AUTOCONTROL

Por lo general, aludimos el concepto de autocontrol a la capacidad que tiene una persona
de controlar sus impulsos y reacciones de forma voluntaria con la finalidad de conseguir
un comportamientos más adaptativos o ventajosos.

De esta forma, el autocontrol emocional se encuentra dentro de la Inteligencia emocional y

es definida según Coleman (1995) como “La capacidad para manejar las emociones de
forma apropiada, teniendo buenas estrategias de afrontamiento a situaciones estresantes”.

El concepto de Inteligencia emocional fue desarrollado por el psicólogo Daniel Goleman

quien define la inteligencia emocional como: “La capacidad de reconocer nuestros propios
sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las
relaciones”.

Por otra parte, Metcalfe y Mischel (1999) proponen un sistema de 2 estructuras: Sistema
emocional caliente y sistema cognitivo frío que posibilita y sostiene el proceso del auto-
control a través de un experimento desde 1957 donde Hacía pruebas y evaluaba la toma de
decisiones ofreciendo a jóvenes algunas golosinas de manera inmediata o más golosinas
después, tal experimento fue llamado El experimento de la golosina.

Es así como el sistema frío es aquel que es cognitivo, emocionalmente neutral, flexible,
coherente, lento y estratégico. El cual sería el sistema base de la auto-regulación y el auto-
control. Por el contrario el sistema caliente es la base de la emocionalidad, es rápido e
impulsivo. El balance entre los dos sistemas está determinado por el estrés y la dinámica de
auto-regulación de cada individuo. Para comprender con más acerca del sistema caliente,
hay que acudir a una explicación sobre el sistema límbico. Éste se compone de estructuras
cerebrales primitivas que son las encargadas de regular impulsiones y emociones esenciales
para la supervivencia como miedo, hambre y sexo. Dentro del sistema límbico se encuentra
la amígdala, cuyo papel es fundamental en las respuestas frente al hambre y también en las
respuestas de temor y sexo. La amígdala pone en movimiento rápidamente al cuerpo para
actuar, sin detenerse para reflexionar ni tampoco se toman en cuenta posibles consecuencias
a largo plazo. El sistema límbico es entonces el que dice ¡adelante! frente a un estímulo que
resulta intenso, provocador de emociones placenteras. Desde el momento del nacimiento el
sistema caliente está activo y es fundamental para lograr la supervivencia. En la adultez,
este sistema es el que confiere a la vida un carácter emocional (Mischel, 2015). El sistema
caliente es el predominante en la niñez, por lo tanto la espera se hace más complicada
(Metcalfe y Mischel, 1999).

Por otro lado, el estrés fuerte activa el sistema caliente. Cuando hay presencia de riesgo, es
bueno guiarse por este sistema porque es el que permite la huida como reacción automática.
Pero, este tipo de respuesta no es útil si la situación que se presenta requiere reflexión,
coherencia y resolución de un modo más racional.
 FRUSTRACIÓN

La frustración ha sido definida por la RAE como la acción y efecto de frustrar. Por su parte,
frustrar, se encuentra definido como:

a) Privar a alguien de lo que esperaba

b) Dejar sin efecto, malograr un intento

c) Dejar sin efecto un propósito contra la intención de quien procura realizarlo.

Según lo que expresa Muñoz (s.f.), la baja tolerancia a la frustración la persona a medida
que va creciendo se va dando cuenta que los deseos o necesidades que se tienen no siempre
van a ser satisfechos de inmediato, por lo que tiene que aprender a manifestar estrategias
que lo ayuden a sobrellevar la incomodidad que los deseos no satisfechos traen consigo.

Basándonos en el enfoque psicológico cognitivo: La Terapia Racional Emotivo Conductual

(TREC) se define como un sistema de terapia que ayuda a las personas a vivir mejor, a
través del cual, puede minimizar sus problemas emocionales y sus conductas desadaptadas,
lo que le permite autorrealizarse para tener una vida más plena y feliz. (Ellis y Bernard,
1990)

La TREC está basada en la idea de que tanto las emociones como las conductas de un
individuo son producto de las creencias que posee y de la interpretación que haga de la
realidad (Ellis, 1962). Por lo tanto, la meta fundamental de la TREC es que el paciente en la
identificación de sus pensamientos “irracionales” o disfuncionales para ayudarle a que los
sustituya por otros más “racionales” o eficientes y que le permitan lograr con más eficacia
metas de tipo personal como el ser feliz, el poder establecer relaciones con otras personas,
etc. (Ellis y Becker, 1982).

Así mismo, parte del principio de que los seres humanos hacemos interpretaciones a partir
de toda la información que nos llega desde nuestro medio externo (contexto social,
situaciones, eventos) como desde el interior (sentimientos, sensaciones, emociones). Es así
como estos estímulos funcionan como eventos activadores o antecesores de las creencias y
así explicar cómo algunas personas viven algunas situaciones de forma catastrófica y otras
no.

Albert Ellis, crea el siguiente modelo:

A: Son todos aquellos eventos internos o externos, situaciones, etc.

B: Creencias, son aquellas interpretaciones

C: Consecuencias o conductas respuestas.

De tal forma, los acontecimientos activadores (A) por sí solos no provocan consecuencias
emocionales, conductuales o cognitivas (C); estas dependerán de cómo se perciba o
interprete (B) dicho acontecimiento activador.

https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/educacion/article/download/2232/2191