Extraido del Tania Completo. Conceptos Místicos en el Jasidismo por el Rabino Jacob
Immanuel Schochet
Se hace otra distinción al llamar a las primeras tres “Tres Rishonot” (“Tres
Primeras”, o a veces “Tres Superiores”), y a las otras siete “Siete Tajtonot”
(“Siete Inferiores”). Las “Siete Inferiores” se subdividen en las dos tríadas de
Jésed-Guevurá-Tiferet y Nétzaj-Hod-Iesod (estas seis, en conjunto, se llaman
“Seis Ktzavot”, “Seis Extremidades”), y la última singular, Maljut. Si bien hay
una serie de otras agrupaciones y distinciones tales que abundan en los
escritos místicos (y con algunas de éstas nos encontraremos en los capítulos
siguientes), las mencionadas son las principales o más comunes.
Kéter
Es la primera emanación, y como tal el “nivel más bajo”, para decirlo de alguna
manera, del Emanador. A ello se debe que Kéter sea llamado Temirá dejol
Temirín (“El más oculto de todos los ocultos”), y se lo denomine Ain (“nada”).
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El Zohar, por lo tanto, le aplica el refrán de Ben Sirá: “No procures las cosas
que están más allá de ti, ni busques cosas ocultas de ti”.
Mientras que otras sefirot son representadas a veces por diversas letras del
alfabeto, ninguna puede describir o representar a Kéter.
A ello se debe que Kéter a veces sea excluido del esquema de las sefirot. Es
demasiado sublime como para ser incluido. Es una categoría y clase en mérito
propio. De hecho, se denomina el “intermediario” entre el Ein Sof y las sefirot,
salvando la brecha, como si fuera: es el “nivel más bajo” de la Luz del Ein Sof y
desde allí, y por su intermedio, emanan las subsiguientes emanaciones Divinas
(siendo de este modo la raíz o alma misma de las sefirot).
JojmáBináDáat
Estas tres sefirot forman una tríada, abreviada como JaBaD. Análogo a ellas
son las tres facultades en el intelecto humano, con los mismos nombres,
Sabiduría, Entendimiento y Comprensión.
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Esto se entenderá trazando una analogía con las facultades del intelecto
humano: Jojmá se corresponde con el destello intuitivo de la iluminación
intelectual: la idea original propiamente dicha. Es la idea seminal, el
“pensamiento interior”, los detalles que aún no fueron diferenciados y
externalizados; aún no fueron procesados y se encuentran intensamente
concentrados en el destello intuitivo.
Sin embargo, Jojmá y Biná por sí mismos son abstractos. El concepto está allí
y es claro en la mente. Pero está sólo en la mente, internamente, mientras que
externamente es inaudible e invisible. Por sí mismo, en la mente, no conduce a
ninguna conclusión, no está plenamente concretado. El concepto, sabiduría y
entendimiento, son un poder potencial que precisa ser concretado, pero todavía
no lo fue. Además, Jojmá y Biná son dos facultades separadas: el destello
intuitivo del conocimiento intelectual (Jojmá) puede estar allí, y así es con el
poder de deducción (Biná), el poder de comprender este destello.
Estos dos estados —la unión de Jojmá con Biná, y la implementación práctica
del concepto informado— se logran mediante la facultad de Dáat. Sin embargo,
tal como hablamos de dos estados, efectos o “actividades” en dos niveles
diferentes, del mismo modo debemos hablar de dos categorías de Dáat, o sea,
Dáat en dos planos: Dáat Elión (“Dáat Superior”) y Dáat Tajtón (“Dáat Inferior”).
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El principio de sabiduría no precisa sólo ser entendido sino también sentirse.
Debe canalizarse a los atributos emocionales para que estos actúen sobre él
en términos de disposiciones apropiadas: procurar aquello que la sabiduría
dicta que debe buscarse, y evitar aquello que la sabiduría dicta que debe
evitarse. Esta profunda concentración interior en, y devoción a, la Jojmá
corporizada en Biná, esta sensibilización (Hargashá), es la facultad de Dáat
Tajtón.
En primer lugar, con Di-s no hay secuencia temporal; todas estas “etapas” son
simultáneas al grado de que tan pronto como “surge en la Voluntad de Di-s” se
ejecuta instantáneamente y no hay “antes” y “después” salvo en algún sentido
sumamente sutil y cualitativo. En segundo lugar, en el hombre la ejecución de
su voluntad y sabiduría es una categoría distinta, dependiente pero separada,
de su voluntad y sabiduría mismas, en tanto que con Di-s son una unidad
absoluta e inseparable.
JésedGuevuráTiferet
Jésed significa bondad en el sentido de una benevolencia absoluta, gratuita e
ilimitada.
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Es la total cristalización de la disposición para conferir bondad y benevolencia
con el objeto mismo de conferir bondad, sin importar los méritos del receptor.
Es el atributo o la disposición que subyace a la creación, para traer a la
existencia receptores para la benevolencia Divina, y así está escrito: “El mundo
fue construido por Jésed” (Salmos 89:3). O sea, como es intrínseco a la
naturaleza del benévolo ser benevolente en la acción, Di-s llamó a ser —a
partir de la nada— el mundo y todas las criaturas. La Creación, por lo tanto, es
un acto de Jésed, y es de este atributo que la fuerza vital Divina, que anima a
toda la creación, emana. La implicación de Jésed (la creación y su sostén
continuo) es una manifestación de la benevolencia infinita (Jésed) que es de la
esencia de Di-s.
Sin embargo, la radiación del Jésed Divino es tan ilimitada como su Fuente, en
tanto que las criaturas a las que emana son limitadas y finitas. Las criaturas
finitas no pueden absorber ni tolerar semejante abundante y poderosa
emanación como lo es el Jésed Divino. De ser expuestas a él, se volverían
nulas y dejarían de existir. Jésed precisa ser controlado, restringido, y su fuerza
plena resguardada, ocultada, limitada. Esto se logra mediante Guevurá.
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Esta cualidad explica por qué esta sefirá es llamada Tiferet, “belleza”: combina
los diferentes colores de Jésed y Guevurá, y el armonioso colorido de este
atributo lo hace hermoso (Tiferet).
La relación entre estas tres sefirot se ve a las claras. A ello se debe que, juntas,
formen una tríada conocida con el acróstico de JaGaT. También, estas tres son
las Midot esenciales o básicas en relación con las que las otras no son sino
derivadas, como se verá en la sección siguiente. Pues todas las Midot son un
aspecto de Jésed (emanación y derrame), de Guevurá (retiro y restricción), o
de Tiferet (la armoniosa mezcla de los dos aspectos anteriores). Además, muy
a menudo se habla de Tiferet sola como del principio de las Midot porque
contiene dentro de sí las disposiciones básicas de las Midot.
Hay una serie de términos que aparecen frecuentemente como sinónimos para
estas tres Midot.
NétzajHodIesod
Estas tres sefirot, también, forman una tríada conocida con el acróstico de
NeHÍ. Su importancia básica, así como también la característica de su relación,
es que Nétzaj, Hod y Iesod son los receptáculos para los tres Patriarcas, es
decir, Jésed, Guevurá y Tiferet. En otras palabras, estas tres Midot “inferiores”
sirven de herramientas, recipientes o canales por los cuales las precitadas
Midot “superiores” logran su propósito y objetivo. Esto no significa que NeHÍ es
idéntico a JaGaT: Nétzaj es meramente una rama y canal de Jésed, Hod de
Guevurá, y Iesod de Tiferet.
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Jésed-Guevurá-Tiferet son la esencia misma de los atributos que implican y
están directamente influenciados y dirigidos por Jojmá, Biná y Dáat. Una vez
que los atributos de JaGaT son establecidos por JaBaD, forman disposiciones
para concretarse a sí mismos. Estas disposiciones ya no están influenciadas o
controladas directamente por JaBaD sino que son las disposiciones simples,
supra-racionales, que buscan llevar los atributos de JaGaT a su conclusión
lógica. Estas disposiciones son Nétzaj, Hod y Iesod, que actúan, como si fuera,
por simple fe, o “mecánicamente”, más que por el estímulo de la razón ( Séjel)
como lo hace JaGaT.
En la metáfora del hombre, Nétzaj y Hod son los “riñones que aconsejan”. O
sea, en el momento de las emanaciones concretas desde las Midot superiores
es preciso deliberar cómo han de emanar de tal suerte que resulten justos y
benéficos. Por ejemplo, cuando un padre desea transmitir alguna información
intelectual a su hijo, no puede enseñarle los datos simples por sí mismos tal
como están en su propia mente.
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Hay dos consideraciones: por un lado enseñar al niño tanto como sea posible
(una noción de Jésed), y por otra parte retener del niño aquello que éste es, por
ahora, incapaz de absorber (una noción de Guevurá). Estas consideraciones —
la deliberación del padre y la disposición de los datos y el razonamiento de tal
suerte que el niño sea capaz de captarlos efectivamente— son funciones de
Nétzaj y Hod.
Ahora bien, para llevar la mencionada metáfora un paso más allá: Si la mente
del padre no está dispuesta a enseñar a su hijo, el hijo no puede ser un
receptor eficiente para el conocimiento del padre. Si la transmisión de
información ha de ser plenamente efectiva, de la persona se requiere no sólo
una iluminadora clarificación y la presentación de los datos en proporción con
la capacidad del estudiante, sino también, y no menos importante, un vínculo
interior entre el maestro dador y el estudiante receptor. No basta con que el
padre se ponga momentáneamente en el nivel del hijo (la deliberación de
Nétzaj y Hod), sino que debe crear un canal de comunicación: debe unirse con
el hijo, crear un vínculo entre ellos. De hecho, el grado mismo de iluminadora
clarificación depende de ese nexo.
Tal como Tiferet media entre Jésed y Guevurá, Iesod media, combina e integra
Nétzaj y Hod. Además, como el tercero, el principio armonizador de estas
sefirot activas que integran en sí las sefirot esenciales precedentes, Iesod es el
canal de combinación de todas las sefirot precedentes: todas las sefirot
“derraman” su luz en Iesod, y Iesod sirve como el principio que lo incluye todo
uniendo cielo con tierra, haciendo posible que las emanaciones de las sefirot
emanen efectivamente a las criaturas. Así, Iesod es el Fundamento de la
creación.
Maljut
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bajo” y último de las sefirot, no ejerce ninguna influencia propia: es una esfera
pasiva que “nada propio tiene, salvo lo que las demás sefirot vuelcan en ella”.
Por otra parte, Maljut juega un papel importante. Es el instrumento mismo, para
decirlo de alguna manera, mediante el cual el plan creativo original se concreta.
Es mediante Maljut que la creación potencial y latente emerge en realidad
manifiesta y substancial. Así, de Maljut se dice que es “el Arquitecto con quien
se hizo toda la creación” y “Nada ocurre entre los seres inferiores a menos que
sea a través de Maljut”.
Tal como Biná es la Madre Superior (Ima Ilaá) así es Maljut la Madre Inferior
(Ima Tataá). El potencial del mundo (la semilla de Jojmá) es externalizado e
individualizado en la matriz de Biná, pero perdura oculto como un feto. Por lo
tanto, Biná se denomina Mundo Oculto (Alma deItkasiá). Por vía y medio de las
sefirot siguientes (las Midot), Biná —el “Mundo Oculto”— se implanta en la
matriz de Maljut y de allí egresa como ser manifiesto. Así, Maljut es llamada el
“Mundo Revelado” (Alma deItgaliá). Maljut es la “Boca de Di-s”: La Palabra de
Di-s y el Aliento de Su Boca mediante el cual el mundo cobró existencia
concreta y manifiesta. Tal como Jojmá es kóaj ma/d”m gj, “la potencialidad de
qué es”, del mismo modo Maljut es llamada ma/d”m, “aquello que es”. En
Maljut finalmente se concreta la potencialidad. Mediante Maljut todo cobra
existencia manifiesta.
Igulím y Iósher; el “Cuerpo de las Sefirot”
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Luego el kav se extendió un tanto más, de nuevo sólo parcialmente, para
repetir el mismo proceso: una nueva revolución alrededor del jalal para formar
otra esfera concéntrica inmediatamente debajo de aquella de Kéter. Esta nueva
esfera es Jojmá. Y de esta manera el kav se extendió más aún, descendiendo
gradualmente al centro mismo del jalal, expandiéndose y girando, círculos
dentro de círculos, hasta que se formó la décima esfera concéntrica, a saber,
aquella de Maljut, en el centro mismo del jalal. Así, cada una de estas diez
esferas sigue a la precedente, con una subsiguiente reducción de la luz de
manera que cada una sea distinta de todas las demás. Este es el esquema de
Igulím (círculos, o esferas concéntricas).
En este esquema inicial de Igulím, las sefirot son como las capas de una
cebolla —una dentro de otra— o como un cerebro comprendido por muchas
membranas una sobre otra. El punto importante de este esquema es que
esencialmente todas las sefirot se relacionan entre sí sólo en cuanto a que
constituyen un proceso consecutivo: una emana después de la otra, pero cada
una es realmente una esfera o punto separado, auto-contenido.
Esta analogía sirve para señalar la plena interrelación entre las sefirot de
Iósher (tal como los órganos humanos se relacionan unos con otros para
formar un único cuerpo), incluso al tiempo que ponen en relieve y retienen las
características peculiares a cada uno. Así, en el esquema de Iósher, las sefirot
no son simples principios o facultades independientes una de otra, sino que
forman un cuerpo esencialmente unificado. La analogía es llevada un paso
más, al grado de relacionar las sefirot particulares con los órganos o
extremidades particulares en el Cuerpo o Configuración (Partzuf) del Hombre:
Jojmá, Biná y Dáat, en un sentido extendido, son los tres cerebros en la cabeza
del hombre. Más específicamente, Jojmá se corresponde con el cerebro en
general, es decir, con la fuente del pensamiento e intelecto. Biná se
corresponde con el corazón, el asiento del entendimiento. Jésed es el brazo
derecho mientras que Guevurá es el izquierdo. Tiferet es el cuerpo,
interviniendo y mediando, y combinando, los lados de Jésed y Guevurá.
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Como se mencionara, el esquema de Iósher no solamente resalta las funciones
de las sefirot sino también su interrelación como una unidad o Cuerpo. Por lo
tanto, a pesar de la ubicación de “correspondientes partes físicas” en el cuerpo
del hombre, las sefirot de Iósher se dibujan frecuentemente a modo de tres
líneas: derecha, izquierda y centro. Esto se hace poniendo a Jojmá del lado
derecho, alineada pero encima de Jésed y Nétzaj, y a Biná del lado izquierdo,
alineada pero encima de Guevurá y Hod. Así, tenemos tres nuevas tríadas: (1)
Jojmá-Jésed-Nétzaj, del lado derecho, el “lado de Jésed”, porque hay una
relación innata entre estos tres (Jésed es una rama de Jojmá, y Nétzaj una de
Jésed); (2) Biná-Guevurá-Hod del lado izquierdo, el “lado de Guevurá”, porque
hay una relación innata entre estas tres (Guevurá es una rama de Biná, y Hod
una de Guevurá); y (3) Kéter-Tiferet-Iesod-Maljut en el medio, simbólico de los
principios armonizadores centrales, mediadores o todo-abarcantes, que
constituyen.
Las Sefirot Como Compuestos
Hasta ahora hemos analizado las sefirot principalmente desde el ángulo de los
atributos particulares, como potencias y principios específicos. Al mismo
tiempo, hemos visto también la interrelación e interacción de las sefirot en una
sucesión de desarrollo desde Kéter hasta Maljut. Pero esto sugiere una
pregunta: ¿cómo, de hecho, pueden relacionarse las sefirot e interactuar,
cuando parecen estar separadas, y en algunos casos constituyendo aparentes
principios contradictorios (por ejemplo, la antinomia Jésed-Guevurá, y Nétzaj-
Hod)? Pues incluso cuando las sefirot no se contradicen unas con otras, o de
algunas se habla como de principios mediadores, siguen siendo esencialmente
facultades únicas que, a fin de interactuar, requerirían algún “denominador
común”.
