LAS SIETE SEÑALES DE CRISTO

EN EL EVANGELIO DE JUAN
Primeria serie de mensajes predicados en la congregación
Misión Chiguayante de la Iglesia Presbiteriana de Chile.
(Marzo – Mayo de 2017)

Pbro. Carlos Parada Miranda, evangelista.

 No cabe ninguna duda de que somos inmensamente bendecidos. Dios en su infinita ternura y
providencia para con los suyos ha decretado por el puro consejo de su libre voluntad y amor el darnos
del alimento imperecedero de su Palabra Santa. La Biblia ha sido dada al Pueblo de Dios para ser leída,
estudiada y meditada con espíritu de profunda reverencia, inteligencia y piedad. La Biblia ha sido dada
a la iglesia para ser predicada incansablemente con diligencia y pasión. La iglesia es llamada a
reformarse continuamente a la luz del verbo inspirado.
En Misión Chiguayante, una congregación de la Iglesia Presbiteriana de Chile, hemos asumido
el desafío de predicar la Biblia de manera expositiva y en series de sermones. Hemos tomado la tarea
ardua y hermosa de confrontar nuestras vidas con la inerrante Palabra de Dios. Y en esta labor que
hemos iniciado, Dios Padre nos ha mostrado, por su Espíritu, una vez más el inagotable don de su gracia
manifestada a nosotros por medio de la vida perfecta de Jesucristo.
Este camino que hemos emprendido como congregación, lo empezamos a andar iluminados
por las “Siete señales de Cristo en el Evangelio de Juan.” Ellas han sido guía que nos ha asombrado en
las reuniones semanales de reflexión y oración (Grupos ICTUS) y en la escucha comunitaria de la Palabra
durante el Culto Dominical.
Con amor queremos compartir estos nueve sermones. Que el Tres-Veces-Santo bendiga la
vida de todos los que con humildad se acercan a los tesoros de la Buena Noticia de Jesús.- SOLI DEO
GLORIA.

Chiguayante, 12 de mayo de 2017.

1
Prólogo
Juan 1:1-18
Introducción.
Asomarse al Evangelio según Juan
siempre significa un desafío a nuestra
comprensión de lo que es la vida, de
quienes somos nosotros y de quien es Dios.
Es un texto que nos invita a una hondura a
la que no estamos acostumbrados.
Requiere de nosotros que leamos con
paciencia, que leamos lentamente
poniendo atención a los detalles.
El Espíritu Santo quien inspiró a
Juan a escribir este evangelio lo hizo para
que fuéramos transformados en el creer. El
mismo Juan lo dice hacia el final de su
obra, “estas [señales] se han escrito para
que creáis que Jesús es el Cristo, el hijo de
Dios, y para que creyendo, tengáis vida en
su nombre.”(Juan 20:30-31)
Todo este evangelio es el más alto
testimonio de quien es Jesús y de cuál es su
misión.
El cuarto evangelio es el último de
los cuatro en escribirse, entre el 70 y el 100
d.C. Por tanto contiene una mirada más
madura, una comprensión más honda de
quien es este Jesús de Nazaret. Está escrito
en medio de acidas polémicas sobre la
naturaleza del Mesías. ¿Quién es Jesús?
¿Qué es Jesús?
Los cristianos más cercanos a sus
raíces judías decían que Jesús era el Mesías
prometido que cumplió las promesas de
Dios dichas por los profetas, pero sólo
eso… Jesús será para ellos un Mesías
meramente humano, un mensajero de
Dios. Había otros cristianos provenientes
del mundo gentil quienes influidos por la
filosofía griega decían que Jesús era
solamente divino, pues, ¿cómo sería
posible que el Espíritu se contaminara con
la materia? ¿Cómo sería posible que Dios
tuviera un cuerpo de hombre? No, Jesús
no podía haber tenido un cuerpo como el
nuestro, sino que uno sutilísimo, algo así
como un cuerpo fantasmal. Cuando comía,
decían estos cristianos griegos, “parecía”
que comía, cuando dormía, “parecía” que
dormía, y por supuesto lo más
escandaloso… cuando sufrió y murió, todo
eso fue sólo en apariencia. Pues el divino
Cristo no podía ni sufrir, ni morir.
Las siete señales de Cristo en el
evangelio de Juan buscan decir quien es
Jesucristo. No solamente el profeta
meramente humano de la verdad de Dios;
ni el divino e intocable ser que pasó por
nuestro mundo sin tocar su barro.
2
 Jesús de Nazaret, verdadero Dios y
verdadero hombre, como luego definirá la
iglesia, está hecho de suelo galileo y de
eternidad. Es Señor y es hermano. Es
maestro y también amigo. Es el hijo de
María, esa muchacha de nombre común en
una tierra dónde las mujeres eran
invisibles, y es hijo de Dios. De ella hereda
lo trigueño de una piel mediterránea y la
sed y el cansancio propio de los hombres.
Es el hijo de Dios, y con Él comparte el
esplendor de la divinidad, el conocimiento
de lo que hay en el corazón de la eternidad
y de lo que esconden los hombres en lo
hondo de sus almas. Jesús comparte con
nosotros nuestra carne, y comparte con el
Padre Dios lo infinito.
Por eso que es el único que podía
pagar el precio de la deuda de nuestro
pecado. El único que pudo ponerse ante el
Padre para decir nuestros nombres con el
grito salvador del Calvario. De su corazón
atravesado nació la iglesia. De su costado
abierto en sangre y agua, como de un
nuevo Adán surgió la nueva Eva. Y aquí
estamos, los que hemos creído. Dos mil
años después bajo el umbral de este
evangelio hermoso para asomarnos a las
siete señales que nos muestran quien es este
Señor que se hizo hermano, este mensajero
del Padre quien se revela a sí mismo como
el mensaje inigualable del amor que
desciende para levantarnos, este Jesús que
se enciende en medio de nuestras
oscuridades para darnos la luz de la vida
abundante y verdadera.
A. En el principio era el Verbo (vv. 1-5)
Resulta imposible leer estos
versículos y no recordar el primer capítulo
del Génesis. ¡Que certeza tan importante
para Juan y su iglesia! Jesús, el que había
caminado por los suelos de su tierra y que
había comido y hablado con ellos, el que
se había cansado en la predicación del
reino de Dios y había celebrado con alegría
en la boda dónde faltó el vino, ese con
quien habían compartido la vida… era el
mismo que había vestido de negro la
noche engalanándola con las infinitas luces
de los ejércitos celestiales; era el mismo
quien le había dado curso a los ríos y había
llenado los mares y las tierras con peces,
animales y aves. Juan, el que había
reclinado la cabeza sobre el pecho del
Señor Jesús, ahora entendía que los latidos
de ese corazón acompasaban los ritmos del
universo entero.
Me pregunto por qué no
temblamos ante esta tremenda verdad
revelada. Jesús de Nazaret es el Hijo de
Dios, es Dios-Hijo, él es el Unigénito del
Padre Celestial, la segunda Persona de la
Santísima Trinidad. Decir esto, confesarlo,
se paga con la muerte en los países de la
órbita musulmana. Hoy el Islam se levanta
como un nuevo dragón rojo que persigue
1
a los que confiesan que Jesús es el Señor.
Hemos visto como cristianos antes de ser
degollados gritan “Isa ibn Allah” (Jesús hijo
de Dios en árabe). La sangre de estos
mártires de la divinidad de Cristo es semilla
de nuevos creyentes.
Tristemente hoy, hay también
quienes, llamándose cristianos, quieren
bajarle el perfil a esta verdad en pos de un
dialogo que sólo es traición a la doctrina
central del cristianismo. Pero es peor
cuando presbiterianos evangélicos y la vuelta. Hoy las cosas han cambiado, y
conservadores, como nosotros, vivimos
dándole la espala a esta profunda verdad.
¡Debemos confesar con la vida que Jesús es
Dios! ¿Y cómo hacemos eso? Viviendo bajo
su señorío, ¿y cómo hacemos eso?
¡Renunciando a llevar nosotros las riendas
de nuestra vida! ¡Bajándonos del pedestal!
¡Rompiendo los ídolos que hemos
colocados en el lugar del trono de
Jesucristo!
Una vida que reconoce la divinidad
de Jesucristo es una vida que se consagra a
su servicio, una vida que vive para la
alabanza de su gloria.
B. Y el Verbo era la luz (vv. 6-13)
Todos estamos llamados a ser
como Juan el Bautista. Debemos apuntar a
Cristo y no a nosotros mismos. Deben ser
nuestras las palabras del bautista que
proclamaron nuestros niños la semana
pasada: “Es necesario que él crezca, pero
que yo mengue” (Juan 3:30) Que nuestro
ego vaya haciéndose cada vez más
pequeño, que el nombre de Jesús sea
exaltado en nuestra vida. Que nuestros
días sean un anuncio de quien es la luz,
nuestro quehacer debe apuntar siempre a
Jesucristo.
Hubo un tiempo en que se
contrataba al gasfíter evangélico porque
era honesto y los jefes recomendaban al
“canuto” de la empresa porque no sacaba
por eso mismo nuestra ética, nuestra
forma de ser debe volver a apuntar a Jesús.
¡Que nuestros actos no hagan que otros
blasfemen el nombre del Señor!
¡Necesitamos la coherencia de vida de Juan
el Bautista! ¡Debemos anunciar y
denunciar! Juan era un hombre lleno de
pelos (recordemos que estaba vestido de
pelo de camello), pelos en todas partes,
menos en la lengua. Cuando somos
valientes y denunciamos las tinieblas es
otra forma de mostrar que somos
discípulos de quien es la luz. Apuntamos la
luz de Cristo cuando defendemos al niño
no nacido y colaboramos a que tenga una
vida digna y buena después de nacer;
apuntamos a la luz de Cristo cuando
acogemos a la mujer maltratada de
nuestros barrios o ayudamos a salir de la
droga o del alcoholismo al que sufre ese
flagelo, o cuando llevamos adelante una
2
ética profesional insobornable y de
excelencia.
¿Y por qué necesitamos apuntar a
la luz de Cristo? Porque su luz es la única
que puede dar vida verdadera según el
Espíritu. Ha habido quienes han tratado de
ser luz, pero su luz sólo fueron tinieblas.
Falsas religiones, falsas filosofías, falsas
ideologías han pretendido explicar el
mundo y hacer al hombre feliz. Han
fracasado y fracasarán. Pues sólo uno es el
verdadero.
“Solus Christus”, ¡solamente
Cristo!, dicen los reformados calvinistas
desde hace 500 años y con ello nos
sumamos a lo más auténtico de la fe
bíblica. Como presbiterianos debemos
depurarnos de los ídolos que opacan la
gloria que le debemos sólo a Cristo. Jesús
es la única solución al problema del
hombre bajo el pecado. Tu corazón no
tiene otro camino para ser libre sino Aquel
que vino para darnos vida nueva. Jesús fue
enviado por el amor del Padre, la Palabra
eterna fue pronunciada para ser dicha en
lo hondo de tu vida y en lo concreto de
tus relaciones y acciones.
Quienes conocemos a Jesucristo
por la fe, que es don del Espíritu Santo,
hemos sido engendrados no por carne ni
sangre, no por nuestra voluntad o nuestra
inteligencia, no por nuestra virtud o
piedad, no por nuestras obras. Somos
hechos hijos de Dios por su soberana
voluntad. Somos adoptados por su
misericordia que nos eligió desde antes de
la fundación del mundo.
C. Y el Verbo se hizo carne (14-18)
Acá Juan está haciendo una
referencia que en la traducción Reina
Valera 1960 no se entiende. La Biblia
Textual traduce así: “Y el Logos se hizo
carne, y tabernaculizó entre nosotros.”
¿Qué significa esto? Que Jesús es Dios
quien camina con su pueblo al igual que lo
hiciera con Israel en el desierto. El
tabernáculo era el lugar de encuentro del
pueblo de Israel con Dios. ¡Jesús es en
quien tenemos comunión con Dios! Él es la
sangre derramada, él es la consumación del
Pacto, él es el Cordero Pascual perfecto y
sin tacha. Hoy tenemos la bendición de
que Jesús sea nuestro sacerdote y nuestro
tabernáculo. Y no necesitamos peregrinar
hacia él, pues él va junto a nosotros hasta
el fin de los tiempos cuando él mismo sea
el Templo en la Jerusalén eterna.
Solo a través de Jesucristo tenemos
acceso a la Gracia y la Verdad, sólo
Jesucristo es quien cumple la ley que es
exigida por Dios. Por eso tiene tanta razón
el pastor John Piper cuando en un tweet
afirmó el año pasado: “Cristo no es
glorificado por una experiencia espiritual
que no esté basada en el conocimiento de
Cristo.” Solamente en el Verbo Encarnado
3
tenemos vida verdadera, sólo en una a leer la Biblia en comunidad, a buscarlo
relación viva con Jesús estamos vivos de en oración y en dialogo con los hermanos.
verdad. Sólo Jesús revela el rostro En lo concreto te invito a unirte a alguno
verdadero del Padre. Nadie llega a Él sino de los Grupos ICTUS, será una hermosa
que por Jesús. oportunidad para aprender juntos, para
La invitación entonces es a preguntar y compartir las Buenas Noticias
encontrarse con Jesús. Si no has tenido de Jesús.
todavía un encuentro real con él te invito

