1.2. Ubicación del texto dentro de la gran perícopa del capítulo correspondiente:
Mateo 12, 1- 50.
1
Texto escogido para la realización del trabajo de exégesis en la materia de Sinópticos, Mateo 12, 43-45
g) Mateo 12, 46-50 “La madre y los hermanos de Jesús”
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus hermanos,
que estaban afuera, deseosos de hablar con él. Uno le dijo: —Mira, tu madre y tus
hermanos están fuera y desean hablar contigo.] El contestó al que se lo decía: — ¿Quién
es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano sus discípulos, dijo:
— ¡Ahí están mi madre y mis hermanos! Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre del
cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
2. Contexto y procedencia.
2.1. Contexto histórico
El evangelio de Mateo debe de situarse en la segunda generación del movimiento
cristiano. El movimiento de los seguidores de Jesús ha crecido, y se convertido en grupo
más dentro de aquella sociedad religiosa judía, juntamente con los fariseos, saduceos,
zelotas, esenios y otros, sustentados siempre por los principios del judaísmo. La
convivencia entre estos grupos religiosos presentaba constantemente algún tipo de
tensión, sospecha, indiferencias o relativización de los demás grupos, sin embargo
presentaban también algún tipo de relación y tolerancia. Aunque estaban dentro del
marco normativo del judaísmo, cada uno expresaba particularidades que lo distinguían de
los demás.
2.3. Concordia
En el texto de Lucas 11, 24-26, al parecer tiene una función similar, no de analogía; sino de
advertencia contra aquellos que rechazan su mensaje (Lucas 11, 23). El pasaje esta
formulado con las creencias vigentes de la época en la Palestina del siglo I. Los demonios o
espíritus maléficos deben de tener una morada fija, y no pueden andar errantes por los
desiertos como se creía, era la morada de los demonios. Ni la perícopa de Mateo y Lucas
dicen con que poder fue expulsado el espíritu inmundo. La mención de los siete demonios
puede ser simbólica, y puede referirse a una perversión total o impureza máxima.
En la perícopa e) Mateo 12, 38-42 “La generación perversa demanda una señal”, la señal
es distinta del milagro, es signo visible para identificar algo sin equivocación alguna.
Aparte de las dos menciones donde se le pide señal a Jesús (Mateo 12,38 y 16, 1), el otro
texto donde se habla de señal, se refiere a la parusía (Mateo 24); de esta manera las
señales nos son milagros. La señal que Jesús promete no es ningún portento del Antiguo
Testamento, sino la señal del profeta Jonás, que para Lucas será la predicación misma
(Lucas 11, 29-30), pero que para Mateo será los tres días que Jonás pasa en el vientre del
gran pez, posiblemente una señal de su resurrección; ya que es evidente la comparación
de las profundidades del mar con la muerte, situación en la que estuvo Jonás (Jonás 2)
El tema de la resurrección se oculta, tras la señal del profeta. Es decir Jesús espera ser
liberado de la muerte, así como Jonás fue liberado al tercer día del vientre del pez. Estas
afirmaciones plantean el tema del juicio final, en donde los ninivitas y la reina del sur,
siendo pagano ocupan un lugar en el reino, y aquella generación incrédula para quienes
estaba preparado, es excluida, precisamente por haber rechazado a Jesús.
De esta manera la perícopa f) Mateo 12. 43-45 “El espíritu inmundo que vuelve”,
presupone el destino de aquella generación, una generación dominada bajo el imperio
romano (paganos) se encaminaba hacia un destino peor: su destrucción como pueblo; así
su postrer estado sería peor que el primero.
2
Ulrich Luz, Comentario a Mateo Tomo II página 365
Hermenéutica del texto del evangelio de Mateo 12, 38-45
“Jesús ante la manipulación religiosa de los signos del Reino”
Introducción
Originalmente el texto para realizar este trabajo de exégesis era Mateo 12, 43-45, que
habla del espíritu inmundo que vuelve; pero actualmente esta perícopa está unida a
Mateo 12, 38-42 como unidad productora de sentido, por lo cual la actualización del texto
al contexto actual se realizará incluyendo esta perícopa. El acercamiento al texto se realiza
según el método socio-histórico, incluyendo un breve análisis del capitulo 12de Mateo, y
la respectiva actualización de la perícopa de Mateo 12, 38-45, en nuestro contexto actual.