Los místicos resuelven este problema declarando que, en efecto, cada sefirá es
un compuesto de diez niveles generales: cada sefirá contiene dentro de sí
aspectos de todas las diez sefirot. Así, la sefirá de Jojmá se divide en Jojmá de
Jojmá, Biná de Jojmá y así sucesivamente; la sefirá de Jésed es divisible en
Jojmá de Jésed, Biná de Jésed, y así sucesivamente. La diferenciación entre
las sefirot es preservada plenamente de manera que en cada sefirá predomine
su propio aspecto y sea determinante: Jojmá de Jojmá en Jojmá, Biná de Biná
en Biná, etc., para que cada sefirá pueda seguir llamándose con un nombre
específico y ser radicalmente diferente de todas las demás. Esta inclusividad
mutua tiene una significación doblemente importante:
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(1) Señala el vínculo integral, y la unidad esencial, entre las sefirot (en
contraste con considerar cada sefirá como independiente y no
relacionada, conduciendo ello a una concepción errada de la división
del esquema de las sefirot) incluso mientras conserva la identidad
específica, y diferenciación, entre las sefirot.
(2) Permite la necesaria interacción de todas sefirot en todo, pese a que los
aspectos que las distinguen, sus características determinantes, puedan
parecer opuestas una a otra (por ejemplo, Jésed y Guevurá). Así, por
ejemplo, cuando el atributo de Jésed se exprese y manifieste
involucrará a todas las demás sefirot, incluyendo Guevurá, por medio
del aspecto de Jésed incluido en cada otra sefirá.
APREHENDIENDO LAS SEFIROT
Keter: La Voluntad [ratzón]
Extraído de "Anatomía del Alma" escrito por Por Jaim Kramer Con Abraham Sutton .
Traducido al Español por Guillermo Beilinson
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El Rabí Natán comenta que esta afirmación aparentemente simple es de hecho
una enseñanza muy importante. La gente actúa en general como si estuviese
atrapada por sus propios deseos o impulsos. A veces la gente justifica una
mala reacción diciendo que así son, y que no pueden cambiar. El Rebe enseña
que cada persona, en cualquier momento de su vida, puede cambiar,
simplemente eligiendo de manera diferente (Likutey Moharán
II, 110) .
Keter: La Voluntad de las Voluntades
En uno de sus discursos clásicos sobre este tema, el Rabí Natán define de esta
manera a la voluntad: la voluntad es la fuerza más importante en la vida. El
hombre debe acostumbrarse en cada momento de su vida a esperar, a desear
y a anhelar la Divinidad estudiar Su Torá, cumplir con Sus mitzvot y servirLo
como corresponde (Likutey Halajot, Arev 3) .
Aquél que dirige su voluntad hacia Dios podrá elevarse a un nivel de verdadera
espiritualidad. Incluso si es detenido por fuerzas externas y se ve impedido de
cumplir su deseo en el servicio a Dios, esto no es usado en su contra. Mientras
no pierda la esperanza de desear hacer el bien y de servir a Dios, podrá recibir
su recompensa, pues su deseo estaba dirigido en la dirección correcta.
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La principal recompensa que le aguarda al alma es alcanzar la Voluntad
Absoluta que, en el lenguaje del Zohar es llamada Ra´ava d´Ra´avin
(literalmente, La Voluntad de las Voluntades). El alma fue hecha descender
desde los ámbitos más elevados para habitar aquí abajo, en este universo
material. Mientras el alma se encuentra encapsulada en un cuerpo terrenal, la
persona debe aprender a dirigir su voluntad hacia la Voluntad de su Creador.
Podemos comparar esto con el sentimiento de dos personas muy apegadas
entre sí. Cuanto más grande sea la distancia que las separe, más grande será
su deseo y voluntad de volver a estar cerca. De manera similar, el alma ha
viajado desde los niveles más elevados Keter hacia este mundo inferior. Aquí
debe aprender a dirigir su voluntad para retornar a su Fuente y merecer la
cercanía con Dios en el Mundo que Viene.
Por otro lado, la voluntad negativa aleja a la persona de Dios; así como los
buenos deseos llevarán en última instancia a la persona hacia las buenas
acciones, los malos deseos harán descender a la persona, distanciándola de
Dios.
Como hemos visto, dado que Keter se define como el Propósito Final de la
creación y la recompensa del Mundo que Viene, la persona puede de hecho
experimentar y vivenciar su recompensa eterna incluso en este mundo (Likutey
Halajot, Netilat Iadaim LiSeudá 6:57) .
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persona a un intenso deseo y voluntad por lo espiritual (al punto en que pueda
unirse prácticamente con Keter) (Likutey Halajot, Netilat Iadaim LiSeudá 6:45) .
Keter y Paciencia
De una manera u otra, todas las enseñanzas del Rebe Najmán nos dan una
profunda percepción de la dinámica del verdadero ascenso espiritual. En una
de sus enseñanzas más importantes (que trataremos más adelante) explica el
Rebe que, hasta cierto punto, todo crecimiento y avance tiene lugar dentro de
las limitaciones del nivel actual de la persona. Por ejemplo, cuando una
persona se encuentra al nivel del Néfesh , todos sus esfuerzos espirituales
hasta ese momento han tenido como objetivo rectificar los cinco niveles de su
alma dentro del nivel del Néfesh . Recién luego de haber completado esta
rectificación la persona esta lista para avanzar al siguiente nivel del Rúaj .
Así, Keter actúa como una barrera automática que impide que la persona vaya
demasiado lejos, demasiado rápido. Para ascender continuamente por esta
escala espiritual, cada persona deberá trabajar cultivando la virtud de la
paciencia, absolutamente necesaria para alcanzar Keter el intelecto superior.
Keter: Los trece atributos de misericordia
Tomer Devorá
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El Rabí Moshé Cordovero (1522-1170) es autor de muchas e importantes obras
de Kabalá y fue director de la escuela de Kabalá de Safed antes de la llegada
del Ari. Entre sus escritos se encuentra el Tomer Devora (La Palmera de
Débora), donde describe y explica las principales "Características" de Dios que
el hombre debe emular, y cómo están aludidas en las Diez Sefirot. En este
importante trabajo muestra cómo es que el hombre puede alcanzar estos
elevados niveles. Comienza su primer capítulo con una explicación del objetivo
de su libro:
Keter
(1) Tolerancia; (2) Paciencia con los demás; (3) Perdonar; (4) Buscar el bien en
los demás y para los demás; (5) No guardar la ira; (6) Realizar actos de
bondad; (7) Amar y buscar el bien para alguien que te ha hecho daño y ahora
desea rectificar ese daño (perdonarlo no es suficiente); (8) Recordar las buenas
acciones de los demás y olvidar sus malas acciones; (9) Sentir compasión por
los demás, incluso por la gente malvada; (10) Actuar con honestidad; (11)
Actuar con bondad e indulgencia hacia los demás (no insistir en aplicar "la letra
de la ley" sobre los demás); (12) Ayudar a los demás a arrepentirse y no
guardarles rencor; (13) Buscar maneras de mostrar misericordia y compasión a
los demás, aunque uno no encuentre en ellos ningún factor atenuante.
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lo impropio o indecente; ayudar al indigente; no caer en la ira; ejercer la
paciencia; recibir a toda persona con alegría; nunca hablar mal, ni maldecir ni
dedicarse a una charla vana; hablar siempre de cosas buenas.
Para alcanzar el atributo de la humildad, uno debe huir del honor y no buscarlo
nunca. Es necesario reconocer los propios errores, recordando constantemente
nuestros pecados y buscando maneras para rectificarlos. Esto nos mantendrá
en el camino hacia la humildad. Además, tratar de honrar a todos y amar a los
demás.
Jojmá y Biná: Los poderes del intelecto
Jojmá y Biná
Así como Keter corresponde al cráneo, Jojmá y Biná corresponden a los dos
hemisferios del cerebro. Juntos, Jojmá y Biná son llamados las cosas ocultas,
pues así como los pensamientos de la persona sólo se manifiestan a través de
sus acciones, de la misma manera, los efectos de Jojmá y Biná son visibles
sólo cuando se actualizan en las Sefirot inferiores.
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Una de las fuentes Bíblicas para Jojmá y Biná es el versículo en Proverbios
(3:19) , Dios fundó la tierra con Jojmá ; El estableció los cielos con Biná . La
Biblia afirma aquí que Jojmá y Biná son las fuerzas básicas empleadas por
Dios para crear el mundo.
Así, mientras que Jojmá nos permite llegar a la esencia de algo, Biná nos
permite percibir esa cosa en relación con otras. En el nivel de Jojmá, todo lo
que existe se encuentra en un estado de potencial indiferenciado, de esencia.
Es a través de Biná que la mente diferencia las cosas.
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El agua misma es un fluido indiferenciado sin una estructura macroscópica
esencial. La estructura se le impone cuando fluye a través del sistema de
tuberías.
Jojmá y Biná: Alcanzar un intelecto fiel
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De esta manera, será capaz de acercarse al Santo, bendito sea, a través de
cualquier objeto. Pues el intelecto inmanente es una gran luz que brilla
constantemente para la persona. Así está escrito (Eclesiastés 8:1) , La
sabiduría hace brillar el rostro de la persona (Likutey Moharán I, 1:2) .
El Rebe Najmán explica este fenómeno comparando la mente con la luz del
sol, la brillante fuente lumínica que nos permite ver con claridad aquello que se
encuentra delante nuestro y así saber cuál sendero debemos tomar en la vida.
Pero, señala el Rebe, la luz del sol es extremadamente brillante, tan intensa
que no podemos mirarla directamente, pues puede cegarnos. Sólo podemos
mirar al sol a través de un filtro o pantalla, o mirar su luz reflejada por la luna.
De la misma manera, el intelecto del hombre es una brillante luz que puede
enceguecer a la persona que lo utiliza sin filtros, esto es, a aquél que trata de
ser demasiado inteligente y piensa que ya sabe y conoce todo aquello que se
puede conocer. Para protegernos de esta actitud, requerimos del filtro de la fe.
Así como la luna refleja la luz del sol, la fe refleja la luz del intelecto. Este filtro
de la fe consiste de hecho en saber que existe un intelecto superior.
Sabiendo esto, nadie será tan arrogante como para pensar que conoce todo lo
que pueda conocerse. Entonces, dado que uno no puede comprender este
intelecto, tal como uno no puede mirar el sol, se apoyará entonces en la misma
fe que le dará la confianza para continuar ganando más conocimiento.
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Jojmá / Un Pensamiento de Humildad
Más bien uno debe comprender que el principal servicio al Santo, bendito sea,
es la total simpleza, sin ninguna clase de sofisticación (Likutey Moharán II,
19:1) . Dejando de lado la sofisticación y el orgullo, uno puede llegar a ser
completo y servir a Dios con total simpleza.
Hoy en día, en una era en que los cultos, y en especial los cultos religiosos, se
encuentran muy difundidos, puede haber algunos que pongan en duda la
afirmación del Rebe Najmán, Aquél que sólo se apoya en su propia mente
puede equivocarse seriamente y llegar a un terrible mal. A los miembros de
estos cultos se les enseña que el pensamiento independiente es algo peligroso
y son llevados a dejar de pensar. Sin embargo, la diferencia entre esa vacía
falta de pensar y el proceso de pensamiento guiado por Jojmá es que Jojmá es
una expresión de Koaj Ma , el poder de ´qué?´ lo que indica el poder de
maravillarse y preguntar. Una y otra vez, en sus conversaciones y lecciones, el
Rebe Najmán animaba a sus discípulos a que preguntasen y exhortaba a sus
seguidores a que utilizasen sus facultades mentales en todo su potencial. La
advertencia del Rebe sobre los peligros de basarse en el propio intelecto se
refiere a un intelecto carente de Torá. Ello estaba dirigido a los líderes del
Iluminismo de esos días. Estos eran hombres instruidos que habían dejado de
lado la observancia de la Torá, siguiendo los dictados
de sus mentes y no los de nuestros Sabios. El resultado fue KaReT
(separación) de KeTeR, una completa alienación del Judaísmo y asimilación
con su entorno material. Puede decirse que al emplear su propia Jojmá, se
desconectaron de Keter, perdiendo así la salvaguarda que los hubiera
protegido y mantenido dentro del ámbito de la espiritualidad.
Jojmá y Biná...tan opuestos como inseparables
Enseña el Ari que Jojmá y Biná son inseparables. Estos atributos son llamados
dos amigos que nunca se separan (Zohar III, 4a) y son paralelos al cerebro,
dividido en los hemisferios derecho e izquierdo. Aunque cada uno posee su
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propia identidad, ellos nunca se separan. Como hemos visto, Jojmá representa
una sabiduría indiferenciada, el hemisferio derecho no verbal, mientras que
Biná es la manifestación de esa sabiduría, el hemisferio izquierdo verbal. El
Sefer Ietzirá (1:4) dice, Comprende con Sabiduría y sé Sabio con Comprensión,
significando que para alcanzar los niveles más altos de percepción de Dios,
Jojmá y Biná deben ser utilizadas en conjunto.
Para ilustrar esto, en el nivel de Jojmá, cada ser humano sabe que existe un
Dios. Incluso aquellos que no buscan a Dios poseen un reconocimiento latente
de El. Incluso el autodenominado ateo posee un profundo sentido de Dios, si
bien oculto. Biná dirige la lucha para comprender y desarrollar este
conocimiento latente. Sin Biná, Jojmá no cumple ningún propósito.
En otro sentido, Jojmá alude al pasado, mientras que Biná se refiere al futuro.
Esto puede verse en las palabras hebreas para masculino y femenino. La
palabra hebrea para masculino es ZaJoR , que está compuesta por las mismas
consonantes que ZoJeR (recordar). Femenino en hebreo es NeKeVá , que
contiene las mismas consonantes que NiKeV (agujerear; penetrar). De modo
que lo masculino recuerda el pasado, mientras que lo femenino penetra en el
futuro. Tanto Jojmá como el pasado pueden ser explicados en términos de la
información que tenemos.
El futuro, por otro lado, existe sólo en nuestras proyecciones imaginarias, que
son producto de Biná. Debemos por tanto emplear nuestra Biná para poder ver
allí.
Trabajar los atributos de Jojmá y Biná
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Es apropiado que el hombre se parezca a su Creador, pues entonces se hace
digno de su "imagen Divina". Si su parecido con la imagen espiritual sólo fuese
corporal, sin el desarrollo de las características espirituales relacionadas,
estaría falsificando la exaltada forma que posee, obteniendo el título de "una
bella forma con actos detestables", pues las acciones del hombre son la forma
espiritual y la imagen Divina. ¿De qué sirve la "imagen Divina" física del
hombre si en sus acciones no se parece a su Creador? Corresponde por tanto
que el hombre se asemeje en sus acciones y actos a la [Sefirá de]
Jojmá
Uno debe esperar que Dios le imparta Su conocimiento al hombre, para que el
hombre pueda alcanzar percepciones más claras de la Divinidad. Más aún, la
persona debe estar siempre deseosa de compartir su conocimiento con los
demás.
El versículo afirma (Salmos 104:24), "Todo fue creado con Jojmá". Así, todo en
el mundo refleja la sabiduría de Dios. Con este conocimiento, la persona debe
centrar sus pensamientos en cómo beneficiar a los demás, buscando siempre
maneras de ayudarlos. Así como un padre siente compasión por sus hijos,
cada persona tiene la responsabilidad de ser compasiva hacia los demás, al
igual que hacia todos los niveles de la Creación - mineral, vegetal y animal.
