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PARÁLISIS FACIAL DE LA CARA

Introducción

Se presenta el tema tratamiento kinésico de la pará lisis facial periférica de Bell, poniendo
en manifiesto que es una disfunción del nervio facial sin causa detectable alguna, y
unilateral.

La parálisis se caracteriza por la pérdida de la función motora y sensorial del nervio. El


enfermo ante esta afección no puede controlar sus expresiones faciales: elevar las cejas,
parpadear y sonreír. Su boca se desvía, dificultando el hábito de comer y beber. Estos
pacientes acuden al servicio de emergencia sintiendo la desesperación de percibir cómo
su cara se va deformando y tratando de encontrar una respuesta a la misma.

Justificación
La selección de el tema Parálisis Facial Periférica de Bell fue elegido debido a la cantidad
de casos que denota la enfermedad en nuestra sociedad, ya que aqueja a 25 de cada
100.000 personas por año, de ambos sexos y diversas edades; además es de importancia
investigar las afecciones que causa en la fisiología facial, como así también en la estética,
lo cual nos guiara a un pronóstico certero para realizar la planificación de un correcto
tratamiento kinésico en el paciente afectado.

Problema de investigación
Tratamientos kinésicos que se utilizan en la Parálisis Facial de Bell, realizados en
pacientes de 45 a 65 años de edad.

Objetivos
Objetivo General:

·Investigar el tratamiento kinésico y sus beneficios en la parálisis facial periférica de Bell en


pacientes mayores de 45 a 65 años de edad, de ambos sexos, que concurren a
consulta.

Objetivo Específicos:

 Determinar las etapas en el tratamiento kinésico de la parálisis facial periférica de


Bell, realizados en pacientes mayores de 45 a 65 años de edad, de ambos sexos,
que concurren a consulta.

 Establecer en qué sexo y edad prevalece con mayor frecuencia en el tratamiento de


la parálisis facial periférica de Bell, realizados en pacientes mayores de 45 a 65
años de edad, de ambos sexos, que concurren a consulta.

Anatomía

Cara
La cara es inferior a la parte anterior del cráneo. Dividiremos la cara en dos grandes
partes, una superior y otra inferior.

La parte superior comprende cuatro regiones principales: dos medias, la región de la nariz
y la región de las cavidades nasales, y dos laterales, las regiones orbitarias.
La parte inferior o bucofaríngea de la cara comprende un gran número de

regiones dispuesta alrededor de la cavidad bucal y de la faringe.

Estas regiones son: a) región labial; b) región mentoniana; c) región de la mejilla; d) la


región masetérica; e) la región infratemporal; f) la región palatina; g) la región tonsilar; h) la
región retrofaríngea; i) laregión laterofaríngea; j) el suelo de la boca (región lingual, región
sublingual, y la región parahiodea).

Músculos de los párpados y de las cejas

Los músculos que actúan sobre los párpados y las cejas son el occipitofrontal, el prócero,
el orbicular del ojo y el corrugador de la ceja.

o Músculo Occipitofrontal

Forma, situación y trayecto: es un músculo digástr ico, plano, delgado y cuadrilátero. Cada
uno de los vientres mu sculares del digástrico occipitofrontal está formado por dos mús
culos: los músculos occipitales posteriormente y los músculos frontales anteriormente.
Acción: el occipital es el tensor de la aponeurosis epicraneal, a la cual, al tensarse, sirve
de punto fijo al frontal, que eleva la piel de las cejas y determina secundariamente la
elevación del parpado superior. La acción del frontal puede preceder a la del occipital. En
ese caso, el occipital se contrae después del frontal para atraer posteriormente el cuero
cabelludo.

o Prócero (Piramidal)
Forma, situación y trayecto: son dos pequeños haces carnosos y delgados, alargados
sobre la parte superior del dorso de la nariz y situado a cada lado de la línea media.
Inserciones y descripción: cada músculo prócero se inserta inferiormente en el cartílago
lateral y en la parte inferomedial del hueso nasal. Las fibras ascienden hacia la raíz de la
nariz entrecruzándose con las fibras del frontal, y termi nan en la cara profunda de la piel
de la región del entrecejo.

