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TEMA 9: LAS ASPIRACIONES DE UN CANDIDATO A MISIONERO.

Objetivo: que el líder de misiones local concientice acerca de lo que todo


candidato debe aspirar para su crecimiento como obrero antes y durante el
campo misionero.
Que el futuro obrero busque alcanzar lograr esas metas desde el momento
en que decide salir al campo misionero.

Antes de profundizar en este tema, es necesario tener en claro lo que es una


aspiración.

Aspiración: Deseo intenso de conseguir una cosa que se considera muy


importante.

Muchas pueden ser las aspiraciones de una persona, según su área en que
se desenvuelve o la etapa de vida en la que se encuentra. Por ejemplo, para
todo artista es ser único; la aspiración barroca a las grandes construcciones,
la plenitud y la opulencia. Para un arquitecto puede ser llegar a trabajar en
los mejores bufetes de arquitectos y ser reconocido por la belleza y estilismo
de sus obras arquitectónicas.

Para un futuro misionero en su mente pueden existir muchos anhelos,


muchas aspiraciones; algunas pueden ser: obtener muchos logros en el
campo, aprender varios idiomas, alcanzar a mucha gente, ir a algún país
“cerrado” al Evangelio, plantar iglesias, etc. Ninguno de estos son
incorrectos; pero cabe resaltar que para ser un misionero integral, el futuro
obrero debe trabajar en si mismo para lograr ser, antes que se enfoque en el
hacer. Es que el misionero no solamente es alguien que hace, sino
principalmente alguien que es. Así, el ser y el hacer deben estar juntos.

Para identificar a los nuevos misioneros es imprescindible que el liderazgo de


la congregación tome una participación activa. En otras palabras, se requiere
una decisión intencional. En cada iglesia hay personas listas para avanzar
hacia el servicio misionero. La pregunta obligada es: “¿Hay líderes
igualmente listos para identificar a esas personas, acompañarlos y enviarlas?

Cuando una persona decide emprender la Senda de Entrenamiento del


misionero es importante tener en mente que él o ella está en un proceso de
maduración. Es una etapa de exploración y de aprendizaje. El líder de
misiones, aún cuando ya haya empezado a trabajar en la Senda de
Entrenamiento, debe ser cuidadoso de no ejercer ningún tipo de presión
sobre la persona que orienta. En el apuro (movido por una urgencia basada
en las Escrituras pero – a veces despojada – de la sabiduría y discernimiento
de la misma) se cometen equivocaciones que pueden traer mucho dolor. Es
por eso que durante todo su proceso antes de salir al campo misionero se
deben aclarar muchas ideas en el obrero.

La junta local de misiones debe motivar al obrero a que busque tener ciertas
aspiraciones para su crecimiento integral. Aspirar a ser:

a) Ser una persona con madurez de carácter.

Carácter: es aquello que somos y lo que determina nuestra conducta.

El futuro misionero debe estar consciente de que tan maduro, fuerte, malo o
débil es su carácter en la etapa actual de su vida y bajo qué circunstancias
puede mejorarlo.
La obra misionera no es para las personas perfectas pero sí para personas
maduras y comprometidas. Se espera que el futuro misionero tenga “los
grandes temas resueltos”, o por lo menos que haya mostrado dedicación
para enfrentarlos. Por ejemplo: Si es soltero ¿cómo se siente acerca de su
soledad? ¿Cómo está ese matrimonio ante el hecho de no haber tenido hijos
aunque lo esperan y los han buscado? ¿Hay temas del pasado que no fueron
tratados adecuadamente? ¿Necesita restauración, reconciliación? ¿Qué pasa
con su relación con sus padres y con otras figuras de autoridad?, y así se
pueden sumar otras consideraciones fundamentales. Una de las principales
características de la madurez es la capacidad de mantener los compromisos
asumidos.

Es por esto que, buscar la madurez del carácter debe ser una aspiración de
cualquier misionero; entendiendo que Dios usará a personas y circunstancias
para crecer primero como discípulo y después como obrero.

Actividad 1: Algunas cualidades de carácter según Mateo 5.

Actividad 2: Ocho Cualidades

CUALIDADES DEFECTOS

FAMILIAR

AMIGO

PASTOR

LIDER DE MISIONES
Nuestra vida en Cristo está en constante avance; y como misioneros se debe
estar más susceptible y dispuesto a buscar la madurez y el crecimiento en
todas las áreas de la vida. Esto debe ser una aspiración para todo aquel
discípulo que decide encarnarse en otra cultura para proclamar el Evangelio.

b) Ser una persona convencida de su llamado.

¿Cuál cree usted que sea una de las razones por las que personas desertan
en el campo misionero?

Se puede mencionar un sinnúmero de factores que provocan que el


misionero abandone el campo; pero entre ellas cabe resaltar la falta de
convicción del llamado.

Convicción es seguridad.

