseñanza básica: comunicación lingüística,
matemática, conocimiento e interacción con el mundo físico, tratamiento de la
información y competencia digital, social y ciudadana, cultural y artística, aprender a
aprender y autonomía e iniciativa personal. Atendiendo al interés general que todas
ellas tienen para todas las personas, las diferentes materias del currículo deben contribuir
92
al desarrollo de todas las competencias, de modo que las competencias básicas son
elementos transversales del currículo; aunque resulta obvio que algunas materias tienen
una identificación clara con alguna de las competencias (por ejemplo, la competencia
digital con la materia de tecnología y la competencia matemática con las matemáticas),
todas las materias deben contribuir al desarrollo y logro de todas las competencias en la
medida de sus posibilidades, y por ello, la tecnología debe contribuir a este fin común y
transversal del currículo.
A continuación se resume el contenido básico de las competencias y, por su interés
específico para la tecnología, se desarrollan un poco más las competencias relativas al
conocimiento y la interacción con el mundo físico y al tratamiento de la información y
competencia digital.
93
comprender una argumentación matemática y expresarse y comunicarse en el lenguaje
matemático, utilizando las herramientas de apoyo adecuadas, e integrando el
conocimiento matemático con otros tipos de conocimiento para dar una mejor respuesta
a situaciones de la vida de distinto nivel de complejidad.
94
decisiones con iniciativa y autonomía personal, en un mundo donde los avances que se
van produciendo en los ámbitos científico y tecnológico tienen una influencia decisiva en
la vida personal, la sociedad y el mundo natural. Asimismo, implica la diferenciación y
valoración del conocimiento científico al lado de otras formas de conocimiento, y la
utilización de valores y criterios éticos asociados con la ciencia y el desarrollo
tecnológico. En coherencia con las habilidades y destrezas expuestas, también son parte
de esta competencia básica el uso responsable de los recursos naturales, el cuidado del
medio ambiente, el consumo racional y responsable, y la protección de la salud individual
y colectiva como elementos clave de la calidad de vida para todas las personas.
95
de las tecnologías de la información y la comunicación a partir de la comprensión de la
naturaleza y modo de operar de los sistemas tecnológicos y del efecto que tienen en el
mundo personal y sociolaboral. Asimismo supone manejar estrategias para identificar y
resolver problemas habituales de dispositivos y programas. Igualmente permite
aprovechar la información que proporcionan y analizarla de forma crítica mediante el
trabajo personal autónomo y el trabajo cooperativo, tanto en su vertiente sincrónica
como diacrónica, conociendo y relacionándose con entornos físicos y sociales cada vez
más amplios. Además supone utilizarlas como herramientas para organizar, procesar y
orientar la información para conseguir objetivos y fines de aprendizaje, trabajo y ocio.
La competencia digital, en definitiva, comporta la capacidad para el uso habitual de
los recursos tecnológicos disponibles para resolver problemas reales de modo eficiente y
evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovaciones tecnológicas, en
función de su utilidad para acometer tareas o lograr objetivos específicos. La
competencia digital implica ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y
reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información, sus fuentes y las distintas
herramientas tecnológicas, que incluye una actitud crítica y reflexiva en la valoración de
la información, contrastándola cuando es necesario, y respetando las normas de conducta
acordadas socialmente para regular el uso de la información y los distintos soportes de
fuentes.
96
comunicativas, sensibilidad y sentido estético para poder comprenderlas, valorarlas,
emocionarse y disfrutarlas. Esta competencia supone conocer, comprender, apreciar y
valorar críticamente diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como
fuente de enriquecimiento y disfrute y considerarlas como parte del patrimonio de los
pueblos.
En síntesis, el conjunto de destrezas que configuran esta competencia se refiere
tanto a la habilidad para apreciar y disfrutar con el arte y otras manifestaciones culturales,
como a aquéllas relacionadas con el empleo de algunos recursos de la expresión artística
para realizar creaciones propias; implica un conocimiento básico de las distintas
manifestaciones culturales y artísticas, la aplicación de habilidades de pensamiento
divergente y de trabajo colaborativo, una actitud abierta, respetuosa y crítica hacia la
diversidad de expresiones artísticas y culturales, el deseo y voluntad de cultivar la propia
capacidad estética y creadora, y un interés por participar en la vida cultural y por
contribuir a la conservación del patrimonio cultural y artístico de la comunidad propia y
otras.
97
Esta competencia se refiere, por una parte, a la conciencia y aplicación de un conjunto de
valores y actitudes personales interrelacionadas, como la responsabilidad, la
perseverancia, el conocimiento de sí mismo, la autoestima, la creatividad, la autocrítica,
el control emocional, la capacidad de elegir con criterio propio, de calcular riesgos y de
afrontar los problemas, así como la capacidad de demorar la necesidad de satisfacción
inmediata, de aprender de los errores y de asumir riesgos. Además, contempla la
capacidad de imaginar proyectos individuales o colectivos y de realizar las acciones
necesarias para desarrollarlos, responsabilizándose de ellos en los ámbitos personal, social
y laboral.
Supone poder transformar las ideas en acciones: proponerse objetivos y planificar y
llevar a cabo proyectos, analizar posibilidades y limitaciones, conocer las fases de
desarrollo de un proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y
autoevaluarse, extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora. Requiere
también reelaborar los planteamientos previos o elaborar nuevas ideas, buscar soluciones
y llevarlas a la práctica.
Por ello, esta competencia exige tener una visión estratégica de los retos y
oportunidades que ayude a identificar y cumplir objetivos y a mantener la motivación
para lograr el éxito en las tareas emprendidas, con una sana ambición personal,
académica y profesional. Igualmente ser capaz de relacionar las ofertas académicas,
laborales o de ocio disponibles, con las capacidades, deseos y proyectos personales.
Además, comporta una actitud positiva hacia el cambio y la innovación que presupone
flexibilidad de planteamientos, pudiendo comprender dichos cambios como
oportunidades, adaptarse crítica y constructivamente a ellos, afrontar los problemas y
encontrar soluciones en cada uno de los proyectos vitales que se emprenden.
En la medida en que la autonomía e iniciativa personal involucran a menudo a otras
personas, esta competencia comprende las habilidades sociales para relacionarse,
cooperar y trabajar en equipo: ponerse en el lugar del otro, valorar las ideas de los
demás, dialogar y negociar, hacer saber adecuadamente a los demás las propias
decisiones (asertividad), y trabajar de forma cooperativa y flexible. Otra dimensión
importante de la vertiente social de esta competencia son aquellas habilidades y actitudes
relacionadas con el liderazgo de proyectos, que incluyen la confianza en uno mismo, la
empatía, el espíritu de superación, las habilidades para el diálogo y la cooperación, la
organización de tiempos y tareas, la capacidad de afirmar y defender derechos o la
asunción de riesgos.
En síntesis, la autonomía y la iniciativa personal suponen ser capaz de imaginar,
emprender, desarrollar y evaluar acciones o proyectos individuales o colectivos con
creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico.
98
El principio de transversalidad para las competencias básicas significa que todas las
materias deben contribuir al desarrollo de las competencias básicas; esto supone plantear
el rol de la materia de tecnología en relación con este objetivo, a la luz de su currículo y
de los contenidos de las diferentes competencias básicas. Dos de éstas, tratamiento de la
información y competencia digital y conocimiento y la interacción con el mundo físico
son, sin duda, las más directamente relacionadas con la tecnología, pues el currículo de
ésta contiene explícitamente rasgos que pertenecen a ambas competencias. Algo análogo
cabría decir de la competencia matemática, que se puede considerar omnipresente en
cualquier análisis cuantitativo de los sistemas tecnológicos.
Los contenidos de tecnologías de la información y la comunicación están integrados
en el currículo de tecnología, de modo que esta materia tiene una especial importancia en
el desarrollo de la competencia en el tratamiento de la información y la competencia
digital. La tecnología contribuye al desarrollo de esta competencia en la medida en que
consigue:
99
de objetos y sistemas técnicos desde distintos puntos de vista permite conocer cómo han
sido diseñados y construidos, los elementos que los forman y su función en el conjunto,
facilitando su uso y conservación; el conocimiento y análisis crítico del impacto
medioambiental de la actividad tecnológica es importante para crear actitudes
responsables para lograr un consumo racional, entornos más saludables y una mejora de
la calidad de vida.
La competencia matemática se desarrolla en tecnología a través del uso
instrumental de las matemáticas contextualizadamente, en la medida en que la tecnología
proporciona situaciones de aplicación de matemáticas en diversos campos, facilita la
visibilidad de esas aplicaciones y de las relaciones entre los diferentes contenidos
matemáticos y colabora en la mejora de la confianza en el uso de las herramientas
matemáticas. La medición y el cálculo de magnitudes básicas, el uso de escalas, la lectura
e interpretación de gráficos, la confección de presupuestos, la resolución de problemas
basados en la aplicación de expresiones matemáticas, referidas a principios y fenómenos
físicos prácticos del mundo material, son ejemplos de aplicabilidad matemática donde la
tecnología contribuye especialmente.
La contribución a la autonomía e iniciativa personal se centra en el fomento de la
autonomía y creatividad como modo propio de abordar los problemas tecnológicos, la
valoración reflexiva de diferentes alternativas y el análisis previo de las consecuencias de
decisiones que se toman en el proceso. Las diferentes fases del proceso tecnológico
también contribuyen a esta competencia: el planteamiento adecuado de los problemas, la
elaboración de ideas que son analizadas desde distintos puntos de vista para elegir la
solución más adecuada, la planificación y ejecución del proyecto, la evaluación del
desarrollo del mismo y del objetivo alcanzado y la realización de propuestas de mejora.
Estas fases ofrecen muchas oportunidades para el desarrollo de cualidades propias de
esta competencia, tales como la iniciativa, el espíritu de superación, la perseverancia
frente a las dificultades, la autonomía y la autocrítica, contribuyendo al aumento de la
confianza en uno mismo y a la mejora de la autoestima.
Los procesos cooperativos de resolución de problemas tecnológicos contienen el
germen de las habilidades para las relaciones humanas y el conocimiento de la
organización y funcionamiento de las sociedades (competencia social y ciudadana)
porque el alumnado afronta situaciones donde expresar y discutir adecuadamente ideas y
razonamientos, escuchar a los demás, abordar dificultades, gestionar conflictos y tomar
decisiones, practicando el diálogo, la negociación y adoptando actitudes de respeto y
tolerancia hacia los compañeros. En particular, el análisis del desarrollo tecnológico y su
influencia en los cambios económicos y de organización social que han tenido lugar a lo
largo de la historia de la humanidad contribuyen decisivamente al conocimiento de la
organización y funcionamiento de las sociedades.
La contribución a la competencia en comunicación lingüística se realiza a través
de la práctica de la comunicación en diversas situaciones de aprendizaje de la tecnología.
Así, los procesos de búsqueda, análisis, selección, resumen y comunicación de
información, la adquisición del vocabulario específico y la lectura, interpretación y
100
redacción de informes y documentos técnicos y sus exposiciones públicas, aportan
conocimientos y capacidad de utilización de diferentes tipos de textos y sus estructuras
formales que contribuyen de forma específica a esta competencia.
La competencia de aprender a aprender se adquiere desde la tecnología por el
desarrollo de las estrategias de resolución de problemas tecnológicos, por una parte
mediante la obtención, análisis y selección de información útil para abordar un proyecto,
y por otra, a través del estudio metódico de objetos, sistemas o entornos que proporciona
habilidades y estrategias cognitivas y promueve actitudes y valores necesarios y positivos
que favorecen el aprendizaje autónomo.
Los objetivos educativos describen una meta o producto que se espera que el alumnado
consiga como consecuencia de un proceso de enseñanza y aprendizaje. Los objetivos son
también un instrumento de control democrático del currículo y la educación, pues al
informar con precisión de las intenciones educativas permiten la denominada rendición
de cuentas a la sociedad y posibilitan la participación de la comunidad en la educación.
Los objetivos también se consideran un eje del currículo porque constituyen la base
para la toma de decisiones acerca de otros elementos del currículo, como los contenidos
y la evaluación. Los contenidos curriculares deben seleccionarse de acuerdo con su
potencialidad para facilitar el logro de los objetivos; a su vez, los objetivos deben ser la
referencia fundamental de la evaluación, de modo que los criterios, instrumentos y
métodos de evaluación deben ser orientados por ellos. La denominada evaluación por
objetivos es un caso extremo de esta idea; sostiene que los propios objetivos deben ser
también los criterios de evaluación, de modo que la evaluación se reduce a la verificación
de la consecución de los objetivos. Esta identificación requiere que los objetivos sean
formulados de una manera muy precisa (objetivos operativos), de modo que incluyan la
definición inequívoca del producto a conseguir, la descripción del contexto y el criterio
para determinar el éxito o fracaso en su consecución.
101
metas más genéricas y amplias de la educación. Usualmente expresan contenidos acerca
de concepciones antropológicas sobre la persona, grandes principios educativos generales
o visiones amplias enraizadas en la filosofía educativa. Su referencia habitual se
corresponde con ámbitos de acción muy extensos, tal como puede ser el sistema
educativo global de un país o una región. Ejemplo de meta educativa para todo el sistema
educativo (LOE, 2006: Art. 2):
102
Este ejemplo aún exhibe expresiones muy generales y poco concretas (valorar
críticamente la investigación), pero, en general, se puede apreciar en sus contenidos una
concreción mayor que los ejemplos anteriores, pues su contenido está claramente
enmarcado ya dentro de las tecnologías.
Finalmente, los objetivos operativos o de conducta especifican conductas concretas
y observables del alumnado; están ligados en su origen a modelos conductistas de la
educación (sólo lo observable y medible puede evaluarse), que propugnan la citada línea
de evaluación por objetivos, donde los objetivos operativos serían también los criterios
de evaluación. En la práctica, estos objetivos operativos pueden corresponderse con
objetivos que se proponen en las diversas unidades didácticas de las programaciones de
aula de cada profesor.
Las condiciones para una buena definición de un objetivo operativo son las
siguientes:
(El alumno debe ser capaz de…) medir la diferencia de potencial (conducta) entre los extremos
de una bombilla conectada a una pila de corriente continua (condiciones); el objetivo se
considera logrado si el valor de la medida obtenido y la conexión en paralelo del voltímetro
(indicadores) son correctos (criterio).
103
4.2.2. Criterios prácticos para el diseño de objetivos
El diseño de objetivos requiere, por un lado, aplicar criterios educativos para la selección
de los considerados más relevantes y, por otro, darles una formulación que comunique su
contenido con la mayor exactitud. Los criterios de selección de los fines y objetivos más
generales surgen de amplias y contextuales reflexiones y determinaciones (sociales,
políticas, filosóficas, administrativas, antropológicas, técnicas, etc.) acerca de todo el
currículo, que se sitúan más allá de las metas de esta obra. Pero las destrezas requeridas
para la formulación precisa de objetivos no sólo capacitan para crear objetivos propios de
manera correcta, sino también para interpretar y comprender mejor los objetivos
planificados por otros, por lo que estas destrezas tienen un interés didáctico directo para
la formación básica del profesorado que se ve enfrentado cotidianamente a estas dos
destrezas de crear e interpretar objetivos.
El propósito de los objetivos es informar con claridad de las metas de enseñanza
perseguidas a todos los agentes implicados en el desarrollo del currículo. Puesto que un
objetivo describe una capacidad o una ejecución del alumnado alcanzada como resultado
de la E/A, el primer criterio práctico para crear objetivos debe ser elegir el mejor verbo
que describa con mayor precisión la capacidad o la ejecución planeada. Por ello, la
norma más extendida es iniciar el objetivo con un verbo en infinitivo; el examen de los
ejemplos citados en los párrafos precedentes permite verificar el cumplimiento de esta
regla (iniciar los objetivos con el verbo que describe la acción).
El conocimiento lingüístico de los verbos permite manejarlos con destreza para
conseguir mayor precisión en la definición de objetivos; la sistematización y
agrupamiento de verbos permite facilitar esta tarea de redactar objetivos educativos con
mayor precisión. Algunos de los verbos más comunes que expresan resultados de
aprendizaje como capacidades y acciones son los siguientes: actuar, adecuar, habituarse,
analizar, aplicar, apreciar, combinar, comprender, confiar, construir, cuantificar, descubrir,
diseñar, disfrutar, disponerse, dominar, elaborar, establecer, explorar, expresar, identificar,
incorporar, integrar, interesarse, interpretar, emitir juicio crítico, leer, mantener, medir,
observar, obtener, orientarse, participar, planificar, tomar iniciativa, producir, progresar,
realizar, reflexionar, regular, relacionar, relacionarse, resolver, respetar, utilizar, valorar.
La usual división de objetivos y contenidos de aprendizaje en las categorías de
cognitivos, procedimentales y actitudinales se puede trasladar a una taxonomía de los
verbos más apropiados para describir objetivos en cada una de estas tres diferentes
categorías.
Cuadro 4.1. Verbos usuales para redactar distintos tipos de objetivos educativos
104
Aunque existen verbos que se pueden considerar exclusivos de una categoría, en
estas listas se observa también la presencia del mismo verbo en categorías diferentes, una
circunstancia que alerta acerca de una excesiva identificación de un verbo con una única
categoría, y viceversa, pues están sometidos a los usos y convenciones de la lengua.
Una segunda norma para redactar y seleccionar objetivos es la condición de validez,
es decir, la buena correspondencia semántica de contenidos entre la capacidad
representada y el verbo elegido para ella. Un caso habitual donde esta validez no se
cumple ocurre en el uso muy extendido de algunos verbos denominados “mentalistas”, es
decir, verbos cuyo significado es tan amplio que son compatibles con múltiples y diversas
interpretaciones para cualquier objetivo formulado con ellos y, por tanto, no añaden
precisión sino incertidumbre en la finalidad de lograr validez en la definición. Algunos de
los verbos mentalistas más comunes son conocer, saber, comprender, entender, entender
(plenamente), captar (un significado), etc.
Por ejemplo, un objetivo enunciado como “saber la ley de Ohm en corriente
eléctrica continua” puede parecer suficientemente claro para muchos profesores porque
la ley de Ohm es un concepto científico preciso y claro pero, didácticamente, el verbo
saber no lo es tanto para describir la capacidad que se pretende lograr, pues sería
compatible con aprendizajes tan diferentes como recitar de memoria la ley, escribir su
fórmula matemática, aplicar la ley a un caso, explicar su contenido, relacionar las
105
variables implicadas, conocer las unidades de medidas de habituales, resolver un
problema acerca de la ley, etc. Los verbos elegidos para describir los ejemplos anteriores
de estas diferentes interpretaciones son mucho más precisos para describir el aprendizaje
deseado que el representado por el verbo saber, que es compatible con todas ellas pues
todas representan algún aspecto de ese saber. Esto no quiere decir que el verbo saber
deba proscribirse para siempre, pero, si se desea concretar y clarificar, su uso no es lo
más apropiado para lograrlo, análogamente al caso del resto de los verbos mentalistas
señalados.
En suma, en aras de la precisión y siempre que sea posible, deben elegirse verbos
que describan ejecuciones o capacidades de aprendizaje más concretas que genéricas.
Así, los verbos que se alejan de operaciones mentales para acercarse a acciones
específicas son más concretos y permiten menos interpretaciones para los propósitos
escolares, como, por ejemplo, hacer, escribir, recitar, identificar, diferenciar, resolver,
consultar, hacer (una lista) comparar, contrastar.
La norma general de asociar un verbo a un objetivo curricular permite deducir un
corolario muy interesante para analizar y comprender la, a veces, sofisticada redacción
de los objetivos oficiales del currículo planificado en el primer nivel de concreción por las
autoridades educativas. La administración educativa ofrece normalmente los objetivos
como una lista de párrafos enumerados, cada uno de los cuales tiene un aspecto unitario,
pero pueden ser muy complicados y extensos, alejados de la precisión y claridad
deseados. Si cada verbo describe una capacidad, cada nuevo verbo contenido en un
objetivo añade una nueva capacidad al contenido del objetivo, de modo que los largos
párrafos oficiales bajo la denominación de “objetivos” que contienen varios verbos, en
realidad, definirían varios objetivos educativos diferentes, uno por cada diferente verbo
redactado.
Así, el objetivo citado antes (p. 95) como ejemplo de las materias de tecnologías en
Secundaria incluye en su formulación al menos cuatro verbos significativos: adoptar
(actitudes), desarrollar (interés y curiosidad), analizar y valorar. Aunque todos ellos están
relacionados con el ámbito afectivo y actitudinal y pretenden lograrse a partir de la
enseñanza de resolución de problemas técnicos, representan capacidades bien diferentes
unos de otros y, por tanto, objetivos de aprendizaje diferentes, aunque la Administración
lo presenta como una unidad. En suma, la forma administrativa de redacción de objetivos
integrando múltiples verbos de capacidades equivale en realidad a definir una
multiplicidad mayor de objetivos educativos que las pocas unidades etiquetadas que
aparecen en la lista.
En síntesis, estas reflexiones deben servir para que el profesorado logre una mejor
comprensión e interpretación del currículo administrativo prescrito para su mejor
apropiación y adaptación al contexto de cada aula.
106
Los contenidos educativos representan otra forma de responder a la cuestión¿qué
enseñar?, como conjunto de mediaciones conceptuales y operativas, empleadas como
recursos primarios del aprendizaje para lograr las competencias básicas y los objetivos,
desde la perspectiva epistemológica de una disciplina, es decir, los saberes disciplinarios
especializados de las distintas materias y asignaturas que integran el currículo. En el caso
de la tecnología, los contenidos curriculares tecnológicos son el conjunto de temas,
cuestiones, métodos, procesos, actitudes, valores y conocimientos de carácter
especializado tecnológico seleccionados para formar parte del currículo, como objeto e
inspiración de las actividades de aprendizaje que realizan los estudiantes en el aula de
tecnología, a partir del conjunto de actividades y conocimientos, científicos y técnicos,
empleados por el ser humano para la construcción o elaboración de objetos, sistemas o
entornos, con el objetivo de resolver problemas y satisfacer necesidades, individuales o
colectivas que integran el acervo de la tecnología. Debido al extraordinario desarrollo
científico-tecnológico que caracteriza esta época, los contenidos curriculares de la
tecnología están hoy hipertrofiados, es decir, existen muchísimos contenidos disciplinares
que pueden formar parte del currículo escolar. En el caso concreto de las tecnologías de
Secundaria, esta hipertrofia es aún mayor puesto que la materia de tecnologías tiene
asignado un carácter integrador de distintas disciplinas que le confiere un carácter
interdisciplinar desde su origen; esta idea se expresa claramente en el párrafo siguiente
perteneciente al decreto de las enseñanzas mínimas.
Por una limitación natural de los tiempos y los espacios educativos, se impone una
selección de los contenidos para el diseño del currículo de tecnología, para lo cual se
requieren criterios de selección que permitan escoger los contenidos más relevantes que
formarán el currículo. Puesto que en la educación confluyen legítimamente muchas
partes con intereses diversos, a veces en conflicto, la noción de relevancia para las
tecnologías escolares es fundamental y su clarificación requiere responder a las
107
preguntas: ¿Qué, para qué, para quién… es relevante?
Algunos de los criterios más generales e importantes para decidir qué es más
relevante provienen de las distintas fuentes del currículo. Así, la fuente epistemológica o
disciplinar (tecnologías) suele tener una lógica interna propia que permite discriminar los
contenidos más importantes por su coherencia y lógica interna disciplinar (contenidos
centrados en la disciplina). Las matrices disciplinares asignan más significación
epistemológica a unos temas que a otros, por su representatividad o centralidad dentro de
la lógica interna de la disciplina, de modo que ésta permite identificar los contenidos
axiales o nudos más relevantes de ese campo, denominados conceptos estructurantes o
metadisciplinares, pues son contenidos de más amplio alcance y en torno a los cuales se
pueden organizar e integrar los demás contenidos.
La denominación estructurante alude a su función de organizadores generales de
otros contenidos, es decir, sirven de grandes ejes o líneas que actúan como un paraguas
bajo el cual se cobija la relación entre múltiples contenidos en torno a la lógica disciplinar;
por ejemplo, el medio ambiente es un concepto estructurante que engloba todas aquellas
cuestiones de tema específicamente ambiental, donde también pueden tener cabida
muchos otros temas diferentes unidos con lo ambiental. La denominación metadisciplinar
hace referencia a su carácter supradisciplinar, es decir, que trasciende las diferentes
disciplinas o campos de estudio establecidos, para resaltar aquello que todas ellas pueden
tener en común y que sirve de base a su carácter estructurador de contenidos
aparentemente dispares. Por ejemplo, la energía es un concepto metadisciplinar en el
sentido de que puede trascender las diferentes tecnologías energéticas y las diferentes
disciplinas que proporcionan el fundamento científico de las distintas formas de energía.
El currículo de tecnologías de Secundaria reconoce la resolución de problemas
tecnológicos como un concepto estructurante de los diversos contenidos de las
tecnologías pues se recomiendan como metodología subyacente en el afrontamiento de
todos los contenidos curriculares y en todos los cursos (transversal). Así se refleja en el
texto siguiente tomado de la introducción a la materia de tecnologías en las enseñanzas
mínimas.
El valor educativo de esta materia está, así, asociado tanto a los componentes que
integran ese referente disciplinar como al propio modo de llevar a cabo esa integración. El
principal de estos componentes y que constituye el eje vertebrador del resto de contenidos de la
materia es el proceso de resolución de problemas tecnológicos (p. 162, anexo II).
108
centrados en los estudiantes) o porque favorezcan más el aprendizaje, y cuyos rasgos de
relevancia serían la transferibilidad y durabilidad de los aprendizajes (aprendizajes
significativos). La fuente social atiende a la relevancia de los contenidos para la sociedad
y cultura actuales (actualidad, adaptación laboral, autonomía, convivencia,
multiculturalismo, sociocrítica, derechos humanos, principios éticos, necesidades
funcionales), unos rasgos tan cambiantes como la propia dinámica social. La
determinación y aplicación de estos criterios se basa, fundamentalmente, en el consenso
social a través de los mecanismos políticos y participativos de cada sociedad.
Precisamente las materias de tecnologías son un ejemplo paradigmático de criterio
relevante de la fuente social, pues la tecnología fue introducida en 1990 (LOGSE) como
nueva materia del currículo de Secundaria, ya que antes no existía, como una
consecuencia de la importancia de las tecnologías en las sociedades actuales;
análogamente, la presencia de los contenidos de las Tecnologías de la Comunicación e
Información (TIC) en la materia de tecnología son consecuencia también de la
importancia y extensión social de estas tecnologías.
La cuestión de para quién es relevante un contenido curricular admite también una
multiplicidad de respuestas: alumnado, profesorado, padres, políticos, científicos,
ingenieros, empresarios, sociedad, etc. Durante mucho tiempo los currículos estuvieron
diseñados para satisfacer los intereses de los adultos, en general (profesores, políticos o
profesionales), que eran quienes tomaban las decisiones para la educación de los jóvenes.
Pero el peso de distintas corrientes pedagógicas del siglo XX (principalmente la Escuela
Nueva) han ido desplazando progresivamente el centro del currículo hacia los aprendices,
especialmente en los niveles más básicos y comunes de la educación. Según la edad,
existe un desplazamiento de la respuesta a para quién es relevante el currículo: en los más
jóvenes, las necesidades basadas en el desarrollo del alumnado condicionan totalmente la
relevancia del currículo; progresivamente, a medida que se gana en especialización, este
centro exclusivo sobre el alumnado se va desplazando hacia otros actores como la
sociedad, los empresarios, las profesiones, etc.
La cuestión de para qué es relevante se refiere a la utilidad previsible de los
contenidos del currículo, y es evidente la relación con la cuestión anterior de para quién.
Se pueden imaginar diferentes funcionalidades para el currículo, entre las cuales cabe
citar las siguientes como principales: para la vida cotidiana, para ejercer la ciudadanía,
para proseguir estudios posteriores, para conseguir un empleo, para ser científico o
ingeniero, etc.
109
b) Relevancia de tecnología social. Es indispensable para que todas las personas
puedan enfrentarse en la vida real a cuestiones tecnocientíficas de interés
personal y público y participar en la toma de decisiones sobre ellas. Este tipo
se centra en el funcionamiento de la tecnociencia actual, para facilitar el
ejercicio de la ciudadanía mediante la participación social democrática y es
suministrada por expertos sociales y otros asesores.
c) Relevancia de tecnología funcional. Es necesaria para trabajar en empresas y
puestos de trabajo relacionados con tecnología. Los contenidos
convencionales se subordinan a la adquisición de capacidades generales y
útiles para un ejercicio laboral general. Este tipo es preferido por
empresarios, profesionales de la industria y la tecnología, etc. Persigue una
mayor calidad y eficiencia en los puestos de trabajo.
d) Relevancia de tecnología seductora. Es habitual en los medios de
comunicación de masas, tales como documentales de televisión, revistas de
divulgación científica, internet, etc. y típica de muchos periodistas y
divulgadores de la ciencia. Pretende conseguir público mediante lo
espectacular y sensacionalista, y contribuye a mostrar una imagen
desproporcionada de la CyT, aunque interesante para las grandes audiencias.
e) Relevancia de tecnología doméstica. Es esencialmente práctica, por su
utilidad y aplicación para la vida cotidiana e incluye muchos contenidos
generales y transversales, tales como TIC, salud e higiene, consumo,
seguridad en el trabajo, educación vial, normas básicas de seguridad en
Internet, etc. La selección de contenidos suele ser el resultado de la
interacción entre los expertos en esos temas y la ciudadanía.
f) Relevancia de tecnología curiosa. Surge de la curiosidad y, por tanto, está
muy ligada a la idiosincrasia personal y cultural. Presta especial atención a
los temas de tecnología que más pueden interesar a los estudiantes, por lo
que son estos quienes deberían decidir sobre ellos.
g) Relevancia de tecnología cultural. Parte de una visión cultural de la
tecnología que considera a ésta como una subcultura más de la humanidad y
pretende promover contenidos interdisciplinares relacionados con los hábitos
culturales de la sociedad donde viven los estudiantes, que se toman como
referencia para elegirlos. Esta categoría es característica de proyectos locales
o globales basados en motivos culturales concretos y contribuye a reducir la
brecha entre las culturas de “ciencias y tecnología” y de “letras”.
110
serán técnicos o ingenieros, pierde sentido plantear contenidos propedéuticos que
interesen sólo a esta minoría y adquiere sentido una tecnología para todos. Así, los otros
sentidos de la relevancia han ido cobrando importancia en la educación básica,
especialmente la relevancia para la vida cotidiana (relacionada con competencias de
aprender a aprender y autonomía) y para ejercer la ciudadanía (competencia social y
ciudadana).
Las reflexiones sobre la relevancia de la ciencia escolar sugieren que puede haber
muchos currículos de CyT diferentes, según las respuestas dadas a las cuestiones
básicas. El factor evolutivo (fuente psicológica) y el contexto cultural (fuente social) son
importantes para comprender que la solución debe satisfacer los diversos requerimientos
simultáneos que suelen hacerse a la educación y, por tanto, al currículo. El factor
evolutivo tiene, al menos, dos importantes consecuencias para el currículo de tecnología;
una es su adaptación piagetiana a la edad y maduración de los estudiantes; otra es el
factor de contexto cultural que afecta a la diversidad de papeles sociales que habrán de
asumir en el futuro, cuando abandonen la escuela, los ciudadanos que desempeñarán
diversos roles –consumidores, padres y madres, profesionales, trabajadores,
contribuyentes, ciudadanos, etc.–, de modo que el currículo debería preparar para todos
ellos. En consecuencia, el currículo de los cursos obligatorios debería responder, a la vez,
a objetivos disciplinares (menos) y a los nuevos objetivos funcionales (más) que deberían
ser compartidos transversalmente por todas las materias; las competencias son una
referencia para estos nuevos objetivos.
En suma, las decisiones de selección de contenidos son una síntesis ecléctica de los
distintos agentes, fuentes e intereses en juego, de modo que el currículo se debe ajustar
para satisfacer funcionalmente estas relevancias cambiantes, según la edad de los
estudiantes y las diversas etapas, niveles y materias del currículo mediante criterios de
representatividad y ejemplaridad para las relevancias. El cuadro siguiente resume y
ejemplifica esta síntesis funcional para el caso de las tecnologías.
111
112
4.3.2. Secuenciación de contenidos
113
d) Secuencia convergente. Distintas secuencias de actividades son desarrolladas
paralelamente para converger en el mismo punto, que puede representar el
mismo objetivo o tema. Este tipo de secuencia es el caso más paradigmático
de atención a la diversidad: distintos caminos de aprendizaje para llegar a un
punto final común.
A efectos de facilitar la organización del currículo, los objetivos y contenidos (el qué
enseñar) se pueden clasificar de múltiples maneras atendiendo a distintos criterios, como
han puesto de manifiesto algunas taxonomías elaboradas por diversos autores, con el
propósito de ayudar a comprender y organizar el currículo, sin perder una visión
sistémica y relacional entre todos sus elementos. De hecho, las mismas competencias
básicas son un intento de mostrar este carácter integral e integrador de cualquier
aprendizaje y de la educación en general, al definirse como una integración operativa y
funcional de conocimientos, procesos y actitudes para realizar una tarea. Así pues,
aunque los párrafos siguientes mostrarán diversas categorías en las que se dividen los
contenidos y objetivos, no debe perderse de vista el carácter unitario de todos ellos, en el
marco integrador de la educación y el aprendizaje.
Una taxonomía intuitiva y muy completa de los aprendizajes fue diseñada hace
años por el pedagogo Bloom (1971) dividiendo los aprendizajes en tres dominios:
cognitivo, afectivo y psicomotor. Cada uno de estos tres ámbitos se subdivide a su vez en
una serie de niveles, jerarquizados de más sencillo a más complejo, con el propósito de
ofrecer un marco organizativo donde cualquier objetivo o contenido de aprendizaje
pueda ser clasificado racionalmente y marcar sus relaciones con los demás.
114
b) Dominio psicomotor. Comprende habilidades de orden físico para usar y
mover el cuerpo con pericia. Tiene cinco niveles:
Aunque existen otras taxonomías, hace unos años se ha popularizado mucho una
formada por tres ámbitos, denominados conocimientos, procedimientos y actitudes, que
goza de gran aceptación entre el profesorado por su sencillez, y se explica a continuación
con más detalle.
115
disciplinares de la tecnología.
Los hechos son datos o acontecimientos de la realidad sin mayor complejidad y
fácilmente asimilables (por ejemplo, el mercurio es un metal líquido a presión y
temperatura ambiente).
Los conceptos son símbolos u objetos que comportan cierto grado de abstracción,
pues han sido ya construidos por la disciplina tecnológica (por ejemplo, el concepto de
palanca).
Los principios o leyes son enunciados legaliformes que relacionan conceptos,
describiendo la forma en que los cambios producidos en un objeto, hecho o situación
afectan a otros objetos, hechos o situaciones. Los principios describen, por tanto,
relaciones de causa efecto entre variables. Por ejemplo, la ley de la palanca describe las
relaciones entre los conceptos de potencia, resistencia y geometría del dispositivo
empleado como palanca, y sirve para predecir los efectos concretos de la aplicación de
una potencia para mover una resistencia. En la terminología científico-tecnológica los
términos principio, ley, regla e incluso hipótesis se usan indistintamente como
sinónimos que describen leyes concretas y parciales de la naturaleza.
Las teorías son conjuntos de leyes y enunciados que resultan coherentes y
complementarios entre sí en la descripción de distintos aspectos referidos a una misma
realidad, y que sirven para anticipar, predecir y extrapolar el comportamiento de esa
realidad. Por ejemplo, la teoría de los gases perfectos comprende el conjunto de leyes e
hipótesis que permiten predecir el comportamiento de un gas sometido a diferentes
condiciones de volumen, presión y temperatura.
Aunque el ámbito de conocimientos se refiere a todo el conjunto de conocimientos
disciplinares tecnológicos, cabe distinguir dos formas adicionales de conocimientos muy
importantes para la perspectiva educativa: el primero es el conocimiento cotidiano o las
ideas previas que los alumnos aportan ya en su acervo cognitivo antes de aprender; el
segundo es el conocimiento escolar relativo a un conocimiento tecnológico, es decir, el
conocimiento tecnológico transformado por el profesorado (transposición didáctica) para
hacer enseñables los conocimientos tecnológicos originales. Estos tres tipos de
conocimientos (disciplinar, cotidiano y escolar) deben ser tenidos en cuenta para entender
las complejidades de la E/A pues compiten entre ellos en la educación escolar; en
particular, las ideas previas de los estudiantes, a veces, son contrarias al saber disciplinar
y actúan como verdaderos obstáculos del aprendizaje. En conclusión, el ámbito de
conocimientos resume los aspectos más tradicionales del qué enseñar, entendido como
instrucción o puro saber mental, es decir, la aprehensión intelectual y cognitiva de
hechos, conceptos, principios y teorías propios de la disciplina de tecnología y que se
expresan en el currículo como objetivos, competencias básicas, capacidades y
contenidos.
116
Un procedimiento se puede definir como un conjunto de acciones ordenadas y orientadas
a la consecución de un fin concreto. Como sinónimos de procedimientos también se usan
en la terminología didáctica los términos de destrezas, habilidades, métodos, estrategias,
técnicas, procesos e incluso competencias, aunque este último no se usaría en el sentido
estricto asignado en esta obra a las competencias básicas, pues aunque éstas,
obviamente, recogen también este sentido de actividad de los procedimientos, está más
ampliado, pues integran los tres ámbitos del aprendizaje, a saber, conocimientos,
procedimientos y actitudes.
El ámbito procedimental recoge el saber específico acerca de las operaciones y los
procesos propios de la tecnología. Este ámbito es, sobre todo, un saber eminentemente
práctico, donde lo importante es la capacidad de hacer algo, es decir, la práctica. Como
es obvio, este saber hacer no se ha de limitar a la mera operatividad mecánica, aunque
ésta sería el estadio más bajo del saber hacer, sino que engloba también frecuentemente
los saberes teóricos necesarios para hacer. En suma, saber hacer requiere primero saber,
es decir, dominar algunos saberes del ámbito de conocimiento, pero el saber
procedimental se caracteriza principalmente por ponerlos en operación funcionalmente
para lograr hacer algo; en este sentido, el ámbito procedimental podría considerarse como
una categoría de rango superior al mero conocimiento.
En el ámbito de los procedimientos educativos se pueden distinguir procedimientos
generales, es decir, habilidades comunes y compartidas por muchas disciplinas escolares
gracias a su nivel de generalidad (interdisciplinares), y aquellos otros procedimientos más
específicos, propios de cada disciplina.
Los procedimientos educativos generales, que tienen aplicación en toda la
educación, se pueden describir de muchas formas, pero, de alguna manera, las
competencias básicas (lingüísticas, matemáticas, científicas, digitales, sociales, autonomía
e iniciativa personal y aprender a aprender) resumen bien todos éstos; cada una se puede
identificar con procedimientos sencillos de aplicación general en educación, que se
parafrasean como leer, escribir, realizar cálculos, comprender leyes de la naturaleza,
aplicar técnicas de búsqueda digital, comportarse adecuadamente en grupos, actuar con
autonomía, tener iniciativa y aprender por sí mismo.
Entre los procedimientos específicos de la materia de tecnología, resaltados en el
currículo de esta materia, se encuentran los siguientes: trabajar ordenada y
metódicamente para resolver problemas tecnológicos, analizar información y aspectos
técnicos, intervenir, diseñar, elaborar y manipular materiales, objetos y sistemas
tecnológicos, procesar, obtener, expresar y comunicar ideas y soluciones técnicas,
manejar aplicaciones informáticas o actuar de forma dialogante, flexible y responsable en
el trabajo en equipo.
