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TRIBUTO SOBRE SUCESIONES Y DONACIONES

La sucesión es la transmisión de los derechos, bienes y obligaciones que recibe una persona
por herencia, cambiando de titularidad de una relación jurídica de carácter patrimonial, es decir, al
momento de la muerte son gravada por el impuesto establecido en la Ley de Sucesiones,
Donaciones y Ramos Conexos; los bienes cambian de titularidad por los actos jurídicos entre
vivos, como es el caso de las donaciones o por causa de muerte, sucesión, salvo aquellos
derechos estrictamente personales o de familia, como por ejemplo, el uso, el usufructo, la
obligación alimentaria, el mandato, la renta vitalicia, etc., los cuales se extinguen con la muerte del
titular de los mismos. En consecuencia, no todos los derechos de una persona son susceptibles de
transmisión por causa de su muerte. Representa el gravamen patrimonial, pues recae sobre el
patrimonio al cambiar de dueño, lo cual tiene lugar, cuando ocurre la muerte de la persona y se
abre la sucesión.
En Venezuela, durante el tiempo de la colonia, no se conoció el impuesto sobre sucesiones;
sólo hacia suyo el Estado los bienes que no tenían dueño, lo mismo sucede actualmente con las
herencias vacantes. Aparece dicho impuesto por primera vez en virtud a la Ley sobre la Libertad de
las Partes, Manumisión y Abolición del Tráfico de Esclavos que dicto el Congreso de Cúcuta en el
año 1821, fue destinada a proscribir la esclavitud, modificada en el año 1830, cuando Venezuela
se separó de la Gran Colombia, limitándose entonces el impuesto a las herencias transmitidas a
colaterales y extraños. Fue solo en el año 1874, bajo la Presidencia del General

Antonio Leocadio Guzmán, que apareció de nuevo la contribución limitada al Estado Carabobo,
con la finalidad de atender a los gastos del sostenimiento en Valencia del Colegio Carabobo, para
ese momento histórico el impuesto era causado únicamente las herencias diferidas a colaterales y
extraños. Posteriormente, ese mismo impuesto se recaudó en todo el país con el fin de destinar su
producto a la instrucción pública, y desde el año 1914, año en que dejó de tener ese impuesto su
carácter finalista, su producto pasó a formar parte de la Renta Nacional administrada por el
Ministerio de Hacienda.
Para el año 1923, se dictó la Ley sobre Varios Ramos de la Renta Nacional, según la cual, el
cónyuge se equipara a los ascendientes y descendientes legítimos y herencias o legados que le
correspondía no causaba impuesto. En el año 1936, apareció de nuevo en el país el impuesto
aplicable a toda clase de sucesiones, el cual con modificaciones de tarifas y técnicas jurídicas, se
aplica en la actualidad en virtud de la Ley de Impuesto sobre Sucesiones y Otros Ramos Conexos
de la Renta Nacional correspondiente al año 1936 y con una reforma parcial en el año 1941, y por
el Decreto Nº 581 del 1961.
En ese orden de ideas, el 26 de diciembre de 1966, se promulga la Ley de Impuesto sobre
Sucesiones, Donaciones y demás Ramos Conexos, publicada en Gaceta Oficial Extraordinaria Nº
1007 en enero de 1967. Con la promulgación del Código Orgánico Tributario del año 1982 y
puesto en vigencia en el año 1983, se consagra la autodeterminación y autoliquidación de los
impuestos, sumado al hecho que, con la entrada en vigor de la Ley de Sucesiones, Donaciones y
demás Ramos Conexos de 1982, se adoptó la presentar la declaración de impuestos bajo
formularios autorizados por la Administración Tributaria, conocidos como S32 para la
Autoliquidación del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. El organismo
tributario SENIAT tramitará y la declaración sucesoral de manera electrónica , de acuerdo con la
Providencia Administrativa Nº SNAT/2013/0050, según Gaceta Oficial Nº 40216, en vigencia a
partir del 29 de julio del 2013, los beneficiarios de herencias y legados, están obligados a declarar
electrónicamente sus declaraciones de Impuestos sobre Sucesiones.
La más reciente reforma al Ley de Impuesto sobre Sucesiones, Donaciones y demás Ramos
Conexos, tuvo lugar en ocasión de los postulados fundamentales de la Ley Orgánica qué autoriza
al Presidente de la República para dictar Medidas Extraordinarias en materia Económica y
Financiera requeridas por interés público, con el objeto de trazar una reforma a fin de armonizarla
con las disposiciones del Código Orgánico Tributario, en lo referido a la conversión a Unidades
Tributarias (UT) en los montos establecidos en el Código. En fecha 05 de octubre del 1999, se
dictó el Decreto con Rango y Fuerza de Ley Nº 360, mediante el cual se reforma parcialmente la
Ley de Sucesiones, Donaciones y demás Ramos Conexos. Cabe destacar que el Reglamento de
ésta Ley no existe, ya que el único vigente, aun en forma parcial, es el Reglamento de la Ley de
Impuesto sobre Sucesiones y Otros Ramos de la Renta Nacional del 30 de diciembre de 1939, no
se han conocido proyectos que conlleven un estudio serio del tema no se conocen en la actualidad
proyecto del Ejecutivo Nacional.
En relación a los deberes formales en materia sucesoral, que según la Ley de Impuesto
sobre Sucesiones, Donaciones y demás