Uno debe cuidar el medio ambiente dado que ello refleja a Dios y a Su
Sabiduría.
Biná
Daat, la unión perfecta
Daat [Conocimiento]
Como hemos visto, Jojmá impregna a Biná, el útero, que almacena el pasado y
da nacimiento al futuro.
Daat representa así la idea de la unión perfecta entre los opuestos. Es por esta
razón que la Torá utiliza este término en referencia a las relaciones conyugales,
como en el versículo (Génesis 4:1) , Y Adán conoció a Eva. No existe relación
más íntima que aquélla en que el esposo y la esposa dos opuestos se conocen
uno al otro. Mediante las relaciones maritales, el esposo y la esposa se vuelven
una sola carne (ibid. 2:24) y pueden concebir un hijo que será la unificación
23
tangible de sus propias características. Así la unión del marido con la esposa y
el hijo nacido de esa unión, encarnan el concepto de Daat.
Juntos, Jojmá, Biná y Daat constituyen los procesos mentales básicos que
subyacen toda expresión creativa. Pero, aunque ellos puedan representar los
niveles más abstractos de la mente, de hecho derivan del impulso primario de
Voluntad (Keter), que es mucho más sutil y abstracto y que trasciende los
axiomas y la lógica de la creación. Keter contiene a Jojmá, Biná y Daat dentro
de sí en una unidad trascendente. Esto se expresa en una muy poderosa
24
guematria (equivalente numérico): el total del valor numérico de Jojmá (73) más
Biná (67) más v´Daat (480) es 620, que es el valor exacto de Keter .
Daat: La construcción interior
Por ende, el objetivo del hombre debe ser buscar Daat y construir su propio y
personal santuario de espiritualidad, en donde pueda revelarse la Divinidad.
Daat, la fuerza de vivir en presente
25
Esto puede comprenderse mejor recordando que Daat es un paralelo del bulbo
raquídeo y de la médula espinal. Todo lo procesado por el cerebro se
manifiesta en la respuesta del cuerpo frente a la dirección del cerebro. La
médula espinal, siendo una extensión del bulbo raquídeo, refleja la capacidad
de Daat de recibir de Jojmá y Biná. Como hemos visto, Jojmá representa el
pasado mientras que Biná representa el futuro. Daat es la fuerza del presente,
el aquí y ahora, donde interactuamos con las fuerzas que nos rodean. Como tal
es sólo a través de Daat que podemos verdaderamente llegar a ser
conscientes de la Divinidad que nos rodea y nos conforma.
Dáat, la búsqueda del centro
26
El hombre tiene, por definición, una tremenda necesidad de entender. Pero
existe una contradicción entre nuestra extrema necesidad de entender y lo que
pasa a nuestro alrededor: en el mundo, en la historia... En pocas palabras: ¿por
qué pasa lo que pasa? ¿Verdaderamente logramos entendernos a nosotros
mismos, al prójimo, etc.? Y más aun: ¿qué es lo que nosotros realmente
hacemos para entender? Intentemos definir esta notable contradicción: nuestro
desarrollo, por ahora llamémoslo mental o analítico, suele ser mínimo, y, por
consiguiente, como nuestra capacidad de analizar la compleja realidad es
mínima, nos resulta imposible llegar a definir lo que podríamos llamar como
verdadero.
El Dáat es lo único que nos puede sacar del "yo pienso que", "yo siento que",
"yo creo", "me parece" en el que nosotros vivimos, de esa sopa de
sentimientos, intuiciones y gustos en la que intentamos estar con nuestro cuello
fuera para poder seguir sobreviviendo.
27
En los textos místicos de Israel, la esencia de Moisés está asociada con el nivel
del Dáat. No resulta curioso entonces que en el camino desde Egipto al Sinaí,
de la esclavitud a la Torá, Moisés haya debido enfrentarse a Amalek, cuyo valor
numérico es similar al de la palabra hebrea safek, duda. Moisés, el Dáat,
derrota a la duda permanente que nos habita, al safek (Éxodo 17).
Hay un texto talmúdico impresionante que está en el Tratado de Nedarím, del
Talmud de Babilonia, página 41. Allí encontramos un pasaje del libro del
Deuteronomio en el que se explica que, si Israel se desvía completamente del
camino, de su lugar y de su esencia, recaerá sobre el pueblo la maldición
definida en la Torá como: "bejoser kol" : "desprovisto de todo".
Abáie, otro sabio, dice también en el Talmud que la máxima pobreza se alcanza
cuando el individuo carece del nivel de Dáat.
Rashi, el exegeta clásico, acerca de este texto comenta: el que tiene Dáat tiene
absolutamente todo y no le falta definitivamente nada.
Lo que los sabios del Talmud nos revelan aquí es que el Dáat es la principal
energía del hombre, o sea, es lo que define el todo o la nada.
Lo que en el Talmud nos revelan es que aquella persona que posee el nivel del
Dáat es una persona rica, íntegra, completa, a pesar de que le falte todo el
resto, porque el que tiene Dáat no le falta nada. Y, por el contrario, la persona
que tenga todo a escala material, pero que no tenga Dáat, en realidad no tiene
nada. La pobreza, cuando es la expresión de la falta del Dáat, es la pobreza
esencial.
Otra de las cosas que los sabios nos revelan es que el Dáat es la energía que
permite adquirir, poseer. Cuando ellos dicen: "quien tiene Dáat tiene todo y
quien no tiene Dáat no tiene nada", en realidad nos están enseñando que
únicamente a partir de la energía del Dáat, se puede adquirir, o sea, se puede
lograr que algo que no era mío pase a mi propiedad esencial.
28
Es cuando yo renuncio a algo a tu favor y este intercambio, ante todo, es
mental; algo que era mío pasa a ser tuyo y yo entrego otra cosa, para asumir o
tomar posesión sobre algo que me estás dando.
La respuesta la trae el Rey Shlomó cuando dice que el Dáat proviene - según
el lenguaje exacto - Mipiv (de la boca del Creador) Dáat UTevuná, es decir, el
Dáat lo recibimos directamente de Di´s y creo que deberíamos entenderlo así:
sabemos que la Neshamá, el alma, que tenemos proviene directamente del
aliento que Di´s insufló en nosotros. "Aliento de vida", dice la Torá. En ese
insuflar aliento de vida, en ese darnos vida, o lo que nosotros llamamos: puso
en nosotros un alma, eso incluye también el Dáat, que es lo más elevado de
esa Neshamá.
Por lo tanto, la llave principal no está afuera, según nos revelan los sabios. Esa
llave ya habita en nosotros, es un tesoro que tenemos, y no hay ningún
maestro que nos pueda transmitir el Dáat desde afuera.
Hay que tener mucho cuidado en esto, es un tema muy delicado, y toda
nuestra vida espiritual depende de esto. Normalmente los "yo quiero..."
aprendidos de la educación recibida, la televisión, la radio, etc, etc, tapan con
una cantidad increíble de cáscaras mi "verdadero yo" y estoy tan identificado
con mis voluntades aprendidas que finalmente no sé dónde estoy ni quién soy.
Evidentemente, si lo figuramos en la mente, el Dáat está en el centro del yo
29
asfixiado por una enorme cantidad de voluntades aprendidas.
Todo el tiempo que el ratzón (voluntad) funciona de modo enloquecido, el Dáat
no funciona.
Es mucho más "fácil" dejarse arrastrar por ese torrente de voluntades que van
decidiendo por nosotros, que enfrentarse a la corriente, parar este torrente y
decir: no te escucho, no me quiero guiar por vos, no me interesa lo que opinas,
y quiero objetivamente determinar lo que es correcto para mí, en este tiempo y
en este espacio.
Obviamente, hacer esto es muy trabajoso y es mucho más fácil dejarse tentar
por las baratijas, además: ¡todos compran baratijas y todos viven! Aunque,
claro, deberíamos en algún momento definir qué significa vivir...
Para llegar a querer hacer lo que debo, tiene que haber una actitud
contemplativa, reflexiva y ese es el primer paso cuando venimos desde afuera
y estamos en búsqueda del centro.
Daat: Saber qué es el bien
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No todo lo que expresamos con nuestros labios es digno de ser llamado habla.
El Rebe Najmán enseña que sólo aquellas palabras que son aceptadas pueden
ser consideradas habla. Esto se comprende a partir del versículo (Salmos
19:4), No es considerado ni habla ni palabras cuando [lo que es dicho] no es
escuchado. Si nuestras palabras contienen bien, serán aceptadas, pues la
gente tiende por naturaleza a buscar el bien. Las palabras que carecen de bien
son en general rechazadas. Para saber qué es el bien, necesitamos Daat. Sólo
si introducimos Daat en nuestro hablar serán aceptadas nuestras palabras
(Likutey Moharán I, 29:1).
Cuando el Rebe Najmán habla de introducir Daat dentro del habla, se refiere al
conocimiento y al reconocimiento de Dios. Existen muchas maneras de
acceder al reconocimiento de Dios, incluso en temas mundanos. Uno puede
llegar a reconocerlo a través de la alegría, del temor, de la plegaria, del amor o
de cualquiera de las muchas emociones e incluso frustraciones que una
persona puede experimentar.
Jesed: la fuerza del amor
El amor es quizás la más poderosa de las emociones. El amor puede ser tan
abrasador que nada puede interponerse en su camino. El Rey Salomón
comprendió muy bien esto cuando dijo (Cantar de los Cantares 8:7), Muchas
aguas no pueden extinguir el amor. Esto se debe a que el amor humano está
enraizado en el Atributo Divino de Jesed (Bondad).
El amor al dinero puede llevar a una persona a poner en riesgo su propia vida o
la vida de aquellos que se encuentren en su camino. La inmoralidad sexual es
una perversión del amor; generalmente trae como resultado la destrucción de
los hogares e hijos ilegítimos o no deseados. El amor al poder, tan frecuente en
31
los anales de la historia, ha ocasionado guerras y derramamiento de sangre en
gran escala. Por el contrario, el mismo atributo de amor, aplicado
correctamente, puede construir un matrimonio saludable y un hogar cálido y
comprensivo. Puede llevar a la persona a las alturas de la creatividad en
beneficio de toda la humanidad.
Así, el tremendo poder del amor tanto en sus aspectos constructivos como
destructivos puede explicarse mejor en el hecho de la cercanía de Jesed con
Biná (Jesed se encuentra inmediatamente detrás de Biná; ver Apéndice C). Las
Sefirot superiores (Keter, Jojmá y Biná, las mentalidades) están ocultas y la
primera manifestación de sus tremendos poderes en las Sefirot inferiores, se
produce en la Sefirá de Jesed, que implica salir hacia los demás y avanzar
hacia los otros para su beneficio. Visto de otra manera, Jesed está más arriba
que Guevurá, indicando que se encuentra más arriba y más allá de la
restricción, lo que evidencia el gran poder del amor. Como hemos visto a lo
largo de este libro, existe un equilibrio entre el bien y el mal sea cual fuere el
poder que existe para el bien, ese mismo potencial existe para el mal. Así, si el
amor no es debidamente controlado a través de Guevurá, es decir, del temor a
Dios puede llegar a ser muy destructivo. Si el amor es adecuadamente
controlado, se vuelve la herramienta más efectiva para la construcción de la
humanidad y de la paz. Así dice el versículo (Salmos 89:3), El mundo se
construye con Jesed.
Aquél que difunde el amor y trae la paz entre las personas produce grandes
rectificaciones Arriba (Likutey Moharán I, 75:4).
Guevura
32
Estas Diez "Sefirot" se ordenan de acuerdo a tres columnas. La columna de la
derecha es "larga" [porque representa el amor y la bondad]. La columna de la
izquierda es "corta" [porque representa el juicio y el poder de restricción]. La
columna del centro o cuerpo se dice que es "intermedia" [porque representa la
misericordia, la armonía perfecta entre el amor y la restricción].
[De esta manera las Diez Sefirot sirven como conductos a través de los cuales
Dios regula Su interacción con los seres humanos de acuerdo con sus
acciones]. Por sobre todo, sólo está Él Quien las dirige, pero a Él ningún poder
lo dirige ni por encima ni por debajo, ni de ningún lado.
Dado que Jesed y Guevurá son las "Sefirot" que sirven de interfase
directamente con los "mojín" (los poderes del intelecto), ellas expresan
pensamientos. El nivel de los pensamientos de una persona representa el
límite de su capacidad espiritual, de su alcance. Sus pensamientos
determinarán cuánto Jesed y Guevurá utilizará, dependiendo de su nivel. Las
manos, representadas por Jesed y Guevurá, también expresan pensamientos
mediante los movimientos y gestos con los cuales tienden a acompañar las
palabras. Las manos siempre se están moviendo; "hacia qué" lado se muevan
depende de las intenciones de la persona.
33
Por esta razón el Talmud declara (Shabat 14a), "!Manos activas!" pues ellas
están expresando constantemente nuestras emociones internas. Así las manos
no sólo expresan el límite físico externo, sino también nuestra capacidad
espiritual. Como veremos, en ningún otro lugar es esto tan evidente como en la
plegaria y en la fe.
El Rebe Najmán enseña así que cuando alguien despierta su corazón para
servir a Dios, tanto la fuerza como los juicios (que se encuentran en el corazón)
lo inspiran con cálidas palabras.
Conceptualmente, los juicios que uno enfrenta son los sufrimientos que uno
debe soportar (por ejemplo, los problemas familiares, la confusión, las dudas, la
adversidad. Estos juicios inspiran a la persona para que examine sus
pensamientos y sus acciones, para ver si están enraizados en el bien o, Dios
no lo permita, en el mal. Una vez que ha contemplado la verdad de sus
acciones, y se ha visto estimulado a cambiar su comportamiento, o bien sus
buenas acciones lo han inspirado a realizar más actos buenos, puede entonces
llorar ante Dios, con cálidas palabras de plegaria y con absoluta verdad
(Likutey Moharán I, 38:5; ver también ibid. 15:2). Este despertar del corazón
en la plegaria mitiga los juicios, pues servir a Dios con verdad en el corazón
revela la elección (es decir, el buen juicio y sinceridad) de los deseos de la
persona. Sus palabras de verdad actúan como guía para llevarla por el sendero
que finalmente aliviará sus sufrimientos. Así el acto de orar nos confiere el
poder de traer al mundo abundante bondad y bienestar, lo opuesto al juicio
(Likutey Moharán I, 45, 46).
El habla deriva del aspecto Divino de Guevurá, que denota fuerza y severidad.
Por tanto debe ser suavizada mediante el estudio de la Torá y la expresión de
palabras de bondad y de santidad. Este es el motivo por el cual debemos tener
especial cuidado en evitar todas las formas de hablar degradado, en especial
los comentarios peyorativos sobre otra gente. [Likutey Etzot]
Tiferet: El sendero del medio
34
izquierda y el riñón izquierdo corresponden a Hod; y la señal del santo Pacto, la
circuncisión, corresponde a Iesod. El espacio en el cual la persona se para (es
decir, los pies) representa su Maljut (Reinado).
Representación Representación
Sefirá
Física Conceptual
Jesed brazo/mano derecha dar
Guevura brazo/mano izquierda restringir
Tiferet torso armonia, verdad
pierna/riñon, testiculo
Netzaj victoria, duracion
derecho
pierna/riñon, testiculo
Hod sumision, majestad
izquierdo
Iesod organo sexual pacto , canal
pies, corona del
Maljut recibir, reciprocidad
miembro, pareja
Hemos visto esto al tratar con Jojmá y Biná, las ´Sefirot´que definen las
funciones de la mente: la derecha (intuitiva, artística) y la izquierda (analítica,
lógica). Cada una por separado carece de perfección. Para alcanzar un estado
perfecto de equilibrio mental, la mente humana requiere de Daat, la confluencia
de Jojmá y Biná.
