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Vicerrectoría Académica

Facultad de Educación
Pedagogía en Educación Diferencial

APUNTE: APOYO AL ESTUDIANTE

PROFESOR: PATRICIA JARAMILLO ANDRADE

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Vicerrectoría Académica
Facultad de Educación
Pedagogía en Educación Diferencial

APUNTE: APOYO AL ESTUDIANTE.


CÁTEDRA: PSICOMOTRICIDAD
2017.

Profesor: Patricia Jaramillo Andrade.


Educadora de Párvulos del Instituto Profesional Diego
Portales y Magíster en Motricidad Infantil de la
Universidad Mayor; Pos título en Educación
Diferencial mención Trastornos Específicos del
Aprendizaje de la Universidad de Concepción;
Diplomada en Metodología para la enseñanza de la
danza de la Universidad Academia Humanismo
Cristiano y Diplomada en Pedagogía para la Educación
Superior de la Universidad Santo Tomás.

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Índice

APUNTE APOYO AL ESTUDIANTE .............................................................................. 4

I.- El movimiento como herramienta de aprendizaje. .......................................................... 4

II.- Concepto de Psicomotricidad. ...................................................................................... 5

II.I.- Las Habilidades Motrices. ...................................................................................... 5

I.- El Esquema Corporal. ............................................................................................ 6

II.- La Espacialidad. ................................................................................................... 8

III.- La Temporalidad. ...................................................................................................... 11

IV.- Psicomotricidad y aprendizaje; un ejemplo: La lectura y escritura desde la perspectiva


motriz. ............................................................................................................................. 14

TRABAJO AUTÓNOMO ................................................................................................ 15

BIBLIOGRAFIA. ............................................................................................................ 16

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APUNTE APOYO AL ESTUDIANTE

I.- El movimiento como herramienta de aprendizaje.

El movimiento es el fundamento de toda maduración física y psíquica del hombre.


Al respecto, Le Bouch ( 2001: 19) señala: ”Se trata de volver a dar prioridad a la acción y
de hacer del movimiento el hilo conductor del desarrollo; no considerándolo como medio
anexo o complementario, sino como un elemento central de la educación en torno al cual
se forjará la unidad de la persona corporal y mental, afectiva e intelectual”. Por ello,
constituye el pilar fundamental en el orden cronológico de la educación, ya que el periodo
de mayor plasticidad neuronal se manifiesta, excepcionalmente, entre los 0 a 7-8 años de
edad, periodo en el cual el niño y niña ya se encuentran insertos en el sistema escolar.
Se considera que la integración de la psicomotricidad aplicada a los contenidos del
aprendizaje permite un desempeño educativo eficaz e integral de los alumnos. Bajo esta
concepción de la educación, los procesos cognitivos pueden incluirse como ejes a trabajar,
considerando el aspecto motricio de los educandos, integrándolo al currículo y al trabajo
pedagógico en las aulas. El medio escolar debe aprovechar las posibilidades organizativas
y estructurales para el desempeño de instancias motrices, y el desarrollo de experiencias
con indicadores específicos, que permitan orientar el trabajo de manera gradual y
progresiva de sus educandos. La automatización de procesos motores resulta
imprescindible para la asignación de contenidos simbólicos o significativos, posibilitando
la expresión lingüística, esta experiencia de verbalización proviene de elementos de la
representación interiorizada del cuerpo y del espacio circundante, el cual a posterior se
transforma en lenguaje verbal. Es decir, el lenguaje proviene en parte de las impresiones
captadas por medios receptivos y de relación.
Por ende, el desarrollo de habilidades motrices, tales como, el esquema corporal y
el perfeccionamiento de la imagen corporal unida a la exploración del espacio y la
temporalidad, dan como resultado la integración de la acción y el ser motriz.

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II.- Concepto de Psicomotricidad.

