LA RESURRECCIÓN
DATOS DE LA TRADICIÓN
EL KERYGMA PASCUAL:
o Expresado en fórmulas de profesión kerigmáticas y litúrgicas fijas y breves.
o Son fórmulas obligatorias y públicas, expresan la fe de las comunidades cristianas nacientes.
EL KERIGMA PASCUAL
Las Profesiones de Fe son más antiguas que los escritos donde se encuentran hoy. La más conocida es la de 1
Cor 15, 3-5, es un texto antiguo, usado en los años 40, probablemente en Antioquía.
Existen otras fórmulas e himnos que aluden directamente a la resurrección y no hablan de apariciones del
Resucitado ( Rom 1,3s ; Flp 2, 6-11 ; Rom 10, 9 ; Hch 2, 32 )
EL SEPULCRO VACÍO
1.Se sitúan en Jerusalén.
2.Los relatos de los 4 Evangelios divergen.
3.El relato más antiguo es Marcos, no es histórico.
4.Es una etiología cultual.
5.Hay algunos elementos históricos: el sepulcro se encontró vacío.
LAS APARICIONES
1.Apuntan a Galilea, pero no se limitan a esa región.
2.Hay múltiples relatos en los Evangelios, con amplias variantes.
3.Estos relatos fueron fundamentales en la Iglesia primitiva.
4.Núcleo común: Jesús se apareció a determinados discípulos, se mostró VIVO y fue anunciado como
resucitado de entre los muertos.
PRESUPUESTOS HERMENÉUTICOS
“Los testimonios sobre la Resurrección hablan de un acontecimiento que trasciende el ámbito de lo
históricamente constatable; representan, en este sentido, un problema límite exegético-histórico” ( W.Kasper)
Hay diversas hipótesis sobre el contenido y origen de la Fe Pascual :
-REIMARUS: Los discípulos “inventaron” los relatos.
-HIPÓTESIS DE LA EVOLUCIÓN: Suma de ideas y esperanzas religiosas corrientes en aquel tiempo.
-STRAUSS: Hipótesis de la Visión: los discípulos tuvieron alucinaciones que acabaron por generar una epidemia
de visiones similares.
REALMENTE LA PASCUA ES EL MISTERIO CENTRAL DE LA FE
Y NO PRUEBA PARA LA FE; LA PASCUA MISMA ES OBJETO DE FE.
PRESUPUESTOS HERMENÉUTICOS
-Teología Dialéctica: Barth dice que la Resurrección no es un hecho objetivable, no se puede hablar de ella
como hecho histórico.
-R. Bultmann: “La fe en la Resurrección no es otra cosa que la Fe en la Cruz como acontecimiento salvífico, o
sea que la Cruz es un suceso escatológico.” Cristo está presente en el Kerygma que proclama la
Iglesia, su PALABRA alcanza al oyente del Kerygma. La fe de los discípulos es lo único constatable...parece que
ellos son lo que más nteresa en Pascua.
CRÍTICA:
PARECE QUE PASCUA NO PRECEDE A LA FE, SE IDENTIFICA CON EL ORIGEN DE LA FE PASCUAL.
SE REDUCE LA CRISTOLOGÍA A ECLESIOLOGÍA.
PRESUPUESTOS HERMENÉUTICOS
-W.MARXSEN: Al igual que Bultmann dice que la Fe no puede establecer hechos históricos. Los discípulos
tuvieron una experiencia de algo, y la interpretaron como “ver” a Jesús. Decir que Jesús ha resucitado es un
modo de interpretar el “ver”, pero no es una afirmación de corte histórico. Interesa el “envío”, Resurrección
significa que “la causa de Jesús sigue adelante.”
-R.PESCH : Los relatos de apariciones son fórmulas de legitimación. La fe en la resurrección expresa la validez
de la pretensión escatológica de Jesús. La razón de esta Fe la constituye Jesús mismo, no las apariciones.
-W.PANNENBERG: Valora la historia, al Jesús histórico. Dios confirma la obra de Jesús resucitándolo. Entiende
la Resurrección como acontecimiento histórico ( valor del sepulcro vacío )
PRESUPUESTOS HERMENÉUTICOS
-TEOLOGÍA CATÓLICA ACTUAL: Valora la importancia de la categoría de “signo”. Las palabras y los hechos se
reclaman mutuamente.
-APROXIMACIONES ANTROPOLÓGICAS A LA FE EN LA RESURRECCIÓN: * Rahner, Boros, Ebert :
La libertad humana tiende a lo incondicional y definitivo y se colma en la eternidad, la vida eterna es la acción
de Dios que consagra la libertad del hombre.
* Ratzinger: El amor es más fuerte que la muerte.
* Pannenberg: Fenomenología de la Esperanza.
* J. Moltmann: Esperanza de justicia; Dios triunfa sobre la muerte.
“AMAR A UN HOMBRE SIGNIFICA: TU NO MORIRÁS ” (Marcel )
FUNDAMENTACIÓN TEOLÓGICA
1. Las apariciones no representan acontecimientos objetivamente determinables. No se las puede mirar como
observador neutralmente distanciado. En las apariciones Jesús gana definitivamente autoridad y reconocimiento
en la fe de los discípulos.
2. El encuentro con el Señor resucitado se califica en el nuevo testamento como ENCUENTRO Y EXPERIENCIA
DE DIOS. Lo que los discípulos vieron fue la realidad del Reino de Dios llegando definitivamente en Jesucristo
mediante su muerte; percibieron el resplandor de la gloria de Dios en el rostro del crucificado. En las apariciones
se trata de la autorrevelación escatológica de Dios.
3. Estructura fundamental de la Fe: Nuestra Fe se nos proporciona gracias a la experiencia de los testigos
primitivos y su Tradición: Testimonio Apostólico.
LA FE PASCUAL
Es la postura fundamental del hombre y de la mujer frente a la orientación y el sentido de la existencia humana:
1. Confiar en Dios en la vida y en la muerte, aquel de quien no podemos disponer “al que todo le es posible”
2. Confiar en sí mismo, en sus propias posibilidades. Imagen del mundo cerrada en sí misma, que se
absolutiza.