4
La primera señal:
Agua convertida en vino.
Juan 2:1-12
INTRODUCCIÓN
Todos sabemos que el matrimonio
es algo muy importante, una de las grandes
decisiones que tomamos en la vida, y la
celebración que está asociada a él tiene una
tremenda relevancia.
La fiesta de bodas es “el evento” y
sobre todo para muchas mujeres es
imaginado durante años. Implica un gasto
importante, e igualmente un grado de
tensión y stress no menor.
En la época de Jesús, como en
nuestra época, la fiesta de bodas involucra
mucha preparación y mucho gasto. Son
muchos los invitados, y los invitados por lo
común comen mucho… y beben a veces
más que lo suficiente.
Y aquí nos encontramos a (Mateo 11:19)
Jesucristo. Con su grupo de discípulos, con
su madre y sus hermanos. Todos asistiendo
a esta boda en la norteña localidad de
Caná de Galilea.
¡Aquel por quien mediante todas
las cosas por fueron hechas, estaba en una
fiesta! ¿Recuerdan al Sr. Miyagi? (El
maestro de la película Karate Kid), una vez
dijo: “Desconfía de los espirituales que no
bailan.” Y acá vemos a uno que es más que
un “espiritual” participando y
compartiendo la alegría y el jolgorio de
una pareja que se unía para caminar juntos
la vida. Dios hecho hombre, el Señor de
cielo y tierra involucrándose en medio de
lo ordinario de la vida que se celebra, se
canta, se come y se bebe.
Y esto ciertamente fue razón de
escándalo para muchos que buscaban en la
religión una excusa para sentirse superiores
a los demás. Jesús mismo apunta a esto
cuando dice “Vino el Hijo del Hombre,
que come y bebe, y dicen: He aquí un
hombre comilón, y bebedor de vino,
amigo de publicanos y de pecadores.”
Jesús no es un monje, Jesús no es
un asceta o un ermitaño encerrado en sus
profundas prácticas contemplativas. Jesús
es un hombre de oración cuyos ojos están
fijos en su Padre y que participa del mundo
que creó y que sabe que es bueno. Es un
hombre que se goza en el matrimonio de
1
una pareja que se ama, pues él mismo
instituyó ese orden en el jardín del Edén
con Adán y Eva, los primeros esposos.
Jesús de Nazaret, el vecino y amigo
de los de Caná de Galilea, el hijo de María;
Ishu, como le decían los del barrio, asistía
con su familia y discípulos a una fiesta.
1. En Caná de Galilea vv.1 y 2
Nada hay en la vida de Jesús que
esté sujeto al azar. Nada es casualidad.
Todo tiene un hondo significado y
propósito. Dios nos habla también por
medio de la geografía, por medio del
entorno sociocultural en donde decide
actuar. El Verbo encarnado ha elegido un
lugar para aprender a ser hombre.
Caná está a unos siete kilómetros
de distancia de Nazaret y es
inmediatamente contigua a Séforis. ¿Por
qué es importante esto? ¿Es un dato para
llenar puzles o presumir conocimiento?
No. Porque nos señala de qué tipo es la
vocación humana de Jesús. Recordemos
que el Verbo de Dios se hizo carne, no se
disfrazó de humano.
El norte de Israel es la tierra de los
impuros, es la zona de aquellos de quienes
hay que desconfiar, es la región de los que
están lejos de la religión oficial del templo
y de todos sus sacrificios y normas. Es el
territorio de los zelotes, una especie de
guerrilla anti romana que cometían
atentados y asesinatos selectivos. Los
galileos son considerados peligrosos, son
en muchos sentidos los marginales de la
Tierra Santa. Entonces podemos decir que
es en muchas maneras que Galilea está lejos
de Jerusalén. Y si Jerusalén es el centro,
Galilea es la periferia. No es incorrecto que
parafraseemos a Natanael diciendo
“¿Puede salir algo bueno de Galilea?”
Y Jesús, el Emmanuel, el Dios-con-
nosotros, decide hacer su primer milagro
en Caná. Esto es muy profundo pues nos
muestra el desconcertante estilo de Dios.
Dios siempre sorprende pues no actúa
desde nuestras lógicas mezquinas. Dios es
como el vital rio que fecunda los valles
corriendo por lo más bajo de estos. Fíjense,
el rio siempre desciende… y así da vida.
Dios también. Se abaja hasta lo más
humilde de la condición humana para
asumirla desde lo hondo. Ireneo de Lyon,
un pastor mártir de los primeros siglos dijo:
“No se redime sino lo que se asume.” Dios
no teme hacerse despreciado, no teme
pronunciar la verdad eterna con el acento
de los humildes, no le da asco lo popular.
Si Jesús y sus apóstoles estuvieran aquí hoy,
dirían seguramente “la calor”, “la
esparda”, “el porongo”.
Esta es una de las muchas razones
por la que la encarnación es un escándalo.
2
Buda será hijo de un poderoso rey, Krishna
el auriga de un importantísimo guerrero…
Jesús el Cristo, un nazareno hijo de vecino,
heredero del oficio duro de su padre, de
un obrero no calificado (τέκτoν no
significa carpintero, sino que más bien, en
buen chileno, “maestro chasquilla”).
Por esto es tan relevante este
detalle que muchas veces pasamos por
alto. Jesús hace su primer milagro en Caná
de Galilea. El Verbo de Dios se encarnó en
carne nazarena.
2. Un problema en medio de una fiesta.
vv. 3-8
No sé si nos damos cuenta de este
importante detalle. Jesús hace un milagro
que raya en lo irrelevante según nuestros
criterios para los milagros. Un milagro es
que alguien se cure de una enfermedad
terminal, o que finalice de manera
sobrenatural una guerra o que se levante
uno que está muerto. Tenemos relegado lo
milagroso al terreno de lo “importante”.
En cambio el problema de la falta de vino
afectaba a un aspecto del desarrollo de una
fiesta, era una cuestión doméstica que
perturbaba sólo a una cuestión social.
Inclusive, del milagro mismo, fueron
testigos muy pocas personas, su madre y
los empleados de la fiesta. No fue que Jesús
pasara delante de todos los invitados y lo
aplaudieran, que el diera un discurso y que
todos los asistentes se convirtieran. No.
Fue un milagro discreto ante una situación
casera. Faltaba vino para seguir celebrando
la alegría de unos novios, simplemente eso.
Fue en medio de esta llanura en que se
reveló el esplendor de la montaña de
Cristo. Pero fueron muy pocos los que
vieron levantarse su monte.
Y es así que Jesús sigue actuando en
nuestras vidas: Discretamente en medio de
las cosas de cada día. Y no es que a veces
él no abra los mares delante de nuestros
pies y sumerja bajo las aguas a sus
enemigos, sino que prefiere llevarnos al
asombro en medio del curso cotidiano de
las horas. Él sigue haciendo señales
milagrosas que le apuntan. Somos nosotros
los que no nos damos cuenta. No estamos
atentos, no tenemos la mirada profunda,
no tenemos los ojos de los sencillos. Nos
hemos contaminado con la
espectacularidad de la ciencia ficción y de
las películas de Hollywood. ¿Sabe cuál fue
uno de los más grandes milagros de Jesús?
Crecer durante treinta años en silencio en
la oscura aldea de Nazaret. El milagro de
ser vecino y amigo de los de Caná de
Galilea. ¿Sabe cuál es el mayor milagro de
Jesús hoy? El ser vecino nuestro, es que él
sea nuestro amigo. ¿Qué dice Juan 15:15?
“Ya no os llamaré siervos, porque el siervo
3
no sabe lo que hace su señor; pero os he
llamado amigos, porque todas las cosas
que oí de mi Padre, os las he dado a
conocer.” Jesús nos introduce al misterio
del Padre, nos hace participar de una
comunión inaudita, nos abrasa en el fuego
santo de una relación en el crepitar bendito
de una presencia que abriga y que
reconforta en un consuelo y una paz que
el mundo no conoce.
Jesús vive a nuestro lado, Él viene
a nuestra boda y sin que nos demos cuenta,
transforma en vino el agua de nuestras
viejas tradiciones. Lo inútil de nuestras
obras es convertido en vino nuevo, lo que
servía para perpetuar un inútil intento de
auto justicia, lo cambia en jugo de alegría
y celebración.
Agustín de Hipona decía, “¿Quieres
saber lo que creemos? Ven y escucha lo que
cantamos?” ¿Y qué es lo que cantamos?
¿Nuestros triunfos en la vida? ¿La fuerza de
nuestra virtud? ¿Lo poderosa de nuestra
voluntad? ¿La inteligencia de todas
nuestras decisiones? No. Cantamos sus
misericordias, su poder, su
condescendencia, su gracia infinita. ¡Cristo
es nuestro vino y nuestro canto! ¡Él y sólo
él es la causa de nuestra alegría!
¡Embriaguémonos en su dulce sabor!
¡Gocémonos en los rojo de su sangre que
nos viste y que por cuyo precio fuimos
adquiridos para siempre! ¡Aleluya!
3. Y así empezaron a creer. vv. 9-12
¿Se dan cuenta como son
exclusivamente los pequeños los que se
dan cuenta del milagro? La palabra para
sirvientes que usa el texto es “διάκονοι”,
¿Les suena? Solo aquellos que sirven son los
que se dan cuenta de la verdad de Dios.
Tengo la seria sospecha que en nuestra
congregación son los que sirven los que
han visto más claramente el rostro de Dios.
¿Para qué dar nombres? Podríamos hacer
una lista que de seguro sobrecogería
nuestros corazones enterneciéndonos en el
recuerdo y en la admiración. La iglesia en
Chiguayante ha sido sostenida por los que
han servido y sirven humildemente, ellos
son los que glorifican a Dios, ellos son los
que han dado la otra mejilla y han andado
la segunda milla. Ellos han sido misioneros,
ellos no han sido murmuradores, los que
sirven han sido los que han esperado
contra toda esperanza, así como Abraham.
¿Y los que no sirven? ¿Y los que no se
esfuerzan? ¿Y los que se han hecho
expertos en la crítica y el chisme? ¿Qué
pasa con nosotros cuando no servimos?
No nos damos cuenta del milagro,
bebemos el vino sin alegrarnos tanto como
pudiéramos si sirviéramos. Y lo que es
peor, puede que no creamos en verdad.
4
¿Cómo no arder de pasión por Cristo al
haber gustado sus misericordias? ¿Cómo no
gastar la vida por Él que se dio por entero
por nosotros en el Gólgota? ¿Cómo no
llegar temprano el domingo? ¿Cómo no
cumplir con excelencia nuestras
obligaciones? ¿No será que nuestra
experiencia con Cristo es superficial? ¿Tan
superficial que despreciamos a su cuerpo
que es la iglesia? Pero ánimo. Así como los
siervos fueron testigos del milagro tú
también puedes verlo. ¡Ponte a repartir el
vino de Jesús! ¡Alégrate en la alegría de los
otros! ¡Descubre una y otra vez que puedes
ser parte de la obra grandiosa de Dios!
Reposemos en el dulce y amoroso
beber de su nombre. Que él y sólo Él sea
el vino de nuestro contento. ¡Llenemos el
mundo con su evangelio! ¡Colmemos
Chiguayante con su mensaje! Esta es
nuestra misión. Misión que sólo será
cumplida por los que sirvan. Sea el Espíritu
Santo el viento que nos anime y nos arroje
a la aventura, que Él haga de nuestra
congregación una fiesta donde abunde el
vino de su presencia enamorada y
poderosa.

En lo personal me impresionó
mucho el versículo diez. Dios reservó el
buen vino hasta ahora. El ritualismo que
sólo era sombra y figura de lo que vendría
ha sido superado por la obra consumada
y suficiente de Jesucristo, y por la presencia
del Espíritu Santo en nuestros corazones.

¡Esta es la gloria de Cristo

manifestada delante de nuestros ojos! ¿La
ves? ¿Necesitas saltos y gritos? ¿Vestimentas
hermosas y sofisticados argumentos? ¿O
buscas la parafernalia que le gustaba a
Herodes cuando pedía milagros? ¿Qué más
quieres? No busquemos nada más que a
Jesús, Él es la Buena Nueva.

