¿Puede ver cuánto Dios le ama y el precio que pagó para que
usted tuviera acceso a una vida en salud?
¿Se da cuenta del poder tan impresionante que está contenido
en esas llagas?
El poder de la enfermedad y los espíritus que la sustentan
estallaban a pedazos en cada herida que se hacía en el Cuerpo
del Señor, mientras el infierno gritaba y gemía su implacable
derrota.
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y
habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19: 30
¡HECHO ESTÁ!
Abra su espíritu y reciba estas palabras en su corazón.
Ahora quiero que imagine una escena absurda: El Padre desde
el cielo está mirando a uno de sus hijos tendido en la cama y
enfermo. Entonces le dice al Hijo: "no importa todo lo que
padeciste en la cruz, ya la ciencia tiene medicamentos y
médicos muy poderosos, así que ahora vamos a enviarle a este
enfermito estos nuevos recursos para que alaben Mi nombre,
porque finalmente no tienen mucha fe tu sacrificio".
¡Selah! (silencio para meditar)
Si pongo en un lado de la balanza la Sangre de Cristo y el
poder de sus llagas y en el otro el poder de "diagnóstico de
hombre", ¿en su criterio cuál tiene más poder?
¿Qué dios es más confiable para poner nuestra vida y
salud en sus manos, "Enfermedad; diagnóstico de hombres" o
el Dios Padre Todopoderoso?
Pero, ¡yo quiero creer eso con todo mi ser, pero no tengo
suficiente fe! ¡Lo intento, pero no lo logro!
Empecemos por lo primordial. Si usted es cristiano, un día le
entregó su corazón a Jesús y creyó en la salvación de su alma.
Ahora hagamos algo más. Quiero que de la misma manera y
con la misma convicción con que le entregó su corazón, le
entregue su CUERPO.
Determínese a dejar de ser el señor y soberano de su cuerpo
y quien toma todas las decisiones que lo afectan y haga a
Jesucristo el Señor de todo su organismo.
Ore ahora y posea la Palabra de Dios como la única fuente de
salvación en todo su ser.
Si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia,
si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si
los sitiaren sus enemigos en la tierra donde moren;
cualquiera plaga o enfermedad que sea; toda oración y
todo ruego que hiciere cualquier hombre, o todo tu
pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su
dolor en su corazón, si extendiere sus manos hacia
esta casa, tú oirás desde los cielos, desde el lugar de
tu morada, y perdonarás, y darás a cada uno conforme
a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque
solo tú conoces el corazón de los hijos de los
hombres... 2 Crónicas 6: 28-30
Jesús nos dejó en los elementos de la Santa Cena todo el poder
curativo de Sus llagas y de Su sangre. Yo he descubierto que
no hay medicina hecha por el hombre más eficaz que ésta.
Cuando mi cuerpo está desajustado por un cambio de clima o
debido a los alimentos o el agua de alguna nación a la que
viajo, simplemente tomo la Santa Cena y reclamo su poder
sobre mi cuerpo