INDICE
Pág.
Presentación………………………………………………………….… 4
Desarrollo del documento……………………………………………… 6
1. Neurociencias y el desarrollo infantil temprano……………... 8
2. Desarrollo sicomotor normal y sus áreas……………………….. 10
3. Las áreas de desarrollo integral infantil…………………......... 11
4. Principales Hitos del desarrollo sicomotor…………………….. 13
5. Historia de modelos de evaluación incorporados en chile 17
6. Programa de salud de la infancia con enfoque integral del 19
ministerio de salud (2013)
Conclusión…………………………………………………………….... 20
Bibliografía……………………………………………………………... 21
PRESENTACION
Chile ha venido adoptando diversas medidas para concentrar esfuerzos de inversión social en la infancia, las
que se han traducido en iniciativas relevantes para el país y para el resto de las Américas, como son: el
Sistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo, la promulgación de la Ley 20.545 (2011) que
extiende el período posnatal a veinticuatro semanas y, la instauración de la obligatoriedad del kínder.
En salud infantil, las políticas centradas en la reducción de la mortalidad infantil la lucha contra las
enfermedades infecciosas (en particular inmuno-prevenibles) y la malnutrición por déficit, han colocado a
Chile en una posición de ventaja respecto del resto de Sudamérica. Para 2012, Chile muestra una mortalidad
en menores de 5 años, de 9 por 1.000, ubicándose en el sexto lugar de menor mortalidad en las Américas, y
el segundo en Sudamérica (superado por Uruguay con una tasa de 7 por 1.000). (UNICEF. 2013)
Estas mejoras también se deben a las condiciones generales de vida. En Chile ha habido un incremento del
Producto Interno Bruto per cápita, el que alcanzó en 2012 a US$ 16.200. Esta cifra esconde desigualdades en
la distribución de la riqueza, como lo expresa el coeficiente de GINI de 2012 con un valor de 0,55 (más cerca
de 0 más equitativo). Por otra parte, para 2011, se observa una reducción general de la pobreza a cifras del
14%; sin embargo, los menores de 18 años muestran cifras del 22%, lo que implica que 1 de cada cuatro
menores de 18 sean pobres, cifra que se eleva a 1 de cada tres en menores de 4 años. (Ministerio de
Desarrollo Social: Indicadores de pobreza, Encuesta de Caracterización de Hogares, 2011).
Adicionalmente múltiples estudios nos muestran que la situación de desarrollo psicosocial infantil no ha
mejorado desde 1980, en que se instalan los primeros esfuerzos sistemáticos en esta materia. Las cifras de
múltiples estudios siguen cercanas al 30% de niños con desarrollo alterado. (Bedregal P: Diagnóstico y
lineamientos para el mejoramiento de Chile Crece Contigo. Informe de Consultoría, Banco Interamericano del
Desarrollo, diciembre 2013).
Por otra parte, la frecuencia de rezagos y retrasos medida en el sector público de salud con EEDP y TEPSI,
nos arroja cifras entre enero y octubre de 2013 de 11,6% en niños entre 7 y 59 meses de edad (DEIS-
MINSAL, 2013).
Estas discrepancias nos hablan de la necesidad de mejorar la calidad de la pesquisa en el sector, por lo que
se hace necesario reforzar estos aspectos en las bases curriculares en la formación de pregrado de la carrera
de Enfermería.
Este documento, es una revisión bibliográfica y una recopilación de diferentes fuentes de información en
relación al tema, considerando principalmente aquellos estudios e investigaciones que nos aportan datos e
información científica en relación a los indicadores de nuestro país, y a aquellos documentos relacionados
con las Políticas Públicas y Normas Ministeriales vigentes que sustentan el desarrollo profesional.
DESARROLLO
Existen factores que favorecen un adecuado progreso psicomotor. Estos son: una buena nutrición, un sólido
vínculo madre-hijo y una estimulación sensorial adecuada y oportuna. Las neuronas requieren de oxígeno y
glucosa para vivir y desarrollarse. En animales de experimentación se ha demostrado el efecto positivo de la
estimulación sensorial tanto en el desarrollo de las neuronas como en desempeño motor y social. En niños
institucionalizados se ha demostrado el efecto positivo de la estimulación en el progreso de las habilidades,
logrando incrementar el cuociente intelectual en forma significativa al mejorar la estimulación.