117
El ámbito afectivo se refiere a todo el complejo conglomerado de sentimientos del ser
humano, que engloba diferentes conceptos como emociones, actitudes y valores. El
tratamiento educativo de la afectividad humana ha sido problemático a lo largo de la
historia, pues está enraizado en la larga controversia filosófica acerca de la dualidad de
mente y cuerpo, y especialmente en las materias científico-técnicas, pues algunas
epistemologías (positivismo lógico) niegan el papel de la afectividad en la génesis del
conocimiento. La neurofisiología moderna demuestra la intrincada conexión neuronal
entre afectos y conocimientos, de modo que hoy se admite un modelo de interacción
mutua entre ambos: los afectos influyen sobre los conocimientos, y viceversa, en el
marco de un cerebro emocional donde los aprendizajes y los nuevos conocimientos son
intensamente mediados por aspectos emocionales que actúan a través de la atención y la
memoria.
El ámbito afectivo es complejo, pues integra una constelación de diversos
constructos muy próximos y relacionados entre sí, tales como normas, valores,
opiniones, creencias, hábitos, actitudes, etc. En particular, en nuestro contexto educativo
se ha usado la expresión actitudes, valores y normas para referirse a este complejo
ámbito afectivo.
Las normas son reglas concretas de conducta, propias de un determinado contexto
socio-cultural, que las personas deben respetar en determinadas situaciones (conducir por
la derecha, pagar impuestos, respetar los derechos de los demás…) y que habitualmente
se recogen en leyes, códigos, costumbres, etc.
El valor es un principio normativo muy general y ampliamente compartido, que
preside y regula la conducta de las personas en una diversidad de momentos y
situaciones (respetar la vida y no matar, respetar la propiedad y no robar, respetar la
verdad y no mentir, ser solidarios, etc.). Existen diversas codificaciones de valores,
aunque la más extendida y conocida es la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
La actitud se define como una predisposición personal hacia un objeto, que implica
una dimensión cognitiva (conocimientos acerca del objeto), una evaluación afectiva del
mismo (favorable o desfavorable) y las conductas explícitas relacionadas con él
(aproximación/agrado o alejamiento/desagrado). La evaluación afectiva (aceptación o
rechazo) es el componente más relevante de la actitud, aunque suele ser determinada por
las diversas cogniciones (creencias) sobre el objeto, a modo de síntesis de ellas, y suele
influir sobre las potenciales conductas hacia el mismo objeto, sean de aproximación o
alejamiento. En todo caso, cualquier actitud puede expresarse con diversos grados de
conocimiento, evaluación y conducta.
En la práctica cotidiana, actitudes, valores y normas están profundamente
imbricados y relacionados; un valor puede fundamentar diversas actitudes, y éstas, a su
vez, determinan numerosas normas de conducta concretas. Por ejemplo, una actitud de
prudencia en la conducción de un coche puede estar fundamentada en un valor superior
como es el respeto a la vida humana (pues conducir imprudentemente pone en riesgo la
vida propia y de otros) y puede implicar normas de conducta vial más exigentes que el
118
simple cumplimiento estricto del código de circulación (solidaridad, amabilidad, etc.).
El ámbito emotivo-actitudinal en la educación también presenta dos caras
diferenciadas: una general, común a toda la educación, y otra más específica, propia de
una disciplina concreta. Las actitudes generales de la educación engloban los afectos que
influyen sobre cualquier aprendizaje, siendo independientes de la disciplina y los
aprendizajes concretos; algunas actitudes generales son de naturaleza psicoeducativa
(motivación, autoconcepto, autocontrol, autoeficacia, autonomía, iniciativa, intereses,
etc.), mientras que otras son actitudes personales hacia la convivencia, la educación y el
aprendizaje, tales como habilidades sociales, aprender a aprender, compartir, respetar a
los demás, aceptar las críticas de otros, interesarse por conocer o tener una disposición
dialogante, respeto por el entorno natural, curiosidad, esfuerzo, actitud cooperativa,
aceptación de las diferencias, equidad, etc.
Las actitudes tienen también otra cara específica, disciplinar, un conjunto de
elementos actitudinales y emocionales de contenido amplio y rico, relacionados con los
contenidos especializados disciplinares, propios de la tecnología en este caso. Estas
actitudes disciplinares relacionadas con la tecnología comprenden valores éticos y
morales acerca del uso de las tecnologías en la sociedad y los hábitos, valores y actitudes
específicos de la educación tecnológica. El conjunto de tópicos acerca del
funcionamiento de la tecnología en el mundo actual requieren tomar una posición, entre
varias posibles, de aceptación o rechazo acerca de algún aspecto tecnológico concreto; el
papel de las tecnologías en las controversias sociales sobre desertización, contaminación,
ingeniería genética, alimentos transgénicos, políticas de energía, calentamiento global,
etc., suministran ejemplos variados de diversos objetos de las actitudes relacionadas con
la tecnología. Otros ejemplos son los hábitos de trabajo y los valores tecnológicos, las
creencias específicas sobre aspectos concretos de la filosofía de la tecnología
(relativismo, positivismo, instrumentalismo, realismo, etc.), las relaciones entre ciencia y
tecnología y las de la tecnología con la sociedad (impactos sociales de las tecnologías,
influencia social sobre el desarrollo tecnológico, etc.). En el currículo se expresan las
siguientes actitudes disciplinares: abordar con autonomía y creatividad problemas
tecnológicos; poseer actitudes favorables para la resolución de problemas técnicos;
desarrollar interés y curiosidad hacia la actividad tecnológica, analizar y valorar
críticamente la investigación y el desarrollo tecnológico y su influencia en la sociedad, en
el medio ambiente, en la salud y en el bienestar personal y colectivo; asumir de forma
crítica y activa el avance y la aparición de nuevas tecnologías, incorporándolas al
quehacer cotidiano; actuar de forma dialogante, flexible y responsable y con actitud de
respeto, cooperación, tolerancia y solidaridad en el trabajo en equipo y en las tareas
encomendadas.
Aunque la bibliografía educativa distingue los constructos actitudinales generales y
específicos, todos ellos están relacionados entre sí como parte de la educación afectiva y
su adecuada gestión para mejorar el aprendizaje conforma el amplio objetivo de la
educación emocional, cuya integración genera un nuevo tipo de inteligencia (inteligencia
emocional) que también contribuye a la formación integral de la persona.
119
En resumen, el ámbito actitudinal engloba un conjunto de saberes emocionales que
conforman el saber ser personas, tanto en la dimensión individual (inteligencia emocional
para manejar el desarrollo personal) como social (saber participar y convivir con otros).
Las disciplinas como la tecnología contribuyen a este ámbito afectivo educando las
actitudes generales y las actitudes específicamente relacionadas con la tecnología.
120
docentes, la inspección y las propias Administraciones educativas (LOE, 2006: artículo 141).
121
información sensible implicada.
Dentro de esta misma dimensión ética de la evaluación se engloba también el juicio
sobre la propia evaluación, es decir, la evaluación de la evaluación o metaevaluación,
para justificar la adecuación de sus conclusiones. Evaluar la evaluación implica responder
a cuestiones clave acerca de su calidad, que engloba principalmente dos dimensiones: la
validez (la evaluación evalúa el objeto elegido y no otro) y la fiabilidad (la evaluación es
coherente o consistente consigo misma y con otros indicadores paralelos). La utilidad de
la evaluación es otro criterio clave: una evaluación que no sirve para nada práctico no es
una evaluación auténtica. Finalmente, la evaluación debe ajustarse a criterios científicos
y objetivos, es decir, los indicadores, criterios, instrumentos y métodos deben estar
refrendados por los conocimientos anteriores y caracterizados por la ausencia de sesgos y
de parcialidad; en este sentido se predica también que la evaluación debe ser legal y
ética, es decir, debe fundarse en principios legales y éticos.
La planificación de una evaluación implica tomar las siguientes decisiones básicas:
122
La valoración del objeto evaluado implica siempre un juicio sobre el mismo que lejos de
constituir el punto final del proceso, es precisamente el punto de partida del que se
deducen orientaciones y acciones para tomar decisiones que mejoren el objeto evaluado.
El fin último (¿para qué?) de la evaluación es, pues, el que se sigue del(os) juicio(s)
emitido(s), a saber, la mejora de la educación en todos sus ámbitos. En este sentido se
predica de la evaluación que es un proceso formativo, es decir, un proceso cuya finalidad
es el perfeccionamiento y la mejora continua de la calidad educativa (un principio general
del sistema educativo recogido en la LOE). En el caso de la evaluación de los
aprendizajes del alumnado, la evaluación debe servir para tomar decisiones de mejora y
recuperación de los aprendizajes no logrados; en el caso de la evaluación del
profesorado, los resultados de la evaluación deben servir también para contribuir al
desarrollo profesional de los docentes; en el caso de la evaluación del currículo y de la
práctica educativa, para innovar, investigar o corregir los puntos débiles detectados en el
diseño o desarrollo del currículo; en el caso de la evaluación del sistema educativo, para
tomar decisiones que mejoren la calidad de todo el sistema, etc.
La función formativa de la evaluación educativa es, sin duda, la característica más
general e importante, pues afecta a todas las acciones de planificación y programación, la
toma de decisiones de promoción de alumnos, la valoración de la práctica docente y el
funcionamiento de los centros y el sistema educativo global. Esta finalidad formativa
general tiene una gran variedad de matices, de modo que se puede desdoblar y matizar
en una serie de subfunciones, tales como el diagnóstico, la orientación, la motivación, el
control-calificación, la promoción, la acreditación y la certificación, cuya consideración
individualizada y separada contribuye a precisar aún más el sentido de la función
formativa de la evaluación en el marco del sistema educativo.
123
docente y regular el proceso de adaptación y contextualización del currículo
en cada comunidad educativa. La función de orientación de la evaluación
sirve para informar sobre todas estas decisiones.
c) Función de Motivación. La evaluación sirve también para motivar a las
personas a través del conocimiento y análisis de las causas de sus resultados;
los individuos se motivan para actuar y mejorar cuando disponen de
información fiable y válida sobre las causas que han originado unos
resultados, de modo que la evaluación estimula al profesorado y alumnado a
desarrollar aquellas acciones más positivas para su mejora. Por otro lado, el
aspecto motivador de la evaluación también tiene una cara pasiva cuando la
evaluación se convierte en una finalidad en sí misma, que sustituye a las
finalidades originales del sistema; es el síndrome denominado “estudiar para
el examen” consistente en la adaptación conformista del sistema a los
estándares de la evaluación; así, fijados los indicadores, estrategias e
instrumentos de evaluación, el sistema reacciona espuriamente, no para
lograr los objetivos propios que tiene asignados, sino para satisfacer los
estándares de la evaluación, distorsionando la finalidad general de mejora de
la calidad por obtener un mejor resultado evaluado. Éste es el caso de los
alumnos que estudian sólo para superar el examen, y no para aprender más
y mejor, o los profesores que enseñan sólo para superar las pruebas externas
a que se someten sus alumnos y quedar mejor clasificados.
d) Función de Control. Las valoraciones de la evaluación sirven también para
controlar el sistema evaluado, es decir, para realizar el seguimiento del
comportamiento del sistema en relación con las previsiones recogidas en el
currículo planificado y, even-tualmente, para introducir las medidas
correctoras de las desviaciones observadas, teniendo en cuenta la influencia
de todos los factores (currículo, enseñanza, aprendizaje, contexto, etc.).
Este sentido de la evaluación también se relaciona con la denominada
rendición de cuentas, pues, a través de esta función de control, la sociedad,
las familias y los propios alumnos conocen el nivel conseguido y el
aprovechamiento y uso de los recursos sociales invertidos en el sistema
educativo.
e) Función de Promoción-Calificación. El sistema educativo graduado en
cursos, ciclos y etapas sucesivos se encuentra extendido en todos los países.
Está basado en una legislación que lo regula, donde se contemplan los
resultados de la evaluación (calificaciones) como criterio para las decisiones
de progreso y promoción de los estudiantes a lo largo del sistema (por
ejemplo, la permanencia de un año más en un curso o ciclo) o para la
promoción del profesorado para desempeñar los diferentes puestos de la
enseñanza. Aspectos concretos de esta función son determinar el nivel
alcanzado por el alumnado y tomar las decisiones legales consecuentes
(promoción, repetición de curso, propuestas de adaptaciones, orientación
124
académica y profesional, etc.).
f) Función de Acreditación-Certificación. La Administración educativa también
se reserva la expedición de los títulos y certificaciones que refrendan la
superación por una persona de los objetivos o requisitos asignados a unos
estudios y necesarios para obtener las competencias o capacidades asociadas
al mismo en el currículo. La información administrativa de la evaluación es
la base para la certificación oficial de los estudios realizados y acreditan a la
persona para desempeñar los puestos o realizar las funciones asociados
legalmente a la titulación alcanzada.
Una respuesta trivial e inmediata a esta cuestión es afirmar que, en el ámbito educativo,
el profesorado es el principal sujeto agente de la evaluación educativa, por competencia
profesional y por atribución normativa. El profesorado es prácticamente el único
responsable de la evaluación de los aprendizajes del alumnado, bien sea individualmente
o en equipo docente. Sin embargo, cuando se contemplan con mayor amplitud otros
ámbitos posibles de la evaluación educativa (por ejemplo, la práctica docente del
profesorado, la función directiva, los centros docentes y el sistema educativo), aparecen
también otros sujetos agentes de la evaluación distintos al profesorado.
Para resumir toda la casuística de sujetos agentes de la evaluación, se acostumbra a
sistematizarlos acudiendo a conceptos como evaluación externa e interna, auto-
evaluación o co-evaluación. La evaluación se denomina interna o externa según que el
evaluador esté implicado o no en el objeto evaluado; la evaluación de un trabajo de clase
realizada por los propios alumnos es un ejemplo de evaluación interna, mientras que la
misma evaluación realizada por el profesor sería un ejemplo de evaluación externa.
Cuando el agente evaluador valora un aspecto o resultado de sí mismo, se habla de
auto-evaluación; los cuestionarios denominados KPSI (Knowledge and Prior Study
Inventory o inventario de conocimientos y estudios previos) para evaluar el nivel de
conocimientos previos sobre un tema “no sé nada, tengo una ligera idea, lo conozco en
parte, lo conozco bien, puedo explicarlo a otro” o los cuestionarios de evaluación de
actitudes personales hacia un tema (acuerdo-desacuerdo con ciertas frases) son ejemplos
de auto-evaluación. La auto-evaluación permite conocer las referencias y valoraciones
que, sobre el proceso, pueden proporcionar los propios actores de los procesos; en el
caso del aprendizaje de los alumnos, éstos pueden valorar la adecuación de la
125
programación, la validez y coherencia del tipo de actividades y de los instrumentos
utilizados, las posibles necesidades de adaptación y diversificación curricular, la revisión
de las decisiones curriculares y de los criterios de evaluación, la coordinación con otras
áreas, etc.
La co-evaluación construye el juicio de valor final a partir de las informaciones
provenientes de varios evaluadores, por lo que, a veces, se habla también de evaluación
mixta o de triangulación. La evaluación de los estudiantes por el equipo docente (varios
profesores evalúan conjuntamente los aprendizajes del alumnado) es el caso más
destacado y usual de coevaluación en la práctica educativa.
126
de evaluación inicial, continua y final, aunque estas distinciones sólo subrayan que,
dentro del carácter continuo general que debe tener la evaluación, existen momentos
especialmente relevantes para la evaluación, como son los de inicio y final de unidades
didácticas en los que la recogida de información está especialmente indicada.
127
4.5.5. Referencias de la evaluación (¿qué evaluar?)
128
sistema educativo.
[…] la inclusión de las competencias básicas entre los componentes del currículo, por cuanto
debe permitir caracterizar de manera precisa la formación que deben recibir los estudiantes […].
Además, las competencias básicas son el criterio para decidir la acreditación de los
estudiantes con el título de graduado al final de la etapa obligatoria (LOE, 2006: artículo
28.2) y se les asigna el carácter de referente de las evaluaciones de diagnóstico anuales
del sistema educativo (LOE, 2006: artículo 144).
El segundo referente de la evaluación son los objetivos educativos. Ya se ha visto
que, a lo largo del complejo proceso de desarrollo curricular, se definen varios tipos de
objetivos educativos, que difieren por su grado de generalidad en la forma de expresar las
intenciones educativas, desde los más globales, como las competencias básicas o los
principios y finalidades del sistema educativo, pasando por los objetivos generales de
cada etapa (educación obligatoria, Bachillerato o Formación Profesional), hasta los más
concretos objetivos de cada materia (tecnología) expresados en las enseñanzas mínimas
en forma de capacidades generales. Los objetivos generales de la etapa y, en su caso, las
competencias básicas son los referentes de las decisiones de promoción de curso y
titulación al final de etapa, de acuerdo con la normativa de evaluación y promoción de
curso del alumnado.
La evaluación de los aprendizajes se define en la LOE como “[…] continua y
diferenciada según las distintas materias del currículo”. La evaluación positiva en una
materia indica la superación de los objetivos educativos asignados a esa materia. Los
criterios de evaluación de las materias (tecnologías) son una concreción de los objetivos
generales de las tecnologías al relacionarlos con los distintos contenidos disciplinares. Los
criterios de evaluación son, pues, el referente más concreto de la evaluación de los
aprendizajes del alumnado en las tecnologías (en el apéndice 1, se pueden ver los
criterios de evaluación de las enseñanzas mínimas de las tecnologías de ESO desglosados
siguiendo el mismo criterio de los verbos usados para desglosar y concretar los
objetivos).
En suma, la evaluación de las materias de tecnología debe atenerse a los objetivos y
criterios de evaluación especificados para estas materias; la promoción y titulación de los
estudiantes depende de la evaluación en todas las materias de un curso o etapa y tiene
como referencia la ordenación general de la evaluación y promoción (número de materias
evaluadas positiva o negativamente) y, en último término, el grado de consecución de los
objetivos generales de etapa y las competencias básicas.
129
4.5.6. Metodología e instrumentos de la evaluación (¿cómo evaluar?)
130
conceptuales), identificación y categorización de ejemplos o situaciones
relacionadas con un concepto, definiciones (reproducir la definición de un
concepto), etc.
c) Estructuradas: son pruebas cuya respuesta es muy cerrada, corta y limitada;
existe una gran variedad de formas, como las pruebas de respuesta
breve/corta (usualmente el alumno debe responder con un texto muy breve
y son indicadas para trabajar cuestiones numéricas), pruebas para completar
(colocar los términos ausentes en un texto, esquema o figura y adecuadas
para valorar el recuerdo) y las pruebas de selección de respuesta (objetivas o
tests) donde el estudiante sólo debe marcar la respuesta correcta entre varias
alternativas presentadas. Estas últimas pueden ser de varios tipos: de
emparejamientos entre listas o columnas (indicadas para memorización), de
ordenaciones en series, con 2 alternativas fijas (verdadero/falso,
correcto/incorrecto, etc.), con 3 alternativas fijas (verdadero/indeciso/falso,
siempre/a veces/nunca…) o con opciones múltiples (pueden seleccionar una
o varias de ellas).
131
e) Evitar plantearla como única oportunidad para tratar y conocer todo sobre el
alumnado.
132
técnicas reseñadas.
Las técnicas de evaluación de los contenidos procedimentales pretenden verificar
el grado en que el alumnado es capaz de utilizar un procedimiento y, especialmente, la
flexibilidad para adaptarse a las exigencias o las condiciones de nuevas situaciones. El
profesor debe supervisar los procedimientos para comprobar realmente la ejecución de
procesos, el resultado obtenido y los obstáculos encontrados. La recogida de información
para valorar el dominio de procedimientos descansa de manera importante en alguno de
los tipos no estructurados o semiestructurados descritos anteriormente, especialmente en
las técnicas de observación y en la realización de pruebas de ejecución (trabajos,
proyectos, resolución de problemas, etc.).
Algunos indicadores útiles para la evaluación de un procedimiento son los
siguientes:
Las técnicas de evaluación de las actitudes son difíciles, pues deben afrontar el
carácter interno e implícito del objeto evaluado, de modo que se deben inferir a partir de
respuestas escritas, verbales, fisiológicas o conductuales ante una situación, que puede
ser natural o controlada. Los tres componentes de la actitud (cognitivo, afectivo y
conductual) son indicadores correlacionados entre sí, y por ello, sirven como controles
mutuos para establecer la validez de las respuestas obtenidas. La manera más habitual de
evaluar actitudes usa diversos tipos de escalas, donde la escala de Likert es la más
extendida; está formada por un conjunto de frases sobre el objeto evaluado, cada una de
las cuales se valora sobre una escala ordinal graduada (acuerdo/desacuerdo, por ejemplo)
y suma las puntuaciones asignadas para obtener la valoración del objeto. La escala de
diferencial semántico de Osgood está formada por una lista de pares de adjetivos
bipolares (bueno/malo, etc.), que se ubican en los extremos de una escala de siete
posiciones y se valora marcando una posición para cada par de la lista; también existen
otras escalas más sofisticadas (Guttman o Thurstone). Otros indicadores afectivos de
actitudes son el grado de favorabilidad de conductas observadas, manifestaciones
verbales, informes escritos o manifestaciones fisiológicas como sudoración, nerviosismo,
enrojecimiento, etc., o sus versiones tecnificadas como la medida de la respuesta
galvánica de piel, la dilatación o constricción de la pupila o la actividad facial.
En general, las diferentes técnicas de evaluación deben tener siempre en cuenta
133
algunas características inevitables como la validez (evalúan lo que se pretende evaluar),
fiabilidad (consistencia interna y externa), objetividad (imparcialidad o ausencia de
sesgos), coherencia con el currículo, agilidad, viabilidad, variedad, adecuación al objeto
evaluado, etc. Además, deben considerarse siempre los rasgos de calidad de la
evaluación; ésta debe estar tan atenta a los procesos como a los productos y centrarse en
la mejora de procesos y resultados más que en el mero control; la evaluación debe ser lo
más integral posible, y este aspecto viene subrayado por la inclusión de las competencias
básicas como referente más global de la evaluación, pero, al mismo tiempo, debe tener
en cuenta las diversas situaciones individuales y grupales, así como los contextos
institucionales y socioculturales; por último, la evaluación es un proceso donde deben
participar los implicados.
134
– los indicadores o descriptores asignados a cada nivel de calificación de cada
criterio son los contenidos de las celdas de la tabla (véase un ejemplo de
rúbrica en el apéndice 2).
135
profesorado, los procesos educativos, la función directiva, el funcionamiento de los centros
docentes, la inspección y las propias Administraciones educativas.
136
5
Desarrollo del currículo: enseñanza-aprendizaje
137
Los ejemplos y referencias que se usen en esta sección, como en las anteriores, se
extraen del currículo planificado; no obstante, conviene puntualizar que la parte relativa
al desarrollo del currículo en los aspectos de metodología didáctica no forma parte de las
enseñanzas básicas comunes, y por ello, se recurrirá a los principios de psicología de la
educación y de la didáctica general más básicos.
Algunos conceptos generales en relación con la enseñanza se sintetizan en el
concepto de modelos didácticos. Un modelo didáctico es una representación mental para
la acción docente real en el aula, que suele incluir un conjunto de conocimientos y reglas
que conducen a una acción docente determinada; un modelo didáctico se caracteriza por
determinados rasgos y dimensiones cruciales de la enseñanza:
138
La metodología de la enseñanza comprende las respuestas a la pregunta ¿cómo enseñar?
que desde la perspectiva del currículo se transforma en ¿cómo desarrollar el currículo?,
es decir, cómo llevar a la práctica en el aula todas y cada una de las prescripciones
curriculares. La metodología didáctica es un elemento curricular que no forma parte de
las enseñanzas mínimas, de modo que no existe definido normativamente un cuerpo
metodológico común; las diferentes administraciones educativas deben decidir acerca de
este elemento curricular. No obstante, la ley de educación (LOE) contiene prescripciones
metodológicas que pueden considerarse un marco orientador común, pues hacen
referencia a principios metodológicos generales.
Entre los principios generales de la educación se citan dos que contienen
prescripciones de metodología didáctica (LOE, 2006: artículo 1).
1. Los centros elaborarán sus propuestas pedagógicas para esta etapa desde la
consideración de la atención a la diversidad y del acceso de todo el alumnado a la educación
común. Asimismo, arbitrarán métodos que tengan en cuenta los diferentes ritmos de aprendizaje
de los alumnos, favorezcan la capacidad de aprender por sí mismos y promuevan el trabajo en
equipo.
2. En esta etapa se prestará una atención especial a la adquisición y el desarrollo de las
competencias básicas y se fomentará la correcta expresión oral y escrita y el uso de las
matemáticas. A fin de promover el hábito de la lectura, se dedicará un tiempo a la misma en la
práctica docente de todas las materias.
139
establece la prioridad en la adquisición y el desarrollo de las competencias básicas,
sugiriendo actividades de aprendizaje concretas como fomentar la expresión oral y
escrita, el uso de matemáticas y dedicar a la lectura un tiempo en todas las materias.
Los principios pedagógicos para la etapa de Bachillerato contienen también otras
prescripciones metodológicas claras (LOE, 2006: artículo 35).
140
de la educación y la didáctica general, y ampliamente compartidos, serían los siguientes:
141
concretos. Los procesos y artefactos tecnológicos son ejemplificaciones manifiestas de
ambos métodos.
Método de interdisciplinariedad, globalización o integración curricular. La
interdiscipli-nariedad es una metodología que aborda el tratamiento de los temas y
objetos de aprendizaje holísticamente, es decir, en su totalidad, desde las perspectivas y
con las aportaciones simultáneas de diferentes disciplinas, trascendiendo las fronteras y
los límites de las disciplinas o materias. Esta metodología reviste dos formas:
142
alcanzados.
3. La investigación del entorno. Un objeto perteneciente al entorno próximo de
los estudiantes, generalmente de la naturaleza, el barrio o la ciudad, se toma
como objeto de aprendizaje; por ejemplo, la visita a un viejo molino da lugar
a una investigación y análisis sobre este objeto tecnológico, recopilando
observaciones, datos e información sobre sus características técnicas y sus
implicaciones sociales y laborales para integrarlos.
4. La lectura crítica de la realidad a partir del diálogo. La fuente de
conocimiento en estos métodos es la información publicada en los medios de
comunicación social, de ahí que los aprendizajes puestos en juego requieran,
sobre todo, leer y reflexionar críticamente sobre la información; por
ejemplo, la noticia de la instalación de una planta potabilizadora en la ciudad
y el impacto ambiental y social de la misma.
6. La organización por problemas sociales relevantes. El criterio de selección
del tema de estudio es la relevancia de un problema científico-técnico con
incidencia e impacto social. Esta metodología tiene hoy un gran respaldo en
la investigación didáctica porque permite enseñar la naturaleza de la
tecnología y las relaciones de la tecnología con la ciencia y la sociedad en el
mundo actual; por ejemplo, los numerosos casos de modernas tecnologías
con impactos, negativos y positivos, sobre la conservación del medio
ambiente.
7. La metodología del movimiento ciencia–tecnología–sociedad. Amplía la
metodología anterior, proponiendo un método didáctico basado en un bucle
que siempre comienza y acaba en la sociedad. Partiendo de un caso de la
vida real en la sociedad, se estudian las propuestas tecnológicas que
resuelven o satisfacen el caso, los principios científicos que están implicados
en ellas, otras posibles respuestas tecnológicas alternativas y las ventajas e
inconvenientes de todas para la sociedad.
Las estrategias educativas globales sintonizan muy bien con los objetos de estudio
de la tecnología, pues siempre contemplan la conjunción de diversas disciplinas, para la
comprensión tanto de la naturaleza de la tecnología, como del funcionamiento y
relaciones con la sociedad (comunidad de uso de la tecnología, evaluación de impactos
sociales, ventajas e inconvenientes, beneficiados y perjudicados, etc.).
143
tareas o actividades, tanto del alumnado como del profesorado, de distinta naturaleza y
convenientemente secuenciadas para intentar provocar determinados procesos de
aprendizaje y usualmente inspiradas en algún principio didáctico general.
Algunas de las estrategias usadas habitualmente en educación son las siguientes:
144
profesor.
c) Estrategias de resolución de problemas. El concepto de problema es amplio
(reales/académicos, abiertos/cerrados, cualitativos/cuantitativos,
empíricos/mentales, mecánicos/creativos, heurísticos, ejercicios de
aplicación, etc.). Esta estrategia se puede aplicar con diversas variantes en
diferentes procesos educativos como los procesos de investigación, los
centros de interés, los proyectos y las actividades prácticas en el taller o
laboratorio o en entornos naturales. Comprende las siguientes acciones:
elegir o plantear un tema o problema para su investigación o solución,
averiguar los conocimientos y concepciones previas sobre él, formular las
posibles hipótesis o soluciones del mismo, seleccionar la hipótesis o solución
que se trabajará, elaborar un plan de trabajo para llevar a cabo, relizar el
plan para obtener resultados y valorar esos resultados. En la materia de
tecnología la resolución de problemas y los proyectos tecnológicos son
métodos específicos propios, que serán tratados con más amplitud
posteriormente.
d) Modelos constructivistas. Sus fundamentos epistemológicos proceden del
constructivismo filosófico aplicado a la educación (aprender es reconstruir el
aprendizaje a partir de las propias ideas) y enseñar consiste en ayudar al
alumnado a completar este proceso de reconstrucción, diagnosticando ideas
previas y problemas de aprendizaje y proponiendo soluciones al conflicto
cognitivo con las ideas previas. El conocimiento se reconstruye por el propio
aprendiz a partir de las concepciones previas que poseen ya los estudiantes,
de modo que gran parte de la actividad docente trata de elicitar esas
concepciones y hacerlas interaccionar con los nuevos contenidos para
aprender, es decir, para conseguir el cambio de las estructuras conceptuales
previas. El núcleo de la acción es diseñar actividades relevantes para
conseguir ese cambio y hacerlo funcional en nuevos contextos, centradas en
remover las concepciones o ideas previas del alumnado que son opuestas al
conocimiento actual. La interacción continua y la cooperación caracterizan la
acción en el aula, ayudada por una multiplicidad de recursos y materiales
didácticos. Las actividades típicas de estas estrategias son el conflicto
cognitivo, las actividades de autorregulación y autoevaluación de los
aprendizajes, el descubrimiento por investigación, la reorganización de
conocimientos, etc.
e) Estrategias comunicativas: hablar sobre tecnología. La metodología
didáctica está condicionada por las formas a través de las cuales se presenta
y organiza la información de la enseñanza, y desde esta perspectiva, puede
ser enfocada también como un acto esencialmente comunicativo que sucede
en el contexto reglado del aula. En toda comunicación, la adecuada sintonía
entre emisor, receptor y medio del mensaje son determinantes para la
calidad del resultado comunicativo, de modo que cualquier defecto/cualidad
145
en alguno de los componentes causa un deterioro/mejora de la comunicación
y, por tanto, un deterioro/mejora de la enseñanza y los aprendizajes. Las
estrategias comunicativas estimulan que los estudiantes hablen, razonen y
discutan entre ellos sobre los contenidos tecnológicos de cualquier forma y
tema.
146
La importancia de la atención a la diversidad se traduce también en su presencia en
la formación del profesorado y la obligación de las administraciones educativas de
proveer de recursos adecuados para su atención. La formación constituye un derecho y
una obligación de todo el profesorado y es responsabilidad de las administraciones
educativas y de los propios centros; los programas de formación permanente y los
proyectos educativos de los centros deberán contemplar, entre otros elementos, las
formas de atención a la diversidad del alumnado. Asimismo, corresponde a las
administraciones educativas la provisión de los recursos necesarios para garantizar los
medios y el apoyo al profesorado para la mejora de los aprendizajes, entre los que se
encuentra la atención a la diversidad de los alumnos y la atención especial a quienes
presentan necesidades específicas de apoyo educativo.
Las necesidades educativas más extremas de los estudiantes se pueden tipificar en
las siguientes categorías:
Aunque las medidas de atención a la diversidad son muy variadas, debido a las
diferentes necesidades del alumnado, se puede decir que todas tienen en común alguna
forma de flexibilización y adaptación de partes del currículo escolar y de las metodologías
y estrategias de enseñanza. Algunas de estas medidas son ordinarias, porque son sencillas
y generales, y están contempladas en la ley o en la propia organización del currículo; las
extraordinarias suponen grandes modificaciones del currículo o son individualizadas.
Las medidas ordinarias son la permanencia un año más en un mismo curso
(repetición de curso) y, a partir de los dieciséis años o el tercer curso de Secundaria
Obligatoria, el ingreso en un programa de diversificación curricular o en un programa de
cualificación profesional inicial.
La autonomía de los centros educativos les permite adoptar una serie de medidas
extraordinarias de tipo organizativo, curricular, tutorial, de agrupamiento, formativo,
convivencial y colaboración con familias, instituciones y servicios externos.
147
medidas basadas en el trabajo en equipo del profesorado, la organización
singular de algunos cursos (disminuir el número de profesores por aula,
mantener estables los grupos de estudiantes, etc.), el uso de metodologías
globalizadoras, integradoras e interdisciplinares, trabajo centrado en las
competencias básicas, etc.
d) Medidas con familias y alumnos. Comprenden planes de acogida, atención
especial a alumnos nuevos y sus familias, contactos frecuentes con las
familias, incrementar su participación, etc.
e) Medidas formativas. Comprenden medidas de formación permanente del
profesorado relacionadas con la atención a la diversidad, el ejercicio de la
función tutorial, la convivencia en el centro, la mejora de la metodología de
enseñanza, etc.
f) Colaboraciones con instituciones y servicios externos. Atención a estudiantes
en programas de intervención socioeducativa gestionados por esas
instituciones y servicios externos, escolarización parcial compartida entre
centros docentes, familias y otras instituciones y otros.
Las actividades de aprendizaje constituyen las unidades elementales del desarrollo del
currículo tal como se presenta al alumnado en el aula como eje central de la dinámica de
trabajo del grupo-clase, es decir, el conjunto de acciones que los alumnos deben realizar
en el aula bajo la dirección y guía del profesorado y a través de las cuales se esperan
conseguir los aprendizajes y los objetivos disciplinares y generales y las competencias
básicas correspondientes planificadas en el currículo. Esta definición ya impone una
limitación o condición común a las actividades: todas deben ser coherentes con el
proceso de desarrollo del currículo, de modo que cada actividad corresponda a algún
elemento curricular y, viceversa, cada elemento curricular tenga un desarrollo a través de
un conjunto de actividades definido. El profesorado debe escoger y programar las
actividades que considera imprescindibles y más apropiadas para alcanzar esta coherencia
y, además, satisfacer una condición general de sentido común como es lograr
aprendizajes de la máxima calidad posible.
La educación general está impregnada de elecciones, es decir, decisiones acerca de
los elementos didácticos que se consideran más apropiados en cada caso para el
aprendizaje; aunque estos elementos son virtualmente ilimitados, el tipo de modelo
148
didáctico, los objetivos y los contenidos disciplinares reducen bastante el tipo de
actividades compatibles con ellos. Existen muchas actividades de aprendizaje que pueden
ser coherentes con una misma planificación del currículo, y también es cierto que un
mismo tipo de actividad puede servir para desarrollar distintos elementos del currículo.
También es un hecho bien conocido que una actividad puede producir resultados muy
diversos y, entre ellos, incluso, consecuencias imprevisibles o implícitas (currículo
oculto), de modo que el diseño, selección y secuenciación de actividades de aprendizaje
(y su puesta en práctica en el aula) ofrece un escenario muy amplio para las decisiones
didácticas del profesorado. Como primera aproximación, cabe afirmar que la excesiva
confianza en la superioridad didáctica de un tipo único de actividades sobre otras debería
ser desterrada; la misma actividad en contextos diferentes puede producir resultados muy
heterogéneos, y distintas actividades en un determinado contexto pueden alcanzar altas
cotas de calidad.
El objetivo de esta sección no es profundizar en la psicología de la educación o en
la didáctica general, sino reflexionar sobre algunos principios generales y cruciales de
ambas para la regulación del aprendizaje y la enseñanza. Estos principios constituyen el
referente principal para el diseño y selección de las actividades didácticas.
149
aquellas actividades que requieran un desarrollo físico determinado si éste no se ha
logrado previamente. El modelo de Piaget también propone para la niñez la etapa de
desarrollo sensorio-motor, donde el desarrollo motriz se logra con base en la intensa
experimentación con el entorno; en la adolescencia, el desarrollo motor está consolidado,
aunque persistan diferencias individuales en destrezas concretas.
El desarrollo moral para los aprendizajes de actitudes, valores y normas ha sido
descrito, entre otros, por Kolhberg, quien propone también un modelo jerárquico
formado por las siguientes etapas: moral pre-convencional (heteronomía de castigo y
obediencia; individualismo de propósito e intercambio), moral convencional (mutualismo
–expectativas, relaciones y conformidad interpersonal– y sistema social y conciencia de
ley y orden) y moral post-convencional o basada en principios consensuales (utilidad –
derechos previos y contrato social– y autonomía basada en principios éticos universales).
En relación con los modelos evolutivos para el desarrollo humano, cabe observar
que todos ellos proveen de descripciones aproximadas de la evolución, que pueden ser
válidas para muchas personas, pero admiten también numerosas excepciones. En
particular, hoy se considera, por ejemplo, que algunas personas pueden no completar
suficientemente todas las transiciones posibles o no alcanzar las etapas más elevadas del
desarrollo.
El principio de actividad. La dialéctica entre pasividad (por ejemplo, los
estudiantes escuchan al profesor disertar sobre clases y propiedades de los materiales) y
actividad (por ejemplo, los estudiantes manipulan distintas clases y propiedades de
materiales) es vieja en la educación. El principio de actividad (aprender haciendo) se
reconoce hoy como la vía más sólida y consistente del aprendizaje, de modo que este
principio suministra otro criterio para seleccionar actividades según el grado de actividad
(mental o manual) que producen, prefiriéndose aquellas que implican una mayor
actividad del estudiante.
El cambio conceptual. El aprendizaje supone siempre un cambio en los esquemas
cogni-tivos personales que estructuran los conocimientos previos al aprendizaje, los
cuales adoptan múltiples formas. Los esquemas o ideas previos al aprendizaje son los
conocimientos que el aprendiz posee antes de un aprendizaje; constituyen una referencia
básica para evaluar el aprendizaje logrado, y por tanto, también, para seleccionar las
actividades que contribuyen más o mejor al cambio conceptual que permite mejorar las
ideas previas con las nuevas ideas aprendidas. Por tanto, otro criterio valioso para
seleccionar actividades estaría basado en el cambio conceptual: las mejores actividades
son aquellas que logran el cambio conceptual con más calidad, extensión o facilidad.
La construcción de aprendizajes significativos. Hoy se admite que cada persona
es protagonista y construye su propio aprendizaje (principio de constructivismo) en
función de sus ideas y aprendizajes previos. Este aprendizaje construido se denomina
significativo (por contraposición a otros aprendizajes memorísticos, mecánicos, etc.) en
el sentido en que el contenido del aprendizaje se incorpora sólida y realmente a la
estructura cognitiva del aprendiz. La significatividad del aprendizaje se induce a través de
indicadores tales como la estabilidad y durabilidad en el tiempo de lo aprendido y, sobre
150
todo, la capacidad de aplicación del aprendizaje en otros contextos diferentes de aquel
donde se aprendió (transferibilidad). El caso más importante de transferibilidad tiene
lugar entre el contexto académico escolar, donde tienen lugar la mayoría de los
aprendizajes reglados o formales, y los contextos de la vida cotidiana, fuera de la escuela.