Acción: es antagonista de la porción medial del frontal. Atrás en sentido inferior la piel del
espacio interciliar.

o Orbicular del ojo (de los párpados)

Forma, situación y trayecto: es un músculo ancho y delgado, cuyas fibras concéntricas se


disponen alrededor de la hendidura palpebral.
Inserciones y descripción: se pueden distinguir en el orbicular tres porciones que difieren
por sus inserciones y sus relaciones: la primera, palpebral, presenta inserciones fibrosas y
esta situada totalmente en los párpados; la segunda, orbitaria, presenta inserciones óseas
y forma un anillo muscular plano que rodea los párpados y la base de la órbita; la tercera,
lagrimal, se halla en relación con el aparato lagrimal.
o Corrugados de las cejas (Superciliar)

Forma, situación y trayecto: aplanado y delgado, se extiende a lo largo de la parte medial


del arco superciliar, desde la extremidad medial de dicho arco a la piel de la ceja.
Inserción y descripción: nace mediante una o varias lengüetas carnosas de la extremidad
medial del arco superciliar. Desde este origen, las fibras musculares, cubiertas por el
frontal y por la porción orbitaria del músculo orbicular del ojo, se dirigen lateralmente a lo
largo del arco superciliar y terminan en la cara profunda de la mitad o en los dos tercios
mediales de la piel de la ceja, entrecruzándose con las fibras carnosas del f rontal y del
orbicular.
Acción: levanta la parte medial de la ceja, mientras desplaza inferomedialmente sus dos
tercios laterales.

Músculos corrugados de la ceja, prócero y orbicular del ojo.

Músculos de la oreja
Los músculos de la oreja se dividen en músculos in trínsecos, que pertenecen
enteramente a la oreja y músculos extrínsecos, que se tienen desde la oreja a las regiones
vecinas.

o Músculos auriculares: son rudimentarios y muy delgados, dispuestos para ser


dilatadores de conducto auditivo externo y orientador de la oreja. Esta acción es nula
en el hombre por el estado atrófico de estos músculos. Los músculos auriculares son
tres: anteri or, superior y posterior.
Músculos de la nariz
La nariz tiene anexos dos músculos, el nasal y el d epresor del tabique.

o Músculo nasal: este músculo se divide en dos porciones; porción transversa y


porción alar.

Forma, situación y trayecto: esta porción es aplanada, triangular y delgada; se extiende


transversalmente en la parte media de la nariz desde el dorso de ésta hasta la fosa
canina.
Inserciones y descripción: nace de una lamina aponeurótica que recubre el dorso de la
nariz y lo une con el del lado opuesto.
Desde ahí, las fibras se dirigen al surco nasolabial: las inferiores se insertan en la cara
profunda de la piel, a lo largo de dicho surco; las superiores tienen continuación con los
haces laterales del músculo depresor del tabique.
Acción: esta porción del músculo tira del ala de la nariz superior y anteriormente. Dilata las
narinas.

Músculos de los labios


Se dividen en dos grupos: dilatadores y constrictores.
Los dilatadores son:
o Elevador del ángulo de la boca (Canino)

Forma, situación y trayecto: aplanado y cuadrilátero, se extiende desde la fosa canina al


labio superior.

Inserciones y descripción: se inserta superiormente en la fosa canina, inferior al agujero


infraorbitario. Desciende oblicua e infrolateralmente y se inserta en la cara profunda de la
piel de la comisura y del labio superior.

Acción: eleva la comisura y el labio superior.

o Buccinador:
Forma, situación y trayecto: aplanado, ancho e irregularmente cuadrilátero, está
situado en la parte profunda de la mejilla, entre el maxilar y la mandíbula y la comisura de
los labios.

Inserciones y descripción: sus inserciones posteriores se efectúan en el borde anterior del


rafe pterigomandibular y en el borde alveolar del maxilar y la mandíbula, a lo largo de los
tres últimos molares. La inserción en el borde alveolar de la mandíbula se prolonga sobre
la cresta buccinatriz y se une posteriormente con el fascículo tendinoso del temporal, que
se inserta en el labio medial del borde anterior de la rama mandibular.