Los factores que frenan el desarrollo psicomotor son aquellas condiciones que pueden producir un daño
neuronal irreversible como son: una hipoxia mantenida, la hipoglicemia, y las infecciones o traumatismos
del SNC. Otros factores son, la ausencia de un vínculo madre-hijo adecuado y la falta de estimulación
sensorial oportuna. Existen además ciertas condiciones congénitas o adquiridas durante la gestación, o
posterior al parto que pueden alterar el desarrollo del niño. Los factores de riesgo se pueden dividir en
prenatales, perinatales o postnatales.
El crecimiento y desarrollo humano es un proceso continuo a lo largo de la vida, influido por las experiencias
de la persona y donde cada etapa se asienta en la anterior. Por lo tanto, este proceso ocurre en la
interacción del niño, como organismo biológico, con el medio inmediato y la interacción entre el sistema
social y el ambiente del niño.
En el desarrollo humano integral es posible analizar dos tipos de cambios: cuantitativo y cualitativo. El
primero corresponde a los cambios sucedidos en cantidad en el niño, y que implican el crecimiento físico; el
segundo corresponde a la aparición de nuevos fenómenos que se suelen expresar a través de la conducta.
En el desarrollo cualitativo se suele diferenciar al menos 5 componentes: motor, cognitivo, del lenguaje,
emocional y social.
Gran parte de la investigación en el área de desarrollo se ha centrado en su descripción, para lo cual se han
desarrollado múltiples instrumentos de medición, los que se sustentan en la elaboración de estándares para
los diversos componentes. Del mismo modo se han creado indicadores que permiten dar cuenta de manera
parcial de la situación de niños y niñas.
Desde el punto de vista de la medición es interesante destacar que la mayor parte de la información
disponible internacionalmente corresponde a la situación del desarrollo físico de los niños. Existe escasa
información sistematizada sobre los otros 5 componentes, en particulares en los menores de 4 años. Esto
porque el ingreso a la educación formal contempla en muchos países, sistemas de monitoreo de la calidad,
que involucran explorar al menos el desarrollo cognitivo de los niños.
Otro punto relevante cuando se habla de medición en desarrollo psicosocial, es comprender que los
instrumentos utilizados no son realmente transculturales. Esto, porque la mayor parte de ellos, han sido
diseñados, pensando en las habilidades que la sociedad occidental promueve. Numerosas investigaciones
empíricas han destacado que una brecha en el desarrollo infantil no implica necesariamente desiguales
niveles de logro con relación a una escala "universalmente" válida. En una importante proporción, los casos
de desarrollo insuficiente serán el reflejo de la discordancia entre los patrones que definen el crecimiento y
desarrollo en los grupos de pertenencia y aquellos establecidos como normas por el conjunto de la
sociedad3. Por lo tanto, en algunos casos los indicadores pueden no tener significado para los grupos de
pertenencia, ya que miden áreas poco relevantes para estos grupos, relegando otras importantes; sin
embargo, el niño que se encuentra en esta situación, sin presentar un problema realmente, ve su vida
afectada por que suele ser discriminado por "el quiebre simbólico entre su mundo de origen y el mundo
exterior. (BedregalP, M. Pardo (2004) Desarrollo Infantil Temprano y Derechos del Niño. Serie reflexiones:
Infancia y Adolescencia. Santiago-Chile: UNICEF)
Prácticamente todos los instrumentos de medición tienen como fundamento una teoría respecto de este
proceso, lo que hace difícil comparar resultados entre estudios y contextos, de modo que cualquier intento
de comparar resultados debería hacerse bajo los mismos supuestos teóricos de la medición.
A lo largo de las últimas décadas, se han producido impresionantes avances en la investigación en el área de
las neurociencias, que han implicado cambios significativos en la manera en que se comprenden las bases
biológicas del desarrollo cerebral y que tienen profundas implicancias para la realización de intervenciones
efectivas en la infancia temprana.
