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HISTORIA SOCIAL DE ROMA:

Cap. 1: Roma primitiva

(G. Alföldy, Alianza, 1984)

Uno de los elementos que incidieron en el surgimiento y particularidad de Roma son las
invasiones indoeuropeas (latino-faliscos), y a partir del S. VIII una fuerte influencia griega por
medio de sus colonias, pero su conversión en una ciudad-estado y la forma adoptada, se debió
básicamente a la dominación etrusca, inclusive su nombre (Ruma). REINO ETRUSCO: Hasta
fines del siglo VI mantienen su dominio sobre toda cuenca del Po, y hacia el sur hasta el Lacio y
la Campania. Roma está bajo influencia de varias ciudades etruscas, y es gobernada por
monarquías etruscas hasta el 508 a. C. aproximadamente, cuando Tarquinio (el último rey
según la tradición) es expulsado por la aristocracia antimonárquica. Los etruscos pierden su
poderío naval y su dominio en el Lacio en la batalla de Cumas frente a Hierón de Siracusa en el
474 a. C. ORDEN SOCIAL ARCAICO ROMA: Presente desde que estaba bajo influencia etrusca,
perduró tras el derrocamiento de la monarquía, con la diferencia que ahora la aristocracia se
reparte las funciones militar, jurídica y religiosa. Rasgos principales de la estructura social
arcaica: división horizontal, por agrupamiento de familias sobre base de parentesco sanguíneo,
generando sistema de clanes, curias y tribus (parecido a la de Grecia); división vertical, simple,
en dos grupos (nobleza y pueblo dependiente, luego clientela). Familia es una unidad
económica-social-religiosa central. Pater familias = poder ilimitado. Clan (gens): agrupamiento
de familias por ascendencia común y vecindad, con gentilicio común, primero fue un privilegio
de la nobleza patricia, no tenía jefatura. Curia: agrupaciones de clanes o parentelas bajo el
mando de un curio. Su número ascendía a 30 desde su fundación, según la tradición. Esta
categoría era importante en la vida pública como patrón de medida tanto para las funciones
sagradas, como base de asamblea popular o del ejército, cada curia ponía 10 jinetes (una
decuria), y 100 infantes (una centuria) estando constituida la primitiva legión por 300
caballeros y 3000 soldados a pie. Tribu: durante la monarquía, son agrupamientos de curias
según gentilicios (3 en total). Hacia el s. V su criterio de división se basa en el carácter
territorial. Estrato superior: patriciado, o nobleza de sangre y de tierra con privilegios
estamentales delimitados, procedente de una nobleza ecuestre que desempeñaba funciones
militares importantes en los comienzos de la monarquía etrusca (similar a todo orden social
arcaico, también presente en la Grecia Micénica). Estamento cerrado y homogéneo (debido a
la importancia de la ascendencia, y privilegios), cada vez más diferenciado por modo de vida
(signo exteriores de nobleza: vestimenta y uso de artículos de lujo), centralidad basada en la
propiedad de la tierra, y que se extendía a su rol destacado en el ejército, la asamblea popular
y el consejo de los ancianos (senado), únicos con facultad de votar magistrados, o de ser
dictadores y sacerdotes. Estratos inferiores: plebe, pueblo llano de libres, con derecho de
ciudadanía pero sin los privilegios del patriciado. Es una institución específica de Roma, (no es
un orden en la monarquía Etrusca, se conforma como tal en su lucha contra la nobleza patricia
después del 500 a. C.) compuesta en principio por campesinos independientes, y sectores
urbanos marginales (artesanos, comerciantes). No asimilable a la clientela, la cual era un
estrato aún inferior (ppalmente campesino) dependiente del patriciado. La relación de
fidelidad establecida entre cliente y patricio obligaba a aquél a prestaciones económico-