La fe pascual no rompe con las leyes naturales, sí pone en cuestión la imagen que tenemos del mundo.
“la fe pascual no es, por tanto, una añadidura a la fe en Dios y en Jesucristo; es resumen y esencia de esta fe.”
“La resurrección de Jesús representa no sólo la decisiva acción escatológica de Dios, sino su autorevelación
escatológica:..aquel cuyo poder abarca vida y muerte, ser y no ser, aquel que es amor y fidelidad creadoras,
aquel en quien se puede confiar de modo incondicional, aunque se desmoronen todas las posibilidades
humanas. La resurrección de Jesús es revelación y realización del reino de Dios anunciado por Jesús, en ella
Dios mostró su fidelidad en el amor y se identificó con Jesús y su causa.”
En conclusión: la resurrección de Jesús “es el cambio histórico-salvífico definitivo, que prueba la fidelidad,
justicia y amor de Dios”.
La resurrección es histórica porque sucedió a Jesús y tocó la vida de los testigos que dieron su vida por él;
transformó sus vidas y se convirtió en el paradigma para toda la humanidad. Igualmente es una experiencia
de fe porque afectó sus vidas y por su testimonió afectó también las nuestras.
Glorificación Jn 7, 39
Obediencia hasta la cruz
o Jn 4, 34; 5, 30;
3. Ascensión y Pentecostés
o Dios lo exalta.
La resurrección desde el punto de vista escatológico
Así como en el judaíso tardío, Elías, Henoc y Baruc son exaltados al cielo para servir de testigos en el juicio
final, Jesús en el N.T. es exaltado y volverá como el Mesías escatológico. 1 Tes 1, 10:
“Y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a quien resucitó de entre los muertos y que nos
salva de la cólera venidera.”
Del señorío futuro resulta ahora el señorío presente - 2 Tim 4, 1. 18:
“Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y a muertos”
o -Se acentúa la posición presente de poder - Salmo 110: “Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus
enemigos por escabel de tus pies”
o - Exaltación significa: trono en el cielo, dignidad y poder divinos –1 Cor 5; 12, 9 Flp 3, 21: “El cual transfigurará
este miserable cuerpo nuestro en cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter
a sí todas las cosas”
o - En su “posición de poder” Jesús intercede y nos protege ante el Padre Rm 8, 34; 6,9 “¿quién condenará?
¿Acaso Cristo Jesús? el que murió, más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios y que intercede
por nosotros?”
de sí en lugar de la gloria de Dios. “Quien se entrega a Jesús en la fe recibe el don de la libertad y el amor”
Rom 13,10
Preámbulos
La realidad de Cristo supera todas las representaciones humanas y se distancia mucho de las ideas mesiánicas
del Antiguo Testamento (Johann Auer)
Dios sólo se puede aprehender por la fe pero no por el propio pensamiento. S.XIV (Guillermo de Ockham)
Cuatro etapas de la dogmática cristológica
o 1) Conciliación de Jesús con el monoteísmo bíblico. Conquista dogmática de la divinidad de Jesús
o 2) Reconsideración de Cristo “desde arriba”. Idea de encarnación. Peligro para la humanidad de Jesús y
Conquista de la dualidad
o 4) Etapa apendicular: neonestorianos y monoteletas. La enhypostasía (persona)
BÍBLICAS
Mesías prometido
Señor exaltado (resurrección)
Redentor preexistente
Jesús constituído por Dios en SEÑOR y MESÍAS
INFLUENCIAS HELENÍSTICAS
Divinidad que se aparece en forma humana
Cristo es mera apariencia humana (cuerpo de Cristo aparente e ilusivo = docetismo)
SIGLO II
De la escritura a la teología
o Influencia judaica: * Olvidar la divinidad de Cristo * Aceptar su filiación divina
o Ignacio de Antioquía: * Verdadera humanidad de Cristo: engendrado no creado
o Justino: Concepto de logos: Fuerza racional procedente de Dios mismo y puesto a su servicio
o Melitón de Sardes: Cristo es por naturaleza Dios y Hombre
o Ireneo: Verdadera humanidad de Cristo y plena humanidad de Dios en él
SIGLO III
SIGLO IV
SIGLOS IX-XII
No hay un título que baste para expresar quién es Jesús. Es el hombre que hace saltar todos los esquemas.
En el Nuevo Testamento se fue imponiendo cada vez más un título, a todos los demás, por considerar que es el
más adecuado y fructífero:
JESÚS EL HIJO DE DIOS
El cristianismo vincula a su profesión en la filiación divina de Jesús una pretención escatológica que dice:
Dios se ha revelado y comunicado en Jesús de Nazaret de una vez para siempre, de modo incomparable,
insustituible, definitivo e insuperable.
La objeción más radical contra ésta profesión dice que representa uno de los últimos residuos de un pensamiento
mítico misterioso. Para un pensamiento y una sensibilidad mítica era más fácil que para nosotros hoy pasar de lo
humano a lo divino. Al estricto monoteísmo bíblico le era profundamente extraña esa mezcla de divino y humano.
Se podía hablar de Hijo de Dios en el Antiguo Testamento, sólo a partir de una profunda desmitologización de
éste título. Recorrer la historia de esta reinterpretación para nuestra comprensión.
ANTIGUO TESTAMENTO
Tiene que interpretarse a la luz de la fe en la elección y de las concepciones teocráticas que en ello se basan.
No se fundamenta en la descendencia física sino en la elección libre, graciosa por parte de Dios.
El elegido para ser Hijo de Dios recibe una especial misión histórico-salvífica que lo obliga a la obediencia y al
servicio.
El título Hijo de Dios no se entiende de modo natural sustancial, sino funcional y personal.
