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Cuba: Del régimen de Batista a la Revolución cubana.

Régimen de Fulgencio Batista.

El tema que se tratara en el estado de la cuestión será sobre las medidas tomadas en el
poder, los conflictos de Cuba con el dictador dispuesto por los Estados Unidos, Fulgencio
Batista y los factores e inicios que desencadenaron en la revolución cubana.

Batista fue una de las personalidades militares y políticas cubanas del siglo XX.
Dictador cubano, presidente en dos oportunidades y derrocado por la Revolución Cubana
Llegó al poder a través de un golpe de estado y se iría del mismo modo, a la fuerza cuando
la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro lo imponen.
Ejerció un poder dictatorial en los dos mandatos presidenciales que encabezó, entre 1940 y
1944, y 1952 y 1959.

El 12 de agosto de 1933, una alianza entre un sector de los militares con un sector
político derroca al dictador Gerardo Machado, formándose un gobierno provisional
presidido por Carlos Manuel Céspedes y Quesada, el cual no triunfaría debido al
descontento social. En este momento aparecerá Batista en el ámbito público.

Ante el descontento social, un grupo militar entre los que se encuentra Batista junto con
sectores cívicos que buscan un sistema democrático, firman un manifiesto pidiendo la
elaboración de una nueva Constitución que reemplace a la de 1901, en la cual aparecía
recogida la Enmienda Platt, que otorgaba derechos soberanos a EEUU sobre suelo cubano.

Batista estará implicado en el Movimiento Cívico-Militar que derrocará al Gobierno


Provisional, creándose en su lugar una Junta de Gobierno conocida como la Pentarquía (por
constar de cinco miembros) liderada por el Doctor Ramón Grau San Martín. El presidente
Grau San Martín realizará propuestas y reformas de carácter nacional y socialista,
prometiendo “una nueva Cuba” con justicia social para todas las clases. Entre estas
propuestas y reformas destacamos las siguientes:

· Abrogación de la Enmienda Platt.

· Disolución de los partidos políticos adeptos al dictador Gerardo Machado.


· Concede autonomía a la Universidad de La Habana.

· Decreto que establece las jornadas de ocho horas.

· Creación de un Ministerio de Trabajo.

· Salario Mínimo para los cortadores de caña de azúcar.

· Concesión del voto femenino.

· Una reforma agraria que promete a los campesinos obtener la titularidad legal de sus
tierras.

· Rebajar los precios de los artículos de primera necesidad.

· Reducción de las tasas de electricidad y de gas.

· Ruptura con el monopolio de las empresas estadounidenses.

· Imposición de una moratoria temporal sobre la deuda.

. Nacionalización de la Cuban Electric Company, filial de la American Bond and Foreign


Power Company.

Además, propone una Asamblea Constituyente para el 20 de mayo de 1934 y elecciones


para el 22 de abril de ese mismo año. El gobierno de la Pentarquía buscará el
reconocimiento de EEUU, pero no lo conseguirá.

Al formarse el gobierno de la Pentarquía, Batista y sus adeptos se apoderarán del


liderazgo en el Ejército, convirtiéndose en el nuevo Jefe del Estado Mayor. El 5 de
septiembre se va a reunir con el embajador estadounidense Sumner Welles. Welles estaba
preocupado por las promesas que había realizado el nuevo gobierno, a los que acusaba de
ser elementos sumamente radicales pese que reconocía que la inmensa mayoría del pueblo
cubano los apoyaba.

El gobierno de Grau San Martín sería conocido como “el gobierno de los cien días”
(duró 127) porque se verá obligado a renunciar a su cargo en enero de 1934 por una
coalición formada por políticos de derechas y militares, guiada por Fulgencio Batista, el
cual se convertirá en un fiel aliado de los intereses norteamericanos en Cuba. Dejará de ser
sargento y subirá su grado al de General.

