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Cuando se hace el cierre contable al finalizar el periodo contable, se deben elaborar los
respectivos asientos contables de cierre.
Estos asientos contables tienen como objetivo la cancelación de las cuentas de resultado
contra la cuenta de pérdidas y ganancias [5905].
Al finalizar el año, y una vez se han realizado los ajustes pertinentes, se procede a
cancelar cada una de las cunetas de ingresos, gastos y costos para determinar la utilidad
del ejercicio, y esta cancelación se registra en los comprobantes de cierre.
Es al momento del cierre contable cuando las cuentas de ingresos se debitan y las
cuentas de gastos y costos se acreditan contra la cuenta 5905, con el fin de cancelarlas,
es decir, dejarlas en ceros.
Estas cuentas para su cancelación se debitan o acreditan por el mismo valor que tienen
acumulado.
Cancelación de cuentas [La cuenta 4135 es de saldo crédito y la cuenta 5205 de saldo
debito:, por lo que debitaremos la primera y acreditaremos la segunda]:
Aquí vemos que la cuenta 5905 queda con un saldo crédito de $400.000 [C1.000.000-
D600.000], saldo que también debemos cancelar contra la cuenta del patrimonio
correspondiente a resultados del ejercicio.
Como en este ejemplo el saldo de la cuenta 5905 nos indica que hay una utilidad, la
cuenta 5905 la cancelamos contra la cuenta 3605:
Lo primero que se ha hecho es cancelar cada cuenta de resultado contra la cuenta 5905,
y luego la cuenta 5905 se cancela contra la cuenta 36.
EL CIERRE CONTABLE:
Al finalizar un periodo contable, se debe proceder a cerrar las cuentas de resultado para
determinar el resultado económico del ejercicio o del periodo que bien puede ser una
pérdida o una utilidad.
Recordemos que las cuentas de resultados son las cuentas de ingresos, gastos, costos de
venta y costos de producción y las de balance son el activo, pasivo y patrimonio.
No sobra recordar que la utilidad surge cuando los ingresos superan los costos y gastos,
y la pérdida cuando los costos y gastos superan los ingresos.
Antes de proceder a cancelar las cuentas de resultado, se debe proceder a realizar los
ajustes y conciliaciones del caso.
Entre los ajustes más importantes que se deben hacer está la depreciación de los activos
fijos, la amortización de los activos intangibles y diferidos, la provisión de cartera y los
ajustes necesarios en los inventarios. [Consulte: Depreciación, Métodos de
depreciación, Provisión de cartera, y Amortización de activos intangibles]
Las reclasificaciones de las cuentas es un proceso importante que se debe llevar a cabo,
principalmente en la cuentas de bancos, clientes, proveedores, y en cualquier otra cuenta
que resulte con un saldo en rojo o negativo. Un ejemplo clásico de las reclasificaciones
es cuando la cuenta de bancos arroja un saldo en rojo, caso en el cual se debe
reclasificar como una cuenta de pasivo.
Aspectos como por ejemplo, el tratamiento que se le da a las adiciones o mejoras de los
activos fijos, pueden tener incidencia en el valor patrimonial de los activos que se
declaren, por lo que no se deben dejar de lado.
Al momento del cierre se deben tener en cuenta elementos y variables que afecten el
periodo siguiente, de suerte que la planeación debe ser constante, y para nada
improvisada.
Se debe tener especial cuidado en no abusar de las figurar contables con el objetivo de
incidir en los resultados finales. Éstas deben enmarcarse dentro de una política de
prudencia que no comprometa para nada ni la situación económica ni financiera de la
empresa y no conlleva a la empresa a tener problemas de carácter legal.
Es importante que al momento de fijar las políticas contables, así como se le brinda
importancia a la parte impositiva, se le brinde la misma o mayor importancia a la parte
económica de la empresa, algo que se suele descuidar en especial en las medianas y
pequeñas empresas, que son precisamente las que mas lo necesitan.