d1· S l.
En la pantalla, un hombre charlatán de poblado bigote -Calla, que no oigo -respondió Yubire. Había dejado
planchado llamaba la atención de Yubire. Hablaba sonrien de triturar pipas y sin perder de vista al presentador, tomó
te dirigiéndose a la cámara y el bigote se movía al compás un pedazo de papel y un bolígrafo para apuntar la direc
de los labios como un caballito de feria. Llevaba corbata ción que en esos momentos daba para todos los telespecta
ancha sobre camisa de gruesas rayas oblicuas y la america dores. Luego se dirigió a Natalia:
na que vestía proyectaba destellos de color azul. -Nata, cariño, ¿has oído? Piden niños para Un minuto
este hombrrre habrrra demasiado. Me enloquece . . . - Y a mi qué -respondió N atalia acoplando en la pla
Uy, perdón. Aún no he presentado a Vlado. taforma elevadora del garaje un pequeño Chevrolet rojo
Vlado era el hombre que últimamente más rato pasa fuego al que le faltaban dos ruedas. Mientras, su herma
ba con ellos, un personaje amable y desinteresado que, en nito Airan alineaba filas de coches; unos aquí, esperando
realidad, hacía poco ruido. No era el padre de los niños. El ser revisados por la mecánico Natalia, otros allá, aparca
padre verdadero había salido una noche a beber un trago dos. Y alguno más acullá, a la cola del tren de lavado.
con los amigos y aún no había regresado. No era la prime Aquel martes o miércoÍes por la tarde, el programa Un
ra vez que lo hacía pero aunque podía estar fuera de casa minuto de gloria solicitaba niños que quisieran acudir a
semanas o meses, al final siempre volvía. Esta vez era di ' l . No era lo habitual, normalmente solo asistían adultos
ferente, faltaba desde antes que naciera Airan y Yubire ya y que pudieran ir niños constituía una rara excepción. De
no lo esperaba. Así que estaba sola. Hasta que apareció Vla l ntos sería desaprovecharla. Un minuto de gloria tenía
do. Vlado quiere decir Vladimir, o Vladislavo, o Vladoberto, mucha audiencia, lo anunciaban como el programa estre-
pero cualquiera de esos nombres era demasiado largo para 1 1 de la televisión. El planteamiento era sencillo: los con
pronunciarlo entero. Por eso para todos siempre fue Vlado. cursantes elegidos mostraban en pantalla aquellas cosas
Por su parte, Vlado llamaba a la madre Iubire . . . o Yubire qu mejor supieran hacer. A menudo las cámaras de tele
(Yubire esto, Yubire lo otro . . . ), que no era su nombre ni na vi s i ó n seguían al aspirante a famoso hasta su casa, a su lu
da que se le pareciera pero que algo quería decir en su idio g , 1 r de trabajo, al club donde se reunía con los amigos, al
ma. Porque Vlado era extranjero. Venía de un país muy frío p . i r q u e donde paseaba a los niños, y entonces el concur-
donde el invierno duraba diez meses y no terminaba de .t 1 1 1 chorreaba intimidades por la boca como si fuera un
l.2 ba. En verano sobre todo, nuestro clima caluroso le ahoga N a d a original. Un programa más. En realidad un pro 1.3
Navidad. Esta vez piden niños . . . tampoco suponía gran ayuda; ya he dicho que era bastante
-Pues que pidan. desinteresado, y tan terriblemente flaco que solo muy rara
-Podrías cantar esa canción en chino que te sale tan vez comía. En realidad era tan flaco que casi «no e r a » .
-Y en Londres, hija, el especial se grabará nada menos ignoraba que sería difícil que la llamaran precisamente a
-Como si se graba en Cuba. brían tenido la misma idea? Y lo había decidido por dos
-Viajaríamos a Londres . . . los cuatro . . . ¡ A y ! Me muero razones: quería viajar a Londres, su sueño desde siempre,
por conocer Londres . . y quería el dinero que recibirían si Natalia resultaba elegi
-Ganaríamos dinero . . . bastante . . . nista», pero que su viejo piso necesitaba una reforma era
- . . . Y luego, después del programa nos llevarían a todos su cama, que solo tenía tres patas y la cuarta había sido re
a cenar, lo ha dicho el presentador, una suculenta cena de emplazada por un cajón de madera, o el armario de los ni
Nochebuena con todo tipo de manjares, deliciosa . . . calen ños, desde hacía mucho sin puertas) pedían a gritos una
Natalia levantó la vista del garaje y soltó una exclama alpicada de herrumbre y corroída, se resistía a la limpie
ción: «¡Calentita! ¡ H u m m ! » . Natalia adoraba la comida ca za más elemental. Además, el lavabo goteaba y al hacerlo
liente; más que adorar, era su debilidad: una sopa humean antaba chop-chop.
te, un filete bien tostadito, patatas fritas que te quemaran Así que mandó por correo electrónico, resumidos y en
la boca . . . Yubire siempre estaba demasiado ocupada como nombre de su hija, los doce años de vida de Natalia, con
para cocinar, o no tenía ganas de hacerlo, o cocinaba antes u na foto actual de la niña y no olvidó señalar que sabía
de marcharse a trabajar y Natalia solía tomar los alimentos .antar en auténtico chino mandarín una preciosa canción.
fríos. Sabía que una niña no puede andar con fuego, y en Y estaba. Se frotó las manos ilusionada y a partir de aquel
cender la cocina de gas estando sola en casa era algo super e l ía vivió esperando una contestación.
prohibido. ¿El microondas? Hacía tiempo que se había es La contestación llegó unas semanas más tarde, tal vez
tropeado y Yubire siempre se olvidaba de comprar otro. En 1 1 1 mes, cuando Natalia había perdido todas las esperan-
zas de que eso sucediera y cuando Yubire ya no se lanzaba -Tonterías -dijo Yubire por toda respuesta. No pensa
rreo en el ordenador. Y llegó en forma de carta, en un so Ni que decir tiene que Natalia superó las pruebas derro
él estaba lleno de letras: letras grandes, pequeñas, letras de narices. Lo consiguió cantando esa graciosa canción en
rio se leían claros y negros, con correctos caracteres im- con dos coletas tirantes, empapadas de colonia, e hizo una
NATALLA TAL y CUAL La ropa (china) que vistió para la ocasión, se la consiguió
tros de casa.
U N A C I U D A D CUALQUIERA - DISTRITO XXXXX
Por poco se pegan por abrirla. Dentro venía la carta, un t lefónica. Luego, con la Navidad a las puertas, llegaron los
Pero tenía que superar una selección. Y había muchos ri n o globos pintados con esmaltes, cada uno de un color,
-Y bien, Nata, ¿qué te parece? Iremos a Londres los < ho . De nuevo un perfumado papel y unas palabras:
-Mamá -dijo Natalia-, primero me tendrán que selec- f Je aquí la llave de tu felicidad, la que te identifica ade-
1.6
la fantástica llavecita.
p e o n z a . P or lo b a j o canta u na canción.
Recorren pasadizos, dejan atrás cafeterí a s y t i endas ,
l l 1 • t r y Y u bi re c o n s i e n t e en d e j á r s e l o , que lo mi r e, q u e l o
monóton o lo i mp r e gna e iguala t o d o .
l n q u b i e n , y que l u e g o s ea N atalia qui e n lo g ua rde, jun
-Ahí e stá-dic e Yubi r e-. Cu ida de tu hermano que vuel-
d nuevo a c ami n a r.
las ta quill a s para advertir al p e q ue ño A iron que sea f o r m a l
1 ·
1
1lp1•i11 a n a d i e con sus pe sada s male tas. A v e ces, e n tre el
-C o mo un hombre.
-¡Mamá, m a m á ! -grita Natalia atascada.
tumulto, las dos siluetas conocidas desaparecen y Natalia
-¡ Sube, h i j a ! -dice Yubire estirando el brazo para aga-
pierde entonces el punto de referencia.
. M ' dé d esta's71 rrarla.
- ¡ M a m á ! -grita Nata l ia-. ¡ a m a , ¿ on e · · .
- ¡ M a m á ! ¡ N o puedo!
De pronto el gentío frena sus pasos, casi no le permite
- ¡ N o sueltes a tu hermano! ¡ Y s u b e !
andar. Desde su baja e tatura no ve delante de sí más que
agarrado de la mano.
que es difícil llegar.
- ¡ M a m á , m a m á ! ¡ E s p e r a ! ¡ N o puedo pasar!
' ' 1
-¡Mama, mama.
Y entonces Vlado hace intención de bajar. Va a bajar
Yubire ha girado hacia la izquierda y está parada jun-
l.1 1 ín a Piccadilly.
rren llega y se detiene. Las puertas se abren y Yubire su
1 1 1 1 1 ocio I c o ntrario.
d or mi do.
1 1
1 1 1 1 . i l l . i la abeza de la magnífica g a rz a r e al lla m ada airón
mo si fueran h i j os v a r o n e s. ¿C uántas? N atal i a no sa b e , no
como la que a cos tu m braba a t o m a r . Así, N atal i a d e scu bri ó
justo cuando mamá comenzó a notar que el bebé llamaba
-¿Sí? -preguntó Natalia dando un brinco en el sofá-. m ientr as que la Ju anamari del t e r c ero (p or que había dos
u i ulln, a b soy a t a lc o .
p ar ía n de ella.
lla m a?
a darle de comer. Y comida calentita, nunca fría y p asa d a ·' • ('() 1
Mamá acostó al bebé en la cunita que en días anterio tan inteligente y guapa necesitaba una buena educación.
res había dejado preparada para él. Viviría con otras niña igual de inteligentes y guapas, e iría
-Airon, se llama Airon. Y así debes llamarlo. A él le en al colegio. Todos los días. Por supuesto que su madre po
señaremos, si te gusta, que te diga « T a t a » . dría acudir a visitarla, una vez cada quince días, según las
El caso es que entre unas cosas y otras, mamá se olvidó normas. Mamá, con el bebé en brazos, no quiso salir a la
de mandar a Natalia al colegio. La verdad es que se olvidaba puerta para verla partir, pero le había prometido que aque
a menudo de cosas importantes, no tenía buena memoria, llo era temporal y que muy pronto se reunirían. A partir de
siempre lo decía, y era muy, muy despistada. Debió de fal ese día comenzó su vida en el centro de acogida.
sin embargo días de dicha en los que ambas compartieron Sentada en el banco de la estación de Heathrow Natalia
las delicias del bebé y en los que ninguna de las dos imagi de pronto se estremece. Y lo agradece, así se espabila, casi
naba que con pasos silenciosos se iba acercando para ellas s había quedado dormida. No suele querer recordar su vi
el Tiempo Peor. Y así, en algún momento de aquella felici < 1 en el centro de acogida y cuando lo hace, como ahora,
dad, una mujer comenzó a aparecer por casa. Era educada s1 mpre se estremece. Y s i n embargo allí jamás la trataron
y seria y atiborró de preguntas a Natalia y a su madre. Em m l y la comida nunca estaba fría. Pero se acordaba sin ce-
pezó a curiosearlo todo, a husmear en armarios y habita . i r de su madre y del pequeño Airon que iría haciéndose
ciones, revisó el baño, la cocina y lo que en ella había, abrió g 1 a n d e sin ella.
la nevera y fisgó en pucheros y cazuelas. D i j o que algunas r años. Tres largos años pasó Natalia en el centro de
ventanas no abrían y que así no se podía ventilar, y, por el , 1 , o g i d a . Mientras, mamá crió a Airon, buscó un empl o y
casa de frío. No pasó por alto una revisión a la cartera del N a t a l i a observa a su hermano dormido a u lado, con
colegio dé Natalia, sus cuadernos de escritura, us lápices 11 1 1 • d o n d a cabeza apoyada en la pared y l a pequeña bo-
y pinturas, el viejo y lento ordenador; alguna vez Natalia 1 1 1 1 1 1 . i cntr abierta. Es su ser humano más amado y predi-
oyó que mamá y ella discutían. No parecían amigas pero a 1, , 1 , ,. l'or definición. Jamás volverán a separarlos, no pien
pesar de eso hubo un día en que mamá consintió que Nata ' 1 1 1 · 1 1 1 1 i L i r l o . A su vez escruta los alrededores. Nadie debe
lia se marchara con ella. La mujer educada y seria, que con 11·
il 1 q11<' tán solos, nadie. Si por cualquier circunstan-
Natalia era extraordinariamente dulce y amable, le decía 1,1 i l g 1 1 icn r que la madre se ha olvidado de ellos, vol
28 que pasaba mucho tiempo sola, que no acudía al colegio. ' 1 111 , t l l r - v r i a al centro de acogida, quién sabe para cuán-
Ella se encargaría de que las cosas cambiasen. Una niña ' , l11•111po.
-A lo m e j or mam á se ha predido y e ntonces nosotr o s
Pero algo ha tenido que sucederle a Yubire, no hay du
tenemos c'ancontrarla.
da. Y a Vlado también, si no habrían vuelto a buscarlos. El
d í n de i nfan ci a . . .
una pequ e ñ a b o t e ll a v a cía que Natalia tambi é n tuvo la p re -
< lo · m anzanas de c as a ?