Tras el derrocamiento del presidente Grau San Martín, Batista controlará a todos los
presidentes que van a sucederle en el cargo. En el gobierno Provisional pasarán Carlos
Hevia (gobierna durante 6 días), Manuel Márquez Sterling (6 horas), Carlos Mendieta
(1934-1935) y José Agripino Barnet (11 de diciembre de 1935 al 20 de mayo de 1936). Éste
último convocará elecciones, donde será elegido Miguel Mariano Gómez (20 de mayo al 24
de diciembre de 1936) y tras su renuncia llegará a la presidencia Federico Laredo Brú.
Laredo Brú será partidario de realizar una Asamblea Constituyente en 1939.

Durante este tiempo (1934-1939), Batista como Coronel-Jefe del Ejército, llevará a
cabo una dura represión contra las movilizaciones campesinas y comunistas de Cuba,
especialmente en 1935. En 1939, ante los propósitos de crear una Asamblea Constituyente
por parte del presidente Laredo Brú, se encargará de organizarla, pese a que trató de
retardar su celebración cuanto pudo. Para ello, buscará alianzas con partidos obreros, como
el Comunista y el Partido Socialista Popular. El 8 de junio de 1940 se promulga la nueva
Constitución Cubana, en cuya asamblea constituyente participaron personajes como Ramón
Grau San Martín (el ex presidente derrocado por Batista), Carlos Prío Socarrás (al que
Batista derrocaría en 1952), Eduardo Chibás (del Partido del Pueblo Cubano o Partido
Ortodoxo) además de Blas Roca y Juan Marinello (del Partido Comunista). Esta
Constitución introduce el semiparlamentarismo, la elección del Presidente por sufragio
universal por un período de cuatro años, la intervención del gobierno en la economía y la
seguridad social, entre otros elementos. Su base social se basaría en los aportes de los
comunista.

Batista se presentará a las elecciones de 1940, siendo el candidato de la Coalición


Socialista-Democrática, formada tanto por fuerzas conservadoras como por comunistas del
Partido Socialista Popular. Para ganarse a las formaciones progresistas, Batista estuvo
detrás de decisiones llevadas a cabo durante el gobierno de Laredo Brú, como la amnistía
general que liberó a 3.000 presos políticos en 1937, la legalización del Partido Comunista
en septiembre de 1938, el restablecimiento de la autonomía de la Universidad en 1939,
además de liderar el proceso constituyente de 1940.
Por su parte, el Partido Comunista en diciembre de 1938 busca alianzas para crear una
especie de Frente Popular ante la situación internacional que se vivía en Europa con el
fascismo. Batista, aprovechando el contexto internacional, visitará México en 1939 bajo la
presidencia del progresista Lázaro Cárdenas, donde ante 10.000 personas, salió en defensa
de la República Española, por entonces enfrentada con las tropas lideradas por Franco.
Estas declaraciones y el apoyo que les ofreció durante la Asamblea Constituyente,
convenció a los comunistas que Batista, antiguo represor, estaba girando hacia la izquierda.

Finalmente, el 10 de octubre de ese mismo año asumirá la presidencia, habiendo


obtenido la mayoría de los votos, contra los obtenidos por Ramón Grau San Martín. Por su
parte, el embajador estadounidense George Messersmith, ante la presencia de comunistas
en el gobierno de Batista, dirá que no son un problema, pues estos están controlados.

Batista inaugura su cargo presidencial constitucional el 10 de octubre de 1940. A nivel


nacional, el gobierno de Batista construyó algunas escuelas, si bien éstas sólo estaban a
disposición de los hijos e hijas de la burguesía cubana. La situación internacional, no
obstante, va a empeorar el nivel de vida del pueblo cubano. Este contexto no es otro que el
de la Segunda Guerra Mundial.

En el este gobierno de Batista, al haber comunistas, gran parte de sus ministros eran
anti-fascistas, pero el ala conservadora del mismo era claramente pro-nazi, de esta forma, se
le concede la Orden del Mérito Nacional Carlos Manuel de Céspedes a Joachim von
Ribbentrop (delegado del Partido Nacional-Socialista Alemán para los Asuntos de Política
Exterior) y a Vico von Vulgo Shwant (Ministro Plenipotenciario, jefe de protocolo e
introductor de ministros de la Cancillería alemana). Además, el 19 de diciembre de 1940, a
raíz de una invitación del Presidente Batista, arriba al puerto de Santiago de Cuba el
acorazado alemán Schleswig-Holstein.

