Nació en Oak Park, un barrio de Chicago, Illinois. Fue el cuarto de seis
hijos. En 1914 marchó al campo para dedicarse a la agricultura y a la crianza de animales. En 1919 se inscribió en la Facultad de Agricultura en la Universidad de Wisconsin-Madison donde estudió ciencias agrarias. Posteriormente cambió su área de estudios a Teología en un seminario. En 1922 se trasladó a China por algunos meses con un grupo de estudiantes americanos para participar en una conferencia internacional organizada por la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos. Esta estancia le permitió confrontar la cultura occidental con la oriental y de este modo replantearse muchas cuestiones en su vida. Nada más vuelto a los Estados Unidos, se graduó de la Universidad de Wisconsin en Historia y se inscribió en el Seminario Teológico en Nueva York. Posteriormente, abandonó los estudios teológicos y emprendió otros de carácter psicopedagógico en la Universidad Columbia donde obtuvo su doctorado en 1931. Después de un año de estudios en el Institute for Child Guidance de New York, pasó al Child Study Department de Rochester a donde llegó "más por razones económicas que por vocación" según comenta en el capítulo dedicado a el mismo de su libro "El proceso de convertirse en persona".2 En 1924 se casa con Helen Elliot con la que, enseguida, tuvo dos hijos: David y Natalie. Fascinado y estimulado por las teorías de Otto Rank y la corriente europea del Existencialismo, Rogers publicó en 1939 su primer libro: The Clinical Treatment of the Problem Child. Gracias a esto obtuvo una cátedra de psicología clínica en la Universidad Estatal de Ohio. De 1942 en su Counseling and Psychotherapy, funda las bases de su client-centered therapy (terapia centrada en el cliente), piedra angular del movimiento de la Psicología Humanista. En 1944 se traslada a Chicago, su ciudad natal, donde funda el primer counseling center, en el que efectúa su terapia y realiza investigaciones. Fruto de ellas es su nuevo libro, Client-centered- Therapy, texto fundamental y manifiesto del pensamiento de Rogers. En este libro aparecen más ampliadas y desarrolladas las cuestiones que trató en Counseling and Psychotherapy. En 1957 obtiene la cátedra de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin. En su departamento de psiquiatría Rogers experimenta su "terapia centrada en el cliente" con pacientes psicóticos obteniendo óptimos resultados que publica en 1967 en su libro The Therapeutic Relationship and its Impact: A Study of Schizophrenia. En 1964 abandonó la enseñanza y se trasladó a California, al Western Behavioural Science Institute de La Jolla. En 1969 funda el Center for the Study of the Person y, sucesivamente, el Institute of Peace para el estudio y la resolución de los conflictos. Desde ese año hasta su muerte en 1987 por un ataque cardiaco, trabajó en La Jolla, California HABILIDADES PARA MEJORAR LAS RELACIONES INTRAPERSONALES
No existe una descripción única y concreta de lo que son las
habilidades sociales, sin embargo este concepto puede ser explicado como el conjunto de comportamientos y actuaciones adquiridas de manera natural, susceptibles de ser aprendidas y ejercitadas, que se dan a cabo en contextos interpersonales; teniendo en consideración las normas sociales de este y con el objetivo de conseguir soporte social o autorrefuerzo.
La importancia de las habilidades sociales viene dada por su
relación con un mejor ajuste psicosocial de la persona, evitando así el aislamiento, la falta de afecto y posibles trastornos afectivos asociados.
La utilidad de las habilidades sociales en la vida diaria de la persona
se refleja en los siguientes aspectos: Reducen los niveles de estrés y ansiedad frente a algunas circunstancias sociales Actúan como refuerzo en contextos de interacción con otras personas Aumentan el reforzamiento por parte de personas valiosas para la persona Protegen y favorecen las relaciones interpersonales Favorece el incremento de la autoestima
Como se señala en el punto anterior, las habilidades sociales son
conductas aprendidas a lo largo de la vida de la persona, por lo que es posible entrenarlas mediante experiencias de aprendizaje apropiadas. La base o rasgo particular de este entrenamiento consiste en la observación de un tercero que realiza la conducta objetivo de forma adecuada, para posteriormente repetir, corregir posibles errores e ir poco a poco perfeccionándose. Para ello, la persona que trata de aprender recibe un refuerzo, tanto positivo como negativo, por parte del profesional. La dinámica consiste en repetir y practicar la conducta o comportamiento ambicionado en el mayor número de situaciones, de la forma más variada y más real posible. Las características principales del entrenamiento en habilidades sociales son:
Incremento y desarrollo del catálogo de conductas que posee la
persona Participación y cooperación activa de las personas implicadas en el entrenamiento Estrategias entendidas como un aprendizaje para la persona, no como una terapia. Son ejercicios susceptibles de realizarse en grupo, lo cual favorece su eficacia.
El listado de ventajas propias y comunes a los diferentes tipos de
entrenamiento, que les han convertido en una intervención de referencia son: Brevedad de la duración de la intervención. La sencillez de las técnicas Plasticidad y flexibilidad para ajustarse a la persona y sus necesidades Efectos positivos inmediatos Organización estructurada, sistematizada y clara Sistema de actuación y aprendizaje semejante al de la obtención de otras habilidades