3
Salvador Carrillo Alday, El evangelio según san Mateo, Editorial Verbo Divino: Estella, 2010
5.2. Explicación de la estructura del capítulo 12 de Mateo
El presente capítulo se divide en siete perícopas. Comienza con la controversia de los
fariseos hacia Jesús (12,1-8), a quien acusan de no guardar la ley, Jesús responde que el
ningún precepto religioso tiene un valor absoluto, si no que toda ley religiosa está
subordinada ante la necesidad humana, anticipando con esto la naturaleza del reino que
anuncia. Este es un reino que pone en el centro al ser humano, pero no a cualquiera, sino
aquellos que la misma religión margina, como el hombre de la mano seca, mostrando así
un signo del reino de los cielos, a quien sana en la sinagoga en un día de reposo (12,9-14).
De esta manera Jesús se presenta como el siervo enviado por Yahvé, quien no solo
anuncia el reino, sino que también lo va desplegando su mensaje y liberación (12,15-21).
La liberación del poseso ciego y mudo, presupone la autoridad de Jesús ante fuerzas
malignas desconocidas, que enmudecen y ciegan al ser humano (12,32-37), y como
muestra de ello se presentan los fariseos acusando a Jesús de utilizar el poder de Belcebú
para realizar sus liberaciones; Jesús les llama a esta generación perversa, porque viendo la
señales de Dios en Jesús, piden una señal más grande, denotando su maldad (12, 38-42);
Jesús advierte con el ejemplo de un poseso liberado, el peligro que corre aquella
generación al no recibir la enseñanza de Jesús ni aceptar la señales realizadas (12,43-
45)afirmando que ninguna casa debe de estar vacía, porque el espíritu inmundo puede
volver, con más espíritus, haciendo del postrer estado peor que el primero; y finalmente,
está el texto de la familia de Jesús (46-50), quienes pensaban que Jesús estaba loco al
hablar y realizar esta cosas.
5.4 Explicación
a) La oposición de los fariseos y letrados o escribas hacia Jesús, será una constante
durante el ministerio de Jesús; estos dos grupos religiosos son presentados como feroces
adversarios, que saben disimular su maldad (pues le llaman maestro), pero no para Jesús;
quién conoce sus verdaderas intenciones. Piden de Jesús una señal única, capaz de
legitimar su autoridad, autoridad que realmente nunca reconocerían ni aceptarían ellos,
pues habían sido testigos de la expulsión de un espíritu inmundo de un ciego y mudo
(V.38).
c) La mención del Hijo del Hombre, hace necesaria la cuestión del juicio escatológico.
Donde aparecen los hombres de Nínive (que recibieron y creyeron a la predicación de
Jonás), y la reina del Sur (que va a Israel para conocer la sabiduría que Dios le ha dado a
Salomón), de esta manera debió ser un escándalo para aquellos religiosos, que pusiera
por delante de ellos la salvación de los paganos, y les dejara fuera a ellos (V.41-42).
d) El espíritu inmundo que vuelve, cierra la advertencia hacia los representantes del poder
religioso oficial, de no recibir el mensaje del reino que Jesús proclama, dejan vacía y limpia
la casa, corriendo el riesgo que este espíritu vuelva con otros espíritus peores que él, la
referencia al número siete implica perversión total, y destrucción de la casa (V.42-45). El
evangelista aplica esta comparación a la generación adúltera y perversa
5.5. Actualización del texto: Jesús ante la manipulación de los signos del Reino.
Como signos que expresan la llegada del reino de los cielos, debemos entender las
acciones concretas que posibilitan la restauración y la liberación (salvación) del ser
humano, de la alienación de un sistema de opresión, ya sea político o religioso, como en el
caso del Jesús terreno, que propone una sociedad alternativa, donde lo importante para
Dios su padre, era la afirmación de la vida, sobre todo de los más desprotegidos. Sin
embargo esta misma invitación a participar en el reino de Dios, era ofrecida a todo
israelita, incluyendo los fariseos y letrados que asechaban a Jesús.
Es evidente que al pedir una señal propia de Jesús, estos religiosos querían manipular el
“poder” que venía de Jesús, de igual manera que el diablo lo puso a prueba en el desierto.
Jesús se niega rotundamente, desenmascarando su verdadera intención, al llamarles
generación perversa, dirigiéndose en realidad a los letrados y fariseos, pero alcanzando
aquellos que tampoco creyeron en sus signos. De igual manera existe el peligro en la
experiencia cristiana la manipulación del texto bíblico y la gracia de Dios, de manera
conveniente o para intereses muy particulares. El reino de Dios u su evangelio no admite
la espectacularidad milagrosa que mantienen algunas comunidades cristianas.