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FRONTERAS

CULTURALES,
ALTERIDAD
Y VIOLENCIA

Guillermo Alonso Meneses • Juan Cajas


Manuel Ceballos Ramírez • Camilo Contreras Delgado
Salvador Cruz Sierra • Andrés Fábregas Puig
Teresa Fernández de Juan • Elizabeth Maier
Raymundo Mier Garza• Julia Monárrez Fragoso
Ana Liba Nieto Camacho • Lylia Palacios Hernández
Lawrence Douglas Taylor Hansen • Arturo Zárate Ruiz

Miguel Olmos Aguilera


(compilador)

El Colegio
de la Frontera
Norte
Fronteras culturales, alteridad y violencia / Departamento
de Estudios Culturales de El Colef. - Tijuana : El Colegio de la
ÍNDICE
Frontera Norte, 2013.
460 pp.; 21.5 cm

ISBN: 978-607-479-109-9

1. Violencia. 2. Violencia - México. 3. Región fronteriza mexi-


coestadounidense -- Aspectos sociales. 4. Cultura y violencia. I.
Colegio de la Frontera Norte (Tijuana, México). Departamento INTRoDucc Will
de Estudios Culturales. Miguel Olmos Aguilera 7

I'1210 F72013 Modalidades de la violencia: Régimen cultural


y condiciones pragmáticas de la interacción
Raymundo Mier Garza 23
II
La frontera norte: Cartografía de un "modelo para armar"
Juan Cajas 75
III
Identidades en movimiento: La frontera sur de México
Andrés Tabregas Puig 97
IV
Los años que vivimos horrorizados.
Primera edición, 2013
Discursos y violencia asociada
al narcotráfico en Tijuana 2007-2010
D. R. © 2013, El Colegio de la Frontera Norte, A. C. Guillermo Alonso Meneses 115
Carretera escénica Tijuana-Ensenada, km 18.5,
V
San Antonio del Mar, 22560, Tijuana, B. C., México.
www.colef.mx
Despojo y violencia en los pueblos indígenas
del noroeste de México
Miguel Olmos Aguilera 153
ISBN: 978-607-479-109-9
VI
Relaciones entre indios y no indios
Coordinación editorial: Oscar Manuel Tienda Reyes en Coahuila en el siglo xix
Corrección: Graciela Bellon y Jonathan Girón P. Ana Lilia Nieto Carancho 173
Formación y diseño: Jonathan Girón Palau VII
Última lectura: Luis Miguel Villa Aguirre Territorialidades callejeras.
Diseño de portada: Ni Yoatzin Salmerón Mariaca Producción de territorios por sujetos e instituciones
Camilo Contreras Delgado
Impreso en México /Printed la México Lylia Palacios Hermindez 197

- 5 -
II
Guerra cultural usa: Disputando el significado de la persona, INTRODUCCIÓN
la familia y el estado entre la fe y la ciencia
Illizahr/h Mujer 219

Muerte, coerción legítima y existencia precaria


Julia Mowirrez Fragoso 253

Violencia social y homicidio doloso en Ciudad Juárez.


Poder, crueldad y goce de una masculinidad temeraria LA INUNCION de este libro es registrar y analizar la dimen-
Salvador Cruz Sierra 293 sión espacio-temporal de la alteridad y la violencia al fi-
nalizar la primera década del siglo xxi. Se busca poner en
I.a musicoterapia al rescate de la identidad de género evidencia la lamentable imagen de la violencia cultural
en mujeres violentadas por su cónyuge
317 contemporánea. En este sentido, nos preguntamos cómo
'finesa Fernández de Juan
a partir de los estudios de la cultura, y cómo desde nues-
xit
Las primeras incursiones estadounidenses tras propias investigaciones, vivimos y estudiarnos el fenó-
en el espacio aéreo mexicano: Un análisis meno de la violencia, el conflicto, la alteridad y la frontera
de los vuelos transfronterizos de 1910-1912 cultural. Por lo tanto, nos interesa conocer la manera como
buvrence Douglas Tay/or /Jansen 355 hoy en día se presenta esta realidad descarnada en diver-
sos espacios, tanto de las periferias fronterizas nacionales
Experiencia de la frontera y visión de la historia: como regionales y en otras latitudes del país. Esta perspec-
Entre la autobiografía y la profesión
Manuel Cobaltos Rant Ire-z 391 tiva multifocal y polisémica permite desplegar el amplio
entramado epistémico y teórico-metodológico que subyace
xlv
Fronteras culturales y políticas en la pluralidad de investigaciones culturales que se reali-
en la narrativa breve tamaulipeca zan en El Colegio de la Frontera Norte (El Cok') para dar
Arturo /Arate Ruiz 425 cuenta de los fenómenos, cuyo denominador común sólo
t K LO', Al I IOPI () 453 podría ser esa riqueza exuberante tanto de puntos de par-
tida y concepciones del objeto cultural como de su desa-
rrollo y de sus marcos teóricos de referencia reflejados en
investigaciones de tipo histórico, sociológico, antropológi-
co, geográfico literario y psicológico, entre otros campos
disciplinares.
Este libro sobre violencia, alteridad y fronteras cultura-
les es el resultado de un seminario llevado a cabo durante
la primera semana de diciembre del año 2011, en donde se
congregaron especialistas, en un atan por encontrar el hilo tra la ortodoxia disciplinaria que, a decir de muchos defen-
conductor entre las diversas temáticas, todas atravesadas sores de ese tipo de rc, obstaculizaron el verdadero avance
de una u otra 'orina por la alteridad, la violencia y la fron- pluridisciplinario (Orossberg, 1992; I:eynoso, 2000:33--16).
tera cultural. Dicho evento contó con la participación de Otra posible expectativa sobre este tipo de publicaciones
investigadores del Departamento de Estudios Culturales es creada por los aportes latinoamericanos que pretenden
de NI Colegio de la Frontera Norte y cuatro invitados es- ubicar los avances de los rc con investigaciones, de carácter
peciales provenientes de el Colegio de México, el Centro global utilizando este término como una de las palabras
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología epistémicas recurrentes que destacan en los logros de este
Social de San Cristóbal de I ,as Casas, la Universidad Autó- movimiento (dr. Spiellmamm, 19%; García Canclini, 1990;
noma Metropolitana y la Universidad Autónoma del Esta- Valenzuela, 2003). Sin embargo, en nuestro conjunto cogni-
do de Morelos. tivo, los estudios culturales en el interior de El Colegio de la
El Departamento de Estudios Culturales como entidad Frontera Norte no representan ni un caso ni otro. En El Colef,
académica y administrativa tenía varios propósitos por se instauró por conveniencia multidisciplinaria un departa-
desarrollar en este evento. Uno de ellos era convocar por mento de fe que se convirtió en una instancia administrativa
primera vez a toda la junta de profesores especializados en y nada más. El reconocimiento en el departamento no siem-
las líneas de los estudios de cultura de IjI Colet. Esto trajo pre está dado por un etilos académico de carácter epistémico,
consigo el análisis de la temática sugerida inicialmente en sino por el objeto de estudio v por la alteridad frente a otros
el seminario, donde se enriquecieron los trabajos presen- departamentos de investigación y a otras disciplinas.
tados mediante la polémica y la discusión; va que si bien Por estas razones, se invita al lector a no buscar, en esta
cada investigador desarrolló sus investigaciones desde su ocasión, la presencia sistemática del legado del to o S de la
propia visión académica, dependiendo de su experiencia y Universidad de Ifirmingham, en Inglaterra, que ha tenido
su disciplina, en términos administrativos todos nos inser- influencia importante en los ft - latinoamericanos. Sin em-
tamos en un Departamento de Estudios Culturales en su bargo, pese a reconocer vagamente la influencia de los EL'
dimensión multidisciplinar y teórica más heteróclita. en este libro, el lector constatará que no se comulga punto
por punto con la visión clásica de los 1:c tradicionales.
El objetivo de este libro sobre violencia es realizar una
s Esi tumos Ci TURA' ES, ACR ■'... fotografía de la investigación cultural en la época contem-
poránea en su extensión más amplia, reconociendo la di-
Existen múltiples formas para aproximarse a los Estudios ferencia de puntos de vista y prioridades temáticas en el
Culturales b c). Por una parte, está el lector que buscará en interior del departamento, al tiempo que conscientemente
este libro las investigaciones culturales clásicas tipo Bir- nos alejamos de cualquier intento por fomentar un lobby
mingham o, en su defecto, la versión estadounidense, con de culturistas. Por consiguiente, convocar a los investi-
estudios de corte posmoderno qUe tratan de encontrar, entre gadores de otras sedes a lo largo de la frontera norte como
otras cosas, la conmemoración de las grandes batallas con- Matamoros, Nuevo I .aredo, Monterrey o Ciudad Juárez,

INTR,[ inu 9
representó un reto importante. No obstante, y a pesar de es- Resulta obvio decir que los estudios culturales, pese a
tos desafíos, asistieron íntegramente los investigadores de haber abierto espacios multidisciplinarios en algunas ins-
las sedes regionales, quienes además representan actualmen- tituciones, en términos generales viven un retraimiento
te una buena parte de los miembros de este Departamento. importante en muchos ámbitos académicos, sobre todo
de Estados Unidos. Sin embargo, éste no es el espacio in-
dicado para analizar su implosión. Después de un auge
Dr iso ouff IAN1 N 1:51121)10H CU' Ft 'RAI Is inusitado en los años de la década de 1990, los 1:c han te-
nido que compartir espacios con otras modas académi-
En los años de la década de 1970, se publicó un libro titu- cas; lo importante en este caso no es realizar un balance
lado De ese que llaman autropeleglii mexicana y que en el me- de este tipo de movimientos, si acaso se pudiera agrupar
dio disciplinar fue altamente valorado, entre otras cosas, todos los estudios culturales en un mismo lugar, lo que
por representar uno de los intentos más destacados de su intentamos señalar es la importancia de estas influencias
tiempo por darle una identidad a la antropología median- para la comprensión de los estudios culturales a la mexi-
te un balance de su ethos académico visto a través de los cana, en donde la frontera, por sus características etéreas,
ojos del antropólogo. El lector acucioso se preguntará cuál ha sido una tierra muy fértil y un espacio fundamental en
es la pretensión de nombrar un libro de antropología en la autodefinición de los estudios culturales en el ámbito
el escenario de los estudios culturales de la Frontera. La regional. Así, después de haber llamado la atención en
evocación es muy clara, la antropología como disciplina se ciertos medios y pese a las amplias pretensiones cosmo-
ha preocupado incesantemente por realizar balances sobre politas los u llegaron tarde a la posmodernidad, quedan-
su disciplina. Esta práctica no persigue otra cosa que legiti- do muchas veces a la zaga de este proceso, el cual ellos
mar y analizar la evolución de las temáticas y los enfoques mismos generaron como parte de una moda cultural.
teóricos que se generan en la propia antropología. A través Tal como hemos comentado anteriormente, en El Colef,
de congresos y asociaciones que impulsaban el trabajo an- los estudios culturales no son más que un espacio adminis-
tropológico, en varios países se llevaron a cabo ejercicios trativo donde confluyen diversas trayectorias, disciplinas,
de esta naturaleza prácticamente desde los inicios de la proyectos y perspectivas de investigación que difícilmente
disciplina en los albores del siglo xx. Lamentablemente, el son identificables con los estudios culturales clásicos. Lo
análisis del ethos académico local y de otros contextos que que hemos realizado en este espacio laboral es una suerte
alimentan el conjunto de ideas de lo que representan los de estudios de la cultura desde las perspectivas teóricas
no constituye, salvo contadas excepciones, una práctica más distintas en cuanto a la teoría social y cultural se re-
sistemática de su producción epistémica, sus métodos y su fiere. En última instancia, lo que podría articular nuestras
objeto, tanto en el campo regional como en la historia de investigaciones en el tipo de trabajo de campo en el esce-
este conjunto de ideas. Por el contrario, pareciera que exis- nario fronterizo -desde luego, muy distinto al realizado por
te una necesidad de inconsistencia e indefinición sobre lo Viveiros de Castro (2002) o Malinowski (1973)119221 en los
que finalmente estructura su legitimidad académica. albores del siglo \-. Se trata de reivindicar la importancia