Aunque hoy se cuestiona el constructivismo relativista extremo (sostiene que sólo el
aprendiz es importante), el reconocimiento de la participación del aprendiz, el aprendizaje
significativo y la transferibilidad se consideran hoy aportaciones clave de la teoría
constructi-vista del aprendizaje. Estas tres sugerencias son también criterios valiosos para
seleccionar actividades de aprendizaje: las mejores actividades serán aquellas que
construyan aprendizajes significativos, estables, duraderos y transferibles.
La relevancia del aprendizaje. La necesidad educativa de conectar los múltiples
ámbitos y niveles de una disciplina como las tecnologías ocasiona una tensión dialéctica
entre polos opuestos, decisivos para el aprendizaje, como lo concreto y lo abstracto, lo
general y lo específico, lo inductivo y lo deductivo, la teoría y la práctica. Esta tensión
refleja el núcleo del principio de la relevancia; muchos aprendizajes escolares son
demasiado académicos o teóricos (abstractos, generales, deductivos) y tienen poca
utilidad para la vida diaria de las personas por falta de concreción, especificidad y
practicidad. Muchas personas salen de la escuela con una formación básica poco
adecuada para ayudarlas a desarrollar las funciones que deben cumplir en su vida (como
ciudadanos, padres o madres, consumidores, etc.). El principio de relevancia propone
que todos los aprendizajes escolares se conviertan en recursos que permitan al alumnado
una relación mas personal y eficaz con la realidad de sus contextos vitales; para ello, se
recomiendan actividades de aprendizaje que no se planteen en contextos meramente
académicos, ficticios, artificiales o arbitrarios, sino en contextos sustanciales, lo más
próximos posibles a la vida real de los ciudadanos, de modo que los aprendizajes
escolares puedan ser transferidos con facilidad y tengan una utilidad en la vida diaria. En
suma, la relevancia del aprendizaje está ligada a la elección del contexto de las
actividades, de modo que las actividades de aprendizaje preferidas son aquellas que
incluyan los contextos más auténticos posibles, en relación con la vida personal y social.
Aprender a aprender. Algunas actividades, además del aprendizaje específico que
contienen y para el que han sido preparadas, promueven también el logro de otros
objetivos de desarrollo personal y social de auto-regulación y auto-control (estrategias de
aprendizaje, organización y realización de tareas, etc.). Entre ellos es destacable el
desarrollo de la autonomía en el aprendizaje, es decir, la capacidad personal de
autorregularse el aprendizaje propio sin necesidad de otra persona, en tanto en cuanto el
aprendizaje autónomo aumenta la capacidad del aprendiz para continuar aprendiendo por
su cuenta, de manera personal. El aumento de la autonomía de aprendizaje se ha
considerado también una cualidad valiosa, hasta el punto de que se ha reconocido en una
competencia básica definida como aprender a aprender. Las actividades que llevan este
germen de ayudar a que los aprendices continúen aprendiendo por sí mismos son
preferidas a otras actividades equivalentes que no incentivan la autonomía para aprender.
Algunas actividades, especialmente de tipo procedimental (por ejemplo, búsqueda y
151
selección de información relevante para un tema), promueven también esta autonomía
progresiva en el aprendizaje, además de conseguir los aprendizajes específicos para las
que se diseñan y por ello son más valiosas.
Motivación y curiosidad. Curiosidad y motivación no son conceptos exactamente
equivalentes, pero son muy próximos. Se presentan conjuntamente aquí por compartir un
valor añadido común y muy importante para el aprendizaje, desde la perspectiva de la
atracción inicial de una actividad, que despierta el interés del alumnado y garantiza su
persistencia en las actividades. La motivación en el aprendizaje es un estado definido por
un impulso y una disposición positiva y añadida para aprender, cuya raíz puede ser la
curiosidad pero también el interés, la inducción previa, etc. Las actividades cuyos
contenidos estimulan la curiosidad y el interés de los aprendices son una fuente de
motivación, pues garantizan, desde el principio, la atención hacia ellas y, por ello,
potencian la implicación y favorecen los aprendizajes.
El modelado. El aprendizaje por observación de la ejecución de una tarea por otra
persona, viendo cómo la persona realiza la tarea, imitando y reproduciendo los patrones,
actitudes, estilos, modos y conductas, es una forma de aprendizaje social (aprendizaje
vicario). El aprendizaje por modelado es influido por factores tales como atención,
retención, reproducción motriz y refuerzo, y tiene efectos de (des)inhibición de
conductas ya aprendidas y facilitador y activador de emociones. Los factores de
modelamiento son muy importantes en contextos educativos de aula pero también en la
influencia de los medios de comunicación (televisión), a través de los cuales (“modelos
simbólicos”) se transmiten actitudes, patrones de pensamiento, tendencias emocionales y
nuevos estilos de conducta (modas, lenguaje, canciones, ritmos, etc.) que son adoptados
por masas de personas gracias a la fuerza del modelo (generalmente, protagonizado por
un personaje muy popular). El aprendiz no se limita a ser un mero reproductor, sino
también un activo productor y un predictor, pues puede estar recreando creativamente el
modelo original, especialmente en la facilitación social de sus conductas interpersonales.
El modelado ha sido usado por los artesanos con sus aprendices durante siglos y tiene
especial importancia en el aprendizaje de procedimientos complejos con detalles
específicos importantes, como es el caso de muchas destrezas técnicas propias del taller
de tecnología; el profesor que ejecuta delante de sus estudiantes una tarea (como aserrar
un listón de madera en ángulo) es un ejemplo de modelado, tan importante en tecnología.
Atención a la diversidad. La atención a la diversidad de intereses, capacidades y
estilos del alumnado es una regla general para la adaptación de la enseñanza a los
diferentes contextos y es el fundamento de la atención a la diversidad, que pretende
incluir a todos los estudiantes y evitar la exclusión de nadie. Como norma, una amplia
variedad de actividades de aprendizaje es preferible a la homogeneidad de las mismas,
pues éstas sólo benefician a la minoría que sintonizan con el tipo único elegido; por el
contrario, la variedad permite que todo el alumnado pueda ver sus estilos de aprendizaje
reflejados en el formato de algunas actividades y ninguno de ellos se vea favorecido o
desfavorecido definitivamente por el uso privilegiado de algunas de ellas, que favorecen a
unos frente a otros. El modelo de enseñanza por transmisión (explicación del profesorado
152
y lectura del libro de texto) es un ejemplo de ausencia de atención a la diversidad; la
repetición continua del mismo produce tedio y fracaso en los estudiantes y es uno de sus
inconvenientes más grandes.
No existe un criterio de demarcación que permita desestimar unas actividades frente
a otras con carácter absoluto. En consecuencia, no se pueden dar recetas que permitan
decidir, en abstracto, acerca de la mayor o menor calidad de una actividad de
aprendizaje; una actividad bien diseñada y con muchos rasgos positivos puede ser
inadecuada para un contexto determinado, mientras que otra actividad considerada
deficiente o simple puede ser apropiada para algún contexto o situación.
Los criterios anteriores pueden servir tanto para orientar la creación y el diseño de
nuevas actividades de aprendizaje como para elegir la actividad más apropiada entre
varias disponibles. Sin embargo, como en el caso del currículo, la selección de
actividades no sólo viene determinada por los valores estáticos o de diseño de las
actividades en sí mismas emanados de los criterios anteriores, sino también por los
resultados obtenidos de su aplicación en cada contexto concreto donde juega un papel
importante la evaluación del profesorado. Un aspecto importante es la relación de la
actividad con el conjunto donde se incardina; cualidades generales como la coherencia, la
integración y la unificación con el resto de los elementos de la enseñanza son rasgos
secundarios pero importantes para la selección y las decisiones. Otro aspecto del contexto
son los resultados obtenidos de la aplicación de las actividades; en el ámbito de resultados
de la actividad, rasgos como el valor añadido al aprendizaje y la satisfacción de los
estudiantes, la contribución a la consecución de los objetivos y las competencias básicas
(eficacia) y el bajo coste medido en términos de tiempo o recursos (eficiencia) son
también criterios importantes que deben considerarse para la selección de actividades. En
suma, los criterios reseñados constituyen pautas generales de las actividades educativas;
la reflexión, evaluación e investigación del profesorado sobre su práctica educativa debe
sopesarlos y valorarlos para incorporarlos como innovación del acervo experiencial del
desarrollo docente.
153
relacionados con ello, pues constituyen un fundamento del principio de gradualidad. En
esta gradualidad están implicadas secuencias de aprendizaje que proceden de lo concreto
a lo abstracto, de lo simple a lo complejo, de lo específico a lo general, de lo inductivo a
lo deductivo, etc.
En segundo lugar, la variedad, como regla general de la adaptación de la enseñanza
a la diversidad de estudiantes y contextos es otro principio general que se debe tener en
cuenta en la secuenciación de actividades. Desde esta perspectiva, una variedad de
actividades de aprendizaje es preferible a la uniformidad o ausencia de variedad de las
mismas. La repetición continua de las mismas actividades produce tedio, que puede
convertirse fácilmente en abandono y fracaso de los estudiantes; la uniformidad también
puede generar exclusión, pues sólo quienes sintonizan con el tipo único de actividades
elegidas son beneficiados, mientras que quienes no sintonizan son perjudicados. El
modelo de enseñanza por transmisión, caracterizado por la repetición de las explicaciones
del profesorado y la lectura del libro de texto, es el caso más paradigmático de
uniformidad temporal. La variedad permite también satisfacer mejor el principio de
atención a la diversidad, pues todo el alumnado puede ver reflejados sus diferentes
intereses, capacidades y estilos de aprendizaje en el formato de algunas de las múltiples
actividades; de este modo, ninguno de ellos se ve definitivamente favorecido o no por el
uso limitado de actividades, que perjudican a algunos frente a otros.
Para secuenciar y estructurar actividades concretas, se pueden emplear estrategias
diversas: aplicación de criterios lógicos (disciplinares y no disciplinares), secuencias de
naturaleza psicológica (intuitivas, basadas en la motivación o el interés para el alumnado,
etc.), desarrollos en espiral (las cuestiones se retoman periódicamente), modelos de
jerarquías de aprendizaje (Gagné), trabajar con modelos y analogías, etc. Posiblemente,
una combinación de estrategias dirigidas de construcción de aprendizajes (desde el texto,
la explicación del profesor, etc.) y estrategias flexibles de descubrimiento con procesos de
revisión, análisis y contraste de los aprendizajes permiten lograr una buena aproximación
a la gradualidad y variedad en las metodologías de la enseñanza.
A la hora de tomar decisiones de secuenciación también deben tenerse en cuenta los
pre-rrequisitos, es decir, aquellos aprendizajes previos que son condiciones necesarias
para afrontar con éxito algunas actividades. Su ausencia conduce a un fracaso, pues no
se puede desarrollar y llevar a buen término el aprendizaje, pero el hecho de que todos
los alumnos tengan los prerrequisitos antes de iniciar la actividad no asegura
automáticamente un resultado positivo. Los prerrequisitos son sólo una condición
necesaria, pero no son una condición suficiente para el éxito del aprendizaje.
La estructuración temporal de las actividades de aprendizaje es un aspecto
importante de la organización y el desarrollo curricular. La simplificación analítica (las
actividades simples se prefieren a las complejas), la coordinación sintética (las actividades
con escasos requerimientos de coordinación son preferibles) y el dinamismo en el aula
(los ritmos y tempos de las actividades de aula deben respetar los umbrales de
concentración, esfuerzo y fatiga) son cualidades que se deben tener en cuenta en la
estructuración de las actividades.
154
Otros rasgos específicos que se deben considerar en la aplicación de tareas
instructivas son:
155
nueva para aprender, intentando promover su interés; dentro de éstas, aún
se pueden distinguir otras subcategorías:
156
1. Actividades de refuerzo. Apoyan los aprendizajes básicos en el
alumnado con algún tipo de necesidades educativas o dificultades
especiales.
2. Actividades de recuperación. Facilitan el logro de los aprendizajes en
alumnado que no los han adquirido previamente.
3. Actividades de ampliación. Amplían el progreso hacia nuevos
aprendizajes en el alumnado que ha logrado satisfactoriamente los
aprendizajes básicos planificados.
Más que considerarlo un esquema exhaustivo que pueda cubrir con precisión todas
las actividades de aprendizaje, es preciso subrayar otra vez el carácter marcadamente
funcional de esta taxonomía, pues una misma actividad puede contener elementos y
objetivos de distintas categorías y viceversa. La realidad educativa es compleja y
variopinta y la taxonomía anterior pretende ayudar a entenderla y estructurarla.
La exposición anterior disecciona analíticamente las actividades de aprendizaje para
favorecer el conocimiento didáctico y la reflexión sobre esta cuestión. En ningún caso, el
profesorado debe quedarse con el mensaje puramente analítico de una actividad aislada,
sino más bien con un sentido sintético: generalmente, las actividades se planifican en
secuencias o series que desarrollan unidades didácticas y que tienen un sentido global
común, aunque sean diferentes. Este sentido de coherencia global de todo el conjunto de
actividades entre sí y de éstas con el resto de los elementos curriculares (objetivos,
competencias, evaluación, etc.) es el que determina la funcionalidad y calidad de las
actividades realizadas. Además, cada una puede ser valorada individualmente en función
de otros criterios ya mencionados (valor añadido al aprendizaje, eficiencia, eficacia y
satisfacción de los estudiantes).
La gestión del aula es el principal problema del profesorado novel y una rutina para el
experto. El concepto del clima de aula pretende describir la calidad de la convivencia en
un grupo que hace posible la enseñanza y crea las oportunidades de aprender; el
conflicto, la indisciplina o la simple anomia, es decir, la ausencia de normas que regulen
las relaciones, se oponen activamente a la posibilidad de aprender; por el contrario, el
compromiso, la concertación, la cooperación o el diálogo son rasgos que caracterizan un
clima proactivo y favorable hacia el aprendizaje. Desde la perspectiva de la educación, se
pueden considerar tres grandes tipos de ambientes en un aula:
157
a) Individualista. El trabajo personal ocupa la mayor parte del tiempo y las
relaciones.
b) Competitivo. Los estudiantes intentan superar a los otros; no colaboran,
porque compiten entre ellos.
c) Cooperativo. Las relaciones predominantes son de colaboración y trabajo
conjunto y, obviamente, es el más favorable para la convivencia y el
aprendizaje.
El modelo de Gagné ofrece una serie de categorías jerarquizadas, desde las más
sencillas a las más complejas, que señalan factores importantes para desarrollar una
comunicación instructiva progresiva en el aula a partir del conocimiento específico de la
materia de tecnologías que busque eficazmente buenos resultados de aprendizaje. Se le
ha criticado su orientación conductual y su limitación a los aprendizajes de conocimientos
(instrucción), pero su sencillez y proximidad al aula lo hacen atractivo y útil para la
práctica docente.
Un modelo más actual para el desarrollo del currículo a través de la enseñanza y el
aprendizaje, que supera las anteriores objeciones, es el denominado “modelo de las 7
Es”, denominado así porque el nombre de sus siete etapas empieza con la letra E:
158
– Explorar: actuar y progresar en la comprensión a través de las actividades de
aprendizaje (diseñar proyectos o experimentos, resolver problemas, tomar y
analizar datos, sacar conclusiones, desarrollar hipótesis, hacer predicciones,
discutir temas, etc.)
– Explicar: introducir conceptos, terminología, leyes, etc. y reforzar los
resultados de la fase de exploración.
– Elaborar: demostrar la comprensión real de las unidades, a través de prácticas
de transferencia y aplicaciones del aprendizaje a nuevos dominios del
entorno próximo (proponer preguntas o resolver problemas nuevos).
– Extender: practicar la transferencia y comprensión de los nuevos conceptos a
cuestiones y contextos más lejanos de los estudiantes (creatividad).
– Evaluar: usar métodos e instrumentos de evaluación formativa a todos los
aspectos relevantes del aprendizaje, para conocer lo aprendido y las
necesidades de los estudiantes.
159
a) Cuidar los roles en el aula: control del uso de la palabra, de la ocupación de
espacios, evitar y cortar los abusos, etc.
b) Trabajar la empatía y los sentimientos de todos como medida de respeto
colectivo.
c) Fomentar la autonomía individual y del grupo: repartir funciones y
responsabilidades en el aula, establecer reuniones periódicas con el
alumnado, desarrollar procesos de “negociación” con el grupo, etc.
d) Utilizar criterios variados para agrupar al alumnado en las actividades
(individuales, comunes, rotativas, cooperativas…).
160
reconocidas y específicas, a saber:
Para que el trabajo en grupo sea eficaz, deben cumplirse dos condiciones básicas:
161
profesorado debe poder mantener el contacto visual con todos, para lo cual su situación
debe ser privilegiada (frontal, altura, sobre tarima, etc.). Esta directriz es especialmente
importante en el aula-taller, donde el control de los procesos es un objetivo prioritario por
motivos de seguridad.
En un aula ordinaria con el alumnado dispuesto en mesas frente al profesor en un
área aproximadamente rectangular, los expertos distinguen dos zonas de influencia:
162
La gestión del aula para la enseñanza está muy relacionada con la gestión de
grupos. Las pautas relacionadas en los párrafos anteriores constituyen sugerencias que se
someten a la reflexión y a la investigación del profesorado para verificar su adecuación.
Los especialistas usan los términos medios, recursos y materiales curriculares para
referirse al conjunto de artefactos usados como ayuda complementaria en la enseñanza.
Como en otros casos, las definiciones de estos conceptos no son coincidentes entre
diferentes especialistas: unos los definen extensivamente por categorías y otros lo hacen
en abstracto, unos dan una visión más restrictiva y otros más abierta. Parcerisa (1996)
sugiere una definición simple, considerando materiales a todo tipo de mediaciones que
sirvan para ayudar a alumnado y profesorado en las tareas relacionadas con la
planificación, desarrollo y evaluación del currículo. Esta definición contiene algo
fundamental que clarifica la relación entre materiales y currículo: los materiales sólo
tienen sentido en tanto en cuanto constituyen una ayuda para el currículo, pero no son el
currículo, de modo que éste tiene un estatus superior y anterior a cualquier material. En
consecuencia, el habitual abandono o dejación del currículo en manos del libro de texto,
por ejemplo, debería someterse a una continua revisión crítica.
Los materiales curriculares son usados por estudiantes y profesores porque cumplen
funciones positivas de ayuda con respecto al currículo, la enseñanza y el aprendizaje. Su
función más importante y central es la mediación en el desarrollo del currículo
planificado; de ahí la denominación de medios. Sin embargo, esta función primigenia de
mediación se puede desglosar en otras varias más específicas:
163
5.4.1. Tipos de materiales: el libro de texto
164
La realidad de estas críticas, compartidas también por otros elementos del sistema
educativo, no debe llevar a infravalorar otros rasgos positivos de los libros, especialmente
su utilidad cierta para grandes capas de profesores y la sistematización del conocimiento
que ofrecen. Para muchos maestros y alumnos, el libro de texto es el material que
contiene los conocimientos más fiables y sistematizados a su alcance y, a pesar de las
críticas, representa un instrumento de emancipación y progreso frente a la autoridad
impuesta por otras personas.
Los recursos y materiales curriculares son objetos complejos, con luces y sombras, cuya
adopción oficial por un centro docente es una decisión reservada a la competencia
profesional del profesorado; también los materiales para uso del alumnado son elegidos
por el profesorado según las atribuciones legales. Ante la decisión de optar por un
material u otro, surge la legítima necesidad de evaluar materiales para discernir el material
más adecuado, desde criterios objetivos y didácticos.
La decisión de elegir un material entre varios tiene dos referentes principales: la
adecuación del material al currículo (propiedad intrínseca de cada material) y el uso
apropiado del material en el contexto donde ha sido elegido (propiedad extrínseca al
material), aunque la segunda debería ser una consecuencia de la primera. El profesorado
debe saber evaluar materiales didácticos para realizar elecciones más racionales y
fundamentadas, de modo que la información acerca de la valoración de materiales
constituye evidentemente un contenido valioso en la formación del profesorado, pues,
además de ofrecer una visión amplia y sistemática de los materiales didácticos, sirve
también para suscitar la reflexión del profesorado ante las elecciones de materiales.
El modelo e instrumento de análisis de materiales curriculares propuesto por
Parcerisa (2007) ofrece pautas para un mejor conocimiento de los materiales y es
especialmente aplicable a los que tienen soporte de papel, aunque puede ser extendido
fácilmente a todo tipo de materiales. El contexto general de la valoración con este
instrumento es la planificación del currículo vigente y de referencia para cada centro
educativo. El modelo presenta una serie de ámbitos (intenciones educativas, bases
psicopedagógicas del aprendizaje, atención a la diversidad y aspectos formales), que, a su
vez, contiene indicadores específicos.
165
objetivos, interrela-ción, adecuación, proporción, calidad, actualización,
lecturas), actividades en función de los objetivos y contenidos (relaciones,
correspondencia mutua), evaluación (propuestas, criterios, tareas en relación
con los objetivos y contenidos), temas transversales y análisis del currículo
oculto. Finalmente, se valora la justificación explícita de las decisiones por
parte de la autoría o editorial.
c) Ámbito de los requisitos para el aprendizaje. Se plantea en tres bloques:
166
para la mejora de la utilización didáctica del material.
5.5. El rol del profesorado de tecnología: qué debe saber y saber hacer
167
5.5.2. Conocimiento didáctico del contenido
168
general, los profesores noveles suelen desarrollar orientaciones más dependientes del
conocimiento disciplinar, con una distinción y preocupación clara por los diferentes
elementos que forman la disciplina, mientras que los profesores veteranos suelen
desarrollar orientaciones más avanzadas, que implican visiones más globales de la
estructura de su CDC, que les permite adaptar su enseñanza fácilmente a los diferentes
requerimientos y contextos de la práctica.
Aunque existen formas muy diversas de construir un CDC de calidad, el
conocimiento de la disciplina específica se considera un factor primario, sin el cual es
muy difícil la correcta integración de los demás; el profesorado debe integrar en su CDC
las formas más poderosas de representar y formular la materia de tecnología (analogías,
explicaciones, ejemplos y demostraciones, etc.) para hacerla comprensible al alumnado
con ayuda de un conocimiento práctico de la didáctica y del contexto. Frente a la
controversia dialéctica entre los conocimientos pedagógicos y los conocimientos
disciplinares, el CDC recupera y defiende la importancia equilibrada de ambos.
169
10. es público y democrático.
Algunos de estos rasgos son claramente coincidentes con algunos de los principios
generales (desarrollo, relevancia, contexto, etc.) expuestos para la selección y diseño de
actividades, de modo que una visión clara y reflexiva de las actividades docentes permite
al profesorado innovar en su enseñanza de una manera natural, para mejorar la práctica
educativa. Para ello es necesario mantener una actitud de apertura mental para percibir
los cambios en las necesidades y las exigencias del contexto social.
Las reformas innovadoras de arriba abajo (desde las autoridades a los centros
educativos) pueden cambiar las estructuras generales de la educación, pero no son
suficientes para cambiar lo esencial del trabajo en el aula. La innovación no prospera sin
la acción decidida, responsable y comprometida del profesorado, por lo que es muy
interesante reflexionar sobre las características que favorecen el desarrollo de las
innovaciones. El decálogo utópico para el profesorado innovador adaptado de Carbonell
(2001) resume algunas características de vocación, pasión, compromiso y rasgos que se
consideran necesarios para promover la innovación:
170
una pequeña lista de competencias (cuadro 5.1). Como se puede observar, están
formadas por una integración de conocimiento disciplinar (tecnológico) y pedagógico y
destrezas y valores generales tal como se han ido exponiendo en los párrafos
precedentes, desde diversas perspectivas teóricas y académicas. Estas competencias
proporcionan una descripción detallada y completa de las capacidades necesarias para un
buen profesor y, por ello, deben ser una referencia obligada para el desarrollo de todos
los profesionales de la docencia; cada una de ellas constituye un indicador importante de
la calidad de la formación del profesorado.
Las competencias docentes se presentan en el cuadro en forma de una lista-
inventario que posibilita su uso para la autoevaluación personal. Para realizar esta
autoevaluación, cada persona debe valorar el grado de posesión de cada competencia,
marcando un punto sobre la escala de cinco de la derecha; las competencias evaluadas
con menor valor (los dos puntos primeros de la escala) serían las que marcan los puntos
más débiles y, por tanto, las que deberían ser objeto de una formación y desarrollo
continuados, para asegurar o mejorar su adquisición hasta un grado positivo. Las
respuestas permiten a cada persona tomar las decisiones individuales más adecuadas para
la mejora y el desarrollo profesional.
171
172
173
174
175
176
177
178
179
180
181
6
Didáctica específica de la tecnología
La tecnología, como materia diferenciada del currículo educativo español, apareció por
primera vez en 1990, en el marco de la recién creada reforma del sistema educativo de la
LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo). Sus objetivos
generales, enunciados como capacidades, están recogidos en el cuadro (RD 1345/91, 6
de septiembre, BOE de 13 de septiembre de 1991).
182
Cuadro 6.1. Objetivos generales de la Ley Orgánica de Ordenación General del
Sistema Educativo (1990)
1. Abordar con autonomía y creatividad problemas tecnológicos sencillos trabajando de forma ordenada y
metódica para estudiar el problema, seleccionar y elaborar la documentación pertinente, concebir,
diseñar y construir objetos o mecanismos que faciliten la resolución del problema estudiado y evaluar
su idoneidad desde diversos puntos de vista.
2. Analizar objetos y sistemas técnicos para comprender su funcionamiento, la mejor forma de usarlos y
controlarlos y las razones que han intervenido en las decisiones tomadas en su diseño y construcción.
3. Planificar la ejecución de proyectos tecnológicos sencillos, anticipando los recursos materiales y
humanos necesarios, seleccionando y elaborando la documentación necesaria para organizar y
gestionar su desarrollo.
4. Expresar y comunicar las ideas y decisiones adoptadas en el transcurso de la realización de proyectos
tecnológicos sencillos, así como explorar su viabilidad y alcance utilizando los recursos gráficos, la
simbología y el vocabulario adecuados.
5. Utilizar en la realización de proyectos tecnológicos sencillos los conceptos y habilidades adquiridos en
otras áreas, valorando su funcionalidad y la multiplicidad y diversidad de perspectivas y saberes que
convergen en la satisfacción de las necesidades humanas.
6. Mantener una actitud de indagación y curiosidad hacia los elementos y problemas tecnológicos,
analizando y valorando los efectos positivos y negativos de las aplicaciones de la ciencia y de la
tecnología en la calidad de vida y su influencia en los valores morales y culturales vigentes.
7. Valorar la importancia de trabajar como miembro de un equipo en la resolución de problemas
tecnológicos, asumiendo sus responsabilidades individuales en la ejecución de las tareas
encomendadas con actitud de cooperación, tolerancia y solidaridad.
8. Analizar y valorar críticamente el impacto del desarrollo científico y tecnológico en la evolución social y
técnica del trabajo, así como en la organización del tiempo libre y en las actividades de ocio.
9. Analizar y valorar los efectos que sobre la salud y seguridad personal y colectiva tiene el respeto de las
normas de seguridad e higiene, contribuyendo activamente al orden y a la consecución de un ambiente
agradable en su entorno.
10. Valorar los sentimientos de satisfacción y disfrute producidos por la habilidad para resolver problemas que
le permiten perseverar en el esfuerzo, superar las dificultades propias del proceso y contribuir de este
modo al bienestar personal y colectivo.
Casi dos décadas después, estos objetivos siguen vigentes casi literalmente en la
nueva ley de educación (LOE, Ley Orgánica de Educación de 2006) aunque formulados
de diferente manera y referidos a la materia de Tecnologías para los tres primeros cursos
de ESO y a la materia de Tecnología para el último curso. Dichos objetivos son (LO
2/2006, 3 de mayo, BOE de 4 de mayo de 2006, anexo II):
183
elaboración y manipulación de forma segura y precisa de materiales, objetos y sistemas tecnológicos.
3. Analizar los objetos y sistemas técnicos para comprender su funcionamiento, conocer sus elementos y
las funciones que realizan, aprender la mejor forma de usarlos y controlarlos y entender las
condiciones fundamentales que han intervenido en su diseño y construcción.
4. Expresar y comunicar ideas y soluciones técnicas, así como explorar su viabilidad y alcance utilizando
los medios tecnológicos, recursos gráficos, la simbología y el vocabulario adecuados.
5. Adoptar actitudes favorables a la resolución de problemas técnicos, desarrollando interés y curiosidad
hacia la actividad tecnológica, analizando y valorando críticamente la investigación y el desarrollo
tecnológico y su influencia en la sociedad, en el medio ambiente, en la salud y en el bienestar personal
y colectivo.
6. Comprender las funciones de los componentes físicos de un ordenador, así como su funcionamiento y
formas de conectarlos. Manejar con soltura aplicaciones informáticas que permitan buscar, almacenar,
organizar, manipular, recuperar y presentar información, empleando de forma habitual las redes de
comunicación.
7. Asumir de forma crítica y activa el avance y la aparición de nuevas tecnologías, incorporándolas al
quehacer cotidiano.
8. Actuar de forma dialogante, flexible y responsable en el trabajo en equipo, en la búsqueda de soluciones,
en la toma de decisiones y en la ejecución de las tareas encomendadas con actitud de respeto,
cooperación, tolerancia y solidaridad.
En el cuadro 6.3 se puede apreciar la relación existente entre una ley y otra.
Claramente se vislumbra que ambas hacen referencia a los mismos aspectos. Además, en
el proceso de relación se percibe que la LOE incluye un nuevo gran objetivo que tiene en
cuenta la cultura digital que, por razones sociotecnológicas, la anterior ley no tenía aún en
consideración de forma tan explícita. Asimismo, y a pesar de que no hace referencia al
proyecto tecnológico, esta última ley también pone el proceso tecnológico como eje
central de la materia, haciendo que las diferencias de fondo entre ambas leyes sean
anecdóticas.
Cuadro 6.3. Relación entre los objetivos de las últimas leyes orgánicas (LOGSE y
LOE)
184
Aunque superficialmente pueda parecer que los elementos curriculares de la
tecnología no difieren en exceso de otras disciplinas desde el punto de vista cualitativo, sí
difieren cuantitativamente. Efectivamente, tal y como se desprende del análisis de los
objetivos anteriores, los contenidos procedimentales tienen una mayor importancia que
en otras disciplinas, donde los contenidos conceptuales asumen el peso principal de las
mismas.
185
De estos rasgos se derivan dos consecuencias muy significativas en la tecnología: la
necesidad indiscutible de formación continua y la posibilidad de innovar aprovechando
que la evolución de la industria del consumo va muy por delante respecto a la industria
de la educación.
La formación del profesorado tiene una doble connotación en este caso: por un lado, la
formación institucional que recibe el profesorado a modo de “reciclaje” profesional de los
centros especializados (centros de profesores, universidades, etc.) y, por otro, la
formación que los docentes se transmiten entre sí para conseguir el objetivo anterior.
Efectivamente, bien sea en la modalidad de cursillo, grupo de trabajo o seminario,
los centros de formación del profesorado coordinan el material creado por docentes para
docentes de forma que los ponentes han de cubrir las necesidades reales alrededor de un
determinado bloque temático, proporcionando una metodología innovadora, unas
herramientas para llevarla a cabo y una gran cantidad de actividades que se irán
incrementando con la colaboración de los propios asistentes.
Los diferentes modelos de formación que pueden ofrecer los diferentes centros de
formación son:
186
e) Asesoramiento entre profesores: En estas actividades formativas los asistentes
suelen intercambiar experiencias y materiales y permite compartir ideas,
materiales y valoraciones de un determinado aspecto vistas desde diferentes
perspectivas.
6.2.2. Innovación
187
carácter digital para que puedan ser procesados. Igualmente los datos de salida (resultado
de los cálculos realizados) han de gobernar a unos elementos denominados actuadores,
encargados de interactuar con el proceso en cuestión. Desgraciadamente, los equipos
necesarios son demasiado caros y los departamentos más afortunados pueden comprar,
como mucho, una interfaz que, conectada al puerto paralelo, permita controlar algunas
cargas y recibir estímulos externos de carácter digital. Estos dispositivos abren nuevas
expectativas en cuanto a que permiten automatizar los proyectos que el alumnado
construía en el taller dejando de lado la tediosa lógica cableada.
En este contexto, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) lanza en 1996 un
curso con 20 unidades didácticas bajo el título “Del clavo al ordenador”. Junto al curso
se distribuye una serie de materiales entre los que destaca una interfaz de características
similares a las descritas. Esta iniciativa fue un gran acierto pues supuso un impulso
definitivo para este tipo de tecnología, pero el material aportado sigue siendo insuficiente
para poder ser manipulado por grupos numerosos.
En este marco, el departamento de tecnología del IES S’Arenal, ubicado en el
término municipal de Llucmajor, en la isla de Mallorca, se propone en 2002 diseñar una
interfaz de características similares a las necesarias para seguir el currículo de la materia
pero de bajo coste. Se crea un grupo de trabajo, coordinado por el centro de profesores
de Palma (CEP de Palma), formado por varios docentes de diferentes centros de la isla y
se consigue diseñar un circuito controlado por el puerto paralelo con 4 salidas a relés y 4
entradas digitales. Sólo este circuito (sin fuente de alimentación ni caja) costaba fabricarlo
15 ⇔ (entonces 1.500 pesetas), lo cual significaba que, por poco más de 100 ⇔, se
podía dotar a un aula de 5 de estas interfaces que podían ser programadas por lenguajes
sencillos como el Basic (QBasic, VisualBasic, etc). Gracias a este circuito, los alumnos
podían controlar un pequeño sistema electromecánico con ayuda de un ordenador,
conectando los sensores de dicho sistema a los conectores de entrada del autómata y los
actuadores (nomalmente motores de c.c. o indicadores luminosos) a las salidas del mismo
circuito.
188
Figura 6.1. Interfaz controlada a través del puerto paralelo.
Este primer circuito, a pesar de permitir una aplicación casi industrial, resultaba un
poco tedioso a la hora de que los alumnos lo conectaran al proyecto y lo desconectaran
en cada sesión. La razón era que los relés gobernados por el circuito necesitaban de una
fuente de alimentación externa para poder suministrar energía a los receptores. Para
superar estos inconvenientes, surgió una versión mejorada, donde la propia placa
alimentaba a los receptores (que, por supuesto, debían ser de poca potencia), de forma
que la conexión era mucho más sencilla. Nuevamente el CEP de Palma organiza un
curso de formación para profesorado de tecnología y se aprovecha dicho evento para
añadir nuevas funcionalidades al circuito controlador. En este caso se añade una entrada
analógica y dos salidas que permitían el control del sentido de giro de los motores de c.c.
conectados. Y además de poderse programar, igual que en la versión anterior, con
cualquier lenguaje que tuviera acceso a los registros del puerto paralelo, se crea una
189
pequeña aplicación llamada EPI (Emulador y Programador de Interfaz) que permitía una
programación muy sencilla mediante seudocódigo y que, además, disponía de un
emulador integrado que permitía comprobar la funcionalidad del código sin necesidad de
tener una interfaz conectada al PC. Con este circuito el alumnado sólo debía utilizar una
fuente de alimentación y la fluidez con la que se podían practicar los ejercicios
propuestos (figura 6.4) era mucho mayor que con su predecesor.
190
Figura 6.3. Programador de la interfaz con emulador (EPI).
191
192
Figura 6.4. Ejercicios resueltos con la interfaz EPI.
193
Figura 6.5. Autómata programable FemtoPLC.
194
Figura 6.6. Programador del autómata programable FemtoPLC.
195
196
Figura 6.7. Galería de imágenes del robot TREPACABLES.
197
198
Figura 6.8. Galería de imágenes del robot MUSIQUITO.
199
200
Figura 6.9. Galería de imágenes de la ALARMA LÁSER.
Al año siguiente el CEP de Palma organiza otro curso para que el profesorado
aprenda a construir y programar dicho autómata. Debido al precio (30⇔) se decide
rediseñarlo, quitando los elementos de potencia y dejando únicamente la parte didáctica
(15⇔). En muchos centros se fabricaron series de 5 circuitos para impartir la materia de
tecnología en el cuarto curso de la ESO.
201
ganan en espectacularidad. De hecho el alumnado de Bachillerato ha conseguido diseñar
y construir un robot que trepa por una pared, otro que resuelve cómo salir de un
laberinto, un microbot que puede dibujar formas geométricas en el suelo y otro que, con
ayuda de una webcam, puede seguir con un puntero láser un objetivo que se mueve a
tres metros.
El software encargado de programar este autómata permite el diseño del
seudocódigo de la misma forma visual que sus antecesores. La gran diferencia radica en
la posibilidad de hacer pruebas de colocación de los servomotores gracias al uso de las
características de interfaz incluidas en un formulario extra de la aplicación.
202
Figura 6.12. Programador 8serv con panel de control para el modo interfaz.
¿Cuál será la próxima revisión del circuito? ¿Qué microbots se podrán diseñar con ellos?
203
específicas de gestión y control. Algunos temas de gestión pueden ser administrados
mediante aplicaciones tecnológicas diseñadas a tal efecto. El problema radica en el precio
que tiene una aplicación desarrollada a medida. Igual que ocurre con otros
departamentos, los miembros del departamento de Tecnología pueden ocupar cargos
directivos en el centro y ver estas necesidades o colaborar con ellos. Nuevamente, la
innovación por parte de departamentos con potencial innovador en este campo, como es
el caso del departamento de Tecnología o la familia profesional de informática, pueden
marcar la diferencia entre una gestión de calidad, optimizada u otra más tradicional. En
este caso el contexto de la gestión educativa no es muy convencional, pues se pretende la
gestión de un elemento nuevo, introducido en las normas de convivencia del centro.
En el año 2007, el IES S’Arenal de Llucmajor revisa toda la normativa referente a
la disciplina en el centro y decide instaurar un “carné de convivencia”, que controla los
comportamientos contrarios a las normas del reglamento de régimen interno que
conllevan la pérdida de un punto del carné (inicialmente con 6 puntos); una vez agotado
el carné, el alumno será sancionado. Sin embargo, dicho carné aporta una novedad
destinada a incentivar la buena conducta del alumnado: si el alumno se mantiene más de
15 días sin cometer una infracción recupera un punto de su carné.
El problema de esta gestión de control radica en la complejidad usando métodos
tradicionales (amonestaciones en papel, contabilidad a lápiz en tablas y cálculo de las
diferencias entre fechas para cada amonestación). La solución adoptada contempla el
diseño de una aplicación desarrollada en Delphi (Object Pascal) con acceso a un gestor
de base de datos MySQL. La dinámica es la que se explica a continuación.
El profesor accede a la aplicación que automáticamente le reconoce una serie de
privilegios. Una vez anotada la incidencia la deja en la base de datos. Los jefes de
estudios la revisan y la catalogan según su gravedad. En caso de pérdida de carné el
programa avisa de esta situación para que se tomen las medidas correctoras pertinentes.
En caso de que el alumno deba ser expulsado la aplicación se encarga de generar las
actas oficiales y de informar a los profesores de dicho alumno del día de expulsión. La
recuperación de los puntos también se realiza de forma automática.
Después de ser usada durante un curso entero, se añaden nuevas funcionalidades
como las consultas estadísticas de todo tipo, la configuración para que sirva a otros
institutos (en la actualidad lo utilizan 6 centros de Mallorca) y una base de datos donde
los profesores pueden introducir informes a los cuales tienen acceso cada tutor o tutora.
La valoración de los resultados del primer trimestre de dos cursos diferentes (sin y
con carné) permite la conclusión de que existe una notable mejora en cuanto al
comportamiento del alumnado y que el profesorado también utiliza esta herramienta con
más “sabiduría”, intentando estrategias alternativas a la amonestación.
204
Figura 6.13. Programa carné: gestión de las amonestaciones.
205
Figura 6.14. Programa carné: gestión del carné de convivencia.