morales (asistencia en conflictos y apoyo en asamblea), y el noble ejercía una tutela y
protección personal, otorgándole una parcela de tierra para cultivo (relación parecida entre
amo y esclavo manumitido). El esclavo era propiedad del amo, una herramienta laboral
intercambiable, pero en el orden social arcaico la relación adquiere un tono patriarcal, dada su
situación dentro de la unidad familiar, similar a la de los otros miembros, o a la de los
campesinos libres que trabajan en las tierras del noble. Su sentido inicial es incrementar la
fuerza de trabajo familiar en el ámbito doméstico y la agricultura (esto en especial desde la
extensión de la propiedad del s. V a. C.), además son incluidos entre la clientela luego de su
liberación o manumisión, a fin de aumentarla y con ello el poder e influencia del patricio. Dos
formas de hacer esclavos entre los ciudadanos libres romanos: por venta de los hijos, y

servidumbre por deudas; se agrega a estos, la esclavización de extranjeros durante guerras y la


reproducción natural de los esclavos. Por las características patriarcales de esta forma de
esclavismo en este período no se dan las confrontaciones entre amos y esclavos, ni se alían
con los plebeyos frente a los patricios, en las luchas del s. V a. C. LUCHA DE ÓRDENES:
contradicción fundamental que se da entre el patriciado y la plebe por la ampliación de los
derechos políticos de los segundos y la solución de la crisis económica que sufrían. Es un hecho
único en la historia de los pueblos y de las tribus de Italia, durará más de dos siglos y tiene dos
etapas: la formación del polo plebeyo como estamento diferenciado y consciente enfrentado
al orden patricio (fines del s. V a. C.); y el compromiso entre los dos órdenes opuestos y
surgimiento de una nueva elite (por los años 60 del s. IV hasta principios s. III a. C.). Esta última
fase marca el fin de la sociedad arcaica, coincidiendo con la expansión romana en la península
itálica, y la instauración de una nueva estructura social. Causas del conflicto: explotación
económica y opresión política de amplias masas de la población, que reforzaron el proceso de
diferenciación social entre órdenes, y al interior del orden plebeyo, donde se distinguen
quienes aspiran a la equiparación política (admisión en las magistraturas) y a la integración
social (enlaces matrimoniales interórdenes), de aquellos que pugnaban por la solución del
endeudamiento y el reparto de tierras. La posibilidad de constituir un orden plebeyo aparece
recién tras caída de monarquía: cambios en situación exterior (el fin de la protección militar
etrusca dejo a Roma expuesta frente a poderosos vecinos, y la estrategia sustentada en la
amenaza de secesión política y militar por parte de la plebe resultó exitosa) y en las tácticas de
combate, con la adopción de la infantería o columna hoplita formada por la plebe, en
detrimento de la forma arcaica de luchar, representada por la caballería patricia. Proceso de
constitución de orden plebeyo: 1) creación de instituciones propias durante el s. V (494 -
Tribunado de la plebe y asambleas propias: concilia plebis, con la facultad de adoptar
resoluciones: plebiscita) y de comunidad sagrada particular (templo a la diosa Ceres-493); 2)
División en tribus por regiones (4 urbanae e inicialmente 16 tribus rusticae, que llegarían a ser
35 en el año 241) aumentando su participación en la asamblea popular y su rol en elección de
candidatos patricios favorables; 3) La promulgación de la Ley de las Doce Tablas (451 o 450 a.
C.). No hay que considerarla como una ley innovadora ni filoplebeya, sino que fijó por escrito el
derecho vigente, demarcando los derechos de cada orden y sus limitaciones (por ej.
