Es como si construyera un relato, en el que los vínculos afectivos que establece van dejando
huellas, muchas positivas, otras no tanto. Esas huellas quedan y hacen que el niño o niña
afronten la experiencia de una forma determinada. Esta experiencia, a su vez, seguro
modificará sus esquemas, sus modelos y su percepción de la vida, pero el modo en que llega a
ella depende de haber tenido o no la base afectiva adecuada. Por eso vincularse a otra persona
es un privilegio, porque conlleva la posibilidad de influir en su desarrollo, pero también una
responsabilidad, porque la huella que deja en el psiquismo, el modelo que incorpora
permanece y si es negativo, obliga a un trabajo terapéutico y personal posterior. Uno de los
aspectos clave para los padres y madres, por tanto, es saber construir vínculos afectivos
constructivos y positivos con sus hijos e hijas para proporcionarles la seguridad básica afectiva
que sirve para generar crecimiento y autonomía en el niño o niña.
Si una familia, esté compuesta como esté compuesta, basa su convivencia en una mera
interacción, ese sistema pierde sentido psicológico y evolutivo. El niño o niña no necesita
vincularse a todas las personas que aparecen en sus vidas, pero sí necesita que las personas
que deben constituirse en referente de su desarrollo lo hagan. Sin embargo, encontrarse unos
padres que crían a un niño sin vincularse a él no es tan extraño, y los efectos sobre ese niño o
niña son palpables. Y recordemos que vinculo y dependencia no son complementarios sino
opuestos. El vínculo posibilita la seguridad y la autonomía, la separación, precisamente aquello
que impide la excesiva dependencia de los padres.
Objetivos específicos:
* Para que un conjunto de alumnos funcione bien como grupo es necesario establecer un
vínculo afectivo. Los lazos afectivos en el aula son los responsables de generar la atmósfera de
calidez y confianza necesarias para que el aprendizaje sea posible.
Descripción de la actividad:
Juego rompe hielo: 1.Se construye un círculo con sillas una al lado de la otra, cada participante
se ubica en una de ellas y un integrante del grupo se coloca en el centro de la ronda. No puede
quedar ningún asiento vacío.
2. Consigna: “Vamos a ir dando indicaciones para que Uds. se cambien de lugar en función de
determinadas características o experiencias.
Quien se encuentra en el centro debe tratar de conseguir una silla lo más rápido que pueda. La
idea es no quedar en el centro. No vale cambiar de lugar con quien tienen sentado/a al lado,
sino que deben hacerlo corriendo hacia en frente o en diagonal”.
3. Se propone dar una consigna sencilla a modo de prueba para verificar que todos/as hayan
entendido. Por ejemplo, “se cambian de lugar quienes tengan hemanos/as”. Es importante
estimular que el cambio de lugares sea rápido, corriendo y tratando de atravesar el círculo.
Luego de la actividad rompe hielo se prosigue con aca poner alguna wea
Descripción de la actividad:
La actividad consiste en contar y explicar el cuento: “Una familia diferente” a los niños y niñas
de forma natural y positiva. Existirá apoyo visual para que los niños y niñas vayan observando
las figuras del relato.
Se hace una introducción al tema, para ver qué es lo que saben los niños y en donde
demuestran inquietudes.
Una vez contado el cuento, se comentará con los niños y niñas el cuento, hablarán respetando
el turno.
Aquella mañana había amanecido con otra luz. Después de varios días grises y lluviosos el sol
invitaba a salir, a sentir el viento en la cara, a mirar el mundo con otros ojos. Así que el
pequeño Sebastián y su padre decidieron ir a dar un paseo fuera de la ciudad, buscar un lugar
amplio y verde en el que jugar.
El papá, conduciendo, y Sebastián, con su balón sobre las rodillas, iban con la mirada atenta a
la carretera.
De pronto, sin saber por qué, Sebastián recordó un comentario que había escuchado el día
anterior y que no acababa de entender. Así que trató de aclarar aquello con su padre.
–¿Una “familia diferente”? Mm… pues, no sé, puedes ser muchas cosas. Para nosotros, por
ejemplo, una familia en la que el padre es chino, la madre es africana y los hijos tienen rasgos
del padre y otros de la madre.
Como cualquier otra. Digamos que es una buena familia. Se quieren mucho, a veces tienen sus
problemas, pero siempre tratan de ayudarse… y pongamos que en esa familia a todos les
encanta ir juntos al cine a ver películas de aventuras.