Los dos beben una y otra v ez , hasta h artarse .
l J ' ' " v z al l í, bus c arán a Y u bire y a Vlado. Cier t o que es tán
explica r l e que se han pe r d ido y por eso mamá no los en-
l I I i i i i i iii
i ! Un tren se p ara en el a ndé n . Se s u b en. Pue
das de que Air on le pe d irá a c onti n ua c ión que le cuente
verdes, blanqueados p o r el frío, ve casitas rurales, algu caído en un instante toda la oscuridad del universo sobre
nas p r e c i o s a s , otras de escasa belleza y valor, ve huer e l l o s ? ¿ Alguien ha corrido un velo opaco delante del sol?
tos vallados c o n altas varas incrustadas en la t i e r r a que ¿ O un pincel malicioso y monocromo ha pintado los paisa
gatos que zigzaguean en l o s t e j a d o s , ve v i e j a s fábricas terránea y ahora, como topos, recorren el horadado sótano
y pabellones descoloridos en cuyos alrededores se amon de la ciudad. Natalia desvía los ojos, la ventanilla ya no tie
tonan trastos y materiales de derribo, ve calles mal as n e nada bello que ofrecer, y los posa distraídamente sobre
faltada que se a n t i c i p a n a la urbe, v e , en fin, la vida y el l a gente que, como ellos, v i a j a silenciosa y aburrida en el
día a día en u n lugar desconocido, pero no ve el sol por vagón. El pequeño Airon se ha encaramado encima de us
que, c u b r i e n d o todo ello, una fina bruma t a m i z a y apa I odillas y juguetea con la llave de globos que Natalia lleva
ga los colores del c i e l o . Además, p a u l a t i n a m e n t e el cielo . m u d a d a al cuello. Charlan en voz muy baja de esto o de lo
-What's the time? -pregunta a un chico que lee un li- lc1 ha llevado hasta un hombre. Este hombre lo miraba
-Las cuatro y cinco pasadas -le responde el chico en 1 p . i r l a d o violento los suyos, con gran rapidez. Es un hom-
El rostro de Natalia se contrae. Tiene miedo. Ahora el 1 1 1 , i l y lleva en l a cabeza un sombrero rígido y algo excén-
chico comenzará a hablar con ella. O con Airon. Les pre 1 1 1 1 o qu lo mismo puede ser de guardabosques que de
guntará de dónde son y qué hacen en Londres, lo típico, fe 1 1•111ur ro o de explorador. Natalia lo observa y estudia
l i z de haber encontrado un par de niños compatriotas. Ella I '' 1 1 1 • 1 r a b i l l o del o j o . Cuando el hombre no se siente espia
Pero no, nada de eso ocurre y el chico se enfrasca de 1 l ' 1 1 • nos, vigilantes, muy oscuros y siniestros, y de algu-
i l , • 1111 'YO la dichosa figura que los observa desde lejos. Pe-
corrido. Natalia toma la mano de su hermano y lo empu
bien, que en Londres el frío era i n t e n s o . Pero hace tan ab e t o t rad i c i on al . Todo e s ta b a b ien , salvo que el viejo c a r
tas h o r a s que t r a n s i t a n por e s p a c i o s cubiertos que lo ha b onero q ue la noc h e del 24 ba j aba del monte ca r g a d o de
n id as y c alle s. S i la p a r a d a del metro se h al l aba en una .1 u adro s . T iene co lmi l l os g rue s o s y c o rt o s e n do n de de
bis. S o lo s i lo con s i g ue n , no antes , se de t en d r á n y de s can l.1p.ul la b oca con e lla . P or el frío de la no che y l a c a rr e ra,
s arán. Enton ce s un a bris a húm eda que a um enta el frío se 11• han alido do s m anc h as s onr o sa d as en la c a r a , en medio
¡ Qué inm e ns o r ío c r uza p or deba j o ! Os curo y frío, co- lt 1 . i Y e s um e r g en todavía más en l as s o m b r a s . La bajan
mo la noche de Lo n d res . A l o le j o s , bom b il l i ta s de c o l ore s 1g11< n c am inando , ahora j un t o al río , at olo n d r a dos y s in
den recurrir a nadie pidiendo ayuda, es demasiado peli mienza Natalia-. Shao Li era de muy lejos, de la China, pe
groso. ¿Deberán deambular por Londres hasta que Yubire ro vivía en nue s tro p aís , en una ci u d a d como la nuestra.
los encuentre? ¿Y si antes son capturados por los pebis? H a b l a b a mal nues tro idiom a .
Natalia siente que la desorganización y el caos llenan su -¿Y cómo hablaba? -pregunta Airon inmedi a tament e
pensar. No entiende qué hacen allí, vagabundeando solos -Dif e rente , como ha blan los chinos.
Yubire y con Vlado, en un restaurante de hotel caliente y -S ha o Li est ab a enferma y vivía en un centro de acogi-
acogedor, cenando platos deliciosos a la luz de cientos de dc po r qu e sus papás no tenían me dios par a atenderla co-
lámparas dispersadas por el techo, dejando correr agrada 1 1 1 e l l a n e c e s itaba , ni dinero para poderl a curar. Shao Li
blemente las horas, esperando el momento de acudir al 1 >,l aba muchas tem p oradas en el hospital y, antes de in
programa de televisión. Airon comienza a lloriquear. g, ar, nunca olvid a ba despedir se de sus buen o s a migos
-Airon, no llores -se impacienta Natalia-, no ganas na- d1·I e nt ro de a c o g id a . Cu ando re gres a ba, repartía entre to
da con llorar. I l1 >s los niñ os y ni ñas los regalos que le habían hecho las
Vaya, ahora de pronto, quiere con mamá. 1 , . , di pu e s ta a a yu dar a los d emás. Decían que era un án-
- ¡ M a m á no está! ¿ N o lo ves? 1:"1 T dos l a q uerían mucho pero s u m e j o r amiga era una
-¡Yo soy m a m á ! ¿Me oyes? ¡Mientras estemos perdi- i o rn o tú? ¿ Se llama ba como tú?
-¡Entonces dame de comer! ¡ Y cuéntame un cuento! l J n día N at al ia llora b a sentada sobre una e norme c aja
Lo que faltaba. U na rabieta de Airon. N atalia se infla l , 1 t"', 1 1 • pr e g untó con su voceci ta china. "Porque tengo que
ma. Como un globo superinflado, se cree próxima a explo 11, .11 1 · � 1 ca j a tan grande has ta mi h ab itación y no puedo
tar. Pero sí, por qué no, le contará un cuento. De las dos co i l , ' 1 1 1 > lo hago en seg uida, las monit o r a s me reñirán",
1
sas que ha pedido su hermano, es la única que puede darle. 1 1 1 1 1 1 · � 1 6 N atal i a . S hao Li ento nc e s le pidió permiso pa-
Además no tiene nada mejor que hacer y tal vez así se sere 1 , 1 lo q u ha bía dentro de la c aja. Y h a bí a muchas co-
39
ne su torpe y abotargada cabeza. ' l u l i n i d a d de ella s, algunas sin ningún valor, la mayoría
recuerdos y juguetes usados de Natalia. Realmente la caja Al poco vue l ven a es c ucharse nuevos ru i d o s, b a s tan te
estaba muy llena y tenía mucho más peso del que una ni más aud i bles, más cercanos, y Na t alia rodea con sus braz o s
ña pequeña puede acarrear. Ni empujando juntas habrían a Airon con e l más puro i nstinto de pr o te c ción anim al . De-
podido con ella. "¿ Y todo, todo servilte ?", preguntó Shao id i damente son p asos q u e qui e r e n ser c a utelosos, ahora
Li. "Es mi equipaje", dijo Natalia frotándose con la manga lo sa b e. Pero p asos ¿de quién? No se ve un alma, e l río está
las lágrimas y la nariz. Shao Li se encogió de hombros Y L r anqu i lo y s u b orde despejado como la frente de un paya
y además descubre que están solos, tan solos como si fue ¡Qué angustia! Caminan l entamente, apre tad os, inten-
ran lo s único s h a bita ntes de la T ierra. Y a no se ienten do s 1 . i n d o ta l adrar la s tiniebl a s c on l os oj o s. Ambo se tropie-
gr a no s de arroz en una paell a y eso t am bién a sus ta. Sitia 1.i n a menudo con su prop ios p i e s .
do s por la noche, únicam e n te el soni d o del río lo s a c om p a Y de pronto ya no están so l os. Como surgid a s po r la va
ñ a. A lo lejo s se escucha muy amorti gu ado el eco del trá , r l .i <l un mago, caras su c i a s de mu c ha c hos l o rode a n. Las
1
fico que va di s minuy endo a c a usa de la hora . Nin gú n s e r . i , ,1 tienen c u er p os, lo cuerpos se mueven s i n ruid o , ali-
human o a la vist a , ningú n mo v imien t o . D ebe de ser muy 1 1 1 . 1 1 1 a q u e salen de la no c he, l a mayoría aquí, d e lante de
t arde. l l o .., , pero tam b ién por det r ás; un ejér c i t o in uniformes ni
-¿Qué dició Shao Li, e h, qué dició? -p reg u nta im p a - 1 1 1 l 1 1 1 i ó n , una pequeña l egión de h arapientos y desarra-
-¡Chist, calla! H e oído un ruido. · 1 1 1 1 1 > -rros? ¿Niños sin te c ho? ¿ O l o s últ i m o s t r o gl o dit a s
E n efecto, Natali a ha creído o í r , a guza ndo el oído y con , I, l 1 1 1 . i n ta? Y los hay de v arias raza s, lo s países del mundo
1
fundida por el excesivo s il e n c io , un ruido de p a s o s que los 1 1 • l lt · j a n en sus rostros. N atalia nota su piel e r iz a d a y ten
acechan. Vuelve la cab ez a en una y otra direcc ió n , se mue , , 1 1 0 fu era por el frío que hace, sudaría de mi e d o . S i n
1 1
ve con todo el si g ilo que su in có moda bo l sa de b an dol e ra le 1 1 1 1 • 1 < •s 1 ' c l avando l as uñas e n la trenc a de Airo n . Casi se
permite, buscando con la v ista en l os conto r nos p ró xi mo s . il, • 1 . 1 1 1 , 1 s i , de pronto, apare ci eran los pebis.
Olfatea incluso el aire y ag a r ra muy fuerte a su hermano. 1 \ b u ! a nice shoes! - sa l ta uno de los chic o s mira n do
Nadie. Habrán si d o figur a cio n es suyas, una alu c ina ci ón. 1 " 1 1 . 1 di h o con descaro, la v oz se c a y rota. Es muy jo
El miedo, el hambre y la soledad tienen e s as co s as. ' ' 1 1 1 1 1 1 i 1 1 0 , y ll ev a los pies calz a dos c on unas deporti-
vas sucias y rotas por las que asoma el calcetín que cubre
. -Vosotros no sois Brothers . . . -dice el tío-. ¿ Quiénes
el dedo derecho pulgar. Y quiere las botas de Natalia, re sois?
brazos. 1·
Airon y yo me llamo Nata ia, pero
-De acuer d o. Este es ·
' l 1.i hos sin techo. Chicos y chicas, aunque más chicos que
1 11 i ¡ 1 w es mucho.
44
I l, 1 1 l 1 • f> p o j del mundo visi b le y c onvencional.
-No, gracias, yo la llevaré. No pe a tanto -rniente.
-¿Y cómo conseguís ocultaros de los pebis? -pregun
-Como quieras. Allá tú.
ta Natalia.
Parten en comitiva, Capi con Natalia y Airon por delan
-¿Pebis?-dice Capi extrañado-. ¿ Qué son los pebis? .
jito, poco más alto que Airon, y le dicen Nene. Como Ca
huyen de ellos como huyen de la policía nacional, de la pa
mativo.
día de Nochebuena, están citados en la BALLOON S lNTERNA
más ganas. Enrico, Nene, Natalia y Airon se acercan. Capi les señala
-¿Falta mucho? -pregunta Natalia-. Mi hermano . . .
I trastienda donde les espera un hombre sudoroso y arre
-Ya llegamos -dice Capi-; solo un poco más.
mangado de piel oscura y bigote con aspecto de felpudo. Es
¿Seguro? ¿ N o será una estrategia para alejarlos del úni
S .bas, el propietario de The red cat, otro extranjero en Lon
co lugar que ya conocían, robarles y luego abandonarlos?
< 1r , y t i ene un montón de sobras de comida guardadas pa-
Natalia coge a Airen en brazos y Capi se ofrece a llevarle
1 .1 illos, pues el negocio, a qu e ll a noche, no ha i d o m al .
1
1 1
1 1 1 " la N atalia del c u ento, t am b i é n ella, la N ata l a de i v er
cuatro a ñ os.
1 1 1
1
1 1 " Na p recisamente una caja demasi a do ll e na lo que
-P ero ¿qué d i jo, e h ? , ¿qué di j o . . . ?
1 1
1 1 •
,tl1,1. L o q ue le pe s a b a e r a el alma , a b a rr o ta d a de re -
tuvo que deshacerse de una parte de su equipaje, de una »Shao L i l e .di]o que eso era arriesgado, que las monito
No es cierto, podría decirle Natalia, no es cierto que no »-Si haces lo q u e yo te digo, llegalás sin ploblema al
nos de acontecimientos. S i n embargo, no quiere defraudar l . 1 1 se momento Capi se pone en p i e y anuncia que deben
-¡Ah, espera! -corrige-. El cuento continúa . . . -u hermano podrán dormir en la barca abandonada, si
In de an.
- ¿ S í ? ¿Cómo? -pregunta Airan abriendo unos o j o co-
tal. Ya te he contado que estaba enferma y que ingresa Pu s andando -dice Capi-, nos queda un buen paseo.
ba a menudo para tomar medicinas que ola podían darle ,, Qué tiene que hacer N atalia para encontrar el hos-
allí, en el hospital. Pero aquella vez iba a ser para bastante 1 1 1 1 . i l ,' pregunta Airan cansado de que el cuento se inte-
tiempo. Antes de marcharse pasó la mañana con Natalia 1 1 1 1 1 1 1 ¡ >.1 . ¿ E h ? ¿ Qué tiene que hacer?
hablando y jugando en el centro de acogida, pues era do l '1•1 o Natalia de nuevo no le escucha. Ante la propues-
mingo y no tenían colegio, y a medida que corrían las ho 1 1 t i , • : . , p i acaba de tomar una decisión. Abre su bolsa de
1
1 1 1 d , ,11•1 ,1 y la vacía delante de todos. Se fatiga solo con
ras, Natalia se ponía más y más triste: sabía que iba a echar
pararan. Shao Li, extrañada, preguntó que cómo lo haría. , "1,, .i 1 •l lo . on cosas suyas, con las que está encariñada
y que cogió de casa antes de salir porque tuv� miedo �e - ¡ N o ! -grita Air o n-. ¡ N o quie r o que tir e s a G u s ! ¡ S e mo
embargo ahora piensa que no son tan necesarias y que no Gus e s u na di m in u ta ratita blanca que roe una esquina
valen el esfuerzo que supone acarrearlas por los confines de la caja . Air o n tiene razón , no pueden abandonarla, es co
-Pero ¿qué llevas ahí? -dice Enrico. lla y coloca a la r atita en el b o lsill o c ómodo y tibio de su
ce Natalia-. Yo solo me quedo con esto . . . -recoge del suelo Los chicos revuel ven y manosean los ob j et o s despre-
una pareja de guantes de distinto color que mete en el bol iad o s po r Natalia , son e special i stas en ello . Algunos les
sillo de la trenca de Airon- . . . Y con esto -v aria s f otografías sirven , otros se que d arán ahí, d esperdig a dos, ayudando a
de Yubir e , de Air on, d e ella, s u j eta s con una g oma, que d e . i u rn e n t a r en una pequeña pa r te la basu r a y los det r itos d e
Por poco lo olvida. Me d i o oculto p or otros cac h iva ch es , g u ramente . Pero caminar tanto rato no entraba en
Natalia h a v is to al g o. Y lo rescata. Es un p e da z o d e pap el 1 1 1 " planes d e l viaje y además Natal i a no piensa d eci r le que
dobl ado en cuatro part es. D entro hay un m ensa j e que Shao 1 . i ultima ve z que dejó su casa también lo h izo cr eyendo
Natal ia conserva d esde e ntonces como un preciado tes o ro , ' 1 I C , , alivio avanza r ll e v ando únicamente la b o lsa vacía
aun que n o co n o ce su s i g n i fi c a d o. E l resto d e los o b j etos es 1.i r u a n o d e Air o n . La comida les ha dad o f ue r zas . N i si-
des echado, p ara su sor p r esa , s i n p ena : un g r u eso á lbum de 1 1 1 1 1 • 1 . 1 ti nen fr ío. Y lo hace, d esde l u eg o . Los c h a r cos del
cr omos, v a rias c in tas p a r a el pelo, dos libro s de c u entos , la 1 1 1 I n � han h elado y Ai r on q u ie r e r o mper la dur a super-
b o t e l l a vací a , un rep r oductor d e m ú s i c a que lleva tie mp o 1 1 1 1 , · t 0 1 1 l a puntita agr e siva de su p e qu e ña b o ta . En oca-
cha en la que tinti n e a n únicamente unas pocas mone d as 1 1 ' 1 • 1 1 1 ( a l t a la nieve , no p a rece N a vidad . Pronto lleg a r án
d e euro, i nservi b le s e n te r ritorio inglés, una pequeña ca j i ta 1 1 , 1 , 1 llí I espe r a una v i e j a barca aban d ona d a . Capi l e s 55
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del agua los acunará y los sonidos suave� de 1�, noche les
1 1 " 1 1 1 1
Natalia sale al exterior y busca con la mirada a Capi o a
-¿Hay que ir al bar de Sebas?-pregunta derrotada pen-
cualquiera de los chicos. Nadie, ni un alma, salvo algún es
sando en lo que tendrán que caminar.
tibador a buena distancia. La nieve caída durante la noche
Capi le contesta que no, que tienen otros recursos.
no ha dejado huella, solo la niebla continúa persistente em
- ¿ S í ? ¿Como cuáles?
papando el aire de frío. Hace varios años que Lon�res sufr�
- Y a lo verás. El lugar a donde vamos no está lejos. y
sequía, Vlado lo leyó en alguna parte y se lo conto a los ni
mola mazo.
