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TRASTORNOS DE LA CONDUCTA

¿Cómo identificar a un niño con un trastorno del comportamiento?

Cuando se da un caso de niño con un trastorno del comportamiento padres y maestros se


encuentran ante un niño que no obedece, que puede mostrarse agresivo y que tiene
dificultades en sus relaciones sociales. Se observa también que:

 Se enfada frecuentemente
 Contesta de malas maneras
 Desafía con la postura y con la mirada
 No obedece o se resiste a obedecer
 Culpa a os demás de lo que hace él
 Se muestra rencoroso y vengativo
 Miente
 Se muestra cruel con compañeros, animales…
 Comete hurtos

Estos comportamientos desbordan. Que el niño conteste mal y se niegue a obedecer


genera sentimientos de malestar, de incompetencia, de pérdida de autoridad en los
educadores y éstos en un intento de recuperarse se imponen. El educador, entonces,
grita más fuerte, repite la orden de forma más severa, amenaza, recrimina la conducta de
desafío… y a partir de aquí habrá perdido las riendas y el control de la situación; podrá
gritar más fuerte, agredir o desobedecer de forma más manifiesta, y todo ello ante la
presencia de otros hijos o alumnos. El resultado es: educadores desolados y negativismo
desafiante fortalecido

¿Cómo se diagnostican los Trastornos del comportamiento?

Un equipo de profesionales expertos, normalmente encabezado por un psicólogo,


ha de ser el responsable del diagnóstico de los trastornos del comportamiento.
Desde la familia o la escuela se puede tener una sospecha pero el diagnóstico
únicamente podrá ser llevado a cabo por un profesional experto en salud mental.
La evaluación del niño y la familia es necesaria para diferenciar entre un trastorno del
comportamiento y las posibles conductas dentro de la normalidad, conductas que
pueden ser transitorias y que pueden experimentar los niños, por ejemplo, en fases de
cambio como es el paso de la infancia a la adolescencia.

La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-5 , la herramienta con
la que los profesionales cuentan a la hora de diagnosticar los diversos trastornos
mentales, cataloga los criterios diagnósticos para cada uno de los trastornos del
comportamiento.

Criterios diagnósticos para el Trastorno negativista desafiante

Un equipo de profesionales expertos, normalmente encabezado por un psicólogo,


ha de ser el responsable del diagnóstico de los trastornos del comportamiento.
Desde la familia o la escuela se puede tener una sospecha pero el diagnóstico
únicamente podrá ser llevado a cabo por un profesional experto en salud mental.
La evaluación del niño y la familia es necesaria para diferenciar entre un trastorno del
comportamiento y las posibles conductas dentro de la normalidad, conductas que
pueden ser transitorias y que pueden experimentar los niños, por ejemplo, en fases de
cambio como es el paso de la infancia a la adolescencia.

La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-5 , la herramienta con
la que los profesionales cuentan a la hora de diagnosticar los diversos trastornos
mentales, cataloga los criterios diagnósticos para cada uno de los trastornos del
comportamiento.

1. Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que


dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de
cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo
menos con un individuo que no sea un hermano.
Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.
Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los
adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras
de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.
Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.
2. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en
otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos,
compañeros de trabajo) o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa,
profesional u otras importantes.
3. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno
bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación
perturbador del estado de ánimo.
Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos
para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los
sintomáticos. En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer
casi todos los días durante un periodo de seis meses por lo menos, a menos que se
observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento
debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a
menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se
consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben
tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los
comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del
individuo, su sexo y su cultura.

En el diagnóstico es necesario especificar si se trata de un Trastorno específico del


Aprendizaje con dificultades en la lectura, con dificultad en la expresión escrita o con
dificultad matemática. En el mismo diagnóstico se especificará también la gravedad
actual, indicando si se trata de leve (el niño presenta algunas dificultades y puede
compensarlas o funcionar bien si recibe adaptación adecuada), moderado (presenta
dificultades notables y precisa de una enseñanza intensiva y especializada) o grave
(presenta dificultades graves que precisan de una enseñanza constante e intensiva
individualizada y especializada durante la mayor parte de los años escolares).

Criterios diagnósticos para el Trastorno de la conducta

1. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los


derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la edad, lo que se
manifiesta por la presencia en los doce últimos meses de por lo menos tres de los
quince criterios siguientes en cualquier de las categorías siguientes, existiendo por lo
menos uno en los últimos seis meses:
Agresión a personas y animales (criterios 1-7), destrucción de la propiedad (criterios
8 y 9), engaño o robo (criterios 10-12) y incumplimiento grave de normas (criterios
13-15):
1. A menudo acosa, amenaza o intimada a otros.
2. A menudo inicia peleas.
3. Ha usado un arma que puede provocar serios daños a terceros (p. ej., un bastón, un
ladrillo, una botella rota, un cuchillo, un arma).
4. Ha ejercido la crueldad física contra personas.
5. Ha ejercido la crueldad física contra animales.
6. Ha robado enfrentándose a una víctima (p. ej., atraco, robo de un monedero,
extorsión, atraco a mano armada).
7. Ha violado sexualmente a alguien.
8. Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de provocar daños graves.
9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien (pero no por medio del
fuego).
10. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien.
11. A menudo miente para obtener objetos o favores, o para evitar obligaciones (p. ej.
“engaña” a otros).
12. Ha robado objetos de valor no triviales sin enfrentarse a la víctima (p. ej., hurto en
una tienda sin violencia ni invasión; falsificación).
13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres, empezando
antes de los 13 años.
14. Ha pasado una noche fuera de casa sin permiso mientras vivía con sus padres o en
un hogar de acogida, por lo menos dos veces o una vez sí estuvo ausente durante un
tiempo prolongado.
15. A menudo falta en la escuela, empezando antes de los 13 años.
2. El trastorno del comportamiento provoca un malestar clínicamente significativo en las
áreas social, académica o laboral.
3. Si la edad del individuo es de 18 años o más, no se cumplen los criterios de trastorno
de la personalidad antisocial.

En el mismo diagnóstico se deberá especificar el tipo (Tipo de inicio infantil Tipo de


inicio adolescente o Tipo de inicio no especificado) y si se da con emociones
prosociales limitadas, falta de remordimientos o culpabilidad, si se muestra insensible,
carente de empatía, despreocupado por su rendimiento o con afecto superficial o
deficiente.
Los padres que advierten síntomas de trastorno del comportamiento en sus hijos
pequeños o adolescentes deberán acudir a un profesional para procurar una evaluación y
un tratamiento lo más precoz posible, decisión clave para prevenir la aparición e
incidencia de problemas en el futuro.

Desde Fundación Adana, los trastornos del comportamiento son diagnosticados


por un equipo conjunto de psicólogos y psiquiatras especializados. En la misma
fundación se lleva a cabo el proceso diagnóstico completo mediante una historia
detallada del comportamiento del niño por parte de los padres y maestros, observaciones
clínicas del comportamiento del niño y un examen psicológico completo. Al finalizar el
proceso de diagnóstico las familias reciben un Plan Terapéutico individualizado y se les
proporciona los recursos necesarios para llevarlo a cabo.

*Información extraída American Psychiatric Association (2014). Manual Diagnóstico y


Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editoral Médica
Panamericana
Para saber más sobre el DSM-5: www.dsm5.org

Criterios diagnósticos para el Trastorno de la conducta

Las últimas investigaciones establecen que las


líneas de intervención para un tratamiento efectivo de los trastornos del
comportamiento incluyen: entrenamiento de padres, programas de entrenamiento en
habilidades sociales con el niño o joven, programas escolares y programas
comunitarios.
Los expertos señalan también que la implicación de la propia familia es fundamental
para conseguir resultados satisfactorios en el tratamiento.
Los problemas de comportamiento pueden empeorar o mejorar en función de las
estrategias que utilicemos y para que el tratamiento sea efectivo, se debe iniciar en
forma temprana.

