CULTURALES,
ALTERIDAD
Y VIOLENCIA
El Colegio
de la Frontera
Norte
Fronteras culturales, alteridad y violencia / Departamento
de Estudios Culturales de El Colef. - Tijuana : El Colegio de la
ÍNDICE
Frontera Norte, 2013.
460 pp.; 21.5 cm
ISBN: 978-607-479-109-9
- 5 -
II
Guerra cultural usa: Disputando el significado de la persona, INTRODUCCIÓN
la familia y el estado entre la fe y la ciencia
Illizahr/h Mujer 219
INTR,[ inu 9
representó un reto importante. No obstante, y a pesar de es- Resulta obvio decir que los estudios culturales, pese a
tos desafíos, asistieron íntegramente los investigadores de haber abierto espacios multidisciplinarios en algunas ins-
las sedes regionales, quienes además representan actualmen- tituciones, en términos generales viven un retraimiento
te una buena parte de los miembros de este Departamento. importante en muchos ámbitos académicos, sobre todo
de Estados Unidos. Sin embargo, éste no es el espacio in-
dicado para analizar su implosión. Después de un auge
Dr iso ouff IAN1 N 1:51121)10H CU' Ft 'RAI Is inusitado en los años de la década de 1990, los 1:c han te-
nido que compartir espacios con otras modas académi-
En los años de la década de 1970, se publicó un libro titu- cas; lo importante en este caso no es realizar un balance
lado De ese que llaman autropeleglii mexicana y que en el me- de este tipo de movimientos, si acaso se pudiera agrupar
dio disciplinar fue altamente valorado, entre otras cosas, todos los estudios culturales en un mismo lugar, lo que
por representar uno de los intentos más destacados de su intentamos señalar es la importancia de estas influencias
tiempo por darle una identidad a la antropología median- para la comprensión de los estudios culturales a la mexi-
te un balance de su ethos académico visto a través de los cana, en donde la frontera, por sus características etéreas,
ojos del antropólogo. El lector acucioso se preguntará cuál ha sido una tierra muy fértil y un espacio fundamental en
es la pretensión de nombrar un libro de antropología en la autodefinición de los estudios culturales en el ámbito
el escenario de los estudios culturales de la Frontera. La regional. Así, después de haber llamado la atención en
evocación es muy clara, la antropología como disciplina se ciertos medios y pese a las amplias pretensiones cosmo-
ha preocupado incesantemente por realizar balances sobre politas los u llegaron tarde a la posmodernidad, quedan-
su disciplina. Esta práctica no persigue otra cosa que legiti- do muchas veces a la zaga de este proceso, el cual ellos
mar y analizar la evolución de las temáticas y los enfoques mismos generaron como parte de una moda cultural.
teóricos que se generan en la propia antropología. A través Tal como hemos comentado anteriormente, en El Colef,
de congresos y asociaciones que impulsaban el trabajo an- los estudios culturales no son más que un espacio adminis-
tropológico, en varios países se llevaron a cabo ejercicios trativo donde confluyen diversas trayectorias, disciplinas,
de esta naturaleza prácticamente desde los inicios de la proyectos y perspectivas de investigación que difícilmente
disciplina en los albores del siglo xx. Lamentablemente, el son identificables con los estudios culturales clásicos. Lo
análisis del ethos académico local y de otros contextos que que hemos realizado en este espacio laboral es una suerte
alimentan el conjunto de ideas de lo que representan los de estudios de la cultura desde las perspectivas teóricas
no constituye, salvo contadas excepciones, una práctica más distintas en cuanto a la teoría social y cultural se re-
sistemática de su producción epistémica, sus métodos y su fiere. En última instancia, lo que podría articular nuestras
objeto, tanto en el campo regional como en la historia de investigaciones en el tipo de trabajo de campo en el esce-
este conjunto de ideas. Por el contrario, pareciera que exis- nario fronterizo -desde luego, muy distinto al realizado por
te una necesidad de inconsistencia e indefinición sobre lo Viveiros de Castro (2002) o Malinowski (1973)119221 en los
que finalmente estructura su legitimidad académica. albores del siglo \-. Se trata de reivindicar la importancia
10 INTRGH
11.
del trabajo empírico que legitime el análisis de las culturas chas veces de manera irreflexiva en el escenario académico
y sociedades fronterizas, unas veces vinculado con el estu- nacional. Algunas veces tomaron el objeto, como la cultura
dio de la afieridad y otras con el de la mismidad, de acuer- popular, pero no la teoría cultural, mientras que en otras, to-
do con la estrategia del sujeto investigador; poner al "otro" maron la teoría sociocultural y la semiótica, sin importar los
en la encrucijada, a la distancia y en la cercanía. Dicho de objetos ni sus múltiples aplicaciones. Dentro de las grandes
otra forma, si bien cierto tipo de estudios culturales privile- influencias que tuvieron los ve de la frontera, se encuentra
giaron los espacios urbanos para su investigación, el mesti- el movimiento posmoderno de los años sesenta, que tuvo
zaje fronterizo tijuanense difícilmente puede separarse del un auge inusitado en Estados Unidos, particularmente en
campo meramente urbano o estrictamente tradicional; de la Universidad de California. Esto se constata en la gran in-
tal manera que es posible situar investigaciones históricas fluencia de la Preverle Theorv (1 otringer, 2001) en los estudios
como las de Manuel Ceballos, en la que nos precisa su visión poscoloniales (Bavart, 2010), la teoría posmoderna (Geertz,
del oficio de historiador a través de su experiencia fronte- 1991), y sobre todo el postestructuralismo, cuyas raíces son
riza, o las guerras contra los grupos indígenas en el noreste verificables en congresos muy puntuales de los años de la
mexicano de Ana Lilia Nieto. Por su parte, en el apartado década de 1960, como parte de un proceso lógico posterior a
histórico, el artículo de Lawrence Taylor precisa los conflic- las fuertes influencias de otros movimientos como el surca-
tos entre ambas naciones sobre los vuelos transfronterizos. lismo, y el existencialismo que, junto con una gran cantidad
Gracias a este amplio abanico disciplinar y administrativo, de intelectuales europeos provenientes de Europa de escue-
incluimos el artículo de la compañera Teresa Fernández so- las como Frankturt y París, se trasladaron a E. u. Aunque
bre la violencia conyugal, tratada mediante musicoterapia. no fue exclusivo de los uf, la influencia de personajes como
En este sentido, podemos encontrar también el texto de Ar- Foucault, Derrida, Deleuze, Guattari o el mismo 1.acan se re-
turo Zárate, quien analiza la frontera cultural mediante los sintió en varias esferas de las humanidades, debido a razo-
textos de la narrativa breve tamaulipeca. nes sobre las que no abundaremos en este espacio, pero que
Pero volvamos a lo clásico de los estudios culturales. Este están ligadas a una crisis epistémica y un (Ataos académico
tipo de ideas, como antes señalamos, no sólo provienen de agotado en nuestro vecino del norte (Cusset, 2003).
Inglaterra, sino de lo que en Estados Unidos lograron con-
glomerar con influencias múltiples, la mayor parte impor-
tadas de Europa. Esto a pesar de que en América Latina, y ALTERIDAD Y VIOLENCIA
1.1 INTRODUCC:, 15
Aun cuando la violencia fronteriza del norte es una cons- llegan desde su propia construcción del mundo. l'ese a
tante en este libro, Andrés Fábregas, a través de sus expe- ue la violencia y el conllicto son fenómenos ampliamente
riencias antropológicas, nos ilustra, por ejemplo, de manera sentidos por la sociedad entera, y producidos en la cultu-
por demás amena, las vicisitudes culturales de la frontera a en toda su extensión de la palabra, los diversos estratos
sur en tierras mayas. 'ocioculturales perciben este fenómeno de acuerdo con sus
En México, la guerra contra la violencia es doblemente larticu la ri ades.
perniciosa, se desliza entre los silencios de la población en Por consiguiente, dichos fenómenos se manifiestan no
su conjunto y el enemigo no es claro ni abierto. Esta guerra ólo en la violencia material evidente, sino que tocan de
es producto de la miseria y de la profunda injusticia en la arias formas y contenidos, tanto materiales como in-
que viven millones de mexicanos, víctimas inocentes de los ngibles, lo mismo a mujeres, que niños, indígenas, mi-
grandes capitales y de la insultante desigualdad económica. antes, homosexuales y a grupos que ya se encontraban
En este escenario, la frontera norte aparece como el emble- e por sí marginados y violentados desde antes de que
ma de la alteridad, ahí en donde se "corta" la ciudadanía e incrementara la presencia del ejército, los policías y los
mexicana, pero cuya cultura continúa extendiéndose hacia arcotraficantes en ciudades v zonas rurales del país. A
el norte, clasificada como una etnia más en la naturaleza ad- giste respecto, la temática del aborto, visto a través de la
ministrativa de Estados Unidos. eligión como uno de los catalizadores de la estructura
En esta frontera real e imaginaria, se han condensado noral en Estados Unidos, es señalado acertadamente por
las diferencias y las identidades muchas veces de una for- lizabeth Maier como uno de los vectores que dirigen el
ma destructiva; las reivindicaciones de la diferencia no onservadurismo en ese país.
son ingenuas e inocentes, y tampoco se nutren de discur- Por su parte, la violencia contra las mujeres en Liudad
sos alternativos o subalternos como se usa frecuentemen- uárez sigue siendo una de las tragedias que marca la his-
te en la jerga culturista. I.as identidades se maltratan, se oria de los últimos años en la frontera. l .a violencia ex-
disfrutan y se inventan, intentando convivir con el otro rema que sobrevino en forma avasallante para toda la
imaginario, real o hegemónico. Sin embargo, tal como se- oblación fue algo inaudito en la historia de la ciudad, tal
ñala Raymundo Mier, el umbral de violencia "remite así orno lo apunta Julia Monárrez. En este mismo sentido, el
mismo al régimen de la percepción y a sus contextos, a sus rabajo de (iuillermo Alonso, cuyo título lo explica todo,
arraigas y genealogías culturales". Aunque existen leves Los años que vivimos horrorizados", es una muestra
que califican como universales los derechos del hombre, la ebaciente del análisis de la violencia entre la población
concepción y el desarrollo del entorno significante son los ronteriza en el ultimo sexenio. 1 .a moraleja que salta a
que otorgan el verdadero sentido al acto violento. a vista es que si bien el etnógrafo debe, en principio, et-
Si bien el grueso de la población mexicana ha vivido ografiar todo tipo de realidades culturales como parte
desde diversos escenarios, y después de varios años, el tegra de su oficio, hay límites en la investigación y el
entorno violento de su sociedad y de su cultura, encon- nálisis de los objetos y las realidades que no son del todo
tramos que diferentes identidades se fragmentan y se re- tnogra fiables.
16 IJ 1 )1 TRODUCCION 17
I os cal-Mulos siguiente>, limitados 1-kir la necesidad de IBLIOGRA 1.1A
DUCCION. tg
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oDuccini. 21
MODALIDADES DE LA VIOLENCIA:
RELAMEN CULTURAL Y CONDICIONES
PRAGMÁTICAS DE LA INTERACCIÚN
21 itAY FR GARZA 25
y la identidad de los actores definidos por la exigencia de an la asimetría de las identidades entre los sujetos
reciprocidad; reciprocidad singular y, al mismo tiempo, so- articipan del intercambio, pero proceden también
metida a reglas de pretensión universal ajenas a cualquier- fuerza imperativa de las normas —institucionales,
desviación o quebrantamiento: cada intercambio es único, plinarias, hábitos, patrones cognitivos, patrones de
revela facetas e imperativos propios pero, al mismo tiem-
. °cimiento— que enmarcan y dan sentido a las face-
po, revela la necesidad implacable de transitar por ciertas él actuar. Ocurren modalidades de la violencia que
fases de la donación recíproca e implanta ciertas formas tan de las condiciones potenciales inherentes a las
duales de juridicidad: las que rigen la especificidad de la tas facetas de la acción simbólica —incoativo (el des-
donación y las que prescriben sus marcos generales. denamiento de la acción), realizativo (la composición
I,a violencia participa así de los distintos juegos de cate- esarrollo de la interacción y sus condiciones), con-
gorías: es al mismo tiempo una experiencia marcada por la ' ciones interpretativas (reconocimiento reflexivo
generalidad —incluso la universalidad—, radica de manera la-
tente en todos los escenarios, pero se realiza únicamente en
ión simbólica misma, o que derive del proceso ao- de
los registros de la interacción, cobra toda su fuerza a partir de
mismas de la interacción I ,a modalidad es la condición
las múltiples asimetrías constitutivas de la concurrencia de la cffica que define el sentido singular del acto; I() inscribe en el aquí
acción recíproca, de las confrontaciones del intercambio. La va como un régimen diferencial de tuerzas. I.a noción de "modali-
violencia surge del reclamo y la búsqueda de reconocimiento, 1:és de la violencia" deriva de una condición sustantiva: la violencia
del impulso de la identidad, pero también parece emerger del l'icurre jamás en sí, sino sólo señalada por la modalización, la cual
reconocimiento de las diferencias, de la extrañeza, de lo irre- a de un proceso de apropiación y objetivación, singularmente, de
njunto de determinaciones potenciales del campo normativo, que
conocible constituido como amenaza. La fuerza afirmativa adra a su vez una acción sometida a una condición de opacidad en
inherente a la expresión y el reconocimiento de la identidad üf y el ahora: la acción es anticipada por el propio sujeto, menos
revelan una modalidad potencial de la violencia que parece Un cálculo que como una pretiguración que no es sino el desenla-
revelarse también en el reconocimiento de la diferencia: en una trama fantasmal del deseo, realizada en condiciones Mahar-
e indeterminadas en las que concurren tuerzas heterogéneas. La
ambas —reconocimiento de la identidad, reconocimiento dela
n emerge así, con una fisonomía oscura -tanti, para quien realiza
diferencia—, surgen calidades distintas del vínculo subjetivo. ón como para quien la atestigua y para quien se asume como
Diversas modalidades de la violencia' se engendran po- atario—; cobra sus sentidos, reconstruidos incesantemente por
tencialmente en las calidades diversas de la interacción, •tetaci ones retroactivas. La síntesis de estos movimientos inter-
fivos, de anticipación, opacidad y retroacción, sedme la expresión
cada de una modalidad. Así, cada modali da d es una síntesis de
,a noción de "modalidad" designa, en el presente contexto, el sen- njunto de experiencias que preceden ala acción y se expresan
tido que surge, en el proceso simbólico, de la acción imaginaria del su- era corpórea en la realización de una acción específica. En la
jeto sobre la realización y el sentido de su ación. Esta síntesis conjuga rmación de las modalidades, por Link), concurren experiencias
su e xperiencia del tiempo -memoria, expectativa, afección, experiencia géneas que responden a ciertos espectros de sentido: relativos a
aprehensión reflexiva-, su aprehensión de sí N del otro, v el sentido de iición, a la voluntad, al deseo, a las afeccionas, a la aprehensión
su entorno. su expresión puede ser v‘plícita -es posible que aparezca
'va de la potencia propia, a los imperativos surgidos de la presen-
significada o indicada expresamente, que emerja implícitamente de la rceptihle, imaginaria o simbólica del otro.
2t) P'71 27
del sentido de la acción y reconocimiento extrínseco del uce una inconsistencia inferencial irreductible en la
sentido de la acción), derivativas (consecuencias y secuelas osición serial de las interacciones, y esta inconsis-
de la acción)—, pero también de las formas de quebranta- inferencial deriva en experiencias de derrumbe, de
miento, enrarecimiento, transgresión, apartamiento, des- de degradación de las identidades y los vínculos,
conocimiento, exacerbación de las identidades, distorsión ce patente la aparición de otro régimen —incluso
de los patrones y los hábitos, dislocamiento de los tiem- undo— que está más allá del mundo propio, pero que
pos, las memorias y los destinos. l.as modalidades de la n habita de manera larvada o imperceptible en él.
violencia son extraordinariamente vastas, emergen como sboza así una temporalidad propia de la violencia
un espectro de actos y situaciones, vinculados también con expresa en señales espectrales. La aparición de la
la memoria y las expectativas, personales y colectivas, que da asume calidades distintas en sus inflexiones tem-
exhiben también su relación constitutiva con la fuerza que es: su irrupción, su duración, su diseminación o la
se revela en la intensidad de la perturbación y con su sen- ceión de su impulso, su trayecto y desenlace tienen
tido. Son perturbaciones corporales, afectivas, pulsionales os, intensidades y orientaciones propias. De este ré-
y simbólicas —comprenden por consiguiente las distintas potencial de la asimetría de las identidades, y con
facetas dinámicas de la cultura. pción perturbadora de la diferencia, emerge una
plicidad indeterminada de modos de expresarse V
plantarse la violencia. Pero todo acto violento indu-
LA VIOLENCIA: SI:N111)0 Y RE( ON0( IMIENTO IMM:INA1:10 cesos de interpretación reflexiva, reclama como im-
I I OS UNIBRAI 1,5 I)1, I O ADNIISIIII L retroactivo nuevas pautas de inteligibilidad. La vio-
como hecho de sentido, crea en su propio proceso
Una de las facetas enigmáticas de la violencia surge quizá as alternativas para su inteligibilidad, en la medida
de su relación constitutiva con los umbrales de tolerancia e ésta involucra no sólo las calidades específicas de
tanto cifrados socialmente como trazados subjetivamente: t'exacción, sino también los procesos constitutivos de
asume la forma de una interpretación de los actos propios tura —entendida como un conjunto de procesos espe-
y del otro, de la calidad del vínculo, del contexto norma- de creación e intercambio de actos, objetos y signos,
tivo, del escenario y de la situación. Remite, así mismo, al critos a una colectividad. Son procesos simbólicos
régimen de la percepción y a sus contextos, a sus arraigos y os de un espesor temporal que desborda la mera con-
genealogías culturales. La tolerancia busca también su fun- Oraneidad, fundados en el acto de intercambio lo des-
damento en pautas normativas y en la relevancia de pres- :se proyectan sobre todo al espacio social, incluyen-
cripciones y prohibiciones. De ahí, acaso, la imposibilidad bién las estrategias de la memoria y las figuraciones
de encontrar un foco inequívoco de la violencia, una causa tuco. Confieren a toda la gama de interacciones e
primordial, una condición desencadenante, pero también la bios el sentido de un origen y un destino; lo en-
imposibilidad de anticipar las consecuencias, los desenla- con la estructura fundamental del mito. Involucran,
ces, el encadenamiento serial de las acciones. I,a violencia én, consecuentemene, los procesos de conformación
28 R LARLA
y transfiguración de la subjetividad, apuntalados en los
do de lenguaje responde a otro. Así, toda acción vio-
modos de la acción simbólica, derivados de su integración ponde a una acción violenta previa. No hay violencia
en patrones y tramas de interacción; es decir, en la integra- 'a" —no hay acción original, primordial; toda acción
ción con el otro. de a otras acciones inmediatas o mediatas, expresas
El régimen de acción simbólica aparece quizá corno el s, realizadas o puramente imaginarias, corporales o
eje fundamental para la comprensión de la violencia. Ésta turaleza puramente simbólica—. Involucra, por con-
no puede asumirse como una pura potencia, sino como su e, la espera, la urgencia, la promesa. Toda ~dall-
realización; no puede ser significada sino como acto. La e la violencia despliega en el horizonte la amenaza de
violencia es, ante todo, una experiencia del sentido atribui- fisión o la desaparición, acarrea las afecciones de la
da a la gestación y preservación de las identidades, a las d —finitud de la presencia, de la persistencia del vín-
vicisitudes del vínculo y la aprehensión de sí, articuladas e la firmeza de los marcos estructurantes de la iden-
en el régimen de los hábitos de las dependencias institu- e sí, del vínculo, de la esfera colectiva, del mundo—,
cionales y capaz de participar en los espesores del tiempo Asia singularidad de la inscripción estructurante del
colectivo. Difícilmente podernos desplazar la reflexión so- el dominio de la experiencia de sí, involucra, así
bre la violencia al ámbito restrictivo de los procesos bioló- un ámbito de valores, una condición ideológica,
gicos. lis irrelevante buscar su raíz en el sustrato molecular finalidades; pero también compromete la esfera
de la genética, en las funciones fisiológicas o en patrones scópica de las afecciones propias y de los otros. Ex-
etológicos; ni siquiera es posible concebir una génesis de a realización de un concurso de fuerzas de desplaza-
la violencia a partir de las exigencias del entorno o de la :de sentido, de la experiencia.
preservación material del organismo.
Las explicaciones por la vía biológica y fisiológica son ex-
trañas a los rasgos constitutivos de la violencia: su vínculo .TIVIDAD E IMPERATIVO: PRESCRIPCIÓN Y PRO111131CION.
con la experiencia, su arraigo en el mundo como hecho de ENUNCIATIVA Y PREPICIJRACION DT LA VIOLTNCIA.
sentido, como dominio de lo significado. Es esta condición AZA.
lo que la exhibe como un sentido derivado estrictamente del
régimen opaco, quebrantado, del actuar; como un dominio la violencia no pueda ser comprendida sin compro-
complejo, múltiple de la gestación y la gestión social del sen- 'en el análisis de la interacción la reflexión sobre la
tido, marcado por la segmentación social: la acción torna su imperativa de la normatividad en las diversas con-
forma y su sentido de la concurrencia de vertientes simbóli- s de existencia: particularmente en sus modos de
cas heterogéneas: involucra valores y finalidades discordan- atente y dar sentido a los enunciados prohibitivos o
tes y disyuntivos, se despliega corno una respuesta dialógica ptivos yen definir la necesidad de su vigencia. Pero
—aunque un diálogo destinado al apuntalamiento de la asi- los modos de la violencia revelan el silencio de la
metría y la inequidad— gestada en esa fusión de atmósfera los ámbitos del actuar extrínsecos a la ley, sus zonas
pragmática diversa. Corno todo diálogo, no tiene comienzo. do, sus penumbras, sus límites, los momentos de
30 ,ARZA ES DE LA VIOLENL1t. 3
desfallecimiento de la interpretación jurídica y normativ • 'eión pragmática del cuerpo se revela en su enlace
La violencia remite de manera tácita a la intensidad del tivo con el hacer. Las técnicas del cuerpo, inheren-
fuerza con la que se asume la necesidad de la acción, s conformación de las identidades subjetivas, indivi-
capacidad de suscitar terror, miedo, abatimiento o desasí. colectivas, se amplían y transfiguran en las técni-
siego los momentos en que acentúan los claroscuros del frumentales desarrolladas mediante objetos ajenos
ética, los umbrales del bien y del mal. o mismo. La afectividad y las capacidades cogniti-
La noción de intensidad califica, cualitativamente, rporadas en las disciplinas y disposiciones fisonó-
fuerza de la acción. No se refiere a la magnitud de la fuer odelan y transforman esos instrumentos, quedan
sino a la capacidad de engendrar perturbación, extrañe dos con ellos, como figuras espectrales de la propia
diferencia, incluso dolor. Es a un tiempo relevante y oscur a ad. Participan esencialmente de todas las calidades,
remite a las expresiones de la afectividad, a las estrategias d ones y situaciones del hacer: privilegiadamente en
la memoria y del olvido, a las fronteras de la percepción del rmación de los vínculos; están plenamente incorpo-
propio y del surgimiento de la exigencia de lo otro, del mun n las formas de vida. La modernidad ha acentuado
do y de sí. La intensidad marca la adhesión a la norma o st ión potencial derivada de los diferentes regímenes
rechazo, la virulencia con la que se la abandona, la ferocida Bicos de los instrumentos como objetos, y el cuerpo
de la transgresión, las tensiones de la desestimación. Pero do y transformado en instrumento, como factor in-
también la intensidad define la relevancia de los apegos, I de la propia identidad.
insistencia, a veces irreflexiva, de la perseverancia, la persis nsión entre cuerpo propio, cuerpo expresivo y cuer-
tencia de las expectativas y los alcances perturbadores de trumental da lugar a la aprehensión de un conjunto
deseo. La noción de intensidad referida a la fuerza deter encias de sí y del vínculo, pero también de potencia-
minante de la norma revela así una diversidad de formas brantamientos disruptivos en las figuras de la iden-
particulares de la acción simbólica, modos particulares dela El cuerpo convertido en objeto o en instrumento: la
atribución de valores, construcción de relevancia significati- ividad del cuerpo convertida en un índice revelador
va y horizontes específicos para el actuar; aparece entonces acacia del poder, de la realidad de la sumisión. El
en realidad como una fuerza de creación de sentido. f alo de un objeto sufriente o sumiso. Esta paradoja
ta las tensiones en la experiencia del cuerpo pro-
tas se dislocan al confrontarse con la integridad del
V101 1 N( '1A Y COR1 )RAI 1DAD
, con la disponibilidad inerte de otos objetos que
sentan a la percepción como entidades en sí mismas
Como forma y modalidad del actuar, la experiencia de 1. as de sentido y, al mismo tiempo, señaladas por su
la violencia conlleva siempre correlativamente la idea de tipación o no en diversos ámbitos pragmáticos e ins-
cuerpo. No hay acción que no se apuntale sobre el cuer- ntales.
po, que no se acompañe de una afección, de la conciencia saberes sobre el cuerpo participan de manera crucial
de esa afección y de la expectativa de la afección del otro. concepciones de la violencia, en la forma de orientar
32
DES DE LA VIOLEN'. IA 33
el impulso de engendrar sufrimiento, y culminan en la sujeto sobre su propia acción: percibe la acción, la orienta,
alienación instrumental del cuerpo y en su reificación, en la acentúa, la intensifica y toma conciencia, parcial y total-
la transformación de cuerpo y acto violento como mercan- mente, de este actuar sobre la acción misma. Esta composi-
cías y como instrumentos estratégicos de poden Esta com- ción de la acción, este actuar sobre el actuar, transforma el
posición entre la faceta instrumental de una pragmática de sentido de la acción: la modaliza, pero acentúa la presencia
la violencia apuntala una afección propia del sujeto en la y la opacidad de la relevancia del cuerpo: su intervención
modernidad: la desolación tecnológica, la experiencia de ex- se significa, para sí mismo y para el otro, de manera paten-
trañamiento de sí, de los otros y del mundo, derivada de la te o alusiva, perceptual o imaginariamente, interpretativa o
aparente autonomía del orden tecnológico y de la incorpo- mostrativamente. Surgida y arraigada en el cuerpo, alienta
ración de modalidades de la violencia al dominio de la tec- imágenes e improntas del cuerpo propio o ajeno: exhibe así
nología. Las "tecnologías de la violencia", al participar en la una calidad peculiar de referencia a las diversas formas de
esfera moderna de la autonomía tecnológica, abandonan su vida. Sin embargo, el cuerpo se conforma como sustrato,
raíz política e histórica, sus dependencias sociales y se con- materia y sustancia de la expresión, como forma de senti-
vierten en un ente, con su propio régimen pragmático —una do, como modo de incidir en la conformación significativa
manera de "actuar" por sí misma, con su propio tiempo, del mundo. Pero también exhibe las huellas de su génesis:
su historia, despliega la apariencia de un proceso vivo—; se surge y se modela desde la existencia y la mirada extra-
yergue socialmente como una entidad fetiche que se inser- ña. De ahí la modalidad compleja del vínculo con el otro:
ta en la vida humana como un ser a un tiempo dotado de identificación y extrañeza; el otro modela el mundo propio
historia y vida propias, pero capaz de modelar y controlar como una prefiguración de sí mismo, pero esta asimetría
las formas de vida, inscribe en ellas su propia historicidad. señala, a la vez, la imposibilidad de consolidar cualquier
Sólo que las violencias que engendran e inducen estas "tec- identidad.
nologías de la violencia" parecen surgir de sí mismas y pro- El cuerpo se forma a imagen del otro, pero al mismo
yectar su racionalidad, sobre todo el entorno, hasta impreg- tiempo se revela como radicalmente singular. El cuerpo es
nar cada recodo de la vida. No obstante, esta racionalidad, la señal de la propia identidad, irreproducible, irrepetible.
arrancada en apariencia de sus raíces sociales, y validada No hay sino singularidad: si bien el cuerpo imita al otro, a
por su propia eficacia, doblega la vida de las poblaciones, los otros, lo hace para acentuar su propia identidad irre-
implanta ritmos de comportamiento y de trabajo, señala ductible, sin referencia, sin posibilidad de una equipara-
umbrales y estilos de consumo, disciplina los cuerpos, y ción propiamente dicha. El cuerpo incorpora los patrones
segmenta y señala los espacios. Hace surgir el sentimiento del otro, las efigies sociales, las prescripciones icónicas de
fantasmal, ominoso, de que la historia humana y su vida la cultura, pero lo hace transfigurándolas por impulsos sin-
emanaran de la racionalidad misma de lo tecnológico inte- . gulares de conformación de las potencias corporales y de
grado plenamente en una "lógica" de la violencia. sus alcances expresivos. El cuerpo surge de esta dialéctica
El sentido de la acción nunca es inequívoco: su oscuri- compleja a la que Marcel Mauss (1973) aludió en su tex-
dad deriva del hecho de que surge siempre de un actuar del to, "Les techniques du corps", con el término de habitus: el
35 39
y de juridicidad. Pero su sentido colectivo emana también man por objeto actos prescriptivos o actos prohibitivos. Los
de la tensión y la inconsistencia entre los ámbitos de nor- primeros velan su visibilidad, los segundos la exacerban.
matividad —la presión conjugada, de muy diversas normas Transforman con ello su sentido: las primeras apuntalan
institucionales, con distinto grado de necesidad y de fuerza la necesidad, la "naturalidad" de la norma, los segundos
imperativa en las diversas circunstancias de la acción— y el exhiben el juego de poder. Así, el dualismo propuesto por
arraigo simbólico de los distintos patrones sociales de inte- Benjamin revela un espectro cambiante de visibilidades y
racción. En efecto, cada cultura reconoce, señala, nombra y estrategias de poder, pero también pone de relieve la gé-
consolida diversos patrones de interacción. Les confiere di- nesis de incalculables modalidades de la violencia, de su
versos grados de necesidad y cierta inscripción en su conste- visibilidad, de su arraigo en la experiencia. Más aún, este
lación simbólica. Establece las condiciones de su vigencia y dualismo no involucra una alternativa entre violencias,
el vigor de.u integración con los regímenes jurídicos; señala sino la composición de su doble naturaleza, que se expresa
también los límites de cada aplicación normativa. La rela- al mismo tiempo diferencial y simultáneamente. Esta vio-
ción entre estos patrones no abarca todos los ámbitos de ac- lencia dual, refractada en el acto prescriptivo y en el acto
ción. Hay grupos incalculables de acciones no normadas, un prohibitivo, se despliega en todas sus posibilidades en
inventario indefinible de acciones no calificadas por el régi- cada una de las modalidades y las fracturas de la interac-
men jurídico. Y, por otra parte, acciones que son enjuiciadas ción: en principio como afirmación de la asimetría de las
de manera discordante y simultánea por la institución reli- identidades y de reconocimiento, luego como instauración
giosa, médica, jurídica, familiar, incluso lingüística, son so- de una supremacía, que señala un ascenso de intensidad
metidas a distintos criterios de prestigio o de exclusión, son de la fuerza, las estrategias de control y de las calidades
condenadas o ensalzadas según criterios no congruentes e de la dependencia o de la ruptura. La violencia se moda-
incluso incompatibles. Las múltiples normas locales que ri- liza gradualmente: de desconocimiento a subordinación,
gen cada interacción se revelan extrañas a la lógica y a la sometimiento, exclusión, estigmatización, desaparición y
institucionalidad del derecho, ajenas también a los criterios aniquilación. La violencia transita así por modos de ges-
de clasificación y valoración jurídicos. En esta composición tión de la identidad a la desaparición, que suponen las for-
de intersticios de lo normativo y lo jurídico, que rigen en mas de equilibrio y desequilibrio social que culminan en
el juego de los vínculos colectivos, es en la que surge una modalidades de la exclusión y cuya expresión extrema es
extraña paradoja: una violencia que va de la extrañeza a la la aniquilación y el exterminio.
anomalía, (le la anomalía a la monstruosidad.
Benjamin, en su notable reflexión sobre la violencia
(1988), reconoció en ella dos facetas aparentemente irre- Viou víNuLto l IAINI RAÑI7A
ductibles: la que es inherente a la instauración de la norma ENTR1 IVIDAD S DI,R11 11( 1
MODA''. 93
representación. En la gestión democrática, las fuerzas de en la esfera de la cultura y con la presión infatigable de
instauración del derecho se bifurcan: quienes legislan y formación de lo social. Por el contrario, es posible en-
quienes aplican la ley suponen capacidades diferenciadas der que el sujeto está impelido, individual y socialmente,
de instauración de un nuevo régimen jurídico. Los prime- umir, a dar sentido y a responder a dos momentos de la
ros por adecuación normativa, los segundos por adecua- olencia: la violencia sufrida, y la ejercida, a comprender
ción pragmática; es decir, por la aplicación singular de la aentrelazamiento con la trama heterogénea de acciones, a
norma general a eventos singulares ambos transforman el -alar las condiciones de su génesis y a anticipar los juegos
régimen jurídico, para preservarlo. No obstante, estos ac- tercambios alternativos, interpretables como secuencia y
tos —legislativo y aplicativo— involucran modalidades de ela de las perturbaciones de sí mismo, de su esferas de
violencia diferentes. En sus dos vertientes: la instauración culo, del mundo cultural mismo.
normativa, y la conservación y preservación del derecho, el De este modo, las modalidades de la violencia acompa-
dislocamiento inducido por la plena vigencia de la raciona- a todo vínculo de intersubjetividad, de interacción y
lidad burocrática engendra violencias suplementarias en el intercambio, en sus diversas fases, engendrando senil-
ejercicio jurídico contemporáneo. El catálogo de las violen- s y experiencias distintos de la violencia: desde violencia
cias engendradas por el ejercicio burocrático de la creación umida como "naturalidad" hasta violencia experimenta-
jurídica y su aplicación no alcanza a ser enumerado y, sin como voluntad y vocación de degradación absoluta y
embargo, reclama una clasificación propia en el espacio ju- erminio. Se advierte el destino y la resonancia disyun-
rídico. La reflexión sobre la violencia, así, da lugar a una os entre las modalidades de la violencia sufrida y de la
particular hermenéutica jurídica sustentada en la relación lencia experimentada, sin que haya una relación estricta
puramente instrumental entre el sujeto y su instrumento. un tránsito evidente de una a la otra.
El delito emerge como un uso "ilegítimo" de la violencia.
El régimen jurídico implica que la violencia comienza en
la decisión autónoma del sujeto, que realiza un uso instru- LENCIA COMO RÉGIMEN POTENCIAL DE DIFERENCIA
mental de algo, la violencia, para lograr algo. La lógica de IMETRÍA EN LA CUI FURA
(1 , 1 r1/41 p
LIDADES DE I, F r 45
sus transformaciones. La antropología ha sostenido la tesis tiene sentido sino en los escenarios objetivados de las con-
del carácter constitutivo de los procesos de intercambio en la frontaciones de poder. Desplegada corno objeto en el espa-
conformación de lo social. Los mecanismos de intercambio cio público, la violencia parece separarse del acto. Emerge
incluyen no solamente los mecanismos fundamentales de la como "independiente" del proceso de intercambio; suscita,
solidaridad, sino también los mecanismos de reconocimien- por sí misma, independientemente de la singularidad de la
to y de formación, de creación y de preservación de lo jurídi- situación, de los sujetos, de los escenarios, de las condicio-
co, de la implantación simbólica de la identidad en todos los nes, un sentido y una taxonomía.
niveles de integración de lo social; comprende no solamente Se puede asumir por consiguiente la ubicuidad pertur-
las formas de interacción individualizada, sino de la interac- badora de "la" violencia, cuya aparición parece emanar de
ción imaginaria que se desarrolla entre la comunidad y sus los cuerpos, las afecciones, la dinámica pulsional, los im-
miembros, y entre diferentes comunidades. Toda experien- pulsos autónomos de la imaginación; impregna relatos y
cia de identidad deriva entonces de los patrones de inter- testimonios, aparece de manera abierta o latente en las na-
cambio, compromete procesos de reconocimiento basados rraciones escatológicas, siempre en las zonas de penumbra
en la interacción; con ello, engendra tensiones y enclaves que separan los fantasmas de la ficción y la reminiscencia,
potenciales de las múltiples modalidades de la violencia. las diversas expresiones de la evidencia, pero se hace per-
De esto deriva una consecuencia crucial: la violencia no ceptible también en la instauración de formas integrales de
solamente es intrínseca a la cultura, define modalidades de comprensión del mundo —institucionalización de conoci-
vínculo —y no su fracaso—; define dinámicas, tiempos, ritmos, mientos y saberes, aprehensión de los valores éticos, cons-
desplazamiento de intensidades pulsionales y afectivas, trucción de teleologías y experiencias estéticas. Puebla así
modos de darse de los actos verbales, calidades del seman- los espacios mínimos, los ámbitos ínfimos que participan
tismo, expresiones de lo estético. Acaso, las reflexión más en los distintos aspectos de construcción de la identidad,
relevante no es, por consiguiente, sobre una comprensión incorpora a los individuos y a los agrupamientos colecti-
general de la violencia, sino sobre la emergencia y expresión vos; se revela con un perfil perturbadoramente nítido ahí
de sus modalidades, y sobre las condiciones en las que la donde se encuentra comprometida la génesis o la fuerza
violencia califica, a su vez, las calidades y las estructuras de afirmativa de las identidades, individuales o colectivas.
la experiencia, señala los perfiles de una memoria, estable-
ce las fases de una transfiguración serial de los comporta-
miento, hace reconocibles las dinámicas morfogenéticas de VIOLENCIA IDEN LI 'AMA, VIOLENCIA DE RECONOCIMIENTO:
lo social —es decir, la dimensión de lo político— en el dominio INFLEXIONES DEL PENSAMIENTO DE GIRAR!)
expresivo, estético. Pero también la violencia incide en su
propia visibilidad. La violencia cobra su fuerza instrumental Ahí donde se afirma la identidad, se asumen implícitamen-
en el dominio político al objetivarse en el ámbito público. Se te múltiples e indeterminadas modalidades de la violencia,
puede hablar, así, de un fetiche análogo a la mercancía, de potencial, realizada o tácita, expresiva, corporal, imagina-
que la violencia fuera "algo" que "se usa", pero este uso no riamente: estigmatización, sometimiento, subordinación
1.11, MODALIDADES DI [ 49
otro, de lo diferente; el otro disemina la contaminación que da exigencia de mimesis y especularidad; ocurre en toda
amenaza siempre con propagarse, desbordando todos los colectividad con pretensión de cohesión y de identidad
linderos. Dejado a su impulso lo impregna todo. Para ese nominal y normativa inequívoca.
fervor a la identidad unitaria, desde el acto impuro que Girard enfatizó el papel constitutivo de lo social que
irrumpe y quebranta se disemina la fractura, se corrompe juega esta violencia orientada a la sublimación sacrifi-
lo social, se degrada el vínculo que integra la comunidad cial. Su finalidad es volcar la violencia purificadora so-
hasta minar toda certeza, todo ordenamiento; hasta que- bre lo distinto, lo extraño, lo inabarcable o lo incalificable,
brantar desde su raíz las referencias simbólicas que dan su y transformar esta violencia legitimada colectivamente
forma al mundo, que sustentan la creencia colectiva. En en fuerza de consolidación del espejismo de la mimesis
esta esfera especular, la extinción del vínculo con el otro Y la identidad colectivas. La aniquilación ritualizada en
asumido al mismo tiempo como irreductible al propio uni- nombre del impulso unitario de la identidad. No obstan-
verso, pero también como condición del propio existir en te, hay una proposición de carácter especulativo que in-
una colectividad integral, se acompaña de una necesaria terroga la aproximación rigurosamente antropológica: el
aprehensión del otro como amenaza. presupuesto eje de la perspectiva de Girard, que es, sin
Pero esta amenaza de la irrupción de lo irreductible, embargo, inquietante por su apelación tácita a una condi-
del acontecer de lo otro en el seno mismo de la integridad eión o su anclaje en una tesis innatista. En
y de la fuerza cohesiva de la comunidad no es privativo esta perspectiva, esencial al impulso vital, humano, de la
del fundamentalismo o del endurecimiento hermético de acción, se encuentra una propensión constitutiva a la mi-
la secta. En estas dos formas de la colectividad —el funda- mesis de apropiación. Este concepto, de manera explícita,
mentalismo y la secta, por otra parte tan próximas entre apela a un doble interrogante: la vocación mimética de
sí— se revela de manera inequívoca, patente, exacerbada, o humano y la noción trascendental de la apropiación.
la "voluntad de pureza", que alienta todo lo sagrado, esté Su articulación afirma, implícitamente, un destino inelu-
o no referido al mundo de las religiones constituidas. dible, trágico, la confrontación con el otro, sobre el eje del
Empuja a la exclusión de lo otro. El anhelo de pureza se deseo, hasta la exclusión o la aniquilación del otro.
acompaña con la exigencia ineludible de actos que supri- Esta tensión originaria en la conformación de identidad
man lo contaminado, que curen, que supriman la maldad. deriva en modalidades equívocas del vínculo que, para
Se vive febrilmente la necesidad de la extinción sacrificial crear y sustentar la cohesión colectiva, reclama un acto
de lo diferente, lo inconmensurable o su efigie simbólica. sacrificial, gestos y expresiones brutales de violencia, que
Se da de manera implacable la puesta en acto de la más suscitan afecciones contradictorias. Por una parte, funda
intensa violencia excluyente, la libre consagración a la vo- `én la muerte del otro, en su martirio o en su expulsión, una
cación de extirpar lo monstruoso, que no es sino lo dife- calidad extraña de la afección y el intercambio: conjuga la
rente, lo equívoco, lo abiertamente inaprehensible. Pero -Solidaridad, la identificación y la complicidad, teñidos por
esta violencia no ocurre sólo en estas formaciones con Ol fervor; por la otra, suscita la sospecha, la amenaza y el
pretensión identitaria extrema, gobernadas por la exalta- ;temor, por el carácter errático de la elección de la víctima
62
MODA!
de violencia que conducen a la fragmentación, a la ruptura refiere constitutivamente a la visibilidad y a la evidencia
y al exterminio de la diferencia. No obstante, es preciso ad-
del acto violento en todas sus modalidades. En principio,
vertir que, en cada uno de los juegos de interacción de Bate-
subraya la radical asimetría esencial a toda modalidad de
son —complementariedad y simetría— encontramos así mismo
la violencia y su imposibilidad de reciprocidad: no hay vio-
la operación del dualismo advertido por Benjamin: instaura-
lencia recíproca. Responder a la violencia con violencia no
ción y conservación, que acentúan, a su vez, las facetas de la
es establecer un vínculo de reciprocidad, es señalar una re-
lucha de poder en su relación íntima con la conformación de
lación que desata un proceso cuyo único desenlace posible
procesos de reconocimiento e identidad (1988).
es la diseminación del sufrimiento que aspira a consolidar
Sin embargo, para aprehender la relevancia de las moda-
una patente supremacía: someter al otro al sufrimiento,
lidades de la violencia corno régimen de interacción, como
por privación o por exacerbación. Uno de los aspectos ins-
proceso pragmático, es preciso incorporar la reflexión sobre trumentales de la violencia es la capacidad del sufrimiento
la violencia siguiendo la reflexión de Georges Labica (2007): para ampliar y diversificar su universo, asumiendo distin-
las dimensiones del dolor y del sufrimiento como rasgos
tas fisonomías y acentuando las experiencias del miedo y
inherentes a todas las modalidades de la violencia. Así, es de la angustia; de ahí su relación con el poder y con sus
posible reconocer tres facetas de la violencia que participan facetas extremas: la angustia como faceta de sufrimiento
de manera constitutiva en la conformación de la subjetivi-
que conlleva la experiencia viva de la propia desaparición,
dad y del proceso social como tal: el dolor, el desvalimiento
para sí mismo y para los otros, el derrumbe del mundo, la
y la desaparición. En esta vertiente de la reflexión, es signi-
sensación intensa, corporal, de un desconsuelo apuntalado
ficativo introducir una diferencia entre dolor y sufrimiento. en el sinsentido.
