Releyendo
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a Pancho Aricó: Gramsci en los
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años '60
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Bibliogrófi(as
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el primer número tuvo prestigio nacional, a Jos grandes consensos y la "hegemonía" de .1'
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la par de revistas similares que se editaban una clase revolucionaria (no ya la "dictadu- 1
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en Buenos Aires. En ella aparecieron los ar- ra del proletariado" ejercida a través del po- l
tículos de Regís Debray "El castrismo, la der coercirivo del Estado). ''¡'
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5ran marcha de América Latina", que tanta Gramsci fue el pensador de la "revolu- '
?ólvora iba a levantar en la izquierda latino- ción de Occidente'' -según la feliz expre-
lmericana, o el de Osear Masoua 'Jacques sión de María Antonietta Macciocchi- , de
Lacan o el inconcicnte en filosofía", que in- una revo lución que no podía consistir en
:rodujb en la Argentina a una de las corrien- una simple toma del poder (como de algún
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:es más importantes del psicoanálisis con- modo lo había sido en Rusia) sino en un
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:emporaneo. lento avance del ''moderno príncipe" (el
Muchos jóvenes intelectuales cordobe- partido del proletariado) a través de la espe-
5es hicieron sus primeras armas en Pasado sura de la '·sociedad civil", que en Occiden-
}'Presente. te (a diferencia de Oriente) se caracterizaba
Era una revista "gramsciana". ¿Por qué por su complejidad y la fuerte influencia de .
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Gramsci en la Argentina y la Latinoamérica la Iglesia, los Sindicatos, las escuelas y las 'i
de aquellos años? Esta es la temática de LCl universidades, la prensa y el mundo de la !
cola del diablo, es decir, una explicación a cultura y del arte. Y la revolución en Occi- .•'
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la vez histórica y teórica de la entrada de dente no podía ser sino una profunda "re-
Gramsci en América Latina, de ese pensa- . forma intelectual y moral", en la que los in- •
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miento versátil y heterodoxo que podía ser- telectuales esraban llamados a jugar un pa-
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vir de clave de interpretación de las realida- pel de primera línea; y el "moderno pdnci- i
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des del ;'capitalismo periférico", de la parti- pe" debía ser el intérprete de "una voluntad
cular estructura de clases y el populísmo o nacional-popular" y el eje de un "nuevo
los movimienros "nacional-populares" de bloque histórico de fuerzas".
Latinoamérica
. . Ese era el Gramsci que Pancho Aricó y
Por Otra parte, Gramsci expresaba la po- sus compañeros de Pasado y Presente traje~
sibilidad de "otro socialismo", diferenciado ron a esta ''Turín argentina" que era la Cór-
tanto del comunismo estalinista cuanto de doba de principios de la década del sesen- J
ese reformismo socialdemócrata que dejaba ta , con un nuevo proletariado industrial y \
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intactas las estructuras del capitalismo y, en una gran universidad (de cuya conjunción ''
el caso de Latinoaméric~ de la dependen- surgieron todos· los fenómenos sociales y 1
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cia. (El comunismo argentino no podía . políticos de esos años, incluido el Cordoba- 1
aceptar semejante heterodoxia: Pancho y zo de 1969). Ese e ra el Gramsci que entró a .1
sus compañeros de Pasado y Presente fue- otros países latinoamericanos como clave )
ron expulsados o separados del partido des- de interpretación de la realidad y de acción
pués que apareció el primer número de la política. La influencia de Antonio Gramscí
revista). se fue apagando con el correr de los años,
¿Por qué Gramsci? Por la profunda su- ~entre otras cosas por los grandes cambios
gestión de su pensamiento político, por la que ocurrieron en ·el mundo en las últimas
riqueza de su concepción del marxismo co- dos décadas, desde la crisis del Estado de
mo ''filosofía de la praxis", por su idea de la Bienestar en los países occidentales hasta el
"sociedad civil" como el escenario privile- derrumbe del comunismo en la ex-urss,
giado de la política, donde se construyen desde la nue,va revolución tecnológica que
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Bibl iogrófi eas
siguió a la crisis petrolera hasta la desestruc- decía Gramsci - "como el paso de un mo-
turación de la sociedad industrial v• ·la virtual mento egoíscico-pasional a otro ético-políti-
desaparición de la clase obrera como ''suje~ co". Y la última frase de su dedicatoria,
to revolucionario". cuando decía que "tal vez tengamos menos
De esta última parte de la historia tam- ilusiones, pero no se puede negar que he-
bién habla Pancho Aricó en La co/(l del diCJ- mos ~prendido", tal vez pueda ser leída a la
blu. Pancho murió hace tres años, y al re- par de aquella de Gramsci, que decía los
cordarlo -releyendo este libro- nos da- hombres deben asumir su compromiso con
mos cuenta que él fue un gran gramsciano la historia y con la vida "con el pesimismo
hasta el fin, que la imagen del gran pensa- de la conciencia y el optimismo de la volun-
dor sardo lo acompañó durante treinta tad''. 11
años, como la ·'sombra al cuerpo'' (dice en •
lejandro Agustín Lanusse, luego de ta manera viene a complementar los dos an-
cc.mplewr su carrera militar alcan- teriores: el primero, Mí Testimonto, fue es-
zando el grado máximo de tenieme crito en el aúo 1977 cuando el terrorismo de
general,. fue Presidente de fa cto de la Repú- estado se encontraba aún en pleno apogeo,
blica Argentina entre el 23 de mano de y por la posición crítica del autor hacia la
1971 y el 25 de mayo de 1973, fecha en que violencia ejercida por el Gobierno, fue cata-
le entregó el mando al Doctor Héctor ]. logado por diversos autores como una cró-
Cámpora, elegido por el voto popular en re- nica heroica; el segundo, Protagonista y
presentación del Frente Justicíalísta de Libe- Testigo, fue publicado en 1988 y concebido
ración (f'REJULI). El principal integrame de di- por el mismo autor como una explicación
cho Frente fue el Partido .Justicialista, que de sus convicciones democráticas, tema que
recién después de casi dieciocho años de -reconoció- debió haber sido incluido en el
proscripción pudo participar en una elec- primer trabajo.
ción presidencial. De~íamos que Confesiones de un Gene-
Lanusse fue el último Presidente de la ral complementa los dos libros anteriores
autollamada ''Revolución Argentina" enca- porque el periodo histórico que abarca -
bezada por el general Juan Carlos Onganía, los últimos cincuenta años . de vida política
quien el 28 de junio de 1966 derrocó al go- del país- es prácticamente el mismo, sólo
bierno constitucional del Dr. Armro Illia y que esta vez el carácter del relato no se ocu-
gobernó el país hasca mediados de 1970, fe- pa tanto del desarrollo de los hechos, como
cha en que asumió la Presidencia el general de la ubicación del autor en cada uno de
Roberto Marcelo Levingston. ellos, llegando en muchos casos a plantear-
Confesiones de un General es el tercero se posiciones de auténtica autocrítica, como
de los libros escritos por Lanusse, y en cier- cuando al final del libro reconoce que Jos
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