Desde Fundación Adana se ofrece un tratamiento multidisciplinar y multimodal


que puede incluir:

 Asesoramiento y pautas a la familia. El profesional de referencia del niño acompaña a


las familias ofreciéndoles pautas y herramientas encaminadas a aprender a manejar el
comportamiento del hijo y mejorar así el clima familiar. Ante algunos casos se ofrece la
posibilidad de que el profesional se desplace al domicilio familiar para la observación y
posterior intervención de las dificultades.
 Asesoramiento y pautas a la escuela. El mismo profesional se dirige a la escuela para
ofrecer un servicio de ayuda diseñado de forma individualizada para cada caso,
detallando un plan de actuación a desarrollar desde la escuela, con intervenciones
eficaces y específicas ante los problemas de comportamiento que puedan darse en la
escuela. Si es necesario se llevan a cabo sesiones de observación directa en la escuela.
 Grupos de Autocontrol. Los niños acuden en grupo para recibir un entrenamiento en
habilidades sociales y desarrollo de conductas prosociales, encaminado a aumentar la
flexibilidad y la tolerancia a la frustración con el fin de reducir el comportamiento
oposicionista, mejorar la conducta y la relación con sus iguales y educadores (padres y
maestros).
 Reeducaciones conductuales. Cuando el niño presenta dificultades académicas,
además de sus dificultades conductuales, conviene llevar a cabo un trabajo
reeducativo encaminado a la mejora de su conducta ante la tarea escolar. En estas
reeducaciones se trabaja, además del comportamiento, las competencias para el
aprendizaje, estrategias de estudio y organización. Los profesionales encargados de
llevar a cabo esta reeducación son expertos en niños y jóvenes con trastornos de la
conducta y el manejo del comportamiento difícil.
 Detección, diagnóstico y tratamiento precoz de los problemas de comportamiento:
En Adana se ofrece la actividad del Grupo Terapéutico Precoz con el objetivo de que el
niño aprenda, en edades muy tempranas, comportamientos de adaptación y evitar
complicaciones potenciales minimizando los efectos negativos.
 Consulta y seguimiento psiquiátrico: en caso necesario el niño o joven es supervisado
por el equipo de psiquiatría de la fundación.

¿Qué es el Grupo Terapéutico Precoz?

Fundación Adana ha querido dar una respuesta de tratamiento a los niños que ya en
edades muy tempranas presentan dificultades importantes de comportamiento,
diseñando una intervención preventiva basándose en la eficacia de otros programas
(Greenhill i col 2008, Barkley i col. 2000).

El GTP, Grup Terapéutico Precoz, es un programa de intervención grupal dirigido a


niños de educación infantil y primera etapa de educación primaria, que presentan
dificultades en los hábitos de trabajo básicos para el aprendizaje, comportamientos
disruptivos, pobre control emocional, déficit de habilidades de relación y de resolución
de conflictos sociales, así como otros comportamientos o actitudes que entorpezcan el
buen funcionamiento del aula y otros espacios escolares.

La intervención con los niños se da de forma grupal una mañana a la semana. La


sesión sigue una estructura similar a la de la escuela (trabajo personal, actividad grupal,
almuerzo, patio…) e incorpora un espacio de trabajo de habilidades socioemocionales.
Se pretende mejorar conductas como mantenerse sentado, escuchar las instrucciones de
una tarea antes de empezarla, ser persistente en su desarrollo, acabarla, respetar el turno
de palabra, mejorar la tolerancia a la frustración, seguir las reglas del juego, compartir
con los iguales, conocer y manejar emociones como la ira, aprender a encontrar
soluciones ante los conflictos, mejorar la autoestima, entre otras.

La intervención familiar consiste en sesiones formativas hacia los padres, en las que se
trabaja la mejora de los hábitos de autonomia, la comunicación, la resolució de
conflictos y otras problemáticas que expresen, éstas son guiadas por un terapeuta y
cuenta con la posibilidad de la observación en directo de los niños.

Por otra parte, incluye la formación al profesorado en estrategias para ayudar al niño
en la problemática que se detecte, en los hábitos de trabajo, en el desarrollo de las
tareas, en las relaciones interpersonales…

Esta intervención, que se desarrolla en un espacio de la fundación expresamente


diseñado para este proyecto, responde a un trabajo integral de tres grandes ejes, la
intervención con el niño, la intervención familiar y la intervención escolar, con el
interés de facilitar la generalización en la adquisición de los hábitos positivos. Esta
intervención tridimensional facilita la mejora de las dificultades del niño en su entorno
natural y colabora en el prevención de problemáticas más graves en edades más
avanzadas.

Este es el objetivo del artículo que quiero compartir con vosotros; describir juegos y
ejercicios útiles para los profesores y para los progenitores, de tal manera que todos
podamos disfrutar de una forma lúdica y divertida;

- Completar rompecabezas de letras y de figuras geométricas de dificultad creciente


- Completar secuencias de trazados
- Realizar ejercicios de punteado (relleno, perfilado, calcado, dibujo...). Los niños
podrán mejorar la atención asimismo, con los clásicos dibujos de "une los puntos".
- Localizar e identificar errores en dibujos sencillos. Incluso, identificar errores
(analogías y diferencias) entre diferentes figuras.
- Localizar dibujos repetidos entre una serie o conjunto dado. También les ayuda
realizar series secuenciales de símbolos geométricos o de dibujos.
- Un buen juego para potenciar la atención en niños hiperactios es resolver laberintos,
sopas de letras y cricigramas e ir añadiéndoles dificultad
- Identificar por reconocimiento visual palabras enmascaradas.
- Seleccionar los sinónimos y antónimos relacionados con una palabra entre una lista
dada.
- Seleccionar las palabras adecuadas para completar una frase entre una lista dada.
- Realizar juegos de barquitos de coloreado: este juego consiste en partir el dibujo en
zonas de coloreado. A cada zona se le asigna un color. Después al niño se le dan las
referencias: colorea de rojo b-c-d y colorea de verde: a-e-i
- Los niños han de construir palabras lógicas eligiendo letras entre un conjunto
dado. Por ejemplo: (a, o, p, m, s, c, a, t). Pueden hacerlo eligiendo las letras libremente,
dándoles un número concreto de letras o que empiecen o terminen por una letra o sílaba.
- Dado un conjunto de letras o conjunto de palabras tachar o rodear las que sean
iguales a un modelo dado. También puede realizarse tachando las palabras o letras
diferentes.

Juegos para practicar la memoria auditiva y visual


- Juego del eco: el guía dice una palabra y los demás deben hacer el eco de la misma las
veces que se acuerde previamente.

- Juego del mensajero: el guía dice a otro jugador una frase relacionada con alguna
actividad a realizar y éste debe repetirla posteriormente a todo el grupo para que la
lleven a cabo.

- Juego de las cadenas de palabras: el guía inicia la cadena diciendo una palabra (p.
ej. “Juanito”), el siguiente jugador debe decir la misma palabra más otra que añada
significado a la primera (p. ej. “está”)... pierde el jugador que no es capaz de añadir otra
palabra más.

- Juego del “veo-veo”. Juego del cazador de palabras. Cada jugador tiene una serie
de palabras en una cartulina que pertenece a una categoría (plantas, flores, animales,
nombres propios, nombres comunes...); el guía dice una palabra y dos jugadores al
mismo tiempo tienen que buscar quién posee la palabra mencionada, gana el que
primero la encuentre.

Ejercicios para practicar la coordinación visomotriz


- Buscar el detalle: En este ejercicio mostraremos al niño diferentes dibujos de objetos,
fotografías e imágenes en un periodo breve de tiempo. Después le preguntaremos qué
detalles recuerda y le pediremos que nos dibuje la imagen cuidando la disposición, el
color y el tamaño, cuantos más detalles recuerde más elogios nuestros recibirá. Puede
realizarse también con personajes.

- A clasificar: Consiste en clasificar objetos distintos según un criterio dado o una


característica común. Podremos ampliarlo aumentando el número de características
comunes y utilizando materiales cotidianos.

- El laberinto: Este juegoplanteado para los más pequeños puede ser muy divertido.
Podemos realizarlo con lana o cuerdas que vayan enredándose por las diferentes
habitaciones de la casa hasta llegar a la meta: “Una bolsita de chuches”, p. ej. una bolsa
de dulces. Cuidado con los despistes porque cada uno restará una chuche de la bolsita.

Ejercicios para practicar la relajación y el control de la


impulsividad
- El globo. Nos servirá para practicar la respiración diafragmática. Inspiramos muy
despacio permitiendo que el aire entre por nuestros pulmones y llegue al abdomen. Este
último se va hinchando como si fuera un globo y después permitiendo que se escape el
aire y desinflándose poquito a poco hasta quedar vacío.