El concepto de psicomotricidad surge, a principios del siglo XX, vinculado a la


patología para destacar la estrecha relación entre lo psicológico (psico) y la forma de
manifestarse (motricidad).
El núcleo común de las diversas definiciones de psicomotricidad se encuentra en la
concepción de la persona como un ser global, entiendo como una unidad psicosomática
que se expresa a partir del cuerpo y el movimiento.
La psicomotricidad se va a entender, como una manera de concebir a la persona,
de entender la expresividad infantil como una globalidad en la que confluyen aspectos
motrices, cognitivos y socioafectivos como elementos que configuren a la personalidad y
que permita su comprensión. (LLorca. 2002:144).
El objetivo de la psicomotricidad no es la autonomía motriz, sino psicomotriz, lo
que quiere decir, que el sujeto, consciente y de forma gratificante para él, se encuentra en
condiciones de utilizar el movimiento funcionalmente para sí mismo y para los demás,
tanto en el plano instrumental como operativo, tanto en el plano psicológico como
comunicativo.
Lo específico de la psicomotricidad está en el abordaje del movimiento en cuanto a
la realización por parte de un individuo, que se encuentra en relación con el otro y con el
mundo, donde el sujeto mediante el propio movimiento sintetiza tanto la dimensión
motora, como la cognitiva, la afectiva y la relacional. (Llorca 2002:144).

II.I.- Las Habilidades Motrices.

El movimiento humano comienza antes del nacimiento, y es un proceso continuo,


hasta el final de la vida, este movimiento avanza desde una actividad refleja, hacia
patrones cada vez más complejos que se coordinan en los centros nerviosos superiores.
En la infancia se adquieren patrones manipulativos y locomotores sencillos, a los que se

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van incorporando otras habilidades, lo que Wickstrom (1990), denomino habilidades
motrices. (Wickstrom. 1990:15).
Según Wickstrom (1990), citando a Bruner, indica que “los niños combinan
habilidades sencillas para formar patrones cada vez más específicos y complejos”.
(Wickstrom. 1990:15).
Las habilidades motrices, se comienzan a desarrollar a través de los patrones
motores básicos, que a su vez son habilidades generales de movimiento, que después se
aprenden en versiones más combinadas y modificadas como habilidades deportivas. Este
proceso continuo de desarrollo de habilidades motrices, se encuentra relacionada con las
experiencias y la estimulación motricias a las que son expuestos los niños. Sin embargo
Wickstrom, indica que este proceso natural es importante, pero si no tiene un apoyo
externo, se puede perder la oportunidad de progresos de orden superior, es decir, el
proceso puede ser insuficiente para producir en cada persona lo que se podría considerar
como un desarrollo óptimo de las habilidades motrices. (Wickstrom. 1990:16).
Las habilidades motrices básicas son actividades motoras normales con patrones
específicos. Son habilidades generales que constituyen la base de actividades motoras
más avanzadas y especificas, como las deportivas. (Wickstrom: 1990:22).
Las habilidades perceptivas motrices, son aquellas que tienen un desarrollo
filogénico y ontogénico, y son la base motora para las habilidades mas especificas del
movimiento. Se entiende por factores perceptivo motores, las capacidades que permite
relacionar los estímulos auditivos, táctiles y propioceptivos con el movimiento. Esta
relación, de percepción del movimiento se considera como una integración de
información interna y externa, que llega a conformar estructuras facilitadoras de
respuesta psicomotoras en la interacción del sujeto con el entorno (Trujillo.1992: 1).

I.- El Esquema Corporal.

El cuerpo es el primer medio de relación del ser humano con el mundo que lo
rodea. El conocimiento y el dominio del cuerpo, es el pilar en donde el niño construirá el

