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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente

Repositorio Institucional del ITESO rei.iteso.mx

Oficina de Publicaciones ODP - Revista Renglones

2001-12

La utopía quijotesca

Mora-Lomelí, Raúl H.

Mora-Lomelí, R.H. (2001) "La utopía quijotesca". En Renglones, revista del ITESO, núm.50.
Tlaquepaque, Jalisco: ITESO.

Enlace directo al documento: http://hdl.handle.net/11117/476

Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente se pone a disposición general bajo los términos y condiciones de la siguiente licencia:
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(El documento empieza en la siguiente página)


La utopía quijotesca*

Raúl H. Mora Lomelí, S.J.* *

Las utopías parecen mucho más realizables miento se heredan el poder. Para Platón la aristo/
de lo que se creía antes. cracía denotaba el poder de los mejores, en cuan-
Y nos encontramos actualmente ante to se presupone que son los más virtuosos.
una pregunta mucho más angustiante:
Francois Fénelon, prelado y escritor francés
¿Cómo evitar su realización definitiva..?
Las utopías son realizables. (1651-1715), casi un siglo después de Tomás Moro,
La vida marcha hacia las utopías. con sus Aventuras de Telémaco, como preceptor
Y tal vez comienza un nuevo siglo, del duque de Bourgogne, propone el papel y las
en el que los intelectuales funciones que debe desempeñar cada clase social
y la clase cultivada mirarán de nuevo para una convivencia gozosa y pacífica. Sin cues-
los medios para evitar las utopías tionar a la monarquía hereditaria, se esfuerza sin
y volver a una sociedad no utópica,
embargo por todos los medios en moderar su po-
menos “perfecta” y más libre.
der al imaginar a un rey movido siempre por la
Nicolas Berdiaeff (1874-1948) justicia y lleno de amor a su pueblo. Sugiere ya,
en el campo económico, restringir las industrias
Utopía es una palabra griega —ou/topia— que li- de lujo y desarrollar la agricultura y el comercio
teralmente significa “lo que no tiene lugar”. No exterior. Opuesto a toda guerra para ganar presti-
existe como tal. Pero sí tiene un triple dinamismo gio y dominio sobre otros pueblos, mira en las
que nos aguijonea y empuja para que este nuestro relaciones diplomáticas el camino para asegurar la
lugar, nuestra tierra, nuestra sociedad y nuestra paz de la propia tierra. Telémaco se convirtió por
vida sean, si no perfectas, sí mejores y más libres. más de un siglo en el manual de educación juvenil
La formulación de esta palabra se atribuye a e influyó mucho en la promoción de las llamadas
Tomás Moro (1478-1535), quien en 1516 con su “virtudes francesas”: progreso pacífico, derechos
libro titulado Utopia, y escrito en latín, describe un humanos, paz universal, igualdad natural, fraterni-
país imaginario en el que un gobierno ideal reina y dad.
sirve a un pueblo feliz. En él pinta con seriedad Nunca se ha realizado en la historia tal proyec-
y humorismo los vicios de la sociedad que le rodea to, al menos no de una manera permanente y de-
—bajo el gobierno de Enrique VIII de Inglaterra— y finitiva. El proyecto apostólico con que los jesuitas
propone las virtudes de una república ideal y de un crearon las Reducciones del Paraguay, revividas
comunismo pacífico, tolerante. por la película La misión, fueron, dicen no pocos,
Platón, fecundo heredero del gran maestro de
la juventud que fue Sócrates, había propuesto ya
con su República el proyecto y programa para * Conferencia dictada en la Semana de Comunicación, organiza-
que su mundo griego gozara del bienestar funda- da por el Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO,
con el título original de “Utopía y comunicación social”, en
do en la justicia. La clave, para él, era la aristocra- febrero de 2001.
cia, con la que no aludía, como se hizo siglos más ** Doctor en letras, profesor en la Maestría y Licenciatura en
tarde, a los nobles, los privilegiados que por naci- Comunicación del ITESO.