Cuando el pequeño coche rojo en el que iban, acabó de adelantar a un camión, el pequeño
insistió:
–A ver, una en la que hay dos mamás con una hija. Son una buena familia, se quieren mucho, a
veces pueden tener sus problemas pero siempre tratan de ayudarse… y a las tres les gusta
mucho ir al campo y hacer caminatas con gente amiga hasta que ya casi se pone el sol.
–Veamos… Una con dos papás y tres hijos. Son una buena familia, se quieren mucho, a veces
tienen sus problemas pero siempre tratan de ayudarse… y, por ejemplo, se lo pasan en grande
cada vez que van a la playa, a casa de los abuelos Rosa y José.
–Otra –pidió Sebastián.
–Bueno, una en la que el padre y la madre creen en Dios, pero cada uno cree que ese dios es
de una manera distinta.
Una familia diferente. Pues algo curioso… ¡Los hijos ni siquiera están muy convencidos de que
exista ese dios todopoderoso! Por supuesto, pese a esas diferencias, son una buena familia, se
quieren mucho, a veces tienen sus problemas pero siempre tratan de ayudarse… y a todos les
gusta ir cada fin de semana al parque del barrio donde coinciden con algunos vecinos.
–Otra, Papá –dijo Sebastián con una sonrisa–. Otra “familia diferente”.
–En ésta hay una mamá y una hija. Pero la mamá de pequeña había sido un niño, ¿sabes? Un
niño que de mayor no quiso ser hombre, quiso ser mujer. Y después de convertirse en mujer,
decidió ser mamá.
Son una buena familia, ellas se quieren mucho, a veces tiene su s problemas pero siempre
tratan de ayudarse… y a las dos les fascina ir a la heladería de Don Domingo a tomar juntas
unos helados de fresa y chocolate.
Y así siguieron durante el resto del camino, como si se tratase de un juego. Uno preguntando,
el otro respondiendo, iban descubriendo que aquello podía no tener fin. Cada vez encontraban
más y más “familias diferentes”.
De pronto, Sebastián se quedó callado durante unos segundos. El coche, que ya era una
manchita roja en medio de una gran pradera, subía por un viejo camino sin asfaltar. El niño
miraba silencioso cómo Una familia diferente los pájaros volaban de una ramas a otras
mientras sonaba de fondo el crushcrumcum de los neumáticos mordisqueando la tierra.
–Y dime, Papá, –soltó por fin– ¿nosotros también somos una “familia diferente”?
–Mm… claro, ¿por qué no? Me imagino que todas las familias tenemos algo que nos diferencia
de las demás. Aunque creo que lo más importante es eso que nos hace ser familia, y no tanto
aquello que nos hace ser diferentes, ¿no te parece?
Unos instantes más tarde, el coche se detiene. El sitio se parece bastante a lo que habían
estado buscando. Inmediatamente, Sebastián y su papá corren, gritan, se divierten juntos. El
balón ya rueda feliz sobre la hierba húmeda.
No muy lejos de allí, otras familias diferentes encuentran la misma alegría. La misma risa bajo
el mismo cielo.
Descripción de la actividad:
En segunda instancia veremos el cuento el libro de Tere proyectado, para que todos y todas
puedan tomar mayor atención.
https://www.youtube.com/watch?v=d6jlo2OFKXQ
A cada niño se le entrega una estrella que debe colorear con su color preferido. En ella deben
escribir su nombre y las tres cosas que más le gusta hacer.
Una vez que todos hayan terminado, se juntan todas las estrellas y se va sacando al azar una a
una. Cada uno leerá en voz alta lo que al otro compañero le gusta hacer pero sin decir el
nombre. Preguntaremos a quien corresponde esa estrella.
Esta actividad exige que el niño reflexione acerca de lo que más disfruta hacer. El hecho de leer
en voz alta los gustos de otro compañero, favorece la integración de sus preferencias con la de
los demás.
La pregunta del maestro, en cuanto a quien pertenece esa estrella, reforzará el sentimiento de
identidad del niño. “Esa estrella es mía”, es como decir, ese soy yo.
BIBLIOGRAFÍA
SAVE THE CHILDREN (1999) “Carpeta de Formación para padres de la campaña Educa, no
pegues” Material elaborado por Pepa Horno, Barbara Calderón, rocío Berzal, Luis García
Campos y Rufino González.
SAVE THE CHILDREN (2005) “Advocacy, formación y generación de redes: una experiencia de
buena práctica en intervención sobre abuso sexual infantil”.
SAVE THE CHILDREN (2006) “Atención a niños y niñas víctimas de la violencia de género”
Informe estatal. Coord: Pepa Horno Goicoechea