casamiento interórdenes estaba prohibido, a fin de obstaculizar el ingreso de la plebe en el
patriciado), que si bien sus disposiciones eran bastante duras para los sectores subalternos,
por otro lado evitaba la arbitrariedad de la recurrencia al derecho consuetudinario y la
posibilidad de contar con protección legal para pobres y desposeídos; también tenía en cuenta
las relaciones de propiedad como criterio de cualificación social; 4) Una nueva división de la
ciudadanía en clases propietarias, una constitución timocrática de la sociedad, con la
institución de la magistratura de censor para determinar la cualificación económica del
ciudadano (443). Las escalas de propiedad se calculaban por el tipo de armamento que podían
equiparse y que regulaba la participación en el ejército a la vez que daba nombre a las clases
(classis: significa leva para la guerra). En orden descendente: por encima de las clases están los
equites o supra classem, constituida por la nobleza patricia; cinco clases constituidas por
plebeyos según el tipo de armamento que podían proveerse, por ejm. en la 5° estaban los
pobres que contaban sólo con una honda!!, y mas abajo estaba la infra classem o proletarios-
desposeídos que sólo realizaban tareas de ordenanzas y rastreadores a lo sumo. Esto afecta
directamente a la participación política de la plebe, ya que la habilita a participar de los
comicios (un voto por centuria, cada clase poseía un n° de centurias determinado) y favorece
especialmente a los plebeyos ricos que se encuentran sobrerepresentados. La importancia de
la propiedad en la determinación de estas escalas pone una cuña en el orden aristocrático, al
abrir la posibilidad de la inclusión del grupo de plebeyos ricos en el mismo, a través de su
participación militar y política, cada vez más importante. Hacia fines del siglo V es abolida la
prohibición del matrimonio entre patricios y plebeyos. Esta evolución sigue un camino distinto
al de Atenas, ya que no se crea un orden social democratizado, sino que se abre el orden
aristocrático a los ricos de la plebe.

Cap. 2: Inicio de la expansión hasta la 2ª Guerra Púnica. DISOLUCIÓN DEL ORDEN ARCAICO:
Desde mediados del s. V a. C. Roma emprende una ofensiva contra las ciudades etruscas,
aumentando su territorio y abriendo el camino para la disolución del mismo orden arcaico.
Durante el s. IV aumentan tensiones sociales por razones económico-demográficas: a pesar de
anexiones del 426 (Fidenas) y el 396 a. C. (Veyes), no hubo reparto de tierra, sino que estas
fueron ocupadas por los hacendados ricos. A ello se sumó el proceso de reclamos por la
ampliación de derechos ciudadanos de los plebeyos ricos, que habían cumplido un papel
fundamental en dichas victorias como parte de la infantería pesada. En el 387 a. C. Roma es
saqueada por tribus galas, lo cual empeoró situación económica (aumento de esclavitud por
deudas y ventas familiares). Disturbios sociales frecuentes entre 385-375 a. C., 2
levantamientos de los descontentos, pero no pudieron derribar el orden imperante porque
atentaba también contra los intereses de los plebeyos acomodados, pero se puso en evidencia
la necesidad de reformas. Se llegó a un compromiso entre el patriciado reformista y los jefes
de la plebe: (367 a. C.) Leyes Licinio Sextias. Durante el siglo siguiente (hasta la ley Hortensia
287) la corriente reformista fue siempre a favor de la ampliación de los beneficios de la plebe,
orientándose principalmente en dos direcciones: solución a problemas económicos de la plebe
pobre a través de medidas de reforma agraria; solución de reclamos políticos de la plebe
dirigente a través de medidas de inclusión y extensión de derechos ciudadanos. Reforma
agraria: Por las Leyes Licinio Sextias se cancelaron las deudas de la plebe sin tierras; se limitó la
superficie de explotación de las tierras que se obtuvieron por conquista (la extensión de las
parcelas coincide sin embargo con la de los fundos más extensos=1,25 Km²); desde 340 a. C.
aumenta el ager público favoreciendo a más pobres; y con la lex Poetelia Papiria (326 a. C) es
abolida la esclavitud por deudas, que regía desde la promulgación de la Ley de las Doce tablas.
Reforma política: se publicaron las fórmulas procesales asegurando la igualdad de
oportunidades ante el tribunal; en 300 a. C. se proclamó el derecho a apelar ante la asamblea
popular una condena de la magistratura; desde 368, pero sobre todo con las leyes del 367 a.
