DESENAMÓRATE

El “enamoramiento enfermizo” es tu enemigo; no la persona de

quien te enamoraste, pero deberás alejarte de ella para
recuperar el control de tu vida. Deja de verla. Sepárate. Rompe
toda comunicación. Después enfrenta la verdad. Todo terminó.
No hay marcha atrás.
Es necesario aceptar la pérdida, como si se tratara de un ser
cuyo cuerpo ha sido depositado en el ataúd. “vístete de luto”
(en sentido figurado), haz pública tu separación. Desahógate.
Llora. Vive el duelo, pero no pases mucho tiempo en depresión.
Si la persona de quien te enamoraste te lastimó, enójate con
ella; está bien. La ira es un reflejo sano; indica “recuperación
de la dignidad”, pero no olvides que, el fuego de la ira debe
consumirse hasta las cenizas del perdón. Perdonar es aceptar
pacíficamente los hechos. Habrás perdonado cuando ya no
recrimines ni sientas rencor por tu antiguo enamorado(a);
cuando seas capaz de recordar el ayer con nostalgia pero sin
buscar culpables.
Una vez que te “desenamores” regresará la sonrisa a tu rostro,
habrás asumido de nuevo el control de tu mente y podrás
encontrarte con la persona por quien te habías obsesionado y
sonreír, pero sin registrar la más mínima emoción.
Entonces volverás a ser libre para amar de verdad.