El dolor remite a una experiencia propia del orden de las
El sufrimiento ilumina rasgos relevantes de las modali-
sensaciones; involucra privilegiadamente el cuerpo biológi-
dades de la violencia, referidas a estrategias de visibilidad,
co y aspectos del proceso psíquico que remiten al quebranto
perceptividad, evidencia, que repercuten en su relación con
de la identidad, a la devastación de los vínculos. Su dura-
la norma y con el espacio jurídico. El carácter reflexivo del
ción es indeterminada, instantánea o crónica, no conlle-
sufrimiento —no se puede hablar, de manera relevante, sino
va necesariamente un abatimiento anímico, un desafío
del propio sufrimiento, el sufrimiento del otro, aunque inte-
a las condiciones de la identidad. El sufrimiento deriva
ligible no puede ser asumido como propio— define el sentido
constitutivamente de la experiencia de dolor, pero acen-
equívoco de su relevancia jurídica. El juicio sobre el sufri-
túa la relevancia del tiempo, los juicios reflexivos, la figura miento no es menos incierto que el juicio sobre el placer. Par-
de la memoria, la expectación y la anticipación del futuro; ticipa de una aparente paradoja: es inequívoco en su expre-
remite al dominio de la acción recíproca, la catástrofe del sión, se puede identificar con claridad el sufrimiento del otro
reconocimiento y el apuntalamiento del sometimiento y la y, sin embargo, los afectos, la experiencia que éste comporta,
servidumbre sobre el juego significativo de la expresividad. el sentido de lo expresado, son absolutamente inaccesibles.
Más que el dolor, el sufrimiento surge como eje funda- El significado de sufrimiento es extraño a toda significación
mental de la violencia. Es su indicador primordial, es decir, instituida, es del orden de la singularidad radical. Nadie
64
65
puede saber la intensidad, la calidad, el sentido y la rele-
Los mecanismos de sacrificio desplazan y resignifican
vancia vital del sufrimiento del otro. Surge así la inquietan-
las marcas de violencia; éstas desaparecen para dar lugar a
te modalidad de violencias relativas a la expresión patente
una cierta luminosidad de la consagración o de la pureza,
del sufrimiento o el gozo que implican: modalidades de
de la salvaguarda de la integridad propia y colectiva. La
violencia imperceptibles y patentes, deliberadas o involun-
pureza surge de la violencia asumida como parte integral
tarias, conscientes o inconscientes. 'Codas estas modalida-
del proceso ritual y es una de las huellas privilegiadas de
des derivan del enrarecimiento mismo de los vínculos y las
modalidades de actos destinados a infligir el sufrimiento
identidades, de la irrupción del dolor y de la experiencia de
sublimado, desplazado al dominio de lo sagrado. No hay
sufrimiento que escapa a todo régimen normativo (la indi-
sacralidad sin estas formas sublimadas de una violencia
ferencia y el desprecio, la intensificación de las dependen-
purificadora que tiene sus correlatos en las disciplinas exor-
cias, la restricción de las capacidades de acción, las formas
bitantes sobre el cuerpo en el trabajo místico. La experiencia
sutiles del confinamiento).
mística está constituida sobre la violencia. Las modalidades
Se multiplican y diversifican modalidades elusivas de la vio-
de la violencia aparecen así vinculadas con estas facetas de
lencia que aparecen nombradas como tales sólo en condicio-
la afección, pero también con los modos particulares de ins-
nes estratégicas del ejercicio del poder (la mentira, la violación
cripción del cuerpo en el proceso social. No son las únicas.
de la promesa, la indiscreción, el reproche, las expresiones de
Las disciplinas de competencia, de celebración, de trabajo
castigo, las imposiciones disciplinarias). I lay modalidades de
iniciático, derivan de los desempeños corporales y aními-
la violencia expresamente derivadas, alentadas y permitidas
cos, y hacen patentes modos de violencia en el juego o en la
por el propio campo normativo y que, ante la percepción,
fiesta que experimentan también procesos de sublimación.
emergen como rutinas no violentas (el ejercicio discrecional
Son violencias que emergen intempestivamente en zonas
de imperativos circunstanciales por parte de las jerarquías
de lo social. Aunque extrañas al dominio de la norma, par-
instituidas, la intensificación de las exigencias en los límites de
ticipan plenamente de lo social a partir del juego o de la
lo tolerable, las estrategias de descalificación y amenaza, la vi-
ritualidad. Estas modalidades se conjugan con aquéllas,
sibilidad desasosegante de las condiciones de riesgo). Surgen,
por él régimen normativo o, incluso, cifradas
así mismo, modalidades de violencia inherentes al proceso de
en las tipologías jurídicas, reconocibles y consignadas, tipi-
conformación de las identidades y que, por consiguiente, se ficadas
ficadas y descritas en sus manifestaciones flagrantes.
inscriben en los linderos y las zonas de penumbra de lo so- Las modalidades de la violencia inherentes a todo ámbi-
cial, en los trayectos iniciáticos y sacrificiales y que, por consi- to
to cultural y a todas las calidades de la interacción se con-
gmiente, aun reconocidas en su carácter violento, constituyen
jugan, se enlazan y se confunden con aquellas destinadas
condiciones del régimen de reconocimiento y de prestigio.
al quebrantamiento y la aniquilación de las identidades y
La violencia que ocurre en ciertas experiencias estéticas toma
los vínculos, al avasallamiento, al sometimiento incondi-
en ocasiones tonalidades exacerbadas que, junto con gestos e cional ala aniquilación del otro. Incluso éstas, en una
impulsos de purificación, emergen incluso enaltecidas como
buena parte, no son percibidas ni significadas como vio-
condiciones fundamentales de la virtud.
lencia. Se integran a las formas de vida de la mode rnida d:
56
MODAI IDAHN i lNi In
7
en el ámbito laboral, por ejemplo, aquellos mudos de la
violencia que derivan de la racionalidad de la eficiencia, los sentidos de la violencia, pero las transforma en pro-
de las exigencias de especialización derivadas de la forma cesos sociales de control que apelan a vastos planos de
contemporánea del trabajo y sus lógicas sectoriales, pero expresiones y entornos simbólicos. Para Elias (1976:106),
sobre todo del ámbito de las estrategias de control domi- el punto de inflexión en el proceso de civilización, jus-
nantes y de sus expresiones simbólicas. Las violencias que to en el umbral de la modernidad, revela el lento pero
permanecen veladas a la percepción, y acaso vagamente patente abandono de las modalidades violentas de la
inteligibles, no dejan, sin embargo, de operar eficazmente confrontación, remplazadas, en la interacción cotidiana
en la creación de condiciones para la aparición fundamen- y en la gestión política, por modelos sutiles, moleculares,
tal de actos de dolor y sufrimiento. del control, apuntalados en patrones de comportamiento,
Ciertas modalidades de violencia velada preparan la apa- formas de actuar, actos de lenguaje:
rición y la visibilidad de otras modalidades de violencia. La
violencia visible ilumina oblicua, retroactivamente, otras for- Las sociedades toman forma como sociedades interna-
mente pacíficas. El antiguo código de
mas de invisibilidad. Pero esta iluminación extraña, oblicua, comportamiento
cambia sólo de
hace patentes no sólo modos de violencia, sino estrategias manera paulatina. Pero el control social,
en cambio, estrecha más los lazos. Y, ante todo, se cambia
diferenciadas de construir su invisibilidad. Más todavía, se
lentamente la manera y los mecanismos de modelado de
hace evidente que hay modalidades de la violencia que, a las afecciones por la sociedad misma.
pesar de ser visibles y experimentadas en su capacidad para
imponer el sufrimiento, no son asumidas o significadas como El control transforma los patrones de visibilidad de la
violentas. Es así como se experimenta la violencia en el ámbi- violencia, pero también abre la vía para una forma de afec-
to ritual, en el ámbito deportivo, en una multi plicidad de ex- ción que sofoca la evidencia del sufrimiento sin suprimirlo.
periencias sociales que dan cabida
a la violencia, trastocando Lo transforma en malestar, en abatimiento, en desolación,
radicalmente su valor y su relevancia simbólica. en desvalimiento. Esta violencia no percibida como tal
surge como modalidad sublimada de la violencia.
No obstante, la sublimación de la violencia guarda una
El l'ROCESO I /I: cn n I/A( IÓN Cono
SUN IMACKÓN relación consustancial con los sentidos y los destinos del
1)1'. I A V101. EN(IA LA l'ERSIS El N( /A I /h Ln (_ RUH /AI
dolor y el sufrimiento, admitidos como condición de la cul-
tura misma y de sus procesos de transformación. Cuando
Norbert Elias ha insistido en el surgimiento histórico de hablamos de dolor no podemos hablar sino de modalida-
modalidades sublimadas de la violencia, desarrolladas des de la corporalidad, la experiencia del cuerpo como vér-
e implantadas progresivamente, como el logro sustanti- tice y como expresión de sentido, como foco y destino del
vo del proceso de civilización. Con esta perspectiva, el vínculo con el otro, como condición del juego de las cor-
proceso de civilización y la na turaleza v la relevancia
poralidades en la formar el sentido de las comunidades,
de su progreso surgen de la mutación de las calidades y de ahí que pensar la violencia tenga que ver con la rele-
vancia antropológica del cuerpo y de las afecciones, lo que
.Prol II INI
MODA `.■
concede un peso específico a los patrones espectrales de la
esa asimetría inconmensurable entre el acto de una racio-
experiencia v la expresión del sufrimiento. Esta compren-
nalidad utilitaria infinita -la crueldad no tiene otra raciona-
sión antropológica del cuerpo es una tarea bosquejada des-
lidad que la instrumenta Edad pura que transforma al otro
de las primeras aproximaciones de la antropología, pero
en un ser incalificable: un objeto, deleznable, que sufre sin
sometida a una permanente postergación. Sin asumirla
medida, más allá de los umbrales de lo inteligible.
plenamente en todas sus consecuencias, la reflexión so-
El tema de la crueldad, sin embargo, en la modernidad
bre la violencia, dimensión constitutiva de todas las fases,
se transfigura: deja de ser un rasgo de los territorios más
dominios y facetas de la cultura, permanecerá con velos de
incalificables de la transgresión y el delito para habitar las
sombra capaces de ocultar toda inteligibilidad, no sólo de
instituciones. l'articipa de la norma institucional, sólo que
las modalidades de la violencia misma, sino también de su
lo hace veladamente. Parece responder a la necesidad de
inteligibilidad.
neutralizar la perturbación extrema acarreada por un acon-
Una forma particularmente exacerbada y vigente, casi ha-
tecimiento incalificable; responder a lo incalificable con lo
bitual, de la violencia es la crueldad, quizá una de las más
incalificable. La respuesta sistemática y generalizada de la
aberrantes. Es una modalidad extraña al mero juego del
crueldad se instrumenta para neutralizar el desasosiego del
poder, de dominación o de control; involucra la exigencia
acontecimiento, de lo radicalmente singular. La familiaridad
de llevar el sufrimiento hasta los bordes de la radical des-
instituida de la crueldad exhibe otra paradoja. La crueldad
aparición de sí, la extinción de lo humano. Es aberrante no
como hábito de los transgresores se corresponde con los
porque no sea común, sino porque es inasible su funda-
- hábitos de la crueldad en el régimen de control. La gober-
mento y, al mismo tiempo, revela una de las condiciones
nabilidad contemporánea ha transformado la crueldad en
más radicalmente intolerables del vínculo humano. Es el
procedimiento técnico de control, de intimidación, de in-
acto -plenamente humano- que pone a la luz las zonas de
seminación colectiva de la desolación. Sus prácticas van de
extinción de lo humano mismo. Se sitúa incluso en los lí-
la tortura -siempre tolerada por el aparato de gobierno-
mites inciertos de las formas radicales de la perversión, y
al manejo de las formas sutiles del terror íntimo. Pero ha
toma los perfiles de su singularidad radical. Cada acto de
abandonado también las zonas policíacas y militares, como
crueldad está marcado por la singularidad de sus actores y
instrumento de dominación, para transformarse en hábito;
por la de su situación, por su historicidad y por su extraña
ha cobrado la forma instituida del proceder monstruoso de
intemporalidad surgida de la oscuridad de lo humano. No
las instituciones de protección y de control. Señala las zonas
hay generalidad de la crueldad, pero su práctica universal,
invisibles, pero reconocibles, patentes, expresas, de los ac-
muchas veces en la zona oscura de la ley, en la apropiación
tos destinados a garantizar el ejercicio jurídico.
policíaca de la ley, es perturbadora porque rechaza todo cri-
El hábito de la crueldad también encuentra su correlato
terio normativo o cognitivo de universalidad. La crueldad
en la exacerbación del miedo v en su desarraigo de las si-
cancela la exigencia misma de los umbrales de tolerancia.
tuaciones: puede emerger en cualquier momento, en cual-
Los niega y los disipa. Al vaciarlos, priva al destinatario de
quier lado. Intempestiva v ubicua, la crueldad cancela toda
la crueldad de su condición humana. In aberrante surge de
apreciación de banalidad, pero transforma el terror ubicuo
I NI I
en una a fección atenuada surgida del hábito del espanto,
política. Son estrategias que culminan t.mi la tentación pa-
la desolación. Hannah Arenen (1951) habló en algún mo-
radójica de la extenuación, de la apatía, del furor larvado
mento de una de las calidades más atroces de la moderni-
o abierto, de la ética del cinismo pero, primordialmente,
dad, que es lo que ella llamó la desolación. La desolación
de la desolación.
emerge así como una síntesis surgida de la concurrencia
Estamos, pues, a la intemperie.
habitual de los modos visibles e invisibles, tolerados e in-
tolerables, habituales o intempestivos de la violencia, de la
traslación de la violencia política a las estrategias de control BIBI 10( ,RAIJA
social. La desolación es una condición extraña de la violen-
cia, porque su raíz y su impulso no emanan de un acto y
Anderson, 13enedict, 1983,
imaginad Communities: Refleclions
un sujeto específicos, tampoco está referida a una situación 011 the Origia ami Sprcad of Naboualism,
Londres, Vers-
identificable. Emanada de hábitos múltiples y contradic- rece rsos.
torios, teñidos todos con las modalidades de la violencia,
Arendt, Ilannah, 1951, Los (»Igelles del totalitarismo,
se confunde con una calidad de las formas de vida en la Nueva York,
Flarcourt Brace Javanoyich, Inc.
modernidad y se transforma así en figura estratégica de
las estrategias de gobernabilidad fundadas en la suprema- Bateson, Gregory, 1958, Novell,
Standford, 2' ed., California, Stan-
cía del desvalimiento y la inacción, el modo fundamental ford University Press.
MODAL JE FI
73
Marx, Karl, 1962, 1>as /Cavilar I:rster hand. Der Produktiwisprore
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11
M a nn o l'ARA ARNIAR
Pm'zns I)I I 1.0 \ ABL/AL,
MAS LA Fkl
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La imagen de la cartografía urbana que anida en mis
pera migratoria desde lugares pobres hacia regiones con
recuerdos es la de un burdel gigantesco con semáforos y
cientos de mujeres ligeras de ropa en la calle o recostadas mayores posibilidades económicas, entre éstas, México. El
éxodo ha facilitado la compraventa de personas y el tráfico
en los umbrales de puertas herrumbrosas. Mi mapa noc-
sexual en el nivel global, estableciendo grandes corredores
turno de la ciudad rendía culto al estereotipo de la ciudad
delictivos en un centellar de países. Los detonantes de la
entera iluminada pi)r un monumental farol rojo. Sin em-
trata de personas y la prostitución son la pobreza, la ca-
bargo, no coincidía con la realidad. Paisajes similares había
rencia de oportunidades laborales, la incertidumbre eco-
encontrado, por citar un ejemplo, en Ciudad del Este, en
nómica en los países de origen y, desde luego, la emergen-
la triple frontera de Paraguay, Argentina y Brasil, Ulla geo-
cia de redes internacionales cuyos intereses se mimetizan
grafía cosmopolita, asiento de contrabandistas de drogas,
con actividades legales: grupos que lucran con las necesi-
tratantes de personas y de niñas indígenas que ejercen la
dades humanas, al amparo de legislaciones blandas y de
prostitución en predios urbanos; situaciones parecidas am-
autoridades corruptas. El crimen organizado funge corno
bientan el paisaje urbano de otras ciudades del continente.
agente transaccional que procura las necesidades urgentes
No es pues, el comercio sexual, el símbolo decadente de la
del migrante: falsificación o préstamo de pasaporte v visa,
línea fronteriza. En asuntos de putas, Tijuana no constituye
una excepción. traslado, protección y un lugar de destino. Lo anterior ha
sido documentado en el caso de la migración china hacia
La emergencia finisecular de la globalización potencio
Estados Unidos. En México, se ha detectado casos de trata
el llamado "crimen sin fronteras"; este concepto alude a
operados como negocios de familia, pero no de organiza-
una economía subterránea, o en la sombra, que capitaliza
ciones internacionales a gran escala; incluso, los nacionales
en la actualidad un porcentaje importante de los negocios
detenidos por transgredir la ley sobre este particular son
mundiales; probablemente 20 por ciento (Naím, 2006). En-
inexistentes.
tre los negocios que controla el crimen organizado o "em-
Moisés Naím (2006) establece una diferencia importan-
presas-red" (Castells, 1999), destacan tráfico de drogas,
te entre "contrabando" y "tráfico humano". El primero
armas, prostitución y trata de personas. Los ingresos son
supone una transacción comercial en la que el individuo
elevados; no obstante, cualquier cálculo de rentabilidad paga por el traslado de un país a otro. En el caso de Méxi-
es hipotético. Usualmente se registran ciertos abusos en el
co, es la actividad que desde 1929 han ejercido los "polle-
manejo de las cifras, configurando una estela de leyenda.
ros", poseedores de un complejo entramado de alianzas y
Ignoramos, por ejemplo, si los editores de Forbes han teni-
complicidades, que se heredan de generación en genera-
do acceso a los libros de contabilidad de Joaquín "El Cha-
ción. En sus orígenes, el contrabando mexicano de indo-
po" Guzmán, para ubicarlo en la lista de los hombres más
cumentados no estuvo ligad o a redes internacionales; el
ricos del mundo.
pollero operaba con base en tina infraestructura familiar
1,a mundialización de los flujos mercantiles y de capita-
transfronteriza; sus clientes eran en s u mayoría naciona-
les, aunada a la apertura de nuevas rutas de transporte v de
les. Posteriormente, captaron un flujo importante de per-
comunicación trajo consigo, a finales del siglo xx, una diás-
sonas provenientes de Centro y Sudamérica, los épicos
II A145 u FRC IN
119
viajeros que a bordo del Chiapas-Maya b, "La Bestia", el
amapola, así mismo, se sabe de padrotes (hombres que obtie-
tren de los suicidas, arriesgan sus piernas y la vida, en la
nen ganancias económicas de la prostitución de mujeres a su
apuesta por llegar a las ciudades fronterizas y acceder a
servicio) de lenancingo, Tlaxcala, que explotan mujeres, en-
un pollero que los guíe en el cruce de la línea.
gañadas con la costumbre del "robo de novia". Raptadas de
De un lustro a la fecha, redes emergentes interfieren en
sus comunidades, son retenidas y explotadas sexualmente
la labor de los polleros, exigiéndoles cuotas o secuestrando
en hoteles de baja estopa; situación que comparten con niñas
sacrificando a los inmigrantes. Un ejemplo reciente es el
de otros estados, que son retenidas contra su voluntad por
caso de 72 centroamericanos ejecutados en San Fernando,
- Tamaulipas. Del homicidio en masa ha sido señalado como
bandas locales especializadas en este rubro.
La prostitución es un oficio estigmatizado, ligado de un
responsable el cártel de Los Zetas. No obstante –según datos
lado, a la complejidad de la condición humana y, del otro,
sin confirmar– los grandes cárteles no están relacionados di-
a problemas de orden estructural o social, entre los que se
rectamente con la trata de personas ni con la prostitución. El -
encuentran, el deficiente desarrollo económico de las eco-
negocio es regentado, al parecer, por sujetos ligados al nar-
nomías emergentes que expulsan a poblaciones enteras de
cotráfico pero que no forman parte de la estructura de man-
los lugares de origen obligándolos a la vorágine migratoria
do de los cárteles. Las rencillas violentas que protagonizan
nacional e internacional, o a las filas del ejército industrial
los jefes sicarios, tras la muerte de sus jefes, son el reflejo de
la competencia de los subalternos para construir sus propias de reserva en urbes babilónicas. Metodológicamente, es
útil establecer una diferencia analítica entre prostitución y
estructuras delictivas. En México, los cárteles no pasan de
trata de personas. La primera alude a una serie de prácticas
la media docena. Los demás son grupitos en formación y
y representaciones sociales estigmatizadas, pero que for-
sin porvenir: La Mano con Ojos, La Barredora, el Cártel del
man parte de una tradición, cuyos orígenes se extravían en
Pacífico Sur, Cártel Unido de Acapulco, etcétera; este tipo de
la noche de los tiempos; constituye una forma de explota-
grupos, al carecer de sólidas estructuras de mando y de con-
don, pero es también un oficio, siendo además el comercio
tactos con los proveedores sudamericanos, incursionan en
de las partes más íntimas del cuerpo, la única actividad en
actividades delictivas ajenas al tráfico y comercio de drogas,
que las mujeres ganan más que los hombres. Ser prostituta
entre las cuales están la extorsión a polleros e inmigrantes.
no es delito en México. En ese sentido, resulta pertinente
En el caso del tráfico humano o trata de personas–siguien-
separar fenomenológicamente las historias de las mujeres:
do a Naím—, el traficante coacciona al individuo, hombre o
uno es el caso de mujeres que ejerciendo la sobe ran ía so-
mujer, a través de préstamos leoninos, retención del pasapor-
bre su cuerpo deciden hacer de la prostitución un trabajo y,
te o vendiéndolo a un tercero. En este último caso, el compra-
otro muy distinto, la trata, el de la mujer secuestrada obli-
dor obliga al migrante a ejercer la prostitución, la mendici-
gada a rentar su cuerpo, en condiciones de esclavitud.
dad, o a trabajar en condiciones de explotación extrema. No
Los prostíbulos se erigen como espacios tic sociabilidad
es la modalidad detectada en las fronteras del norte, aunque
masculina, también de iniciación para los púberes; el cine
existen evidencias de campesinos que son retenidos por tem-
los ha señalado como el lugar idóneo para pactar transac-
poradas largas para operar en sembradíos de marihuana o
ciones clandestinas y también, como un "mal necesario", ya
90 lU A'l t . A JAS
LA RUN l•
9I
que hipotéticamente contribuyen a resolver las deficiencias
la clausura del objeto de estudio, sino su transformación.
La otwdad es, finalmente, el único objeto intelectual de la
del matrimonio monogámico. No existe en México ciudad
alguna libre del comercio sexual. Tijuana, Ciudad Juárez o antropología; un objeto de estudio que continuamente se
Tamaulipas atraen a jóvenes de los dos lados de la frontera, desplaza. En la mítica línea que rotula la huella del otro, la
seducidos por la oportunidad de liberar su libido, sin ne- alteridad del desarraigo está presente, y se moviliza acom-
cesidad de acreditar la mayoría de edad. La Riviera Maya, pañando con su experiencia transfronteriza la exigencia
Acapulco o Puerto Vallarla también atraen a este tipo de de una mirada interdisciplinaria, una epistemología de la
clientes. Liberar a las ciudades fronterizas del estigma de la frontera que contribuya a explicar los acontecimientos so-
prostitución es un avance, y otra de las piezas del modelo cioculturales que a diario escriben los habitantes de uno y
que hemos ido armando. otro lado. Pensar "desde la frontera es ubicarse en un cam-
po que niega su centralidad, pues la frontera corresponde
al límite; un l ímite que es inicio y final, ruptura y continui-
Ei ni o dad, hasta aquíallí!"
anís (Valenzuela, 2003).
Mi acercamiento al tema fronterizo proviene de una de
La idea de línea es una metáfora sugerente; invita a leer des- las aristas del prisma de la diversidad y la complejidad
de fuera y a cruzar del otro lado; permite articular cierta idea sociocultural
sociocultural de la frontera: el narcotráfico; un tea ale-
de centralidad epistémica; exige delimitar o cartografiar jado de los orígenes exóticos de la antropología, pero que
el lugar antropológico desde el cual pensamos y escribimos. igualmente me instalan mentalmente frente a la posibili-
Los procesos de reflexividad son de capital importancia en dad de interrogar, desde el asombro los hechos sociales,
el análisis de lo transcultural; el investigador de campo no la iconica del poder y los miles de muertos de una guerra
sólo interviene, sino que también es intervenido; es modifi- inútil. Finalmente, debo confesar que no soy f ronterólo-
cado por la experiencia: "FI pensaba en otras cabezas; y en y go. No obstante, mi oficio de antropólogo me ha llevado
la suya, otras cabezas pensaban. El verdadero pensamiento a indagar en una epistemología de fronteras. Desde hace
es esto", escribió Bertolt Brecht (Augé, 2005:94). algunos años, me intereso por los personajes del derecho:
Jesús Martín-Barbero en Oficio de cartógrafo habla acerca individuos que viven fuera de la ley y que tienen como
del papel que ocupa el lugar desde el cual pensamos; recla- causa común el tráfico de sustancias ilegales y una parti-
cular concepción sobre la línea fronteriza, la frontera per-
ma una reflexión en movimiento, nuevos itinerarios para
indagar lo diverso: "¿quién ha dicho que la cartografía sólo forada; los posmodernos dirían porosa; los colombianos
puede representar fronteras y no construir imágenes de las
hueco, porque a diario la perforan como los ratones al que-
relaciones y los entrelazamientos, de los senderos en fuga so. Escribía Juan José Aureola (1971): "Dos puntos que se
y los laberintos?" (Martín-Barbero, 2002:1 I). El mecanismo atraen, no tienen porqué elegir forzosamente la línea rec-
se complica si el sujeto-objeto de referencia, el otro, habi-
15 ta. Claro, es el procedimiento más corto. Pero hav quienes
ta lugares fuera de los perímetros de la antropología tra- prefieren el infinito"; es decir, lo oblicuo, la pieza final de
dicional o clásica. Lo anterior no indica, en modo alguno, una frontera/modelo muy difícil de armar.
92 LA NON ],
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!G IDENTIDADI r
1115
kanjobales o los chujes son también de "este lado". El Esta-
stos grupos de campesinos laguneros se encontraron con
do nacional mexicano arremetió contra estas identidades, las
otros campesinos provenientes de Zacatecas, Guanajuato,
ocultó en las estadísticas, ]as negó. Pero allí están, viviendo
Nayarit, Jalisco, Durango, Guerrero, Baja California y Mi-
una dinámica de reproducción y de renacimiento lingüístico
choacán. A todos los cobijó la nueva identidad: eran chan-
mientras reclaman su lugar en la sociedad mexicana.
colones. I,a fijación de población campesina norteña en
Las iglesias no católicas introdujeron ámbitos que per- los
bordes de la frontera sur, como el caso de la colonización
mitieron elaborar las identidades de sus feligreses sobrepo-
niéndolas a las lingüísticas o a las culturales. En esos años de de la región del río Candelaria, alentó al Estado nacional a
trasladar a más núcleos, esta veza la selva de Chiapas. De 26
la década de los setenta, el Estado nacional mexicano quiso
estados del país procedieron los núcleos campesinos trasla-
reafirmar la frontera con Centroamérica percibiendo la otra,
la colindancia con el Caribe, como un ámbito de caracterís- dados a las selvas chiapanecas. En ese abigarrado conjunto
se tejieron nuevas identidades mientras el idioma tzeltal se
ticas diferentes. l'ara reafirmar la frontera sur, en específico
convertía en la lengua franca de los bosques tropicales. Las
la colindancia con Guatemala, el Estado nacional indujo la
i dentidades religiosas se entreveraron con las identidades
colonización de las selvas, poniendo especial énfasis en los
políticas. Ser "catequista" significó "ser indígena y aceptar
estados de Campeche y Chiapas. De paso, el Estado nacional
la teología de la liberación". Emergieron identidades como
dotó de tierras a núcleos de campesinos que lo solicitaban en
"maoísta" al lado de la "zapatista", que convivieron con
varias partes del país. Este proceso de traslado de campesi-
las de diferentes organizaciones agrarias, cada una con su
nos se inició desde los años finales de la década de 1940, pero
sello de identidad. Uno podría decir que la colonización
tuvo su impulso definitivo hacia la segunda mitad de los
inducida de la selva alentó un proceso de proliferación de
años de 1950, con la colonización de las riberas del río Can-
identidades enlazadas a partidos, organizaciones, iglesias y
delaria en Campeche. En efecto, cientos de campesinos de
grupos religiosos en general. Y todo ello remarcó la frontera
la Comarca Lagunera fueron convencidos de dejar sus lares
de origen y trasladarse a vivir a las selvas de Campeche, a la con Centroamérica. Los que hasta la primera mitad del si-
glo xx habían sido espacios selváticos de baja demografía se
vera del río Candelaria, que les garantizaría el acceso al agua
transformaron en territorios recipientes de la dinámica de-
cuya escasez era notoria en la Comarca Lagunera. Estos po-
mográfica más activa del estado de Chiapas en la segunda
bladores norteños llegaron a un medio ambiente que desco-
mitad de la década de 1970 (Fábregas, 2012).
nocían culturalmente. Lo hicieron parecer lo más cercano a
su hábitat: talaron la selva para sembrar el maíz v establecie-
ron otra identidad llamada chan-colona, feliz expresión de
A AD LIAI.IDADI/E I A VRON Fi RA SUR
la escritora campechana Maritoña Quirarte Rodríguez, des-
cendiente de aquellos primeros núcleos de población. Por la
En el contexto de csta inyección de población e identida-
presencia de estos campesinos laguneros es posible oír va-
des, los campesinos centroamericanos desplazados por las
riantes de la canción cardenche, además de la posibilidad de
guerras de esa región siguieron cruzando el Suchia te v el
ver la danza de los ma t'achines en plena selva campechana.
Usumacinta, en busca no sólo de refugio, sino de encontrar
106
J:G DENTID.Ar.i
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lugares para rehacer su vida. 1m presencia de estos cam- Para dar paso a un nuevo paraíso, las viejas aldeas chonta-
pesinos es parte de una nueva composición de la sociedad les se destruyeron junto con los complejos lotes de cultivo,
chiapaneca que vive en frontera, que acusa sus influencias las huertas y las plantaciones. Materialmente, la identidad
en el idioma, las formas de vestir, la interpretación de la chonta! quedó sepultada al ser arrasada su ecología cul-
marimba, en objetos de artesanía o en la gastronomía. i tural. Los ingenieros planificadores construyeron nuevos
Por supuesto, la presión demográfica ha sido un im- r. pueblos y, asumiendo la tradición del gobernador Tomás
portante factor en la reducción de la vegetación selvática Garrido Canabal, impusieron nuevos nombres a los pobla-
de Chiapas. En la actualidad existen alrededor de 300 mil dos. A San Francisco del Ocotal le pondrían L-40 para bo-
hectáreas de selva, que pueden ser menos porque a diario rrar todo vestigio religioso. A San Juan de las 1 hiedas lo re-
se abren los campos para recibir a más población. El tu ris- bautizaron como N-25 y así, hasta agotar el alfabeto. ¿Cuál
mo se ha consolidado corno una actividad alternativa a la , será el gentilicio de estos pueblos? ¿Por qué convertir un
agrícola o ganadera v se extiende por la selva, no sólo de • vergel en una planicie desierta, polvosa y con pueblos caó-
Chiapas, sino de lo que queda de bosque tropical en Ta- ticos? La única identidad a la que pudieron acogerse los
basco y en Quintana Roo. El contacto con turistas de muy nuevos pobladores fue la que no querían los ingenieros
diversa procedencia está resultando en alteraciones, por el hidráulicos: la religiosa. Ante el vacío, las iglesias evangeli-
momento no de la identidad, sino de los rasgos culturales r.cas avanzaron, creando adeptos entre la población. Los fe-
que, además, pasan a ser un atractivo importante que se Jligreses de una iglesia se aferran a la identidad que de ella
mercantiliza. Las repercusiones que esto tenga sobre las emana. Ahora no son chontales, son bautistas, pentecosta-
identidades es un capítulo abierto. En general, las repercu- les, presbiterianos, nazarenos, pentecosta les del ministerio
siones del turismo alternativo en las comunidades fronteri- de Elohim, luces del mundo o seguidores del tabernáculo
zas es un tema que merece atención y reflexión. del reino. Cada uno de estos pueblos está atomizado en
Año de 1966: se pone en marcha el llamado Plan chon- estas identidades. lin cada uno de ellos existen al menos
talpa en el estado de Tabasco. La Chontalpa es una extensa cinco iglesias diferentes. Pero, eso sí, la presencia del Esta-
planicie que mide ocho mil kilómetros cuadrados, formada do Nacional se consolido en otro más de los estados de la
por el delta del río Mezcalapa y cuyos límites son el río frontera sur.
Grijalva hacia el oriente, el río Tímala hacia el occidente, las Década de 1971 a 1981: los planificadores se dirigen ha-
lagunas litorales hacia el norte y las terrazas pleistocéni- rt.cia la frontera de Tabasco con Guatemala. Inspirados en
cas al sur. En esta extensa comarca, el pueblo chonta] había el Plan Chontalpa ahora impondrán el Plan Balancán-Te-
elaborado una compleja ecología-cultural sellada con una ,mosique; es parte del mismo proceso de remarcación de la
identidad que incluía no sólo la lengua, sino un comple- 1.rfrontera sur mexicana. 1971-1981 es la década de los descu-
jo simbólico unido a una visión del mundo. Quienes con- brimientos V la explotación de los yacimientos de petróleo
cibieron el Plan Chontalpa hicieron de lado la economía que transformaron a •Inbasco de una entidad agroganade-
campesina de los chontales, disminuyendo su importancia ira en una petrolera. El Plan nalancan-Tenosique desapa-
y oponiéndole una visión de industrializar la agricultura. reció a una gran parte de los pueblos chontales y toques,
118 1,1111 LERMo MnNOu MENESE LOS AÑOS 01II iluPPoi Aot 119
Pacífico, es el puerto más importante del noroeste de Mé- de rehenes a dos facultativos que estaban de guardia. Des-
xico y llegó a ser la capital del antiguo Distrito Norte, hoy aparecieron como mismo llegaron, sin levantar sospechas,
estado de Baja California. Destino turístico final de cruce- y cuando se desplegaron por fuera del Sonido los primeros
ros-casinos que parten de San Diego y Los Ángeles, de tina efectivos del Ejército y la Policía Federal mexicana, hacía
flota pesquera internacional y llena de bodegas de grandes rato que los malaudros se habían escurrido en la oscuridad
vinos premiados en certámenes internacionales. Está ubi- de la noche.
cada a menos de 100 kilómetros al sur de Tijuana y de la El regreso a Tijuana no lo hicieron por la autopista de la
frontera con Estados Unidos. 1 fasta ella se llega por una costa por la que llegó disimuladamente el grueso del co-
autopista de doble carril que serpentea paralela a la cos- mando, la Secnic Road de las guías turísticas estadouniden-
ta, junto a bellos paisajes y acantilados; la misma autopista ses, sino por la carretera secundaria que lleva a 'recate, una
por donde llegaron dispuestos a realizar un »de especial, al localidad que queda a una veintena de kilómetros al este
caer la noche del 14 de noviembre del año 2007, parte de de Tijuana y que le da nombre a una popular cerveza. El
un numeroso comando armado a bordo de una veintena trasiego de autos no pasó desapercibido. Pero buenos co-
de autos todo terreno y vans procedentes de Tijuana que se nocedores del terreno y con la noche cerrada, sabían per-
unieron a otros con base en Ensenada. El número extraor- fectamente que sería muy difícil que los atraparan. Aun
dinario de vehículos constituye en sí mismo un indicio de así, alguien notó algo sospechoso y dio aviso; enseguida
lo pesado del asunto que los movilizaba. enviaron a averiguar a dos policías municipales a bordo
Irrumpieron en las instalaciones del Servicio Médico Fo- de su unidad. En medio de la noche y de una carretera an-
rense (Semefo) empuñando fusiles ametralladoras A K-47 gosta, la patrulla que avanzaba con las luces destellando
—los conocidos popularmente como Cuernos de Chino por acabó siendo un blanco fácil para las ráfagas de las ahí-
el característico cargador curvo de los kalashnikop— y 1:-15, cuaren taysiete y las u:reí/E/ince que los emboscaron. Los dos
ante la mirada atónita de celadores y familiares que a aque- policías ensenadenses fallecieron acribillados a varios ki-
llas horas gestionaban el destino final de sus deudos. Una lómetros al norte de Ensenada. Fue una ejecución cobarde,
vez dentro, dar con lo que buscaban fue fácil. Amenazaron artera y con la tría puntería de sicarios expertos: el grueso
a los empleados y los comninainu a que les entregasen un de las balas mtiryueadas impactaron en la cabina.
cadáver que desde hacía unas lloras estaba sin identificar Mientras tanto, el resto del convoy continuó la huida si-
en una cámara frigorífica. Sospecho que la palabra conmi- guiendo una estrategia ya harto conocida. La caravana va
nar ya no refleja toda la violencia que alberga su etimología precedida por un coche que hace de antena 0 multen) y a me-
ni menos aún transmite el pánico infringido al interlocutor dida que avanza le da seguridad a los autos principales a los
de los sicarios cuando escuchó algo así como: Mira hijo de que precede; si apareciese la policía, alertaría con suficiente
tu pinche madre, O me dan a quien vengo a bliSt'ar () se van a tiempo a los de atrás. La retaguardia la suele cerrar una o
ir todos a la chivada; y tú, pato, ¡le vas a la Perp7 el primero! dos trucas (del tipo vid; up) que cubren las espaldas como
Escasos minutos después se llevaban en volandas la bolsa fue el caso, tienden emboscadas a los posibles perseguido-
mortuoria con el cadáver, y para cubrir la huida tomaron - res. La carretera que utilizaron los unrcecommutos en su huida
120 ,ES
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atraviesa la región vitivinícola de Baja California, próxima a Los dos fallecidos viajaban en el helicóptero que se ac-
las comunidades kumiai, que mayormente transcurren entre cidentó el día anterior, 13 de noviembre de 2007. La aero-
montañas y paisajes agrestes poco habitados, lo que llegado , nave había sido contratada por 25 mil dólares que fueron
el caso ofrece numerosos caminos de tierra alternativos. Una .:pagados en el acto y en efectivo para seguir desde el aire
tela de araña que se ramifica en todas las direcciones y que qa carrera internacional off wad Baja 1000 los días que se
eleva las probabilidades de huir sin ser detenidos. Los dos disputaba; una prueba de gran prestigio deportivo donde
empleados secuestrados del Semefo fueron liberados a la compiten autos mecánicamente modificados para alcanzar
mañana siguiente en el extrarradio oriental de Tijuana. altas velocidades sobre los caminos polvorientos y ped re-
Horas antes del robo del cadáver, unos desconocidos ha- gosos de la península bajacaliforniana. Se trata de coches
bían intentado obtener "legalmente" el cuerpo del difunto. de carrera con una estética que recuerda la de la saga ci-
Alegaron que se llamaba Pablo González, el mismo nom- nematográfica australiana Mai/ May, con una carrocería
bre que estaba inscrito en la pulsera de oro que portaba en minimalista hecha a base de tubos de acero y aluminio
vida el fallecido. Las credenciales que presentó un supuesto anodizado, potentes y enormes amortiguadores, refuerzos
primo no fueron aceptadas como válidas y con burocrática metálicos para proteger las partes mecánicas vulnerables
displicencia fueron rechazados, para enojo de los deudos. como el frontal de los radiadores, los motores de diferen-
Las leyes mexicanas y la burocracia que vela por su cum- tes cilindradas y categorías y las robustas ruedas all terral?,
plimiento exigen que se acredite de forma fehaciente la con- con tacos de caucho que aseguran el grip de los neumáticos
dición de parentesco para liberar un cadáver a quienes lo :sobre la tierra. Estamos hablando de unidades cuyo costo
reclaman y no había ningún González con vínculos sanguí- puede sobrepasar los 100 mil dólares o euros; los presu-
neos directos entre aquellos que se apersonaron a realizar la puestos para la logística de las mejores escuderías para esta
gestión. Tampoco, al parecer, funcionó el soborno. En cam- prueba pueden sobrepasar los 50 mil dólares. Los mejores
bio, el acompañante del anónimo cadáver también muerto :pilotos deben contar con el apoyo de autos auxiliares que
en el mismo accidente sí fue entregado a sus familiares tras cargan ruedas .y piezas de repuesto, así como con un equi-
el rutinario trámite de verificación del parentesco. i.po de ayudantes para los pits.
Durante el día, se les había practicado a ambos la autop- La Baja 1000 recorre cada año de norte a sur distintos tra-
sia de rigor y tomado diversas muestras. El protocolo cl' emos que suman 1 000 kilómetros a lo largo de intrincados
nico-forense puesto en marcha estaba sometido a un plus senderos de tierra de la Baja California, cuya extensión total
de morbo, pues se esperaba que los análisis despejaran la desde Tijuana a Los Cabos, donde concluye, es de aproxima-
incertidumbre en torno a la identidad de uno de ellos, y es damente 1 90(1 kilómetros. Comenzó a celebrarse mucho an-
que sólo las pruebas pericia les podían determinar si en rea- tes que la París-Dakar, a ella, acuden los mejores pilotos off
lidad el cadáver pertenecía a un importante capo del narco .r.roacl del hemisferio occidental patrocinados por las mejores
tijuanense —incluso se llegó a decir que se trataba del jefe" marcas publicitarias, que suelen tapizar con las ccliCOMil-
de jefes del Cártel de Tijuana—, tal como había apuntado un : nías de logos & brands la superficie de los autos toduterre-
soplo que alguien hizo anónimamente vía telefónica. mo de carrera. Son usuales marcas como Monster, Red Bull
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con más de 30 mil asesinatos en dos años. Aquella guerra año, y unos 4 mil de 2001 a la fecha, es explicada como
fratricida se cobraba a diario víctimas a cuatro bandas: en- producto de la recomposición de los grupos delictivos
tre las dos facciones, entre agentes de policía y militares, y asociada 'al combate del Gobierno mexicano en contra
entre inocentes. La violencia llegó a cuotas de horror nunca del narcotraticow; es decir, algunos actores críticos de la
antes vistas, hasta que en enero y febrero de 2010 cayeron sociedad mexicana ya estaban denunciando, antes de la
el "Teo" v semanas después su hermano y lugarteniente el guerra de Calderón, lo que estaba ocurriendo. Se hablaba
"Chiquilín", y el "Muletas" en Baja California Sur; la "Pe- con escándalo de 4 mil muertos, sin saber que serían más
rra" había caído meses atrás. de 80 mil a finales de 2012.