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resto de los aprendizajes. Este conocimiento propio del cuerpo supone para la persona un
proceso que se irá desarrollando a lo largo del crecimiento. (Conde. 2001:58).
Según Ballesteros, citado por Conde Caveda, el concepto del Esquema Corporal, va
a ser determinado por el conocimiento que se tenga del propio cuerpo. El cuerpo es un
todo en el que puede aislarse distintos componentes. (Conde. 2001:58).
Según Vayer, el primer objeto que el niño percibe es su propio cuerpo, y éste es el
medio de acción, de conocimiento y de relación, entendiendo que este conocimiento
progresivo del cuerpo comienza en la observación “del otro”. (Conde. 2001:58).
El estudio de la representación grafica del cuerpo por parte del niño, ha sido
utilizado como un instrumento evaluador del desarrollo del Esquema Corporal en la
infancia. Sin embargo, al ser una acto grafomotor, intelectual y afectivo, su análisis es más
complejo de lo que parece, ya que el niño puede a nivel mental tener una buena
representación del cuerpo y, a su vez ser incapaz de reproducirlo en el papel, debido a una
falta de maduración manipulativa e incluso afectiva.
El Esquema Corporal le entrega al sujeto la conciencia de ser él; esta
autoconciencia del propio cuerpo es la base para la autoafirmación de uno mismo como
persona y de las capacidades personales. (Conde. 2001:58).
El Esquema Corporal es una parte más del Control y la Conciencia Corporal, es por
ello que este concepto se encuentra más relacionado con el conocimiento y localización
de los diferente segmentos corporales del niño en su propio cuerpo, como en el otro,
considerando dentro de esto la lateralidad, la respiración, la relajación o las
sensopercepciones. (Conde. 2001:59).
Según Tasset, citado por Conde Caveda, se entiende por Esquema Corporal como
“la toma de conciencia de la existencia de las diferentes partes del cuerpo y las relaciones
recíprocas entre éstas, en situación estática y en movimiento, y de su evolución con
relación al mundo externo”. (Conde. 2001:59).
Según Conde Caveda, el Esquema Corporal es “el conocimiento y localización de
los distintos segmentos corporales tanto en el propio cuerpo del niño como en el de su
igual, de forma estática como en movimiento”. (Conde. 2001:59).

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II.- La Espacialidad.

Según Blázquez & Ortega, citado por Conde Caveda, la percepción del espacio es
capital para el niño en lo referente a su motricidad, desarrollo intelectual o afectivo, y
sobre todo, en su relación con sus aprendizajes escolares (lectura y escritura); y supone
una relación entre el cuerpo y el medio exterior. (Conde Caveda. 2001:100).
La adquisición de la espacialidad, debe correr paralela a la maduración corporal, y
no puede desarrollarse de forma aislada, pues hasta que se conozcan las partes esenciales
del cuerpo (Esquema Corporal), no podrán situarse los conceptos como delante – atrás,
arriba – abajo, o a uno u otro lado del cuerpo (izquierda – derecha). Este último concepto
de izquierda y derecha, lleva a la idea de que Espacialidad y Lateralidad, que también a
nivel motriz, están íntimamente relacionadas, no produciéndose un buen desarrollo de la
Espacialidad, si la Lateralidad no es bien educada. A esta relación del Cuerpo y Espacio, se
debe agregar el concepto Tiempo, ya que según Coste, el espacio y tiempo forman un
conjunto indisociables, ya que todas las acciones se despliegan en un tiempo y en un
espacio determinado (Conde. 2001:149).
La noción de Espacialidad, se encuentra relacionada con el Esquema Corporal, La
Lateralidad y la Temporalidad.
En la educación del espacio, se debe tener especial cuidado con no saltar etapas,
ya que para que el niño llegue a controlar lo abstracto de los conceptos espaciales, debe
antes vivenciarlos con su propio cuerpo.
Según Vayer, citado por Conde Caveda, las alteraciones de la orientación y
discriminación espacial, así como las de representación y estructuración del espacio, son
de origen de muchas de las dificultades aparecidas en el aprendizaje de los medios de
expresión, como pueden ser la lectura y la escritura. (Conde. 2001:150).
Según Comellas & Perpinyá, citado por Conde Caveda, el espacio propiamente
dicho, se puede definir como el medio donde el niño se mueve y se relaciona, y a través
de sus sentidos ensaya un conjunto de experiencias personales que le ayudan a tomar
conciencia de su cuerpo y de su orientación. (Conde. 2001:150).

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Para Blázquez & Ortega ,citado por Conde Caveda el espacio será aquello que nos
rodea; es decir, los objetos, los elementos y las personas; y tener una buena percepción
del espacio será ser capaz de situarse, de moverse en este espacio, de orientarse, de
tomar direcciones múltiples y de analizar situaciones y representarlas. (Conde. 2001:150).
La espacialidad para Wallon, será: el conocimiento o toma de conciencia del medio
y sus alrededores; es decir, la toma de conciencia del sujeto, de su situación y de sus
posibles situaciones en el espacio que lo rodea (mide espacio con su cuerpo), su entorno y
los objetos que en él se encuentran. (Conde. 2001:150).