En el cerebro humano, la “densidad sináptica” (la cantidad de interconexiones que se establecen entre las
neuronas), es mayor en los primeros 3 años de vida, y va disminuyendo gradualmente hasta los 10 años,
edad en que se alcanzan los niveles que se mantienen hasta la adultez.
Paralelamente, el grado de metabolismo asciende rápidamente hasta los 3 a 4 años, manteniéndose alto
hasta alrededor de los 9 años, y declina a niveles de adulto al llegar a la adolescencia.
Cuando no existe una estimulación adecuada durante los primeros años de la vida, se producen alteraciones
significativas en la cantidad y calidad de conexiones entre las neuronas, que se traducen en una menor
capacidad del cerebro para poder funcionar adecuadamente y un nivel de desarrollo inferior en el niño o
niña.
Maduración y Aprendizaje:
En el transcurso del neurodesarrollo estas dos funciones se despliegan paralelamente: La maduración se
refiere a la evolución biológica de un individuo de acuerdo a un “plan” que está contenido en los genes
traspasados por los padres durante la concepción del bebé. El aprendizaje por otro lado, es el proceso a
través del cual nuestras experiencias producen cambios relativamente permanentes en nuestros
sentimientos, pensamientos y comportamientos.
Plasticidad neuronal:
Se define como “la capacidad del cerebro de responder y reorganizar su estructura y/o funciones frente a
perturbaciones o daños que lo afecten”. Esta plasticidad tiene su período de máxima expresión durante los
primeros años de la vida ya que el cerebro se encuentra menos “especializado”. Esto quiere decir que las
neuronas de una zona pueden reorganizar sus funciones y conexiones para cubrir las tareas de otras (hay
mayor multipotencialidad). Ello implica que la intervención y estimulación dirigida durante este período
tienen una eficacia y efectividad mayores que en otros momentos de la vida y que la acción del ambiente
que rodea al niño(a) es crítica para recuperar o aminorar las secuelas de daños o perturbaciones que haya
sufrido este niño(a).
Períodos críticos:
Se refieren a pequeñas ventanas de tiempo en las que una parte específica del cuerpo es totalmente
vulnerable a la ausencia de estimulación. Esto quiere decir que si el niño(a) no recibe estimulación del
ambiente en este período, tendrá un deterioro irreversible en sus posibilidades para desarrollar de manera
efectiva una determinada habilidad.
Períodos sensibles:
Se refieren a ventanas de tiempo algo más amplias en donde el cerebro del niño(a) se encuentra altamente
receptivo a los estímulos ambientales y en un momento privilegiado para el aprendizaje y desarrollo. Sin
embargo, implica también un período de alta vulnerabilidad en el cual si el niño(a) no recibe estimulación
adecuada, el logro de habilidades y capacidades se compromete de manera significativa. Esto quiere decir
que existe aún posibilidad de adquirirlas pero ello va a requerir intervenciones cada vez más intensivas y
especializadas que tendrán menores espacios de efectividad a mayor edad del niño(a).
Como hito del desarrollo se entienden aquellas habilidades que además del hecho de mostrar algo nuevo
que el niño(a) puede hacer, marcan el haber alcanzado una determinada etapa y a partir de ella seguir
construyendo la siguiente. El DSM es un proceso, por lo tanto los hitos no son hechos aislados que aparecen
sin relación entre sí, sino que están todos íntimamente ligados. De allí que la alteración de un área específica
tenga consecuencias no sólo en esa área del DSM, sino que también se refleja en las demás. Asimismo, es
esencial considerar que:
- Los hitos del desarrollo no se logran en un único momento sino que se alcanzan y consolidan en
períodos de tiempo. Por ello, no existe una edad única sino rangos de tiempo en los que la mayoría
de los niños logran adquirir un hito específico (por ej. entre los 12 y 18 meses para la adquisición de
marcha independiente)
- En este sentido, las acciones de estimulación no consisten en enseñar, entrenar o presionar al
niño(a) para que logre un hito determinado (p. ej. hablar), sino en utilizar el ambiente físico y las
interacciones cotidianas para que gradualmente el niño(a) vaya construyendo las bases necesarias
para ello (por ej.: hacer sonidos, silabear, decir una palabra, decir una frase de dos palabras, etc.)