35
Conciencia Divina Superior) fluye hacia abajo, hacia los "compartimientos"
opuestos de nuestras ´midot´(rasgos de la personalidad y emociones).
El Rabí Natán explica esta enseñanza del Rebe Najmán: Abraham, Itzjak y
Iaacov encarnan las tres ´Sefirot´ de Jesed, Guevurá y Tiferet,
respectivamente. Abraham representa a Jesed, tal y como puede verse
claramente a través de sus bien conocidos rasgos de bondad y hospitalidad.
Itzjak es el paradigma de Guevurá, pues él estaba deseoso de realizar el auto
sacrificio más grande en aras de Dios. Iaacov es conocido como Tiferet, pues
integró en su vida los dos atributos, el de su padre y el de su abuelo.
Abraham tuvo dos hijos, Ishmael e Itzjak. Itzjak también tuvo dos hijos, Esaú y
Iaacov. En cada caso, el primogénito representa una especie de absorción
genética donde los ´siguim´ (impurezas) fueron separados en dos etapas a
partir de la simiente pura de los Patriarcas, de modo que finalmente, a través
de la tercera generación de los hijos de Iaacov, se estableció la santa nación de
Israel. Dicho de otra manera, Abraham e Itzjak "trabajaron juntos" , cada uno
desarrollando por completo su propio atributo, hasta que fueron capaces de
unirlos en Iaacov. Y así es como llegó a la existencia la nación judía.
36
(Génesis 6:11), "Le pondrás por nombre Ishmael, porque Dios ha escuchado tu
angustia" . Sin embargo, en este sentido, Ishmael alude también a la noción de
que todo aquello que necesitamos nos llega debido al Jesed de Dios (Bondad).
Aunque esto es absolutamente verdadero, da lugar a un gran error. Esta actitud
puede llevarnos a la errada conclusión de que no necesitamos esforzarnos
para lograr algo. "Dios ´Ya´ ha escuchado mi plegaria. ¿Para qué seguir
orando?"
Estas dos perspectivas, la de Ishmael y la de Esaú, cada una de las cuales por
sí sola debe ser rechazada, están simbolizadas en la ceremonia del ´brit milá´
(circuncisión). La circuncisión conlleva, ante todo, el retiro del prepucio. Este
tiene dos capas, una externa y otra interna. Existen por tanto dos etapas en la
mitzvá de la circuncisión: ´milá´ (literalmente "cortar" ), con lo cual se retira la
capa externa del prepucio; y ´priá´ (literalmente "revelando" ), que implica llevar
para atrás la fina membrana interna para "revelar" la corona. La capa externa
del prepucio representa una ´klipá´ (cáscara) de materialidad irredimible y que
debe ser totalmente rechazada y eliminada. La capa interna tiene
connotaciones más sutiles, pero sigue siendo una ´klipá´. Las circuncisión judía
no está completa sin ambas. Retirar el prepucio sin retraer la membrana fina
para revelar la corona es como no haber hecho la circuncisión en absoluto (Ioré
Deá 264:4).
37
esfuerzos y devociones. Cuando hacemos nuestra parte, orando
constantemente por la salvación, el Santo, bendito sea, hace ciertamente Su
parte y en aras de Él Mismo nos agracia con Su bondad y nos redime.
Netzaj
El Tikuney Zohar describe las Diez Sefirot como un sistema unificado que Dios
permea y dirige tal como el alma permea y dirige al cuerpo. Los "miembros" del
"cuerpo cósmico" están ordenados de la siguiente manera:
38
dicho (Isaías 46:10), "Yo [Dios] declaro el final [Maljut] desde el principio
[Keter]" .
Todo el sistema de Olamot y Sefirot fue creado como un filtro de la Luz de Dios
para permitir que el hombre pueda interactuar con Dios de manera segura, sin
ser abrumado. Tal como el cuerpo humano enmascara la intensidad del alma,
también las Sefirot enmascaran y ocultan la Luz de Dios.
Extendiéndose hacia abajo desde la extremidad inferior del torso, las piernas
son los pilares que soportan el cuerpo y el principal medio de locomoción del
hombre. En el plano espiritual, las piernas representan el límite inferior y más
externo del hombre.
Es mediante las piernas que el hombre se pone en contacto con el suelo físico.
Al empujar con sus piernas contra la tierra, el hombre es capaz de levantarse y
elevarse por encima de esa misma tierra. Las piernas corresponden a las
Sefirot de Netzaj y Hod. Juntamente con el órgano sexual, que corresponde a
Iesod, componen la tríada inferior de Sefirot. NeTZaJ viene de la raíz l
´NaTZeaJ, que significa tener dominio o victoria. HoD significa esplendor, pero
también está relacionado con el término HoDaá, admisión, y connota un estado
de sumisión. Netzaj es una extensión de Jesed, el atributo de dar. Sólo aquél
que tiene "control" sobre sí mismo es capaz de mostrar benevolencia hacia los
demás. Hod es una manifestación de Guevurá, el rasgo de restricción. Ambos
atributos son necesarios para lograr un equilibrio en la vida, pues uno debe
saber no sólo cuándo refrenarse, sino también cuándo consentir con lo de los
demás. Utilizando ambas "piernas" , uno puede avanzar, confiado en la
"victoria" y en el éxito de su emprendimiento, al tiempo que lo equilibra con una
saludable conciencia de que hay veces en que uno debe restringirse frente a
fuerzas superiores a las propias.
Esto significa que si, por un lado, uno es digno de ascender a un cierto nivel, no
debe quedarse allí. No importa dónde uno se encuentre, nunca debe estar
satisfecho de su nivel. Uno es capaz de más, de modo que está obligado a
desarrollar y utilizar esa capacidad. Esto es Netzaj. Esta es la capacidad
necesaria para creer y saber que uno puede avanzar constantemente, cada
vez más.
Por otro lado, si uno debe caer, Dios no lo permita, entonces no importa cuán
lejos o en qué abismos uno haya caído, incluso si se encuentra en los abismos
mismos de la depravación, Dios no lo permita, nunca debe abandonar la
esperanza. Suceda lo que suceda, es necesario buscar y apelar a Dios para
39
que nos ayude. Es necesario fortalecerse como uno pueda, allí donde se
encuentre. Dios puede ser hallado hasta en el más hondo de los abismos.
También allí debes unirte a Él y no darte por vencido. Esto es Hod. Esta es la
capacidad de volver, de encontrar a Dios incluso cuando te has visto forzado a
"hacer tu lecho en el infierno" , aceptando, incluso en la más desfavorable de
las circunstancias, Su Voluntad y sólo Su Voluntad.
Hod
40
avanzar, confiado en la "victoria" y en el éxito de su emprendimiento, al tiempo
que lo equilibra con una saludable conciencia de que hay veces en que uno
debe restringirse frente a fuerzas superiores a las propias.
Enseña el Ari que Hod, siendo el extremo más bajo del cuerpo por su lado
izquierdo (que representa los juicios), es el lugar de donde surge el potencial
para el mal. Es por esta razón que cuando Iaacov luchó con el ángel guardián
de Esaú, éste lo golpeó en el muslo izquierdo, indicando un debilitamiento de la
capacidad de Iaacov para luchar contra el mal durante el exilio (ver Génesis
32:26; Julin 91a).
Como hemos visto, las piernas y los pies representan el extremo más bajo al
cual puede llegar un hombre y, como tal, su contacto continuo con el mundo
material. La existencia espiritual es llamada "vida" , mientras que el dedicarse
solamente a lo material lleva a la insensibilidad y a la muerte espiritual. Así
enseña el Rebe Najmán que los pies, representando Maljut, son los más
cercanos al lado de la muerte, al ámbito del "Otro Lado" , como dice el
versículo (Proverbios 5:5), "Sus pies descienden a la muerte" . Por tanto, aquél
que ha dañado los "pies" no sólo se une a una existencia material, sino que de
hecho le entrega su fuerza espiritual al Otro Lado y permite que las fuerzas del
mal se nutran a través suyo (Likutey Moharán I, 67:4), que Dios nos salve.
Enseña el Rebe Najmán que todo el mundo físico es comparable a los "pies" ,
la extremidad inferior de los universos de santidad. Este es el significado de
(Isaías 66:1), "La tierra es Mi escabel" . Es posible encontrar a Dios en todas
partes, incluso en el más mundano de los ambientes. Sin embargo, la santidad
que se encuentra en los niveles más bajos no tiene el poder ni cercanamente
parecido al de aquélla que puede hallarse en los niveles superiores.
Más aún, una intensa exposición al mundo material puede absorber a la
persona, alejándola de la misma santidad que está buscando. Por tanto el
Rebe Najmán recomienda decididamente buscar a Dios a través del estudio de
la Torá y de la plegaria, en lugar de tener que descender a los niveles más
bajos para poder cumplir con nuestra búsqueda espiritual (ver Likutey Moharán
I, 54:2).
Caminando Erguido
Para ser capaz de andar por la senda del arrepentimiento (Teshuvá) uno debe
conocer la Halajá, los Códigos (Likutey Moharán I, 6:4). La palabra hebrea para
caminar es HaLiJÁ, relacionada con la palabra bHaLaJÁ, que designa los
Códigos de la Ley. Dado que la palabra para "caminar" es similar a la utilizada
para designar los Códigos, podemos deducir que el conocimiento de los
Códigos es aquel conocimiento necesario para andar con éxito por el sendero
de la vida. Los Códigos indican aquello que está permitido (refiriéndose a la
Sefirá de Netzaj, pues ellos nos instruyen sobre cuándo y cómo avanzar) y lo
que está prohibido (refiriéndose a Hod, pues nos instruyen con respecto a
cuándo detenernos y no avanzar). Tal conocimiento "trae paz" a un corazón
41
dividido (ver Likutey Moharán 1, 62:2). Saber qué hacer en una situación dada
crea una actitud segura y saludable (cimiento o Iesod) frente a la vida.
* Aclaración de la editora
Iesod
Este principio se aplica a todos los Universos y a todos los niveles. Incluso el
Santo, bendito sea, cuando recibe placer del cumplimiento de una buena
acción por parte de Sus creaciones, es considerado, si así pudiera decirse, un
Beneficiario, reflejando el Aspecto Femenino (Likutey Moharán I, 73:2).
Este concepto puede ser visto en términos de la interacción del hombre con
Dios a través de las Diez Sefirot: la abundancia de Dios se expande desde
Arriba, a lo largo del sendero de las Sefirot, a través de Iesod y hasta Maljut.
Maljut es la más baja de las Sefirot y el punto a través del cual el hombre
puede llegar a reconocer y servir a Dios. Aceptar el Reinado de Dios es el
primer paso para acercarse a Él. De modo que inicialmente es a través de la
Sefirá de Maljut que interactuamos y establecemos una relación fundamental
con Dios. (Recordemos que Maljut corresponde a lo femenino pues se basa en
el rol de aceptacióndel yugo del Reinado de Dios). Sólo luego de haber
aceptado el yugo de Su Maljut (Reinado) es posible comenzar a relacionarse
con Iesod como el puente hacia los ámbitos superiores. Así como Dios siente
placer al enviarnos Su abundancia, también recibe placer de Sus criaturas
cuando éstas avanzan hacia niveles superiores en el reconocimiento y servicio
a Dios.
42
La Sefirá de Iesod corresponde al brit, el órgano reproductor masculino; en la
Kabalá, Iesod es llamado Jai Olamim- la "Vida de los Mundos" (Zohar I, 193b).
"Vida" , pues por un lado sirve al propósito y a la esencia misma de la vida y
por otro, porque se dice que está "vivo" , es decir, es un instrumento para dar la
vida; "Mundos" , porque Iesod actúa como un catalizador, permitiendo la
interacción entre los Mundos Superiores y este mundo (Maljut). Así como la
Sefirá de Iesod transfiere shefa desde las Sefirot superiores hacia la Sefirá de
Maljut, Iesod es también el punto de retorno desde donde Maljut, habiendo
derivado su fuerza vital y abundancia desde Arriba, puede devolver a Dios el
placer de Sus criaturas al servirLo. "Iesod representa así uno de los más
grandes placeres humanos. Es el tipo de placer que incluye los niveles más
profundos de la mente humana. El placer puede ser bueno o malo, pues puede
llevar hacia una u otra dirección" (Innerspace, p.69). Si el nivel de Iesod de la
persona es de santidad, la llevará a buscar niveles más elevados de Divinidad.
Maljut: el poder de interactuar con Ds
El Principio Femenino
Zeir Anpin comprende seis Sefirot, comenzando con Jesed y terminando con la
sexta, Iesod. La energía de Jesed, de Guevurá y de las Sefirot que les siguen
son contenidas y retenidas dentro de Zeir Anpin hasta que alcanzan la Sefirá
de Iesod. (Por ende, la revelación de Jesed, etcétera, sólo tiene lugar en el
nivel de Iesod). Es a través de Iesod que Zeir Anpin transmite su shefa
(abundancia) a Maljut.
Maljut recibe la shefa y la desarrolla hasta que está lista para ser transferida al
mundo, para beneficio de la humanidad.
El Sefer Ietzirá explica que las seis direcciones del espacio (norte, sur, este,
oeste, arriba y abajo) corresponden a las seis Sefirot de Zeir Anpin. Para
alguien ubicado en un determinado lugar, las seis direcciones apuntan hacia
fuera. Esto define el aspecto masculino, pues lo masculino se relaciona con el
mundo y se expresa a sí mismo con una orientación "hacia afuera" . Maljut, el
43
aspecto femenino, es por el otro lado, una única Sefirá y es el punto central que
atrae a las seis direcciones de Zeir Anpin. Así, el aspecto femenino de la
Creación está representado por un modo introspectivo y es el objetivo final de
Zeir Anpin.
Maljut es la boca -la Torá de la boca [la Torá Oral]. Tikuney Zohar p.17a
Maljut es el principal Atributo a través del cual el hombre puede interactuar con
Dios. A veces Maljut es también llamado Shejiná, la Presencia Divina de Dios.
Nuestra aceptación del Maljut (Reinado) de Dios es el requerimiento primordial
y más importante para el reconocimiento de Su soberanía y para Su servicio.
La razón por la cual Maljut está asociado con la boca es que un melej (rey)
gobierna principalmente a través de la palabra. Sus edictos, que surgen de los
pensamientos de su mente, deben ser expresados para que puedan ser
obedecidos por los súbditos; estos pensamientos del melej se hacen públicos
sólo a través de las palabras, que sirven para descubrir las intenciones del rey.
La boca corresponde a la Ley Oral. Aquél que estudia la Torá en aras del
Santo, bendito sea, y por Su honor, rectifica su boca. Merece una íntima
cercanía con la Shejiná del Santo, bendito sea [que corresponde a Su boca].
De manera inversa, aquél que estudia Torá para alcanzar sus propios objetivos
de honor, riqueza, etcétera, hace que la Presencia Divina salga al exilio [es
decir, que se le oculte] ("Likutey Moharán" I, 12:1; ibid.101:1).
44
Tal es el poder de la boca en nuestra búsqueda por la espiritualidad. Con
motivaciones puras, las palabras que decimos pueden ser utilizadas para crear
la más íntima conexión con Dios. Por el otro lado, palabras dichas con motivos
ulteriores, no expresadas en aras de Dios sino para la propia ganancia
personal o para daño de alguna otra persona, hacen que la Presencia Divina se
nos oculte. Y esto es claro: las palabras que se contraponen al propósito de la
Creación son equivalentes a ocultar a Dios y a arrojar el yugo de Su soberanía.