El buccinador está cubierto por la fascia bucofarín gea, que es densa y fibrosa
posteriormente pero delgada y celular en la parte anterior.
Acción: tiran posteriormente de las comisuras labiales y alargan la hendidura bucal.
Pueden determinar la expulsión del aire contenido en el vestíbulo, que es lo que produce
en la acción de soplar o silbar. Pueden también empujar el contenido hacia los arcos
dentarios, ayudando a la masticación, o hacia el centro de la cavidad bucal; de esta
manera intervienen en la formación del bolo alimenticio.

o Músculos mentonianos (borla del mentón)

Forma, situación y trayecto: son dos pequeños haces situados en el espacio triangular
entre los dos depresores del labio inferior.

Inserciones y descripción: nacen a ambas partes de la línea media de los salientes


alveolares de los dos incisivos y del canino, por debajo de la encía. Desde ahí, los dos
músculos se dirigen inferiormente y se extienden “a la manera de una borla”, insertándose
en la piel del mentón.

Acción: elevadores del mentón y del labio inferior.


o Elevador del labio superior
Forma, situación y trayecto: aplanado, delgado, ancho y cubierto en parte por el
precedente, se extiende desde el reborde de la
órbita al labio superior.

Acción: Se confunde con la del elevador del labio superior y del ala de la nariz.

o Cigomático Menor

Forma, situación y trayecto: delgado, estrecho y alargado paralelamente al borde del


elevador del labio superior.
Inserciones y descripción: se inserta superiormente en la parte media de la cara lateral del
hueso cigomático e inf eriormente en la cara profunda de la piel del labio superior.

Acción: tira superolateralmente del labio superior.

o Cigomático Mayor

Forma, situación y trayecto: es aplanado y acintado, y se extiende lateralmente al


cigomático menor, desde el hueso ci gomático a la comisura de los labios.

Inserciones y descripción: nace mediante fibras aponeuróticas cortas de la cara lateral del
hueso cigomático, cer ca de su ángulo posterior, inferiomedialmente a la inserción del
cigomático menor. Desde ahí, el músculo desciende oblicuamente inferi or y medialmente,
cruza a distancia el músculo buccinador, del que está separado por el cuerpo adiposo de
la mejilla y se inserta en la piel y en la mucosa de la comisura de los labios.

Acción: desplaza la comisura de los labios superolateralmente

o Risorio
Forma, situación y trayecto: es inconstante, extremadamente delgado y triangular, que se
extiende, en la parte media de la mejilla, desde la región meseterina a la comisura de los
labios.

Inserciones y descripción: se inserta posteriormente en la fascia masetérica mediante


haces más o menos diferenciados que terminan en la piel de la comisura labial.
Acción: tira lateral y posteriormente de la comisura de los labios.

o Depresor del ángulo de la boca (triangular de los abios)l

Forma, situación y trayecto: es ancho, aplanado, delgado y triangular. Se extiende entre la


mandíbula y la comisura de los labios.

Patología
Introducción
La Parálisis Facial Periférica a Frigori o Parális is de Bell fue descrita por primera vez por
el médico inglés Charles Bell (1829) de cuyo apellido toma su nombre, es la causa más
común de parálisis facial aguda. Su incidencia es de 20 a 30 casos por 100 mil personas
al año. Está considerada dentro de las primeras causas de atención médica en Caja
Nacional de Salud tanto en la consulta en el primer nivel como en los servicios de
fisioterapia.

La parálisis facial periférica idiopática es un síndrome caracterizado por la debilidad o la


imposibilidad para contraer la musculatura de una hemifacies, suele comenzar de forma
aguda y acompañarse de otra sintomatología como el dolor locorregional, la disgeusia y la
disacusia.

En la parálisis facial periférica, afecta en igual medida toda la musculatura facial

(frontal, orbicular y peribucal) con evidente deterioro de la mímica tanto superior como
inferior de la cara.
En la parálisis supranuclear central, los músculos frontal y orbicular del ojo se encuentran
mucho menos afectados que los de la parte baja de la cara, ya que los músculos faciales
superiores están inervados po r vías corticobulbares provenientes de ambas cortezas
motoras, mientras que los músculos faciales inferiores están inervados sólo por el
hemisferio opuesto. En las lesiones

