1. CARACTERISTICAS
Voluntariedad
La Mediación es un proceso que para ser efectivo debe necesariamente ser voluntario.
Ninguna de las partes debe acudir coaccionada u obligada. Del mismo modo, cuentan
con total libertad para abandonar el proceso en cualquier momento que lo deseen, sin
que ello conlleve ningún tipo de consecuencia.
Confidencialidad
En este sentido, el mediador o los mediadores no podrán ser citados como testigos antes,
durante o después de la Mediación, en ningún procedimiento administrativo o judicial
relacionado con la disputa. Tampoco se le podrá requerir información sobre los hechos,
datos, contenido de las entrevistas, acuerdos provisionales o cualquier otro dato derivado
del proceso de Mediación.
Autonomía decisoria
Los implicados son los únicos que van a decidir de manera libre, informada y
consensuada qué hacer con la situación que plantean en el espacio de Mediación. El
mediador les acompañará en el proceso desde un rol no impositivo en cuanto a la toma
de decisiones.
Flexibilidad
El proceso de Mediación debe ser un proceso adaptado a cada caso particular. Para
nosotros no existen dos mediaciones iguales. Cada situación es única y cada persona
tiene unas peculiaridades que la diferencian del resto. Por tanto, el mediador tiene que
tener una actitud flexible que, junto con una clara vocación de servicio, le permite
adaptarse a las necesidades de cada cliente.
Imparcialidad
Es condición sine qua non del mediador mantener la imparcialidad entre las partes, no
tomando partido por ninguna de ellas. Esto implica que el mediador no da opiniones, ni
soluciones, ni consejos, ni recetas; tan sólo acompaña a sus clientes en el proceso para
que sean ellos mismos quienes encuentren la mejor solución a sus conflictos.
Buena fe
Derivada de la voluntariedad del proceso, es necesaria una actitud honrada por parte de
todos. Dado que nadie obliga a ninguna de las partes a participar en la Mediación, se
entiende que si acuden voluntariamente es por el deseo expreso de las partes de poner
fin a la situación conflictiva y esto implica la aceptación de las características del
procedimiento de Mediación.
Una de las tareas del mediador es hacer que las partes compartan información para que
puedan tomar las decisiones más adecuadas para ambos. Por ello, es necesaria una
actitud colaboradora y honesta por parte de quienes la entregan.
2. PASOS DE LA MEDIACION
En algunos casos las autoridades que tutelan el proceso exigen del mediador la
presentación de un documento inicial con derechos y deberes a las partes, documento
que debe leer el mediador, solicitando su ratificación por las partes, quienes deben firmar
dicho documento inicial.
En esta fase el mediador/a recaba la visión sobre el problema de cada una de las partes.
“Cuéntanos…lo que pasó”, “cómo te sentiste”, “más acerca de…” Además de asegurarse
de si hay alguien más afectado o implicado en este problema.
¿Cuál es el problema?
¿Desde cuándo ocurre?
¿Por qué crees que ocurre?
¿Qué habéis hecho para solucionarlo?
¿Qué resultados habéis obtenido?
¿Por qué habéis optado por el servicio de mediación?
¿Cómo ves los intereses y posiciones de la otra parte?
¿Qué piensas que hace falta realmente para que la otra parte llegue a un acuerdo
contigo sobre esta cuestión?
¿Qué expectativas tienes de este proceso de mediación?
En esta fase el mediador ayuda a las partes a definir claramente el acuerdo: Qué se hará,
Quién lo hará, Cómo lo hará y Cuándo lo hará.
El acuerdo debe ser: equilibrado, claro, realista-posible, aceptable por las partes,
concreto y evaluable.
Debe ser redactarlo por escrito y firmado por las partes. Copias para cada parte. Felicitar
a las partes por su colaboración.
En caso de finalizar la mediación sin acuerdo o porque se den circunstancias bajo en las
que el mediador/a deba dar por finalizado el proceso el mediador/a deberá redactar un
documento final con los posibles acuerdos y/o situaciones específicas que impiden la
mediación y requerir su firma por cada una de las partes.
