El tema que se tratara en el estado de la cuestión será sobre las medidas tomadas en el
poder, los conflictos de Cuba con el dictador dispuesto por los Estados Unidos, Fulgencio
Batista y los factores e inicios que desencadenaron en la revolución cubana.
Batista fue una de las personalidades militares y políticas cubanas del siglo XX.
Dictador cubano, presidente en dos oportunidades y derrocado por la Revolución Cubana
Llegó al poder a través de un golpe de estado y se iría del mismo modo, a la fuerza cuando
la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro lo imponen.
Ejerció un poder dictatorial en los dos mandatos presidenciales que encabezó, entre 1940 y
1944, y 1952 y 1959.
El 12 de agosto de 1933, una alianza entre un sector de los militares con un sector
político derroca al dictador Gerardo Machado, formándose un gobierno provisional
presidido por Carlos Manuel Céspedes y Quesada, el cual no triunfaría debido al
descontento social. En este momento aparecerá Batista en el ámbito público.
Ante el descontento social, un grupo militar entre los que se encuentra Batista junto con
sectores cívicos que buscan un sistema democrático, firman un manifiesto pidiendo la
elaboración de una nueva Constitución que reemplace a la de 1901, en la cual aparecía
recogida la Enmienda Platt, que otorgaba derechos soberanos a EEUU sobre suelo cubano.
· Una reforma agraria que promete a los campesinos obtener la titularidad legal de sus
tierras.
El gobierno de Grau San Martín sería conocido como “el gobierno de los cien días”
(duró 127) porque se verá obligado a renunciar a su cargo en enero de 1934 por una
coalición formada por políticos de derechas y militares, guiada por Fulgencio Batista, el
cual se convertirá en un fiel aliado de los intereses norteamericanos en Cuba. Dejará de ser
sargento y subirá su grado al de General.
Tras el derrocamiento del presidente Grau San Martín, Batista controlará a todos los
presidentes que van a sucederle en el cargo. En el gobierno Provisional pasarán Carlos
Hevia (gobierna durante 6 días), Manuel Márquez Sterling (6 horas), Carlos Mendieta
(1934-1935) y José Agripino Barnet (11 de diciembre de 1935 al 20 de mayo de 1936). Éste
último convocará elecciones, donde será elegido Miguel Mariano Gómez (20 de mayo al 24
de diciembre de 1936) y tras su renuncia llegará a la presidencia Federico Laredo Brú.
Laredo Brú será partidario de realizar una Asamblea Constituyente en 1939.
Durante este tiempo (1934-1939), Batista como Coronel-Jefe del Ejército, llevará a
cabo una dura represión contra las movilizaciones campesinas y comunistas de Cuba,
especialmente en 1935. En 1939, ante los propósitos de crear una Asamblea Constituyente
por parte del presidente Laredo Brú, se encargará de organizarla, pese a que trató de
retardar su celebración cuanto pudo. Para ello, buscará alianzas con partidos obreros, como
el Comunista y el Partido Socialista Popular. El 8 de junio de 1940 se promulga la nueva
Constitución Cubana, en cuya asamblea constituyente participaron personajes como Ramón
Grau San Martín (el ex presidente derrocado por Batista), Carlos Prío Socarrás (al que
Batista derrocaría en 1952), Eduardo Chibás (del Partido del Pueblo Cubano o Partido
Ortodoxo) además de Blas Roca y Juan Marinello (del Partido Comunista). Esta
Constitución introduce el semiparlamentarismo, la elección del Presidente por sufragio
universal por un período de cuatro años, la intervención del gobierno en la economía y la
seguridad social, entre otros elementos. Su base social se basaría en los aportes de los
comunista.
En el este gobierno de Batista, al haber comunistas, gran parte de sus ministros eran
anti-fascistas, pero el ala conservadora del mismo era claramente pro-nazi, de esta forma, se
le concede la Orden del Mérito Nacional Carlos Manuel de Céspedes a Joachim von
Ribbentrop (delegado del Partido Nacional-Socialista Alemán para los Asuntos de Política
Exterior) y a Vico von Vulgo Shwant (Ministro Plenipotenciario, jefe de protocolo e
introductor de ministros de la Cancillería alemana). Además, el 19 de diciembre de 1940, a
raíz de una invitación del Presidente Batista, arriba al puerto de Santiago de Cuba el
acorazado alemán Schleswig-Holstein.
En noviembre de 1947, Cuba bajo su mandato será el único país de Hispanoamérica que
votará en contra de la instauración del Estado de Israel.
Creó una organización política llamada Partido de Acción Unitaria (PAU) para tomar
su cargo como senador por la Coalición Liberal Demócrata en la Provincia de Las Villas,
buscando visibilidad para las elecciones de 1952. Además de una campaña electoral, Batista
organizará conspiraciones con partidarios del Ejército y de la Oligarquía.