10 INTRGH
11.
del trabajo empírico que legitime el análisis de las culturas chas veces de manera irreflexiva en el escenario académico
y sociedades fronterizas, unas veces vinculado con el estu- nacional. Algunas veces tomaron el objeto, como la cultura
dio de la afieridad y otras con el de la mismidad, de acuer- popular, pero no la teoría cultural, mientras que en otras, to-
do con la estrategia del sujeto investigador; poner al "otro" maron la teoría sociocultural y la semiótica, sin importar los
en la encrucijada, a la distancia y en la cercanía. Dicho de objetos ni sus múltiples aplicaciones. Dentro de las grandes
otra forma, si bien cierto tipo de estudios culturales privile- influencias que tuvieron los ve de la frontera, se encuentra
giaron los espacios urbanos para su investigación, el mesti- el movimiento posmoderno de los años sesenta, que tuvo
zaje fronterizo tijuanense difícilmente puede separarse del un auge inusitado en Estados Unidos, particularmente en

campo meramente urbano o estrictamente tradicional; de la Universidad de California. Esto se constata en la gran in-
tal manera que es posible situar investigaciones históricas fluencia de la Preverle Theorv (1 otringer, 2001) en los estudios
como las de Manuel Ceballos, en la que nos precisa su visión poscoloniales (Bavart, 2010), la teoría posmoderna (Geertz,
del oficio de historiador a través de su experiencia fronte- 1991), y sobre todo el postestructuralismo, cuyas raíces son
riza, o las guerras contra los grupos indígenas en el noreste verificables en congresos muy puntuales de los años de la
mexicano de Ana Lilia Nieto. Por su parte, en el apartado década de 1960, como parte de un proceso lógico posterior a
histórico, el artículo de Lawrence Taylor precisa los conflic- las fuertes influencias de otros movimientos como el surca-
tos entre ambas naciones sobre los vuelos transfronterizos. lismo, y el existencialismo que, junto con una gran cantidad
Gracias a este amplio abanico disciplinar y administrativo, de intelectuales europeos provenientes de Europa de escue-
incluimos el artículo de la compañera Teresa Fernández so- las como Frankturt y París, se trasladaron a E. u. Aunque
bre la violencia conyugal, tratada mediante musicoterapia. no fue exclusivo de los uf, la influencia de personajes como
En este sentido, podemos encontrar también el texto de Ar- Foucault, Derrida, Deleuze, Guattari o el mismo 1.acan se re-
turo Zárate, quien analiza la frontera cultural mediante los sintió en varias esferas de las humanidades, debido a razo-
textos de la narrativa breve tamaulipeca. nes sobre las que no abundaremos en este espacio, pero que
Pero volvamos a lo clásico de los estudios culturales. Este están ligadas a una crisis epistémica y un (Ataos académico
tipo de ideas, como antes señalamos, no sólo provienen de agotado en nuestro vecino del norte (Cusset, 2003).
Inglaterra, sino de lo que en Estados Unidos lograron con-
glomerar con influencias múltiples, la mayor parte impor-
tadas de Europa. Esto a pesar de que en América Latina, y ALTERIDAD Y VIOLENCIA

en México en particular, gran cantidad de preceptos ya se


encontraban arraigados en la larga tradición antropológica, Por otro lado, el objetivo y las expectativas de nuestro even-
sobre todo la de tipo marxista posterior al movimiento de to de 2011, ahora convertido en libro, fue realizar un regis-
1968 (Jatiregui, 1997). No obstante, para ser honestos, una tro sobre el conflicto y la violencia en contextos fronterizos.
buena parte de las influencias de los t.c, provienen de una Objeto privilegiado en nuestro entorno inmediato, la vio-
gran cantidad de disciplinas corrientes que se generaron lencia, ha estremecido a toda la sociedad mexicana e inter-
en otros campos académicos, y que fueron adoptadas mu- nacional, entre otras razones, por la cantidad de muertes
sucedidas en los Últimos años y por la serie de sucesos trá- que nos hacen diferentes a otros individuos y a otras cul-
gicos, altamente conflictivos que resquebrajan día con día la turas. Por lo tanto, la violencia, la misma alteridad y los es-
paz en todos los ámbitos de la sociedad mexicana. pacios fronterizos no son comprensibles sino a través de la
El escenario de la violencia en sus más diversas manifes- interacción inconsciente con la mirada del "otro". Un caso
taciones toca de un modo u otro nuestra actividad académi- quepuede ejemplificar esta idea es la delimitación simbóli-
ca institucional. Cada investigación presente en este libro es, ca del espacio urbano a la que se refieren Camilo Contreras
de manera directa o tangencial, producto de una reflexión y Lylia Palacios al analizar los grupos que toman la calle y
con la frontera cultural, la alteridad, la violencia y el con- la hacen suya como espacio vital.
flicto. En estos estudios, confluyen sujetos de estudio e in- Las investigaciones aquí expuestas tienen en sí mismas
vestigadores hacia una representación de la realidad que, si la intención de trascender la inmovilidad y la inercia del
bien hoy en día nutre nuestras reflexiones, también lacera vivir en una realidad que nos atrapa, y que es suscepti-
nuestro quehacer cotidiano y nuestra calidad de vida. ble de paralizar nuestro quehacer, haciéndolo invisible. Sin
Las marcas de la alteridad son expuestas en este libro a embargo, esto no sucede. La vitalidad de nuestras reflexio-
veces de forma muy personal, v otras, tratando de man- nes es un aliento que intenta contribuir a dar un nuevo im-
tener al sujeto de estudio a la distancia. Así, el estudio de pulso a esta sociedad, históricamente enferma por la colo-
la alteridad surge como una condición epistémica en los nización, la corrupción, el engaño y la avaricia.
estudios de la cultura. No podemos definirnos a nosotros Con los insumos de disciplinas como la historia, la socio-
mismos o, en todo caso, toda definición de un "nosotros" logía, la antropología o la psicología, procuramos generar
apunta a tener serias limitaciones. La identidad, lo mismo una reflexión que responda a diversas inquietudes sociales,
que la violencia y otras categorías de las ciencias huma- teniendo como materia los fenómenos que aquejan nuestro
nas, se caracteriza por la construcción del ser mediante oficio cotidiano. Analizar una realidad sociocultural vio-
el reconocimiento de "los otros". Es "el otro" quien en la lenta implica, por un lado, asumir el involucramiento, pero
interacción define nuestro quehacer, dando continuidad y también estar atento a la distancia y a la posibilidad de ver-
sentido a la alteridad cultural como espacio de frontera. No nos en retrospectiva insertos en ella.
obstante, este "otro", es una construcción simbólica o ima- La sociedad mexicana, y en particular la frontera, se ha
ginaria que otorga el peso de la realidad a nuestras relacio- convertido en un polvorín que enciende los conflictos de
nes con el prójimo. Por lo mismo, tanto la violencia como identidad y los actos violentos del tráfico y el contrabando,
otras formas del conflicto, así como diversas categorías y como fenómenos que históricamente han sido represen-
conceptos de las ciencias sociales, están circunscritos a la tados en los tratados fronterizos. Hoy en día las miles de
interrelación que se establece entre la concepción que ten- personas asesinadas en el país han rebasado por mucho la
go sobre "el otro" y la que ese "otro" posee acerca de mí. cantidad de muertos en otras partes del mundo en francos
Además de que la autodefinición es limitada, evoquemos contextos de guerra abierta. Los datos v testimonios se en-
la dimensión inconsciente como receptáculo de represen- cuentran ampliamente documentados en trabajos como los
taciones, tanto de lo que somos como de aquellos factores de Guillermo Alonso, Sal vador Cruz o quien esto escribe.

1.1 INTRODUCC:, 15
Aun cuando la violencia fronteriza del norte es una cons- llegan desde su propia construcción del mundo. l'ese a
tante en este libro, Andrés Fábregas, a través de sus expe- ue la violencia y el conllicto son fenómenos ampliamente
riencias antropológicas, nos ilustra, por ejemplo, de manera sentidos por la sociedad entera, y producidos en la cultu-
por demás amena, las vicisitudes culturales de la frontera a en toda su extensión de la palabra, los diversos estratos
sur en tierras mayas. 'ocioculturales perciben este fenómeno de acuerdo con sus
En México, la guerra contra la violencia es doblemente larticu la ri ades.
perniciosa, se desliza entre los silencios de la población en Por consiguiente, dichos fenómenos se manifiestan no
su conjunto y el enemigo no es claro ni abierto. Esta guerra ólo en la violencia material evidente, sino que tocan de
es producto de la miseria y de la profunda injusticia en la arias formas y contenidos, tanto materiales como in-
que viven millones de mexicanos, víctimas inocentes de los ngibles, lo mismo a mujeres, que niños, indígenas, mi-
grandes capitales y de la insultante desigualdad económica. antes, homosexuales y a grupos que ya se encontraban
En este escenario, la frontera norte aparece como el emble- e por sí marginados y violentados desde antes de que
ma de la alteridad, ahí en donde se "corta" la ciudadanía e incrementara la presencia del ejército, los policías y los
mexicana, pero cuya cultura continúa extendiéndose hacia arcotraficantes en ciudades v zonas rurales del país. A
el norte, clasificada como una etnia más en la naturaleza ad- giste respecto, la temática del aborto, visto a través de la
ministrativa de Estados Unidos. eligión como uno de los catalizadores de la estructura
En esta frontera real e imaginaria, se han condensado noral en Estados Unidos, es señalado acertadamente por
las diferencias y las identidades muchas veces de una for- lizabeth Maier como uno de los vectores que dirigen el
ma destructiva; las reivindicaciones de la diferencia no onservadurismo en ese país.
son ingenuas e inocentes, y tampoco se nutren de discur- Por su parte, la violencia contra las mujeres en Liudad
sos alternativos o subalternos como se usa frecuentemen- uárez sigue siendo una de las tragedias que marca la his-
te en la jerga culturista. I.as identidades se maltratan, se oria de los últimos años en la frontera. l .a violencia ex-
disfrutan y se inventan, intentando convivir con el otro rema que sobrevino en forma avasallante para toda la
imaginario, real o hegemónico. Sin embargo, tal como se- oblación fue algo inaudito en la historia de la ciudad, tal
ñala Raymundo Mier, el umbral de violencia "remite así orno lo apunta Julia Monárrez. En este mismo sentido, el
mismo al régimen de la percepción y a sus contextos, a sus rabajo de (iuillermo Alonso, cuyo título lo explica todo,
arraigas y genealogías culturales". Aunque existen leves Los años que vivimos horrorizados", es una muestra
que califican como universales los derechos del hombre, la ebaciente del análisis de la violencia entre la población
concepción y el desarrollo del entorno significante son los ronteriza en el ultimo sexenio. 1 .a moraleja que salta a
que otorgan el verdadero sentido al acto violento. a vista es que si bien el etnógrafo debe, en principio, et-
Si bien el grueso de la población mexicana ha vivido ografiar todo tipo de realidades culturales como parte
desde diversos escenarios, y después de varios años, el tegra de su oficio, hay límites en la investigación y el
entorno violento de su sociedad y de su cultura, encon- nálisis de los objetos y las realidades que no son del todo
tramos que diferentes identidades se fragmentan y se re- tnogra fiables.

16 IJ 1 )1 TRODUCCION 17
I os cal-Mulos siguiente>, limitados 1-kir la necesidad de IBLIOGRA 1.1A

ser concisos, son un intento de explicar los antecedentes


históricos, pero también los tiempos recientes; se presenta uza Garrido, María, 'publicación digitall, s/f, "Ficciones y
el análisis de un conjunto de fenómenos que tienen como realidades de los estudios culturales", Flacso, Los Andes,
Ecuador, en cchttp:/ www.1 lacsoandes.org j comunica-
característica común la relación con las fronteras en su sen-
cion /aaa/imagenes/ publicaciones/ pub _48.pdí---, consul-
tido más amplio: internacionales, étnicas, territoriales, ad-
tado el 5 de noviembre de 2012.
ministrativas, urbanas, espaciales, de genefro, literarias,
económicas, conductuales, teóricas, intelectuales, estéticas, ayart, Jean-Francois, 2010, Les études postcoloniales. t /II Cl7111(17117i

estructurales, cronológicas, históricas, y otras. Ln segundo académique, l'arís, Karthala.


lugar, están las diferencias que constituyen el horitonte de sset, Francois, 2003, french Theory: l'oucault, l)errida, Deleuze,
la alteridad v, por Ultimo, los escenarios donde se plantean & Cie et les mutations de la pie intellectuelle aux Etats-Unis,
se dirimen las disputas bajo diferentes estrategias sobre París, La Découverte.
el uso de la violencia. I.a óptica analítica que al raviesa
arcía Canclini, Néstor, 1990, Culturas hibridas. Estrategias para
la heterogeneidad temática de este libro le da prioridad
entrar y salir de la modernidad, México, (irijalbo.
a la cultura, misma que ha sido conceptualitada y ma-
nejada con esa libertad de cátedra polémica y debatible ertz, Clifford y James Chtford, 1991, El surgimiento de la antro-
que representa el pilar fundamental de toda academia.
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MODALIDADES DE LA VIOLENCIA:
RELAMEN CULTURAL Y CONDICIONES
PRAGMÁTICAS DE LA INTERACCIÚN