ños. Los ancianos dicen que ya no caen las nevadas de an
Los apremia a levantarse y a seguirle, así que Nata1ia
tes. Natalia vuelve a la barca y se sienta en el colchón, jun
d spierta al pequeño Airon q u e quiere dormir más y se re
to a Airan. Tiene que organizar e, como le decían siempre
vuelve perezoso entre las mantas.
en el centro de acogida. «Organiza tu cuarto, organiza tus
Pero pronto se espabila. Capi les indica que hay un v á -
libros, organiza tu vida . . . », tiene que pensar qué hacer. Bus
1 c r dentro de la barca. Está bastante sucio, pero sirve, pue
car a Yubire y a Vlado sin ayuda va a ser imposible. Son dos
d < · n usarlo.
agujas perdidas en un enorme pajar. Debe por lo tanto lo
1 -¿Quieres hacer p i s ? -dice Natalia a su hermano-. Va-
calizar los estudios de la BALLOON S e intentar llegar allí a las
1 1 1 0 , te acompaño.
ocho en punto de la noche para el programa de televisión.
Después Airan se calza las botas, se pone la trenca, el
Pero no parece fácil; Londres es un laberinto y el tiempo
1 ; 0 1 ro, la bufanda y los guantes, él solo, y Natalia hace otro
que queda hasta las ocho, una carrera de obstácul�s. .
l , 1 1 1 1 o con su ropa. Gus se ha escapado del bol illo, pero no
Sale de nuevo al exterior, mareada y confundida. Capi
11.1 id lejos. En seguida aparece y es devuelto a su nueva
ahora está afuera, fumando, y la mira tranquilamente apo
t I ti.
¡ Quién pudiera!
trañeza.
-Claro. Así lo ponía en la última carta que recibí: a las -Mi madre dijo que a esos sitios no se debe llegar tar
-Suena raro -insiste Capi-. Lo de las ocho en punto, va- brosos alimentos y platos con recetas de postín, manjares
Vaya observación. N atalia no lo había pen ado. nunca ha probado y nunca probará. Es lo que tiene vivir
Algo tira insistentemente de la manga del chaquetón 11n hambre vieja y enquistada que jamás saciará del todo,
- S e r á porque es la hora de mi actuación -dice ensi 1 1 < ' sitas en un listín telefónico. Podemos p i l l a r uno en al
mismada en su problema-. El programa se graba en di- g u n a cafetería o en algún locutorio. Claro que . . .
¿Qué?
recto.
-Más raro aún. Aunque tú actúes a las ocho, lo normal ue luego hay que encontrar la calle.
¿_Y?
es que tengas que estar allí mucho antes.
y ..
Habla cada vez más alto y tira cada vez más fuerte.
« C e n a » es una palabra mágica en el vocabulario de va N o os hace falta. La guita es lo de menos. Cuando lle-
nos llevan a cenar. Por lo visto va a ser una suculenta cena q 1 1 ' todo el mundo se entere de que una madre des-
60
1 1 c l . 1 11¡¡ tenido p erdidos a sus h i j os durante dos días en
de Nochebuena.
Londres? N i loca. ¿Cuántos años supondría eso en u n c e n
-Pero bueno -protesta Natalia-, yo quitando peso y tú
tro de acogida? Natalia responde perezosamente: poniéndomelo.
Mientras tanto han llegado a un concurrido mercado -Para después. Por cacaso.
antes. Capi, Natalia y Airon lo atraviesan llegando hasta la -¡Ay, Capi! ¡Ahí están de nuevo!
zona solitaria y apartada de las basuras, en las traseras del Capi e pone en e tado de alerta.
minen de trabajar.
,·so hacen. Corren como el tiempo, vuelan como Pe
1 , ,
1
1 1111 i n d o lo s a be, pero h an i do .de a pareciendo p a ul a ti-
go? ¿Eh? ¿Quién? ¿ V a s a venir tú a hacer l o? Y. m is cole ga s
1 11111•1111• p o r el frío, la sequía y l a c o nta m ina ci ón.
sí me im p or t an, me i mportan muc h o. Muc ho más que 111
' 1
l í os, aquí o s quedáis.
1
1p1 "<' a erca al pequ e ño roedor c on paso s i gil os o. 6s
Ahora Natalia llora. Llora, jadea y calla. Airo n , s o l i d a
1 1 1 1 1
, 1 r.i m i na, resc a ta del bolsill o lo s c a c a hue t e s qu e ha
río, le ac a r i cia el br a zo por en c ima del chaquetón, apoya :-. 1 1
cogido en el mercado y va despedazándolos según se acer
Capítulo 5
ca al animal. Son ardillas atrevidas, descaradas, acostum
-Bueno, si es así . . . pr�x1ma visita, que era en se g uida , y mientras el guía re
N atalia titubea. Sabe que no es cierto, ¡ no le interesa!, �rna al grupo de turis t as q ue quer í a ver la torre, ella se coló
ni siquiera conoce el principio del cuento, pero está inten sin ser vista y s u bió h as t a lo más alto, hasta el campanario.
tando reparar su arrebato de genio anterior. Por otra parte, ¡Qué supe r arriba es t aba! Un b a lconcito de piedra muy ba-
todavía a falta de un plan y cada vez más cerca de la ho jo, d a b a l a vu e l ta a la to rre . ,
ra « H » , lamentablemente siguen sin tener nada mejor que »�atalia l o r eco r rió d e spacio, s i n i n c l i n a r s e mucho, y
hacer. Mira a su hermano, encogiendo el cuello para po p enso q u e a l o me j o r otro s niños de hace siglos t a mbién Jo
nerse a su altura y pregunta: r cor ri eron . S e veía toda la ciudad. En t e r i t a. Las calles es
ver a Shao Li cuando esté en el hospital pe . . . pe . . . pero no c o mi da h a ci a s u p o rtal. Pero no vio a su madre, p o r mu
sabe ir al hospital y Shao Li le dice lo . . . lo . . . lo que tiene que l ' h o q ue lo i nt e nt ó . Vio la plaza c uadr ada donde solía ba-
hacer para buscar el hospital -salta rápido Airon con su 1.i r a j u g ar c ua n do vivía en el bar r io y las terr a z a s de los
Y el cuento, como quien e pasa un mensaje, un ge to , d q u e a q ue l d ía habí a faltado y a sus com pa ñ e ros jugan-
o un beso en el aire, es recogido por Natalia. , 1, > n el re c reo . Vio l a s calles nuevas, más anchas con fi-
1
de la ciudad y desde allí lo velá todo; también el hospi 1 1 1 • , mano . Y v i o ta mb i é n el hosp ita l , gr a n de y bl anco, c on
1 1 1 1 . 1
t a l » . Y eso h i z o. Natalia se dirigió a la i g lesi a q ue habí a cer ru z c uadrada en e l te j ado y u na s l etras a zu l e s en la
1 1 1
ca d e su casa, la casa en la que antes v ivía con s u m adre 1 1 .ida q_ue �ecían: H o sPrTAL N o te ní a pérdi d a, a hora ya
en el b arrio v ie j o y q ue estaba en una especie de colina. La di1,1 h a c i a do nd e t e ní a que ir. Nat al i a bajó l a s esc a l e r a s
1 1
i g lesia tenía una torre alta, con un reloj y campanas, pero 1 1 1 1 c l i ' n dose de l os t u r i stas q ue c omo e staban m uy inte-
1 1
esta ba cerra da por una pesada puerta con dos cerra d ur as. .idos n lo b onita q ue era la torre no l a v i er on pa s a r. En
1 1
¿ Cómo entraría ? E ntonces leyó un cartel pegado en la pa 1 1 1 1 0 l l e g ó a la ca ll e echó a corre r . T e ní a p ri s a p or ver a
1
S e · h abía escapado del centro de acogida y el castigo q u ( ' 1 I il 1 • 1 1 g u i da , o a e ll a se le h i z o m uy c or to el camino.
También allí tuvo que colarse porque era pequeña y sabía
ha botado en el banco como si le hubieran pinchado en el
que a una niña no la dejan entrar sola en el h o s p i t a l . '! t��
trasero.
dó lo suyo en encontrar la habitación. Pero lo cons1�u10:
-¡Ya está! ¡ L a torre!
Era la 307. Abrió la puerta despacio, nerviosa, n o s � 01a �1
Capi y el pequeño Airon la miran.
un ruido dentro de la habitación ¿Estaría allí Shao Li? ¿ Co
-¡ La torre de Shao Li ! ¡ Capi, tienes que decirme cuál es
mo la encontraría? ¿ Y si se hubiera puesto peor? Por fin
el sitio más alto de Londres! Subiré y desde arriba buscaré
entró y tuvo que mirarla bien para asegurarse de que era
los estudios de la BALLOON's.
ella. Shao Li estaba en la cama, tapada hasta los hombros.
No está mal. A Capí le fastidia reconocer que es una es
Había adelgazado y no abultaba nada debajo de las sába
l u p e n d a idea. Y que no se le ha ocurrido a él, sino a ella.
nas. Además le habían cortado el pelo porque se le iba a
-¿Tú crees que eso es posible? Mira que Londres es
caer entero. Pero estaba guapísima, solo que parecía más
m u y grande . . .
pequeña. Natalia y Shao Li se abrazaron muc�o rato y Na�
-¿ Que si Jo creo? ¡ Estoy s e g u r a ! ¡ Gracias, muchas gra
talia pensó que estaban juntas y que ya no le importaba m
da Shao Li !
la bronca que podía caerle, ni el castigo que podían poner
+No sé . . . tengo mis dudas . . .
le, ni nada.
Pero está cavilando, recorriendo mentalmente el plano
» Y colorín colorado.
se volvió seria, caminaba con frío y con prisa; los músi talia Y Airon, ya que así les han enseñado a creerlo.
precios, pues el público comenzaba a escasear. Y Londres I no, esta va a resultar una h i s t o r i a muy triste.
74 la suya y junto a la ratita, para darle calor. 1, 1 1 1 ' rn t i r s e una hormiga junto a una montaña de acero.
75
-Cuidado con Gus, Airon, no la aplastes. l l i < · n -dice Capi-, esta es. Alucinas, ¿ n o ?
Natalia mira hacia arriba y la boca se le redondea en un Ahora, de nuevo, se hace el silencio. Natalia y su her
Asomada sobre el río, gira como una rueda de bicicleta -Mirad, si se trata de pillar poca guita, lo mejor es dar
o como una rústica noria de granja que estuviera movida un repaso a las máquinas tragaperras, o de tabaco, o de
-Y ahora tenéis que montar... -sigue Capi. También podéis rastrear algún mercado, seguro que en
-¿Tenemos . . . ? -pregunta Natalia asustada ante lo que contráis algo de plata por el suelo, poca claro. El último re
curso es el robo.
adivina como una retirada de su amigo.
-Tenéis, sí, tenéis. Y cuesta dinero. Continúa el silencio. Capi suelta un suspiro y prosi
En efecto. La noria está bien vigilada, nadie puede su gue, dirigiéndose a Natalia como lo haría un maestro a su
vio pago, en una taquilla que hay junto a la noria. Capi -A ver, es fácil, che. Te acercas a una vieja por detrás
-La idea de subir ha sido tuya, o . . . o de esa piba chi mucho; si te pillan la has pifiado.
na comosellame, qué más da. Yo no tengo nada que ver, Má y más ilencio. Toneladas de silencio tan incómo
yo aquí sí que me abro. Estoy agotado tía, no he dormido do o incluso más que, en ocasiones, algunas palabras. Capi
desde ayer y los pebis no nos han dejado en paz en todo comienza a alterarse.
el día. Todavía. me trincan y acabo yo en un centro de esos -Otra solución es que pongas a tu hermano a la entrada
Le sobra razón y Natalia tarda escasos segundos en dar- bla! ¡Di algo ! ¿Q ué quieres q ue haga yo? ¿No h hecho bas
Pero tiene miedo. Se ha aco tumbrado rápidamente a o sesenta centímetros - . ¡ Eres idiota Capi , i diota de remate ,
la protección y a la compañía de Capi y si se marcha y los te lo han dicho muchas veces , y tú, como siempre , fl ipando ,
· deja, se va a sentir más sola y abandonada que nunca. no te enteras , no e s p a b i l a s ! ¡ P ero se acabó ! ¡Lo siento , tía,
-¿ Cómo vais a conseguir el dinero? -dice Capi antes de he dicho que me lar g o y me largo!
la cabeza y la rechaza.
convertido en un cordero.
mento.
Natalia y el pequeño Airon se han sentado en el bor
Eso dijo. Como lo oís. Natalia me contó que Capi puso
comprende.
con el chaquetón abierto, roto y descolocado. Natalia y Ai
gen ignora, hace que se defienda. Tal vez sea el natural ins
que s u j e t a al pequeño Airon paralizada por la s o r p r e s a
cobarde y desproporcionado, su adversario solo es una ni díbulas de sus contrarios rechinan a cada golpe de puño.