C., se abre participación a plebeyos en las más altas magistraturas (cónsules, pretores e
inclusive como dictadores y censores); en el 300 acceden a altos cargos sacerdotales
(pontífices y augures), e incluso gracias a la lex Ovinia (antes del 312 a. C.) son admitidos en el
senado (en reemplazo de un senador patricio desde su función de censores) con pleno
derecho de voto; la asamblea popular resulta favorecida por la lex Publilia que recorta
atribuciones al senado (339 a. C.), lo cual pone freno a influencia conservadora de paters
patricios. En el 287 a. C. con la ley Hortensia (que surgió también ante la amenaza de secesión,
como las dos del siglo V, y que es considerada como el cierre de la lucha entre órdenes), se dio
fuerza de ley a los acuerdos alcanzados en la asamblea popular plebeya (asamblea plebiscita)
sin necesidad de una aprobación del senado. Esta evolución denota la comprensión de los
dirigentes plebeyos y la aristocracia patricia respecto de la necesidad de un acuerdo mutuo: el
senado y la asamblea popular representaban los mismos intereses, con lo cual se superaron
barreras estamentales a la vez que se funda un nuevo eje de diferenciación social: la
propiedad. Por ello es que la nueva aristocracia senatorial (constituida por la compenetración
de los representantes plebeyos y los líderes del patriciado) no implica por su constitución una
sociedad más igualitaria en términos económicos o sociopolíticos. Expansión territorial: el
proceso de reforma legislativa del sistema estamental arcaico, va unida orgánicamente a ella.
Después de consolidarse en el Lacio, se inicia una gran ofensiva desde mediados del siglo IV,
hasta el 270 a. C. aproximadamente, se completa el total sometimiento de la península italiana
(1ª fase de expansión territorial), fundamental para la resolución de problema demográfico-
económico por el aumento de tierras del Estado, por eso entre las causas de la guerra, debe
verse más a la necesidad de resolver los problemas internos, que a un impulso irracional de
expansión. Los éxitos politicos-militares romanos no se deben únicamente a las cualidades de
sus líderes, sino también a la superioridad de su orden social: por un lado un rosario de
colonias de ciudadanos a lo largo de la península, que servían de reserva de tropas y
armamento, y además el contar con un ejército de ciudadanos, con una conciencia de sí misma
diferente, a las fuerzas enemigas constituidas por nobles con sus vasallos. La península quedó
unificada en una red de comunidades de diferente status jurídico: 1) socios o aliados con
soberanía nominal; 2) ciudadanos sin derecho al voto en magistraturas, 3) poblados con
ciudadanía romana y autonomía municipal; y 4) las colonias romanas. Todas estas
transformaciones dan lugar en el transcurso de los 150 años entre las leyes L.S. y la 2ª guerra
Púnica a una nueva estratificación social basada en bases diferentes a la de la sociedad arcaica:
el patriciado retiene su importancia y significación social en las instituciones tradicionales,
pero ya no era el fundamento del orden, siendo reemplazados por un nuevo estrato alto. Este
se componía de la nobleza de sangre y de las familias plebeyas dirigentes, unidos
estrechamente gracias a los nuevos lazos familiares tejidos a la luz de las reformas alcanzadas
en los 150 años. Este estrato acaparó para sí las funciones de mando gracias a su riqueza y
prestigio, otorgados por la propiedad de la tierra, es decir que se formó un estrato altamente
homogéneo aunque dividido en dos capas en virtud de su prestigio y de la tradición (ex-
senadores y magistrados formaban la elite y los senadores "corrientes"). El estrato bajo ya no
es una masa indiferenciada, sino una capa heterogénea, aspecto que dificultará
posteriormente sus posibilidades de unificación y de alcanzar sus objetivos en los conflictos
con los sectores dominantes. Se articulaban en diferentes capas según su patrimonio:
campesinos ricos, pequeños artesanos, mercaderes y agricultores, jornaleros, esclavos y
libertos. A la vez esta nueva estratificación y estructuración de los distintos órdenes cambia el
eje de los conflictos sociales: la diferenciación según criterios de propiedad de la tierra es el
nuevo eje. El modelo social romano se generaliza gracias a la expansión militar, la colonización
y la extensión de la ciudadanía, generando una homogeneización social del territorio itálico, a
la vez que su sistema estatal se caracteriza por la heterogeneidad al incorporar los sistemas
locales de administración (polis griegas del sur junto con comunidades urbanas etruscas y
centros agrícolas de Campania). ORDEN SOCIAL ROMANO S. III a. C. Tres fueron los factores
condicionantes de la división de la sociedad romana: el desarrollo interno del cuerpo cívico
romano, la victoriosa expansión que convirtió a Roma de ser una ciudad-estado sustentada en
su comunidad urbana, a poseer una población de varios millones, reuniendo grupos sociales
muy heterogéneos, y el ineludible orden social aristocrático, que a pesar del triunfo de los
dirigentes plebeyos, no se llegó a una democratización, porque ellos no buscaban eliminar la
forma de dominio existente, sino integrarse y participar de él, esto llevó a la formación de una
nueva nobleza mas firme y poderosa. Para la gran masa de plebeyos pobres, la equiparación
política constituía una meta de su lucha, y al creerla cumplida al participar del disfrute de la
tierra estatal, a partir de las leyes L.S. y con la provisión de tierras fruto de la conquista de
Italia, creyeron que sus problemas estaban resueltos, aspecto que junto a la revitalización del
sistema clientelar, disminuyó en gran medida la conflictividad social. Con posterioridad a la 1ª
guerra púnica (264-241 a. C.) y con el desarrollo naval alcanzado en ésta, se diversifica la
economía romana: comercio y artesanía, desarrollo de economía monetaria (desde 269 a. C.