- La tortuga en su caparazón. Este ejercicio nos permitirá practicar la relajación


muscular progresiva. Nos tumbamos boca abajo y nos convertimos en una tortuga que
decide replegarse en su caparazón escondiendo su cabeza y sus patas. Ahora los
músculos del cuello, brazos y piernas están en tensión. Pronto vienen los rayos del sol a
despertarnos, ahora vamos asomando muy despacito la cabeza y estirando las
extremidades hasta que queden relajadas. Podemos completarlo con “la historia de la
Gran Tortuga Sabia” (basada en “la tortuga de M.R. Schneider y A. Robin”).

- Una carrera muy lenta. El ganador será el último que llegue a la meta realizando
movimientos muy lentos y controlando la impulsividad.

- Mi propio animador. Basado en la técnica de las autoinstrucciones, se trata de ir


comentando en voz alta lo que se está haciendo, lanzando mensajes positivos tanto si va
saliendo todo bien como si se producen dificultades.

 Es muy importante enseñarles desde pequeños a respetar a las figuras de


autoridad, a los adultos en general, para que este respeto se proyecte en la figura
del profesor una vez en clase.
 La importancia que se de en casa al cumplimiento de las tareas escolares resulta
crucial. Si los padres están pendientes de lo que su hijo hace en el colegio y se
comunican regularmente con sus profesores, los niños tendrán una motivación
extra a la hora de esforzarse.
 Cuando el niño se porta mal en clase hay que evitar cualquier castigo físico, ya
que estas medidas generarán agresividad. Es preferible diseñar, junto con el
niño, una manera de recuperar el tiempo perdido en clase, de compensar al
profesor y a los compañeros.
 Es conveniente premiar los cambios, resaltar y reconocer los buenos
comportamientos del niño; no se debe destacar únicamente lo negativo.
 En ocasiones, resulta útil utilizar como ejemplos cuentos o películas en los que
los protagonistas vayan al colegio y muestren una actitud adecuada allí.
 . Ignore a tu hijo
 “Es fascinante ver como esta reacción funciona. Durante una rabieta las
emociones se apoderan de tu hijo, por lo tanto, anulan la corteza frontal del
cerebro, área que toma las decisiones y juicios”, indica el pediatra Jay Hoecker.
 Y agrega que: “Una vez que enfrentas una situación similar, no hay nada que
hacer. Deje que se calme y luego podrán hablar”.
 2. Dé espacio
 “A veces los niños tienen que desahogarse con su enojo. Déjelo”, aconseja
Linda Pearson, enfermera y autora de La Disciplina Milagro.
 Pearson si recomienda que se asegure que no exista un objeto cerca con el que se
haga daño.
 “Con esta técnica los niños aprenden de manera no destructiva. Acá son capaces
de obtener sus sentimientos, recobrar ánimo y el control de sí mismos, sin
necesidad de una batalla de gritos por parte de sus padres”, indica.
 3. Crear diversión
 “Mi bolso está lleno de todo tipo de distracciones, como los juguetes”, dice
Alisa Fitzgerald, una madre de dos niños y vecina de Boxford, Massachusetts.
 Alisa descubrió que cuando su hijo está a punto de hacer una de sus “escenitas”
en el supermercado, cambiar la marcha, da resultado. Ella lo distrae de
inmediato: “Hey necesitamos un poco de helado. ¿Quieres ayudarme a escoger
un sabor?”
 “Los niños tienen muy poca capacidad de atención, es decir son generalmente
fáciles de desviar y siempre ayuda si suenas muy, muy emocionada cuando lo
haces “, afirma Alisa.
 4. Disciplina sin nalgadas
 La próxima vez que sienta la necesidad de pegarle, toma aire y considera lo que
quieres que tu hijo aprenda.
 5. Averigua qué lo frustra
 Este truco es para pataletas entre los menores de 2 años y medio, aconseja el Dr.
Hoecker.
 “Los niños de esta edad suelen tener un vocabulario de sólo 50 palabras y no
pueden enlazar más de dos. Su comunicación es limitada, sin embargo, necesitan
que sus sentimientos se cumplan. Cuando no logran hacer llegar el mensaje, se
asustan y liberan su frustración”, dice el doctor.
 Una solución es el lenguaje de señas. Enseñele a hacer pocas palabras clave –
como más leche o a expresar si está cansado.
 6. Abrazos
 Sin duda, es la última cosa que quieres hacer cuando tu hijo hace alguna rabieta.
 Levy asegura: “Dale un abrazo grande, firme. Los abrazos hacen a los niños
sentirse seguros y les hace saber que te preocupas por ellos, incluso si usted no
está de acuerdo con su comportamiento”.
 7. Ofrézcale comida
 “El cansancio y el hambre son dos desencadenantes de una rabieta”, dice Levy.
 “Los padres a menudo me preguntan ¿por qué su hijo hace berrinches todos
los días? Resulta que suceden en la misma hora (antes del almuerzo, siesta o
por la tarde). No es coincidencia, mi consejo: darles de comer, dejarlos dormir o
ver televisión”.
 8. Los incentivos
 Trata de reconocer cuando le pide mucho a su hijo. Dale un incentivo.
 Pearson es claro en afirmar que este tipo de soborno está perfectamente bien
aplicado, siempre y cuando se hagas con anticipación y no en medio de una
rabieta.
 9. Hablar en calma
 Los expertos insisten en que debes mantener la calma durante la rabieta de un
niño, de lo contrario, todos (madre, padre y niño) entrarán en una lucha de
poder. Además, parte de la razón del por qué los niños recurren a las rabietas es
para llamar la atención”, dice el Dr. Hoecker.
 Levy está de acuerdo, y agrega: “Hablar con una voz suave muestra a tu hijo que
no vas a dejar que su comportamiento te afecte. También te ayuda a mantenerte
relajada. De hecho, el tono tranquilo es tanto para el padre como el hijo, si tú
estás tensa, tu hijo lo estará…”
 10. Te preocupan los demás
 Te preocupa ¿qué pensarán de ti otros padres?
 Los niños son muy inteligentes. Si te enojas o estresas, cederás muy rápido. “Su
mejor apuesta es aguantar”, afirma Levy.
 11. Salir del ambiente
 “Si tu hijo comienza a revolcarse porque quiere un juguete o algún dulce, vete
de ahí. Llévalo a un área diferente hasta que se calme. Cambiar el lugar
realmente puede cambiar el comportamiento.”, finalizó Levy.

Consejos para los padres

A continuación se incluyen ejemplos que pueden ayudar con la conducta de su hijo:

 Cree una rutina. Trate de seguir el mismo horario de actividades todos los días,
desde el momento en que se despierta hasta el momento de irse a dormir.
 Organícese. Anime a su hijo a colocar la mochila de la escuela, la ropa y los
juguetes en el mismo lugar todos los días; de este modo, será menos probable
que el niño los pierda.
 Controle las distracciones. Apague la televisión, limite el ruido y proporcione
un espacio de trabajo limpio cuando su hijo esté haciendo la tarea escolar.
Algunos niños con TDAH aprenden bien si están en movimiento o escuchando
música de fondo. Observe a su hijo y vea qué funciona.
 Limite las opciones. Ofrezca pocas opciones para elegir de modo que su hijo no
se sienta abrumado ni sobrestimulado. Por ejemplo, ofrézcale elegir entre este
conjunto de ropa o el otro, esta comida o la otra, o este juguete o el otro.
 Sea claro y específico cuando hable con su hijo. Hágale saber que lo está
escuchando mediante una descripción de lo que su hijo dijo. Dé indicaciones
claras y breves cuando el niño tenga que hacer algo.
 Ayude a su hijo a planificar. Divida las tareas complicadas en pasos más
simples y cortos. Para las tareas largas, comenzar con tiempo y hacer pausas
puede ayudar a limitar el estrés.
 Utilice metas y reconocimiento u otra recompensa. Utilice una tabla para
enumerar las metas y registrar las conductas positivas, luego hágale saber a su
hijo que lo hizo bien diciéndoselo o recompensándolo de otra manera.
Asegúrese de que las metas sean realistas, ¡los pasos pequeños son importantes!
 Imponga disciplina de forma eficaz. En lugar de alzar la voz o pegarle a su
hijo, use tiempo fuera o quítele privilegios como consecuencia de
comportamientos inapropiados.
 Cree oportunidades positivas. Hay ciertas situaciones que a los niños con
TDAH les pueden resultar estresantes. Descubrir qué es lo que su hijo hace bien
y animarlo a hacerlo (ya sea en la escuela, deportes, arte, música o juegos) puede
ayudar a crear experiencias positivas
 Proporcione un estilo de vida saludable. Es importante ofrecer comida
nutritiva, asegurarse de que el niño haga mucha actividad física y de que duerma
lo suficiente; estas cosas pueden ayudar a evitar que los síntomas de TDAH
empeoren.