Tan sólo unos años antes, nadie llegó a imaginar que en Dos años después, el 10 de diciembre de 2007, las agen-
'Tijuana se libraría una cruel guerra intestina, como tampoco cias de noticias Al]' y Reuters despachaban una nota en la
nadie vislumbro el campo de batalla en que se iba a conver- que reproducían declaraciones del entonces procurador ge-
tir México meses después. Tres años antes de aquel fatídico neral de la república, Eduardo Medina Mora. El funcionario
2008 ni las autoridades ni la prensa mexicana se imagina- estimaba que 2007 terminaría con una cifra de ejecuciones
ron la tempestad de horror que se avecinaba. A fines del ` "atribuidas al narcotráfico" muy parecida a la de 2006, y las
sexenio de Fox, cuando las cifras acumuladas ya comenza- estimaba en 2 500. Las palabras de Medina Mora en aquella
ban a ser escandalosas, José Reveles (2005) establecía que nota decían: "El nivel total de homicidios violentos relacio-
durante el mandato del general Rafael Macedo de la Con- nados con el narcotráfico en este año estará muy cercano al
cha al frente de la Procuraduría General de la República nivel del año pasado, pero como tendencia ciertamente va a
(PcR) el promedio diario nacional de muertos atribuibles al verse disminuida en el año próximo" (AHV Reuters, 2007).
narco fue de 3.3 asesinatos. Y, haciendo historia, Reveles re- El procurador, o fue incapaz de analizar e interpretar la es-
cordaba que cuando Jorge Carpizo tomó posesión de la 'GR calada de la violencia habida en dos años juzgándola excep-
en 1993, se había reportado "más de siete mil ejecuciones cional, o lo que hizo fue ofrecer una proyección optimista
en los 12 años precedentes. El promedio no varía sustan- para apaciguar las críticas, pues lo cierto fue que las víctimas
cialmente de esa época: dos asesinatos cada tres días du- se iban a triplicar en menos de un año. Aquella predicción
rante todo el año". Tal vez el autor debió haber dicho tres fallida, sin embargo, permite ahora evaluar mejor lo inespe-
asesinatos cada dos días, porque entre 1981-1993 murieron rado de lo que ocurrió en 2008.
en crímenes asociados al narco las mismas víctimas que en Unas semanas después, el diario E/ País de España pu-
todo 2008, cuando se estima que murieron 6 756 personas. blicaba otra entrevista con Medina Mora realizada por su
Unos meses después del artículo de José Reveles, Car- corresponsal en México, Francesc Relea (2008), en donde
men Aristegui mostraba la misma sorpresa, insisto, cuan- el funcionario sostenía la misma previsión. A la pregu n-
do aún faltaban tres años para que se diera el infausto sal- ta, ¿con cuántos muertos termina el año 2007?, respondía:
to cualitativo y cuantitativo que comenzó a producirse en "El problema son las ejecuciones, que son homicidios do-
2008. Aristegui (2005) escribía: "1.a violencia que hoy im- losos cometidos con algún grado de violencia extrema y
pera, que ha traído más de 800 muertos en lo que va del que pueden ser atribuibles a la delincuencia organizada.
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132
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En nuestra cuenta, cerraremos el año con unas 2 500 ejecu- del "leo" en Tijuana fueron de los primeros en torturar,
ciones. El año pasado terminamos con 2 350". Y también mutilar, decapitar o dejar mensajes explicativos en forma
era significativa la respuesta a la pregunta, ¿cuáles son los de avisos para que tuvieran el mayor eco mediático. Toda
territorios en los que el crimen organizado trata de tú a tú una puesta en escena, lo más macabra e intimidante posi-
al Estado?, al apuntar: "La mayor impunidad es en la fron- ble; acciones que han de concebirse como terrorismo o, más
tera norte, especialmente en los estados de Baja California exactamente, narcoterriirismo.
y Tamaulipas, en los extremos de la costa del Pacífico y de No obstante, la cuestión de las cifras y el recuento tiene
la costa del Golfo de México"; es decir, el CAE y los Zetas. unas características metodológicas y terminológicas que
Ciudad Juárez aún no se había convertido en el principal hace necesario reparar en ellas. A finales de 2011, el sema
campo de batalla. nario Zeta de Tijuana hizo el esfuerzo por establecer una
Gustavo Castillo (2008) hizo una síntesis de 2008 el úl- cifra de los cinco años que iban de sexenio de Calderón.
timo día del año en el diario La jornada. Tras constatar la
presencia de nuevos cárteles —más bien fueron escisiones Recurriendo como metodología a la comparación de tarjetas
informativas de las secretarías de Seguridad Pública tanto
como la producida en Tijuana y Baja CaliforMa entre el CAF
municipales como estatales, y a estadísticas de las fiscalías y
y el 'Feo— como el de los hermanos Beltrán Leyva, que se
procuradurías generales de Justicia de los estados con la in-
separó del cártel del Pacífico del Chapo Guzmán, y Los Ze-
formación del Sistema Nacional de Información, Zeta llegó a
tas, separados del cártel del Golfo de los hermanos Cárde-
la conclusión que durante los cinco años de gobierno calde-
nas Guillén, o adelantar que la mitad de los asesinatos se ronista, la cantidad de muertos llegó a 60 mil 420 (Zeta, 2011).
cometieron en Chihuahua, Baja California y Sinaloa, hizo
una primera estimación que luego se supo que se quedaba Del I de diciembre de 2006 al 31 de octubre de 2011 el Sis-
corta: "Para este año, con corte a la madrugada del 30 de ' tema Nacional de Información dio cuenta de 80 107 homici-
diciembre, la cifra oficial reportó un total de 5 620 asesi- ,- dios dolosos, de los que 60 420 crímenes estaban presunta-
natos ligados al crimen organizado, entre ellos más de 40 mente relacionados con el crimen organizado. Zeta registró
decapitaciones, y ejecuciones múltiples en Ciudad Juárez, y 2 826 en 2007, 6 837 en 2008, I 1753 en 2009, 19 546 en 2010,
Creel, en Chihuahua; Tijuana, Baja California; Sinaloa y el yen 2011, del I de enero al 31 de octubre, se llevaba contabi-
Estado de México." lizados 19 396. A este respecto, Gustavo Castillo (11 de ene-
Insisto, al final del 2008 casi se triplicaron las muertes, ro de 2001) señalaba que los registros (provisionales) de la
y finalmente se contabilizaron 6 837 asesinados. También, PGR hablaban, para el período I de enero al 30 de septiembre
comenzaron a aparecer evidencias de un ensañamiento y de 2011, de 12 903 asesinatos. Esto suponía 3 753 casos más
brutalidad con las víctimas que hasta unos años antes d -que la contabilización anual que realizó el diario La jornada,
narco se había cuidado de no hacerlas públicas. Los carte- : que para lo que iba del sexenio estimaba un global de 55
les dejaron así a un lado el estratégico perfil bajo para "no :671 homicidios. "Fallecimientos que por sus características
calentar la plaza" y comenzó una etapa donde se trataba; lpodrían haber ocurrido en el contexto de rivalidad entre or-
de escandalizar a unos v aterrorizar a otros. Y las huestes- ganizaciones delincuenciales" (Castillo, 2011).
138 L,;ip l i EEmi ot1 , 1,1 ,.■ i r1FNFSES LOS ANCP, 911< vlvcM1lnti 110",1,1 ( 139
ana, despiadada) que comenzaron a darse en esta guerra,
que "jóvenes adictos y pequeños delincuentes son vícti-
tanto contra rivales de otros cárteles como contra policías,
mas de la limpieza social de escuadrones paramilitares"
'libres o civiles, como los migrantes que cruzan México.
(Patio, 2012).
Tijuana en 2008 vivió una balacera que obligó a evacuar
Esta perspectiva crítica de Fazio, que nos recuerda algu-
a guardería a mediodía, un acontecimiento captado por
nos de los daños colaterales producidos por la guerra 1 que
s cámaras y cuyas imágenes televisadas dieron la vuelta al
está asolando México y que a veces olvidamos, conecta con
rondo, transmitiendo el sinsentido de la violencia de una
la delicada y estratégica cuestión de la relación entre infor-
Aula del narco que contrastaba con la inocente inconcien-
mación mediática y violencia, una cuestión que no ha pa-
a de criaturas evacuadas, armas en mano, por policías. Al
sado desapercibida para los cárteles, los cuales han hecho
goal que las imágenes de decapitados o de mutilados de la
un uso activo de esta trascendencia. Esta problemática, con
tegua o los dedos índices, que con esas heridas infringidas
todo, no es nueva, tal como lo señaló Keane:
ran marcados como delatores. A lo que hay que añadir los
La publicidad cada vez mayor de la violencia cuestiona la habituales" cuicipados, encanwhillos, encobilatios, levantones,
idea, muy extendida, de que la saturación de imágenes vio- ecuestros, violaciones antes de la ejecución, etcétera, o ese
lentas de la vida cotidiana en los medios presupone una lemento nuevo, surgido durante estos años, de los carteles
audiencia incapaz de establecer con esos hechos una rel- mantas con explicaciones y avisos, o videograbaciones que
ación que no sea sadomasoquista. La tesis, anticipada ya hacen llegar a los medios. La descripción, el análisis y la
en el titulo de la obra de Jean Baudrillard, The Er'il amen orización de estos acontecimientos y la historización de los
of ¡muges, sostiene que el antiguo aforismo "La guerra es la ssmos es un reto pendiente.
continuación de la política por otros medios" debería sus- La construcción de categorías que permitan analizar el
tituirse por este otro: "Las imágenes med Tincas son la con- odus operandi y el imaginario de los victimarios es tan
titulación de la guerra por otros medios" (2000:146). portante como el concepto de "violencia". El uso de
sta categoría analítica en antropología ha dado resul-
Las imágenes de violencia puhlicitan las acciones come-
dos originales, como lo demuestra la obra de Zulaika
tidas como parte del costo necesario para mantener la li-
990) Violencia vasca. Metí/ora y sacramento". Este autor
bertad de prensa y de expresión. "Los gritos de las víctimas
ató la violencia política de raíz independentista y abert-
del mundo nunca habían llegado con tanta frecuencia a un
le de Euskadi ta Askatasiout (EIA) para buscarle sentido o
número tan grande de espectadores" (Keane, 2000:149). Por
gnificado social a la muerte violenta, en relación con es-
supuesto que se trata de argumentos deba tibies, pero como
uemas ritual izados, encontrando que el homicidio pue-
sentencian los juristas: las cosas son como son y no como di-
e estar asociado a un "ritual de hombría", corno entre los
cen las partes. Lo que está sucediendo en México, sobre todo
zadores de cabezas ilongotes de Filipinas estudiados
a partir de 2008, es de una complejidad tal, que hace falta
or M. 7. Rosaldo (Zulaika, 990:396).
más información, investigación y análisis para comprender Lo anterior nos aproxima somera mente a los diferen-
las estructuras culturales v circunstancias que subyacen en-
s enfoques con los que puede investigarse la violencia.
los episodios de violencia (brutal, sanguinaria, sádica, inhu-
AÑOS ols vlv1M1I oor,s,1 141
AlIINSn tal. NI SES
11 0
Las distintas categorías de violencia en un contexto em- • teriorizado el abuso, la transgresión o la obediencia acrílica
pírico que resulta opaco ante la mirada del investigador -otros podrían hablar de servilismo.
por las cuestiones mencionadas al principio plantea di- Pero si las categorías de análisis y los marcos de inter-
ficultades epistémicas, que deben unirse a las que ha- pretación son una cuestión relevante, no lo son menos la
cen de "esta" violencia un fenómeno no-etnogra fiable. terminología y las categorizaciones. Esta guerra contra el
Porque hay que seguirlo de manera indirecta o distante. -.Crimen organizado, que tanto tiene de cruzada o yihad, es
Sin embargo, hay que encontrar soluciones aunque scan :difícil de categorizar porque posee componentes de gue-
provisionales para alcanzar una mínima precisión en la ira civil, fratricida, guerra sucia, guerra de aniquilamiento,
categorización, lo cual ayudará a rastrear indicios y evi- `holocausto, limpieza étnica, etcétera. El lenguaje utilizado
dencias que son necesarios para esclarecer los criterios 'para describir o analizar podría parecer insuficiente, por
interpretativos finales. 'algo que va ha sido señalado:
Un punto de partida es la concepción de la violencia como
El grado y la intensidad de la violencia que han producido
una manifestación y una acción que tienden a forzar el orden
los conflictos del siglo xx han conmocionado al mundo en-
de las cosas, en relación con la integridad de las personas.
tero. En realidad faltan palabras para describir tanta cruel-
El antropólogo británico David Riches (1988) precisa que la
dad, hasta el punto de que cualquier intento de teorización
violencia es un acto social, dañino e ilegítimo. Partiendo de podría parecer, a primera vista, un mero recurso a una
esta noción básica, el autor sugiere que la antropología tiene retórica autocomplaciente (Keane, 2000:110).
que tratar la violencia centrándose en la manera en que su
práctica se encuentra mediatizada por las constricciones y El lenguaje, con todo, sigue siendo fundamental. Ahora
valores sociales, y advierte que existe un desdoblamiento en sabemos que la terminología oficial, por ejemplo la refleja-
toda acción violenta que nos permite distinguir entre su ver- da en la "Base de Datos de Fallecimientos Ocurridos por
tiente de imagen y su vertiente de acto propiamente dicho,. 'Presunta Rivalidad Delincuencia)", ha sustituido "crimen
distinción que vendría a separar la función expresiva de la organizado" por "rivalidad delincuencial". Desde la mis-
función instrumental (Riches, 1988:33). ma acta se ha hablado de crimen organizado, delincuencia
Pero si resulta fundamental la categoría víctima de la organizada o rivalidad delincuencial, o de "homicidios do-
violencia, que implica la relación víctima/victimario, no losos cometidos con algún grado de violencia extrema y
menos lo es la de "testigo" o las de "espectador", "lec- 'que pueden ser atribuibles a la delincuencia organizada",
tor" o "consumidor" de imágenes y contenidos infinmativos Toque remite a esa otra batalla que libra el discurso oficial-
violentos. También lo es la constatación de que estamos estatal frente a otros discursos menos eufemísticos o técni-
ante representaciones mentales, imaginarios, visiones del Co-jurídicos. El resultado de esta batalla del lenguaje por
mundo, patrones culturales, simbolismos, ideologías, habi- ,nombrar, conceptual izar y precisar unos hechos, complejos
bis, estilos de vida, prácticas, inercias sociales, etcétera, que en exceso y de naturaleza multidimensional, que debería
incorporan la violencia y la violencia homicida como algo= 'desembocar en el establecimiento de un discurso oficial in-
"normal" o consustancial a sus vidas, además de tener in- capaz de explicar con precisión lo que está ocurriendo.
144 (MIL111MM 1 ,11' ,1 MENESES AÑOS QUI VIVI riu , HURRME IEM 5 145
cual chocan o conspiran otros diferentes modos de organiza- :vidente fortuito fue un ingrediente fundamental para ex-
ción social', parece más plausible que las fórmulas decimo- icar el derramamiento de sangre en Tijuana a partir del año
nónicas de Engels o Clausewitz (2010:18). 08, que a su vez fue el primer año en el que prácticamente
triplicaron las muertes en México.
Lo ocurrido en Tijuana, una escisión con la consiguiente
(IN) ON(_1 ITSIONI.S Y OPINIONFti PROVISIONAI es cha a muerte por el control de la plaza y del negocio, bos-
eja un patrón que —no pretendo establecer relaciones de
Cuando las/los investigadores comiencen a hacer la his- tecedente o de imitación— es muy similar a lo que luego
toria y la antropología de todo lo que ha sucedido y está zurrió en el resto de México; cárteles nuevos o fragmen-
sucediendo en México en relación con la narcoviolencia y dos luchando abiertamente en Culiacán, Ciudad Juárez,
la guerra contra el narco o, por decirlo con la eufemística uernavaca, Morelia, Monterrey Matamoros, Guadalajara,
terminología oficial, la violencia en el contexto de "presun eracruz, Cancún, ciudad de México, Acapulco, etcétera. El
ta rivalidad delincuencial", habrá que acudir a los perio- cario, ya detenido, conocido como la "Barbie" ilustra con
distas e informadores que cubrieron y escribieron sobre lo trayectoria la cadena de escisiones y reagru pamien tos ha-
hechos, en calidad de informantes clave. Sin descartar que dos, pues tras pertenecer al cártel de Sinaloa o del Pacífico,
habrá quienes entrevisten a narcos, tal como lo ha hechc ejó al "Chapo" y se puso del lado de los hermanos Beltrán
otro periodista, Julio Scherer, con la denominada "Rein yva, y cuando el "Barbas" (uno de los hermanos Beltrán)
del Pacífico" o con el "Mayo" Zambada. Pero esos texto e abatido en Cuernavaca, decidió actuar de forma hule-
que permanecen en las hemerotecas también son fuente d ndiente hasta que cayó detenido en el Estado de México.
discursos, unas veces oficiales y legitimadores, y otras ve Durante todo este tiempo, la tecnología de la violencia
ces detentadores de un acercamiento a lo realmente ocurri ara infringir daño y terror al contrincante o enemigo alcan-
do con una verosimilitud encomiable. formas de un horror inimaginable. Unas veces publicitada
La pieza de interpretación antropológica del principio del irlos medios de comunicación de masas con los ejecutados
capítulo me sirvió para ilustrar cómo el accidente del "Abu- utilados dejados colgando en un puente en medio de una
lón" y la detención del "I'-1" pocos meses después propi- a transitada, y otras veces desaparecidos sin dejar rastro,
ció la sublevación y posterior guerra sin cuartel que acabó en por ser inhumados clandestinamente en las tristemen-
reduciendo a su mínima expresión al cártel de los Arellan famosas narcofosas, bien por haber sido desintegrados en
Félix, mismo que en los años noventa llegó a estar entre los tido (hechos pozole), tal era la tarea desempeñada por el
tres más poderosos y sus líderes estuvieron entre los 10 má1 ozolero de Tijuana que trabajaba para el "Teo".
buscados de la Drug Enforcement Administration (orA) y e Frente a este "submundo", a todas luces no-etnografiable
Federal Bureau of Investigation Pero esta pieza tambié ediante la observación participante y el diálogo, la antro-
ilustra la violencia despiadada con una ejecución de policía logía de la violencia asociada al narco en México puede
en una emboscada o la falta de rigor con el que fue enuncia vanzar analizando los discursos que más y mejor se han
do el título en un diario tan prestigioso como 1:1 Pais Aque cercado a la descripción de esta realidad. A sabiendas de
117
116
que ha habido periodistas que perdieron la vida y de que Cardín, Alberto, 1988, Tientos ct ol yiros, Madrid, Júcar.
tantos y tantos otros se la juegan para publicar periódica-
Cardín, Alberto, 1990, I o próximo I/ lo ajeno, Barcelona, Icaria.
mente sus textos con algunas descripciones, originalidad,
audacia y perspicacia analítica que se parecen en más de un `Castillo García, Gustavo, 2008, "Consolidación de nuevos ctir/e/es
aspecto a los que la antropología -antropólogos y antropólo- del narco recrudece ola de eiCCIICÍMICS " , La ¡ornada, México,
gas- producía varias décadas atrás. Y lo mismo se puede de- miércoles 31 de diciembre.
cir del trabajo de fotógrafos y ca marógrafos. Tal vez ésa sea Castillo García, Gustavo, 2010, "Más de 18 mil ejecuciones en lo
una de las sendas posibles por donde pudiere adentrase la que va del sexenio, revelan cifras oficiales", In formula, Mé-
disciplina para no caer en el callejón sin salida, denunciado xico, viernes 5 de febrero, p. 7.
por Hannah Arendt, del desarrollo de un seudosaber que
Castillo García, Gustavo, 2011, "Dejó casi 12 mil muertos en 2011
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NTRODUCCIÓN
-153 .
Las vejaciones y la violencia generalizadas en, y hacia El despojo y la violencia que viven las etnias del noroeste
las poblaciones indígenas, poseen una historia que remon- on fenómenos que han estado articulados con una herencia
ta a varios momentos de su larga historia: primeramente, cultural basada en un modo de vida nómada y disperso, de
un proceso de dominación interétnica regional, una cruen- algunos grupos áridoamericanos y oasisamericanos de los
ta conquista y colonización, y más tarde, el establecimiento que hablaba Kirchhoff (1954). Muchos de estos pueblos in-
del Estado mexicano en las primeras décadas del siglo xx dígenas, entre los que podemos citar a los grupos yumanos,
como regidor de la vida de los pueblos indígenas. OS concaac, los tohono o-U(1am, los o'oba, y los rarámuris,
encontraron su habitat tanto en el desierto como en las mon-
tañas de la Sierra Madre Occidental. Estas características de
AD [fui AL) Y atol uyr lA su historia y de su cultura, junto con un proceso de extrema
marginación, han sido tierra fértil para el establecimiento de
Para abordar el sentido de la exclusión, el despojo y el con- actividades provenientes del narcotráfico en las regiones más
flicto, conducidos por el etnocentrismo y la intolerancia inhóspitas de nuestro país. La marginalidad ciudadana indí-
cultural, es preciso señalar que en los estudios de sociedad, gena es una realidad que constatamos en prácticamente todas
pero sobre todo en los estudios sobre cultura, no basta ana- las comunidades indígenas regionales.' De la misma manera,
lizar las fracturas identitarias, y el funcionamiento y la des- existe otro tipo de violencia derivada de la alteridad belige-
articulación de un componente multicultural como desen- tante y soterrada que envuelve la realidad de las sociedades
cuentro entre las diversas éticas culturales producidas por indígenas frente a la sociedad mestiza, y que ha fomentado la
conjuntos socioculturales, la alteridad es la dimensión exclusión y la discriminación en diversos escenarios cultura-
dialéctica que, junto con la identidad, confiere diferencia es. Los conflictos y la violencia regionales están constituidos
y reconocimiento, y da como consecuencia un conjunto de por elementos que van desde el despojo cultural ancestral
rasgos ideológicos y etnocéntricos. En este orden de ideas, aterial e intangible, pasando por las crisis del narcotráfico,
la calidad de "lo otro", de lo extraño, de lo que no se com- hasta llegar a los valores más íntimos cuya materialidad se
parte, y de todo aquello que a nuestros ojos se presenta presa día a día en las relaciones habituales y cotidianas en-
como horrible y carente de sentido, es una parte funda- tre los pueblos indígenas y los grupos mestizos.
mental para la comprensión de las identidades grupales
individuales ajenas a la nuestra. Todos nos debemos a la
interacción con el prójimo y es éste quien nos concede el LA VIO' lA I N AN I R 1;IA
sentido de nuestra existencia. I ,a alteridad es también la
condición que fundamenta el conflicto identitario, y éste I tema del conflicto y la violencia, bajo diversas corrientes
suele desembocar a menudo en situaciones violentas, don- escuelas, ha estado bien presente en antropología a todo
de la discrepancia se suma al abismo irreconciliable entre
el modo de vida de los grupos sociales más diversos: mes
Entre (ex, rosas, por Ir ausencia de servicios suministrarlos en prin-
tizos, rancheros, urbanos e indígenas.
cipio por el lIstdrlo meNicano.
15,1 N/11,111 I urnas AGUILERA DESPOve v Vlnl i Nl Ir, I N 105 pi II I u nuixn 155
lo largo de su desarrollo disciplinar. El antropólogo, ade a material que se vive en la región y en las comunidades
más de interpretar fenómenos que desde su perspectiva dígenas se presenta como la parte grotesca del proceso,
pueden ser catalogados amenazantes para la continuidad, e incluye una serie de odios y rencores, que en última
de un sistema sociocultural, está situado por el trabajo de tanda buscan el aniquilamiento del otro.
campo en un terreno inhóspito con rasgos culturales dis Si bien en la época contemporánea ha habido un auge
tintos a la cultura de pertenencia, lo cual lo coloca de entra usitado de la diversidad y del respeto a la diferencia cul-
da en una encrucijada que violenta sus referentes de perte al, esta misma diversidad cultural, en sentido estricto,
nencia. Bajo distintos análisis CU lturalistas y funcionalistas a sido generadora de diferencias que nutren y estimulan
de la violencia, la antropología ha procedido a su análisis, na crisis de identidad y de reconocimiento frente a lo que
interesándose en particular por las concepciones étnicas y o es propio, y ha desembocado al mismo tiempo en una
contextuales del fenómeno cultural, en este transcurso so tisis de alteridad. En otras palabras, una falta de identifi-
sial, se ha profundizado, entre otras cosas, en la imposibi ación con el otro. Dicha crisis se traduce, por lo tanto, en
lidad que tienen las víctimas de la violencia de hablar de conflicto de alteridad que produce una dislocación del
su experiencia a partir de su propio universo simbólico. De 'ido social al considerar a este "otro" corno enemigo, o
manera más reciente, la reflexión antropológica ha extendí a mo un estorbo para la unificación de las redes sociales de
do el estudio de la violencia de masas con investigaciones lidaridad étnica, comunitaria, o de estamento.
etnográficas que han incluido la violencia de Estado y al Para Girard (1982), la violencia no se explica mediante
ejército como institución y como vínculo social y cultural análisis de la diferencia, sino contrariamente, por la imi-
Sin embargo, por otro lado, tenemos las reflexiones sacri dón y las similitudes. Al imitar al "otro", lo que hago es
ficiales, simbólicas y estructurales como las de Callois, Gi esear el deseo del otro. Sin embargo, al no comprender
rard, Castres y Heritier, entre otros. ta alteridad, se desata la rivalidad mimética, y comienzo
reconocerlo y a imitarlo en la violencia. Este mecanismo,
ar al contagio de representaciones aludido por Sper-
DESEAK El OBJETO DM, 01120 r (1994), ilustra perfectamente el proceso mimético del
éroeilegal regional: para qué quiero ser distinto del villa-
En otra parte, habíamos referido la violencia sutil, aquell o si en realidad su imitación es una opción a mi crítica e
que no es evidente y que el hábito y la costumbre hacer defensa identidad cultural.
que se infiltre como ley natural en cualquier práctica cultu La disyuntiva de las teorías de la violencia nos muestra
ral cotidiana. Esta violencia, según I léritier (1996), es uní arios modelos. Uno de ellos, es aquel que considera la vio-
"coacción de naturaleza física o psíquica susceptible d cia en términos funcionales como la desestabilización o
atraer el terror, el desplazamiento, la desgracia o la muert fractura de alguna parte del sistema. Por otro lado, para
de un ser animado, incluye actos que tienen por efecto e fiard (1982), el chivo expiatorio es el significado mismo
despojo del otro y el daño o la destrucción de objetos inani e la violencia sagrada como sujeto de reordenamiento
mados pertenecientes al otro". En este sentido, la violen lectivo caracterizándose como la víctima sacriticial que
pecto de sus formas de reconocimiento. grupos poderosos y a su la clase política con nuevos ropajes
el poder a todo lo largo de la historia. Primero los criollos
y posteriormente los mestizos que, con algunas notables
LA VIOLENCIA DE LA ENE ',LESIÓN DEL Es FAI >O MEXICANO acepciones indígenas, han destacado en la escena política
artística del país. Pese a que la sociedad nacional se ha
"Los Zetas" son damnificados de la sociedad y las transformado vertiginosamente desde la Independencia,
primeras víctimas de un gobierno corrupto a violencia hacia las comunidades indígenas, mediante
capitalista, neoliberal, enfermizo y fallido.
diversas políticas de Estado, con discursos indigenistas,
Arrl:I yPRO SO/ Al iNni (2011 encubiertos va sea por el romanticismo decimonónico, o
or un supuesto, "bien común", ha mantenido una política
Como es bien conocido, la historia de la exclusión de la po- biertamente autoritaria en las comunidades indígenas.
blación indígena la ubicamos históricamente en el proceso
de colonización y evangelización que inicia muy temprano
con la conquista de las almas caídas en religiones incom• L DESPOJO I lis 11 í121( O
prensibles para el conquistador del siglo xvu. En la menta-
lidad y en los contextos civilizatorios, el iniciado es aquel Actualmente, la violencia física, ideológica y religiosa que
que no conoce la palabra de Dios, y por lo tanto necesita ser usca someter al "otro indígena" a la realidad cultural
introducido y enseñado en las verdaderas artes de la cultu- ropia, así como a sus prácticas culturales propias, se ha
ra y de las creencias religiosas (Olmos, 2002); sabemos que oncretado en los escenarios más disímiles del noroeste del
la Conquista no buscaba sólo la asimilación o el someti- erritorio mexicano. Entre el cúmulo de problemáticas y
miento ideológico y espiritual, sino que el fin último, como espojos que históricamente ha sufrido la población indí-
toda intervención colonial de la época, era la búsqueda de gena, se encuentran la usurpación de territorio y recursos
la riqueza sin importar el despojo territorial y de los recur- naturales indígenas, prácticas que alimentan actualmente
sos naturales.2 Este proceso de despojo que inició desde el. a marginalidad y la exclusión.
siglo xviii es una práctica que, bajo otra identidad del con- En la Sierra Madre Occidental los ranímuris han sido un
quistador, ha continuado en la época contemporánea con uen ejemplo. Este grupo indígena ha sido víctima consue-
dinaria de la tala inmoderada de sus bosques por parte
'CP Newman, Kino, Cristóbal de Cañas, Nliguel del Barco, Junípero
e mestizos. Por otro lado, su territorio ha sido invadido
Serra, Pérez de Rivas. p or parte de compañías aserradoras que comúnmente
162 MIGUE- 1 OLMOS NAIRE P010 Y V1011 IA I ti 10,, PHI 111), NA`, DI 1 NI11<01.,11! 163
En la región vaqui, el más reciente es el provecto para des-
L CASO 11 \EA, 1.S; MM COBA
viar el agua del cauce del río Yaqui. Durante el mes de sep-
tiembre de 2011, se recrudecieron las protestas por el proyec-
a agreste región pima de la sierra de Sonora, colindan-
to de desvío del agua del río Yaqui a Hermosillo, capital, por
con el estado de Chihuahua, se ha caracterizado en las
parte del gobierno del estado de Sonora (Zapateando, 2011).
ltimas décadas por una intensa actividad del narcotrafi-
No obstante, hay que precisar que el gobierno federal du-
, sobre todo en cuanto a la producción y distribución de
rante el gobierno de Lázaro Cárdenas les concedió, en 1939,
ervantes. Debido a lo inhóspito y lo aislado de la cor-
el derecho a gobernarse con un sistema autónomo, y entre
dillera montañosa donde colindan el estado de Sonora y
los decretos reconocidos a los yaquis estaba 50 por ciento del
hihuaua, ha sido un foco importante de tráfico de droga
agua del río Yaqui, cauce que ahora pretende ser desviado
lesde hace varias décadas (Valdivia, 2007).
a los insumos industriales de la ciudad de Hermosillo. Este
Al igual que en el resto del país, la violencia del narco-
proyecto está basado en la construcción de una presa, en las
ráfico se ha recrudecido en los últimos años, pese a que
partes bajas de la Sierra Madre Occidental, que desvíe el vi-
la sierra de Sonora y Sinaloa, la producción de droga
tal líquido fuera de su cauce natural; situación que pone en a estado presente por lo menos desde los años sesenta. A
riesgo los explotados afluentes que llegan a las comunida-
propósito del narcotráfico entre los pirras, Hope (2006:23)
des yaquis, y que altera, también, los ecosistemas regionales.
recisa: "Las difíciles condiciones de vida obligan a nul-
Dicha situación afectaría tanto a las comunidades indígenas
os a dedicarse a actividades ligadas al narcotráfico". En
como las prácticas agrícolas de los fértiles terrenos del Valle
a actualidad, la violencia se ha recrudecido en particular
del Yaqui, situado a cientos de kilómetros al sur de la cons
n algunos poblados de las zonas montañosas, esto debido
trucción de dicha presa. Al ver amenazados sus bienes natu
la lucha entre grupos que se pelean el territorio v que al
ralos, en la segunda mitad del año 2011, los indígenas yaquis
'smo tiempo reclutan pueblos enteros para la industria
dieron inicio a una serie de movilizaciones que concluyero
el narcotráfico.
con la toma de la carretera internacional que comunica de
El caso pima u o "oba de mai/coba fue uno muy wmenta-
norte a sur el estado de Sonora, y que representa el único
o en los medios regionales, y sobre todo entre los inves-
paso del norte por el extremo poniente del país. El proble
gadores que trabajamos en comunidades indígenas de la
ma fue discutido en tribunales federales y la resolución era
gión. El 4 de abril del 2010 un grupo de "sicarios", en 20
que efectivamente los indígenas tenían derecho sobre e
ionetas con armas amartilladas en sus cajas, tomaron el
vital líquido, a pesar de lo cual el gobernador de Sonora,
ueblo entero de Mavcoba del municipio de Yecora en el
en desacato abierto a esta resolución, no sólo continuó con
stado de Sonora. Durante este operativo, los pretendidos
el proyecto del usufructo del agua del río, sino que envió
icarios ocuparon la presidencia municipal con todo y el
a las fuerzas armadas para prever posibles enfrentamientos
dil, amenazándolo de muerte si no abandonaba el lugar.
con grupos que pugnaban por el respeto a la autonomía y
n el enfrentamiento hubo cuatro muertes, y produjo pá-
al derecho de los pueblos indígenas a la explotación de su
"co generalizado, provocando que la gente saliera de sus
recursos naturales.
asas durante varios días para instalarse en el bosque, va
161 'I L'ILERA
ARROJO 'V \LEL I IE. FA IN i rt , r.,, 165
que temían por sus vidas si se quedaban en el interior territorio limita con el de otros grupos indígenas yumanos
de sus casas en el poblado. Al pretender dicho comando como el kiiirva y con diversos grupos de rancheros.
"levantar" o llevarse a algunos individuos, se suscitaron E117 de septiembre de 2008 se presentó una masacre sin
varios incidentes. Se tiene información de que el sacerdo- precedentes en el municipio de Ensenada en una ciudad
te David Pfeiffer, fraile capuchino, intercedió para calmar principalmente mestiza en donde algunos indígenas yu-
los ánimos, entre la zozobra de la situación su palabra fue Manos han vivido en las últimas décadas.
respetada por los individuos que formaban dicho coman•
do, además, existen evidencias del impacto que tuvie Esta matanza es considerada por especialistas corno un
ron las violentas escenas en la mentalidad infantil. Esto parteaguas en el comportamiento de las células del narco-
quedó registrado en los dibujos que los niños realizaron; tráfico en México, porque hasta entonces no se metían con
invitados por el padre David; en ellos, representaron su las familias. No existía un antecedente similar a este multi-
homicidio, ligado a una actividad delincuencial que en los
intensa experiencia destacando las imágenes de hombres
años posteriores ha cobrado fuerza por su diversificación,
armados y de familias enteras resguardadas en lo alto de
la cantidad y forma de las muertes violentas (Vargas, 2010).
la montaña.
De las 19 víctimas que dejó esta masacre al menos cin-
co personas eran de origen indígena pa ipai. De acuerdo
EL CASO PA MAI, EL SAUZAL
con la crónica de la noticia, que después alcanzaría eco
nacional, la crueldad con las que se llevó a cabo no tiene
Asentados en el norte del estado de Baja California de precedentes, con victimas de ambos géneros y de todas
otro lado de la frontera con Estados Unidos, en Califor las edades.
nia, Arizona y Colorado, los grupos yumanos mexicano
son quizá uno de los pueblos étnicos más mermados er
el transcurso de la historia contemporánea. Una intensa CASO DE CREEL, CI IIHUAI ILJA
compleja avanzada de cambios culturales, entre los que s
cuenta su anterior organización social de caza-recolecció n Sin ser un caso exclusivamente indígena, el 16 de agosto
y su sistema clánico de intercambio, aunado a los cambio de 2008 hubo una masacre en Creel, Chihuahua, con un
instruidos en la frontera y los enfrentamientos creciente resultado de 13 muertos en total. Al igual que en otras par-
con los grupos mestizos, ha impulsado mayormente 1. tes de la sierra, el tráfico de droga no es una novedad en la
desintegración de su etnicidad. ontaña, lo que salta a la vista es por un lado la saña con
El grupo pa ipai es el único grupo yumano de la famili a a que se perpetró dicha matanza y, por otro, que la vio-
pai en México, su población no sobrepasa los 200 indivi lencia haya alcanzado el poblado turístico más importante
duos, y el territorio donde habitan ha sido foco de múl6 e toda la sierra. Sin embargo, existen varias incógnitas en
pies escenas de violencia tanto entre otros grupos indíg este caso que, como muchos otros sucesos en México, no
nas corno entre grupos dedicados a los negocios ilícitos. S an podido ser resueltas. Inicialmente, la policía no hizo
166 MIGUEL OLMOS AGUILE ESPOJO Y VIOI. LNC S PULSE OS F DEL NOROESTE 167
presencia a los pocos momentos después de la tragedia, :que contribuya a resolver o a agudizar relaciones cultura-
sino hasta varias horas posteriores a la matanza. En el pue- l es preexistentes. Así, el trabajo del etnólogo, establecido
blo dicen que, antes de llegar, se anunciaron: "Llamaron a '-Frecuentemente en poblaciones con creciente fragilidad, lo
la comandancia de policía y les advirtieron que se fueran, lleva a equívocos y f racasos de investigación. Sin embargo,
porque comenzarían la matanza" (Alvarado, sin fecha:49). to no indica que no se produzca algún tipo de conoci-
El sacerdote jesuita Javier Ávila tuvo un activo papel en el lento sobre la realidad estudiada. Por otra parte, como
registro de los hechos y en tratar con los familiares de las tes mencionamos, la escena conflictiva en diferentes
víctimas (Alvarado, sin fecha). erritorios indígenas del país es producto de factores que
A pesar de haber sido una masacre que estremeció el es- tistóricamente han aquejado a los grupos indígenas. En el
cenario nacional, no es la única matanza que se ha perpe- aso del noroeste, podemos mencionar su ecología, su si-
trado en esta ciudad. El 15 de marzo de 2010 hubo también ación geogdOca y el conflictivo proceso de abandono del
una masacre que fue completamente registrada en video, obiemo desde el siglo xix. Aunado a esto, se encuentran
en el que se advierte todo el modus openuuli del grupo delic- as políticas educativas, que se suman a una laguna histó-
tivo que dio muerte a ocho personas (Televisa, 2010). Una lca del estado mexicano en estos territorios. Junto a todo
de las últimas noticias respecto al caso, es que una estu- o mencionado, hay que recordar que el noroeste del actual
diante de antropología de Chihuahua pidió asilo político erritorio mexicano no es Mesoamérica y, por lo tanto, el
en Estados Unidos después del hostigamiento que sufrie- odo de vida, que incluye una precipitación pluvial con-
ra por haber denunciado públicamente la escasa partici- iderablemente menor a lo que se observa en Mesoamé-
pación policíaca en la captura de los responsables de las ca, es clave para entender la cultura de estos grupos de
masacres de Creel. za-recolección. Los fenómenos anteriormente señalados
an hecho que estos territorios de la América árida sean
roclives al desarrollo del crimen organizado, así como al
CONO USION I stímulo de abusos y vacíos legales en torno a una gran
antidad de fenómenos de usurpación, corrupción y des-
Además de la naturaleza conflictiva de las relaciones inter- ojo cultural. La marginalidad histórica, en términos ciu-
personales que experimenta y desarrolla el antropólogo en adanos y en términos de las políticas asistenciales del Es-
el trabajo de campo, en este tipo de escenarios, su figura se do mexicano, ha estimulado el abuso y el conflicto entre
proyecta muchas veces como un actor social que irrumpe con los pueblos indígenas, quienes han encontrado op-
en intimidades, interactuando tanto en la modalidad de ciones reales integrándose a la filas del narcotráfico. Este
escucha, otorgándole un sentido muy particular a la pa- enómeno no se presenta, sin embargo, aislado de lo que
labra de los sujetos, como en su calidad persona capaz de sería la representación del otro. La al teridad ha jugado un
actuar sobre el sentido de la realidad misma como partici- ugar relevante en múltiples aspectos de la violencia regio-
pante activo. A menudo, la interacción con los sujetos de •1.En diferentes niveles, este juego de espejos se precipita
estudio puede imprimir, en contextos de crisis, un carácter n distintas modalidades. Pese a que el Estado pretende
b8 P030 Y 169
abrazar a los mexicanos en todo el territorio nacional, n rittier, Franwise, 1996, Seminaire sur la Violence. París, Odile
todos poseen en la realidad el mismo estatus ciudadan Jacob.
La identidad nacional se fractura en razón proporción
pe, Margarita, 2006, Pueblos indígenas del México contemporá-
con la distancia del centro del país, pero hay que precis neos: Pialas, México, D. E., mi / PUND.
que esta distancia no es solamente física, sino fundam
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172 /
c,u1LE
Durante todo el siglo xix, los indios Comanches habían 1849 se habían registrado I I incursiones y el número se
sido un enemigo formidable. Estos indios nómadas eran crementó notablemente durante los años siguientes (Go-
el grupo nativo más poderoso de las planicies del sur de la ierno federal, 1873:126-129), en 1850 se contabilizaron 36
América del Norte. A partir de alianzas con otros grupos taques, que fueron combatidos por aproximadamente mil
indios y de agresivos movimientos de expansión, estable- ombres -entre soldados, colonos militares y milicianos- y
cieron un amplio territorio de influencia creado a partir de la ejaron un saldo de 28 muertos, 14 cautivos y 14 heridos.
guerra y el comercio. La "comanchería" fue un área, que en n1851, los coahuilenses sufrieron 94 irrupciones y se cal-
su momento de mayor auge a principios del siglo xix, se ex- culó que tres mil nómadas asolaron el estado, lo que dio
tendió desde el río Arkansas hasta el l'ecos (Pekka, 2008:176). or resultado 63 personas muertas, 11 cautivas y 35 heridas
El sustento de esa economía fue la cacería del búfalo y el in- Gobierno federal, 1873: 132).
tercambio de pieles, cautivos y ganado por armas, pólvora, Aun antes de la guerra existía consenso en considerar
instrumentos de metal, textiles, tabaco y licor. ue la única manera de terminar con la amenaza india era
Los apaches fueron uno de los primeros grupos nativos a colonización. En el verano de 1848, unas semanas des-
que enfrentó los ánimos expansionistas de los comanches. ués del tratado de Guadalupe Hidalgo que definía los
Los apaches no sólo tuvieron que dejar sus lugares de resi- tuevos linderos entre México y Estados Unidos, el general
dencia y sus áreas de caza y cultivo en las grandes prade- osé Urrea consideraba como un "dogma político" la co-
ras, sino que padecieron sus depredaciones tanto como los onización de "nuestra línea fronteriza" y, de acuerdo con
mexicanos. A mediados del siglo xvin, la presión de los co- sta opinión, el gobierno federal decretó el establecimiento
manches había obligado a los apaches a reubicarse al sur y e las colonias militares con el doble objetivo de poblar
al este del Río Bravo desde donde comenzaron sus ataques efender el norte de la república: Éste era un plan ambi-
sobre la Nueva Vizcaya, Coahuila y Nuevo León (Pekka, 1oso y de largo plazo con el que se esperaba cumplir con
apaches participarían en ese comercio junto con estadouni- Las colonias recuperaban en parte la tradición de los
denses y mexicanos. Los ataques sobre el norte de México residios coloniales, de los que existía la convicción de
para robar ganado se incrementarían. Según la Comisión ue habían sido sumamente efectivos en la lucha contra
Pesquisidora de la Frontera Norte, que emitió su reporte
general en 1873, a partir de 1850, Coahuila p el Bolsón de
'José Urrea a Nlariano Arista, Durango, 24 de agosto de 1848, exp.