Ray/nimio /Vfier Gana

investidura m'as:onírica las modalidades de la violencia

flexión sobre la violencia encara, quizá, algunas de las


as más enigmáticas de la experiencia del sujeto. La vio-
ea parece sacar a la luz los fundamentos de lo humano
, al mismo tiempo, emerge como un acontecer, un que-
tamiento intempestivo, una destrucción de las identi-
es, una experiencia de devastación de la vida o una exi-
da de la reconstrucción radical de la propia experiencia.
gra la experiencia de un enrarecimiento de la vida y la
ga certeza de una calidad ineludible de la fuerza vital. Es
mente, y lo ubicuo, intemporal; lo que tiene su raíz
las formas humanas de vida y lo que surge de un más
del horizonte de la experiencia. Es la realización de una
sibilidad extraterritorial, pero que señala territorios, con-
dones, fronteras, zonas de riesgo. Es la fractura misma de
`hábitos, pero esa perturbación que señala los intersticios
as zonas de sombra de lo humano revela también las ca-
&des de lo cotidiano. Es lo que irrumpe en la percepción
entorno, del mundo, propio y de los otros, pero con una
ensidad lacerante y una impronta decisiva en la memoria,
es también del orden de lo imperceptible, de lo que se
nde con el paisaje del mundo.
La violencia deriva menos de un régimen formal que de espacio de acciones realizadas, potenciales o implícitas
una transfiguración de los vínculos, las identidades, los en- espliega y cómo se inscribe dinámicamente en ellas—,
tornos; deriva de la orientación y la forma de las condiciones se asimila a una trama de acciones. Estos dos órdenes
pragmáticas de vínculo. Se actúa violentamente en el mo- mporalidad distintos señalan también calidades dis-
mento en que el actuar suspende, momentánea o duradera- s de la violencia: de su sentido y de su relevancia, de
mente, toda inteligibilidad posible, cuando la fluctuación y or como experiencia; es decir, la capacidad de incidir
desviación de los patrones del actuar suscita un pasmo, un a- historia del sujeto, o la indiferencia que acompaña
momento de vértigo, una irrupción momentánea de la an- parición —o bien, violencias de una capacidad de per-
gustia, un desmantelamiento de las identidades, o una expe- ación definitivas o indelebles, violencias que no son
riencia fugaz o persistente de la anomia; cuando el sentido, perturbaciones momentáneas, que se precipitan en el
la percepción, experimentan la conmoción provocada por lo, en la indiferencia. Involucra, por tanto, una cali-
este acontecer de las facetas incalificables del actuar. En su orporal de la duración, una esfera de percepción, una
reconocimiento se pone en juego la realización de las poten- sis incesante capaz de integrar las continuidades y las
cias expresivas del régimen simbólico, se establecen condi- ras de las historias concurrentes en el actuar; pone
ciones de interacción que definen los modos y las calidades ego, también, en este dominio del tiempo, la realiza-
específicas de la violencia. Es en el régimen de la relación con fantasmal del deseo— a la vez como realización de una
el otro —como intersubjetividad y como interacción— donde ncia primordial en el sujeto, constitutiva de su propia
se gesta toda posible identidad y se esboza y transforma, tidad, y como realización significada de un futuro pro-
progresivamente, el espectro de modalidades del sentido: la eferido a una historia subjetiva, extraña a toda gene-
espera, la urgencia, el desvalimiento, la desaparición; define ación.
una calidad ética del vínculo con el otro, un involucramien- s tiempos de la acción suponen así un sentido rela-
to en la propia existencia, la del otro, la del mundo, derivado al momento de su desencadenamiento y una asimi-
de la aprehensión de la presencia del otro. n como experiencia a partir de una reconsideración
En el vínculo intersubjetivo, la experiencia de la identi- una resignificación incesante de la acción realizada,
dad se constituye a partir de la fuerza de engendramiento s expectativas y referencias, de las evocaciones y me-
inherente a la diferencia con el otro, de una modalidad de as que ésta suscita. Da lugar también a la experiencia
acción recíproca propia de la pasividad perceptiva y de la ordial, no significada de sí misma; así mismo, una de
creación de sentido propia del nexo intencional del sujeto y todalidades cardinales de la interacción aparece como
el inundo. Por otra parte, la interacción involucra una apre- titutiva de lo social mismo: el intercambio. Es una mo-
hensión efectiva del tiempo de la acción —sucesión y con- 1 dad cuyos rasgos constitutivos han sido desarrollados
temporaneidad— que supone modalidades de la conciencia anera relevante por Marcel Mauss en su ensayo cardi-
corporal. Toda acción asume un sentido específico a partir - Essai sur le don" (1973), objeto de innumerables desa-
de su inscripción en una serie —a qué acción explícita res- `1os, reflexiones y exégesis. Esta modalidad supone una
ponde y qué respuestas patentes suscita, pero también en - ladón serial de la interacción, una calidad del vínculo

21 itAY FR GARZA 25
y la identidad de los actores definidos por la exigencia de an la asimetría de las identidades entre los sujetos
reciprocidad; reciprocidad singular y, al mismo tiempo, so- articipan del intercambio, pero proceden también
metida a reglas de pretensión universal ajenas a cualquier- fuerza imperativa de las normas —institucionales,
desviación o quebrantamiento: cada intercambio es único, plinarias, hábitos, patrones cognitivos, patrones de
revela facetas e imperativos propios pero, al mismo tiem-
. °cimiento— que enmarcan y dan sentido a las face-
po, revela la necesidad implacable de transitar por ciertas él actuar. Ocurren modalidades de la violencia que
fases de la donación recíproca e implanta ciertas formas tan de las condiciones potenciales inherentes a las
duales de juridicidad: las que rigen la especificidad de la tas facetas de la acción simbólica —incoativo (el des-
donación y las que prescriben sus marcos generales. denamiento de la acción), realizativo (la composición
I,a violencia participa así de los distintos juegos de cate- esarrollo de la interacción y sus condiciones), con-
gorías: es al mismo tiempo una experiencia marcada por la ' ciones interpretativas (reconocimiento reflexivo
generalidad —incluso la universalidad—, radica de manera la-
tente en todos los escenarios, pero se realiza únicamente en
ión simbólica misma, o que derive del proceso ao- de
los registros de la interacción, cobra toda su fuerza a partir de
mismas de la interacción I ,a modalidad es la condición
las múltiples asimetrías constitutivas de la concurrencia de la cffica que define el sentido singular del acto; I() inscribe en el aquí
acción recíproca, de las confrontaciones del intercambio. La va como un régimen diferencial de tuerzas. I.a noción de "modali-
violencia surge del reclamo y la búsqueda de reconocimiento, 1:és de la violencia" deriva de una condición sustantiva: la violencia
del impulso de la identidad, pero también parece emerger del l'icurre jamás en sí, sino sólo señalada por la modalización, la cual
reconocimiento de las diferencias, de la extrañeza, de lo irre- a de un proceso de apropiación y objetivación, singularmente, de
njunto de determinaciones potenciales del campo normativo, que
conocible constituido como amenaza. La fuerza afirmativa adra a su vez una acción sometida a una condición de opacidad en
inherente a la expresión y el reconocimiento de la identidad üf y el ahora: la acción es anticipada por el propio sujeto, menos
revelan una modalidad potencial de la violencia que parece Un cálculo que como una pretiguración que no es sino el desenla-
revelarse también en el reconocimiento de la diferencia: en una trama fantasmal del deseo, realizada en condiciones Mahar-
e indeterminadas en las que concurren tuerzas heterogéneas. La
ambas —reconocimiento de la identidad, reconocimiento dela
n emerge así, con una fisonomía oscura -tanti, para quien realiza
diferencia—, surgen calidades distintas del vínculo subjetivo. ón como para quien la atestigua y para quien se asume como
Diversas modalidades de la violencia' se engendran po- atario—; cobra sus sentidos, reconstruidos incesantemente por
tencialmente en las calidades diversas de la interacción, •tetaci ones retroactivas. La síntesis de estos movimientos inter-
fivos, de anticipación, opacidad y retroacción, sedme la expresión
cada de una modalidad. Así, cada modali da d es una síntesis de
,a noción de "modalidad" designa, en el presente contexto, el sen- njunto de experiencias que preceden ala acción y se expresan
tido que surge, en el proceso simbólico, de la acción imaginaria del su- era corpórea en la realización de una acción específica. En la
jeto sobre la realización y el sentido de su ación. Esta síntesis conjuga rmación de las modalidades, por Link), concurren experiencias
su e xperiencia del tiempo -memoria, expectativa, afección, experiencia géneas que responden a ciertos espectros de sentido: relativos a
aprehensión reflexiva-, su aprehensión de sí N del otro, v el sentido de iición, a la voluntad, al deseo, a las afeccionas, a la aprehensión
su entorno. su expresión puede ser v‘plícita -es posible que aparezca
'va de la potencia propia, a los imperativos surgidos de la presen-
significada o indicada expresamente, que emerja implícitamente de la rceptihle, imaginaria o simbólica del otro.

2t) P'71 27
del sentido de la acción y reconocimiento extrínseco del uce una inconsistencia inferencial irreductible en la
sentido de la acción), derivativas (consecuencias y secuelas osición serial de las interacciones, y esta inconsis-
de la acción)—, pero también de las formas de quebranta- inferencial deriva en experiencias de derrumbe, de
miento, enrarecimiento, transgresión, apartamiento, des- de degradación de las identidades y los vínculos,
conocimiento, exacerbación de las identidades, distorsión ce patente la aparición de otro régimen —incluso
de los patrones y los hábitos, dislocamiento de los tiem- undo— que está más allá del mundo propio, pero que
pos, las memorias y los destinos. l.as modalidades de la n habita de manera larvada o imperceptible en él.
violencia son extraordinariamente vastas, emergen como sboza así una temporalidad propia de la violencia
un espectro de actos y situaciones, vinculados también con expresa en señales espectrales. La aparición de la
la memoria y las expectativas, personales y colectivas, que da asume calidades distintas en sus inflexiones tem-
exhiben también su relación constitutiva con la fuerza que es: su irrupción, su duración, su diseminación o la
se revela en la intensidad de la perturbación y con su sen- ceión de su impulso, su trayecto y desenlace tienen
tido. Son perturbaciones corporales, afectivas, pulsionales os, intensidades y orientaciones propias. De este ré-
y simbólicas —comprenden por consiguiente las distintas potencial de la asimetría de las identidades, y con
facetas dinámicas de la cultura. pción perturbadora de la diferencia, emerge una
plicidad indeterminada de modos de expresarse V
plantarse la violencia. Pero todo acto violento indu-
LA VIOLENCIA: SI:N111)0 Y RE( ON0( IMIENTO IMM:INA1:10 cesos de interpretación reflexiva, reclama como im-
I I OS UNIBRAI 1,5 I)1, I O ADNIISIIII L retroactivo nuevas pautas de inteligibilidad. La vio-
como hecho de sentido, crea en su propio proceso
Una de las facetas enigmáticas de la violencia surge quizá as alternativas para su inteligibilidad, en la medida
de su relación constitutiva con los umbrales de tolerancia e ésta involucra no sólo las calidades específicas de
tanto cifrados socialmente como trazados subjetivamente: t'exacción, sino también los procesos constitutivos de
asume la forma de una interpretación de los actos propios tura —entendida como un conjunto de procesos espe-
y del otro, de la calidad del vínculo, del contexto norma- de creación e intercambio de actos, objetos y signos,
tivo, del escenario y de la situación. Remite, así mismo, al critos a una colectividad. Son procesos simbólicos
régimen de la percepción y a sus contextos, a sus arraigos y os de un espesor temporal que desborda la mera con-
genealogías culturales. La tolerancia busca también su fun- Oraneidad, fundados en el acto de intercambio lo des-
damento en pautas normativas y en la relevancia de pres- :se proyectan sobre todo al espacio social, incluyen-
cripciones y prohibiciones. De ahí, acaso, la imposibilidad bién las estrategias de la memoria y las figuraciones
de encontrar un foco inequívoco de la violencia, una causa tuco. Confieren a toda la gama de interacciones e
primordial, una condición desencadenante, pero también la bios el sentido de un origen y un destino; lo en-
imposibilidad de anticipar las consecuencias, los desenla- con la estructura fundamental del mito. Involucran,
ces, el encadenamiento serial de las acciones. I,a violencia én, consecuentemene, los procesos de conformación

28 R LARLA
y transfiguración de la subjetividad, apuntalados en los
do de lenguaje responde a otro. Así, toda acción vio-
modos de la acción simbólica, derivados de su integración ponde a una acción violenta previa. No hay violencia
en patrones y tramas de interacción; es decir, en la integra- 'a" —no hay acción original, primordial; toda acción
ción con el otro. de a otras acciones inmediatas o mediatas, expresas
El régimen de acción simbólica aparece quizá corno el s, realizadas o puramente imaginarias, corporales o
eje fundamental para la comprensión de la violencia. Ésta turaleza puramente simbólica—. Involucra, por con-
no puede asumirse como una pura potencia, sino como su e, la espera, la urgencia, la promesa. Toda ~dall-
realización; no puede ser significada sino como acto. La e la violencia despliega en el horizonte la amenaza de
violencia es, ante todo, una experiencia del sentido atribui- fisión o la desaparición, acarrea las afecciones de la
da a la gestación y preservación de las identidades, a las d —finitud de la presencia, de la persistencia del vín-
vicisitudes del vínculo y la aprehensión de sí, articuladas e la firmeza de los marcos estructurantes de la iden-
en el régimen de los hábitos de las dependencias institu- e sí, del vínculo, de la esfera colectiva, del mundo—,
cionales y capaz de participar en los espesores del tiempo Asia singularidad de la inscripción estructurante del
colectivo. Difícilmente podernos desplazar la reflexión so- el dominio de la experiencia de sí, involucra, así
bre la violencia al ámbito restrictivo de los procesos bioló- un ámbito de valores, una condición ideológica,
gicos. lis irrelevante buscar su raíz en el sustrato molecular finalidades; pero también compromete la esfera
de la genética, en las funciones fisiológicas o en patrones scópica de las afecciones propias y de los otros. Ex-
etológicos; ni siquiera es posible concebir una génesis de a realización de un concurso de fuerzas de desplaza-
la violencia a partir de las exigencias del entorno o de la :de sentido, de la experiencia.
preservación material del organismo.
Las explicaciones por la vía biológica y fisiológica son ex-
trañas a los rasgos constitutivos de la violencia: su vínculo .TIVIDAD E IMPERATIVO: PRESCRIPCIÓN Y PRO111131CION.
con la experiencia, su arraigo en el mundo como hecho de ENUNCIATIVA Y PREPICIJRACION DT LA VIOLTNCIA.
sentido, como dominio de lo significado. Es esta condición AZA.
lo que la exhibe como un sentido derivado estrictamente del
régimen opaco, quebrantado, del actuar; como un dominio la violencia no pueda ser comprendida sin compro-
complejo, múltiple de la gestación y la gestión social del sen- 'en el análisis de la interacción la reflexión sobre la
tido, marcado por la segmentación social: la acción torna su imperativa de la normatividad en las diversas con-
forma y su sentido de la concurrencia de vertientes simbóli- s de existencia: particularmente en sus modos de
cas heterogéneas: involucra valores y finalidades discordan- atente y dar sentido a los enunciados prohibitivos o
tes y disyuntivos, se despliega corno una respuesta dialógica ptivos yen definir la necesidad de su vigencia. Pero
—aunque un diálogo destinado al apuntalamiento de la asi- los modos de la violencia revelan el silencio de la
metría y la inequidad— gestada en esa fusión de atmósfera los ámbitos del actuar extrínsecos a la ley, sus zonas
pragmática diversa. Corno todo diálogo, no tiene comienzo. do, sus penumbras, sus límites, los momentos de

