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ENSAYO 2 “UNA MIRADA CRÍTICA ENTRE LA

EXPLOTACIÓN ANCESTRAL, ARTESANAL Y COMERCIAL”

TITULO DEL ENSAYO


CRÍTICA A LA EXPLOTACIÓN MINERA COLOMBIANA

PRESENTADO POR: LISETH CAROLINA GALVIS CORTÉS


CÓD.: 2132562

MATERIA: GEOLOGÍA MINERO AMBIENTAL

PRESENTADO A: MS. JOAQUÍN ANDRÉS VALENCIA ORTÍZ

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER


FACULTAD FISCO-QUIMICAS
ESCUELA DE GEOLOGÍA
BUCARAMANGA
SEPTIEMBRE-2018

Ensayo- “Crítica a la Minería Colombiana”-Liseth Galvis 2-2018


CRITICA A LA EXPLOTACIÓN MINERA COLOMBIANA

Para realizar una crítica a los diferentes tipos de explotación de minerales, primero
debemos tener en cuentas las características de cada uno de los métodos de explotación
minera. Empecemos definiendo conceptos que serán indispensables en el desarrollo del
tema: la Minería formal, corresponde a aquella que cumple con todas las normas
dispuestas para la realización de esta, dadas por el estado, a diferencia la informal son
aquellos mineros que no son legales y que han iniciado un proceso de formalización,
cumpliendo con las distintas etapas establecidas por el estado y la minería ilegal como
la que no cumple con las exigencias administrativas, técnicas, sociales y ambientales de
ley, o que se realiza en zonas en las que esté prohibida

El tipo de minería que es más acorde a las normas legales: La minería formal, siendo
las características más reconocibles de la misma, el desarrollo de la actividad bajo un
marco legal, cumpliendo con la mayoría de normas legales y ambientales además de los
estándares propios de la industria en la actualidad.
Por otro lado, la minería informal contiene a dos tipos de explotación que, aunque son
algo similares, se diferencian en el organismo que las desarrolla, estas son la minería
ancestral y la minería artesanal.
La minería ancestral se caracteriza por ser desarrollada por las comunidades étnicas en
cada uno de los territorios que han sido asignado para dichas comunidades, por otro
lado, la minería artesanal es aquella desarrollada tradicionalmente por comunidades
rurales. Estas dos formas de minería, a pesar de ser desarrollados por diferentes entes,
convergen en su carácter social, cultural y simbólico.
Otro tipo de explotación minera es la comercial, la cual es ejecutada por organismos
diferentes a los señalados anteriormente, pero están amparados bajo normas legales y
ambientales.
Ahora sí, teniendo los conceptos claros sobre cada uno de los actores a tener en cuenta
en esta temática podemos analizar lo siguiente: ¿Cuál de estos actores es el más
apropiado para realizar la explotación minera en el país?
Algo difícil de responder si tenemos en cuenta que las explotaciones ancestrales y
artesanales llevan muchos años siendo realizadas por comunidades cercanas al lugar
de explotación con un proceso que prácticamente en nada ha variado desde sus inicios
y muchas veces no siendo el más apropiado especialmente para la preservación del
medio ambiente. De allí se desprende la problemática legal sobre el debido proceso de
explotación que deberían implementar dichas comunidades.
Por otro lado, las empresas que conforman el sector de explotación minera comercial,
son entidades más dadas al proceso que realmente se debe implementar, tanto en su