Mapimí se habían convertido en la "válvula de escape"
1 /481.3/2900, Archivo Histórico de la Secretaría de la 'Mensa Nacion-
para comanches y apaches (Rodríguez, 1998: I 31). Si duran- (en adelante Aiis EN).
'Luis Lernandei a luan Manuel Alaldonado, t. iuerrero, 24 de se 3Ayuntamiento de ( aierrero, se-don extraordinaria del 11 de octubre
liembre de 1850, Fondo Colonias Nlilitares de Oriente (en (hielan 1850, k ro), caja 8, idlder 4, exp. 37, Atas.
Fumo), caja 8, fÓlder 4, exp. 37, Archivo General del Estado de Coahu. "Juan Manuel Maldonado a Antonio María de lauregui, Monclova
(en adelante .∎ crc ). ajo, 20 de noviembre de 1850, ic ■io, raja 8, fOlder 4, exp. 37,
I/9
178
excelente noticia. Como militares apreciaron particularmen tado a decidir sobre el fin de los terrenos de su entidad, la
te la llegada de los seminoles, a quienes se consideraba cern Islatura decretó que eran propiedad de Ilspiridion Gómez
guerreros de "valor a toda prueba" que además cumplí Antonio Menchaca, y que los indios debían abandonarlas.'
con fidelidad con la palabra empeñada. Para Jáuregui, la El gobernador dejó saber entonces al Ministerio de Gue-
pública había logrado una "grande adquisición" con la 11 a que consentía que los indios se asentaran en Coahuila
Bada de estas "tribus", porque "son trabajadoras, laborios lamente porque podían ser "el muro en que se estrellen
y guerreras"; estos pueblos eran capaces de enfrentar a ap s salvajes que talan nuestros campos y sacrifican a los
ches y comanches, pero también eran pueblos "que viví bitantes de estos pueblos que no pueden progresar por
del trabajo" y con costumbres morales que los acercaban a plaga asoladora que los acosa debido a la poca pobla-
la civilización. El presidente apoyó la idea de otorgarles ti ón de la frontera"."' I .a única "ventaja" que se desprendía
rras e incluirlos dentro del amplio proyecto de poblamien su admisión era que podían enfrentar mejor a otros in-
del septentrión. Por su parte, el ministro de Guerra, Marin os, debido a que estaban habituados al desierto y a sufrir
Arista, consideraba que la frontera ganaba pobladores ido tipo de penalidades". Su destino en Coahuila no se-
liosos y que México estaría prestando un "gran servicio a a constituir núcleos prósperos de población, sino "servir
causa de la humanidad" al sujetarlos a las leyes y dirigirlos seguridad a los mexicanos y extranjeros que se estable-
la "religión cristiana que purificará sus costumbres".' era en San Rodrigo y San Antonio". Una vez eliminada
La opinión de las autoridades federales —que eran mili amenaza de los indios indómitos, seminoles, kikapús y
res— se encontró en oposición con la perspectiva de las a scogos, podrían prestar sus servicios como jornaleros en
toridades estatales y civiles. La primera divergencia surgi ricas haciendas que sin duda se formarían."
al momento en que el gobernador José María Aguirre tus, Las autoridades estatales determinaron que los indios
noticia de que se había aceptado la petición de los indios bían situarse en los terrenos adyacentes a las colonias
residir en Coahuila. Lo primero que se objetó fue el dere itares y en grupos pequeños a lo largo de la frontera.
del gobierno federal a decidir sobre los terrenos baldíos d gobernador consideraba que no se podía permitir que
estado y las tierras que se habían seleccionado para el asen asentaran todos en un mismo lugar, debido a que no se
miento de los indios. Inicialmente, el inspector Jáuregui se" podría obligar al cumplimiento de las leyes y porque
lo los terrenos comprendidos entre los ríos San Rodrigo y S se podrían vigilar sus acciones de forma tan estrecha
Antonio para las colonias de indios, pero éstas eran, a de mo lo indicaba la prudencia. Ya que, "forman esas tribus
del gobernador, "las mejores del estado" y estaban des número de guerreros superior al que pudiera presentar
das para fundar pueblos de mexicanos y extranjeros, no d
indios. Para hacer patente el derecho de las autoridades d losé María Aguirre a Antonio María Jáuregui, Saltillo, 22 de octubre
1850, rc Mn, caja 16, lilder 4, exp. •11, aneo.
°Antonio María Jáuregui a Mariano Arista, San Fernando de Rosas, 7
"Antonio María Jáuregui a Mariano Arista, San Fernando de Ros
julio de 1850, Fumo, caja 16, (Oidor 4, exp. 41,A(
27 de julio de 1850; y Mariano Arista, NVxico, I() de octubre de I 10 de agosto
Santiago Rodríguez a Antonio María Jáuregui,
N sin, cilia "ler 2, "P• 27, A " • 850,1( mo, caja 16, l'Oidor 4, ex p. 41, Acre.
192 ANA I H IA 1111 10 c4MACH LACIONrc, ITanu IIJI ,JUc. Y No 11',1)1(J` 193
las colonias militares que aquellos que comerciaran o au- , mexicanas. Apaches y Comanches sostenían una parte de la
xiliaran a los indios belicosos en sus depredaciones serían red económica que hacía posible la subsistencia de los po-
considerados corno enemigos de la nación (1:1 Siglo XIX, blados más septentrionales donde, a pesar de los esfuerzos
1850). A los indios emigrados, se les hizo saber claramente de los gobiernos nacionales y estatales, los indios no eran
que tenían terminantemente prohibido entrar en comunica- - siempre enemigos y la nítida división que se pretendía ha-
ción con las "tribus errantes y vagabundas" o "proteger el cer entre víctimas y victimarios carecía de sentido.
comercio que hacen con sus objetos robados", lo que puso Si en los linderos de México el contacto con el mundo indio
a los indios no-bárbaros en una situación comprometida,1! implicaba violencia pero también intercambio y, por un breve
pues residían junto a colonias y pueblos donde ese comer- período, vecindad y colaboración, para los habitantes radica-
cio existía. Los rumores sobre las actividades ilegales que se dos al sur, lo indio fue un elemento amenazante en el que no
realizaban en colonias como Monclova Viejo y Aguaverde cabía la distinción entre indios bárbaros y no-bárbaros, debi-
o San Carlos en Chihuahua, acentuó la desconfianza de las 1 do a que seminoles, kikapús y mascogos seguían siendo esen-
autoridades locales ante la conducta de los "indios de paz" cialmente indios guerreros y cazadores; es decir, seres "salva-
pues, a fin de cuentas, les sería fácil confundirse con otros jes" incapaces de integrarse a la civilización. La decisión de
indios y atacar a los "indefensos" pueblos coahuilenses. Los los kikapú de abandonar el territorio mexicano para unirse
seminoles podían ser estimados por los militares, pero los a los lipanes, sus antiguos aliados, reforzó las actitudes en
vecinos de los pueblos cercanos a las colonias sospechaban contra de lo indio. Estas alianzas y proyectos colonizadores
de ellos y con frecuencia se les acusaba de robos y asesina- • fueron efímeros. En 1853, el fin de la presidencia de Mariano
tos, aunque en las investigaciones sumarias se encontraran , Arista significó también el fin del proyecto de colonias milita-
otros culpables. Se decía que los kikapús atacaban en coor- res y de las colonias de indios de paz. Los seminoles decidie-
dinación con los lipanes, pero también hay noticias de que ron regresar a Estados Unidos en 1859 y adaptarse a la vida
no pocas veces los mexicanos robaban ganado a los indios." 1 en las reservas, mientras que los mascogos fueron reubicados.
En la frontera, comerciar con los indios y convivir con La mayor parte de los kikapú también emprendió el regreso
ellos era parte de la vida cotidiana. Las relaciones no esta- a territorio estadounidense en 1874. A finales del siglo xix, lo
ban exentas de violencia y conflictos, treguas rotas y repre- indio había desaparecido casi completamente de Coahuila.
salias, pero también había acuerdos y beneficios mutuos. Los indios, belicosos o pacíficos, aunque todos guerreros, ha-
El nuevo lindero marcado entre México y Estados Unidos bían definido lo que era "frontera" en México y habían sido
reafirmó la cualidad de las colonias y de otras poblacio- parte fundamental de la vida económica, política y social de
nes limítrofes como lugares privilegiados para los nego- la región, pero no tuvieron cabida como parte del futuro de
cios, particularmente los ilegales, pues cruzar el Río Bravo prosperidad que se proyectaba para el norte de México. l'ara
garantizaba dejar atrás la persecución de las autoridades los mexicanos del siglo I la cultura y la sociedad indígenas
debían desaparecer, va fuera a partir de la asimilación o del ex-
terminio, la "civilización" debía prevalecer sobre la "barbarie".
"Juan Manuel Maldonado a Antonio María de biuregui, villa de Ro-
sas, mayo de 1851, I,CNIC, caja 13, íólder 15, exp. 115, A( :r(
TERP IT O r,1 AL I DA I) F
201
11 , 1 1105
200
y mundiales, con intereses distintos, con percepcio- cia de territorios, tal como se menciona en la caracterización
nes, valoraciones y actitudes territoriales diferentes, anterior. La relación-diferenciación que hace Monnet (2009),
que generan relaciones de complementación, de coo- de territorio-territorialización-territorialidad, nos permite
peración y de conflicto. identificar las dimensiones sociales, políticas, ideológicas,
• El territorio no es fijo, sino móvil, mutable y desequili- etcétera, presentes en el proceso de construcción del territo-
brado. La realidad social es cambiante y requiere perma- rio. En otras palabras, el modelo de Monnet (2009) propone
nentemente nuevas formas de organización territorial. una forma de entender el proceso de construcción social (te-
• El sentido de pertenencia e identidad, el ejercicio de la rritorialización) de un espacio material (territorio) connota-
soberanía v la acción ciudadana, sólo adquieren exis-
do de diferentes valoraciones (territorialidad):
tencia real a partir de su expresión de territorialidad.
En un mismo espacio se superponen múltiples territo-
Fi'ura 1. "Territorio-territorialización-territorialidad
rialidades y múltiples lealtades.
203
202
I .A 10\ IA D1 LA I'l A/A HIDAII..0 eN MoNi ERgn
y en gran parte del mundo urbano occidental habrían de
interpretarse como las evidencias posmodernas, corno las
Corno contexto al primer caso, conviene señalar que las calles manifestaciones (en ciernes al menos para Monterrey) del
en Monterrey han sido escenario de numerosas y variadas for- "cosmopolitismo reflexivo" que menciona Ulrich I3eck
mas de manifestación colectiva. En la historia contemporánea, (Mundicia, 2010). Al menos, esta comunidad maduró un po-
a lo largo del siglo xx, las calles fueron tornadas por los actores sicionamiento, impensable en otros tiempos, en el uso de la
sociales más representativos de una ciudad con origen fabril. calle como pocos sectores sociales lo hacen en Monterrey en
Dos períodos paradigmáticos fueron las década de los treinta la actualidad.
de los setenta. En ambos, obreros y patrones disputaron el La Plaza Hidalgo se localiza en el centro de la ciudad
control sindical y laboral, la calle fue un espacio igualmente de Monterrey, en una de las zonas con más dinamismo
usado, pues no sólo marcharon por ella los sindicatos "rojos", cultural, político y comercial. Está rodeada de hoteles, a
también los empresarios convocaron y salieron C11 defensa unos pasos de la Macroplaza, de los palacios de gobierno
de su "autoridad patronal". El letargo en que se sumieron las municipal y estatal, de la catedral metropolitana, conec-
calles citadinas luego del control impuesto desde el emblemático ; tada con el pasaje comercial y peatonal más importante
cienv de Fundidora Monterrey en 1986 y de la domesticación de ' de Monterrey (la calle Morelos) y a espaldas del Museo
la universidad pública, fue irrumpido por el levantamiento Metropolitano. Con todo esto, la Plaza Hidalgo es un es-
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en 1994 y casi pacio público de gran visibilidad y de múltiples flujos e
inmediatamente con la explosión de la crisis y el surgimiento interacciones.
de El Barzón, ambos movimientos recuperaron la calle para La plaza, además de ser lugar de cruce, también es lu-
la manifestación e incluso la algarabía. Pero junto con estas gar de descanso y socialización. Es frecuentada por adul-
expresiones políticas y sociales en los noventa, la aparición de tos mayores y diversos grupos de jóvenes. El punto crítico
la llamada pandemia del mil/Sida lanzó a la calle a un sector para las autoridades municipales y los hoteleros fue que la
hasta entonces soterrado socialmente para esquivar la intole- plaza había devenido en un espacio de socialización de la
rancia y las "buenas costumbres" regiomont¿mas.' comunidad lésbico, gay, bisexual, transgénero (aciiT). Has-
Esta combinación e interrelación de expresiones socia- ta este punto tenemos un territorio (la plaza) con diversas
les y políticas tan disímbolas que ocurrieron en Monterrey valoraciones en coexistencia; es decir diversas, territoriali-
- dades (convivencia entre adultos mayores, entre la comu-
x.
nidad IGHT, funcionalidad de tránsito para transeúntes).
interesante reparar en que la comunidad homosexual inició un pro-
Otra de las territorial idades, pero en tensión, es la idea de
ceso de reconocimiento de sí misma y se visibilizó socialmente como tal, al
manifestarse públicamente en contra del intento de un alcalde pan ista por
. lo "que debe ser" la plaza, de acuerdo "con las buenas cos-
imponer un frustrado reglamento de espectaculos que prohibía "por inmo- tumbres" desde la visión de las autoridades municipales y
rales" los desnudos en obras de teatro, también incluía como atentatorio a la los hoteleros.
moral el uso de pantaloncillos cortos (shorts) en lugares de concentraciones En 2010, el Ayuntamiento de Monterrey inició la remode-
masivas. I .a ciudad veía por primera vez en la calle a un sector social que
' lación de la l'Iaza 1lidalgo, ese provecto de "regeneración"
se manifestaba con indumentaria que no dejó de escamlalizar a muchos.
TERROo 205
I' i In P. LA C IOS
204
incluía el retiro de bancas, lo que despertó las críticas de los Una vez que la remodelación fue concluida y los muros
sectores afectados en tanto el proyecto eliminaba la posibi- de su perímetro fueron retirados, tuvo lugar otra práctica
lidad de la convivencia en ese espacio público. Regenerar territorial con carga simbólica por la comunidad I.GE31", esta
una plaza puede ser una práctica territorial, en este caso vez se trató de la "inauguración" de la nueva plaza por esta
subyace la intención, ahora desde los poderes políticos y comunidad, lo cual fue anunciado por la propia comunidad:
económicos, para desplazar una valoración ya instalada
por grupos sociales e instaurar otra de acuerdo con la ideo- Vamos a inaugurar nuestra nueva plaza que nos hicieron
los hoteleros [sonríe], del cual nos corrieron a "marico-
logía de "lo que es bueno" y "deseable". La comunidad
nes" y a ancianos, entonces qué bueno que nos remode-
usuaria y organizada vio esto como una práctica de exclu-
laron la plaza y la vamos a ir a inaugurar [...] Allí vamos
sión del espacio público. a estar, sí, eso nos encanta, cuando nos excluyen de un
lugar, ¡claro que no!, o sea no tienen por qué los chavos
Era un punto de encuentro en donde va mucho chavo emo,
estarse escondiendo en cuartos oscuros para conocerse o
mucho chavo gay, donde es un punto de encuentro, aparte en un antro, también tienen derecho a estar de día y tam-
de que a los turistas les encanta y son gente joven, ¿de
bién tienen derecho a expresar su amor, su cariño, a tomar
qué se quejan? Entonces empezaron a ser muy represivos
la mano, a hacer un gesto amoroso [. ..] (Integrantes de la
[...] no sé qué tantas cosas van a hacer allí [con la remode-
Comunidad Metropolitana, entrevista, 2011).
lación], pero lo más seguro es que va a seguir siendo un
punto de encuentro, no pueden ser cinco o seis hoteles en
Fotografío 1. La marcha contra la hotnoinbia en Monterey,
contra de toda una comunidad (Integrantes de la Comu-
nidad Metropolitana, entrevista, 2011).
Nueva León, el 5 de mayo de 2011
21I
t 1i,F1+ 1,1T
210
No falta alguien entre los vecinos defina la relación con feres y cargadores de los l ruilcrs que allí pernoctan, y por
la empresa como "una relación de amor y odio". Los co- emisiones contaminantes de los hornos de la empresa, et-
lonos añoran algunos beneficios de la empresa: fuente de cétera. "Nos robaron la banqueta, ya no tenemos banqueta.
trabajo, invitaciones al Museo del Vidrio (dentro de la em- Y luego hubo un tiempo en que todo el movimiento de car-
presa), obsequio de productos de vidrio, organización de ga y descarga lo hacían en medio de la calle, todo esto era
bailes y otros tipos de convivencia en el barrio. Los colonos patio de ellos porque andaban los montacargas hechos la
también reconocen beneficios vigentes de la empresa: ob- cochinilla" (Habitante de las colonias Terminal y "Ireviño,
sequios en "día de reyes", uso de un espacio (quinta) para entrevista, 2011).
eventos sociales, aunque quien lo solicita no tenga relación De acuerdo con vecinos de segunda generación, en la re-
laboral con ésta. Estos beneficios y su reconocimiento no lación conflictiva entre empresa y colonia destacan varios
borran, sin embargo, los daños que ocasiona a la colonia. hechos específicos por los que se ha incrementado el anta-
La concentración estratégica del Grupo Vitro en su ac- gonismo: en los cincuenta la empresa por compra de un te-
tividad originaria ha incrementado la producción de en- rreno cerró una de las calles de la colonia Terminal, pero esa
vases y su tráfico, ya para el mercado interno, ya para la misma noche las vecinas derribaron el muro (finalmente los
exportación. El problema es la transportación, la cual ya colonos cedieron); también por la madrugada a principios
no se hace tanto por tren, sino en contenedores movidos en de la década de los setenta, la empresa intentó tender un
trailers de gran tamaño que diariamente se apropian de la nuevo ramal para el ferrocarril; para evitar esa construcción,
calle, obstaculizando el tránsito de los autos de los vecinos. la gente se acostó en el suelo, evitando el tendido de rieles.
"Es muy inconveniente pasar cuando ellos están haciendo Actualmente, a pesar de que se tiene el acuerdo de que las
sus maniobras no te dejan pasar 1...1 yo la otra vez le dije maniobras (y el ruido) de la empresa en la calle deben parar
a un guardia: qué ¿son los dueños de la calle o qué? (Habi- diariamente a las 23 horas, esto no siempre se cumple, por
tante de las colonias Terminal y Treviño, entrevista, 2011). lo que los vecinos de la Treviño obstruyen las calles con sus
Al respecto y como signo de los cambios en la relación vehículos para forzar a parar el trabajo en la calle:
fábrica-comunidad, la jueza de la coloniatambién se siente
como en su casa al hablar de Vidriera, pero a diferencia de A las 11 de la noche ellos ya no deben estar cargando, a ve-
los niños que allí jugaban ella dice: "yo con Vidriera en- ces están saliendo trailers y entonces agarro la camioneta me
tro corno si fuera mi casa porque los vivo demandando de travieso y les hablo a los vecinos y nombre! al otro día vie-
todo". Las principales son por reclamos ambientales: "Yo nen (de la empresa) y: "no nos haga esto", (y les responde) es
que mire nosotros tenemos derecho a dormirnos! (Habitante
tengo tres demandas para Vidriera, yo los demandé en
de las colonias Terminal y Treviño, entrevista, 2011).
Ecología Federal, Municipal y Estatal por tanto deterioro
ambiental." Y los motivos abundan: por el tamaño de los
Otro de los grandes problemas es que el grupo de cho-
trailers en zona urbana, por el espacio que ocupan, por el feres de las compañías de transportes permanece en las ca-
horario en que trabajan, por el ruido que provocan, por las
lles por largos períodos, lo que ha generado dinámicas de
actividades ilegales e "inmorales" en la calle de los cho-
R,1 213
212
Fetwtifite; .5 ti o. Espacio residencial y pi -Oí/lidia)
prostitución, drogadicción, insalubridad y más ruido. En
la imagen de abajo, aparece la calle donde se daba este tipo
de dinámicas entre choferes. Una vecina debió cerrar la ca-
Ile con una cadena para evitar el uso mencionado.
VACIOS
TERPUMPIALIDAH (Al 215
214
requerimientos materiales, emocionales, etcétera, es indis- Integrantes de la Comunidad Metropolitana [entrevista], 2011,
pensable su conservación (o arrebato, si se está en dispu- por Camilo Contreras, marzo [trabajo de campo].
ta como la plaza) mediante prácticas territoriales como la Mendieta, Eduardo, 2010, "Del cosmopolitismo imperial al cos-
transformación de la plaza (con el poder económico y po- mopolitismo dialógico: humildad, solidaridad y pacien-
lítico), o bien las manifestaciones de protesta (con el poder cia", en Ileana Rodríguez y Josebe Martínez, coords., Na-
social) para rechazar las prácticas de exclusión. Aquello que rratieils comando-sistemas mundos: coionialidad-modera/MM,
está más allá del espacio concreto es la territorialidad o valo- Baecelona, IANI Anthropos.
ración del territorio, se trata de lo intangible que da sentido Monnet, Jerome [ponencia], 2009, "Perspectivas actuales de la
para la defensa y conservación: el sentido de pertenencia a investigación sobre el territorio", ym Seminario bíter - nacional
una comunidad (barrial, la idea de lo que debe ser un Madrid, Universidad Nacional de
Sobre Territorio y Cultura,
lugar (plural, tranquilo, seguro, libre). Aunque estas valo- Educación a Distancia (España)/ Universidad de Caldas
raciones pueden tener sus contrarios, corno fue en los casos (Colombia), 30 de marzo al 1 de abril.
revisados (valoración económica y productiva de la calle, Montaña, Elma, 2007, "Identidad regional y construcción del te-
valoración del conservadurismo y binarismo sexual). rritorio en Mendoza (Argentina): memorias y olvidos es-
Un territorio (lo visible) y su valoración (lo invisible) son tratégicos", Bulletin rlrl Institut Francais (ludes Andiner,
la arena donde se negocian, se imponen, se gestionan, las Lima, Intituto Frances de Estudios Andinos, núm. 36 (2),
relaciones sociales cuando hay ejercicio de poder en cual- pp. 277-297 en 4http:e / www.ileanetorg /publicaciones./
quiera de sus formas. En los casos que revisamos, las prác- articulo.php?codartr 1694>.
ticas territoriales materiales y simbólicas han sido factor de Montañez Gómez, Gustavo y Ov id io Delgado Mahecha, 1998, "Es-
equilibrio entre actores con poder económico y político, y pacio, territorio y región: conceptos básicos para un proyecto
sujetos con poder social. nacional", OH/llevaos de Coograjúl, I )epartamento de Geogra-
fía / Universidad Nacional de Colombia, vol. II, núms. 1-2.
faizabelh Maier
219_
bilita a mordiscos el derecho ala privacidad que sustentó
sino que también representan lecturas radicalmente distin-
la decisión de la Suprema Corte de legalizar el aborto hace
tas de la historia nacional, la Constitución y los derechos
casi cuatro décadas.
fundamentales, la visión de familia, la relación entre lo pri-
Mientras que organizaciones nacionales de mujeres, redes
vado y lo público, y la separación del listado y la religión.
feministas y representantes electos adscritos al discurso del
Articulado en resistencia a la propuesta feminista de
derecho de las mujeres a decidir sobre su fecundidad, se po-
que la liberación e igualdad de las mujeres dependiera del
sicionan defensivamente frente a los embates del cada vez
derecho a la autonomía corporal y existencial, el discur-
más empoderado bloque del tradicionalismo político-reli-
so antiaborto ha sido especialmente importante en formar
gioso, el discurso de este último se infiltra progresivamente
la identidad colectiva de la renovada suma de cristianos
a los más altos niveles del poder estadounidense (Scharlet,
fundamentalistas' que en asociación con el neoconserva-
2008:58). No solamente influye en la conformación discursi-
durismo estadounidense, constituyen una tuerza política
va nacional, sino también internacional, mediante los dispo-
progresivamente influyente en el país.' La politización de
sitivos de la política exterior estadounidense. De tal manera,
las posiciones religiosas a la vez ha logrado la aprobación
la disputa por el significado del aborto ha incidido en las
de una serie de leyes antiaborto, fundamentalmente loca-
políticas de planificación familiar, prevención del vol /lapa,
les pero también federales. Promovidas y defendidas por
atención a las mujeres violentadas y en los programas de
representantes populares locales, nacionales y jueces de to-
educación sexual, tanto nacional como global, insertándo-
dos niveles de la estructura jurídica.' Dicha legislación de-
se así mismo en el corazón de la contienda contemporánea
por el carácter del Estado v la visión societal que definen la
2 E1 término fioulamenialismo nació en Estados Unidos en las Confe-
relación entre gobierno y religión, la interpretación de los
rencias Bíblicas de Niagra al inicio del siglo veinte. Como estrategia de
derechos humanos y el carácter de la familia.'
resistencia al torbellino de la modernidad industrial, se circunscribieron
a una serie de premisas que -según creyeron- sustentan la fe cristiana.
El objetivo del presente artículo es explorar la guerra
inspiración de la Biblia como verídica pauta inapelable del modo de cultural en Estados Unidos a través del tema del aborto.
vida se sitúa en primer lugar, a pesar de la controversia implícita en las
múltiples posibilidades -a veces encontradas-- de la selección del texto.
I,a maduración del discurso fundamentalista cristiano estadounidense y
doras de George W. Bush, fue la reconliguración del campo jurídico con
la significación contemporánea de dichas premisas están estrechamente reganiano
jueces afines al conservadurismo. Mientras que en el período
enraizados en la mitología nacional de excepcionalismo estadounidense,
se nombró a tres magistrados conservadores a la Suprema Corte y a 378
el libre mercado y la historia imperial.
magistrados federales de dicha tendencia, durante las administraciones
VonserzYatinrismo es un concepto altamente relacional, contextual y
de George W. Bush se nombró dos ministros conservadores a la Suprema
,yuntural que evoca una diversidad de remitentes según el momento
Corte y 323 magistrados federa les (Federal Judicial Center s. ti
histórico y el elenco de adores espedticos a mit' se reacciona y se resis-
`Ejemplifica esto la redefinición de la política exterior de planificación
ta (Bobbio c/ al, 198E31K-3191. I listóricamente, se enraizó al inicio de la
familiar durante la administración de George W. Rusia, con la adopción
Modernidad como un movimiento reactivo al liberalismo, tomando su ,
de 1.1 llamada ''ley mordaza', que eliminó todo financiamiento de or-
perfil en rechazo al proceso de laicización.
. ganizadones que incluVeS(1 la promoción del aborto en su estrategia de
'1i11,1 parte medular de la estrategia de reuoluchin neocollSelTiliIVIil del
salud reproductiva (Goldberg, 21109:98).
presidente Ronald Reagan y de las dos administraciones Ile0C0t1VCrVa-
I ER 223
222
universales con los derechos específicos de este sujeto co- (oxr') v otras organizaciones intergubernamentales. En las
lectivo concreto y complejo. últimas décadas, este cúmulo de derechos de género for-
No fue un contradiscurso solitario; de hecho, Estados mo parte de un nuevo discurso paradigmático, cuya vi-
Unidos en la década de los sesenta estallaba en contradis- sión del mundo se basa en la diversidad, la inclusividad,
cursos. El discurso de los derechos civiles y la ciudadani- la reducción de la desigualdad, la custodia del planeta y la
zación afroamericana, el pacifista de oposición a la guerra promoción de la paz.
de Vietnam, el de la participación democrática de los jó- El cambio de valores y cotidianidad inherentes a la pro-
venes universitarios en 1968, el discurso jipi de pa: y amor, puesta feminista provocó decididas resistencias entre sec-
las drogas espirituales, las comunas, el anti-consumismo y, tores conservadores estadounidenses, pero la cuestión del
finalmente, el discurso feminista de la igualdad sexual, re- aborto aglutinó una rápida resistencia pública. Inicialmente,
presentaron expresiones contraculturales contestatarias de su vanguardia discursiva emanó del campo católico, por su
actores emergentes, inconformes con la institucionalidad histórica posición opositora al aborto y la emblemática es-
de una era de apresurado agotamiento. Las propias con- tructura, organización y premisas patriarcales que lo gobier-
tradicciones de la modernidad industrial simple marcaron nan. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años
el fin del modelo de desarrollo capitalista de la posguerra. setenta, organizaciones antiaborto se constituyeron en distin-
El discurso feminista de la segunda ola empezó a circular tos estados del país, vinculadas con el f unclamentalismo cris-
en el último lustro de los sesenta, articulando las nociones tiano que paulatinamente cobraba auge a nivel nacional. En
de libertad, autonomía, igualdad, sujetivización y justicia particular, el mensaje discursivo de la tendencia domiaionisla
en una propuesta paradigmática que planteó la transforma- fusionaba la restitución moral de los valores familiares tradi-
ción de las identidades de género, la reorganización de la cionales, —v pregonaba la prohibición del aborto aun en caso
relación de poder que las medió y la redistribución de tra- de violación o incesto— con el establecimiento de un Estado
bajo que determinó su cotidianidad; esto a la vez cuestionó cristiano y la promesa de renovación espiritual y salvación
los significados culturales del modelo económico en crisis, eterna (Hedges, 2006:21)! Inspirados por el Génesis 1:36-31,
estableciendo nuevas formas de relacionarse, imaginar y vi-
vir lo cotidiano, pero sin contar con una propuesta acabada 7i1 pesar de que el don/ir/ion/su:o representa sólo una minoría de-
que armonizara los campos de la economía y la cultura. mografica, es altamente cohesiva, inspirada, expresiva y movilizada. Fn
2004, un encuestador evangélico, cal(1116 en 40 por ciento la población
Posteriormente, se diversificó el discurso feminista y se
total de los cristianos vueltos-a-nacer, pero consideró a los -verdaderos
realizó una miríada de discursos en correspondencia con evangélicos" en sólo 7 por ciento, siendo ellos quienes 110 sólo reCOntir-
el reconocimiento de la complejidad del sujeto femenino, man una relación íntima con Jesús Cristo como su salvador personal,
cuyas necesidades e intereses variaban según cada sector sino que creen tener la responsabilidad de impulsar su te con perso-
femenino específico. Pero la subalternidad compartida y la nas no cristianas, afirmando así mismo la existencia de Salan y que
la salvación eterna es posible únicamente por gracia y no por buenos
intención de igualdad fueron progresivamente traducién-
hechos. Ambos sectores simpatizan con la idea de un país cristiano y son
dose en un conjunto de nuevos derechos, patrocinados y fácilmente movilizados a partir de referencias de familia, te v bandera
diseminados por la Organización de las Naciones Unidas ("family, laith, and flag") (Goldberg, 201/7:8-Y).
tidumbre, inestabilidad y riesgo. En este nuevo capítulo his- se trasladan de casa a casa con una periodicidad cotidiana;
tórico, la anterior cohesión entre la economía, la política y la incrementándose las familias trasnacionales y trasterritoria-
cultura se desvanece entre lo líquido de la realidad vivida, tan les a raíz de la migración, y en el caso de profesionistas con
movediza "que las condiciones de actuación de sus miembros empleo, en sitios geográficos distintos.'
cambian antes de que las formas de actuar se consolidan en En fin, se ha reconf igurado la unidad familiar a lo que Rou-
hábitos y en una rutina determinada" (Bauman, 2005:9). sell llama "la familia incierta" (en Touraine, 1997:46) y Beck
Touraine (1997:46) llama al actual desfase entre estructu- nombra "la familia posfamilia" (2000:11), refiriéndose a esta
ra, cotidianidad y cultura institucional un período de des- institución contemporánea imprecisa cuya elasticidad no pa-
reciera anclarse en un terreno estructural sólido, esto en con-
modernización, pretendiendo así captar la progresiva desarti-
culación de la racionalidad moderna. Por su parte, Buck en- traste con la modernidad industrial simple que fue "un mode-
lo de vida en el que los papeles de los sexos, la unidad familiar
fatiza la creciente individualizaciem de las instituciones, donde
actualmente se priorizan las necesidades e intereses de sus y las clases forman parte de una misma cadena" (Beck, 2000:
integrantes por encima de la cohesión institucional que pri- 14). Nunca antes en la historia patriarcal —es decir, en la I lis-
maba apenas hace unas seis décadas. Existe un inslinitional toria que se escribe con mayúscula— han gozado las mujeres
de tanta igualdad con los hombres, lo que no sólo incide en el
lag dice el autor, porque el inmovilismo de las instituciones
se contradice con las necesidades de una sociedad cuya vida perfil y funcionamiento de la familia, sino que transforma sus
se transforma cotidianamente (Beck, 2000:16). lustilticiones valores y redefine sus premisas de existir (Giddens, 2003:12).
El debate actual sobre el aborto es central al orden fami-
cáscaras las llama Giddens (2003:18), señalando que a pesar
de tener los mismos nombres y aparentar ser lo mismo que liar. El control de la reproducción humana —y por ende, del
antes, son tan diferentes en su interior que se les dificulta cuerpo de la mujer— es un factor clave en el arreglo de poder
cumplir las tareas que les correspondían anteriormente. del sistema sexo/género, que a su vez se articula con todas
Dicha institucionalidad desencajada y desfasada se ejem- las dimensiones de la organización económica y social. La
plifica hoy en día con la interrogación del poder del Estado- disputa contemporánea por los significados de sexualidad y
nación, el resquebrajamiento de la coherencia ideológica de , la reproducción -es decir, la disputa por la definición de la
los partidos políticos, la creciente borrosidad de misión de familia- es finalmente una contienda entre lo que se quiere
la educación pública y —de manera estelar— la disputa por
la definición de la familia. Esta se flexibiliza y se renueva en 'Una de las tendencias contemporáneas más significativas en Esta-
cuanto a su forma y contenido de tal manera que para un dos Unidos es el declive porcentual de hogares de parejas casadas con
sector significativo de la población se han redefinido el pa- hijos. Mientras que en 19711, éstos representaban 40 por ciento del total
de hogares, para 20113 tal cifra se redujo a 23 por ciento. A la vez, el por-
rentesco y las relaciones de poder, renegociando la división
centaje de familias con jefatura de madres como única figura laminar
sexual de trabajo en el exterior y en el interior de la unidad; incrementó de 12 por ciento en 1970 a 26 por ciento en 2003, mientras
teniendo un incremento de jefaturas femeninas de familia y que las familias con jefatura de padres como única figura familiar creció
de parejas del mismo sexo con hijos; volviéndose transho- de uno a seis por ciento en el mismo período (Fields, 2004).
mienda constitucional -que implícitamente eleva el valor de del discurso feminista scgiuiday/cra, progresivamente aceptado
la privacidad individual- protege el derecho de las muje- : nacional e internacionalmente por crecientes franjas de la po-
res a decidir sobre su fertilidad. El criterio de la viabilidad blación. Dos factores contribuyeron a su aceptación e inclusión
del producto -es decir, la posibilidad de sobrevivir fuera del corno inciso de la salud reproductiva de las mujeres. El prime-
útero- fijó la temporalidad semestral en que un embarazo ro nos remite a las décadas de 1950 y 1960, cuando especialistas
internacionales de los países occidentales desarrollados die-
ron la voz de alarma frente al incremento demográfico en los
"Entre otros, Alaska, I lawdi y Nueva York legalizaron el aborto antes
países periféricos, advirtiendo una "explosión demográfica"
do I q71.
que ofrecieron -y a veces impusieron- nuevas tecnología rg, 2(109:12). En cuanto se rue evidenciando la correlación
médicas de control natal, florecieron en los barrios popal tre las sociedades que garantizan el ejercicio de la indepen-
res de Asia, África y América Latina en los años sesenta encia reproductiva y la existencia de mayores grados de pa r-
setenta, financiados por instituciones vinculadas con el D cipación femenina y equidad de género, se enriqueció la no-
parlamento de Estado, en el caso de Estados Unidos, o 1. gal de los derechos reproductivos, aportando gradualmente
secretarías de la política exterior de otros países. Según es una nueva especificidad de ciudadanía, con nuevos derechos
cialistas, dicha política antinatalista -que en muchos paí donados con la reproducción y la sexualidad, tipificados
incluyó la esterilización de las mujeres sin su consentimier luidos en el conjunto jurídico internacional.
to- se basó en una conceptualización instrumentalista del La evolución del concepto y la jurisprudencia interna-
mujeres, que las veía como simples dispositivos demográ tonal de los derechos reproductivos descansó en la lógica
ficos. "Las mujeres fueron reducidas a úteros"L' opinó un
promotora precursora de las políticas reproductivas a vive
acuerdo con una encuesta del consorcio Harris en 2011, 66 por
internacional, abogando a lugar por considerar la salud
ento de la población encuestada (de un total de 2 400 personas) estaba
r
productiva desde las necesidades, deseos y derechos de 1 favor de mantener la legalidad actual (3ti por ciento) o de facilitar ma-
mujeres (Goldberg, 2009:68-77). El tránsito de la instrumeri PI acceso al aborto legal (28 por ciento), mostrando mayor aceptación
talización a la ciudadanización correspondió a la emergen•• aborto despenali/ado, en Gardner, 2011.
y consolidación del discurso feminista, pero indudablemed 9_,a perspectiva de género emana de la teorización leminista, conside-
la cultura como el factor nhis influyente Oil la COOSIIIIICIállsie las ideo-
te la aplicación masiva de las políticas antinatalistas puso
dados semidies y el reparto del poder entre ellas, analiza las diferencias
tóricas y coyunturales de los sesos a partir de esta premisa y destaca
[ 'Traducción de la autora. distintas necesidades, intereses e impactos retados según el IVTler0.
244 I.AEF TM
CULE.4 4. 245
no representan una carga indebida para la mujer. Se privile A partir de 2005, gradualmente se complejizaron y am-
entonces a los gobiernos locales por encima del poder fede aron los condicionamientos al aborto a nivel estatal, pro-
invitando a una sucesiva cascada de leyes estatales que c2 do que acceder al procedimiento sea más complicado,
vez, de manera más incisiva, restringen y condicionan la d traumático en su proceso y más discriminatorio contra
ción de las mujeres, haciendo del acceso al procedimiento mujeres de menores ingresos. En algunos estados, se re-
experiencia progresivamente más engorrosa y tormentosa ería que los médicos describieran los detalles de la inter-
decir, menos sujetivizada y ciudadanizada. ción a las pacientes potenciales; en otros, se necesitaba el
nsentimiento del marido o la pareja; aún en otros, se fijó un
ríodo de espera después de la orientación médica; en otras
LI111', RI SI RICC101\ I H 1 Cl1,C U1C 10AAAIIISN IllH tidades, se legisló en el sentido de sólo proporcionar el ser-
Al I /142111-10 A /IR do en hospitales por médicos ginecólogos especializados,
que imposibilita a las clínicas de Planned I'arenthood (PI')
El impacto de dichos fallos en el derecho de las mujere cerio, por ejemplo. La mayoría de los estados prohíben
decidir se verifica en una serie de leyes de nivel estatal uso de sus fondos presupuestales para abortos y otros no
condicionan el acceso al aborto cada vez de manera más 'ten usar los seguros médicos para pagarlo.
tringida y tendenciosa; así mismo, desde 2006 se observa El inicio de la gran recesión en 2008 dejó a miles de pei-
creciente cantidad de propuestas de ley de nivel estatal nas sin empleo y a otros sin hogar, lo que fomentó la año-
vuelven a penalizar el aborto. Motivada por la recompo a de un pasado más estable y provechoso, y fortaleció
ción conservadora de la sc durante el gobierno de George neoconservadurismo, que finalmente en 2010 eligió a
Bush, la legislación estatal pretendió servir como casos p biernos ultraconservadores en muchas entidades. No se
ha para revertir la decisión de Roe vs. Wade a nivel nació vieron esperar nuevas leyes que condicionaban el aborto
cuando el clima jurídico fuese propicio. En 2005, Dakota 15 estados: se incrementaron las "medidas sonograma",
Sur fue el primer estado en aprobar una ley que prohibía e obligan a las mujeres a ver detalladamente la imagen
aborto, excepto en el caso de que la vida de la madre estu 1 embrión antes de abortar, aun en casos de violación
se en riesgo. En 2011, las y los ciudadanos de Mississippi Incesto; se aumentaron las disposiciones de escuchar el
aprobaron una propuesta radical del derecho a la vida des razón del feto; en algunos estados, se volvió obligatorio
la concepción, que hubiera criminalizado el aborto sin exc ibir asesorías por instituciones antiaborto antes de tener
ciones. Desde 2011, otras propuestas de ley de personifi intervención: se extendió el período de tiempo de espe-
ción fetal desde la concepción están pendientes en Flori a 72 horas en ciertos estados; en un estado, se propu-
Michigan, Montana, Ohio, Wisconsin v Colorado» redefinir la violación en dos clasificaciones, "violación
olenta" y "violación simple", para negar el derecho al
'1 1,d organización promotora Jo (lidias propuestas de ley -Per orto al porcentaje de mujeres que reporta embarazos por
}load USA- describe su misión principal como la de -servir a Jesús a
elación sin poder demostrar signos de resistencia. En fin,
;ando por el que no pueda hablar por sí mismo, el niño pre-nacid
wecsonheed USA, 20110.
estrategia del ilicrementalisum audaz asedia el derecho a
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INTRODUCCIÓN
sitsz
Rubín, Gavle, 2007, "El tráfico de mujeres", en Marta Lamas, ara Ciudad Juárez, 2008 es un año fatídico, pues marcó el
comp., FI género: Una construcción cultural ;le la diferencia se luido de una violencia extrema sin precedentes, por su mag-
Cual, México, ri,N;i/Porrtaa, 1996, pp. 35-96. ilitud y la complejidad de atrocidades cometidas contra su po-
Scharlet, Jeff, 2008, Die Himily, Nueva York, I larper-Perennial. lación. Ese año, la comunidad juarense recibió la noticia, por
arte &I gobierno federal —a petición y con el beneplácito del
'Iburaine, Alain, 1997, ¿Podremos vivir juntos?, México, Fondo d
Cultura Económica.