Ramos Conexos, los designa como una obligación por parte de los sujetos llamados a suceder,
comprendidos estos dentro de una vasta gama de trámites de tipo administrativo, que van desde la
solicitud o requerimiento del acta de defunción del causante, presentación de documentos
probatorios, filiación y propiedad, hasta la presentación y cancelación del tributo sucesoral, los
cuales a su vez implican una serie de gestiones adicionales para su cabal obtención tal como la
expedición del Registro de Información fiscal R.I.F, de la Sucesión ante el SENIAT, entre otros.
Sin embargo, en la práctica los trámites antes mencionados, establecidos además como
obligación de la norma en comento, se ven afectados por la burocracia que reina o caracteriza a la
Administración Pública venezolana, tomando en cuenta que éstos no se rigen realmente por el
principio de la Celeridad establecido en el artículo 141 la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, todo lo cual hace poco posible el cumplimiento de los mismos por parte de los
herederos, en un plazo perentorio de 180 días hábiles, causando retardos, los cuales a su vez se
convierten a su vez en incumplimiento de deberes formales establecidos en el Código Orgánico
Tributario Vigente.

Desde el punto de vista estrictamente jurídico, existen serias dudas sobre la


constitucionalidad de la actual estructura del tributo, pues vulnera los principios de igualdad,
generalidad, seguridad jurídica, capacidad económica y no confiscatoriedad.

Antes de referirnos al actual Impuesto sobre Sucesiones, Donaciones y Ramos Conexos,


es importante señalar que existe una propuesta de Ley denominada Ley de Impuesto sobre
Bienes y Derechos Patrimoniales, la cual de aprobarse, la dejará sin efecto y pasará a regular los
tributos relativos a las cesiones gratuitas de derechos por causa de muerte o por actos entre vivos.

Para la Ley de Donaciones, Sucesiones y Ramos Conexos, como se comentó antes, el


hecho imponible lo constituye el traslado gratuito de bienes muebles o inmuebles, derechos o
acciones situados en el país, incluyendo las acciones, obligaciones y títulos valores emitidos en el
exterior por sociedades constituidas o domiciliadas en el país, así como los emitidos fuera de
Venezuela por sociedades extranjeras cuando sean poseídos por personas domiciliadas en el país,
los derechos o acciones que recaigan sobre bienes ubicados en Venezuela y los derechos
personales o de obligación cuya fuente jurídica se hubiere realizado en Venezuela.

Los sujetos pasivos son los herederos, legatarios y donatarios. Específicamente en materia
de donaciones, tanto el donante como el donatario son responsables del impuesto que grave la
donación.
Esta ley de por sí ya tiene sus críticas y es así como diversos expertos en tributación lo
califican de “impuesto ineficiente”, dejando entrever la ineficiencia y la baja percepción del
impuesto por este concepto, además de requerir de un personal técnico y de importantes recursos
para su administración.

En términos generales, el legislador consideró justo cobrar un tributo a quien tiene acceso
a una riqueza sin haber hecho ningún esfuerzo para obtenerla. Sin embargo, el Artículo 75 de la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), establece que: “El Estado


protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental
para el desarrollo integral de las personas (…)” (p.28). De allí se deriva entonces, una
contradicción con la Ley, pues se grava a una familia por los bienes heredados sin considerar los
esfuerzos realizados por ella para obtenerlos. Sin embargo, el Proyecto de Ley de Impuesto sobre
Bienes y Derechos Patrimoniales, aún en discusión, es considerado mucho más castigador y
oneroso.

Otro planteamiento que se ofrece respecto a este impuesto y que igualmente guarda relación
con su aplicación dentro del ámbito familiar tiene que ver con su inconstitucionalidad a la luz de
cuatro argumentos de ese rango, como son: 1) La falta de capacidad económica de los herederos
para pagarlo; 2) La regresividad y desigualdad del impuesto; 3) La ineficiencia del impuesto, y 4)
La violación a la garantía constitucional de la protección que debe brindar el Estado a la familia
como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral
de las personas.

Cabe destacar que la tendencia en otras legislaciones respecto de este impuesto, es a su


supresión de manera progresiva y a la exoneración de pago a los herederos más directos,
poniendo de relieve las desigualdades territoriales y la razón de ser de un tributo, de escasa
recaudación, cuyo peso recae en las clases medias.

Por otra parte, son varios los países de la Unión Europea los que están considerando la
posibilidad de reformar o eliminar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones por diversas
razones, entre otras: 1) La evasión fiscal por parte de los más ricos; 2) El escaso rendimiento que
el impuesto genera, y 3) El impacto negativo del impuesto sobre el ahorro. En este sentido, se
observa que la doctrina universal tiende a eliminar o reducir los impuestos a las sucesiones
hereditarias, particularmente cuando se trate de patrimonios familiares que se transmiten entre
cónyuges, o de padres a hijos.

Lo cierto es que este impuesto, el cual se remonta a la antigua Roma, tuvo una razón de ser
netamente recaudatoria, pero en la actualidad pierde todo sentido, ya que en el mundo moderno,
paradójicamente, “quienes más tienen”, menos “dejan”, en razón de la previsión y posibilidades
que tiene este estrato socioeconómico para planificar la elusión del tributo a través de mecanismos
legales. En este sentido, hay economistas que sostienen que, el impuesto sobre sucesiones es
discriminatorio y altamente regresivo porque hay ciudadanos que lo pagan y otros que no, y
normalmente quienes más tienen son los que menos pagan.