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conformación organizacional como en el debido proceso de explotación de los minerales.
Dichas entidades son en su mayoría empresas de grandes capitales, así como empresas
de gran respaldo gubernamental, pero que son extranjeras.
Dicho esto, podemos ver la problemática que se presentan en diferentes escenarios y
regiones de nuestro país, donde hay oportunidades de explotación de algún mineral pero
que dicha explotación es disputada por las empresas comerciales y las comunidades de
explotación artesanales o las etnias que conforman la parte de explotación ancestral.
Si bien la explotación ancestral y artesanal llevan muchos años ejecutando sus procesos
de explotación de minerales de una forma inapropiada y de poca preservación del medio
ambiente, son comunidades propias de la región y que ven dicho negocio como un
sustento que permite a la comunidad mantener su economía basada en la explotación
de dichos minerales y que en muchas ocasiones declaran no saber cómo subsistir si no
es por este medio.
La otra cara de la moneda es conformada por las empresas de explotación comercial,
donde se realiza la extracción de minerales mediante un proceso más estandarizado,
con controles ambientales más dados a la compensación del medio ambiente producto
de los procesos de explotación, pero donde los recursos económicos no se quedan en
la región, sino que por el contrario se van para el bolsillo de personas que en la mayoría
de casos son de nacionalidad extranjera.
Dichas empresas muchas veces hacen sus debidas alianzas políticas, permitiéndoles
convertir estas organizaciones en las únicas entidades designadas por los gobiernos
locales y nacionales capaces de explotar los recursos mineros, dejando a un lado a los
mineros ancestrales y artesanales. Pero ese no es el problema, lo malo proviene que las
empresas comerciales intervienen en la adjudicación de permisos a las demás empresas
ya sean ancestrales o artesanales, razón por las cuales no se les permite en muchos
lugares que las pequeñas asociaciones exploten sus minerales como lo han venido
haciendo por muchísimos años, sin embargo se ha estipulado que los mineros ilegales
en este caso los ancestrales y artesanales inicien un proceso de formalización, en el que
se pretende que cumplan con toda la normatividad, para ir mitigando la contaminación
en el medio ambiente, sin embargo es un proceso largo y se requiere de la disposición
de todos los mineros ilegales para que se acojan a este proceso.
Sin embargo, como el 80 por ciento de la minería en Colombia es informal, es decir, no
tiene título, el gobierno la consideró ilegal. Y la persigue. Pero la comercialización siguió
siendo legal. Y eso está creando un mercado negro de gente que está comprando más
barato y exportando sin cumplir requisitos de ley.
Como el caso de los mineros de Segovia (Antioquia), son mineros ancestrales y
artesanales que lo único que saben para subsistir es la explotación minera, sin embargo
ellos se han acogido al proceso de formalización, es decir mejoran y estandarizan sus
procesos o simplemente se comprometen a cambiar sus procesos por los adecuados,
pero a la hora de dar los debidos permisos, les han negado ese derecho y otorgado a las
grandes empresas comerciales, que han ido “usurpando” su sustento; según cifras de la

Ensayo- “Crítica a la Minería Colombiana”-Liseth Galvis 2-2018


Agencia Nacional de Minería (ANM), hasta el 20 de abril de 2016, esa entidad había
recibido 8.500 solicitudes de formalización minera, 1.582 de ellas en Antioquia, de las
cuales sólo se otorgó una. Cientos de ellas siguen en trámite.
Así como el caso de Segovia, existen muchos en Colombia, en los cuales los mineros
artesanales y ancestrales, obtienen respuesta negativa ante los permisos de explotación,
y son tratados como ilegales así se estén acogiendo a la normativa dispuesta por la ley
para la realización de esta práctica, dichos casos son en gran parte manipulados por las
empresas de explotación comercial y el gobierno de turno tanto local como nacional.
Se ha venido hablando que los mineros ancestrales y artesanales se deben formalizar y
es lo más acertado, sin embargo, hay que tener en cuenta que acogerse a las normas
del estado para la formalización requiere de un mayor aporte económico del minero hacia
el estado, que en muchos casos no disponen, por lo cual se genera también otro
problema.

Betancur considera que la minería ilegal se debe a que “los pequeños mineros son gente
muy pobre, no tienen con qué pagar un título. Si lo exigen, entonces que el Gobierne les
dé un subsidio para que ellos tengan la facilidad de obtener un título minero y así tener
una mejor vía legal para trabajar. Los pequeños mineros a toda hora están prevenidos
de que ya los van a sacar, con el fin de que no logren obtener un título minero”.

Entonces, respecto a la pregunta planteada, se debe considerar como principal factor, a


la población Colombiana, se debe invertir en ella para que progrese tanto el país como
sus habitantes, se espera que el Estado de las vías necesarias y más acordes con la
realidad de los mineros ancestrales y tradicionales para que puedan acceder más
fácilmente a los títulos mineros y así cumplir con las exigencias gubernamentales,
además de darle prioridad a este proceso y no dejarlo en espera como han venido
haciéndolo, porque es un derecho que tienen, el cual deben ejercer de la mejor forma
para el medio ambiente, lo que será posible con este proceso de educación y
formalización, pero hay que darle la importancia que merece.

Ensayo- “Crítica a la Minería Colombiana”-Liseth Galvis 2-2018

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