NUEVO TESTAMENTO
La interpretación progresiva del título de Hijo e Hijo de Dios se califica como paso de una cristología más funcional
a otra más esencial y metafísica. En la antigua cristología, lo que interesa es la constitución de Jesús como hijo de
Dios en poder. Idea teocrática funcional. También la sentencia: “Tú eres mi Hijo muy amado” en el bautismo de
Jesús, se sitúa en esa tradición mesiánico- teocrática. La transfiguración habla ya de una transformación de la
figura de Jesús, lo que implica una concepción esencialista del título de Hijo de Dios. En el engendramiento por
el Espíritu Santo se trata no sólo de una función, sino del ser de Jesús; aunque se habla también de trono de
David y del dominio sobre la casa de Jacob. La cristología del ser y de la misión se hallan yuxtapuestas.
La íntima unidad de la cristología del envío y la esencial, se hace temática, ante todo en el cuarto evangelio. Este
evangelio habla de la filiación divina entendida esencialmente. Se expresa con claridad la unidad entre Padre e
Hijo; se realiza como unidad del conocimiento mutuo y del obrar en común.
Tampoco falta la interpretación mesiánica del título de Hijo de Dios. Las proposiciones esencialistas sirven al
interés soteriológico. Jesús participa de la vida de Dios, para transmitírnosla a nosotros. Las sentencias
esencialistas sirven a la íntima fundamentación de las de tipo soteriológico. Y viceversa, la obediencia de Jesús en
el ejercicio de su misión es la forma existencial de su filiación divina esencial.
No se habla solamente de la unidad entre Padre e Hijo, sino también de la sumisión de éste al Padre: “El Padre
es mayor que yo”. Asi que el Hijo se somete obediente sin restricciones a la voluntad del Padre. Esta obediencia
constituye la esencia del Hijo:
“Mi comida es hacer la voluntad de de aquel que me envió”. La unidad esencial entre Padre e Hijo se concibe
como unidad de voluntad y conocimiento. El Hijo es aquel que hace sitio totalmente a Dios en su obediencia. Es
total y absolutamente transparente para Dios; Su obediencia es la forma en la que Dios se encuentra
esencialmente presente. La obediencia que Dios mismo obra y causa es la manera existencial y la aparición de la
filiación divina. Jesús es en su obediencia la exégesis de la esencia de Dios.
1.Es una cristología en realización. Expresa no sólo una función exterior de Jesús, sino que contempla su función,
es decir, su servicio consumado y su obediencia respecto a su misión, como expresión y realización de su ser, o
sea, del ser de Dios en él y por él.
2.Es figura de una cristología del ser. Ser no como algo disponible, sino como realización, no como sustancia,
sino como relación personal. El ser de Jesús se realiza a partir del Padre y con vistas a los hombres.
3.Expresa la esencia de Dios como amor que se regala
La interpretación concreto histórica de la filiación divina de Jesús, se expresa de manera más clara en la teología
paulina de la cruz. Junto con la resurrección, la cruz es símbolo e ideograma de la actuación de Dios y hasta
manifestación escatológica definitiva de Dios.
La expresión Hijo de Dios recibe también su explicación decisiva a partir de la cruz y la resurrección. Por eso la
teología desde abajo es posible únicamente como teología de la cruz.
1.Los primeros cristianos intentaban superar el escándalo de la crucifixión, argumentándola como voluntad y
acción de Dios, probando con textos de la Sagrada Escritura. 1/ Como una necesidad querida por Dios. Impuesta
por Dios. La cruz se sitúa en medio de los planes de Dios y en el centro de la historia del mundo.
2.Tradición neotestamentaria con ayuda de las llamadas fórmulas de entrega: “Este es mi cuerpo entregado por
vosotros” (1 Cor 11,23). Dios entrega al hijo del hombre en las manos de los hombres. “El que fue entregado por
nuestros pecados y resucitado por nuestra justificación.” Rom 4,25” “Pero por todos nosotros lo entregó” Rom
8,32 Lá muerte de Jesús es obra de nosotros sólo superficialmente en el fondo representa la acción salvadora
escatológica de Dios.
Decir que la cruz es obra de Dios es absurdo, pues contradice las concepciones que tenemos de Dios.
La cristología tiene que arrancar del origen y centro de la fe neotestamentaria en Cristo, es decir, de la profesión
pascual en Jesús como el Señor.
En la Biblia de los LXX, Adonai
De la antigua exclamación litúrgica maranatha, Kyrios, Cristo exaltado
Filipenses 2,11 “Jesucristo es Kyrios”
1 Cor 1,2, cristianos son los que invocan el nombre del Señor Jesucristo
Juan 20,28 “Señor mío y Dios mío”.
La profesión en Jesús como Dios no enraiza en especulaciones abstractas, sino en la fe en la exaltación del
Resucitado.
La profesión más explícita de Jesús como Dios se encuentra en la escuela de San Pablo y en los escritos joánicos.
En Col 2,9 “En Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad”
Tito 2,13 “esperamos la epifanía de la gloria de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo”
Hebreos 1,3 “esplendor de la gloria de Dios e imagen de su esencia”
Salmo 45,7 “Tu trono Dios, permanece eternamente...”
Salmo 102,26 “Tú Señor creaste al principio la tierra...”
Posteriores desarrollo en los escritos joánicos. El prólogo del cuarto Evangelio hace tres proposiciones: 1. “En el
comienzo era el Logos” Para Juan el Logos es la persona histórica de Jesucristo, que tiene un principio atemporal
y eterno. 2. “El Logos estaba cabe Dios” 1 b: 17,5 Comunión en la gloria 17, 24 Unidad en el amor 5,26 Estar repleto
de la vida de Dios 17, 10 El Padre y el Hijo tienen todo en común 10,30 “Yo y el padre somos una sola cosa” Es
unidad en la dualidad, una comunión personal, lo cual se expresa gráficamente al hablar en 1,8 del Logos “que
descansa en el seno del Padre y que por lo mismo puede darnos noticia”. Mediante el preexistente estar cabe
Dios, se quiere fundamentar el poder pleno y la dignidad del Logos humanado. Puesto que participa de la gloria,
el amor y la vida del Padre, puede comunicarnos gloria, amor y vida. Por eso es el logos, la vida y el amor de los
hombres (1,4). Porque en el se revela el origen de todo ser, se manifiesta en él el origen y la meta de nuestra
existencia. Proposición salvífica.
