Te enamoras del amor. Amas a un simple transeúnte suponiendo que es la
persona perfecta. Cuando idealizas, te sientes loco o loca por alguien a quien no conoces a profundidad y supones que contiene una esencia extraordinaria. La idealización te impide ver los defectos del otro y te hace tolerar malos tratos, vicios, infidelidades o desprecios, creyendo que todo está bajo control, o que la otra persona va a cambiar. Cuando amas a alguien de manera incondicional y sin límites, la idolatras. Haces todo por alcanzarla; como le ocurre a los que sufren idealización, uno vuela muy alto, y después caes de forma tan terrible que se está a punto de enloquecer. Evita entregarte por completo a alguien que no conoces bien y tiene otros intereses. Convéncete de que tu enamoramiento es producto de la idealización. Todo provino de tu mente descosida. Todo está en tu mente. Has inventado un ideal que no existe. El problema clave aquí es tu imaginación