30 ,ARZA ES DE LA VIOLENL1t. 3
desfallecimiento de la interpretación jurídica y normativ • 'eión pragmática del cuerpo se revela en su enlace
La violencia remite de manera tácita a la intensidad del tivo con el hacer. Las técnicas del cuerpo, inheren-
fuerza con la que se asume la necesidad de la acción, s conformación de las identidades subjetivas, indivi-
capacidad de suscitar terror, miedo, abatimiento o desasí. colectivas, se amplían y transfiguran en las técni-
siego los momentos en que acentúan los claroscuros del frumentales desarrolladas mediante objetos ajenos
ética, los umbrales del bien y del mal. o mismo. La afectividad y las capacidades cogniti-
La noción de intensidad califica, cualitativamente, rporadas en las disciplinas y disposiciones fisonó-
fuerza de la acción. No se refiere a la magnitud de la fuer odelan y transforman esos instrumentos, quedan
sino a la capacidad de engendrar perturbación, extrañe dos con ellos, como figuras espectrales de la propia
diferencia, incluso dolor. Es a un tiempo relevante y oscur a ad. Participan esencialmente de todas las calidades,
remite a las expresiones de la afectividad, a las estrategias d ones y situaciones del hacer: privilegiadamente en
la memoria y del olvido, a las fronteras de la percepción del rmación de los vínculos; están plenamente incorpo-
propio y del surgimiento de la exigencia de lo otro, del mun n las formas de vida. La modernidad ha acentuado
do y de sí. La intensidad marca la adhesión a la norma o st ión potencial derivada de los diferentes regímenes
rechazo, la virulencia con la que se la abandona, la ferocida Bicos de los instrumentos como objetos, y el cuerpo
de la transgresión, las tensiones de la desestimación. Pero do y transformado en instrumento, como factor in-
también la intensidad define la relevancia de los apegos, I de la propia identidad.
insistencia, a veces irreflexiva, de la perseverancia, la persis nsión entre cuerpo propio, cuerpo expresivo y cuer-
tencia de las expectativas y los alcances perturbadores de trumental da lugar a la aprehensión de un conjunto
deseo. La noción de intensidad referida a la fuerza deter encias de sí y del vínculo, pero también de potencia-
minante de la norma revela así una diversidad de formas brantamientos disruptivos en las figuras de la iden-
particulares de la acción simbólica, modos particulares dela El cuerpo convertido en objeto o en instrumento: la
atribución de valores, construcción de relevancia significati- ividad del cuerpo convertida en un índice revelador
va y horizontes específicos para el actuar; aparece entonces acacia del poder, de la realidad de la sumisión. El
en realidad como una fuerza de creación de sentido. f alo de un objeto sufriente o sumiso. Esta paradoja
ta las tensiones en la experiencia del cuerpo pro-
tas se dislocan al confrontarse con la integridad del
V101 1 N( '1A Y COR1 )RAI 1DAD
, con la disponibilidad inerte de otos objetos que
sentan a la percepción como entidades en sí mismas
Como forma y modalidad del actuar, la experiencia de 1. as de sentido y, al mismo tiempo, señaladas por su
la violencia conlleva siempre correlativamente la idea de tipación o no en diversos ámbitos pragmáticos e ins-
cuerpo. No hay acción que no se apuntale sobre el cuer- ntales.
po, que no se acompañe de una afección, de la conciencia saberes sobre el cuerpo participan de manera crucial
de esa afección y de la expectativa de la afección del otro. concepciones de la violencia, en la forma de orientar

32
DES DE LA VIOLEN'. IA 33
el impulso de engendrar sufrimiento, y culminan en la sujeto sobre su propia acción: percibe la acción, la orienta,
alienación instrumental del cuerpo y en su reificación, en la acentúa, la intensifica y toma conciencia, parcial y total-
la transformación de cuerpo y acto violento como mercan- mente, de este actuar sobre la acción misma. Esta composi-
cías y como instrumentos estratégicos de poden Esta com- ción de la acción, este actuar sobre el actuar, transforma el
posición entre la faceta instrumental de una pragmática de sentido de la acción: la modaliza, pero acentúa la presencia
la violencia apuntala una afección propia del sujeto en la y la opacidad de la relevancia del cuerpo: su intervención
modernidad: la desolación tecnológica, la experiencia de ex- se significa, para sí mismo y para el otro, de manera paten-
trañamiento de sí, de los otros y del mundo, derivada de la te o alusiva, perceptual o imaginariamente, interpretativa o
aparente autonomía del orden tecnológico y de la incorpo- mostrativamente. Surgida y arraigada en el cuerpo, alienta
ración de modalidades de la violencia al dominio de la tec- imágenes e improntas del cuerpo propio o ajeno: exhibe así
nología. Las "tecnologías de la violencia", al participar en la una calidad peculiar de referencia a las diversas formas de
esfera moderna de la autonomía tecnológica, abandonan su vida. Sin embargo, el cuerpo se conforma como sustrato,
raíz política e histórica, sus dependencias sociales y se con- materia y sustancia de la expresión, como forma de senti-
vierten en un ente, con su propio régimen pragmático —una do, como modo de incidir en la conformación significativa
manera de "actuar" por sí misma, con su propio tiempo, del mundo. Pero también exhibe las huellas de su génesis:
su historia, despliega la apariencia de un proceso vivo—; se surge y se modela desde la existencia y la mirada extra-
yergue socialmente como una entidad fetiche que se inser- ña. De ahí la modalidad compleja del vínculo con el otro:
ta en la vida humana como un ser a un tiempo dotado de identificación y extrañeza; el otro modela el mundo propio
historia y vida propias, pero capaz de modelar y controlar como una prefiguración de sí mismo, pero esta asimetría
las formas de vida, inscribe en ellas su propia historicidad. señala, a la vez, la imposibilidad de consolidar cualquier
Sólo que las violencias que engendran e inducen estas "tec- identidad.
nologías de la violencia" parecen surgir de sí mismas y pro- El cuerpo se forma a imagen del otro, pero al mismo
yectar su racionalidad, sobre todo el entorno, hasta impreg- tiempo se revela como radicalmente singular. El cuerpo es
nar cada recodo de la vida. No obstante, esta racionalidad, la señal de la propia identidad, irreproducible, irrepetible.
arrancada en apariencia de sus raíces sociales, y validada No hay sino singularidad: si bien el cuerpo imita al otro, a
por su propia eficacia, doblega la vida de las poblaciones, los otros, lo hace para acentuar su propia identidad irre-
implanta ritmos de comportamiento y de trabajo, señala ductible, sin referencia, sin posibilidad de una equipara-
umbrales y estilos de consumo, disciplina los cuerpos, y ción propiamente dicha. El cuerpo incorpora los patrones
segmenta y señala los espacios. Hace surgir el sentimiento del otro, las efigies sociales, las prescripciones icónicas de
fantasmal, ominoso, de que la historia humana y su vida la cultura, pero lo hace transfigurándolas por impulsos sin-
emanaran de la racionalidad misma de lo tecnológico inte- . gulares de conformación de las potencias corporales y de
grado plenamente en una "lógica" de la violencia. sus alcances expresivos. El cuerpo surge de esta dialéctica
El sentido de la acción nunca es inequívoco: su oscuri- compleja a la que Marcel Mauss (1973) aludió en su tex-
dad deriva del hecho de que surge siempre de un actuar del to, "Les techniques du corps", con el término de habitus: el

34 RASMUNDO MFLli GAS/ MODALIDADES DE LA VIOI FNCIA 35


cuerpo emerge como desenlace singularizado y colectivo,
No obstante, fruto de la confluencia entre lo singular de
patente e histórico, subjetivo y colectivo de las "técnicas
las identificaciones y las potencias, y los modos históricos
del cuerpo", de las estrategias de ~delación social del
de incidir de las estrategias instituidas de modelación de
cuerpo. Estas técnicas involucran un modo inconsciente de
los cuerpos, las "técnicas del cuerpo" no dan lugar a un
adecuar el cuerpo a las efigies construidas según un régi-
código, no revelan un sentido prescrito, no se ofrecen a una
men de prestigio, un modo de concebir y calificar la fuerza,
lectura inmediata. El cuerpo desmiente todo desciframien-
un modo de dar sentido a las capacidades, las potencias y
to, toda significación obstinada. El destino de los cuerpos
las destrezas no sólo físicas, sino también anímicas.
es conjugar, es responder a esos trazos indelebles, reco-
No hay cuerpo que no emerja de la incidencia con-
brándolos como formas abiertas, indeterminadas; como
formadora de estas técnicas que, a su vez, surgen como
formas indeterminadas de expresión. Así, los cuerpos, tro-
acontecimiento y como generalización. Derivan de los
quelados por una disciplina íntima —al mismo tiempo so-
destinos propios, singulares, del deseo y de la identifi-
cial y propia—, llevan inscritos no destinos inapelables, sino
cación, tanto como de los mecanismos sociales de valo-
horizontes potenciales, secretos, de un destino inaccesible
ración y de prestigio; suponen un trabajo inconsciente,
para todos, incluso para sí mismos —de ahí la revelación
secreto, inaccesible, de modelación reflexiva del propio
estremecedora del cuento de Kafka, En la colonia penitencia-
cuerpo a partir de las afecciones, potencias, creaciones y
ria (Kafka, 1994), expresión alegórica de la tragedia de los
fracasos de su acción. Esas técnicas implican ya la inscrip-
troqueles avasallantes, silenciosos, del cuerpo. No hay, por
ción en el mundo del sujeto de las marcas de un origen y
lo tanto, una impronta mecánica, una disciplina inequívo-
un destino de la propia subjetividad, pero inscriben con
ca y uniforme que talle el perfil y que hable la historia y
líneas simbólicas, acaso indelebles, las líneas directrices
la experiencia del cuerpo. La disciplina emerge como un
de un destino. El cuerpo despliega significativamente una
acontecer: algo que adviene al cuerpo para señalarlo en su
identidad social cuyos márgenes se llevan troquelados,
singularidad, pero sometido a la presión estereotipante de
impuestos como una fuerza implacable de la norma. El
las instituciones, soportando el impulso equívoco de las re-
cuerpo se somete a una forma de la experiencia afectiva
sonancias simbólicas de la historia.
y simbólica que señala los linderos de su horizonte. Estos
linderos son más una forma potencial que un imperativo,
pero tienen la fuerza de la fatalidad; señalan el vínculo
CUERPO Y RIt.GIMEN PRAGMÁTICO DE VIOLENCIA
del cuerpo con el juego de determinaciones culturales.
COMO MODALIDAD DE: LA ACCIÓN SIMBól ACÁ
Pensar la violencia implica ponderar la realización de
estas potencias del cuerpo derivadas de su modelación
Derivada de un régimen pragmático, la violencia no ema-
"técnica", disciplinaria, de las afecciones que supone esta
na de las condiciones puramente estructurales de lo sim-
modelación y su incidencia en el mundo de lo propio, tro- bólico. No es posible advertir en la trama de lo simbólico
quelado por un discurso silencioso, tácito, capaz de anti- algún rasgo que haga patente una violencia inherente a las
cipar calladamente el horizonte de la propia vida. formas instituidas como sustrato de la expresividad. No
36 RAV PIINDO F ILA GNRAA
MODALIDADI III I A VIOI I NICIA 37
es posible sustentar la noción de violencia derivada mera- otra. No hay violencia originaria. Las diversas modalidades
mente del modo de estructuración de lo simbólico. No es de la violencia responden a otras violencias que las desatan,
posible derivar comprensión alguna de la violencia a partir que las acotan, que las llevan a una intensidad en ascenso o
de la forma abstracta y patentemente arbitraria tanto del a su mitigación. De ahí la necesaria reconsideración de las
lenguaje como del entramado relacional que se despliega reflexiones jurídicas sobre el "origen" de la violencia y el
en lo simbólico y le confiere su fuerza expresiva. Más bien, sentido de la responsabilidad. El acontecer no es la violencia
la violencia define una modalidad del juego de fuerzas y en sí, sino las modalidades de la acción, cuyo sentido advie-
su regulación, sus asimetrías, sus quebrantamientos y sus ne como violencia. La forma y el sentido de la violencia se
desequilibrios. Involucra, así mismo, la confrontación en- manifiestan como una expresión modal de la acción simbó-
tre calidades expresivas de la acción. Pero la expresividad lica. Son estas diferentes modalidades las que derivan de
de la acción apunta primordialmente a la naturaleza del la "forma de la experiencia" asumida como violenta. Estas
vínculo con el otro y asume, por consiguiente, un alcance modalidades derivan de múltiples factores: de la posición
ético. Podemos hablar, en lo que parece un vuelco paradó- subjetiva frente al propio actuar y el actuar del otro, de la
jico, de una ética inherente a la violencia. No un quebranta- aparición de la acción en el entorno institucional -con su
miento de la ética, sino su transfiguración radical. No hay propia dinámica de segmentación-, que alienta una cier-
acción humana al margen de la ética. Ésta emerge del vín- ta interpretación del juego de las acciones, del sentido del
culo con el otro, que es constitutivo de la propia subjetivi- entorno -"contexto"'-, del modo de darse de la integridad
dad. No sólo estamos, como sugiere Merleau-Ponty, "con- del mundo como un entorno dotado de un sentido integral
denados al sentido" (1945), sino que estamos "destinados" y denso. Así, la violencia no puede pensarse sino inscrita en
a la secreta dimensión ética que señala el modo de darse la realización pragmática -en los modos de acción- que da
del vínculo con el otro. Así, toda expresividad -y, por con- cuerpo a las forma de organización simbólica de la sociedad,
siguiente, la dimensión expresiva de la violencia- supone en sus modalidades, en las facetas imaginarias de su tras-
una modalidad del régimen ético propia de las pautas de misibilidad; es decir, en las dinámicas mismas de la cultura.
intersubjetividad y de interacción. La forma del lenguaje y La violencia deriva su visibilidad, su aparición como
de la materia expresiva -comprendido el cuerpo- surgen proceso inteligible, de la relación entre las modalidades de
como una condición potencial de las diversas modalidades la acción y los patrones instituidos de regulación; de ahí
y fuerzas de la interacción y no como el sustrato, la fuente, su íntima correspondencia con los regímenes normativos
o el agente, de la violencia.
No hay remplazo para una subjetividad -individual o co- =Entendemos -contesto- como el ámbito de sentido abierto y dinámi-
lectiva- como agente de la violencia, pero esa agentividad co propio de una situación de interacción. Está contorMado por la con-
es equívoca; se engendra en el vínculo mismo, deriva de la currencia de factores: determinaciones instituidas y patrones estables,
culturalmente identificables de acción, patrones subjetivos derivados
modalidad del vínculo con el otro. Habrá que poner enton-
de la propia estructura cognitiva y pulsional de quienes participan en
ces el acento sobre el carácter puramente "secundario" de el intercambio, y procesos de sentido creados por la conjugación e inte-
toda violencia. Una modalidad del acto violento responde a gración de los procesos de significación al curso mismo de la interacción.