3. “y el Logos era Dios”: 1 c
Logos es de naturaleza divina. Con toda la distinción entre Dios y Logos, ambos están unidos por la única esencia
divina. Jesús es en su esencia y su ser el Logos personal de Dios, en el que encuentra respuesta definitiva la
cuestión sobre la vida, la luz, la verdad.
Controversias judeo-cristianas en la comunidad joánica. Los judíos preguntan por la mesianidad de Jesús (10,24),
éste sobrepasa la pregunta diciendo: “yo y el Padre somos una sola cosa.” Acusan a Jesús “Tú que eres un hombre
te haces Dios” y lo quieren apedrear por balsfemo. Se fundamenta la filiación con el salmo 82,6 “yo os dije: sois
dioses” y Jesús prosigue: “si llamó dioses a hombres a quienes se dirigió la palabra de Dios, y si la Escritura no ha
de fallar, ¿podéis decirle a aquel a quien el Padre santificó y envió al mundo: “blasfemas contra Dios”, porque he
dicho: ¨soy hijo de Dios?¨” Los judíos exigen de Pilatos la sentencia de muerte. “Según la ley tiene que morir, pues
se ha hecho Hijo de Dios” 19,7
Juan cierra su Evangelio con la profesión de Tomás “Señor mío y Dios mío” 20,28 y dice que en todo su evangelio
lo que le interesa es llevar a la fe de que “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (20,31).
De modo parecido acaba la primera de Juan: “El es el verdadero Dios y vida eterna” (5,20)
Las sentencias bíblicas sobre Jesús como verdadero Dios son claras y terminantes. ¿Cómo conciliar ésta profesión
con el monoteismo bíblico?
Junto a la divinidad de Jesús, junto a su unidad con Dios afirma, al mismo tiempo, su distinción del Padre.
Se excluye el que de alguna manera se borre la distinción entre él y el Padre. Jesús le dice a uno que se postra
ante él, “nadie es bueno sino solo Dios” ( Marcos, 10, 18).
Jesús es imagen y revelación, aparición del Padre.
El nuevo testamento describe la relación entre Padre, Hijo y Espíritu valiéndose de una ordenación mutua
jerárquico_ funcional “Todo es vuestro, pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios” 1 Cor 3,22.
La tarea de Cristo consiste en someter todo a Dios y entregarle al final el reino (1 Cor 15,28).
La doxología neotestamentaria y cristiana se dirige al Padre por el Hijo en el Espíritu santo”
El nuevo testamento coloca pronto en total paralelismo la actuación del Padre, de Cristo y de Espíritu (1 Cor 12,
4-6).
En las Fórmulas litúrgicas:
“La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor de Dios
y la comunión del Espíritu Santo
esté con vosotros” (2 Cor 13,13)”
El mandato bautismal del evangelio de Mateo resume el desarrollo teológico y práctico de la primitva iglesia:
“ Id pues, a todos los pueblos y haced a todos los hombres discípulos míos, bautizándolos
En el nombre del Padre
Y del Hijo
Y del Espíritu Santo” (Mat 28,29)
El único Dios nos sale al encuentro concretamente en la historia y el destino de Jesús de una vez para siempre,
estando presente sin interrupción en el Espíritu Santo. LA PROFESIÓN TRINITARIA ES, PUES, EL RESUMEN DE LA
FE CRISTIANA Y LA SENTENCIA DECISIVA SOBRE LA IDEA CRISTIANA DE DIOS. DETERMINA EL CONCEPTO DE
DIOS POR LA HISTORIA DE LA REVELACIÓN, BASANDO ÉSTA HISTORIA EN LA ESENCIA DE DIOS. LA PROFESIÓN
TRINITARIA SIGNIFICA QUE DIOS SE HA MOSTRADO EN JESUCRISTO COMO AMOR QUE SE COMUNICA Y QUE
ESTÁ PRESENTE COMO TAL DE MANERA CONSTANTE ENTRE NOSOTROS EN EL ESPÍRITU SANTO.
Si Dios se ha comunicado a sí mismo de manera total y absoluta en el Espíritu Santo definiéndose como el: “Padre
de nuestro señor Jesucristo”, entonces Jesús pertenece a la esencia de Dios: Con carácter escatológico y esencia
protológica y preexistencia. Se hace necesario fundamentar la historía de la salvación en la eternidad de Dios.
1.Filipenses 2,6-11 Habla de Jesucristo, que existía en la forma de Dios y tomó la forma de siervo, al cual Dios por
eso lo exaltó a Kyrios sobre todos los principados. El motivo de la preexistencia no surge de interés especulativo,
sino que sirve de base a la preocupación soteriológica. 2. Fórmulas fijas de San Pablo.
Fórmulas de envío Gálatas 4,4 “Cuando se cumplió el tiempo envió Dios a su Hijo” Romanos 8,3 “ Dios envió
a su Hijo en la figura de carne”
Estas fórmulas mencionan la preexistencia no por sí misma sino que se la presupone por interés de una setencia
soteriológica Lo que importa no es la humanación como tal, sino la venida bajo la ley de la carne, que se encuentra
bajo el poder del pecado, para liberarnos de éste poder y darnos el espíritu de filiación, que autoriza a llamar a
Dios “abba Padre” Gálatas 4,6 y Romanos 8,15 3. Evangelio de Juan. Juan 5,23.37; 6,38.51 Jesús dice que fue
enviado por el Padre. Juan 3,13; 6,38.51 Jesús dice que ha venido del cielo. Juan 8.23 Jesús dice que ha venido de
arriba. Juan 8,42; 16.27 s Jesús dice que ha salido del Padre.
La persona y el destino de Jesús no tiene su origen en la relación de un acontecimiento intramundano, sino que
allí actuó Dios mismo de una amanera intramundanamente indeducible. Problemas de las proposiciones
neotestamentarias
1.Historia de las religiones. El nuevo testamento al hablar de la preexistencia y el descenso del Hijo de Dios ha
incorporado ideas mitológicas extrabíblicas que hoy podemos y tenemos que desmitologizar. El nuevo
testamento incorpora historias ya existentes.