II.I.- El sujeto con relación al espacio.

El niño va construyendo a lo largo de su desarrollo la noción de espacio. En un


principio la misma está determinada por el conocimiento y la diferenciación de su yo
corporal, respecto al mundo que lo rodea, para posteriormente y sobre la información que
le proporciona su propio cuerpo, percibir el espacio exterior y orientarse en él. (Arnaiz.
2001:46).
A través de la percepción dinámica del espacio vivido, se inicia progresivamente la
abstracción del espacio exterior, hasta llegar a la noción de distancia y orientación de los
objetos respecto al yo y de un objeto respecto a otro. Finalmente el niño es capaz de
trasponer esas nociones generales al plano reducido y abstracto que supone el grafismo.
(Arnaiz. 2001:46).

 Tipos de Espacialidad.

Según Castañer & Camerino, se puede dividir la Espacialidad y Organización


Espacial en dos tipos: Orientación Espacial y Estructuración Espacial.

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 Orientación Espacial.

La Orientación Espacial, es la aptitud o capacidad para mantener constante la


localización del propio cuerpo en función de los objetos, así como para posicionar a éstos
en función de nuestra propia posición (Conde. 2001:150).
Según Torre, citado por Conde Caveda, en la Orientación Espacial, se debe destacar
la idea de Espacio Perceptivo, basado en la vivencia motriz y perceptiva inmediata que el
niño posee del espacio, permitiéndole elaborar relaciones espaciales simples, a través de
una serie de puntos de referencias subjetivos, es decir, creados por el propio individuo; y
que tienen razón de ser para éste, independientemente del espacio que le rodea. Es por lo
tanto, un sistema de patrones intrínsecos; no tiene como punto de referencia ningún
objeto exterior. A este conjunto de relaciones espaciales simples, se les denomina
Relaciones Topológicas, que son relaciones existentes entre el sujeto y los objetos; o bien
relaciones muy elementales entre los objetos – sujetos. Entre estas relaciones, se pueden
nombrar:
- Relaciones de orientación: derecha – izquierda, arriba – abajo, delante – atrás, etc.
- Relaciones de Situación: dentro – fuera, encima – debajo, interior – exterior,
recordar un sitio o situación.
- Relaciones de Superficie: espacios libres, espacios llenos, etc.
- Relaciones de Tamaño: grande – pequeño, alto – bajo, ancho – estrecho, etc.
- Relaciones de Dirección: hacia la izquierda, hacia la derecha, desde aquí hasta…,
etc.
- Relaciones de Distancia: lejos – cerca, agrupación – dispersión, junto – separado,
etc.
- Relaciones de Orden o Sucesión Espacial: ordenar objetos en función de diversas
cualidades. (Conde. 2001:151)

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 Estructuración Espacial.

La Estructuración Espacial, se puede definir como la capacidad para orientar o


situar objetos o sujetos. (Conde. 2001:151).
Según Torre, la estructuración Espacial se relaciona con el Espacio Representativo
o Figurativo, que analiza los datos perceptivos inmediatos (basado en el espacio
perceptivo) y se elaboran relaciones espaciales de mayor complejidad, a través de una
serie de puntos de referencia, esta vez externos al cuerpo, es decir objetivos, dándose a
una edad superior (a partir de los 7 años). Estas relaciones espaciales de mayor
complejidad, son las denominadas Relaciones Proyectivas y Relaciones Euclidianas o
Métricas. (Conde. 2001:151).
Las Relaciones Proyectivas, son relaciones topológicas con un mayor grado de
complejidad, donde el niño descubre las dos dimensiones del espacio, largo y ancho; y por
lo tanto, el concepto de superficie. Según Castañer & Camerino (1991), las Relaciones
Proyectivas responden a la necesidad de situar, en función de una perspectiva, los objetos
o los elementos de un mismo objeto con relación a los demás. (Conde. 2001:151).
Las Relaciones Euclidianas o Métricas, que dan la capacidad de coordinar los
objetos entre sí, en relación con un sistema de referencias de tres ejes de coordenadas,
donde el niño descubre las tres dimensiones del espacio, aprendiendo las nociones de
volumen, de profundidad, perpendicularidad, paralelismo, etc.
Por lo tanto, la Orientación y Estructuración Espacial, constituirán los pilares que
posibilitaran el movimiento del niño para organizar el espacio, es decir de la Orientación y
Estructuración Espacial, surge la Organización del espacio. (Conde. 2001:151).

