3 monólogos
JUDAS
Siempre dije: nada me jode más que esa gente que tiene pesadillas
recurrentes. Gente que, más o menos tres o cuatro veces a la semana sueña
con la misma pesadilla. O gente que tiene miedo a alguna cosa determinada.
Gente que tiene, digamos, “fijaciones”. La gente que tiene “fijaciones” me
parece una puta mierda. Es gente que quiere llamar la atención. Por ejemplo,
un tipo que no come ensalada. Estas comiendo con el y con más gente, le
pasas la fuente de pescado, se sirve, te dice “gracias”. Le pasas el vino, se
sirve una copa, bebe y se lo pasa de puta madre. Hasta que le pasas la
ensalada. Le pasas la ensalada y dice: “no gracias: yo no como ensalada”.
Entonces empiezan las preguntas de todo el mundo. ¿Por qué? ¿Y desde
cuándo? ¿Es por tus padres? ¿Es que tu padre era un cabronazo que te
obligaba a comer ensalada?...y chorradas por el estilo. Y como la gente con un
tema así, es decir, un tema que NO LES COMPROMETE A NADA, NI
SIQUIERA A PENSAR se pueden tirar varias horas, disfrutan los capullos.
Cada vez que en la mesa sale un tema de charla inútil, la mesa se llena de
alegría. ¿Quieres llevar alegría a la mesa? Lleva un tema de conversación
inútil! Como el de la maldita ensalada. Entonces resulta que toda una cena se
convierte en una discusión acalorada acerca de la manía de un fulano con las
ensaladas. Ya sabes: le preguntan si le ocurre lo mismo con otras cosas; si las
verduras las come hervidas pero nunca crudas; si le molesta el vinagre o si le
echa limón al pollo y no a la ensalada... Y una noche de verano, por ejemplo,
con la luna, la brisa...se jode por completo, se pone a reventar de estupideces.
Esa clase de hijos de puta como el tipo de la ensalada se propone reventar una
noche de verano solo por llamar la atención. Es gente que se sienta a la mesa
con la única finalidad de llamar la atención , hostias. Como no han hecho nada
importante en su vida, se sientan a la mesa y dicen: “no gracias: yo no como
ensalada”. Cuando todo el mundo come ensalada. Y si alguien no come
ensalada, se lo calla, hostias. Se lo calla y come, hostias. O no come; se la
sirve, no la come y se lo calla, hostias. Luego el tipo se va a la cama tranquilo
porque esa noche al menos diez personas se dedicaron durante una hora a
hablar de él y de su puta manía con la ensalada. Sostuve toda la vida que
nadie tenía razón de ninguna clase que justifique una fijación: si has sido
víctima de abusos sexuales en tu infancia, no tienes por qué odiar el sexo,
hostias. Si te pegaron con una correa toda tu infancia, no me vengas con que le
tienes miedo a los cinturones, hostias. Si te obligaron a estudiar piano, no me
cuentes que odias la música, hostias. Si te mordió un perro, no me digas que
es “por eso” que no te gustan los perros. Esa era mi teoría, hasta ahora, que
me he dado cuenta que yo también tengo una maldita fijación y no lo puedo
seguir negando, joder. Me ves y dices: el tipo este esta sano, hostias. ¿Qué
fijación va a tener? La fijación es un puto capricho y una suerte de debilidad.
Debilidad de espíritu y mental. Yo me miro en el espejo cada mañana y no me
veo mal, hostias. No soy un débil mental. No soy un débil mental. Y sin
embargo ...veo a Judas por todas partes. (VÍDEO) Salgo de casa y pienso:
“Hoy es un nuevo día; verás como te la van a meter doblada al menos treinta
personas”. Y salgo de casa acojonado, hostias. Así no se puede salir a la calle,
hostias. Me cruzo con un vecino y pienso: me la va a meter doblada. Me monto
en un taxi y pienso: me ha tocado el taxista que me la va a meter doblada.
Hago la compra y pienso: hay seis cajeras, ya verás como me toca la que me
la va a meter doblada! Voy a la playa y pienso, el puto bañero, el puto bañero
es capaz de rescatar a un perro ahogándose pero si a mi me pasa algo, ese
bañero me la va a meter doblada! Si quedo con una chavala sé perfectamente
que me la va a meter doblada! Y para no quedar con ninguna tía, me voy de
putas, sé perfectamente que me va a tocar la cabrona que me la va a meter
doblada! Y si llevo el coche al mecánico, ¿qué mecánico me va a tocar a mi?
¿Cuál de todos? El mecánico dispuesto a metérmela doblada. Imagino a todo
el mundo preguntándome: ¿Seré yo, Señor? ¿Seré yo, Señor? ¿Seré yo,
Señor? ¿Seré yo, Señor?
EL GALLO CLAUDIO
RONALD