En el año 1996 surge el proyecto Xarxipèlag, como un plan del Gobierno de las
Islas Baleares para incorporar las nuevas tecnologías al ámbito de los centros de
educación no universitaria. No sólo supuso un despliegue de equipos informáticos sin
precedentes sino que también contribuyó a la instalación de infraestructuras integrales en
los centros; generó una gran cantidad de documentación y tutoriales, destinados sobre
todo a la recién creada figura del coordinador del proyecto y, lo más importante, incluyó
la formación en el uso de las nuevas tecnologías de centenares de docentes en diferentes
niveles, desde el inicial hasta algunos muchos más avanzados. A pesar de fomentar el uso
del software libre, este proyecto consciente de lo altamente implantadas que estaban las
redes Microsoft elaboró una propuesta para configurarlas en un entorno de dominio
206
basado en un servidor Windows. En el IES S’Arenal de Llucmajor se aprovechó dicha
propuesta al máximo consiguiendo una serie de funcionalidades de las que se aprovechan
los docentes que realizan actividades en las aulas de informática. Algunas de las
características de esta configuración son:
207
Figura 6.15. Monitor de mensajes.
208
Figura 6.16. Lectura de mensajes.
209
Figura 6.17. Escritura de mensajes.
210
red es la distracción constante de los alumnos cuando se dedican a navegar
por Internet, en vez de atender a sus explicaciones. Existen numerosas
aplicaciones que permiten bloquear determinados equipos utilizando un
servidor proxy intermedio. Aunque algunos de ellos son francamente buenos
(como el caso de iControl, promovido por el plan Xarxipèlag) se pensó en
una aplicación más sencilla de utilizar e independiente de terceras máquinas.
Para esta tarea, y después de investigar durante varias semanas, se decidió
durante el curso 2003-2004 desarrollar una pequeña aplicación que pudiera
bloquear el fichero mshtml.dll. El bloqueo en modo exclusivo de este fichero
impide al navegador Iexplorer trabajar con HTML, lo cual impide que sea
funcional. Dicho bloqueo cesa si el alumno introduce un número de cuatro
cifras. El programa compara este número con uno generado de forma
aleatoria a cada hora y al que sólo tiene acceso el profesorado. De esta
forma, cuando se considera oportuno, se consulta el número vigente y se
facilita a los alumnos a los que se les quiere facilitar el acceso a Internet.
Este conjunto de aplicaciones obtiene uno resultados muy adecuados pero
tenían un inconveniente: sólo sirve para bloquear el acceso a Internet a
través del IExplorer. Con la aparición del navegador Mozilla Firefox se evita
y comienza a ser inoperante este bloqueo. Nuevamente se busca
información referente a métodos de bloqueo y se recurre a un cortafuegos
basado en software libre. Una aplicación basada en una dinámica similar a la
anterior activa y desactiva el cortafuegos, que por defecto bloquea el puerto
80 (aunque pueden bloquearse muchos más). Esta acción impide la
comunicación utilizando el protocolo HTTP independientemente del
navegador utilizado. Además, al entablarse una comunicación cliente-
servidor, permite el desarrollo de interfaces gráficas con las que el
profesorado pueda bloquear o desbloquear los equipos de un aula con un
simple clic del ratón. Las pruebas de este nuevo software se realizan con
éxito en enero de 2009.
211
Figura 6.18. Programa reserva.
212
Figura 6.19. Tríptico informativo del programa de bloqueo.
213
más claro de “brecha tecnológica”, pero existen otros conocimientos de carácter
tecnológico que, a pesar de tener que formar parte de los conocimientos básicos de toda
persona, normalmente se dejan en manos de especialistas. Sería el caso, por ejemplo, de
las nociones básicas de electricidad, incluidas las normas de seguridad y técnicas de
instalación de elementos simples, o saber sintonizar una televisión o colocar la puerta de
un mueble de la cocina que se ha desatornillado.
Igualmente, la alfabetización científica y tecnológica debería servir para desterrar
conceptos erróneos propagados por pseudo-ciencias, como las que propagan que la masa
de una estrella que está a miles de años luz puede influir en el devenir de un ser humano,
o que la posición del Sol y la Luna puede influir en el estado anímico de una persona,
sólo porque el 70% de su cuerpo está formado por agua. Dichos conceptos no son más
que casos particulares de pensamiento mitológico o bulos, que son un peligro para la
cultura social, pues hace vulnerables a los ciudadanos ante mensajes malintencionados
que pretendan fines ilícitos o claramente delincuentes. Por ello, materias como la
tecnología deben contribuir a incrementar el grado de cultura científica y tecnológica
básica, que mucha gente tiende a olvidar, escudándose en el hecho de que sólo le
interesan contenidos relacionados con las artes y las letras.
A pesar de que no todo el mundo necesita saber cómo funciona un motor de cuatro
tiempos, o qué es el protocolo HTTP o qué implica la primera ley de la termodinámica,
el acceso básico a estos conocimientos proporciona un cambio de actitud, que
posiblemente propicie asimilar más conceptos relacionados con los anteriores y también
inmuniza contra la superstición o la superchería. No se trata de que el ciudadano se
convierta en un experto, por ejemplo, en automoción, sino que (siguiendo con el
supuesto) no sea fácil de engañar si cayera en manos de algún mecánico desaprensivo
que le repara inadecuadamente su automóvil.
Una de las ventajas que tiene la tecnología como materia es que el alumnado, por lo
general, tiene muchos conceptos bastante intuitivos acerca de lo que es la tecnología,
como proceso intelectual, a pesar de que ellos lo perciben como un proceso manual.
Resulta frecuente encontrar un uso de la tecnología de forma inconsciente por parte de
los jóvenes, donde los conocimientos se definen en términos de habilidades. Así, en la
actualidad, impartir una sesión referente a la utilización de diferentes aplicaciones web
relacionadas, por ejemplo, con redes sociales o el uso de clientes de mensajería
instantánea resulta mucho más fluido que hace unos años.
Aunque no tan extendidos como en el caso de las nuevas tecnologías existen otros
ámbitos de la tecnología muy atractivos para algunos alumnos. Es el caso de la
automoción, concretamente el referido al entorno de las motocicletas, especialmente para
los chicos. Una unidad didáctica referida a los motores de dos tiempos o la transmisión
214
de una scooter puede motivar a un tipo de alumnado que, en circunstancias normales no
prestaría atención a ninguna de las explicaciones ni sería partícipe de las actividades
desarrolladas alrededor de otro bloque temático. Un expectación parecida despierta en el
alumnado la temática relacionada con la robótica debido, posiblemente, a la vertiente
“futurista” que conlleva esta amalgama de ramas de la tecnología: mecánica, electrónica e
informática como ejes centrales.
En cuanto a la informática, ésta supone un caso excepcional en lo que a los
preconceptos que posee el alumnado se refiere. Efectivamente, en la actualidad es cada
vez más inusual el hogar donde no exista un ordenador con conexión de banda ancha a
Internet. A pesar de que el uso que dichos alumnos le dan a este equipo es de carácter
más lúdico que el que se propondrá en su centro de enseñanza (videojuegos,
reproducción de audio y vídeo, mensajería instantánea, etc.), no se nos debe olvidar dos
aspectos importantes: la familiaridad con la que los estudiantes manejan las diferentes
interfaces gráficas que les proporciona un conocimiento casi intuitivo de otras
aplicaciones y la importancia que tienen estos mismos programas relacionados con el ocio
en el desarrollo de la práctica de enseñanza-aprendizaje de estos mismos estudiantes.
De cualquier forma, es cada vez más necesario una valoración de los conocimientos
previos de cada uno de los alumnos al comienzo de cada unidad didáctica con el fin de
determinar las diferencias existentes dentro de una misma clase, incluso aunque los
grupos sean más o menos homogéneos.
Los primeros años en los que se comenzó a impartir Tecnología, uno de los obstáculos
que se tuvieron que salvar fue desligarla concpetualmente de una materia optativa, que se
hizo muy popular en la antigua EGB (Educación General Básica), llamada Pretecnología.
Con este tecnicismo se desarrollaba una programación orientada hacia el desarrollo de
habilidades manuales de taller y manipulación. Las actividades que se llevaban a cabo en
Pretecnología no seguían el proceso de resolución de problemas tecnológicos, ya que se
proporcionaba el problema y la solución en el mismo enunciado, de forma que el
alumnado únicamente debía seguir unas pautas de construcción cerradas, y sólo en
algunos casos, quedaba a su iniciativa la componente estética. En estos casos el análisis,
la búsqueda de información, la concepción de diferentes propuestas que puedan
solucionar el problema, el diseño y la evaluación posterior a la construcción para su
rediseño están excluidos de la práctica habitual de aprendizaje.
En cierto sentido aún se debe hacer frente a este estereotipo metodológico.
Efectivamente, muchas empresas de material didáctico distribuyen kits de montaje de
diferentes actividades. Habitualmente son denominados, de forma errónea, proyectos a
pesar de que el alumnado lo único que necesita es manipular la construcción del mismo.
Esto no quiere decir en absoluto que la adquisición de alguno de estos materiales no
215
permita desarrollar aspectos procedimentales y actitudinales del alumno. Muy al
contrario, en algunas etapas de estas actividades pueden potenciar el trabajo en equipo y
promover hábitos de limpieza, orden y respeto por el trabajo de los compañeros. Incluso,
una vez construido el sistema, aporta una visión de las leyes físicas por las que se rige
que difícilmente se adquiriría por métodos tradicionales. Sin embargo, lo que nunca se
debería hacer es sustituir el total de las actividades por este tipo de montajes, ya que de
esta forma se está privando al estudiante de la posibilidad de barajar diferentes
alternativas que darán solución al problema tecnológico y, así, explorar un espectro
mucho más amplio de la tecnología (autonomía personal, toma de decisiones, debates y
discusiones, creatividad, aprender a aprender, etc.). A pesar de que algunas de las
soluciones propuestas pueden ser desechadas por el propio alumno, los conocimientos
adquiridos fácilmente le servirán para proyectos futuros o incluso para desenvolverse en
la vida cotidiana.
En realidad, los procesos más complejos de la Tecnología son los que difieren de
los de la Pretecnología, es decir, aquellos que intentan fomentar la creatividad, el
razonamiento lógico, el contraste de ideas y la toma de decisiones. Por ello, una de las
principales diferencias entre el proceso de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar dentro
del ámbito de un proyecto de tecnología y el que tienen lugar en el entorno de la
pretecnología radica en el propio enunciado de la actividad. El primero debe estar
formulado de forma que, estando perfectamente definido, permita un diversidad notable
de soluciones, siendo todas ellas factibles en cuanto a que cumplan los requisitos
técnicos, económicos y temporales impuestos. En el caso de la pretecnología, el
enunciado u objeto de muestra pretende el desarrollo de un cierta habilidad, por lo que,
normalmente, se evitan soluciones que permitan el uso de técnicas que no estén
estipuladas por la unidad didáctica en que esté ubicado.
216
materias de entre las siguientes:
– Biología y geología.
– Educación plástica y visual.
– Física y química.
– Informática.
– Latín.
– Música.
– Segunda lengua extranjera.
– Tecnología.
217
b) Técnicas para la enseñanza recíproca.
c) Técnicas para la resolución de problemas.
d) Técnicas que utilizan organizadores gráficos de información.
e) Técnicas centradas en la escritura.
218
Actualmente existen numerosas herramientas gratuitas (muchas de ellas aplicaciones
web) que permiten desarrollar este tipo de trabajos accediendo a servidores de empresas;
en otros casos, dichas aplicaciones son software libre, por lo que pueden instalarse en el
propio centro sin coste adicional permitiendo el control total de cada uno de los
componentes.
Entre otras muchas herramientas se pueden encontrar entre las más populares:
Twitter, Wikipedia, GMail, Flickr, YouTube, Wikispaces, Facebook, Google Calendar,
Google Maps, Google Docs, Google Earth, OpenOffice.org, Joomla, WordPress, Firefox,
etc.
Ésta es sólo una muestra de cientos de programas que permiten navegar, publicar,
compartir, documentar, exponer, buscar y relacionarse utilizando un ordenador. Es el
usuario (el alumno en este caso) el que, lejos de ser un mero observador o lector, es
generador de contenido que al mismo tiempo es consultado por otros usuarios (otros
alumnos) en una maraña de interconexiones donde dicho contenido es etiquetado con
multiples referencias que permiten su clasificación y facilitan su búsqueda (folksonomía).
Este concepto, unido al de redes sociales, posee un potencial educativo que ahora
empieza a explotarse tímidamente pero que, sin duda alguna, marca una línea para seguir
por el profesorado de diferentes disciplinas, especialmente de tecnologías.
6.6. Del “profe 1.0” al “profe 2.0”. Del centro 1.0 al centro 2.0
Un símil al que se recurre cada vez más para ilustrar el cambio metodológico que ha de
tener lugar en educación para adaptarse a los cambios económicos, culturales, sociales y
cientifi-cotecnológicos de los últimos años es el que han experimentado las diferentes
páginas web. Coloquialmente se denomina Web 1.0 al conjunto de páginas estáticas
(generalmente HTML) que son elaboradas por personal concreto y que son puestas a
disposición de los internautas por un administrador del sitio web. Cualquier modificación
o ampliación de las mismas requiere una serie de operaciones más o menos tediosas por
parte de dicho administrador, lo cual convierte al usuario de Internet en un mero sujeto
pasivo. En cambio, el concepto actual que se tiene de la Web 2.0 es el de diferentes
páginas dinámicas que en realidad son aplicaciones web que acceden a bases de datos.
En este caso, el personal que elabora contenido está formado por los propios usuarios de
la página o portal, de forma que el administrador debe organizar la estructura de dicha
página, mantener su estabilidad y fomentar que el resto de usuarios participen lo más
activa y respetuosamente posible para que, gracias a diferentes procesos reflexivos, toda
esa información se convierta en conocimiento.
De igual forma, el profe 2.0 ya no es tanto una fuente de conocimiento como el
encargado de dinamizar el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Ahora el profesorado
del siglo XXI tiene una función más catalizadora de dicho proceso; ha de inducir a un
proceso reflexivo a través de las preguntas y el trabajo colaborativo. Así, son los usuarios
219
(alumnos) los que generan el conocimiento que es compartido para que, a su vez, otros
alumnos lo puedan procesar.
Algunos autores hablan del “nativo digital” y del “inmigrante digital” haciendo
referencia a los jóvenes que han nacido dentro de una sociedad inmersa en las TIC y a
los no tan jóvenes que han vivido este proceso de inmersión tecnológica de forma
gradual respectivamente. Esta comparación puede provocar una falsa percepción de
desfase tecnológico que pone en desventaja al profesor frente al alumno, sensación que
puede ser únicamente psicosomática, ya que el éxito de la informática radica en la curva
de aprendizaje tan suave que tiene, de forma que la práctica de estas metodologías
permite un grado de asimilación muy elevado independientemente de la edad en la que el
usuario se introduzca a ellas. Esta afirmación aún es más rotunda con el profesorado de
tecnologías que, como tecnólogos, han de estar preparados para adaptarse a éste y a
cualquier otro cambio evolutivo de la tecnología.
En este cambio de metodología se han de tener muy en cuenta en la elaboración y
planificación de las unidades didácticas los nuevos recursos tecnológicos que se van a
utilizar. Por supuesto unos elementos fundamentales son los terminales informáticos que,
aunque ya están presentes en la mayoría de los centros, no lo están en una ratio alumno-
ordenador aceptable. Y, si bien es importante el acceso de los alumnos a las TIC, no
menos lo es para el profesorado, el cual ha de utilizar esta tecnología (la informática)
para potenciar todas las estrategias educativas destinadas a mejorar el rendimiento de su
alumnado. En ambos casos se puede optar por dos tipos de equipos: los denominados de
escritorio (más grandes y dependientes de la instalación eléctrica) y los portátiles (más
manejables y con baterías). El abaratamiento de los costes de fabricación de estos
últimos los hacen especialmente recomendables, y más teniendo en cuenta que así sus
usuarios pueden disponer de él en cualquier lugar, incluido su propio domicilio. Sin
embargo, la potencia de estos equipos (a menudo injustificada) y la escasa evolución que
han tenido las baterías en los últimos años hace que los equipos con una autonomía
aceptable (más de 4 horas) tengan un precio elevado e incompatible con muchos de los
proyectos que podrían optar a integrar estos materiales curriculares a una escala
apropiada. Es en este momento cuando entran en escena los denominados netbooks,
pequeños equipos informáticos con procesadores de bajo consumo (y prestaciones),
carentes de unidades lectoras de CD/DVD (prácticamente innecesarias) y discos duros de
estado sólido (SSD), unidad de almacenamiento que, aunque un poco más caras que los
discos convencionales, tiene un consumo muy inferior debido a que prescinden de partes
móviles y que apenas disipan calor. Actualmente, el equipo descrito existe, a un precio
más que competitivo, pero en un formato de pantalla de aproximadamente 10 pulgadas,
lo cual lo convierte en un apreciado complemento pero que dista mucho de tener la
funcionalidad académica que aporta una pantalla de entre 12 y 13 pulgadas. Es por ello
que los fabricantes deberían hacer el “esfuerzo” de diseñar una máquina con prestaciones
similares a éstas como apuesta de futuro del sistema educativo.
Más novedosa es la utilización de pizarras digitales interactivas o PDI (figura 6.20)
que permiten no sólo una forma más natural de interactuar con el ordenador, sino que,
220
además, aportan algunas herramientas de autor que permiten funcionalidades especiales.
Los diferentes modelos basados en diferentes tecnologías (electromagnéticas, resistivas,
infrarrojos, ultrasonidos…) pretenden los mismos resultados: servir de interfaz de entrada
a un ordenador tomando como referencia la salida del mismo a partir de un proyector. La
gran variedad de tamaños (superior incluso a las 77 pulgadas), o la característica de
alguno de ellos de adaptarse a superficies de terceras partes, promete la sustitución de
forma progresiva de las pizarras del siglo XIX siempre y cuando el profesorado disponga
de la formación adecuada que le permita, no sólo su uso, sino también el
aprovechamiento y generación de contenidos apropiados para cada etapa educativa y
para cada materia.
Entre las grandes ventajas de este tipo de dispositivos se tienen:
221
Figura 6.20. Pizarra digital interactiva.
222
Pero aún existe un concepto muy importante que une al equipo informático con el
potencial casi ilimitado que ofrece la red de redes a la que se conoce como Internet: la
conec-tividad.
En el ámbito de la conectividad se puede hacer una primera aproximación
distinguiendo la infraestructura LAN (Local Area Network, red de área local) y la WAN
(Wide Area Network, red de área amplia). La primera interconecta todos los equipos de
un centro entre sí, de forma que pueden compartirse multitud de recursos (ficheros,
impresoras, conexiones externas…). Hasta ahora la tecnología utilizada para la conexión
física era un cableado de pares trenzados de cobre utilizando el estándar ethernet.
Actualmente el cableado está dando paso a tecnologías inalámbricas como las WIFI
(nombre más comercial del estándar IEEE 802.11). Esta tecnología está actualmente en
expansión y, aunque en detrimento de la velocidad de transmisión, de la seguridad y de la
autonomía del equipo, permite una gran movilidad por parte del usuario y una reducción
en los costes de instalación. Las modernas técnicas de cifrado de datos junto con el
desarrollo de variantes del estándar IEEE 802.11 reducen notablemente las desventajas
mencionadas. El último inconveniente, el que hace referencia al consumo de las tarjetas
WIFI, sí verá compensado (probablemente) con el diseño de portátiles de prestaciones
similares a las descritas en párrafos anteriores.
El segundo tipo de red conectaría la red local con Internet, por lo que el ancho de
banda de esta conexión (que depende de la tecnología y tipo de contrato utilizado por la
empresa proveedora de servicios de Internet o ISP) ha de ser lo suficientemente grande
como para “abastecer” a todos los equipos conectados sin que la espera entre envíos y
recepciones de paquetes de datos la convierta en tediosa y por lo tanto inviable desde el
punto de vista funcional.
223
7
Trabajos prácticos
Una de las características que distingue a las tecnologías de otras materias dentro de la
Enseñanza Secundaria es, como ya se comentó con anterioridad, la gran cantidad de
horas que se dedican a trabajos prácticos muy relacionados con las actividades
denominadas de indagación. Dentro de este concepto caben actividades como los
experimentos, ensayos, comprobaciones o las actividades más representativas de esta
materia: la construcción de un sistema o artilugio proyectado previamente.
Las actividades prácticas precisan de una cantidad de tiempo muy superior a la que
se necesitaría para explicar los mismos conceptos de forma teórica, incluso con apoyo de
material audiovisual o software interactivo que simule ciertos procesos o fenómenos
físicos. Además, la utilización del taller de tecnología para las actividades prácticas
precisa de una organización del grupo-clase y de un seguimiento de las normas básicas de
seguridad donde el grado de atención, por parte de los profesores y profesoras, ha de ser
mayor al que se tiene en una clase convencional. Por ello, algunos docentes son un poco
reacios a la utilización frecuente de espacios como los talleres y adoptan una actitud
contraria de la “esencia” práctica de la tecnología. La experiencia directa que se produce
en un taller o en un aula de informática permite un grado de aprendizaje mayor que el de
cualquier otro tipo de actividad, ya sea verbal o visual, e incluso superior al de la nada
desdeñable experiencia simulada, tal y como indica el famoso cono (figura 7.1) del
aprendizaje (Dale, 1969).
En él se aprecia de una forma gráfica cómo las personas, por norma general,
retienen mejor los conocimientos en los que su participación es activa que en los que es
más pasiva. Así, lo que se recuerda peor son los contenidos leídos en cualquier formato
impreso. Un poco mejor se “retienen” los que son transmitidos en explicaciones orales.
Debido a que estamos inmersos en una cultura visual, aún mejor que en los dos casos
anteriores se asimilan y retienen por más tiempo los gráficos, los dibujos y las fotos
vistos por el estudiante. Si en vez de un formato visual el formato es audiovisual, como
películas, documentales, presentaciones, etc., el grado de asimilación es notablemente
224
superior al de los anteriores. Sin embargo estos cuatro niveles del cono aún están lejos
del utópico 100%. Esto es debido a que, en las actividades que se ven envueltas en estos
formatos, el sujeto tiene un papel pasivo respecto a la información, pues ésta sólo fluye
en un sentido: hacia el estudiante. De esta forma, los dos últimos niveles, que ocupan
gráficamente la mayor porción del volumen del cono, corresponden a las conversaciones
y debates entre varios interlocutores, por un lado, y las experiencias directas y
representaciones, por otro.
Una cita muy famosa describe, de forma simplista, las ideas planteadas
anteriormente en favor del aprendizaje significativo a través de los trabajos prácticos: “Si
escucho, olvido; si veo, aprendo; pero, si lo hago, lo entiendo”.
Un exceso de horas teóricas podría fomentar que el alumnado (que relaciona la
tecnología primariamente con el taller o el aula de informática) cayera en el tedio ante
demasiadas clases frontales, que difícilmente aportan aprendizajes relevantes que se
puedan extrapolar a la vida cotidiana.
225
En el otro extremo, tampoco el exceso de trabajo práctico es positivo. Por un lado,
se pueden obviar equívocamente conceptos de suma importancia para que el alumno
desarrolle las prácticas correctamente. Por otro, se corre el riesgo de no poder completar
la mayor parte de la programación didáctica de la asignatura, la cual suele ser siempre
bastante densa en contenidos.
De cualquier forma, por parte del profesorado, resulta imprescindible conocer para
el trabajo práctico en el taller:
226
Figura 7.2. Modelo de actividades de indagación científica y tecnológica.
227
El modelo podría usarse de muchas formas y en cualquier orden, como marco
general para organizar las prácticas de indagación, de modo abierto, guiado o
estructurado. Por ejemplo, las actividades podrían usarse para determinar si los
estudiantes usan el pensamiento apropiado. En lugar de que los estudiantes desarrollen un
proyecto completo de indagación, podría enfocarse exclusivamente en una actividad
particular (o una combinación de actividades). Por ejemplo, investigar lo conocido podría
exigir a los estudiantes investigar en Internet y aprender cómo acceder, leer los periódicos
y tomar contacto con expertos. Otra alternativa podría ser, simplemente, proporcionar
información de un estudio o artefacto a los estudiantes y pedirles examinar y reflexionar
sobre los resultados.
228
limpieza, cubos para la recogida selectiva de materiales de desecho, etc.
También se distingue otra zona, que coloquialmente podría llamarse “de teoría”,
acondicionada como un aula tradicional, donde se realizan las explicaciones de los
contenidos apoyadas en recursos tradicionales, como la pizarra, las transparencias, etc., y
otros menos tradicionales, como las presentaciones multimedia o pizarras interactivas.
También el alumnado ha de disponer de un mobiliario adecuado para poder realizar los
ejercicios y proyectos propuestos.
Por último, existe un pequeño almacén de unos 10 m2, donde se almacenan los
trabajos de los alumnos, así como otros materiales delicados o peligrosos. A este
habitáculo sólo podrán acceder profesores y profesoras de tecnología.
El esquema de la figura 7.3, en la página siguiente, concreta de un modo visual
algunos de los aspectos comentados.
A pesar que la distribución definitiva de todos los elementos que conforman el
aulataller dependerá de la arquitectura del edificio (ventanas, pilares, dimensiones, etc.) y
del presupuesto del centro, conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:
229
230
Figura 7.3. Aula-taller de tecnología.
Este tipo de aula, que hace una década era un lujo para algunos centros, resulta
imprescindible en la actualidad. Existen dos tipos de organización de los recursos
informáticos en la escuela: los ordenadores dentro de las propias aulas-clase o agrupadas
en un aula de informática, dedicada especialmente a estas actividades; ambas
organizaciones tienen ventajas e inconvenientes que dependen de numerosos factores
como el número de ordenadores disponible, el personal que cuida y mantiene los
equipos, la edad del alumnado, la metodología decidida para su uso educativo, el coste de
los equipos, la imposibilidad de garantizar la integridad de éstos durante todo el horario
académico, etc. En la actualidad, la mayoría de los centros educativos de Secundaria
tienen organizados los recursos de las denominadas nuevas tecnologías en espacios
específicos denominados aulas de informática. Aunque esta organización permite
proporcionar servicio común a todas las disciplinas, cabe destacar que la prioridad en su
ocupación y uso está asignada a la materia de tecnologías de Secundaria. De esta forma,
queda a disposición de las demás materias todas las horas que queden libres teniendo
preferencia aquellas que, evidentemente, precisen de los equipos informáticos para poder
cumplir los mínimos de su currículo.
La distribución de los puestos de trabajo dentro de este tipo de aula es muy
importante para el aprovechamiento óptimo de los equipos. Dicha distribución dependerá
de factores como son la cantidad de equipos y de alumnos, la superficie útil de sala, la
arquitectura del centro y el presupuesto disponible. Existen diferentes formas de distribuir
231
los puestos en un aula, cada una de ellas con una serie de ventajas e inconvenientes
valorables según el contexto:
232
Figura 7.4. Modelo auditorio.
233
mesas como soporte de las canaletas adecuadas para cada cableado. En cada
mesa se ha de disponer el mecanismo de protección eléctrico adecuado
(interruptor diferencial y magnetotérmico). Asimismo es necesario fijar las
mesas al suelo para no hacer peligrar la integridad de dicha instalación.
El principal inconveniente de este modelo es un cierto aislamiento o
sensación claustrofóbica de los puestos de trabajo, pues dificulta el acceso y
el tránsito a los alumnos, de forma que al profesorado le resultará incómodo
acceder a un estudiante que demande ayuda. Otro aspecto negativo es la
facilidad con la que el alumnado puede dedicarse a realizar otras actividades
totalmente ajenas a las relacionadas con el currículo. Por ello, ésta es una
distribución más recomendada para alumnos mayores, de Bachillerato y
ciclos formativos de Formación Profesional, prefiriendo para la Educación
Secundaria Obligatoria otros modelos donde el profesorado tenga línea
visual con la pantalla de los equipos.
Una variante de esta disposición es la que ubica el ordenador del
profesor en el puesto de uno de los alumnos, concretamente en el que se
encuentre más a retaguardia; esta configuración permite al profesorado un
pequeño control visual y directo de lo que se hace en cada puesto.
b) Herradura. Es una de las disposiciones más utilizadas en la actualidad, sobre
todo en aulas no muy grandes. Este modelo trata de de enmendar uno de los
principales defectos del modelo anterior permitiendo al profesorado tener
línea visual directa con los monitores del alumnado sin necesidad de
programas de control de escritorio adicionales. En la figura 7.5 puede verse
cómo la sensación “claustrofóbica” es inexistente, para el mismo número de
puestos de trabajos que en el modelo anterior. Además de poder ver el
trabajo de sus alumnos, los docentes pueden acceder a cada puesto de
trabajo fácilmente. El principal inconveniente reside en que casi todos los
alumnos deben girarse en su puesto de trabajo para atender a alguna
explicación que se realiza en la pizarra o proyector. Otro aspecto negativo de
esta geometría del aula es que, si es demasiado alargada, puede forzar la
existencia de puestos de trabajo muy alejados de la pizarra o proyector.
234
Figura 7.5. Modelo herradura.
235
agradable e incluso podría decirse que “invita” y favorece al trabajo en
equipo.
236
Figura 7.6. Modelo isla.
237
Figura 7.7. Modelo mixto.
238
7.1.3. Las aulas del siglo XXI
A la espera de que parte de los libros sean sustituidos por ordenadores ultraportátiles,
cada vez tiene más fuerza un modelo de aula que presenta una gran cantidad de ventajas
respecto a las más clásicas. Este tipo de aula será accesible a cualquier materia y
proporcionará la funcionalidad que tienen la mayor parte de las clases de informática, las
cuales disponen de, al menos, un ordenador para cada alumno, sin que precisen de un
desembolso tan elevado.
Este concepto de aula estaría formado por una pizarra digital interactiva dotada de
un proyector de ultracorta distancia (con la finalidad de reducir la incomodidad de las
sombras proyectadas) y enchufado a un ordenador con conexión a Internet disponible
para el profesorado.
239
Figura 7.8. Aula 2.0.
240
Por otro lado, con la finalidad de desarrollar un trabajo colaborativo en grupos de
entre 3 y 6 personas se dispone una agrupación en forma de islas pero con la disposición
de un terminal con acceso a Internet en cada uno de los grupos de trabajo. Dicha
disposición junto con un cambio de metodología basado en herramientas web 2.0 y en la
cooperación entre los miembros de un equipo conformarán el aula de los próximos años
en lo que se puede llamar el aula 2.0.
241
Figura 7.9. Demostración de la ley de Ohm.
242
Figura 7.10. Gráfico de valores tomados.
Dicha figura representa un gráfico generado a partir de una hoja de cálculo que
produce el diagrama automáticamente. La linealidad del gráfico indica un factor de
proporción que relaciona la intensidad con el voltaje y que, según la ley de Ohm, su valor
corresponde al valor de la resistencia utilizada.
7.2.2. Simulación
243
resultados, hacen de este tipo de trabajo práctico uno de los más utilizados en los últimos
años. Tecnologías como el “Action Script” en Flash™ o la inserción de “applets” de
Java™ facilitan que cualquier usuario pueda acceder a estas aplicaciones a través de
Internet o incluso que puedan desarrollar las suyas propias con unos conocimientos
mínimos de diseño y programación. También existen numerosos programas de software
libre capaces de realizar esta labor.
a) Morfológico: Trata de responder a preguntas del tipo “¿Qué forma tiene y por
244
qué la tiene? En referencia al objeto en su conjunto y a cada una de las
partes que lo conforman. ¿Es ergonómico?”.
b) Funcional: ¿Para qué sirve el producto analizado? ¿Qué función realiza cada
parte? ¿Qué principios rigen su funcionamiento?
c) Técnico: ¿De qué material están hechas cada una de las partes? ¿Cómo se ha
fabricado? ¿Por qué se eligieron esos materiales y no otros? ¿Necesita algún
tipo de mantenimiento? ¿Qué tipo de energía consume?
d) Económico: ¿Qué valor tiene? ¿Cuánto cuesta fabricarlo? ¿Cómo llega al
consumidor? ¿Cuánto cuesta su mantenimiento?
e) Estético: ¿Qué aspecto tiene? ¿Puede cambiar dicho aspecto? ¿Ha de
combinar con el entorno?
Durante el proceso que tiene lugar para conseguir responder a todas estas preguntas
(y muchas más que se pueden añadir), se adquiere un conocimiento muy exhaustivo del
elemento de estudio. Este conocimiento tendrá para el alumno un valor de aprendizaje
significativo e imprescindible a la hora de diseñar objetos tecnológicos similares.
Este tipo de actividades está recomendado para realizarse de forma individual o en
pequeños grupos de no más de tres estudiantes.
245
Estrechamente vinculado al anterior tipo de actividad, la construcción de objetos o
sistemas sería el trabajo práctico por excelencia. La construcción permite al alumno
asimilar y practicar todos los conocimientos adquiridos de forma más teórica. Durante la
fase de construcción el alumnado no sólo tendrá que seguir las normas de seguridad de
todas las herramientas que utilizará, sino que, además, comprobará hasta qué punto los
cálculos proyectados en la etapa anterior eran correctos o si la solución adoptada era la
apropiada.
Una vez construido el objeto, los propios alumnos tendrán que evaluarlo, a fin de
comprobar si cumple las especificaciones iniciales. De no ser así, comenzaría la fase de
rediseño, lo cual modificaría el documento del proyecto, bien directamente, bien en una
memoria anexa al mismo. Una vez corregidos los posibles fallos, vuelve a evaluarse. Este
proceso de retroalimentación se tendrá que repetir hasta conseguir una solución
satisfactoria, siempre y cuando también se satisfagan los plazos marcados por el profesor,
pues, a pesar de que la construcción de un dispositivo medianamente complejo es una de
las actividades que más tiempo requiere dentro del currículo de una asignatura (puede
durar meses), el tiempo programado ha de ser determinado para los alumnos y la no
entrega de un montaje dentro de los plazos establecidos hará que éste no sea tan bien
evaluado como otro que, aunque de menor calidad, sí haya cumplido los plazos.
7.2.6. Exposición
246
alcanzar una madurez intelectual.
Entre las diferentes alternativas se proponen:
7.2.7. Debate
Los debates constituyen una forma participativa de analizar un tema controvertido, y tal
vez, llegar a conclusiones y toma de decisiones. Pueden realizarse debates de forma
explícita cuando éstos son planificados por el profesorado, organizar los grupos de
debate, los tiempos y los turnos, así como el tema que se debatirá. Pero en tecnologías
también pueden surgir de forma espontánea micro-debates, implícitos en la multiplicidad
de situaciones de toma de decisiones de un grupo a la hora de cotejar y discutir las
propuestas planteadas por todos los integrantes y decidir cuál es la más apropiada y, por
lo tanto, será la solución adoptada para proyectar o construir.
Un enfoque habitual de los debates con adolescentes consiste en presentar un
estímulo acerca de la cuestión (una noticia de revista o diario, un texto escrito, un
audiovisual breve, etc.); después de leerlo o visionarlo, se solicita a los estudiantes una
tarea de reflexión (individualmente, en pequeños grupos o toda la clase): escribir un breve
argumento a favor, discutir pros y contras de las soluciones o respuestas (que proponen
ellos mismos, o sugeridas o asignadas por el profesor), consultar información técnica
sobre el tema, escribir una conclusión, puesta en común, nueva discusión, etc.
Aunque este enfoque de los debates es muy común, los especialistas ven algunos
inconvenientes porque impiden descubrir la verdadera naturaleza problemática de la
información cruzada sobre el tema de controversia:
247
etc.).
f) Las votaciones a favor o en contra sobre el tema son contraindicadas porque
producen decisiones prematuras y falsas (cuando las bases de conocimiento
son aún débiles).
Todos estos inconvenientes sugieren que las actividades de debate requieren una
cuidadosa preparación y documentación por el profesorado, para evitar que sus
resultados sean improductivos para el aprendizaje de los alumnos, aunque puedan pasar
un rato divertido o, incluso, motivador. Un debate que aspire no sólo a llegar a una
solución (consensuada o votada o personal), sino a conseguir que los alumnos aprendan,
debe variar su enfoque, para concienciar de las múltiples y diversas informaciones,
perspectivas e interpretaciones sobre el tema, las limitaciones de la ciencia y tecnología
(razón, lógica o incluso los experimentos) para resolver una controversia, desarrollar
destrezas de pensamiento crítico en los estudiantes y evitar el adoctrinamiento (con
debates abiertos, información equilibrada a favor y en contra, lograr una visión
equilibrada de los estudiantes, respetar el deseo de no participar, hacer pública la opinión
del profesor, etc.). Un modelo alternativo de debate que afronte estas cuestiones podría
ser:
248
– ¿Qué desea la organización que nosotros pensemos?
– ¿Cuán fuertes son los argumentos de la organización?
– ¿Qué consecuencias se siguen de los argumentos de la organización?
También se conoce como la fase de pensar (y planificar). Es la que tiene la vertiente más
teórica de todas, a pesar de que se puede reforzar con simulaciones, pequeñas
comprobaciones experimentales o incluso la construcción de pequeños prototipos o
modelos, si la magnitud del problema es muy grande.
Esta fase se plasma en el proyecto tecnológico que, como se verá con más detalle
en apartados siguientes, es un documento que recopila la información relevante para el
problema identificado, que se irá procesando para adaptarla a las necesidades de
resolución. A partir de la información, se realizan todos los cálculos matemáticos
necesarios, se elaboran planos detallados, que servirán para la construcción y montaje del
artefacto o sistema, así como se determinarán las especificaciones de piezas o partes
fabricadas por terceras partes.
Además de esta labor científica de planificación, también se debe describir la
secuencia del proceso de fabricación y el desglose del presupuesto, incluyendo material y
mano de obra.
249
Esta tarea es, sin lugar a dudas, la más complicada para el alumnado, pues se
requiere mucha experiencia en el desarrollo de proyectos si se quiere mantener la
fidelidad a lo que será el producto acabado. El profesorado tendrá que suplir la falta de
experiencia del alumnado con la suya propia, guiarle los pasos e intervenir decididamente,
cuando sea necesario.
En esta fase se ejecutan las previsiones realizadas en el diseño para construir el sistema
planificado. Esta fase requiere fundamentalmente un buen grado de destreza manual en
tareas básicas, por lo que siempre se ha considerado la más difícil y delicada, aunque con
la formación adecuada y con unas instrucciones claras y concretas provenientes de la
fase de planificación, la fase de construcción puede convertirse en algo trivial, como
ocurre en la industria, donde frecuentemente la construcción se encuentra mecanizada en
montajes en serie. Entre los alumnos, la realidad no suele ser tan propicia, porque el
operario-alumno no ha consolidado una formación suficiente acerca de los procesos que
debe ejecutar (taladrar, cortar, unir, soldar, programar, montar, etc.), o bien no posee
desarrolladas las habilidades manuales necesarias para ello.
250
Figura 7.12. Proyecto tecnológico electromecánico.
Es, sin lugar a dudas, una de las actividades más importantes en la materia de tecnolo
gías, porque es el núcleo de los procesos de resolución de problemas tecnológicos,
declarados el centro de interés del currículo de tecnologías en todos sus cursos y niveles.
El proyecto es algo más amplio que un mero trabajo práctico, en el estricto sentido de la
palabra, pues ofrece el punto de partida de una de los trabajos más motivadores y
apasionantes de la Educación Secundaria: el diseño y la construcción de un objeto
tecnológico.