5
La segunda señal:
La conversión del herodiano.
Juan 4:43-54
INTRODUCCIÓN
El itinerario que recorre de Jesús es
muy significativo, los hechos se suceden y
dicen algo. Jesús viene de Jerusalén, donde
ha asestado un golpe al corazón del
sistema religioso del Templo. Pues cuando
expulsa a los cambistas, hace más que una
crítica o una protesta, no fue sólo una
denuncia; fue un acto profético, una acción
que golpeó el ídolo que los secuaces de
Herodes Antipas habían levantado. El
Templo, más que un lugar de
reconciliación y misericordia, más que un
espacio para celebrar el Pacto de Dios con
su pueblo, era en esta época un lugar de
ostentación de poder, era el signo de la
colaboración con Roma, el almacén de los
impuestos que empobrecían aún más a los
campesinos y artesanos de Israel; no era un
santuario dedicado al perdón, sino que
más bien una jugosa manzana en la gorda
boca la clase sacerdotal y de la aristocracia.
Esos que le daban la espalda al dolor de las
personas y desoían aquello de que
“Misericordia quiero y no sacrificios”
(Oseas 6:6-7, Mateo 9:10-13; 12:1-8), esos
que emparentados con el poder querían
que las cosas siguieran sin ningún cambio
porque así les convenía. Ellos no querían el
Reino de Dios, no querían a Dios como
rey, ya que se servían a sí mismos, se
postraban ante la entronización de sus
mezquinos intereses.
Y Jesús de camino se encuentra con
una mujer samaritana, la escucha, la
atiende, le enseña, le apunta hacia la
profunda verdad del reino de Dios que Él
trae, dónde la adoración no dependerá
más de los rituales simbólicos, sino que de
la realidad de una relación con el Padre
Celestial “En espíritu y en verdad”. Fíjense
en la secuencia del relato. Basta retroceder
un par de hojas en nuestras biblias. Viene
de Jerusalén dónde ha roto formalmente
con el sistema del templo, se encuentra en
secreto con Nicodemo y le enseña, habla
con una mujer doblemente impura por
pertenecer a un pueblo que era
considerado como él más infectado por la
mezcla y la falsa religión… y ahora, arriba
de nuevo a Galilea en donde hará su
segunda señal.
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 En la primera señal veíamos como
el Mesías viene a abolir lo viejo de una
religión basada en el mérito propio y a
inaugurar un nuevo tiempo de alegría
desde el servicio y el disfrute de la
suficiencia de Jesús mismo quien es el Vino
Bueno de la fiesta del reino. En la segunda
señal veremos de nuevo a Jesús haciendo
un milagro en Caná de Galilea. El Mesías
sanando al igual como sanaba la serpiente
de bronce colocada en lo alto del asta. El
Cristo con un poder y una autoridad
superior a la de los profetas.
1. Como los profetas pero distinto a ellos
vv. 43-45
Jesús es uno que anuncia el reino de
Dios. Es uno que pronuncia con fuerza la
verdad no sólo diciéndola con la boca,
sino que haciendo gestos específicos que
apuntan al mensaje. Jesús predica y hace
milagros y todo ello es anuncio del Nuevo
Testamento en su vida y en su sangre. De
la nueva alianza de Dios con los suyos, del
pacto de gracia que se hace carne en su
carne. Jesús es un profeta, y más que un
profeta.
No deja de ser interesante
nuevamente la mención a Galilea. ¿Cuál es
el único profeta galileo antes de Jesús? Eso
es muy decidor. ¿Saben quién fue? Fue
Jonás, quien provenía de Gat-Hefer a unos
cinco kilómetros de Nazaret. ¿Y esto que
tiene que ver? Pues que Jesús es de muchas
maneras un anti-Jonás. Jesús es por esencia
la Palabra abierta para todos, es el latido
misericordioso del corazón de Dios,
clemente y compasivo. Jonás no. Él tiene
un corazón porfiado y encerrado dentro
de duras fronteras. Es un israelita que odia
a sus enemigos y que les desea la
destrucción. Jesús da su vida por aquellos
que le matan, muere perdonando y dando
el Espíritu.
Jesús, como Jonás, es un profeta
que no es oído en medio de los suyos, es
uno que “A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron.” (Juan. 1:11) ¿Qué profeta es
cómodo de oír? ¿Qué profeta verdadero
dice palabras dulces y cómodas? El profeta
más que hablar sobre el futuro dice la
verdad del presente, y eso molestia. Nos
empuja de nuestra zona de confort. Nos
desarropa y nos saca al frio. Nadie quiere
al profeta, ni los ricos ni los pobres, el
profeta no deja a gusto a nadie.
Fíjense que los galileos habían sido
testigos de las obras de Jesús en Jerusalén.
¿Qué habrán pensado cuando Jesús volcó
las mesas de los cambistas? ¿Cuándo
expulsó a grito y látigo a los que
profanaban la Casa de Dios? El texto dice
que “le recibieron” (La Biblia de Jerusalén
traduce “le hicieron un buen
7
recibimiento”), creo que eso puede ser Jesús con una confianza inusitada. Se
interpretado como una reacción atreven a pedir lo que no le pedirían a
esperanzada de parte de quienes eran los nadie porque saben que nadie puede hacer
que sufrían de manera más dolorosa lo lo que Él puede.
gravoso de los impuestos. Ellos, los
Y nos encontramos con este oficial
alejados de la clase sacerdotal de seguro
del rey, y en él vemos algo de lo que hay
que aplaudieron esta acción profética de su
en todos nosotros. La enfermedad es una
vecino. Pero igual se asoma un
de las consecuencias de la caída. Nos
desconcierto “¿No es éste el hijo del
limita, nos quita vida, es una dura espina
carpintero? ¿No se llama su madre María,
que no se sale de nuestra carne. Y cuando
y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y
se trata de la enfermedad de un hijo…
Judas?” (Mateo 13:55) Y Jesús les dice con
¡Cuánto más duele ese aguijón! La
enojo: “Si no viereis señales y prodigios no
impotencia se siente al doble, el dolor
creeréis”. (¿Sientes que Jesús te dice esto
supera toda nuestra capacidad, y caemos
mismo a ti? ¿Tenemos con el Señor un
de rodillas. ¡Cuánto más cuando la
trato de vulgar trueque? ¿”Yo creo en ti
enfermedad es de muerte! La agonía es
pero si tú haces tal o cual milagro en mi
lento y prolongado padecimiento, pesado
vida”?)
y largo aguijón que se ensarta en lo más
2. El ruego de un padre humilde. vv. 46- hondo del alma.
49
Pero demos un paso más para
Y llegamos al punto más alto de entender el texto bíblico.
este pasaje. Dios ha venido a su mundo de
¿Quién es este hombre que suplica?
la forma más desconcertante posible, se ha
Un oficial del rey. Otras traducciones
hecho hombre, un hombre a la estatura de
dicen, “funcionario real” u “oficial del
lo ordinario, no como uno que apabulla a
gobierno”. Podemos ver que era un
los humildes, sino como quien no
hombre con recursos ya que posee siervos
atemoriza. Sí despertará el odio y la
que velan los asuntos de su casa. Cabe la
desconfianza farisea, la de los moralmente
posibilidad de que haya sido un gentil, un
correctos y orgullosos; pero los que saben
no judío al servicio de Herodes Antipas, y
de la impotencia de sus virtudes, los que
si no fuera este el caso, igualmente sería
saben de fracasos y se enfrentan a la
uno que pertenecía al partido de los
realidad de su propio barro se acercan a

8
herodianos. ¿Quiénes eran los herodianos?
Estos correspondían a la aristocracia
israelita que apoyaba a Herodes en su
política de colaboración con
autoridades romanas. En otras palabras los
herodianos eran ricos traidores de los
intereses del pueblo de Israel. Gente que
usufructuaba de la cautividad de su nación,
y que hacían el sucio negocio
beneficiarse de una situación que a la
mayoría le reportaba sufrimiento. Hoy les
llamaríamos “vende patrias”.
¿Qué hace Jesús? ¿Le da la espalda?
¿Lo desprecia por su militancia política? ¿Se
pone a discutir con él? ¿Le enrostra su
compromiso con el despreciable Herodes
Antipas quien había encarcelado
ejecutado a Juan el Bautista? ¿Qué hace
Jesús? ¿Qué habríamos hecho nosotros?
Y vemos que el Señor nuevamente
no actúa según nuestros criterios. La
semana pasada veíamos como
rompía con las normas de los antiguos
rituales convirtiendo el agua
purificación en vino, hoy vemos como
rompe con los prejuicios políticos tratando
con compasión a un oficial de Herodes
Antipas. Es que Jesús ha venido a
reconciliar con misericordia todo lo que
estaba roto por el pecado, él ha venido a
sanar no solo las enfermedades de la carne,
sino que también el corazón de los
pecadores. El fuego del Espíritu de Cristo
cauteriza la herida sangrante y la
desinfecta. El alma del que se baja del
las pedestal del “poder” es acogida por Jesús,
Verbo encarnado lleno de gracia y de
verdad. El despreciable funcionario real es
amparado por la ternura de un Dios que
perdona y que llama a ser hijos a los que
de estaban lejos. El amor de Jesús carga sobre
sus hombros el dolor de esta oveja que
estaba perdida. Él se acerca a la samaritana
y al funcionario de un gobierno
corrompido.
3. Jesús sana al hijo moribundo. vv. 50-54
Decíamos al comienzo que Jesús es
un profeta, y más que un profeta. Es más,
y
mucho más… el nazareno es Dios
encarnado y como tal es capaz, es
hermano pero también Señor. Y acá obra
un milagro inusitado. El hijo agonizante
estaba en Capernaum, y el padre le
Jesús suplicaba a Jesús en Caná, ¡Estaban a 39
kilómetros de distancia del lecho de la
de la agonía del hijo! ¡Desde aquí hasta Dichato!
¿Qué hace Jesús? ¿Le pide que se
vista de blanco y que se vaya a dormir en
ayunas dejando un vaso de agua pura en
el velador? ¿Le pide que se vaya de rodillas
hasta Yumbel y que le prenda una vela a
San Sebastián, o que encienda un incienso
delante de una piedra de cuarzo, o que
9
beba de tal o cual brebaje traído de tierras será una iglesia de mojigatos, en definitiva
lejanas y místicas? No. Jesús sencillamente será una familia abierta, acogedora como
le dijo a este afligido padre: “Ve, tu hijo son acogedor el corazón de Jesucristo
vive” Esa es la simpleza de Dios. El que nuestro Señor y Salvador.
creó el mundo de la nada con la potencia
¿Y nosotros somos iglesia de
de su Palabra, restaura la salud y la vida de
Jesucristo o de la tibia tradición de nuestras
este hijo en agonía apenas con una frase.
costumbres? ¿Le prestamos oído al que
El poder sin aspavientos, el poder sin
piensa distinto o a quien ha actuado con
parafernalia, la misericordia de una
maldad y que recurre a nuestro socorro?
mirada, la ternura de Dios que escucha y
atiende. Miremos a Jesucristo. No nos
cansemos de poner los ojos en él. Que el
Pero el milagro más grande no fue
Espíritu Santo nos haga según su estatura y
la sanación a distancia. ¿Se fija usted que
su estilo.
hablamos de esta segunda señal en Caná y
no en Capernaum? El milagro más
profundo, la segunda señal es que Jesús
acogiera y sanara el corazón de un
pecador. ¿Te fijas que este hombre de
prácticas, sin lugar a dudas viles y
corruptas, le creyó a Jesús? “y creyó él y
toda su familia”. Maravilloso. Potente.

¿Nos damos cuenta cómo esta

segunda señal destruye otro muro? La
iglesia primitiva se parecerá mucho a esta
primera comunidad de creyente en Galilea.
Será una iglesia abierta a los impuros, será
una iglesia que no le temerá al distinto, una
iglesia que vivirá el milagro del
arrepentimiento y de la vida nueva en
Cristo. Será una iglesia que no les
enrostrará el pasado a las personas, que
perdonará todo lo que Dios perdona. No