ñita en edad escolar, así que ordenando a su compañero ¡ Z a s ! ¡ P u m ! ¡ C r a s h ! Es un diestro campeón, el mejor que
que la sujete, se dispone a registrarla para encontrar el di puede haber; el « j e f e » en las artes del combate.
da dónde guardó. Le abre las manos que se cierran como rapadas reaccionan, también ellos saben luchar, alumnos
cepos, dedo por dedo: nada; busca en uno de los bolsillos: aventajados de l a escuela de la calle. Ahora ambos adver
nada; luego en el otro . . . ¿qué hay aquí? Algo ha mordido sarios dan y reciben a partes iguales.
ción y se lleva el dedo herido a la boca, .pero solo unos se sistiendo en que lo dejen, ofrece el dinero que le queda a
gundos. Rápidamente agarra a Gus y la saca del bolsillo los cabezas rapadas, aunque ya no la escuchan y su voz se
lanzándola tan lejos como sus fuerzas lo permiten. Al ha estrella en el aire, cae al suelo y como polvo liviano se des
Por fin han hallado el escondite. Van a apoderarse del bravo y mucho más ágil, son dos contra uno, un combate
resto del dinero, le van a limpiar el bolsillo, pero entonces desigual. Sangra por la nariz y en su rota ropa han brota
irrumpe un cuerpo ágil que se lanza sobre ellos derribán do ramilletes de flores rojas. Los cabezas rapadas lo tienen
dolos al suelo. bien sujeto, uno por los brazos, el otro por los pies y le pa
-¡Capi! tean los flancos s i n gota de compasión. Una y otra vez las
tiene buenos puños. Y los sabe utilizar, no es su primer en quebrarán las costillas de Capi y pintarán de rojo y de vio
frentamiento. Esquiva con adiestrada técnica numerosas leta una espalda que ha crecido entre peleas.
veces ensayada los golpes enemigos y sacude a sus adver Capi de pronto no se defiende, se diría que ha perdido
sarios con tanto coraje como un fiero león defendiendo la el sentido. Natalia corre a buscar ayuda, llama pidiendo
manada. ¡Qué pelea! Natalia cierra los ojos porque no pue auxilio, ya no le importa la noria, ni los pebis, ni siquiera
de ver el espectáculo. Airan, mientras tanto, entre hipos y el centro de acogida; solo la vida de Capi. Alguien la oye,
gemidos corre a rescatar a Gus. se arrima a ella y la escucha. Después mira a lo lejos, allí
hecho llorar a Airan y por haber visto a Natalia acorralada, ¡ V a g a b u n d o s ! . . . ¡Que se maten! La persona en cuestión se
retira, demasiado poco interesada en trifulcas callejeras. Capítulo 7
Después una anciana se detiene frente a Natalia que aho
de a llí, torpe y c oj o , tod aví a san g rando p o r la nari z , ale já n Cuando el coche de patrulla aparece, el campo d e b a
d o se de la s ir e n a que a t o d as l u ces es el p eli g r o p rinci p al. tall a s e ha des p e j ado. E s un coc h e blanco, con fra n j a s r oja s
P er o no huye solo, es c apan los tres. J un t os , a pesar de ser y am ar illas en sus c os ta d os . E n e l techo, junt o a la luz a z u l
riv a l es , un ido s ahora en un m ied o com ú n . bri llante q ue gira y p ar pa dea se lee : Poucs. Solo u n grup o
N o o l vi da Cap i v o lv erse cu ando aún N atalia y A i ra n de cu ri osos hace bulto a l lí , en a q ue l l os j ar din e s desange
p ue den v erle y levanta la mano a g it á ndola en el ai r e. B a j o lados que e n otro tie mpo o en otra estaci ón , tal vez tuvie
la sang re que tinta su ca r a e le adivi n a una sonrisa. ron flores. Su p ong o q u e dos p ol icías bajarían del coche .
-¡ C hao , a migo s ! - di c e t o s iend o y esfor z ando m ucho la Supong o del mism o modo que es o s d os p o li cí as revis ar ía n
voz par a que le oigan-. ¡Q ue os vaya b i e n ! el escenar io de la pelea, buscand o pistas o armas, como es
En cambio, l a mano de N atalia no p ue d e des p e g arse de su o b li g ació n . Es po s ib le que incl u so llevaran s u s pi st ola s
-H ast a . . . s i e mpre . . . - s u s u rra trémula, emoc i onada, tan N atalia y Airan nada de esto vieron. Tras decir a dió s a Ca
baj o tan baj o , que se gu ramente solo lo ha p ensado. pi, tam b ién aban do nan el parq u e , despa c i o , c og ido s de la
Gracias a Capi tienen dinero para el tique. Natalia ha con solo en una ciudad tan complicada.
tado moneda a moneda y billete a billete lo que los cabezas -Tienes que subir tú, Airan, no hay más remedio -di
haber suficiente. Pero está en un gran error: cuando tienen -¿A nónde? ¿A la noria?
delante la lista de precios comprueban con desánimo que -Sí, a la noria. No quiero dejarte solo en la calle. Prefie-
es carísimo subir. E imposible para su insuficiente econo ro que subas tú y yo te esperaré a la salida.
mía. Natalia hace un nuevo recuento del dinero por si ha -No. Quiero contigo.
habido suerte y ha contado mal en el recuento anterior. Airan arruga el entrecejo y frunce la boca y Natalia re
Pero no, ni un triste penique de más. Lo que suponía. curre entonces a su muy ensayada faceta de madre susti
dirige a Airon-. No nos llega Airan, no hay tanto dinero -A ver... No puede ser. No nos dejan subir a los dos. Iría
como para que subamos los dos. contigo, de verdad, pero no es posible, solo tengo dinero
y así es en efecto. De pretender subir, solo les alcanza- para un tique. Sé un chico bueno y obedece, anda.
ría para comprar un único billete. -Quiero contigo -repite Airon-. Quiero contigo . . . -mien
¿ Qué hacer? Hay que pensar y decidir deprisa, el tiem tras protesta, da pataditas en el suelo con el pie derecho- . . .
po vuela. Pronto caerá la noche y ante esa nueva dificultad, Quiero contigo . . .
1
buscar el edificio de la BALLOON S con el único obstáculo de -Airan, escucha. ¿Prefieres que suba yo y quedarte aquí
la niebla parece un juego de niños. Podría subir Natalia y abajo tú solo? ¿ E s o prefieres?
que Airan la esperase abajo, formalito como un hombre. -¡ Quiero contigo, yo solo no, quiero contigo!
propone con esas palabras seguro que se queda tranquilo -¡ Solo no . . . , quiero contigo . . . ! ¡ Quiero contigo . . . !
ojos hinchados y la cara sucia de tanto llorar. De la nariz le El grito que ha dado Natalia asusta al pequeño Airan
salen dos regueritos acuosos y ella ya no sabe si es por el que, de momento, se calla. Natalia inspira profundamen
llanto o porque está pillando un resfriado tamaño XL. Por te cerrando los ojos, como ha visto hacer a las mujeres es
un instante se lo imagina sin ella, quieto en algún lugar tresadas en cualquier teleserie de moda. Luego expulsa el
cercano, tiritando de frío mientras la espera, y a merced de aire despacio, ante la mirada compungida de su hermano. 87
86
la en el centro de acogida. Mi m e j o r amiga, Shao Li, un »Una N después, la primera letra de mi nombre.
día se tuvo que marchar, y para siempre, no como cuando »Y al fina ] una S, la culebrit a , ¿recu e rda s ?
la llevaban al hospital. Las dos sabíamos que nunca nos » S o l o ti enes que buscar esa palab ra. E s tará e scr i t a b i e n
volveríamos a ver. Cuando nos despedimos yo me agarré g r a nd e, s e gu ram e n t e con luz, en un edifici o moderno, ya
a ella y no quería dejarla marchar. Me agarré a su cuello lo v e r ás. Cuando la encuentres te fi j a s b i e n en qué direc
llorando y gritando que no me dejara sola. Como tú aho c i ó n e st á, guíate por el río, y si hay cerca algún palacio, o
ra me has hecho a mí, Airon. Y o también era pequeña, y i g l e si a, o t i e nda g ra n de, al g o que nos s irva de refe r encia.
estaba asustada. Y ¿sabes lo que me dijo Shao Li, eh, sa No lo o lvides : Be , A, eLe , otra eLe, d os O e s, eNe y e S e . Pue
b e s ? Me dijo que nadie está solo si en el mundo hay una des h a cerlo, Airon, ya ere s mayor.
persona, una sola, que p i e n s a en ti. ¿Lo entiendes? Tú me -¿L o . . . lo . . . loncontraré? - b a l bucea Airon-. Hay humo
esté yo, siempre estaremos juntos porque yo siempre pen -Lo en c ontr a r á s, Ai ra n. E res muy list o y además es No
inclinada como e tá ante él, la llavecita de globos bascu A h ora vamos a de ja r a Natalia abajo, a la salida de la no r ia
la un poco más abajo de su cuello y Airon la sigue con los y vamos a s u bir con Airon en esa c ápsula t r a ns pa r ent e que
-Ahora sube a esa noria, y busca el edificio de la p i é. N a da im p ort a nte. Le ha tocado en una cab i na que va
1
BALLOON S. Te voy a explicar cuáles son sus letras, como c asi va c í a, tan solo cuenta con la compañía de una pandi
cuando jugábamos en casa a las maestras. Es muy fácil. Yo ll a de j óvenes y dos se ñ oras de bas tante e dad. U n a de las
estaré aquí, sin moverme, esperándote. Y atiende bien, es seño r a s lleva u na bolsa de tela a c ua d ros acolchada y con
»Primero va una B, la de las dos barriguitas, ¿te acuer tie ne el pelo corto, de color canel a y m i r a a Ai r on con l a s
das? -Natalia a la vez que deletrea, va gesticulando con la o r eja s t ie s a s y las dos patas delanter as ap o yada s en el bor-
88 mano-. Luego la A de Airon, la escalera del pintor. de de la b ol sa . Las mu j eres hab l an ent re el l a s y c ontin ua - 89
» D e s p u é s van dos eles, el palito con zapato, ¿ l a s ves? m e n te e xclaman : «Mon Dieu, mon Dieu», A veces se di ri -
gen a Airan que b a j a la cabeza, porque aparte de que no mente en los a s ie n tos cen t rales a la fuer z a . Al hacerlo aú
las entiende, tampoco iba a molestarse en contestar. Tie ll a algo con fus o que a A i ra n le parece una especie de re
contemplar desde el cristal la ciudad que se va achicando - ¡ N o ! ¡ F e a ! ¡ D é j a m e ! - dice A i ra n solt án dose de un brus
a medida que su vagón sube y escala despacio las paredes co tir ó n . S e levanta al instante. De sus o j os de ni ñ o pe q ue ñ o
del cielo. Y sin embargo, qué grande es Londres. Hay filas salen br i znas de fuego.
y filas de calles que se aprietan, manzanas de casas que -¡Oh, mon Dieul - dice l a se ñ ora pa l idec i endo ahora an
descubren sus tejados de pizarra gris, y el río, que parte la te un crío tan m al ed u ca d o .
ciudad en dos. Las tiendas ya tienen sus luces encendidas - ¡ G u a u ! - dic e el perro .
y en las fachadas más l u j o s a s centellean por miles las bom E s la ocasi ó n es p er a da y A i ra n lo sabe . N unca va a estar
billas de Navidad. Pero la niebla parece que se aglutina y má alto, nunca va a haber tanta luz . R ec u erda las letras
espesa según A i r o n a ciende; dentro de poco a sus pies so que N a t al i a le ha e x pl i cad o con paci e ncia : primero va una
lo habrá una densa nube blanca. B, la de las dos barri gu itas . . . ; luego la A, la escalera del pi n
Y de pronto . . . algo sucede en el aire. U n fenómeno in t o r . . . ; des p ués v an dos eLes . . . P ero no consigue en c ontr a r
sólito, un prodigio, u n milagro, í, eso es, solo puede ser un l a s , ningún rótulo o letrero con esa com b in a ci ó n . ¿ Y si no
milagro. La cortina de niebla tiembla, se difumina y diluye, e xis tie e ? ¿ Y si s e llamar a de otro m odo ? ¿ Y i el edificio
se abre cortada por el c u c h i l l o del sol que quiere mostrar estuviera tan le j o que ni desd e la n oria se v e ? BALLOON's,
se antes de esconders tras las últimas casas de Londre . BALLOON's, ¿ dónde e tá ? La ca b ina acristala d a a v anza sin
A i r a n da un salto y r corre con los o j o s el panorama urba pau a con el girar uniforme de la noria , en seg u ida comen
no que ha surgido más allá del ovalado vagón de la noria. z a r á a descender . C omo el sol , que aunq u e l u ce aún como
Ahora, como por arte de magia, la claridad es total. Y él no lo ha hec h o en todo el día, por momen t o se as e me j a a
está arriba, a muchos metros del suelo, en la cúspide de la una pelota que cae . B A L L O O N ' s , BALLOON's . . . P rimero va una
noria. Es el momento de bu car el edificio de la BALLOON's. B, la de las do b arri g ui t a , l u e g o l a A, la escalera del pin
Como impulsado por un motor a pilas, Airan circunda la t or . . . Las c al les p aulatiname n te se acercan a A i ra n , se dila
cabina entera y al hacerlo pisa a las dos señoras que pro tan y se e xp ande n, la luces destacan con más i ntensi d ad
testan y le riñen. ¡ B a h ! No piensa sentarse. Necesita verlo en las sombras i gu aladas d el crep ú sc ul o .
todo y no hay otra manera de hacerlo. Las señoras no ha A iron se sienta , derrotado . No encontrar á el e difi c io
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blan su id i o m a , p os ibl emente ni si q uiera in g l é s , pero una de la B A L L O O N S y cuando se re ú na con N atal i a ten d rá que
de el l as a g arr a a Aira n por un bra z o y lo sienta violenta - d e cirl e que no es tan list o como e lla pensaba y que la
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Nochebuena no es la Noche de los D e s e o s . El perrito lo separan la BALLOON s de la noria: uno . . . dos . . . cuatro en to
mira curioso desde su casa de tela. A él no le importa lo tal, y se fija en algún edificio importante cercano. Ya está.
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que se ve o se deja de ver desde la noria, él no tiene una A poca distancia de la BALLOON s hay una iglesia clara, muy
m i s i ó n . Pronto, la noria finalizará su recorrido; el sol, en grande. No es como las que él conoce pero sabe que es igle
vidioso, también. Entonces Airan se pone de nuevo en pie s i a porque tiene una cruz. Es mayor que cualquiera de las
y se encarama sobre su asiento m i r a n d o una última vez a que Airan ha visto hasta entonces y también mayor que
través de los cristales. Ahí donde otros en otro momento el conjunto de edificios que la rodean. Pero no es más alta
se sentarán, sus botas dejan una sucia huella marcada. que la noria, eso no. Por un lado tiene dos torres cuadra
Muy al fondo, en la otra orilla del río, entre compactos das, una de ellas con relojes negros en sus fachadas, y por
edificios antiguos y otros más modernos, Airan ha divisa el otro una torre alta, gorda y redonda que termina en un
do algo que, de súbito, le llama la atención. Es un dibujo tejado oscuro, con la forma de un paraguas abierto. Enci
luminoso en la fachada de un bloque demasiado alto como ma del paraguas es donde está la cruz. Con esos datos lle
para no haber reparado en él. El dibujo representa un ma gar a la BALLOON's va a ser fácil, así que misión cumplida.
nojo de globos, cinco en total, cada uno de un color. Bor Natalia va a estar satisfecha de él.
deados de neón, brillan con tanta fuerza que eclipsan todo Cuando Airan abandona la noria, ya es noche cerrada.
lo demás. ¿Pero cómo no lo ha visto antes? ¡ E s el manojo Natalia, que lo espera ansiosa, corre a su lado.
de globos que Natalia lleva al cuello, la famosa llave que -¡Loncontré, loncontré ! -grita Airan.
lo tiene cautivado! Que se esté haciendo de noche, segura Natalia entera palpita de orgullo y de gozo.
distingue y reúne una a una con gran regocijo las letras -S í, está chupado.
que ya ni soñaba localizar: Primero va una B, la de las dos Todos los abrazos que existen se agrupan en uno. Y to
barriguitas, luego la A, la escalera del pintor... dos los besos también. ¡ Qué noria mágica y pro di giosa!:
-¡Loncontré, loncontré /-grita Airan al perro, rojo de en ha subido un niño y ha bajado un hombrecito. A decir ver
tusiasmo. dad, Natalia sabe que tiene el hermano más listo del mun
-¡ Guau, guau! -responde el perro asomándose todavía do, el mejor que le podía tocar. De la mano, comienzan a
más a su balconcito a cuadros. caminar. La gente junto a ellos circula deprisa, con bolsas
Y Airan se fi j a bien en el lugar y guarda en su cabeza de comida, paquetes y regalos típicos de la Navidad. Pro
todas las notas p r e c i s a s : está al otro lado del río y enfrente bablemente van a juntarse con amigos o parientes para la
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de donde se está metiendo el sol. Cuenta los puentes que cena de Nochebuena, como es natural. Como ellos. Pronto
se reunirán con Vlado y con Yubire y tras el programa irán Capítulo 8
a cenar. ¡ Mmmmmm ! ¡ Qué hambre! No han comido nada
ocho?