Jesús llamó a sus discípulos para que estuviesen con él y para mandarlos a
predicar. Juntamente con la conversión viene el llamado de Dios para que le
conozcamos, tengamos comunión con él, seamos parte de su cuerpo y
partícipes en la extensión de su reino (Marcos 3:14). Los apóstoles
continuaron con la misión en medio de muchas dificultades porque estaban
convencidos de su llamado.

Ahora bien, además de este llamado general, Dios pide que algunas
personas vayan a encarnarse y proclamarlo en otros contextos culturales. El
misionero necesita tener seguridad de haber sido apartado para este
servicio. Esa seguridad de llamamiento o convicción proviene del Espíritu
Santo. ¡El apóstol Pablo la tenía y después con él millares y millares a través
de los tiempos!

Hechos 9:19-31 ¿Qué dificultades enfrento Pablo?

Gálatas 1:15-16; 1 Tim.1:11-12; 1Cor.9:16 ¿Porque continuó haciendo la


voluntad de Dios? ¿Qué actitud resalta en estos versículos?

Lastimosamente, después de un viaje corto de misiones, muchas veces se


dice que están seguros de su llamado porque tienen ciertos conceptos
equivocados; entre estos mencionamos los siguientes:

1. Confundir carga y llamado.


2. Equivocarse en cuanto al tiempo y forma.
3. Tener expectativas no realistas.
4. Confiarse en el solo hecho de tener el llamado, sin preocuparse
por una correcta preparación.
5. Inferir que nuestro llamado garantiza la provisión divina.
Es por lo anterior que es necesario llevar un proceso de formación; durante
los entrenamientos y capacitaciones El Señor de la mies guiara y convencerá
al futuro misionero de su rol en el cumplimiento de la misión.

c) Ser una persona con vínculos sanos.

La vida misionera es una vida de relación. El misionero vinculará otros


colegas (generalmente de varias nacionalidades y trasfondos,
denominaciones e historias), cristianos nacionales, y la lista sigue. Nadie
nació sabiendo cómo tener buenas relaciones. Hay que aprender y aprender
bien. La dificultad para tener vínculos sanos hará que la persona presente
luego – cuando esté lejos o cerca dependiendo del lugar de servicio -
discapacidades para el servicio. Esto podrá llevarlo en algunos casos a serios
quebrantos emocionales, espirituales, aún éticos. No es de admirarse que los
conflictos interpersonales ocuparon el cuarto lugar como causal de deserción
misionera tanto en los países misioneros tradicionales como en las nuevas
naciones de envío. (Ver “Demasiado valioso para que se
pierda”)----------------------------

d) Ser una persona comprometida con la capacitación.

Dios usa todo tipo de instrumentos pero ¡cuánto mejor los emplea si están
limpios, afilados y cuidados! Debemos buscar personas comprometidas para
crecer y desarrollarse en todas las áreas de su vida. Esto incluye la
formación bíblico-teológica y misionológica, pero no se agota en esos temas.
David Harley dice que esas personas: “Deben mostrar la evidencia de la obra
de Dios en sus vidas. Deben ser confiables y disciplinados para trabajar,
aunque a la vez se les debe aconsejar que no sean perfeccionistas ni adictos
al trabajo...”

Una ventaja adicional es que la persona tenga sentido del humor y


especialmente la capacidad de reírse de sí mismo”. Es sumamente
recomendable que la iglesia tenga un programa de preparación misionera
bien desarrollado para encausar a las personas con inquietudes.

En un paso siguiente la capacitación requerirá la participación de


instituciones formales como entidades teológicas y centros de capacitación
misionera (IBIDES, senda de entreamiento del líder, y PESCADORES). Más
allá de la formación cristiana se ha de tener en cuenta el tema de los
estudios formales. Cada vez resulta más necesario que la persona cuente
con formación académica (terciario, universidad, estudios técnicos, oficios).
El mundo al que se envían los misioneros requiere cada vez más, gente
capacitada.
e) Ser una persona con sensibilidad cultural. (REFUERZO CON
PESCADORES)

Etnocentrismo:

Egocentrismo:

Servir en misiones es estar en un contexto cultural diferente (ya sea dentro


del país como – aún más – en el exterior) y generalmente ese contexto es
totalmente opuesto al propio. La persona que considera ser misionero debe
tener un sentido crítico de su propia cultura y a la vez de contar con
herramientas para conocer la cultura anfitriona. Algunos pequeños indicios
son: Capacidad para escuchar con atención y mirar las cosas desde el punto
de vista del otro, disposición al estudio de otros idiomas, interés por otras
culturas, deseo de ayudar a personas extranjeras, gusto por las expresiones
artísticas étnicas, placer por comidas exóticas, conocimiento actualizado de
la situación mundial, etc.
Las preguntas anteriores ofrecen un marco general para la orientación de los
candidatos y las mismas no se agotan allí. Pero por cuestiones de espacio
hubo que limitarlas.

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