DOCENTE
INTEGRANTES
MONTERIA-CORDOBA
Antecedentes
El Alzheimer es descrito por primera vez como una enfermedad neurodegenerativa en el año
1906 por el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer, del cual recibe el nombre la
patología. La primera persona en ser diagnosticada fue Auguste Deter, paciente de Alois
Alzheimer en 1901. Deter era una mujer con 50 años que sufría una enfermedad degenerativa,
demencia progresiva, y el estudio de su enfermedad y su seguimiento fue lo que hizo que
Alzheimer pudiera definir pocos años después la enfermedad. En la actualidad siguen los
estudios de esta prolongada enfermedad neurodegenerativa en el ser humano.
Objetivos
. Promover la investigación y el estudio de la llamada Enfermedad de Alzheimer y en
particular, de la patología del cerebro relativa al deterioro de las neuronas o células del
sistema nervioso, al objeto de conseguir avances. Realizar toda clase de actividades que
tengan como fin el desarrollo de la terapéutica de los procesos patológicos de las células del
cerebro.
. Identificar los tratamientos de dicha enfermedad a personas con este síndrome
. Priorizar los factores genético y tratamiento del alzhéimer
Descripción de la enfermedad
El Alzheimer se produce debido a la reducción de la producción cerebral de acetilcolina (un
neurotransmisor), lo que provoca a un deterioro en el rendimiento de los circuitos colinérgicos del
sistema cerebral. Es difícil determinar quién va a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, puesto
que se trata de una alteración compleja, de causa desconocida, en la que, al parecer, intervienen
múltiples factores.
En la enfermedad del Alzheimer se observa una reducción de casi el 25% de la proteína
sinaptofisina en la vesícula presináptica a medida que la enfermedad avanza se produce una
perdida desproporcionada de sinapsis con respecto a la neuronas siendo esta perdida la que mas
coincide con la demencia, acumulación de proteínas desdobladas en el cerebro envejecido
provoca daños oxidativos e inflamatorios que a su vez conduce a un déficit de energía y
disfunción sinápticas el Alzheimer puede provocar anomalías proteicas. Esta sustancia permite
que las células.
como en todas las enfermedades neurodegenerativas. Hay una extensiva evidencia de que el
daño oxidativo y la disfunción mitocondrial producidos por los radicales libres son un
factor importante para las enfermedades neurodegenerativas, entre las que se encuentra esta
patología.
El péptido β-amiloide se forma a partir de la proteína precursora de amiloide (APP). Esta
proteína se puede hidrolizar mediante la acción de unos enzimas llamados secretasas
(secretasas). Los productos de la hidrólisis proteica son péptidos de pequeño tamaño
solubles. El problema surge cuando la secretase libera péptidos β-amiloide de mayor
tamaño, no solubles, dando lugar a la formación de las placas seniles. Hay muchos factores
que pueden influir en el procesamiento de la APP y generar péptidos β-amiloide, como la
dieta, el estado hormonal y las mutaciones genéticas.
Hay muchos factores que pueden influir en el procesamiento de la APP y generar péptidos
β-amiloide, como la dieta, el estado hormonal y las mutaciones genéticas.
Se ha sugerido que la disfunción mitocondrial y la deficiencia del metabolismo energético
son eventos tempranos que se correlacionan con las afectaciones cognitivas en la
enfermedad de Alzheimer En efecto, ahora sabemos que el péptido β-amiloide se acumula
también en la mitocondria causando un importante daño oxidativo y, en consecuencia, una
severa disfunción de este organelo, considerándose de máximo interés este nuevo aspecto
patogénico desde el punto de vista terapéutico.
Aspecto clínico:
El alzhéimer es una enfermedad mental progresiva que se caracteriza por una degeneración de
las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral; las manifestaciones
básicas son la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual
y personal. Que ocurre muy frecuente en personas de mayor edad.
Síntomas
En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso del
tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado, que tendrá
problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más intelectuales, tales
como hablar, comprender, leer, o escribir.
Síntomas neurológicos
La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos. Estos son los deterioros
sufridos:
Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.
Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal como el
cumpleaños o la profesión.
Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad para abotonarse una
camisa.
Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
Aspectos genéticos
Los factores de riesgo genéticos por sí solos no son suficientes para provocar la enfermedad
de Alzheimer de aparición tardía, por lo que los investigadores están explorando
activamente la educación, la alimentación y el medio ambiente para aprender qué papel
podrían desempeñar en el desarrollo de esta enfermedad.
Tratamientos
La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que aparecen los
primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar años,
dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no existe ningún tratamiento que
revierta el proceso de degeneración que comporta esta enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de
algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas etapas de la enfermedad, la
progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que elevan
los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tarina, donepezilo, gal Antamina, memantina y
rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con estos
medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología, retrasando el
deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los casos estos medicamentos
pueden tener efectos adversos que causan trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos
o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo de interacción con otros fármacos.
De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro cognitivo de
los pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades
Neurológicas, las tasas de efectividad son elevadas: un 50 por ciento de los pacientes responde
positivamente a la administración del medicamento, mientras que un 20 por ciento responde en
mayor medida de forma positiva que la media. Por el contrario, el 30 por ciento de los pacientes
no responde a la medicación.
Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el
paciente va denotando diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la
depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones más tardías del tipo
incontinencia fármacos neurolépticos etc.
Estadísticas:
según la Organización Mundial de la Salud, 47.5 millones de personas padecen la
enfermedad de Alzheimer en el mundo y cada año hay 7.7 millones de nuevos casos.
en nuestro país (Colombia) la cifra supera los 200 mil pacientes que se encuentran entre los 65 y
85 años de edad y en córdoba Cada año cerca de 500 casos de Alzheimer son diagnosticados en
la provincia de Córdoba. Así lo explicó ayer la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas
Sociales, María Ángeles Luna, con motivo del Día Mundial de esta enfermedad que se
conmemora hoy. En total, más de 8.000 pacientes son atendidos cada año en los hospitales
cordobeses por esta patología que se detecta principalmente a partir de los 65 y afecta a dos de
cada 100 personas, un dato que a partir de los 80 años se incrementa hasta uno de cada diez
personas, destacó la delegada de Salud.
Caso Clínico: Mujer de 60 años de edad, sin antecedentes de interés, que acude a la
consulta acompañada de sus familiares porque le notan deterioro de memoria de al menos
tres años de evolución.
Varias veces se había retrasado al llegar a casa porque había tenido dificultades al
regresar, habiéndose perdido y precisando de ayuda para volver en una ocasión.
Con el paso del tiempo, se iba mostrando cada vez más despreocupada en su cuidado
personal. Vestía de manera desordenada, utilizaba prendas poco adecuadas al tiempo, mal
combinadas, a veces abotonaba las camisas de forma irregular.
Poco a poco, sus habilidades comunicativas (era una gran conversadora) se habían
reducido: le costaba trabajo mantener el hilo conductor de las conversaciones y le era difícil
encontrar las palabras adecuadas al contexto, no acertando con la nominación de objetos de
uso común, lo que salvaba con circunloquios.
Por la calle recibía saludos de amigos que veía con relativa frecuencia a los que no
respondía por considerarlos extraños.
Examen físico
Paciente alerta, con cierta indiferencia ante el motivo de preocupación de sus familiares.
Escasa fluidez verbal. Mini examen Cognoscitivo de Lobo: 17/35. Fallos en orientación
temporal (no recordaba día del mes ni de la semana), en orientación espacial (fallos en la
ubicación de planta del hospital), no recordaba 3 palabras a los cinco minutos. Fallos en la
repetición de dígitos en orden inverso y en cálculo mental simple. Dificultades nominativas.
Enlentecimiento en pensamiento abstracto y asociativo. Fallo en la comprensión y
ejecución de órdenes escritas y en copia de gráficos.
Tensión arterial: 150/80 mm de Hg. Temperatura: 36.5 ºC. Ausencia de bocio y adenopatías
en cadenas ganglionares cervicales. Auscultación carotídea cervical y cardiorrespiratoria
sin hallazgos. Abdomen normal. No existían trastornos tróficos ni edemas en miembros.
Webgrafía
https://www.ortoweb.com/podcast/19-el-alzheimer-en-cifras-informes-y-estadisticas/
http://www.cuidateplus.com/enfermedades/neurologicas/alzheimer.html