El juego infantil en psicoterapia


En la Terapia de juego se evalúan las conductas expresadas del paciente y pueden
reflejarnos ciertas conductas problema.

Se puede utilizar en niños desde los 4 años hasta los 11 años y nos permite analizar sus
defensas, su nivel de tolerancia a la frustración, sus fortalezas y dificultades, ansiedad,
agresividad, y su dependencia o independencia.
Su objetivo es ayudar al niño/a a expresarse, elaborar y resolver sus conflictos
emocionales.

1. JUEGOS DE EXPRESIÓN SIMBÓLICA


Esta habilidad de proyectar a través de símbolos y metáforas sus experiencias y
sentimientos profundos, le ayuda a procesar e integrar. El paciente puede tomar la
suficiente distancia del tema conflictivo lo cuál le ayuda a sentirse seguro para expresar
y al mismo tiempo para protegerse de los sentimientos que lo abruman.

 El Rincón Hogareño:

Es una casa de juguete o esquina del cuarto. En este rincón con frecuencia los niños
tratan lo que han vivido en casa, aquí se experimentan roles y relaciones. Los niños
ilustran casi en su totalidad algunas de sus asociaciones individuales con el “hogar” y
los difíciles problemas que giran en torno a sus relaciones tempranas con figuras
primarias.

 Casa de muñecas:
El juego en la casa de muñecas puede ser muy revelador. Las muñecas llenan cierta
cantidad de roles, los niños pueden jugar de manera realista. Los niños usan al muñeco
bebé para expresar la parte de bebé propio, lo que le hace el niño al bebé (muñeco)
puede que sea lo que se le hizo al niño cuando él era un bebé, por lo cual esta técnica es
útil en toda terapia de juego.

 Juegos con animales

De acuerdo a la mayoría de autores son de “suprema importancia en el simbolismo” ya


que reflejan una jerarquía de instintos y áreas inconscientes que van desde los animales
grandes y salvajes (que podrían vincularse con instintos fuertes de tipo animal) hasta los
animales domésticos y con frecuencia obedientes.

 Títeres

Son una rica fuente de juego simbólico, a través de los títeres los niños pueden
encontrar un medio para expresar cosas que serian difícil expresar abiertamente. El
terapeuta debe tomar nota del dialogo, personaje y conflicto, las verbalizaciones y el
tema principal de la historia.

 Role- play dramático

Muchos niños entran de manera espontánea en el role play dramático cuando se


atribuyen roles a sí mismo (y el terapeuta de juego). El juego dramático incluye todas
las variaciones desde la mímica hasta la actuación improvisada; los niños se disfrazan a
sí mismos en otros personajes a partir del cual se desarrolla la fantasía y se expresan sus
necesidades e impulsos internos. Algunos niños representan dramas relacionados con un
problema actual en su vida cotidiana.

2. JUEGOS DE EXPRESIÓN CORPORAL Y DE


MOVIMIENTO
Las experiencias tempranas del niño son principalmente físicas-sensoriales y así mismo
es su comunicación y expresión. La experiencia corporal es esencial para el desarrollo
del sentido de sí mismo; el niño necesita ser capaz de “vivir” en su cuerpo y sentir
confianza para moverse en el espacio.

El cuerpo es el primer agente de aprendizaje y expresión, por consiguiente cuando el


cuerpo del niño ha sido dañado o maltratado de alguna forma y las fronteras corporales
han sido traspasadas con violencia, la confusión, el miedo y la ansiedad se apoderan de
sus sensaciones y consecuentemente evita el contacto físico o descarga
inapropiadamente la rabia en actos violentos o establece contacto hacia otros sin mediar
fronteras corporales. Muchos niños necesitan del juego corporal expandido para
reconstruir una relación confiable y sana con su propio cuerpo y reconocer sus fronteras
y las de otros.
El juego de expresión corporal incluye el movimiento grueso que involucra todo el
cuerpo, el movimiento fino que utiliza partes específicas del cuerpo, el movimiento
sensorial que incluye texturas, sonidos, sabores, olores e imágenes.

 Armas:

Pelear es una parte inherente a naturaleza humana y muchos niños desean “actuar”
mediante el uso de armas. En la terapia de juego, las armas se utilizan como defensa de
las partes atemorizantes, indefensas e inmaduras de la personalidad y para atacar las
amenazas del exterior.

La agresión no necesariamente indica maldad, es un aporte saludable del desarrollo


normal y los niños con frecuencia “pelean” para sobreponerse. Algunos niños que se
sienten inseguros están en mayor disposición de pelear.

 Danza

Es un buen recurso para manifestar sentimientos por otra vía que no sea el habla.
Muchas veces el cuerpo reacciona frente a conflictos y situaciones estresantes de la vida
diaria y estos no se desbloquean con solo hablar de lo sucedido. La danza como terapia
actúa liberando tensiones por medio del movimiento:

 Tímidos: La experiencia con el cuerpo mediante el ritmo les permite, movilizar


la vía de comunicación en su interior. ¿Por qué me muevo y para que? se
convierte en la clave.
 Ciegos: la danza terapia intenta la dormida expresividad y ser un puente para el
encuentro con su propio cuerpo, sin esa rigidez física a la que se acostumbran.
 Discapacidad mental: el danzaterapeuta trabaja sobre la persona que se mueve,
no sobre el síndrome o la enfermedad, lo que no significa que desconozca las
características de cada patología. Se trata de mirar, proponer, intervenir,
escuchar, leer, mas allá de la cosa en sí, del ser paralítico cerebral o síndrome de
down o cualquier otra cosa, para que en la escena clínica se ponga en juego el
decir y el actuar de un persona y no el de síndrome. Entra en juego el deseo y el
placer de la persona por el movimiento.
 Neurosis: Es aquí donde el movimiento puede permitir el desahogo y la
comunicación necesarias porque los músculos contienen las emociones.
 Trastornos de la alimentación: A través de la danzaterapia estos pacientes son
animados a recorrer la tensión en sus cuerpos como un signo de sentimientos.
Este reconocimientos permite controles y elecciones mas saludables para
remplazar así las comilonas autodestructivas y los ciclos de purga. Sus
sentimientos pueden ser expresados simbólicamente en movimientos.

 Juegos de imitación

Jugar a imitar a distintas personas entre ellas, familiares cercanos (madre, padre,
hermanos…) con el fin de averiguar como percibe él a esas personas.

 Cuentos
 Lectura: Los cuentos aportan importantes mensajes tanto a nivel consciente
como inconsciente y les ayudan a comprender que se pueden sobrellevar las
dificultades de la vida adulta. Pueden encontrar en los cuentos ejemplos que les
enseñaran valores, algunos básicos como diferenciar el bien y el mal.
 Representación: Leer cuentos al niño y ayudarle a interiorizarlos haciendo
después un teatro de la historia.
 Inventar final: Leer cuentos sin leer el final y dejar que sean ellos quienes
desarrollen el final libremente.

3. JUEGOS DE EXPRESIÓN EMOCIONAL


Es necesario ayudarlos a identificar sus sentimientos y enseñarles a expresarlos.

 Tabla de caras– Identificar

Con la tabla de caras (está en material para entregar) mostrando expresiones


emocionales diferentes: triste, enojado, feliz… el niño puede señalar la expresión que
corresponde a sus sentimientos. Puede tratar de imitar la expresión y usar el espejo para
ver su propia cara.

 Expresar

Buscar diferentes formas para expresar lo que se siente: lo escribimos, hacemos una
canción, lo dibujamos, lo bailamos, lo hablamos y vemos como la emoción se va
modificando.