supranucleares puede haber una disociación de movimientos faciales emocionales y


voluntarios, y con frecuencia se agrega cierto grado de parálisis del brazo y de la pierna o
una afasia en las lesiones del hemisferio dominante.
Aunque a principios de siglo se denominaba parálisi s de Bell a toda parálisis facial
periférica, el término se debe reservar para las parálisis de etiología idiopática,
nombrando, con su etiología, aquéllas e n las que sí se conozca, ya sea traumática, viral,
congénita, tumoral, etc., pu es la parálisis facial periférica puede ser además de una
enfermedad en sí misma, un síntoma de un trastorno neurológico (tumores del ángulo
pontocerebeloso, esclerosis múltiple, síndrome de guillain barré), de un traumatismo
cráneo encefá lico con fractura del peñasco, de una infección por el virus del Herpes
Zoster o por otros gérmenes con afectación sistémica (varicela, enfermedad de Lyme,
lepra) o incluso de una enfermedad heredo-familiar (síndrome de Nelkersson-Rosenthal).
Por otra parte, además de los diversos grados de parálisis, el nerv io facial puede
afectarse funcionalmente, con parálisis previa o sin ella, de stacando las conocidas
sincinesias, las lágrimas de cocodrilo, los espasmo s postparalíticos, el hemiespasmo
facial y la miokimia facial. Estas alteraciones funcionales, deben distinguirse de los
movimientos faciales anormales cuyo origen no es el VII nervio craneal como son el
blefaroespasmo, mal llamado paraespasmo facial o espasmo facial bilateral, que es
simétrico y en ocasiones de origen extrapiramidal; los tics, que habitualmente afectan
también a músculos fuera del territorio de influencia del facial y a las convulsiones focales
corticales, que usualmente se comportan como supranucleares.

Fisiopatología
La parálisis de Bell acompaña a la presencia del DNA del virus herpes simple tipo 1 en el
líquido endoneural y músculo auricular posterior, lo cual sugiere que la reactivación del
virus en el ganglio geniculado pudiera ser la causa del trastorno. Sin embargo, no se ha
corroborado la participación casual del virus recién mencionado, en la parálisis de Bell.
También se reportó una mayor incidencia de parálisis de Bell entre los receptore s de la
vacuna intranasal desactivada para influenza, se formuló la hipótesisque esto podría
deberse a la enteroxina de escherichia colis, usada como coadyuvante o a la reactivación
del virus latente.

Diagnóstico diferencial:
Hay muchas causas de parálisis facial aguda que deben considerarse en el diagnóstico
diferencial de la parálisis de Bell.

La enfermedad de Lyme puede causar parálisis facial uní o bilateral; en áreas endémicas,
es probable que el 10% o más de los caso s de parálisis facial se deban a la infección con
Borrelia Burgdorferi. El síndrome de Ramsay-Hunt, causado por la reactivación de Herpes
Zoster en el ganglio geniculado, consiste en parálisis facial grave acompañada de una
erupción vesicular en el conducto auditivo externo, a veces también en la faringe y otras
regiones tegumentarias craneales; a menudo se afecta también el octavo par craneal.

Por lo general, el diagnóstico de la parálisis de Bell puede establecerse clínicamente en


aquellos pacientes con: 1) presentación típica, 2) ausencia de factores de riesgo y de
síntomas previos de otras causas de parálisis facial, 3) ausencia de lesiones cutáneas de
herpes zoster en e l conducto auditivo interno y 4) una exploración neurológica, con
excepción del nervio facial. Es importante prestar atención al 8º par craneal, que discurre
próximo al nervio facial en la unión bulboprotuberancial y en el hueso temporal, y a los
otros pares craneales. En casos atípicos o inciertos están indicados la me dición de ESR,
prueba para diabetes mellitus, de Lyme estudios de enzima convertidor de angiotensina e
imágenes torácicas para descartar sarcoidosis, una punción lumbar en caso de posibles
signos de Guillain Barré ó MRI. A menudo aMRI muestra inflamación e intensificación del
nervio facial en parálisis de Bell idiopática.

Epidemiología
La forma más común de la parálisis facial es la llamada parálisis de Bell. La incidencia
anual de este trastorno idiopático se sitúa en aproximadamente 25 casos por 100.000
personas al año o en promedio una de 60 personas durante toda la vida.

La incidencia entre hombres y mujeres es similar, con presentación bimodal en las edades
de 20 a 29 años y de 50 a 59 años. La mujer en edad reproductiva es afectada dos a
cuatro veces más que el hombre de la misma edad, y la mujer embarazada 3.3 veces más
que la que no lo está.