En el desarrollo de un niño(a) tanto la genética como el ambiente son importantes. En los primeros meses
de vida prima la genética preprogramada, e identificamos en su conducta motriz mucha actividad refleja y
movimientos generales del recién nacido. Esta actividad va dando lugar al desarrollo de motricidad más
dirigida a un objetivo, la cual suele observarse más claramente hacia el cuarto mes de nacido.
El estilo de crianza, la estimulación recibida, tener hermanos, la zona geográfica donde se vive y muchos
otros factores impactarán en el desarrollo de un niño(a) y es por esto que cada uno presenta un ritmo
propio de desarrollo individual, mostrando variantes en el desarrollo que son normales de encontrar.
La normalidad en el desarrollo se refiere a lo que realiza la mayoría de los niños(as) dentro de una población
a determinada edad, considerándose habitualmente como mayoría el 90% de los niños(as). Esto implica que
en el 10% restante habrá niños(as) que alcancen habilidades un poco antes o un poco después de lo que lo
hace la mayoría, en donde es importante revisar en detalle si corresponden a casos de variantes no
patológicas del desarrollo en donde se presenta la variabilidad individual mencionada previamente.
Todas las áreas del desarrollo contribuyen al bienestar infantil a largo plazo, la separación de las áreas sirve
para la categorización y observación, pero en la realidad se sobreponen e influencian mutuamente. En este
esquema se resume a grandes rasgos lo que se espera para el desarrollo en cada una de las áreas; para
lenguaje se han incluido algunas habilidades de alfabetización que se relacionan con el apresto escolar y el
éxito académico posterior.
A partir del nacimiento, el recién nacido se encuentra inserto en la realidad del mundo, expuesto a las
influencias del medio y en condiciones de responder a ellas en la medida que su propia estructura biológica
lo permite.
Inicialmente sólo posee diversas respuestas programadas y prefijadas por la naturaleza: los reflejos. A partir
de estas estructuras relativamente simples, que relacionan un receptor con algún efector (habitualmente un
grupo de músculos, o una glándula) se desarrolla, gracias a los progresos de la maduración biológica y a las
posibilidades de ejercitación (estimulación) que el medio le brinda, una progresiva complejización de las
reacciones, que conlleva un gradual aumento de la conciencia de sí mismo y del consecuente control
voluntario sobre su actividad, mediatizado todo por los procesos de aprendizaje.
El siguiente esquema presenta una síntesis de estos progresos, en una secuencia ordenada por edad y
destacando los cambios en el aspecto motor y del lenguaje.
• “Normas técnicas de estimulación y evaluación de desarrollo sicomotor del niño y la niña menor de
6 años”. MINSAL- Chile.
La mayor parte de los instrumentos e indicadores utilizados por el sector salud, provienen de las normas
vigentes desarrolladas por el Ministerio de Salud, habitualmente en consulta a expertos.
En evaluación del desarrollo sicomotor, la primera escala incorporada al control de salud, durante la
segunda mitad de la década de los setenta, fue la Pauta Breve de Desarrollo Psicomotor. Con posterioridad
se incorporó la Escala de Evaluación de Desarrollo Psicomotor EEDP (para niños menores de 2 años), cuya
implementación piloto en centros de atención primaria mostró que a 10 años sólo el 50% de éstos lo
utilizaban y de éstos, la mayoría sólo lo aplicaba una vez al niño.
En la última década, los gobiernos han priorizado contar con un Sistema Nacional de Protección a la Infancia
y la Niñez, para lo cual se hizo perentorio contar con información nacional sobre rezagos del desarrollo de
niños menores de 6 años y sobre demandas de servicios de cuidado y educación preescolar. Con este
interés, el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo y aprovechando el diseño y aplicación
de la II Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Salud del Ministerio de Salud, se promovió la incorporación
de un módulo infantil que permita conocer estos aspectos.
Contar con información sobre desarrollo infantil permitió diseñar políticas, planes y programas para
minimizar los problemas asociados a alteraciones funcionales y aumentar las oportunidades para que los
niños se desarrollen exitosamente, a través de intervenciones precoces.