4. JUEGO DE EXPRESIÓN
CREATIVA
 Artes plásticas

Algunos niños se comunican con mayor facilidad a través de la forma, color y dibujo
que de manera verbal. A través del arte se da al niño la oportunidad de expresar lo
inexpresable, como reflejo del mundo interior del niño son necesarios los materiales
como pintura, dibujos, trabajo con arcillas, plastilina, arena y agua. Las creaciones del
niño deben exponerse en cada sesión. El arte es una forma de comunicación simbólica
que ofrece una oportunidad para la representación terapéutica y su solución.

 Juguetes de construcción y rompecabezas


Al utilizar juguetes de construcción los niños pueden expresar cómo se han sentido (aún
de manera pre-verbal) acerca de ser “piezas descartadas” o “unirse”, “hacer algo
nuevo”. Demoler creaciones a partir de los juguetes de construcción puede que sea la
expresión vivida de sus sentimientos.

 Juegos Psicopedagógicos

El juego con su vertiente lúdica nos permite potenciar diferentes habilidades que pueden
resultar un tanto pesadas de trabajar y nos permite establecer una relación más positiva
con los niños, sobretodo con los que presentan dificultades de aprendizaje, ya que hacer
tareas escolares con ellos puede resultar un poco difícil y duro especialmente para ellos.

 Tangram

Es un juego popular de origen chino, muy antiguo, que consiste en 7 piezas: 1 cuadrado,
2 triangulos grandes, 1 triángulo mediano, 2 triángulos pequeños, 1 trapecio; a partir de
las cuales se pueden realizar multitud de figuras. Estimula diferentes habilidades de
carácter clave para el aprendizaje: Orientación espacial, estructuración espacial,
coordinación visomotora, atención, razonamiento lógico espacial, percepción visual,
memoria visual, percepción de figura y fondo.
La evaluación del empleo de este juego resulta muy satisfactoria sobretodo con niños
con problemas de tipo disgráfico (mala letra).

 El memory

Estaremos potenciando: Memoria visual, atención, percepción visual y la reflexividad.

 Tres y cuatro en raya

Estaremos potenciando: Atención, razonamiento y la Reflexividad.

 Las damas

Estaremos potenciando: Razonamiento, Atención y la Reflexividad.

5. JUEGOS PARA TRABAJAR LAS HABILIDADES


SOCIALES
 Cuento de: Ratones, dragones y seres humanos auténticos

Es un cuento que explica los tres tipos de personas: agresivos (dragones), pasivos
(ratones) y los seres humanos auténticos (asertivos representados en una persona). El
propio libro según se va leyendo hace reflexionar sobre la forma de ser de cada uno con
preguntas y ejercicios. Después, se puede hacer role- playing representando cada forma
de ser y sacando los pros y los contras.

 Exponerle a situaciones

Exponerle a situaciones que le pueden resultar difíciles, como:


o dentro de la consulta, hacerle relacionarse con los demás: que pida algo a
una compañera…
o fuera de la consulta, se puede ir al parque y fomentar unas habilidades
sociales correctas con otros niños.

 Servir de modelado

Servir de referente tanto en las situaciones presentes que podamos provocar o bien
contándole experiencias propias (aunque sean falsas) de dificultades similares
superadas.

 Recordatorio semanal de vivencias sociales

En cada sesión, reflexionar sobre las vivencias que se han tenido durante esos días e
identificar tanto en uno mismo como en los demás el tipo de persona.

Modificar la vivencia (si ha sido negativa) buscando un resultado mejor: cómo podría
haber reaccionado él, los demás…

6. JUEGOS PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA


 Yo soy…

Se pide al niño que traiga una foto suya o si no es posible le pedimos que haga un
dibujo de sí mismo. El dibujo o la foto se pone en el centro de una cartulina y alrededor
se van poniendo características de él. Se describirá el color de pelo, ojos, si es niño o
niña, su simpatía, cualidades…

 El espejo

Se le da un espejo al niño y se le pide que diga qué es lo que más le gusta de sí mismo,
que vea algo que tiene muy bonito, puede ser necesario irle dirigiendo por las distintas
partes de su cuerpo para que se fije en cada una de ellas.

 Los que me quieren

Se le pide que traiga fotos de su familia y amigos o si no es posible se le pide que les
dibuje. En una cartulina se pegarán las fotos o dibujos de todas esas personas y se le
pedirá que diga qué actividades realizan juntos, por qué se lo pasa muy bien con esa
persona, etc.

Consejos para ayudar a su hijo a controlar su


comportamiento
 Elabore un programa diario que su hijo deba cumplir. Intente que su hijo se
despierte, coma, se bañe, vaya a la escuela y se acueste a la misma hora todos
los días.
 Limite las distracciones. La música a alto volumen, los juegos en la
computadora y la televisión pueden excitar demasiado a su hijo. Establezca
como regla que el televisor o la música estén apagados a la hora de las comidas
y mientras su hijo hace las tareas. No coloque un televisor en el dormitorio de su
hijo. Cuando sea posible, evite llevar a su hijo a lugares que pueden ser
demasiado estimulantes, como centros comerciales muy concurridos.
 Organice su casa. Si su hijo tiene lugares específicos y lógicos para guardar el
trabajo escolar, los juguetes y la ropa, habrá menos probabilidades de que los
pierda. Destine un lugar cerca de la puerta de entrada para la mochila de la
escuela, de manera que su hijo pueda recogerla al salir de la casa.
 Recompense el comportamiento positivo. Dígale palabras afectuosas, abrácelo
o dele pequeños premios por lograr metas de manera oportuna o por el buen
comportamiento. Elogie y recompense los esfuerzos de su hijo por prestar
atención.
 Defina metas pequeñas que puedan alcanzarse. Aspire a un progreso lento en
lugar de a resultados instantáneos. Asegúrese de que su hijo comprenda que
puede dar pequeños pasos para aprender a controlarse.
 Ayude a su hijo a mantenerse enfocado en la actividad que está realizando.
Use cuadros y listas de verificación para hacer un seguimiento del progreso en
las tareas o los quehaceres. Use instrucciones breves. Ofrezca recordatorios
frecuentes y amistosos.
 Limite las opciones. Ayude a su hijo a aprender a tomar buenas decisiones
ofreciéndole 2 o 3 opciones por vez.
 Busque actividades en las que su hijo pueda tener éxito. Todos los niños
necesitan experimentar el éxito para sentirse bien con ellos mismos.
 Use disciplina calmada. Use consecuencias, como “tiempo fuera”
(aislamiento), retirar al niño de la situación o distracción. Algunas veces es
mejor simplemente ignorar el comportamiento. El castigo físico, como las
palmadas o los golpes, no es útil. Hable sobre el comportamiento de su hijo con
él cuando ambos estén tranquilos.
 Establezca un buen sistema de comunicación con el maestro de su hijo de
manera de poder coordinar sus esfuerzos y supervisar el progreso de su hijo

Cómo captar la atención de los niños hiperactivos en el


aula

La atención es un proceso complejo, relacionado con actividades como seleccionar


información relevante sobre lo irrelevante, mantener la atención de forma constante
durante un tiempo prolongado o realizar una actividad evitando distractores. El déficit
de atención no implica una incapacidad total para mantener la atención, el alumno con
TDAH puede atender como cualquier otro en determinadas circunstancias, pero a costa
de una fatiga mucho mayor. Su falta de atención no es incompatible con cierto éxito en
tareas de este tipo cuando:

 Su motivación es muy elevada.


 Compensa con un nivel elevado de capacidad y buenas estrategias.
 Se encuentra enfocado o redirigido en una actividad.

Los niños con TDAH pueden tener mucha dificultad en la atención en situaciones en las
que la estimulación es lenta y monótona. Mantener la atención en situaciones de este
tipo les produce una fatiga mayor que a los demás alumnos, reflejándose en:

 Buen rendimiento inicial seguido del abandono de la tarea.


 Rendimiento inconstante (conecta y desconecta en la tarea).
 Una dedicación prolongada pero con múltiples errores producto de la fatiga.
 Trabajo adecuado pero extremadamente lento.

En general, para el profesorado es importante captar y mantener la atención del


alumnado durante todo el tiempo, así como prestar atención a todos los alumnos de
manera equitativa, ya que los procesos atencionales tienen una influencia considerable
sobre el control y el rendimiento del alumnado. Es necesario utilizar estrategias para
captar y mantener la atención del alumnado, prestando el profesor atención a cada
alumno en la medida que lo necesita y de manera más acusada a los niños hiperactivos,
ya que como sabemos existe un déficit en los mecanismos atencionales. Un clima de
atención generalizado es una condición previa imprescindible para empezar cualquier
actividad escolar y la forma de iniciar la clase es a menudo decisiva, condicionando
todo lo que sucede a continuación. Todo ello se traduce en la creación de unas
condiciones favorables para el trabajo.

