Muchas personas sospechan que Word tiene vida propia. Como se te ocurra borrar una coma en
uno de sus días malos, es capaz de descuadrarte todas las tablas, cambiar el interlineado del
párrafo o hacer desaparecer una imagen. Aun así, trabajamos con Word porque es una de las
mejores herramientas para el tratamiento de textos. Nos brinda infinidad de opciones de formato,
estilo, correción y efectos artísticos, para plasmar nuestros textos exactamente como
queramos. Para dominar todas sus funciones, los atajos de teclado suponen una ayuda
inestimable. Insistimos: cuando los pruebes, no podrás vivir sin ellos.
La trilogía más famosa de los atajos de teclado no necesita presentación. Podemos copiar, cortar y
pegar un texto con CTRL + C, CTRL + X y CTRL + V.
CTRL + Z: Deshacer la última acción. El viejo amigo que nos ayuda a arrepentirnos de nuestros
pecados.
CTRL + Y: Rehacer la última acción. Este atajo es menos conocido que “Deshacer”, pero es igual
de útil.
CTRL + N: Poner en negrita el texto seleccionado, o bien activar la negrita.
CTRL + K: Poner en cursiva el texto seleccionado, o bien activar la cursiva.
CTRL + S: Subrayar el texto que hayamos seleccionado.
CTRL + E: Seleccionar todo el texto del documento.
CTRL + G: Guardar el documento. No confíes en el autoguardado de Word. Acostúmbrate a este
atajo y úsalo muy a menudo.
CTRL + U: Crear un documento nuevo.
CTRL + A: Abrir un documento reciente.
CTRL + P: Imprimir.
CTRL + B: Buscar en el documento.
CTRL + L: Buscar y reemplazar. Perfecto cuando se combina con el siguiente atajo.
F7: Revisión de ortografía y gramática. Un botón siempre necesario.