10
La tercera señal:
La sanación de un tullido.
Juan 5:1-16
INTRODUCCIÓN
Basta prender la televisión, leer un
diario o estudiar un libro de historia para
darse cuenta de que el camino del hombre
está teñido de sombras y tragedias. Hay
tiranías y venganzas que parecen no
terminar. Recuerden los casi dos millones
de armenios asesinados por el Estado turco
a inicios del siglo XX, o el genocidio
Selknam en la Patagonia chileno-argentina,
o las matanzas por parte del gobierno hutu
de Ruanda que aniquiló al 75% de la etnia
tutsi en 1994… Hombres matando
hombres, familias enteras borradas de la
existencia. Filas interminables de mujeres
crucificadas, cazadores fusil en mano
posando con el pie sobre un montón de
cadáveres, la sangre corriendo por las
calles luego de que una horda de machetes
arrancaran la vida de hombres, mujeres y
niños.
Y nótese que he mencionado
solamente algunos de los genocidios
menos conocidos. Normalmente lucen más
los millones de Hitler, Stalin o Pol Pot.
Lo terrible es que en las historias
cotidianas de los hombres se ve expresada
esta miseria con una diferencia sólo de
escala. ¿No es acaso miserable el
conviviente que abusa de la hija de su
pareja? ¿No es acaso trágico el silencio
cómplice de la madre por no perder el
“aporte” que el abusador hace en la casa?
¿No es acaso doloroso que familias enteras
por generaciones no puedan salir del
flagelo de la delincuencia o que la pobreza
le muerda la vida a millones cada día?
Hace años leí, no recuerdo de
quien, que “El que ha abierto los ojos a la
realidad no puede ser feliz”. Y eso es cierto,
sobre todo en nuestra cultura que prefiere
saltarse la tragedia del hermano en el
incansable zapping del egoísmo.
El discípulo de Jesucristo es uno que
tiene los ojos abiertos al dolor de los otros,
es uno que no infringe dolor, es uno que
lucha contra el dolor. No es solo uno que
cura la herida que deja el clavo enterrado
en la suela del zapato… es uno que se
esfuerza en arrancar el clavo para que no
siga hiriendo el pie del hermano.
11
 Levantar al caído, aunque eso nos
cueste la vida… aunque el que reciba la
ayuda se levante para luego traicionar.
Esto le pasó a Jesús. Así Jesús se hace
solidario con todas las veces que hemos
ayudado y que después nos han dado
vuelta la espalda o que nos han acusado
falsamente. Jesús, experto en humanidad,
ha estado junto a nosotros en medio de esa
tristeza.
1. Jesús en una fiesta en Jerusalén. v.1
Las semanas pasadas hemos puesto
mucho énfasis en como Jesús desarrolla
primeramente su ministerio en el norte de
Israel. Hemos sido muy claros en decir que
Él se hace un hombre a la estatura de lo
ordinario, un hijo de vecino. Jesús es
cabalmente un galileo… un nazareno.
Las dos primeras señales las hace
Jesús entre los suyos, manifestando lo
caduco de los rituales de purificación y de
la autojusticia, y mostrando la apertura del
corazón misericordioso de Dios, incluso al
oficial de Herodes Antipas, quien aun
siendo culpable de corrupta maldad, se
convierte al amor del Señor, envolviendo
a toda su familia en el seguimiento de
Jesús.
Ahora lo vemos subiendo a puntos, estamos tan ansiosos por ser
Jerusalén. A una celebración religiosa de
los judíos. El texto no lo dice, pero las
posibilidades apuntan a que esta fiesta
fuera la de los tabernáculos, pentecostés,
pascua o purim. Lo importante de esto es
que Jesús se hace presente para predicar y
actuar en el corazón del sistema religioso
judío quienes consagraban días especiales
para el recuerdo de hechos de Dios en su
trato con su pueblo. Es como si Jesús, con
su presencia quisiera interpelar la memoria
religiosa judía llevándolas del recuerdo al
descubrimiento del presente. Lo que
celebraban los judíos era el paso liberador
de Dios por su historia, pero ese recuerdo
se había quedado apolillado, como el
hermoso vestido que se guarda durante el
año y se saca sólo para una fiesta al año.
Jesús venía a los suyos, y los suyos no le
recibieron, estaban tan preocupados de ser
fieles a la memoria que quedaron ciegos al
paso de Dios hecho carne en medio de
ellos. Jesús, el nazareno, era la razón
verdadera de la celebración, y sólo algunos
le reconocieron.
Hoy Jesús sigue pasando en medio
de nuestra vida, y muchas veces ni lo
notamos porque estamos preocupados de
cuidar el pelo de la pata de la mosca de
nuestra religiosidad. Estamos tan
preocupados de ganar merito, de sumar
buenos que pasamos por arriba de las
páginas de la Biblia sin que nos toque la
12
fragancia del Espíritu viviente y vivificador.
¿Es Jesús verdaderamente el EMMANUEL
en nuestras vidas? ¿Es Jesús el Dios-con-
nosotros que nos anima en una vida
abundante? ¿En el Culto Dominical
celebramos a uno que está ausente de
nuestros corazones?
El dicho dice: “Dime con quién
andas y te diré quién eres”. ¿Andas con
Jesús el perdonador y eres rencoroso?...
¿Andas con Jesús el misericordioso y eres
indiferente?... ¿Andas con Jesús el que
enseña la verdad y tú eres un “cristiano
anónimo” un “agente encubierto” en
medio del mundo? Andar con Jesús, vivir
con Jesús es como vivir en Talcahuano al
lado de las pesqueras… se te nota. Se
impregna en tu ropa.
2. El postrado sanado. vv. 2-9
Lo que sigue en el relato tiene una
potente carga simbólica y al mismo tiempo
manifiesta lo concreto y real de Jesús
pasando por la vida de las personas.
Hablábamos al comienzo de este
sermón, de la condición caída del hombre,
sobre la tragedia de la condición humana.
Y acá tenemos una escena en que los
enfermos, ciegos, cojos y paralíticos son un
elocuente signo de lo que somos. Somos
parte de una humanidad postrada en su
impotencia, que no ve la mano de Dios y
que a empellones trata de avanzar,
atropellando a aquellos que se ponen por
delante. No importa el otro. Lo único que
vale son mis metas y mi agenda propia.
Estos, pese a sus incapacidades se arrastran
a la triste ilusión de una supersticiosa
práctica. La verdad es que no hay ángel
que mueva las aguas, estas serán solo la
esperanza hueca de un pueblo que le ha
dado la espalda a su Dios y que desconoce
la venida de su Mesías.
Los estudiosos proponen que los
cinco pórticos acá descritos sirven como
símbolo de los cinco primeros libros de la
Biblia, el Pentateuco, lo que para los judíos
será la Torah, la Ley… ¡Que inútil resulta
el arrastrarse hasta la observancia de las
normas reveladas ignorando el corazón de
ellas! El corazón de la Ley de Dios es la
GRACIA. La ley es cuestión de
misericordia, la ley no ha sido abolida en
su aspecto ético, pero cuando se le asume
sólo como una guía del comportamiento
de yerra tremendamente. La ley nos arroja
a Cristo. ¿Por qué? ¿Por qué nos muestra
cuan débiles somos en nuestros propósitos
de cumplirla. Pero cuando la Ley es
desvinculada de la obra suficiente de Jesús,
de su sacrificio redentor y vicario, la ley se
convierte en triste espectáculo de ciegos,
cojos y paralíticos compitiendo por
meterse a una pileta.
13
 Es ahí donde Jesús se encuentra
nuevamente con el dolor concreto de una
persona quien había sufrido 38 años de
postración y soledad. Fíjate en este detalle.
“Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que
llevaba ya mucho tiempo así, le dijo:
¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el
enfermo, no tengo quien me meta en el
estanque cuando se agita el agua; y entre
tanto que yo voy, otro desciende antes que
yo.” El enfermo no responde la pregunta.
No dice “Sí quiero, sáname Jesús”, sino que
le da cuentas de su más triste pobreza…
está solo. Está detenido en la constante
derrota de su debilidad. Siempre hay uno
quien le gana, no importa cuánto se
esfuerce, en su soledad está la cima más
alta de su impotencia.
Y ante ello Jesús responde con su
Palabra viva y eficaz. “Levántate, toma tu
lecho y anda.” Él pide lo imposible porque
Él hace posibles todas las cosas, “porque
nada hay imposible para Dios” dirá el
ángel Gabriel a María. Jesús es Dios-
Encarnado, el Verbo humanado, la Palabra
de Dios hecha carne. Él puede darle esta
orden imperativa a este hombre, porque
Jesús tiene el poder para levantarlo.
Y ese mismo poder se manifiesta
hoy día. La Palabra de Jesús te levanta,
cambia tu mente, renueva tus ideas, te da
vida nueva, calma el fuego de la tentación
y te pone en pie, regalándote el don de la
Presencia transformante del Espíritu Santo
en tu vida. Dice Ireneo de Lyon, un pastor
del siglo II, «La gloria de Dios es el hombre
de pie; la vida del hombre es contemplar a
Dios.» (C. H., libro 4,20:7)
¿Estamos todavía postrados?
¿Cojeando por el camino? Imposible no
recordar el episodio de Elías y los
sacerdotes de Baal, cuando dice al pueblo:
“¿Hasta cuándo cojearéis vosotros entre
dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios,
seguidle.”
3. La cobardía y la traición. vv. 10-16
Y viene el conflicto, porque es
imposible que la luz venga en medio de las
tinieblas sin que estas contiendan contra
ella. Jesús es la luz, el evangelio de Juan lo
afirma claramente. Las tinieblas no lo
entienden, las sombras del mundo se
rebelan ante su liberalidad. Temerosas del
amor de Dios prefieren la seguridad falsa
de la observancia hipócrita. Han hecho del
Shabbat un ídolo, se han olvidado de que
el Día de Reposo será llamado delicia. El
Shabbat es como la plaza dónde el
enamorado se encuentra con la amada. Es
la plaza, no la amada… Que tonto el
enamorado que confundido termina
adornando cada banca y cada árbol de la
plaza, cada planta, cada piedra y escultura
14
de esta, olvidándose que está ahí para un
encuentro. Olvidándose de la novia, se
concentra solamente en la plaza.
Así pasa hasta hoy con Israel, han
hecho del Shabbat, no el espacio del
encuentro con Dios, sino que un dios en sí
mismo. La palabra clave es observancia sin
corazón. Hay que cumplir al pie de la letra
una exigente lista, no los diez
mandamientos… sino que los 613
preceptos. Jesús ha venido a liberar de este
peso a los suyos. Lo ha venido la liberar de
la cautividad de estas leyes que no le
glorifican, ha venido el Nazareno a
mostrar el plan misericordioso del Padre
Dios, ha venido a decir Su Palabra y a
derramar Su Sangre como precio suficiente.
Viene a regalar lo que nosotros no
podemos ganar y eso despierta la ira de las
tinieblas del corazón fariseo. Y la traición
de quienes reciben el milagro y que sin
embargo no llegan a conocer a Jesús, no
llegan a amarlo.
Pongan atención en el hombre
sanado. 38 años de segregación, 38 años
de soledad. 38 años de ser considerado
impuro y maldito por los agentes del
templo. Jesús lo sana, ¿Y él que hace? Se
defiende ante los fariseos, se repite el
esquema del pecado del Edén: “Entonces
los judíos dijeron a aquel que había sido
sanado: Es día de reposo; no te es lícito
llevar tu lecho. Él les respondió: El que me
sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y
anda.”. No se parece esto a lo que se dijo
en el primer pecado?: “Y el hombre
respondió: La mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí.
Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué
es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La
serpiente me engañó, y comí.”
Fíjense que el hombre no sabe el
nombre de Jesús cuando los judíos le
interrogan. Sólo cuando el Señor le
encuentra en el templo (¡!). Le dice su
nombre… ¿Y qué hace él entonces?, ¿le
agradece?, ¿se hace su discípulo?, ¿Qué
hace?... “El hombre se fue, y dio aviso a los
judíos, que Jesús era el que le había
sanado. Y por esta causa los judíos
perseguían a Jesús, y procuraban matarle,
porque hacía estas cosas en el día de
reposo.”
¿Qué hacía en el Templo este
hombre? Seguramente estaba ofreciendo
sacrificio de purificación por el pecado de
haber cargado su lecho en sábado. Sin
lugar a dudas llegó a ser un hombre muy
religioso. Lo que es señal de que se puede
ser religioso dándole la espalda a Dios. Esa
religión al fin y al cabo el ombligolatría,
afirmación del propio ego, adoración del
propio esfuerzo y razón para ponerse por
sobre la moral de los otros.
15
 ¡Que malo todo esto! ¿Y nosotros
cuantas veces caemos en lo mismo? Razón
tiene Pablo cuando escribe inspirado por el
Espíritu Santo: “Profesando ser sabios, se
hicieron necios, y cambiaron la gloria del
Dios incorruptible en semejanza de imagen
de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles.” Hermanos,
¿Cuáles son nuestros pájaros y culebras
delante de las cuales nos postramos?
¿Somos mejores que este hombre sanado y
traidor? Tristemente me parece que
muchas veces no.
Y sin embargo Dios nos ama, nos
ha alcanzado por medio de Jesús.
Pongámonos de pie en la fuerza del
Espíritu. Tomemos nuestro lecho, dejemos
de arrastrar nuestras penas y pongámonos
a servir en la obra, a trabajar por el reino,
siendo discípulos que no traicionan a Jesús
por miedo o que ponen excusas para no
servirlo en la persona de los hermanos.
¡Nunca serás demasiado joven para servir
a Jesús!, ¡Nunca serás demasiado viejo para
servir a Jesús! ¡Servidores fueron el joven
Timoteo y el anciano Abraham! ¡No te
quedes postrada Misión Chiguayante! 38
años es mucho tiempo, ¡Ponte de pie y
confiesa ante los otros que Jesús te ha
sanado!
16
La cuarta señal:
La alimentación de la multitud
hambrienta
Juan 6:1-15
INTRODUCCIÓN
Y de la mano de Juan volvemos al
norte, a la tierra de Jesús, a Galilea de los
gentiles. Esta vez nos situamos en la orilla
del Mar de Galilea, y la escena es
conmovedora. A Jesús lo sigue una
multitud, cinco mil, sin contar mujeres y
niños. Siguen a Jesús hambrientos, y no
solo de pan, no sólo del alimento que sacia
el vientre. Siguen a Jesús porque están
muertos de hambre, hambre de esperanza,
hambre por haber sido despojados del pan
del estómago y del pan del alma. Por un
lado romanos y herodianos, con sus
impuestos injustos, con sus impuestos de
usurpación y de complicidad. Impuestos
para satisfacer el lujo obsceno de la Roma
que caerá hedionda en el vómito de sus
excesos; impuestos para engordar a los
bolsillos de la aristocracia cómplice del
sufrimiento de sus compatriotas.
Siguen a Jesús porque se asoman a
quien es Él. Pero debemos decir que su
conocimiento es superficial. Su seguimiento
es el del desespero, es el que nace de la
necesidad, pero también de la curiosidad y
de la novedad. Las mayorías se empinan
detrás de cualquier lugar de la muralla que
prometa mostrar un poco de libertad.
Los de esta multitud están como
ovejas sin pastor, desorientadas,
abandonadas. Bien podríamos citar al
profeta Ezequiel, “¡Ay de los pastores de
Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No
apacientan los pastores a los rebaños?
Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la
engordada degolláis, mas no apacentáis a
las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni
curasteis la enferma; no vendasteis la
perniquebrada, no volvisteis al redil la
descarriada, ni buscasteis la perdida, sino
que os habéis enseñoreado de ellas con
dureza y con violencia. Y andan errantes
por falta de pastor, y son presa de todas las
fieras del campo, y se han dispersado.”
Pero Jesús, el Buen Pastor viene a dar
alimento a los suyos, alimento verdadero
que sacia y que deleita.
17
1. Ante un problema y una imposibilidad.
vv. 2-7
¿Por qué le siguen las multitudes?
¿Por qué van tras Jesús?, el texto bíblico
pone en evidencia una triste realidad, Juan
quien conoció de primera mano a estas
personas afirma: “porque veían las señales
que hacía en los enfermos.”, seguían a
Jesús por interés o sencillamente por
curiosidad. Jesús hace signos evidentes
para mostrar su poder y dejar sin excusa a
aquellos que lo siguen falsamente. Es lo
mismo que señala Pablo en el capítulo
primero de su epístola a los romanos,
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno
poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo… de
modo que no tienen excusa. Pues
habiendo conocido a Dios, no
glorificaron como a Dios…” Las montañas
y los océanos dejan sin excusa al ateo o al
idólatra. Las señales que hace Jesucristo
dejan sin excusa a los mentirosos que le
siguen sólo por fingimiento, pero que no
comprometen su vida con la vida del Señor
que se derrama en la comunidad. Estos se
parecen a los que hoy alardean de su
cristianismo pero no se comprometen con
la iglesia, que siguen a un Jesús que les
conviene pero que no dan la vida por él
siendo responsables. Ir tras los milagros de
Jesús es fácil, ser fieles en las cosas que
exige el discipulado es difícil, exige morir a
sí mismo, cargar la cruz, poner a Jesús en
primer lugar siempre.
¿Sigues a Jesús muriendo cada día?
Dios te resucitará cada día con renovadas
fuerzas y gozo. ¿No cargas la cruz tras sus
huellas? Vivirás la vida plana de los que no
tienen pasión por la causa del evangelio.
Tendrás el amor de los tibios… tu beso será
como el de Judas. ¡Doblemos la rodilla
hermanos! ¡Arrepintámonos! Sólo así
participaremos de la misión del reino.
Es muy interesante la mención a la
cercanía de la pascua. Pues pareciera que
todo el relato tiene resonancias pascuales.
La multitud que sigue, el monte, Jesús
como líder y maestro, el pan con que es
alimentada la multitud, todo es como un
le
eco del Éxodo. Y si lo pensamos, lo que
hace Jesús es sacarnos del Egipto de
nuestras mediocridades, del Egipto de
nuestras cómodas idolatrías, del Egipto de
nuestras tibias esclavitudes, para lanzarnos
a la aventura de su seguimiento. Jesús es el
nuevo y definitivo Moisés, Jesús es no solo
el libertador, sino que la libertad misma. La
libertad con sentido, la libertad verdadera
que se levanta sobre la base del amor. Ese
amor que obedece los mandamientos pues
estos son evidencia del amor autentico por
Dios y los hermanos.
18
 Y nuevamente el Señor nos pone
ante lo imposible. Hay que alimentar a esta
inmensa multitud, y según los cálculos
realistas de Felipe, ni lo que se gana con
doscientos jornales de trabajo podría
financiar tal consumo. Y sin embargo se lo
pide Jesús lo que es humanamente
imposible. ¿Y por qué lo hace? ¿Recuerda
usted ese mandamiento de Jesús cuando
dice “Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto.”?, eso lo dice en el contexto de
su enseñanza sobre el amor, ¿Amamos
como Dios?, ¡Y Jesús nos manda a hacerlo!,
¿Por qué nos lo pide? Porque al igual como
lo muestra la escena del este texto
evangélico, es Él quien actúa
maravillosamente haciendo posible lo
imposible. ¿Nunca has perdonado a quien
te parecía imposible perdonar?, ¿Nunca
has visto la conversión de alguien que te
parecía imposible que creyera en Dios?,
¿Nunca has visto como una persona que
parecía estar sola y encerrada en sí misma
se abrió en un gesto de ternura o de
generosidad? fue Dios quien actuando en
la persona del Espíritu Santo hizo posible
lo imposible todo esto. Dios nos manda a
alimentar a toda una multitud… y al final
es él quien multiplica el alimento hasta que
sobra.
2. Jesús de vale de lo poco. vv. 8-13
Felipe y Andrés son fieles
representantes de la raza humana. Vienen
ante Dios con las objeciones de lo
imposible. Cuando Dios pareciera que
quiere que veamos más allá de las
limitaciones nos pide lo imposible. Nos
sacude con un golpe infranqueable para
manifestarnos que toda la obra y que toda
la gloria es para Él.
Imagínese ser un judío huyendo de
Egipto, los carros del faraón van detrás de
usted con toda su familia, con sus vecinos
y amigos. Corren lo más rápido que
pueden, pero sus caballos son más rápidos,
sus carros más poderosos… y usted va
escapando lleno del miedo de los que
huyen. Y de repente a medida que se
asoma por sobre una colina ve el mar…
unas aguas infranqueables. ¿Se da cuenta?
Dios muchas veces nos empuja hacia lo
imposible para mostrarnos quien es Él. Es
Él quien puede abrir el mar que te detiene,
Él es el que puede multiplicar el pan pobre
y los pescados de un niñito insignificante
en medio de una multitud.
Nótese que Jesús toma y bendice
estos panes y peces de la misma manera
como un padre de familia bendice la mesa
de su familia. Es como si él fuera el jefe de
una familia judía celebrando la pascua
19
anticipadamente, con la diferencia que
ahora los hace comer recostados, no de
pie, como se comió la primera pascua. Los
hace asumir la postura de los libres,
¿Dónde? Donde había mucha hierba, él es
el pastor que provee sobreabundante
alimento. Jesús, no es solamente el nuevo
Moisés, es también el nuevo y definitivo
David quien “…en verdes pastos [nos]
hace descansar.” Jesús, es aquí descrito por
Juan como el Buen Pastor, es también el
pasto de nuestra alegría, Él es el sustento
autentico de toda nuestra vida. ¿Nos
dejamos guiar por Cristo hacia el sustento
autentico o preferimos ir tras nuestros
gustos efímeros que nos alejan de nuestro
Salvador y Maestro?
¿Se dan cuenta de que no solo
alcanzó para todos sino que además
sobró? ¿No se parece el resultado de esta
señal a la conversión del agua en vino? Es
que la gracia del Señor no sólo es
suficiente, sino que también es
sobreabundante. Nos salva, nos capacita,
nos ayuda a seguir creciendo para la gloria
y la alabanza del único que es digno.
3. Equivocando el significado de la
identidad de Jesús. vv. 14-15
Y se repite el esquema de las señales
anteriores. Ante el milagro surge el darse
cuenta de que Jesús es extraordinario. Acá
se dice que es el “Profeta que había de
venir al mundo”, eco del anuncio que se le
hiciera a Moisés “Un profeta como tú
levantaré de entre sus hermanos, y pondré
mis palabras en su boca, y él les hablará
todo lo que yo le mande.” (Deuteronomio
18:18).
Esto despierta el ánimo de aquellos
que desconocen los propósitos de la
encarnación del Verbo en el mundo. Jesús
se da cuenta de ello y se aparta a la soledad
del monte para que no le nombren
caudillo de causas que no son las suyas.
Jesús trae consigo un reino que
nada tiene que ver las cortas visiones de los
que procuran sólo bienes de este mundo.
El reino de Dios no es cortoplacista, no
puede equipararse a ninguna ideología, es
algo que supera todas las expectativas
meramente humanas y terrenales. Reducir
el mensaje de Jesús a los ideales de la
izquierda o de la derecha es no entender
nada de lo que significa Jesús, su obra y su
mensaje. Un Jesús neoliberal es tan
insultante, para el creyente y para la gloria
de Dios, como uno marxista. En la iglesia
no cabe una interpretación socialista o
liberal de Cristo. Jesús no es progresista ni
conservador. Sacralizar el Estado o la Libre
Empresa es en ambos casos idolatría. Él es
más que un profeta de este mundo. La
cosmovisión cristiana es mucho más
20
profunda que los ideales más altos que
pudieran generar sesudos pensadores y
politólogos. El reino de Dios es mucho
más…
Reconozcamos el reinado de
Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
hombre, y sirvamos a este Rey Pastor que
es Jesús, ofreciéndole la obediencia de
nuestra vida, y tengamos cuidado de los
lobos que pretenden instrumentalizar el
evangelio en pos de sus mezquinos
intereses.
21
La quinta señal:
Jesús camina sobre las aguas
Juan 6:16-21
INTRODUCCIÓN confianza puesta en la fuerza de su propio