Por otra parte, no pareciera justo cobrarle impuestos a un cónyuge o a un hijo, sobre bienes
que por derecho natural les pertenecen y que normalmente son producto del ahorro de la
comunidad conyugal , a lo cual se añade la penosa exigencia a las familias de efectuar un
desembolso que en muchos casos no pueden afrontar por falta de liquidez, sobre todo cuando se
establece una alícuota impositiva elevada, con respecto al patrimonio hereditario, lo cual atenta
contra la capacidad contributiva de los ciudadanos, haciendo que el impuesto sea confiscatorio,
habiendo casos en los que

los herederos pudieran verse en la necesidad de vender una propiedad familiar para hacer frente al
pago del impuesto.
Adicionalmente la obsolescencia del tributo, hace que su rendimiento sea escaso, ya que el
costo de su recaudación no justifica el producto de lo recaudado, cuya cuantía se ve mermada, por
la planificación fiscal de quienes poseen los grandes patrimonios, lo cual añade el otro viso de
inconstitucionalidad: la ineficiencia del tributo.

La inconstitucionalidad del Impuesto sobre Sucesiones se sustenta en los argumentos


expuestos, que destacan su carácter injusto, anacrónico e inconstitucional, particularmente en el
caso de la transmisión mortis causa con primer grado de parentesco, así como entre cónyuges.

ACTUACIONES ESPECIALES SOBRE EVENTOS EN LOS TRIBUTOS NACIONALES.

¿Qué se entiende por infracción tributaria?

En el artículo 69 del código orgánico tributario, es infracción tributaria, toda acción u


omisión que importe la violación de normas tributarias, siempre que se encuentre tipificada
como tal en el presente Título o en otras leyes o decretos legislativos.

¿Qué se entiende por evasión fiscal o tributaria?

Evasión fiscal: acción u omisión dolosa, violatoria de las disposiciones tributarias,


destinadas a reducir total o parcialmente la carga tributaria en provecho propio o de
terceros.

Evasión fiscal o tributaria es ampliamente utilizada en nuestra lengua y en el ámbito


tributario dado que designa a aquella acción ilegal, maniobra, a través de la cual un
contribuyente esconde sus ingresos o determinados bienes, de los ojos de los agentes
recaudadores de tributos, con la misión de pagar menos impuestos. Porque claro, tal como
dispone cualquier política tributaria: a mayores ingresos y disposición de bienes materiales
cuantiosos mayor será la carga tributaria que deberá pagar ese contribuyente por ellos.

Característica de evasión fiscal:

 Se presenta por evadir el pago al cual está obligado el contribuyente y cuando existe
disminución en el monto exigido.
 La norma transgredida tiene su ámbito de aplicación en una determinada nación, es
decir, debe referirse a un determinado país.
 Se produce para aquellos que están jurídicamente obligados a pagar un determinado
tributo.
 Es comprensiva de toda la conducta contraria a derecho, que tengan como resultado
la eliminación o disminución de la carga tributaria con exclusión de que la conducta
sea fraudulenta o por omisión.
 Conducta antijurídica, ya que toda evasión tributaria es violatoria de las
disposiciones legales.
¿Qué se entiende por elusión fiscal o tributaria?

Elusión tributaria: acción que permite reducir la base imponible mediante


operaciones que no se encuentran expresamente prohibidas por disposiciones legales o
administrativas. Medio que utiliza el deudor tributario para reducir la carga tributaria, sin
transgredir la ley ni desnaturalizarla.
Para Díaz González (2004) la elusión fiscal o tributaria en la conducta consiste en no
ubicarse dentro del supuesto normativo, denominado hecho generador, que fija la ley
tributaria respectiva, o sea, la persona evita ser considerada contribuyente de cierto
impuesto, sin incurrir en prácticas ilegales.

Diferencia entre la evasión fiscal y la elusión fiscal o tributaria

La elusión tributaria es una figura consistente en no pagar determinados impuestos que se


han establecido, amparándose en aberturas legales, no previstos por el legislador al
momento de redactar la ley, bien sea por una redacción deficiente de la misma, o bien
porque dicha ley produce efectos no previstos al entrar en juego con el resto de las normas
tributarias.

Se diferencia de la evasión tributaria al no ser técnicamente un delito de infracción jurídica,


ya que el uso de falsedades y tecnicismo legales le confieren completa legitimidad, para
efectos jurídicos. No obstante, la distinción entre ambas es meramente conceptual, porque
ciertas situaciones jurídicas son bastantes confusas, en particular debido a que el
aprovechamiento de salidas legales no se hace generalmente de manera completamente
inocente, y además, porque muchas conductas destinadas a "rebajar" impuestos pueden
ser consideradas delictivas dependiendo de un detalle tan técnico.

La elusión tributaria es una consecuencia del principio de legalidad del tributo, ya que como
el impuesto debe venir establecido por la ley, entonces no puede cobrarse un impuesto si la
ley no lo ha establecido, lo que abre el límite para aprovechar los puntos débiles que la ley
ha dejado. No siempre es clara la distinción entre una y otra clasificación dada la
complejidad de las normas tributarias.