-¡Big Ben! . . . ¡Big Ben . . . ! tráfico marea y junto al río atruenan espantosas las sirenas
Y así hasta cinco veces. de los barcos. Pero por la noche la ciudad se disfraza de si
- ¡ L a s cinco! -exclama Natalia-. ¡ E l reloj que canta! lencio. Quizás hoy de manera especial, ya que por ser No
No lo había oído hasta ahora. Otro milagro. chebuena la gente se ha recogido pronto en sus casas.
Giran sobre sí mismos buscando el reloj, retroceden si Natalia y el pequeño Airon han atravesado el río por el
guiendo la dirección del sonido. Natalia cree recordar que mismo puente antiguo que ya cruzaron antes y se dirigen
I '
está en una torre cuadrada y que es grande y redondo co a buen paso a la zona donde Airon dice haber visto el edi
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mo un planeta, en casa o en la tele ha debido de ver alguna ficio de la BALLOON S. Caminan junto a la orilJa para no per
imagen de él. Claro, allí está la torre, con el río a sus pies, y der la ruta y cuentan los puentes que van dejando atrás:
guardando la gran campana que tañe las horas. Por fin sa Airon ha dicho que pasando cuatro, ya están cerca. Pero de
ben el tiempo que falta para el programa. Intentarán llegar puente a puente hay un largo trecho y no tardan en notar
a la hora, van a poner todo su empeño en conseguirlo. No en sus cuerpos el peso de todo un día de vagabundeo. Las
piensan permitir que la cena se enfríe. tiendas cierran sus puertas y también aquellas cafeterías y
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Después de mucho caminar, han llegado al destino ele lo s focos se mue s tr a l lena de desolaci ó n y de so m b r as. La
gido. Airan conoce el puente en cuanto lo ve porque es gran t orre circular con su te j ado en forma de paraguas pro
muy diferente a los otros. Es un puente estrecho, metálico yecta deste l los d or a dos y ne g ros .
y moderno, sin coches, solo para personas, y se llama Mile -C ú pu l a , Aira n - dice N atalia se ñ a lán do la con el dedo - .
nium Bridge, o al menos eso dice en un letrero situado cer L os te j ados re d ondos en forma de p ara g uas se lla m a n cú
ca de él. S i Airan se ha explicado bien, desde aquí, avan pu l a s . Mu c h as i g lesias las tienen .
zando en línea recta hacia el revoltijo de calles, se darán -Ah - con v iene A i ran .
de morros con la igle ia y detrás de la iglesia, a solo u n a s C a m inan un poco más , trat a ndo de se g uir la d i re c ci ó n
manzanas, ¡ la BALLOON S !, el ansiado edificio, no tiene pér q ue n su m omento el guía Aira n indic ó. A hora s u r g e n
dida. Natalia presiente a Yubire y a Vlado muy cerca, diri e d i fi c i o s m oderno , con f ac h ad a s es p e j a d as que de v u elve n
gié n d ose como el lo al p r o g ra m a donde u n p l at ó am p lio ca i i ntacta s las i m á g e n es cerc an as . F or m a n u n o cé ano re
y lumino o les a g uarda . ¿Có mo estarán ? ¿Q ué p ensar á n ? l u c iente de cri tal, a lu m inio y a c ero . A i r a n d i ce :
difícil: i hay una s o l a m a dre n el mundo dispuesta a de P or u p u esto que lo s ve, re l um b r a u neón de todo s lo
e a no es Yubir e . Pero un a d uda terrib l e flota en el aire , y tanto rato b usc a d a s : BALLOON S INTERNATJONAL T. V. P or fi n .
es: ¿lo habrá bus c ad o p or L ondres ? En cual q uier caso el A pa os t r é mulos se a c ercan y cu a ndo están j u sto enfren
pr o g r ama Un minuto de gloria por f uer z a l os tendrá que te de l a puerta pri n c i pa l se det i ene n . C a s i no se lo p u e d en
r e u nir. Se ab r az a rá n d e l a n te del pú b l ico y de las cámaras , cr er . H an lle g ado ; h a mbr i entos , perdidos , ol a s , can ado s ,
d rr a ma r á n una s u a nt a s l á g rima , se p edirán per dó n p or p ero han lle g ado . Natalia nota que s u co n g o j a crece , los
algo que muy pr o nt o hab r á n olvidado y se te r minar á la o j os e l e q uieren hu medecer y los globo b ai la n v i s to s a
a ventu ra . Tal c ual. La tele todo lo p uede . S intiendo a us través d e l velo brillan t e de lá g ri m a s.
se re que r i do tan c e r c a, N at a l i a e xp erim nta una sen a P ero s contiene ; ya h a b rá tiempo de llor ar má a de
total, en a p e na s do dí as . Y ni si q uiera com p letos . -Lo has conse g uido , A i ra n , estoy tan or g ullo s a de t i . . .
Ya in m er s os e n las call e s, pronto aparece la i g lesia , fe - le dice a p ret á ndole la mano .
nomenal m ole de pi e dra que m uestra el es p lendor t íp ico de Hay un relo j di g it a l en la f ach a d a: son la 1 8 : 3 5 . El relo j
las ig l e sia s im p or t an tes ; fi j o que adem á s es catedral. D e día, t a m bi é n marca la te m pera tu ra a m biente : q uince g ra dos 97
s egur o que es b o n i t a, pero de noche, ilu m inada tan solo p o r b a j o cero , realmente u n frío de i m p resi ó n. Tal ve z p or eso
no hay nadie en las inmediaciones de un edificio comple -A ver, Airan: dentro de un rato vamos a cenar una su
tamente céntrico y en donde además se graba en directo percena. ¿No puedes aguantar un poco más?
un programa de televisión. Y, pensándolo bien, es bastan -¡Que n o ! ¡Te digo que quiero comeeeer!
te extraño. Natalia sube los tres escalones que hay hasta Ya empezamos. N atalia suspira, fatigada. Apenas le que
la puerta y la empuja despacio, luego un poco más fuerte, da paciencia para soportar ni siquiera un pequeño arreba
puerta no cede ni un milímetro está cerrada y tras los cris -¡ Bah! Paso de ti. Cuando te pones burro no hay quien
-Jo, no hay nadie -protesta Airan a su lado. más o menos cómodo para quedarse a esperar la hora y
Fastidiada y confundida, Natalia no replica. Buscan con pico que falta para las ocho que, sospechan, va a ser larga,
la mirada otras entradas que pueda haber disimulada o larga de verdad. « N o te retrases ni te adelantes, es muy im
más retiradas, e incluso dan una vuelta completa al edificio portante», decía la carta. Natalia lo recuerda bien. De leer
con el fin de rastrearlo entero, pero si encuentran alguna la tantas veces se la aprendió de memoria. Pero tenía ra
puerta de acceso está también cerrada. Bien; será porque zón Capi. ¿Por qué justamente a las ocho? Desde luego es,
aún no es la hora, habrá que esperar un rato. No obstante, cuando menos, raro.
la soledad y el silencio pesan en las espaldas de los niños ¡ D i o s ! ¡ Y si no hiciera este condenado frío que te tras
los globos los contemplan y parecen reírse de ellos con -Aquí mismo nos quedamos -dice Natalia-. ¿Te pare
-Falta más de una hora para las ocho, Airan-dice Nata- Agotado, helado, hambriento y todavía enfadado, Ai
La respuesta de Airan es rápida y rotunda. Están en un pequeño jardín rodeado de cafeterías, to
-Qué te apetece hacer que no sea comer, se entiende. peleras. Parece el lugar donde los ejecutivos de l a s em
Jugar a algo, pasear, sentarnos . . . p r e s a s que lo rodean, en los días soleados y templados,
-Entonces no me apetece nada. Solo quiero comer. salen a comer sus tentempiés del mediodía. Pero aho
s -¿Quieres que te cuente un cuento? ra está desierto, qué quietud. ¿Habrá alguien en la calle 99
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beza rapadas, lo conductores de autobuses y taxis que una y otra vez. Es una ratita curiosa y ha pasado el día en
a estas horas arrastran sus vehículos casi vacíos, los men cerrada en un bolsillo, justo es que ahora se aproveche de
digos sin hogar, los borrachos, los jóvenes fugados de sus su nueva libertad. Y a ha inspeccionado la llave y la mano
casas y tantas almas solitaria como pueblan no solo Lon forrada de lana de Airan; ha movido la nariz unas cuan
dres, sino el mundo entero. tas veces y ha guardado en sus carrillos una pipa de gira-
-Toma Airan, juega un rato. ol que ha encontrado, es decir, conoce l banco como ya
Natalia ha desatado el cordelito con la llave que cuelga conocía el b o l s i l l o que la ha abrigado hasta ahora y pronto
de su cuello y e la cede a Airan. Es posible que así c o n s i nec ita nuevos horizontes que descubrir, así que e de -
ga distraerlo. Y lo consigue, vaya que sí. Desde que Airan l i z a en cuanto ti ne ocasión y l i m p i a m e n t e aterriza en el
la v i o por vez primera es objeto de su de eo. La coge rápi uelo. Airon la sigue con su bólido ligero y colorista.
pen ado a qué jugar. Pero nece ita a Gus y Natalia saca a más grande.
la ratita del b o l s i l l o advirtiendo a su hermano de que ea Cu tiene unas patitas cortas y ágiles, corre a gran velo
cuidadoso con ella. Lo será, eso está hecho. Airon coloca a cidad y conoce las artes del e camoteo. El coche de Airan
estar a su altura él se arrodilla en el suelo. Mientras A i r a n y Gus juegan en el suelo, Natalia, más
-Bbbrrrrmmm . . . -hace Airan con la boca transforman que ver, ha creído notar una presencia que se mueve en
do a í la llave en un potente coche-. Una arrera, Gu , bb tre lo altos arbustos de boj, verdes y tupidos, con los que
Parece que Airon ha olvidado por un momento el sean Brothers, a ella ya no la asustan.
quiera hay humedad en el uelo y sus piernas no se mo alerta. Con lo ojos muy abiertos, enormes sus pupilas en
j a r á n . Natalia observa la e cena complacida y se permite la oscuridad y el cuerpo tenso, Natalia recorre los jardines
imaginar u n feliz y rápido final. U n a s o n r i s a se le d i b u s i n moverse apenas. Tiene la misma sensación de no estar
j a en el rostro. D e l i c i o s o , ¿ n o ? Pues os avi o que no os s o l a que tuvo ayer en el río, cuando Airan y ella fueron ace
c o n fi é i s , s a l v o que queráis hacerlo a pesar de mi adver chados por los Brothers; y fue una sensación cierta, no la J.OJ.
J.00
fi n a l ?
simple e inocente de los juegos. Y ella, tonta, idiota, papa
gusto les gritaría: « ¡ D e acuerdo, somos niños perdidos, co que se le pierdan los dos.
gednos, eso queríais, ¿ n o ? ! » . E tá harta de huir y de escon Como su madre. Bonita semejanza.
a su hermano.
d , se afana en entender cómo ha conseguido irse tan lejos.
no sabe si es porque se ha ido lejos o simplemente por la ,·,11 ras, que son muchas, buscando tras s u s columnas, mi
oscuridad.
, .indo en sus pórticos oscuros. Nada, ni una sola pista de él.
- ¡ A i r o n ! ¿Dónde estás?
l .11 go, como si lo buscara en el oscuro cielo, Natalia levanta
j a para no alborotar mientras rastrea los oscuros alredc 1 . , ..., iete y quince minutos de la noche, qué poco falta para
quiere alarmarse todavía, pero el corazón le late tan fuerte l l . 1 1 1 1 0 paraguas a un enorme tejado multisecular. Y enton-
ces, al observar la cruz de la cúpula, a Natalia se le ocurre
Capítulo 9
que a lo mejor funcionaría rezar una oración.
por el frío.
ne: otra reclusión en el centro de acogida, su libertad tiene tas �1qui1adas,_ como una familia normal, y V iada ayudaba
los días contados. Como ya lo ha vivido una vez, no va a a Aira n empu1ando su s i11 ín por detrás cuando las subidas
morirse porque suceda de nuevo. Lo único que le importa se volvían esp ecial mente penosas.
es Ai ron. Que la lleven adonde sea, pero con Airan. N ata l ia recoge cu i dado s a m e nte las fotos y l a s devuelve
Natalia se cobija en un soportal, al abrigo del relente y al b olsil l o del que s a li e ron . A lgu n as quedan señaladas por
se dispone a pasar una triste noche de Nochebuena. Senta boton�s h ú m edos de l ág rimas . Ahora saca el papel con el
da sobre unos cartones y apoyada en la dura loseta de már m e n s a j e en le tras c h ina s que Shao Li le regaló el día que se
mol, sabe que no se puede dormir: los quince grados bajo despi�ieron. Lo d es dobla y lo o bserva del revés y del dere
cero acabarían con ella. Tiene que mantenerse despierta, cho, s i n c o mp r e nd er q u é p one. La caligrafía, eso sí, es fir
moverse, esto también es La Ley. Para entretenerse, saca me y a rm o ni osa , h e rmosís i m a , como Shao Li.
del bolsillo trasero de su pantalón el paquete de fotografías Pero no e sta b a muy h e rmosa el día que se d espi die r o n.
se alegra. ¿ Qué le quedaría si no de su querido Airan? Por Fue un día l l uvioso, tan triste y tan gris como iba a s e rlo el
que las fotos son instantáneas de Airan, de ella y de Yubire. ad i ós. Natal i a evoca el rostro red o ndo de su amig a mucho
Y de nadie más. Airan con Yubire en la plaza; Airan y Na más �emacrado q u e de co s tum b re, c on profund;s ojeras
talia tomando un helado, o haciendo un hoyo en la arena, d bajo de sus ojos tan a largados y e s tr e chos como d os ra
aquel verano que fueron a la playa; Airan soplando velas yi tas pintadas a rotul a dor. La cab e za sin pel o , li s a y pulida
en su cuarto cumpleaños . . . Nunca lo había pensado y sin e mo u n a pi e dra de río, es taba cubierta por un s om b rero
I
saber por qué, ahora se le antoja que en esas fotografías se o a de algodó n . A c a baba de regres a r del hospital y ya se
advierte la ausencia de Vlado. Será una tontería, pero sí, se pr parab a para volver a m a rch a r s e.
echa de menos a Vlado. Vlado no es enérgico ni severo, no Aquel día gris y lluvio s o, sen t adas en la sa la grande d el
los riñe, a veces no lo ven en varios días, no cocina ni l i m < < ntro de a c o g ida, Shao Li y Natali a habl a ron de muchas
pia la casa, no trabaja ni gana dinero, pero es lo más p a r ' e o ·a s dura n t e mu c ho rato. Jun t o a e ll as habí a tambié n al
ciclo a un padre que ella conoce. Más incluso que su propio g11 na ni ña m ás. S h ao Li dijo a todas que p a rtiría al día s i-
padre, al que ya casi no recuerda. Cuando vive en casa IC'� 1\11 i nt e Y qu e aqu e llo era la d e s p e d i da fin a l . No volvería
1.06 gusta mucho leer. Muy a menudo los acompaña al col gio 1 1 1 1 h os p i ta l e s p e ci a l, con niñ o s y n i ñ a s qu e t e n í a n la mis-
y a veces habla con los profesores. Se interesa por sus cos.i 111.i 'nfer m e dad qu e e ll a .
pequeña con sus gestos serios y adultos y su sombrero de
-Pero yo puedo ir a verte -le dijo Natalia-, como el
algodón rosa.
otro día cuando me escapé. Ni siquiera me castigaron
-Escúchame bien, amiga Natalia, lo que voy a decilte es
tanto.
impoltante, muy impoltante: nadie está solo nunca si en
-No podlás -respondió Shao Li moviendo la cabeza
el mundo hay una sola pelsona que piensa en ti. Tu mamá
tristemente-. Ahola me llevan muy lejos, otla ciudad. ¿En-
piensa en ti. Y yo, desde donde esté pensalé siemple en ti.
tiendes?