El Mar de Galilea, de 166 km2, es brazo, tarde o temprano se va encontrar

el corazón del norte de Tierra Santa, es el con un desafío que le superará

escenario de la vida y ministerio de Jesús. completamente. La vida se encarga de

El Verbo de Dios creció como hombre a la manifestar nuestra impotencia. A veces

orilla del influjo de este lago de agua dulce será una enfermedad, otras veces una

y muchos de sus discípulos fueron desgracia repentina, la ruina económica o

pescadores en sus aguas. Podríamos decir la muerte. Aquello a lo que le tememos es

que el lago de Tiberias es uno de los una evidencia palpable de que en el fondo

elementos geográficos más relevantes de la de nuestro corazón existe la certeza de que

tierra y de la historia del Hijo de Dios. Este estamos bajo el juicio implacable de un

lago es un foco de desarrollo social y Dios justo y santo. Dice el profeta Jeremías,

económico, es la fuente de recursos “Maldito el hombre que en el hombre

pesqueros e hídricos. El paisaje social en confía, y hace de la carne su fortaleza, y del
que creció Jesús fue moldeado por las SEÑOR se aparta su corazón.”1 Quién crea
aguas del Mar de Galilea. que la vida es un conjunto apacible de
certezas, tarde o temprano descubrirá la
Pero entremos a lo que nos dice el
verdad, sólo entonces sabrá que estaba
texto.
equivocado en su falsa seguridad. La
¿Quién de nosotros no ha condición humana sumida en el pecado y
caminado entre sombras? ¿Quién no se ha de espaldas a Jesús tiene como
sentido con miedo ante lo que va a pasar? característica fundamental la soberbia y la
Tengo la impresión de que la autosuficiencia. La noche y la tormenta se
incertidumbre es parte de la condición encargan de humillar al orgulloso, de
humana de quien vive a expensas de sí mostrarle de qué madera está hecho.
mismo. Quien vive su vida con la

1
Jeremías 17:5 LBLA

22
Como dice el dicho: “Ateos hasta que mata a los niños recién nacidos como una
empieza a caer el avión.” forma de rebeldía ante Dios. Las aguas, en
todo el Medio Oriente Antiguo dirá
El texto nos muestra un grupo de
relación con lo ingobernable, con el caos
pescadores, en medio de un gran lago… en
de la época en que todo estaba en
medio de la noche… en medio de un
desorden, es como una reliquia de aquella
viento que hace temblar no solamente las
serpiente legendaria: Tiamat, la que fue
tablas de la barca, sino que los corazones
vencida por el dios Marduk. Los vientos,
de estos hombres fuertes. Bien podríamos
en algunos de sus aspectos, también están
decir que esta escena es un buen retrato de
asociados con lo maligno, a esto se refiere
lo que es la vida: Zozobra e incertidumbre.
Pablo cuando dice, “Y él os dio vida a
Una vez más, el evangelio nos habla a la
vosotros, cuando estabais muertos en
vida, a lo que somos, lo que llevamos con
vuestros delitos y pecados, en los cuales
nosotros todos los días. Como siempre, el
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
evangelio nos señalará que nuestro único
corriente de este mundo, conforme al
comino es la misericordia, la gracia, la Sola
príncipe de la potestad del aire, el espíritu
Gratia que se revela solamente a través de
que ahora opera en los hijos de
la obra consumada y suficiente de Jesús.
desobediencia, entre los cuales también
1. El marco de la escena. vv.16 -18 todos nosotros vivimos en otro tiempo en

Noche, aguas y tempestad, son el los deseos de nuestra carne, haciendo la

mundo de Jesús y de sus apóstoles el voluntad de la carne y de los

espacio de lo maligno. El judío temerá a la pensamientos, y éramos por naturaleza

noche, ella será el ambiente dónde transita hijos de ira, lo mismo que los demás.”3 ¿Es

lo que está regido por el miedo, Isaías dirá, esta una referencia a Pazuzu, el demonio

“Las fieras del desierto se encontrarán con que comanda los vientos que llevan la

las hienas, el macho cabrío llamará a los de peste en la mitología de los antiguos

su especie; sí, el monstruo nocturno se sumerios y que era representado con

establecerá allí, y encontrará para sí lugar cuerpo de hombre, cabeza de león o de

de reposo.”2 La noche será según las perro, con alas de águila y cola de

creencias populares el espacio dónde se escorpión?

mueve Lilit, aquel demonio femenino que

2 3
Isaías 34:14 Efesios 2:1-3 RV1960

23
 Nos encontramos con los apóstoles
en medio de todo esto. Sin lugar a dudas
que para un hombre de aquella cultura esta
era una escena aterradora. Lo que para
nosotros es el castillo del conde Drácula en
las oscuras montañas de Transilvania, el
lúgubre laboratorio del Dr. Víctor
Frankenstein, o el bosque donde habita el
deforme Invunche o la fiura, para ellos son
la noche, las aguas y la tempestad.
Estos hombres que son discípulos
de Cristo, están rodeados de miedo. Sus
corazones se saben en peligro.
2. Paralizados por el miedo no reconocen
al maestro v.19
Como si eso no fuera todo,
pareciera que todos los esfuerzos que
hacían, en vez de producir un bien,
lograban agravar la situación. El texto
dicen que habían remado veinticinco o
treinta estadios. El equivalente a seis o siete
millas (sobre tierra 10 km). Imaginemos
aquello… en medio de ese mal tiempo que
un grupo de hombres, no todos pescadores
(recuerde a Leví quien era recaudador de
impuestos, por ejemplo) han remado
desesperadamente una apreciable distancia
con la esperanza de cruzar el Mar de
Galilea hasta la orilla de Capernaum. Sin
lugar a dudas estaban no solo asustados y
desesperanzados a esa altura de la noche,
con el viento en contra, sino que también
exhaustos, dando hasta lo último de sus
fuerzas. Marcos dice que remaban con gran
fatiga (Mc 6:48).
¿Te has sentido alguna vez así? ¿Se
te han acabado las fuerzas? ¿Has sentido
que tu lucha por salir del pantano te ha
terminado hundiendo en lo hondo de una
arena movediza que te chupa en su viscosa
negrura? Bueno, así se sintieron los
apóstoles de Jesucristo. Así se sintieron los
hombres que Dios eligió para proclamar la
verdad a las naciones…
Y nos dice el texto “vieron a Jesús
que andaba sobre el mar y se acercaba a la
barca; y tuvieron miedo.” Era tanto el
temor y la impotencia que no veían
claramente. No reconocían. No entendían
lo que miraban, ¿era un fantasma el que se
les acercaba? (Mc 6:49).
El miedo nubla la mente, oscurece
la comprensión del corazón. La puerta
abierta del closet se transforma en un
abismo oscuro y el montón de ropa en un
terrible monstruo. Todo se distorsiona.
Pero lo peor del miedo es que no
reconocemos la presencia de Jesús, se nos
olvida que su mano está presente. Le
vemos pero lo ignoramos, nos
confundimos, en medio de nuestras
lágrimas lo percibimos borrosamente. Se
24
distorsiona su rostro y pretendemos hasta
ocultarnos de Él. Lo cierto es que no
podemos salir de la parálisis del miedo por
nuestras propias fuerzas. Necesitamos Su
Palabra.
3. Jesús revela quien es. vv. 20-21
Y Dios pronuncia su presencia. Su
voz es calma y consuelo, Su Palabra
siempre es abrazo en momentos de
angustia y cansancio. Y Jesús muestra quien
es diciéndolo claramente.
Una vez más, es la Palabra dicha la
que hace la diferencia entre conocer y
sentir consuelo en Jesús, e ignorarle y
sentirse aterrorizados ante su presencia. Así
será el último día. Cuando se muestre el
Señor en medio de las nubes del cielo para
levantar con sigo a su iglesia. Ésta, saliendo
de la tribulación sentirá gozo; en cambio
todos los que no conozcan la voz del
pastor, sentirán terror y angustia, miedo en
la condenación justa del juicio santo.
Jesús se acerca a la barca y
pronuncia el gran nombre: YO SOY. Ese
nombre es el nombre del Dios del Pacto. El
Dios que no es indiferente. Dice Dios en el
segundo libro de Moisés: “Ciertamente he
visto la opresión que sufre mi pueblo en
Egipto. Los he escuchado quejarse de sus
capataces, y conozco bien sus penurias.”.
Este es el Gran YO SOY. No un dios de
aquellos que vive en la altura inalcanzable
de su poder, sino que uno que está
preocupado y ocupado con los suyos. El
YO SOY, no es el dios de los filósofos, ni el
de no pocos teólogos, Dios es el que está
pendiente y que está involucrado con su
pueblo. Jehová (o Yahvé) es el amoroso y
protector, es el consuelo en medio de
nuestro espanto.
Jesús es el YO SOY y le dice a sus
discípulos que no teman. Nos lo dice a
nosotros también. Jesús te lo dice a ti…
Pueden ser altas las olas y nuestra barca
pequeña, pueden ser flacos nuestros brazos
y la noche profunda y aterrador el viento.
¡Pero Jesús es el EMMANUEL!, ¡Él es Dios-
con-nosotros! Por el Espíritu Santo
podemos tener esta certeza y este
consuelo. El fuego luminoso de Dios arde
en nuestro corazón y nos da la certeza de
su venida benigna a nuestras vidas. Donde
todo estaba perdido, Jesús puso salvación
y amparo. Jesús, por su dolorosa pasión y
su gloriosa resurrección nos ha regalado
vida eterna. ¿Cómo no decir aleluya?
Ahora bien, como evidencia de su
deidad no solo pronuncia como suyo el
nombre divino, sino que además realiza un
acto que normalmente es interpretado
como milagro y no como un signo: Me
refiero al andar sobre las aguas. Para
entender este acto es clave la lectura de un
25
pasaje, del Antiguo Testamento: “El que
solo extiende los cielos, y holla las olas del
mar.” (Job 9:8 LBLA) Acá uso la traducción
de La Biblia de las Américas, porque
nuestra Reina Valera es menos elocuente,
dónde dice: “…Y anda sobre las olas del
mar”. El verbo hebreo usado acá tiene más
que ver con hollar que solo con andar
sobre. Hollar tiene que ver con pie que
aplasta al enemigo. Isaías dice: “He pisado
yo solo el lagar, y de los pueblos nadie
había conmigo; los pisé con mi ira, y los
hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis
vestidos, y manché todas mis ropas.”
(63:3). También en este sentido habla
Habacuc, “¿Te enojaste, oh Señor, con los
ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes?
¿Tan enfurecido estabas contra el mar que
cabalgaste en tus caballos y montaste en tus
carros victoriosos? […] Pisoteaste el mar
con tus corceles, agitando las inmensas
aguas.” (Habacuc 3:8, 15 NVI). Se me
viene a la memoria el cuadro de Pedro
León Carmona, “La carga de Bueras”. En
esta obra se ve a Santiago Bueras
arremetiendo contra el enemigo español
en la Batalla de Maipú. Justamente a esto
se refiere este acto de Jesús caminando
sobre las aguas. No es solo un hecho de
movilización. Jesús pudo haber llegado a
la orilla de cualquier otra manera, pero
elige pisar sobre las aguas como una señal
de victoria sobre las fuerzas del mal.
Me parece que esto no da para dos
interpretaciones. Jesús, con su presencia
divina y con su gesto vencedor, calma la
tormenta y soluciona instantáneamente el
problema de la incapacidad de los
apóstoles. Es muy interesante la opción
que toma la Biblia de Jerusalén a la hora
de traducir un manuscrito más antiguo que
el que usa la Reina Valera, “Quisieron
recogerle en la barca, pero en seguida la
barca tocó tierra en el lugar a donde se
dirigían.” (Juan 6:21 BJ) Da una sensación
de instantaneidad, casi de tele
transportación. Lo importante es que el
encuentro con Jesús produce un cambio
inmediato y perfecto que nos trae de las
tinieblas del mal hasta la seguridad de su
salvación. Sólo en Jesucristo tenemos esa
certeza y esa paz, sólo en Él hay redención
completa y para siempre, solamente en
Cristo, jamás en nuestras fuerzas.
Abandonados a nosotros mismos sólo el
fracaso es fin de nuestros esfuerzos. El mero
humanismo no tiene cabida en la iglesia. El
humanismo que tiene al hombre como su
centro ha llevado a algunas iglesias a
olvidarse de su Señor y luchar en vano
contra la zozobra de sus botes que
irremisiblemente se hunden en la
inmoralidad y en la autocomplacencia.
¡Nosotros no! Debemos confiar
solamente en Cristo, en su gracia, en la
26
misericordia de su amor condescendiente.
Sólo Él nos puede llevar a la orilla y
salvarnos de las oscuras sombras del
pecado, del diablo y del mundo. Sólo en
Jesucristo hay salvación.