Uno de los puntos más interesantes del proyecto tecnológico y cuya responsabilidad
final recae en el profesorado de la asignatura es el enunciado o definición inicial del
mismo. Existen muchas formas de enunciar un proyecto, pero, de todas ellas, la más
recomendable es la que plantea la actividad del proyecto como un reto. Sin embargo, no
ha de tratarse de un reto sin más, sino de un reto que sea cuantificable, es decir, que
tiene que conseguir un determinado número de condiciones objetivas. Estas condiciones
del proyecto pueden contemplar algunos valores más subjetivos, como la extensión, la
concisión, una buena y clara presentación, etc., pero, fundamentalmente, se refieren a
aspectos físicos objetivos y centrales del proyecto, tales como el peso que aguanta, el
número de partes específicas que contiene, el tiempo que tarda en la ejecución, el
alcance de un determinado dispositivo, etc.
251
Véase un ejemplo del tipo de enunciados que se proponen para un proyecto.
ENUNCIADO A
Diseñar y construir un sistema de efectos encadenados cuyo efecto inicial y final sea una pieza
de dominó (o similar) que caiga. Entre estos dos efectos tiene que haber un mínimo de ocho efectos
encadenados entre sí y diferentes (los efectos que se repitan sólo contarán como uno).
CONDICIONES:
ENUNCIADO B
Diseñar y construir un sistema de rampas, toboganes, pendientes, etc., con el fin de que una
canica, situada inicialmente en un punto alto, al ser empujada llegue al punto más bajo no sin antes
haber estado un mínimo de 8 segundos en movimiento.
CONDICIONES: El sistema tiene que estar formado por tres tipos de estructuras diferentes.
Limitaciones en el uso de los materiales son:
• Los materiales empleados sólo podrán ser papel, cartón, cartulina, cañitas de refresco, palillos
mondadientes, hilo, cordel, colas y pegamentos que no contengan cyanocrilato.
• No se puede usar madera ni metales (a excepción de la canica).
• Prohibido el uso de pinturas de cualquier tipo (a excepción de témperas).
ENUNCIADO C
Diseñar y construir un dispositivo capaz de lanzar un proyectil de corcho (tapón de cava) al
interior de una minicanasta de baloncesto de 20 cm de diámetro situada a 50 cm de aquél. El
lanzamiento se ha de accionar con un solo dedo y deben conseguirse, al menos, 6 aciertos de 10
intentos.
CONDICIONES: Puede utilizarse cualquier material que no sea nocivo para la salud o la
integridad física; por esto, queda excluida la utilización de productos tales como los pegamentos con
cyanolite y la pólvora, entre otros. Es aconsejable el uso de material reciclado.
Las dimensiones máximas del proyecto construido serán de 30 x 30 x 30 cm.
Se valorará positivamente que, además de acertar a 50 cm de distancia, también se logre
252
"encestar" a 1 m y a 2 m, por lo que se recomienda que la potencia de disparo sea ajustable.
También será motivo de una puntuación alta el diseño y construcción propios de una "canasta",
formada por un tablero de 20 x 20 cm, un aro de 20 cm de diámetro y un soporte para mantenerla
estable.
A continuación se proponen nuevos ejemplos de proyectos reducidos a sus enunciados, cuyas
condiciones pueden ser completados por el lector según sus propios criterios.
ENUNCIADO D
Diseñar y construir un producto que sirva para exponer una fotografía. Dicha fotografía se
debe poder cambiar por otra del mismo tamaño de forma rápida y sencilla.
ENUNCIADO E
Diseñar y construir un portarretratos que permita exponer una fotografía de 10 x 15 cm, ya sea
en vertical o en horizontal.
ENUNCIADO F
ENUNCIADO G
Diseña y construye un dispositivo capaz de desplazar una pieza cualquiera de un punto “A” a
otro “B” y, de éste, a otro “C”. Hay que tener en cuenta que las distancias AB y BC serán de 15 cm.
Además A, B y C no pueden estar en la misma línea. Los dos mecanismos se han de accionar cada
uno con una manivela, aunque se valorará más si una sola manivela acciona los dos. Recuerda que
debe ser fácil sustituir las manivelas por motores en el siguiente trimestre.
253
En un proyecto tecnológico escolar y, a diferencia de un proyecto industrial, es el
docente que plantea el enunciado la persona encargada de identificar la mayor parte del
problema. Por ello, es muy importante que el enunciado deje muy claro el problema que
se debe solucionar globalmente pero que deje al alumnado la tarea de “visualizar” las
posibles soluciones, las ventajas y desventajas de cada una y las dificultades parciales
que irán asociadas y apareciendo a lo largo del desarrollo del proyecto. A título de
ejemplo puede considerarse el enunciado C del apartado anterior. En él se pide el diseño
(y construcción) de una máquina cuyas características están bastante definidas. Una vez
entendido por parte del alumnado el verdadero objetivo del proyecto (con ayuda del
profesorado si fuera necesario), éstos deben imaginarse cómo sería el producto acabado
en cuanto a su funcionalidad se refiere. En este caso pueden visualizar una caja negra
que dispara un tapón de cava. Pero en seguida surgen las dudas de cómo hacerlo. El
desarrollo del siguiente apartado (“Búsqueda de información”) permitirá orientarse en
cómo hacerlo, pero, sea cual sea el mecanismo o técnica empleada, surgen algunas
cuestiones que conviene tener en cuenta para abordar dicha búsqueda:
Hasta hace unos años la principal fuente documental del alumnado, aparte de los libros
de texto, eran las bibliotecas, tanto públicas como escolares. Hoy día, el escenario de la
información se ha ampliado extraordinariamente con la irrupción de las TIC, de forma
que la cantidad de información disponible para los estudiantes es enorme; el desarrollo de
buscadores de páginas web permite acceder en cuestión de segundos a una cantidad
ingente de datos. Sin embargo dichos datos, sean textuales o gráficos, requieren una tarea
de selección y filtrado por parte del alumnado y una cohesión entre los diferentes autores
de las diferentes fuentes que, a menudo, no se realiza, o bien se hace de forma
deficiente. Para los estudiantes es muy fácil caer en la comodidad de dar por buena una
información carente de rigor o que no cumple los requisitos, simplemente por el hecho de
que sea bonita o prácticamente ya se ofrezca la lista para entregarse.
Por ello, en esta fase es crucial la labor docente de verificar que la información
presentada es correcta y satisface los requisitos de la actividad, corroborar que el trabajo
es inédito y que el alumno sólo ha utilizado los conceptos elementales presentados por
254
terceras personas. En este aspecto, como paso previo, es recomendable asegurarse de
que el material presentado no constituye un mero plagio, producto de “cortar y pegar”, y
en este caso, descartarlo, ya que, a partir de ese momento, carece de importancia el
contenido del mismo por bueno que sea. Debe considerarse la posibilidad de advertir al
alumnado acerca de esta condición de rechazo al plagio, como una condición adicional y
universal de los proyectos.
Este apartado pretende que los estudiantes plasmen de forma gráfica sus primeras y
múltiples ideas acerca del proyecto, aproximándose al método conocido como tormenta
de ideas. Estas primeras representaciones intentan motivar y fomentar la cantidad en
lugar de la calidad de ideas, por lo que los dibujos y bocetos de las ideas surgidas pueden
y deben ser realizados a mano alzada. De esta forma el alumnado dispondrá de un
“muestrario” de ideas previas, las cuales debe ir “puliendo”, considerar ventajas e
inconvenientes, añadiendo anotaciones y mejoras, o simplemente, descartar.
Habitualmente, un boceto suele ser la “fuente” de otro mucho más concreto y que se
acerca más y mejor a la solución del problema planteado.
Normalmente, los bocetos de los alumnos y alumnas de Secundaria tienden a ser
ininteligibles para alguien que no sean ellos mismos. Por este motivo, además de practicar
las técnicas del trazado y la perspectiva a mano alzada, se recomienda orientarlos para
añadir anotaciones y comentarios, ampliar detalles y presentar diferentes perspectivas
para ayudar a su comprensión.
La misión de este apartado es inducir en los alumnos la necesidad de reflexionar
explícitamente sobre las múltiples soluciones y posibilidades técnicas al proyecto; sin esta
reflexión, ellos tenderían a construir la primera idea que les surgiera, sin barajar otras
posibilidades y sin reconocer que la primera idea nunca es, estadísticamente, la mejor.
Una vez plasmadas y analizadas todas las ideas y las variantes de éstas, se está en
condición de elegir cuál de ellas es la solución que mejor se adapta a la necesidad
planteada y teniendo en cuenta los recursos de los que se dispone. Existen diferentes
formas de tomar esta decisión y, aunque los alumnos intentarán hacerlo a “bulto” o
recurriendo a heurísticos vulgares, en esta etapa, conviene fomentar y desarrollar
métodos sistemáticos y razonados de la selección de la solución (competencia en el
conocimiento del medio natural y autonomía personal). La tarea del profesor consiste en
orientarlos para hacer listados de las características de cada solución o boceto, donde
puedan ponderar las ventajas e inconvenientes y el grado de cumplimiento de las
255
especificaciones de cada una de ellas. Al final de este análisis ponderado se dispondrá de
un criterio más objetivo para decidir cuál se elegirá como solución y que más tarde se
construirá.
La justificación de la solución adoptada, en forma de las ventajas que tiene
respecto a las alternativas competidoras, es la primera característica necesaria. Dicha
justificación irá acompañada de los cálculos pertinentes (competencia matemática) y que
deben corroborar lo acertado de la elección. Y es aquí donde, en función del grado de
meticulosidad y precisión, el proyecto se puede parecer más a una sencilla actividad de
pretecnología o a un serio proyecto industrial, que pueda ser visado por el colegio
pertinente. Por ejemplo, no es lo mismo describir una pieza e indicar las 3 dimensiones
básicas y que es metálica, que precisar, además, cualquiera de sus ángulos, grosores y
distancias entre sus diferentes salientes o taladros, e indicar el tipo exacto de metal y el
tratamiento que posee. De igual modo que, por ejemplo, en una instalación eléctrica, no
es tan exhaustivo indicar la longitud y sección de un cable, que precisar, además, el tipo
de protección que lleva así como las características del tubo por el que fluye. Sin
embargo, no hay que confundir precisión con exhaustividad y profusión innecesarias: a
veces, en un proyecto escolar definir únicamente la longitud y sección del cable es más
que suficiente. Así pues, el límite acerca del grado de exigencia de precisión de un
proyecto vendrá marcado por el criterio profesional del profesorado, quien teniendo en
cuenta las variables del contexto (el nivel curricular de sus alumnos y los objetivos que
pretende alcanzar con la materia que imparte, las especificaciones del proyecto, etc.)
puede juzgar con mayor sensatez los límites superior e inferior requeridos.
En esta fase, también se recomienda pasar del boceto que se va a elaborar, con una
técnica más depurada, un croquis, que plasme con mayor precisión el efecto visual del
objeto tecnológico que se creará y que permita intuir mejor su funcionalidad.
7.4.5. Planos
256
Figura 7.13. Planos acotados de un proyecto mecánico.
7.4.6. Secuenciación
Describe las etapas sucesivas del proceso de fabricación. Puede acompañarse de una
tempora-lización, de forma que se pueda planificar el tiempo que durarán las etapas y el
proceso total de fabricación, y la posibilidad de simultanear algunas de ellas, para
optimizar mejor el tiempo global. Por otro lado, la secuenciación permite distribuir la
responsabilidad de las tareas del proyecto entre los miembros del grupo de trabajo. Es
uno de los apartados más complejos ya que precisa de una visión global del proyecto
muy elaborada.
257
7.4.7. Presupuesto
Más que una precisión de la cantidad de dinero real y vinculante, tal y como sería un
presupuesto de proyecto industrial, este apartado, en realidad, pretende que el alumnado
adquiera la consciencia del valor de los materiales y de la mano de obra. Su realización
puede resultar un poco incierta, ya que en algunos casos el material puede proceder del
reciclaje de productos en desuso o de elementos de escaso valor unitario (por ejemplo,
unos pocos palillos, clips o cañitas de refresco). En este apartado se puede hacer hincapié
en las diferencias entre un proceso artesanal y otro industrial, pues en este último caso, la
fabricación de grandes cantidades en serie hace muy importante el precio de cualquier
elemento, por económico que resulte.
258
En los párrafos siguientes se desarrolla un ejemplo de evaluación del proceso de
fabricación de un objeto o sistema tecnológico, por parte de un grupo, previamente
proyectado.
Para cada uno de los grupos, evaluaremos de forma numérica o literal (en el ejemplo
numérico, se debe emplear una escala de cero a dos) cada uno de los criterios de
evaluación establecidos para el proyecto, intentando que su apreciación sea lo más
objetiva posible. Algunos criterios para el ejemplo de proyecto de referencia podrían ser:
Etc.
259
Además de los anteriores criterios, establecidos expresamente para la resolución del
problema tecnológico, es igualmente interesante añadir y considerar otros criterios,
también comunes para cualquier grupo que trabaja en la construcción de un objeto, y
relativos a la cualidad del trabajo en grupo en el taller:
260
c) Empleo correcto de herramientas.
d) Normas de seguridad.
e) Actitudes personales positivas en el trabajo en equipo:
Etc.
261
262
El seguimiento y documentación exhaustivos de esta tabla pueden llegar a resultar
utópicos en determinados ambientes. En un clima donde se requiera constantemente la
intervención del profesorado para resolver dudas, realizar este seguimiento (ya sea con
anotaciones numéricas o literales) puede resultar poco funcional. En esos casos se
recomienda retrasar la valoración del “día a día” a un momento posterior a la
observación, elaborar tablas más sencillas con diferentes cantidades de “ítems”
valorables, realizar la estimación individual más sucinta en las primeras actividades del
curso, dejar la valoración de seguimiento más completa para el final, cuando el
profesorado conoce mejor a sus estudiantes, etc.
Sin lugar a dudas el motivo más frecuente por el que un docente no se siente cómodo en
un aula-taller es el peligro potencial de algunos de los elementos que lo conforman. Para
poder realizar las diferentes actividades prácticas en los espacios específicos de talleres,
es necesario que el profesorado sepa trabajar en ellos. El conocimiento de las normas de
seguridad que regulan el uso de estas instalaciones permitirá organizar las clases de forma
que se reduzcan significativamente las probabilidades de que se produzca un accidente
(de mayor o menor gravedad). Esto contribuye a crear un clima de trabajo mucho más
relajado y que repercutirá en un aumento de la seguridad y autonomía de los alumnos a
la hora de trabajar. Los hábitos de seguridad y limpieza en el trabajo han de ser
inculcados desde el primer día y educativamente trabajados y valorados hasta el último.
Aunque se comentan posteriormente las normas de seguridad más básicas y
generales, se recomienda al profesorado disponer en el taller de buenos manuales de
seguridad que permitan cubrir adecuadamente todas las áreas de trabajo habituales en el
taller.
7.6.1. Herramientas
Podría afirmarse que todas las herramientas disponibles en el taller son potencialmente
muy peligrosas, y muy especialmente si son mal utilizadas Por ello, es indispensable que
la primera actividad que se realice con los alumnos el primer día que van al taller es
dedicar un tiempo a conocerlas, no únicamente desde el punto de vista teórico sino
también desde el práctico e igualmente que el profesor tenga una idea cabal de los
conocimientos y capacidades previas de sus alumnos respecto a ellas.
Lo primero que han de aprender los alumnos se refiere a para qué sirven, cómo se
utilizan y qué no hay que hacer nunca con ellas, también el tipo de elementos de
263
protección que han de emplear de forma obligatoria en ciertas herramientas peligrosas
como pueden ser las máquinas-herramienta o aquellas que pueden alcanzar temperaturas
elevadas. Sería recomendable, también, como primera norma general, insistir en poner
atención a lo que se está haciendo durante el trabajo con herramientas; cualquier despiste
en cualquier proceso de fabricación o manipulación de determinados elementos puede ser
doloroso o grave, para el actor o los compañeros.
Por norma general, en aquellas herramientas para el corte de materiales, como
sierras y cuchillas, es obligatorio el uso de guantes protectores. En el caso de las
máquinas-herramienta, además, es imprescindible el uso de gafas protectoras ya que las
virutas de madera o metálicas son proyectadas lejos, pudiendo provocar lesiones oculares
graves.
En operaciones más complejas, como la soldadura, también hay que tomar
precauciones. Si la soldadura es blanda, como, por ejemplo, la que utiliza aleaciones de
estaño y plomo, es importante una buena ventilación, siendo incluso necesario el uso de
extractores localizados. Si la soldadura es más compleja, como, por ejemplo, la soldadura
por arco, es obligatorio el uso de gafas o careta protectora de luz de arco. Para
operaciones de gran duración, también se recomiendan los petos de cuero, a fin de
bloquear las radiaciones ultravioleta que son emitidas.
Por otra parte, el docente tampoco puede descuidar el deterioro no fortuito del
mobiliario del taller con herramientas cortantes o punzantes.
7.6.3. Materiales
264
Algunos materiales precisan de un cuidado especial a la hora de utilizarlos, pues pueden
emitir vapores tóxicos, desprender partículas afiladas, tener bordes cortantes o alcanzar
altas temperaturas. Por regla general, los talleres han de estar bien ventilados, siendo
obligatoria la instalación de un extractor. Algunos materiales, al ser mecanizados, precisan
el uso de gafas de protección. Lo mismo ocurre con el uso de guantes en el caso de la
manipulación de materiales recién cortados o de calidades dudosas.
Si se utilizan las siempre desaconsejadas sustancias corrosivas (a veces son
necesarias para la fabricación de circuitos impresos), se ha de disponer de una zona de
trabajo muy ventilada y con acceso rápido a un grifo con agua corriente, para poder lavar
la zona afectada, en caso de contacto con la piel, ojos o mucosas.
265
7.6.4. Almacén
Los ordenadores, al igual que cualquier otro dispositivo electrónico sofisticado (como
osci-loscopios, generadores de señales, sensores específicos, etc.), son dispositivos
relativamente delicados. Se desaconseja en todos los casos la apertura de estos aparatos
y su manipulación, a no ser bajo la supervisión de profesorado especializado. En el caso
de los ordenadores, éstos pueden averiarse, bien por un fallo de software, bien por un
defecto de hardware. A excepción de las averías intrínsecas a la naturaleza de un
producto manufacturado, muchas de ellas se pueden evitar. Concretamente, restringiendo
los privilegios de las cuentas de usuario de los alumnos se podrá impedir que éstos
puedan desconfigurar parámetros críticos del sistema operativo. En cuanto a los
conectores de los puertos del equipo, sólo la supervisión de los profesores evitará que
éstos se conecten y desconecten arbitrariamente, de forma que se rompan los pines, con
la consiguiente anulación y pérdida de dicho periférico (teclados y ratón PS/2).
7.6.6. Higiene
266
7.6.7. Botiquín
Algodón
Antiséptico
Colirio estéril
Copita lavaojos plástica
Guantes de poliestireno desechables
Apósitos oculares estériles
Suero fisiológico salino estéril
Alcohol de 96°
Agua oxigenada 10 volúmenes
Vendas
Tela adhesiva hipoalergénica (tiritas)
Tijera metálica
Gasas hidrófilas estériles
Pomada para las quemaduras
Pinzas
Goma de presión
267
8
Programación y unidad didáctica
268
programación sencilla pero completa, que satisfaga el derecho a la información sobre la
programación didáctica de las familias.
269
como la iniciativa, el espíritu de superación, la perseverancia frente a las dificultades, la
autonomía y la autocrítica, contribuyendo al aumento de la confianza en uno mismo y a la
mejora de su autoestima.
El tratamiento específico de las tecnologías de la información y la comunicación,
integrado en esta materia, proporciona una oportunidad especial para desarrollar la competencia
en el tratamiento de la información y la competencia digital, y a este desarrollo están dirigidos
específicamente una parte de los contenidos. Se contribuirá al desarrollo de esta competencia en
la medida en que los aprendizajes asociados incidan en la confianza en el uso de los ordenadores,
en las destrezas básicas asociadas a un uso suficientemente autónomo de estas tecnologías y, en
definitiva, contribuyan a familiarizarse suficientemente con ellos. En todo caso están asociados a
su desarrollo los contenidos que permiten localizar, procesar, elaborar, almacenar y presentar
información con el uso de la tecnología. Por otra parte, debe destacarse en relación con el
desarrollo de esta competencia la importancia del uso de las tecnologías de la información y la
comunicación como herramienta de simulación de procesos tecnológicos y para la adquisición
de destrezas con lenguajes específicos como el icónico o el gráfico.
La contribución a la adquisición de la competencia social y ciudadana, en lo que se refiere
a las habilidades para las relaciones humanas y al conocimiento de la organización y
funcionamiento de las sociedades, vendrá determinada por el modo en que se aborden los
contenidos, especialmente los asociados al proceso de resolución de problemas tecnológicos. El
alumno tiene múltiples ocasiones para expresar y discutir adecuadamente ideas y razonamientos,
escuchar a los demás, abordar dificultades, gestionar conflictos y tomar decisiones, practicando
el diálogo, la negociación, y adoptando actitudes de respeto y tolerancia hacia sus compañeros.
Al conocimiento de la organización y funcionamiento de las sociedades colabora la
materia de Tecnología desde el análisis del desarrollo tecnológico de las mismas y su influencia
en los cambios económicos y de organización social que han tenido lugar a lo largo de la historia
de la humanidad.
El uso instrumental de herramientas matemáticas, en su dimensión justa y de manera
fuertemente contextualizada, contribuye a configurar adecuadamente la competencia
matemática, en la medida en que proporciona situaciones de aplicabilidad a diversos campos,
facilita la visibilidad de esas aplicaciones y de las relaciones entre los diferentes contenidos
matemáticos y puede, según como se plantee, colaborar a la mejora de la confianza en el uso de
esas herramientas matemáticas. Algunas de ellas están especialmente presentes en esta materia
como la medición y el cálculo de magnitudes básicas, el uso de escalas, la lectura e
interpretación de gráficos, la resolución de problemas basados en la aplicación de expresiones
matemáticas, referidas a principios y fenómenos físicos, que resuelven problemas prácticos del
mundo material.
La contribución a la competencia en comunicación lingüística se realiza a través de la
adquisición de vocabulario específico, que ha de ser utilizado en los procesos de búsqueda,
análisis, selección, resumen y comunicación de información. La lectura, interpretación y
redacción de informes y documentos técnicos contribuye al conocimiento y a la capacidad de
utilización de diferentes tipos de textos y sus estructuras formales.
A la adquisición de la competencia de aprender a aprender se contribuye por el desarrollo
de estrategias de resolución de problemas tecnológicos, en particular mediante la obtención,
análisis y selección de información útil para abordar un proyecto. Por otra parte, el estudio
metódico de objetos, sistemas o entornos proporciona habilidades y estrategias cognitivas y
promueve actitudes y valores necesarios para el aprendizaje.
270
La materia de tecnologías, a través de sus contenidos disciplinares de aprendizaje, debe
ayudar a desarrollar diferentes tipos de objetivos educativos: los fines generales del
sistema educativo, los objetivos generales de la etapa de Secundaria Obligatoria, las
competencias básicas (que no dejan de ser otros objetivos generales adicionales) y los
objetivos del área de tecnologías. Sin duda, estos últimos son los que tienen mayor
significado y relevancia para el profesorado de tecnologías, pero no debe perderse de
vista que todos ellos están teóricamente inter-relacionados y deben ser mutuamente
coherentes.
Un ejercicio interesante para el profesorado puede ser relacionar en un cuadro de
doble entrada los objetivos de etapa (colocados en la primera columna) con los objetivos
de las tecnologías (colocados en la primera fila), marcando con una cruz la intersección
de los pares de objetivos relacionados. Las cruces marcan el recubrimiento que hacen los
objetivos de la tecnología de los objetivos generales de la etapa de Secundaria
Obligatoria. Un esquema de análisis relacional similar puede aplicarse a los objetivos (de
la tecnología, de la programación didáctica de un curso o de una unidad didáctica) y las
competencias básicas, para verificar el cubrimiento de los objetivos respecto a las
competencias.
La tupida y compleja redacción administrativa de los objetivos educativos dificulta
la tarea anterior, pues, generalmente, la presentación de objetivos no atiende a criterios
de clarificación pedagógica sino de justificación política. El mejor ejemplo-indicador de
esta complejidad semántica y ausencia de técnica didáctica en la redacción y presentación
de los objetivos es la observación de la presencia de múltiples verbos de capacidad (cada
verbo indica una capacidad nueva o diferente) en cada objetivo de área.
Como muestra, se presentan los objetivos disciplinares del área de tecnologías
desglosados y parafraseados tomando como directriz cada uno de los verbos de acción
incluidos en los mismos (se conserva la numeración original de los ocho objetivos
originales).
271
g) estudiar y evaluar su idoneidad desde distintos puntos de vista.
a) comprender su funcionamiento,
b) conocer sus elementos y las funciones que realizan,
c) aprender la mejor forma de usarlos y controlarlos,
d) entender las condiciones fundamentales que han intervenido en su
diseño y construcción.
272
soluciones;
b) Actuar de forma dialogante, flexible y responsable en la toma de
decisiones;
c) Actuar de forma dialogante, flexible y responsable en la ejecución de las
tareas;
d) Mostrar actitud de respeto, cooperación, tolerancia y solidaridad.
273
La tarea del profesorado en la programación didáctica es distribuir, secuenciar y
temporalizar los bloques de contenidos en los diferentes cursos de la etapa, en función de
las necesidades del contexto del centro, el alumnado y coherentemente coordinado con la
distribución general de los contenidos en la programación de todos los cursos y materias.
Otro de los elementos de las enseñanzas mínimas que constituyen una referencia general
para la evaluación en la programación didáctica de tecnología son los criterios de
evaluación. Éstos se plantean como propuestas muy amplias, a la vez que muy
integradas, con los contenidos disciplinares de tecnología.
Los criterios de evaluación propuestos en las enseñanzas mínimas (LOE, 2006:
168) para los cursos primero a tercero de Secundaria son los diez siguientes:
274
recursos materiales y organizativos con criterios de economía, seguridad y
respeto al medio ambiente y valorando las condiciones del entorno de
trabajo.
3. Identificar y conectar componentes físicos de un ordenador y otros
dispositivos electrónicos. Manejar el entorno gráfico de los sistemas
operativos como interfaz de comunicación con la máquina.
4. Describir propiedades básicas de materiales técnicos y sus variedades
comerciales: madera, metales, materiales plásticos, cerámicos y pétreos.
Identificarlos en aplicaciones comunes y emplear técnicas básicas de
conformación, unión y acabado.
5. Representar mediante vistas y perspectivas objetos y sistemas técnicos
sencillos, aplicando criterios de normalización.
6. Elaborar, almacenar y recuperar documentos en soporte electrónico que
incorporen información textual y gráfica.
7. Analizar y describir en las estructuras del entorno los elementos resistentes y
los esfuerzos a que están sometidos.
8. Identificar y manejar operadores mecánicos encargados de la transformación y
transmisión de movimientos en máquinas. Explicar su funcionamiento en el
conjunto y, en su caso, calcular la relación de transmisión.
9. Valorar los efectos de la energía eléctrica y su capacidad de conversión en
otras manifestaciones energéticas. Utilizar correctamente instrumentos de
medida de magnitudes eléctricas básicas. Diseñar y simular circuitos con
simbología adecuada y montar circuitos formados por operadores
elementales.
10. Acceder a Internet para la utilización de servicios básicos: navegación para la
loca-lización de información, correo electrónico, comunicación intergrupal y
publicación de información.
Cada uno de los criterios se acompaña de un pequeño texto que explica y desarrolla
el criterio y aporta indicadores más concretos del mismo que deben ser usados en la
concreción del criterio; por ejemplo, el primer criterio va acompañado de la siguiente
explicación (LOE, 2006: 168):
Con este criterio se trata de evaluar el conocimiento del alumnado sobre la actividad
técnica. Esta capacidad se concreta en la elaboración de un plan de trabajo para ejecutar un
proyecto técnico: conjunto de documentos con un orden lógico de operaciones, con la previsión
de tiempos y recursos materiales, con dibujos, cálculos numéricos, presupuesto, listas de piezas
y explicaciones. Se ha de evaluar la cooperación y el trabajo en equipo en un clima de tolerancia
hacia las ideas y opiniones de los demás. Se debe valorar, asimismo, el empleo de un vocabulario
específico y de modos de expresión técnicamente apropiados.
275
instrumentos de evaluación, criterios de calificación, etc.
276
8.1.5. Metodología de la enseñanza
Es el capítulo de la programación didáctica donde existe más libertad para las decisiones
del profesorado. Las enseñanzas mínimas no contienen recomendaciones metodológicas
explícitas y directas, aunque una lectura atenta de los objetivos, los criterios de
evaluación y los bloques de contenidos permite darse cuenta de la existencia de
numerosas propuestas que son netamente metodológicas, a pesar de no estar incluidas en
un capítulo específicamente metodológico.
Los currículos de las materias elaborados por las administraciones educativas
incluyen un capítulo específicamente metodológico, aunque su planteamiento es lo
suficientemente abierto como para dejar un amplio margen a las decisiones del
profesorado para la programación didáctica, que suelen incluir las decisiones sobre la
metodología para cada uno de los bloques de contenidos y la enseñanza.
Una de estas decisiones, importante y enteramente reservada a la programación
didáctica de cada centro, se refiere a la determinación de los materiales curriculares
empleados por profesores y alumnos. En particular, la fijación de los materiales y
recursos generales, especialmente los de uso obligado por los alumnos, tales como libros
de texto, cuadernos, guías, herramientas, etc., son decisiones reservadas completamente
a la programación didáctica. Estos materiales, que deben hacerse públicos para general
conocimiento, están sometidos a cierta regulación legal, como períodos de uso mínimo y
otros, para evitar abusos mercantilistas, la arbitrariedad o el cambio continuo e
injustificado.
Un modelo de síntesis para el aprendizaje y enseñanza para el área científico-
tecnológica propone un desarrollo denominado de las 7E (Science Education Review,
2004):
277
8.2. Elementos de la unidad didáctica en tecnología
Una unidad didáctica es una parte de la programación didáctica que tiene sentido propio
por sí misma, sin necesidad de referencia a otras partes o aspectos del currículo.
Usualmente, una unidad didáctica se caracteriza por explicitar en su seno todos los
elementos del currículo (competencias, objetivos, contenidos, metodología, actividades
de aprendizaje, criterios, indicadores e instrumentos de evaluación, recursos, etc.).
En currículos como el de las tecnologías, caracterizados por la existencia de
conceptos estructurantes, las unidades didácticas más habituales son partes referidas a los
distintos bloques de contenidos, pero análogamente podría haber unidades didácticas
desarrolladas en torno a otros conceptos unificadores (por ejemplo, el desarrollo de una
competencia básica, la planificación de una actividad compleja, etc.). En la práctica, las
unidades didácticas sirven para subdividir y hacer partes diferenciadas dentro de la
programación didáctica, lo cual ayuda a simplificar su desarrollo, a través de partes más
cortas y sencillas que pueden ser autosuficientes en sí mismas, aunque mantengan la
coherencia con toda la programación completa.
El tamaño de una unidad didáctica es muy variable, dependiendo del tema y la
profundidad que se desee alcanzar con su desarrollo, pudiendo ser muy amplias (el
desarrollo de un bloque de contenidos curriculares para un curso, que suele implicar
actividades de enseñanza durante varias semanas) o más reducidas (para un tema muy
concreto, que suele implicar dos o tres clases). Por ello, el diseño y desarrollo de
unidades didácticas de pequeña dimensión constituye un instrumento ideal para iniciar a
los profesores noveles en formación en la práctica del diseño y desarrollo del currículo de
las áreas y materias objeto de la programación didáctica. Como apoyo y ayuda en esta
tarea de práctica y formación se sugiere el siguiente esquema (cuadro 8.3) de los
elementos de una unidad didáctica como marco de referencia para organizar las ideas, los
elementos y la práctica de la programación didáctica.
En la unidad didáctica, algunos autores distinguen artificialmente entre la guía del
alumnado (secuencia de actividades, materiales y recursos, criterios de evaluación y
calificación y productos que se espera realicen) y la guía del profesor, que debe contener
todas las especificaciones relevantes, para que cualquier docente, a través de su lectura,
comprenda la unidad y el desarrollo que se espera de la misma. Este último es un criterio
práctico muy útil para valorar una unidad didáctica: si cualquier profesor a través de su
lectura entiende lo que tiene y lo que no tiene que hacer y todos los que la leen entienden
lo mismo, la unidad didáctica está excelentemente construida. Y algo análogo debe
decirse de la programación didáctica. Punto y aparte son las discrepancias naturales de
criterios didácticos acerca de si es más efectivo un enfoque de un elemento curricular u
otro.
En realidad, el modelo de parrilla de diseño que se propone de unidad didáctica es
una guía para el profesor, del cual se pueden extractar los elementos relevantes para el
alumnado y formar su guía.
278
Cuadro 8.3. Parrilla simplificada de ayuda para elaborar una unidad didáctica
279
280
8.2.1. Título de la unidad didáctica
Como norma general, las primeras líneas de la unidad didáctica de tecnología han de
hacer referencia a las orientaciones generales, justificación y contextualización de la
misma dentro de algún ámbito, como puede ser el histórico, el socioeconómico, el
industrial o incluso en el de la ética. Dicho preámbulo introductorio tiene, por lo general,
dos finalidades: la ubicación y la justificación de la unidad didáctica dentro del currículo
establecido, especificando, si procede, el número de sesiones, el nivel, la etapa, el curso,
el área y el bloque. De esta forma el documento queda enmarcado dentro de un bloque
de contenidos de una materia en concreto, en un nivel curricular determinado y, todo
ello, por motivos razonadamente justificados, adquiriendo una funcionalidad.
281
A modo de ejemplo, y como avance del capítulo 9, puede suponerse una unidad
didáctica que versará sobre las herramientas del aula-taller. En su introducción se han de
destacar aspectos como
Los objetivos de la unidad didáctica han de estar relacionados con los objetivos de la
etapa y han de estar enunciados en términos de capacidades, concretamente las que debe
haber alcanzado el alumno al acabar la unidad didáctica. Es recomendable empezar este
apartado con una frase del tipo “Al finalizar esta unidad didáctica, el alumnado será
capaz de…” para posteriormente enumerar dichos objetivos en un listado. Los ítems
contenidos en él comenzarán siempre con un verbo en infinitivo, seguido del concepto,
procedimiento o actitud a la que se refiere (complemento directo) y de la finalidad,
circunstancia o proceso al que hace referencia.
La lista del cuadro 8.4 propone algunos de los verbos más utilizados en la
formulación de los objetivos didácticos en tecnología.
282
interpretar, mantener (una actitud…), mantener, observar, obtener, orientarse, participar,
planificar, tomar (la iniciativa), producir, progresar, realizar, reflexionar, regular, relacionar,
relacionarse, resolver, respetar, utilizar, valorar
Una de las novedades que aporta la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006) es la
necesidad de que el alumnado de diferentes etapas y niveles logre desarrollar las ocho
competencias básicas en los niveles y grados asignados en la programación. En cada
unidad didáctica, deben señalarse las competencias que aquélla contribuye a desarrollar.
Aquí puede darse una postura extrema que conduce al nihilismo: puesto que las
competencias básicas son elementos transversales y todas las competencias deben ser
desarrolladas en todas las áreas, una solución sería asignar todas las competencias a
cualquier unidad, pero esta postura no conduce a nada, pues no concreta algo
significativo para el profesorado. Por eso, una postura más productiva es indicar las
competencias que la unidad didáctica contribuye a desarrollar más real y
significativamente a través de sus actividades de aprendizaje, lo cual es más informativo
e ilustrativo para el profesorado.
8.2.5. Contenidos
– Estructuras masivas.
– Estructuras entramadas.
– Estructuras triangulares.
283
– Estructuras colgantes.
– Estructuras laminares.
Dicho ítem irá seguido o precedido de otros contenidos relacionados con el tema de
la unidad didáctica.
Además de estos contenidos que, obviamente, son de carácter conceptual, también
se podrán añadir algunos de marcado carácter procedimental y actitudinal
respectivamente, como
Para el correcto seguimiento de algunas unidades didácticas, los alumnos precisan tener
asimilados una serie de contenidos a partir de los cuales se desarrollan los
correspondientes a dicha unidad. Los alumnos pueden tener ideas erróneas o
preconceptos sobre ellos por muchos motivos, bien porque no han sido objeto de
aprendizaje anterior (ideas previas), bien por no haberse desarrollado la secuencia de
contenidos correctamente en otros cursos, bien porque el alumnado proviene de otro
centro con una programación didáctica ligeramente diferente o porque, simplemente, no
han sido aprendidos en su momento; en otros casos, dichos conocimientos no fueron
consolidados con la consistencia necesaria y, simplemente, el alumnado no los recuerda.
En todo caso, tanto las ideas previas erróneas como los requisitos de aprendizaje,
necesarios pero no logrados, actúan como obstáculos importantes contra la construcción
del aprendizaje, por lo que, sea cual fuere la razón de su desconocimiento, es
responsabilidad del profesorado evaluar dichos conocimientos previos, siendo
recomendable destinar una actividad inicial para adquirir esta información junto con la
valoración del grado de motivación del contenido de la unidad didáctica que se trate. Una
forma de documentar la evaluación de las ideas previas es mediante un instrumento
284
denominado inventario de conocimientos y estudios previos; el alumnado autoevalúa de
una manera rápida y sencilla su percepción subjetiva de su grado de conocimiento en
relación con los conceptos que son prerrequisitos de aprendizaje o ideas previas
importantes; la puesta en común de las respuestas permite hacer más realistas sus
percepciones personales al contrastarlas con los demás.
285
perfil de aprendizaje más bajo que sus compañeros.
Los intereses de los estudiantes hacia un tema de aprendizaje suelen ser también
una cuestión relevante en la evaluación inicial. Para evaluar con rapidez y efectividad los
intereses de los estudiantes, se suelen usar inventarios de intereses, que son cuestionarios
similares al anterior, donde cada cuestión o tema cuyo interés se desea conocer es
evaluado sobe una escala Likert de simétrica de cinco puntos como el modelo que se
recoge en el cuadro siguiente.
Cuadro 8.6. Inventario de intereses hacia una lista de cuestiones o temas (referentes a
los plásticos)
286
8.2.7. Recursos necesarios
Todos los elementos materiales necesarios para el correcto desarrollo de la unidad han de
ser enumerados en este apartado, justificando su uso, si fuera necesario. Pueden
distinguirse diferentes tipos de recursos: los humanos y los materiales. Habitualmente los
humanos suelen omitirse ya que se sobrentiende la participación del profesorado en cada
actividad, siendo enunciado de forma explícita sólo cuando hace falta la intervención de
profesorado de apoyo, bien sea de refuerzo o en grupo desdoblado, bien si es necesaria
la actuación de algún otro especialista en la materia.
Por norma general siempre se ha de hacer referencia a los recursos materiales que
pueden ser fungibles, inventariables e inmobiliarios (como en el caso anterior, se suelen
omitir los recursos que son una dotación usual, como pizarras, tizas, mesas, pupitres,
papel, etc.). El material fungible o consumible es aquel que es difícilmente recuperable
una vez utilizado; ejemplos de material fungible utilizado en tecnología son el estaño para
soldadura blanda, la cola, los clavos, el cable de cobre, el tóner de impresora, la pintura,
etc. En contraposición, el material inventariable perdura operación tras operación, a
excepción de que se estropee o se deteriore con el paso del tiempo. Una vez deje de ser
funcional, ha de ser dado de baja en el inventario del departamento, adjuntando los
motivos de tal baja. Ejemplos de este tipo de recursos serían los libros, tanto los propios
de los estudiantes como los pertenecientes al inventario bibliográfico del departamento o
centro; las herramientas también ocupan un espacio privilegiado en este tipo de
materiales, tanto las manuales como las máquinas-herramienta. Ordenadores,
proyectores, impresoras, pizarras digitales interactivas (PDI), medios audiovisuales,
autómatas programables y entrenadores didácticos, entre otros, también forman parte de
este tipo. Los espacios didácticos, junto con el mobiliario típico que contienen, forman el
material inmobiliario: aula de clase, aula-taller, aula de informática, e incluso un aula de
dibujo o un laboratorio.
