EN TU VIDA
Me interesa muchísimo que cada uno de nosotros podamos conocer cuál es la
voluntad de Dios para nuestra vida. Alguien puede decir: “Eso es fácil, yo sé
que Dios tiene una voluntad buena, agradable y perfecta para mí; que cumpla
con su Palabra”. Y eso está muy bien, pero esa es la voluntad que está escrita
en su Palabra.
Hay un propósito que es únicamente para ti, no para mí, y sólo tú lo vas a
cumplir, porque Dios te ha dotado de todo lo que necesitas para hacerlo; tu
propia misión, tu propia responsabilidad. Hay un plan hecho por Dios para que
lo cumplas.
Tú dirás: “Yo sé que en la Biblia dice cosas bonitas para mí, pero en el tiempo
del Señor, las voy a conocer”. Te pregunto: “¿Cuál era el propósito de María?
Dar a luz, concebir al hijo de Dios, cuidarlo, formarlo para que el Hijo de Dios
cumpliera su propósito. Cada persona sobre la tierra tiene una razón de ser,
de vivir. ¿Sabes qué es lo que quiero con este mensaje? Trasladarte que no
seamos de las personas que viven la vida mientras pasa. Simplemente, vivir
por vivir, aprender a subsistir, pero llegarás a viejo, se te pasó la vida y dices:
“Ya pasó”. Viviste, aguantaste la enfermedad, a tu mujer, a tu suegra, etc.
Vivimos una vida de aguante, pero ¿a qué vienes a la tierra? Yo siempre quise
predicar la Palabra de Dios, servirlo, pero no fue que un día yo se lo dije y al
otro día estaba de pastor. Pasaron en mi vida muchas circunstancias que algún
día te voy a contar. A mí me costó muchísimo que me llenara la unción, hice
cuanta cosa me dijeron y no pasó nada. Ayuné, me fui, me retiré a una casa
en el mar a buscar a Dios y no lo recibí. Y hay otros que sólo se ponen y ya
son llenos, pero no fue así conmigo. Yo necesitaba, a mí urgía encontrar un
propósito en mi vida, para que cada vez que abriera mis ojos por la mañana,
me diera cuenta si estoy cumpliendo el propósito de Dios para mí. El día que
yo cierre los ojos, quiero que Dios me dé la oportunidad de reflexionar si
cumplí o no el propósito para el cual vine a este mundo. Las cosas que
he pasado son porque Dios lo ha querido, ahora soy el resultado de lo que
Dios ha hecho en mí. ¿Para qué vivo? Puedes decir: “Para tener a mis hijos,
mi casa o dinero,” pero ese no es tu propósito.
Le voy a contar algo: Hubo dos seres humanos que habiéndole dicho Dios lo
que debían hacer, empezaron equivocadamente, aunque al final lo lograron,
obtuvieron un resultado muy bueno. Pero empezaron a usar ciertos métodos
que retrasaron la promesa. Lo peor es retrasar la promesa por hacerlo
humanamente. Uno de los principios es el siguiente: Está lo natural que
nosotros hacemos, y lo sobrenatural que Dios hace. Hay una parte que Dios
va hacer y una parte que tú vas hacer.
Génesis 2:15
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que
lo labrara y lo guardase.
Dios hizo un huerto para el hombre, lo estableció, le dio una posesión. Lo puso
ahí para que lo labrara y lo guardara.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el
día que de él comieres, ciertamente morirás.
Dios creó el huerto, y dijo: “Voy a poner al hombre en él, mi voluntad es que
lo labre, que lo haga fructificar”. Y Adán tenía que conocer ese propósito,
porque imagínese que un día amanezca y diga: “¿Para qué vine? ¿Qué estoy
haciendo aquí? Estaría viviendo por vivir. Sin embargo, Dios le hizo saber cuál
era el plan de Dios para él. En términos generales, Dios tiene el mismo plan
para ti, para que fructifiques, pero estás en Guatemala, no en el Edén. Dios le
hizo entender cuál es su voluntad y esperaba que actuara y caminara en base
a eso. Dios le dio una voluntad al hombre. Yo le dije a Dios: “Si sabías que el
hombre no debía de tomar de ese árbol del bien y del mal, ¿por qué lo pusiste
en el huerto?”. Vamos a imaginar que este es el huerto y Dios me dice: “Te
voy a mostrar este árbol, de este no podemos comer”. Yo pensé:
“Entonces, ¿por qué me lo pones aquí? Mejor quítalo. Pero Dios lo puso
porque no me hizo un robot, no me limitó, me dio la voluntad para escoger
entre lo bueno y lo malo, y esa voluntad sigue actuando para todos los
hombres de la tierra. El dijo: “De todo puedes tomar menos de esto”. Esto
quiere decir que Dios me dio la libertad de hacer todo lo que quiera, pero no
puedo hacerlo todo, porque Dios nos dio parámetros y dentro de ellos, estaba
este árbol.
Nosotros fuimos diseñados para hacer lo que Dios dijo que debíamos hacer,
fuimos hechos de tal manera que lo que vamos hacer es algo para lo cual Dios
nos preparó y nos hizo de esa manera. Esos hombres conocían la voluntad de
Dios, pero se salieron de ella. Este hombre y esa mujer hicieron que los planes
de Dios cambiaran, en el momento que pecaron. Cada vez que pecamos,
debemos estar conscientes que el rumbo de nuestra vida puede cambiar por
el pecado que cometimos. Dios comenzó haciendo a un hombre y a una mujer,
les hizo saber sus planes, pero desde que ellos pecaron, Él se dedicó a
restaurar la vida de ese hombre y mujer, y de las generaciones siguientes. ¿A
dónde estás llevando tu vida? ¿Has leído donde dice: “Hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo”? Quiere decir que debo de pedir que la voluntad de
Dios se establezca en la tierra como en el cielo. No lo hacemos todos los días,
y no lo hacemos porque desconocemos la voluntad de Dios para nosotros.
¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? ¿Qué va ser de tu familia? ¿Sabes la
voluntad de Dios para tus hijos? ¿María sabía la voluntad de Dios para Jesús?
¿Los padres de Sansón sabían la voluntad de Dios para su vida? Sí la sabían.
¿Sabía Abraham sobre la voluntad de Dios para Isaac? Sí. Mi intención de esto
es que salgas con la inquietud de saber qué quiere Dios de ti. Quiere que seas
un buen padre, un buen hijo, un buen trabajador, pero hay más que eso,
porque has pasado ciertas circunstancias en la vida que te han preparado para
cumplir el propósito que Dios quiere para ti. No llegues al momento de
terminar tu vida en la tierra sin haberlo cumplido.
Te pido un favor: habla con Dios esta noche y pídele que te rebele cuál es su
voluntad para tu vida. Para qué estás aquí en la tierra, qué misión tiene para
ti. Si ya la tienes, no te preocupes, pero si no, pídeselo.