3. INTRODUCCION
4. DESARROLLO
4.1. MARCO HISTORICO
Estos pueblos, entendían los conflictos o las conductas inapropiadas que se daban en el
seno de la comunidad como algo perturbador para toda la población, y por tanto, en su
solución debían participar la víctima, el autor del daño y la comunidad en su conjunto
(Zehr, 2002, citado en Lucas-Molina, Martín-Seoane, y Pulido, 2013). Solo de esa
manera, se lograba recuperar el equilibrio dañado por el conflicto, así como identificar los
perjuicios y las necesidades de cada parte involucrada. De esta visión se deriva la
importancia de cuidar a la víctima afectada no solo mediante el castigo al autor del daño,
sino como un proceso reparador en el que la responsabilidad reside en toda la
colectividad (Wearmouth et al., 2007, citado en Lucas-Molina, Martín-Seoane, y Pulido,
2013).
Volviendo a momentos históricos más recientes, se podría decir que las primeras
intervenciones de justicia restaurativa (de la que hablaremos más adelante) tuvieron
lugar, como ya hemos dicho en Estados Unidos y Canadá (Lucas-Molina, Martín-Seoane,
y Pulido, 2013). Se destacan las primeras intervenciones en Indiana (EE.UU), donde se
llevaban a cabo algunos programas a pequeña escala en los llamados "Neighborhood
Justice Centers" (Centros de Justicia Vecinal), donde la mediación se desarrollaba en
ámbitos comunitarios (Lucas-Molina, Martín-Seoane, y Pulido, 2013).
Gobierno de Bolivia, ciudad de La Paz el mes de noviembre del año 2008; de este
congreso se puede rescatar la intención de las partes participantes al momento de
suscribir el Manifiesto Bolivia el reconocer que en nuestro país es urgente buscar el
procedimiento y aplicación de esta práctica a fin de avanzar hacia una convivencia social
armónica que es lo que tanto se anhela en toda sociedad.
• facilitar que se establezca una nueva relación entre las partes en conflicto
• aumentar el respeto y la confianza entre estas
• corregir percepciones e informaciones falsas que se puedan tener respecto al
conflicto y/o entre los implicados en este
• crear un marco que facilite la comunicación entre las partes y la transformación del
conflicto.
De esta forma, se pueden convertir las situaciones conflictivas que se viven diariamente
en oportunidades de aprendizaje.
Cualquier miembro de la comunidad educativa puede actuar como mediador. Estas son
algunas de las cualidades que debe reunir:
Los mediadores han de actuar como controladores del proceso, pero no de los resultados,
que quedan en manos de las partes, así:
La mediación formal: es reglada, tiene que contar con estructuras, la realiza el equipo
de mediadores y está orientada hacia el acuerdo.
La mediación permite sacar a la luz problemas que no sabríamos cómo resolver, siempre
que las dos partes, voluntariamente, accedan a intentar encontrar una solución conjunta.
5. CONCLUSIÓN
Entre los retos que se encuentran la policía a la hora de ejercer estos nuevos roles como
mediador de conflictos, se encuentran entender la multiculturalidad de la comunidad, la
formación y reciclaje tanto a nivel horizontal como vertical, la ruptura con antiguos
paradigmas y modelos de policía.
La mediación en contextos policiales permite que la policía sea más transversal, un mayor
crecimiento y especialización de los agentes, la obtención de nuevos recursos y
habilidades profesionales, así como agilización transversal de otras vías e instituciones,
como es el caso de la judicial.
6. ANEXOS
Mediación para Solucionar conflictos
Web
https://www.ucm.es/data/cont/docs/506-2016-02-19-
TFM%202014_15_Revista_Marina%20Hernando-seguridad.pdf
file:///C:/Users/tefi/Downloads/20783-20707-1-PB.pdf
file:///C:/Users/tefi/Downloads/Dialnet-
LaMediacionPolicialEnConflictosFamiliaresYDePareja-5891437.pdf