287
Figura 8.1. Proyector para realizar presentaciones.
8.2.8. Actividades
288
alguna demostración experimental, en un ambiente tan participativo que a veces puede
tener como desenlace un debate moderado.
Por ejemplo, dentro del bloque de control automático, se podría describir a un
operario encargado o encargada de encender y apagar todas las luces de un complejo
turístico, una tarea muy repetitiva (y tediosa) que se pretende mejorar. Abierto un turno
de propuestas, se presentan soluciones que van desde el uso de interruptores horarios o
interruptores crepusculares hasta el control domótico de esta función. Es recomendable
en este caso reforzar las propuestas con alguna demostración en clase, siendo del todo
aceptable que dicha demostración sea simulada mediante algún software específico.
Las actividades destinadas a recoger datos sobre los conocimientos previos también
pueden aprovecharse para comprobar el interés que despierta este conjunto de
contenidos en el alumnado; en función de lo que se pretenda con este tipo de actividad,
se podrá ubicar antes de la actividad introductoria o después de ésta, ya que, para evaluar
el grado de interés de un determinado bloque, antes habría que presentarlo. Dicha
recopilación sobre conocimientos previos puede hacerse en un grupo grande (el grupo
interviene dando su opinión respecto a la materia) o de forma más individualizada, con
pruebas objetivas o que contengan preguntas de respuesta corta o muy sintetizada. En
este último caso, además de preguntas relativas a conocimientos previos como “¿Qué es
un relé?” o “¿Por qué es más adecuado el control del alumbrado con un interruptor
crespuscular que con un interruptor horario?”, también se añadi rían cuestiones del tipo
“Explica algún automatismo que haya en tu casa”, “¿Te gustan los robots?” o “¿Crees
que el control automático es difícil?”, a modo de ejemplo.
Las actividades de desarrollo constituyen la columna vertebral de la unidad
didáctica porque son las encargadas de permitir el aprendizaje y la asimilación de los
contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales y en ellas se pone de manifiesto
la creatividad y profesionalidad del profesorado. En este punto, puede que no sea sencillo
por parte del alumnado identificar cuando los contenidos se refieren a un concepto, a un
procedimiento o a una actitud, lo cual no es forzosamente un aspecto negativo ya que
implica una integración total de dichos conceptos dentro de una materia que
tradicionalmente tiene una gran carga procedimental. De hecho, dentro del desarrollo de
un proyecto tecnológico, se funden muy a menudo el proceso de fabricación como
contenido conceptual y como contenido procedimental, aspecto que resulta inherente a la
propia actividad.
Las actividades de consolidación pretenden afianzar lo aprendido en la unidad
didáctica y en el caso de tecnología suele consistir en trabajos de marcado carácter
práctico. El proyecto tecnológico es, por antonomasia, la actividad de consolidación en
tecnología, aunque su extensión en el tiempo conlleva el trabajo de diferentes bloques de
contenidos, en lugar de uno solo y, por esta mayor duración, a menudo, se sustituyen
estos proyectos por unos ejercicios que aglutinen los conceptos impartidos. En realidad,
estos ejercicios se consideran mini-proyectos, aunque algunos aspectos queden sin
formalizar, como por ejemplo, la búsqueda de información o el análisis de diferentes
soluciones, aunque no quiere decir que no existan.
289
Las actividades de consolidación, con independencia de su tipología, han de
contener, al menos, los siguientes descriptores:
a) Descripción de la actividad
b) Duración prevista de la actividad
c) Agrupación de los alumnos
d) Espacios utilizados
e) Material necesario
8.2.9. Evaluación
290
procedimentoales o actitudinales), competencias básicas, contenidos, etc. El esquema
general expuesto en la rúbrica se debe adaptar a cada caso concreto añadiendo,
eliminando o precisando indicadores.
291
292
Dichos indicadores relevantes para los aprendizajes deben estar presentes en la
rúbrica, pero en general, ésta debe ser fácilmente manejable para lo cual debe ser lo más
sencilla posible, evitando tanto una gran longitud, por incluir demasiados indicadores,
como una excesiva complicación, por formular indicadores complejos o poco
comprensibles. El número de puntos en la escala de valoración estandarizada puede
variar, aunque se aconseja que no sean demasiados, especialmente si el criterio para
distinguir entre dos valores adyacentes no es claro. Debe evitarse repetir indicadores
similares en el mismo criterio o tarea, pues contribuyen a dar más peso a los repetidos.
Las calificaciones finales en cada criterio, o en un conjunto de criterios, pueden
obtenerse mediante sencillas sumas a partir de las calificaciones de sus indicadores; un
refinamiento consiste en la aplicación de pesos diferentes a cada indicador o a cada
criterio para obtener una calificación global, según la importancia que se desee asignar a
cada uno.
Una rúbrica, como una unidad didáctica o una programación, no es un fósil sino un
verdadero organismo que vive y evoluciona a través de la experiencia de su uso, que va
aportando elementos prácticos para hacerlas más útiles y funcionales, mediante mejoras,
refinamientos y mayor precisión y validez de los indicadores.
293
estudiantes concretos que las requieren.
8.2.11. Bibliografía
Es recomendable añadir al final de cada unidad didáctica las referencias de todos los
documentos utilizados en su elaboración. Aquí tienen cabida libros, revistas o páginas
web con contenidos referenciables. En el caso de las páginas web, es muy importante
que la información que contenga haya sido contrastada y que pertenezca a alguna entidad
u organismo que dé ciertas garantías, a efectos de que no cambien el contenido de la
misma por otro de temática o calidad dudosa. Igualmente se ha de tener precaución a la
hora de citar páginas con enlaces patrocinadores, ya que, a menudo, éstos pueden no ser
de una temática adecuada para servir de complemento a un proyecto educativo.
294
coherencia a todas las decisiones y elementos que la forman. Aunque esto es fácil de
explicar y comprender, es más difícil de conseguirse en la práctica; se necesita reflexión,
experiencia, trabajo en equipo y sensatez para captar las múltiples exigencias que
proyecta la necesidad de coherencia sobre el desarrollo curricular.
Estas condiciones generales de la programación son también aplicables a todos los
elementos del currículo, y por lo tanto, también son aplicables a las unidades didácticas.
La unidad didáctica no es una mera yuxtaposición de elementos; lo esencial de la unidad
es la coherencia entre todos sus elementos para conseguir los aprendizajes planificados
paras los alumnos. No basta tener objetivos, contenidos y evaluación, sino que estos
elementos deben ser coherentes entre sí de forma que constituyan una verdadera unidad
educativa de marcado carácter sinérgico.
Elaborar una unidad didáctica puede ser relativamente sencillo de explicar; sin embargo,
llevar las explicaciones a la práctica y llegar a confeccionar una unidad útil y viable
requiere tesón, reflexión y aprendizaje de la práctica. Como pauta de elaboración más
sencilla, se podría partir del esquema propuesto en esta obra (cuadro 8.3) e ir rellenando
todos y cada uno de sus diferentes epígrafes con los elementos correspondientes, de
forma que tengan una coherencia educativa entre ellos. Esta capacidad, aunque sea tan
sencilla de describir, implica, no obstante, múltiples destrezas y conocimientos
relacionados con ella que se matizan y comentan en los párrafos siguientes.
Una primera condición necesaria para elaborar una unidad didáctica coherente es
conocer y comprender los elementos de la unidad, que son, fundamentalmente, los
propios elementos del currículo. Esta comprensión implica, primero, no confundir unos
elementos con otros, porque las fronteras entre algunos de ellos son muy tenues,
requiriéndose una comprensión profunda para discriminar los casos más difíciles; así, los
objetivos de aprendizaje no se deben confundir con los contenidos, las actividades con
los contenidos de procedimientos, etc. En consecuencia, en el lugar de los objetivos
deben figurar elementos que sean realmente objetivos de aprendizaje, en el lugar de los
contenidos deben colocarse los contenidos, y así sucesivamente con todos los elementos.
En segundo lugar, debe tenerse presente que planificar una unidad no es teorizar
sobre la educación; ni siquiera consiste en justificar y razonar las decisiones y los
elementos curriculares seleccionados. Aunque se puede y debe justificar la unidad breve
y globalmente, planificar una unidad consiste sobre todo en decidir sobre los elementos
curriculares concretos y específicos, y no tanto en extenderse en justificar, explicar o
argumentar; pura y simplemente, decidir implica escribir los diferentes elementos
concretos que integran la unidad, lo más claros y concisos posibles, sin disquisiciones ni
otros distractores.
Aunque diseñar una unidad didáctica requiere tener clara y correctamente escritos
295
los elementos curriculares, unos cuantos objetivos, contenidos, actividades y propuestas
para la evaluación, la unidad no se reduce a esto, es decir, no es suficiente escribir bien,
sino que se requiere que cada uno esté en el lugar que le corresponde. Diseñar una
unidad es escribir objetivos que sean objetivos (no otra cosa), contenidos que sean
contenidos (no otra cosa), actividades que sean actividades (no otra cosa), etc., es decir,
que los objetivos estén en su lugar, los contenidos en el suyo, las actividades en el suyo,
etc. Esto tan sencillo de explicar y de entender no es tan sencillo de hacer, pues el fallo
más usual de los diseñadores noveles es la confusión conceptual entre esos elementos, o
la atribución de un elemento a una categoría que no le corresponde, de modo que
frecuentemente, algún objetivo es más bien un contenido, alguna actividad es un
procedimiento… o viceversa.
Suponiendo que las fases anteriores se realizan correctamente, aún no son
suficientes para tener una unidad correcta; para ello, debe examinarse el equilibrio y la
proporción entre todos los elementos curriculares que conforman la unidad didáctica. No
es aceptable diseñar un gran número de objetivos de aprendizaje y diseñar sólo una o
ninguna actividad de los estudiantes, o bien diseñar un solo objetivo educativo y muchos
criterios de evaluación, etc. Todos lo elementos deben guardar entre sí una cierta
proporción y equilibrio.
Otro rasgo muy importante de la unidad didáctica es su viabilidad, es decir, la
proporcionalidad manifiesta entre las acciones que se realizan en el aula y los recursos
disponibles, con especial atención al tiempo, pero también a instalaciones y recursos
(talleres, laboratorios, ordenadores, etc.). El tiempo necesario para desarrollar una unidad
suele ser también otra de las dificultades más usuales de los profesores noveles: en
general, el tiempo requerido para las distintas actividades suele infravalorarse, esto es, el
tiempo planificado suele ser inferior al tiempo real. A veces, se planifican demasiadas
actividades para el tiempo disponible, o se asignan tiempos de desarrollo excesivamente
cortos para actividades muy largas o complejas.
Aunque una unidad didáctica puede tener una versión de alumnado y otra de
profesorado, fundamentalmente, es un documento de desarrollo curricular del
profesorado, de ahí que un rasgo adicional que cabe exigirle es que sea inteligible, es
decir, que sea comprensible por cualquier profesor que la lea. La inteligibilidad de una
unidad didáctica implica dos resultados similares pero diferentes: primero, que el texto
escrito como planificación de la unidad pueda ser comprensible para cualquier profesor
que lo lea y, segundo, que todos los profesores que lean una unidad la entiendan e
interpreten de la misma manera, coincidentemente, en lugar de diferentemente.
Finalmente, la unidad didáctica se planifica para que sea fructífera educativamente,
esto es, para que sirva al profesorado para enseñar mejor y al alumnado para lograr los
objetivos y las competencias de aprendizaje. Este rasgo sería propio de la evaluación del
currículo, a partir de la reflexión que el profesorado debe hacer acerca de la evaluación
de la enseñanza y la práctica docente.
296
297
9
Desarrollo de unidades didácticas
298
los aspectos del proceso tecnológico, que culminará con la realización de un mini-
proyecto. Con ella, además, se conseguirá una toma de contacto inicial con el taller y con
las normas que se deben seguir en él.
9.1.2. Objetivos
a) Aplicar las fases básicas del proceso tecnológico en general y del proyecto
tecnológico en particular.
b) Analizar los objetos y sistemas técnicos para conocer sus elementos y
comprender su funcionamiento y las funciones que realizan.
c) Identificar los avances tecnológicos más representativos de nuestra era.
d) Utilizar las diferentes fuentes de información disponibles, en especial Internet,
siendo capaz de analizar, seleccionar y organizar dicha información de forma
adecuada.
e) Habituarse de forma gradual a ejecutar tareas utilizando el ordenador como
vía para procesar textos y localizar y manejar información en di versos
soportes.
f) Representar a mano alzada bocetos sencillos de los objetos tecnológicos que
sean motivo de estudio.
g) Abordar de forma creativa diferentes problemas del ámbito cotidiano,
aportando posibles soluciones y analizándolas.
h) Trabajar en equipo contribuyendo a las tareas comunes, valorando las
aportaciones de los compañeros y cumpliendo las normas básicas del taller.
299
intervenciones en los debates moderados donde el alumnado defiende alguna
postura propia. La adquisición del vocabulario específico y el trabajo de
búsqueda y análisis de la información necesaria también contribuye a la
consecución de esta competencia.
b) La contribución a la competencia matemática está patente en los cálculos que
se deben realizar para poder llevar a cabo la construcción de un pequeño
objeto tecnológico. De entre estos cálculos se destacan los relacionados con
mediciones y presupuestos.
c) Esta unidad didáctica contribuye muy significativamente a la adquisición de la
competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. En
efecto, el alumnado ha de filtrar y organizar dentro de un marco de
referencia material toda la información encontrada acerca del tema, de modo
que, en ese momento, la información se convierta en conocimiento útil. Este
conocimiento debe ser utilizado por el alumnado para solucionar el problema
tecnológico directamente relacionado con el mundo físico en el que vive.
d) La búsqueda de información utilizando recursos multimedia o en línea
contribuyen en buena medida al tratamiento de la información y
competencia digital. Asimismo, la presentación de la documentación, que
puede realizarse en soporte digital, utilizando algún procesador de textos u
otros programas, contribuye a esta competencia. En particular, sería muy
interesante también la utilización de algún programa de diseño gráfico,
aunque esta competencia se suele contemplar normalmente en otros
contenidos del currículo más específicamente concernientes a ella.
e) La contribución a adquirir la competencia social y ciudadana se consigue al
desarrollar habilidades sociales para las relaciones entre compañeros
alrededor del proceso de resolución de problemas tecnológicos. Esta unidad
didáctica proporciona la ocasión de discutir ideas y razonamientos,
adoptando actitudes de respeto y aceptación de críticas. De igual forma, el
análisis de la repercusión de los objetos tecnológicos en el bienestar de la
sociedad también contribuye a la adquisición de esta competencia y a la
influencia general que tiene la tecnología sobre la sociedad.
f) La contribución a la competencia cultural se adquiere relacionando algunas de
las invenciones más destacables de la humanidad con el entorno cultural que
la situación geográfica y la época a la que pertenecían propiciaban. Además,
el cuidado de los componentes estéticos a la hora de la elección, ejecución e
implementación de un proyecto también ejercita y pone de manifiesto la
competencia artística, la cual puede, al mismo tiempo, estar influida por la
cultura de una determinada zona.
g) A la competencia para aprender a aprender se contribuye con la ejecución de
proyectos, aunque sean muy básicos. El alumnado conoce su potencial y sus
carencias de aprendizaje, al mismo tiempo que se abordan estrategias de
observación, de organización de actividades y tiempos, efectuando un
300
registro sistemático de hechos y relaciones. Se fomenta la curiosidad, uno de
los motores del aprendizaje: surgen preguntas y se deben valorar varias
respuestas tecnológicas ante una misma situación o problema. Con esto se
contribuye a crear una sensación de eficacia personal que integra la
capacidad de continuar instruyéndose y aprendiendo, de acuerdo con los
objetivos y las necesidades individuales.
h) La autonomía e iniciativa personal también se ven fomentadas notablemente
por varias actividades implicadas en esta unidad: por un lado, los debates,
donde el alumnado ha de intentar presentar una postura ante una
determinada cuestión que difícilmente será defendible si no está basada en
las propias convicciones o en razones; por otro, el propio proceso de la
resolución de problemas tecnológicos conlleva una auto-imposición de
objetivos, de carácter funcional, económico o de tiempos, que
necesariamente educan y controlan la autonomía e iniciativa, a través del
análisis, por parte de cada persona, de las habilidades y limitaciones propias,
que incluyen una fuerte carga de autocontrol y autocrítica.
9.1.4. Contenidos
301
desmontado un ciclomotor junto con otros que ni siquiera saben conducirlo, o alumnos
que saben instalar un sistema operativo en un equipo con otros que apenas saben navegar
por Internet. A pesar de que esta primera unidad didáctica no exige conocimientos o
requisitos previos, sí sería deseable averiguar con algún tipo de prueba específica las
tendencias y el carácter indagador de los alumnos, y los intereses y preferencias hacia
distintos tipos de sistemas.
Considerando estas premisas, las actividades que conforman la unidad deben ser de
marcado carácter práctico y participativo, tipología que como es conocido requiere
tiempo de dedicación. Siguiendo un símil financiero, se podría afirmar que la “inversión”
de tiempo que conlleva su realización se ve “amortizada” a lo largo de la Educación
Secundaria. Con esta metodología se pretende consolidar los aprendizajes en las
diferentes fases del proceso tecnológico y promover la curiosidad por todos los objetos y
sistemas técnicos, tanto los de uso habitual (a los que normalmente no se les confiere
importancia, como pueden ser un bolígrafo, una bombilla o una bicicleta) como los más
específicos (como es el caso de una impresora, un motor de cuatro tiempos o un circuito
neumático).
9.1.8. Actividades
302
De entre todas las posibles actividades introductorias se ha de escoger una que sea
lo más significativa posible de lo que es la tecnología. Una propuesta sería la de comentar
algunos de los inventos más significativos en la historia de la humanidad. Sólo es
necesario que el profesor exponga una docena de éstos y que “invite” a sus alumnos a
que también aporten más inventos para comentarlos. Se recomienda que la relación de
inventos elegidos se comente de forma secuencial; una de estas secuencias podría ser
ordenada cronológicamente como la siguiente:
303
Figura 9.1. Circuitos integrados o microchips.
B) Prueba inicial
304
¿Qué permite un satélite artificial?
Se sugiere preparar una serie de 15 a 20 preguntas de este tipo que intenten cubrir
las diferentes tecnologías presentes en nuestra sociedad: informática, electricidad,
automoción, entre otras. El objetivo es detectar de forma implícita cuáles son las
tecnologías con las que el alumnado está más familiarizado. También pueden incluirse
preguntas más explícitas como son, entre otras muchas:
C) Debate
Un debate bien planificado y moderado permite, entre otras cosas, conocer el grado
de interés de los alumnos por la materia y las actividades e impulsarlos a reflexionar y
tomar partido personalmente por las cuestiones que se debaten. Existen diferentes hilos
conductores que permiten crear un clima apropiado para un debate; entre otros, pueden
sugerirse los siguientes:
305
¿Qué relación hay entre el desarrollo tecnológico y el mercado?
¿Es lo mismo ciencia que tecnología?
Con los SMS o el chat, ¿estamos más solos o más acompañados que nunca?
¿Es la tecnología responsable del cambio climático?
E) El proceso tecnológico
Las actividades previas a ésta sirven para que el alumnado comience a estructurar
306
los conceptos intuitivos que pudieran tener sobre el proceso tecnológico. Después de ellas
el profesorado debe presentar un pequeño desarrollo teórico, de no más de media sesión,
acerca de las fases de un proceso tecnológico, resaltando los aspectos relacionados con el
desarrollo del proyecto tecnológico para su posterior construcción y evaluación. En esta
actividad es muy importante que los alumnos tomen apuntes precisos de las explicaciones
del profesor de forma ordenada para ser tenidas como referencia para su aplicación. En
este punto el profesorado debe adaptarse al nivel curricular del grupo-clase, expresándose
de forma clara y pausada, pudiendo recurrir, en caso de ser necesario en algunos grupos,
al dictado de algunos conceptos para facilitar la precisión y la comprensión.
Duración: media sesión.
G) Proyecto: el portarretratos
307
Diseñar y construir un portarretratos que permita exponer, al menos, una fotografía
de 10 x 15 cm, ya sea en vertical o en horizontal.
CONDICIONES:
El tamaño máximo será de 25 x 25 cm.
Los materiales que se emplearán sólo podrán ser papel, cartón, cartulina, cañitas
de refresco, palillos mondadientes, hilo, cordel, colas y pegamentos que no contengan
cyanocrilato.
No se puede usar madera ni metales (a excepción de los palillos).
Queda prohibido el uso de pinturas de cualquier tipo (a excepción de las
témperas).
Se valora positivamente el uso de material reciclado, es decir, perteneciente a
productos de uso diario que ya no sirvan.
Se puede emplear una sesión para explicar detalladamente la propuesta y las normas
básicas que se han de seguir en el taller aprovechando la primera toma de contacto con
éste. Limpieza, orden y uso responsable de las herramientas han de ser las premisas que
acompañen a los alumnos durante toda la actividad educativa en el taller.
Una sesión posterior puede servir para comenzar la primera fase de diseño, donde
los alumnos comenzarán a realizar los primeros bocetos y a enumerar los materiales que
se emplearán.
La siguiente fase es la más larga (3 sesiones), puesto que en ella los alumnos
construyen en el taller una de las propuestas hechas por algún integrante del equipo. Por
ello es importante que el primer día de inicio de la construcción todos los miembros del
grupo lleven el proyecto terminado o, en su defecto, el boceto o croquis de la solución
propuesta.
308
Figura 9.2. Solución propuesta.
309
Figura 9.3. Otra solución propuesta.
9.1.9. Evaluación
Esta unidad didáctica dispone de una gran cantidad de elementos para evaluar la
consecución de sus objetivos. Así, los diferentes trabajos que el alumnado tiene que
presentar permiten evaluar cómo buscan y procesan la información con ayuda de las
TIC, el grado de asimilación del concepto de proceso tecnológico y cómo han analizado
un objeto tecnológico diseñado por el propio alumno y otro por un inventor relevante.
Los estudiantes abordan problemas de forma creativa y, además, se introducen en los
primeros trazos a mano alzada, que en posteriores unidades didácticas deben ir
mejorando. El trabajo en el taller también aporta gran cantidad de información sobre la
forma de trabajar individualmente y en equipo. También cabe destacar el clima de
participación y colaboración que se crea en los equipos, ya sea a través de debates
guiados o a través de comentarios esporádicos, en los cuales deberían intervenir todos los
alumnos, en mayor o menor medida.
Las capacidades mínimas que el alumnado de 2.º de ESO debería alcanzar en esta
unidad didáctica, y por tanto, los criterios básicos de evaluación de la unidad, son:
310
a) Analizar las bases del funcionamiento de algunos de los objetos tecnológicos
más relevantes.
b) Participar en pequeños debates dando su opinión en determinados temas.
c) Buscar información de un determinado tema, procesarla y presentarla.
d) Seguir las fases del proceso tecnológico elaborando un pequeño proyecto
tecnológico en la resolución de un problema.
e) Construir un objeto tecnológico, coordinado con los miembros de un equipo,
siguiendo el proyecto elaborado y las normas de seguridad.
Esta unidad didáctica permite una adaptación curricular idónea por ser muy versátil ya
que existen muchos objetos fruto de la inventiva humana con una gran diversidad,
algunos con un funcionamiento sencillo y de una utilidad asombrosa y otros con un grado
de complejidad más alto, que los hace idóneos para adaptarse a quienes tienen una buena
base tecnológica y desean ampliarla y a quienes adolecen de ella. El propio alumno, en la
elección de uno u otro objeto tecnológico ya adapta su capacidad al proyecto, aunque, en
caso de duda, el profesorado puede asignar uno u otro invento a un determinado alumno.
Además, por ser una unidad introductoria general, el grado de dificultad de los trabajos
para entregar también puede estar en consonancia con el nivel curricular del estudiante.
La actividad de recuperación de esta unidad didáctica puede hacerse a través de la
actividad más representativa: el proyecto tecnológico. Una propuesta similar en cuanto al
grado de dificultad pero diferente a la anterior sería el diseño de un portalápices.
OBJETIVOS
a) Aplicar las fases básicas del proceso tecnológico en general y del proyecto
tecnológico en particular.
b) Analizar los objetos y sistemas técnicos para conocer sus elementos y
comprender su funcionamiento y las funciones que realizan.
c) Identificar los avances tecnológicos más representativos de nuestra era.
d) Utilizar las diferentes fuentes de información disponibles, en especial
311
Internet, siendo capaz de analizar, seleccionar y organizar dicha
información de forma adecuada.
e) Habituarse de forma gradual a ejecutar tareas utilizando el ordenador
como vía para procesar textos y localizar y manejar información en
diversos soportes.
f) Representar a mano alzada bocetos sencillos de los objetos tecnológicos
que sean motivo de estudio.
g) Abordar de forma creativa diferentes problemas del ámbito cotidiano,
aportando posibles soluciones y analizándolas.
h) Trabajar en equipo contribuyendo a las tareas comunes, valorando las
aportaciones de los compañeros y cumpliendo las normas básicas del
taller.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS:
RECURSOS:
CONTENIDOS
312
c) Normas de uso y seguridad en el taller.
d) Técnicas de uso y procesamiento de la información.
e) Técnica de diseño gráfico y presentación de trabajos.
f) Trabajo en equipo: colaboración en grupo y aprendizaje autónomo.
g) Debates: normas, organización, participación y respeto a los demás.
h) Creatividad en los proyectos: cultura, arte y estética.
313
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
314
La elección de diferentes objetos tecnológicos permite la adaptación al nivel
académico del alumnado.
Evaluación de la enseñanza
315
dependencia de un soporte “popular”, en vez del empresarial, lo hacen recomendable
para recuperar equipos viejos. El ciclo de salida de nuevas versiones también lo hace
ideal para equipos de última generación, ya que algunos proyectos liberan versiones
nuevas cada pocos meses. Así, además, se comienza a desmitificar la dependencia hacia
programas propietarios tan arraigada en la sociedad.
Toda esta información ha de estar a disposición del alumnado para que sea capaz
de elegir la configuración de un equipo siguiendo criterios económicos y tecnológicos.
Posiblemente un momento idóneo sea en segundo de ESO ya que es éste el momento en
el que alumno toma contacto por primera vez con los contenidos relacionados con la
informática y, de esta forma, se sientan las bases del funcionamiento de los ordenadores.
9.2.2. Objetivos
Esta unidad didáctica tiene una vertiente introductoria en lo que respecta al bloque de
hardware y software dentro del área. Es por ello que, al finalizarla, el alumno tendrá que
ser capaz de:
316
mismas.
i) Buscar información referente a los componentes de un equipo informático,
procesándola y contrastando las características de diferentes modelos y
marcas, eligiendo los componentes con un criterio de funcionalidad y no de
tendencias.
j) Elaborar sencillos presupuestos de un equipo informático valorando las
prestaciones necesarias para un correcto funcionamiento de las aplicaciones
más utilizadas.
k) Conocer diferentes tipos de ordenadores alternativos a los PC analizando las
ventajas e inconvenientes.
l) Conocer y valorar la importancia de otros sistemas operativos diferentes a los
“tradicionales” que estén basados en software libre, estudiando las ventajas
que aporta este tipo de programas respecto al software propietario.
317
• A la competencia para aprender a aprender se contribuye con la dinámica de
búsqueda de información para procesarla y contrastarla con diferentes
fuentes.
• La contribución a la autonomía e iniciativa personal se realiza con la toma de
decisión personal sobre cuál es la configuración del equipo más adecuada a
las propias exigencias del alumno, las cuales estarán basadas en su propia
experiencia personal fuera del ámbito escolar.
9.2.4. Contenidos
318
9.2.6. Conocimientos previos
Para conseguir los objetivos marcados por esta unidad didáctica, no es necesario que el
alumnado tenga ningún conocimiento previo, a excepción de los característicos del nivel
curricu-lar propio de la etapa educativa. Lo que sí será necesario es evaluar los
preconceptos que tengan los estudiantes ya que las diferencias entre ellos pueden llegar a
ser muy notables. Conocer estas características permitirá al profesorado abordar el
bloque con diferentes estrategias.
9.2.8. Actividades
A) Prueba inicial
319
¿Realizas los trabajos de clase con ayuda del ordenador?
¿Sabes qué es un escáner?
¿Sabes qué es una webcam?
¿Has chateado alguna vez con los amigos?
¿Sabes cuánto puede costar un ordenador?
¿Sabes qué es un disco duro?
¿Sabes qué es una memoria USB?
¿Sabes qué es LINUX?
Cuadro 9.2. Algunos de los dispositivos más relevantes de la historia del cálculo
Ábaco
Pascalina
Máquina de Leibnitz
Máquina diferencial de Babbage
Máquina de registro unitario
Tabuladotas
Z3 (1941)
ENIAC (1945)
Univac I y II (1951)
IBM 360 (1964)
Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC
PC (Personal Computer)
Macintosh
Evolución de los procesadores: Intel y AMD
320
de la tecnología actual.
En esta actividad resulta de extraordinaria utilidad disponer físicamente de algunos
de los dispositivos enumerados en el cuadro anterior e incluso mostrar, con ayuda de
algún emulador, los entornos gráficos de algunos de ellos.
Duración: una sesión y media.
C) Partes de un ordenador
Placa base
Disco duro
Procesador
Memoria RAM
Tarjeta gráfica
Tarjeta de sonido
Teclado
Ratón
Monitor
Impresora
Webcam
Escáner
Módem
321
D) Presupuesto
Elaborar un presupuesto con una hoja de cálculo en la que conste el precio total
de un equipo informático. La aplicación principal del equipo es el de trabajo de
oficina y el precio no debe superar los 1.000 ⇔ Todos los componentes deben estar
desglosados, siguiendo la siguiente plantilla:
322
media sesión para que el profesorado identifique la aplicación y enseñe a dar formato a
las celdas (bordes, justificados de texto, relleno de la celda, etc.). Debido a que la casi
totalidad de los componentes que se encuentran son únicos (un procesador, una placa
base, etc.), no es necesario añadir una columna que haga referencia a la cantidad. De
esta forma, la única función que se necesita mostrar es la “suma”, añadiendo como
argumentos el rango que corresponde con los precios de cada componente que, para
simplificar esta actividad, se recomienda que incluyan el IVA. Duración: una sesión y
media.
E) Debate
Una de las mejores formas de conseguir el objetivo de esta unidad didáctica, la cual
hace referencia a la necesidad de no dejarse llevar por las tendencias y a elegir un equipo
con criterios de funcionalidad, es debatir sobre cuáles son las aplicaciones más comunes
de un ordenador.
Algunas preguntas que pueden motivar un debate sobre estos aspectos son:
F) Prueba escrita
323
componentes que sean identificados por los propios alumnos. Un ejemplo muy
significativo de este tipo de pruebas es:
324
Duración: media sesión.
Esta actividad, de gran interés para el alumnado al que le guste la informática, sólo
puede realizarse si se disponen de equipos cuya antigüedad permitan su desmontaje. Esto
es debido a que los equipos nuevos además de no necesitar una actualización inminente,
pierden la garantía que figura en el contrato de compra-venta. Además de los equipos de
estas características también son necesarios algunos componentes compatibles con ellos
como es el caso de módulos de memoria (SDRAM para equipos PIII o inferiores). Otros
componentes que suelen intercambiarse son las tarjetas gráficas (PCI en el caso de las
más antiguas o AGP en las que no lo sean tanto). Las tarjetas de red, que normalmente
no están incluidas en la placa base como viene siendo habitual en la actualidad, son
componentes que pueden comprarse nuevos ya que resultan bastante económicas (para
las ranuras PCI) y son compatibles con todos los equipos de hace casi dos décadas.
Un inconveniente de esta práctica es la necesidad de desarrollar sus tres sesiones de
duración de forma continua. Es por ello que se proponen dos métodos: usando un taller
único o aprovechando alguna actividad extraescolar. El primero consiste en disponer de
un taller exclusivo para el grupo-clase donde sólo estos alumnos pudieran acceder a él
con la finalidad de no tener que recoger el material una vez acabe la clase y volver a
distribuirlo al principio de la siguiente. El segundo método se basa en que esta actividad
forme parte de la programación del departamento de extraescolares y que se incluya
como una más de las que se suelen desarrollar en el seno de semanas especiales cercanas
a fiestas señaladas. Ambas propuestas tienen inconvenientes: en el primer caso de
carácter espacial (no en todos los centros existen talleres que puedan limitarse sólo a unos
pocos alumnos) y en el segundo el temporal (a veces no coincide el tiempo en estas
ocasiones especiales con la unidad didáctica que se desarrolla).
325
Figura 9.4. Vista parcial de la caja abierta.
326
Figura 9.5. Vista parcial de los componentes más importantes.
327
De cualquier forma la secuencia para desarrollar este taller es:
9.2.9. Evaluación
328
de esta forma se ayudará al alumnado que tenga dificultades a la hora de localizar cada
una de las partes en el interior del equipo.
Dado que es probable que haya alumnos muy familiarizados con los contenidos de
esta unidad, resulta importante disponer de algún equipo que pueda ser desmontado y
montado para su manipulación. También se pueden ampliar los conocimientos de los
alumnos con el análisis de otras especificaciones menos elementales de los elementos
presupuestados, así como la inclusión de imágenes del modelo elegido dentro de la hoja
de cálculo.
En el caso de una evaluación no positiva por parte del alumno, se procederá al
desarrollo de otra prueba escrita.
OBJETIVOS
329
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONTENIDOS
330
331
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
Desde la aparición del celuloide como sustituto del marfil en 1869, no han dejado de
aparecer nuevos materiales sintéticos, cada uno de ellos con diferentes aplicaciones
industriales, algunas de las cuales hacen que en la actualidad resulte impensable el
332
desarrollo tecnológico sin ellos: desde los tejidos a los materiales de construcción,
pasando por medios de transporte y dispositivos.
A pesar de que los plásticos presentan numerosas ventajas, no están exentos de
inconvenientes, ya que el proceso de fabricación de la mayor parte de ellos consume
importantes recursos no renovables y se trata de un material que tarda cientos de años en
biodegradarse, lo que le confiere un potencial poder contaminante. Es por ello que,
además de enseñar sus “virtudes”, los docentes también tienen la responsabilidad de
educar a los alumnos en un consumo moderado de este tipo de material, basado en un
desarrollo sostenible, e inculcar el hábito de la separación de los materiales plásticos para
hacer viable el reciclaje y reutilización de los mismos.
El estudio de los diferentes tipos de materiales es imprescindible en el área de las
tecnologías, ya que de ellos depende el proceso de fabricación de muchos objetos
tecnológicos e influye en las prestaciones y precio del mismo. Aunque en Educación
Secundaria Obligatoria suelen estar ubicados en tercero, en Bachillerato juegan un papel
muy importante ya que es habitual encontrarlos en los dos cursos: en primero en el
ámbito de la taxonomía de materiales industriales y, en segundo, desde la perspectiva de
su estructura interna y de los ensayos estandarizados correspondientes. La siguiente
unidad didáctica se ubicará en el tercer curso de ESO, dentro de la materia de
Tecnologías, y tratará de dar una visión lo más funcional posible de uno de los materiales
más importantes de la actualidad por sus características químicas, mecánicas, ópticas,
térmicas y eléctricas y por lo relativamente fácil y económico que resulta el conformado
de piezas con él.
9.3.2. Objetivos
Una vez se haya desarrollado la presente unidad didáctica, el alumnado deberá ser capaz
de
333
9.3.3. Contribución a las competencias básicas
9.3.4. Contenidos
334
e) Técnicas de conformado de productos plásticos.
f) Reutilización de los materiales plásticos como base de un desarrollo sostenible.
g) Elaboración de presentaciones de muestras y exposición oral de las mismas.
Además de los recursos propios de una clase expositiva (proyector, ordenador, aplicación
para presentaciones, etc.), esta unidad didáctica precisa del uso de un aula de
ordenadores con conexión a Internet para buscar información sobre el tipo de plásticos
asignado a cada grupo. Otra de las actividades “insignia” de esta unidad es el análisis de
objetos realizados con diferentes plásticos. Para ello el profesorado necesitará de una
“colección” de objetos tecnológicos conformados con diferentes elastómeros.
9.3.8. Actividades
335
A) Prueba inicial
B) Debate moderado
336
¿Qué materiales se usaban antes del plástico?
337
D) Identificación y clasificación de los plásticos más usuales
Una vez se conocen los plásticos más utilizados en la industria por orden
cronológico, es el momento de clasificarlos siguiendo la taxonomía más utilizada:
elastómeros, termoplásticos y termoestables. Una vez conocidos los más representativos
de cada tipo, se procederá a “presentarlos” aprovechando la disponibilidad de algunos
objetos característicos, lo cual también dará la posibilidad de aprender (de forma
cualitativa) las características que los hacen idóneos para servir como material para
conformar las mencionadas piezas. Algunas sugerencias de objetos relativamente fáciles
de conseguir son:
338
Figura 9.6. Algunas de las aplicaciones de consumo de los plásticos.
E) Técnicas de conformado
339
se relacionarán con algunos de los objetos mostrados al grupo-clase en la actividad
anterior. El análisis del tipo de plástico empleado, la forma de la pieza y las rebabas que
pudieran existir permiten determinar con seguridad cuál de las técnicas se han utilizado.
Se puede aprovechar esta actividad para familiarizar a los alumnos con el nombre de
otros materiales auxiliares que intervienen en el conformado de piezas como son las
cargas, los colorantes, los ignifugantes los refuerzos, etc.
Duración: media sesión.
340
Figura 9.7. Simbología.
341
Duración: cuatro sesiones.
H) Prueba teórica
9.3.9. Evaluación
342
de reci-clado y reutilización.
d) Participar activamente en la realización de un trabajo de búsqueda relacionado
con un plástico y su posterior exposición pública.
Las unidades didácticas de este tipo permiten una adaptación curricular en función de la
diversidad del alumnado. En concreto se pueden estudiar desde unos objetos muy
comunes con un tipo de plástico que se relaciona con él de forma inequívoca, hasta otros
no tan triviales en los cuales la identificación visual del material con el que está fabricado
no es tan sencilla por poder conformarse con diferentes técnicas y tipos de plásticos. A la
primera categoría pertenecen las bolsas de plástico (polietileno), las espuma de los cojines
(poliuretano) o el embalaje de “corcho blanco” (poliestireno expandido), entre otros. Esta
serie de ejemplos tan tópicos serían suficientes para aquellos alumnos a quienes se les
haya de hacer alguna adaptación curricular.
Para aquellos alumnos que necesiten ampliar los conocimientos impartidos, pueden
familiarizarse con el aspecto de las macromoléculas típicas de algunos elastómeros.
Asimismo se propone el estudio de aplicaciones con materiales plásticos y fibras
sintéticas más innovadoras, algunos de ellos reconocibles por su nombre comercial, como
en el caso del kevlar.
Como recuperación para los alumnos que no hayan conseguido alcanzar los
objetivos, se puede proponer un trabajo documental sobre un material más concreto
como, por ejemplo, el caucho vulcanizado y toda la industria que gira a su alrededor.
OBJETIVOS
343
posterior reciclaje como parte de una estrategia de un desarrollo
sostenible.
e) Trabajar en equipo, aportando ideas y respetando las opiniones del resto
de compañeros.
f) Realizar un trabajo de recopilación de información para su posterior
exposición en público.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONTENIDOS
344
e) Técnicas de conformado de productos plásticos.
f) Reutilización de los materiales plásticos como base de un desarrollo
sostenible.
g) Elaboración de presentaciones de muestras y exposición oral de las
mismas.