Las medidas anti-fascistas y la posterior intervención de Cuba en la Segunda Guerra


Mundial se debe al alineamiento de la política económica con EEUU. La industria
azucarera afectada por el deterioro de las relaciones de Cuba con EEUU en 1939, comenzó
a mejorar a raíz de la mejora de la situación , al restablecer el sistema de cuotas para esta
industria.
Tras el gobierno constitucional de Batista, le sucederá en la presidencia el anterir
presidente Ramón Grau San Martín, quien intentará paliar los problemas económicos del
mandato de Batista, pero no lo conseguirá del todo, siendo muchos negocios controlados
por grupos mafiosos. En julio de 1944, el embajador estadounidense Spruille Braden,
comentará la mala situación económica que Batista dejaría a su sucesor en la
presidencia: “Es cada vez más evidente que el presidente Batista desea hacerle la vida
difícil a la próxima administración por todos los medios posibles, y particularmente desde
un punto de vista financiero”.

En noviembre de 1947, Cuba bajo su mandato será el único país de Hispanoamérica que
votará en contra de la instauración del Estado de Israel.

El 1 de junio de 1948, Carlos Prío Socarrás se convertirá en el nuevo presidente de


Cuba por el Partido Revolucionario Cubano Auténtico. Justo en este año, Batista regresa de
EEUU e iniciará una nueva etapa política.

Creó una organización política llamada Partido de Acción Unitaria (PAU) para tomar
su cargo como senador por la Coalición Liberal Demócrata en la Provincia de Las Villas,
buscando visibilidad para las elecciones de 1952. Además de una campaña electoral, Batista
organizará conspiraciones con partidarios del Ejército y de la Oligarquía.

Estas conspiraciones tomaron mayor fuerza a medida que las encuestas sobre las futuras
elecciones le daban como tercer candidato.

Teniendo en cuenta que no era su primer golpe de Estado (ya había acabado con la
presencia de Ramón Grau San Martín en 1934), Batista se preparaba para el segundo, con
el cual alcanzaría el poder. Las elecciones eran para junio de 1952, el general Batista,
apoyado en sus partidarios en el Ejército y de la oligarquía, toma el 10 de marzo de 1952 el
campamento de Columbia sin derramamiento de sangre.

Este golpe tiene gran aprobación por parte de los funcionarios estadounidenses, quienes
aplaudieron el golpe de Batista, ya que su régimen ofrecía diferentes posibilidades
beneficiosas para EEUU:
.Acabar con el movimiento obrero cubano.

. Aumentar el capital extranjero dentro de la economía nacional.

. Una administración más eficiente que la de los gobiernos anteriores.

.Una cooperación mayor con EEUU.

Batista ejerció una dictadura “personalista”, por estar más vinculada a un líder político
que a un partido o ideología. Su gobierno estaba formado por liberales, conservadores y
antiguos militantes del Partido Demócrata. Una Junta Militar va a investir a Batista con
facultades extraordinarias para asumir el poder sobre el Estado. La Constitución de 1940
será sustituida por una Ley Constitucional el 4 de abril de 1952. Suspende al Congreso y
entrega el poder legislativo al Consejo de Ministros, además de suprimir las garantías
constitucionales y el derecho a huelga, y restablece la pena de muerte (abolida en la
Constitución de 1940).

Para dar una imagen democrática a nivel interno como externo de Cuba, celebrará unas
elecciones fraudulentas en noviembre de 1954 que le otorgarán el poder sin firme
oposición, pese a que muchos líderes sindicales y comunistas llamaron al boicot de las
mismas.