Si nos sentimos distantes de Dios, eso es una clara señal de que Lo hemos
ocultado a través de nuestras palabras.
El Habla
45
Las Emanaciones Divinas
LAS DIEZ SEFIROT
Una sefirá (pl. "Sefirot ") es un canal de energía Divina o fuerza de vida. Se describen
en la literatura cabalística un total de 11 sefirot, pero siendo que dos de ellas (keter y
daat), representan diferentes dimensiones de una misma fuerza, la tradición habla
generalmente de sólo 10.
Keter "Corona"
Jojmá "Sabiduría"
Biná "Entendimiento"
Daat "Conocimiento"
Jesed "Bondad"
Guevurá "Poder"
Tiferet "Belleza"
Netzaj "Victoria"
Hod "Esplendor"
Iesod "Fundamento"
Maljut "Reino"
Las sefirot representan secuencialmente las distintas etapas del proceso creativo, por
medio del cual Di-s generó desde el mismo núcleo de Su ser infinito la progresión de
reinos, los cuales culminan en nuestro universo físico finito. Como grupo coexistente,
las sefirot constituyen los componentes interactivos de una única estructura metafísica o
espiritual, cuya expresión "génetica" puede ser reconocida en todos los niveles, y dentro
de todos los aspectos de la Creación.
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keter--corona
biná--entendimiento jojmá--sabiduría
daat--conocimiento
guevurá--poder jesed--bondad
tiferet--belleza
hod--agradecimiento netzaj--victoria
iesod--fundamento
maljut--reino
La interacción entre las distintas sefirot, es representada a través de una red de tzinorot
(canales) interconectados, que ilustra el flujo de energía Divina que permea la Creación.
Estas conecciones sugieren varios subgrupos, cada uno reflejando una dinámica común
entre las sefirot que incluyen. Una división inicial de las sefirot, identifica a jojmá, biná
y daat (o alternativamente keter), como pertenecientes a un subgrupo cuya dinámica es
cognitiva; jesed, guevurá y tiferet, a un segundo grupo cuya dinámica es puramente
emotiva; y netzaj, hod, y iesod a un tercero cuya dinámica es instintiva y pragmática.
Maljut puede ser visto tanto como un apéndice de este último subgrupo, o como una
entidad independiente, recibiendo su energía de aquellos que lo preceden.
Otra forma de dividir las sefirot es en partzufim ("perfiles o rostros"). Un partzuf es una
figura metafórica de similitud humana, usada para representar la elaboración de una
sefirá individual o grupo de sefirot, dentro de una configuración independiente,
incluyendo dentro de si misma a las diez sefirot. De acuerdo con la cabalá, las sefirot
keter, jojmá, biná y maljut, poseen cada una dos partzufim interrelacionados; mientras
que las seis sefirot desde jesed hasta iesod, forman su propio e independiente par de
partzufim.
Sequentially, the sefirot represent the various stages of the creative process
whereby God generated from the very core of His own infinite being, the
progression of created realms which culminated in our finite physical universe.
As a coexisting group, the sefirot constitute the interacting components of a
single metaphysical structure whose "genetic" imprint can be identified at all
levels, and within all aspects, of Creation.
Keter
"Corona"
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Keter, la primera de las diez sefirot, corresponde al reino de la superconsciencia de la
experiencia, y esto se corresponde con la imagen de una "corona", lo que sugiere un
aura rodeando la propia conciencia.
El Zohar establece: "la corona suprema (keter elión) es la corona del reino (keter
maljut)". La primera, la más elevada de las emanaciones Divinas (keter), es entonces
conectada con la última (maljut).
La palabra keter = 620. Este número, es el total de los mandamientos que Di-s ordenó al
pueblo de Israel, las 613 mitzvot de la Torá escrita, junto con las 7 mitzvot de la Torá
oral. El texto de la Torá donde se relatan los Diez Mandamientos, está compuesto por
620 letras, por lo que cada una de las 620 mitzvot están incluidas en los Diez
Mandamientos. En Cabala, el secreto de los 620 mandamientos es que de keter (=620)
son proyectados "620 pilares de luz" que sirven para conectar el "techo" de keter con el
"piso" maljut. Estos pilares de luz acompañan las almas de Israel que cumplen
devotamente la voluntad (keter) del Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea (malchut).
Las siete sefirot inferiores de Atik Iomín se "incluyen" dentro del partzuf de Arij Anpín,
(presentando de este modo al placer como una fuerza motivadora primaria conduciendo
la voluntad). Las tres sefirot superiores de Atik Yomin, la cuales no se "incluyen" en Arij
Anpín, representan el inalterado placer supraconciente de emuná ("fe"), derivado de la
experiencia del arraigo esencial de uno, dentro de la Divinidad.
Por otra parte, la cabalá habla de los tres Reshin ("cabezas") de keter, referido en el
Zohar (Deuteronomio 288a ) y el Arizal como: Reisha d'Arij ("la cabeza extendida"),
correspondiente a la fuerza de ratzón, Reisha d'Ain ("la cabeza de la nulidad"),
correspondiente a la fuerza de taanug; y Reisha d'lo Itiadá ("la cabeza incognosible"),
correspondiente a la fuerza de emuná.
Estas tres "cabezas" corresponden a los tres significados de la palabra keter en hebreo.
Sumado al significado de "corona", la raíz hebrea de la palabra keter significa también
"esperar" y "rodear".
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con respecto al mundo por venir : "los justos se sientan con sus coronas en sus cabezas y
reciben placer de la radiación de la Presencia Divina" (Tratado Kalá Rabatí 2:3 ).
Jojmá
"Sabiduría"
Jojmá, la segunda de las diez sefirot, es el primer poder conciente del intelecto en la
Creación.
Jojmá es asociado en el alma con el poder del conocimiento intuitivo, una idea,
resplandeciendo a través de la conciencia como destellos. El partzuf de Aba Ilaá es
asociado con el poder de extraer espontáneamente esa idea desde el reino de la
supraconciencia, mientras que el partzuf de Israel Saba es asociado con el poder de
dirigir esa idea hacia la conciencia.
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Jojmá es la fuerza primaria ("principio") en el proceso creativo, como está dicho: "Tu
has hecho todo con sabiduría". La primera palabra de la Torá, Bereshit, "En el principio"
("Di-s creó los cielos y la tierra")," es traducida como "Con jojmá" ("Di-s creó...").
Jojmá tiene valor numérico (guematria normal) = 73 (el 22o número primo). En
numeración ordinal, jojmá = 37 (el punto medio de 73; el número primo 13 o). En
numeración pequeña, jojmá = 19 (el punto medio de 37; el número primo 9o ; 9 más 13
= 22). El número pequeño final de jojmá es 1.
El valor numérico completo del primer versículo de la Creación: "En el comienzo Di-s
creó los cielos y la tierra" = 2701 = la suma de todos los número desde 1 hasta 73 (es
decir el "triángulo de 73) = 37 veces 73. La última parte del versículo, "y la tierra" =
703 = la suma de todos los números desde 1 hasta 37 = 19 veces 37.
La palabra jojmá es citada en el Zohar (Números 220b) como coaj ma, "el poder de
autoanulación," o alternativamente como jeij ma, "el paladar de autoanulación". Este
poder implica no sólo el poder de autoanulación en si mismo, sino el gran poder
creativo que la autoanulación encierra. "El paladar de autoanulación", es la habilidad
del alma de "paladear" Divinidad en virtud del propio estado de autoanulación, como
está dicho (Salmos 34:9): "Probad y ved que Di-s es bueno". En general, el sentido de la
visión se conecta con jojmá (los destellos resplandecientes citados más arriba). De este
versículo aprendemos que hay un sentido interno, espiritual de paladear que es inherente
a jojmá, que precede y despierta el sentido de la visión.
Biná
"ENTENDIMIENTO"
Biná es la tercera de las diez sefirot, y el segundo poder conciente del intelecto en la
Creación.
Biná aparece en la configuración de las sefirot al tope del eje izquierdo, y corresponde
en el tzelem Elokim, al hemisferio cerebral izquierdo.
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"Oye, O Israel..." (Deuteronomio 6:4), significa "Comprende...." Las letras iniciales de
la frase: "el oído examina las palabras" forman la palabra emet, "verdad".
La palabra biná deriva de la raiz gramatical ben, que significa "entre". El poder de biná
es distinguir y diferenciar entre ideas. Biná misma es el segundo "cerebro" entre jojmá y
daat.
La unión de jojmá y biná ("la unión superior" en cabalá), el "padre" y la "madre" (los
hemisferios derecho e izquierdo del cerebro) es continua, y en el Zohar se encuentra
insinuada al expresar: "dos compañeros que nunca se separan". Esta unión es necesaria
para la recreación continua del mundo (comenzando con el nacimiento de los siete
atributos del corazón, correspondientes a los siete días de la Creación, desde el vientre
de la "madre", biná).
La unión de jojma (73) y biná (67) = 140. 140 es la suma del cuadrado de los números
de1 1 al 7. Esto refleja el origen de los siete atributos del corazón (los días de la
creación), los 7 "hijos", en su máximo estado de prefección (el cuadrado de un número,
representa un estado prefecto del ser) en la mente de "padre" y "madre".
Daat
"CONOCIMIENTO"
Generalmente, daat es contada dentro de las sefirot sólo cuando no está keter. Esto se
debe al hecho de que daat representa la reflección de (la dimensión interior de) keter
mismo dentro del reino de la conciencia (como fue explicado anteriormente). De aquí
que daat aparece en la configuración de las sefirot en el eje central, directamente debajo
de keter, y corresponde en el tzelem Elokim al cerebelo (parte posterior del cerebro).
En general daat opera en dos niveles: El nivel superior conocido como daat elión
("conocimiento supremo") o daat haneelam ("el conocimiento oculto"), que sirve para
asegurar la continuidad del nexo entre los dos poderes superiores del intelecto -jojmá y
biná; y el nivel inferior referido como daat tajtón ("conocimiento inferior") o daat
hamitpashet ("conocimiento que se extiende"), que sirve para conectar el intelecto como
un todo con el reino de la emoción, lo que acrecienta la propia determinación,
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resolviendo actuar en concordancia con las verdades esenciales que uno a incorporado
en la conciencia.
Está dicho de este nivel de daat (Proverbios 24:4): "los cuartos están llenos con daat".
"Los cuartos" son las cámaras del corazón, las emociones del alma (como está insinuado
en la palabra jeder, "cuarto" que es un acrónimo de jesed din rajamim, las tres
emociones primarias del alma). La conciencia interior de daat llena estos cuartos y les
da vida, como el alma al cuerpo.
En el Zohar, este nivel de daat es conocido como "la llave que incluye seis". La "llave"
de daat abre las seis cámaras (atributos) del corazón y los llena de fuerza vital. Cada
una de las seis cámaras, cuando se llenan con daat, nos insinúan una deá ("actitud", de
la raíz de daat) particular del alma.
Daat = 474, Deá = 79; 474 = 6 veces 79 -daat que incluye (y genera) 6 deot.
Jesed
"BONDAD, CARIÑO"
Jesed es asociado en el alma con el deseo de abarcar la Creación toda, y agraciarla con
su bondad. Como la fuerza expansiva que impele al alma a conectarse con la realidad
exterior, jesed inspira y por ende implícitamente acompaña a las otras expresiones de
fuerza emotiva, que le suceden en el alma.
Está dicho acerca de este día: "Día(s) en que Di-s ordenó Su bondad" (salmos 42:9). La
singular forma en que está escrito "día(s), iomam, implica, de acuerdo con las palabras
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del Zohar: "el día que acompaña todos los días". De aquí aprendemos que el primer día,
el día de bondad, "acompaña" e irradia su luz a todos los demás días de la Creación.
Jesed = 72 = 2 veces 6², y 6² representa el estado perfecto de las seis emociones del
corazón, que se corresponden con los seis días de la Creación. 2 veces 6² representa la
armonía y el amor perfecto dentro de la Creación, "como el rostro se refleja en el agua
(el símbolo físico básico de jesed), así también el corazón del hombre hacia el hombre"
(Proverbios 27:19).
El Zohar habla de 72 "puentes " de amor (equivalentes a los 72 Nombre ocultos de Di-
s) que conectan en forma conjunta y en perfecta armonía, la realidad existente.
Guevurá
"PODER"
Guevurá = 216 = 63. Las tablas del testimonio que Moisés recibió en el monte Sinaí,
medían 6 x 6 x 6 palmos. La Torá fue dada a Moisés y al pueblo de Israel desde "la
Boca de la Guevurá". Es muy significativo que no es usado por nuestros sabios el
nombre de ninguna otra sefirá para referirse a Di-s en Si Mismo, salvo el de guevurá
(En la Biblia, Di-s es referido como "netzaj [eternidad] de Israel" (Samuel 1 15:29),
pero no netzaj en forma aislada). Aquí, guevurá implica el poder esencial de Di-s, de
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contraer y concentrar Su luz infinita, y materializarla en las letras finitas de la Torá
(especialmente aquellas talladas en las tablas del testimonio, los Diez Mandamientos).
216 (guevurá) = 3 veces 72 (jesed). Cada uno de los 72 Nombres ocultos de Di-s posee
tres letras, siendo en total 216, cuyo significado es inherente a las palabras y los
nombres. El "significado" final de cada Nombre de Di-s, es Su expresión de amor
(jesed) por Su Creación, y cada uno expresa Su amor de una manera especial. Los
componentes de cada palabra y cada nombre, los "ladrillos" de la Creación, son las
letras que se combinan para formar palabras. Las letras son "tajadas" de la "materia
prima" de la "pro-creación" (el secreto de reshimu, la "impresión" de la luz infinita de
Di-s que quedo después del acto inicial de tzimtzum, "la contracción inicial") reflejan la
guevurá de Di-s.
Las dos manos que trabajan juntas para formar la realidad, jesed (72) más guevurá
(216) = 288 = 2 veces el cuadrado de 12. También 288 es el número de nitzotzot,
"chispas" (que cayeron desde el cataclismo primordial de "la ruptura de los
recipientes"), las cuales permean toda la realidad creada. A través del "esfuerzo dual" de
jesed y guevurá, no sólo para formar la realidad, sino para rectificarla, (con los dos
conceptos de "el brazo izquierdo que rechaza mientras el derecho acerca), esas chispas
caídas son redimidas y elevadas, para volver a unirse con su verdadera fuente original.
En sentido general, este es el secreto de la venida del Mashiaj, y la resurrección de los
difuntos.
Tiferet
"BELLEZA"
Tiferet es la sexta de las diez sefirot, y el tercero de los atributos emotivos dentro de la
Creación.
Tiferet = 1081, la suma de todos los números desde 1 a 46 (triángulo de 46). 46 = Levi,
el tercero de los hijos de Iacob, correspondiente al tercero de los atributos del corazón,
tiferet. La tribu de Leví, (la "elegida" de las tribus de Israel, como Iacob mismo, el
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tercero de los patriarcas -tiferet- es el "elegido" de los patriarcas) se divide en dos, los
Cohanim (sacerdotes) y los Leviim (levitas). De momento que tiferet, que se encuentra
en la línea media, conecta y balancea las dos líneas a izquierda y derecha, debe poseer
en si misma dos "lados". El lado derecho de tiferet (su inclinación o tendencia hacia
jesed) es personificado por los Cohanim, mientras que el lado derecho, (hacia guevurá)
es personificado por los Leviim.