35 39
y de juridicidad. Pero su sentido colectivo emana también man por objeto actos prescriptivos o actos prohibitivos. Los
de la tensión y la inconsistencia entre los ámbitos de nor- primeros velan su visibilidad, los segundos la exacerban.
matividad —la presión conjugada, de muy diversas normas Transforman con ello su sentido: las primeras apuntalan
institucionales, con distinto grado de necesidad y de fuerza la necesidad, la "naturalidad" de la norma, los segundos
imperativa en las diversas circunstancias de la acción— y el exhiben el juego de poder. Así, el dualismo propuesto por
arraigo simbólico de los distintos patrones sociales de inte- Benjamin revela un espectro cambiante de visibilidades y
racción. En efecto, cada cultura reconoce, señala, nombra y estrategias de poder, pero también pone de relieve la gé-
consolida diversos patrones de interacción. Les confiere di- nesis de incalculables modalidades de la violencia, de su
versos grados de necesidad y cierta inscripción en su conste- visibilidad, de su arraigo en la experiencia. Más aún, este
lación simbólica. Establece las condiciones de su vigencia y dualismo no involucra una alternativa entre violencias,
el vigor de.u integración con los regímenes jurídicos; señala sino la composición de su doble naturaleza, que se expresa
también los límites de cada aplicación normativa. La rela- al mismo tiempo diferencial y simultáneamente. Esta vio-
ción entre estos patrones no abarca todos los ámbitos de ac- lencia dual, refractada en el acto prescriptivo y en el acto
ción. Hay grupos incalculables de acciones no normadas, un prohibitivo, se despliega en todas sus posibilidades en
inventario indefinible de acciones no calificadas por el régi- cada una de las modalidades y las fracturas de la interac-
men jurídico. Y, por otra parte, acciones que son enjuiciadas ción: en principio como afirmación de la asimetría de las
de manera discordante y simultánea por la institución reli- identidades y de reconocimiento, luego como instauración
giosa, médica, jurídica, familiar, incluso lingüística, son so- de una supremacía, que señala un ascenso de intensidad
metidas a distintos criterios de prestigio o de exclusión, son de la fuerza, las estrategias de control y de las calidades
condenadas o ensalzadas según criterios no congruentes e de la dependencia o de la ruptura. La violencia se moda-
incluso incompatibles. Las múltiples normas locales que ri- liza gradualmente: de desconocimiento a subordinación,
gen cada interacción se revelan extrañas a la lógica y a la sometimiento, exclusión, estigmatización, desaparición y
institucionalidad del derecho, ajenas también a los criterios aniquilación. La violencia transita así por modos de ges-
de clasificación y valoración jurídicos. En esta composición tión de la identidad a la desaparición, que suponen las for-
de intersticios de lo normativo y lo jurídico, que rigen en mas de equilibrio y desequilibrio social que culminan en
el juego de los vínculos colectivos, es en la que surge una modalidades de la exclusión y cuya expresión extrema es
extraña paradoja: una violencia que va de la extrañeza a la la aniquilación y el exterminio.
anomalía, (le la anomalía a la monstruosidad.
Benjamin, en su notable reflexión sobre la violencia
(1988), reconoció en ella dos facetas aparentemente irre- Viou víNuLto l IAINI RAÑI7A
ductibles: la que es inherente a la instauración de la norma ENTR1 IVIDAD S DI,R11 11( 1

y aquélla destinada a su conservación, a la preservación


de su fuerza imperativa. Podríamos advertir que estas dos La reflexión sobre la violencia, en la modernidad, no pue-
fuerzas cobran modalidades distintas cuando, a su vez, to- de consolidarse sin una crítica del derecho, como modo de

10 (un( MODAI inninr. in invi I iwan 41


darse de una normatividad cuya institución se autonomiza jurídico es, así, al mismo tiempo plenamente estructurado
en las formas contemporáneas de gobierno, cob ra un pa pel a partir de las condiciones históricas de lo jurídico, pero su
decisivo, no sólo en la gestión de la violencia, sino en las fundamento burocrático le impone una racionalidad que lo
estrategias contemporáneas de control. Así, las expresio- torna extraño al universo de la ley.
nes diversificadas de la normatividad se "refractan" en el El orden burocrático es radicalmente ajeno a las condi-
espacio del derecho que se vuelve, simbólica y pragmática- ciones de universalidad, generalidad y validez propias del
mente, dominante en el marco de las democracias contem- proyecto de juridicidad de la modernidad. El vínculo entre
poráneas. No obstante, ocurre una relativa exterioridad el dominio burocrático y la estructura jurídica impone una
de la normatividad de las instituciones sociales, surgida y calidad específica a la pretensión de autonomía del orden
consolidada a partir de las formas de intercambio social jurídico, lo impulsa a generar una racionalidad equívoca
complejas, ante la institución dominante del derecho. Esta derivada de su alianza estructural con el aparato burocrá-
relativa extrañeza se conjuga con una radical correspon- tico. Como se sabe, la racionalidad burocrática es extraña
dencia. En última instancia, todo conflicto normativo ape- a la lógica del intercambio social. Impone un régimen de
la a la intervención decisiva de la institución jurídica y se gestión autónomo indiferente a la acción y a los intercam-
ciñe a ella. Esta conjugación de extrañeza e intimidad entre bios colectivos, en los que debería encontrar su fundamento
la norma instituida y la institución jurídica señala no sólo y su raíz, contraviene nítidaMente las formas canónicas de
una tensión interna en el dominio de la juridicidad, sino la contractualidad; impone otra visión asimétrica, tiránica,
también modalidades de la violencia que germinan y pro- es decir, contradictoria, del contrato; consagra la paradoja
liferan en los márgenes del ejercicio jurídico. Estas violen- de un contrato jerárquico, extraño a los intereses de una de
cias instituidas, institucionales que emergen en la periferia las partes, establecido contra su voluntad, pero irrenuncia-
del derecho, incluso extrañas a él, son capaces de poner en ble. El extrañamiento de la burocracia al invadir la esfera
entredicho no sólo su función dominante, sino incluso sus jurídica revela la invalidación de la contractualidad, hace
fundamentos sociales. prevalecer los mecanismos meramente administrativos que
Paradójicamente, estas modalidades periféricas aunque logran el dominio del orden burocrático como condición de
instituidas de la violencia social no ocurren en los márgenes aplicación del ordenamiento jurídico. La aplicación burocrá-
de lo social, sino en el seno de lo social mismo. Los espacios . tica de la ley instaura así un régimen de violencia velada por
de silencio, o de enrarecimiento del derecho, proliferan en el discurso axiológico de la propia institución jurídica.
la trama instituida de los intercambios sociales. Si bien la Por otra parte, la exacerbación flagrante de una forma equí-
cultura conlleva de manera inherente la norma y el régimen voca de la contractualidad está sustentada en las ficciones de
institucional, en la modernidad, el aparato legal conforma la representación política, también sometida a las determina-
una maquinaria burocrática particular, propia. En ella par- dones de la racionalidad burocrática. Esta invasión burocráti-
ticipan, de manera inextricable, las racionalidades moder- ca de lo político introduce otras modalidades de la violencia,
nas del saber, la acción y la racionalidad burocrática, y las expresadas corno estrategias de control simbólico, no menos
exigencias intrínsecas a la institución jurídica. El aparato veladas por los mecanismos formales de las ficciones de la

MODA''. 93
representación. En la gestión democrática, las fuerzas de en la esfera de la cultura y con la presión infatigable de
instauración del derecho se bifurcan: quienes legislan y formación de lo social. Por el contrario, es posible en-
quienes aplican la ley suponen capacidades diferenciadas der que el sujeto está impelido, individual y socialmente,
de instauración de un nuevo régimen jurídico. Los prime- umir, a dar sentido y a responder a dos momentos de la
ros por adecuación normativa, los segundos por adecua- olencia: la violencia sufrida, y la ejercida, a comprender
ción pragmática; es decir, por la aplicación singular de la aentrelazamiento con la trama heterogénea de acciones, a
norma general a eventos singulares ambos transforman el -alar las condiciones de su génesis y a anticipar los juegos
régimen jurídico, para preservarlo. No obstante, estos ac- tercambios alternativos, interpretables como secuencia y
tos —legislativo y aplicativo— involucran modalidades de ela de las perturbaciones de sí mismo, de su esferas de
violencia diferentes. En sus dos vertientes: la instauración culo, del mundo cultural mismo.
normativa, y la conservación y preservación del derecho, el De este modo, las modalidades de la violencia acompa-
dislocamiento inducido por la plena vigencia de la raciona- a todo vínculo de intersubjetividad, de interacción y
lidad burocrática engendra violencias suplementarias en el intercambio, en sus diversas fases, engendrando senil-
ejercicio jurídico contemporáneo. El catálogo de las violen- s y experiencias distintos de la violencia: desde violencia
cias engendradas por el ejercicio burocrático de la creación umida como "naturalidad" hasta violencia experimenta-
jurídica y su aplicación no alcanza a ser enumerado y, sin como voluntad y vocación de degradación absoluta y
embargo, reclama una clasificación propia en el espacio ju- erminio. Se advierte el destino y la resonancia disyun-
rídico. La reflexión sobre la violencia, así, da lugar a una os entre las modalidades de la violencia sufrida y de la
particular hermenéutica jurídica sustentada en la relación lencia experimentada, sin que haya una relación estricta
puramente instrumental entre el sujeto y su instrumento. un tránsito evidente de una a la otra.
El delito emerge como un uso "ilegítimo" de la violencia.
El régimen jurídico implica que la violencia comienza en
la decisión autónoma del sujeto, que realiza un uso instru- LENCIA COMO RÉGIMEN POTENCIAL DE DIFERENCIA

mental de algo, la violencia, para lograr algo. La lógica de IMETRÍA EN LA CUI FURA

la eficiencia define por completo la violación de la norma


jurídica. De esta manera, el "uso" de la violencia se hace vi- gendrada por la dinámica de lo social, surgida de las ten-
sible en las diversas esferas de la vida social: en lo público, lo ones y las fracturas en las inflexiones de la intersubjetivi-
privado y lo íntimo. En cada una de ellas, afirma su autono- :d, en las rupturas e imperativos del intercambio, en las
mía instrumental; surge, así, marcada por una calificación e es complejas de la reciprocidad, es posible admitir que
incorporada en una taxonomía. Exige una intervención nor- violencia —entendida como la experiencia sintética e in-
mativa; las conmociones de las acciones perturbadoras, ex- adora de todas sus modalidades— participa de manera
trañas, exorbitantes o quebrantadoras se conciben ala luz de dinal no sólo en la conformación del sujeto, de los víncu-
la voluntad de inmutabilidad de los patrones de identidad sino de lo social mismo. Es una dimensión constitutiva
social; se confrontan con el deseo imposible de invadan- la cultura, y la que señala la naturaleza y la orientación de

(1 , 1 r1/41 p
LIDADES DE I, F r 45
sus transformaciones. La antropología ha sostenido la tesis tiene sentido sino en los escenarios objetivados de las con-
del carácter constitutivo de los procesos de intercambio en la frontaciones de poder. Desplegada corno objeto en el espa-
conformación de lo social. Los mecanismos de intercambio cio público, la violencia parece separarse del acto. Emerge
incluyen no solamente los mecanismos fundamentales de la como "independiente" del proceso de intercambio; suscita,
solidaridad, sino también los mecanismos de reconocimien- por sí misma, independientemente de la singularidad de la
to y de formación, de creación y de preservación de lo jurídi- situación, de los sujetos, de los escenarios, de las condicio-
co, de la implantación simbólica de la identidad en todos los nes, un sentido y una taxonomía.
niveles de integración de lo social; comprende no solamente Se puede asumir por consiguiente la ubicuidad pertur-
las formas de interacción individualizada, sino de la interac- badora de "la" violencia, cuya aparición parece emanar de
ción imaginaria que se desarrolla entre la comunidad y sus los cuerpos, las afecciones, la dinámica pulsional, los im-
miembros, y entre diferentes comunidades. Toda experien- pulsos autónomos de la imaginación; impregna relatos y
cia de identidad deriva entonces de los patrones de inter- testimonios, aparece de manera abierta o latente en las na-
cambio, compromete procesos de reconocimiento basados rraciones escatológicas, siempre en las zonas de penumbra
en la interacción; con ello, engendra tensiones y enclaves que separan los fantasmas de la ficción y la reminiscencia,
potenciales de las múltiples modalidades de la violencia. las diversas expresiones de la evidencia, pero se hace per-
De esto deriva una consecuencia crucial: la violencia no ceptible también en la instauración de formas integrales de
solamente es intrínseca a la cultura, define modalidades de comprensión del mundo —institucionalización de conoci-
vínculo —y no su fracaso—; define dinámicas, tiempos, ritmos, mientos y saberes, aprehensión de los valores éticos, cons-
desplazamiento de intensidades pulsionales y afectivas, trucción de teleologías y experiencias estéticas. Puebla así
modos de darse de los actos verbales, calidades del seman- los espacios mínimos, los ámbitos ínfimos que participan
tismo, expresiones de lo estético. Acaso, las reflexión más en los distintos aspectos de construcción de la identidad,
relevante no es, por consiguiente, sobre una comprensión incorpora a los individuos y a los agrupamientos colecti-
general de la violencia, sino sobre la emergencia y expresión vos; se revela con un perfil perturbadoramente nítido ahí
de sus modalidades, y sobre las condiciones en las que la donde se encuentra comprometida la génesis o la fuerza
violencia califica, a su vez, las calidades y las estructuras de afirmativa de las identidades, individuales o colectivas.
la experiencia, señala los perfiles de una memoria, estable-
ce las fases de una transfiguración serial de los comporta-
miento, hace reconocibles las dinámicas morfogenéticas de VIOLENCIA IDEN LI 'AMA, VIOLENCIA DE RECONOCIMIENTO:
lo social —es decir, la dimensión de lo político— en el dominio INFLEXIONES DEL PENSAMIENTO DE GIRAR!)
expresivo, estético. Pero también la violencia incide en su
propia visibilidad. La violencia cobra su fuerza instrumental Ahí donde se afirma la identidad, se asumen implícitamen-
en el dominio político al objetivarse en el ámbito público. Se te múltiples e indeterminadas modalidades de la violencia,
puede hablar, así, de un fetiche análogo a la mercancía, de potencial, realizada o tácita, expresiva, corporal, imagina-
que la violencia fuera "algo" que "se usa", pero este uso no riamente: estigmatización, sometimiento, subordinación

