Anda di halaman 1dari 3

¿Arquitectura correntina o hecha en

Corrientes?

No es fácil hacer esta muestra a esta altura del año”, sostiene Gabriel Romero,
presidente del Instituto de Cultura de Corrientes que, junto al Centro de
Documentación de Arquitectura Latinoamericana (Cedodal) presentó la semana
pasada “Gallino-Estévez. Arquitectura en Corrientes”.
Romero tiene razón y por eso, es un desafío de la gestión que lleva adelante en
medio de la organización de la Fiesta del Chamamé 2013, quizás la celebración
más importante junto a los carnavales, que tiene nuestra provincia.
La muestra “Gallino-Estévez” se puede ver en el Museo Vidal, como prueba de
que es posible seguir pensando la identidad desde distintos lugares, afirmando
que eso también somos los correntinos. Es tan necesaria la Fiesta del Chamamé
como esta actividad, muchas veces silenciosa de nuestros investigadores.
Los arquitectos Ramón Gutiérrez, Marta García Falcó, Patricia Méndez y Josefina
Estévez son los autores de los textos del catálogo imprescindible para la
compresión del momento histórico, obras y proyectos de la dupla Gallino-Estévez.

Un poco de historia

“Adolfo Gallino Hardoy nació en Corrientes el 5 de mayo de 1875 y falleció en


Goya el 20 de octubre de 1931. La familia es de antigua raigambre en la región,
por parte de su madre, Josefina Hardoy, el arquitecto Gallino estaba emparentado
con el caudillo entrerriano Pancho Ramírez, y su padre, Rafael Gallino Pujol que
fuera gobernador de Corrientes en 1880, era sobrino del progresista gobernador
correntino Juan Pujo”, dicen Falcó Méndez en Adolfo Gallino Hardoy: el primer
correntino egresado de la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, ubicándonos
en el tiempo.
Desde 1908, el correntino se asocia con su compañero de la primera Escuela de
Arquitectura de Buenos Aires, José Estévez (nació en General Lavalle, Provincia
de Buenos Aires en 1879), con quien realiza varios proyectos para la ciudad de
Corrientes. “Entre ellos, viviendas para dos de sus hermanas: la de Mercedes
casada con Manuel Ferré, donde hoy funciona la sede del Jockey Club (Mendoza
esquina Yrigoyen) y la de Luisa, casada con Miranda, actual Facultad de Derecho
(calle Salta, entre Plácido Martínez y Quintana), además de la vivienda para
Emilio Gallino. También son de su autoría, los proyectos para la farmacia y
vivienda Lanari (Mendoza esquina Quintana) y, cuando corría 1909, el
anteproyecto para el nuevo edificio del teatro oficial Juan de Vera, una propuesta
no ejecutada”.

Identidad y Arquitectura
El chamamé nos define como correntinos, ¿La obra de Gallino también?
La muestra tiene una curiosidad. Las indicaciones de la información de sala dicen,
“Gallino-Estévez, Arquitectura correntina”, sin embargo, el título del catálogo cuyo
es “Arquitectura en Corrientes”.
Este mínimo detalle abre puertas al debate, a la polémica y la mirada crítica,
permite una visión más profunda sobre nuestra identidad expresada en esos
edificios, en su mayoría privados, que luego fueron públicos.
La pregunta sobrevuela todo el recorrido de la muestra. ¿Es una arquitectura
correntina o hecha en Corrientes? Los textos deslizan la idea de una arquitectura
que toma conceptos de la academia, gestos afrancesados o italianizantes pero
nada de las tipologías típicamente locales.
No quedan dudas que son representativas del poder económico del momento, de
una ciudad que atraviesa grandes transformaciones en su aspecto, caracterizada
entre otras cosas, por el tendido de redes de infraestructuras.
“Obras pioneras y escasas de pavimentación se iniciaron en 20 manzanas del
centro entre 1902 y 1904. El alumbrado público comenzó a gestionarse ese
mismo año, para 50 manzanas del área fundacional, y en 1905 se creó al
empresa de Luz Eléctrica. En 1903, se dio principio de ejecución a las redes para
contar con agua corriente y cloacas y en 1907, se inauguraron las obras de
salubridad; la telefonía llegaría recién en 1910.
Mientras tanto, los edificios habían cambiado el aspecto de la antigua San Juan
de Vera de las Siete Corrientes a partir de la nueva Casa de Gobierno, construida
en la década de 1880; la Escuela Sarmiento en la plaza 25 de Mayo; en 1895; la
Penitenciaria; en 1897, el mercado municipal en 1894; las escuelas Manuel
Belgrano; en la plaza Cabral, y Sarmiento; en la plaza 25 de Mayo, en 1896, y la
iglesia nueva de la Cruz terminada de reparar en 1897, fueron los precursores”.
Este es el contexto donde desarrollan sus proyectos Gallino y Estévez que
claramente soñaban una ciudad diferente.
Muchos de esos edificios privados luego se transformaron el públicos y formaron
parte de nuestra vida cotidiana durante años. Fiestas, cumpleaños, recepciones,
desfiles, conferencias y ferias se desarrollaron en los salones del Jockey Club en
años posteriores.
Miles de alumnos transitaron las aulas de la Facultad de Derecho o muchas
personas mayores recuerdan haber comprado remedios en la Farmacia “San
Francisco”, o trajinado los bancos de Corrientes o el Hipotecario.
¿La apropiación de esos espacios en la vida cotidiana pública, generan identidad?
¿Son representativos de “la correntinidad” esos edificios o siguen siendo ajenos a
nuestras tradiciones?.
¿Son las tradiciones o la identidad un concepto pétreo o móvil? ¿Se mueven las
tradiciones, mutan, cambian?
Tal vez, esas construcciones lograron cambiar el paisaje urbano de entonces, un
poco pueblerino, a una ciudad que quería entrar rápidamente al siglo XX.
Gallino-Estévez transformaron la fisonomía de nuestra ciudad a principios del
siglo XX.
Por esto su obra es parte esencial de nuestra heterogénea identidad.

Anda mungkin juga menyukai