acuñación regular de moneda, lo cual permitía cuantificar la fortuna de los ciudadanos y
asignarles su posición social para cada una de las clases de censo). Los criterios de
diferenciación se complejizan (superando la antigua división según propiedad y status jurídico):
privilegios de sangre (descendencia, parentesco, etc.), status jurídico (ciudadanía y libertad),
tipo de actividad económica, capacidad personal, propiedad fundiaria, dinero, acceso a las
magistraturas y al senado, status de la comunidad en relación con Roma (socio, colonia, etc.).
Esta diversidad de factores afecta la homogeneidad de los diferentes estratos, aunque en
menor medida a la aristocracia senatorial recién constituida entre nobles y plebeyos, es la que
más se asemeja a un estamento, aunque sin cerrarse totalmente a los sectores inferiores. El
conflicto también cambia sus ejes durante el s. III a. C: estrato alto vs. proletarios; Roma vs.
Aliados y otras comunidades sometidas; amos vs. esclavos; pero no llegan a generar serios
conflictos internos (resolución pacífica por acuerdos o bien la férrea represión de los focos de
lucha). La alta integración entre la capa dominante y los pequeños campesinos propietarios
aseguraba la solución pacífica de las tensiones internas.

Aristocracia senatorial: compuesta por un grupo dirigente reducido (nobilitas), los senadores
patricios y plebeyos que encabezaban el consulado (cargo máximo del Estado), a la cual se
suman las familias de otras ciudades aliadas. Este grupo permitía la entrada en su círculo de los
"hombres nuevos" provenientes de familias no senatoriales, ascendidos según su capacidad
personal. El fuerte control que la aristocracia senatorial detentaba sobre los más altos cargos
del Estado, debido a su situación de grandes propietarios, se volvió un privilegio fuertemente
reglamentado, y en una carrera que sólo ellos podían costear (necesidad de disponer de un
peculio establecido en los censos, disposición de influencia en las asambleas a través de su
clientela y de pactos de patronato, y capacidad para enfrentar las obligaciones financieras para
con la ciudad, amén de su instrucción recibida en las tradiciones de las familias dirigentes, les
suministraba una adecuada formación política). Además su rol en las instancias institucionales
se reproduce en el nivel simbólico: ejercen los altos cargos sacerdotales y representan la base
espiritual del Estado, la tradición que hay que resguardar y reproducir socialmente. Tras la
expansión territorial la nobleza reafirma su base económica agraria al limitar su acceso a las
nuevas actividades en crecimiento (comercio e industria artesanal, sector financiero) a fin de
mantenerse como una nobleza de la tierra y preservar las bases de su dominación (leyes que
prohiben relaciones entre nobleza y comerciantes ultramarinos del 218 a. C.). Los estratos
más bajos (pequeños campesinos y proletarios urbanos) fueron favorecidos por la reforma
agraria y la expansión romana, pero la recomposición fue más importante para los grupos
medios y altos debido a los intereses de la aristocracia en el compromiso que estas mantenían
con ellas, el apoyo que significaban para la dominación romana y el rol que cumplían en el
ejército. Esto tuvo como consecuencia política el fortalecimiento de su posición en la asamblea
popular y un mayor peso del voto del campesinado rico. Los libertos también vieron mejorada
su situación gracias a que las familias dirigentes les otorgaban la libertad y la ciudadanía