Y o · plometel: siemple -y se llevó el puño cerrado al cora
-¿
· P ,
or que . . .?
.
zón y se lo golpeó varias veces-. Siemple. Esté donde esté.
-Tengo que culalme, Natalia, quielo sel sana, como tú,
No lo olvides.
quielo jugal y colel, no quielo sel siemple en hospital, quie
Puede parecer un cuento, pero Natalia como por em
lo sel nolmal, como otlos niños, como tú. ¿Entiendes?
brujo dejó de llorar. No vamos a decir que diera saltos, pe
-¿ Y cuando te cures? ¿Volverás?
ro realmente se sentía mejor. Luego Shao Li la llevó a su
-Cuando me cule, vivilé con mis papás en esa otla ciu-
cuarto, aquel en el que solo dormiría una última noche y
dad, celca de hospital. Es mejol pala mí. Mis papás ya no
en el que ya todas las cosas se hallaban recogidas y empa
tlabajan en tienda y se van a ocupal de mí. Me quielen, ¿sa
quetadas. Desnudas sus paredes azules de recuerdos, fo
bes? Antes también me quelían, pelo tenían tlabajo, mu-
Lografías y pósteres, parecía un cielo raso, sin nubes. Pero
cho tlabajo . . .
afuera llovía y el gris plomizo del cielo robaba luz a la ha
Entonces fue cuando Natalia se abrazó a Shao Li llo-
b i t a c i ó n . Shao Li tomó un papel de su cartera de estudian
rando y suplicando que no la dejara sola, que estaba muy
lC' y un pincel de su estuche de colegial. De alguna caja aún
asustada y que no podría soportar la vida en el centro sin
110 precintada sacó un frasco de témpera negra y untando
ella. Las otras niñas miraban la escena conmovidas.
1•1 pincel en la pintura plasmó unas bonitas letras chinas
-No, no digas eso -la animó Shao Li-. Aquí estal bien.
1 •11 1 papel, al modo de los antiguos escribanos, tal y como
Te cuidan, y tu mamá es celca de ti. Y tu helmanito tam
11· había enseñado un abuelo anciano que ya murió.
bién. Algún día volvelás con ellos.
E to es lo que escribió:
Pero nada de eso conseguía consolar a Natalia, que no
lo entregó a Natalia.
para siempre.
-Digamos que se ha ido a un lugar hermoso, donde no I lató . N a d a en él re fl e j a limita c i ón o sen c ille z . E g ra n
hay enfermedad y donde será feliz para siempre, pero del d , cir c u lar , y tan l u m i n o so y brillante c omo una manti
La monitora quería contenerse, mo trarse fuerte para .t u n p lanetario y la s p arede s q ue v an a v erse p o r la tele_
animar a Natalia, pero vibraba su voz y se le escapó una son en reali d ad mó d ulos mo v e d i z o con p uertas , corti
lágrima. No así a Natalia, que guardaba como un tesoro I ' 'ª , aberturas p ara s a l i r o entrar , d ecora d o todo ello con
« t l o z o » de Shao Li y también sus últimas palabras: « S i e m gusto tan d udos o que solo p ue d e a g radar a un p ú bli c o
ple pensalé en ti, yo plometel, esté donde esté, siemple». 1 • 1 1 L r gado y no demasia d o e xig e n te . E nfrente est á el a u
J.J.0
1 1 1 1 , , s g ra d a s .
Y no es de extrañar. Estamos hablando de Un minuto de Vlado se pone de pie y susurra acercándose a Yubire:
gloria, el programa estrella de la televisión, que también en -¡La dracu! ¡ Se acab ó ! ¡ N o so p orr r t o má s e sa esce n a !
tra en los hogares británicos gracias a la tecnología satélite. ¡V o y ba j ar porrr ella y me importa pi mie n t o el prrrogrrra
za el programa y en el otro, entre el decorado y el público -T e aco m p a ñ o - res p onde Yu b ire esta v ez, incorporan
está el sofá rojo cereza con Vlado y Yubire sentados en él y dose - . Ya h a sufrido b a stante la p o b re .
donde, por cierto, se respira un ambiente tenso. E l p resen t ador del p ro g ra m a , el h o m bre d e es p eso b i
Hace mucho calor aquí dentro, los focos abrasan y Vla g ote p lancha d o q u e hoy viste s us me j ores g a l a s , se acerca
do, más amigo del frío a pesar de su insignificante protec a ellos de i nmedia t o .
ción de grasa, se suelta el botón del cuello de la camisa y se -¿ S u cede al g o ? -p reg un ta alto y c l aro p or su m i c r ó f o
cara y tiene las manos pegajosas e hinchadas. - S u cede qu e nos vamos - dice Yub ire qu er i endo pa
No hay nada en los alrededores del sofá rojo cereza, r ecer tran q uila y haciendo e q u ili b rios so b re sus tac o n e s
pero un poco más allá, gravitando a una altura considera p res t ados .
ble, se extiende una inmensa pantalla de televisión. En ella -¿T an pronto? ¿N o es t á n a gu sto a q u í ? - Y en d é c i m a s
aparece la imagen de Natalia en directo y es duro verla acu e l se g undo, ¡z a s ! , se p one l a C ara de R e í r , se ríe p or con
rrucada sobre unos cartones en el frío y solitario soportal. sig uien t e, y se vuelve hacia el p ú b l i co q ue , p or imit ac i ó n ,
dos. La han visto hace un momento mirando las fotogra -B a j amos a la calle p orrr niña -dic e Vl ado muy se r i o - .
fías y después acando un papel que ha desdoblado, con S mas p rrreocup a dos p orrr ella. C o g emos a ni ñ a y volve-
tiempo a que abrieran para ella la puerta de los estudios. -N o se m ueve . . . - musi t a Y ubire -. T engo tanto mie d o . . .
Conforme observaba las fotografías y el papel, movía el I p eor se ha . . . se ha . . . ¡Ay, D ios! -S e cu b re l a cara con l as
cuerpo, movía los brazos, estiraba o encogía las piernas, la r u u n o s , h orrori z ada de sus p ropios p en s a m i e n tos .
deaba la cabeza, a veces sonreía; pero ahora no se mueve El p resentador se q uita la C ara de R eír y se p o n e la de
y se ha hundido más en su pequeño espacio. Parece u n . t I l<'c p ción, todo muy rápido , s i n d ejar d e m irar de fr ente
112
tendón de entrar? ¿Por qué no se mueve? ¿ S e habrá q u e ¡O oooh! Q uieren ba j ar y resc a tar a nuest r a p equeña
113
¿Deben bajar nuestros amigos a la calle? cuerdan, todos los caminos parecen iguales, pasillos llenos
- ¡ N o o o ! ¡ N o o o ! -ruge el público azuzado por el regidor de puertas cerradas por las que no se puede pasar. Toman
del programa, un tipo lleno de carteles con diversos men una dirección al azar, aturrullados y bastante desespera
sajes (No - APLAUSOS - SÍ - SILENCIO - j O O O H l ) que va levan dos. Al final hay una puerta oscura de metal y ¡ eureka ! po
tando y mostrando a los espectadores dependiendo de lo ne EX!T. De acuerdo, irán por aquí.
que pida la ocasión. Han abierto la puerta sobre la que ponía EX!T. Ha cos
-Pues ya lo han oído -dice volviéndose hacia Vlado y tado; es de hierro cortafuegos y muy grande; pesaba. Al
Yubire. abrirla no ven la calle, ni la noche, sino otro pasillo tan lar
-Lo que diga público no imporrrta. Bajamos. go y anodino como los demás. Un hombre que sale de al
Todavía insiste el presentador un poco más, dentro de gún sitio se planta frente a ellos, quieto y enorme como un
un guión muy estudiado, pero no le vale de nada y final camión aparcado. Como no se lo esperaban, Vlado y Yubi
-Como quieran -dice mientras Vlado y Yubire toman Sería un hombre imposible de recordar, uno más de
la dirección de la salida-. Esto no es la cárcel. los muchos que han visto en los estudios, tal es l a vulga
El regidor levanta un nuevo cartel. ridad de su aspecto, si no fuera por tres o cuatro cosillas
-¡ Oooou ! -brama el público leyéndolo. que lo definen y desigualan, a saber: un equipo emisor
En la gran pantalla del plató se ve a Natalia que conti y receptor de sonido que va de oreja a boca, de ultimísi
Vlado y Yubire se lanzan ahora al laberinto de pasillos duzco, pardo o marrón, cualquiera sabe, y al cinto, porra
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que son el esqueleto de la BALLOON S. Resplandores y des y pistola reglamentarias. Es un agente especial de seguri
tellos han quedado atrás. Las paredes ya no lucen pintura dad de la empresa, un tipo fiel y entrenado, un matón de la
estupenda, solo gris y áspero hormigón. Los cables de ali BALLOON's. Al clavarse ante el mismo umbral de la puerta,
mentación energética están a la vista mezclados con tubos, estorba el paso y Vlado intenta esquivarlo.
cañerías y conductos de calefacción. Y aquí ni siquiera ha -¿Dónde van?-pregunta muy tieso abarcando el máxi
ce calor. Caminan deprisa, y Yubire tropieza a menudo por mo espacio; s u s zapatones se adhieren al suelo.
« ¿ P o r dónde se s al í a ? » , piensan cuando se hallan en el - S i necesitan algo, no tienen más que pedirlo, pero ya
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centro de un largo corredor. Si de memoria no andan mal, saben que no les está permitido salir.
El hombre habla correctamente el castellano, aunque atraviesa los ojos oscuros de Vlado. Han firmado un con
con leve acento inglés. ¡ Qué tío! Vlado reconoce humillado trato. ¿Recuerdan?
-Nos vamos buscarrr nuestra niña. Ya ha tenido bas de sí mientras pretende abrirse paso de nuevo, siempre
El hombre ni se mueve. Trata de sonreír pero solo le sa -Entonces, okey, ¡todo al diablo! -agita en el aire los
le una fea mueca. brazos-. Todo lo que la niña lleva meses soñando: la fama,
-No pueden. Aún no han dado las ocho. Tienen que es las ilusiones, los regalos, la cena . . . el dinero . . .
perar. A las ocho todo habrá terminado. -¡Métanse el dinero donde les quepa! -interrumpe Yu
- ¡ N o ! -grita Vlado-. ¡ N o vamos dejar a niña pasando bire, tajante. Y le sorprende hablar así; no era una cifra pa
frrío hasta las ocho! ra despreciar. Pero su Natalia vale más que todo.
-Deben esperar un poco más, es lo pactado. Tengan un -¿ Quiere decir esto que van a arruinar el programa?
poco de paciencia. ¿ Quiere decir esto que ya no les importa lo que firmaron?
-¿Paciencia? ¡ A p á r r r t e s e ! Se acabó tiempo parrra pa -el matón va elevando la voz-. ¿ Y quiere decir esto que no
ciencia. Vlado empuja con su cuerpo al hombre, que mu podremos terminar como esperábamos el especial navide
cho más pesado que él, no se mueve. Pero como Vlado está ño de Un minuto de gloria?
tan flaco se escurre por uno de los laterales, llevando a Yu -Quierrre decirrr esto, amigo, que vamos bajarrr por
bire agarrada de la mano. niña antes que se congele en ese portal como pequeña ce
Solo que no se van a salir con la suya tan fácilmente. El rrrillera y voy decirle que suba, porque ella no quierrre, o
matón camina tras ellos levantando la voz. no puede subir. Nada más.
- ¡ E s p e r e n ! ¡ N o pueden i r s e ! ¡Tengo orden de intercep El matón arruga el ceño. Los mensajes siguen entrando
Y eso es lo que hace. S e adelanta, se para frente a ellos -El contrato dice que la niña concursante no puede re-
y los obliga a detenerse. Los sujeta por un brazo y a la vez cibir ayuda de los padres para cumplir su misión.
recibe nuevas órdenes en inglés por su minúsculo pinga -Yo no soy la padrrre de niña.
nillo ergonómico. La mueca fea es ahora una cínica son -Pero será el padrastro.
1.1.6 -¿Lo ven? No pueden marcharse, me lo acaban de co -Pues al menos será el tutor.
municar -dice al fin-. Habla con voz grave y su mirada -No, amigo, no soy la tutorrr. N o soy nada.
-Pero . . . -el matón comienza a mostrarse extrañado-, la
puerta principal donde sabe que verá a Natalia. Tiene prisa
le escapan por los o j o s . man sus brazos. La única mano que tiene a la vista conti
pecho, para corroborarlo. vez en la pantalla del plató. Pero al natural parece todavía
lo dice el contrato! ra esta noche no recogerá. Abulta tan poco y está tan quie
-Búsqueme papel, uno solo papel que diga que soy pa
ta que confundida con las sombras de la noche par ce un
- ¡ N a t a l i a ! ¡Draga mea! ¡ E s p a b i l a criaturrra, espabila de luz. Los globos ya no lucen solos y han abandonado su risa
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una v e z ! Soy Viada, Vla-do, no mirrres a mí así, parrrece siniestra. ¡ A h ! , los célebres globos de la BALLOON s que Ai
que has visto a fantasma. ran descubrió desde la noria. Qué bonitos son. Parecen un
El fantasma alza a Natalia en brazos, sin esfuerzo, co manojo de arco i r i s . Un grupo de hombres se acerca, poco
mo si la niña no pesara. Natalia siente su calor y piensa a poco rodean a Vlado y a ella. Y dan la cara, no se escon
que nunca hubiera imaginado que los fantasmas despren den, ya no se ocultan. Llevan complicados artefactos en las
dieran tal tibieza. ¿ Y esas voces de niños cantores que se mano y discretos auriculares en las orejas. Los hay con
oyen a lo J e j a s ? Almas; almas infantiles del cielo, como sombrero y sin él. Natalia los identifica turbada por la des
Shao Li, y ella entonces está a sus puertas, en los brazos de confianza y el miedo.