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◆LA CULTURA EN RENGLONES
el mejor intento de dar forma histórica al ideal de encuentro, y tercero, un dinamismo orientador. En
la utopía. Sin embargo, todo quedó destruido cuando cada uno de ellos la referencia es siempre la rea-
Carlos III expulsó del Nuevo Mundo a los miem- lidad que somos y vivimos personal y colectiva-
bros de la Compañía de Jesús. Jean Paul Sartre, en mente, no la irrealidad o la quimera.
su obra teatral El diablo y el buen dios, nos hace Tener la osadía de imaginar un mundo feliz
vivir por un tiempo en una aldea donde todos se lleva, ante todo, a mirar de frente la situación vi-
miran como hermanos. Pero con el personaje cen- gente y señalar las relaciones, leyes, y expresio-
tral, Goets, descubre que ser feliz en un reducto nes que niegan tal ideal e impiden o pueden en-
de pocos frente a la miseria y la guerra que des- caminarnos hacia su realización. Dinamismo crítico
truyen la vida más allá de las murallas artificiales éste que no es simplemente de condena sino de
egoístamente construidas, anula toda utopía y se valoración, de examen, de discernimiento, dirían
convierte en refugio cobarde. Víctor Hugo va más poco tiempo después los discípulos de Ignacio de
allá: las “virtudes francesas” son, piensa él, ilusio- Loyola, fundador de la Compañía de Jesús en 1539.
nes, quimeras, locuras. De ahí que a los utópicos Con tal dinamismo se mira de frente lo que somos
se le haya tenido como soñadores que viven fuera y lo que sufrimos, y todo aquello que impide o
de la realidad. posibilita la plena realización humana, personal y
No se ha realizado la utopía. Pero sí han influi- comunitaria.
do aun en nuestros tiempos tres dinamismos que El dinamismo heurístico aguijonea para buscar
la obra renacentista de Tomás Moro mantiene vi- y encontrar cómo superar lo que nos impide vivir
vos: primero, un dinamismo crítico; segundo, un en una sociedad como la deseada y cuáles pue-
dinamismo heurístico, que significa de búsqueda y den ser los medios para encaminarnos hacia ella.

Sin título, óleo sobre madera, 12 x 17 cm, 1998.

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El dinamismo orientador nos mantiene en per- “Comunica, Señor, al rey tu justicia”, suplicó
manente alerta para guiar nuestras relaciones perso- el salmista. No sólo al heredero de David. Sí a
nales e institucionales para diseñar, proponer y todo gobernante, repetimos hoy todavía con nues-
trabajar a fin de que, en la medida de lo que los tra plegaria. Porque con esa justicia nos ponemos
humanos podemos, vayamos superando los meca- en camino de que el opresor deje de serlo y el
nismos de muerte y afirmando la vida en libertad pobre goce de la libertad. Cuando la justicia orien-
amorosa. ta la ley y se convierte en el criterio fecundo de
Esto se anhela porque el origen y el funda- discernimiento en el ejecutivo.
mento de lo que todavía no tiene lugar es la espe- “Abundancia de trigo habrá en la tierra, que
ranza, nacida del amor. cubrirá la cima de los cerros”. Sin acaparadores ni
“ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada
Origen y fundamento de la utopía: vez más pobres”, como nos enseñó la expresión
rehacer cada día la esperanza tras más fuerte de toda la doctrina social de la iglesia.
la locura quijotesca Diseño éste de un proyecto de vida que hace eco
a lo que Isaías proclamó:
Esperar contra toda desesperanza no sólo es el
dinamismo que el Señor restableció en el corazón Ya no se oirán, en adelante, sollozos de tristeza ni gri-
desilusionado de aquel par de amigos que, tras la tos de angustia, ni habrá más, allí, recién nacidos que
crucifixión, dejaron Jerusalén y buscaron refugio apenas vivan algunos días, o viejos que no vivan largos
en Emaús. Es la actitud que todo ser humano re- años, pues morir a los cien años será morir joven y no
nueva, a pesar de todo, por el hecho mismo de llegar a los cien será tenido como una maldición.
dejar su sueño —tantas veces comparado con la Harán sus casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y
muerte— y despertarse a una mañana nueva. comerán sus frutos. Ya no edificarán para que otro ven-
Tal esperanza se traduce en el trabajo por el ga a vivir, ni plantarán para alimentar a otros [...] No
pan de cada día, la lucha contra la enfermedad trabajarán inútilmente ni tendrán hijos destinados a la
que nos aqueja, el estudio para desarrollar los pro- matanza.
pios talentos y superar las ignorancias, en el grito
y la batalla contra la opresión, la miseria y la injus- Porque en aquella cultura pastoril, “el lobo pastará
ticia. Tal esperanza nos lleva a dar y recibir la junto con el cordero”. Pura poesía todo eso, gritan
mano amiga que necesitamos para salir del hoyo y hoy todavía no pocos de los que han apostado a la
continuar en lo comenzado. productividad a toda costa. Por supuesto, a costa
Con tal esperanza se hermanan los miembros de las mayorías empobrecidas y despojadas de su
de toda comunidad familiar y étnica en la afirma- tierra, de su cultura y de su vida.
ción de la propia manera de sentir, imaginar, pen- Para renovarnos en la esperanza que mira más
sar, simbolizar, compartir y celebrar la vida: ella es allá de la realidad presente y prepara operati-
la que defiende y actualiza la cultura que nos da vamente el futuro deseado, compartimos algo de
identidad y nos pone en capacidad de dialogar la experiencia que, desde la literatura, nos ha pro-
con los que son diferentes. vocado Miguel de Cervantes. Humorista creyente
Espera el pobre, el banquero, lo mismo que de la utopía, porque en su búsqueda apostó por-
el sano y el enfermo, el encarcelado y el libre, el que tenga lugar en la tierra y en nuestros tiempos
hombre y la mujer, el adolescente y el anciano, lo que parece imposible.
el creyente y el agnóstico. En la paz y en la gue- ¿Por qué acudir a la literatura si es “pura
rra está presente la esperanza. Todo con un mis- mariconería”, como repite alguien en su resisten-
mo anhelo: vencer la muerte misma. Non omnis cia a sentir y gustar internamente la palabra huma-
moriar: No moriré del todo, cantó Horacio hace na? ¿Para qué si, con más sentido del humor, un
siglos a nombre de todos, poco antes de que la sabio médico oaxaqueño afirmaba en su juventud
resurrección fuera, con los cristianos, la certeza de que “lo que lleva al éxito es ciencia; lo demás es
alcanzar lo inalcanzable. literatura”? “La literatura no sirve para nada”, pre-
Por eso se busca que tenga lugar en la tierra y vengo a mis alumnos año tras año.
en la sociedad lo que todavía no lo tiene. Por la Precisamente por eso nos invitamos a rehacer
esperanza nació la Utopía: país y sociedad donde cada día la esperanza por medio de la palabra
un gobierno ideal sirve a un pueblo feliz. humana con que nos decimos lo que amamos: por-