(restringida), por su importancia como apoyo político, además de obtener de ellos
prestaciones económicas y personales. Durante el s. III a. C. aumenta la importancia
económica de la mano de obra esclava en las fincas rurales, así como en la manufactura,
particularmente coincidiendo con la 2° guerra púnica (218-201 a. C.), durante la cual se registra
por 1° vez el empleo en masa de esclavos. Las fuentes de esclavos más importantes eran el
comercio, y sobre todo la guerra, aunque para el s. III las formas arcaicas de esclavitud no
habían desaparecido por completo. Los únicos levantamientos que involucraron esclavos en
este siglo se relacionan con movimientos de prisioneros de guerra recientes, pero por el
escaso número de sus integrantes y su poca repercusión, carecen de importancia. El principal
problema consistía en sí las comunidades conquistadas en la península, aceptarían la
preponderancia de Roma: su integración en un orden social homogéneo fue conseguida a
través del compromiso de las capas dirigentes locales con la aristocracia romana (inclusión en
la nobleza senatorial y la ciudadanía romana) y la colonización con campesinos romanos
pobres en las nuevas zonas. Hacia fines del siglo III a. C. se perfilan nuevas condiciones en la
estructura económica y el orden social, como resultado de la 2ª guerra púnica y de los
procesos de expansión territorial (sobretodo en Oriente): transformación de la nobilitas en una
oligarquía, la aparición de un estrato acaudalado de comerciantes, empresarios y banqueros,
la decadencia y proletarización del campesinado itálico, la extensión de propiedades en forma
de gran fundo, y la utilización masiva de esclavos en la producción.

CAP. 3: El cambio de estructura del siglo II a .C. Resultados de expansión territorial


mediterránea tras guerras púnicas (incorporación de península Ibérica, Grecia y norte de África
entre 170-133 a. C. aprox.): la incorporación de tierras de cultivo y de zonas de extracción de
metales, así como el incremento en la comercialización de esclavos favorecía el desarrollo de
la inversión, la actividad empresarial y la economía monetaria. Esto modifica la estructura
social: debajo de la aristocracia senatorial crece el grupo de los "hombres nuevos" o
caballeros, grandes propietarios y empresarios-comerciantes-banqueros ricos que ascendían
en la escala social; las capas altas locales; proletarios urbanos (campesinos empobrecidos y
libertos); los aliados que no poseían la ciudadanía romana; las masas esclavas de los fundos y
minas. La agudización de las condiciones de explotación incrementó los frentes de conflicto
interno que llevaron a la crisis social y a las guerras civiles. Estratos superiores, a partir de la
2ª guerra púnica. A medida que van apareciendo los nuevos ricos (caballeros) van perfilándose
claramente dos órdenes, el senatorial y el ecuestre, aunque esta diferenciación no impide el
ingreso de los últimos en el senado, generando una renovación constante de la elite dirigente
(recurso a la adopción de descendientes, ante la falta de descendencia masculina). Pero los
huecos llenados por los caballeros se refieren a las bajas magistraturas, a los cargos mas
elevados solo accedían una minoría privilegiada. Se consolida así un sistema oligárquico donde
la nobleza senatorial se reserva el acceso al cargo más alto (consulado) y se distancia dentro
del senado de los caballeros, constituyendo un orden estamental. Además aprovechan su
poder para acrecentar su riqueza anexionándose tierras del estado y parcelas de campesinos