R Reitzenstein: el mito del hombre originario salvador habla sin duda del descenso o caída del hombre originario
en la materia; para redimirlo baja un salvador, que recuerda a los hombres su origen celeste, les enseña así la
verdadera gnosis, por la que son salvados, porque ahora pueden seguir al salvador en el camino hacia arriba.
R Bultmann: intentó aprovechar el resultado de la investigación de la escuela de la historia de las religiones para
la exégesis del nuevo testamento.
C. Colpe: El mito gnóstico del salvador no se puede presuponer como algo unitario sólo por influjo cristiano
adquirió su desarrollo. Además, el interés de la gnosis no se centraba en la humanización del salvador, sino en
hacerse salvador y ser salvado el hombre, por el conocimiento de su origen esencial.
Gnosis
Explica el destino general del hombre alienado en su esencia y necesitado de redención.
Las ideas gnósticas pueden servir a lo más como medios secundarios de expresión para el mensaje del nuevo
testamento.
Nuevo Testamento
Explica el destino incomparable y especial de Jesucristo.
Existe un pensamiento histórico. Según la concepción veterotestamentaria y judía las personas y
acontecimientos importantes en la historia de la salvación existen de forma ideal o real y antes de la creación
del mundo en el plan o en el mundo de Dios.
La teología rabínica enseñaba igualmente una preexistencia (ideal) del mesías, así como de la torá (sabiduría),
del trono de la gloria y otras cosas.
Hoy predomina el convencimiento de que las ideas sobre la preexistencia de Jesús llegaron al N. T. a través de
la especulación sobre la sabiduría en el judaísmo.
Las sentencias del nuevo testamento sobre la preexistencia expresan de un modo nuevo y profundo el carácter
escatológico de la persona y la obra de Jesús de Nazaret. Jesús pertenece a la definición de la eterna esencia de
Dios, porque Dios mismo se ha revelado y comunicado en Jesucristo de una manera definitva, sin reservas e
insuperable. Por tanto del carácter escatológico del acontecimiento de Cristo se deduce que Jesús es desde la
eternidad Hijo de Dios y Dios es desde la eternidad el Padre de Nuestro Señor Jesucristo.
Metafísica griega desde los presocráticos hasta Platón y Aristóteles y el Neoplatonismo, la inmutabilidad,
impasibilidad y carencia de pasiones pasan por ser la suprema propiedad de lo divino.
Antiguo Testamento. Dios es experimentado como Dios del camino y la guía, como Dios de la historia., como
oferta y promesa efectiva de que él es el que eficientemente está presente en las situaciones cambiantes de la
historia de su pueblo. Esto no significa que sea un Dios que se está haciendo. Al contrario no conoce ninguna
clase de teogonía ni genealogía de Dios. No tiene comienzo y tampoco está sometido a la muerte.
La eternidad de Dios es algo indiscutible, pero no significa inmovilidad, inmutabilidad y atemporalidad, sino
señorío sobre el tiempo, que prueba su identidad no en la autoidentidad carente de relación y abstracta, sino en
la fidelidad concreta e histórica. La humanización y, en consecuencia, la historización de Dios en Jesucristo es la
culminación con creces de ésta fidelidad histórica de Dios cara a su promesa de que es el que está presente y el
que está con nosotros. Al tratar de conciliar la divinidad de Jesucristo con el monoteísmo judío o filosófico al
desarrollarse el pensamiento filósófico del mundo helenístico, surgen varias herejías.
La principal de ellas es la doctrina de Arrio. Dios es inexpresable, no engendrado, no hecho, sin origen e
inmutable. El problema consitía en la intervención de este ser en el mundo de lo hecho y lo múltiple. Fue
creado de la nada en el tiempo, siendo cambiable y falible; sólo a causa de su vida intachable fue adoptado
Hijo de Dios. En Arrio el Dios de los filósofos se impuso al Dios viviente de la historia.
San Atanasio motor espiritual del primer Concilio Ecuménico de Nicea (325). La declaración decisiva del concilio
dice:
“Creemos... En el único Señor Jesucristo, hijo de Dios, unigénito del Padre, es decir de la esencia del Padre, Dios
de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consustancial al Padre, por el que
todo fue hecho en el cielo y en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió y se
hizo carne y hombre.” (DS 125; NR 155).
1. No es una doctrina abstracta, sino una profesión litúrgica de fe. Esta profesión de fe se orienta hacia la historia
de la salvación y procede de la tradición bíblica y eclesial. Se entiende como servicio a la fe e interpretación de la
tradición. En la anterior formulación hay dos cosas dignas de notarse:
La Iglesia basa su fe no en la especulación privada, sino en la tradición común y pública, pero entiende ésta
tradición no como letra muerta sino como tradición viviente, que se desarrolla en la discusión con nuevas
cuestiones.
2. Las nuevas sentencias referentes a la esencia no deben vaciar las que se refieren a la salvación. El hijo no se
puede colocar al lado de las creaturas sino al lado de Dios; en consecuencia, no es creado, sino engendrado y de
igual esencia que el Padre. El hijo es divino por naturaleza y está en el mismo plano engendrado y de igual esencia
que el Padre, de modo que quien lo encuentra, encuentra al mismo Padre.
San Atanasio acentuaba: Si Cristo no es verdadero Dios, entonces tampoco hemos sido salvados, pues sólo el
Dios inmortal nos puede redimir de nuestro sentimiento de muerte y darnos parte en la plenitud de su vida. El
hombre creado a imagen de Dios únicamente puede alcanzar su verdadero y propio ser por participación en la
vida de Dios, o sea por semejanza con Dios. Pero después que la imagen de Dios se corrompió por el pecado,
Dios tiene que hacerse hombre para que seamos divinizados y lleguemos otra vez al conocimiento del Dios
invisible.
El Concilio Niceno fue no sólo el final, sino, al mismo tiempo un nuevo comienzo del debate. El tiempo que siguió
es uno de los períodos más oscuros y confusos de la Iglesia.