Chile fue pionero en la región con la implementación el 2007 del Subsistema Chile Crece Contigo (Ley
20.379, de 2009), cuyo objetivo es fortalecer las prestaciones entregadas para la primera infancia (de 0 a 4
años) para favorecer el desarrollo psicosocial de niños y niñas. Chile Crece Contigo cuenta con programas a
cargo del sector salud, como es el Programa de Apoyo al Desarrollo Biopsicosocial (eje del sistema) y el
Programa de Apoyo al Recién Nacido. Las evidencias actualmente disponibles de las evaluaciones de Chile
Crece Contigo muestran que nos encontramos en una etapa inicial de implementación del conjunto de
prestaciones y que el resultado en desarrollo psicosocial depende de la intensidad de uso de los servicios.
¿Que se espera para Chile? En salud infantil, el objetivo sanitario y meta para la década 2010-2020, es la
reducción del rezago infantil en un 15%, es decir, bajar la prevalencia desde un 25,2 % a un 21,4 %, cifra que
va a orientar el máximo de los esfuerzos en salud y de la red comunal.
¿Qué se esperaría? En la línea de la Protección Social para el sector salud, se requiere de identificar
garantías universales (sector público y privado) dado un enfoque de derechos. Para esto es clave la
integración programática más clara entre el Programa de Salud Infantil y los otros programas destinados a
infancia como el Programa de Apoyo al Desarrollo Psicosocial, las garantías explícitas en salud (GES), en un
modelo de atención de salud infantil, que ponga como eje el desarrollo humano (entendiendo como tal, los
aspectos biológicos, psicológicos y sociales del desarrollo integral).
1. La promoción del desarrollo humano y derechos de la niñez, entendiendo que maximizar la salud de los
niños y niñas es desarrollo, y maximizar el desarrollo psicosocial es salud, y que ambos (salud y desarrollo
psicosocial son derechos). Este enfoque permite una mirada de curso de vida, y la incorporación decidida del
enfoque de necesidades especiales de atención, y de inclusión social.
CONCLUSION
En los objetivos estratégicos del actual gobierno, se establece como meta disminuir el rezago infantil en un
15% en población menor de 5 años, estableciéndose como línea base una prevalencia de 25,2% y para llegar
a un 21,4% en el 2020. Entendiendo por rezago el grupo de niños y niñas que no alcanzaba todos los hitos
del desarrollo esperables para su grupo de edad.
Es por esta razón, y por los argumentos presentados en este documento, es que los profesionales de
enfermería debemos contribuir a la salud y el desarrollo integral de niños y niñas de nuestro país, en su
contexto familiar y comunitario, a través de actividades de fomento, protección, prevención, recuperación
de la salud y rehabilitación, que impulsen la plena expresión de su potencial biopsicosocial y mejor calidad
de vida.
El ideal es contar con equipos con competencias variadas, capaces de enfrentar creativa y propositivamente
los desafíos del entorno. Es importante contar con un grupo de profesionales con competencias
transversales, relacionadas con el conocimiento del sector, enfoque estratégico de la intervención y el estilo
de relación que debe establecerse con las familias. Estas permitirán incrementar la efectividad del trabajo y
detectar con fundamentos la incorporación de otros profesionales o técnicos al equipo, tanto en calidad
como en cantidad.
BIBLIOGRAFIA DE APOYO
Moore, Rosario. (2012).” Evaluación del desarrollo sicomotor”. Escuela Med Puc
BedregalP, M. Pardo (2004) “Desarrollo Infantil Temprano y Derechos del Niño” Serie reflexiones: Infancia y
Adolescencia. Santiago-Chile: UNICEF
Bárbara Leyton C., Carlos Becerra F., Carolina Castillo I., Heather Strain H., Sylvia Santander R. (2013).
“Programa nacional de salud de la infancia con enfoque integral”. MINSAL- Chile.
Bárbara Leyton C.,Carolina Castillo I., Heather Strain H. (2013). “Norma administrativa Programa Nacional de
salud de la infancia”. MINSAL- Chile.
Reyes, Cecilia (2004). “Normas técnicas de estimulación y evaluación de desarrollo sicomotor del niño y la niña
menor de 6 años”. MINSAL- Chile.