pobres. Este cambio en estructura de propiedad agraria revelaba a su vez un cambio en los
supuestos morales de la nobleza de sangre. Se impone el espíritu de lucro (Catón), el orden
senatorial organizaba sociedades anónimas para poder desarrollar el comercio marítimo y la
gran industria, mediante el uso de testaferros!!. El aislamiento político de la nobilitas, junto
con al aumento de sus privilegios y riqueza, generó conflictos intra-oligárquicos, basados en la
preeminencia de ciertas familias, y de algunas personalidades, cuyos intereses no siempre
representaban al estamento en su conjunto, comprometiendo los fundamentos del equilibrio
entre linajes y ordenes. Este régimen oligárquico, llevó a que las masa desplazadas buscaran
en líderes como Mario, alcanzar sus reivindicaciones. Resonantes triunfos militares, estrechas
relaciones con los ejércitos, así como con las poblaciones de las provincias por la extensión del
sistema de clientelas, confluían en el acrecentamiento del poder de las grandes
personalidades, a partir de la victoria sobre Aníbal. El orden ecuestre estaba formado por
plebeyos ricos (de baja extracción social) que fueron haciéndose cargo de servicios públicos
para acrecentar su status (mantenimiento del ejército, obra pública, arriendo y explotación de
minas estatales, cobro de impuestos, etc.), lo cual generaba frecuentes conflictos con las
poblaciones locales. Estratos inferiores, itálicos y provinciales: el crecimiento económico
ligado a la evolución de sector agrario hacia economías de plantación y la importancia del
comercio exterior, da lugar a un estamento "intermedio" de artesanos y pequeños
comerciantes. El número de los libertos fue incrementándose en las ciudades y se dividió entre
aquellos que se enriquecieron con nuevas condiciones y los que se sumaron al proletariado
que sobrevivía de las donaciones de los ricos, a estos se sumaban los campesinos arruinados
que llegaban a las ciudades en busca oportunidades. La proletarización y empobrecimiento de
los campesinos romanos fueron consecuencia de la 2° guerra púnica, por muertes de
milicianos campesinos y la devastación de zonas que redujo la población rural, así como la
destrucción de asentamientos, dificultando su reconstrucción, la falta de recursos de estos
sectores. A esto se suma la ocupación de los terrenos despoblados por la guerra, convertidos
en ager público, por campesinos ricos, que poseían mucha mano obra esclava (había
disposiciones de que estas tierras podían ser ocupadas por quién tuviera condiciones de
explotación apropiadas, las cuales carecían los campesinos que volvían de la guerras). Esto fue
sobre todo en sur Italia. El recurso a la colonización no resultaba ya efectivo: la proletarización
campesina y el trabajo temporal como asalariados en fundos abundaban. El incremento de la
población urbana más pobre, representaba un material social y político altamente inflamable,
solo necesitaba líderes. Esto fue a reforzar el clientelismo de los distintos sectores nobles en
lucha (ya que eran ciudadanos con influencia en asamblea popular), gracias a su capacidad de
satisfacer sus demandas con la donación, en detrimento de los posibles líderes que surgieran
de la plebe. Las tensiones entre los socios itálicos del sur de la península y la capa dirigente
romana se debían a la discriminación de que eran objeto (no ciudadanos pero con obligaciones
de prestar ayuda militar, además de una menor parte en la distribución del botín de guerra)
junto con la explotación económica que padecía la población rural pobre de la zona.