La unión de las tres emociones primarias del corazón, jesed (72) guevurá (216) y tiferet
(1081) = 1369 = 37². Este es el número de letras en el capítulo de la Torá que precede a
los Diez Mandamientos, donde se describe la preparación del pueblo de Israel para
recibir la Torá. La Torá en si misma corresponde a la sefirá de tiferet. Ella fue dada a
Israel con las dos manos de Di-s, jesed y guevurá. Este es el valor numérico de la
conclusión del segundo versículo de la Torá, (Génesis 1:2): "y el espíritu de Di-s se
cernía sobre la superficie de las aguas" (=1369). "Las aguas" simbolizan la Torá. El
espíritu de Di-s que se cernía sobre la superficie de las aguas simboliza a la porción de
la Torá que precede a la entrega de la Torá.
37 = hevel ("vapor"; Abel, el hijo de Adán y Eva). Nuestros sabios nos enseñan que: "La
Torá de este mundo es hevel en comparación con la Torá del mundo por venir".
Netzaj
"VICTORIA"
Netzaj es la séptima de las diez sefirot, y el cuarto de los atributos emotivos dentro de la
Creación.
Antes de matar a Agag el rey del pueblo de Amalek, el profeta Samuel dijo: "y además
Netzaj de Israel [Di-s], no va a engañar ni va a apiadarse, porque El no es un hombre
para apiadarse" (Samuel 1 15:29). "Apiadarse" significa cambiar de opinión. La sefirá
de netzaj se mantiene firme por siempre y nunca se apiada. Netzaj no es un mortal ("no
es un hombre") que teme a la muerte y es por lo tanto susceptible de "apiadarse" frente a
la muerte.
Esto, el poder de mesirut-nefesh, estar dispuesto a sacrificar la propia vida por Di-s y la
Torá, está latente en cada alma judía, y encuentra su definitiva expresión en la sefirá de
netzaj.
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Netzaj también puede significar "conducir" u "orquestar" (como la palabra con la que
empiezan muchos de los salmos de David, lamnatzeaj). De aquí que su conciencia es
pragmática por naturaleza, como está reflejado en su correspondencia con la pierna
derecha, la cual es el primer miembro del cuerpo supremo que "toca el suelo".
En la "unión inferior" de tiferet (el novio Divino) y maljut ( la Divina novia), la unión
de la emoción (el corazón) y la expresión (la boca), "El [el novio] está en [entra en un
estado de conciencia de] netzaj, y ella [la desposada] está en [entra en un estado de
conciencia de] hod".
El valor de netzaj, 148, refleja la manera mediante la cual recibe e implementa el deseo
emotivo de jesed. En cabalá, una palabra o concepto refleja su significado y presencia,
hacia el nivel que está debajo de él, a través de significados que se obtienen
"desarrollando" su escritura. Podemos ejemplificar esto observando la palabra jesed.
Está compuesta por tres letras: jet (8), samej (60) y dalet (4). Si se "desarrola" su
deletreo: jet (8); jet samej (68); jet samej dalet (72) = 148 = netzaj.
Hod
"ESPLENDOR", "RECONOCIMIENTO"
Hod es la octava de las diez sefirot, y el quinto de los atributos emotivos dentro de la
Creación.
Las dos sefirot de netzaj y hod son llamadas "dos mitades de un solo cuerpo". A
menudo en cabalá, son consideradas como una sóla sefirá (en relación con los Nombres
de Di-s, hay uno que los representa: Tzevakot). Esto es más todavía que con respecto a
jesed y guevurá (los brazos derecho e izquierdo), netzaj y hod (las piernas derecha e
izquierda) sólo pueden llevar a cabo su tarea (caminar), funcionando juntas.
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En el Zohar, se hace referencia a ellas como "los platillos de la balanza de la justicia".
Netzaj reconoce mientras que hod concede ("reconoce " o "confiesa"). Son los
responsables del estado de equilibrio general del cuerpo, por ser los dos pilares sobre los
que se mantiene.
Hod = 15, la suma de todos los números del 1 al 5. Hod expresa y refleja las cinco
emociones del corazón, desde jesed hasta hod. "Biná [la "madre" de las emociones del
corazón] se extiende hasta hod."
Iesod
"FUNDAMENTO"
Iesod es la novena de las diez sefirot, y el sexto de los atributos emotivos dentro de la
Creación.
Por esta razón, la sefirá de iesod es identificada en la Torá con el tzadik (el justo), como
está dicho: "y el tzadik es el fundamento del mundo". En particular, esto se refiere al
único, perfecto tzadik de la generación. En el propio cuerpo del tzadik, finito y limitado
en tiempo y espacio, se vuelven manifiestos la luz infinita y la fuerza vital creadora de
Di-s. El tzadik procrea tanto en el plano espiritual, como también en el físico. El
experimenta procreación en el ojo interior de su conciencia, en el continuo flujo de
nuevas ideas e innovaciones verdaderas en la Torá. El procrea despertando las almas de
su generación, para que retornen a Di-s y la Torá. Y eso es lo que dijo el rebe Shneur
Zalman de Liadi, con respecto a la primera mitzvá de la Torá ("fructificad y
multiplicaos"), el fundamento de la Torá: "Un judío debe hacer otro judío".
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El iesod es conocido también como el brit, el sagrado signo del pacto (que Di-s hizo
con Abraham, el primer judío). En particular, el iesod es el pacto entre los dos atributos
Divinos de verdad y paz, como dice el profeta (Zejaria 8:19): "verdad y paz van a amar"
El origen del amor es representado por el alma de Abraham, sobre el que esta dicho:
"Abraham, Mi amante" (Isaias 41:8). Toda su bondad (jesed) desciende (como el agua),
para concentrarse en iesod. Allí se crea el pacto entre la verdad absoluta de la Torá y la
paz de las mitzvot, buenas acciones realizadas con amor por Israel.
Así como "fundamento" es llamado "principio", iesod es llamado "la conclusión del
cuerpo" (el cuerpo, tiferet, se extiende hasta el órgano reproductivo, iesod, como está
dicho: "cuerpo y brit son considerados uno"). La propiedad de "paz" -shalom- inherente
en iesod, significa entonces el poder de llevar un acto a su conclusión, como nos
enseñan nuestros sabios: "uno que empieza una mitzvá es llamado 'final'". Entonces el
sentido y poder completo de la sefirá de iesod es su habilidad de manifestar la unión del
principio con el final, como está dicho en el Sefer Ietzirá (1:7): "el final está incluido en
el principio, y el principio en el final".
Iesod = 80 = 8 (jet) veces 10 (iud) - jai (18). El tzadik es llamado jai, 80 = clal (el
cuerpo "general" o "entero" del pueblo judío). El clal, el tzibur ("la comunidad entera")
"nunca muere". El tzadik iesod olam (el justo, fundamento del mundo) es el "alma
general" (neshamá clalit) de la generación.
Las seis sefirot desde jesed hasta iesod se ensamblan y desarrollan para formar el
partzuf de Zeir Anpín. Zeir Anpín recibe su "cabeza" o "poder cerebral" (las tres sefirot
superiores jojmá biná y daat) de los partzufim superiores de Aba e Ima.
Maljut
"REINADO"
Maljut es la última de las diez sefirot, y el atributo emotivo final dentro de la Creación
(o más precisamente, el poder de expresar los pensamientos y emociones propios a los
demás).
Aparece en la configuración de las sefirot en la base del eje central, directamente debajo
de iesod, y corresponde en el tzelem Elokim a la "corona" del órgano de la reproducción,
(corona en el hombre; labia en la mujer), o a la boca.
Maljut está asociado en el alma con el poder de auto-expresión. La cabalá identifica tres
"vestimentas" básicas (levushim) del alma, las cuales le permiten expresarse:
"pensamiento" (majshavá), con el que el alma se revela interiormente; "habla" (dibur) y
"acción" (maasé), con los que se revela hacia el exterior.
Maljut como un todo, es llamado a menudo "el mundo del habla", de momento que la
palabra hablada representa el medio esencial de auto-expresión, permitiéndole a uno no
sólamente revelarse a si mismo a la realidad exterior, sino también guiarla e
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influenciarla. Por otra parte, el habla le permite a uno ejercitar autoridad y "realeza", el
significado literal de maljut.
Maljut, sirve también como un instrumento para establecer una identificación con la
realidad exterior. Ejercitar realeza, requiere una extrema sensibilidad hacia las
necesidades del reino que uno trata de regir. Por lo tanto, maljut requiere que todo
agente de influencia dentro de la Creación asuma una postura receptiva con respecto a la
fuente Divina de la autoridad, como el único camino de asegurar el bienestar definitivo
del reino mundano.
Al meditar acerca de la Divinidad, el alma sólo puede percibir y ascender a las sefirot
superiores a través de la "ventana" o portal de maljut. "Este es el pórtico hacia Di-s, los
justos van a entrar a través de él" (salmos 118:20). En el servicio devoto del individuo a
Di-s, esto significa recibir sobre si mismo, bajo total compromiso, "el yugo del reino de
los cielos".
Maljut = 496, que es la suma de todos los números desde el 1 hasta 31. Sumado a que es
un "triángulo" (como fue descripto anteriormente, respecto de las sefirot tiferet y hod),
496 es un "número perfecto" (un número que equivale a la suma de todos sus divisores.
Los primeros cuatro "números perfectos" son 1, 6, 28, 496). De esta manera, las diez
sefirot finalizan (llegan a su consumación) con un "número perfecto".
La unión de las últimas sefirot, iesod (80) y maljut (496) = 576 = 242.
El principio, la continaución y el final de las sefirot (todas a lo largo del eje central),
keter (620), tiferet (1081), y maljut (496) = 2197 = 133.
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El Estudio de la Cabalá
Parte 1: Introducción
137 es el valor de la suma de dos palabras muy importantes que se relacionan con la
cabalá: “sabiduría” 3 = 73 y “profecía” 4 = 64, jojmá y nevuá. La cabalá puede ser
entendida entonces como la unión (o el matrimonio) de ambos conceptos.
Es importante aclarar que la cabalá no es una disciplina separada del estudio tradicional
de la Toráh, es más bien el alma interior de la Toráh (nishmata deoraita, en el lenguaje
del Zohar y el Arizal).
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Porque comprende a ambas, sabiduría y profecía, la cabalá como alma interior de la
Torá, es apropiada para brindarnos una visión del futuro perfeccionado y utópico del
mundo que vamos a disfrutar cuando el Mashíaj se revele. El estudio de la Torá nos
proporciona a nivel individual y colectivo la conciencia y la fortaleza de carácter
necesaria para imaginar este futuro y trabajar en pos de él durante las horas de oscuridad
más colosales.
Notas
2. “sin dimensiones” significa que este número no es una medida de ninguna cantidad,
por ejemplo: distancia (metros) o tiempo (segundos) o energía (julios), etc., o la relación
entre unidades, como velocidad: metros por segundo, etc.).
La Evolución de la Cabalá
1. Vital – nefesh
2. Espiritual – ruaj
5. El único (es uno con Di-s, iejida leiejdaj): este nivel brinda el poder del total
autosacrificio (kidush Hashem), porque es siempre uno con Di-s, ya sea investido en el
cuerpo o no. - iejida
El texto que revela la primera etapa que corresponde al nivel vital del alma es El Libro
de la Formación, (Sefer Ietzirá). De acuerdo a la tradición judía, la sabiduría en este
texto es atribuida al primer judío, Abraham. Respecto a su tamaño, es un texto
relativamente corto y la mayoría de su contenido aparece como frases enigmáticas,
quedando claro por su lenguaje que tiene por cierto un origen muy antiguo.
Explícitamente, esto significa que la sabiduría contenida en este libro antecede a la
61
antrega de la Torá en el monte Sinaí. Sin embargo, tradicionalmente, la edición final del
libro al que podemos acceder en la actualidad fue compilada en la generación anterior a
la destrucción del segundo Templo (siglo I de la era común) por el sabio más grande del
período tanaico (de la Mishná), rabí Akiva. Este fue también el maestro y educador de
rabí Shimón bar Iojai, el autor del Zohar, literalmente el Libro del Resplandor.
Dos: El Zohar
Aunque fue compuesto originalmente por su autor en la 2da centuria EC, el Zohar no
fue publicado abiertamente sino después de 1200 años. Durante ese interín, fue pasando
de maestro a alumno. “Una cosa en su momento [apropiado] es buena” (4) y eso fue la
revelación pública del Zohar. Inmediatamente luego de su revelación, el Zohar se
esparció por el mundo de la cultura judía y muchos de los sabios cabalistas comenzaron
a tratar de revelar sus secretos interpretando apropiadamente sus miríadas de alusiones y
metáforas. Esto continuó durante casi 200 años, hasta que este proceso llegó a su zenit
con el trabajo de rabí Moshe Cordovero (1522-1570), conocido por su acrónimo, el
Ramac.
Este verso forma parte de El Cantar de los Cantares, una descripción poética y
metafórica del amor entre el novio y su prometida. Aunque todos los sabios del período
talmúdico lo conocían y estaban inmersos en el estudio de la cabalá, el Talmud no
investida abiertamente dentro de sus misterios. Sin embargo, hay un capítulo dedicado a
este tópico: el segundo capítulo del tratado de Jaguigá. Allí, los sabios que estaban
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iniciados en el estudio de la cabalá son descriptos como habiendo entrado en el Pardés,
el “huerto”. La palabra hebrea pardés es tambíen interpretada en cabalá como el
acrónimo de las cuatro partes de la Torá: literal, alusiva, homilética/hermenéutica y
secreta (5). Que el “huerto” contenga las cuatro partes de la Torá implica que es
imposible ser iniciado verdaderamente en sus secretos sin estudiar los otros tres niveles.
(6)
Con el trabajo del Ramac y otros sobre el Zohar, fueron revelados muchos de sus
misterios, pero sin embargo, los conceptos y enseñanzas más profundos no pudieron ser
penetrados por la mente humana sóla si no hubiera sido inspirada desde arriba por el
Todopoderoso. El Santo Arí, el acrónimo de Rabí Isaac ben Shlomo Luria, fue el alma
nueva (7) enviada desde lo alto y elegida para revelar esto. El Arí arrivó al pueblo del
Ramac, la ciudad santa de Safed, el mismo día que el Ramac falleció y fue sepultado
(8).
Notas:
2. Por supuesto, todas estas figuras/personas son entidades creadas emanadas por
Di-s durante el proceso de la creación, no son una parte de Di-s Mismo.
4. Proverbios 15:23. Ver también Job 3:11: “Di-s ha hecho todo en su momento
apropiado...”
5. Pardés en hebreo se deletrea: pei reish dalet samej. Pei por pshat (literal), reish
por remez (alusivo), dalet por drush (homilético/hermenéutico) y samej por sod
(secreto).
6. Es tan justo como importante notar que si la parte “secreta” de la Torá está
ausente en nuestro estudio, el acrónimo se transforma en la palabra pered, que
63
significa “separado”. Sin el alma interior de la torá, hasta el estudiante más
dedicado puede permanecer separado de Di-s, el que entrega y es el origen de la
Torá.
8. El Arí contó luego que vió una columna de fuego que se elevaba del cuerpo del
Ramac durante su funeral. En cada generación, hay un individuo que tiene el
mérito de ver el pilar de fuego que elevándose del cuerpo del lider desaparecido
de la generación previa. Al verlo, ese individuo es señalado desde los cielos para
ser el lider de su generación. El lider judío de cada generación es llamado el
Moshe Rabeinu (nuestro Maestro Moshé) de la generación (Moshé shebador)
La Evolución de la Cabalá
Divulgación de la Sabiduría
El Arizal explica que a medida que se aproxima la era mesiánica se vuelve crucial que
sea enseñado el estudio de la cabalá. En sus palabras: “es una mitzvá [un mandamiento]
revelar esta sabiduría” (mitzvá legalot zot hajojmá). Esto está basado en la declaración
del Zohar que “con este libro [es decir el Zohar], saldremos del nuestro exilio con
miscericordia” (Zohar III:124b). En otras palabras, el estudio de la dimensión interior
de la Torá, como se revela en el Zohar, tiene el poder de prevenir los dificultosos
eventos traumáticos que de otra manera serían necesarios atravesar para hacer la
transición desde nuestro estado presente de conciencia hacia la conciencia de la era
Mesiánica.