46 PAYMEINVO MIFR UAHIA MODALIDADES PF I A VI011 N( IA 47


o destrucción real de los cuerpos y sus entornos. La afir- construidas como espejos asimétricos -identidades propias
mación de la identidad se da ineludiblemente en la lucha tanto de la tiranía como del fundamentalismo y el vértigo
-bajo modalidades de acción violenta- de reconocimien- del vínculo sectario. El fundamentalismo involucra específi-
to que no sólo es confrontación y separación, diferencia camente un modo de la violencia cifrado sobre identidades
y jerarquía, sino alianza y reciprocidad. La instauración peculares que extinguen la sola sombra del otro, un vérti-
simbólica de la identidad se revela como una de las raíces 1.e de identidad común cancela el intercambio abierto entre
cardinales de la violencia. Corno se desprende de la explo- tidades distintas; sujetos y colectividades capturados en
ración de las condiciones genéticas de la violencia en las este
. juego excluyente de espejos asumen la fantasía de la in-
reflexiones de Girard (1977), la identidad surge no sólo del , ariancia edificada sobre la exigencia de la pureza. Ocurre
vínculo con el otro, sino de la confrontación de reconoci- a clausura -la monstruosidad- de lo social: un vínculo de
miento, la lucha con el otro -eventualmente mortífera- a identidad sin intercambio, la muerte de lo social mismo; ins-
partir de la concurrencia imaginaria de deseos en pugna taura la vigencia excluyente de un perfil colectivo, unifica-
por asumir el dominio o la posesión de un objeto, o un re or de actos, valores, finalidades e identidades. Este perfil se
pertorio de objetos, privilegiado. El proceso de reconoci- :Expresa en un apego exacerbado a una condición de verdad
miento tiene así un doble sentido: por una parte, refrenda rimigenia -a un origen y un destino únicos-, consagrada
la identidad, confirma el vínculo con el otro -un vínculo al or un marco único de creencias, a un orden normativo ima-
mismo tiempo identificatorio y agonístico- e instaura una ginariamente consistente y denso -al que no escapa acto al-
esfera compartida de lo simbólico entre los sujetos; por la guno y que parece obedecer a un inquebrantable y secreto
. .
otra, construye un dominio de confrontación asimétrico rincipio unificador- que exige una concordia interpretativa
cuyo desenlace no puede ser sino una jerarquía y una de- implacable, aunque imposible. El fundamentalismo excluye
pendencia, y en el cual los sujetos se enfrentan en virtud de desapego, la discordia manifiesta, la desviación esbozada
la identidad potencial de sus objetos de deseo. d flagrante, la salvaguarda de la experiencia propia, el acen-
,.
El desenlace del reconocimiento es también equívoco b sobre las singularidades. Concibe estas extrañezas como
crea y define las identidades a partir de la lucha, instaura Vita violación o una amenaza, como una violencia dirigida
la norma y la obligatoriedad, establece una dependencia re a la colectividad, surgida desde la extrañeza de lo otro. La
cíproca, pero también hace patente la finitud de la acción fíala como lo condenable, como el mal, evidente o larvado,
el fracaso, la imposibilidad, la derrota de la satisfacción. 'resurgimiento de lo estigmatizado, como la aparición del
Finalmente, el enfrentamiento en esa lucha tiene un punto al, la impureza, la contaminación.
limítrofe, la muerte -real o simbólica- de alguno de los con- Esta amenaza es doble: no solamente la aparición del
tendientes; la aniquilación del otro, de lo diferente. El desen- Peligro, la amenaza que emerge ante el vínculo unitario,
lace es trágico: la supresión del otro en su singularidad. El que aterra y suscita la violencia es también la condena
otro queda capturado en la esfera del dominador quien, a su ,e1 contagio. El mal se propaga por la misma vía que la
vez, toma su autoridad y su jerarquía de imponer al otro la identidad: por la contigüidad, por el contacto, por los hilos
degradación del sometimiento. La paradoja de identidades de la identidad. El mal y la podredumbre emergen de lo

1.11, MODALIDADES DI [ 49
otro, de lo diferente; el otro disemina la contaminación que da exigencia de mimesis y especularidad; ocurre en toda
amenaza siempre con propagarse, desbordando todos los colectividad con pretensión de cohesión y de identidad
linderos. Dejado a su impulso lo impregna todo. Para ese nominal y normativa inequívoca.
fervor a la identidad unitaria, desde el acto impuro que Girard enfatizó el papel constitutivo de lo social que
irrumpe y quebranta se disemina la fractura, se corrompe juega esta violencia orientada a la sublimación sacrifi-
lo social, se degrada el vínculo que integra la comunidad cial. Su finalidad es volcar la violencia purificadora so-
hasta minar toda certeza, todo ordenamiento; hasta que- bre lo distinto, lo extraño, lo inabarcable o lo incalificable,
brantar desde su raíz las referencias simbólicas que dan su y transformar esta violencia legitimada colectivamente
forma al mundo, que sustentan la creencia colectiva. En en fuerza de consolidación del espejismo de la mimesis
esta esfera especular, la extinción del vínculo con el otro Y la identidad colectivas. La aniquilación ritualizada en
asumido al mismo tiempo como irreductible al propio uni- nombre del impulso unitario de la identidad. No obstan-
verso, pero también como condición del propio existir en te, hay una proposición de carácter especulativo que in-
una colectividad integral, se acompaña de una necesaria terroga la aproximación rigurosamente antropológica: el
aprehensión del otro como amenaza. presupuesto eje de la perspectiva de Girard, que es, sin
Pero esta amenaza de la irrupción de lo irreductible, embargo, inquietante por su apelación tácita a una condi-
del acontecer de lo otro en el seno mismo de la integridad eión o su anclaje en una tesis innatista. En
y de la fuerza cohesiva de la comunidad no es privativo esta perspectiva, esencial al impulso vital, humano, de la
del fundamentalismo o del endurecimiento hermético de acción, se encuentra una propensión constitutiva a la mi-
la secta. En estas dos formas de la colectividad —el funda- mesis de apropiación. Este concepto, de manera explícita,
mentalismo y la secta, por otra parte tan próximas entre apela a un doble interrogante: la vocación mimética de
sí— se revela de manera inequívoca, patente, exacerbada, o humano y la noción trascendental de la apropiación.
la "voluntad de pureza", que alienta todo lo sagrado, esté Su articulación afirma, implícitamente, un destino inelu-
o no referido al mundo de las religiones constituidas. dible, trágico, la confrontación con el otro, sobre el eje del
Empuja a la exclusión de lo otro. El anhelo de pureza se deseo, hasta la exclusión o la aniquilación del otro.
acompaña con la exigencia ineludible de actos que supri- Esta tensión originaria en la conformación de identidad
man lo contaminado, que curen, que supriman la maldad. deriva en modalidades equívocas del vínculo que, para
Se vive febrilmente la necesidad de la extinción sacrificial crear y sustentar la cohesión colectiva, reclama un acto
de lo diferente, lo inconmensurable o su efigie simbólica. sacrificial, gestos y expresiones brutales de violencia, que
Se da de manera implacable la puesta en acto de la más suscitan afecciones contradictorias. Por una parte, funda
intensa violencia excluyente, la libre consagración a la vo- `én la muerte del otro, en su martirio o en su expulsión, una
cación de extirpar lo monstruoso, que no es sino lo dife- calidad extraña de la afección y el intercambio: conjuga la
rente, lo equívoco, lo abiertamente inaprehensible. Pero -Solidaridad, la identificación y la complicidad, teñidos por
esta violencia no ocurre sólo en estas formaciones con Ol fervor; por la otra, suscita la sospecha, la amenaza y el
pretensión identitaria extrema, gobernadas por la exalta- ;temor, por el carácter errático de la elección de la víctima

50 HAYpllIND0 `III E ODALIDADIS Pi [ A JI }LLÍ,( IA 51


sacrificial: en un momento dado, cualquiera puede ser el
preservación de las identidades, suponen una faceta
destino de la violencia purificadora, cualquier acto puede
cita o abierta que involucra y conjuga diversas moda-
ser concebido como amenazante, "distinto", impuro. El te-
dades de la violencia. Este "espectro de violencia" es
rror funda menos un criterio jurídico que una atmósfera. La
itsivo en la medida en que deriva de la ambivalencia
intensidad de las afecciones que alienta derivan de la con-
iopia del dualismo entre identificación especular —que
frontación diferencial de las fuerzas, de la capacidad para
'el límite es la precipitación en el primado de lo mis-
perturbar, trastocar o incluso devastar los patrones de la in-
o, de la invariancia y que está vinculado con las pa-
teracción colectiva; de ahí el vínculo necesario del proceso
tines narcisistas y, en última instancia, paranoides— y
sacrificial con la ritualidad. Sin ella, el impulso destructor, la
ineludible desasosiego suscitado por el otro, en su
violencia, se transformaría en un ámbito de una inestabili-
tentido irreductible, extraño radicalmente a la esfera de
dad extrema. Es el proceso ritual el que hace posible orientar
1 1i propio. El orden ritual conjuga en un régimen formal
esa masa contradictoria y discordante de afecciones, temo-
hesivo las experiencias individuales del conflicto y la
res, terrores, apegos, identificaciones y fervores en cohesión
enaza, y sus expresiones narrativas e interpretativas,
social. Es también el régimen ritual o ritualizante lo que da
a con ella una síntesis. Sin embargo, la síntesis ritual
lugar a experiencias, interpretaciones, identidades y concu-
e actúa sobre afecciones, identidades, inestabilidades
rrencias en un espacio normativo asumido colectivamente.
ncurrentes opera una síntesis adicional. Se deriva de
La fuerza cohesiva del ritual suspende la fuerza desqui-
S relatos pasados, de la edad de los simbolismos, de las
ciarte del acontecimiento —lo otro, la diferencia, sobre todo
amas expresivas de la memoria en juego en el proceso
cuando éste emerge como la expresión de una amenaza
tual, otra síntesis. Esta síntesis, que opera retroactiva-
surgida de lo indeterminado, lo que disloca o derrumba
ente sobre todas las expresiones relevantes del pasado
las taxonomías, lo que mina los hábitos y las certezas. Esta
splegadas en el proceso ritual, tiene no obstante una
amenaza cobra entonces un sentido extremo: se enlaza con
presión meramente alegórica en el ritual mismo. Otra
la muerte y con la condena, arroja la sombra de la finitud
tesis paralela se construye y se integra en el proceso ri-
sobre los tiempos míticos de lo social; de ahí, quizá, el pa-
al con el juego de expectativas, utopías, anticipaciones,
pel crucial de la muerte, como origen, como condición y
como destino de la violencia. El acto sacrificial, tal como lo
aseos que toman carta de ciudadanía en los tiempos ri-
ales. El ritual opera de este modo un marco que integra
enuncia Jacques Derrida (1999) es dar la muerte con todas
tiempos de la experiencia y los conjuga en procesos
las repercusiones que esta expresión conlleva. Pero no sólo
es el verdugo o la colectividad sacrificante quienes dan la
roe síntesis colectiva: disipa la fuerza de quebrantamiento
oducida por las exigencias de reconocimiento y la gé-
muerte; quien es sacrificado ofrenda su vida, da también
esis simbólica de las identidades.
la muerte, la propia. Es empujado hacia la muerte, pero
Girard ha iluminado, sin embargo, una faceta oscura
devuelve la muerte propia como don.
esta exigencia de síntesis: la violencia inherente a la
Es posible admitir en consecuencia que las interaccio-
bivalencia mimética propia de toda síntesis colecti-
nes de reconocimiento, que comprometen la génesis y
de la experiencia se articula sobre el eje del deseo. Su
52
ALIDADE5 UF amor N, IN
interpretación no es extraña a las tesis de {lege! ni a la sentido imaginario de la violencia objetivada y transforma-
célebre lectura de la Ferionzenologsh del espíritu propuesta da en "instrumento": da lugar a la calidad fetichista de los
por Kojéve (1947). No obstante, la tesis del carácter cons- "usos" de la violencia y de las entelequias simbólicas de la
titutivo de la mimesis de apropiación y sus consecuencias .violencia como medio para una finalidad. La objetivación
deriva en una contribución antropológica propia. Una de la violencia —que no es otra cosa que la fuerza derivada
de las consecuencias es ofrecer una luz adicional sobre del sentido del acto como acontecer que trastoca la trama
los procesos rituales que a su vez iluminan la experien- de los vínculos— en una figura y en un régimen simbólico
cia de lo sagrado. Más que derivados de un proceso de • hace evidente la esfera espectral, inagotable, desmesurada,
reconocimiento que confronta un sujeto con otro, la mi- del sentido violento del actuar.
mesis de apropiación produce un ámbito de concurrencia Todo actuar tiene esta dimensión singular, intempesti-
colectivo. El reconocimiento no sólo tiene como desenca- va, disruptiva: todo acto se ofrece potencialmente como
denante la confrontación entre sujetos, sino entre sujeto salgo perturbador: un enigma capaz de suscitar una gama
y colectividad, e incluso entre colectividades. En efecto, de afecciones que va de la curiosidad o la extrañeza al
como todo régimen erigido sobre la fuerza ambivalente horror o al terror, para despertar miedo, indiferencia o
de la identificación —narcisismo, agresividad, perversión, furia. La potencia del acto en sí es capaz de orillar al su-
sublimación—, el ritual despliega, en una matriz simbólica jeto a un repliegue sobre las propias certezas, a un apego
ordenada, estable, colectiva, esta violencia potencialmen- ;inexpugnable a la efigie que ha forjado de sí mismo, o
te disgregadora y la torna cohesiva. Todo ritual involucra bien, de arrojarlo al vórtice de la amenaza. La resonancia
siempre una restauración iniciática de la alianza, uno de perturbadora del acto despierta sentidos discordantes.
cuyos impulsos fundamentales es la identificación (en el El significado y la experiencia colectiva de lo violento
ritual se hace patente la diferencia y los vasos comunican- no puede sino surgir de la concurrencia interpretativa
tes entre identificación y mimetismo), y que supone como y narrativa de la perturbación o la perplejidad inducida
elemento esencial de la ritualidad el papel crucial de la por las acciones; sólo puede emanar del fracaso de la
experiencia —la memoria, la vivencia— en la incorporación tentativa hermenéutica para devolver al acto al dominio
simbólica del otro, por la vía de su muerte sacrificial o de de lo habitual, una vez que se lo enfrenta como una fuer-
su participación en la comunidad normativa. a que disloca las distintas calidades normativas y que
Si la cultura reclama para su incesante recreación y so- tbate la fuerza normativa tanto de prohibición como de
porte la fuerza articuladora del vínculo, el papel del ritual rescripción.
surge como el eje definitivo de esta composición de lo so- Las tensiones hermenéuticas surgen de las fracturas po-
cial y de sus procesos, de su dinámica. Su capacidad para enciales de la plenitud significativa del actuar —es decir,
producir una síntesis disyuntiva de las tensiones emana- ahí donde el sentido de la acción se desmorona y enrare-
das de las dimensiones del vínculo cohesivo —intersubje- e la relación dialógica con los otros— y con el sentido de
tividad, interacción e intercambio— hace patente la matriz otalidad involucrado en la construcción imaginaria de la
cultural de las modalidades de la violencia; hace surgir el ntegridad colectiva.