Conviene señalar que la elusión fiscal no debe confundirse con la evasión de impuestos (o
evasión fiscal), que sí es un delito. Si bien, en teoría son actuaciones muy diferentes, en la
práctica la línea que separa a la una de la otra a menudo no está tan claramente definida y
no es extraño que evasión y elusión fiscal se acaben entremezclando.

A pesar de sus diferencias, la evasión y la elusión tienen los mismos efectos económicos,
debido a lo siguiente: Disminuyen los ingresos fiscales.Distorsionan la asignación de
recursos.Violan los principios de equidad horizontal y vertical.Desplazan la carga tributaria
hacia los que declaran correctamente.Afectan los costos de fiscalización.Reducen la
disposición de los contribuyentes a declarar correctamente.

Una de las mayores fallas de nuestro sistema fiscal vigente, es que otorga un amplio
margen de evasión tributaria. Observándose que este margen es margen es marcadamente
diferente en diversos sectores de la vida económica de nuestro país.

En términos generales, a nadie le gusta pagar impuestos. En las sociedades se observa que
el hombre busca todos los medios posibles para obtener beneficios individuales con el
propósito de buscar la evasión tributaria, pero se hace necesario enfatizar la necesidad de
crear una conciencia tributaria en la población.

Los beneficios y efectos de la elusión son los mismos de la evasión, sin embargo, sus
costos son muy diferentes. Los costos de la evasión son las sanciones aplicadas si es
detectada, más los costos en que incurre el contribuyente para esconder la realidad y
presentar una declaración consistente al fisco. Los costos de la elusión son únicamente los
costos en que incurre el contribuyente para encontrar los vacíos o espacios que deja la ley,
que en general es compleja por su alto contenido de tecnicismo.

"La elusión Fiscal es un caso especial con características propias, dentro de la figura
general de defraudación fiscal, debiendo entenderse ésta, como el uso de formas jurídicas
inadecuadas o impropias en la práctica comercial" BonzonRafart, Juan Carlos
Sanciones que impone el Código Orgánico Tributario por la Evasión Fiscal o Tributaria.

La Evasión Fiscal o Tributaria: Son todos aquellos actos u omisiones, que tipificados en el
código Orgánico tributario, constituyen una infracción de las normas tributarias y originan
la aplicación de una sanción por parte de los organismos competentes (la Administración
Tributaria y los órganos judiciales)

Tipos de Ilícitos tributarios está tipificado en el artículo 81 del COT señala lo siguiente:

“Constituye ilícito tributario, toda acción u omisión violatoria de las normas tributarias.Los
ilícitos tributarios se clasifican:1. Formales. 2.Materiales.3.Penales.

Las leyes especiales tributarias podrán establecer ilícitos y sanciones adicionales a los
establecidos en este código.

Las sanciones de los 1. Inscribirse en los registros exigidos por las normas tributarias
respectivas. 2. Emitir, entregar o exigir comprobantes. 3. Llevar libros o registros contables
o especiales. 4. Presentar declaraciones y comunicaciones. 5. Permitir el control de la
administración tributaria. 6. Informar y comparecer ante la Administración Tributaria. 7.
Acatar las órdenes de la Administración Tributaria, dictadas en uso de sus facultades 8.
Obtener la respectiva autorización de la Administración Tributaria para ejercer la industria,
el comercio y la importación de especies gravadas, cuando así lo establezcan las normas
que regulen la materia. 9. Cualquier otro deber contenido en las normas de carácter
tributario

El Artículo 100: Constituyen ilícitos formales relacionados con el deber de inscribirse ante la
Administración Tributaria: 1. No inscribirse en los registros de la Administración Tributaria,
estando obligado a ello.2. Inscribirse en los registros de la Administración Tributaria, fuera
del plazo establecido en las leyes, reglamentos, resoluciones y providencias. 3.
Proporcionar o comunicar la información relativa a los antecedentes o datos para la
inscripción o actualización en los registros, en forma parcial, insuficiente o errónea. 4. No
proporcionar o comunicar a la Administración Tributaria informaciones relativas a los
antecedentes o datos para la inscripción, cambio de domicilio o actualización en los
registros, dentro de los plazos establecidos en las normas tributarias respectivas. Quien
incurra en cualesquiera de los ilícitos descritos en los numerales 1 y 4 será sancionado con
multa de cincuenta unidades tributarias (50 U.T.), la cual se incrementará en cincuenta
unidades tributarias (50 U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de doscientas
unidades tributarias (200 U.T.). Quien incurra en cualesquiera de los ilícitos descritos en los
numerales 2 y 3 será sancionado con multa de veinticinco unidades tributarias (25 U.T.), la
cual se incrementará en veinticinco unidades tributarias (25 U.T.) por cada nueva infracción
hasta un máximo de cien unidades tributarias (100 U.T.).