El abrazo amigo la reconforta-. Todo es terminado. -Deprrrisa -apremia Vlado-, deprrrisa. Faltan tres, no,
Al ir entrando en calor y sobre todo al comprender que faltan dos minutos solo para ocho . . . deprrrisa . . .
ya no está sola, Natalia reacciona poco a poco. El fantasma La puerta principal del edificio cede al primer impulso
se difumina y en su lugar aparece una forma real y consis suave de N a t a l i a . Dentro hay un ejército de señorita uni
tente. Ahora Viada ya puede devolverla al suelo. formadas: secretarias, azafatas, recepcionistas, telefonis
-He perdido a Airan . . . tas . . . y cámaras acopladas en las esquinas que se mueven
faltan tres minutos corrrtos parrra ocho de la noche; entra -Por aquí -dice con una maravillosa sonrisa.
en los estudios y recoge tu prrremio. Te lo has ganado. Natalia está asustada. Se vuelve buscando a Vlado, pe
-No, no quiero entrar sin Airan . . . ro no lo ve, ha desaparecido y ella, de nuevo, vuelve a es
antes de que pase hora, no vamos a dar el gusto a señorrres -Por aquí, encanto -insiste la simpática señorita. Es jo
de que pierdas la prrremio. ven, viste falda estrecha con americana a juego y lleva una
l.20 Natalia camina ayudada por Viada. Está tan entumeci insignia con los cinco globos en el o j al de la solapa, allí l.21.
da y helada que su sangre apenas puede circular. Cruzan donde un novio, por tradición, llevaría un clavel.
N atalia se deja guiar, aturdida, despistada y confun -¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra!
dida. No puede p e n s a r . Suben en un ascensor y al dejar El presentador habla sin parar y así pasa un buen rato.
lo, caminan unos cuantos p a s o s ; ahora tiene calor y los Natalia no le escucha. Todavía aturdida por el frío sopor
dedos de las manos y de los pies protestan como conde tado, tiene la mente en otro tiempo y en otro lugar. Piensa
nados. Una vez, p o r pasar mucho frío seguido de calor, le en Shao Li y la recuerda enseñándole la canción en chino
salieron sabañones, y ¡ p o r r a s ! , cómo picaban. Recuerda que ahora debe cantar. Para eso ha ido al programa, ¿ n o ?
que se l o s rascó mucho y se hizo heridas con las uñas. S e Se reían bastante porque Natalia era incapaz de pronun
desabrocha el chaquetón, se suelta la bufanda y se qui ciar correctamente las palabras del idioma ajeno. « T s c h é » ,
ta el gorro que ha llevado durante los dos días como una decía por ejemplo frunciendo los labios de manera muy
prolongación de s u p i e l . T i e n e el pelo enmarañado y las rara; « N o , tszé, se dice t s z é » , corregía Shao Li que llegaba
o r e j a s le arden, rojas e inflamadas como lagunas de la incluso a ponerse nerviosa. A ella su lengua le parecía tan
va. No sabe adónde la llevan, es una marioneta en una fácil... «Pues eso, t s c h é » , repetía Natalia con dificultad, ob
función de guiñol. Vuelve a mirar hacia atrás, a lo m e j o r viamente volviendo a equivocarse. Y cosas así.
viene Vlado. Ahora tendría que cantar esa canción, pero el tipo del
Una tormenta de luz sepulta a Natalia. Son toneladas de empezar. ¿Por qué nadie le pide que cante la canción?
de kilovatios que se derraman sobre ella como fuegos de Mientras piensa en e tas cosas, una puerta se abre a su
artificio, blancos, dorados, transparentes, azules . . . Deslum espalda. La orquesta repica un solo de timbales, el plató se
brada, cegada, apenas puede abrir los ojos, pero los entor recubre de silencio, solo la voz chirriante del presentador
na esforzándose por saber qué vería si lograra mirar más permanece. Natalia se vuelve. De la puerta salen tres per
allá de esa luz. Siempre guiada por la joven señorita, es s o n a s : Yubire, Vlado . . .
noche. Lejos de allí, la campana del reloj que canta tañe El público aúlla de emoción. Puesto en pie, aclama a Na
rá ocho veces su Big-Ben, pero es un sonido remoto que talia con fuertes aplausos que el regidor se encarga de avi
al plató no llegará. El público agolpado en las gradas pro var. Pero Natalia tampoco ahora escucha nada. Está abra
rrumpe en un estruendoso coro de aplausos. zada a Airan y sonríe acusando en su cara las cosquillas
-¡ Lo ha conseguido! -grita el presentador junto a ella-. del corto y duro pelo de su hermano.
:1.22
¡ D e s d e luego que s í ! ¡Tres hurras por nuestra pequeña Na -Niño malo . . . Mira que perderte . . . Menudo susto me 123
millos y su cuerpecito parece menguado por tantas horas litario río, asustados; Capi . . . los Brothers . . . una cena a base
de caminata y ayuno. Pero no ha menguado la fuerza de de sobras en el tugurio de Sebas, y también un buen de
-No me predí, Tata, me agarraron . . . da . . . Más tarde Natalia con Capi y Airan en el parque (Ca
Yubire, de pie, se enjuga una lágrima. pi, Capi, ¿dónde estás?), qué frío hacía . . . Luego aparece la
-Anda, hija mía, dame un abrazo. noria; en imágenes sucesivas vuelven a encontrarse s o l o s .
El presentador continúa su discurso del que Natalia Uy, ahora Capi llena la pantalla: los cabeza rapada lo gol
apenas recoge frases sueltas. Que se calle, por favor. Está pean con todo el ímpetu de su juventud y toda la fuerza de
agobiada y hambrienta. ¿Para cuándo la canción? No sabe sus botas. Y qué definición, qué calidad de imagen; bien se
si resistirá mucho más. Quiere cantar cuanto antes, termi aprecia la sangre que le . . .
nar, terminar por fin y que los lleven de una vez por todas Basta. Natalia no quiere seguir m i r a n d o . Es demasiado.
a cenar. ¿ Cuánto va a durar todo esto? ¿ Qué broma pesada es esta? Los han localizado, seguido,
-Mira, Tata -dice Airan señalando la pantalla flotante espiado, controlado y filmado. Los han visto reír y llorar,
con el dedo-, salimos por la tele grande. pasar frío y hambre, huir y tener miedo. Los han visto en
Y Natalia, al atender al aviso de su hermano, no puede apuro , a ratos desesperados. Pero no los han ayudado: los
evitar que se le descuelgue la mandíbula, que los o j o s se le han abandonado. En un momento, toda la odisea de dos
pongan como platos y que un rictus de sorpresa se le con días desfila resumida ante los ojos del mundo y si no fuera
gele en la cara. porque Natalia sabe que es real, parecería uno de los capí
Porque en la pantalla están apareciendo imágenes su tulos de algún folletín o docudrama.
yas y del pequeño Airan a tiempo pasado, es decir, imáge Y ella, la protagonista femenina del serial. ¡ De cine!
nes de ayer, de esta mañana, de la tarde, y de hace apenas Natalia tiembla de vergüenza. Todo el graderío del
un rato, mientras simplezas y majaderías en forma de pa plató tiene los o j o s puestos en esa pareja de hermanos
labras se escapan por la boca del presentador atravesando que de forma involuntaria vive su «minuto de g l o r i a » . Y
l a cortina de crines de su horroroso bigote planchado. no solo el graderío; España entera estará ante el televisor
N atalia y Airan perdiendo el metro en el andén de Heath mientras degusta l a estupenda cena de Nochebuena. La
row; Natalia y Airan solos en la estación del aeropuerto, verán los compañeros de su clase, los amigos de la calle,
esperando que volvieran a por ellos, y solos también en los niños que se quedaron en el centro de acogida . . . los 12
5
N o lo pregunta, Natalia lo exige sin tapujos, con los Y así, en voz más bien baja aunque amplificada por la
dientes apretados por la frustración y la rabia. Pero la voz presencia del micrófono , Natali a c o m i e n z a su canción.
del presentador, mucho más fuerte, tapa la suya. La canción p odría traducirse de esta f o rm a a nu e stro
se ha callado. Natalia lo desafía con los o j o s . Mirando las aguas del Yangtsé hay una montaña
-¡ Que cuándo voy a cantar la canción! muy alta, muy alta, muy alta.
-Sí, la canción en chino que tengo preparada. A eso he muy negra, muy negra, muy negra.
-Ah . . . , sí, claro . . . , la canción . . . Por supuesto, por supues muy feo, muy feo, muy feo.
to. Nuestra pequeña Natalia tiene una canción preparada. Ven, pequeño -croa el sapo-.
¿No es así? Adelante, adelante con la canción -y retirándo Y te lleva a su cueva, su cueva, su cueva.
ñal que anuncie el comienzo. Piensa que, desde que hizo S ha o L i en su día contó a N atali a que e r a la típica can
las pruebas de selección, los músicos han tenido tiempo ci ó n i n fantil que se cantaba a los n i ñ o s pe queñ o s. No les
sobrado de ensayar la melodía. Pero la orquesta, en el más dab a miedo , crecí a n con ella y les re sult a b a tan f a miliar c o
caso del nudo que tiene en la garganta ni tampoco del li na todavía en e l p lató , no ayuda a que s e sie nt a rec onforta
gero terremoto de sus labios. No sufrirá si desafina, o si no da. E s un silencio denso , y tan envolvente como la ni ebla
logra una buena pronunciación. El plató, como la orques qu e ha n so po rt a do durante los dos lar g o s días en Londr e s.
ta, ha enmudecido y el presentador, para alivio de Natalia, - ¡ M u y b i en , muy b i e n ! -dice al fi n el pr esenta dor ha
también. Vlado, Yubire y Airon se han sentado en el sofá, cien do añico s e l incómodo silencio- . ¡Mar avilloso! ¡Un
lo c o ntó añ os después, no r e cordaba las p ala b ras e x actas ) Solo que el sapo de este cuento viste tra j e y corbata y
cuetas pa labras :
da h a ci a ella , esperand o .
-Un c o ch e ; y c orre m ás que Gu s .
-¿Qué? -pregunta para ganar tiempo.
Yubire y Vlado se miran aterrados. A i r o n e s el mayor
-La llave, Natalia; la necesitamos para abrir la puerta.
1.30 coche.
uno los bolsillo s de la ropa de A iron, d entr o de su cami-
-¿ Cómo que es un c o c he ?
sa, las bocamangas del jersey, el interior de sus botas e in -Yo . . . , yo; abro yo -pide Airon.
- ¡ L a trenca! -ordena el presentador-. ¡Que traigan la torpes que aún rompen tantas cosas. Es el momento es
Alguien aparece en el plató con la trenca. La trae pren- llave encaja perfectamente y gira blanda, como una cucha
dida por los hombros, expuesta a la curiosidad alterada del rilla revolviendo una taza de café. Debido a la importancia
público; la sujeta con precaución y desapego, casi con asco. del momento, el plató ha vuelto a llenarse de silencio. Solo
Y es que la trenca esta terriblemente sucia, con las huellas la orquesta es audible avivando, si cabe, el interés general
indelebles del vagabundeo. Natalia la rescata de aquellas con un suave golpeteo en los timbales.
mano e crupulosas y busca en el bolsillo más abultado. Y como quiera que ya ha comenzado en serio la Ho
-Ya estamos todos -dice en voz baja inclinándose ha- gar un suceso inesperado: todo el decorado que sujetaba
. . . Y a continuación algo metálico entrechoca y tintinea to. De acuerdo que son módulos movibles, paredes que
con el anillo de plata de mentira que N atalia lleva en uno no son paredes, tabiques falsos como monedas de hojala
de sus dedos . . . ¡ L a llave! Por indicación del presentador la ta, pero Natalia, aun estando delante, no sabría explicar el
muestra a las cámaras y al auditorio, levantándola muy fenómeno por el cual, inesperadamente, ante sus ojos no
para terminar cuanto antes la función tiene que ser bue Bueno, nada no; nada del antiguo decorado. Porque lo
na chica y convertirse en la mujer barbuda o en cualquier que ahora queda a la vista es tan sorprendente que el pú
otra artista del circo, se convertirá. blico, sin necesidad de ser incitado por letrero alguno del
El público se ha puesto en pie; ruge, alborota, aplaude regidor, suelta un espontáneo y colectivo:
abraza a sus h i j o s . Entonces Natalia, con su tesoro de glo Ya no hay una puerta, hay varias, salpicadas entre los
bos en una mano y su tesoro Airon en la otra, camina nue árboles de un bosque de cuento. Y es un bosque fabulo
vamente hasta la puerta brillante con la sonrisa del triunfo so, nevado y aparente, muy especial, con el que ha llega 1.33
1.32
niños; lobos mansos, que son perros; hadas vestidas de Las puertas son estructuras de madera tosca, sin pulir,
-¡Qué chulo! -exclama Natalia maravillada. Airan por GALOS, FORTUNA, VIAJES, AMISTAD, DESEO . . . Se encuentran situa
su parte abre mucho los ojos y de la boca un hilito de baba das en rocas o matorrales de atrezo, y a Natalia le viene a
-Chulo, ¿eh? -repite el presentador que de nuevo ha taron cierto día en el centro de acogida: la historia del le
¿ Quién le ha dado un beso y lo ha convertido en un prín- en un bosque que sería muy parecido a este, aunque sin
nieve.
cipe?
-Ahora solo tienes que ir abriendo puertas con tu llave -¿Cuál abrimos primero? -pregunta Natalia a Airan.
y lo que encuentres en ellas será para tu familia y para ti. Pero Airan aún no sabe leer y entonces se guía por la
-¿Todas? -pregunta Natalia-. ¿Tengo que abrirlas to- ley del buen tuntún.
-Mmmmmm . . . ¡ e s a !
das?
Y os puedo asegurar que no es la avaricia quien habla -V ale -le dice bajando mucho el tono y la cabeza para
-Bueno, todas las que puedas abrir en cinco minutos Y la puerta llamada REGALOS se abre accionada por la lla
que es el tiempo de que dispones para hacer efectivo tu ve que maneja el cerrajero Airan.