Se ha observado recuperación completa en 70 % de los casos, mientras que 16

% muestra secuelas moderadas a severas, dentro de las que se encuentran reinervación


aberrante del nervio facial (sincinesias), movimientos en masa, diversos grados de paresia
y afectación de actividades como comer, tomar líquidos y hablar.

Manifestaciones clínicas

El comienzo de la parálisis de Bell es bastante brusco y como norma general alcanza el


nivel máximo de debilidad pasadas 48h. U no o dos días antes de la parálisis, el paciente
puede presentar dolor detrás del oído. Suele haber pérdida unilateral de la sensibilidad
gustativa e hiperacusia. En algunos casos se observa una ligera linfocitosis en el líquido
cefalorraquídeo. La resonancia magnética puede poner de manifiesto un aumento de
tamaño y un refuerzo uniforme del ganglio geniculado y del nervio facial y, en algunos
casos, atrapamiento del nervio dentro del hueso temporal. Alrededor del 80% de los
pacientes se recupera al cabo de unas cuantas semanas o meses. La electromiografía
puede tener algún valor; si aparec en signos de desnervación al cabo de diez días, estos
indican que se ha producido una degeneración axónica y que pasará mucho tiempo (tres
meses, como regla) antes que se produzca la degeneración, que en todo caso puede ser
incompleta.

La presencia de una parálisis incompleta en la pri mera semana es el signo pronóstico


más favorable.

Embriología

Los estudios embriológicos han demostrado que el desarrollo de la cara y el del cerebro
tienen un origen común, por lo que la cara es un marcador cualitativo, cuantitativo y
topográfico del desarrollo del siste ma nervioso central. Este elemento es importante para
entender algunas patologías, especialmente las malformaciones del recién nacido.

Los músculos cutáneos faciales dependen de los sist emas nerviosos voluntario,
involuntario, reflejo y automáticoreflejo. Todos es tán inervados por el facial, excepto uno,
el elevador de los párpados, que está inervado por el par III. Las relaciones funcionales
entre el sistema nervioso voluntario y el sistema involuntario son estrechas y se ejercen en
ambos sentidos.

Las variaciones del medio exterior actúan excitando al organismo y hacen que intervengan
los sistemas nerviosos voluntario y automático-reflejo. Finalmente,

estos centros desempeñan un papel en las relaciones funcionales entre la actividad


cortical y las funciones vegetativas. Roussy y Monsinger han descubierto las conexiones
con los cuerpos estriados de los núcleos talámicos, a través de las cuales estos últimos
ejercen una influencia sobre las funciones motoras de las relaciones. La influencia de la
psique es importante. Se sabe que las emociones provocan una gama infinita de
reacciones, tanto en la cara y su mímica como en otros sistemas como el sistema
respiratorio, que puede ir del simple jadeo a la inhibición desde el nacimiento y durante
todo el período de crecimiento, la acción de los músculos de la cara tiene un papel
fundamental en la morfodinámica del rostro y en el crecimiento óseo, estos músculos
intervienen en el aspecto estético, en la masticación y en el habla.

Tratamientos
Tratamiento Quirúrgico

Dentro de las opciones terapéuticas en la parálisis facial, el tratamiento quirúrgico ocupa


un lugar importante ante determina das etiologías, como puede ser la traumática, tumoral
y en algunas otras prese ntaciones. Si después de transcurridas entre 8 y 15 semanas de
iniciada la parálisis facial idiopática nos encontramos ante uno de los casos que van hacia
secuelas definitivas, se puede proponer el tratamiento quirúrgico.

La descompresión del nervio puede abordar las porciones laberíntica, timpánica y


mastoidea; al abrir el nerviducto de Falopio el nervio se expande fuera de él y el edema
deja de comprimir el nervio contra las paredes óseas.
Si un colesteatoma o un tumor ocasionan una parális is facial, la extirpación quirúrgica de
estos debe ser inmediata.