;obierno estatal y municipal— de la conformación del Opera-
bo Conjunta Chilnialma,como parte de la lucha frontal contra
os cárteles de las drogas declarada por el ejecutivo federal, en
006. El objetivo era recuperar la seguridad pública en todo el
25;
252 MAIER
país; contrariamente, esta táctica abrió de una forma inu to con los usuarios que hacen uso del transporte publi-
lada las acciones de la delincuencia organizada, desorg , el incendio v el cierre de negocios. Y la intensificación
nada, de las tuerzas militares y policíacas y de funcionad otras, como el robo de autos con violencia, los asaltos a
públicos para victimizar a la población. En esta ciudad, untes, los robos a casa habitación, el robo a bancos, la
alto costo en vidas humanas, con la renovación del femini lencia sexual contra las niñas y mujeres,el incremento de
dio y los homicidios por parte del crimen organizado, volt' desaparición de mujeres adolescentes' (véase la fotografía
a mostrar la insignificancia de los seres humanos, el iraca para 2011, se menciona que esta contienda bélica ha dejado
del Estado al hacer uso de la coerción legítima y la preca número no precisado de padres y madres sin hijos e hijas,
zación de la vida comunitaria. contables viudas y viudos, y entre 8 y 10 mil huérfanos?
Con la puesta en marcha del Operativo Conjunto C Todo esto junto con la pérdida de empleos, ha provocado el
huahua, Ciudad Juárez se vio inundada de miles de sold plazamiento de miles de pobladores, de esta zona de con-
dos y policías federales' que se harían cargo del combate do, a la vecina ciudad de El Paso, Texas o al interior de la
la delincuencia organizada v protegerían a la población. S pública mexicana, y para quienes nos hemos quedado, una
embargo, la violencia aumentó en grados y manifestacion ensa tristeza, miedo y limitantes en nuestra vida. Sin cm-
antes no vistos, por parte del crimen organizado y con go, quienes más sufren son los pobres, dice el vocero de la
contables violaciones a los derechos humanos por parte ócesis de Ciudad Juárez, 1 lesiquio Trevizo, ellos "han que-
las fuerzas de seguridad (Meyer, Brewer y Cepeda, 2010). do bajo un 'fuego cruzado' en el que no tienen mecanismos
primer derecho no recuperado fue el derecho a la vida. E .nómicos, físicos, ni psicológicos para resistir tal embate"
año fueron asesinadas en México 14 007 personas, y 18.6 p járez, 2011). A cuatro años y medio de la puesta en acción
ciento de estas muertes violentas tuvieron lugar en el esta esta guerra por parte del ejecutivo federal, con la alivien-
do de Chihuahua. Ciudad Juárez fue el escenario de 61 p de los gobiernos estatales y municipales, esta contienda
ciento de las mismos en el nivel estatal y con 11.35 por cien lica ha cobrado hasta julio de 2011, la vida de 50 mil 490
en el nivel nacional (INELi, 2010).' De acuerdo con recuent onas en todo el país (Mendoza v Navarro, 2011). Ciudad
periodísticos, 1 608 personas fueron ultimadas en esta fro árez vive desde hace tres años un holocausto con una cuota
Cera: 1 510 hombres y 98 mujeres. sangre de casi nueve mil personas victimadas.
Además, la ciudadanía comenzó a padecer nuevas fo En esta pérdida de vidas humanas, me preocupa y ocupa el
de violencia, como los secuestros, las extorsiones, el pago p pel que ha jugado el gobierno federal, estatal y municipal
piso, el derecho de "protección", los autobuses rafaguead esta contienda bélica y el significado y las implicaciones
2 I1 un inicio, con 2 500 soldados, 426 agentes de la Policía Peder 'Sólo en los primeros seis meses del año 2011 han resultado desarma—
Preventiva (pu') y n." agentes del Ministerio Público Federal (mil). das 188 jovenes mujeres.
'Si bien menciono las cifras oficiales, debo aclarar que a partir de es 'No hay cifras oficiales al respecto. Sin embargo, se ha crea d o El
violencia letal, son los medios de comunicación, locales y. nacional indo de Atención a Niños y Niñas I lijos de las Víctimas de la I odia
quienes llevan el recuento de estos asesinatos, y las cifras que pepo ntra el Crimen. todavía de un número muy pequeño de estas víctimas
chillan siempre S011 111.1y0IrS a las oficiales. laterales de la guerra contra el narcotráfico.
que tiene la muerte violenta para esta población, donde se los indicadores más confiables para medir el grado de
dado paso al establecimiento de una "institucionalización d blenda que las sociedades experimentan. Igualmente, es
la inseguridad" (13aurnan, 2006:90) ante el abandono y la a o de los indicadores que nos permiten analizar quiénes
senda del Estado mexicano, frente a una ciudadanía mote ueren y quiénes viven. El asesinato participa de dos ele-
en una economía de industrialización transfronteriza altos: un acto físico que inflige, por parte del victimario,
economía de sombra producto del mercado de las drog o irreparable a un cuerpo; y un acto verbal que inter-
que han producido y reproducido vidas precarias y mue ta ese actof esta interpretación del cuerpo del victimado
que no valen la pena ser lamentandas (Bullen 2006). anca, en algunos casos, desde quien lo asesina, y pasa
r sus seres más cercanos, hasta las instancias de procu-
ii 010gblfitl 1.1.0 S tietiapillTt i EtiltIS no aporra°n
ír.dón de justicia que atestiguan ante la sociedad lo que ha
ntecido a ese sujeto ultimado. En síntesis, son dos actos
e nos dicen quiénes mueren y quiénes hablan por ellos.
En Ciudad Juárez, las personas, mujeres y hombres, ni-
s y niñas, se pueden matar sin temor a ser castigados, sin
mor a ser procesados.' Pero además, "[el] problema social
te la muerte resulta sobremanera difícil de resolver porque
•s vivos encuentran difícil identificarse con los moribun-
s" (Elías, 2009:22). Sobre todo, afirma el sociólogo Carlos
urfflo, cuando estos muertos y moribundos -las víctimas
tenciales de la violencia- son estigmatizados, vienen de
capas más pobres y son considerados como un peligro
= ala sociedad (Minjarez, 2011). Y esto tiene que ver en
•mer lugar con lo que Zygmtmt Bauman llama la pro-
ucción de enormes cantidades de sobrantes humanos, de
Fuente: Archivo personal de la autora, 2011. Espectacular en la cal' res humanos convertidos en desechos de la modernidad
Valentín Fuentes y Simona Barba en Ciudad Juárez.
través de dos ramas de la industria moderna: la primera
• ellas es la producción reproducción del orden social,
segunda es el progreso económico (2007:161-162). En
ARGUNIIJN I OS 1 PIRSVEATIVAS 11:ÚRICA5
te sentido, lucí es el ejemplo de: "Hal ciudad [que] fue
'mero y ante todo, un sitio para la producción y ivaliza-
Es importante investigar que en el drama de violencia qué ón de mercancías, un sitio de concentración industrial y
vivimos en Ciudad Juárez: "la muerte es uno de los per
sonajes principales del reparto y reaparece en cada acto'
'Para estos acto,. me baso en el excelente trabajo de Elaine ticarry (11)851
(13auman, 2007:65). Por otro lado, la muerte violenta es uno
impunidad de los ejecutores campea a lo largo de esta barbarie.
Eire, I 10
25/
de explotación. 1 loy la ciudad es, primero v ante todo, al, como el negocio de entretenimiento y los enclaves
sitio del signo de la ejecución, tanto en su vida como en Micos (Sassen, 2006:187). Al mismo tiempo, un número
pena de muerte" (Batid rillard, 1993:77). nsiderable de hombres, cuyo magro salario les impide
Esta frontera fue restructurada en su economía por proyecto de vida alternativo para superar la desigual-
proceso de globalización manufacturera a finales de 1 d social, corre el riesgo de ser incorporado a las filas del
años sesenta, y se convirtió en una zona de ensamblaje 'men organizado. Probablemente, algunos serán los sica-
materias para producir mercancías que son vendidas os que matarán y serán ma tactos, pero que de una forma
todo el mundo. Por otro lado, si bien desde el siglo xix otra, su muerte será contabilizada como una prueba de
había una actividad ilícita de narcóticos en esta fronte te el combate contra las drogas se está ganando. En este
(Valenzuela, 2002), en el siglo xx, desde mediados de mor, el sociólogo Carlos Murillo González sostiene "que
década de los ochenta, en una guerra espacial y polític guerra contra el narco se ha traducido en un combate
mente determinada, por la producción, venta y consum ntra los pobres, una 'limpieza social' que tiene corno
de drogas, esta ciudad se convirtió en tina plaza impo bjetivo el exterminio de determinados sectores sociales
tante para la introducción de drogas hacia Estados U ue son considerados 'nocivos'" (Minjáres, 2011).
dos ( woiA, 2007).
Es así que tanto la explotación económica y sexual como
Esta ciudad —en la línea de Saskia Sassen— tiene u
asesinato de estas mujeres y de estos hombres, siguiendo
demanda creciente por obreros y obreras, que percibe pensamiento de Hannah Arendt, son vistos corno la ma-
salarios miserables y ocupan puestos muy bajos. Las m a de gente "primitiva" y "cultural" (Arendt, 1967:96), de
jeres, sean oriundas o de otras entidades, posibilitan est das cuya existencia representa los sobrantes y residuos
clase de trabajos, esta clase de salarios. Sin embargo, s la modernidad.
trabajos no las encumbrarán en la escala social corno s En Ciudad Juárez, las víctimas del feminicidio y del cri-
cedió tiempo atrás, con la clase obrera, en otros paíse en organizado en su gran mayoría son pobres; son las
Aun cuando trabajen en sectores líderes, siempre perma ujeres y hombres que viven en zonas con mayores indi-
necerán como una fuerza de trabajo "invisible" (Sasse dores de pobreza y marginación urbana (Cervera y Mo-
2006:180). Por otro lado, los hombres en estas economía árrez, 2011), y son presentadas a la comunidad por parte
de ninguna manera se puede afirmar que tienen maya e los criminales y por parte de quienes deben hacer que
valor que las mujeres obreras, ellos también forman part s procesos de investigación y justicia operen, como trans-
de "las masas desposeídas y excluidas del modelo plut i sotas de su género y del orden social. Dos ejemplos 'tus-
crítico neo liberal" (Jalife-Rahme, 2011:31). an estas aseveraciones. En 2009, una mujer fue asesinada
Se sabe que las personas que se incorporan en estas nu en su piel fue dejado el siguiente mensaje: "El demonio
vas economías son consideradas como "individuos de hal da en Juárez cuídense, no anden solas ni sexys, seguire-
valor" especialmente para las "economías sombra", dond os informando" (PM, 2008). Por otro lado, ese mismo año
algunas mujeres son incorporadas en la trata de persona 1 general Jorge Juárez 1.oera, quien asumió un importante
en la prostitución y otras modalidades de la industria se ando en el Operativo Conjunto Chihuahua, conminó a la
258
RI FRAGO UERTE, Olí R, 1014 II r.J. ,'IA v,vu,I 259
prensa para que reportara los homicidios en Ciudad Juá
de la manera siguiente: "En vez de decir un muerto m. erpo cultural conformado por las relaciones sociales de
digan un delincuente menos" (Sisear, 2011). La interpret nero y una crisis de inseguridad ciudadana y del fracaso
>1 Estado mexicano al hacer uso de la violencia legítima
ción, genéricamente dominante del asesino y de la auto
dad, define a los enemigos interiores de la sociedad com poner en práctica el monopolio de la coerción (Bauman,
"buenos" y "malos". Este discurso discriminatorio con 006) contra la delincuencia organizada en detrimento de
las mujeres y los hombres se ofrece a la comunidad: e 'ciudadanía.
fue asesinada por transitar espacios sin ninguna compa - , He organizado mi discusión alrededor de tres temas: el
y por la forma provocativa que viste. Los hombres son rimero de ellos es el uso de la violencia legítima para re-
timados por no haber elegido correctamente entre las actt 'brar la justicia y el sentido de seguridad en Ciudad Juá-
vidades lícitas y las ilícitas, entre las que están dentro de z. El segundo se centra en el análisis del consentimiento
ley y las que están fuera de la misma. ara la permanencia de la muerte artificial. El tercero ex-
Una vez expuesto el progreso económico y el orden
lora el deterioro de la vida pública a través de una exis-
cial de la violencia en la cual descansan el feminicidio cia precaria resultado de una institucionalización de la
los homicidios por ejecución del crimen organizado, o eguridad.
ajustes de cuenta,'
me enfoco entonces en analizar la jus •
cación de la muerte y la precariedad de la vida a través 11 derecho a trazar el límite entre
la coerción legítima (admisible) y
los discursos que se dan en torno a la aplicación del Op
la ilegítima (inadmisible)
rativo Conjunto Chihuahua en esta ciudad por parte del
es el primer objetivo de toda lucha por el poder.
tres niveles de gobierno y las consecuencias para sus hab
tantes. La teoría de fondo de mi razonamiento represen .Zomumr BAUMAN, (2006)
una combinación de la teoría feminista y la teoría críti
humanista, que reflexionan acerca del uso de la violenci
Una de las razones de la existencia del Estado es la de
por parte del Estado, la muerte inútil de la vida prec
orgar seguridad y justicia a su población en cada ámbito
y la institucionalización de la vida insegura. Mi objetiv
el gobierno. Es este Estado el que ante las graves amena-
es proporcionar elementos de análisis que nos ayuden
de supervivencia de la nación decide hacer uso legítima-
comprender esta clase de ultrajes a la vida y a la dignida
ente de los aparatos de la violencia. El 7 de marzo de 2007
humana, por medio de la exploración de las muertes p
presidente Felipe Calderón, en el discurso pronunciado
blicas (Baudrillard, 1993) y de las vidas precarias, obje
tirante el Anuncio de la Estrategia Integral para la Preven-
de la violencia que se ejerce en un cuerpo biológico y
6n del Delito y Combate a la Delincuencia, delineó los ob-
Vos de la lucha contra las drogas que había comenzado
'Islas palabras turma', ya parte (lel vocabulario tanto por parte esde el inicio de su mandato en 2006. Manifestó, entre otras
las organizaciones delictivas como de LH autoridades y de la socieda e sas,que la "inseguridad y la violencia, el narcotráfico y
en general. adicciones son de las mayores amenazas" que padecía la
RAG
ERTE, WEI IrrrI iirdl Ir 2
ciudadanía mexicana. Por lo tanto, ante el hartazgo que la obernación, Juan Camilo Mouriño, quién declaró: "Ini-
ciudad tenía por la inseguridad que se vivía en el país, exp amos la Operación Conjunta con el objetivo de fracturar
so su compromiso. "Mi gobierno está firmemente decidido desmantelar las redes operativas, logísticas y financieras
garantizar la seguridad que todos los mexicanos demand los grupos criminales 1...1 demostraremos que ningún
para vivir en un país libre de violencia y criminalidad". po criminal será capaz de resistir la fuerza del Estado
El 28 de marzo de 2008 el gobierno federal, con el 11am exicano" (Rodríguez, 2008).
doy el consentimiento del estatal y del municipal, puso En las recomendaciones hechas en el documento, "Ele-
marcha en esta ciudad el Operativo Conjunto Chihuahu entos para la Construcción de una Política de Estado
Le prometieron a una comunidad agobiada por la viole ara la Seguridad y la Justicia en Democracia", se reco-
cia mortal —el mes de marzo se habían registrado más d oce que las acciones del crimen organizado son un pro-
100 asesinatos— debilitar la infraestructura financiera del' lema para la seguridad y el bienestar de las poblaciones,
traficantes de drogas, recobrar el espacio público para las que es necesario que el Estado las combata: También
los habitantes de Juárez, apoyarse en operaciones de inte s obligatorio reconocer que la dinámica de estas redes
gencia y ofrecer seguridad para la población y sus familia elictivas forma parte de una red criminal globalizada
Para tal efecto, miles de efectivos de las fuerzas castrens local; que estas organizaciones presentan un comple-
y policías federales se hicieron cargo de la ciudad, mientr o entramado en el cual es necesario observar los grupos
se realizaba la (depuración de las policías municipales. E las personas que no son visibilizadas como parte del
este sentido, esta mal llamada estrategia olvidó que: imen organizado, pero que amasan grandes fortunas al
paro de los negocios lícitos y de los negocios sombra.
En nuestro mundo globalizado, las políticas tienden a
gualmente, reconocer que dentro de esta estructura eco-
cada vez más apasionadamente laúdes, con plena conde
árnica delictiva se encuentran personas que ocupan los
cia de ello. Expulsada del ciberespacio, o con un acce
muy limitado, la política se echa atrás y se concentra enl scalafones más bajos con ganancias precarias. Al mismo
asuntos "dentro de su alcance", en asuntos locales y rel empo, tomar conciencia de la atención que requieren las
ciones del vecindario (Bauman, 2007:133). ersonas que son consumidoras y adictas a las sustancias
áxicas, las cuales no deben ser vistas como criminales,
Vale decir, de acuerdo con Zygmunt Bauman, que cu ino más bien como una ciudadanía en espera de atención
do el Estado decide y amenaza con utilizar la violencia, n ocial (uNAN1/111 /c., 2011).
hay nada que permita distinguir la violencia ejercida d Sin embargo, el Estado mexicano olvidó, entre otras co-
uno por el otro. No obstante, una vez que el Estado se s, la dimensión trasnaciona1 del crimen organizado: "en
vuelto el "árbitro", su "misión fundamental, así como 'tuaciones tan graves como trata, secuestro, extorsión de
tarea más urgente de la coerción legítima, es precisamen *grantes o el tráfico de armas, tanto en la frontera norte
extirpar toda posible violencia, prevenir que se produz a mo en nuestra frontera sur" (i:NÁxi/ 'Jou, 201 1:33). Soslayó
y castigarla cuando ocurre" (Bauman, 2006:12). Es así com 1problema complejo que plantean los múltiples retos entre
debemos examinar las palabras del entonces secretario d os países productores, comercializadores y consumidores
262
-RAG UERTE, , t Rus
703
de las sustancias tóxicas. En este tenor de ideas, vale d
estatal y municipal para visualizar lo que sería esta gue-
que ni el que inició el combate ni quienes lo siguieron tom
, ya sea para aceptarla u oponerse a la misma. Pero, a nte
ron en cuenta la paradójica situación que prevalece en el
o, esta incipiente democracia totalitaria mexicana jamás
torno exterior de nuestra nación, sobre todo el consumo y .licó o consenso con la población lo que esta guerra iba a
prohibición de las drogas en Estados Unidos, nación que
ificar para ella, tampoco les importó saber cuáles eran
ha podido resolver en más de 40 años el consumo de drog
grupos más vulnerables y cuáles de ellos iban sufrir los
y que sin embargo no está dispuesta a definir este tema, den . yores riesgos por su condición de género, su posición
de su territorio, como un problema de seguridad pública, m
nómica sus actividades dentro de las estructuras de la
cho menos lanzarse a un ataque frontal contra la delincuen lincuencia.
organizada en su territorio, porque tiene una memoria de
La estrategia careció de un enfoque de derechos huma-
elida de vidas humanas y de violencia que emanó de la p
s, en el cual la población, desde sus diferencias genéri-
hibición del alcohol en los años treinta del siglo xx. Estad
, económicas, juveniles, adultas, indígenas, nativas, in-
Unidos ha reconocido que no ha podido abatir la deman
*grantes, fronterizas, mu Iticu Itu ra les, urbanas rurales,
interna; pero se ha ocupado de que se combata violentam :• tuviera en el centro de todas las acciones que se iban a
te la oferta que viene de México y otros países. 1 var a cabo. Reconociendo que si bien la violencia afecta
Desde otra vertiente, los gobiernos federal, estatal y m .r igual a hombres y mujeres, de ninguna manera se pue-
nicipal no advirtieron la respuesta de las org,anizacion
e afirmar que las experiencias de la violencia para las mu-
delictivas; no sopesaron la fuerza económica que tiene s sean totalmente diferentes a las de los hombres: "sería
crimen organizado en el estado de Chihuahua y en nue
falso y erróneo como argumentar que las experiencias
tro país. Datos de la Unidad de Inteligencia Financiera del ambos sem idénticas" (Ní Aoláin, 2000:45); por ello, se
Secretaría de Hacienda y Crédito Público indican un gr
bió prestar atención a las formas diferenciadas en que
número de personas que mueven alrededor de "29 mil
mbres y mujeres son dañados, pero también a los daños
!Iones de dólares al año" y que, "10 por ciento del sistema
erenciados que se dan entre hombres y estas mismas di-
nanciero mexicano" opera con recursos del narcotráfico, a •ncias
ncias establecerlas entre las mujeres y entre las pobla-
como que las organizaciones que trafican droga en Estad rones que componen Ciudad Juárez.
Unidos, "generan utilidades ilícitas hacia México de entre 1
Los gobiernos estatal y municipal aceptaron la milita-
mil y 38 mil millones de dólares" (fNA gime, 2011:9). ación
ación de la vida diaria, deshaciéndose de la responsa-
Los tres ámbitos de gobierno no verificaron el grado d tildad de resolver los añejos problemas locales de inse-
penetración de los cuerpos policíacos por parte de la d
y los que se dieron por primera vez, los hicieron
lincuencia y cuál sería su papel en esta guerra, no fuero •sponsabilidad de la autoridad federal. Abdicaron de su
factores de preocupación para ser analizados antes de a
mpromiso de otorgar seguridad y justicia a la pobla-
donar las fuerzas de confrontación. Mucho menos hiciero 6n y, ante la escalada de violencia, el gobierno federal
un análisis inteligente de la situación que prevalecía en1
spondió, el 26 de febrero de 2009, con la reformulación
ciudad y la voluntad política, y el compromiso del gobie
1 Operativo Conjunto Chihuahua. I.os secretarios de la
264
[A r 'Ir■G BITE, COLRc ,IL/Jk MUA 265
1)(2 tensa Nacional y el de la Marina, junto con el secretad
a, aceptando el fracaso de la misma con estas palabras:
de Seguridad Pública, el procurador general de la Repú urca se dijo que con la Operación Conjunta habría de
blica v el secretario de Gobernación, se reunieron con
radicarse el narcotráfico y la violencia emanada del nar-
gobernador José Reyes Baeza y el presidente municip
tráfico" (Rodríguez, 2010c). Estas expresiones ofician-
José Reyes Ferriz. En el encuentro, el nuevo secretario
ban lo que toda una comunidad sabía y sufría. Reyes
Gobernación, Fernando Gómez Mon t, advirtió que no eE aeza fue cuestionado por líderes de opinión a través de
derían "ni un centímetro de la plaza al crimen organiza
as medios de comunicación, por estas declaraciones. Ser-
do y los vamos a expulsar de Ciudad Juárez". Al mism .c) Conde Varela, dirigente de Patria Nueva, señaló:
tiempo, refirió que: "En este ejercicio, los tres niveles d
gobierno estrechamos la colaboración con un frente d No es justo que después de tanto tiempo, de tanta inseguri-
autoridad ante la violencia en la entidad". Se avisó qu dad, de tantos homicidios, de tanta sangre derramada que
llegarían más refuerzos: cinco mil soldados y alreded el gobernador venga hoy a decir que no vinieron a eso (que
de 1 000 agentes federales (Cano y Mejía, 2009). los militares no vinieron a erradicar el narcotráfico ni la vio-
Por su parte, el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Fe lencia), entonces uno se pregunta entonces a qué vinieron y
vislumbró los resultados de la restructuración de la estrategi si no hay respuestas apropiadas entonces se va a tener que
recurrir a la ayuda internacional (Rodríguez, 2010c).
Al corregir ese problema operativo, y al tener elemento
del Ejército dentro de las patrullas, con los policías, imp, La contestación vino también a través de la prensa, para
diendo que la policía ayude a la delincuencia, que un trár I gobernador era innecesario hacer de sus declaraciones
sito le abra camino a una persona que esté haciendo un act a "polémica". Habló de "contener" la violencia, más no
ilícito, que impiden que el 066 esconda llamadas importan e "erradicarla" (Fierro, 2010). La falta de coherencia de
tes, con información importante, hoy las circunstancias so
eyes Baeza y la abdicación de su responsabilidad polí-
diferentes, y es muy difícil que la delincuencia organizad
'ca recuerdan a Tzvetan "rodorov cuando manifiesta que
empiece a tratar de realizar actividades en una ciudad t.
'cuando los acontecimientos vividos por el individuo o
vigilada y con condiciones tan diferentes a las que había e
año pasado. por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, tal
erecho se convierte en un deber el acordarse, el de testi-
dijo el alcalde, quien desechó la posibilidad de que se re, oniar" (rodorov, 2000:18). En este sentido, la prensa le
crudezca la violencia en los próximos días (Rodríguez, 2010c) scata sus declaraciones hechas al momento de poner en
A pesar de todo este despliegue de tuerzas de segurida archa, en 2008, la estrategia contra el crimen.
y de retórica triunfal isla, el año 2009 terminó con 2 607 per
Mi breve intervención será esencialmente para ratificar
sonas asesinadas, 202 fueron mujeres.
nuestro testimonio de reconocimiento y gratitud al gobierno
,os primeros días del mes de enero del año 2010, a onc
de la república, al señor presidente Felipe Calderón, por la
meses de la restructuración del operativo, el gobernado. respuesta puntual y oportuna al llamado de los chihuahnen-
José Reyes Baeza hizo declaraciones en torno a la estrate ses para que a través de la presencia, destacada presencia
274
[ATE, COL. 0 Ft PRI CP Pr.A 2/5
Sin embargo, "El no parece haber dado alguna evidencia p.
ES EL NINIERt sINt 11 I slt
estos números v NO hav virtualmente procesos relacionad
con esta ola de 3 años de violencia" (Mollov Mol ly Fron
List, 2010). Luego, hizo comparaciones estadísticas. Situó No se trata tan sólo de que la vida digna y
México con una tasa de homicidios de 11.6 y al punto lo co el respeto debido a la humanidad
paré con la tasa de 60 de la República Dominicana, Brasil de cada ser humano se combinan
22 y Colombia 36, y Washington, la capital de Estados U para constituir un valor supremo
dos, con 31 (El Universal, 2010). Sólo le faltó la tasa de Ciud . que no puede ser superado ni compensado
por c ualquier volumen ni cantidad de otros valores,
Juárez, más de 200 personas por 100 mil habitantes.
sino que todos los otros valores
Tampoco el presidente municipal de esta ciudad, Jo
solamente son valores
Reyes Ferriz, asumió la responsabilidad de la muerte.
en cuanto sirven a la dignidad humana
12 de abril, en la Universidad de Texas en Austin, ante
y promueven su causa.
cuestionamiento que se le ha hecho al ejército mexic•
71" -A1111■7 RAI IA L'IN, (2007)
por múltiples violaciones a los derechos humanos de
población, el alcalde manifestó que quienes se quejan
su gran "mayoría son los padres de criminales 'empede mes de agosto de 2011 el gobernador de Chihuahua,
nidos' que se ganan la vida matando". A estos "criminal: sar Duarte laquez, dio a conocer que el estado de Chi-
duros" no se les puede tratar "con cortesía" (Norte, 2010 ahua dejaba de ser el número uno en violencia. 1 res
Así que, en esta ciudad, todos los asesinados son culpabl antes le había comunicado el secretario de Seguridad
y merecen morir ejecutados, sea por la violencia legítima blica Federal, Génaro García Luna, que Chihuahua ocu-
la ilegitima, sus familias no tienen derecho a reclamar, po ba el sexto lugar y había una tendencia a la baja (Espi-
que, no supieron educar ciudadanos ejemplares: se me oza, 2011). El gobernador no explicó a qué se debía esta
cen lo que les pasa. Este intenso exterminio ha degradad minucion,ni cuáles fueron los indicadores de violencia
la vida comunitaria y ha establecido qué vidas vale la pe ese tomaron en cuenta para medir el grado de violencia
que se vivan y qué vidas deben morir y no ser lloradas. los 32 estados de la República mexicana.
tas clasificaciones de las y los seres humanos en diferent En el tema que nos ocupa, paradójicamente, días antes en
semanario Zeta se había dado a conocer la cifra total de
categorías y sobre todo en la "aceptación de categorías p
vilegiadas" dan origen al colapso moral de cualquier soci sinatos registrados desde el 1 de diciembre de 2006 hasta
dad (Arendt, 1967:191), sobre todo de esta sociedad don 31 de julio de 2011, y de los 5(1 mil 490 asesinatos relacio-
el Estado ha olvidado que la ley se aplica para todos, y p ' dos con el crimen organizado; se mencionaba que 11 mil
todos se entiende también aquellos que han delinquid ejecuciones correspondían al estado de Chihuahua," y
Poner en práctica el poder político es parte de las fund a
nes del Estado para impedir que en su territorio el crim "Este semanario fundamenta sus estadísticas en las tarjetas intorma-
organizado decida quién debe morir y quién debe vivir. vas de las fiscalías estatales y la federal, de secretarías de seguridad
ública estatales y iederales.
t,t;r4A1.1:1Z I-RAG
RTE, P, P`r. i .rTp ,, [
271
que éste ocupaba el primer lugar en ejecuciones (Mendoza Cualquiera que sea el número -y las cifras, aunque muy
Navarro, 2011), con 22.3 por ciento de fatalidades en el ni importantes no son el asunto de fondo- lo esencial es el
nacional. Por su parte, Ciudad Juárez, con una cuota de s significado de los crímenes como formas de violación de
gre de 8 820 personas asesinadas, representa en nivel esta derechos humanos fundamentales de las mujeres y como
78.3 por ciento de todas las fatalidades, y 17.4 por ciento expresiones, las más "radicales", de discriminación por
el nivel nacional. razón de sexo (Naciones Unidas, 2005).
que hablemos bien de nuestra ciudad, porque de aquí s Cómo olvidar la infamia del Estado mexicano, cuando
lo negativo, vamos a hablar bien de Juárez por el bien los momentos más críticos la Procuraduría General de
todos" (Castro, 2011). República y otras estaciones de policía construyeron
Sin embargo, estos exhortos han caído en el vacío, tas bardas para resguardarse mientras la ciudadanía
realidad ha superado a la imagen, porque han tratado ultimada. Cómo olvidar el nombramiento de proco-
ocultar que la ciudadanía de la frontera norte de Méx dor general de la República a Arturo Chávez Chávez,
experimenta una carga de consternación por la pérdida bre quien penden desde 1998 señalamientos por parte
vidas humanas y un costo económico muy grave debido organismos de derechos humanos nacionales e inter-
los actos delictivos que suceden en la región, que se ha co ionales, sobre omisiones y negligencias en el feminici-
vertido en un cementerio público y en un territorio sinl Ojuarense. Cómo olvidar que el alcalde municipal, José
Los miles de cadáveres dejados "al descuido" simboliz yes Ferriz, junto con otros funcionarios municipales se
la ganancia o perdida de territorios y la distinción entre giaron en El Paso, Texas, y el gobernador Reyes Baeza
buenas y las malas zonas, cotos feudales o provincias dis 'Haba por su ausencia ante la matanza que se desataba
tra los elementos policíacos. Cómo olvidar que el Es-
ñadas para vivir o morir. 'Fambién simbolizan la dramátt
desarticulación entre los tres órdenes de gobierno, los at do calló y mientras los poderes fácticos se encargaban
les muestran la ausencia de una política de largo alcance avisar a la población, a través de narcomensajes, qu ié-
de respeto a la dignidad humana y a la vida. iban a ser ultimados y que se abstuvieran de denun-
rlos porque pagarían las consecuencias.
Y si en este atroz sacrificio de vidas humanas, efectilMM
Cómo cambiar la imagen si en medio de las matanzas
te hemos visto un descenso de 50 por ciento en Ciudad Ju
s atroces se guardó silencio, y una vez que se terminó el
280
281
período gubernamental, el alcalde José Reyes Ferriz decl Cómo vamos a recoger los despojos de los mutilados,
que el gobernador José Reyes Baeza se distanció de la p los calcinados, de los desmembrados, de los decapita-
blemática de violencia que sufría la población porque s, cómo vamos a nombrarlos. Cómo vamos a recono-
más importante hacer notar que le correspondía a la feder que esto nunca debió haber sucedido, que es nuestra
dem y no al estado otorgar seguridad a su población. Có güenza, nuestro dolor y nuestra impotencia ante su
olvidar las negligentes y omisas confesiones a destiempo verte injusta. Cómo vamos a hacer para que sus vidas
este alcalde, que tampoco hizo públicas las omisiones d arezcan como vidas y no como cifras del triunfo de una
gobernador, ya que no quería romper con él, porque erra en contra de las drogas, como pérdidas dentro de
más importante encontrar la solución para Juárez" (Cali violencia legítima y justificada, y de la ilegitima e in-
gos, Minjárez y Rodríguez, 2010). Cómo entender que: tificada.
Como resultado de estas experiencias de sufrimiento
el alcalde que deja el gobierno de la ciudad más violentad
mundo dice irse en paz, listo para iniciarse como consul lectivo, un número significativo de colonias se han ce-
en materia de riesgos para empresas internacionales, core ado, las personas han instalado rejas y en algunos casos
conferencista e incluso como escritor de 'al menos' un lib setas de seguridad para controlar la entrada y salida de
sobre Juárez (Gallegos, Minjárez y Rodríguez, 2010). sonas; al cerrar sus calles, pretenden darse una segu-
. ad que les ha sido negada por el Estado. Sin embargo,
El exalcalde se convirtió en un espectador privilegiado, algunos casos, de poco han servido estas obstrucciones:
ante el disimulo que guardó entre los poderes de jure y los sido destrozadas por quienes entran a matan Las pei-
facto, se le olvidó que su papel era proteger a la ciudad nas cierran sus calles y junto con ellas se encierran ellas
que gobernaba, no escribir libros de un holocausto que él smas y desisten de unirse o vincularse con las y los otros
supo contener. Cómo olvidar que con menos expectativas e sufren las mismas atrocidades, los mismos miedos
el futuro que las que él percibe para el mismo, entre 180 éase la fotografía 2). Al mismo tiempo, se cancelan para
y 240 000 personas salieron de Ciudad Juárez durante su gir la llegada de la justicia. Ciudad Juárez parece una
bierno y 40 833 viviendas quedaron abandonadas:2 A es udad sitiada, una sociedad condenada al modelo "con-
hay que agregar el aumento de la pobreza entre 2008 y 201 tracionario" (Bauman, 2006:115). Una ciudad donde la
se estima que 740 mil personas padecen la distribución olencia extrema que ha ocasionado el enfrentamiento en-
equitativa de la riqueza, y representan "55 por ciento del la violencia legítima e ilegítima ha precarizado la vida e
de población en la ciudad, 1 332 131. No obstante, esas se tituciona I izado la inseguridad humana.
el límite inferior, pues algunos estudios revelan que el tam Ante la clausura de la ciudad, el retiro de las personas y
promedio de los hogares pobres es mayor al promedio".' incomunicación de la población, bien nos vale recuperar
magen. Sólo que este rescate se debe dar cambiando,
L'Agradezco a mis coiegas Rodolfo Rubio y César 'ientes, investig
dores de NI Colegio de la Frontera Norte, los datos que menciono. I'valuaiiem de la l'oliticd
udac1 una ve/. que el (. nivalo Nat ienal
Agradezco O mi colega Alejandro brugues el divido que hizo para ultddo.„ para Nié ico para los anos 211118-21110.
110Social 1)11'1,1'111U los re,
282
283
lo que Gabriel Zaid llama "la tradición del listado me odremos algún día movernos con seguridad, podremos
cano H.] considerar que los altos funcionarios no peed gún día pedir a estos líderes encargados de protegernos
ser responsables de lo que sucede allá abajo. Combinad a rendición de cuentas? Porque sólo a través de éstas po-
perfecta para que nadie sea responsable de nada: ni arrib mos reconstruir la vida de quienes ya no están, de qu ie-
ni abajo" (2011). sufren su ausencia y de quienes hemos vivido esta expe-
nda de una guerra fallida en una sociedad abandonada
12 fflogrifiíz 2. Ciudad elicerciiiill te su desintegración social y la ceguera de su clase polí-
a que no aplica la ley ni tiene el control de su territorio.
Liocumax
. stía
Internacional, 2003, Muertes intolerables: México: Diez
años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad »arre::
y Chihuahua, Reino Unido, Peter Benenson 1-louse.
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frió el camión en Ciudad Juárez", El Diario de Chihuah con mayor violencia", Norte, en sección "Local", Ciudad
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diariodechihuahua.com.mx/notas.php?IDNOTA=179: noticias/local/32113s, consultado el 19 de agosto de 2011.
6&IDSECCION—Portada&IDREPORTERO=Orlando%
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Chávez>, consultado el 30 diciembre de 2009.
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292 i 350
793
Al parecer, las formas exacerbadas de violencia que se de fuego, pero sin excluir otros medios brutales de asesina-
presentan en Ciudad Juárez a partir de 2008 tienen un ante- to. Si bien en el feminicidio casi 40 por ciento de los cuer-
cedente. A principios de la década de los noventa, Ciudad gJ pos de las víctimas eran despojados parcial o totalmente
Juárez comienza a ser centro de la atención nacional e in- desnudos, y en los reportes periodísticos se señalaba pre-
ternacional por el caso de las inicialmente llamadas "muer- 1 sunta violación, en el caso de los hombres este dato siem-
tas" de Juárez, pero el hasta hoy vigente hecho criminal ha pre es omitido. Sin embargo, puede decirse que los casos
permitido hablar de feminicidio (Monárrez, 2009). A partir donde se exhiben los cuerpos de los hombres desnudos,
de 1993, se comienza a llevar registros de las desaparicio- 1. particularmente donde se muestran los glúteos, representa
nes y asesinatos de mujeres, y la aparición de cuerpos seve— un acto con un significado vinculado con la sexualidad, y
ramente torturados, vejados sexualmente y abandonados esto es lo que planteo como un punto de coincidencia.
en lotes baldíos, basureros y cementerios clandestinos, lo En la violencia masculina homicida que se ha presentado
cual marca el inicio de un fenómeno que toma como prin- en los últimos cuatro años, se observa una estrecha relación
cipal víctima a mujeres jóvenes y pobres. Esto constituyó , entre poder, violencia, territorialidad, sexualidad y muerte.
el inicio de la densa violencia social que advendría y se Esta violencia, vista en situaciones extremas como el asesi-
expresaría de múltiples formas. nato atroz y ostensible, constituye una forma de expresión
Para 2008, el fenómeno de la violencia homicida se que está hilada por medio de la homofobia y la misoginia;
desborda sobre otro sujeto social, principalmente hom- acto sustentado en la construcción misma del género. El
bres, igualmente pobres y jóvenes. La diferencia entre problema de la violencia social, visto a través del homici-
estos dos momentos y victimados es indudable, pero : dio perpetrado por el crimen organizado, además del daño
también tienen puntos en común; las 900 mujeres ase- irreparable a víctimas directas e indirectas y del dolor social
sinadas de 1993 a 2010 muestran un gravísimo proble- en general, radica en la forma en que retoma elementos de
ma social, pero los 6 000 hombres ejecutados solamente, la cultura, al menos en un sentido, reproduce y reedita ima-
en tres años en Juárez, y casi 40 000 en todo el país en lo i genes estereotipadas y devaluadas de la cultura de género.
que va del sexenio de la presente administración presiden- Los actos crueles cometidos en el homicidio masculino
cial, representa una matanza directa contra determinados tienen una lectura determinada, dado que se inscriben en
sectores de la población; en el feminicidio, al parecer, las 1 campos simbólicos compartidos culturalmente. En este
mujeres fueron asesinadas por la simple condición de gé- caso, los actos de violencia adquieren diversas significa-
nero, mientras que la muerte de los hombres se justifica ciones, pero especificamente en este trabajo se resaltarán
por su supuesta participación en actividades criminales. aquéllas vinculadas con la cultura de género y la sexuali-
En los primeros años del feminicidio, la muerte era ejecu- dad. En el entrecruzamiento de los ejes de género y sexua-
tada principalmente con arma de fuego, pero también con lidad adquiere inteligibilidad la figura de la al teridad que,
frecuencia eran asesinadas por arma blanca, asfixia por en este caso, se encarna en el discernimiento de lo femeni-
estrangulamiento, además de vejadas sexualmente. Los no, cuya base lo constituye la misoginia y su despliegue
hombres mayoritariamente han sido ejecutados por arma . reflejado en la homorobia.
no, pues el acto de matar a un sujeto por su condición de de valores y creencias, de significados y sentidos sobre
género proclama el lugar de devaluación de lo femenino. el género masculino que son configurados culturalmen-
Por otra parte, para el caso que nos ocupa, se evidencia la te, hacen que surja la interrogante por los resortes de la
supremacía de lo masculino al posicionar a la víctima en el subjetividad de cada uno de quienes participan que se han
lugar de la homosexualidad, de la feminidad. En este caso, movilizado, han detonado en el sujeto y que les permite
se castiga y amenaza al heterosexual posicionándolo en el llevar a cabo acciones violentas, crueles y sanguinarias. En
lugar de la homosexualidad o de la feminidad como re- su correlato individual, la masculinidad puede ser plantea-
primenda por contravenir intereses económicos, traicionar, da como una forma específica de subjetivación producto
desertar o disputarse territorios de poder. de los significados sobre la masculinidad, el ser hombre y
La violencia y la crueldad que se despliegan en el homici- la hombría, que le permite a personas concretas la realiza-
dio doloso desde la masculinidad pueden ser analizadas en ción de una multiplicidad de prácticas y relaciones sociales
dos niveles; en su nivel estructural y en su esfera individual. que implican el ejercicio de dicha masculinidad (Parrini,
Cuando hablamos de masculinidad en su sentido amplio 2007: 63). Esta dimensión posibilita entender la masculi-
estamos hablando de una lógica de relaciones de poder que nidad como un complejo entramado que aglutina factores
posibilita dominación y explotación de unas personas sobre socioculturales, económicos, políticos y la experiencia bio-
otras, pero cuya base es una supuesta superioridad de lo mas- gráfica de cada sujeto que se inscribe en un contexto social
culino sobre lo femenino. En este sentido, la masculinidad no determinado, pero que sin embargo no se reduce a cuerpos
se refiere a todos los hombres, sino sólo a aquellos que ejer- exclusivamente de hombres.
cen su poder y derechos sobre otros, y de esta misma forma, La masculinidad, desde esta perspectiva, estará configu-
también puede incluir a ciertas mujeres que se posicionan en rada tanto por aquellos sujetos que se construyen en una
el lugar masculino y reproducen la misma lógica de algunos forma de ser hombres con rasgos, atributos y prácticas de-
hombres. terminadas como por otras subjetividades que se colocan,
En este sentido, el crimen organizado puede ser conside- en la matriz de las relaciones de género, en la posición de
rado una organización masculina, no sólo porque en ella par- autoridad, posición que permite la explotación, la margi-
ticipan principalmente hombres, que tienen los cargos, fun- nación y el ejercicio de poder legitimado sobre las muje-
ciones, beneficios y privilegios más ventajosos, sino también res y otros hombres. En esta misma perspectiva, Gonne!!
porque su funcionamiento implica "sumisión al líder, cruel- (2003) habla de la masculinidad como una posición en las
dad para el contrario, osadía en sus acciones de guerra", es relaciones de género.
decir, una forma de autoritarismo, de control y dominio sobre En este sentido, planteo la masculinidad no sólo como
el otro, de explotación, de violencia, guerra, coerción v deshu- la configuración de significados o de creencias vinculadas
manización, y esto, en nuestro contexto cultural, está vincula- con ser hombre, sino también con la ordenación y el fun-
do con la masculinidad más recalcitrante, con un ejercicio de cionamiento de una lógica de poder que va más allá de
poder asimétrico de quien se posiciona en el lugar de la ley. los cuerpos de hombres y mujeres, y que atraviesa, como
31O 311
señala Scott en relación con el género, las nociones políticas las condiciones estructurales de desigualdad social, pero
y referencias a las instituciones y organizaciones sociales también requiere determinadas subjetividades, es decir, el
(Scott, 1997: 290). l'ara el caso de los hombres que parti- poder materializado en cuerpo de hombres posibilita en
cipan en el crimen organizado -y que finalmente son los éstos el ejercicio de la violencia, sea tanto quien ejerza di-
rostros más visibles de la violencia homicida- se articula cha violencia o sea objeto de la misma, pues se asume una
un campo semántico de ser hombre, ligado a la brusque- masculinidad temeraria. Se trata de la masculinidad más
dad, al ejercicio de la violencia extrema, pues en el narco se devastadora, que emplea como instrumento principal a in-
registran las muertes más agresivas y con mayor sadismo dividuos construidos bajo los mandatos de la violencia, la
que en ningún otro caso; a las venganzas; a su alta homofo- explotación, la ambición, y emplea como estrategias efec-
bia, exhibida ante la descalificación del otro etiquetándolo tivas el castigo, la tortura y la denigración del cuerpo de
como homosexual; es decir, mediante la exaltación de la otros hombres y mujeres, al parecer como mecanismo de
heterosexualidad. lucha de poder por territorios -y beneficios económicos-
Si se plantea la masculinidad como un proceso de re- que se disputan grupos del crimen organizado.
lación (Ramírez, 2005) o una posición en las relaciones
de género (Connell, 2003), ambos medios implican en lo
social y en lo individual un ejercicio de poder asimétrico CONC1 L'HONLIS
como una estructura que organiza colectivamente a suje- versificación de instituciones, organizaciones, marcos le-
tos masculinos, y que se sustenta en una infraestructura gales y jurídicos, grupos y colectivos, hasta individuos en
que reproduce la tradicional división sexual del trabajo, una gran diversificación de tareas. En esta amalgama de
donde los hombres ocupan las posiciones de mayor jerar- instancias y personas resaltan los elementos de género y de
quía; refuerza la ideología de la heterosexualidad com- la clase social como identificadores o representantes de la
pulsiva, y emplea como medios privilegiados de control violencia homicida.
y dominio la intimidación, el miedo, la complicidad y el La forma de entender la violencia homicida desde la ca-
silencio, además de la exhibicionista y pornográfica vio- tegoría de la masculinidad requiere visualizar tanto los as-
lencia y su componente sádico. pectos estructurales como individuales-subjetivos. Como
Si el poder, para Eoucault (1979), es una vasta tecnología señala Laura Segato para el caso del feminicidio:
que atraviesa al conjunto de relaciones sociales; una ma-
quinaria que produce efectos de dominación a partir de Los crímenes sexuales no son obra de desviados individua-
un cierto tipo peculiar de estrategias y tácticas específicas, les, enfermos mentales o anomalías sociales, sino expresio-
dicho funcionamiento del poder puede tener su base en nes de una estructura simbólica profunda que organiza
grante del grupo contrario, al oponente o al contendiente po tituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, 2008, Indi-
el territorio. Específicamente, se trata de observar las form ce nacional de inseguridad (iNis), México.
en que se representan en el cuerpo ejecutado los significado
essler, Gabriel, 2009, El sentimiento de inseguridad. Socioloo ' hl
asociados con la sexualidad dominante —androcéntrica, mi
temor al delito, Buenos Aires, Siglo vé Editores.
sógina y homofóbica. Esto, al parecer, se emplea como me-
canismo de desacreditación y desprecio cuando de rivales otz, E., 2002, L a otredad cultural entre utopía rt ciencia. I i n est u dio
opuestos o de enemigos se trata. sobre el origen, el desarrollo y la reoriculaciórt de la aritropolosía,
Parrini, Rodrigo, 2007, Panoli! icos y laberintos. Subjetividad, deseo y Mujer de carne y hueso me declaro,
corporalidad en una cárcel de hombres, México, Hl Colegio de pozo de amor y boca adolorida,
México. pero he de hacer un trueno de mi herida,
que suene aquí y ahora, luerte y claro.