345
346
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
El dibujo técnico es el método utilizado para expresar ideas tecnológicas que puedan ser
interpretadas por terceras personas para su fabricación. Su condición de “lenguaje” hace
necesario que el alumnado comience a conocerlo desde los primeros cursos. Por
supuesto que el grado de normalización irá aumentando con el nivel del curso al igual que
la complejidad de las herramientas que se utilicen, siendo muy común en la actualidad
una pequeña introducción al CAD (diseño asistido por ordenador). De esta forma una
unidad didáctica que haga referencia a la acotación normalizada de piezas tendría más
sentido en tercero de ESO que en segundo (a pesar de que en segundo se puede
comenzar a esbozar alguna cota a mano alzada).
El momento en el que se desarrolla esta unidad didáctica estaría ubicado después de
347
que el alumnado haya asimilado el concepto de vistas y sea capaz de representar la
planta, el alzado y el perfil de piezas sencillas. Es en ese momento cuando los alumnos
deben comprender la importancia de añadir las medidas de esa pieza (entre otras
anotaciones como el acabado, el tipo de material y la tolerancia) para que su lectura se
realice de una forma inequívoca. Aunque muchas de las actividades de esta unidad
didáctica giran alrededor de la resolución de ejercicios “clásicos” de acotación de piezas,
se proponen algunas otras mucho menos tradicionales, como un debate sobre la
importancia de la normalización o ejercicios que sean “antítesis” de la acotación de
piezas como es el caso de la fabricación de piezas sencillas a partir de sus cotas.
Aprovechando la parte de la programación que hace referencia a las nuevas
tecnologías y que proponen, por lo general, la inclusión de software de diseño asistido
por ordenador, es recomendable la realización de ejercicios también con algunos de estos
programas. Estas operaciones han de ser realizadas, obviamente, después de que el
alumnado se haya familiarizado con la interfaz de la aplicación escogida por el
Departamento de Tecnología.
En cuanto al título de la unidad didáctica, pueden escogerse desde los más clásicos
y concretos como “Normas de acotación” hasta los más genéricos, de tipo
“Normalización”, pasando por los que reflejan más la funcionalidad de los contenidos y
que tendrían un nombre del estilo “Describiendo piezas”.
9.4.2. Objetivos
348
i) Valorar el trabajo bien hecho, presentado con orden y pulcritud.
j) Reconocer la importancia de las aplicaciones informáticas a la hora de
optimizar el diseño de piezas.
Es bastante extensa debido a que representa una de las formas de comunicación más
importantes dentro del proceso de resolución de problemas tecnológicos:
349
alumnado se ha marcado.
g) A la autonomía e iniciativa personal se contribuye con actividades
participativas como puedan ser foros o debates moderados. Además, los
ejercicios que los alumnos deben realizar han de responder a una secuencia
cuya dificultad permita que el alumno pueda asimilar de forma gradual y que
fomente la creación de los propios estudiantes de nuevos ejercicios
aprovechando los conocimientos de proyecciones ortogonales adquiridos con
anterioridad.
9.4.4. Contenidos
La mayor parte de las actividades que conforman esta unidad didáctica están basadas en
la resolución de ejercicios con diferente grado de dificultad. Es muy importante, tal y
como se ha señalado en el apartado anterior, que la elección de los ejercicios siga una
pauta de dificultad progresiva. La presentación de cada ejercicio ha de ir precedida de la
explicación de los conceptos que dicho ejercicio aporta como novedad.
La orientación que debe darse al debate es similar a la de otros debates. El
profesorado, que modera la actividad, debe jugar el papel de “catalizador”, fomentando,
por un lado, la participación de la mayor parte del alumnado y, por otro lado, generando
más preguntas derivadas de las respuestas obtenidas.
En cuanto al software utilizado, se recomienda el uso de software libre. Dicha
recomendación se apoya no sólo en las razones éticas sino también motivos más
prácticos como el hecho de que normalmente es software gratuito, de libre distribución
(términos que no van siempre forzosamente ligados) y multiplataforma, es decir, pueden
350
utilizarse indistintamente del sistema operativo que se tenga en los equipos del centro o
en la propia casa del alumno. Cabe señalar que, en la actualidad, la mayor parte de los
programas de CAD propietarios tienen una calidad y prestaciones excelentes pero un
precio prohibitivo para los centros educativos.
El desarrollo de esta unidad implica que el alumnado haya asimilado los contenidos
referentes al dibujo de piezas sencillas en diferentes perspectivas y, especialmente, al
dibujo de las vistas fundamentales asociadas a dichas piezas y las escalas que
correspondan en cada caso. De esta forma, si el alumno es capaz de identificar las vistas
que corresponden a una pieza concreta presentada en perspectiva y viceversa, puede
alcanzar los objetivos prefijados con más garantías. Igualmente necesario es que los
estudiantes tengan adquirida la habilidad de trazar rectas paralelas y perpendiculares con
ayuda de la escuadra y el cartabón, así como calcular de forma inmediata, utilizando
estas mismas herramientas, los ángulos normalizados a la hora de acotar diámetros de
circunferencias concéntricas. En el caso de las actividades relacionadas con el diseño por
ordenador, se recomienda que estén familiarizados con el diseño básico utilizando
OpenOffcie.org Draw.
351
9.4.8. Actividades
A) Prueba inicial
352
isométrica.
Figura 9.9. Indicar qué planta corresponde a cada pieza dibujada en perspectiva
isométrica.
353
Figura 9.10. Diferentes formas de representar la misma pieza.
Una vez definida la pieza en cuanto a su forma, se facilita a los alumnos las vistas
de la pieza a escala 1:1. A continuación el alumnado ha de intentar indicar las medidas de
esa pieza de forma que un operario de una fábrica pueda interpretarla y fabricarla a la
perfección.
Duración: media sesión.
C) Normas de acotación
354
incorrectas de resolverlo. De esta forma la asimilación de los contenidos es mucho más
eficaz. La figura siguiente ilustra algunos de estos ejemplos:
Figura 9.11. Algunos de los fallos más frecuentes a la hora de dibujar las líneas de cota.
Figura 9.12. Algunos de los fallos más frecuentes a la hora de dibujar las cotas.
355
Figura 9.13. Modelo de ejercicio para acotar.
Duración: 3 sesiones.
D) Prueba individual
Al finalizar la unidad didáctica, una herramienta muy útil para evaluar si se han
conseguido parte de los objetivos fijados es la realización de una prueba individual. En
ella se pueden establecer una serie de ejercicios similares a los de la actividad de
desarrollo anterior, cuidando que se incluyan la mayor parte de los casos típicos de
acotación, donde el alumnado deba elegir entre, por ejemplo, acotación de serie, paralela
o mixta, y siempre respetando la normalización.
356
Otro tipo de actividad que se ha de añadir a esta prueba, que resulta interesante, es
la inclusión de piezas sencillas en perspectiva (bien sea isométrica o caballera), las cuales
lleven asociadas sus dimensiones pero de una forma clara aunque no normalizada. De
esta forma el alumnado no sólo ha de acotarla perfectamente sino que, además, ha de
dibujar sus vistas. En este último caso se ha de tener en cuenta la complejidad de la pieza
en lo que a la duración de la prueba se refiere.
Duración: 1 sesión.
Dado que en el tercer curso de ESO un programa de CAD (tipo Qcad) sería un
poco complicado en cuanto al manejo de sus herramientas básicas, se propone el uso de
un programa de dibujo vectorial como pueda ser el OpenOffice.org Draw. Esta
aplicación, perteneciente a la “suite” libre OpenOffice.org, permite diseñar pruebas como
la adjunta. El profesorado puede dibujar una pieza sencilla aprovechando la funcionalidad
de renderizado (modelado) del programa y pedir al alumnado que dibuje las vistas
elementales y las acote siguiendo las pautas de normalización explicadas durante la
unidad didáctica. La complejidad de la pieza o incluso el propio diseño de la figura
modelada pueden servir para realizar una ampliación de contenidos a los alumnos que así
357
lo necesitaran. La correcta realización de esta actividad precisa que el alumno esté
familiarizado con esta herramienta de diseño.
358
Figura 9.16. Ejercicio completo con OpenOffice Draw.
Duración: 1 sesión.
F) Actividad de consolidación
9.4.9. Evaluación
La presente unidad didáctica permite obtener una gran cantidad de datos para evaluar la
consecución de los objetivos. Todas las actividades deberán ser corregidas lo antes
posible para que el alumno no vaya “arrastrando” los mismos fallos actividad tras
actividad. Los ejercicios en el ordenador a pesar de no ser tan numerosos como los más
tradicionales también deberán ser evaluados. En el caso de que no pueda haber un único
alumno por ordenador, el profesor ha de estar mucho más atento para comprobar que las
diferentes tareas son realizadas por los dos componentes del equipo de forma más o
menos equitativa. Igualmente, la corrección de los planos que el alumno realizará
principalmente en su casa también suministrará bastante información sobre el cuidado a
la hora de rotular y la limpieza y puntualidad en la presentación de un trabajo bien hecho.
Por último, una pequeña prueba individual evaluará si los contenidos se han
consolidado.
Las capacidades mínimas que el alumnado de 3º de ESO debería alcanzar en esta
unidad didáctica, y por tanto, los criterios básicos de evaluación de la unidad, son:
359
9.4.10. Actividades de refuerzo, ampliación y recuperación
El profesorado debe disponer de una gran cantidad de ejercicios con diferentes grados de
dificultad. De esta forma se puede elegir una secuencia diferente para cada nivel
curricular. La adaptación a alumnos con una base de dibujo técnico muy baja se realiza
con unos ejercicios muy elementales y con el refuerzo en casa gracias a ejercicios de
apoyo. En el caso de alumnos de NEE, esta unidad permite un grado de exigencia menor
que el habitual consiguiendo que el propio estudiante vea con satisfacción su progreso.
Esta flexibilidad es extensible a alumnos con gran destreza a la hora de rotular planos o
que hayan utilizado programas CAD en alguna ocasión.
La actividad de recuperación de esta unidad didáctica puede hacerse a través de la
realización de un examen que aglutine las normas de acotación básicas. Antes de esta
recuperación se ha de facilitar al alumno una pequeña colección de ejercicios
representativos de los que se han desarrollado en clase.
OBJETIVOS:
360
i) Valorar el trabajo bien hecho, presentado con orden y pulcritud.
j) Reconocer la importancia de las aplicaciones informáticas a la hora de
optimizar el diseño de piezas.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONCEPTOS
361
rotulación y presentación con rigor, orden, limpieza y puntualidad en la
entrega.
g) Resolución de ejercicios sencillos con programas de dibujo vectorial.
h) Valoración de la importancia de las normas en la industria y en la
sociedad.
362
363
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
364
correspondiente una vez adquiridos unos conocimientos mínimos sobre materiales,
aunque, como en casi todos los casos, pueden impartirse conocimientos iniciales a partir
de la experiencia e intuición de cada alumno. Una propuesta sería la de aplicar diferentes
unidades didácticas de diferentes dificultades en distintos cursos. Así podría elaborarse
una unidad didáctica más cualitativa para cursos iniciales y otra más cuantitativa (con
aplicación de cálculos de esfuerzos) para cursos un poco más avanzados.
Esta actividad propone un estudio de las estructuras basado en la clasificación de las
más importantes, sus ventajas e inconvenientes y un análisis de los ejemplos más
característicos de cada una de ellas. Así pues, la ubicación de esta actividad estaría en 2.º
de ESO, una vez el alumnado haya asimilado los contenidos concernientes a los
materiales de uso tecnológico y disponga de una pequeña base para poder expresar ideas
de forma gráfica.
9.5.2. Objetivos
365
que, a pesar de que en el segundo curso de la ESO los análisis tienen más
carácter cualitativo que cuantitativo, en esta unidad didáctica se esbozan
sencillos cálculos para determinar las tensiones que sufren algunos elementos
en función de las cargas a las que están sometidos.
c) La forma con la que la unidad didáctica de estructuras contribuye a la
adquisición de la competencia en el conocimiento y la interacción con el
mundo físico está patente en los contenidos de la misma, ya que es, con el
estudio y su simulación, utilizando modelos de diferentes tipos, como
realmente se vincula el área con la vida cotidiana.
d) La competencia digital se verá fomentada en el momento, que se utilice alguna
herramienta informática para simular el comportamiento mecánico de, por
ejemplo, una estructura entramada.
e) La contribución a la competencia cultural y artística se adquiere con la
identificación de diferentes construcciones con las diversas partes del mundo
a las que corresponden. Igualmente se estudia la componente artística con el
entorno en el que está construido. De hecho, el reto de la arquitectura
moderna es, entre otros, proporcionar unas sensaciones visuales
determinadas además de cumplir con el resto de requisitos técnicos.
f) A la competencia para aprender a aprender se contribuye haciendo que el
alumnado sea protagonista de su propio aprendizaje, proporcionando las
herramientas adecuadas para que puedan, entre ostras cosas, buscar
información referente a las estructuras más habituales o las menos
ortodoxas. Igualmente, el uso del software adecuado proporciona los medios
para un autoaprendizaje que se hace más patente con la manipulación de
aplicaciones de simulación de procesos.
g) La competencia relacionada con la autonomía e iniciativa personal se ve
reforzada con el desarrollo del pequeño proyecto que se lleva a cabo al final
de la unidad didáctica. En él los estudiantes podrán poner en práctica
acciones que, en un ambiente de respeto y cordialidad, hayan sabido
defender delante de sus compañeros como propuesta personal. Esta
propuesta debe ser fruto de una reflexión previa aunque no deben
descartarse ideas espontáneas en un determinado momento.
9.5.4. Contenidos
366
f) Diseño y construcción de un proyecto tecnológico basado en estructuras.
El nivel en el que se desarrolla esta unidad didáctica (2.º de ESO) condiciona una
metodología basada en el proceso de resolución de problemas tecnológicos. Después de
una actividad introductoria que permita valorar la necesidad de un diseño óptimo de
estructuras para cada tipo de prestación y requerimientos, se procede a mostrar la
clasificación más habitual de las mismas.
Utilizando un entorno visual, que incluya el comentario de diferentes fotos y una
vez conocidas e identificadas las estructuras más importantes en construcciones más o
menos conocidas, se procede a demostrar con ejemplos basados en modelos gráficos las
ventajas e inconvenientes de unas respecto a otras. Dichas características refuerzan el
concepto intuitivo que tienen los alumnos al comienzo de la unidad didáctica.
Esta unidad culmina con la actividad más representativa de la tecnología: el
proyecto tecnológico. Con él el alumnado pondrá en práctica todo lo aprendido,
obteniendo unos resultados objetivos.
9.5.8. Actividades
367
A) Prueba inicial
Una primera prueba inicial puede aportar al profesorado una información muy
valiosa a la hora de abordar el tema de una forma u otra. A pesar de no ser necesarios
conocimientos previos, sí que resulta interesante conocer las ideas intuitivas acerca de las
estructuras que tienen los estudiantes. También se puede aprovechar la actividad para
recoger información sobre la actitud que tienen en relación con las estructuras y su
importancia para el desarrollo tecnológico.
Las preguntas, que generalmente son de respuesta corta, pueden ser del tipo:
B) Introducción
Pirámide de Egipto
Pirámide maya
Torre Eiffel
Torres petronas
Noria de un parque de atracciones
Puente colgante
Presa
Chasis de un coche
Esqueleto de un animal vertebrado
Exoesqueleto de un invertebrado
Carcasa de un electrodoméstico
368
Figura 9.17. Torre Eiffel, París (1889).
El profesorado debe velar para que la mayor parte de los alumnos participe en los
comentarios de esta actividad.
Duración: media sesión.
369
C) Explicación y clasificación
D) Ejercicios de clasificación
Condiciones
370
El tamaño máximo será de 25 x 25 cm.
Los materiales empleados sólo podrán ser papel, cordel, colas y
pegamentos que no contengan cyanocrilato.
Queda prohibido el uso de pinturas de cualquier tipo (a excepción de
las tém-peras).
Condiciones
371
Figura 9.19. Otra solución propuesta por el alumnado.
372
9.5.9. Evaluación
a) Conocer los diferentes tipos de estructuras y los elementos que las componen.
b) Identificar los efectos estructurales de diferentes construcciones.
c) Construir un pequeño modelo de estructura en un equipo formado por varios
alumnos y en un ambiente de cordialidad y respeto.
d) Trabajar en el aula en la elaboración de pequeñas documentaciones alrededor
de estructuras.
La mayor parte de las actividades permite una escalabilidad muy buena, de modo que se
adapta a cada una de ellas al nivel curricular de cada estudiante. Así, por ejemplo, para
explicar las estructuras colgantes, se pueden utilizar imágenes que vayan desde un
columpio de un parque hasta una imagen del puente de Brooklyn o, como estructura
masiva, un pequeño encofrado o una pirámide de Egipto como casos extremos.
La recuperación de esta unidad didáctica, para aquellos estudiantes que no hayan
asumido los contenidos mínimos, se puede realizar a partir de un pequeño trabajo en el
cual se refleje cada uno de los tipos de estructuras estudiados incluyendo fotografías que
los ilustren.
OBJETIVOS
373
obras de ingeniería, valorando cuál es el más adecuado según los
esfuerzos que vayan a soportar.
b) Resolver un problema tecnológico relacionado con las estructuras,
trabajando en equipo de forma organizada y respetando cada una de las
fases de planificación y construcción.
c) Identificar los diferentes tipos de esfuerzos que pueden sufrir
determinados elementos.
d) Analizar los comportamientos estructurales básicos mediante la
elaboración de diferentes modelos tanto físicos como virtuales.
e) Debatir sobre la importancia de las estructuras y sobre cuál de ellas puede
ser la más adecuada para un determinado problema tecnológico.
f) Conocer el vocabulario técnico específico de la unidad didáctica.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONOCIMIENTOS
374
c) Identificación de esfuerzos y triangulación.
d) Construcción de modelos resistentes.
e) Valoración de la importancia de las estructuras resistentes.
f) Diseño y construcción de un proyecto tecnológico basado en estructuras.
375
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
376
las modificaciones pertinentes para que dicho proceso mejore.
9.6.2. Objetivos
377
e) Realizar los cálculos necesarios para determinar los parámetros básicos de un
mecanismo de transformación como dimensiones, velocidades y momentos.
f) Utilizar con propiedad el vocabulario que hace referencia a los conceptos.
9.6.3. Contenidos
378
la hora de trazar los esquemas que representen los mecanismos estudiados.
9.6.7. Actividades
A) Prueba inicial
Tiene la finalidad de adquirir una serie de datos que determinen los conocimientos
previos del alumnado como punto de partida para el desarrollo de la unidad didáctica.
Normalmente esta prueba se realiza al principio de un bloque de contenidos como pueda
ser, por ejemplo, “mecanismos”. En este caso y dada la ubicación de esta unidad
didáctica, justo a continuación de la que aporta la mayor parte de los conocimientos
previos (“Mecanismos de transmisión”), no sería necesaria su realización. A pesar de ello
se propone una muy sencilla, más encaminada a determinar el interés que despierta el
tema y la actitud que presenta el alumnado. De esta forma y a modo de ejemplo, se
presenta un modelo de ejercicio cuya finalidad es, por un lado, despertar el interés del
alumnado y, por otro, adquirir los conocimientos “intuitivos” de los mismos.
379
Figura 9.20. Yugo escocés.
B) Actividad motivadora
380
El profesor, quien ha de intentar que todos los estudiantes participen, debe anotar
todas las respuestas y comentarlas más tarde.
Duración: media sesión.
Torno
Piñón-cremallera
Biela-manivela
Yugo escocés
Manivela-biela-manivela
Cruz de malta
Levas
Excéntricas
Husillo-tuerca (tornillo-tuerca)
381
Figura 9.22. Motor eléctrico con usillo acoplado.
382
Figura 9.23. Mecanismo interno de un servomotor y acoplamiento de manivela.
383
Gato mecánico para cambiar la rueda de un coche.
Mecanismo interior de un limpiaparabrisas.
Sistema de posicionamiento de un taladro de columna.
Taburete giratorio del aula-taller de tecnología.
Sargento o tornillo de banco.
Los alumnos deben poder disponer de una colección de ejercicios para que puedan
solucionarlos en casa. El profesor comienza cada sesión con la resolución de alguno de
los problemas en los que el alumnado haya tenido más problemas.
Duración: 3 sesiones.
384
realización de esta pequeña construcción utilizando piezas perforadas que estén ya
mecanizadas. De esta forma, el equipo por 2 ó 3 alumnos puede montar el modelo
elegido en una sola sesión en el aula-taller. Además del piecerío comentado, se
necesitarán las herramientas básicas para el fijado de los elementos, ya sea de forma
provisional (con tortillería) o permanente (con remaches).
Así, pueden construirse mecanismos biela-manivela, levas o excéntricas, manivela-
manivela, piñón-cremallera, etc.
Duración: 2 sesiones.
G) Prueba individual
Un piñón que desplace a una cremallera ¿también funciona de forma que sea la
cremallera la que haga girar al piñón?
Una manivela acoplada a una biela permite el movimiento alternativo de un
émbolo. ¿Puede funcionar de forma inversa?
Si una cruz de malta dispone de seis ranuras, ¿cuántas vueltas dará si su rueda
asociada da 21?
¿Cuál sería la gráfica grados de giro-posición del seguidor de una leva
cardioide?
Duración: 1 sesión.
9.6.8. Evaluación
En esta unidad didáctica se reflejan dos aspectos opuestos: por un lado, las clases
frontales y por otro el debate y los trabajos prácticos. De esta forma la variedad de
herramientas para evaluar es muy grande. Entre ellas se encuentran la corrección de
ejercicios, la participación en debates, el trabajo sistemático en equipo y la identificación
de elementos.
Las capacidades mínimas que deberán adquirir los estudiantes al acabar esta unidad
didáctica son:
385
b) Identificar los más importantes dentro de los mecanismos más complejos de
uso común.
c) Reproducir algunos de los mecanismos mediante modelos físicos.
d) Calcular los parámetros básicos de los diferentes elementos que forman los
mecanismos.
OBJETIVOS
386
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONOCIMIENTOS
387
388
Actividades de refuerzo y ampliación
Actividades de recuperación
Evaluación de la enseñanza
389
9.7.1. Introducción y ubicación de la unidad didáctica
9.7.2. Objetivos
390
adecuadamente los recursos informáticos que se dispongan, presentando el
resultado con rigor científico.
9.7.3. Contenidos
391
Los conocimientos obtenidos en el tercer curso de ESO serán de mucha utilidad al
alumnado de Bachillerato a la hora de reflexionar sobre las diferentes formas de
aprovechar los recursos energéticos y cómo el uso de alternadores permite la generación
de electricidad a partir de un gran número de fuentes. Igualmente, los mecanismos
estudiados también en tercero o en cuarto aportarán una perspectiva para abordar los
contenidos explicados.
Junto con los recursos típicos del área como pueden ser la pizarra y el ordenador con
proyector, también es necesario el acceso a Internet para realizar tareas de búsqueda y
contribuir a la creación de espacios de participación. Así se propone disponer de entornos
colaborativos (wikis) bien en un servidor externo, bien en uno del propio centro y foros
abiertos en determinadas actividades. Junto con estos recursos más innovadores, también
se han de utilizar operadores electromecánicos y fotovoltaicos para realizar un pequeño
proyecto en el aula-taller de tecnología utilizando las herramientas adecuadas.
9.7.7. Actividades
A) Prueba inicial
a) Radiante.
b) Calorífica.
392
c) Solar.
a) La madera.
b) El uranio.
c) El petróleo y derivados.
a) En la energía hidráulica.
b) En la energía acuífera.
c) En la energía hidromagnética.
a) Energía electromecánica.
b) Energía fosforescente.
c) Energía electromagnética.
7. La biomasa es
393
a) E. hidráulica, E. solar, E. geotérmica.
b) E. nuclear, E. solar, E. maremotriz.
c) E. nuclear, E. solar, E. geotérmica.
a) Es limpia
b) Es barata.
c) Da poca energía.
13. Los rayos infrarrojos, las microondas y la luz son ejemplos de energía
a) Eléctrica.
b) Térmica.
c) Radiante.
a) Energía mecánica.
b) Energía radiante.
c) Energía calorífica.
15. Un géiser (del que sale un chorro de agua hirviedo) puede utilizarse para
aprovechar
394
c) La energía hidráulica.
a) La Luna.
b) El Sol.
c) Las dos son igual de importantes.
395
apoyados en diferentes indicadores, explica el porqué del calentamiento global.
Al finalizar el vídeo, el profesorado abrirá un foro de debate en Internet, donde
cada alumno podrá añadir diferentes reflexiones respeto al tema tratado. El profesor,
quien ejercerá de catalizador haciendo diferentes preguntas, moderará dicho foro. En la
evaluación de la unidad didáctica se valorará el grado de participación en dicha actividad,
la cual se realizará fuera del horario escolar.
Duración: dos sesiones.
D) Energía solar
396
Se explica cómo se obtiene el agua sanitaria y la electricidad y cuáles son los
parámetros básicos de una instalación fotovoltaica. El profesorado hablará sobre los tipos
de aprovechamiento de la energía solar: utilización de paneles fotovoltaicos, colectores
solares para la obtención de agua caliente para uso sanitario (figuras 9.25 y 9.26) y
colectores solares para obtención de agua caliente a alta temperatura para generación de
electricidad en hornos solares y campos de helióstatos (figura 9.27). Todas estas
explicaciones estarán apoyadas por fotografías, animaciones y esquemas explicativos. En
dichos esquemas se podrán analizar aspectos básicos de las canalizaciones en el caso del
transporte de fluidos e instalaciones eléctricas y elementos de control que permitan
gestionar el almacenamiento de la energía eléctrica o su inyección en la red pública.
También se muestra a los alumnos una hoja de cálculo que permita hacer simulaciones
de generación de energía en instalaciones fotovoltaicas en función de parámetros como la
latitud, las horas de sol, el número de celdas.
397
Figura 9.26. Concentradores cilindroparabólicos y parabólicos.
398
Figura 9.27. Horno solar en un campo de heliostatos.
399
Figura 9.28. Aprovechamiento del flujo de agua debida a la diferencia de altura entre las
zonas A y B a causa de las mareas.
400
contribuyen de una forma más pasiva pero enormemente eficaz. Efectivamente, hay
elementos arquitectónicos que se deben tener en cuenta, como son la orientación de la
vivienda, los materiales empleados, la disposición de entradas y salidas de aire de una
determinada forma, etc. Otras se refieren a hábitos y buenas prácticas, como no tener
encendidos aparatos que no se usan, bajar algún grado el termostato de la calefacción (o
subirlo en el aire acondicionado), no dejar aparatos en “StandBy”, etc. Todas ellas
ayudan a ahorrar al final del año mucho dinero en concepto de calefacción e iluminación.
El profesorado ha de explicar algunas de las más utilizadas, con ayuda de ejemplos,
y abrir un foro en Internet donde los alumnos puedan ampliarlo con más propuestas.
El compendio puede ser entregado a la Comisión Ambiental (muy común en todos
los centros) para que las analice y promueva aquellas que sean factibles y aún no se
hayan puesto en marcha.
Duración: una sesión.
401
I) Prueba individual
– ¿En qué década se produce en el mundo una gran crisis energética que hace
que los científicos empiecen a desarrollar nuevas y mejores aplicaciones
de las energías alternativas?
– ¿Cuántos brazos tienen los molinos manchegos y mallorquines ("fariners")
respectivamente?
– ¿Qué elemento sirve para regular la orientación de los molinos "aiguaders"
mallorquines?
– Cita el nombre de dos máquinas eólicas de eje vertical y otras dos de eje
horizontal respectivamente.
– ¿Cómo se llama la máquina eólica cuyo caso particular es el anemómetro?
– ¿Qué se conoce como aerogenerador?
– ¿A cuántos grados ha de estar desplegada la veleta de los molinos
mallorquines si queremos que giren al máximo de velocidad?
– El autómata que controla un aerogenerador tiene dos entradas (o tres ) y
una salida. ¿Qué parámetros entran y qué parámetro sale de dicho
autómata?
– ¿Por qué tres tipos de radiación está formada (fundamentalmente) a su vez
la radiación solar que llega a la Tierra?
– ¿Cómo se llama el dispositivo formado por una placa negra, acristalada
por la cual transcurre una manguera haciendo “eses” por donde circula
agua?
– ¿Cómo se llama el dispositivo capaz de hacer que todos los rayos solares
que le llegan incidan en un único punto?
– ¿Cómo se llama el dispositivo capaz de hacer que todos los rayos solares
que le llegan incidan en una única línea?
– Describe básicamente qué es un campo de helióstatos.
– ¿Con qué sistema podemos alcanzar temperaturas de hasta 4.000 ºC
aprovechando la energía solar?
– ¿Qué dispositivos aprovechan la energía solar pero sin aprovechar la
energía térmica?
– ¿Cómo se obtiene energía eléctrica de corriente continua a partir de la
energía solar?
– ¿A qué ángulo, con respecto del suelo, colocaremos algunos de los
dispositivos solares? ¿Y si viviéramos en el ecuador?
– ¿Para qué más se puede utilizar la energía solar además de para obtener
calor y electricidad?
402
– ¿Cómo se puede hacer negocio con la energía solar?
– ¿Cuál es la orientación óptima de una casa? ¿Qué conseguimos con ello?
– ¿Qué radiación solar es nociva para la salud y qué capa se encarga en la
atmósfera de filtrarla?
– ¿Qué temperatura aproximada es el límite para clasificar la energía
geotérmica en alta o baja temperatura?
– ¿Cómo se denominan los cráteres por donde se expulsa agua y vapor de
agua de forma periódica?
– ¿Cómo se denominan las pequeñas balsas naturales de agua caliente?
– Explica brevemente un método para extraer el agua de una bolsa de agua
caliente a la vez que se repone.
– ¿Con qué otros nombres se denominan la marea alta y baja
respectivamente?
– ¿Qué produce las mareas?
– ¿Qué gran ventaja presenta la energía maremotriz con respecto el resto de
energías alternativas?
– ¿Qué dispositivo de aprovechamiento de la energía de las olas tiene (o
dicen que tiene) forma de pato?
– ¿Qué dispositivo de aprovechamiento de la energía de las olas consigue
comprimir aire para su funcionamiento?
– ¿Cómo se llama el gas combustible obtenido a partir de la pirólisis
utilizado en motores antiguos?
– ¿Con qué proceso podemos transformar la biomasa en etanol para
vehículos?
– ¿Con qué proceso podemos transformar la biomasa biogás (metano)?
– ¿Con qué proceso podemos transformar la biomasa en carbón vegetal?
– ¿Cuál es la sustancia base a partir de la cual, mediante un proceso
bioquímico, obtenemos etanol?
– ¿Qué cinco “destinos” pueden tener los RSU?
– ¿A partir de qué poder calorífico se puede obtener energía de los RSU?
– ¿Qué elemento promete ser una fuente de energía importante en un futuro no
muy le jano?
9.7.8. Evaluación
403
además de esta última prueba, la participación en los foros abiertos en Internet y el
contenido de dicha participación. Otra actividad muy importante en esta unidad didáctica
es la construcción del modelo tecnológico. Se valorará, al igual que en otras actividades
prácticas de características similares, el trabajo en equipo desde el punto de vista de
cordialidad y respeto hacia las ideas de los demás miembros del equipo, el seguimiento de
las normas de seguridad en el mismo proceso de fabricación y la limpieza en el lugar de
trabajo. Pero, además de estos puntos, se valorará la consecución de los objetivos
prefijados (transformación de la energía adecuadamente), el acabado del modelo, la
utilización de los materiales adecuados y la originalidad del artefacto construido.
Los criterios mínimos exigibles al alumnado son
404
OBJETIVOS
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
REQUISITOS
RECURSOS:
CONTENIDOS
405
a) Máquinas eólicas: historia, clasificación y funcionamiento.
b) Energía solar: obtención de agua sanitaria y electricidad, parámetros
básicos de una instalación fotovoltaica.
c) Energía maremotriz: principios básicos y análisis de sistemas de
explotación.
d) Energía de las olas: principios básicos y análisis de sistemas de
explotación.
e) Energía geotérmica: principios básicos y análisis de sistemas de
explotación.
f) Obtención de energía a partir de la biomasa: tipos de biomasa y
explotación.
g) Obtención de energía a partir de los RSU: justificación y explotación.
h) Experimentación basada en el funcionamiento de algunas máquinas.
i) Análisis del impacto ambiental de algunas energías alternativas.
j) Valoración de la necesidad de investigación en el campo de las energías
alternativas.
k) Desarrollo sostenible: energías alternativas en las viviendas.
406
407
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
408
9.8. Electricidad: “Introducción a la electricidad”
9.8.2. Objetivos
409
c) Realizar montajes de circuitos eléctricos básicos en corriente continua,
utilizando pilas, interruptores, resistencias, bombillas, motores, electroimanes
y relés, observando las normas de prevención de riesgos adecuadas.
d) Identificar y determinar el valor de magnitudes eléctricas, aplicando la ley de
Ohm y utilizando instrumentos de medida ya sea en circuitos reales o
simulados por ordenador.
e) Valorar el trabajo bien hecho, siguiendo las normas de seguridad.
9.8.4. Contenidos
410
d) Uso de programas de simulación para analizar el comportamiento de los
circuitos eléctricos.
e) Efectos de la corriente eléctrica en el cuerpo humano: normas de seguridad.
f) Valoración del trabajo meticuloso en un entorno colaborativo.
Se trata ésta de una unidad didáctica que se basa en las exposiciones de los contenidos
apoyados por numerosas actividades prácticas, bien sean con ordenador, entrenadores,
bien sean con ejercicios de diseño de circuitos o análisis de los mismos. Las prácticas,
virtuales o reales, deberían hacerse en pequeños grupos. Si los recursos materiales lo
permiten, se sugiere el trabajo en parejas.
Los recursos necesarios para el desarrollo de esta unidad son muy variados. En cuanto a
los recursos inmuebles, se debe disponer tanto del aula-taller de tecnología como del aula
de informática. En el caso del aula de informática cada alumno (o pareja de alumnos) ha
de disponer de la aplicación utilizada para simular los circuitos básicos. En el taller se
realizarán los montajes con elementos adecuados a tal fin. Para este tipo de actividades
existen en el mercado numerosos entrenadores en los que los operadores son fácilmente
conectados entre sí. También pueden comprarse elementos industriales sueltos con lo
que, a pesar de que la interconexión es más laboriosa, resulta una actividad más parecida
a una aplicación real y el coste es mucho más reducido que el caso anterior. En todo
momento el profesorado debe disponer de un ordenador con proyector y pizarra
convencional. En estos casos resultan muy útiles las pizarras blancas magnéticas donde
colocar los símbolos con imanes y trazar los conductores con rotulador.
9.8.8. Actividades
411
A) Prueba inicial
Aunque es normal que la mayor parte del alumnado no haya estudiado aún
contenidos relacionados con la electricidad, sí que resulta interesante conocer algunas de
las ideas (o mitos) que conocen los alumnos sobre esta manifestación de la energía y la
valoración que hacen sobre su importancia en el mundo contemporáneo. Así, algunas de
las preguntas que pueden aparecer son:
412
elemental (que contenga fuente de alimentación, conductores y receptor), se procede al
estudio de la ley de Ohm, con lo cual se ligan las tres magnitudes básicas, que también
han de explicarse junto con sus unidades de medida. Inmediatamente después el profesor
realiza un montaje y verifica, delante de los alumnos, que, para una carga de resistencia
constante, la corriente que la atraviesa será directamente proporcional al voltaje al que
están sometidos sus terminales. Es decir, que, al doble de voltaje de la fuente de
alimentación regulable, doble intensidad.
La actividad termina con la resolución de unos pequeños problemas que pueden ser
resueltos en clase y en casa. A título de ejemplo:
413
realice una pequeña ficha para cada montaje. Puede tomar algunas anotaciones básicas
en “sucio” para realizar la ficha de forma adecuada en su casa.
A modo de ejemplo se propone la siguiente:
414
Resultados obtenidos:
Dificultades encontradas:
Duración: 2 sesiones.
415
shareware (uso limitado) o freeware (uso gratuito) y otras de software libre (con muchas
más ventajas que el que sean gratuitas). Entre estos últimos simuladores destaca Qucs
(Quite Universal Circuit Simulator) con lincencia GNU y ejecutable desde numerosos
sistemas operativos.
Después de una breve explicación por parte del profesorado, se procederá al análisis
de algunos de los ejercicios efectuados en actividades anteriores, corroborando la
corrección de los resultados obtenidos.
Duración: 1 sesión.
416
G) Efectos de la corriente eléctrica en el cuerpo humano: normas de seguridad
A pesar de que la unidad didáctica trata sobre corriente continua a muy baja
tensión, es un momento excelente para explicar algunos detalles sobre los efectos nocivos
que puede tener la electricidad sobre la fisiología humana y cuáles son las medidas y
elementos de seguridad que han de disponerse para evitarlos.
Primeramente el alumnado debe enumerar algunos de los peligros más usuales que
existen en el ámbito doméstico. Esta lista se volverá a repasar y se completará al acabar
la actividad. Después de estas ideas (que no dejan de ser intuitivas), el profesorado ha de
exponer los efectos que tiene la corriente eléctrica sobre los tejidos de las personas en
función de la resistencia de dichos tejidos, el valor del voltaje aplicado entre los dos
puntos de contacto e incluso la naturaleza de dicha corriente (si es continua o alterna).
Después de ello se puede introducir brevemente el concepto de toma de tierra de una
instalación de baja tensión en una vivienda y los elementos de protección, especialmente
el interruptor diferencial.
Como se ha comentado anteriormente, se volverán a repasar los peligros más
habituales que puedan existir al trabajar con electricidad y se relacionarán con una
medida, hábito o elemento de protección que lo evite.
Duración: 1 sesión.
H) Prueba individual
Esta prueba, que al finalizar será resuelta en clase, es de corta duración y pretende
evaluar algunos de los contenidos explicados en esta unidad didáctica gracias a pequeñas
cuestiones y ejercicios muy básicos. Entre otras preguntas pueden encontrarse:
Duración: 1 sesión.
417
9.8.9. Evaluación
Al ser una unidad didáctica de carácter introductorio, resulta relativamente fácil adecuarlo
a los diferentes niveles que el alumnado pueda tener. Así, los ejercicios propuestos
pueden estar adecuados para cada uno de ellos. También puede ampliarse a los alumnos
con mayor nivel, añadiendo algunos símbolos que hagan referencia a elementos más
avanzados (relés, diodos) aunque siempre desde el punto de vista de su funcionalidad.
Para este tipo de alumnado también se les puede pasar algún tipo de material que haga
referencia a la corriente alterna y a sus parámetros básicos (amplitud, frecuencia, etc.) de
forma que se vayan familiarizando con algunos de estos conceptos para unidades
didácticas posteriores.
Si un alumno no consigue asimilar los objetivos de esta unidad, deberá realizar otra
prueba individual que permita su recuperación.
418
OBJETIVOS
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
419
CONTENIDOS
420
421
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
Evaluación de la enseñanza
422
9.9.1. Introducción y ubicación de la unidad didáctica
El software libre es aquél acogido a una licencia que garantiza una serie de derechos (o
libertades) a los usuarios como, por ejemplo, la posibilidad de estudiar el código fuente
del mismo. La comunidad de software libre está constituida por cientos de miles de
personas voluntarias, repartidas por todo el mundo, que realizan tareas de desarrollo, de
diseño artístico, de traducciones a varias lenguas o de confección de los manuales.