51 R4,ni . rnun rIlEk ODALIDADt 55


PRA( AJA I ICAS DF I A NORMA:
da en la fuerza indicativa y referencia! de los enunciados,
INS I I I IONAI MAD, INIIM:ANIMO 1 ltil:111(
y presente en todo lenguaje; de ahí, también, la experiencia
de que no podemos escapar del lenguaje y que no hay una
Una de las dimensiones cruciales del intercambio es su dimensión de sentido extrínseca a él. Más aún, no pode-
régimen normativo tanto objetivado como no objetivado, mos escapar de los lenguajes. El intercambio en la esfera
entendido como una concurrencia de patrones y hábitos tompartida de los lenguajes induce también una experien-
de acción, con validez colectiva. Esta validez surge de una da de participación colectiva y de identidad comunitaria.
condición: esta normatividad debe aparecer como régimen La fuerza normativa tanto de los enunciados ordenado-
discursivo; esto es, decantada en un régimen simbólico, res de la acción como de los gestos y desempeños corpora-
trasmisible generacionalmente y autonomizada, transfor- les significativos se inscribe permanentemente dentro de
mada en condición imperativa y constituida en una cons- los umbrales de la fuerza pragmática del lenguaje, de su
telación institucional y un régimen jurídico. Pero la fuerza capacidad para crear tiempo e inteligibilidad del presente,
imperativa de esta composición de hábitos surge de su ob- del pasado, del futuro. De su capacidad de engendrar un
jetivación en una esfera simbólica propia, con su propio sentido de lo posible y lo imposible; de ahí la experiencia
régimen y su calidad estructural específica. Se conjugan, incesante de una capacidad de lenguaje para troquelar la
así, el carácter estructural de los enunciados prescriptivos fisonomía de los sujetos, para definir por sí mismo y en vir-
y prohibitivos, y el carácter estructural de los propios ele- tud de su propia conformación estructural la naturaleza de
mentos simbólicos. El imperativo del lenguaje, de las enti- %los vínculos, para trazar y fijar los perfiles del mundo. La
dades simbólicas mismas, se une con el imperativo de los noción de cultura abarca una multiplicidad de "regiones
patrones normativos determinado por su expresión insti- normativas", de ámbitos de regulación y de control de muy
tucional. Es la calidad aparentemente autónoma de lo sim- diversa índole y con un dominio propio. La cultura impli-
bólico la que le confiere su fuerza indicativa (referencial) ca una conjugación de normas thlenutchnias y simultáneas,
a los enunciados normativos; constituye también su capa- aunque heterogéneas, que expresan distintas modalidades
cidad para integrarse en procesos pragmáticos capaces de de institucionalidad y que imponen sus pautas prescripti-
regir los criterios de verdad, de veracidad y de valor. Pero vas y prohibitivas con distintos niveles de intensidad y de
es así mismo lo que permite al enunciado normativo co- obligatoriedad. Pero esta fuerza no es invariante ni cons-
brar también una proyección temporal —significar a su vez tante: en cada situación, ciertas pautas instituidas se eclip-
origen, destino, pasado, porvenir— y una capacidad prag- san, suspenden su relevancia, su perceptibilidad, disipan
mática. Con ello, el espacio normativo es capaz de crear o intensifican su eficacia ordenadora. Estos distintos regí-
por sí mismo un régimen de inteligibilidad, de las propias enes normativos tienen una presencia al mismo tiempo
acciones y de las de los otros. constitutiva y espectral: se hacen presentes como marcos
La experiencia de la existencia autónoma del lenguaje y ineludibles, evidentes, o participan de las condiciones de
de su propia fuerza imperativa deriva de esta objetivación intercambio y de las formas de vida como una atmósfera,
simbólica, de ahí una potencia imperativa difusa, expresa- como un trasfondo, como una potencia al mismo tiempo
56
41 IAR GARZA ODAI IDAPI E;, ;II I NI IA 57
evidente e insustancial, imaginada. Modelan y orientan, en Su condición de "naturalidad" parece emanar de todos los
esta incidencia compleja, heterogénea, modalidades onto- procesos de identidad e impregna las categorías cogniti-
lógicamente diferenciadas de la acción y del sentido.
vas, los procesos de reconocimiento, la fuerza afectiva de
De este modo, el entramado de intercambios emerge de
las expresividades. Con los mecanismos de violencia en
esta composición de fuerzas y potencias heterogéneas. En
la pugna por la identidad, se conjugan diversos recursos
cada situación, las prescripciones y prohibiciones -que se
de fuerza de la normatividad objetivada: ésta engendra y
presentan como hechos "naturales"- de la cultura modelan transforma, a partir de sus distintos modos de implanta-
la interacción de manera silenciosa. Y, sin embargo, al mis- ción, universos de categorías y ámbitos de relaciones; tam-
mo tiempo, incorporan la fuerza incidente de las diversas bién valida reglas para los procesos de inferencia, consolida
instituciones cuya fuerza modeladora incide con distinto pautas de interpretación de las acciones e incluso orienta
grado de relevancia: un intercambio involucra simultá- las sensaciones, fragua la percepción y enmarca la efusión
neamente, pero con distinta fuerza imperativa, las formas de las afecciones. A estas fuerzas se añaden otras: aparecen
instituidas de parentesco, prestigio, diferencia de género, las violencias imperativas de la juridicidad derivada de los
estrato social, segmento económico, religión, universo la- fenómenos de intercambio.
boral, entre muchas otras, y lo hacen en condiciones que Es claro que el intercambio supone un orden jurídico y
suponen una relevancia diferenciada de cada una de esas que crea condiciones para instaurar su propia condición ju-
presiones normativas. En ocasiones, la diferencia de géne- rídica. El intercambio crea y ratifica el orden jurídico; de ahí
ro establece una condición dominante, en otras es la tra- su dinámica compleja y los procesos simbólicos también
ma religiosa, y en otras más son las prácticas derivadas del extraordinariamente heterogéneos y en juegos de interac-
consumo propio de cierto segmento económico, o bien las ción tan intrincados. Operan así, de manera diferenciada
impregnaciones disciplinarias de un ámbito laboral o téc- pero concurrente, las modalidades de fuerza y de violencia
nico: las tensiones propias de la interacción engendran las de la juridicidad y de los diversos espacios y niveles de la
condiciones de relevancia para la expresión patente, inten- normatividad. La juridicidad, hemos insistido, se diferen-
sa, de cierto espectro normativo.
cia de una mera normatividad; involucra una institución
La fuerza normativa, la acción instituida, toma el ros- específica y un ámbito de acción propio, expresados en un
tro paradójico de una "violencia habitual", legítima, legi- cuerpo de leyes de carácter general y que se apuntalan en
timadora -que asume el escándalo de hacer de la violen- otras instituciones de prestigio y se define de manera ex-
cia un acontecer y una condición, algo único, irrepetible y, plícita en un conjunto articulado, relacionado consistente-
también, oscuro, imprevisible, y hacer de la violencia una mente, finito, donde todos los enunciados prescriptivos y
condición cotidiana, íntima, intrínseca y constitutiva, como prohibitivos encuentran referencia y sustento en la totali-
potencia realizada en todo intercambio-, incluso en la ma- dad de las normas enunciadas.
yor parte de las ocasiones imperceptible. Una vez "natu- A diferencia de la juridicidad cuyo andamiaje institucio-
ralizada" la violencia se disipa como significado. Se torna nal es explícito e identificable, tangible, la normatividad
irrelevante. Se incorpora a los hábitos. Se destina al olvido. tiene una objetivación equívoca pero sólo potencialmente
58 RANNII INDO 1111 k GARZA
MODALIDADES DE LA V101 INCIA
59
reconocible a partir de un esfuerzo reflexivo. Su objetiva- y condiciones pragmáticas, relativas a su ejercicio y su vi-
ción emana del rigor del impulso reflexivo individual o gencia. Supone, por consiguiente, formas diferenciadas y
colectivo: así, la normatividad puede ser tácita -referida a múltiples, complejas, de la violencia, las cuales surgen de
un cierto sentido común, a una masa de experiencias pre- la fuerza de instauración normativa que acompaña cada
vias compartidas, a saberes integrados "naturalmente" en acto y que, a su vez, invoca una fuerza de preservación y de
las formas de vida-, o implícita -es el conjunto de normas consolidación normativa. Cada acto, en la medida en que
diferenciadas, no consistentes, de validez indeterminada, emerge como singularidad de una multiplicidad de fuerzas
temporales o locales, referidas a distintas formas de insti- normativas, revela un espectro de potencias indefinido, de
tucionalidad vigente pero que permanecen ajenas a toda tensiones que suscitan las modalidades de la violencia.
objetivación material en un código determinado. De otra
índole, pero con una fuerza imperativa implacable, propia,
surge la normatividad no consciente -es un cuerpo de im- EL DUALISMO CONSTITUTIVO DE LA VIOLENCIA:
perativos que se confunden a tal punto con la "naturaleza INSTAURACIÓN Y PRESERVACIÓN DE LA LEY
de los hechos", con la fisonomía del mundo, que parecen
inherentes a ellos y, en consecuencia, se sustraen a toda ex- Las diruímicas fundamentales de poder
plicitación, a todo esfuerzo reflexivo, a toda objetivación
consciente. Cada una de estas formas de normatividad Es posible, siguiendo la formulación sugerida por Benja-
ejerce su fuerza imperativa según modalidades propias. min (1988), asumir un dualismo de la fuerza, del poder que
A diferencia de estas modalidades de la normatividad, el conlleva modalidades propias de la violencia. El dualismo
orden jurídico, expresado en el orden legal y en un cuerpo que busca la anulación de una ley, de un régimen norma-
institucional específico, asume pretensiones de generali- tivo con la finalidad de instaurar otro y, el juego de poder,
dad -acaso de universalidad- y se preserva al margen de con sus modalidades de violencia que buscan preservarlo a
todo criterio de validez temporal. toda cosa. El dualismo de la fuerza que instaura y la fuerza
Los procesos de intercambio engendran y responden a que conserva la norma revela una incidencia contradicto-
la totalidad de los dominios de la normatividad. Asumen ria en los patrones de instauración de identidades. No sólo
así una fuerza de obligatoriedad expresa, acotada y consis- transforma la norma vigente para un grupo dado, o conso-
tente, pero también comprometen dominios tácitos e implí- lida su vigencia, integrando las distintas fuerzas colectivas
citos de la normatividad, apuntalados en las modalidades en pugna, también engendra la diferencia, la ahonda, la lle-
no conscientes de prescripciones y prohibiciones. De esta va hasta la exacerbación, hasta la génesis de la lucha mortal
manera, surgen diversos regímenes en el ámbito mismo entre las identidades y la radical escisión de los colectivos.
de la juridicidad, que responden a las taxonomías de las En un texto ya clásico en la antropología, Gregory Bateson
potenciales modalidades de la violencia expresa reconoci- (1958) caracterizó el proceso de lo que llamó esquizogéne-
bles. Cada modalidad de juricididad, involucra un juego sis. De una manera sintética y con trazos muy contrastan-
y calidades propias de la fuerza imperativa, modalidades tes, describe los mecanismos dinámicos de construcción