Estrategias generales:

1.- Crear rutinas de inicio rápido en clase: Conviene planificar la forma de iniciar las
clases y practicarla hasta hacer de ella un hábito para el profesor y para los alumnos. Es
necesario habituarlos desde principios de curso a un inicio rápido, posponiendo las
rutinas distractoras (pasar lista, hacer comentarios,..) a otros momentos, poniendo
especial énfasis en cumplir y hacer cumplir todo lo referente a puntualidad, preparación
previa del material que se va a utilizar y consecución de un clima de atención
generalizada como requisito para empezar.

2.- Empezar con actividades incompatibles con la distracción: una forma de acelerar
la concentración y evitar la distracción inter-clases es empezar con actividades
incompatibles con la distracción (preguntas sobre lo tratado el día anterior o
interrogantes que provoquen curiosidad e interés, abrir el libro por la página?).

3.- No empezar sin la atención de todos: Hay que asegurar la atención concentrada de
todos los alumnos sin excepción como requisito previo imprescindible, si se empieza
permitiendo que algunos alumnos prosigan con sus distracciones, se estará
transmitiendo la idea implícitamente de que se puede continuar charlando/estando
distraído mientras el profesor se esfuerza por arrancar.
 Si se distrae durante las explicaciones, la estrategia a utilizar es utilizar todos los
recursos metodológicos de que dispongamos: podemos apoyar las explicaciones con
apoyos visuales.
 Cambiar la entonación. El control del tono de voz es un medio muy importante para el
manejo de los alumnos con TDAH.
 Plantear al alumno preguntas frecuentes durante las explicaciones y ofrecer una
retroalimentación inmediata de sus respuestas. No con la intención de pillarle sino por
mantenerle activo.
 Mantener un contacto ocular tan frecuente como resulte apropiado.
 Utilizar claves o señales, no verbales, previamente acordadas con el alumno, para
redirigir su atención sin interrumpir la clase. Por ejemplo, gestos con la mano,
señalarse los ojos para indicar "mira", o los oídos para indicar "escucha", una palmada
en el hombro, etc.
 Controlar los distractores y/o estímulos que hay en el aula para que el alumno no se
despiste con ellos.
 Procurar sentar al alumno cerca del profesor o donde pueda supervisarlo con facilidad.
 Colocar al lado del estudiante con déficit de atención, compañeros que sean
 Modelos apropiados, es decir, que suelan estar atentos, ordenados, que cumplan las
órdenes?
 No le pidamos algún trabajo o actividad en los últimos cuatro minutos de clase ¡nadie
nos atiende!.
 Si durante las explicaciones parece o escuchar, pinta sus cuadernos o juega con
cualquier cosa, la estrategia a seguir sería:
o En primer lugar, recordar que la ausencia de contacto ocular con el profesor y
el ver al alumno dedicado a otra actividad no siempre quiere decir que el
alumno no esté escuchando el discurso o no esté comprendiendo lo que se
dice.
o Recordar que los alumnos con TDAH necesitan dar salida a su actividad
realizando alguna tarea manipulativa mientras se mantienen escuchando.
o Si la conducta del alumno no interfiere a los demás y no parece crearle
problemas para seguir la clase, podemos tolerar este tipo de conductas.
o Solamente retiraremos aquellos objetos con los que el alumno se distrajera
verdaderamente.
 Si comete errores en los ejercicios por falta de atención, el entrenamiento en
estrategias de compensación aumenta su eficacia:
o Enseñar al alumno que la realización de tareas que se le encomiendan se
divide en dos pasos importantes:
 1. La ejecución de la tarea
 2. La revisión de la misma
o Dar tiempo para que termine con tranquilidad un examen y obligarle a que lo
revise antes de entregarlo.
o Ayudarlo a tomar conciencia de los errores, dándole pautas para que sea él
mismo quien lo descubra.

BIBLIOGRAFÍA

Vaello Orts, J. "Cómo dar clase a los que no quieren". Editorial Grao (2011).

Seminario Regional de Orientadores de Centros de Secundaria de la región de Murcia.


"Estrategias para el profesorado con alumnado con trastorno de déficit de atención con
hiperactividad (TDAH)".
Respecto de estas conductas el profesor/a puede llevar a cabo diferentes estrategias y
pautas de intervención a aplicar en el aula:

1. Definir normas: Consensuar y definir las normas generales del aula, y decidir las
consecuencias de su incumplimiento. Redactarlas en positivo, han de ser pocas, claras
y consistentes. En el caso de niños con TDAH es importante anticiparse a su conducta,
hacer un recordatorio frecuente de la normativa y colocarla en un lugar visible del
aula.
2. Invitar a la reflexión: el profesor puede hacer la pregunta, "invitar a pensar" y
responder más tarde. También pueden hacer que deban tomarse el tiempo necesario
antes de dar respuesta a cualquier tipo de ejercicio (demora reforzada). No dar por
buena la primera respuesta y pedir volver a pensar.
3. Herramientas para recordar: Podemos decirle al alumno que escriba lo que va a decir
para así estar seguros de que no se olvidan y así aprenden a respetar el turno.
4. Ayudarle a generar alternativas: Hacer un ejercicio de reflexión, tras la acción, que
evalúe su conducta sin sentirse culpable pero sí generando alternativas para que estén
en su mente otras posibles actuaciones. Esto se puede llevar a cabo analizando las
consecuencias de cualquier problema viendo las distintas alternativas de solución que
se generan y eligiendo una de ellas para la resolución del problema.
5. Modelo participativo: El profesor/a puede ejemplificar ante los alumnos la realización
de los ejercicios y los corrige verbalizando las estrategias de solución. El objetivo es
servir de modelo para que observen e imiten, haciendo uso de las autoinstrucciones.
6. Realizar una mayor supervisión: en situaciones menos estructuradas como el patio de
recreo, salidas, desplazamientos, fiestas?
7. Favorecer el autocontrol: mediante el entrenamiento en autoinstrucciones,intentando
que el alumnado modifique las verbalizaciones internas que emplea cuando realiza
cualquier tarea y las sustituya por verbalizaciones que son apropiadas para lograr el
éxito y control de su conducta. El objetivo es enseñar el lenguaje como autoguía y que
utilicen pasos que les ayuden a organizar su pensamiento de forma más ordenada
cuando se enfrentan al ejercicio. Pedirle que piense en voz alta para ayudarle a
generar un lenguaje interno que controle su conducta.
8. Uso de reforzadores: reforzar al grupo la conducta adecuada que hayamos planteado.
Ej.: "¡Qué bien!, gracias a que habéis seguido la explicación sentados y en silencio,
hemos podido terminar a tiempo". Elogiar, en los momentos de inicio de conducta
inadecuada, al alumno que presente un comportamiento adecuado y que pueda servir
de modelo. Expresarle diariamente aspectos positivos realizados y utilizar un registro
donde pueda ver sus avances que realiza en los aprendizajes.
9. Mantener la calma: Es muy importante que cuando se produzca un episodio de
impulsividad extrema (rabieta, insultos, etc.) los padres, maestros o educadores
mantengan la calma. Nunca es aconsejable intentar chillar más que él o intentar
razonarle nada en esos momentos. Esto complicaría las cosas. Tenemos que
mostrarnos serenos y tranquilos pero, a la vez contundentes y decididos
10. Hablar sobre las conductas inadecuadas: hacerlo siempre en privado. Evitar
comparaciones con otros alumnos. Evitar comentarios negativos, ironías, alzar la voz.
Nunca decirle que es malo sino que se ha portado mal durante unos momentos y que
eso puede arreglarlo en un futuro si se empeña en ello. El niño debe aprender, aunque
aceptemos el hecho de que tiene dificultades para controlarse, que sus actos tienen
consecuencias. Por ello, contingentemente a las rabietas, conductas desafiantes,
agresiones u otros, deberemos ser capaces de marcar unas consecuencias inmediatas
(retirada de reforzadores, tiempo fuera, retirada de atención, castigo, etc.). Por
ejemplo si ha lanzado objetos, deberá recogerlos y colocarlos en su lugar; si ha
insultado deberá pedir disculpas, etc. esperando a que se tranquilice para aplicar las
contingencias marcadas.
11. Cuidar la autoestima: Sustituir el verbo ser por el verbo estar, para cuidar su
autoestima e informarle del comportamiento esperado. Ej.: en lugar de "Soy un
atolondrado", decir "Estoy atolondrado". Puede ser más adecuado utilizar como señal
de aviso algún movimiento concreto del maestro/a. Este método es más discreto y
tiene la ventaja que suele pasar desapercibido por el resto del grupo. Por ejemplo:
"Cuando veas que te miro y doy dos golpecitos con mi bolígrafo o cuando me toque la
nariz, etc."
12. El semáforo: Una estrategia que podemos emplear y suele funcionar, es la técnica del
semáforo. La estrategia es simple: se trata de avisar al niño o grupo de alumnos
(proporcionarles feedback) cuando se están empezando a activar. El color verde
significa que todo va bien, el amarillo significa precaución y el rojo que es una
conducta inadecuada. La técnica del semáforo es también muy adecuada para
utilizarla en dinámicas grupales en las que todos los niños reciben las instrucciones y
así conseguir una cierta autorregulación del grupo en casos en los que haya riesgo de
conflicto.
13. Estrategias de relajación: Si el niño ha trabajado, paralelamente, alguna técnica de
relajación o estrategia alternativa de afrontamiento, podrá intentar ponerla en marcha
cuando note la activación o se le avise de ella. Por ejemplo, podemos (según edad y
características del niño) enseñarle a que cuando se note activado procure respirar
profundamente al tiempo que se da autoinstrucciones: "Tranquilo", "Cálmate", etc, o
incluso utilizar la técnica de la tortuga.