El régimen se caracterizó por negocios con las mafias de EEUU , acusaciones en las
que se lo comprometía en el robo de la Lotería Nacional de Cuba, y la compra de
periodistas, obispos, políticos o incluso líderes sindicalistas.

Las violaciones a la libertad de prensa estuvieron muy presentes a través de la Censura,


en especial cuando comienza a dar problemas la guerrilla comandada por Fidel Castro. Un
informe de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) publicado en 1957 calificó de
“antidemocrático al gobierno del Presidente Fulgencio Batista de Cuba, pues este gobierno
no respeta la libertad de prensa”.

Durante la etapa de combate con la guerrilla, de los 759 días que duró el
enfrentamiento (entre el 2 de diciembre de 1956 y el 1 de enero de 1959), se aplicó la
censura en 630 días. Algunos diarios como el periódico Hoy, órgano del Partido Socialista
Popular, fue clausurado el 27 de julio de 1953, tras el Asalto al Cuartel Moncada.
Para entender las futuras rebeliones contra Fulgencio Batista, debemos conocer en
primer lugar las condiciones en que se encontraba el país.

Economía: Según las estadísticas del Banco Nacional de Cuba, entre 1951 y 1952 el PIB
cubano aumenta un 2,52%, siendo presidente Carlos Prío Socarrás. Entre 1952 a 1953, bajo
la dictadura de Batista, el PIB cayó un 11,41%, con un alza de sólo un 0,9 de 1953 a 1954,
y de un 3,5 de 1954 a 1955. Sólo en 1956, el PIB vuelve a alcanzar su nivel de 1952 con
2.460,2 millones de pesos. De esta forma, al contrario de lo que afirman los apologistas de
Batista, no es posible señalar un crecimiento económico entre 1952 a 1956. Sí hubo cierta
mejoría en 1957 cuando el PIB alcanza los 2.803,3 millones de pesos, aunque en 1958
vuelve a descender a 2.678,9 millones.

Las exportaciones de Azúcar, elemento clave de la economía cubana, generaba ingresos


de 623 millones de pesos en 1952, descendiendo a 383,5 millones en 1953, 412,8 millones
en 1954, 402,1 millones en 1955, 426,1 millones en 1956 y 520,7 millones en 1958. Sólo
en 1957 generó más ingresos que en 1952 con 630,8 millones de pesos.

Condiciones de vida: Las medidas de Batista respecto a las exportaciones de azúcar


influirá en la vida de los trabajadores agrícolas. Durante esta dictadura, sus salarios no
alcanzaron nunca el nivel de 1952. Ocurre lo mismo con los trabajadores industriales.

Según un informe redactado por el Consejo Nacional de Economía de EEUU entre


mayo de 1956 y junio de 1957, titulado “Investment in Cuba. Basic Information for the
United States Busing Department of Commerce”, el número de desempleados era de
650.000 la mitad del año, es decir, cerca del 35% de la población activa. Entre estas
650.000 personas, 450.000 eran desempleadas permanentes. Entre los 1,4 millones de
trabajadores, el 62% recibía un salario inferior a 75 pesos mensuales.El 60% de los
trabajadores agrícolas viven en barracones con techo de guano y piso de tierra desprovistos
de condiciones salubres y agua corriente. Alrededor del 90% no tienen electricidad y sólo
un 11% de este tipo de trabajador consume leche, el 4% carne y el 2% huevos.

Educación y sanidad: aunque Batista construyo escuelas, sólo podrán acceder a ellas
los hijos e hijas de la burguesía cubana. El 43% de la población es analfabeta y el 44%
nunca había ido a la escuela. Como es de suponer, muy pocos tendrían medios para realizar
estudios universitarios. La mayor parte de los estudiantes universitarios participaban en
diferentes acciones contra el régimen de Batista, siendo el caso más famoso el de Rubén
Batista (sin relación de parentesco con el dictador), el cual morirá asesinado durante una
represión estudiantil en enero de 1953, convirtiéndose en un mártir para los diferentes
grupos opositores.