27
La sexta señal:
El testimonio de un valiente.
Juan 9:1-38

INTRODUCCIÓN sinagogas por confesar que Jesús es su Rey

y Salvador.
Amados hermanos, tenemos que
Roguemos por los elegidos de Dios
estar gozosos. Nuestros ojos han sido
que en Chiguayante aún no han abierto los
desvendados por la acción amorosa del
ojos al evangelio. Que el Espíritu Santo
Espíritu Santo, quien nos ha dado la fe, ha
haga su obra en todos ellos. Que Dios nos
hecho que escuchemos como Jesús liberó
use para comunicarles la Palabra de la
de las sombras y de la mendicidad a un
santidad y del amor del Padre.
hombre que había nacido ciego.
Esto es hermoso, pues el mismo
1. Jesús abre los ojos al ciego. vv. 1-7
poder que actuó hace dos mil años en la
En la vida de Jesús no hay
tierra de Israel, sigue actuando hoy en
casualidades. Ningún encuentro es
nosotros. Cristo está vivo, no es un filósofo
fortuito, los caminos de Jesús nunca
muerto, no es un héroe en su tumba, Jesús
estuvieron marcados por el azar. El
es el único y soberano Rey Viviente que
encuentro con este ciego es parte del plan
gobierna cada rincón del universo y de
del Padre, ¿Para qué? El mismo Jesús lo
nuestras vidas. Él sigue obrando el milagro
dice: “…para que las obras de Dios se
de abrir los ojos a los ciegos para ser luz
manifiesten en él.” Y si lo pensamos un
victoriosa devastadora de tinieblas.
poco, cada uno de nosotros es como este
Esta señal es asombrosa, no tan
ciego en el camino de Jesús…
solo por lo milagroso del hecho de
Nuestro mayor don es ser objeto
devolverle la vista a uno que nació ciego,
de la manifestación de las obras
sino que porque la mayor ceguera curada
misericordiosas de Dios. Nuestro mayor
fue otra. En mi humilde parecer, será esta
tesoro es ser tocados por el encuentro con
la señal que hace Cristo, una señal que
el Señor Jesucristo. Y este es el privilegio de
sigue alentando a los que hoy siguen
los pobres, de los menesterosos, de los que
siendo excomulgados de las diversas

28
piden limosna… la humildad es un
inmenso regalo que antecede al toque de
la mano de Dios. Un soberbio, un
autosuficiente no puede recibir
misericordia porque muy seguro de sí
estima que no la necesita. A esto se refiere
Jesús cuando dice en el Sermón del Monte
“Dios bendice a los que son pobres en
espíritu y se dan cuenta de la necesidad que
tienen de él, porque el reino del cielo les
pertenece.”(Mateo 5:2 NTV).
Antes de ser hijos todos los
cristianos hemos sido leprosos, tullidos y
ciegos. Hemos estado buscando alimentos
en las bolsas de basura creyendo que
éramos los amos del mundo, los dueños de
nuestra vida. La herida profunda del
pecado llegaba hasta lo hondo y supuraba
la hediondez del pus de nuestra condición
caída. Y sin embargo Dios se acerca. Dios
se hace carne, y nos toca para sanarnos…
Interesantemente Jesús se vale de la
tierra y de su saliva como haciendo un acto
profético, que quiere representar el acto
creador. Adán saliendo de la roja y
purísima tierra del Edén. Jesús restaura la
imagen de Dios en el hombre, lo que
estaba roto por el pecado es restaurado
por su gracia perfecta. Todos nosotros
antes de conocer a quien nos amó desde
antes de la fundación del mundo, éramos
como espejos rotos, y Él restauró de
manera perfecta su imagen en nosotros, lo
que antes estaba fragmentado ahora está
entero, de tal manera que en ti, en mí, en
todos los que hemos sido desvestidos de la
culpa de nuestro pecado, hoy brilla la
imagen perfecta de del Verbo de Dios.
Cuando el Padre nos ve, contempla a
Jesucristo su hijo. Estamos revestidos de su
rectitud. ¿Te das cuenta? ¡Cristo es nuestra
justicia! Los méritos de su vida perfecta y
de su perfecto sacrificio, han vestido
nuestra inmundicia con su santidad.
Jesús escupe en el polvo, y unta los
ojos del ciego y lo manda a que se lave los
ojos en el estanque de Siloé de la misma
manera en que Naamán fue enviado a
lavarse en el Jordán. Pero a diferencia de
éste, el ciego acude humildemente sin
siquiera replicar.
Que el Espíritu nos dé el don de la
humidad, el don de la obediencia… las
ovejas que huyen de la voz del buen pastor
terminan cayendo en el acantilado de sus
propios deseos…
Y ocurre el milagro. El que había
salido ciego del vientre de su madre ve por
primera vez.
2. El testimonio del ciego a sus vecinos y
en la sinagoga. vv. 8-34
Y es aquí donde se empieza a
desarrollar la que estimo yo que es la sexta
señal de Cristo en el evangelio de Juan.
29
 El ex ciego es un hombre en lo más
bajo de la escala de importancia social, uno
puede decir con razón que su palabra no
había valido nunca nada y que ahora sigue
sin ser de importancia para los que le
rodean. Él había sido visto toda su vida
como un maldito, como un mendigo que
había nacido con sus ojos cerrados a la luz
que brilla y que muestra al mundo.
Y de repente, puede ver y se
convierte en razón de disputa. Los
primeros que en vez de alegrarse se pelean
son sus vecinos. Aquellos que le veían a
diario como parte del paisaje de la
injusticia en Israel. No era él, tenía que ser
otro, estas cosas no pasan, esto debe ser un
engaño, nunca se ha visto que uno que
haya nacido ciego reciba ya adulto la
visión.
Y él responde con la simplicidad de
los humildes: “Él decía: Yo soy […] Aquel
hombre que se llama Jesús hizo lodo, me
untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y
lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.”
Su testimonio es concreto, hermoso en su
pureza y claridad.
Luego de ser interrogado por sus
vecinos es llevado ante los fariseos.
Figúrense aquello. Es como si se llevase a
un mendigo que pide monedas afuera de
la catedral de Concepción a una sesión del
consejo municipal.
Y se repite un elemento
importantísimo que despierta el escándalo
en estos judíos: La sanación la realiza Jesús
durante el día de reposo. ¡Cómo podía ser
de Dios uno que violaba el día de reposo
sanando a un ciego… y haciendo barro!
Los fariseos preguntan, ya estableciendo lo
que para ellos sería la respuesta correcta --
uno podría decir desde hoy que tratan de
pautearle la respuesta al ex ciego -- “¿Qué
dices tú del que te abrió los ojos?” Y él con
un tremendo valor que nace de la
experiencia agradecida dice: “Que es
profeta.”
Maravilloso. ¿De quién se
diferencia este hombre?... ¿Se acuerdan?
¡Del hombre de la tercera señal, el que
durante 38 años había estado enfermo, y
que habiendo sido sanado de su condición
denunció a Jesús ante las autoridades
judías! En vez de este, este hombre no
traiciona, en vez de este no se beneficia
quedándose a la sombra del templo sino
que es expulsado de la sinagoga.
Toda esta parte del relato huele a
miedo. Miedo ante la autoridad, el miedo
de los pobres ante los poderosos. Temor
sienten los padres, temor a la exclusión,
pues “tenían miedo de los judíos, por
cuanto los judíos ya habían acordado que
si alguno confesase que Jesús era el Mesías,
fuera expulsado de la sinagoga.” Todos
temen, menos nuestro héroe anónimo. Sin
30
duda en él se cumple aquello de que “…os
entregarán a los tribunales y seréis
azotados en las sinagogas, y compareceréis
delante de gobernadores y reyes por mi
causa, para testimonio a ellos. […] Y
cuando os lleven y os entreguen, no os
preocupéis de antemano por lo que vais a
decir, sino que lo que os sea dado en
aquella hora, eso hablad; porque no sois
vosotros los que habláis, sino el Espíritu
Santo.” (Marcos 13:9-11 LBLA)
Sin lugar a dudas, este hombre es
uno de mis héroes de la Biblia. Llega a los
límites del denuedo, al valor que casi es
burla. Cuando los fariseos le vuelven a
interrogar sobre cómo le dio vista Jesús, el
hombre responde. “Ya os lo he dicho, y no
habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír
otra vez? ¿Queréis también vosotros
haceros sus discípulos?” A lo que los
enfurecidos fariseos responden, “Tú eres su
discípulo; pero nosotros, discípulos de
Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios
ha hablado a Moisés; pero respecto a ése,
no sabemos de dónde sea.” Es aquí donde
nuevamente este hombre habla desde la
experiencia iluminada por el Espíritu
Santo, y plantado derecho frente a los
sabios y entendidos con el corazón
enclaustrado les dice “…esto es lo
maravilloso, que vosotros no sepáis de
dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y
sabemos que Dios no oye a los pecadores;
pero si alguno es temeroso de Dios, y hace
su voluntad, a ése oye. Desde el principio
no se ha oído decir que alguno abriese los
ojos a uno que nació ciego. Si éste no
viniera de Dios, nada podría hacer.” Esta
respuesta valiente, viril y corajuda
ocasiona lo que todos temen. El hombre es
excomulgado con desprecio de la
sinagoga. Queda como un paria sin
comunidad.
Cuanto consuelo y valor significó
este ejemplo a los judíos que habían creído
en Jesús como el Mesías de Israel y que
aproximadamente en el año 90 d.C.,
cuando se escribió el evangelio de Juan,
eran excomulgados de las sinagogas como
herejes por confesar a Jesús como Salvador
y Señor. Cuanto consuelo debe traernos el
testimonio de este hombre cuando nuestra
fe en Jesús signifique necesariamente
enemistad con los criterios del mundo.
Cuando nuestra adhesión a Jesús nos haga
romper con aquellos que cumplen lo
profetizado por Isaías, “¡Ay de los que a lo
malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que
hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas
luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo
dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RVR60).
Hermanos, bienaventurados seremos
cuando nos excomulguen los que le dan la
espalda a Dios y a Su Palabra, aquellos que
en su envanecimiento niegan la inspiración
de la Biblia, o que pretenden actualizar la
31
verdad de Dios según las pasajeras modas
de este mundo decadente y perdido.
Seamos valientes. Como este hombre y
confirmemos una y otra vez nuestra fe en
Jesús, quien es el único camino, la verdad
y la vida verdadera.
Que el Espíritu Santo nos anime en
la obediencia. Que él queme los temores y
derribe los ídolos que pretenden robarle a
Cristo su lugar en nuestro corazón.
3. El reencuentro con Jesús. 35-38
Es impresionante este relato, tengo
la impresión que es único en su tipo. Es la
historia del testimonio de uno que ha
tenido un encuentro con Jesús y que ha
sido valiente en la defensa de
convicción. Ahora nos encontramos ante
lo emocionante del final de la historia.
Jesús se acerca al hombre, al
excomulgado, al que sin saber más que su
experiencia de haber sido sanado fue
valiente sin importar las consecuencias. Y le
pregunta, “¿Crees tú en el Hijo de Dios?” y
él responde con una humildad que
emociona, “¿Quién es, Señor, para que
crea en él?” Déjame preguntarte una cosa,
¿Es tu fe tan sincera y dispuesta como la de
este hombre? ¿Estás tan dispuesto a créele
a Dios? ¿Eres como él o te pareces más a
los fariseos que están lejos de Jesús y que
planean su muerte?
Fíjate en este dialogo final. “Le dijo
Jesús: Pues le has visto, y el que habla
contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le
adoró.”
Que impresionante es la fe
obediente de este hombre sencillo. Y es
que no puede ser de otra forma. La fe es
don de Dios a los de corazón humilde, y
son justamente los humildes los que son
obedientes, y sólo los obedientes son
discípulos.
Este hombre que recibe la vista ve
a Jesús. Y reconoce mediante la obediencia
al que es Su Señor, y como consecuencia de
ese encuentro le adora. Hermanos, la
adoración en el propósito de la existencia,
su
quien no adora es creación frustrada está
encerrado en una ceguera que le mantiene
encerrado en si mismo.
Jesús nos restaura para que demos
gloria a Dios, para que rompamos las
cadenas de la idolatría y volvamos a
colocar a Dios y sus mandamientos en el
centro de nuestras vidas, en el corazón de
nuestras familias y en la base de la
sociedad.
La figura humilde de este hombre
sencillo que ve por primera vez tiene
mucho que enseñarnos, sigamos
meditando en su ejemplo sabiendo que
Jesús ha hecho lo mismo con nosotros para
que también demos testimonio desde
nuestra experiencia a los que no creen o se
32
han apartado tras el mentiroso ídolo de El Espíritu Santo nos transforme
una falsa libertad que al final sólo esclaviza. cada día en la humildad y en la obediencia.

