Ahora bien, dentro de los factores encontramos los aspectos genéticos que
heredamos de nuestros progenitores ansiosos, o con problemas de
depresión o alcoholismo, esto sería el principio de un terreno fértil pero no
único para su desarrollo, se le suma los factores en cómo se ha
desarrollado esta personalidad, las conductas exploratorias que ha tenido
el niño en sus primeros estadios y el comportamiento de sus tutores si le
han posibilitado una exploración cuidada o estuvieron condicionadas por
el miedo de un mayor a cargo del niño (no olvidemos que las fobias se
producen por factores vicariantes, es decir el niño absorbe
comportamientos de sus mayores, no nace con miedo, sino que se
condiciona a este). El vínculo con las figuras de protección depende mucho
de la disponibilidad de quien esta con el niño, las figuras de apego son
modelos potenciales para el desarrollo normal. Denominamos Apego
positivo, cuando la madre permite una exploración adecuada vigilada
tranquilamente por ella que favorece el reconocimiento progresivo del
medio circundante y la capacidad del niño de autovalidación, pero tambien
puede existir lo que se denomina apego ansioso, que son perturbaciones
en la exploración que realiza el niño ya que la madre no ejerce un control
adecuado en el mismo no permitiendo una exploración autónoma ya que el
niño está en presencia de una madre que no todo el tiempo está en esa
contención y que a su vez transmite sus propios miedos, cuando hay apego
de tipo ansioso aparece el temor de perder la figura de apego, son niños
controladores de sus padres, y suelen presentar ansiedad de separación y
si no son tratados adecuadamente aumentando su autoestima y confianza
en el mundo externo suelen tener problemas de vinculación pudiendo
sufrir en la adolescencia trastornos de ansiedad social. Un extremo seria la
deprivación afectiva es decir la carencia de figuras de apego, estos niños
por lo general enfrentan el mundo externo con mucho miedo y van
formándose corazas para ello, lo cual no significa que internamente haya
una gran inseguridad y sentimiento de poca confianza en el mundo externo
ya que careció de una protección inicial. Otro tipo patológico de apego es el
punitivo, es cuando la madre y/o tutor restringe la exploración bajo
amenaza o castigo o mantienen una posición ambigua que no posibilita en
el niño generar expectativas coherentes y precisas, todo esto genera en el
psiquismo esquemas disfuncionales, que es la autopercepción del niño de
no ser eficaz, y de ser frágil e inseguro, muchas veces los padres se
adelantan a las necesidades del niño, esto se ve mucho en padres fóbicos y
ansiosos que se adelantan y realizan acciones que en realidad lo tienen que
hacer sus hijos, muy frecuente en los trabajos escolares, los padres no
acompañan lo hacen por él, y esto genera dos sentimientos en el interior
del niño, uno de ser muy querido, pero el que más perjudica es sentirse
ineficaz, esto es silenciado, pero ejerce un poder importante en el
desarrollo del self.