Las tácticas inadecuadas de Batista para acabar con los rebeldes ponían en grave
situación los intereses económicos de EEUU en Cuba. Por este motivo, el gobierno
estadounidense de Eisenhower se plantea alternativas para sacar a Batista del poder, pero
sin beneficiar con ello a los grupos rebeldes.

La clausura de los mecanismos democráticos y la persistencia injerencia norteamericana


en la vida de la isla despertaron en un grupo de estudiantes universitarios, de activa
participación en la Federacion Estudiantil Universitaria y simpatizantes en el partido
ortodoxo, la sedición de formar una vanguardia que iniciara la lucha armada para derrocar a
Batista. El liderazgo de esta agrupación recayó en Fidel Castro Ruz, un graduado en la
carrera de Derecho.

En sus comienzos, la revolución se apoyó en la burguesía urbana, ya que los obreros


urbanos y rurales y los empresarios y terratenientes azucareros no se implicaron en la lucha
contra Batista. A principios de 1959 había renacido la vieja Revolución cubana, con sus
banderas nacionalistas, moralizadoras y antidictatoriales, que fue convertida por Castro en
una revolución social, que con su giro prosoviético generó graves conflictos con Estados
Unidos. Halperín Donghi afirma que lo novedoso de esta situación no era el autoritarismo,
algo frecuente en América Latina, sino la marcha hacia la revolución social. La negativa de
Castro a institucionalizar la revolución y a convocar elecciones respondía a su decisión de
mantener el rumbo revolucionario. En 1959 tuvieron lugar las primeras reformas, de tono
populista y escasamente revolucionarias, seguidas de la nacionalización de intereses
norteamericanos y de una reforma urbana que rebajó y congeló los alquileres. Estas
medidas se complementaron con campañas de de alfabetización y una red sanitaria que
garantizaba atención médica a toda la población. Esta moderación inicial le permitió al
gobierno ampliar su base de apoyo popular.
Revolución cubana.
Perspectiva según diferentes autores.

Los autores Francisco Robles Rivera y Eduardo Saxe Fernández en la revista de


Estudios Latinoamericanos, a través del artículo llamado: Cuba y la revolución en el siglo
XXI, analizan los procesos económicos, políticos y sociales que explicarían la victoria de
la revolución cubana sobre los procesos de globalización neoliberal, haciendo un análisis
inicial sobre lo que significo dicha revolución en sus inicios.

De manera que para los autores, La revolución cubana marcó el hito más significativo
en la historia contemporánea de la Isla y de la misma región latinoamericana; en un
sentido similar al de la Independencia de España y Portugal y al de la revolución
mexicana de 1910. Cuba se separó del control del hegemónico mundial, Estados Unidos de
América, y se alió con el principal contendor de este del período 1917-1989, la entonces
Unión Soviética. En buena medida, aunque difícil de evaluar, Cuba sobrevivió a los
embates contrarrevolucionarios y de los sucesivos gobiernos de Washington, contrariados
por ese apoyo euroasiático.

Ahora si analizamos lo que dice el autor Zanatta en el libro Historia de América


Latina, de la colonia al siglo XXI, este analiza la revolución como una revolución
socialista pero nacional, que fue invocada tanto por los revolucionarios como por los
reformistas, para demostrar que ellos también intentaban remover las raíces del orden
existente. Por lo cual la revolución se convierte en una palabra clave debido a tres
cuestiones. La primera es que las grandes transformaciones sociales y económicas que
tuvieron lugar durante y después de la guerra exigían respuestas que no llegaron o fueron
insuficientes. La segunda es que después de 1945 la mayoría de las instituciones
democráticas no parecían ofrecer respuestas a los revolucionarios ni a quienes combatían la
revolución. La tercera y última era porque la heridas sociales, no cerrarían con las
herramientas democráticas parlamentarias, sino con una fuerza de violencia revolucionaria.