La séptima señal:
Jesús ante la muerte del amigo
Juan 11:17-44
Introducción. seguidores, eran sus íntimos. Ellos eran de
ese reducido número de personas que
El hombre se para ante la muerte
atraviesan la gruesa soledad de los
como ante una tragedia pero también
pastores para ser amigos y no solo
como ante un enigma. Es la muerte un
exigentes ovejas hambrientas de verdes
aguijón terrible que nos deja sin palabras.
pastos. Ellos le habían abierto su casa en
Es un muro sin grietas y tan alto que pone
Betania para descansar, le habían dado el
de manifiesto nuestra incapacidad.
solaz que sólo puede dar la intimidad que
Quien haya tenido la experiencia viene de los amigos.
de la muerte de un ser querido sabe que las
Pero ahora la casa de Betania, esa
lágrimas tienen el sabor de lo absurdo y de
que fue nido de acogida, está llena del
la impotencia.
negro llanto que trae consigo la muerte.
Desde antaño hasta nuestros días la Lázaro el hermano había muerto, Lázaro el
búsqueda del significado de la vida pasa amigo había partido.
por tratar de explicar la muerte con el
Y en esa densidad Jesús se
propósito de poder vencerla. Pero el final
encuentra con estas mujeres que habían
siempre se asoma trágico. La muerte es la
quedado solas.
que invariablemente siempre gana. Esta es
la realidad de todos los hombres. De ti y 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús
de mí. ¿Pero qué nos dice el evangelio? venía, salió a encontrarle; pero María se
quedó en casa. 21 Y Marta dijo a Jesús:
1. Jesús se enfrenta a la muerte. vv. 17-19
Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano
Jesús era amigo de esta familia. no habría muerto. 22 Más también sé
Lázaro, Marta y María eran no sólo sus ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios

33
te lo dará. 23 Jesús le dijo: Tu hermano
resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que
resucitará en la resurrección, en el día
postrero.
Marta conocía bien a Jesús, sabía
de su poder, sabía del alcance de su fuerza.
Ella confiaba en el maestro y confesaba
también que lo que decían las Escrituras
era verdad. Marta no es sólo la afanosa
ama de casa que no cesa en su dedicación
de hacer todas las cosas, ella también es
discípula, ella lo había escuchado y había
creído.
Pero no sabía lo que todavía no
podía entender. Jesús era un maestro, un
rabino itinerante, uno que era capaz de
convertir el agua en vino, curar al ciego,
multiplicar los panes y los peces… Pero
mucho más que todo eso.
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y
cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees
esto?
Dirá Juan: En él estaba la vida, y la
vida era la luz de la humanidad […] Él es
el Hijo unigénito, que es Dios y que vive
en unión íntima con el Padre. Este Jesús de
Nazaret, el hijo de José el obrero y de
María la sin fama, este hombre es también
el Verbo de Dios. Y eso Marta no lo podía
comprender. Apenas se asomaba a la
naturaleza divina de quien tantas veces
había descansado en la prontitud de sus
muchas atenciones.
Cómo es frecuente en Jesús, él
interpela y desafía a la fe ¿Crees esto? —Sí,
Señor; contesta Marta, yo creo que tú eres
el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de
venir al mundo.
Acá, el relato de Juan nos lleva a
otra escena:
28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a
María su hermana, diciéndole en secreto:
El Maestro está aquí y te llama. 29 Ella,
cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino
a él. 30 Jesús todavía no había entrado en
la aldea, sino que estaba en el lugar donde
Marta le había encontrado. 31 Entonces los
judíos que estaban en casa con ella y la
consolaban, cuando vieron que María se
había levantado de prisa y había salido, la
siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar
allí.
Se puede ver acá el deseo de
comunicación intima. Ni Jesús, ni las
hermanas de Lázaro quieren hablar en
medio de la muchedumbre. Los tres están
ante un momento cuya densidad es muy
grande. Jesús, Marta y María están frente a
un dolor. Esto es muy importante. Jesús se
suma al pesar. Como hombre no se resta
34
del sentimiento y no sólo solidariza, sino
que se duele personalmente. Le duele
verdaderamente ya que él es
verdaderamente hombre.
Es acá dónde debiéramos sentir
algo de pudor. De la mano de Juan nos
estamos asomando a una escena muy
íntima y densa en humanidad. El misterio
del dolor, del dolor ante la muerte y la
confianza de María en Jesús. Esa confianza
que solamente puede brotar de un corazón
de amiga ante el amigo.
¡Cuántas mujeres han llorado como
María! Sí, ¡cuantas se han postrado ante el
Señor en un llanto que parecía infinito!
¡Cuánta humanidad hay en este pasaje de
la Escritura!
32 María, cuando llegó a donde
estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies,
diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí,
no habría muerto mi hermano.
Lo que sigue es una de las cimas de
la encarnación. Dios todoamoroso
abajado hasta el límite de la compasión.
Dios hecho carne estremecida por la
tragedia de la muerte. Dios asomándose a
lo que será su propia muerte. Jesús
hombre, Jesús ante la muerte de su amigo.
33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los
judíos que la acompañaban, también
llorando, se estremeció en espíritu y se
conmovió, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis?
Le dijeron: Señor, ven y ve.35 Jesús lloró.
Es imposible no recordar la voz que
venía desde la zarza encendida. Escribe
Moisés en el Éxodo: Ciertamente he visto
la opresión que sufre mi pueblo en Egipto.
Los he escuchado quejarse de sus capataces,
y conozco bien sus penurias. El mismo Dios
que tuvo sus ojos y oídos abiertos al dolor
de su pueblo producto de la opresión del
pecado egipcio, ahora no se cierra al dolor
de la humanidad ante la muerte.
Lázaro encarna todas las muertes,
las lágrimas de María contienen todos los
duelos. Ahí están tus muertes, ahí están
todos los que han partido fruto de la
enfermedad o de los años, ahí están los
pequeños y los ancianos, los que han caído
fruto de la violencia y de la injusticia, y
también los olvidados, esos que han
muerto en medio del abandono.
Y Jesús se conmueve
profundamente…
El corazón de Dios no está preso de
sus inmensidades. Yahvé no es el Dios
insensible de los griegos, no es el Dios cruel
de los Cananeos. Es Dios tierno que llevó
su ternura hasta los extremos de la
encarnación. Las lágrimas de Jesús son las
lágrimas de un Dios que escucha y que se
conduele. El llanto de Jesús es el llorar de
35
un amigo. ¡Dios se ha hecho amigo! La
Escritura nos pone acá ante un hecho
asombroso. Juan inspirado por el Espíritu
Santo nos sitúa delante de una cuestión
inaudita.
Pero no falta la voz de extraños, de
esos que están lejos, muy lejos del corazón
de Jesús.
36 Dijeron entonces los judíos: Mirad
cómo le amaba. 37 Y algunos de ellos
dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos
al ciego, haber hecho también que Lázaro
no muriera?
A diferencia de Jesús, no sienten
pena, no solidarizan. En su presencia hay
no poco voyerismo y en su pregunta una
crítica cobarde. ¿Por qué será que justo en
medio del dolor es tan aguzada la lengua
de los falsos amigos? Estos judíos son como
los acusadores de Job. Nada entienden de
amor, están tan lejos de Dios como de
Marta y de María. Serán estos mismos los
que aplaudirán la muerte del Mesías. Serán
ellos los que gritarán a coro
“¡Crucifíquenle!”.
2. Jesús el remedio de la muerte.
Y sigue narrando Juan: 38 Jesús,
profundamente conmovido otra vez, vino
al sepulcro. Era una cueva, y tenía una
piedra puesta encima. En este acercarse de
Jesús se le ve aproximarse a lo que será ese
misterio infinito de los tres días dentro del
vientre de la tierra. Jesús al acercarse a la
tumba de Lázaro se aproxima a la señal de
Jonás. Jesús se acerca al sepulcro
conmovido, nosotros podríamos agregar
que también estremecido. Él, quien es la
vida en sí mismo, se enfrenta a la muerte:
Mira de frente a los ojos del sepulcro como
un guerrero que sabe de victorias.
Y con voz potente: 39 Dijo Jesús:
Quitad la piedra. Marta, la hermana del
que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya,
porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo:
¿No te he dicho que si crees, verás la gloria
de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra de
donde había sido puesto el muerto. Marta,
la que afirmó su fe ahora duda. ¿Cuántas
veces somos como ella? ¿Cuántas veces
dudamos de las Palabras de Jesús?
Jesús, verdadero hombre y
también verdaderamente Dios, dirige su
oración a los Cielos. Jesús, alzando la vista,
dijo: —Padre, te doy gracias porque me
has escuchado. 42 Ya sabía yo que siempre
me escuchas, pero lo dije por la gente que
está aquí presente, para que crean que tú
me enviaste.
Vislumbramos acá una intimidad
inconmensurable, una comunión
tremenda. Dios hijo hablando con Dios
Padre. Juan, inspirado por la fuerza del
36
Espíritu dice en el prólogo del evangelio: A
Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo
unigénito, que es Dios y que vive en unión
íntima con el Padre, nos lo ha dado a
conocer.
Y llegamos a la cumbre
asombro, de la mano de Juan vemos el
milagro:
43 Y habiendo dicho esto, clamó a
gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que
había muerto salió, atadas las manos y los
pies con vendas, y el rostro envuelto en un
sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle
ir.
¡Lázaro vive! ¡El que llevaba cuatro
días en la tumba se yergue! ¡Se levanta! ¡Ha
sido liberado del sepulcro! ¡La tumba ha
sido vencida por la misma voz de aquel
que llamó de la nada al universo!
El Padre escucha la oración del
Hijo. Y en eso es como si este milagro fuera
un signo de la resurrección de Jesucristo. El
Mesías anuncia ya su victoria definitiva.
Lázaro, después de muerto volvió a
vivir… para luego morir nuevamente.
Jesús en cambio resucita para siempre,
venciendo eternamente la muerte
haciendo posible que Lázaro, Marta y
4
Isaías 25:8 LBLA
María junto a todos nosotros resucitemos
para vida eterna.
Consideremos que nosotros al igual
que Lázaro, Marta y María estamos
llamados a una amistad íntima con Jesús. A
del una relación constante con el Señor. Él
quiere detenerse en nuestra casa, ser
nuestro amigo, y enseñarnos su palabra.
Jesús quiere ser servido y escuchado en
nuestros hogares.
Dejamos entrar a Jesucristo en
nuestras familias cuando hacemos el Culto
Familiar todos los días, cuando oramos
juntos, cuando enseñamos la Biblia a
nuestros hijos.
Dejamos entrar a Jesucristo en
nuestras casas cuando somos hospitalarios
y gentiles, atentos con los de la familia de
la fe. Cuando vivimos la comunidad en los
Grupos ICTUS o sencillamente en la
amistad y el compartir fraternal.
Nosotros, al igual que Marta y
María sufrimos dolorosas pérdidas.
Nosotros al igual que ellas seremos
consolados.
Se cumplirá en nosotros lo que dice
y el profeta Isaías: “El destruirá la muerte
para siempre; el Señor DIOS enjugará las
lágrimas de todos los rostros…”4 Como
37
bienaventurados seremos consolados. Ya
no habrá pena y un abrazo sellará el fin de
la pena. Como dice la letra del himno:
“Nos veremos junto al río cuyas aguas
cristalinas fluyen puras, argentinas, desde el
trono de nuestro Dios”
Nosotros al igual que Lázaro
estábamos muertos en nuestros delitos y
pecados. Pero por el llamado del Espíritu
Santo mediante la Biblia, Palabra Santa de
Dios, hemos pasado de muerte a vida.
Esto no es un símbolo. Es verdad
constatable que nos arroja a la misión.
Nuestras vidas deben ser un anuncio de
todo esto.
En conclusión, estamos llamados a
tener una vida de intimidad, de consuelo y
resurrección. Nuestra vocación es ser hijos
en el Hijo, rescatados de la muerte de
nuestros pecados.