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◆LA CULTURA EN RENGLONES
que frente a la eficacia y la eficiencia postuladas Por eso mismo quien asume tal proyecto, si-
como la clave única del progreso humano y so- gue planteando el soñador caballero, no debe mi-
cial, la gratuidad nos abre otros caminos para la rar a los menesterosos sino como menesterosos, lo
reconstrucción como tarea de todos. Y gratuito es sean por culpa propia o ajena: “Ni atañe averiguar
el símbolo verbal con que los escritores nos dicen si los afligidos, encadenados y opresos que en-
su experiencia más íntima. cuentra por los caminos van de aquella manera, o
Bien lo entendió el Patriarca en su otoño están en aquella angustia, por sus culpas, o por
—testigo, Gabriel García Márquez—, cuando con- sus gracias; sólo le toca ayudarles como a menes-
cedió amnistía a todos los presos políticos y auto- terosos, poniendo los ojos en sus penas, y no en
rizó el regreso de los desterrados, “salvo los hom- sus bellaquerías”.
bres de letras [...], ésos tienen fiebre en los cañones Con toda razón se ve que aquel tranquilo hi-
cuando como los gallos están empujando, de modo dalgo, don Alonso Quijada, Quesada o Quejana, a
que no sirven para nada sino cuando sirven para sus cincuenta años, se volvió loco. Ese es su “hu-
algo: son peores que los políticos, peores que los mor”, dice el texto mismo, en el sentido de índole
curas, imagínese”. y talante demostrados externamente. Dolorosa y
“Desfacer entuertos” es la consigna del “caba- caricaturescamente, a lo largo de los primeros
llero de la triste figura”. Y a lo largo de las locas y cincuenta y dos capítulos de la famosa novela nin-
absurdas aventuras en que por ello se mete, tal guna de las aventuras vividas por el “caballero de
tarea se va convirtiendo en “ayudar a los meneste- la triste figura” termina con la libertad, la justicia,
rosos”, dar libertad a los cautivos, rescatar a la el honor que busca restablecer. En su lugar abun-
doncella robada, volver por la honra de las muje- dan los golpes, los destrozos, las persecuciones,
res injuriadas, favorecer a los huérfanos, restable- las heridas y el volver enjaulado él mismo a su
cer la justicia. tierra natal. Más de una vez el resultado de la
Para lograrlo, propone don Quijote, hay que ayuda pretendida fue empeorar la situación. Así,
quitar de la tierra la mala simiente, despojar las el muchacho Andrés, a quien don Quijote vio ata-
sierras de ladrones, evitar que los hombres honra- do a un árbol y a quien defendió de los azotes de
dos sean verdugos de otros hombres. Sólo así será su amo, a la postre fue más vapuleado, por eso,
posible establecer o restablecer, en los tiempos no sin razón, suplica enojado:
del hierro y de la decadencia, la “edad dorada”,
llamada así, comenta, “no porque el oro, tan codi- Por amor a Dios, señor caballero andante, que si otra
ciado en esta nuestra edad, se alcanzara sin fatiga, vez me encontrare, aunque vea que me hacen peda-
sino porque entonces no había —ni habrá más— zos, no me socorra ni ayude, sino déjeme con mi des-
tuyo y mío”. “Eran en aquella santa edad todas las gracia, que no será tanta, que no sea mayor que la que
cosas comunes”. me vendrá con su ayuda de su merced, a quien Dios
Muy lejos estaba Miguel de Cervantes Saavedra maldiga, y a tantos cuantos caballeros andantes han
(1547-1616) al escribir en 1605 la primera parte nacido en el mundo.
de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha,
y al publicar diez años después la segunda, de Por loco lo tienen los personajes todos que lo en-
imaginar el comunismo de nuestro pasado siglo cuentran en la venta, en los caminos o en el ayu-
XX. Su contexto era el de la defensa contra los no de la Sierra Morena. Por loco lo tiene el imagi-
turcos y la batalla de Lepanto, su contexto era el nado autor que inspira la obra, Cide Hamete
del despojo —“conquista”— de las tierras de Amé- Benengeli, historiador “arábigo” que, según la épo-
rica y de la Santa Hermandad. Época en que la ca, es sinónimo de “mentiroso”. Por loco lo tene-
hermandad, en estas tierras nuestras, con los ver- mos, por supuesto, los lectores.
daderos evangelizadores, recobraba su sentido ori- Pero todos reímos. Algunos, por burla y con
ginal, porque Dios es Padre. “Así, que somos mi- desprecio. Otros, por la capacidad de reírse de lo
nistros de Dios en la tierra, y brazos por quien se que aman sin dejar de amarlo: sentido el más ple-
ejecuta su justicia”, proclama el de la “triste figu- no del “humor”. Como logra hacerlo Sancho Pan-
ra”, agradecido por tal misión. Los caballeros po- za. Como lo hace Miguel de Cervantes mismo, al
nen en ejecución lo que los religiosos, “con toda subrayar como narrador lo ridículo —palabra cuya
paz y sosiego” piden al cielo: “el bien de la tie- raíz es reír— en cada encuentro de la lucha
rra”. quijotesca por un mundo nuevo. Reír con amor