III.- La Temporalidad.

La vivencia del tiempo va unida a la vivencia del espacio, ya que el tiempo es la


duración que separa dos percepciones espaciales sucesivas. Cada persona tiene su propio
ritmo, que se manifiesta en las actividades que realiza, es lo que constituye su “tempo
espontaneo”, que puede ser definido como una estructura individual que determina el

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ritmo de cada persona para la realización de una actividad motora simple (Arnaiz.
2001:48).
La construcción de la noción del tiempo no se percibe a través de los sentidos, no
se ve ni se toca, únicamente se perciben los acontecimientos que ocurren, las acciones,
los movimientos, la velocidad, el ritmo. Así los niños en un primer momento asimilan la
sucesión temporal al adaptarse a las rutinas de atención a sus necesidades básicas
(alimentación, sueño, higiene), incorporando progresivamente las nociones de día –
noche, ahora – después, organizando las relaciones de tiempo como: la noción de
velocidad que está ligada a la acción, la noción de duración ligada al espacio recorrido, la
noción de continuidad ligada a la sucesión de los acontecimientos, las nociones de
simultaneidad y sucesión, que permiten al niño tolerar la espera y guardar un orden y ya
en un nivel simbólico la traspolación en el tiempo de los hechos acontecidos (Arnaiz.
2001:49).
Una administración correcta del tiempo es una de las condiciones necesarias para
una eficaz actividad, para establecer relaciones armoniosas con las personas que nos
rodean, un modo de vida más relajado, etc. A nivel escolar, la mala estructuración del
tiempo, según Roca, citado por Conde Caveda, significaría ineficacia, esfuerzo inútil,
pérdida de energía y en último término cansancio, angustia y desaliento. Según este autor,
muchas de las dificultades en los aprendizajes van asociados con insuficiencias en la
estructuración del tiempo, motivo por el que se debe estar muy preocupados en su
educación desde las primera edades. (Conde.2001:157).
Interna hacer comprensible el concepto de Tiempo, durante el periodo de
educación Infantil, se revela como una tarea compleja, radicando esta dificultad en tres
razones:
- La noción temporal es un concepto muy difícil de asimilar para el niño, ya que no
es algo perceptible por los sentidos. Contrariamente a lo que pasa con otras
percepciones, el organismo humano no tiene receptores específicos del tiempo.
- Hasta los siete años no se da en el niño un orden temporal coordinado
objetivamente, madurando este entre los siete y doce años.

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- La Organización Temporal no se conforma aisladamente, por el contrario, se
coordina con la Espacialidad dando lugar a la organización Espacio – Temporal.
Según Trigueros & Rivera, citado por Conde Caveda, para todos los seres humanos,
al percepción temporal no puede separarse de la espacial y viceversa, ya que todas
las situaciones y movimientos se van a dar en un espacio y en un tiempo
determinado. Según Lora Risco, citado por Conde Caveda, la conciencia del tiempo
se desarrolla posteriormente a la del espacio. Este hecho es debido a que las
estructuras temporales son más dependientes y están sujetas al desarrollo de la
estructuración espacial. (Conde. 2001:157).

Es por tanto muy difícil encontrar a niños con edades inferiores a los seis años que
presentan errores temporales, ya que la Temporalidad va a depender de varios factores,
entre los que se puede citar: el crecimiento orgánico y la maduración de los sistemas
nerviosos y endocrino, del ejercicio y la experiencia adquirid en la acción sobre los
objetos, de las interacciones y transmisiones sociales, y de la autorregulación del sujeto
resultante de una construcción cognitiva ininterrumpida. Todos estos factores van
madurando lentamente a medida que el niño va creciendo y se van consolidando a partir
de experiencias de ensayo –error. (Conde. 2001:158).
Según Lleixa, citado por Conde Caveda, la dimensión temporal influye
directamente en el resultado de la acción motriz. Por otro lado, el niño podrá acceder a las
nociones temporales gracias en gran parte al movimiento. La sucesión de sus acciones, la
velocidad con las que son realizadas, etc. Serán puntos de referencia que el niño utilizara
para evaluar la Temporalidad. (Conde. 2001:158).