Segato, Rita Laura, 2004, 'territorio, soberanía y CrillICIU75 de segun-
do estado: la escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en ANGELA FiGULR,1 NVAA, 1992)
Liudad ludrez, Série Antropologia, Universidad de Brasilia,
Brasilia, Núm. 362, pp. 2-20. INTRODUCC IÓN
317
316 I, `11PF1.11.
en particular. Entre los esfuerzos cabe destacar la terapia de zas, violencias y marginalizaciones. Así, ayuda al emerger
York v Hearns (2008), quienes con tina perspectiva de géne-: de los contenidos simbólicos del papel adjudicado, según
ro tratan de "encontrar la voz" de mujeres sobrevivientes la autora, corno "la mujer, la compañera, la esposa de, la
abuso de un compañero íntimo, I() que implica hallar, de ma- amante de, la otra, la hija de, la madre, la recatada". Marce-
nera lúdica y sin apelar a sus perjuicios y actitudes interna-, la Lagarde, a partir de tipologías antropológicas, lo tradu-
lizadas, un cambio que les ofrezca otro camino en sus vidas ciría como "los cautiverios: de la madresposa, de la puta,
en lo que sus voces descubren una forma de ser escuchadas. de las monjas, de las presas y de las locas" (Lagarde, 1990).1
Otro patrón importante es el desarrollado por la musi- Si lo vemos desde otras miradas de la alteridad que, como
coterapeuta brasileña Marilia Shembrini, quien acentúa la 1 bien expresa Parrini (2004:119): "ha sido un tema central en
búsqueda perenne de a utoencontrarnos, donde cada mujer t la reflexión feminista y en los estudios de género" , Simone
buscará los símbolos que mejor represente sus deseos y sus de Beauvoir (1977) reflejaría que esta identidad femenina
ansias; enfatiza cómo la vida en sociedad implica la repre- está pensada como lo otro del Uno masculino, representa-
sentación de roles en dependencia del ambiente y de la re- do en el I lombre Universal; en lo que para Antoinette Fou-
!ación, tanto jerárquica (familiar o profesional) como con que (2008) lo que funda a la misoginia es la envidia a lo que
nuestro ser; apunta a la poca conciencia que tenemos de • las mujeres hacen, a su capacidad procreadora, por lo que
esto y de su poca coherencia con quiénes somos realmente, "trabajar por la igualdad implica construirnos identidades
cuáles son nuestras creencias y nuestros valores: propias pero heterogéneas, adaptarnos sin denegarnos ly I
reintegrar también nuestra identidad sexuada len vez del
Acabarnos asumiéndolos [estos roles] muchas veces por há- reprimirla, forcluirla (palabra retomada del psicoanálisis
hito, o por el ejercicio constante, sin cuestionarnos y sin es-
lacaniano que se traduciría como "rechazo" y exclusión) o
cuchamos a nosotras mismas. Y en esta búsqueda (muchas t
ignorarla" (Fouque, 2008:39; Fernández, 2011:271).
veces inconsciente y/o mal direccionada), la persona deja su
Habida cuenta de la multidisciplinariedad que abarca este
propio yo para colocar su foco en la rítmica del otro. [Por lo
concepto de alteridad, donde tanto la psicología como la an-
que] el rescate de la propia individualidad e identidad se da a
partir de retomar el ritmo propio, promoviendo, entonces, la tropología, la sociología, la psicopedagogía y otras surgen
salud o equilibrio físico y psíquico. Y para que esto suceda, es como los marcos epistémicos que tratan de dar respuesta a
preciso abrir caminos en los que el individuo pueda expresar-
se y elaborar sus contenidos; punto de partida para un trabajo
'En el caso del hombre, por cierto, también es interesante pensar en sus
de autopercepción y autoconocimiento (Shembrini, 1996:83). viceversa- y
papeles relacionados con cada uno de los de estas mujeres
el porquí, de sus identificaciones. Ya que "la subjetividad de los hombres,
La propuesta de Shembrini apoya así a la mujer a tener las delimitaciones simbólicas e imaginarias que posibilitan aquello que
un contacto más próximo con su "primera identidad", an- llamamos masculinidad, se conforman en una relación específica con los
otros y con la alteridad" (Parrini, 2004:10)). Y, ¿I la vez, para concebir ade-
tes de que le sean colocadas las diversas máscaras que se
cuadamente la alteridad -es necesario incluir la identidad v la diferencia,
traducen en los papeles que representa en el mundo en el
o la inmanencia y la trascendencia, porque el otro ha de ser otro genuino,
que expone (e impone) sus deseos, voluntades, esperan- . y a la vez., un sujeto como yo" (( ;onzalez, 2009:123).
3)8 UN 319
estos problemas (Silva, 2209:132), la musicoterapia es una dominio masculino aceptadas en muchas culturas del mun-
disciplina que puede también proporcionar un espacio don- do. A esto hay que añadirle la experiencia personal sobre
de a la mujer le es posible asumirse y proyectarse: en el caso violencia que tienen los individuos, siendo alimentados en
de York y Rearns (2008), a través de la voz y de las letras de una cultura de violencia y aprendiendo y experimentando la
las canciones y, según Shembrini (1996), gracias a la posibi- intimidación en el ambiente que les rodea: la familia, los me-
lidad de este lenguaje rítmico-sonoro. Así, puede encontrar dios de comunicación o la comunidad (Menacho, 2006:s / p).
un lugar seguro que la coloque en una posición de inme- Es por ello que la catedrática Kathlen Mahoney, en la Con-
diación, promoviendo su transformación, de forma que lo , ferencia Interamericana sobre Sociedad, Violencia y Salud ce-
estigmatizado deje de adueñarse de su propio yo y de su lebrada en Washington en 1994, recalcó que la aplicación de
identidad, aunque esto suscite la aparición de diversas do- un análisis sistémico muestra que la violencia que padece la
lencias y debilidades (mismas que se trabajarían en este pro- • mujer es el resultado de desigualdades sociales, económicas,
ceso). Es por ello que Shembrini recalca, "Poder expresar los políticas y culturales, que la vuelven más vulnerable y de-
distintos papeles que representa, sin necesidad de esconder pendiente. Si a esto se añade "las creencias acerca de papeles
o fingir [...1, es el hilo conductor que la llevará a la raíz de su sexuales culturalmente asignados, y de la superioridad mas-
ser" (Shembrini, 1996:83). culina, la estructura social que promueve la violencia contra
El objetivo de este trabajo es por lo tanto presentar cómo, las mujeres se refuerza" (Mahoney, 1994:51).
por medio de distintas técnicas y abordajes musicoterapéu- Debido a la necesidad de generar como alternativa una cul-
ticos, compartimos la experiencia del despertar identitario tura de igualdad y de respeto son cada vez más numerosas
en muchas mujeres violentadas por su cónyuge, a las que se las líneas de investigación sobre este tema y más activos los
le dificultaba doblemente el proceso de su reconstrucción es- grupos que las llevan a cabo, desarrollando propuestas no-
piritual y el rencuentro con otra identidad más próxima a su vedosas para coadyuvar en la solución de tan compleja pro-
verdadero valor, como personas en general y como mujeres blemática. Y en este sentido, la visión de género (Menacho,
en particular. Experiencia que, al recorrer dos países (Mé- 2006:s/ p) es una herramienta que permite percibir la realidad
xico y Cuba), posibilitó su comparación cultural ante una desde un punto de vista más abarcador, siendo su propósito
misma situación problema: la violencia doméstica. lograr la equidad entre los sexos dentro del proceso de desa-
rrollo, en lo que desafía la posición subordinada de la mujer y
la reconoce abiertamente como una participante igualmente
VIOLENCIA DE GENERO, VIOLENCIA CONYUGAL Y REPERCUSIONES activa. I lacia esa visión orientamos nuestro trabajo:
PHIC011)GICAS LN I A MlIER
Al tener distintas posiciones sociales, diferentes roles y des-
igual acceso v control de los recursos, resulta que hombres
Partimos de que la nio/cucia dr tc(1 //ero también se basa en las
mujeres "tienen distintas necesidades". las necesidades de
presiones, miedos v emociones reprimidas que subyacen en género implican, de estas aspiraciones, las que son comunes
la "masculinidad hegemónica" o muchas de las formas de a las mujeres o los hombres en virtud de su ubicación social,
• Por un lado, a no creerse dignas de que las amen y La violencia hacia la mujer ha sido un tema que surge a par-
acepten tal cual son, ya que las van haciendo sentir tir de la década de los noventa, y se intensifica de manera
insignificantes, despreciadas, desvalidas, vacías, con
culpas irracionales, al punto de que disimulen mu-
= la que este sentimiento de desvalorización se I raduco también en
chas veces sus virtudes, enumeren sus defectos, y estén
una ausencia u distorsión tanto de su poder personal cuino de su sen-
"siempre atentas a satisfacer a la madre, al marido y a
, tido del derecho (Cfr. Kirkwood, 1999).
LA NPIAII J'II IA
32u II LILA I!DILANDri 1=Í WAN 321
constreñirla (López, 2009:105). En este texto, se concluye y tratar a la otra parte como tal, lo cual significa alejarse de
que entre los detonantes de la violencia en las familias de la identidad machista de superioridad y de la identidad
Tijuana se encuentran la crisis económica, el desempleo y femenina de inferioridad, reconocer y apoyar los espacios
la informalidad, elementos que posibilitan la desigualdad de su pareja y aprender a relacionarse en una forma coope-
social y provocan que más mujeres, niños y jóvenes se in- rativa, igualitaria, equitativa, justa y democrática.
corporen al mercado de trabajo en condiciones de precarie- Aunque aún insuficiente, y a pesar de su carácter urgen-
dad (López, 2009:132). En relación con dicha problemática, te, Baja California cuenta con algunos esfuerzos de sensi-
la doctora López propone la elaboración de programas de bilización en el marco del Programa Escuela Segura, origi-
conciliación del trabajo y la vida familiar para que mujeres nalmente puesto en marcha por el gobierno federal en 2007
y hombres scan capaces de manejar los diversos roles den- dentro de algunas escuelas de nivel básico y el Programa
tro de la estructura familiar y la promoción de imágenes Cultura de la Legalidad, creado en el estado en 1997, y que
positivas de los roles masculinos en el ejercicio de la pater- constituye una propuesta pedagógica, orientada a fomen-
nidad y en el trabajo doméstico en los medios de comuni- tar conocimientos, habilidades y competencias cívicas y ac-
cación (López, 2009:134), entre otras. titudes en el joven estudiante, de la misma forma que defi-
De lo anterior se desprende una evidente necesidad de ne los elementos que configuran los contenidos y enfoques
cambio en la perspectiva de género que implique la cons- de los cursos y asignaturas relacionados (Reyes, 2009:198).
trucción de patrones de verdadera igualdad y respeto entre
ambos y que, al frenar la perpetuidad (consentida e invisi-
bilizada en muchos casos) de las relaciones violentas, des- VIOLENCIA: CASO DE CUBA
de su hacer en el seno del hogar hasta el macromundo de
violencia, desigualdad e impunidad que nos rodea, contri- Aunque en Cuba "no se posea un diagnóstico nacional o, al
buya a formar una mayor conciencia entre las instancias menos, de estudios que abarquen zonas urbanas, semiurba-
generadoras de políticas públicas, las distintas institucio- nas y rurales, y que ofrezcan una imagen de la extensión del
nes sociales y científicas y la población en general, con el fenómeno" (Díaz y Padrón, 2005:28),8 diversos especialistas
fin de propiciar la prevención y la reeducación y con ello se abocan a la investigación y propagación de este mal como
su reducción paulatina a través de un control efectivo. De una realidad también presente. "Silenciada o minimizada
igual forma, se destaca la necesidad de establecer bases de durante años, la violencia de género empieza a ser recono-
comunicación, donde la identidad masculina no requiera cida como un problema social en Cuba gracias al esfuerzo
un modelo de violencia y negación de sus emociones y
pensamientos para una interacción equitativa con sus pa- "Con ella coincide la doctora en ciencias Norma Vasallo, presidenta
rejas y con el entorno en el que se desarrollan. Lo anterior de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana: "Aún falta
partiendo de la idea del investigador Antonio Ramírez, un estudio nacional con datos objetivos, como denuncias y reportes
de hospitales, para tener una idea lo más cercana posible al estado del
quien argumenta que para detener la violencia el hombre y
problema en su aspecto más crítico: sabemos que ésas son cifras que la
la mujer necesitan aceptar primero que su pareja es su igual realidad suele superar, pero sería un buen inicio" (Srmlac, 2010).
332
333
S0131<1 1111 1DAD Y cual URA, MÚSICA Y \11.151t. 3 IIRAI'IlA
Es de destacar, dentro de la ficha, la extrema importancia
• que ocupa la canción de cuna, por ejemplo, por ser la primera
Si partimos del concepto de identidad como "aquello con
que escuchamos y con la que fuimos arrullados en nuestra
lo cual el sujeto quiere identificarse" a través de las imáge-
más tierna edad, por lo que nos remite a momentos prima-
nes que le son proyectadas en los otros (Villoro, 1996:25),
rios cruciales en la conformación de la autoestima y de nues-
esta reconstrucción comprendería, desde nuestro punto de
tra primera acogida; en este estudio ocurrió que, tanto en el
vista, el análisis de la identidad cultural (colectiva e indi-
grupo de Cuba como en el de México, coincidió el hecho de
vidual) de las personas en estudio y la interpretación del que compartieran la conocida canción de Seriara Santana. Sin
mosaico sonoro de sus historia de vida, haciendo hincapié
embargo, al detenernos en las características de su letra y de
en sus posibilidades y no sólo en las carencias abordadas.
su melodía, empezamos a percatamos de las diferencias que
En este sentido, se parte de la música como un construc- la tradición oral le había ido imprimiendo con el paso de los
to social entendido desde los conceptos de género y de la
años. En Cuba, esta canción posee una melodía diferente a
cultura,' donde se encuentra íntimamente imbricada, lo
las que se escuchan en México, país en el que además encon-
cual en musicoterapia se sostiene como un principio bási-
tramos tres versiones, hecho de vital importancia que, de no
co rector de varias de sus técnicas fundamentales. Así, por
haber sido tomado en cuenta por la musicoterapeuta, no hu-
ejemplo, la indispensable aplicación previa de la llamada biera obtenido el impacto emocional esperado.'"
ficha musicoterapéutica, que incluye todos los arquetipos
Al respecto, queda también demostrada la importancia
sonoros y la historia de vida sonoro-musical de cada sujeto
de un conocimiento previo acerca de los aspectos sociocul-
y del grupo en estudio (desde la cultura de sus ancestros
turales que permean el pensar y el hacer del grupo de tra-
hasta lo que deviene en significativo hasta estos días) re-
bajo al cual pertenecen las/os sujetos, lo cual abarca no sólo
vela, desde un punto de vista filogenético y onfi)genético,
a su país, sino también a sus canciones, a su época e incluso
qué es lo que ha quedado aprehendido y sobre la base de
al medio empleado para su trasmisión, en este caso oral e
qué sonidos y músicas orientar el trabajo en cada caso. intergeneracional, donde cada cantarina puede improvisar
las partes que ha olvidado y dejarle su impronta identitaria.
Como que los contenidos que se expresan por medio de
"En Estados Unidos, la cuestión de la identidad se convirtió en parte
la música operan activa y funcionalmente sólo dentro de las
central de los movimientos sociales a finales de I(>s años setenta del siglo
xx. Influida por el movimiento de los derechos civiles y por el feminis- márgenes de una cultura o grupo específico" (lo cual acontece
mo estadounidense, la investigación en ese país de la identidad desechó a través de los significados simbólicos), resulta de vital im-
muy pronto el enfoque de clase lent(mces existente en el ninceptol y portancia el estudio de cada una de las preferencias musicales
lo sustituyó por un análisis que privilegiaba las categorías de género y
sexualidad, ejemplos: Marjorie Garbor y Judith llutler, así como en Fran-
cia Simone de Beauvoir y Julia Kristeva.lPerol el estudio de la identidad ''Para conocer detalladamente la letra y el analisis de
de los inmigrantes latinoamericanos y de sus descendientes en Estados
este aspecto,
Cfr. Fernández (en prensa).
Unidos tomó otro camino, 1_1 reterenciiindo identidades perdidas y
'Como expresara (AM acierto la antropóloga musicoterapeuta María
territorios ocupados" (Solórzano- nompson v Rivera-(;aria, 2009:144 Ester Grebe (1977).
334
N LA Lin. ILALLL RAI IA
:335
y de su estrecha relación con los factores que inciden en esas bio. Siguiendo a Villoro (199(i), para lograr un cambio en la
vivencias y en su conducta; por lo cual el tipo de música em- identidad (esto es, para su deconstrucción y posterior recons-
pleado en cada sesión dependerá en alto grado del contexto trucción) hay que forjar una imagen nueva de sí mismo/a.
cultural con el que el sujeto se identifique plenamente, lo cual Y, como va expresamos, este paso acarrea también angustias,
nos lleva de nuevo a su identidad sonora ((a-che, 1977), la que
ansiedades y depresiones, que hay que trabajar paralelamente
es expresada con claridad en la redefinición de 150 que utiliza sobre la base de sus patrones músicoculturales.
Rolando Benenzon» para lo cual resulta forzoso identificar
los estímulos musicales que provoca en cada en individuo la
respuesta esperada, que a su vez está indisolublemente liga- No( EDI \ III NIO 1 1:1 SLINII,N RISIAIAIJOSII
da al proceso de absorción y de valoración de los elementos
culturales que conformaron y conforman su ser actual." México
Esto implica el estudio y la posterior autocomprensión de
su influencia (positiva o negativa) sobre la manifestación ac- Puesto que entre las encuestas que se han desarrollado en el
tual de la identidad en sus distintos papeles. También incluye
nivel nacional suele sobresalir la alta incidencia de esta pro-
sus carencias y su indiscutible 1-elación con la autoestima y
blemática en el estado de Baja California, enfatizando además
con los otros procesos psicológicos que acompañan el cam-
que, sin importar el tipo de violencia infligido, la de tipo psi-
cológica se encuentra siempre presente, nuestra primera inter-
L'Un "canal de comunicación entre el m usicotera peuta y el paciente" vención investigativa ante la sintomatología que aquejaba a
(Sha pi ra, 2002:13). una población de mujeres víctimas de maltrato conyugal se
''Así, el eco gestáltico u universal, por ejemplo, se refiere a la identidad
efectuó en mujeres mexicanas que acudían al Centro de Pro-
sonora individual, "resultante de una integración de experiencias mu-
tección y Apoyo de la Mujer del mi de Tijuana para denunciar
sicales internalizadas que forman una configuración unitaria", también
especificado como "sonido interno tila' nos caracteriza e individualiza, su estado. Su población piloto, aunque fue constituida por
resumiendo nuestros arquetipos sonoros y vivencias musicales prima- 14 mujeres, para los efectos del estudio se sistematizó con las
rias". A su vez, el iso grupal representa la identidad sonora de un grupo siete mujeres que no faltaron ningún día a la experiencia, con
humano producto de las afinidades musicales latentes o desarrolladas edades entre 20 a 60 años, escolaridad primaria a preparatoria
en cada uno de sus miembros, lo que apunta directaniente al concepto
terminada y estrato socioeconómico de bajo a medio. Se contó
de identidad étnica o atibidetinición afectiva con los integrantes del gru-
po (que a su vez puede corresponder a Ulla hostilidad hacia los extraños con nueve sesiones de dos horas y media cada una, en un aula
a dicho grupo). l'or consiguiente, /a identidad É'ultural o étnica es insepara- prestada al efecto al Centro de Orientación v Protección a la
ble de la identidad SCHOU!! (/k, , y defiende lililí!! de 10:-; procesas Mujer del Dls.
dinámicos dela
cultura romo de la estabilidad o cambio de las pautas
Las técnicas utilizadas, posterior a la aplicación de la
El denominado iso cuitiall/ es a SU vez producto de la conliguración
cultural global, de la cual el sujeto y su grupo forman parte, o sea com-
ficha y a las pruebas psicológicas determinadas, fueron,
prende /a identidad sonora propia de una comunidad de luunosyneillad cultu-
ral 7 -Chüli'a, 1711( responde a 1111i1 L1111104 u slibtlin11111
y COMpliftida [ 'Rifa mayor detalle sobre estos resultados
(dr. (;robe, 1977). Fernanclez (200n),
así como Fernamlez (20111a)
330
11 1& (-.A FI fi I ¡ DI JUAN
33 /
entre otras, una variante de la técnica de viajes musical al, ya que ésta es no sólo una de las que aparecen más da-
utilizando experiencias positivas que les ayudaran a re das entre las mujeres violentadas por su pareja (Fernández,
sar a la realidad con una actitud diferente; trabajo corpor ), sino que se constituye en la base del decremento poste-
sonoro para coadyuvar a desprender ansiedades y lo• r en lo que queda de su autoestima (Field, 1996), por lo que
mayor cohesión grupal; improvisaciones colectivas de e apéuticamente es un paso vital en este proceso.
clones e instrumentales según el abordaje plurimodal p También se observó cómo ocurría —representado en el pla-
logar catarsis individuales y grupales, y técnicas de rela afectivo en un aumento de su autoestima como pareja— una
ción de Shultz con fondos musicales según resultados de ansmutación de la "culpa" de que las cosas no marcharan
ficha, que se les enseñó a individualizar. n y el requerimiento de ayuda de "ellas" hacia "ellos". Otro
A partir de los elementos reflejados en la ficha musico portante escalón que demuestra a la vez una toma más cla-
rapéutica, se escogió la canción grupal para establecer re de conciencia del proceso real y de sus posibles vías de so-
ciones de desprendimiento e identidad y el tipo de mús ción, fortaleciendo su identidad de género.
y sonidos adecuados para la revisión e incorporación en Através de los patrones sonoro-musicales y de vida que re-
vida actual de las técnicas de autoescucha, concientizaci lían desfavorablemente en su vida actual en sus diferentes
percepción externa y relajamiento, para pasar a trabajar les fueron asociando éstos a elementos de su vida, estereo-
autoestima y papeles identitarios que les impedían reco os, miedos, rencores, culpas infundadas y carencias infan-
cerse. Con el uso de instrumentos musicales autóctonos y es. Está descrito ampliamente cómo se logró aumentar la
presentados en su forma armónica, rítmica y melódica, ind utoestima en todas las integrantes del grupo, así como des-
yendo el uso del cuerpo como instrumento y por supues der la depresión y la ansiedad en un número notable,15 va-
de la voz, se utilizó técnicas que propiciaran el desarrollo s comenzaron a incorporarse al trabajo asalariado y/o a los
su asertividad y la libre expresión de los sentimientos. tudios, algunas para ser económicamente independientes y
Previo al taller se efectuó un análisis diagnóstico que refl' atizarse mejor, cambiando así sus papeles o roles asignados.
cómo poseían una baja autoestima como hijas (refiriendo
poca aceptación que percibieron en su infancia, sobre todo
parte de sus madres con referencia a su progenitora, pues Cuba
padre era un elemento ausente o sólo presente para pelear
mayoría de las veces). Este aspecto reflejó cambios positi n este grupo, se optó por la aplicación más extensa del
posteriores al mismo, hecho que, al tener desde el preser bordaje plurimodal en musicoterapia, desarrollado por
una distinta percepción iic cómofuenni adoradas Cié sil infancia musicoterapeuta argentino Diego Schapira (2002, 2007a,
parte de sns progenitores (posible debido a un proceso inte 007h y 2008), que cuenta con cuatro ejes de acción in terco-
de comprensión y perdón, propiciado a su vez por los nuev ectados; flexibilidad que permite a cada in usicotera 13CIA ta
conocimientos adquiridos y por la empatía lograda al sen • stablecer cuál eje de acción privilegiar en función de la
reflejadas en su propio papel actual de madres y sus condu
tas como tales), les ayudó a fortalecer aspectos de su identid. "Véase Ferrhindez (2010a y 20 I OH.
138 F la MUSICOTERAPIA
DI,DE) 339
persona o población a la que asiste: /7 traliii/o con canciones,
por otros, e identificarse tomando las palabras de otros
lOcnica tel E/SS (estimularlen de inufpnies II sensaciones a
: para comunicar sus sentimientos. Como diría Milleco:
través del sonido), la audición selectiva de música editada y las
"los autores y cantantes nos prestan sus canciones, sus
improvisaciones musicales terapéuticas.
emociones para ser cantadas, expresadas" (1985). Así, con
Su población piloto16 estuvo constituida por 10 mujeres
el reconocimiento de determinadas canciones ellas pudie-
de la ciudad de La Ilabana víctimas de extrema violencia
ron mostrar, sin sentirse amenazadas socialmente, aspec-
doméstica, con edades entre los 35 y los 57 años, una es-
tos de su identidad (cfr. Fernández, 2010b y Fernández,
colaridad de preparatoria terminada hasta universitaria e
en prensa).
incorporadas al trabajo asalariado. El taller se desarrolló en
Al igual que ocurrió con el grupo mexicano, varias de
un total de 26 horas, en 13 sesiones, en el salón del Centro
las mujeres de este estudio decidieron dejar a sus parejas
de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana.
abusivas y no consentir más sus chantajes emocionales o
El ejercicio con selecciones aparentemente "neutrales"
abusos físicos, e incluso permanecer solas y hacer las de-
escogidas por la musicoterapeuta originó reacciones emo-
nuncias correspondientes. Se advirtió en todas un aumento
cionales que posibilitaron la apertura del grupo a lo sono- ,
en su autoestima que se reflejó en la nueva identidad que
ro y les enseñó a utilizar sus propias selecciones musicales -
iban asumiendo y en su mayor confianza en sí mismas» 7
como un recurso personal ante diferentes estados anímicos,
lo que se expresó incluso físicamente en desinhibición y
en función de sus isos y de lo aportado en la ficha. A su vez,
cambios posturales.
ante la técnica de Estimulación de Imágenes y Sensaciones
a través del Sonido (Eiss), los fragmentos escogidos (a partir
de los elementos emergentes del taller) posibilitaron mo-
COMPARACIONES CULTURA1.11S18
mentos de catarsis por medio de su reminiscencia sonora
sobre el pasado. La confección del cancionero, al promover
: Los avances en el estudio sobre la violencia contra las mu-
relaciones intermusicales con el grupo, permitió entre otros
jeres bien podrían pensarse a partir de los siguientes tres
aspectos su revelación a través del contenido de sus letras,
supuestos: los efectos psicológicos, el carácter relacional
que guardaba íntima relación con sus sentimientos presen-Si
y sus emociones aún no curadas y en proceso de duelo,
"Esto implicó, por un lado, abandonar el miedo a qué sucederá si dejo a
en su gran mayoría vinculadas con situaciones de violencia mi pareja, lo cual a su vez se relaciona con romper su imagen, idealizada a
doméstica que de modo presente o pasado habían padecido. través de patrones largamente internar izados, de su visión acerca de que su
También, al elegir determinado tema para escuchar, relación tiene que ser feliz, pues, en caso contrario, ellas son las que tienen
buscaban expresarse a partir de composiciones creadas Ir la culpa (Crahdord, cl EIL, 2009: b5). Y, por el otro lado, al hecho de que nece-
sitan recuperar su empoderamiento, a través, entre otros, del apoyo social.
Hecho que resulta indispensable, pues los actos de poder que constituyen
el abuso doméstico hacia las mujeres aumentan cuando el perpetrador per-
'fue complicada de encontrar debido, entre otras razones, a la
cibe su miedo y la aceptación de sus conductas (Nlullender el al., 2002).
inexistencia en l.a I labana de centros que reconozcan esta problemática -d
l'ara constatar las similitudes respecto a lo acontecido sobre la an-
de manera apropiada y se dediquen individualmente a su atención.
: siedad en ambas muestras, véase Fernández (20 I DM.
"'I )efinida como la violencia infligida por parte del hombre hacia la mu- l'Es decir, diversas canciones de Juan y Junior, Los Mustang y 1,1
jer, por el simple hecho de sedo. I >entro de la cual, la que acontece hacia Massiel, algunas de Silvio Rodríguez \ de Pablo Milanés de hace dos
su pareja femenina (oas, 2009), produce una pérdida de identidad en ella, décadas; también de Roberto Carlos: gato triste Y azul"'Detalles";
caracterizada, entre otros síntomas, por un marcado índice de ansiedad Los Beatles: "Yesterdav", v algunas de luan Manuel Serrat (r In Fernán-
o estrís, que a su vez sude acompañan* de deprisiOn y baja ,11.1h)estillla. dez, en prensa).
3)2
34 3
de adolescencia (1970-1980), en lo que el grupo de mujeres empezaron, enredadas en una identidad enfocada en el otro,
mexicanas (que procedían de una época similar), escogió hasta su desprendimiento -gracias a una concientización so-
las canciones de Las jilguerillas, las cuales pertenecen a bre su equívoca posición objeto, así como al descubrimiento
la juventud de sus respectivas madres y eran escuchadas de sus propias posibilidades-, mostraron síntomas tangibles
por ellas cuando sus progenitoras las ponían o tarareaban. de cambio que en algunos casos las condujeron incluso a de-
Cabe señalar que las mexicanas de la muestra eran todas cidir la separación de su pareja y en otros casos a comenzar su
migrantes internas, por lo que se encontraban muy ale- independencia económica y/o sus estudios.
jadas de sus madres, a diferencia de las mujeres cubanas Entre las técnicas utilizadas resaltan las canciones dedi-
que, por razones económicas de vivienda de ese país, se cadas a las otras, a sí mismas y al grupo como entidad, así
ven obligadas en la mayoría de los casos a compartir ha- como la importancia de, bajo el efecto de la canción infantil
bitáculo con ellas hasta la tercera generación, por lo que de detonante grupal (en este caso Se I70171 Santana), trabajar
entre estas caribeñas en cambio incluso sobresalía el deseo a través de caricias y arrullos no sólo el "poder dar", sino
de "sentir más silencio, soledad y tener más intimidad". sobre todo "el aprender a recibir" de otras personas lo que
Un importante rasgo de similitud entre ambos grupos realmente merecen, estableciendo así pautas vivenciales de
lo constituyó el hecho de que reconocieran sus dificultades valor propio y de a u tocuidado. Todo ello favoreció el reco-
para expresar su cariño, sobre todo a sus hijos. Sus relacio- nocimiento de elementos vitales del proceso de reconstruc-
nes como madres y como parejas se establecían sobre la base ción de su nueva identidad, donde no era imprescindible el
de gritos y discusiones, lo cual confesaron que las hacía sen- estar aparejada al otro para encontrarse a sí mismas.
tir mal pero que no podían evitar; y compartían también con El último -y no por ello menos importante- rasgo de
las cubanas un pasado disonante de falta de comunicación comparación estaría enfocado en el hecho de que la sin-
entre todos, de portazos y de gritos entre los padres, así que tomatología, el daño identitario, la baja autoestima inicial,
ambas poblaciones de estudio mostraron la repetición de los sentimientos de incertidumbre, la falta de asertividad
patrones sonoro-conductuales de la familia de origen hacia y de empoderamiento fueron análogos entre las mujeres
la familia actual, que incluía discusiones violentas del padre , de ambos países!' La posición de hacedoras y cuidadoras,
hacia la madre y de llantos por parte de ésta. tanto de la casa y de sus habitantes en general como de la
Consideramos no obstante que lo más importante por des- pareja y de los hijos en particular, no presentó diferencias
tacar se refiere a los logros mostrados en ambos grupos, que sustanciales en las dos muestras de estudio, ni tampoco la
evidencian la efectividad de las estrategias musicoterapéuti- ansiedad generada en este tipo de relación; aspecto refor-
cas empleadas. Gracias a la identidad grupal compartida y al zado al sentir que no lograban cumpl ir, como se esperaba
uso revelador de las "canciones prestadas" a lo largo de todo socialmente, con sus roles de madre v de esposa.
este difícil proceso, las mujeres pudieron expresar sus profun- De forma similar a lo acontecido en el trabajo de Crawford,
dos estados y sentimientos a través de las distintas sesiones y et al., (2009:71), en estos dos grupos las mujeres se esforzaban
a reconocerse dentro de una nueva posición de poder que al
principio les parecía negada y de imposible acceso. I )esde que
-11,0 cual queda cyplídlo en Fernández (2010a y 211111b).
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INneouueaórv
3 73
Es posible que el coronel Tamborrel haya ordenado a sus nas fronterizas en el norte. A pesar de que el gobierno de
hombres no disparar contra los aviadores; es probable, sin Díaz quedó impresionado con las exhibiciones aéreas que
embargo, que los soldados no lo hayan hecho debido a que la compañía Moisant realizó en Monterrey (del 20 al 21 de
los pilotos no intentaron bombardearlos (de todos modos no febrero) y México (del 26 de febrero al 7 de marzo), sobre
cargaban bombas) o disparar contra ellos, sino que, más bien, todo con los simulacros de bombardeo realizados por Ca-
limitaron sus actividades a las de observación. Cabe notar
rros y Simón en el Cerro de la Estrella y el campo de ate-
que el gobierno mexicano no había prohibido tales vuelos rrizaje de Balbuena, para entonces las fuerzas antirreelec-
ni había enviado instrucciones a sus unidades militares des-
cionistas se habían apoderado de grandes regiones de la
tacadas en la región a disparar contra cualquier avión que república y el ejército federal estaba a punto de desinte-
intentara atravesar la frontera.'' grarse. Durante los últimos meses de la lucha, el gobierno
Después de los vuelos del 11 de febrero, el estado del había recibido varias propuestas de diversos individuos
tiempo empeoró y, por ende, las demás actividades de la
y compañías ofreciendo equipar al ejército federal con
exhibición fueron canceladas. Aunque los aviadores per-
máquinas de volar de un tipo u otro» Hubo incluso una
manecieron en El Paso otro día adicional a los que habían
propuesta, en febrero de 1911, respecto a la contratación
sido programados para el evento, el estado del tiempo
del aviador francés Didier Masson para bombardear a los
siguió empeorando. Por lo tanto, el 15 de febrero los pilo- grupos rebeldes que operaban en Chihuahua.n No exis-
tos partieron rumbo a Laredo, para luego pasar a México ten, sin embargo, evidencias de que cualquiera de estos
y realizar allí la segunda parte de su recorrido (por las ofrecimientos haya sido aceptado; así mismo, el gobierno
ciudades de Monterrey y México). El mismo día en que
tampoco hizo avances significativos hacia el desarrollo de
salieron de El Paso, la segunda columna federal de refuer-
un cuerpo aéreo, se contentó con enviar a dos oficiales del
zos, la que comandaba el general Navarro, llegó a Ciudad
Juárez (El Paso Morning Timos, 1911e:3; Almada, 1964:1,
195-196; Sánchez, 1976-1977:72-73). "Cartas enviadas al presidente Díaz de Joseph E Kincell, 20 de marzo
Fuera de la diplomacia, el gobierno mexicano no te- de 1911, C:.0.( llover, 14 de abril de 1971, C.R. Minen 21 de abril de 1911, así
como el folleto descriptivo titulado "Dirigible Airship," n.p.i., en aro, niqu,
nía ningún medio a su disposición para evitar los vuelos
uí, exp. 36, GO 9, h. 004425, caja 3, hs. 1106183-006186, caja 15, h. 007297, y
transfronterizos como los que habían ocurrido en Tijuana caja 19, hs. 009018-009020. El primero de estos ofrecimientos fue recibido
y Ciudad Juárez. Tenía pocas esperanzas, por ejemplo, de por el gobierno en diciembre de 1910, cuando el aviador estadouniden-
establecer un cuerpo aéreo para ayudar a patrullar las zo- se Al_ IVelch ofreció pilotear un "avión de guerra" contra los rebeldes
maderistas en Chihuahua. Véase el intercambio de correspondencia entre
Francisco León de la Barra, el embajador mexicano en 'Washington, y En-
rique C. Cmel, el secretario de Relaciones Exteriores en México, 9 y 29 de
"Recorte de prensa de El -Triunfe, 1..11 /allana, 9 de febrero de 1911, en diciembre de 1410, en .01/17 RNI, exp. 18, hs. 438-439.
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de Relaciones Exteriores, 8 de febrero de 1911, incluida con otros docu-
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y Marina, en a0N, Fn , sección
linees, 19 / c:1; 111 Paso Money Tirnes, l91lL6_
XI/ 481.5, exp. 66, 11,:. 725-746.
374
JANSEN ,01intopi56
3/5
ejército -el mayor Nicolás Fernández y el capitán Federi-
viar la llamada Maneuver Division (División de Maniobras),
co Cervantes- a Francia para estudiar aviación) ''
integrada por aproximadamente 20 000 soldados, a la fronte-
Por otro lado, durante esta última etapa del conflicto, ra sur de Texas. Aunque esta unidad fue establecida oficial-
el gobierno de Díaz ya casi estaba en la bancarrota; por lo mente para ayudar en las tareas de vigilancia relacionadas
tanto, era imposible que hubiera contado con suficiente con la frontera y evitar el contrabando de armas y municio-
dinero para la compra de máquinas de volar y la contra- nes a México, también podría ser utilizada para una inter-
tación de aviadores extranjeros (Mazariegos, 1953:28; Ne- vención militar estadounidense en México en caso de que el
grete, s / f:32). congreso y el presidente lo consideraran conveniente:5
Los insurrectos, por su parte, tampoco lograron estable- Además de contar con la Division de Maniobras en la
cer un cuerpo aéreo. Los diversos grupos rebeldes que ope- frontera, el ejército estadounidense también envió a la re-
raban en el norte tuvieron suficientes problemas para ase- gión cuatro de los cinco aviones (biplanos Wright) pertene-
gurarse un flujo suficiente de armas y parque a través de la : cientes a la Aeronautical División del Department of War,
frontera por medio del contrabando, y hubiera sido difícil, para auxiliar en las tareas de patrulla y vigilancia. Mientras
aunque no imposible, intentar conseguir cañones y aeropla- que el gobierno de Taft lograra resistir las diversas presio-
nos por medio del contrabando. No obstante, por lo menos nes que existían para que el ejército interviniera en México,
en una ocasión, tuvieron la idea de utilizar el aeroplano para
la región de operaciones de esta fuerza pequeña estaría cir-
propósitos bélicos. Durante la última quincena de abril de cunscrita al lado estadounidense de la frontera.16
1911, cuando la columna insurrecta dirigida personalmente Sin embargo, siempre existía el peligro de que uno o más
por Madero sitiaba a Ciudad Juárez, Eduardo Hay, su jefe de
de estos aviones pudiera atravesar la línea internacional
estado, propuso que compraran un avión en Estados Uni-
equivocadamente. De hecho, este tipo de incidente ocurrió
dos. Hay creía que dicho aparato, piloteado por un aviador en dos ocasiones durante las intervenciones en Chihuahua y
experimentado, podría ser utilizado para dejar caer bombas
Coahuila en 1916 y 1919. Con el incremento de las fuerzas es-
de dinamita sobre los baluartes federales. La idea fue recha-
tadounidenses en la frontera durante el período de 1912-1920,
zada finalmente, en gran parte debido a las limitaciones eco- el peligro de que ocurriera alguna incursión aérea en territo-
nómicas, así como a dudas respecto a la factibilidad de tal rio mexicano de un momento a otro también aumentaría.
plan en la práctica (Negrete, s / f:32).