Estábamos muertos en nuestras

ideas, muertos en mil doctrinas falsas.
Estábamos muertos en nuestra libertad,
éramos cadáveres maquillados de una
supuesta independencia. Olíamos a la
muerte de nuestra autonomía, “vivíamos”
excluidos de la ciudadanía de Israel,
extraños a los pactos de la promesa, sin
tener esperanza, y sin Dios en el mundo.5

Por eso debemos dar testimonio.

Nuestra vida nueva es una evidencia de
que Jesús está vivo. Hemos sido rescatados
de nuestra vana manera de vivir para que
le glorifiquemos con buenas obras.
Mediante la alabanza de la vida entera,
con la exultación de nuestras manos
abiertas en el amor concreto y eficaz.

5
EFESIOS 2:12 LBLA

38
Epilogo
Juan 20:30-31
INTRODUCCIÓN alimentar a multitudes. 5) Que Él es el

En esta primeria de mensajes de vencedor del mal y de todas las fuerzas

esta nueva etapa de Misión Chiguayante malignas que aterrorizaban a la

hemos hecho un camino, un itinerario que humanidad. 6) También nos emocionamos

nos ha sorprendido con la riqueza de la con la sencillez del testimonio de uno que

Escritura, hemos recorrido un itinerario habiendo recibido la luz auténtica confiesa

que ha cuestionado nuestras tibiezas y nos y adora a Jesús como su Señor y Salvador.

ha alentado en aquél quien es como un 7) Y culminamos nuestro recorrido

carbón encendido sobre nuestros labios. acompañando a Jesús delante de la tumba

de su amigo Lázaro, como comunidad de
Con éste, sumamos nueve
bautizados hemos reconocido que
domingos reflexionando con seriedad y
solamente Cristo Jesús es la resurrección y
profundidad sobre cómo el apóstol Juan,
la vida eterna.
quien es el autor inspirado del cuarto
evangelio, apunta a la identidad y a la El texto que hoy nos anima no sólo

razón de la misión de Jesús. En cada nos habla de la sobreabundante capacidad

jornada hemos sido tocados por la Palabra de Jesús de obrar milagrosamente en bien

que es el primordial instrumento que usa el de quienes sufren, esto sería equiparar a

Espíritu Santo para despertarnos a vida Jesús de Nazaret con Superman. Jesús no

nueva y alentarnos a ser discípulos es un milagrero súper poderoso. Jesús es el

auténticos de Jesucristo. Mesías de Israel, es el Hijo Unigénito de

Dios y quien crea en Él, tiene vida auténtica
¿Qué hemos hecho? Pues hemos 1)
en su nombre. Alejados de Él nadie puede
Celebramos la boda pobre que se alegró
nada. Afuera de su luz sólo hay profundas
con el vino nuevo del Nuevo Pacto. 2)
tinieblas mentirosas.
Fuimos testigos de la conversión del vil
herodiano y de su familia. 3) Nos dolió la El texto que acabamos de leer nos

traición del que durante 38 años estuvo dicen para qué son las siete señales de

tullido. 4) Entendimos que Jesús es el maná Cristo en el Evangelio de Juan. Y en esto es

verdadero que baja del cielo para clarísimo.

39
 I. Jesús no es un mero modelo moral.
Él no descendió desde el seno del
Padre sólo para darnos un ejemplo
de cómo debiéramos vivir
haciendo bien al prójimo.
II. Jesús no es un reformador social. Si
bien es cierto que en el anuncio de
Jesús también hay denuncia. La
obra de Jesús no intentó
revolucionar las estructuras de
poder.
III. Jesús no es un mero maestro
espiritual. El galileo hijo de María
no es un gurú. No viene a
comunicar un conocimiento
misterioso y muy elevado que solo
puede ser aprendido por filósofos
y místicos de mirada circunspecta.
Pero sin embargo Él si nos interpela
a una nueva vida. ¡Pero atención! A una
nueva vida, NO SOLAMENTE A UN
NUEVO COMPORTAMIENTO. El
comportamiento se puede fingir. Uno
puede bien portarse pareciendo bueno.
Pero otra cosa es tener un corazón nuevo.
Ser una criatura nueva.
Y sí, Jesús viene a anunciar el Reino
de Dios. Reino de justicia y de libertad,
reino en que serán enjugadas todas las
lágrimas. Reino de Dios y para la gloria de
Dios sobre esta tierra. Tierra resucitada, en
que como una vez dijo mi hija Irene, las
casas no tendrán panderetas y todos los
niños jugarán juntos. Ese reino de Dios será
obra de Dios y no de ninguna mano
humana, no será fruto de la lucha o de la
ideología de ninguno. Será efecto de la
Gracia que hace nuevas todas las cosas.
Será paraíso perfecto del que toda la
historia es apenas prólogo.
Jesús viene a traernos un
conocimiento profundo. No ha dicho
quiénes somos nosotros y nos ha dicho
quién es su Padre Dios. No nos ha
enseñado ningún mantra, ni nos ha
transmitido ninguna palabra mágica. Lo
que ha hecho es decirnos que Dios es
nuestro Abba, nuestro papito. De ahí
nuestro valor, dignidad y privilegio.
¡Hemos sido adoptados por una
misericordia que no comprendemos!
Veamos tres líneas maestras de lo
que apuntan las siete señales de Cristo en
el Evangelio de Juan:
1. Jesús logra lo que nuestra impotencia no
puede lograr.
Lo vemos en todas las señales: Falta
el vino, el hijo agoniza, el tullido no se
mueve, falta la comida, las fuerzas
desfallecen en medio de la tormenta, el
hombre había nacido ciego, un hermano y
amigo está muerto. Ante todas estas
circunstancias queda de manifiesto que el
40
hombre es incapaz. No importa su esfuerzo de Jesús es suficiente, lo que no puede
ni su inteligencia, el hombre está atado a nuestra carne si lo puede nuestro Rey y
su condición caída. El hombre arrastra el Soberano.
lastre de la muerte.
Lo que no puede nuestra voluntad
Sin lugar a dudas esta verdad de la si lo puede su soberanía. Jesús quien vive y
Biblia golpea el orgullo de ateos y de reina hoy es el único capaz. Dios nos de
humanistas. Es una verdad incómoda. El humildad para reconocerlo, sometimiento
hombre no es la medida de todas las cosas. para vivirlo y amor para testificarlo a
El ser humano es pecador, arrojado a la quienes todavía están presos en la ilusión
soledad de sus propios esfuerzos, lejos de de su libertad.
Jesús está condenado a la soledad de su
2. La misericordia de Jesús es
soberbia. Inútilmente se afana el hombre
sobreabundancia.
en tratar de tapar su desnudez con
delantales de hojas de higuera, más Si ponemos atención, nos damos

temprano que tarde quedará descubierta cuenta de que las obras de Jesús superan

su vergüenza. con creces nuestras expectativas. Pablo lo

dice inspirado por el Espíritu Santo: “Y a
Solamente en Dios hay amparo,
Aquel que es poderoso para hacer todas las
seguridad y certeza. Sólo Él puede
cosas mucho más abundantemente de lo
satisfacer la necesidad, sólo Él puede
que pedimos o entendemos.” (Efesios
convertir el corazón, sólo Él puede sanar,
3:20) A esto es también a lo que apuntan
sólo Él puede alimentarnos de pan
las siete señales de Cristo en el Evangelio
verdadero, solo Él puede vencer
de Juan.
definitivamente el mal y dar luz a nuestra
vida; solamente Él puede resucitarnos a Donde faltó el vino, él puso en

vida eterna. abundancia del mejor mosto. Dónde había

agonía no sólo curó, sino que dio nueva
Jesús ha hecho perfecta la obra. Él
vida a toda una familia. Dónde el hombre
es la Palabra que no vuelve vacía sin haber
pedía que le ayudaran para que se metiera
realizado el deseo el propósito del Padre
en el agua, Jesús da salud completa y hasta
Eterno quien la envió. (Cf.: Isaías 55:11) En
pudo cargar su lecho, no sólo alimentó a
el Calvario Jesús grita la victoria de su obra
la multitud hambrienta sino que sobró
consumada y completa. La obra redentora
hasta para guardar, no sólo salva a los

41
apóstoles de la tormenta en medio del mar
de Galilea sino que los traslada
instantáneamente a la orilla de adónde
iban, no sólo dio vista sino que también
una nueva vida bajo el señorío de Cristo y
finalmente no sanó al amigo agonizante,
sino que lo resucita.
¿No ha sido así Dios también en tu
vida? ¿Cuánta abundancia de la obra de
Dios en tu vida? Pongamos atención a lo
dicho en la epístola a los Romanos:
“donde el pecado abundó, sobreabundó la
gracia” (Romanos 5:20 LBLA). Todos
quienes hemos sido tocados por la mano
de Jesús mediante la acción potentísima
del Espíritu Santo podemos dar testimonio
de que esto es así. Nuestra vida sin Jesús,
nuestra vida lejos del conocimiento y de la
obediencia de Su Palabra no se compara
con el gozo que experimentamos hoy en
Cristo. Antes de Cristo había duda y
ausencia de sentido, en cambio hoy
tenemos la certeza de que estamos en las
manos de nuestro buen salvador. Antes de
Cristo éramos presa de todo viento de
doctrina, en cambio hoy descansamos en
lo revelado en la Biblia como en un puerto
seguro ante la tormenta de las ideologías.
¿Significa esto que no tenemos dolores o
sufrimientos? No, significa que si los
tenemos, también gozamos del consuelo
de un amoroso Jesús que no nos dejará
jamás caer de su mano. Jesús camina con
nosotros, este es nuestro gozo y consuelo.
La sobreabundante gracia que mana del
corazón traspasado de Cristo es el tesoro
que llena de riquezas nuestra vida.
El mismo Jesús es explícito: “De
cierto os digo que no hay ninguno que
haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o
hijos, o tierras, por causa de mí y del
evangelio, que no reciba cien veces más
ahora en este tiempo; casas, hermanos,
hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la
vida eterna.” (Marcos 10:29-30)
Y estas palabras de Jesús nos dan
pie para el último punto.
3. Seremos perseguidos por el testimonio
de Jesús.
Los cinco países con mayor
persecución a los cristianos son Corea del
Norte, Somalia, Afganistán, Pakistán y
Sudán. El caso norcoreano es dramático ya
que ocupa el primer lugar de la lista de los
países con mayor persecución a los
cristianos desde hace dieciséis años
consecutivos. No hay libertad de reunión
ni de adoración. Toda devoción dada a
Dios es vista como actividad contraria al
Estado. Los ciudadanos norcoreanos están
obligados a rendirle culto solamente al
42
Líder Kim Jong-Un. Los 300.000 cristianos el argumento astuto y desde la amabilidad
que viven en el país viven la asfixia de sus propia de las serpientes.
conciencias y están condenados al
Lo cierto es que la iglesia que no es
ostracismo o en el peor de los casos a los
perseguida, la iglesia que es políticamente
Campos de Reeducación de esta dictadura
correcta, está a un paso de convertirse en
comunista. Tener una Biblia u orara con
un club dejando de ser iglesia de Cristo. No
otros fuera de los límites de la ley de
cabe duda de que vivimos tiempos muy
regulación de culto es un delito. La iglesia
difíciles. Pero eso no es necesariamente
presbiteriana de Pyongyang, así como
malo. Es un signo muy explícito de la
otras denominaciones, es sólo una
cercanía de la Venida del Señor por su
comunidad títere del gobierno. Los
iglesia. Entonces ánimo. A soportar la
cristianos verdaderos son perseguidos
tentación de acomodarnos a las modas
sistemáticamente, ya son muchos los
pasajeras y a soportar la persecución con la
mártires en ese país asiático.
certeza que otorga la esperanza puesta en
¿Y por qué tocamos este tema? la verdad eterna e inmutable. Dios está con
Porque el carácter progresivo de las siete nosotros, ese es la fuerza que nos anima.
señales de Cristo en el Evangelio de Juan
Pongamos la mirada en nuestra
apuntan a esto. Ya en la tercera señal (la
impotencia, pero también pongamos los
del estanque de Betesda) se ve como los
ojos en la fuerza y el poder de nuestro Dios
fariseos se levantan en contra de Jesús a
que es rico en misericordia
propósito del día de reposo. Pero será en
sobreabundante. Él será nuestro amparo
la sexta y séptima señal cuando esto será
en las horas difíciles, y al final “…cuando
extensivo para sus seguidores. El ciego
haya[mos] resistido la prueba,
sanado de su ceguera será expulsado de la
recibir[emos] la corona de vida, que Dios
sinagoga y Lázaro será objeto de un plan
ha prometido a los que le aman.”
de los judíos de matarle.
(Santiago 1:12].
¿Qué nos quiere decir el evangelista
Hemos llegado al final de esta serie
Juan? Pues que no es posible amar y seguir
de mensajes. Sin lugar a dudas todos
auténticamente a Jesús sin sufrir los golpes
hemos sido muy bendecidos con la
de quienes lo odian. A veces ese odio será
exposición seria de la Santa Palabra de
explicito, con persecuciones, martirios,
Dios. Oremos para que Dios siga orando
leyes injustas, otras veces será sutil, desde

43
en nosotros mediante los medios de su
gracia… Para la gloria de Jesucristo y el
bien de todos los de la familia de la fe.

Desde la próxima semana Dios

estará tratando con nuestros corazones
mediante la predicación de una nueva serie
de mensajes: “El libro de Jonás. La iglesia
que huye de la gracia”.

44