También en las provincias anexadas surgieron este tipo de conflictos entre la población local y
los romanos asentados (generalmente militares), en forma de movimientos sociales
heterogéneos que incluían tanto a estratos bajos como altos locales en contra de la
dominación romana (Viriato en Hispania 147 –139 a. C.). Los cambios en la estructura
productiva así como las condiciones resultantes de las campañas de anexión de territorial y las
guerras (abundancia de esclavos extranjeros, disminución de la población campesina local y
obligaciones de leva militar), favorecían el uso de mano de obra esclava en gran fundo, cuya
importancia aumentó a partir del siglo II a. C. La mano de obra esclava no sustituyó por
completo a la libre, pero se generalizó su uso en ciertos sectores de la economía: plantaciones,
pastoreo, minería, manufactura y en ciertos oficios artesanales especializados, así como en el
servicio doméstico. Los rasgos patriarcales de esclavitud se diluyen: ya no forman parte de la
familia, están segregados de la comunidad por su carencia de derechos, y son considerados
solo como instrumentos de trabajo junto con los demás enseres. Sin embargo no eran un
grupo homogéneo: los esclavos urbanos gozaban de una situación ventajosa (y entre ellos se
destacaron luego los que cumplían funciones en casas nobles pues podían acumular riqueza y
comprar su libertad) respecto de lo rurales que trabajaban en condiciones durísimas (cadenas,
venta y pocas manumisiones); había una estratificación interna de los esclavos según el tipo
trabajo y su especialización. Pero en general en este período es cuando los esclavos
soportaron la peor condición de vida y la menor consideración social. Las formas de resistencia
esclava tomaron la forma de levantamientos, pero sólo en aquellos sectores de producción
que por sus características permitían contactos, comunicación y lazos entre ellos, como en el
caso de los pastores y los profesionales (gladiadores). Los primeros levantamientos esclavos se
producen en zonas marginales de la península (Apulia) dedicadas a la ganadería (185 -184) y
son fuertemente reprimidas. COMIENZO DE CRISIS: Los enfrentamientos entre las mismas
familias de la nobilitas (el conflicto entre la familia de los Escipiones y el resto de la nobleza
aristocrática), así como las restricciones de acceso a los puestos más altos por parte de la
nobleza senatorial hacia senadores corrientes y ecuestres, originaban nuevos problemas en el
seno de la capa dirigente. La degradación material del campesinado romano y el surgimiento
de una masa proletaria, creaba un peligroso caldo de cultivo a cualquier tentativa
revolucionaria. La tensión entre Roma y sus aliados itálicos ya no tienen solo un origen político,
sino también social (levantamiento Apulia). Movimientos de resistencia de la población
sometida de las provincias (Hispania, Grecia) complicaban aún más la situación. Finalmente el
odio de las masas esclavas contra sus amos, constituía una amenaza contra todo el sistema de
dominación romano. Todos estos conflictos dan cuenta de nuevos tipos de crisis, cuyas
principales tensiones provienen de las restricciones de movilidad social de los grupos rurales y
proletarios, esclavos, socios itálicos y provinciales. En este sentido los grupos más favorecidos
por las nuevas posibilidades de movilidad económica-social eran los urbanos: esclavos y
libertos, artesanos y comerciantes, caballeros ricos, cuyos conflictos podían resolverse de
manera pacífica. El sistema de dominación y gobierno de una ciudad-estado no servía para
administrar y controlar los nuevos territorios anexados, que convertían a Roma en cabeza de
un imperio mundial. Las provincias no eran administradas sino saqueadas por los delegados
romanos y los colonos ricos. La aristocracia a diferencia de las 2 primeras guerras púnicas, ya
no tenía la masa del campesinado en que apoyarse, resquebrajándose aún más el viejo sistema
político. A esto se suman las influencias ideológico-espirituales de las zonas colonizadas
(filosofía helénica), que relajó la fuerte conciencia de grupo de las capas altas y quebró el
orden social basado en la tradición romana arcaica (esta filosofía prendió sobretodo en aquel
estrato social que debiera ser el guardián del mos maiorum), introduciendo factores de
conflicto intra-oligárquico (caso de los Escipiones, quienes veían en lo helénico el sistema
ideológico perfecto, tanto para legitimar el derecho de Roma a dominar el mundo, como su
propia posición social dirigente). Mientras que la expansión en Italia había sido la solución a
costa de terceros, de los problemas económicos de los sectores empobrecidos de la población,
ahora la expansión en el Mediterráneo hacia tambalear el orden vigente. El afán de riquezas y
de poder minó la lealtad, la honestidad y la disciplina romana. Los intereses de los grupos
dirigentes urbanos ya no se correspondían con la solución de las necesidades de los sectores
oprimidos, sino que inclusive estos reclamos iban directamente contra sus intereses. La crisis
culminó en conflictos violentos, caracterizados por la heterogeneidad de los intereses en
pugna y de los grupos enfrentados, y por la imposibilidad de que estos diferentes conflictos
confluyesen en una impugnación generalizada del orden social romano. Las revueltas y guerras
civiles de finales de la República acabaron con el marco político sin afectar demasiado la
estructura del orden social. La lucha decisiva no fue entre los sectores oprimidos y
dominantes, sino intra-oligárquica, desviándose de la solución de los problemas sociales, a la
lucha por el poder político, aspecto que llevará a la caída de la República.

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