La lesión del NF sea por cirugía (yatrógena) o por fracturas del hueso temporal ameritan
una solución quirúrgica, pudiendo realizar una sutura término-terminal. Si esta lesión
ocasionó la pérdida de un fragmento se puede realizar un rerouting con la disminución del
trayecto del nervio para que pudieran entrar en contacto los cabos proximal y distal; en
este caso se puede realizar también un injerto con un fragmento de otro nervio como
pueden ser el auricular mayor o el nervio sural. Si no existe posibilidad de realizar la
reconstrucción nerviosa en la zona lesionada se puede recurrir a una anastomosis, la más
utilizada es la hipogloso-facia l (XII-VII); en esta técnica se diseca el hipogloso y se sutura
su cabo proximal al cabo distal del nervio facial.
Tratamiento Médico
El tratamiento sintomático incluye: 1) la oclusión del ojo durante el sueño para impedir que
se seque la córnea, y 2) el masaje de los músculos debilitados. Un ciclo de
glucocorticoides, como prednisona en dosis de 60 a 80 mg/ día durante los cinco primeros
días, disminuyendo luego la dosis durante los cinco días siguientes, parece que acorta el
periodo de recuperación y mejora de manera modesta el pronóstico funcional. Un estudio
aleatorio publicado en fecha reciente no encontró un beneficio adicional con aciclovir (400
mg cinco veces al día por
10 días) en comparación con prednisona sola para el tratamiento de la parálisis aguda de
Bell; se desconoce el valor de valaciclovir (dosis usual 1000 mg/día por cinco a siete días),
solo o combinado con glucocorticoides.

Pruebas efectuadas para explorar el nervio realizado por distintos especialistas

(otorrinolaringólogo, neurólogo, médico general, neurocirujano u otros):

o Prueba de Esslen: se trata de una electroneuronografía cuantitativa que permite


evaluar el grado de desnervación y por lo tanto efectuar un pronóstico precoz. Esta prueba
debe ser realizada antes del 10° día.

o Blink réflex: también llamado reflejo del guiño, proporciona información sobre el
estado de la conducción canalicular.
Prueba de Hilger: es una prueba que mide la conducción nerviosa por electrodo de
superficie, comparando la del lado sano con la del lado enfermo, y la del facial superior
con la del facial inferior.

Pruebas que permiten efectuar un diagnostico topográfico de la lesión:


o Prueba de Schimer: esta prueba estudia la secreción lagrimal. Se realiza simétricamente
durante un tiempo determinado. El paciente inhala rápidamente vapores de amoníaco y
durante 1 minuto se recogen sus lágrimas en tiras de papel secante de 1 cm de ancho por
5 cm de largo.

Posteriormente, se calcula la proporción de lagrimas absorbidas por el secante del lado


sano y del lado enfermo. Cuando el porcentaje es inferior al 59%, la afección es grave; si
se aproxima al 50%, la secreción
comienza a normalizarse, y el paciente siente menos necesidad de

hidratarse el ojo.

o Prueba de Blatt: esta prueba, que estudia la secreción salival, cada vez se utiliza menos, e
incluso equipos la han abandonado.

o Electrogustometría: se practica sobre los dos tercios anteriores de la lengua y proporciona


una sensación de sabor metálico. La percepción del gusto puede estar alterada.

Beneficios del Tratamiento Kinésico


El tratamiento kinésico constituye una ayuda indispensable, esencial para la recuperación
motora, psíquica y estética. La rehabilitación no consigue que el nervio “se regenere” pero
sí permite mantener los músculos hasta que vuelva el impulso nervioso. El paciente
adaptará sus esfuerzo s y la forma de ejercitar sus músculos a los resultados de la
evaluación analítica muscular. La rehabilitación se basa fundamentalmente en la
educación del paciente sobre su patología, en la explicación de los movimientos que debe
y no debe hacer según la fase de recuperación en la que se encuentre.

El número de sesiones no puede determinarse por ant icipado, sino que depende de la
recuperación. La frecuencia de las sesiones suele ser mensual durante 3 meses, y más
tarde, cada 3 meses, hasta conseguir u n equilibrio facial que sea reconocido tanto por el
paciente como por el terapeuta.