Estas conspiraciones tomaron mayor fuerza a medida que las encuestas sobre las futuras
elecciones le daban como tercer candidato.
Teniendo en cuenta que no era su primer golpe de Estado (ya había acabado con la
presencia de Ramón Grau San Martín en 1934), Batista se preparaba para el segundo, con
el cual alcanzaría el poder. Las elecciones eran para junio de 1952, el general Batista,
apoyado en sus partidarios en el Ejército y de la oligarquía, toma el 10 de marzo de 1952 el
campamento de Columbia sin derramamiento de sangre.
Este golpe tiene gran aprobación por parte de los funcionarios estadounidenses, quienes
aplaudieron el golpe de Batista, ya que su régimen ofrecía diferentes posibilidades
beneficiosas para EEUU:
.Acabar con el movimiento obrero cubano.
Batista ejerció una dictadura “personalista”, por estar más vinculada a un líder político
que a un partido o ideología. Su gobierno estaba formado por liberales, conservadores y
antiguos militantes del Partido Demócrata. Una Junta Militar va a investir a Batista con
facultades extraordinarias para asumir el poder sobre el Estado. La Constitución de 1940
será sustituida por una Ley Constitucional el 4 de abril de 1952. Suspende al Congreso y
entrega el poder legislativo al Consejo de Ministros, además de suprimir las garantías
constitucionales y el derecho a huelga, y restablece la pena de muerte (abolida en la
Constitución de 1940).
Para dar una imagen democrática a nivel interno como externo de Cuba, celebrará unas
elecciones fraudulentas en noviembre de 1954 que le otorgarán el poder sin firme
oposición, pese a que muchos líderes sindicales y comunistas llamaron al boicot de las
mismas.
El régimen se caracterizó por negocios con las mafias de EEUU , acusaciones en las
que se lo comprometía en el robo de la Lotería Nacional de Cuba, y la compra de
periodistas, obispos, políticos o incluso líderes sindicalistas.
Durante la etapa de combate con la guerrilla, de los 759 días que duró el
enfrentamiento (entre el 2 de diciembre de 1956 y el 1 de enero de 1959), se aplicó la
censura en 630 días. Algunos diarios como el periódico Hoy, órgano del Partido Socialista
Popular, fue clausurado el 27 de julio de 1953, tras el Asalto al Cuartel Moncada.
Para entender las futuras rebeliones contra Fulgencio Batista, debemos conocer en
primer lugar las condiciones en que se encontraba el país.
Economía: Según las estadísticas del Banco Nacional de Cuba, entre 1951 y 1952 el PIB
cubano aumenta un 2,52%, siendo presidente Carlos Prío Socarrás. Entre 1952 a 1953, bajo
la dictadura de Batista, el PIB cayó un 11,41%, con un alza de sólo un 0,9 de 1953 a 1954,
y de un 3,5 de 1954 a 1955. Sólo en 1956, el PIB vuelve a alcanzar su nivel de 1952 con
2.460,2 millones de pesos. De esta forma, al contrario de lo que afirman los apologistas de
Batista, no es posible señalar un crecimiento económico entre 1952 a 1956. Sí hubo cierta
mejoría en 1957 cuando el PIB alcanza los 2.803,3 millones de pesos, aunque en 1958
vuelve a descender a 2.678,9 millones.
Educación y sanidad: aunque Batista construyo escuelas, sólo podrán acceder a ellas
los hijos e hijas de la burguesía cubana. El 43% de la población es analfabeta y el 44%
nunca había ido a la escuela. Como es de suponer, muy pocos tendrían medios para realizar
estudios universitarios. La mayor parte de los estudiantes universitarios participaban en
diferentes acciones contra el régimen de Batista, siendo el caso más famoso el de Rubén
Batista (sin relación de parentesco con el dictador), el cual morirá asesinado durante una
represión estudiantil en enero de 1953, convirtiéndose en un mártir para los diferentes
grupos opositores.
Las tácticas inadecuadas de Batista para acabar con los rebeldes ponían en grave
situación los intereses económicos de EEUU en Cuba. Por este motivo, el gobierno
estadounidense de Eisenhower se plantea alternativas para sacar a Batista del poder, pero
sin beneficiar con ello a los grupos rebeldes.
De manera que para los autores, La revolución cubana marcó el hito más significativo
en la historia contemporánea de la Isla y de la misma región latinoamericana; en un
sentido similar al de la Independencia de España y Portugal y al de la revolución
mexicana de 1910. Cuba se separó del control del hegemónico mundial, Estados Unidos de
América, y se alió con el principal contendor de este del período 1917-1989, la entonces
Unión Soviética. En buena medida, aunque difícil de evaluar, Cuba sobrevivió a los
embates contrarrevolucionarios y de los sucesivos gobiernos de Washington, contrariados
por ese apoyo euroasiático.