De manera que para Zanatta la revolución Cubana se dio gracias a los siguientes
factores, La revolución llevada a cabo en Cuba -cuya fecha hito es ello de enero de 1959-
bajo la guía de Fidel Castro tuvo diversas causas que la inscriben como un caso peculiar
en el panorama de las revoluciones socialistas del siglo xx. Entre ellas se destaca la
cuestión nacional, es decir, el nudo irresuelto de la independencia cubana y las relaciones
con los Estados Unidos a partir de 1898, cuando la isla fue emancipada sólo para caer
bajo una suerte de protectorado político, económico y militar estadounidense. A dicho
panorama se sumaba la grave cuestión social: mientras disfrutaba de discretos indicadores
de niveles de vida en América Latina, la expansión del cultivo de caña de azúcar y de las
relaciones de producción capitalistas en el campo había convertido a la mayoría de los
campesinos en braceros, desocupados durante gran parte del año, cuando el trabajo en los
cultivos se detenía. Más que por el retraso y la miseria, la revolución fue facilitada por los
efectos de los profundos cambios de la estructura social cubana. El peso del capital
estadounidense en la economía de la isla transformó la cuestión social y la cuestión
nacional en caras de una misma moneda. A tales causas se añadió, a partir de 1952, una
explosiva cuestión política, cuando el golpe de Fulgencio Batista clausuró los ya frágiles
canales de la democracia representativa y empujó a la insurrección a la generación de
jóvenes nacionalistas que se enfrentaba en la escena política. Las causas estructurales
fueron acompañadas por otra circunstancia igualmente decisiva: sobre ese inmenso pajar
listo para arder, la figura carismática del joven Fidel Castro tuvo el efecto de un fósforo
encendido. (Zanatta, 163)

De manera que cuando la revolución podía hacerse efectiva debido a la extrema


polarización causada por el gobierno autoritario de Batista y su brutal violencia. Les
permitió a los guerrilleros de la Sierra (hábiles en la invocación de un programa político y
una serie de ideales nacionalistas y democráticos) reunir, en torno a la inevitabilidad de la
vía insurreccional y a la preeminencia de la guerrilla rural sobre la lucha de masas en la
ciudad, a las fuerzas más variadas y dispares. Entre ellas se contaban desde los estudiantes
del Directorio Revolucionario a las organizaciones del laicado católico; desde los referentes
de los partidos tradicionales a los comunistas del Partido Socialista Popular (en un principio
hostiles al método castrista); desde los liberales estadounidenses (contrarios al connubio
entre la Casa Blanca y los dictadores de América Latina) a los demócratas
latinoamericanos, decididos -en particular el venezolano Rómulo Betancourt- a limpiar el
área de los caudillos militares que aún les infligían estragos.
Muchos de ellos, sin embargo, abandonaron el proceso o fueron marginados y acabaron
por combatir la revolución cuando Castro, tras una fase inicial en la cual consintió la
formación de un gobierno moderado, se comprometió con decisión en el camino de la
revolución social y del antiimperialismo militante, en la patria y en el extranjero, dejando
de lado el compromiso de restablecer la democracia parlamentaria y el imperio de la
Constitución de 1940. Cuánto de ello estaba inscrito en los ideales del líder revolucionario
y en las condiciones estructurales de la isla, y cuánto fue debido a una reacción la
revolución adoptó reformas económicas, sociales y políticas que con el tiempo se
asemejaron al modelo socialista, coronadas con la explícita adhesión a los principios del
marxismo-leninismo.

Por lo que el autor expresa que en fin la revolución cubana encendió un polvorín
puesto que, en especial en los primeros años, trató de exportar su modelo de guerrilla
armada, financiando o adiestrando grupos, aunque sería erróneo suponer que era el único
foco de un fenómeno que en verdad tenía antiguas raíces endógenas en todas partes. La
revolución se llevó adelante mientras la oleada autoritaria iniciada un decenio antes estaba
en pleno reflujo, es decir, cuando la mayor parte de los países en los que había golpeado
había vuelto a gobiernos constitucionales