Tratamiento Kinésico

Estudio analítico de la función muscular. Los músculos son evaluados de 0 a 4. La


gravedad sólo tiene una acción mínima sobre los músculos cutáneos:

0: ninguna movilidad de la porción de piel observada a simple vista o con luz rasante
sobre la terminación cutánea profunda del músculo;
1: movilidad de la porción de piel una vez que se da la orden de

movimiento;

2: el paciente es capaz de realizar el movimiento cinco veces, con una amplitud


incompleta y de forma asincrónica con el lado sano;
3: el paciente es capaz de realizar el movimiento entre ocho y diez veces, con una
amplitud completa pero de forma asincrónica con el lado sano;
4: el paciente es capaz de realizar el movimiento de forma sincrónica y simétrica; el
movimiento está integrado en la mímica

voluntaria

Metodología

a) Tipo de investigación

Exploratoria: utilizamos este diseño con la intención de profundizar los conocimientos


sobre el tema elegido, teniendo en cuenta que ha sido poco explorado y reconocido en la
provincia.
Descriptiva: este diseño consiste en destacar y describir el tratamiento kinésico utilizado
en la parálisis facial periférica de Bell, a través de criterios que permita ponerlos de
manifiesto.

b) Dimensión temporal: la dimensión corresponde a la nvestigación transversal, la cual se


llevó en pacientes mayores de 45 a 65 años de edad, de ambos sexos en el periodo de
marzo a julio de 2011, con el propósito de analizar las variables indicadoras de mi
investigación.

c) Estrategia metodológica: cuantitativa: me permite recoger, analizar y cuantificar los datos


obtenidos a través de una muestra para llegar a un determinado resultado.

d) Unidad de observación: la investigación se concretócon pacientes que concurrieron al


servicio de kinesiología del Hospital Enrique Vera

Barros de La Rioja, destacando la predisposición y aceptación por parte

de los directivos y profesionales de dicha institución.

e) Unidad de análisis: se realizó un análisis y evalua ción a través de fichas kinésicas de 10


pacientes de ambos sexo, de 45 a 65 años de edad, con parálisis facial.

Se trabajó con todo el universo, constituido de por 10 pacientes de 45 a 65 años de edad,


de ambos sexos, que concurrieron al Hospital

Enrique Vera Barros de la Ciudad Capital de La Rioja, en el periodo de marzo a julio del
2011.

Universo 10 y la población 10 pacientes.


Técnicas de recolección y análisis de datos

Para ampliar la información en el campo de la investigación se utilizaron como técnicas de


recolección de datos; fichas kinésicas y entrevistas, las cuales fueron seleccionadas con el
propósito de responder a los objetivos planteados.

Conclusión

En el presente trabajo que lleva como nombre “Tratamiento Kinésico de la Parálisis Facial
Periférica de Bell”, se pudieron c oncretar los objetivos planteados.

La misma fue ejecutada en el Hospital Enrique Vera Barros de la Cuidad Capital de La


Rioja, como medio más accesible que me permit ió llevar a cabo dicho trabajo.

A partir de las entrevistas realizadas a profesionales idóneos y, las fichas kinésicas


utilizadas para recabar información acerca del tratamiento de pacientes con parálisis
facial, que concurrieron al servicio de Kinesiología de dicha institución, en el período de
marzo a julio de 2011, a modo de conclusión se pudo establecer que:

De las fichas kinésicas, los síntomas mayoritarios de las personas afectadas son: dolor de
cabeza, pérdida de la sensibilidad de la hemicara, sialorrea, dificultad para comer, beber y
hablar.

Con respecto a los antecedentes de los pacientes tratados, son en predominio la


hipertensión arterial y el sedentarismo.

Al referirnos sobre estudios complementarios, para diagnosticar la parálisis


facial, los médicos acuden primeramente a la radiografía de macizo facial y a la

tomografía axial computada.

En las entrevistas se constataron diversidades en los tratamientos por parte de los


profesionales, pero ellos coincidieron que la reeducación frente al espejo, como así
también, los diferentes masajes son fundamentales para un óptimo resultado.

Al responder sobre la edad los entrevistados coincidieron que son pacientes mayores de
35 años de edad, y con respecto al sexo, para cuatro de ellos el más afectado es el
masculino, y sólo uno de ellos acotó que trató a ambos sexos por igual número.

Con este trabajo se demuestran los beneficios del tratamiento kinésico y sus etapas, para
tratar la parálisis facial, en pacien tes de 45 a 65 años de edad, de ambos sexos; que
concurrieron al nosocomio, antes mencionado, de la cuidad capital de La Rioja.

Por último cabe destacar la importancia del rol del Kinesiólogo en el tratamiento de la
enfermedad, como así también en la reintegración del paciente en la sociedad.

Bibliografía

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