Es por ello que el Artículo 101 establece que: Constituyen ilícitos formales
relacionados con la obligación de emitir y exigir comprobantes: 1. No emitir facturas u otros
documentos obligatorios. 2. No entregar las facturas y otros documentos cuya entrega sea
obligatoria. 3. Emitir facturas u otros documentos obligatorios con prescindencia total o
parcial de los requisitos y características exigidos por las normas tributarias. 4. Emitir
facturas u otros documentos obligatorios a través de máquinas fiscales, sistemas de
facturación electrónica u otros medios tecnológicos, que no reúnan los requisitos exigidos
por las normas tributarias. 5. No exigir a los vendedores o prestadores de servicios las
facturas, recibos o comprobantes de las operaciones realizadas, cuando exista la obligación
de emitirlos. 6. Emitir o aceptar documentos o facturas cuyo monto no coincida con el
correspondiente a la operación real. Quien incurra en el ilícito descrito en el numeral 1 será
sancionado con multa de una unidad tributaria (1 U.T.) por cada factura, comprobante o
documento dejado de emitir hasta un máximo de doscientas unidades tributarias (200 U.T.)
por cada período o ejercicio fiscal, si fuere el caso. Cuando se trate de impuestos al
consumo y el monto total de las facturas, comprobantes o documentos dejados de emitir
exceda de doscientas unidades tributarias (200 U.T.) en un mismo período, el infractor será
sancionado además con clausura de uno (1) hasta cinco (5) días continuos de la oficina,
local o establecimiento en que se hubiera cometido el ilícito. Si la comisión del ilícito no
supera la cantidad señalada, sólo se aplicará la sanción pecuniaria. Si la empresa tiene
varias sucursales, la clausura sólo se aplicará en el lugar de la comisión del ilícito. Quien
incurra en los ilícitos descritos en los numerales 2, 3 y 4 será sancionado con multa de una
unidad tributaria (1 U.T.) por cada factura, comprobante o documento emitido hasta un
máximo de ciento cincuenta unidades tributarias (150 U.T.) por cada período, si fuere el
caso. Quien incurra en el ilícito descrito en el numeral 5 será sancionado con multa de una a
cinco unidades tributarias. (1 U.T. a 5 U.T.) Quien incurra en el ilícito descrito en el numeral 6
será sancionado con multa de cinco a cincuenta unidades tributarias. (5 U.T. a 50 U.T.).

En tal sentido el Artículo 102 nos establece que: Constituyen ilícitos formales
relacionados con la obligación de llevar libros y registros especiales y contables: 1. No
llevar los libros y registros contables y especiales exigidos por las normas respectivas. 2.
Llevar los libros y registros contables y especiales sin cumplir con las formalidades y
condiciones establecidas por las normas correspondientes, o llevarlos con atraso superior a
un (1) mes. 3. No llevar en castellano o en moneda nacional los libros de contabilidad y
otros registros contables, excepto para los contribuyentes autorizados por la
Administración Tributaria a llevar contabilidad en moneda extranjera. 4. No conservar
durante el plazo establecido por las leyes y reglamentos los libros, registros, copias de
comprobantes de pago u otros documentos; así como, los sistemas o programas
computarizados de contabilidad, los soportes magnéticos o los micros archivos. Quien
incurra en el ilícito descrito en el numeral 1 será sancionado con multa de cincuenta
unidades tributarias (50 U.T.), la cual se incrementará en cincuenta unidades tributarias (50
U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de doscientas cincuenta unidades
tributarias (250 U.T.). Quien incurra en cualesquiera de los ilícitos descritos en los
numerales 2, 3 y 4 será sancionado con multa de veinticinco unidades tributarias (25 U.T.), la
cual se incrementará en veinticinco unidades tributarias (25 U.T.) por cada nueva infracción
hasta un máximo de cien unidades tributarias (100 U.T.). En caso de impuestos indirectos, la
comisión de los ilícitos tipificados en cualesquiera de los numerales de este artículo,
acarreará, además de la sanción pecuniaria, la clausura de la oficina, local o
establecimiento, por un plazo máximo de tres (3) días continuos. Si se trata de una empresa
con una o más sucursales, la sanción abarcará la clausura de las mismas, salvo que la
empresa lleve libros especiales por cada sucursal de acuerdo a las normas respectivas,
caso en el cual sólo se aplicará la sanción a la sucursal o establecimiento en donde se
constate la comisión del ilícito.

Así mismo el Artículo 103 nos dice que: Constituyen ilícitos formales relacionados
con la obligación de presentar declaraciones y comunicaciones: 1. No presentar las
declaraciones que contengan la determinación de los tributos, exigidas por las normas
respectivas. 2. No presentar otras declaraciones o comunicaciones. 3. Presentar las
declaraciones que contengan la determinación de los tributos en forma incompleta o fuera
de plazo. 4. Presentar otras declaraciones o comunicaciones en forma incompleta o fuera de
plazo. 5. Presentar más de una declaración sustitutiva, o la primera declaración sustitutiva
con posterioridad al plazo establecido en la norma respectiva. 6. Presentar las declaraciones
en formularios, medios, formatos o lugares, no autorizados por la Administración Tributaria.
7. No presentar o presentar con retardo la declaración informativa de las inversiones en
jurisdicciones de baja imposición fiscal. Quien incurra en cualesquiera de los ilícitos
descritos en los numerales 1 y 2 será sancionado con multa de diez unidades tributarias (10
U.T.), la cual se incrementará en diez unidades tributarias (10 U.T.) por cada nueva
infracción hasta un máximo de cincuenta unidades tributarias (50 U.T.).
Quien incurra en cualesquiera de los ilícitos descritos en los numerales 3, 4, 5 y 6
será sancionado con multa de cinco unidades tributarias (5 U.T.), la cual se incrementará en
cinco unidades tributarias (5 U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de veinticinco
unidades tributarias (25 U.T.). Quien no presente la declaración prevista en el numeral 7 será
sancionado con multa de mil a dos mil unidades tributarias (1000 U.T. a 2000 U.T.). Quien la
presente con retardo será sancionado con multa de doscientas cincuenta a setecientas
cincuenta unidades tributarias (250 U.T. a 750 U.T.).