Incluso los usuarios de estos programas están considerados como parte de dicha
comunidad ya que aportan a los proyectos mejoras o detectan fallos para que puedan ser
subsanados. A pesar de que la propia concepción de las licencias libres dificulta los
beneficios por venta directa de las aplicaciones, el volumen de usuarios y de empresas
que se acogen a este tipo de software está haciendo aparecer nuevos modelos de negocio
con unos beneficios que empiezan a ser considerables.
Para comprender el software libre, hay que remontarse casi medio siglo. En los
años 60, IBM dominaba el mercado de ordenadores destinados a grandes empresas y
organismos gubernamentales. El modelo de negocio de la época era el de proporcionar
soluciones integrales de forma que todo el software, imprescindible para su
funcionamiento, simplemente acompañaba al equipo. El relativo poco valor que le daban
los propietarios a su software motivaba que no tuvieran ningún inconveniente en que los
usuarios pudieran revisar el código fuente e intercambiar partes de éste entre ellos. En
este contexto, los laboratorios Bell Labs de AT&T desarrollan el primer sistema operativo
portable al que llamaron UNIX. Por entonces era habitual que las universidades pudieran
disponer del código fuente y contribuir a él. El caso más notable tuvo lugar en la
universidad de Berkeley, que creó BSD estudiando UNIX. Esta permisividad en el
acceso al código fuente, sin restricciones en la práctica, hace pensar que, al inicio, el
software era libre, aunque ese término aún no existía.
A finales de de los 60 y principios de los 70, las empresas empiezan a ser
conscientes del valor intrínseco de los programas y comienzan a comercializarlos por
separado.
En 1984 Richard Stallman deja el MIT (Massachusetts Institute of Technology)
para crear el proyecto GNU (GNU is Not Unix) con el fin de conseguir un conjunto de
software totalmente libre. También escribe la licencia GPL (General Public License)
diseñada para proteger las 4 libertades básicas respecto al software para
423
de conseguir fondos que apoyen al movimiento de software libre.
A GNU le faltaba una pieza para ser un sistema completo: el kernel. En 1991 Linus
Tor-valds, un estudiante de 21 años, pone en marcha un proyecto para crear un S. O.
libre a partir de Minix (clon de UNIX). A mediados de los 90 ya había miles de
desarrolladores que integraban Linux con otros programas libres como los que formaban
parte de GNU. Al S. O. resultante se le denominó GNU/Linux (aunque todo lo el mundo
lo conoce como Linux).
Como un nuevo modelo de negocio, surgen empresas que agrupan diferentes
aplicaciones en torno a GNU/Linux, bajo el nombre de distribución.
En la actualidad existen miles de programas bajo licencias libres. Algunos de las más
importantes alcanzan cuotas de mercado similares, o incluso superiores, a las de sus
homónimos propietarios. En la actualidad, dichas cuotas aumentan día a día debido en
parte a la tendencia de muchas empresas a liberar su código como estrategia competitiva.
Esta unidad didáctica presenta un carácter innovador en la Educación Secundaria.
La ubicación de la misma en el último curso de la ESO permite la asimilación de los
argumentos esgrimidos por el software libre, los cuales van desde los éticos hasta los
económicos, pasando por los técnicos.
9.9.2. Objetivos
Esta unidad didáctica pretende que al finalizarla los alumnos sean capaces de
424
a) La contribución a la competencia en comunicación lingüística está
estrechamente relacionada con la redacción de los trabajos bibliográficos y
con la participación en el debate moderado por el profesor.
b) Esta unidad didáctica contribuye muy significativamente a la adquisición de la
competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. En
realidad se trata de un nuevo enfoque de la forma de desarrollar software,
colaborando y contribuyendo al mismo no sólo desde el punto de vista de
programación.
c) El tratamiento de la información y competencia digital es una competencia que
se adquiere de forma implícita por parte del alumnado al seguir esta unidad
didáctica. Efectivamente, la misma está enmarcada dentro de las tecnologías
de la información y la comunicación. Pero, además, utilizando todos los
recursos existentes en Internet para buscar información y, una vez
procesada, presentándola utilizando algún procesador de texto, también se
colabora a ello.
d) A la competencia social y ciudadana se contribuye notablemente dado que
pocas unidades tratan tantos aspectos éticos y sociales como ésta. Es por
eso que proporciona la ocasión idónea de discutir ideas y razonamientos y
adoptar posturas respecto al trabajo cooperativo por parte de una comunidad
de proporciones nunca vistas.
e) La contribución a la competencia cultural se adquiere con el análisis de la
cultura tecnológica que comenzó en Estados Unidos a principios de los 60 y
que ha ido evolucionando hasta la actualidad expandiéndose por todo el
mundo.
f) Tal vez se contribuya a la competencia para aprender a aprender como ningún
otro bloque temático. La metodología de desarrollo de software libre permite
la adquisición de conocimientos de forma autodidacta y con ayuda de otros
miembros de la comunidad libre de forma que la figura del profesor como
única fuente de conocimiento queda totalmente desmontada aunque éste
sigue siendo pieza clave.
g) La autonomía e iniciativa personal también se ven fomentadas por la
posibilidad de contribuir a algún proyecto de libre elección aunque no sea
desde un punto de vista estrictamente de programación.
9.9.4. Contenidos
425
e) Análisis de las diferencias entre software libre y software propietario.
f) Valoración de las ventajas que reporta el software libre.
g) Taller GNU/Linux.
Los conceptos que hace unos años eran defendidos sólo por una pequeña parte del
profesorado y que, dependiendo del país, quedaban como meras anécdotas son en la
actualidad una realidad. Todo el software desarrollado en el seno de la comunidad libre
es una alternativa a los productos creados por empresas de código cerrado. En la
actualidad existen una gran cantidad de proyectos S. L. estables en todos los ámbitos:
sistemas operativos, suites ofimáticas, diseño gráfico, programación, simuladores,
programas educativos, etc.
Sin embargo, no en todos los centros se dan las mismas condiciones para impartir
esta unidad didáctica. Existen centros donde lo habitual es utilizar equipos con alguna
distribución GNU/Linux y otros donde la mayoría de ordenadores usan como sistema
operativo alguna versión de Windows. De esta forma la metodología que se emplee
variará en función de si el alumnado ya está familiarizado con este tipo de software o no.
En el primer caso se ha de profundizar más en los valores añadidos a este tipo de
software, como son el económico, social e incluso moral, así como en las grandes
ventajas que reporta el trabajo en una comunidad de estas características. En el segundo
caso se ha de hacer hincapié en las funcionalidades técnicas como son el entorno gráfico
y el sistema de instalación de paquetes a través de repositorios, pero siempre sin dejar de
lado la metodología que envuelve al software de código abierto y todo ello utilizando los
cd-live que permiten probar dichas funcionalidades sin necesidad de modificar los discos
duros de los equipos. Esta unidad didáctica propone una metodología basada por un lado
en el análisis de artículos y documentales, reforzados por debates moderados o pequeños
grupos de trabajo y, por otro lado, en el trabajo sistemático practicando las operaciones
básicas típicas de un entorno gráfico como pueden ser los proporcionados por los
gestores de escritorio Gnome o KDE.
Aunque no es necesario ningún tipo de conocimientos previos para abordar las ventajas e
inconvenientes que presenta un desarrollo “Open Source” (código abierto), sí que se ha
de tener en consideración a la hora de desarrollar la última actividad referente al taller de
GNU/Linux si el centro dispone de ordenadores con este sistema operativo o no. De no
ser así, se pueden utilizar los conocidos como CD live o DVD live e incluso los USB live,
los cuales permiten tener toda la operatividad de un sistema tipo UNIX sin necesidad de
426
realizar ninguna instalación. A pesar de que existen numerosas distribuciones de este tipo,
destacan Knoppix, por ser una de los primeras en este tipo de distribuciones, y Ubuntu
que, además de ser la distribución con mayor expansión de los últimos años, también
dispone de esta funcionalidad. A pesar de que los ordenadores más modernos ejecutan
todas las aplicaciones incluidas en el DVD live a una buena velocidad, en equipos un
poco más antiguos puede ser un poco más lento. En cualquier caso la funcionalidad es
plena y permite holgadamente enseñar al alumnado las operaciones básicas en un entorno
GNU/Linux.
Si el instituto en cuestión es un centro de inmersión tecnológica basado en software
libre, se presupone que el alumnado de cuarto curso de ESO ya tiene los conocimientos
elementales para desenvolverse en un entorno libre, por lo que se puede destinar el taller
a impartir conocimientos a un nivel de administración de equipos.
Serían los típicos para una clase basada en el visionado de documentales, discusión de
artículos y búsqueda de información adicional en Internet. También imprescindible, sobre
todo en la recta final de la unidad didáctica, es poder disponer de ordenadores que tengan
instalada alguna versión GNU/Linux o, en su defecto, tener a disposición de cada
usuario, o grupo de usuarios, un cd live o dvd live con alguna distribución. Igualmente
interesante sería que esa misma distribución esté disponible para cada alumno que deba
trabajar en casa estos contenidos.
9.9.8. Actividades
427
B) Contribuciones a un proyecto de software libre
Una vez los alumnos conocen los motivos que impulsaron este tipo de trabajo
colabo-rativo, es necesario que aprendan de qué forma puede contribuir un usuario
cualquiera al desarrollo de dicho software. Normalmente tendrán la idea preconcebida de
que la única forma de colaborar es escribiendo líneas de código, esto es, programando.
En realidad hay aspectos tan importantes como la programación en el desarrollo de un
proyecto de software. Entre ellas se tiene:
428
LGPL Lesser General Public License. Licencia menor de la GPL que permite enlazar
con software privativo.
429
Apache El servidor de páginas web más utilizado en el mundo.
Duración: 1 sesión.
Esta actividad permite generar un debate moderado que sirva para contrastar las
ventajas del software libre frente al privativo, como puede ser el desarrollado por
empresas como MicrosoftTM.
Además del debate Linux Vs Windows, que es inevitable, también se han de
destacar aspectos genéricos del desarrollo de aplicaciones, como son el económico, las
seguridad, la calidad, el soporte, etc.
El profesor como catalizador puede realizar diferentes preguntas y afirmaciones que
fomenten dicha intervención. Se recomiendan aquellas que hacen mención a mitos
(normalmente erróneos) en referencia a este tipo de software. Entre ellas se proponen:
430
Duración: 1 sesión.
F) Taller GNU/Linux
La forma en la que se llevará a cabo este taller dependerá de los recursos que
existan en los centros de educación donde se lleve a cabo. Efectivamente un centro
puede disponer de un aula de informática con equipos con WindowsTM instalado o con
alguna distribución Linux (Mandriva, Fedora, Debian, Ubuntu, Suse, etc.). En este
segundo caso se entiende que el alumnado ya está familiarizado con la configuración de
un entorno like Unix y que es capaz de realizar las tareas más básicas. Sin embargo lo
más habitual es la primera opción, a pesar de que cada vez más centros están migrando
poco a poco a un software de código abierto aunque sea empleando un arranque dual
que permita la elección del sistema operativo en el momento del arranque del equipo.
En el supuesto más común (actualmente) de que sólo se disponga el sistema
operativo de MicrosoftTM, se pueden utilizar los live CD-DVD que permiten utilizar un
sistema operativo completo basado en Linux sin necesidad de realizar ninguna instalación
en el disco duro del equipo, de forma que, al reiniciar el ordenador, éste no haya sufrido
ninguna modificación y funcionará con normalidad (al menos la misma normalidad con la
que lo hacía antes). Esto es debido ha que se carga una imagen del S. O. en la memoria
RAM del equipo, desde la cual se acceden a los datos que existen en el CD o DVD que
contiene la distribución. A pesar de no poder dejar datos de forma permanente en el
equipo al tratarse de una partición temporal, si se pueden realizar estas escrituras en
soportes extraíbles como memorias USB.
Entre los liveCD más populares se encuentran Knoppix, Ubuntu, Gnoppix, y
cualquier versión live de otras distribuciones.
Una vez arrancado el sistema, se puede realizar una primera sesión para prender la
configuración básica del S. O. y el uso de los programas más utilizados (OpenOffice.org,
Fire-fox, Pidgim, etc) a través de la interfaz gráfica elegida (Gnome, KDE, XFCE…). Se
recomienda tener instalada en la red del centro un servidor DHCP (Dynamic Host
Configuration Protocol) que permita el acceso directo a Internet sin necesidad de tener
que configurar los parámetros de red del equipo.
431
Figura 9.31. Escritorio de una distribución Ubuntu con el gestor KDE.
Una segunda sesión estaría indicada para que los alumnos se familiarizaran con la
consola del sistema a través de la línea de comandos. De esta forma podrán realizar
algunas de las tareas más comunes empleando instrucciones con argumentos.
432
Figura 9.32. Consola de línea de comandos de un sistema “like Unix”.
Duración: 2 sesiones.
9.9.9. Evaluación
A diferencia de otras unidades didácticas, ésta no tendrá una prueba individual final. Esto
es debido a que es preferible que todo el peso recaiga en la participación del alumno, bien
durante los debates, bien con la entrega de los diferentes ejercicios que han de realizar en
parejas. Es por ello que el profesorado ha de estar especialmente atento a la total
433
participación de su alumnado, de forma que si algún estudiante no interviene se ha de
fomentar su participación utilizando otras estrategias como, por ejemplo, la exposición de
alguno de los ejercicios solicitados.
Los objetivos mínimos que debe asumir el alumnado de 4.ª de ESO al acabar esta
unidad didáctica son:
Al tratarse de un tema introductorio, es poco probable que algún alumno que esté
interesado por el tema se “descuelgue” del mismo. De ser así, sólo es necesario repasar
los conceptos explicados y realizar adecuadamente las tareas encomendadas. Sin
embargo, sí es factible encontrar a algún estudiante que ya esté familiarizado con este
tipo de software. En este caso se le puede proponer profundizar más en proyectos como
PHP o MySQL e incluso animarlo a que entre en el mundo de la programación de la
mano de algún lenguaje de escripts (guiones) como PHP o el propio Bash de la consola.
La recuperación de los alumnos que no hayan alcanzado una evaluación positiva de
esta unidad puede realizarse con la redacción biográfica de alguno de los nombres
propios de la comunidad del software libre.
OBJETIVOS
434
c) Investigar el contexto ético, tecnológico y económico en el que estaban
ubicados los protagonistas de este movimiento.
d) Analizar algunas de las licencias libres más empleadas.
e) Conocer las diferentes formas que hay de contribuir en un proyecto de
software libre.
f) Saber desenvolverse en el entorno de escritorio de alguna distribución
GNU/Linux.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
Esta unidad didáctica está dividida claramente en dos partes: una primera
destinada a generar el debate entre los alumnos, a partir de explicaciones del
profesorado y documentales y otra más práctica con la intencionalidad de que
los alumnos tomen contacto con las distribuciones GNU/Linux.
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS:
CONTENIDOS
435
436
Actividades de refuerzo
Actividades de recuperación
Actividades de ampliación
437
Profundización en proyectos como PHP o MySQL y pequeña incursión en
la programación de la mano de algún lenguaje de scripts (guiones) como
PHP o el propio Bash de la consola.
Evaluación de la enseñanza
438
proceso de reciclado no son baratos. De esta forma aparece el concepto de desarrollo
sostenible, el cual aglutina una serie de líneas de acción que afecta a las áreas económica,
social y ambiental. El desarrollo sostenible pretende “satisfacer las necesidades de las
generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender
sus propias necesidades”, según el Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo realizado en 1987.
Bajo estas circunstancias, la tecnología juega un papel muy importante de la mano
de la domótica. La domótica (casa automática) es el conjunto de sistemas automáticos
que permite la correcta gestión de energías, seguridad, comunicaciones y recursos
hídricos de una vivienda. Dichos sistemas, que normalmente están microcontrolados,
permiten un aumento considerable de la eficiencia de los recursos de una casa a partir de
un consumo eléctrico muy reducido ahorrando en aspectos como la calefacción y la
iluminación y proporcionando un alto grado de seguridad y confort.
Estos sistemas, junto con los motivos que llevan a su consideración, pueden ser
analizadas por el alumnado de 4.º de ESO.
9.10.2. Objetivos
Al finalizar esta unidad didáctica, el alumnado de 3.º de ESO será capaz de:
La contribución de esta unidad a las diferentes competencias básicas que han de adquirir
los alumnos del tercer curso de ESO es muy completa debido, entre otros motivos, a la
gran cantidad de información que tendrán que procesar, tanto de carácter literario como
439
económico:
9.10.4. Contenidos
440
9.10.5. Orientaciones metodológicas
Es ésta una unidad didáctica en la que priman los procedimientos y las actitudes
adoptadas tanto como los propios conceptos que puedan impartirse. De hecho algunos de
estos contenidos conceptuales no serán novedosos en la mayoría de los casos, siendo
bastante intuitivos debido a que el alumnado recibe dicha información aunque de forma
más dispersa. Es, pues, tarea del profesorado aglutinar estas percepciones formando una
línea de trabajo a la que los propios alumnos aporten sus conclusiones.
Por un lado, la metodología que se utilice en esta unidad didáctica ha de ser muy
partici-pativa y, en la medida de lo posible, autoguiada por los propios grupos de trabajo.
El debate dirigido, junto con otras técnicas participativas como es el caso del Philips 6/6
o el Braim Stro-ming, pueden ser herramientas muy adecuadas para conseguir estos
objetivos. Navegar por Internet y visionar documentales relacionados con la temática
también proporciona una visión muy amplia de la problemática que deriva del impacto
negativo de la tecnología y el consumo.
Por otro lado, se ha de utilizar una metodología muy práctica, ya que, al final de la
unidad didáctica, el alumnado ha de haber sido capaz de controlar alguna acción típica de
una vivienda: controlar el riego, apagar las luces, desplegar un toldo, etc.
441
tipo de recursos se pueden ubicar un proyector, un ordenador con conexión a Internet y
el software adecuado para visualizar presentaciones o reproducir vídeos. Como material
más innovador se recomienda un equipo informático completo con una interfaz junto con
diferentes sensores (de luz, de presencia, de sonido, de humedad, anemométricos…) y
actuadores (motores, electroválvulas, relés…) a fin de poder demostrar algunas técnicas
de control en las que se basa la domótica.
9.10.8. Actividades
Este vídeo DVD está conducido por Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos
durante el mandato del presidente Bill Clinton. Con una duración de 96 minutos, se
recogen numerosos estudios que refuerzan la existencia de un calentamiento global
producido por la actividad humana a lo largo de los últimos años. El visionado de este
documental tendrá la categoría de actividad introductoria y motivadora ya que aporta
numerosos datos visuales (como el retroceso de glaciares, o análisis de temperaturas y
niveles de CO2) que llegan a impactar en el alumnado de tercero de forma que muy
pocos muestran indiferencia respecto al tema al acabar el documental.
Al terminar éste, los alumnos han de realizar como trabajo para casa un pequeño
resumen, de no más de una página, donde sinteticen aquellos aspectos que más les ha
llamado la atención. En él han de enumerar algunas de las pruebas que se aportan y
algunas las medidas de propuestas.
Duración: 2 sesiones.
Con una pregunta simbólica, como por ejemplo “¿Es el hombre su peor enemigo?”,
se puede generar un debate donde las labores del profesorado serán las de moderar la
discusión, realizar una labor de “catalizador”, promoviendo líneas de discusión que sean
más interesantes y asegurase de que la mayor parte de la clase participa de forma crítica.
Al finalizar el debate, se ha de consensuar un pequeño decálogo de “buenas maneras”
para intentar paliar los efectos producidos por la industria.
Duración: 1sesión.
442
adoptar
Una vez recogidos estos datos, el alumnado intentará hacer una previsión del gasto
mensual relacionado con el consumo eléctrico. Para ello necesita el último recibo de su
compañía eléctrica con el fin de desglosar el precio del K W. De esta forma se está en
disposición de rellenar una tabla como la siguiente:
443
De esta forma se alcanza el objetivo de esta actividad: determinar el porcentaje de
consumo de la dependencia elegida para el estudio.
El profesor ha de hacer un reparto lo más equitativo posible para que, entre todos
los alumnos, se analicen la totalidad de las habitaciones de una vivienda. Al día siguiente
se puede hacer una puesta en común de los resultados obtenidos y así poder hacer una
aproximación del gasto energético de una vivienda modelo.
Duración: media sesión para la presentación de la actividad y al día siguiente otra
media sesión.
444
E) Montaje de un sistema domótico
9.10.9. Evaluación
445
La elección de diferentes acciones que se deben controlar permite una adaptación al nivel
de aprendizaje de cada alumno. De esta forma podemos controlar cargas únicamente en
función del tiempo (control temporizado) o utilizando sensores más sofisticados como los
de ultrasonidos o de efecto Hall, que permiten una incursión más avanzada en el mundo
de los sistemas de control automático. La incorporación de servomotores posibilitará la
construcción de pequeños microbots.
En el caso de que algún alumno no haya conseguido una evaluación positiva en esta
unidad didáctica, se puede proponer la realización de actividades relacionadas con el
control por ordenador.
OBJETIVOS
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
446
COMPETENCIAS BÁSICAS
REQUISITOS
RECURSOS
CONTENIDOS
447
448
Actividades de refuerzo
La elección de diferentes acciones que se han de controlar permite una
adaptación al nivel de aprendizaje de cada alumno.
Actividades de recuperación
Realización de actividades relacionadas con el control por ordenador.
Actividades de ampliación
La utilización de sensores más sofisticados como los de ultrasonidos o de efecto
Hall permiten una incursión más avanzada en el mundo de los sistemas de
control automático. La incorporación de servomotores posibilitará la
construcción de pequeños microbots.
Evaluación de la enseñanza
El profesorado evalúa su propia práctica docente y teniendo en consideración
los resultados de aprendizaje de su alumnado, la calidad de los procesos
desarrollados y la gestión de los recursos, para proponer innovaciones de
corrección y mejora.
449
Apéndices
450
Apéndice 1
Principios y objetivos generales del Sistema Educativo y de
Secundaria
TÍTULO PRELIMINAR
CAPÍTULO I
Principios y fines de la educación
Artículo 1. Principios
451
g) El esfuerzo individual y la motivación del alumnado.
h) El esfuerzo compartido por alumnado, familias, profesores, centros,
Administraciones, instituciones y el conjunto de la sociedad.
i) La autonomía para establecer y adecuar las actuaciones organizativas y
curriculares en el marco de las competencias y responsabilidades que
corresponden al Estado, a las Comunidades Autónomas, a las corporaciones
locales y a los centros educativos.
j) La participación de la comunidad educativa en la organización, gobierno y
funcionamiento de los centros docentes.
k) La educación para la prevención de conflictos y para la resolución pacífica de
los mismos, así como la no violencia en todos los ámbitos de la vida
personal, familiar y social.
l) El desarrollo de la igualdad de derechos y oportunidades y el fomento de la
igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
m) La consideración de la función docente como factor esencial de la calidad de
la educación, el reconocimiento social del profesorado y el apoyo a su tarea.
n) El fomento y la promoción de la investigación, la experimentación y la
innovación educativa.
ñ) La evaluación del conjunto del sistema educativo, tanto en su programación y
organización y en los procesos de enseñanza y aprendizaje como en sus
resultados.
o) La cooperación entre el Estado y las Comunidades Autónomas en la
definición, aplicación y evaluación de las políticas educativas.
p) La cooperación y colaboración de las Administraciones educativas con las
corporaciones locales en la planificación e implementación de la política
educativa.
Artículo 2. Fines
452
de conflictos y la resolución pacífica de los mismos.
d) La educación en la responsabilidad individual y en el mérito y esfuerzo
personal.
e) La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en
común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los
pueblos así como la adquisición de valores que propicien el respeto
hacia los seres vivos y el medio ambiente, en particular al valor de los
espacios forestales y el desarrollo sostenible.
f) El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio
aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para
desarrollar la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu
emprendedor.
g) La formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística
y cultural de España y de la interculturalidad como un elemento
enriquecedor de la sociedad.
h) La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, de
conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y
artísticos, así como el desarrollo de hábitos saludables, el ejercicio
físico y el deporte.
i) La capacitación para el ejercicio de actividades profesionales.
j) La capacitación para la comunicación en la lengua oficial y cooficial, si
la hubiere, y en una o más lenguas extranjeras.
k) La preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación
activa en la vida económica, social y cultural, con actitud crítica y
responsable y con capacidad de adaptación a las situaciones
cambiantes de la sociedad del conocimiento.
[…]
CAPÍTULO III
Educación secundaria obligatoria
453
como ciudadanos.
3. En la educación secundaria obligatoria se prestará especial atención a la
orientación educativa y profesional del alumnado.
4. La educación secundaria obligatoria se organizará de acuerdo con los
principios de educación común y de atención a la diversidad del alumnado.
Corresponde a las Administraciones educativas regular las medidas de
atención a la diversidad, organizativas y curriculares, que permitan a los
centros, en el ejercicio de su autonomía, una organización flexible de las
enseñanzas.
5. Entre las medidas señaladas en el apartado anterior se contemplarán las
adaptaciones del currículo, la integración de materias en ámbitos, los
agrupamientos flexibles, los desdoblamientos de grupos, la oferta de materias
optativas, programas de refuerzo y programas de tratamiento personalizado
para el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo.
6. En el marco de lo dispuesto en los apartados 4 y 5, los centros educativos
tendrán autonomía para organizar los grupos y las materias de manera
flexible y para adoptar las medidas de atención a la diversidad adecuadas a
las características de su alumnado.
7. Las medidas de atención a la diversidad que adopten los centros estarán
orientadas a la consecución de los objetivos de la educación secundaria
obligatoria por parte de todo su alumnado y no podrán, en ningún caso,
suponer una discriminación que les impida alcanzar dichos objetivos y la
titulación correspondiente.
454
en sus relaciones con los demás, así como rechazar la violencia, los
prejuicios de cualquier tipo, los comportamientos sexistas y resolver
pacíficamente los conflictos.
e) Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información
para, con sentido crítico, adquirir nuevos conocimientos. Adquirir una
preparación básica en el campo de las tecnologías, especialmente las de la
información y la comunicación.
f) Concebir el conocimiento científico como un saber integrado, que se estructura
en distintas disciplinas, así como conocer y aplicar los métodos para
identificar los problemas en los diversos campos del conocimiento y de la
experiencia.
g) Desarrollar el espíritu emprendedor y la confianza en sí mismo, la
participación, el sentido crítico, la iniciativa personal y la capacidad para
aprender a aprender, planificar, tomar decisiones y asumir responsabilidades.
h) Comprender y expresar con corrección, oralmente y por escrito, en la lengua
castellana y, si la hubiere, en la lengua cooficial de la Comunidad Autónoma,
textos y mensajes complejos, e iniciarse en el conocimiento, la lectura y el
estudio de la literatura.
i) Comprender y expresarse en una o más lenguas extranjeras de manera
apropiada.
j) Conocer, valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia
propias y de los demás, así como el patrimonio artístico y cultural.
k) Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros,
respetar las diferencias, afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales e
incorporar la educación física y la práctica del deporte para favorecer el
desarrollo personal y social. Conocer y valorar la dimensión humana de la
sexualidad en toda su diversidad. Valorar críticamente los hábitos sociales
relacionados con la salud, el consumo, el cuidado de los seres vivos y el
medio ambiente, contribuyendo a su conservación y mejora.
l) Apreciar la creación artística y comprender el lenguaje de las distintas
manifestaciones artísticas, utilizando diversos medios de expresión y
representación.
[…]
Bachillerato
455
desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con
responsabilidad y competencia. Asimismo, capacitará a los alumnos para
acceder a la educación superior.
2. Podrán acceder a los estudios del bachillerato los alumnos que estén en
posesión del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
3. El bachillerato comprende dos cursos, se desarrollará en modalidades
diferentes, se organizará de modo flexible y, en su caso, en distintas vías, a
fin de que pueda ofrecer una preparación especializada a los alumnos acorde
con sus perspectivas e intereses de formación o permita la incorporación a la
vida activa una vez finalizado el mismo.
4. Los alumnos podrán permanecer cursando bachillerato en régimen ordinario
durante cuatro años.
5. Las Administraciones públicas promoverán un incremento progresivo de la
oferta de plazas públicas en bachillerato en sus distintas modalidades y vías.
El bachillerato contribuirá a desarrollar en los alumnos y las alumnas las capacidades que
les permitan:
456
de forma solidaria en el desarrollo y mejora de su entorno social.
i) Acceder a los conocimientos científicos y tecnológicos fundamentales y
dominar las habilidades básicas propias de la modalidad elegida.
j) Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación
y de los métodos científicos.
Conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y la
tecnología en el cambio de las condiciones de vida, así como afianzar la
sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente.
k) Afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad,
iniciativa, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y sentido crítico.
l) Desarrollar la sensibilidad artística y literaria, así como el criterio estético,
como fuentes de formación y enriquecimiento cultural.
m) Utilizar la educación física y el deporte para favorecer el desarrollo personal y
social.
n) Afianzar actitudes de respeto y prevención en el ámbito de la seguridad vial.
[…]
CAPÍTULO V
Formación profesional
457
referidos al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y
constituirán, respectivamente, la formación profesional de grado medio y la
formación profesional de grado superior. El currículo de estas enseñanzas se
ajustará a las exigencias derivadas del Sistema Nacional de Cualificaciones y
Formación Profesional y a lo establecido en el artículo 6.3 de la presente
Ley.
5. Los estudios de formación profesional regulados en esta Ley podrán realizarse
tanto en los centros educativos que en ella se regulan como en los centros
integrados y de referencia nacional a los que se refiere el artículo 11 de la
Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la
Formación Profesional.
6. El Gobierno, previa consulta a las Comunidades Autónomas, establecerá las
titulaciones correspondientes a los estudios de formación profesional, así
como los aspectos básicos del currículo de cada una de ellas.
458
459
Objetivos de las tecnologías en la Educación
Secundaria Obligatoria
(reordenados de acuerdo con el criterio de que un verbo define un nuevo
objetivo educativo)
Objetivos
La enseñanza de las Tecnologías en esta etapa tendrá como finalidad el desarrollo de las
siguientes capacidades:
460
5. Adoptar actitudes favorables a la resolución de problemas técnicos,
461
Criterios de evaluación de las tecnologías
(reordenados de acuerdo con el criterio de que un verbo define un nuevo
criterio de evaluación educativa)
Criterios de evaluación
462
1.5. el trabajo respetando las normas de seguridad y salud.
1.6. El grado de acabado debe mantenerse dentro de unos márgenes
dimensionales y estéticos aceptables.
463
sencillos, aplicando criterios de normalización.
7. Analizar y
1.16. describir en las estructuras del entorno los elementos resistentes y los
esfuerzos a que están sometidos.
8. Identificar y
464
transmisión de movimientos en máquinas.
1.18. Explicar su funcionamiento en el conjunto y, en su caso,
1.19. calcular la relación de transmisión.
465
a la navegación por Internet y la
1.26.2. utilización eficiente de los buscadores para
1.26.3. afianzar técnicas que les permitan la identificación de
objetivos de búsqueda,
1.26.4. la localización de información relevante, su
almacenamiento,
1.26.5. la creación de colecciones de referencias de interés y la
1.26.6. utilización de gestores de correo electrónico y
1.26.7. herramientas diseñadas para la comunicación grupal.
Cuarto curso
Criterios de evaluación
466
analógicos sencillos e
2.1.2. intervenir sobre ellos para modificarlos.
2.1.3. conocer las características y función de sus componentes
básicos: resistor, condensador, diodo y transistor, a
partir de
2.1.4. el análisis, la simulación y el montaje de circuitos.
4. Analizar y
5. describir los elementos y sistemas de comunicación alámbrica e inalámbrica y
los principios básicos que rigen su funcionamiento.
467
7. Desarrollar un programa para controlar un sistema automático o un robot y su
funcionamiento de forma autónoma en función de la realimentación que
reciba del entorno.
468
Normativa sobre evaluación y promoción en la LOE
469
en el último curso de la etapa, se prolongará un año el límite de edad al que
se refiere el apartado 2 del artículo 4. Excepcionalmente, un alumno podrá
repetir una segunda vez en cuarto curso si no ha repetido en los cursos
anteriores de la etapa.
7. En todo caso, las repeticiones se planificarán de manera que las condiciones
curriculares se adapten a las necesidades del alumno y estén orientadas a la
superación de las dificultades detectadas.
8. Los alumnos que al finalizar el cuarto curso de educación secundaria
obligatoria no hayan obtenido la titulación establecida en el artículo 31.1 de
esta Ley podrán realizar una prueba extraordinaria de las materias que no
hayan superado.
9. Los alumnos que cursen los programas de diversificación curricular a los que
se refiere el artícu lo 27, serán evaluados de conformidad con los objetivos
de la etapa y los criterios de evaluación fijados en cada uno de los
respectivos programas.
Bachillerato
470
1. La evaluación del aprendizaje de los alumnos será continua y diferenciada
según las distintas materias. El profesor de cada materia decidirá, al término
del curso, si el alumno ha superado los objetivos de la misma.
2. Los alumnos promocionarán de primero a segundo de bachillerato cuando
hayan superado las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos
materias, como máximo. En este caso, deberán matricularse en segundo
curso de las materias pendientes de primero. Los centros educativos deberán
organizar las consiguientes actividades de recuperación y la evaluación de las
materias pendientes.
3. Los alumnos podrán realizar una prueba extraordinaria de las materias que no
hayan superado, en las fechas que determinen las Administraciones
educativas.
Formación Profesional
471
El título de Técnico, en el caso del alumnado que haya cursado la
formación profesional de grado medio, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 41.2, permitirá el acceso directo a todas las modalidades de
Bachillerato.
2. Los alumnos que superen las enseñanzas de formación profesional de grado
superior obtendrán el título de Técnico Superior. El título de Técnico
Superior permitirá el acceso a los estudios universitarios que determine el
Gobierno, previa consulta a las Comunidades Autónomas, e informe del
Consejo de Coordinación Universitaria.
3. El Gobierno, oído el Consejo de Coordinación Universitaria, regulará el
régimen de convalidaciones entre estudios universitarios y estudios de
formación profesional de grado superior.
4. Aquellos alumnos que no superen en su totalidad las enseñanzas de cada uno
de los ciclos formativos recibirán un certificado académico de los módulos
superados que tendrá efectos de acreditación parcial acumulable de las
competencias profesionales adquiridas en relación con el Sistema Nacional
de Cualificaciones y Formación Profesional.
472
Apéndice 2
Ejemplo de rúbrica para evaluar una actividad compleja
473
474
475
476
Bibliografía
477
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. BOE 106: 4/5/2006, 17158-17207.
Lorenzo Delgado, M. (1994): El liderazgo educativo en los centros docentes. La
Muralla. Madrid.
Mitcham, C. (1989): ¿Qué es la filosofía de la tecnología? Barcelona. Anthropos,
Universidad del País Vasco.
Mumford, L. (1977): Técnica y civilización. Alianza Editorial. Madrid.
Ortega y Gasset, J. (1970): Meditación sobre la técnica. Revista de Occidente. Madrid.
Oulton, C., Dillon, J. y Grace, M. M. (2004): “Reconceptualizing the teaching of
controversial issues”. International Journal of Science Education, 26: 411-423.
Parcerisa, A. (1996): Materiales curriculares. Cómo elaborarlos, seleccionarlos y
usarlos. Graó. Barcelona.
Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas
mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria. BOE, 5:
5/1/2007, 677-773.
Stenhouse, L. (1984): Investigación y desarrollo del currículum. Morata. Madrid.
Vaello Orts, J. (2003): Resolución de conflictos en el aula. Madrid. Santillana.
478
Índice
Portada 2
Créditos 7
Índice 9
Introducción 12
1. Historia y sociología de la tecnología 14
1.1. ¿Qué es la tecnología? 15
1.2. Un poco de historia de la tecnología 17
1.3. Ciencia, tecnología y tecnociencia: relaciones y evolución 36
2. Filosofía de la tecnología 48
2.1. El sentido humano y humanizador de la tecnología 48
2.2. Naturaleza de la tecnología: la estructura epistemológica del conocimiento
56
tecnológico
2.3. La tecnología y el medio ambiente: desarrollo sostenible 64
2.4. Las tecnologías hoy 65
2.5. Alfabetización tecnológica 69
3. Didáctica general: bases teóricas del currículo 78
3.1. Los planteamientos de la didáctica general 78
3.2. Currículo y didáctica: una aproximación a su evolución histórica 80
3.3. Teoría general del currículo: corrientes teóricas y conceptos básicos 84
3.4. Diseño y desarrollo curricular: proyectos curriculares y programaciones
88
didácticas
4. El currículo de tecnología y sus elementos 92
4.1. Competencias básicas 92
4.2. Objetivos y finalidades educativos 101
4.3. Los contenidos curriculares 106
4.4. Tipos de objetivos y contenidos curriculares (taxonomías) 114
4.5. La evaluación educativa: aprendizajes del alumnado 120
4.6. Otras evaluaciones educativas: reflexión, innovación e investigación
134
didáctica
5. Desarrollo del currículo: enseñanza-aprendizaje 137
5.1. Métodos didácticos 138
5.2. Actividades de aprendizaje: selección, diseño y secuenciación 148
479
5.3. Gestión del aula: clima, interacción y comunicación 157
5.4. Recursos y materiales curriculares, científicos y técnicos en tecnología 163
5.5. El rol del profesorado de tecnología: qué debe saber y saber hacer 167
6. Didáctica específica de la tecnología 182
6.1. Objetivos de la tecnología 182
6.2. Problemas y cuestiones de la didáctica de la tecnología: propuestas de
185
innovación
6.3. Finalidades y objetivos: la alfabetización científica y tecnológica 213
6.4. Conocimientos y experiencias previas de los estudiantes 214
6.5. La construcción colaborativa del conocimiento y el aprendizaje científico-
217
tecnológico
6.6. Del “profe 1.0” al “profe 2.0”. Del centro 1.0 al centro 2.0 219
7. Trabajos prácticos 224
7.1. Espacios didácticos en tecnología 228
7.2. Tipos de trabajos prácticos 241
7.3. Resolución de problemas tecnológicos 249
7.4. Proyecto tecnológico 251
7.5. Evaluación educativa de los trabajos prácticos 258
7.6. Gestión del taller: normas de seguridad y eliminación de residuos 263
8. Programación y unidad didáctica 268
8.1. Aproximación conceptual 268
8.2. Elementos de la unidad didáctica en tecnología 278
8.3. Articulación de la unidad didáctica en la programación 294
8.4. Pautas para elaborar unidades didácticas 295
9. Desarrollo de unidades didácticas 298
9.1. Proceso de resolución de problemas tecnológicos: “Solucionando
298
problemas”
9.2. Equipos informáticos (Hardware y software): “Eligiendo un ordenador” 315
9.3. Materiales de uso técnico: “Los plásticos y sus aplicaciones” 332
9.4. Técnicas de expresión y comunicación: “Normas de acotación” 347
9.5. Estructuras: ¡¡¡AGUANTA!!! 364
9.6. Mecanismos: “Operadores transformadores de movimiento” 377
9.7. Recursos energéticos: “Energías alternativas” 389
9.8. Electricidad: “Introducción a la electricidad” 409
9.9. Tecnologías de la información y la comunicación: “Sé legal, copia Linux” 422
480
9.10. Tecnología y sociedad: “Domótica para un desarrollo sostenible” 438
Apéndices 450
Apéndice 1: Principios y objetivos generales del Sistema Educativo y de
451
Secundaria
Objetivos de las tecnologías en la Educación Secundaria Obligatoria
(reordenados de acuerdo con el criterio de que un verbo define un nuevo 460
objetivo educativo)
Criteros de evaluación de las tecnologías (reordenados de acuerdo con el
462
criterio de que un verbo define un nuevo criterio de evaluación educativa)
Normativa sobre evaluación y promoción en la LOE 469
Apéndice 2: Ejemplo de rúbrica para evaluar una actividad compleja 473
Bibliografía 477
481