Respecto a las negociaciones hacia un tratado aéreo entre
los dos países, cualquier esperanza de que fuera aprobado "Presidente William H. Taft al subsecretario de Estado, 12 de marzo
de 1911, en NA, RG 59, 812.00, documento núm. 922;
por sus congresos respectivos fracasaron debido a la decisión New York Tinos, 1911:1;
Coerver y Gra II, 1984:23.
del gobierno estadounidense, el 7 de marzo de 1911, de en-
6. 'Telegrama del teniente Benjamín D. Foulois al ayudante general del
ejército estadounidense, 2 de marzo de 1911; general Duncan, comandante
de la División Río Grande del ejército estadounidense, San Antonio, lesas,
"Entrevista con el general de brigada Federico Cervantes, realiza- al ayudante general, 4 de marzo de 1911, en NA, RG 94, documento núm.
/V;
da por Daniel Cazés, agosto de 1960, en BINAR I IORNI, entrevista núm.
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376 I AVVRLN( I- DOUGLAS TAYI ()R HANSEN LAS PRIMERAS INCIJRSIONES ESTADOUNIDENSES
377
LAS oPltACIoN1,.S DI: CON (BABANDO AÉREO
A finales de marzo y principios de abril, la aduana esta-
1 )URAN11: 1A RI:VU1.1 I A OROZQUISTA
dounidense de El Paso, al aplicar el embargo de armas y
parque declarado por el gobierno de Taft el 14 de marzo de
El tercer caso respecto a las incursiones aéreas a México
1912, confiscó dos aviones destinados a los rebeldes.'" Los
con origen en territorio estadounidense ocurrió durante
insurrectos, empero, lograron conseguir uno o más aparatos
la rebelión encabezada por Pascual Orozco, que estalló en
y contrataron aviadores extranjeros para manejarlos.H
Chihuahua durante la primera semana de marzo de 1912.
Uno de los aviadores contratados fue el británico John
La insurrección orozquista fue la primera ocasión en que
L. Longstaff, quien llevaba mensajes v —según los informes
el gobierno federal mexicano —esta vez bajo la presidencia
de los periódicos-5(1 rifles-21 'a los grupos rebeldes que ope-
de Madero, cuyas fuerzas habían derrocado al régimen de
raban en la región de Nuevo Laredo. El piloto, según se
Díaz en mayo de 1911— experimento un desafío en térmi-
afirmaba, hacía dos viajes redondos cada noche. Longstaff
nos del uso de aeroplanos por parte de los grupos de insu-
sirvió con los orozquistas desde la primavera de 1912 hasta
rrectos armados en la frontera norte.
el verano del mismo año, cuando renunció.21
Durante la tercera semana de marzo de 1912, el gobierno
de Madero recibió informes de Nuevo Laredo, en los que se
El Paso, y la Secretaría de Relaciones Exteriores, 1, 5, 6 y 9 de abril de 1912,
declaraba que un aeroplano había cruzado la línea divisoria
en Al ICE, 12N1, L-E-733, exp. 6, 6,, 1-2, y L-E-742, exp. 2, fs. 1.-2; New York
cercana a esta población con un cargamento de correspon- 1912a:4. Para una descripción detallada sobre la campaña orozquist a en los
dencia y otros mensajes para los insurrectos orozquistas que estados del noreste de México, véase Sánchez Lamego 1976-1977:145-166.
operaban en Tamaulipas y Coahuila. Las autoridades milita- '81-lenry 1,. Stimson, secretario de Guerra, y Franklin MacVeagh, del
res federales temieron que en caso de que los rebeldes logra- Departamento de la Tesorería, al secretario de Estado Philander Knox,
3 de marzo y 1 de abril de 1912, en NA, Rc 59, 812.113, documentos nums.
ran adquirir máquinas voladoras, podrían utilizarlas para
276 y 283, respectivamente, así como la correspondencia entre los depar-
llevar a cabo misiones de exploración y bombardeo contra tamentos de Guerra, de la tesorería, de Estado y de la oficina del presi-
las fuerzas gubernamentales en el norte. Declararon que la dente, 30 de marzo al 1 de abril de 1912, en NA, ac 94, AG1875135, A210,
importación de aviones de Estados Unidos v Europa sólo A213, A2l5, A219 y A228; lnlorme de L.E. Ross, agente especial del De-
partamento de Justicia en lit Paso, 23 de abril de 1912, en NA, Re 65,
sería permitida al gobierno mexicano; así mismo, avisaron a
rollo 1, Sección general 19.
sus representantes diplomáticos y agentes en Estados Uni-
'Informe (lel agente Ross del Departamento de Justicia, El Paso, 1 al
dos que vigilaran la frontera e impidieran cualquier intento 2 de julio de 1912, (NA, re, 65, 1( 1.111, rollo 2, Sección general 31; New lin A
por incluir estos aparatos en cargamentos de contrabando. Times, 1912b:8).
El gobierno también intentó de nuevo negociar un tratado 'Esta ()limitación me pauto' una exageración dadas las limitaciones de las
máquinas de volar del período en términos de so capacidad para llevar dile-
con Washington respecto a la necesidad de regular el tránsi-
rentes objetos como flete. N() obstalfle, es posible que se pudiera llevar cierto
to de la frontera por aeroplanos, dirigibles o globos»? número de armas con tal que no Sr llevara un observador como pasajero.
1] Longstaft nimio accidentalmente el 28 de septiembre de 1912 durante
378
SEN L:5
379
No obstante, en octubre de 1912, el gobierno de Madero bajo las órdenes del coronel Francisco Castro. A la columna
recibió información de que los orozquistas todavía recibían de Castro le había sido asignada la tarea de vigilar el fe-
abastecimientos de parque por medio de aviones que atra- rrocarril central, la principal arteria de transporte en Chi-
vesaban la frontera. Estos aeroplanos presumiblemente huahua, contra los ataques de los rebeldes." Worden sirvió
fueron piloteados por extranjeros, aunque se desconocen con el ejército federal hasta diciembre de 1912, cuando re-
sus nombres (Taylor, 1993:282). nunció a su comisión como piloto con el rango de capitán y
Como en el caso de los vuelos transfronterizos duran- regresó a Estados Unidos."
te la revuelta maderista contra el gobierno de Díaz y el de El avión piloteado por Worden, cabe notar, tenía un ra-
Hamilton en 1910, el gobierno federal mexicano no tenía dio de acción de algunas decenas de kilómetros antes de
más remedio que la diplomacia en sus esfuerzos para evitar que el aviador se viera obligado a reabastecerse de com-
estas penetraciones de su espacio aéreo territorial. Las no- bustible. Si bien esta distancia de operaciones era conside-
ticias de que el ejército italiano había utilizado varios aero-
, rable en términos del alcance de la aviación de la época, su
planos y dirigibles durante su campaña de conquista en Tri- función principal consistía en la realización de tareas de
politania habían motivado al gobierno de Madero para que apoyo logístico y no como arma ofensiva. No estaba equi-
entrara en negociaciones con la compañía Moisant para la , pado para realizar tareas de bombardeo y todavía no se
compra de algunas máquinas Blériot, así como enviar cinco había llevado a cabo combate aéreo alguno entre aviones
jóvenes oficiales a la escuela de aviación de dicha empre- en ninguna campaña o guerra.
sa en Hempstead Plains, Nueva York. Aunque el gobierno Aun cuando el gobierno de Madero hubiera podido en-
aún estaba ocupado con estos esfuerzos cuando estalló la viar al norte de México —o más específicamente al noreste
revuelta orozquista, logró sin embargo enviar un par de los de México, la zona donde los orozquistas realizaban sus
aviones que habían llegado a México entretanto para in- vuelos transfronterizos— una unidad completa o escua-
corporarse a la columna federal bajo el mando del general drón de aeroplanos, no hubiera sido una fuerza suficien-
Victoriano Huerta, que había iniciado una contraofensiva temente fuerte o eficaz para eliminar la amenaza aérea
hacia el norte desde su base en Torreón en julio de 1912." rebelde. Tampoco se había desarrollado, para el período
Uno de los Blériots se dañó durante las pruebas de vuelo en cuestión, ningún tipo de artillería antiaérea. De hecho,
que se llevaron a cabo en Torreón; el otro, piloteado por dado el tamaño relativamente pequeño de las fuerzas ar-
John Hector Worden, aviador de la compañía Moisant que madas federales, el gobierno —al igual que en el caso de
había sido contratado por el gobierno de Madero por me- su predecesor, el de Porfirio Díaz— tenía suficientes pro-
dio de un arreglo con la empresa, realizó tareas de obser- . blemas para mantener una vigilancia adecuada sobre el
vación y mensajería para la Primera Brigada de Infantería
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ESTADOUNIDINsES
389
EXPERIENCIA DE LA FRONTERA
Y VISIÓN DE LA HISTORIA: ENTRE LA
AUTOBIOGRAFÍA Y LA PROFESIÓN
ESTE ARTÍCULO
pretende dilucidar las recíprocas influencias
y diferencias que la historia y los historiadores de la fron-
tera entre México y Estados Unidos han tenido a través
de los años. Para ello, abordaré tres cuestiones. En primer
lugar, reflexionaré sobre mi propio descubrimient
o de la
frontera y lo fronterizo. Luego, intentaré dar algunas ideas
sobre la concepción de frontera que se ha desarrollado a lo
largo de más de 150 años. Para finalmente exponer algunas
deficiencias que no se han superado del todo entre quienes
hacen la historia entre ambos países en su región limítrofe.
Desde luego que el punto de partida del artículo es la
conciencia de la alteridad que se experimenta
en la frontera.
Dicha alteridad se puede vivir de manera amistosa
y armó-
nica
cuando se trata de relaciones familiares, deportivas o
laborales; pero también se puede percibir de manera violen-
ta cuando existe la agresión de los agentes migratorios o los
inspectores de aduanas, y más aún cuand
fiesto el racismo de un lado o o se pone de mani-
parte, si bien e la xenofobia del otro. Por otra
n apariencia los elementos fundamentales
- 391-
que parecen definir la estructura de las fronteras entre Méxi-
co y Estados Unidos son comerciales, económicos o fiscales, dounidense —esto que es obvio, quiero aclararlo desde el
hay factores culturales, históricos y geográficos que también principio—, y nacido dos años después de terminada la Se-
contribuyen a la estructuración y definición de las fronteras. gunda Guerra Mundial —esto que no es de suyo tan obvio,
Entre éstos son fundamentales las concepciones derivadas es determinant e
para considerar lo que expondré más ade-
de la teoría de la historia y de cómo cada uno de los dos lante. La segunda carta y su cojera es que por largos años
países percibe y analiza su pasado no sólo respecto a sí mis- estudié y tuve oportunidad de conocer la versión que los
mo, sino respecto a sus vecinos. Es aquí donde para unos católicos mexicanos de las décadas de 1960 y 1970 tenían
la frontera es una línea impermeable que marca diferencias de
la historia de su país y de la malhadada influencia que
absolutas. Sin embargo, para otros no es sólo una frontera suponían de Estados Unidos sobre los destinos de México.
permeable, sino zigzagueante en continua comunicación Y la última, fue la formación que, una vez que decidí ser
que registra indistintamente encuentros y desencuentros. historiador, recibí en El Colegio de México y que continué
Para empezar, quiero recordar aquella recomendación como investigado r
en El Colegio de la Frontera Norte. No
que E. H. Carr hacía a los estudiantes cuando se les en- sé si de las tres cartas y sus adyacentes cojeras se haga una,
comendaba leer un libro de un autor. Decía Can pero hoy las tres me hacen diferenciar y ver de modo más
-, no sé si
recordando a R. G. Collingwood, que aquellos estudiantes claro y distinto un asunto complejo y diverso como es la
debían ir con los alumnos de ese autor y debían preguntar- historia de la frontera actual. Por último, quiero recordar la
les qué tal era y de qué pie cojeaba. Porque, decía, "cuando advertencia que a mediados del siglo xx hacía Daniel Cosío
se lee un libro de historia hay que estar atento a las cojeras. Villegas a quienes se ocuparan de temas referentes a ambos
Si no logran descubrir ninguna, o están ciegos, o el his- países. Para empezar decía:
toriador no anda". Es por ello que también recomendaba
ponerse a estudiar primero al historiador antes de poner- El problema de las relaciones
se a estudiar los hechos históricos (Carr, 1973). Esto viene de México con Estados Uni-
dos es complejo en extremo. Por eso podrá presentársele
a cuento porque al reflexionar sobre la experiencia de la útil, apropiadamente, sólo después de una meditación
frontera y sobre el sentido de su historia, he entendido que sostenida, forma única de conceder su peso justo a
puede hacerse identificándose uno mismo y haciendo una uno de cada
los muchísimos elementos que en él entran. De lo
reflexión autobiográfica. Para ser honesto, tanto desde el contrario, la pintura, en lugar de ser ponderada, resultará
punto de vista moral como historiográfico, quiero poner parcial y hasta grotesca (Cosío, 1949:47).
las cartas sobre la mesa y exponer tres cojeras de mi au-
tobiografía respecto a la historia de la frontera. La prime- Por ello, Cosío Villegas opinaba también que eran los
ra carta que tengo sobre la mesa y su cojera respectiva es académicos, d e
uno y otro país, quienes podrían fincar la
que soy fronterizo originario de Nuevo Laredo; es decir, obra de e ntendimient o
más segura, porque eran los únicos
que pot Irían labrar en terren
del mismo espacio geopolítico que ocupaba la antigua villa o firme aun cuando, como era
de San Agustín de Laredo que fue mexicana y hoy es esta- nat ura
l, su obra sería lenta y a veces no actual ante la ur-
gencia s' magnitud de los problema
392 s.
ITIANI JE I rERAII (FT
RAMÍREZ
EERI: RIP IA FRÍAN I F RA
393
LI I )/)SCUBRIMIENIO 1)11 I A 13tONTI ISA
1 - lace poco más 60 años que el historiado al Laredo texano como parte de otro país. Sí sabía, por su-
r francés Philippe puesto, que había que seguir un mínimo proceso burocráti-
Ariés escribió aquel artículo ya clásico titulado "Un niño co para pasar el río y enseñar un pasaporte que la mayoría
descubre la historia" (Ariés, 1988:35-46). Debo decir que de las veces no era siquiera observado por el agente en tur-
fue este texto el que se me vino de
golpe cuando reflexio- no, quien en lugar de hacer los cuestionamientos que se ha-
naba sobre la experiencia de haber nacido en la frontera. cen en la actualidad, saludaba a mis padres y conversaban
Me di la libertad de convertir el texto de Ariés en uno inter- un poco sobre los amigos, el negocio, el estado del tiempo o
cambiable en el cual yo modifiqué historia por frontera y sus años como compañeros de escuela. Debo aclarar que mi
que, para mis propios fines, releí bajo la clave de "un niño padre nació en Laredo, Texas, en 1921, y que mi madre que,
descubre la frontera".
aunque nació en Nuevo Laredo en 1926, vivió largas tempo-
Fue así como llegué a percibir dos cuestiones fundamen- radas con sus abuelos y tíos maternos –la familia Heredia–,
tales. Una, la naturaleza propia, amigable y serena con que pues asistió a la escuela parroquial de la iglesia de San Pedro
Aries decía haber descubierto la historia; y yo lo parafrasea- al poniente de la ciudad de Laredo.' Mi padre terminó su
ba y decía que de la misma manera, propia, amigable y se- high school en el Martin High (todavía conservo sus anua-
rena, había descubierto que era fronterizo y que vivía en la rios escolares, llamados "Pitahaya"), y gran parte de su vida
frontera. Otra, de raigambre más existencial, era que Aries laboral la desarrolló del lado estadounidense en el negocio
hablaba de la condición religiosa de la historia, que la con- de venta de automóviles. Aunque mis abuelos paternos –la
vertía en algo muy cercano a la gracia; y yo, parafraseándolo familia Ceballos González– vivieron en Laredo, Texas, ya
de nuevo, experimentaba la gracia de mi pasado familiar y para cuando yo los recuerdo vivían en Nuevo Laredo. Tanto
la naturaleza casi sagrada del espacio que mis antepasados ellos como mis abuelos maternos –los Ramírez Heredia--
habían conservado para mi familia y para mi patria. Sobre habían llegado indistintamente
a Laredo o Nuevo Laredo en
esta doble percepción basaré mis primeras reflexiones. los años más aciagos y conflictivos de la Revolución mexica-
Para mí, la frontera no fue en sus principios lo "peor de na –1915 y 1916—, procedentes de Camargo
2 y Villagrán en
un país", tal como lo expresó Orson Welles en
ibuch of Evil
(1958). Antes al contrario, nací protegido y arropado en un
medio propicio donde desarrollé mis actividades normales 'La referencia a la iglesia de San Pedro no es banal, y
a que fue la pri-
de un niño y mera iglesia católica donde se hizo uso del inglés en 1897, según consta
adolescente que vivía en la frontera: la vida en una placa en el
familiar, el lugar de trabajo de mi padre, la iglesia donde exterior de este templo, fue además la parte de la
ciudad donde construyeron sus casas las principales familias.
obviamente era monaguillo, las fiestas infantiles, la escue- 2Los Ramírez de Carilargo, que tenían sus propiedade
s en ambos la-
la católica, los actos cívicos, sociales y religiosos. Solamente dos del río Bravo, son quienes aparecen en la foto
tuvo a de la portada que
había una diferencia con otros niños mexicanos: parte de mi bien Armando C. Alonzo incluir en su libro hiorio
kyzacy,
CheW5 -
Settlers in South 7e.m. uw-1900,
vida familiar; religiosa o festiva la desarrollaba en La redo, 0908).
mi abuelo materno -mi bisabuelo-, con .vas otros Ahí está el padre de
"texas. No estoy seguro de que en mi infancia haya percibido fam ili as y cuatro hermanos, sus
otros invitados. Luego de la Revolución mi'xicana, una parte
d e „H os ; D
394 igró a Reynosa y a McAllen, la otra a los do
s G re dos
SAI UJS PANIIREZ
EXPFRIEM IA UI I A F RON IRA
RA
395
Tamaulipas, y del viejo pueblo minero de Mazapil que, aun-
que en Zacatecas, tenía como centro de interacción el Saltillo atendió una mujer que era oficial de inmigración o de adua-
porfiriano, donde por cierto vivían otros parientes y donde na, no lo recuerdo. Vio el pasaporte —la "Forma 13"— que
permanecieron antes de trasladarse a ambos Lucidos. estaba a nombre de Evangelina Ramírez de Ceballos, y en
La experiencia y los recuerdos que tengo como niño y lugar de seguir el trámite que yo esperaba, inmediatamente
adolescente fronterizo, que me llevaron al descubrimien- me preguntó por mi tía Teresa Heredia, que era hermana de
to ambivalente de la frontera, quedaron en mí como hitos mi abuela materna y que vivía en Laredo, Texas; además,
formativos. Algunos de me dijo con esa fórmula tan familiar y arcaica —que es el
ellos han sido especialmente signi-
ficativos y me han marcado. Recuerdo cuando un 22 de fe- fundamento de los patronímicos—, y que todavía usamos en
brero al pasar hacia Laredo, Texas, por el Único puente que la frontera: "Tú eres hijo de Reme" (así designaban familiar-
entonces existía, a celebrar el natalicio de George Washing- mente a mi madre por haber nacido el 1 de septiembre, día
ton y asistir al desfile —o al paseo, como decían mis tíos de de la Virgen de los Remedios). Obviamente, el pasaporte no
Laredo, Texas—, le pregunté a papá que por qué la bandera registraba el apellido Heredia, y mucho menos el nombre
mexicana estaba a media asta, que yo ya sabía que era señal de Remedios, ya que mi madre era Evangelina, y así apare-
de duelo. No sé si me respondió que era el aniversario de la cía en el documento. Todavía recuerdo que mi nerviosismo
muerte de Francisco 1. Madero, pero sí creo recordar lo que de adolescente se esfumó y me sentí recibido en mi propio
yo comenté: "aquí estamos tristes, y allá estamos alegres"; espacio y, además, con una referencia explícita a mi propia
hoy percibo que aquella inflexión verbal identidad familiar. Evocaciones como ésta han creado en mí
—estamos— refleja-
ba mi experiencia ambivalente de niño de la frontera. Años una sensación de tener ciertos derechos de espacialidad so-
más tarde, cuando hube de sacar mi pasaporte individual bre ambos lados de la frontera, derechos que no tienen que
porque ya era adolescente, tuve también una experiencia ver con cuestiones jurídicas ni políticas actuales, que hacen
de la amistad de la frontera que no he olvidado, y más aho- referencia al Estado-nación, pero sí con cuestiones antropo-
ra después del 11 de septiembre de 2001. Debo aclarar que lógicas que quizá algún día, o quizá no, los seres humanos
para entonces lo que llamábamos pasaporte no era sino establezcan como fundamentos de la sociedad. Sé que esto
un pequeño documento mexicano de cartoncillo conocido tiene que ver con lo que los historiadores llaman la edad
como "Forma 13", en la cual los estadounidenses ponían dorada y la utopía. Pero dejémoslo ahí. Lo que no podemo
s
su sello de aprobación para poder pasar a su país. Los me- dejar son los derechos de espacialidad antropológica que
nores de edad aparecían juntos al lado de su madre, y las se derivan del hecho de tener los fronterizos a sus muertos
sepultados
personas mayores de manera individual. Ya para entonces en ambos lados de la frontera.
mi madre tenía una "mica" en la cual sólo aparecía su fo- Como estas experiencias podría relatar muchas más,
como
tografía y los nombres de mis hermanos menores. Cuando, las que tuve tantas veces cuando mi madre andaba
como digo, fui adolescente, mi padre me dejó en la garita de compras O en algún evento social, v saludaba indistinta-
estadounidense mente en inglés o en español a cuanta gente se encontraba;,
para obtener mi propio pasaporte —mi pro- o en el
pia "mica". Llegué con la "Forma 13" de mi madre y me Boys Club de Laredo donde yo asistía los veranos;,
o
en los viajes a visitar a los tíos, ya fuera Brownsville o
396
M.H4LF1 rI RAI' L1 RmgíRez <PE PÍEN( IA DE 1A ( ROMERA
397
San Antonio;, o las visitas a las playas de Corpus Christi; o
las quermeses —nunaicas—
en Saint Joseph's Academy; o los gustin School, y por lo mismo no se identificaban conmigo,
días que, según yo, iba a trabajar con mi padre a Guaja rdo pues yo era partidario de Saint Joseph's Academy que era
Motor Company, que era el nombre de la agencia de carros marista, y que era de donde venían los
brothers a Nuevo
donde laboraba. Ahí recuerdo que "trabajé", en diferentes Laredo al Colegio América donde yo estudiaba. Recuerdo
períodos de vacaciones, en el departamento de carros usa- que aún años después vestía yo el suéter
dos, en el de refacciones —en las partes— de San José y no el blue and white, mareo,, and White
y en el de pintura. que era el de San Agustín.
No me sentía diferente de quienes vivían en Laredo, Texas, Otra fuente de identificación
de fondo religioso eran los Ca-
sino al contrario, había algo que me asimilaba, aunque fue- balleros de Colón y los cursillos de cristiandad. Recuerdo
ra algo diferente a la definición de la nacionalidad; a no ser que estos últimos fueron iniciados por unos pilotos espa-
por un desacuerdo que todos los viernes había entre los ñoles que se entrenaban en la Air Force Base que entonces
mecánicos, los pintores y el personal de ventas: la comida, había en Laredo, Texas, y al que eran invitados habitantes
pues mientras unos decían que no debían comer carne por- de los dos Laredos. Mi padre asistió a unos de los primeros
que así lo estipulaba la Iglesia Católica de Estados Unidos cursillos que se dieron en el antiguo Hospital de la Merced
y las tradiciones estadounidenses, otros decían que no eran al lado de la Plaza del Correo. Y qué decir de las ceremonias
creyentes o que eran mexicanos y eso no los obligaba. Re- religiosas donde los Caballeros de Colón lucían sus vistosos
cuerdo que mi papá no era afecto a esa discusión, pero sí el trajes, tanto en las que se celebraban en La recio como en las
jefe del departamento de refacciones, Mario González, de de Nuevo Laredo. Desde luego, recuerdo mucho las con-
quien todavía recuerdo las frases irónicas que le decía a un vivencias que organizaban, donde había juegos, comidas,
mecánico que fue a presumirle que comería unos chicha- competencias y el imprescindible bingo.
rrones aunque fuera viernes. Debo decir que yo me sentía Otra vivencia menos privada de mi percepción de la
igual que los estadounidenses, no tanto por mi lugar de frontera fue haber captado el gran triunfalismo que para
nacimiento o por la necesidad de un pasaporte, sino por ambos Laredos dejó la posguerra. Aunque obviamente yo
ser católico.
no lo vi, quedó por muchos años el recuerdo de la ida y el
Ser católico era otra gran fuente de simetría que yo perci- regreso del Escuadrón 201 por esta frontera, que fue la co-
bía entre los habitantes de los dos Laredos. Desde luego, la laboración mexicana a la Segunda Guerra Mundial; parte
vivencia religiosa la tenía dentro de la familia, pero también de su entrenamiento lo hicieron en Estados
Unidos y de ahí
en la escuela y en la iglesia. Recuerdo que, como hasta la fueron enviados a las Islas Filipinas. Ciertamente, en ese
fecha, las bodas de los tíos y de los primos —ahora de los tiempo no era yo capaz de percibir más que por algunas
sobrinos— implicaban en ocasiones a los dos lados de la consecuencias toda la actividad que para los dos Laredos
frontera, pues indistintamente significó el régimen de
la ceremonia religiosa era sustitución de importaciones por el
en un lado y el festejo en el otro; e incluso suponían el ma- incremento de las agencias
aduanales, el transporte, la fis-
trimonio civil que prescriben las leyes mexicanas. Por otra calización y las diversas actividades de la aduana. Lo que
parte, una tía y .ame dejó una gran impresió n
dos de mis hermanas asistían a Saint Au-
i tó en ello, fue la organizació , porque mi familia partici-
n que desarrollo el en
398 t onces
Ntrilif
IDREZ E \ PERIENCIA DE I A I RONTFRA
399
único cura párroco de la ciudad que inició sus actividades
en 1932, un sacerdote de origen español, el padre Enrique En septiembre, cuando regresé a la escuela, el mobiliario
Tomás Lozano. Parte de su ministerio lo había desarrolla- era nuevo y había sido regalado, según nos dijeron, po
do en Laredo, Txas, en la época del r el
conflicto religioso en colegio marista de Laredo, Texas. De algún modo, aque-
México, donde incluso había dirigido una llamada Liga lla inundación quedó muy grabada en mi memoria y me
Católica, que sirvió de apoyo a los combatientes y estuvo hizo más conscient e de
la interdependenci a
enfocada, entre otras cosas, a trasladar seminaristas mexi- y vecindad
con Laredo, Texas, por lo mismo de ser fronterizo.
canos a España. Esto lo hizo conocedor de los habitantes
Todo lo que he narrado hasta ahora muestra el origen
de ambos Laredos y lo convirtió en un líder social digno amistoso, cordial y lleno de sentido con el que de niño y
de La navidad en las montarlas,
de Ignacio M. Altamirano, de
Al filo del agua, de Agustín Yáñez, adolescente percibí mi vida en la frontera. La frontera era
o
annpagne, de Georges Bernanos. de lournal de un curé de mi espacio vital, familiar, escolar, religioso, deportivo. Aun-
que luego conocí los grandes problemas que se viven en la
Entre mis primeros recuerdos negativos, hay dos de región, yo estaba protegido y arropado por mi familia, por
1954: la devaluación del peso en la Semana Santa y la úl- la escuela, por la iglesia, por los amigos. Nuevamente, debo
tima gran inundación que sufrieron los dos Laredos en el parafrasear a Aris y decir que vivía en la frontera como en
mes de junio. En ambos, me supe fronterizo. En el prime- una especie de oasis protector. Porque existía ese oasis, yo
ro, porque mi abuelo materno me llevó al antiguo ban- vivía fuera de la frontera, es decir, fuera de sus conflictos,
co Longoria donde supongo tenía sus ahorros. Tengo un pero también, precisamente por ese oasis, la frontera no me
vago recuerdo en el cual me encontraba yo entre mucha era extraña. En cierta manera, mis recuerdos de niño y ado-
gente adulta, viéndolos de abajo para arriba, formado en lescente fronterizo han actuado para contrarrestar las duras
fila con mi abuelo y todo mundo hablaba de un término realidades que luego descubrí en la frontera o la manera
que me resultaba extraño "la devaluación"
; y esto no lo acre, agresiva y denigrante que he conocido al saber cómo
recuerdo, pero seguramente todo mundo pensaba sacar ha sido tratada tanto por mexicanos como por estadouni-
sus ahorros y convertirlos en dólares. Recuerdo también denses. Debo decir que mis recuerdos son como aquella can-
la última gran inundación que sufrieron los dos Laredos ción que George Orwell, en
1984, sitúa en el pasado infantil
y otras poblaciones ribereñas al desbordarse el río Bravo. de su personaje para sacar sentido a la dureza del presente y
Me sorprendió ver cosas que sólo veía en el cine, como a la continua falsificación de la historia: "Naranjas y limones
cuando el ejército estadounidense instaló primero un dicen las campanas de San Clemente; me debes tres pequi-
puente de pontones inflables para cruzar el río y luego nes, dicen las campanas de San Martín".
un puente más permanente de pontones de madera. Mi Experimentar ser
fronterizo creó en mí tilld
padre me llevó también al aeropuerto conciencia
de Nuevo Laredo de alteridad y de identidad, de simetría y asimetría,
a ver un inmenso avión lleno de bastimentos —supongo igualdad y diferencia, q ue no de
ha d
un Hércules— cuya trompa se levantaba. Él mismo tuvo fecha me extraña y me indig na esaparecido. Hasta la
c utre los políticos y los intelectualever personas, sobre todo
que trasladarse en avioneta a Laredo, Texas, a trabajar s, q ue no
a son sensibles
400
esta realidad, y que ven la frontera co
mo una e ncrucija da
nl4NUFI [I 1114E EAMIRFZ
ExRERIFNCIA DE EA FRONTERA
401
inestable, sin sentido y sin permanencia; como si en ella no
que era especialmente anti mexicana: los Texas Rangers, a
vivieran seres humanos sujetos a las mismas contradiccio-
los que despectivamente se les llamaba ;luches. Recuerdo
nes y posibilidades de los demás. Por otra parte, la visión
que cuando vi la película Chin/ sentí que implicaba algunas
de la frontera que tuve de niño o adolescente no podrá ser,
ni con mucho, la de mis hijos y escenas contra los mexicanos, como en aquella en que a un
su generación. En nii propia
guajolote lo nombraban como "ped ro"; y desde luego en la
experiencia, percibí que desde mediados de la década de
que Rock Hudson peleaba porque no quisieron atender
los setenta las relaciones entre ambos La rudos empezaron a
una familia mexicana en un restaurante. Hoy, por supues-
cambiar, y se hicieron muy semejantes a los de otros lugares
to, sé que el mensaje de Giant,
de Estados Unidos. Ya no se autorizó, por ejemplo, el paso en ese momento, era mucho
más hondo. Recuerdo también cómo en Nuevo Laredo un
libre en las fiestas de Washington, la operación Guardián
domingo en la tarde, presumiblemente soldados de la base
fue de las primeras que mostró otra cara de las relaciones
aérea de Laredo, Texas, llevaban en el cofre de un auto-
mutuas, los requisitos para obtener los permisos de paso o
móvil a uno de ellos dormido y vencido por el alcohol. El
internación fueron cada vez más estrictos, la instauración
comentario de mis padres no se hizo esperar en torno a
de la visa láser fue un nuevo modo de control, y por si
que eso no se atreverían a hacerlo en Laredo, lbxas, y a
todo esto fuera poco, los desafortunados acontecimientos
que ellos tenían otras costumbres. Otro de mis recuerdos
del 11 de septiembre de 2001 vinieron a contaminarlo todo.
es cómo en una corrida de toros sacaban a una estadouni-
Más adelante regresaré sobre esto. Sólo quiero adelantar
dense ebria; mi madre dijo que iba mareada porque había
que si bien mi visión de la frontera estuvo marcada por
personas que no podían ver sangre, y seguramente ella era
la ingenuidad y la benevolencia, sí hubo hechos que me
una de ésas. Años después, al rememorar el hecho, pen-
mostraban sus problemas. Yo sabía que en otros lugares de
Texas había discriminación y que los mexicanos no podían sé que me había dicho eso para que no me escandalizara.
Por otra parte, debo decir que para llegar a la escuela de
entrar, por ejemplo, a algunos restaurantes. De ello tengo
los maristas en la colonia Victoria, debíamos pasar por las
un vago recuerdo cuando mi abuela materna convalecía en
cercanías de la zona de tolerancia; recuerdo cómo, ya un
el hospital Santa Rosa de San Antonio y no pudimos co-
poco mayores, el chofer que recogía en el colegio a unos
mer en un lugar cercano porque estaba vedado el ingreso
compañeros nos acercó un poco más a condición de que
a los mexicanos. Todavía mi hermana mayor recuerda mi
indignación porque al prohibirse, también el ingreso a los nos ocultáramos para que no nos viera la policía. Debo de-
cir que para entonces yo pensaba que esos lugares, como
perros nos igualaban con ellos. Pero en Laredo las cosas
las cantinas, eran para los estadounidenses. Establecí así
eran diferentes, como en el primer restaurante de autoser-
una frontera moral al contrario de lo que supe después, en
vicio llamado Deliganis Cafeteria frente a la Plaza Jarvis, o
el que el lado malo eran ellos; sí sabía yo de lo malo que
en el Dairy Queen, o en la fuente de sodas de las farmacias
había en Nuevo Laredo, pero percibía que era para ellos.
como la City Drug Store o la Central Drug Store que, por
Ahora bien, los anglos, los soldados de la base aérea, los
cierto, todo mundo conocía como Botica de la Ciudad o
que venían del norte, ésos eran para mí los malos, no tanto
Botica Central. Desde entonces sabía que había una policía
los mexicanos que yo conocía en Laredo, Texas. Entonces,
402
^IALII I ( ERAL' IA RAMIREZ EXPFRIFN“ IA 10 LA ROtHI l'A
403
debo decir que para MÍ la frontera, tarte de
ser una cues-
tión moral, también lo era étnica y cultural. !ron terizo. Si bien en el fondo yo pienso que distinguía ra-
A pesar de ello, tuve siempre de niño y adolescente una cionalmente la frontera -es decir Laredo y las otras pobla-
percepción benévola de la frontera que no correspondía ciones de jbxas- de lo que era
Estados Unidos, la versión
del todo con la realidad, por eso he dicho que vivía fuera de la conspiración yanqui contra México sostenida por los
de la frontera a pesar de estar en ella. Sin embargo, así fue católicos me acompañó durante casi un par de décadas.
mi descubrimiento de la frontera. Ya en alguna ocasión Jo- Aunque esta versión no está ya vigente ni siquiera entre
sana Z. Vázquez me indicó la forma indulgente y positiva los historiadores católicos, es parte sustantiva de
su pasa-
con que yo veía el proceso histórico de los dos Laredos; me do historiográfico. En cierto modo, de niño ya había ex-
lo decía a propósito de un texto que presenté en un semi- perimentado elementos incipientes de esa versión, como
nario y que titulé "Los dos La redos: historia compartida cuando mi maestro de tercer grado -v por añadidura en
y experiencia de la frontera", y que hace unos años salió una escuela católica- narraba la tradición de la migración
publicado en un libro colectivo (Ceballos, 2001:233-257). de los laredenses de la margen izquierda del Bravo al lado
David J. Weber, que también participaba en ese seminario, que permanecía siendo mexicano, luego del Tratado de
se refirió al mismo texto de modo más eufemístico y me Guadalupe Hidalgo porque "celebrada la paz, muchos de
dijo que yo trataba a los dos Laredos con tanto afecto que los moradores del perdido Laredo, no queriendo hacerlo
lo convertía en una cuestión romántica. igualmente de su nacionalidad, formando parte de una na-
ción, cuya raza, ideas, costumbres, idioma y religión eran
totalmente diferentes a los suyos, cruzaron el río y se es-
Dr I A GIRA HISTORIA A LA LEYENDA NEGRA tablecieron [..1
donde hoy se encuentra ubicada esta villa
[de Nuevo Laredo[" (Richer, 1958:12).
Hubo otro momento en que esta conciencia de ser fron- Otra forma de experimentar esta versión me sucedió de
terizo tuvo alteraciones. Fue cuando ingresé al seminario un modo más chusco. Fue cuando terminé el ciclo de
de los maristas y conocí la versión que los católicos de los mi
educación primaria, y mi maestro de sexto grado me en-
primeros 75 años del siglo xx sostuvieron de la desafortu- tregó una poesía para que la memorizara y declamara en
nada influencia de Estados Unidos sobre los destinos de la fiesta de fin de curso. Mi maestro era un hermano ma-
su país. Debo decir que, para mayor abundamiento, me rista cuyas narraciones del conflicto religioso de 1926-1929
trasladé a Guadalajara, la región más tradicionalmente ca- eran apasionadas, para quien los cristeros eran auténticos
tólica del país. Me impacto el gran provincialismo de los héroes, y quienes habían niuerto a nianos del gobierno ca-
jaliscienses, pues por un lado acababa de ser nombrado su llista eran verdaderos mártires de la fe; recuerdo en especial
arzobispo como primer cardenal mexicano y, por el otro que con frecuencia se refería al padre Miguel Agustín Pro.
lado, su equipo de futbol, popularmente conocido como El poema se titulaba "Por ella" y, como después me enteré,
"las chivas rayadas", estaba en la cúspide de sus triunfos. su autor era un sacerdote jalisciense que luego fue obispo,
Pero, aun así, o quizá por eso mism o, siempre me, Vicente M. Camacho y que la había compuesto al calor de
reconocí
la invasión estadounidense de 1914 a Veracruz. El problema
101
E‘PLR1111( 1 1 A /I
las
provino de que en sus dos estrofas iniciales, la poesía de- la conflictiva relación histórica entre Estados
airaba a la letra: Unidos y Mé-
xico, o al menos de forma tan apasionada.
La versión católica de la historia mexicana fue sustenta-
¿Qué queda de mi Patria? Los bosques seculares
da en el siglo xx por algunos jesuitas como Mariano Cue-
no son ya de sus hijos; las ondas de sus mares
vas y José Bravo Ligarte, y también por el estadounidense,
las surcan mil bajeles de extraño pabellón;
y huérfanos sus hijos, helados sus hogares monseñor Joseph Schla man (Schlarman,
1997); además
sus vírgenes holladas, sus hombres ¡sin honor! de que la editorial Jus publicó dos colecciones tituladas
"Figuras y episodios de la historia de
México" y "México
¿Qué queda de mi Patria? Sus ríos de oro y plata heroico". A esta versión también contribuyó José Vascon-
ha mucho desembocan en gruesa catarata celos con varios de sus escritos, pero particularmente con
en la nación vecina que siempre nos odio; su Breve historia de México
(Vasconcelos, 1962). Conocer con
en cambio, en nuestros rostros el hambre se retrata. alguna profundidad la versión católica de la historia mexi-
¡Vivimos cual mendigos, y es rico el vil ladrón!' cana me fue de cierta utilidad. En efecto, cuando hube de
presentar mi tesis de grado para recibirme de maestro en
Como se ve, el inicio del poema llevaba, al menos, una historia intenté conciliarla con la versión oficial de la histo-
triple y agresiva dedicatoria contra Estados Unidos al re- ria que sustentaba el Estado mexicano y escribí mi diserta-
ferirse al "extraño pabellón", a que es "rico el vil ladrón", ción con el titulo: "Hacia una interpretación mexicanista en
y más explícito era aún al hablar de "la nación vecina que la enseñanza de la historia de México". Según decía yo
en
siempre nos odió" (y aquí obviamente hacia yo un ademán aquel texto, la conciliación de las dos versiones de la histo-
hacia Laredo, Texas, que, por cierto, quedaba a unas cuan- ria era una de las razones por las cuales me había decidido
tas cuadras de mi escuela). Recuerdo que un día, mientras a presentar esa tesis. La otra era que yo era fronterizo y por
memorizaba el poema, mi maestro me proporcionó otro, lo mismo era capaz de asir y percibir lo mexicano. A este
aclarándome que había habido un cambio y que mejor de- respecto y con una no moderada autosuficiencia y seguri-
clamaría el que ahora me entregaba. Este era igual de an- dad que ya no podría sustentar, escribí en esa tesis de 1974:
tiliberal y antimoderno que el anterior, si bien ya no era
antiestadounidense. Debo confesar que en esos momentos Siempre supe distinguir entre la maraña social de hábitos
N'
no me daba cuenta de qué estaba pasando, pero años des- de costumbres que se tienen en la frontera lo que era ge-
pués inferí que, sin duda, el director de la escuela había in- nuinamente mexicano. Siempre tuve quien me indicara, des-
tervenido para moderar la intransigencia de mi maestro. El de pequeño, lo que era nuestro, fuera bueno o fuera malo.
director era un hermano marista francés que seguramente Siempre Live la voz paterna o materna que me indicaron,
"dentro del campo de vaguedades que representa la cultura
no estaba de acuerdo con la versión de los católicos sobre
mexicana" ISalnuel Ramos!, lo q ue éramos y en ~secuen-
cia, la 1.01'111,1 como debía conducirme. En los comentarios
'Véase el peinilla complete, que comprende 14 estrotas, en Vicente M. de la mesa, o en las amenas conversaciones de las salidas
(arnacho (1997:98- I no). en el coche, me parece volver a oír las consabidas fórmulas
406
MAill q i t FBAI I os RANIIREZ FYPTRIE IA UI IA 1511011 RA
407
"nosotros no somos atit .., ellos no hacen eso..., nosotros
teña v lo cautivaron las tortillas de harina, sobre todo las
pensamos diferente..., ellos..., nosotros". Fórmulas este-
reotipas Isid sí, pero al fin y al cabo realidades. [...j He te- que preparaban en Laredo, lexas, las primas del coronel
nido desde chico una fuerte conciencia de "lo mexicano" Juan Gómez, en aquellos que llamó "desayunos fronteri-
l...1 Conciencia que es muy fácil encontrar en la frontera. zos incomparables"» En el siglo xix ya Manuel Payno ha-
Conciencia que se convirtió en heroísmo en 1848, cuando bía descrito con gran benevolencia a los estados del norte
cruzaron el Grande del norte hacia el sur los vivos y tam- de México, particularmente a Nuevo León y a 1ámaulipas.
bién los muertos (Ceballos, 1974:6). Payno destacó también su cocina, pero sobre todo la fuerza
del carácter de los habitantes de la frontera, la resistencia a
Ya para entonces, mi conciencia de la frontera se había la adversidad, la presteza para el servicio de las armas y la
alterado también con la experiencia y con el estudio más belleza de sus mujeres (Payno, 199:27-79, 101-103, 108-112).
formal de lo que en realidad era este inmenso espacio de Así, todo esto contrasta con el estereotipo de la frontera
vida social: con sus éxitos y sus fracasos, sus asentamientos norte que llevó a mexicanos y a estadounidenses a crear la
antiguos y con otros más actuales, con la población perma- citada leyenda negra y a explotarla y difundirla. Ya fuera
nente y la migrante, con la vecindad desigual y los intentos Paul Theroux, Graham Greene, Octavio Paz, o el mismo
de armonía, con el tráfico legal e ilegal de mercancías y, Mauricio González de la Garza en un par de libros donde
en fin, con los costos sociales y psicosociales que supone con ironía pinta algunos aspectos vergonzantes de la vida
la vida en la frontera; y para decirlo todo, con su leyenda de Nuevo Laredo, su tierra natal. Me refiero a El río de la
negra. Cité antes brevemente a Orson Welles, quien expre- misericordia y al Rey de Oros.'