Estable así el Artículo 104 que: Constituyen ilícitos formales relacionados con la obligación
de permitir el control de la Administración Tributaria: 1. No exhibir los libros, registros u
otros documentos que ésta solicite. 2. Producir, circular o comercializar productos o
mercancías gravadas sin el signo de control visible exigido por las normas tributarias o sin
las facturas o comprobantes de pago que acrediten su adquisición. 3. No mantener en
condiciones de operación los soportes portadores de micro formas grabadas y los soportes
magnéticos utilizados en las aplicaciones que incluyen datos vinculados con la materia
imponible, cuando se efectúen registros mediante micro archivos o sistemas
computarizados. 4. No exhibir, ocultar o destruir carteles, señales y demás medios
utilizados, exigidos o distribuidos por la Administración Tributaria. 5. No facilitar a la
Administración Tributaria los equipos técnicos de recuperación visual, pantalla, visores y
artefactos similares, para la revisión de orden tributario de la documentación micrograbada
que se realice en el local del contribuyente. 6. Imprimir facturas y otros documentos sin la
autorización otorgada por la Administración Tributaria, cuando lo exijan las normas
respectivas. 7. Imprimir facturas y otros documentos en virtud de la autorización otorgada
por la Administración Tributaria, incumpliendo con los deberes previstos en las normas
respectivas. 8. Fabricar, importar y prestar servicios de mantenimiento a las máquinas
fiscales en virtud de la autorización otorgada por la Administración Tributaria, incumpliendo
con los deberes previstos en las normas respectivas. 9. Impedir por sí o por interpuestas
personas el acceso a los locales, oficinas o lugares donde deban iniciarse o desarrollarse
las facultades de fiscalización. 10. La no utilización de la metodología establecida en materia
de precios de transferencia.

Quienes incurran en cualesquiera de los ilícitos descritos en los numerales 1 al 8


será sancionado con multa de diez unidades tributarias (10 U.T.), la cual se incrementará en
diez unidades tributarias (10 U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de cincuenta
unidades tributarias (50 U.T.). Además quienes incurran en los ilícitos descritos en los
numerales 5, 6, 7 y 8, le será revocada la respectiva autorización. Quien incurra en el ilícito
previsto en el numeral 9 será sancionado con multa de ciento cincuenta a quinientas
unidades tributarias (150 U.T. a 500 U.T.), sin perjuicio de lo previsto en el numeral 13 del
artículo 127 de este Código. Quien incurra en el ilícito previsto en el numeral 10 será
sancionado con multa de trescientas a quinientas unidades tributarias (300 U.T. a 500 U.T.).

Es por ello que el Artículo 105 nos dice que: Constituyen ilícitos formales
relacionados con la obligación de informar y comparecer ante la Administración
Tributaria:1. No proporcionar información que sea requerida por la Administración Tributaria
sobre sus actividades o las de terceros con los que guarde relación, dentro de los plazos
establecidos. 2. No notificar a la Administración Tributaria las compensaciones y cesiones
en los términos establecidos en este Código 3. Proporcionar a la Administración Tributaria
información falsa o errónea. 4. No comparecer ante la Administración Tributaria cuando ésta
lo solicite. Quien incurra en los ilícitos previstos en los numerales 1 y 2 será sancionado con
multa de diez unidades tributarias (10 U.T.), la cual se incrementará en diez unidades
tributarias (10 U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de doscientas unidades
tributarias (200 U.T.). Quien incurra en los ilícitos previstos en los numerales 3 y 4 será
sancionado con multa de diez unidades tributarias (10 U.T.), la cual se incrementará en diez
unidades tributarias (10 U.T.) por cada nueva infracción hasta un máximo de cincuenta
unidades tributarias (50 U.T.). Parágrafo Único: Serán sancionados con multa de doscientas
a quinientas unidades tributarias (200 U.T. a 500 U.T.) los funcionarios de la Administración
Tributaria que revelen información de carácter reservado o hagan uso indebido de la misma.
Asimismo, serán sancionados con multas de quinientas a dos mil unidades tributarias (500
U.T. a 2000 U.T.), los funcionarios de la Administración Tributaria, los contribuyentes o
responsables, las autoridades judiciales y cualquier otra persona que directa o
indirectamente revelen, divulguen o hagan uso personal o indebido de la información
proporcionada por terceros independientes que afecten o puedan afectar su posición
competitiva en materia de precios de transferencia, sin perjuicio de la responsabilidad
disciplinaria, administrativa, civil o penal en que incurran.

Sanciones de la Elusión

La elusión fiscal o elusión tributaria

Es la acción que permite reducir la base imponible mediante operaciones que no se


encuentran expresamente prohibidas por disposiciones legales o administrativas. Medio
que utiliza el deudor tributario para reducir la carga tributaria, sin transgredir la ley ni
desnaturalizarla.