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IV.- Psicomotricidad y aprendizaje; un ejemplo: La lectura y escritura desde
la perspectiva motriz.

Según Jiménez. J (1997:23), Le Boulch define Esquema Corporal “como intuición


global o conocimiento inmediato de nuestro propio cuerpo, sea en estado de reposo o en
movimiento, en función de la interrelación de sus partes y sobre todo, de su relación con
el espacio y los objetos que nos rodean”. La imagen mental del cuerpo, se construye a
partir del concepto de esquema corporal, el cual se elabora a partir de la interiorización de
sensaciones propioceptivas.
La mayoría de las actividades que los alumnos realizan en la escuela tiene su punto
de partida en el conocimiento del esquema corporal, por ejemplo, en el caso de la lectura,
requiere:
- Un equilibrio correcto y perfectamente controlado.
- El control de los ojos.
- Discriminar las percepciones visuales y auditivas.
- Una atención y memorización adecuadas

El aprendizaje de la Grafía exige:


- Una lateralización correcta y bien afirmada.
- Adecuada percepción visual.
- El equilibrio bien controlado.
- Buena coordinación visomanual.

Una adecuada estructuración del esquema corporal es el punto de partida para el


desarrollo de la personalidad e inteligencia, el conocimiento de las personas y los objetos
que lo rodean, si ésta es inadecuada se tendrá lugar a problemas familiares, escolares y
sociales.
Una inadecuada estructuración del esquema corporal puede traer secuelas de
tipos perceptivas, motrices y sociales.

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 Perceptivo: la estructura espacio - temporal se ve afectada, ya que es el propio
cuerpo el punto de referencia de todo aquello que se percibe y que define la relación con
las personas y las cosas. De esta estructuración dependerá la capacidad de orientación del
alumno, la que incidirá en el aprendizaje de la lecto - escritura. Los problemas más
frecuentes son:

- Confusión de letras en las que invierte la orientación:


Derecha – izquierda b d - p q
Arriba – abajo d p - n u
Inversión de letras: el le - la al
Inversión de sílabas: azul mar - amar azul

 Área Motriz: la falta del conocimiento del esquema corporal, acarrea en el niño
una mala estructuración de esquemas motores en los movimientos más básicos, ya que no
ejerce control sobre alguna parte de su cuerpo, presentando defectos en la coordinación
los cuales se manifiestan en la escritura como letras deformadas, mal alineadas y
temblorosas.

 Área social: Su deficiente desempeño en las diversas asignaturas, le significan una


cantidad de amonestaciones tanto de sus profesores como de los padres, lo que modifica
su carácter y su estado anímico constantemente, respondiendo de manera agresiva y
presentando una constante ansiedad.

TRABAJO AUTÓNOMO

¿En qué consiste la Psicomotricidad?

¿Cuáles son las habilidades motrices?, explique cada una de ellas.

¿Cuáles son los tipos de espacio que el sujeto tiene con su entorno?

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BIBLIOGRAFIA.

ARNAIZ, P. (2001).La Psicomotricidad en la Escuela: Una práctica preventiva y educativa.


Editorial Aljibe. Málaga – España.

BIGAS, M. Y CORREIG M. (2001). Didáctica de la lengua en la educación infantil. Editorial


Síntesis. España.

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Ediciones Aljibre. Málaga. España.

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SWARTZ, S. (2010). Cada niño un lector: estrategias innovadoras para enseñar a leer y
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TRULLOS, A (2000). Descubrir el placer de leer: Lectura y motivación lectora. Editorial
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Sensibilidad a los aspectos sonoros de las palabras y su relación con el aprendizaje de la


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Relación entre ejecuciones deficientes de motricidad fina con dificultades de escritura.


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