El objetivo fundamental de toda intervención con niños impulsivos es dotarles de


herramientas prácticas que les permitan por ellos mismos regular, en la medida de lo
posible, su impulsividad.

BIBLIOGRAFÍA

Banús Llort, B. (2011)"Controlar la impulsividad en niños".

Seminario Regional de Orientadores de Centros de Secundaria de la región de Murcia.


"Estrategias para el profesorado con alumnado con trastorno de déficit de atención con
hiperactividad (TDAH)".

Técnicas de relajación para niños de 3 a 7 años


A partir de los 3 años los niños ya dejan de ser bebés y atienden mejor a nuestras
sugerencias, nos escuchan y entienden las órdenes que les vamos marcando, por lo tanto
se vuelven más participativos a la hora de realizar los ejercicios que les vayamos
marcando. Algunos de los que mejor se adaptan a este periodo son:

 El globo. Hacemos que los niños se imaginen que son un globo. Nosotros somos un
inflador imaginario que va inflando sus pulmones y estómago de aire. Después deben
ir soltándolo poco a poco hasta quedarse totalmente vacíos.
 La tortuga. Han de imaginarse que son una tortuga y se colocan el en suelo, boca
abajo, simulando la postura de este animal. Iremos marcando la puesta del sol y como
el animal va escondiendo, poco a poco, sus patitas para esconderlas en el caparazón.
Después volverá salir el sol y, en sentido inverso, sacará sus brazos y piernas para
despertar.
 El árbol. Vamos a convertir a cada niño en una semilla. Una semilla pequeña que
queda depositada en la tierra. Nosotros somos el jardinero que la riega. Poco a poco
esa semilla va creciendo y de ella salen ramas, primero pequeñas y luego muy grandes,
hasta convertirse en un gran árbol. Después haremos la operación inversa. El árbol
grande se vuelve a convertir en semilla.
 La hormiga. Los niños se convierten en pequeñas hormigas en los que sus pies y brazos
son muy pequeñitos y se mueven de forma lenta. Poco a poco, iremos pidiéndole que
sus miembros se relajen, expandiéndose poco a poco, hasta ir generando un nuevo
animal.

Técnicas de relajación para niños de 7 a 9 años


A estas edades nuestros niños ya son más conscientes de su cuerpo y, también, de sus
emociones, por lo tanto las instrucciones que les vayamos dando les van a llegar de una
forma más directa, siempre sin olvidar esa parte lúdica y divertida que todo niño
necesita.

 Colorear mandalas. Canalizar la creatividad, dejar volar la imaginación y, sobre todo,


conseguir que su mente se concentre en una actividad, es algo que esta técnica
consigue a la perfección. Puedes encontrar muchas imágenes para descargar en
Internet, pon a su disposición algunos lápices de colores y conseguirás convertir a tu
niño en un estupendo artista de lo más relajado.
 El muñeco de trapo. El niño deja de ser un niño para convertirse en un robot. Anda
rígido y con una estructura sólida. Pero, poco a poco, ese cuerpo de metal se va
desmoronando, y relajando, hasta convertirse en un muñeco de trapo. Apenas puede
mover sus extremidades y tenemos que ayudarle para poder levantarse.
 Mindfulness. Esta técnica también es conocida como la Atención Consciente o Plena,
para ello buscaremos algún audio que nos vaya guiando y, sentados en el suelo, nos
dejaremos llevar. En esta etapa los niños ya son conscientes de muchas cosas que
genera su universo emocional.

Técnicas de relajación para niños de 9 a 12 años


A esta edad nuestro niño ya es totalmente consciente de las instrucciones que le vamos
marcando para sentirse más tranquilo y relajado. Las técnicas anteriores nos siguen
siendo útiles y podemos ir alternándolas con otras que ya nos van iniciando en la
relajación más profunda. Llevarle a clases de yoga puede ser una buena forma de que
hagan ejercicio, relajen su mente y amplíen esa conexión con el universo que les rodea.

Los ejercicios de relajación para los niños son muy beneficiosos: les ayuda a conciliar
mejor el sueño, especialmente para aquellos que sufren algún tipo de trastorno; reducen
la tensión muscular; mejoran la concentración y la memoria; y para aquellos que
tienen explosiones de ira o rabietas continuadas, les ayuda a controlar la agresividad

Técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo

La forma de tratar el “Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad” es


modificar o compensar lo más posible aquellas conductas típicas que repercuten
negativamente en la vida diaria del niño y de su familia. El objetivo principal es
reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su atención, que son la
fuente de sus principales problemas. Las corrientes psicopedagógicas conductista y
cognitivista ofrecen diversas estrategias para tratar la hiperactividad. La corriente
conductista centra su atención en cómo el ambiente en el que se mueve el niño (la
familia, los profesores, etc.) interactúa con él para, manejando esta interacción,
modificar las formas de comportamiento. La corriente cognitivista actúa directamente
sobre el niño enseñándole a ejercer su propio control a través del entrenamiento en
estrategias.

Corriente conductista: cambiar una conducta inadecuada a través del ambiente

Para modificar determinadas actitudes, como la agresividad o la desobediencia, se


emplean técnicas de cambio conductual que se apoyan en la psicología conductista. La
base de todas ellas es la idea de que todo comportamiento es una forma aprendida de
responder a determinadas circunstancias. Cuando lo que obtenemos al responder de
determinada manera es bueno, agradable o sirve a nuestros propósitos, esa respuesta se
instaura en nosotros, es decir, la aprendemos y siempre que nos vemos en circunstancias
similares respondemos igual. Por el contrario, si con nuestra actuación no logramos lo
esperado, desechamos la respuesta como “no válida” y dejamos de emplearla.

Esto supone que tu actitud es fundamental a la hora de manejar la de tu hijo, ya


que es la que le proporciona la información de si sus respuestas son adecuadas y
sirven a sus propósitos o, por el contrario, debe sustituirlas por otras. Los padres
pueden, sin darse cuenta, fomentar las respuestas inapropiadas. Un ejemplo muy claro
es cuando se cede a un capricho, que se ha negado en un principio, para contener una
rabieta. La conclusión del niño en esta ocasión es clara (y muy lógica): “enfadándome,
gritando y tirando las cosas consigo lo que yo quiero”. Resultado: cada vez recurrirá
con más frecuencia a las pataletas.