De manera que para Zanatta la revolución Cubana se dio gracias a los siguientes
factores, La revolución llevada a cabo en Cuba -cuya fecha hito es ello de enero de 1959-
bajo la guía de Fidel Castro tuvo diversas causas que la inscriben como un caso peculiar
en el panorama de las revoluciones socialistas del siglo xx. Entre ellas se destaca la
cuestión nacional, es decir, el nudo irresuelto de la independencia cubana y las relaciones
con los Estados Unidos a partir de 1898, cuando la isla fue emancipada sólo para caer
bajo una suerte de protectorado político, económico y militar estadounidense. A dicho
panorama se sumaba la grave cuestión social: mientras disfrutaba de discretos indicadores
de niveles de vida en América Latina, la expansión del cultivo de caña de azúcar y de las
relaciones de producción capitalistas en el campo había convertido a la mayoría de los
campesinos en braceros, desocupados durante gran parte del año, cuando el trabajo en los
cultivos se detenía. Más que por el retraso y la miseria, la revolución fue facilitada por los
efectos de los profundos cambios de la estructura social cubana. El peso del capital
estadounidense en la economía de la isla transformó la cuestión social y la cuestión
nacional en caras de una misma moneda. A tales causas se añadió, a partir de 1952, una
explosiva cuestión política, cuando el golpe de Fulgencio Batista clausuró los ya frágiles
canales de la democracia representativa y empujó a la insurrección a la generación de
jóvenes nacionalistas que se enfrentaba en la escena política. Las causas estructurales
fueron acompañadas por otra circunstancia igualmente decisiva: sobre ese inmenso pajar
listo para arder, la figura carismática del joven Fidel Castro tuvo el efecto de un fósforo
encendido. (Zanatta, 163)
Por lo que el autor expresa que en fin la revolución cubana encendió un polvorín
puesto que, en especial en los primeros años, trató de exportar su modelo de guerrilla
armada, financiando o adiestrando grupos, aunque sería erróneo suponer que era el único
foco de un fenómeno que en verdad tenía antiguas raíces endógenas en todas partes. La
revolución se llevó adelante mientras la oleada autoritaria iniciada un decenio antes estaba
en pleno reflujo, es decir, cuando la mayor parte de los países en los que había golpeado
había vuelto a gobiernos constitucionales
Por último analizamos el punto de vista del autor Nicolás Bonforti en la revista de la
Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea en el artículo llamado,
El impacto de la Revolución Cubana en el Semanario Marcha entre 1959-1961.
Prudencia, asombro y encantamiento. En la cual el autor analiza que desde la década del
60 y la Revolución Cubana permitían discutir la integración y la cuestión latinoamericana
desde una doble perspectiva: por un lado, ante la avanzada de la Alianza por el Progreso los
intelectuales levantaban la voz en tono soberano y con sentimientos de autonomía frente a
lo que consideraban una intromisión cada vez más marcada de la política internacional
norteamericana en el continente que se expresaba fundamentalmente en la creación de
acuerdos comerciales que impactaban de forma directa en las economías en desarrollo. La
integración propuesta por los Estados Unidos era duramente denunciada no sólo por las
características del “contrato” sino porque el deseo estaba puesto en que la integración
reflejase un proyecto continental amplio. No significa que se rechazaban los avances de la
tecnología, no es una integración romántica, sino que los avances, el progreso, debían estar
orientados por la planificación económica; es aquí donde surge la cuestión de la ideología y
la brújula que oriente la planificación es el socialismo, un socialismo de características
novedosas y creadoras y segundó El deseo de extender la Revolución se explicaba por el
temor de que la misma quedase cercada y por la confianza en un mismo destino para toda
América Latina, tanto en las desgracias del pasado, como el futuro prometido. Por lo tanto,
Cuba pasaba a ser faro de promesas pero también un proceso generador de inquietudes,
donde la ansiedad podía jugar una mala pasada a los intelectuales a la hora de caracterizar
la coyuntura latinoamericana.
Consideraciones finales:
El triunfo de la Revolución Cubana implicó que al llegar Fidel Castro y sus hombres al
poder intentaran rápidamente sentar las bases de una sociedad económica, social y
políticamente socialista y para ello se pusieron en marcha una gran cantidad de reformas,
que afectaron intereses tanto nacionales como internacionales, especialmente de Estados
Unidos. Esta situación generó protestas y la expulsión de Cuba de la Organización de
Estados Americanos. Lo que provoco que ante tales medidas el gobierno cubano se acercara
a la Unión Soviética, lo que provoco que Cuba se convirtiera en uno más de los frentes de
la Guerra Fría en la Crisis de los misiles, debido a su proximidad a los Estados Unidos y
que ante la constante presión de Washington la respuesta de Fidel Castro fue su intento de
exportar la lucha armada y la revolución socialista al resto de América Latina.