Muchos no veían la distinción entre el Padre y el Hijo.
Fueron los capadocios: Basilio, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Niza, los que indicaron una salida distinguiendo
entre una esencia y tres hipóstasis. Entendiendo por hipóstasis, la individualidad, la concreta realización de la
esencia común. Significa nada menos que ya no se consideraba a la esencia general como lo supremo y que el
pensamiento esencialista griego se quiebra en dirección a uno de tipo personal.
Concilio Ecuménico de Constantimopla (381). Confirmó la profesión de Nicea, defendiendo de nuevo el principio
de la tradición. Se suprimió la fórmula nicena “engendrado de la esencia del Padre”. La profesión de fe Niceno-
Constantinopolitana se mantiene hasta hoy como profesión litúrgica oficial de la iglesia; representa además, hasta
hoy el punto de convergencia entre todas las grandes iglesias de oriente y occidente. La discusión a éste propósito
se lleva bajo el lema helenización y deshelenización del cristianismo.
Para A. Von Harnack: el dogma era “una obra del espíritu griego sobre el suelo del evangelio”. Quería retroceder
más allá el desarrollo doctrinal cristológico hasta llegar a la fe de los padres llana y sencilla.
El cristianismo no podía soslayar una polémica con la pretensión universal de la filosofía griega del Logos y de la
esencia precisamente a causa de la pretensión cristiana escatológica universal.
R Seeberg: “la ¨helenización¨, romanización o germanización de por sí no corrompen al cristianismo; estas formas
muestran de por sí únicamente que la religión cristiana fue repensada independientemente en las épocas en
cuestión, siendo asimilada, y que se hizo parte integrante del saber espiritual y de la cultura de los pueblos. La
teología de la antigua iglesia no consiguió medir enseguida en todas sus consecuencias la decisión fundamental
que se había tomado en Nicea y Constantinopla. La humanización de Dios y, sobre todo, el sufrimiento y muerte
de Dios se convirtieron en el gran problema.
Lo que les preocupaba era la cuestión de cómo el infinito, invisible, inmortal puede hacerse finito, visible, mortal.
Gregorio Taumaturgo e Hilario ven los límites de éstas proposiciones, no pueden salvaguardar la profundidad
del sufrimiento. Ellos argumentan así: impasibilidad sería para Dios limitación y falta de libertad, por tanto, Dios
tiene que poder sufrir; pero Dios sufre libremente, el sufrimiento no se le viene encima como por fatalidad, de
modo que en medio del sufrimiento continúa siendo dueño de sí mismo: El sufrimiento se convierte en su fuerza,
en su triunfo.
La Theología crucis de Lutero es la que primero consigue hacerse paso a través de la teología dominada en su
totalidad por la metafísica. Intenta no pensar la cruz a partir de una idea filosófica de Dios, sino, al revés, pensar
a Dios a partir de la cruz. El Dios oculto es el que lo está en la pasión y cruz. No podemos encontrar a Dios fuera
de Cristo; el que lo quiere encontrar fuera de Cristo, topa con el diablo.
No le importa la cuestión de cómo se concilian la idea de Dios y la de hombre; es apartir de Cristo de donde se
deduce lo que Dios y el hombre son.
La humanidad de Cristo participa de la omnipresencia de la divinidad. Y viceversa, también la divinidad participa
de la bajeza de la humanidad, de su pasión y muerte.
La teología de la cruz de Lutero tiene sus dificultades con la imagen histórica de Jesús, tal y como nos la testifica
la Escritura.
La ojeada a la tradición muestra que la profesión niceno-constantinopolitana sobre Jesucristo como verdadero
Dios no está agotada. Este credo plantea a la teología una tarea no resuelta hasta hoy: reinterpretar la concepción
e idea de Dios y de su inmutabilidad, para volver a revalorizar así la interpretación bíblica del Dios de la historia.
Según el testimonio neotestamantario, Dios nos ha revelado su esencia y misterio más íntimos en Jesucristo de
una manera escatológico-definitiva. Dios se revela en Jesucristo sin reservas y definitivamente como el que es:
Dios es amor. Este amor insondable e incomprensible constituye teológicamente su misterio y no el problema
abstracto y filosófico, sobre cómo se relacionan mutuamente inmutuabilidad y libre autodeterminación. Por tanto,
si Dios se revela en Jesucristo escatológico-definitivamente como amor que se comunica así mismo, entonces la
autocomunicación de Dios entre el Padre y el Hijo constituye la eterna esencia de Dios mismo.
Hegel: El absoluto no es sutancia, sino sujeto, que lo es únicamente vaciándose cara al distinto de sí mismo.
Convierte el acontecimiento de la cruz en representación externa de la historia del Espíritu absoluto. Porque a la
esencia del Espíritu absoluto pertenece el que se revele y se manifieste a sí mismo, es decir, que se represente en
el otro y para otros haciéndose objetivo a sí mismo. Dios es amor. Porque es cosa del amor encontrarse a sí
mismo en el otro, en el vaciamiento de sí mismo. Amor es distinción de dos, que en definitva son distintos”. En
ese vaciamiento la muerte representa el cenit de la finitud, la suprema negación y en consecuencia la mejor visión
del amor de Dios. Pero el amor significa en la distinción, al mismo tiempo, reconciliación y unión.
Hay que reconciliar: Finito e infinito Naturaleza e historia Libertad y esclavitud Amor de Dios y culpa y pecado
humano El ser Dios de Dios tiene entonces que pensarse como libertad en el amor, que está en sí mismo, en
cuanto ser que se regala. La trinidad intradivina es la condición trascendental que hace posible la
autocomunicación histórico salvífica de Dios en Jesucristo por el Espíritu santo. No es otra cosa que la exégesis
consecuente de esta sentencia: “Dios es amor” (1 Juan 4,8-16)
Para Hegel “amor es distinción de dos, que en definitiva no son distintos”. Amor es “distinguir y suprimir la
distinción”.
Si Dios es el libre en el amor, esto significa que no se puede agotar en el amor entre Padre, Hijo y Espíritu, sino
que en la sobreabundancia de su amor en el Hijo tiene siempre lugar para lo distinto de sí mismo, lugar para el
mundo y para el hombre.