Aunque el Arizal fue el primero en decir que había llegado el momento de que la cabalá
sea enseñada abiertamente, de todas maneras aún plantea ciertas condiciones impuestas
a aquellos que decidan estudiar la dimensión esotérica de la Torá. Por parte de los
maestros hay por cierto una mitzvá de revelar las enseñanzas ocultas, pero sólo a
aquellos que ya son dignos de integrarlas a sus vidas. La descripción de lo que se
requiere de un estudiante apropiado incluso está delineada en la introducción al Eitz
Jaim, El Arbol de la Vida, el texto más básico de la cabalá del Arizal.
Más de un siglo y medio después de la declaración del Arizal de que el tiempo había
llegado para que se revele la cabalá, el Baal Shem Tov (1698-1760) fundó el
movimiento jasídico. Como fue explicado en extenso por uno de los más grandes sabios
jasídicos, rabí Isaac de Homil (que fue un discípulo de rabí Shneur Zalmen de Liadi, el
fundador de la rama Jabad del jasidut, de su hijo rabí Dov Ber y su nieto el Tzemaj
Tzedek), las enseñanzas del Baal Shem Tov en particular y el jasidut en general son la
64
etapa final de la cabalá. Son una revelación única de la sabiduría Divina de la Cabalá en
el sentido que forman un nuevo cuerpo de enseñanzas que proveen como un todo una
visión más profunda y un esquema conceptual más avanzado que los que fueron
revelados antes, con el cual comprender e internalizar las enseñanzas del Zohar y del
Arizal. Jasidut es entonces la quinta etapa de la revelación de la cabalá.
Pero la cabalá del Baal Shem Tov no sólo es diferente por sus amplísimas explicaciones,
sino también por su largo alcance. Mientras que el Arizal sigue imponiendo limitaciones
sobre quién es digno de estudiar la cabalá, el Baal Shem Tov propugnó una
aproximación radicalmente nueva. Experimentó cierta vez una elevación de su alma
hasta la morada del Mashíaj en el cielo, donde éste le reveló que la redención habría de
ocurrir cuando los manatiales de sus enseñanzas [del Baal Shem Tov] se diseminen
hasta los extremos más remotos (iafutzu maaianoteja jutza).
Subsecuentemente, el Baal Shem Tov explicó que los “extremos más remotos” se refiere
específicamente a aquellos judíos que hasta ese momento no se podrían haber
considerado considerado suficientemente santificados para estudiar cabalá. Obviamente,
diseminar los manantiales de la cabalá hasta esos extremos se refiere específicamente
dirigirse a todo judío, sin importar su nivel de observancia o compromiso con la Torá.
No sólo eso, sino más aún, a los no judíos que también requieren la sabiduría de la
cabalá para participar en la redención de una manera compasiva y miscericordiosa, se
les debe hablar y enseñarles aquellas partes de la sabiduría que les sea pertinente. Esto
implica que realmente ya no hay más condiciones impuestas para el estudio de la
cabalá. Como todas las almas requieren esta sabiduría para rectificarse, tampoco hay ya
diferencia respecto al género. Hasta la llegada del Mashíaj nuestra tarea es todo lo que
esté en nuestro poder para diseminar los manantiales del jasidut, el quinto nivel de la
cabalá.
Revelación de lo Oculto
Rabí Shneur Zalman, el fundador de Jabad, afirmó que “no habrá una segunda entrega
de la Tora”, queriendo significar que todas las nuevas enseñanzas siempre deben estar
fundadas verdaderamente en la Torá, tal como fue transmitida y desarrollada de
generación en generación. La Torá que fue entregada por Di-s en el monte Sinaí ya
contiene todas las nuevas enseñanzas y nociones de todas las generaciones que le
siguieron, incluyendo también las profundas revelaciones que serán enseñadas por el
Mashíaj. De hecho, los profetas afirmaron claramente que justo antes de las
revelaciones finales de la Torá por medio del Mashíaj, la profecía retornará al pueblo
judío. Una vez más, el propósito de esta profecía no es revelar una “nueva” Torá, sino
65
más bien preparar el alma para que pueda incorporar la profundidad de la revelación de
las enseñanzas ocultas de la Torá tal como serán reveladas por el Mashíaj.
La Evolución de la Cabalá
El Sendero a la Profecía
Veamos ahora cómo se correlacionan las cinco etapas del desarrollo de la cabalá con los
5 aspectos del alma.
Los cabalistas de la tercera etapa, encarnados por el Ramak y su obra, buscaban usar sus
facultades mentales para comprender los misterios ocultos del Zohar. Esta etapa fue
enfatizada continuamente por el más importante texto filosófico del judaísmo, La Guía
de los Perplejos de Maimónides (Moré Hanevojim). El ideal era unificar la sabiduría
esotérica del Zohar con la tradición filosófica judía; unir cabalá con jakirá (la filosofía
judía). El aspecto de neshamá del alma (1) contiene sus facultades mentales, el cual
evolucionó y alcanzó su apogeo durante esta etapa.
La nueva revelación de los postulados del Arizal llevó las facultades de la mente hasta el
límite, pero más importante aún, desafió al alma a ir más allá del enfoque racional de la
mente. Su esencia es supranacional, aunque el Arizal presentó su esencia en términos
intelectuales. A diferencia del Zohar que lleva a una experiencia emocional, la lectura el
Etz Jaim requiere un profundo esfuerzo intelectual, pero deja la sensación de ser algo
que está por encima del intelecto. De esta manera, la cabalá del Arizal sirve para revelar
el nivel del aspecto jaiá del alma. Jaiá se describe como teniendo la cualidad de
"tocar/no tocar" (noguea veino noguea); revolotea siempre muy cerca de nuestra mente,
pero constantemente la esquiva.
66
La revelación final es conocida en la tradición jasídica como el "alma de la cabalá del
Arizal", o el "alma del alma de la Torá" (nishmeta lenishmeta deoraita). El texto clásico
del jasidismo es el Tania, Escrito por Rabi Shneur Zalman de Liadi.
Una de las enseñanzas más importantes del Tania es que el alma judía es una verdadera
parte de Di-s (jelek eloka mimaal mamash) (2). Aunque este pensamiento aparece en los
textos cabalísticos tempranos (en varias formulaciones) (3), nunca fue establecido tan
inequívocamente y nunca había sido la base de un esquema conceptual completo como lo
es en el Tania. Lo que dice esta afirmación es que tenemos una conexión continua y
eterna con Di-s y que cada acción que realizamos refleja la esencia de lo Divino. Así, el
jasidismo revela el nivel de Divinidad previo a la contracción inicial de la luz infinita de
Di-s que permitió la creación de la realidad finita; el jasidismo revela entonces la
capacidad infinita del alma judía. Para comprender lo novedoso de esta revelaci ón,
señalamos que el Arizal no se explaya respecto a las etapas previas a la contracción
inicial. Fue dejado al jasidismo revelar y desarrollar estas etapas, en virtud del hecho de
que la esencia de nuestra alma Divina estaba por cierto allí. Jasidismo es revelar una
memoria prístina e inconciente del alma previa a la creación.
Cuando un nuevo discípulo llegaba al Baal Shem Tov, la primera pregunta que le
formulaba era "¿qué recuerdas?". El Baal Shem Tov estaba tintineando en los niveles
más profundos del alma del nuevo discípulo para prepararlo para el estudio del
jasidismo. En la cabalá del Arizal también había una "activación de la memoria" pero
incluía el "recuerdo de las encarnaciones previas, que por supuesto no revela la
existencia del alma como era antes de la creación del mundo, cuando era aún una
verdadera parte de Di-s, la iejidá, el aspecto de unicidad del alma.
Viendo el Futuro
Después que el Maguid de Mezeritch (el sucesor del Baal Shem Tov) falleci ó, cada
discípulo buscó a un Rebe a quien seguir. El mayor de ellos fue el Rebe Menajem Najum
de Chernobil. El Rebe Shneur Zalmen, el fundador de Jabad no siguió a su caro amigo el
Rebe Najum, sino que se dirigió al Rebe Menajem Mendel de Vitebsk en busca de guía.
El Rebe Shneur Zalman y El Rebe Najum se visitaban una vez al año para la festividad
de Sucot y en una de esas visitas, cuando estaban sentados discutiendo profundos
misterios de la Torá en la Sucá, el Rebe Najum le preguntó su amigo: "¿Por qu é
tomaste al Rebe Menajem Mendel como tu Rebe y no a mi?"
67
A lo que le contestó: "Una vez lo ví cuando estaba dando una audiencia y me di cuenta
que conocía todas las cosa que las personas que buscaban su consejo habían hecho en su
vida".
El Rebe Najum se encogió de Hombros como diciendo que él también veía los actos del
pasado.
Rebe Shneur Zalmen continuó: "entonces comprendí que no sólo podía ver sus acciones
en la presente vida, sino que conocía las de todas las encarnaciones previas de la persona
desde los seis días de la creación.
Finalmente, Rebe Shneur Zalmen dijo: "al cabo comprendí que no sólo podía ver las
acciones pasadas y las encarnaciones anteriores, también podía ver todo lo que su alma
tenía destinado para el futuro hasta la llegada del Mashíaj y después".
En ese momento Rebe Najum alzó sus cejas maravillado, aceptando de esa manera la
elección de Rebe Shneur Zalmen, pero la conversación terminó abruptamente, cuando
los jasidim, que intentaban escuchar las santas palabras de los dos tzadikim desde lo alto
de la sucá, repentinamente se movieron y fueron escuchados.
Pero para ver el destino del alma en el futuro, es necesario verla como es, una parte
verdadera de Di-s, para quien el pasado, el presente y el futuro existe al mismo tiempo.
La facultad de Rebe Menajem Mendel de ver la iejidá de una persona fue lo que
convenció al Rebe Shneur Zalmen de seguir su guía.
Notas:
68
de vida" (Génesis 2), que también puede ser traducido como "Di-s sopló
en él el alma (nishmat) de vida".
En nuestra generación esto es menos frecuente, porque estas personas que no son
psicológicamente estables buscan en general ayuda profesional de alguna tipo y están en
alguna clase de programa de tratamiento. Pero aunque muchos peligros psicológicos ya
no son más que temas de estudio, siguen existiendo peligros espirituales tales que ponen
en riesgo el bienestar espiritual y por ende físico de la persona.
El primer peligro radica en la noción de que es posible estudiar Cabalá sin observar las
mitzvot. El pueblo judío recibió la Torá en el Monte Sinaí sobre la base de su
declaración "naasé venishmá" (1), que significa "haremos y luego entenderemos". El
hacer crea los recipientes, mientras que entender trae la luz o el alma adentro de estos
recipientes. Es importante entender que el propósito definitivo por el cual Di-s creó el
mundo fue la formación de los recipientes, viviendo una vida buena emulando a Di-s, la
esencia de la Torá con sus 613 mandamientos para los judíos y los 7 mandamientos para
la humanidad.
El intento de tener experiencias místicas o incluso proféticas sin crear los recipientes
adecuados que los contengan es peligroso, porque es como crear "un alma sin un
cuerpo". La mayoría de las veces estas mismas vivencias son simple ilusión, y no hay
existe en realidad más que la imaginación de la persona trabajando. Pero si se vuelven
reales entonces en esencia son el equivalente de la muerte, porque eso es esencialmente
"un alma sin cuerpo". La importancia de crear recipientes se compara con la
importancia del lugar que tiene la Tora en la vida. En este sentido, los mandamientos de
la Torá "dan vida" (2), o sea, hacen posible la vida al crear los recipientes en donde
entre el alma.
La Torá nos cuenta acerca de grandes almas, como los hijos mayores de Aharon (el
Gran Sacerdote, hermano de Moisés) Nadav y Avihu, que estaban inmersos plenamente
en los más profundos misterios de lo Divino, pero, como no cumplieron con un
mandamiento de Di-s, perecieron mientras servían en el Tabernáculo (3). En Cabalá, su
error es descrito como "correr" hacia Di-s de manera demasiado entusiasta, sin el ancla
69
provista por el cumplimiento apropiado de los mandamientos que permite a la persona
permanecer "con los pies en la tierra", incluso al trascender los más elevados niveles de
espiritualidad. Esta es la esencia del primer peligro: sin estar afirmado apropiadamente
en la tierra a través del cumplimiento de las mitzvot, la persona puede perder fácilmente
contacto con la realidad.
Hemos mencionado que desde los tiempos del Baal Shem Tov, el estudio de la
dimensión interior de la Torá se volvió permisible y hasta necesario para todos, tanto
hombres como mujeres. Esto es especialmente cierto respecto de la Cabalá en cuanto a
su máximo nivel de revelación, el Jasidut. La Cabalá como se manifiesta en el Jasidut es
una necesidad para todos. El Rebe de Lubavitch escribe que la permisibilidad y la
conveniencia del estudio de la Cabalá, tal como aparece en el Eitz Jaim del Arizal
depende del grado de deseo que tiene cada persona en particular por este tipo de estudio.
Para poder entrar de manera segura y salir de la huerta metafórica, el pardés (4), es
necesario estar bien protegido de semejante poderosa energía y bien asentado en la
realidad a través del cumplimiento serio de toda la Torá.
Real: El segundo peligro involucra a quién elegimos para que nos enseñe Cabalá. No se
debe recibir sabiduría de una fuente no auténtica, incluso si decidimos aceptar vivir de
acuerdo con la Torá como parte del estudio de la Cabalá.
Brindaremos algunos ejemplos de fuentes falsas. Si usted va a ver a alguien así llamado
cabalista y comienza realizando todo tipo de cálculos con su nombre, y el de su esposa y
su conclusión es que su nombre no es bueno y debe ser cambiado, o no es una buena
pareja para su esposa, entonces puede estar seguro cien por ciento que esta persona es
un charlatán. Haría mejor mantenerse lo más alejado posible de alguien así. El Arizal
dejó bien aclarado que en nuestras generaciones ya no hay necesidad o legitimidad de
usar la Cabalá práctica. (5)
Erudito: En segundo lugar, hay muchos maestros que aunque tienen buenas
intenciones, en realidad son ignorantes en lo que respecta al resto de la Torá. Como su
conocimiento de la parte revelada de la Torá es tan flojo, no pueden entender
plenamente sus facetas ocultas; consecuentemente, tanto conciente o inconcientemente,
enseñan un conocimiento incorrecto. (6)
Interior: Finalmente, un defecto más sutil respecto a la fuente de nuestro estudio es que
muchos de los maestros que enseñan hoy en día sólo comprenden los aspectos externos
de la Cabalá. La parte más grande de las enseñanzas del Arizal está basada en la
distinción entre los aspectos externos e internos de las cosas. (7) Incluso alguien que
70
sabe de Torá y Cabalá, puede carecer completamente de su conocimiento interior. El
entendimiento interior se refiere a ser capaz de no sólo entender intelectualmente el
significado de las enseñanzas de la Cabalá, sino más bien, como se explica en extenso
en Jasidut, de ser capaz de experimentarlos de una manera rectificada y sagrada. Un
auténtico maestro de Cabalá comprende y transmite a sus estudiantes que la Cabalá no
se refierie solamente a la realidad externa. Reconocer a un maestro que comprende la
sabiduría de la Cabalá de una manera íntima depende de la sensibilidad a| la verdad del
estudiante.