Es una figura consistente en no pagar determinados impuestos que aparentemente


debería abonar, amparándose en subterfugio o resquicios legales, no previstos por el
legislador al momento de redactar la ley. Esta situación puede como consecuencia de
deficiencias en la redacción de la ley o bien porque sus autores no han previsto efectos no
deseados al entrar en juego con el resto de las normas tributarias.
La elusión fiscal puede ser practicada por cualquier persona, que cuente con un
asesoramiento legal y tributario adecuado.

Cabe destacar que la elusión fiscal no es un delito, pero es fácil comprender que no
es vista con agrado por las autoridades tributarias. Al fin y al cabo por culpa de ella éstas
pueden llegar a perder una parte importante de su recaudación. Por ello no es de extrañar
que traten de combatir con todos los medios a su alcance.

Mecanismos de elusión tributaria

Algunas posibles técnicas de elusión tributaria son las siguientes:Darle a una situación
jurídica determinada el estatus de otra, aprovechando alguna clase de conceptualización
defectuosa, para aplicarle una ley tributaria más benigna.Ampararse en una exención
tributaria que por defectuosa técnica legislativa, no había sido prevista para el caso
particular en cuestión. Incluir bienes en categorías cuya enumeración no está contemplada
por la ley tributaria, y por tanto su inclusión dentro del hecho tributario es dudosa, para
eximirlos de impuestos.

Que se entiende por Defraudación:

Es el que mediante simulación, ocultación, engaño o cualquier otra maniobra fraudulenta,


produzca una disminución del tributo a pagar. (Artículo 119 del Código Orgánico Tributario).

Sanciones de la Defraudación tributaria.

Será penada con prisión de seis (6) meses a siete (7) años quienes incurran en
defraudación tributaria. Esta sanción será aumentada de la mitad a dos terceras partes,
cuando la defraudación se ejecute mediante la ocultación de inversiones realizadas o
mantenidas en jurisdicciones de baja imposición fiscal. Cuando la defraudación se ejecute
mediante la obtención indebida de devoluciones o reintegros por una cantidad superior a
cien unidades tributarias (100 U.T), será penada con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años.
Parágrafo Único: A los efectos de determinar la cuantía señalada en este artículo, se
atenderá a lo defraudado en cada liquidación o devolución, cuando el tributo se liquide por
año. Si se trata de tributos que se liquidan por períodos inferiores a un año o tributos
instantáneos, se atenderá al importe defraudado en las liquidaciones o devoluciones
comprendidas en un año.

Cuales según el Código Orgánico Tributario se considera indicio de defraudación.

Esta contemplado en el artículo 117 el cual establece: Se considerarán indicios de


defraudación, entre otros: 1. Declarar cifras o datos falsos u omitir deliberadamente
circunstancias que influyan en la determinación de la obligación tributaria. 2. No emitir
facturas u otros documentos obligatorios. 3. Emitir o aceptar facturas o documentos cuyo
monto no coincida con el correspondiente a la operación real. 4. Ocultar mercancías o
efectos gravados o productores de rentas. 5. Utilizar dos o más números de inscripción o
presentar certificado de inscripción o identificación del contribuyente falso o adulterado en
cualquier actuación que se realice ante la Administración Tributaria o en los casos en que
se exija hacerlo. 6. Llevar dos o más juegos de libros para una misma contabilidad, con
distintos asientos. 7. Contradicción evidente entre las constancias de los libros o
documentos y los datos consignados en las declaraciones tributarias. 8. No llevar o exhibir
libros, documentos o antecedentes contables, en los casos en que los exija la Ley. 9.
Aportar informaciones falsas sobre las actividades o negocios. 10. Omitir dolosamente la
declaración de hechos previstos en la ley como imponible o no se proporcione la
documentación correspondiente. 11. Producir, falsificar, expender, utilizar o poseer
especies gravadas cuando no se hubiere cumplido con los registros o inscripción que las
leyes especiales establecen. 12. Ejercer clandestinamente la industria del alcohol o de las
especies alcohólicas. 13. Emplear mercancías, productos o bienes objeto de beneficios
fiscales, para fines distintos de los que correspondan. 14. Elaborar o comercializar
clandestinamente con especies gravadas, considerándose comprendidas en esta norma la
evasión o burla de los controles fiscales, la utilización indebida de sellos, timbres, precintos
y demás medios de control, o su destrucción o adulteración; la alteración de las
características de las especies, su ocultación, cambio de destino o falsa indicación de
procedencia. 15. Omitir la presentación de la declaración informativa de las inversiones
realizadas o mantenidas en jurisdicciones de baja imposición fiscal.

¿Qué se entiende por sanciones tributaria?

La Sanción Tributaria es la pena que lleva aparejada la existencia de una infracción. Es la


reacción del ordenamiento jurídico ante un ilícito tributario, con una finalidad punitiva y
ejemplarizante, es decir, considerando la sanción como una pena o castigo al infractor.

Tipo de sanciones

 PRISIÓN: Cárcel u otro establecimiento penitenciario donde se encuentran los


privados de libertad, ya sea como detenidos, procesados o condenados. Pena
privativa de libertad más grave y larga que la de arresto e inferior y más benigna que
la de reclusión (Cabanellas de Torres).
El Código Orgánico Tributario nos dice que las personas jurídicas responden por los ilícitos
tributarios. Por la comisión de los ilícitos sancionados con penas restrictivas de la libertad,
serán responsables sus directores, gerentes, administradores, representantes o síndicos
que hayan personalmente participado en la ejecución del ilícito (Art. 90 Código Orgánico
Tributario).