En el Hijo reconoce Dios a los hijos en libertad desde la eternidad; en el Hijo es desde la eternidad un Dios de
los hombres y para los hombres. Aquí radica el sentido más profundo del pensamiento sobre la preexistencia
del Hijo.
Este pensamiento es suprimido por la especulación escolástica, que piensa que en definitiva cualquiera de las tres
divinas personas pudiera haberse hecho hombre.
Jesucristo no es únicamente la definitva autodefinición de Dios, sino, al mismo tiempo, la definitiva definición del
mundo y el hombre.
En él se ha alcanzado la plenitud escatológica del tiempo. En él se manifiesta el sentido de la realidad en su
totalidad.
Aquí radica la importancia de las sentencias de la Escritura sobre, la mediación creadora de Cristo:
1 Cor 8,6: “Sólo hay un Señor; por él existe todo y nosotros también” Esto es para Pablo la fundamentación de
la libertad cristiana. El señorío de Cristo es universal, pero no engendra esclavitud, sino libertad, que
naturalmente está obligada a pensar con amor en el hermano (8,7 s).
1 Cor 10,4, “era Cristo” la roca de que manó agua y acompañaba al pueblo de Israel en su peregrinaje por el
desierto.
1 Pedro 1,11. El Espíritu de Cristo actuaba ya en los profetas.
La preexistencia de Cristo es una proposición soteriológica, es decir, sobre el significado salvador universal de
Cristo.
“El es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia: El es el principio, el primogénito de entre los muertos, para
que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud, Y reconciliar por él y
para él todas las cosas.”
La cristología universal fundamenta tanto la libertad cristiana como la responsabilidad cristiana cara al mundo.
Otras sentencias de cristología universal:
Hebreos 1,3: “El es el esplendor de su gloria e imagen de su esencia; sustenta todo con su poderosa palabra”
Hebreos 13,8, “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y eternamente”.
Apocalipsis 1,17 Cristo es “el primero y el último”.
Juan 1, 3 ss Todo se hizo por el logos, era luz y vida de los hombres desde el principio.
Juan 8, 12; 14, 6 etc Sólo en Jesucristo se ve con claridad lo que es verdad, luz, vida hacia lo que los hombres
tienden, porque él es luz, vida, verdad.
Las sentencias sobre la mediación creadora de Jesús se orientan, sirven y fundamentan las que hablan de
redención. Intentan imponer al carácter escatológico-definitivo y universal de la persona y la obra de Jesucristo
como plenitud del tiempo (Gal 4,4) y resaltar la libertad y responsabilidad cristianas en el mundo. Las
proposiciones sobre la mediación creadora de Jesús tienen la misma raíz desde el punto de vista de historia de
las religiones que las referentes a la preexistencia: la especulación del antiguo testamento sobre la sabiduría. El
Antiguo Testamento, intentó fundamentar la universalidad de la actuación histórico-salvífica de Yahvé y con Israel
vinculando creación e historia de la salvación.
El nuevo testamento desarrolló una cristología sapiencial en la llamada F (fuente Q) de los logia. Se encuentra en
las amenazas contra ésta generación que no reconoce la sabiduría de Dios. La teología de la cruz tampoco puede
contraponerse a una cristología sapiencial en un horizonte universal; pero supone un correctivo importante para
que no se cambie la sabiduría de Dios en Jesucristo y la del mundo, ni se vacíe la cruz de Cristo (1 Cor , 1 y 2) La
universalidad de la salvación en Jesucristo fundada escatológicamente se expresa en el concepto Mysterium, que
significa la eterna decisión salvífica de los tiempos. En Mc 4,11 se habla del misterio del reino de Dios aludiendo
a Jesús mismo.
Es el lugar, en que se manifiesta totalmente el sentido de la historia y de la realidad; es la divulgación del misterio
de toda realidad. En la unidad de los pueblos realizada en ella se manifiesta desde ahora la meta del misterio
salvífico de Dios en Jesucristo: la reinstauración de la unidad rota, la recapitulación y pacificación del universo.
(Efesios 1,10).
Cristianismo, gracia y redención no son un lujo suplementario, ni una superestructura sobre la realidad natural. Y
viceversa.
Cristo está actuando en todas partes de modo oculto pero eficiente
Ireneo de Lyon:
La unidad diferenciada e histórica entre creación y redención es su gran tema de esbozo histórico–salvífico.
El hombre fue creado a imagen de Dios, pero por el pecado perdió la comunión con Dios y Dios en Jesucristo lo
recapituló y renovó todo. Al hacerse hombre nos mostró la verdadera imagen del hombre; como reflejo del Padre
invisible pudo volver a asemejarnos con el modelo. De esta manera el Hijo de Dios humanado representa la
plenitud sobreabundante de la historia. “Trajo toda novedad trayéndose a sí mismo”.
La teología de la alta edad media considera que la gracia presupone una naturaleza desarrollada y plena en la
medida de lo posible, incluso una vitalidad humana repleta. Pero el hombre alcanza la perfección de su naturaleza
sobrepasándola en dirección a Dios y su gracia. Esta trascendencia implicada en la esencia de la libertad humana
halla su suprema realización en la pascua, en el paso de Cristo de la muerte a la vida en el Padre. En la muerte y
resurrección de Cristo llega a la realización singular y suprema aquello que constituye la esencia más profunda
del hombre: el ser amor que se supera a sí mismo y se vacía a sí mismo. “El que quiera salvar su vida la perderá;
pero quien la pierda por mi y por el evangelio, la salvará” Marcos 8,35 “Si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, permanece solo; pero si muere, da mucho fruto. Quien ama su vida, la pierde, pero quien odia su vida en
éste mundo, la guardará para la vida eterna” Juan 12,24 ss. Lo viviente tiene que salir de sí para conservarse, el
yo tiene que vaciarse en un tú para ganarse a sí y al otro.