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porque a la larga don Quijote enamora y, al final, y desviado es —y podrá seguir siéndolo— mien-
¿quién no llora su muerte? tras su anhelo sea emular la fama para enaltecer
Este sentido del humor es explícito en la obra con ella a su dama, ganarse así sus favores y pasar
con cada refrán de Sancho y su sabia mirada de a la inmortalidad. A pesar de ello, nunca es ni
la realidad. El humor se acrecienta cada vez que podrá ser un desquiciado porque sea locura su
el cura y el barbero se meten a quemar y conde- decisión de hacer justicia al pobre, ni por la espe-
nar los libros de caballería que, lejos de imitar a ranza que renueva en cada aventura y en cada
la fábula que divierte e instruye, sólo divierten y nuevo aprendizaje.
encaminan a locuras, a juicio de los incendiarios ¿Logra siquiera alguna vez que su propósito
censores. Aunque ambos se muestran instruidos sea realidad transformada? La vigorosa obra de tea-
al revelar que lo han leído todo. La misma amo- tro, más que la difundida película, El hombre de La
rosa sonrisa deja traducir Miguel de Cervantes en Mancha, nos dijo que sí lo logró, por haber hecho
los sonetos y demás poemas que, como prólogo, de la Aldonza ultrajada una Dulcinea amorosa y
antepone al primer capítulo de la obra y con los respetada.
que llora ante la tumba de don Quijote, de San- En la novela, fuera de las ilusiones con que
cho Panza y de Rocinante al final de la primera don Quijote la hizo sin igual princesa y fuente de
parte. su ánimo y de su valía y valentía, sólo una vez
Por si la figura misma del “caballero de la triste aparece la moza aldeana: “y no de muy buen ros-
figura” no bastara para suscitar la simpatía y el tro, porque era carirredonda y chata”. Por “encan-
cariño, con qué tino van intercaladas las peque- tamiento”, le explicará Sancho. Pero aun así, en su
ñas joyas literarias de los enamorados que, con realidad de aldeana, asumida como tal por don
ocasión o sin ella, llenan la novela entera: Quijote cuando parece que va recobrando la cor-
Grisóstomo, Marcela, Luscinda, Cardenio, Dorotea, dura, la tiene siempre como digna de su amor e
Fernando, Anselmo, Lotario, Camila, Zoraida, El inspiradora en la batalla por “dar de comer al ham-
Cautivo, Clara, Luis el mozo de mulas... han pa- briento y de beber al sediento”.
sado ya a la historia de los enamorados, en “las Porque en esto se va convirtiendo, a lo largo
consejas aquellas que las viejas cuentan el in- de la segunda parte, la esperanza del caballero
vierno al fuego”. por un mundo justo y sin verdugos, cada vez más
Con gran pertinencia, Américo Castro, en su capaz de ver la realidad como es y como ahora se
prólogo a esta obra de Cervantes, en 1960, invita la presentan otros locos amantes de la burla.
a leer la novela desde la perspectiva que la obra Tras la imaginación con que el caballero va
plantea: “El ser como un hacerse y como valía”. sublimando a su dama opera, sin duda, la locura
Don Quijote confiesa, de entrada: “Yo sé quién con que Cervantes nos lo hace mirar. Pero en esa
soy y sé qué puedo ser”. Reconoce ser simple- misma creación ilusionada nos descubre un inne-
mente el honrado hidalgo del señor Quijana. Pero gable dinamismo humano de todo aquel que in-
puede ser más que los Doce Pares de Francia y tenta deshacer el mal e impulsar el bien: sólo un
los Nueve de la Fama. Para lograrlo y descubrir así gran amor, por el que se apuesta todo, es capaz
lo que puede hacer jugará la aventura de conver- de sostenernos en la lucha diaria y en la certeza
tirse sucesivamente en caballero andante, en ca- de que no todo está perdido. Por el amor —en
ballero aventurero hasta ser lo que Sancho le da medio de la triste y limitada condición humana—
como bautizo definitivo: el “caballero de la triste podemos resistir las tentaciones, como las que su-
figura”. Por su atuendo y su flacura y, más todavía, fre don Quijote en sus caminatas por los pueblos
porque nadie le cree ni puede creerle que pueda y en los supuestos castillos. Esta realidad es la que
deshacer entuerto alguno. enfrentamos todos. Sin amor no hay esperanza.
Loco es —y puede seguir siéndolo— mientras Con el amor todo se puede esperar.
confunda el rebaño con un ejército y los molinos Más que el cambio ficticio de Aldonza —aun-
de viento con unos gigantes enemigos de la paz. que nada tiene de ficticio el amor a la persona que
Largo será su camino y todo saldrá mal mientras nos inspira—, hay en esta novela sobre el hidalgo
sus luchas sean contra lo que imagina en su qui- de La Mancha un menesteroso que sí encuentra la
mera y no contra la realidad como es. Porque ésta, verdadera riqueza, un despreciado que sí alcanza la
en tal situación, quedará no sólo idéntica en su libertad y proclama su dignidad, un empobrecido
necedad sino más empobrecida y maltrecha. Loco que descubre la perla por la que se vende todo.