Además de esto, nos indica que las sanciones, salvo las penas privativas de libertad, serán
aplicadas por la Administración Tributaria, sin perjuicio de los recursos que contra ellas
puedan ejercer los contribuyentes o responsables. Las penas restrictivas de libertad y la
inhabilitación para el ejercicio de oficios y profesiones, sólo podrán ser aplicadas por los
órganos judiciales competentes, de acuerdo al procedimiento establecido en la ley procesal
penal (Art. 93 Código Orgánico Tributario.)

 MULTA: Se reconoce por la simple infracción o contravención de las normas


tributarias adjetivas, que son de carácter administrativo o reglamentario.

 CLAUSURA DEL ESTABLECIMIENTO: Cierre temporal, parcial o definitivo del local


comercial perteneciente a la persona natural o jurídica que comete un ilícito
tributario, y que emana de una ordenanza administrativa del ente recaudador del
tributo (en el caso de Venezuela, Las Administraciones a los tres niveles de poder
Nacional, Estadal y Municipal.)

 REVOCATORIA O SUSPENSIÓN DE LICENCIAS: Decisión administrativa de la


autoridad tributaria, en virtud de la cual se revoca (dejar sin efecto), o suspende la
licencia de una persona natural o jurídica para que continúe comercializando o
prestando sus servicios en el espacio donde esa autoridad, ejerce su jurisdicción.

 INHABILITACIÓN PARA EL EJERCICIO DE OFICIOS Y PROFESIONES: Sin perjuicio


de lo establecido en el artículo anterior, se les aplicará la inhabilitación para el
ejercicio de la profesión por un término igual a la pena impuesta, a los profesionales
y técnicos que con motivo del ejercicio de su profesión o actividad participen,
apoyen, auxilien o cooperen en la comisión del ilícito de defraudación tributaria (Art.
89 de la C.O.T.)
Recursos administrativos en materia de actos tributarios por parte de la
administración tributaria nacional.

La interposición del recurso no suspende los efectos del acto recurrido.

No obstante, el interesado o interesada podrá solicitar la suspensión de los efectos,


cuando de manera concurrente la ejecución del acto pudiera causarle graves
perjuicios y la impugnación se fundamentare en la apariencia del buen derecho. La
solicitud deberá efectuarse en el mismo escrito del recurso, consignando todas las
pruebas que fundamenten su pretensión.

La Administración Tributaria deberá pronunciarse sobre la suspensión solicitada,


dentro del lapso previsto para la admisión. No podrá acordarse administrativamente
la suspensión de los efectos respecto de las sanciones relativas a la clausura del
establecimiento, comiso o retención de mercancías, vehículos, aparatos, recipientes,
útiles, instrumentos de producción o materias primas, así como de la suspensión de
actividades sujetas a autorización por parte de la Administración Tributaria.

La suspensión parcial de los efectos del acto recurrido, no impide a la


Administración Tributaria exigir el pago de la porción no suspendida, la
Administración Tributaria, admitirá el recurso jerárquico dentro de los tres (3) días
hábiles siguientes al vencimiento del lapso para la interposición del mismo.

En los casos que la oficina de la Administración Tributaria que deba decidir el


recurso, sea distinta de aquella oficina de la cual emanó el acto, el lapso establecido
en este artículo se contará a partir del día siguiente de la recepción del mismo.
Son causales de inadmisibilidad del recurso:

1. La falta de cualidad o interés del recurrente.

2. La caducidad del plazo para ejercer el recurso.

3. Ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado o representante del


recurrente, por no tener capacidad necesaria para recurrir o por no tener la
representación que se atribuye o porque el poder no esté otorgado en forma legal o
sea insuficiente.

4. Falta de asistencia o representación de abogado o de cualquier otro profesional


afín al área tributaria.

La resolución que declare la inadmisibilidad del recurso jerárquico será motivada y


contra la misma podrá ejercerse el recurso contencioso tributario previsto en este
Código.

Parágrafo Primero. La Administración Tributaria podrá practicar todas las diligencias


de investigación que considere necesarias para el esclarecimiento de los hechos y
llevará los resultados al expediente. Dicha Administración está obligada también a
incorporar al expediente los elementos de juicio de que disponga, A tal efecto, una
vez admitido el recurso jerárquico, se abrirá un lapso probatorio, el cual será fijado
de acuerdo con la importancia y complejidad de cada caso y no podrá ser inferior a
quince (15) días hábiles, prorrogables por el mismo término según la complejidad de
las pruebas a ser evacuadas.

Se prescindirá de la apertura del lapso para evacuación de pruebas en los asuntos


de mero derecho y cuando el recurrente no haya anunciado, aportado o promovido
pruebas.

Parágrafo Segundo. La Administración Tributaria podrá solicitar del propio


contribuyente o de su representante, así como de entidades y de particulares, dentro
del lapso para decidir, las informaciones adicionales que juzgue necesarias, requerir
la exhibición de libros y registros y demás documentos relacionados con la materia
objeto del recurso y exigir la ampliación o complementación de las pruebas
presentadas, si así lo estimare necesario.

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