Desde luego que el cine, tanto
saba a través del capitán Miguel Vargas (Charlton Heston), de México como de Estados Unidos ha difundido versio-
que "all bordertowns bring out the worst of a country";
nes denigrantes —con sus respectivas contrapartes— para
pero lo mismo había dicho José Vasconcelos cuando afir- la frontera y aún para México y los mexicanos, ya no sólo
mó en su campaña de 1929 que no era posible sacar fuer- como lo señalé refiriéndome a Chin( o a Tiuch of Evil
—que
za moral de un triste lugar de la frontera. Es más, Vascon-
también contienen su aguda crítica a los estadounidenses—,
celos, recordando el año de 1915, había opinado que de
sino aun en los filmes aparentemente más inocuos, como la
Monterrey al norte era toda ella una inmensa 00 file0'5 Enid película infantil Bichos (A Bus's life,
1998), donde la cantina
del espíritu y un desierto de las almas. Pero como en casi
no es sólo un lugar mexicano, sino que da a entender que
todo, Vasconcelos fue muy contradictorio, pues encontró
los malvados saltamontes invasores podrían ser mexica-
en los norteños una buena cepa castiza, mucha herencia
nos. Son éstos quienes intentan apoderarse del fruto del
española, gran cordialidad social y despreocupada alegría,
trabajo de las laboriosas hormigas. Ciertamente, hay que
además, halló un auténtico fondo de patriotismo que no
aclarar que la inspiración original de esta película infantil
se conoció en lugares del sur de México. Por las ocupacio-
nes aduanales de su padre, Vasconcelos vivió en Sásabe
y luego en Piedras Negras. Fue en esta última población tata las diversas (Timone,: Lie It Va sconcelos ',liba' 1,1 Irontera,
véase Cchallos (1999:197-20(l).
—y en Lampazos—, donde también conoció la cocina nor-
`Véase Leballos (1997:2-9).
408
EZ UPLRII lA tI I A I Pi I E PA
409
es justamente lo contrario, pues como se sabe, fue una pa-
rodia de Los siete magníficos (1960), y en la cual éstos eran aunque como se sabe, la comunicación es preferentemente
por la 1-8, ya que se transita por la 1-10 sólo por el tramo
otros tantos pistoleros estadounidenses que defendían a
comprendido en la región de Tucson y El Paso. De esta últi-
un pequeño pueblo fronterizo mexicano de unos malhe-
ma población, la 1-10 se aleja de la frontera para llegar a San
chores. El problema radica, sin embargo, en que Bichos
Antonio, 1 louston, Nueva Orleáns v Florida, En la región
no deja en claro que el hormiguero sea también un lugar
noreste de México, la comunicación entre las poblaciones
mexicano, y puede interpretarse de manera negativa." Sea
fronterizas se realiza desde hace 50 años por lo que se cono-
lo que fuere, no se puede negar que "ese fiel reflejo de la ex-
ce como carretera ribereña, de Ciudad Acuña a Matamoros,
presión y mentalidad de una nación" (citado en Jabloska y
y si se quiere transitar por el lado estadounidense se utilizan
Leal, 1992:275). como es la cinematografía, no ha sido muy
las carreteras 277 y 83, y no la 1-10, que está situada a más de
benevolente con la frontera, así se trate del cine estadouni-
200 kilómetros de la frontera.
dense o del mexicano.
Es más, hasta en revistas académicas de reconocido presti-
gio no desaparece la idea de la frontera como lugar precario,
SEIS DLFI(II- SCIAS DF LA 11ISTORIA RON I [RIZA
fuera de la cultura y ajeno al "México de los refinamientos
castizos", como dijera Vasconcelos. Así, una de ellas citando
Enseguida, intentaré exponer algunas de las deficiencias
otra fuente, aseguraba que: "¿Sabía usted que no hay carre-
que encuentro en el rescate e investigación de la historia
tera que una los estados fronterizos y que para ir de Tijuana
fronteriza que tenemos los historiadores de México o de
a Ciudad Juárez, o de Piedras Negras a Matamoros, se usan
Estados Unidos.
caminos como (110) [sic' de Estados Unidos?".2 En el caso
de Tijuana a Ciudad Juárez, sí es verdadera la aseveración, 1) La excesiva atención que se presta a la historia política,
o si se quiere a los elementos políticos que son, en último
'No puedo dejar de consignar los comentarios de mi hija de ID años término, los que han decidido el trazo de las fronteras. Es
cuando le pedí me prestara la película para observar de nuevo la escena nuevamente la historia política la héte //aire que enfanga y
y poder citarla en este texto. Ella decidió verla conmigo y mientras la desfigura el pasado de la región y que se antepone a la his-
observábamos me preguntó el motivo por el cual la veía. Cuando le ex- toria social. Por este motivo, se desatiende también la geo-
pliqué, sus comentarios no se hiciero n esperar: "l'ara qué compramos
grafía, que es básica para la comprensión de la frontera, y
esa película"; "por qué nos tratan así, si nosotros los tratamos bien";
se les niega a la historia demografica v a la historia cu ltural
"ahora sí le entiendo, no cuando la vi de chiquita"; "bueno de algo ,sir-
re, para discutir lsicl sobre eso"; "por qué su importancia. Tan son políticas algunas de nuestras his-
en lugar de hablarles de esa
película, no les recomiendas que vean t'II sin Inexicano5". No sé si en
torias que no tienen impedimento en detenerse en el río N'
el futuro elija ser historiadora, pero va me !ilustró que de algún modo ha no pasan al otro país, o solamente se ocupan de esos espa-
reproducido la conciencia de la alteridad tronteriza. Mi asistente, menos cios en ciertas épocas, y diferenciando y explicitando polí-
emocional, se conformó con decir: "Son especialistas en eso los gringo,s". ticamente la pertenencia a alguno de los dos países.
'Cajón desastre ¿sabía usted que... ?, Istor, ano 3, num. ll, invierno 2) La suposición de la texanidad prexistente, sobre todo en
de 2002, p. I61. l a revista que cita es Si'!', 23 de junio del 2002, p. 44. los habitantes de la Franja del Nueces; o en el caso de los
410
PANIIREZ EEt ERIPR 'R IP IVOIJIIA
411
del antiguo territorio de Texas, la preexistencia de la unies- tificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo/ y también se
tati dad. Llamo texanidad o uniestatidad preexistente a la debe asentar la pertenencia de la Villa de San Agustín de
confusión de lo tejano como ya estadounidense, cuando en
Laredo al Nuevo Santander desde su fundación en 1755, y
realidad era novohispano o mexicano, o bien a la negación
a partir de 1824 al estado de Las Tamaulipas. El otro texto
de la etapa mexicana (1821 a 1836, o 1821 a 1848); sin des-
donde se pone de manifiesto la texanidad preexistente es
conocen desde luego la influencia y el interés de muchos
de The New Handbook of 7óxas,
estadounidenses por los territorios texanos desde la prime- que al presentar la supuesta
República del Río Grande, dice:
ra mitad del siglo xix. Un caso típico es el de los canarios
españoles que arribaron a San Antonio en 1731 y que por
lo tanto fueron novohispanos por poco menos de 100 años, La República del Río Grande fue un esfuerzo por parte
y por 15 años mexicanos, si nos atenemos a la declaración de los líderes federalistas de Tamaulipas, Nuevo León,
de independencia de Texas. Estamos hablando de cuatro Coahuila por romper con el gobierno centralista de México
generaciones. Y para hoy estamos hablando de nuevo o 10. en 1840 para formar una nueva confederación. Desde 1835,
Ya para mediados del siglo xvui cuando se integraron a la con la ascensión de Antonio López de Santa Anna, estable-
Nueva España habían prescrito ciertas cuestiones cultu- ciendo un gobierno centralista en México, líderes federales
rales, como los patronazgos guadalupanos, la religión, el en todo el país habían intentado el retorno a la Constitución
idioma, etc. Aún así, muchos de ellos no reconocen su pa- federalista de 1824. Este asunto fue particularmente fuerte
sado novohispano o mexicano. en los estados del norte de México y, al no poder alcanzar
el éxito en esa empresa, los federalistas del norte trabajaron
Cito dos ejemplos más de la texanidad preexistente. El para lograr ser independientes de la República mexicana.
primero, el de un destacado autor que afirma que "por "La contigüidad con Texas, que recientemente y de modo triun-
fante habaa ganado su independenica de facto, influyó probable-
muchos años, Laredo fue parte del estado mexicano de
mente en la acción de los federalistas mexicanos" (Texas State
Coahuila y Texas. Después de la independencia de Texas
Historical Association, 1996) (Las cursivas son del autor de
en 1836, tanto México como Texas pelearon para tener el este capítulo).
control del área entre el Río Grande y el de las Nueces"
(Thompson, 1986:99). Es de suponer que el autor atribu-
ye la pertenencia de Laredo a Coahuila y Texas, cuando la En abril de 1848, tres importantes laredenses se dirigieron al coman-
Constitución de 1824 legisló que ambas entidades formaran dante de las fuerzas de ocupación en Monterrey John E. Wool, para
pedirle se restableciera a las autoridades mexicanas en Laredo. Al parecer,
un solo estado de la federación mexicana. Pero el silogismo
Wool no les respondió, pero sí el comandante texano en Laredo, Mirabeau
de la texanidad preexistente, de no ser falso, sería impeca- B. Lamar: "Ustedes no podrán ver realizados sus deseos de restablecer la
ble: corno Laredo es de Texas, y siempre fue texano, al pa- autoridad de México en este lado del Río Grande. Les he dicho a menudo
sar Texas a formar un solo estado con Coahuila, Laredo fue esta verdad, aunque ustedes puedan creer lo contrario: México ha perdi-
do Laredo para siempre" (Thompson, 1991: 4-5). Para el comportamiento
parte de Coahuila y Texas. Acerca de esto se debe aclarar,
de otros laredenses que no quisieron ser estadounidenses véase Ceballos
desde luego, la resistencia de los laredenses a convertirse (1991:29). Véase también la versión novelada de esta actitud de los mexi-
en estadounidenses y texanos aun antes de conocerse la ra- canos de San Antonio de Béjar en 13erruga, (2000:326)_
412
(1- 1,n; OS E(AMiREZ EXPLRIFNC EA OF I A FRON r I, '1
413
La inexistencia de la texanidad o de la uniestatidad es un
crucé la frontera, la frontera me cruzó" (Los Tigres del Norte,
claro argumento que desfigura la historia y que es utilizada 20111). Lomo lo destacó Roger Cbartier, la afirmación del et-
por los historiadores posteriores para aportar elementos de nocentrismo y la negación del intercambio y de "la amistad"
la identidad psicosocial, además, como lo ha mostrado Ber- en la historia, han hecho que las sociedades conservadoras
nard Lewis, los historiadores de los países conquistadores del siglo xx se encerraran en sus propios valores, además de
con frecuencia caen en ese argumento al narrar las historias que negaran otras tradiciones distintas, y se desecaran por
anteriores a la conquista. Así ha sucedido, por ejemplo, con no haber captado la diversidad del mundo que era el suyo
los ingleses al escribir la historia de India, con los franceses (Ariíts, 1988). Y no podemos negar que tanto la sociedad
al ocuparse de la del norte de África, o con los rusos al tratar mexicana del siglo xx como la estadounidense hayan sido
la de la Unión Soviética. En todos estos casos, el propósi- sociedades conservadoras, en el sentido amplio del término.
4) Llamar historia fronteriza a la yuxtaposición de las histo-
to es invariablemente el mismo: desacreditar a los regíme-
rias estatales, ya sea de los estados mexicanos de la fronte-
nes anteriores al advenimiento del imperio, presentándolos
ra norte o a las entidades estadounidenses colindantes con
como bárbaros o tiránicos, para justificar de esta manera
México. Para hacer historia fronteriza, es menester tener
la conquista y la instauración de otro gobierno. Lewis cita
en cuenta la biterritorialidad de los hechos, y también la
varios casos de esta cuestión, entre ellos el del historiador
binacionalidad de empresas, personas, movimientos, pro-
ruso Yevgeni Alexandrovich Belyaev, "quien pretende hacer
blemas, etcétera; así mismo, es menester tener en cuenta
creer a sus lectores que en el imperio bizantino las masas la existencia de la centralidad de algunas poblaciones que
trabajadoras volvían anhelantes la mirada hacia las tribus de rebasan los límites políticos y que genera la existencia de
nómadas eslavos, en quienes habían reconocido sus aliados comarcas o subregiones a lo largo de la frontera.
y libertadores" (Lewis, 1979:1 12-115). 5) Construir la historia fronteriza sin tener en cuenta la alte-
ridad, la asimetría, la diacronía v la sincronía, y sobre todo
3) La existencia en algunos casos de resabios trasnochados la subalternidad. En cuanto a la alteridad y la asimetría son
del ethos cultural mexicano o estadounidense, que hacen por fundamentales de tener en cuenta porque nos muestran los
ejemplo tener en cuenta cuestiones racistas en el caso de este diversos modos como se ha ido construyendo la historia de
último, o un antinorteamericímismo ya superado en el caso la región fronteriza y las cuestiones que ya han cambiado,
de los mexicanos. De que no ha desaparecido del ribas que ya han prescrito, que ya no son iguales. En ocasiones,
cultu-
ral mexicano, así sea del más justificado y popular, es testi- se afirma que los habitantes de la frontera "somos los mis-
monio un reciente corrido cantado por un grupo musical en mos" en ambos lados; hoy esta afirmación debe ser acota-
el que se expresa de manera un tanto desorganizada, entre da, racionalizada y limitada. Por otra parte, al atender la
otras cosas, la legitimidad de vivir en los estados del sur de diacronía y la sincronía recobraremos las diversas etapas y
Estados Unidos por anteceder en ellos a los anglos, por la los diversos espacios donde se Ni ido generando de modo
expoliación territorial, por cuestiones raciales y por las acti- distinto la historia de la región.
vidades laborales. El corrido dice frases como éstas: "Y si a
los siglos nos vamos, somos más americanos que el hijo de He hablado también de tener en cuenta la subalternidad
anglosajón" [...] "soy extranjero en mi tierra" 1...1 "yo no que han puesto de manifiesto quienes han desarrollado la
4 t4
FIAAIIIR U.
I 11P110', PANIIREZ EXPIP N In IIU'~JI
415
corriente de los Suballern Símiles (estudios subalternos);
compleja. A ello, se añadió la categoría de simultaneidad,
como se sabe, esta corriente no es nueva, pues se originó en la que unos mismos eventos históricos se entrelazan. El
en Inglaterra a finales de los años setenta, donde un peque-
resultado de los estudios subalternos estuvo relacionad o
ño grupo de historiadores de India y del sur de Asia cele-
también con la necesidad de desechar el conjunto de oposi-
bró una serie de reuniones en torno al historiador Ranajit ciones y antinomias que separa las sociedades occidentales
Guild, quien enseñaba en la Universidad de Sussex (Dube,
con historia y modernidad, de las no occidentales arraiga-
2001). El propósito principal era elaborar un nuevo proyec-
das en los mitos, los rituales y las tradiciones. Y esto no
to para el conocimiento del pasado de India en el que se re- como una división geográfica o geopolítica, sino corno una
conociera la centralidad de los grupos subordinados para
realidad eminentemente antropológica, ya que subsisten
la historia que por entonces se escribía. Se consideraba que en el occidente sociedades que no pueden ser consideradas
estos grupos subordinados, aun por el hecho de serlo, no
occidentales. Para rescatar una historia sustantiva y evitar
dejaban de ser protagonistas legítimos del pasado. La ca-
perder pasados significativos, los estudios subalternos
tegoría de lo subalterno la tomaron básicamente de los es-
proponen comprender las complicidades entre etnografía
critos de Antonio Gramsci y cayeron en la cuenta de que
y colonialismo, los lamentos nativistas por la destrucción
de las tradiciones y las proposiciones populistas que recla-
lo subalterno podía adquirir los atributos de una entidad
histórica y social sustantiva y singular [...] La categoría de man una voz exclusiva y una subjetividad privilegiada en
lo subalterno también contenía ya en sí la posibilidad de nombre de políticas identitarias y una al teridad con priori-
fundamentar análisis que profundizaban la articulación de dad sobre las demás. Se trata de un proyecto básicamente
principios diferentes, entrelazados, de división social y do- humanista donde se contenga una historia del ser humano,
minación cultural, incluyendo comunidad y clase, casta y de todo ser humano, por el hecho mismo de serlo, que no
raza, género y nación. privilegie hegemonía de ningún tipo ni un nativismo inge-
nuo. Así, abriéndose paso entre las formas imperiales de
Se trataba de superar las historias fundamentadas en las imaginar, y las narraciones nacionalistas y las cavilaciones
certezas de la teoría de la modernización, en las consabidas modernas, los recuentos y rescates subalternos vuelven a
verdades de la hagiografía nacionalista y en las certidum- considerar las culturas y estructuras coloniales, vuelven a
bres simplistas del marxismo dogmático. Para estos histo- fundir el ritual y la resistencia, vuelven a pensar las identi-
riadores indios, formados en Inglaterra, había una parte de dades y las comunidades, y vuelven a dar forma a la cate-
su propia historia que quedaba supeditada y oculta para la goría crítica del género y al concepto-metáfora del Estado
historia del imperio británico. Pero no sólo eso, sino que la y de los Estados.
sutil y extremada división social de India en castas, grupos 6) En relación con la subalternidad y con lo que ante-
de intocables, creyentes y militantes cristianos, hindúes riormente llamé la lexanidad o uniestatidad prexistente, es
o budistas hacía más difícil aún la comprensión y expli- preciso enmarcar, contextualizar y problematizar lo que ha
cación de la historia. Todo esto generó la utilización de la actuado en la historia del sant/aves/ en general, y en parti-
categoría de subalternidad para comprender esta historia cular de la historia de Texas, como el démon des origines. De
416
EePIPILNUA L,f :A FUONIIItA
417
ello, se deriva la llamada historia fundacionista, que pro- alguna distancia entre otras películas sobre el tema, inclui-
mueve los mitos fundadores de la nación texana, que como
da la de John Wayne (1960), y desde luego con la visión que
se sabe tiene entre sus principales autores a Walter Prescott sitii se ofrece en el museo de El Álamo en San Antonio.
Webb, a J. Frank Dobie y a T. R. Fehrenbach (Montejano, En cambio, en el Bob Bullock de Austin se introducen cam-
2002). Desde luego que esta versión ha sido desmentida bios que comparativamente dan otros puntos de vista. Así se
en proporciones cada vez mayores —y sólo cito algunos desdibuja, en parte, el síndrome de El Álamo; la narración
autores--, por Américo Paredes, José Limón, Armando
está hecha por una voz que se dice es la de Juan N. Seguín,
Alonzo, David Montejano, Neil Foley, Emilio Zamora, Ro- en inglés y en español —este último con una pronunciación
bert L. Calvert y en una muy reciente obra por Benjamin impecable; además, se discuten los puntos de vista de la
H. Johnson. Hay que añadir desde luego a la editada por anexión y se destaca la participación de los mexicanos en
Walter L. Buenger y Arnoldo de León a la que me referiré la formación de la historia texana. Se expone, también, el
más adelante. Quizá se puedan integrar a la discusión para
mapa de 1835 de Stephen Austin en el que aparece la franja
advertir una incipiente modificación, algunos elementos del Nueces como perteneciente al estado de Tamaulipas,
novedosos contenidos en la visión de la historia del Bob mostrando con ello, en parte, la inconsistencia del casas belli
Bullock History Museum de Austin, o a la más reciente aducido por James Polk al iniciar la guerra con México en
versión de la película El Álamo (2004) dirigida por John Lee
1846, cuestión esta de la que ya había hablado Abraham Lin-
Hancock. Ciertamente que el tema de El Álamo es exhaus-
coln, y que el mismo negociador estadounidense del Trata-
tivo, conflictivo y fuente de discordias, y que obviamente
do de Guadalupe Hidalgo, Nicolás P. Trist, había intentado
sale de los límites de este escrito, pero en lo que respecta
solucionar (Sobarzo, 1996:251); además, la guerra de 1846-
al cine, ha tenido un proceso de diferenciación. A pesar de 1848 es cada vez menos the Mexicali War en la historiografía
que sigue siendo denigrante para los mexicanos y, según estadounidense y es cada vez más the War between United
algunos también para los estadounidenses, ya hay cambios States and México.'" Del lado mexicano, ha habido también
en la apreciación, y esto sólo si se compara con las anterio-
intentos exitosos por comprender este conflicto; entre otros
res.' En esta última versión, el "Remember the Alamo!" no
muchos, se pueden citar los recientes libros titulados: México
es ya el mayor grito de batalla ante el jurado de la historia,
al tiempo de su guerra con Estados Unidos, y Ecos de la guerra
como escribiera, exaltado, Dobie en 1942; y si bien el di- entre México y los Estados Unidos (Vázquez, 1997; Libura et
rector lo pone en boca de Samuel Houston al arengar a las al., 2004). Por otra parte, al establecer el Departamento del
tropas, luego sólo se repite una vez y con una modesta ex-
Interior, a través del National Park Service, el Battlefield
presión que sale de algún combatiente. Este filme establece Historical Site de Palo Alto en Brownsville, a principios de
la década de los noventa, prescribió entre las condiciones
Camacho, Vicente M., 1997, Obra poética, Guadalajara, s.p.i. Lewis, Bernard, 1979, La historia recordada, rescatada, inventada,
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Laredo Election Riot, El Paso, The University of Texas, Texas se generan y se alzan las fronteras culturales, incluso cuan-
Western Press. do existe en el escritor un impulso inicial de borrarlas para
apelar así a un público global, si no es que universal. Se es-
Vasconcelos, José, 1962, Breve historia de México, México, Compa-
tudia aquí algunos casos de la narrativa breve tamaulipeca
ñía Editorial Continental (primera edición 1956).
que aspiran a trascender las fronteras ya por imitar modas
Vázquez, Josefina Z., coord, 1997, México al tiempo de su guerra globales, ya por plasmar valores literarios universales. Con
con Estados Unidos, México, Fondo de Cultura Económica/ todo, según se resalta en el análisis, este impulso por abo-
Secretaría de Relaciones Exteriores/El Colegio de México. lir fronteras se resquebraja tras el hallazgo de la identidad
White, Hayden, 1990, Metahistory: The Historical lmagination in propia y su contraparte, la identidad del otro; es más, tras el
Nineteenth-Century Europe, Baltimore & London, The Johns hallazgo de fronteras políticas, económicas y aun físicas que
Hopkins University Press. persisten, separan y violentan a las personas.
Graciela Ramos primero alimenta nuestro enojo, y lue- Tal vez por permanecer en el ámbito del humor, algu-
go lo extrema a punto de hacerlo abominable. Nos pilla nos cuentos tamaulipecos abundan en los clichés étnicos,
así odiando a los gringos. Más nos vale reconocer con una a punto de que no sólo se refieren a las diferencias entre
sonrisa nuestra flagrante falta que sentirnos ofendidos y mexicanos y estadounidenses, sino también a otros grupos
permanecer enojados. Asumamos su burla como humora- nacionales. Restablecen así y de otros modos, como mos-
da, por más negra que ésta sea. traré más adelante, las fronteras culturales en lo que pudo
El humor prevalece en otros textos como instrumento haber sido un mundo global.
para resolver la prepotencia y abusos del vecino. En "Ma- En "La Canalla" (Martínez, 1994:11), unas feas pero afor-
quilando éxitos", una obrera matamorense se le adelanta tunadas mexicanas ligan a unos marineros yugoeslavos, es
a su jefe estadounidense en el hostigamiento. Antes de su- más, a unos noruegos "puro gtierote" que, tras vivir "va-
frirlo ella, lo desarma apareciéndosele en la pantalla de la rios meses [...] en las inhóspitas aguas del océano", llegan
computadora como modelo principal de un sitio porro y lo al puerto de Tampico urgidos de sexo. En "De ángeles, sue-
despoja de "casi sesenta dólares por los ocho minutos en la ños o de divinidades rotas que por la noche se caen", a la
línea" (Rodríguez Brayda, 1998a:104). devota Antonia se le aparece muy físicamente un ángel y,
De cualquier manera, aún con el humor, no se desvane- porque es hermoso, es por tanto rubio:
cen las fronteras culturales entre Estados Unidos y México. "Observó su pelo, que en caireles de oro le caía hasta
Hay escritores que llegan a fundarlas en cómo somos los los hombros, después admiró sus brazos, el tórax y... esa
mexicanos y cómo son los estadounidenses. Tanto en "Por parte que tanto le había impresionado cuando la vio por
razones publicitarias" como en "La solución", los mexicanos la ventana... le dieron ganas de hablarle en inglés: tenía un
triunfamos sobre los estadounidenses no porque seamos indiscutible tipo de extranjero" (Martínez, 1994:16).
buenos, sino porque, aunque ignorantes e incompetentes, Pero, quizá por también ser rubio, este ángel no podía
nuestra torpeza es con todo mejor que la eficiencia atada a comportarse sino como un tonto: "se reía de forma estú-
tontísimas reglas de nuestros vecinos. En el primer cuento pida" (Martínez, 1994:17)_ Las tipologías persisten aún en
un mexicano, por permitirse algunas trampas, se le adelanta cuentos de ciencia ficción sobre ciudades globales como
a los científicos estadounidenses en conquistar el universo Barcelona. Por ejemplo, Schattler nos habla de
440 APH1<0 , Ali RUIZ VIII RAS .iiPALT-c,
941
gitanas que leen allí las palmas y el Tarot 1...1 Guerrilleros
cerebro a unos trodos que magnifican esa droga con la ex-
catalanes buscando 1...1 adeptos a su causa independentis-
periencia cibernética.
ta [...1 Jóvenes drogados, algunos con químicos convencio-
Sea aún con clichés humorísticos, en estas historias pre-
nales y otros con impulsos y adiciones electrónicas [...] re-
valecen de cualquier manera las fronteras culturales en lo
troaztecas que no esperaba encontrar fuera del Zócalo del
Distrito Federal 1...1 budistas, ortodoxos rusos y griegos, que debió ser un mundo global, es más, éstas fronteras se
hare krishna, dianéticos y musulmanes, judíos y cristia- afirman con toda seriedad. Se reconocen, sin embargo, me-
nos... Africanos y polinesios (Schaffler, 1996:40-41). nos por la persistencia de las fronteras nacionales que por
la concentración del poder económico. En "Razones publi-
También en un contexto fu turístico, Lavín nos narra con citarias", Guillermo Lavín nos dice:
clichés la suerte de un mexicano inventor de una máquina
del tiempo, quien es sin embargo malogrado, es más, cuyos El acuerdo "Espacio Libre para la Colonización" tuvo corno
fracasos se conocen en todo el orbe salvo el "lado musul- fundamento la idea de competencia. Teóricamente todos
mán que se mantenía aislado por voluntad de Mahoma". los países se dispondrían a lanzar cohetes para obtener un
En este cuento, Shobhuza es un joven africano trasladado ~do propio. En la práctica, las potencias asociadas se
quedaron con todo y cerraron los accesos a la tecnología
a trabajar a Matamoros como castigo por su insubordi-
por temor a que otras naciones les fueran a quitar algún
nación, e Iván Skopin es un interventor ruso "de oficinas
asteroide (Lavín, 1993:75-76).
del tercer mundo" que "desde hacía treinta años [...] no
lograba avanzar al primer mundo", y quien "por ello era
Los abusos laborales en "Llegar a la orilla" (Lavín, 2000b:
un hombre amargado y corajudo, actitud evidenciada en 91-106) y el monopolio global de la información en "Muer-
el colmillo izquierdo que mostraba al descubrir algo sucio
te en Telepress de Oriente" (Schaffler, 1996:66-98) se deben
o errado" (Lavín, 1993:24-38). Gerardo Sifuentes, también menos a las asimetrías entre México y Estados Unidos que
con clichés, nos habla de cadáveres abandonados junto a
a la concentración del poder económico en unos cuantos
iguanas "para que al menos se hicieran compañía". Si el en el mundo.
cliché no es aún claro, los hechos se desarrollan "en me-
En fin, en ocasiones las fronteras se alzan por el silencio
dio del desierto [...] no tan lejos de Hermosillo" (Si fuentes, de quienes justo con su voz deberían tumbarlas. En "Pe-
200013:225). A la iguana y al cadáver abandonado en la ca- cados de omisión" (Bowman, 1997:13-17), un homosexual,
rretera les siguen otros clichés: chinos en las cafeterías, can- por callar su discriminación, se presta a permitir en México
tina globalizada en el desierto tan bien surtida que vende
la persecución contra sus semejantes como lo permitieron
cerveza rusa, la KrasnayaZvezda, y, de acuerdo con los lu- sus padres holandeses al no abrir su boca en Europa duran-
gares comunes del "feminismo" posmoderno, la chica del te la persecución nazi. 1 las, sin embargo, entre los tamauli-
fregón de la historia es una anoréxica que no sólo sigue a pecos quienes se resisten a denunciar dichas fronteras por
su macho, sino que se deja arrastrar de su "huesudo brazo" parecerles increíbles aquí en México, v las trasladan, según
por él, lo cual de ninguna manera implica que, tras ambos prejuicios étnicos, a otro lado. Lo hace, por ejemplo, Patri-
con "cristal" doparse, no le gane ella a él en el conectar su cia Laurent Kullick cuando duda, en "Rompecabezas", que
442
FROM I l'A, i I➢MI LS
443
el machismo más violento se dé entre los mexicanos; se lo
también como barreras entre tainaulipecos y otros mexi
atribuye a un iraní:
canos.
Así se advierte en "El regreso ele los héroes no se prod u
Abú no tuvo un cambio de actitud paulatino. ror eso,
jo nunca" (Velarde, 2000c), sobre los migrantes que cruza)1
cuando la encerró en el baño, por mas vueltas que Marta
a Estados Unidos. Vienen de pueblos atrasados del sur el t
daba en la rueda de la fortuna de su memoria, no lograba
comprender en qué momento llegaron a la línea sin regreso México y el choque cultural que sufren no es sólo respecte
de los estadounidenses, también lo es respecto de los mexi
Lo primero que Abú le aventé fue una oreja. Marta se canos fronterizos.
arrinconó, asustada, en la regadera y no quiso acercarse al "Los Malditos" es una parodia sobre los prejuicios d t
órgano sino hasta después para espantar una mosca terca otros mexicanos, especialmente los defeños, contra los
que insistía en devorar la sangre seca. Marta temblaba. Le fronterizos y, en especial, los tamaulipecos:
rogaba a Abrí que parara aquella tortura Hl y cayó el ojo
que ya 110 parecía el de Bruno aunque seguía teniendo el La capital nos tiene relegados, parecemos apestados o roño-
color verde rana sos. Nunca vienen, y cuando lo hacen, vienen con afán de
burlarse de nosotros o ponernos de ejemplo: ¿Mira, hijito,
Una vez Marta sintió la ligera sospecha de que Abú es- ves cómo esta chusma no tiene el vochito volador que te aca-
taba perdiendo el deseo por ella. Entonces, desnuda y en- bo de conseguir? 'le traigo aquí, para que te des cuenta que
vuelta en una sábana, le contó que en el banco había un hay gente que está mucho más en el fondo. Cuando escuché
hombre llamado Bruno que la pretendía. Se lo dijo sin ma- este chilango, los odié a todos (D' León-Serratos, 1997:60).
licia, pues. Luego estaba encerrada en el baño. Luego ama-
neció. Luego se hizo tarde y cayó la primera oreja. Aunque humorístico y de ciencia ficción, el cuento exhi-
Abú encendió la luz del baño. Había pedazos y vísceras be un resentimiento histórico contra los gobiernos centra-
por todos lados. Marta juntó y lavó cuidadosamente en el ino- les que han considerado prescindible el norte y la frontera
doro todos los órganos. Así la hallaron días después. Recons- para la supervivencia del resto de México:
truyendo a Bruno. Moviendo piezas de un lado para otro. Pre-
guntando a los hombres que forzaron la puerta si la primera Cuando los Yunaites Esleits vinieron a robarse Bizque una
vuelta del intestino era hacia la derecha o hacia la izquierda bomba muy chingona que el gobierno mexicano logró hacer,
(Laurent, 2000:333-337).
los chilangos vinieron a llevarse gente de aquí, para ponerlos
al frente de los batallones. I lubo un putazo de muertos. Pero
los soldados de la capital, ellos sí estaban protegidos, ellos es-
LAS / RON II:RAS (11 11URAI PS IN I I.RNAS
taban arriba del Castillo de Chapultepec, tumbando aviones
y dando órdenes. Los norteñitos, abajo, sin saber un cacahua-
Cabe finalmente notar que, en la narrativa breve ta mau- te de lo que pasaba, y luego, cuando vieron que los giieritos
lipeca, las fronteras cu I tura les aparecen no sólo como ba- nos estaban metiendo la mazacuata, sueltan la bomba que se
rrera entre mexicanos otras nacionalidades. Aparecen llamaba "Carroña Mexicana" porque dijeron que un norteño
444
RIE , ,r1 PA': i n I HP 411- •
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la ideé, qué fregones me salieron mis compadres. La capital C NCLUS1ÚN
y sus alrededores estaban hasta el chongo de refugios anti-
bombas, pero nosotros no. Se soltó un pinche virus hedion-
do que se fregó a casi todos en el norte. Bueno, aunque todos En conclusión, aunque entre los nuevos narradores tamau-
sabemos que ellos siempre nos han tirado mala onda, v nos lipecos se cié una tendencia por minimizar las fronteras cul-
ven como unos charritos, bigotones, que andarnos en caballo turales para apelar así a un público si no universal, sí global,
y con una botella a un lado. Por eso pienso que lo de la guerra persisten, con todo, la fronteras culturales en sus textos. Y
por defender al país, y eso de que "México nuestro o de na- ocurre de este modo en gran medida por la persistencia de
die", fue puro pedo, lo que en realidad querían era mandar- las fronteras físicas y políticas, las cuales distinguen, separan
nos a la goma (D' León Serratos, 1997:60). y enfrentan a los grupos. Entre las fronteras políticas y físicas
que así influyen en las fronteras culturales que se presentan
Que "Los malditos" sea, después de todo, un cuento bur- en nuestra literatura están: la que separa a México y Esta-
lón en que una pandilla de monstruos de la frontera derrota dos Unidos, 2) las que perviven entre distintas naciones no
a un "chamuco chilango", no quiere decir, sin embargo, que obstante el mundo global, y 3) las fronteras políticas v aun
la única frontera cultural interna de Tamaulipas sea con los administrativas entre distintos estados y regiones de México.
defeños. En este cuento y en otros, la frontera también tie-
ne el referente de Nuevo León. En la narración de D'León
Serratos, el mismo cruce fronterizo entre Nuevo León y Ta- B1131 lOGRAPiA
maulipas se señala con un letrero que dice: "Termina Nuevo
León, principia Tamaulipas, el territorio de los malditos". En
Álvarez, Jorge Eduardo, 1995a, "Bajo el huracán", en Federico
"La ruta", de Marcos Manuel Rodríguez Leija, es tras la re- Schafiler, comp., Ocho lec turas pum el bario, Nuevo Laredo,
visión fiscal, antes de los límites de Anáhuac, Nuevo León, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas,
que todo se enrarece (Rodríguez Leija, 1996:1519). En fin, el pp. 8-16.
resentimiento de los tamaulipecos frente a los regiomonta-
Álvarez, Jorge Eduardo, 19956, Ilógicas simplicidades, Nuevo Laredo,
nos se atisba en referencias que, aunque humorísticas, bo-
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas.
rran a Monterrey del mapa sin que le importe esto a nadie.
Nos lo dice casi en una nota de pie de página Jorge Eduardo Álvarez, Jorge Eduardo, 1998, "Náyade", en Orlando Ortiz, edit.,
Alvarez en su cuento "La visión": En las fronteras ~rito, México, Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes, pp. 61-65.
Aún se recordaba la desaparición de la ciudad de Monterrey
Álvarez, Jorge Eduardo, 1999, "Cenizas de Fractal", en Federico
en una explosión accidental de la planta nucleoeléctrica. Los Schaftler, coord., 9 •9•99, Ciudad Victoria, Instituto 'l'aman-
expertos habían atribuido la falla a la negligencia del millona- lipeco para la Cultura y las Artes.pp. 14-24
rio fabricante de los aislantes antirradioactivos, pero aunque
fue demostrada su culpabilidad nunca se le castigó por moti- Alverdi, losé, 2000, "Azúcar en los labios", en Federico Scharfler,
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ria, julio-agosto, pp. 16-21.
Barcelona. Pertenece al Sistema Nacional de Investigado-
Velarde, José Luis, 2000a "La canción de Samantha", en Federico res del Conacvt con el nivel I. Es investigador del Departa-
Schaffler, comp., El cuento fiultdstico en Tamaulipas, Ciudad mento de Estudios Culturales de El Colef, del cual también
Victoria, Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, ha sido director. Su publicación más reciente es "La novela
pp. 261-268. Tijuana 1w la narco-cultura como patrimonio maldito", en
Velarde, José Luis, 20006, "Realismo maniático", en Orlando Or- el libro Memoria vulnerable, también publicado por El Colef.
tiz, comp., Cuentistas tanundipecos. Del fin de siglo, hacia el Su dirección electrónica es gui@colef.mx.
nuevo milenio, Ciudad Victoria, Instituto Tamaulipeco para
la Cultura y las Artes, pp. 435-438. luan Cajas Es doctor en antropología por la Universidad
Velarde, José Luis, 2000c. "FI regreso de los héroes no se produjo
Nacional Autónoma de México. Desde el 2000, es profesor-
nunca", en Orlando Ortiz, comp., Cuentistas tamaulipecos. investigador de la Universidad Autónoma del Estado de
Del fin de siglo, hacia el inicuo milenio, Ciudad Victoria, Insti- Morelos en la Facultad de Humanidades. Pertenece al Siste-
tuto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, pp. 439-444. ma Nacional de Investigadores del Conacvt con el nivel I. Su
libro El troquilo y la maroma, cocaína, !mundos y pistolocos en
Velarde, José Luis, 2003, Nos quedamos sin nosotros, Ciudad Victo-
Nueva York fue merecedor del premio Fray Bernardino de
ria, Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.
Sahagún, otorgado por el INÁii en 1997. En 2010 coordino
Tárate Ruiz, Arturo, 2010, la narrativa breve tamanlipeca, Matamo- el libro Migtawión, procesos productivos, Wall! Hut, y estigmas
ros, Tamaulipas, Programa de Estímulo a la Creación y al sociales, publicado por la CALM. Su dirección electrónica es
Desarrollo Artístico de Tamaulipas.
jua n caja sar gmail.com.
Ana Lilia Nieto Camacho Es doctora en historia por la Lawrenee Douglas Taylor Hansen Es doctor en historia de
Universidad Nacional Autónoma de México. Pertenece América Latina por El Colegio de México. Es miembro del
al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el ni-
nivel i. Sus temas de investigación son la historia política vel u. Dentro de sus distinciones se encuentran: miembro
y diplomática de México en el siglo xix con énfasis en la de la Coordinación Estatal de las Conmemoraciones 2010,
historia de la frontera noreste y su relación con Estados Gobierno Federal de México y la medalla de distinción
Unidos. Su proyecto actual de investigación se titula "Las otorgada por el municipio de Caborca, Sonora en 2011. Ac-
redes políticas transfronterizas y la conformación de la tualmente, es profesor-investigador del Departamento de
frontera norte de México. El caso de Matamoros y Browns- Estudios Culturales, de El Colef, en Tijuana. Su dirección
ville, 1853-1867". Es investigadora del Departamento de electrónica es ltayloñiccolef.mx.
Estudios Culturales, de El Colef, en Nuevo Laredo. Su di-
rección electrónica es anietofTcolet.mx.
Arturo Zára te Ruiz Es doctor en artes de la comunicación
por la Universidad de Wisconsin. Es miembro del Sistema
Miguel Olmos Aguilera Es doctor en antropología social y et- Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel i. Es
nología por la Fcole des Flautes Etudes en Sciences Sociales, comunicador profesional y un analista de la información y
París, Francia. Es miembro del Sistema Nacional de Investi- del discurso político. Entre sus publicaciones se encuentra
gadores del Conacyt con el nivel i. En 2011, el INAll le otorgó el libro La narrativa breve Mamut imita?, un acercamiento crítico,
el Premio Nacional de Antropología, Raúl Guerrero, por su riel 2 010. I la colaborado en medios impre-
libro El chico encantado: La estética del arte indígena en el noroeste
sos desde los 14 años de edad y actualmente es investiga-
de México (El Colef, 2011). Entre sus publicaciones recientes dor del Departamento de Estudios Culturales en El Colef,
se encuentra el libro Memoria culnemEle: El paunnonio cultural Matamoros. Su dirección electrónica es azárateW'colef.mx.
en contrxio5 dr frontera, del cual es coordinador. Actualmente,
es investigador del Departamento de Estudios Culturales de
11 Cok'', Tijuana. Su dirección electrónica es olmoscacolef.mx.
-15b 457
Af 1121 A DI Al f
Julia Momírrez Fragoso lis doctora en sociología por la
Lilia Palacios I lernandez Es doctora en ciencias sociales por
Universidad Autónoma Metropolitana. Pertenece al Siste- la Universidad de Utrecht, 1 Iolanda. Pertenece al Sistema Na-
ma Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel 11.
cional de Investigadores del Conacyt con el nivel 4 Es investi-
Es autora de "tanta dr una injusticia: finninicidio sexual sis-
gadora y docente del Instituto de Investigaciones Sociales de
lémico en Ciudad ludrez (El Colef, 2009), por este trabajo,
la LIANI Actualmente, dirige el provecto "Culturas del trabajo
eI INAI 1 le otorgó el Premio Antonio García Cubas en obra
y saber obrero en la gran industria de Monterrey: un acerca-
científica. Actualmente es investigadora del Departamento miento desde la historia social (1929-1970)", con recursos con-
de Estudios Culturales, de El Colef, en Ciudad Juárez. Su cursados por el Consejo para la Cultura de Nuevo León (Co-
dirección electrónica es juliam(iccolef.mx.
nade). Su dirección electrónica es lyliapalacios(myahoo.com.