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◆LA CULTURA EN RENGLONES
Ése es precisamente Sancho Panza, el escudero, buen gobierno, con el que los ricos ya no se enri-
enamorado también y aventurero. quecen a costa de los pobres porque todos ayu-
“Bellaco”, “mentecato”, “necio”, le grita más dan al menesteroso.
de una vez don Quijote a Sancho. Con la misma Efímero gobierno y pura novela. Sí, pero dura-
prisa con que el caballero demente grita “ladrón, dero y cabal ejemplo de lo que sí es posible: es-
malandrín, follón” a su imaginado enemigo, el perar que un hombre del pueblo, otro Sancho ami-
gigante de los cueros de vino. Los insultos le go, sea el gobernante ideal que sirve a un pueblo
salen tan espontáneos como brota en nuestra cul- feliz. Porque la justicia y la libertad orientan su
tura clasista el “indio patarrajada”. Pero tras cada servicio y le dan el criterio para discernir lo que
uno de sus arranques de enojo viene la reconci- conviene en cada situación, sin ambición personal
liación y aun la ternura con que el valeroso caba- o partidista alguna. Sin dictadura siquiera “del pro-
llero, lo llama “Sancho amigo” y lo tiene por “her- letariado”, porque no cabe dictadura de ninguna
mano”. especie.
Éste se contagia, con el amo, de sus ambicio- Utopía, la del “caballero de la triste figura” y
nes: no por la fama, sí por la promesa de un con- su escudero Sancho Panza, que impulsa a renovar
dado con el que podrá salir de la pobreza. Loco la esperanza de que llegue esto a ser verdad tam-
parece él también al pedir ayuda contra el gigante bién en nuestros días y no sólo en la literatura.
enemigo de la señora princesa Micomicona. Más “Yo sé quién soy y sé qué puedo ser” nos grita
mal parado que el muchacho Andrés quedó en la hoy con vigorosa razón y apasionado amor el indí-
venta y en las aventuras por liberar a los galeotes. gena humillado por siglos. Por su causa nos con-
Más empobrecido se llora al perder hasta su asno. voca a todos, en la defensa de la vida y de su
Pero también ama, a Teresa Panza, su mujer, y cultura: “porque la sencillez de su condición y
a Sanchica, su hija, y a su perdido y rencontrado fidelidad de su trato lo merece”, afirma Alonso
rucio. Pero cada vez más a su señor, el de la “triste Quijano el Bueno.
figura”. Espontáneo en el hablar, más espontáneo
es al llorar. Llanto, el más tierno, por el caballero Perdóname, Sancho amigo, de la ocasión que te he
cuando lo ve herido o lo supone muerto. dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el
Con hondo sentido de la realidad, hasta sabe error en que yo he caído de que hubo y hay caballeros
darle a don Quijote por donde sabe que él quie- andantes en el mundo.
re ir, inventando situaciones que lo saquen del —¡Ay!— respondió Sancho llorando— No se muera
apuro. Gracias a eso se alivia de su ambición y vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva
se acepta en su ignorancia, su penuria y su sen- muchos años; porque la mayor locura que puede ha-
cillez. cer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni
De este hombre del pueblo, verdadero pue- más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben
blo, el “caballero de la triste figura” logró hacer el que las de la melancolía.
más sabio gobernador. Esta nueva locura, inventa-
da no por don Quijote, sino por los que de él y Murió don Quijote y quemaron todos los libros de
del labriego escudero se ríen, da pie a los más caballería. Pero ¿murió de verdad y se quemó su
profundos capítulos de la novela: los consejos del anhelo de “desfacer entuertos”? La pintura, el ba-
caballero a su escudero, la sabia justicia con que llet, la escultura, la música, el trabajo artesanal,
Sancho dirime pendencias, ordena impuestos, di- innumerables proyectos de sociedad quijotescos
rige la isla, defiende a los injuriados, perdona al lo mantienen vivo en el mundo entero. Porque la
culpable corregido, admira a sus mismos burlado- posibilidad de que la justicia y la paz se fundan en
res. un solo abrazo no puede morir.
La plegaria “Señor, da tu justicia a Sancho” fue Por eso renovamos cada día la esperanza. No
cabalmente cumplida: “Flor y espejo de todos los de que todos releamos diario este libro sin fronte-
insulanos gobernadores”. Con qué orgullo puede ras. Sí la esperanza de que, venciendo el pudor,
proclamar a la postre: “sin blanca entré en este sepamos recoger amorosamente en la palabra y el
gobierno, y sin ella salgo, bien al revés de como trabajo humano, la sabiduría de los más
suelen salir los gobernadores”. Sus “Constitucio- menesterosos y su sed de justicia: anhelo del Rei-
nes” fueron en la aventura narrada y son todavía no que fundamenta y orienta nuestra esperanza
en nuestros días un sabio y aquilatado manual de cada día. ◆

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