Las técnicas de cambio de conducta lo que hacen es controlar las consecuencias de


las acciones convirtiéndolas en agradables, a través del “refuerzo positivo”, o
desagradables mediante el “castigo”. Aquellas conductas del niño a las que siga un
“refuerzo positivo” serán aprendidas como útiles y se repetirán; aquellas otras a las que
acompañe una consecuencia negativa terminarán desapareciendo. Los refuerzos
pueden ser muy variados. Al principio, cuando una actitud está muy instaurada, se
recurre a recompensas de tipo material (un juguete, una chuchería, etc.).
Posteriormente se van restringiendo este tipo de refuerzos para que el niño no haga las
cosas por el premio sino porque realmente ha adquirido nuevas actitudes con las que se
siente más satisfecho. Para ello, desde el principio (junto con las recompensas
materiales) y a lo largo del tiempo (cuando ya se han eliminado aquellas) el niño debe
recibir refuerzos sociales como abrazos, alabanzas o cualquier otra manifestación de
afecto por lo bien que ha actuado. Por otra parte las consecuencias negativas, siempre
relacionadas con las conductas que deseamos eliminar, serán cosas como quedarse sin
ver la tele o recoger el cuarto, pero jamás castigos físicos. Además, toda consecuencia
negativa debe ir acompañado del refuerzo de la conducta alternativa.

¿Cómo puedes aplicar todo esto?

Una forma es hacer un trato con tu hijo. Piensa en alguna cosa que quieras cambiar
de él, por ejemplo, que no se levante de la mesa mientras come. Ya tienes establecido el
objetivo general. Ahora, en función de la problemática, piensa cuándo y cómo vas a
reforzar el cambio de comportamiento: si tu hijo no aguanta más de tres minutos
seguidos en la mesa, empieza por reforzar que consiga estar sentado al menos cinco
minutos. Según le vaya resultando más sencillo cumplir el objetivo ve aumentando el
tiempo hasta que, finalmente, reciba el premio sólo si permanece toda la comida sin
levantarse.
El siguiente paso es acordar el premio o refuerzo. En este caso lo más apropiado es
un sistema de puntos o fichas canjeables. Elabora con tu hijo una lista de cosas que le
gustaría hacer o conseguir y pon a cada cosa un valor en función de sus características:
un caramelo 2 puntos, media hora más con el ordenador 8 puntos, ir al cine 14 puntos,
comprar un juguete determinado 20 puntos, etc. Ya sólo queda ponerlo en práctica: cada
vez que tu hijo cumpla el objetivo marcado refuérzale con un punto y cuando desee
canjearlos dale la recompensa que le corresponda según acordasteis.

Corriente cognitivista: enseñar a hacer las cosas mejor

Según la corriente cognitivista, la forma más adecuada de ayudar a un niño


hiperactivo a resolver sus problemas correctamente es entrenarle en los pasos que
debe seguir, es decir, darle estrategias para que sepa cómo actuar.

Por ejemplo, mantener la atención es una habilidad casi automática en la mayoría de las
personas, pero para un niño hiperactivo es todo un triunfo. Para facilitarle esta tarea
debemos enseñarle cómo se presta atención facilitándole una serie de instrucciones que
resuman eso que hacemos las personas cuando prestamos atención (centrarnos en lo
importante, ignorar los estímulos irrelevantes, etc.). En este caso estaríamos hablando
de estrategias atencionales.

Dicho así parece muy abstracto, sin embargo lo puedes aplicar de forma particular a
cada una de las tareas con las que tu hijo tenga dificultades. Una manera de hacerlo
efectivo es el “modelo de autoinstrucciones” que debéis practicar cada día tantos días
como sea necesario hasta que tu hijo sea capaz de realizar el quinto paso de forma
natural:

1. Modelado: haz tú la tarea mientras vas diciendo en voz alta los pasos que sigues,
mediante instrucciones claras y concisas.
2. Guía externa manifiesta: ahora es él quien realiza la misma tarea mientras le ayudas
repitiendo junto con él los pasos.
3. Autoguía manifiesta: el niño repite solo las instrucciones, en voz alta, mientras hace la
tarea.
4. Autoguía manifiesta atenuada: en vez de hablar en voz alta debe cuchichear las
instrucciones.
5. Autoinstrucciones encubiertas: finalmente el niño realiza la tarea en silencio mientras
se guía por las instrucciones a través del pensamiento.
“ATENCIÓN AL DETALLE”. Consiste en observar figuras, detalles de dibujos,
imágenes y fotografías. Se muestran al niño diferentes ilustraciones durante un corto
período de tiempo, después ha de contar y pormenorizar los detalles que recuerde.
Se le pregunta acerca de colores, disposición, tamaños, etc.
Puede hacerse con historias o descripciones de personajes. Es importante valorar si se
distrae durante la lectura o la visualización de los dibujos, para repetir el ejercicio tantas
veces como sea necesario.

“HAZ GRUPOS”. La idea es clasificar series de objetos diferentes: botones, cartas,


figuras geométricas, pinturas de colores, prendas de vestir, etc. El niño ha de agrupar y
clasificar los objetos presentados según sus características comunes: color, forma, etc.

“NO TE PIERDAS”. Debe recorrer el laberinto trazando una línea que avance
desde un extremo a otro, procurando cada vez ir aumentando la dificultad de los
caminos. Si es muy pequeño, puede hacerse el ejercicio con lana o cuerdas (en lugar de
papel y lápiz) que se enreden por distintos objetos y habitaciones de la casa, y que
conduzcan a una bolsa de dulces. Al abandonar la cuerda o distraerse, será penalizado
con un caramelo de menos.

“SIGUE LA SECUENCIA”. A partir de láminas con dibujos de símbolos, letras,


números, formas abstractas o relojes que siguen una determinada lógica, hay que
ordenar las figuras de acuerdo con la secuencia anterior.

Ejercicios de relajación o autocontrol de la impulsividad:

En el diseño de estas actividades hay que tener en cuenta que el niño hiperactivo no
suele centrarse durante muchos minutos en una misma tarea, por lo que ésta ha de ser
clara, breve y fácil de ejecutar si se quiere obtener buenos resultados. Están orientadas
básicamente para incrementar la inhibición muscular, la relajación, el control corporal y
la atención.

“COMO UN GLOBO”. Inspiramos muy lentamente, vamos dejando que entre el


aire por nuestros pulmones y nuestro abdomen (respiración diafragmática). Éste
último se va a ir convirtiendo en un globo que se va hinchando a un ritmo lento, después
vamos a ir dejando escapar el aire y sintiendo como el globo se va desinflando poco a
poco hasta quedar vacío.

“TORTUGA QUE SE ESCONDE” (Relajación muscular progresiva). Tumbados


boca abajo, somos una tortuga que va a ir escondiendo su cabeza y replegando sus
patas, hasta que sólo se vea el caparazón. El niño debe haber encogido y tensado los
músculos de los brazos, piernas y cuello. A continuación sale el sol y el animal vuelve
a asomar muy despacio su cabeza, al tiempo que va estirando las extremidades,
dejándolas distendidas y relajadas.

“CARRERA DE CARACOLES”. El adulto y el pequeño van a competir en una


carrera, como si fueran caracoles. Pero como es una prueba muy especial, el ganador es
el que llega el último, de manera que irán avanzando a cámara lenta, ejercitándose en
movimientos sumamente lentos, y en el autocontrol de la impulsividad.
Paradójicamente en esta ocasión aprenderá que la recompensa llega cuando uno es
capaz de enlentecer sus movimientos y ser consciente de los músculos que hay que
tensar en cada tramo.

“RETRANSMITIENDO LA JUGADA”. Esta es una tarea basada en la técnica de las


autoinstrucciones. Pretende modificar las verbalizaciones internas que se da cuando
realiza cualquier actividad, y sustituirlas por mensajes más apropiados para lograr su
éxito. El objetivo no es enseñar al niño qué ha de pensar, sino cómo ha de hacerlo,
aprender un modo adecuado de resolver los fracasos, hacer frente a nuevas demandas y
aumentar la resistencia a la demora de las recompensas.
Se le explica que va a ir retransmitiendo en voz alta lo que vaya haciendo, y que
tiene que lanzarse mensajes positivos, como si fuera su propio entrenador personal,
tales como:
“Bien, ¿qué es lo que tengo que hacer?
Tengo que ….
¡Despacio y con cuidado!
Vale, lo estoy haciendo bastante bien.
Recuerda: he de ir sin prisas
(Ante un error): ¡vaya no creí que …bueno no pasa nada!, sólo tengo que borrar.
Aunque cometa un error puedo seguir haciéndolo lentamente y con atención.
¡Acabé, lo hice, muy bien!.”

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