Todo ser encuentra su identidad no por un estar en sí falto de relación y seco; la identidad concreta es únicamente
posible por la relación y autosuperación en orden a otro. De esa manera el amor, que constituye el centro más
íntimo del ser de Jesús, representa el vínculo que mantiene unido todo y da a cada uno su sentido. Esta explicación
cristológica de la realidad se halla con el modo de pensar que hace punto de partida el interés propio de cada
uno: Karl Marx: toda la historia es una historia de lucha de clases; la ley fundamental de la historia es la dialéctica
entre dominio y esclavitud, alienación y liberación (emancipación). El cristianismo mira la alienación del hombre
con no menos realismo; ve al hombre alienado por el poder del pecado, que se manifiesta y objetiviza en
situaciones injustas e inhumanas en lo social y económico.
Es neceario un comienzo radicalmente nuevo, como lo ha traído Jesucristo en su amor a Dios y a los hombres.
En el cristianismo no se trata de una libertad emancipada, sino de una libertad liberada, puesta en libertad. El
modelo cristiano no es la relación entre amor y esclavo, sino la de padre e hijo, que es liberado por el padre en
orden a su propio ser: Donde la filiación se convierte en concresión de la interpretación cristiana del hombre, allí
no es la lucha, sino el amor el motor de la historia. Amor con desición y compromiso incondicionales por la justicia
para todos.
El amor se convierte en motor de la historia.
Una cristología universal debe llevar a la práctica.
La humanación de Dios es la recapitulación y plenitud superabundante de la historia, la plenitud del tiempo;
por ello llega el mundo a su ser total y su salvación.
Ante la pregunta cuál es la finalidad de la humanización de Dios?, podemos partir sólo de la revelación
concreta y real de Dios en Jesucristo, según la cual Dios salva al mundo en su pecado, en cuanto que lo
recapituló de nuevo en Jesucristo, y entonces podemos reconocer en la realidad la posibilidad de Dios:
Jesucristo como la realidad de la revelación constituye desde la eternidad su posibilidad.
Dios es el amor en el que acepta y reconcilia lo distinto de sí mismo, liberándolo así para consigo mismo, es
decir, para el amor.
La muerte de Dios en la cruz y la resurrección como la negación de ésta negación se hacen comprensibles de
esa manera en cuanto cima de la autorrevelación de Dios para la salvación del mundo.
a. El ser humano es existencia receptora, ser que se debe a otro y, por ello, ser en agradecimiento
b. La libertad humana es libertad liberada y libertada: la vinculación a la libertad infinita y absoluta de Dios,
en cuanto a base, y contenido último del hombre, es la que lo hace libre de todas las pretensiones humanas
de absolutidad
c. la libertad humana se colma en la obediencia: la libertad cristiana consiste no es disponer, sino en estas
disponible.
d. La fe concreción de la salvación del hombre: la fe existir en la receptividad y en la obediencia. La
obediencia de Jesús, su disponibilidad para Dios y los demás, es el modo concreto de la existencia de la
salvación en la historia
– Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en una persona (Cal. 451). Esto implica entrar a
la problemática de la divinidad - humanidad.
– Esta afirmación es una profesión de fe.
TESTIMONIO DE ESCRITURA Y TRADICIÓN
1 Tim 3. 16
n Fue revelado en la carne
n justificado en el Espíritu
n Se apareció a los ángeles
n fue anunciado a los gentiles
n fue creído en el mundo
n ensalzado en la gloria
La cristología Pneuma sarx, corre el riesgo de ser mal interpretada: Se podría entender en sentido
adopcionista.
Desde Juan:
n El logos se hizo carne.
n No se trata de una metamorfosis, sino más bien de la palabra de Dios hecha carne en la historia concreta
del hombre.
n Juan se preocupa del acontecimiento histórico salvífico, no de las dos naturalezas
La modernidad da un giro hacia la subjetividad; su concepto de persona está fuera del contexto general del
ser
n Jhon Locke define a la persona a partir de la autoconciencia (alejamiento de lo objetivo)
Se debe realizar la ontología desde la realidad de la persona; se debe entender la ontología personalmente y la
persona ontológicamente
a partir de los presupuestos intelectuales de hoy se puede entender más fácil el dogma cristológico de una sola
persona en dos naturalezas.
n El hombre se experimenta como yo insustituible e impermutable, como existente, como esencia
irrepetible, responsable por sí misma y transferida por sí misma
n El hombre no es una esencia cerrada en sí, sino ya determinada por la realidad y abierta a toda realidad.
Es naturaleza espiritual
Hegel: “Por lo que se refiere a la personalidad, el carácter de la persona, del sujeto consiste en dejar su
asilamiento… En la amistad, en el amor abandono la personalidad abstracta, ganándola así como concreta. Lo
verdadero de la personalidad consiste en ganarse así mismo sumergiendose en lo otro”
Lo indefinido y lo abierto de por sí, que pertenece a la persona humana, es determinado de modo definitivo
por la unidad personal con el logos, de manera que en Jesús la personalidad humana llega a su plenitud
sencillamente única e inderivable gracias a la unidad personal con el logos.
-Por su Espíritu, Jesucristo es el camino (pastor y rey), la verdad(profeta y maestro) y la vida(sacerdote) del
mundo
JESUCRISTO COMO VERDAD
Es una definitividad escatológica:
n Por su insuperabilidad histórica
n La permanencia de la verdad de Cristo en el mundo por el Espíritu.
n Jesucristo es la verdad definitiva en cuanto una y otra vez prueba ser verdad en las situaciones
históricas.
n La vida aparecida en Jesucristo se revela definitivamente en la entrega de Jesús en la cruz y en su
resurrección de entre los muertos donde la muerte fue vencida.
“Es verdad que el Espíritu de Cristo actúa dondequiera que hay hombres que intentan superar su vida en
dirección a un último sentido de su existencia, y donde, a partir de su esperanza de ser aceptados definitiva y
absolutamente intentan aceptarse a sí mismos y a sus cohombres. Pero todos esos caminos anónimos hacia
Cristo alcanzan su definitiva claridad y plenitud al encontrarse expresamente con él”
Walter Kasper