Ah, eso ya le parece más natural. Al final las promesas tantas cosas atrayentes como cualquier niño puede de
-En todas ellas hay premios, viajes, regalos, dinero cosas superfluas que solo el dinero puede comprar. Co
-continúa el presentador-. Cuantas más puertas consigas sas que no se necesitan y que, una vez utilizadas, se ti
abrir con tu llave, más premios te llevarás. ¿De acuerdo? ran como pañuelos usados o se amontonan engrosando
Siempre a contrarreloj, aumentando la ansiedad del es el equipaje de cada cual y haciéndolo tan pesado. El suyo
pectador. Es el circo, ¿recordáis? Siempre con los dichosos era a s í cuando llegó a Londres pero por suerte supo ali
feliz sin esas cosas superfluas. Y si no, que se lo pregun y tan atractivo como un joven actor. A pesar de que tiene
Airon continúa abriendo puertas con gran rapidez, cojea cuando, caminando unos pasos, atraviesa el inesta
va lo que van ganando entre satisfecha y cansada, a ratos Esto sí que es un milagro.
complacida, poco fascinada, y sobre todo bastante indife A Natalia le cuesta creer lo que ve, o teme que sea una
-Ahora elijo yo -dice Natalia consciente de que el pla Por eso pregunta:
Y es que desde el principio, la puerta que ha atrapado -Claro, claro que soy de verdad -se ríe y le ofrece el
su atención es, por obra de la casualidad, una que queda brazo-. Toca, toca.
bastante alejada de su alcance. Airon no la hubiera abierto -No sé . . . -ella también se ríe.
jamás. Le gusta más no porque sea diferente, de hecho to -Que sí, carajo. Me siguieron después de la pelea en los
das son iguales; es por el nombre, por la palabra que apa jardines de la noria y me convencieron para venir. Flipas
rece escrita bien grande arriba, en su parte superior, y que en colores, ¿no?
a Natalia le parece la palabra más bonita del mundo: AMIS Pegado a las piernas de Capi, Airon tira de su jersey
TAD. Mientras piensa en cuánto le gusta esta palabra, su (nuevo, anaranjado, precioso) para que repare también en
mano acciona por primera vez una cerradura que, ante su su presencia.
sorpresa, no gira como las anteriores, lo que la obliga a ha -Pero entonces . . . -dice Natalia- te han atrapado. Irás a
faltan escasos segundos para que los cinco minutos termi -¿A la cárcel? -dice Capi-. ¿A mi edad? ¿Por qué? No
nen y al abrirla se queda tan petrificada que si en ese mo soy un delincuente, solo un okupa de la calle, un tío sin ca
mento le pincharan un brazo, no saldría sangre, seguro, si sa. Me quieren mandar a un centro de acogida . . . , como el
no polvo, o tal vez cal. tuyo, pero solo si yo quiero, eh, no te vayas a creer. Dicen
Porque lo que Natalia y todo el público pueden ver tras que debo aprender a leer bien, y no sé cuántas cosas más. 1
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la puerta es a Capi, limpio, bien peinado, sonriendo con las Un oficio, algo para ganarme la vida . . .
-¿ Y tú que les has dicho? ni malos. Y me alegra pensar que años después, cuando la
-Todavía nada, me lo tengo que pensar. Dicen que pue- conocí, hubiera actuado igual.
do ir a un centro de otro país, al tuyo si quiero, o quedarme -¿ Estás contenta? -pregunta el sapo convertido en prín
-Ah, guay . . . ¿ Y qué prefieres? presente y también para todos los telespectadores españo
-No sé. Aquí no tengo a nadie, esa es la verdad, solo a les que han seguido tu odisea desde sus casas. Este pro
los chicos, los Brothers . . . Y hace tanto frío . . . Y estoy harto grama no debe terminar sin unas palabras tuyas. Después
de darle a la lengua en inglés, se me va a olvidar mi idio celebrarás con tu familia y con Capi la Nochebuena en un
ma. Por cierto: ¿tu ciudad mola? restaurante de lujo y degustaréis un menú típico inglés.
A N atalia se le ilumina la cara. Y acto seguido, el presentador hace una breve publici
-Sí, sí que mola. Y hasta el centro de acogida mola, de dad del referido restaurante.
verdad. Siempre es mejor eso que estar en la calle, solo. Natalia recorre con la mirada el auditorio. A su lado es
¿Vendrías a vivir allí? tá Capi, y Airon agarrado a él. También Vlado y Yubire se
-Psé, a lo mejor. -Se encoge de hombros, sin sacar las han acercado y rodean a los dos chicos por los hombros.
manos de los bolsillos-. Porque lo de que te cuenten cuen Qué maravillosa estampa. Claro que está contenta. Y mu
tos me enrolla; me enrolla cantidad. cho. La aventura ha merecido la pena. Ya ni siquiera siente
Y se intercambian sendas sonrisas, grandes, como ro hambre, empachada de gloria y de tranquilidad. Pero toda
dajas de sandía. vía hay algo más que le gustaría conseguir, algo que no ha
-¿Te duele?-pregunta Airon señalando la inflamación encontrado tras ninguna puerta y que piensa pedir en su
que Capi tiene en la nariz. Noche de los Deseos a esa tele-diosa que todo lo puede.
-Ni de coña, enano. Aquellos pendejos solo me acari El graderío está inmóvil, esperando. Si había alguna
ciaron un poco, je, je. mosca, ha dejado de volar. Todos quieren escuchar a la ni
Lo que Natalia suponía: el mejor premio estaba detrás ña protagonista, oír lo que se le anto j e deci r . S er á un bo
de aquella puerta algo apartada llamada muy acertada nito final , la g uinda de tan suculento paste l . Pero ella es
mente: AMISTAD. tím i da , sie m p re lo ha sido, j amás desta có entre grup o s nu
Podéis creerlo; así fue. En aquel momento de su vida, Nata e mbargo sie n te q ue es su momento y que si no lo aprove
lia dio más valor al reencuentro con un amigo que a todos cha, q u ié n sabe cuánto tardará en tene r otra oportunida d 1
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una última cosa más. abierto de la cámara que la persigue. Cuando por fin habla,
-¿ Una cosa más? -el presentador recupera por unos las palabras le salen empobrecidas y roncas:
instantes la cara de sapo-. ¿ Aún no es suficiente? -Quisiera que alguien me tradujera esto; quiero saber
hay algo que deseo mucho y que me gustaría pedir. Mutis puro y duro. ¿ H a reconocido el público el papel
+No abriste la puerta en la que se leía DESEO; y pudiste -Es chino -Insiste- y no lo entiendo. ¡ Y es que me han
haberlo hecho. Estaba a tu alcance, como las demás. entrado tantas ganas de entenderlo . . . 1
-Y a, pero el plazo de recibir premios ha pasado . . . un montón de euros, se atusa el bigotazo, se ajusta el nudo
-Por favor... -suplica Natalia. -¿Eso era? ¡ P o r supuesto! ¡Faltaría más! ¡Que traigan
-Ejem, ejem . . . -El presentador se revuelve incómodo y cuanto antes a alguien que traduzca el chino! ¡ B u s c a d en el
completamente desconcertado por haber dejado muy de plató o fuera de é l ! ¡ Revolved Londres o toda la Gran Breta
lado el guión que tenía tan bien preparado-. Bueno, podría ña, pero quiero un chino-parlante de inmediato!
-Igual parece una bobada, pero para mí es muy impor tamente, un chino que ha acudido como espectador.
-De acuerdo, de acuerdo. Adelante. esplendorosas, el chino toma el papel que el presentador
Aunque ahora se fundiera una bombilla de la ilumina le tiende y lo observa unos segundos. Luego estira la boca
ción general, no se notaría la más mínima ausencia de luz, en una amplia sonrisa.
pero se escucharía el levísimo estallido de sus filamentos -Sel muy sencillo. Aquí pone: «Juntas pala s i e rn p l e » .
así, tal es el silencio que envuelve todo. Apresurada, Nata Juntas para siempre.
lia saca el papel doblado en cuatro partes que contiene el No podía ser de otra forma.
mensaje de Shao Li. Lo desdobla y se lo muestra con hu- Y juntas han estado.
Y lo estarán. Capítulo 12
¿En?
No, de ninguna manera.
Mientras tanto, un conjunto de psicólogos contratados pa da por la voz persuasiva del dinero.
ra ello pudo captar el tipo de niña que era Natalia, la clase -¿Y si les pasaba algo grave mientras andaban perdi
de madre que era Yubire, el modelo de familia que forma dos y solos por Londres? -preguntaréis s i n duda aquellos
ban y la necesidad que les había llevado hasta allí. de vosotros que seáis más impacientes.
Y allí mismo fue donde los directores hablaron a Yubi No podía sucederles nada verdaderamente grave; esta
re y a Vlado de las verdaderas intenciones del programa. ban protegidos a distancia, bien vi g ilados , y en cas o de ne
No sería como los anteriores; es más, no tenía nada que c e s i d a d se hubiera incluso echado al t r aste la emi s ión. Eso
En este, lo que menos importancia tenía era la actua clara , Yubire no h u biera aceptad o.
ción de la niña concursante, o sea, la canción. E ste pu nto y todos los demás se termina r o n de fraguar
La niña concursante sería abandonada en Londres y por medio de correos electrónicos , corre o post a l y, p or su
C o n las imágenes obtenidas se elaboraría el citado es Como se suele decir, N atalia sabía de la misa l a mi t ad.
«Hablamos de un reality show en toda regla -dijeron E n Londre s, fue fácil perder a los dos n iños . Heathrow
los directivos-, con una niña como protagonista, algo, has es un aeropuerto g igantesco, casi sie mpr e ab arro ta d o y
Añadieron que pensaban disparar los índices de au tras» para simular la muchedumbre alocada y la aglome
diencia. ración.
Y de esos índices de audiencia precisamente (traduci E ntre tanto, todo iba quedando rigu ro s ament e film a do
dos a d i n e r o ) , Yubire se llevaría un sabroso porcentaje. por unos hombres en cu y o sombrero iba c a muflada una
La prueba de selección fue por tanto una tapadera, un pe q ueña y precisa cáma r a .
Lo de añadir la compañía de Airon surgió posterior estar o j o a v i z or. D espu é s, todo el materi a l fi l mado se emi t i
mente, idea de algún alto mando del concurso que pudo ría recortado , ordenado , bien montado, en el es p ec i al navi
observar durante las pruebas cuánto amor y dependencia deñ o de Un minuto de gloria durante las dos ho ra s pr evias
mutua había entre los hermanos. a las ocho de la tarde, momento en que se l l e v ar ía a cabo, si
todo marchaba como esperaban, la entrada triunfal de Na Así, no pudieron escucharse por ejemplo los cuentos
talia con Airon en el plató de grabación. A veces los pebis que Natalia ideaba para su hermano con sus propias viven
(vamos a seguir llamándolos así) se acercaban tanto que cias en el centro de acogida, lo que resultó un alivio para
se dejaban ver; era inevitable. Pero resultó que Natalia, en ella, pues según me contó, si se hubieran llegado a escu
vez de extrañarse y hacerse preguntas, huía de ellos y en char, se habría muerto de vergüenza.
tonces se pensó que la circunstancia venía de perlas para En los intervalos sin voz, el presentador aportaba, voci
Durante la noche, camuflados en la oscuridad, los pe Pero sí se oyó que Capi robó para comprar a sus amigos
bis utilizaban cámaras de visión infrarroja, de tamaño algo el tique de la noria. Ahora bien, cómo o dónde lo hizo per
mayor. Por ello, a esas horas algunos ya no llevaban som maneció en el más absoluto misterio.
Hay que decir que los «extras» solo colaboraron en la patadas de la pelea en los jardines de la noria. E incluso al
escena de la estación de metro de Heathrow; el resto de las montar esa escena, se aportó ruido de golpes adicional pa
personas que apareció en la filmación estaba formado por ra que al emitirla resultara sobrecogedora.
seres reales que se hallaban dentro de sus entornos: los Parece ser que cuando sonó la sirena de la policía, los
Brothers, el tabernero Sebas, los cabezas rapadas, la ancia pebis estaban a punto de mediar en la pelea y socorrer a
na bondadosa de los jardines de la noria . . . Ninguno sabía Capi, pero obviamente, ya no fue necesario.
que estaba sirviendo como actor secundario a un progra También durante la proyección se oyeron c l a r a s , pene
Y algunos de ellos nunca lo sabrán. Algunas veces hubo que improvisar. Por ejemplo: no
A veces costaba perseguir a Natalia y a Airon sin que estaba en el guión que Airon se alejara de Natalia en aquel
los pebis levantaran sospechas y en ciertas ocasiones fue jardín oscuro, cercano a la BALLOON's, pero ya que lo hi
imposible la filmación: como en el interior de la barca don zo, se aprovechó para dar más dramatismo al episodio. En
de durmieron, o en el vagón acristalado de la noria. cuanto estuvo solo, los responsables del programa lo abor
Y lo que no lograron conseguir fue grabar el sonido daron y engañaron, y se lo llevaron con la promesa de po
completo de sus voces, a pesar de los potentes micrófonos der abrazar a su madre.
que llevaban y de lo mucho que a menudo se aproxima- Pero eso no se proyectó, quedó en secreto ( excepto pa
:1.46 ban. Por ello, en el montaje final, las conversaciones de los ra Vlado y Yubire), convencidos los directores de asegurar 1
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niños quedaron fragmentadas. se con ello una buena escena posterior (acordaos de que el
abrazo de los hermanos al reencontrarse en el plató puso dar la trama, aumentar la intriga y, por lo tanto, la audien
Otras escenas tampoco se programaron, pues hubo que que correría y se precipitaría alocadamente de una puerta
adaptar la filmación de los dos días a tan solo dos horas, la a otra; tal vez riñera con Airon debido al egoísmo frente a
duración del programa. los premios revelando así ante todos su voracidad y su co
Tal fue el caso del traspaso de la llave de los globos de dicia; pero la jugada les salió mal y Un minuto de gloria tu
manos de Natalia a manos de Airon. De ese modo, cuando vo que conformarse con la demostración de templanza y
en el plató se vio que Natalia no la tenía, con total sinceridad buena educación con que le obsequió Natalia.
el auditorio se agitó (Ylado y Yubire incluidos, aquí sí). -¿Y si no llega a abrir la puerta en la que ponía AMIS
Lo que sí se vio en cambio fue a Natalia buscando a su TAD?, -os preguntaréis-. ¿ Qué hubieran hecho con Capi?
hermano desesperada, de noche, en unas calles vacías. Bueno, eso estaba contemplado y estudiado. Capi apa
Fue ahí cuando Vlado quiso romper el pacto y actuar. recería de todos modos, como una sorpresa extraordinaria
A la vista de esas escenas, muchos espectadores llora S i Natalia se hubiera portado de otro modo, o si hubie
Y sí, las calles se acordonaron y despejaron por orden parte a la policía de la desaparición de su madre, pongo
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de la emisión, y el edificio de la BALLOON S apareció como por c a s o ) , esta historia no habría sido la que es, sino otra
un búnker cerrado y oscuro, pero eso Natalia no podía sa parecida, o totalmente diferente, imposible saberlo.
-¡ Pero Vlado al final la rescató! Si pensáis que Yubire no actuó completamente bien,
¡Correcto! ¡ Y Yubire colaboró! Llegó un momento en el he de deciros que Natalia también tuvo ese pensamiento,
que no pudieron soportarlo más. Fue cuando vieron a Na pero la perdonó.
talia rendirse, dejar de luchar. Creyeron, al verla inmóvil Ya de vuelta a casa, Vlado encontró trabajo. Desde en
en el soportal, que la perdían. Por eso la rescataron. Solo tonces forma parte de sus vidas como esposo de Yubire,
que Vlado fue inteligente y no dejó que los premios pro son una familia unida y Natalia y Airon han aprendido
Y en cuanto a los premios, daba igual que se abriera Capi aceptó la oferta de los de la tele y se trasladó a vi
una puerta u otra, todas contenían cosas de parecido va vir en el antiguo centro de acogida de Natalia, al que por
lor. Era otra estratagema del programa pensada para enre- cierto, ella jamás regresó.
Al día de hoy, aún no se han separado. Fin
Y puesto que se aproxima el final del relato, solo que
fantiles.
STARTER - Entrantes
OYSTERS
C H IC KEN BROTH
(sopa de pollo).
*
FISH - Pescados
HADDOCK
*
MEAT-Cames
ROAST BEEF
IRISH STEW
de jengibre acompañado
*
DESSERT - Postres
PUDDING
de whisky y leche).
APPLE P I E
1.53
(pastel de manzana