Por último analizamos el punto de vista del autor Nicolás Bonforti en la revista de la
Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea en el artículo llamado,
El impacto de la Revolución Cubana en el Semanario Marcha entre 1959-1961.
Prudencia, asombro y encantamiento. En la cual el autor analiza que desde la década del
60 y la Revolución Cubana permitían discutir la integración y la cuestión latinoamericana
desde una doble perspectiva: por un lado, ante la avanzada de la Alianza por el Progreso los
intelectuales levantaban la voz en tono soberano y con sentimientos de autonomía frente a
lo que consideraban una intromisión cada vez más marcada de la política internacional
norteamericana en el continente que se expresaba fundamentalmente en la creación de
acuerdos comerciales que impactaban de forma directa en las economías en desarrollo. La
integración propuesta por los Estados Unidos era duramente denunciada no sólo por las
características del “contrato” sino porque el deseo estaba puesto en que la integración
reflejase un proyecto continental amplio. No significa que se rechazaban los avances de la
tecnología, no es una integración romántica, sino que los avances, el progreso, debían estar
orientados por la planificación económica; es aquí donde surge la cuestión de la ideología y
la brújula que oriente la planificación es el socialismo, un socialismo de características
novedosas y creadoras y segundó El deseo de extender la Revolución se explicaba por el
temor de que la misma quedase cercada y por la confianza en un mismo destino para toda
América Latina, tanto en las desgracias del pasado, como el futuro prometido. Por lo tanto,
Cuba pasaba a ser faro de promesas pero también un proceso generador de inquietudes,
donde la ansiedad podía jugar una mala pasada a los intelectuales a la hora de caracterizar
la coyuntura latinoamericana.

Consideraciones finales:

El triunfo de la Revolución Cubana implicó que al llegar Fidel Castro y sus hombres al
poder intentaran rápidamente sentar las bases de una sociedad económica, social y
políticamente socialista y para ello se pusieron en marcha una gran cantidad de reformas,
que afectaron intereses tanto nacionales como internacionales, especialmente de Estados
Unidos. Esta situación generó protestas y la expulsión de Cuba de la Organización de
Estados Americanos. Lo que provoco que ante tales medidas el gobierno cubano se acercara
a la Unión Soviética, lo que provoco que Cuba se convirtiera en uno más de los frentes de
la Guerra Fría en la Crisis de los misiles, debido a su proximidad a los Estados Unidos y
que ante la constante presión de Washington la respuesta de Fidel Castro fue su intento de
exportar la lucha armada y la revolución socialista al resto de América Latina.

Por lo que se puede interpretar que la confrontación Cuba—Estados Unidos ha estado


provocada por la pretensión norteamericana de mantener a Cuba bajo su dominio
neocolonial y que el conflicto no nació con el triunfo de la Revolución, sino que solo se
agudizó cuando el pueblo de Cuba logró romper las cadenas que lo ataban al imperialismo
norteamericano y decidir así su propio destino socialista. Por lo que la Revolución Cubana
es el resultado de una necesidad histórica, de honda raíz nacional y popular, con
independencia de la influencia de un conjunto de factores externos que aceleraron y
matizaron el proceso mismo de la Revolución.
Bibliografía:

 Mires Fernando. (1989) La rebelión permanente: las revoluciones en America


Latina, México, editorial: Siglo XXI
 Halperin Donghi, (1987) Historia contemporánea de América Latina, Buenos Aires,
editorial: Alianza
 Eric Hobsbawn, (2015) Historia del siglo XX, Buenos Aires, Editorial: Critica
 Robles Rivera, F., & Saxe-Fernández, E. (2009). Cuba y la revolución en el siglo
XXI. Temas De Nuestra América. Revista De Estudios Latinoamericanos, 25(47),
139-150. Costa Rica.
 Nicolás Bonforti, (2017) El impacto de la Revolución Cubana en el Semanario
Marcha entre 1959-1961. Prudencia, asombro y encantamiento, Revista de la Red
de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea N° 6. 44-59.
Cordoba,
 Loris Zanatta. (2012) Historia de. América Latina. De la Colonia al siglo XXI. Ed.
siglo veintiuno. 161-166. Buenos aires.

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