El anterior Rebe de Lubavitch, Rabi Iosef Itzjak, dijo algo muy importante a este
respecto. Si una persona acostumbra observar el mundo superficialmente, arruina su
habilidad de adquirir luego un punto de vista o perspectiva interior. Es como si la
perspectiva externa produciera una especie de daño mental o espiritual al alma Divina.
Para explicar un poco más esta falla, debemos utilizar la declaración de nuestros sabios
que dice: "una mujer crea un lazo sólo con el primer hombre que hace de ella un
recipiente (es decir, que ella es íntima de él). (8) Un maestro de la Torá es llamado rav
(rabino). Un maestro de la dimensión interior de la Torá es llamado Rabi (con la letra
iud adicional al final). La relación entre el estudiante y el maestro de Cabalá es como la
de marido y mujer. Así, como una mujer, creas un nexo o pacto intelectual con el primer
maestro que te inspira con las enseñanzas de la Cabalá. Es difícil romper esta unión, no
del todo imposible, pero muy difícil.
Cabalá y Jasidut
Las enseñanzas de la Cabalá, especialmente en los textos del Arizal, involucran una
personificación de lo Divino. Es descripto con una secuencia completa de personajes
interactivos (parzufim). La única manera de evitar una mala interpretación de esta
personificación es estudiar la Cabalá con Jasidut. Por ejemplo, incluso sin llegar hasta
los personajes de lo Divino del Arizal, podemos tomar el secreto de la contracción, sod
hatzimtzum, que es la primera cosa enseñada en su trabajo central, el Etz Jaim. Si, Di-s
no lo permita, una persona entiende este secreto literalmente, podría pensar que Di-s no
está omnipresente en la realidad, que de alguna manera "Di-s ha dejado la tierra" (9) y
se alejó de ella. Sólo estudiando las enseñanzas del Jasidut estamos convencidos de que
la contracción de la luz de Di-s no debe ser entendida literalmente sino como una
metáfora. La manera correcta de interpretar estas enseñanzas sólo puede ser
comprendida estudiando Jasidut.
71
Los tres peligros descriptos corresponden al modelo básico de la transformación
psicológica introducido por el Baal Shem Tov. Las tres etapas de este modelo son
conocidas como sumisión, separación y dulcificación.
Notas
1. Exodo 24:7
2. Levítico 18:5.
3. Ibid. 10.
4. La palabra hebrea pardés, que significa "huerta", es un acrónimo de los nombre de las
cuatro partes de la Torá: pshat, el significado simple del texto; remez, los indicios e
insinuaciones dentro del texto; drush, las implicaciones que derivan del texto a las que
se arriban a través de reglas hermenéuticas; sod, el significado simbólico y esotérico del
texto. (Las interpretaciones cabalísticas son consideradas parte del nivel de sod).
5. Rabi Jaim Vital, el estudiante más avanzado del Arizal, escribió en extenso acerca de
esta prohibición en su libro titulado Shaarei Kedushá (Los Portales de la Santidad)
8. Sanedrin 22b.
9. Ezekiel 8:12.
72
LOS PODERES DEL ALMA
para Experimentar a Di-s
Introducción
La Dimensión Interior
La cabalá nos enseña que a todo nivel de la Creación, desde el reino perfecto de Atzilut
(el mundo de pura "Emanación" Divina ) hasta el plano imperfecto de nuestra existencia
terrenal, existen diez sefirot ("emanaciones" o poderes Divinos), con las cuales se
construye la realidad. A cada una de estas sefirot se les da un nombre, que describe su
rol específico en el modelado de la existencia.
Cada una de las sefirot posee dos dimensiones, una externa y otra interna. La
dimensión exterior de cada una, es identificada con el rol "funcional" que juega en el
proceso de la Creación; la dimensión interna, es identificada con la fuerza
motivadora oculta que inspira su actividad. Aún más que su aspecto externo, la
dimensión interior de las sefirot sólo puede ser apreciada dentro del contexto de su
manifiestación en el alma judía. Dado la derivación Divina de nuestra alma, podemos
entender que un análisis de sus propiedades y poderes esenciales, sirven como el
vehículo ideal para adquirir comprensión acerca del ser de Di-s.
El jasidismo describe la fuerza inspiradora que hay detrás de cada sefira. Mientras que
sus nombres cabalísticos sirven para expresar el efecto Divino que cada uno de esos
poderes tienen sobre la Creación, sólo los términos que propone el jasidismo, revelan la
dimensión interior de cada sefira.
Emuna
FÉ
Emuná es la conección esencial o "pacto" entre Israel y Di-s. Dice un dicho jasídico: la
"fé simple" (emuná peshutá) del "judío simple" (iehudí pashut) lo conecta con "la
unidad simple (absoluta)" (ajdut peshutá) del Atzmut de Di-s (La esencia, por encima
de la revelación de Su luz infinita, or ein sof ). Toda alma judía hereda su fé de los
patriarcas y matriarcas del pueblo judío en general, y de Abraham, el primer creyente,
en particular. Como rasgo hereditario, emuná está siempre presente en el alma de cada
judío, aunque no necesariamente en forma conciente.
73
La función de Moisés, (presente en cada generación), es mantener y reforzar la
conciencia de la fé de Israel, y concecuentemente la identidad judía, a través de
alimentarla con la sabiduría de la Torá: Gracias a Moisés, se le dió maná al pueblo de
Israel. En la Torá, aparece por primera vez escrito como "man hu", cuyas letras
conforman también la palabra"emuná".
Taanug
PLACER
Ratzón
VOLUNTAD o DESEO
Ratzón es el estado espiritual asociado con la inferior de las tres cabezas de keter, la
Reisha d'Arij ("la cabeza extendida").
Con respecto al poder de voluntad, está dicho: "nada puede contra la (propia fuerza de)
voluntad", y "no hay nada tan poderoso como la voluntad".
En el partzuf de Arij Anpin (el partzuf exterior de keter que representa el poder general
de voluntad del alma), el "origen de la voluntad" es asociado con su "corona" o su
"cráneo", conocido como la gulgalta. A este nivel, "no hay una causa (racional) para
74
la voluntad". De todas maneras, en la sabiduría intrínseca de Arij Anpin, conocida
como moja stimá ("cerebro oculto"), existe "un motivo oculto (no expresable) de la
voluntad".
Bitul
"AUTOANULACIÓN" o "DESINTERÉS"
Bitul es el estado espiritual asociado con la experiencia interna de jojmá, por medio de
la cual, la propia conciencia se abre al flujo continuo de sabiduría Divina y a nuevas
comprensiones, cuando uno anula su sentido de ser autónomo y autosuficiente. Es la
experiencia de ain, de ser nada dentro del resplandor omnipresente de la luz infinita de
Di-s. En general, se pueden identificar dos niveles de bitul:
75
Simjá
ALEGRÍA
Primero está la simjá del casamiento, que se extiende en la alegría de la expectativa por
el embarazo (un estado mental que realmente facilita la concepción).
Finalmente, "la madre de los niños está alegre", por los chicos que alumbró, y
aumenta su alegría en vistas a un futuro de criarlos y ayudarlos a crecer.
Vemos entonces, que mientras que cada etapa de simjá se inicia con un nivel particular
de realización o logro, siempre se dirige con expectativa hacia el próximo nivel.
En cabala, la simjá de biná (llamada en el Sefer Ietzirá omek ajarit, "profundidad del
futuro"), es identificada con la simjá del mundo por venir.
Los tres niveles descriptos de simjá corresponden a las tres festividades de la Torá, que
fueron dadas al alma de judía para que pueda experimentar verdadera simjá en su
servicio Divino.
Pesaj Desponsales
Shavuot Concepción
Sucot Nacimiento
76
Ijud
UNIFICACIÓN
Ijud describe la unificación de dos cuerpos o almas, el volverse uno. Sobre la creación
de Adán y Eva, está dicho (con referencia a toda la futura humanidad: "Y él se aferrará a
su esposa y se volverán una sola carne" (Genesis 2:24). Subsecuentemente, esta unión
es descripta como un acto de daat: "Y Adán conoció a su esposa Eva" (Genesis 4:1).
El poder de ijud (tanto en el plano espiritual como en el físico) es entonces visto como
arraigado en nuestro poder de daat, la habilidad de reconocer las propias decisiones, y
establecer con él/ella un entendimiento auténtico. Ijud es entonces el proceso de "volver
a juntar", las dos mitades perdidas de lo que fue inicialmente una entidad única.
Las cavanot (intenciones) de la cabala, son conocidas como ijudim, ya que ellas
intentan efectuar unificaciones entre las múltiples dimensiones de la realidad
(comenzando con las del reino Divino de Atzilut mismo). La intención de que todos los
actos que uno realiza sean "en aras del cielo", es conocida como ijud hamaasé ("la
unificación de la acción"). Ver Iabok.
Ahavá
AMOR
Ahavá es el estado espiritual asociado con la sefirá de jesed. Ahavá es el poder esencial
de "crecimiento" inherente en la existencia. Di-s creó el mundo con amor, y lo sostiene
con amor.
el amor de Israel por Di-s (el origen de este par de amores se conoce como
ahavá rabá, el "gran [e infinito] amor").
el amor entre discípulos (el origen de estos tres amores es el amor de la Torá).
77
el amor entre amigos (el origen de esos tres amores es el amor de Israel.
el amor entre hermanos (el origen de estos tres amores es el amor de la tierra de
Israel, la conección física eterna entre las generaciones).
y el amor de un súbdito por su rey (el origen de este par de amores se conoce
como ahavat olam, "amor mundano [finito]).
Nuestro amor por Di-s se expresa en tres faces crecientes: con todo tu corazón, con
toda tu alma, y con toda tu fuerza" (Deuteronomio 6:5). Estas tres faces se reflejan en
todos los niveles descriptos antes (el espectro completo de los 13 vectores de amor, que
manifiestan sus cinco orígenes generales).
El versículo: "y amarás a Havaiá, tu Di-s, con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu fuerza", tiene 39 letras (así como el versículo completo, que contiene la
siguiente frase de 13 letras: "y amarás a tu prójimo como a ti mismo"). Y 39 = 3 x 13
(las tres faces de cada uno de los 13 amores), que equivalen a Havaiá (26) Ejad (13),
"Havaiá es Uno" (Deuteronomio 6:4).
Irá
TEMOR
Irá es el estado espiritual asociado con la sefirá de guevurá. Contrastando con el deseo
inicial de dar derivado de ahavá, innato en el corazón, irá expresa el sentimiento
profundo de preocupación y temor, de que lo que uno da, caiga en manos de un
receptor indigno, que pueda hacer de eso un mal uso en forma destructiva.
Irá evoca guevurá, el poder necesario para rechazar e incluso luchar contra fuerzas
destructivas y negativas.
Los dos poderes de ahavá e irá, intentan complementarse uno al otro y actúan en pareja,
como las dos manos del cuerpo, en su esfuerzo mancomunado por construir, o como las
alas de un pájaro para elevarse en su vuelo. En un sentido más general, irá representa
la propia sensibilidad frente a la presencia del otro. La sensibilidad, da origen a la
consideración de los sentimientos de los demás y el respeto por ellos (como en la
expresión irat hakavod, temor respetuoso). Mientras que ahavá produce atracción y
unión, irá se para desde lejos con temor respetuoso.
En relación a Di-s, hay muchos niveles de irá: irat haromemut (sobrecogimiento frente
a la presencia de la exaltada Divinidad infinita), irat hamaljut (frente a la presencia del
reinado Divino), e irat haonesh (miedo al castigo). Este último nivel no es
completamente "puro" en cuanto a su motivación (porque no presenta a Di-s como el
objeto directo del propio temor), sino más bien deriva de la kelipat noga (cáscara
transparente o neutra) de la experiencia de la propia alma, que encierra una mezcla de
78
bien (porque imposibilita pecar), y mal (porque ensombrece nuestra conciencia con
pensamientos que derivarían en consecuencias dañinas).
Sobrecogimiento frente a la
Irat
presencia de la exaltada Divinidad
haromemut
infinita
Rajamim
MISERICORDIA
Rajamim es el estado espiritual asociado con la sefirá de tiferet. Rajamim sigue a los
atributos de ahavá e irá, como el poder de sintetizar sus aparentemente dos fuerzas
opuestas, el deseo de dar y la voluntad de retener.
Bitajon
CONFIANZA
79
Bitajón pasivo es la confianza en la providencia Divina, de que "todo va a estar bien".
En particular, este bitajón es asociado con la sefirá de netzaj; mientras que el pasivo es
asociado con la de hod (o más precisamente, la interinclusión de hod dentro de netzaj).
Esto es así de acuerdo con el principio general de que un estado activo es relativamente
"masculino", y el pasivo relativamente "femenino" (aunque es necesario decir, que tanto
lo femenino como lo masculino, poseen ambos estados psicológicos).
Se dice de este par de sefirot, "él [en su unión con ella] está en [el estado psicológico
general de] netzaj y ella [en su unión con él] está en [el estado psicológico de] hod". El
activo bitajón de netzaj representa el poder del alma de tomar la iniciativa. Di-s
desea de nosotros una gran e "independiente" iniciativa, la de rectificar y traer la
redención al mundo entero. En nuestra propia toma de la iniciativa, debemos reconcer
permanentemente que "es El quien nos da el poder de tener éxito". Es Su fuerza de vida
y energía, la fuente de nuestra inspiración para llegar al objetivo. En nuestro bitajón
activo, se vuelve manifiesto Netzaj Israel - Di-s, la victoria y eternidad de Israel.
Temimut
SINCERIDAD
Temimut es el estado espiritual asociado con la sefirá de hod. Comprende tres niveles
generales:
Temimut: representa:
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Empeño en cumplir cada detalle de
hamaasé
los mandamientos de Di-s.
Emet
Verdad
En las palabras de nuestros sabios: "el sello de Di-s es la verdad". Las letras finales de
las tres palabras con que se concluye el relato de la Creación: bará Elokim laasot ("Di-s
creó para hacer" [Génesis 2:3]), forman la palabra emet.
Di-s creó la realidad para "hacer", y es interpretado por los sabios, que es algo que nos
incumbe a nosotros, las criaturas de Di-s, completar lo "hecho" (es decir rectificar), Su
Creación.
Emet, cuyas tres letras se refieren al comienzo, el medio y el final del alef-bet, significa
la real "verificación" ("final" o "rúbrica"), y realización de la voluntad primordial de
Di-s (el "principio") en la Creación. (Emet en su sentido intelectual, representa el plan
de Di-s para la existencia, el cual sigue a Su voluntad y precede a Su rúbrica, que
corresponde a la etapa "intermedia" de emet).
Como una emoción espiritual del alma, emet es entendida como la experiencia de la
"conducta" menos impulsiva del alma, el final de una búsqueda creativa, para
"hacerla realidad" (verdad). Emet, entonces, entraña la experiencia de la
autorealización en todos los emprendimientos de nuestra vida.
El tzadik ("el fundamento del universo", conocido como "tzadik emet") es aquel al que
se le confirió el poder de "decretar" que Di-s realice y cumpla en la realidad, todas las
buenas promesas que hizo a Israel. El potencial interior de cada uno y uno de los judíos,
es llegar a ser tal tzadik emet.
Así, emet es el poder de realizar nuestro potencial más profundo, que es de hecho el
poder del alma judía, y que lleva a la realización definitiva del potencial de Di-s.
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Shiflut
HUMILDAD
Como un sagrado atributo de la Torá, que sirve para conectar la conciencia de uno con
Di-s, se dice de shiflut: "Di-s se me aparece desde la distancia". La verdadera esencia
de Di-s es revelada al alma que, en shiflut, se siente a si mismo "muy alejado", más que
a aquel que se siente "cerca".
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