formación ética, moral y política en el desarrollo de habilidades y estrategias para reconocer los
problemas que enfrentan las y los ciudadanos y proponer alternativas de solución; incentiva en
ellas y ellos su capacidad para comprender, interpretar e intervenir pedagógicamente el contexto
social, cultural y político en el que están insertos sus ideales de vida buena. Los énfasis formativos
que caracterizan esta perspectiva, se orientan a reflexionar sobre la realidad social y política del
país, a establecer paralelos entre los ideales regulativos de la democracia y las situaciones que
cotidianamente deben enfrentar los ciudadanos para superar la inequidad, la injusticia social y la
pobreza.122
Nos preguntamos por el papel formativo de la educación en cuanto a la ciudadanía y las formas de
educación posmodernas. Se habla de una formación integral del individuo su convivencia su
pensamiento ante problemas de una sociedad. Se dan debates sobre el sentido ciudadano y crítico
de la educación. El contexto universitario no está eximido de formar al individuo en principios
éticos que les permita relacionarse con los otros de forma igual; se forma o ayuda a formar al
individuo en saberes prácticos y teóricos y el cómo el individuo haga uso de los mismos para
generar una participación ciudadana permitiendo así el debate reflexivo que ayuda a la
construcción de un país una nación o comunidad estable.118