60 RArwuNOO GIIPR GARZA


MODALIDADES DE LA VIOI FNLI 61
de la diferencia, transfigurada en potencia pragmática de de los vínculos y el encono de las confrontaciones exaltan
separación, distanciamiento y confrontación. Esa realiza- los desequilibrios hasta desembocar en la ruptura. El desti-
ción de la lucha potencial revela las dinámicas de instau- no de esta ruptura es una escisión que, o bien se mantiene
ración de una violencia constitutiva en el desarrollo de la dentro de los confines de la comunidad, contribuyendo a
interacción misma; esa violencia inherente a la interacción una nueva inestabilidad progresiva, o bien escinde la co-
deriva de su asimetría constitutiva y de la acción recípro- munidad en dos formaciones separadas, con identidad
ca de subjetividades singulares en condiciones de inde- propia, autónomas, sin que esto garantice la extinción de
terminación normativa. Estas singularidades comprome- los antagonismos ni su atenuación.
ten por igual a los sujetos individuales y a los colectivos, Así, para Bateson, cuando el grupo se divide en dos ám-
sólo que las modalidades de inscripción de la violencia y bitos de identidad diferenciados, puede llevar la confron-
las dinámicas imaginarias del proceso adquieren facetas tación no a una nueva fase de conflicto en equilibrio ines-
propias cuando involucran interacción meramente subje- table, otro, sino a una tentativa asumida de aniquilación
tiva o cuando los sujetos son "comunidades imaginarias" del otro. La esquizogénesis refiere entonces a un proceso
(Anderson, 1983). En el caso de la confrontación subjetiva específico de creación de la identidad colectiva a partir de
en el seno de las comunidades instituidas, la violencia en los desempeños pragmáticos de los sujetos, sometidos a
el grupo surge de la intensificación de los desequilibrios tensiones disyuntivas. Se hace patente la diferencia inex-
propios de la interacción. Los distintos mecanismos de tinguible entre la generalidad de la norma y el acontecer de
equilibrio se llevan a un grado de inestabilidad que exacer- la interacción. La norma se revela capaz, potencialmente,
ban los vínculos y dan lugar a polarizaciones radicales que de engendrar interpretaciones y pautas de acción diferen-
comprometen las redes ampliadas de vínculos. ciadas, legítimas y capaces de culminar en un diferendo
La interacción, en la perspectiva de Bateson, por su incluso, en estigmatización y exclusión, cuando no en ani-
propio régimen iterativo, privilegia dos modalidades de quilación unilateral o recíproca. Esta "discordia hermenéu-
composición: la que conjuga aserción con sumisión (com- tica", transfigurada en diferendo, enfrenta, engendra dos
plementaria) y la que conjuga aserciones de la misma na- grupos a partir de la escisión de una misma comunidad:
turaleza pero dirigidas de un participante contra el otro cada uno de ellos reclama una interpretación al mismo
(simétrica). Bateson subraya una modalidad de equilibrio tiempo legítima pero irreconciliable con otras interpreta-
"en transformación irreversible", en la cual, el régimen de ciones de la misma norma. El diferendo hermenéutico se
interacción y confrontación engendra simultáneamente un desarrolla dando lugar a "solidaridades hermenétiticas"
equilibrio y un proceso creciente de desequilibrio, a par- a la conformación de grupos escindidos pragmática v nor-
tir de la intensificación de las acciones y su carga afectiva. mativamente como desenlace del conflicto. El concepto de
Ese equilibrio, cuya precariedad crece en cada sucesiva in- esquizogénesis busca comprender, en consecuencia, me-
teracción invoca y quebranta solidaridades, se desarrolla canismos complejos de diferenciación y segmentación de
en el marco de lazos instituidos pero que acrecientan las las identidades comunitarias hasta llevar el conflicto a un
discordias en la hermenéutica normativa. Así, la aspereza escalamiento cualitativo y cuantitativo de las modalidades

62
MODA!
de violencia que conducen a la fragmentación, a la ruptura refiere constitutivamente a la visibilidad y a la evidencia
y al exterminio de la diferencia. No obstante, es preciso ad-
del acto violento en todas sus modalidades. En principio,
vertir que, en cada uno de los juegos de interacción de Bate-
subraya la radical asimetría esencial a toda modalidad de
son —complementariedad y simetría— encontramos así mismo
la violencia y su imposibilidad de reciprocidad: no hay vio-
la operación del dualismo advertido por Benjamin: instaura-
lencia recíproca. Responder a la violencia con violencia no
ción y conservación, que acentúan, a su vez, las facetas de la
es establecer un vínculo de reciprocidad, es señalar una re-
lucha de poder en su relación íntima con la conformación de
lación que desata un proceso cuyo único desenlace posible
procesos de reconocimiento e identidad (1988).
es la diseminación del sufrimiento que aspira a consolidar
Sin embargo, para aprehender la relevancia de las moda-
una patente supremacía: someter al otro al sufrimiento,
lidades de la violencia corno régimen de interacción, como
por privación o por exacerbación. Uno de los aspectos ins-
proceso pragmático, es preciso incorporar la reflexión sobre trumentales de la violencia es la capacidad del sufrimiento
la violencia siguiendo la reflexión de Georges Labica (2007): para ampliar y diversificar su universo, asumiendo distin-
las dimensiones del dolor y del sufrimiento como rasgos
tas fisonomías y acentuando las experiencias del miedo y
inherentes a todas las modalidades de la violencia. Así, es de la angustia; de ahí su relación con el poder y con sus
posible reconocer tres facetas de la violencia que participan facetas extremas: la angustia como faceta de sufrimiento
de manera constitutiva en la conformación de la subjetivi-
que conlleva la experiencia viva de la propia desaparición,
dad y del proceso social como tal: el dolor, el desvalimiento
para sí mismo y para los otros, el derrumbe del mundo, la
y la desaparición. En esta vertiente de la reflexión, es signi-
sensación intensa, corporal, de un desconsuelo apuntalado
ficativo introducir una diferencia entre dolor y sufrimiento. en el sinsentido.
El dolor remite a una experiencia propia del orden de las
El sufrimiento ilumina rasgos relevantes de las modali-
sensaciones; involucra privilegiadamente el cuerpo biológi-
dades de la violencia, referidas a estrategias de visibilidad,
co y aspectos del proceso psíquico que remiten al quebranto
perceptividad, evidencia, que repercuten en su relación con
de la identidad, a la devastación de los vínculos. Su dura-
la norma y con el espacio jurídico. El carácter reflexivo del
ción es indeterminada, instantánea o crónica, no conlle-
sufrimiento —no se puede hablar, de manera relevante, sino
va necesariamente un abatimiento anímico, un desafío
del propio sufrimiento, el sufrimiento del otro, aunque inte-
a las condiciones de la identidad. El sufrimiento deriva
ligible no puede ser asumido como propio— define el sentido
constitutivamente de la experiencia de dolor, pero acen-
equívoco de su relevancia jurídica. El juicio sobre el sufri-
túa la relevancia del tiempo, los juicios reflexivos, la figura miento no es menos incierto que el juicio sobre el placer. Par-
de la memoria, la expectación y la anticipación del futuro; ticipa de una aparente paradoja: es inequívoco en su expre-
remite al dominio de la acción recíproca, la catástrofe del sión, se puede identificar con claridad el sufrimiento del otro
reconocimiento y el apuntalamiento del sometimiento y la y, sin embargo, los afectos, la experiencia que éste comporta,
servidumbre sobre el juego significativo de la expresividad. el sentido de lo expresado, son absolutamente inaccesibles.
Más que el dolor, el sufrimiento surge como eje funda- El significado de sufrimiento es extraño a toda significación
mental de la violencia. Es su indicador primordial, es decir, instituida, es del orden de la singularidad radical. Nadie
64
65
puede saber la intensidad, la calidad, el sentido y la rele-
Los mecanismos de sacrificio desplazan y resignifican
vancia vital del sufrimiento del otro. Surge así la inquietan-
las marcas de violencia; éstas desaparecen para dar lugar a
te modalidad de violencias relativas a la expresión patente
una cierta luminosidad de la consagración o de la pureza,
del sufrimiento o el gozo que implican: modalidades de
de la salvaguarda de la integridad propia y colectiva. La
violencia imperceptibles y patentes, deliberadas o involun-
pureza surge de la violencia asumida como parte integral
tarias, conscientes o inconscientes. 'Codas estas modalida-
del proceso ritual y es una de las huellas privilegiadas de
des derivan del enrarecimiento mismo de los vínculos y las
modalidades de actos destinados a infligir el sufrimiento
identidades, de la irrupción del dolor y de la experiencia de
sublimado, desplazado al dominio de lo sagrado. No hay
sufrimiento que escapa a todo régimen normativo (la indi-
sacralidad sin estas formas sublimadas de una violencia
ferencia y el desprecio, la intensificación de las dependen-
purificadora que tiene sus correlatos en las disciplinas exor-
cias, la restricción de las capacidades de acción, las formas
bitantes sobre el cuerpo en el trabajo místico. La experiencia
sutiles del confinamiento).
mística está constituida sobre la violencia. Las modalidades
Se multiplican y diversifican modalidades elusivas de la vio-
de la violencia aparecen así vinculadas con estas facetas de
lencia que aparecen nombradas como tales sólo en condicio-
la afección, pero también con los modos particulares de ins-
nes estratégicas del ejercicio del poder (la mentira, la violación
cripción del cuerpo en el proceso social. No son las únicas.
de la promesa, la indiscreción, el reproche, las expresiones de
Las disciplinas de competencia, de celebración, de trabajo
castigo, las imposiciones disciplinarias). I lay modalidades de
iniciático, derivan de los desempeños corporales y aními-
la violencia expresamente derivadas, alentadas y permitidas
cos, y hacen patentes modos de violencia en el juego o en la
por el propio campo normativo y que, ante la percepción,
fiesta que experimentan también procesos de sublimación.
emergen como rutinas no violentas (el ejercicio discrecional
Son violencias que emergen intempestivamente en zonas
de imperativos circunstanciales por parte de las jerarquías
de lo social. Aunque extrañas al dominio de la norma, par-
instituidas, la intensificación de las exigencias en los límites de
ticipan plenamente de lo social a partir del juego o de la
lo tolerable, las estrategias de descalificación y amenaza, la vi-
ritualidad. Estas modalidades se conjugan con aquéllas,
sibilidad desasosegante de las condiciones de riesgo). Surgen,
por él régimen normativo o, incluso, cifradas
así mismo, modalidades de violencia inherentes al proceso de
en las tipologías jurídicas, reconocibles y consignadas, tipi-
conformación de las identidades y que, por consiguiente, se ficadas
ficadas y descritas en sus manifestaciones flagrantes.
inscriben en los linderos y las zonas de penumbra de lo so- Las modalidades de la violencia inherentes a todo ámbi-
cial, en los trayectos iniciáticos y sacrificiales y que, por consi- to
to cultural y a todas las calidades de la interacción se con-
gmiente, aun reconocidas en su carácter violento, constituyen
jugan, se enlazan y se confunden con aquellas destinadas
condiciones del régimen de reconocimiento y de prestigio.
al quebrantamiento y la aniquilación de las identidades y
La violencia que ocurre en ciertas experiencias estéticas toma
los vínculos, al avasallamiento, al sometimiento incondi-
en ocasiones tonalidades exacerbadas que, junto con gestos e cional ala aniquilación del otro. Incluso éstas, en una
impulsos de purificación, emergen incluso enaltecidas como
buena parte, no son percibidas ni significadas como vio-
condiciones fundamentales de la virtud.
lencia. Se integran a las formas de vida de la mode rnida d:
56
MODAI IDAHN i lNi In
7
en el ámbito laboral, por ejemplo, aquellos mudos de la
violencia que derivan de la racionalidad de la eficiencia, los sentidos de la violencia, pero las transforma en pro-
de las exigencias de especialización derivadas de la forma cesos sociales de control que apelan a vastos planos de
contemporánea del trabajo y sus lógicas sectoriales, pero expresiones y entornos simbólicos. Para Elias (1976:106),
sobre todo del ámbito de las estrategias de control domi- el punto de inflexión en el proceso de civilización, jus-
nantes y de sus expresiones simbólicas. Las violencias que to en el umbral de la modernidad, revela el lento pero
permanecen veladas a la percepción, y acaso vagamente patente abandono de las modalidades violentas de la
inteligibles, no dejan, sin embargo, de operar eficazmente confrontación, remplazadas, en la interacción cotidiana
en la creación de condiciones para la aparición fundamen- y en la gestión política, por modelos sutiles, moleculares,
tal de actos de dolor y sufrimiento. del control, apuntalados en patrones de comportamiento,
Ciertas modalidades de violencia velada preparan la apa- formas de actuar, actos de lenguaje:
rición y la visibilidad de otras modalidades de violencia. La
violencia visible ilumina oblicua, retroactivamente, otras for- Las sociedades toman forma como sociedades interna-
mente pacíficas. El antiguo código de
mas de invisibilidad. Pero esta iluminación extraña, oblicua, comportamiento
cambia sólo de
hace patentes no sólo modos de violencia, sino estrategias manera paulatina. Pero el control social,
en cambio, estrecha más los lazos. Y, ante todo, se cambia
diferenciadas de construir su invisibilidad. Más todavía, se
lentamente la manera y los mecanismos de modelado de
hace evidente que hay modalidades de la violencia que, a las afecciones por la sociedad misma.
pesar de ser visibles y experimentadas en su capacidad para
imponer el sufrimiento, no son asumidas o significadas como El control transforma los patrones de visibilidad de la
violentas. Es así como se experimenta la violencia en el ámbi- violencia, pero también abre la vía para una forma de afec-
to ritual, en el ámbito deportivo, en una multi plicidad de ex- ción que sofoca la evidencia del sufrimiento sin suprimirlo.
periencias sociales que dan cabida
a la violencia, trastocando Lo transforma en malestar, en abatimiento, en desolación,
radicalmente su valor y su relevancia simbólica. en desvalimiento. Esta violencia no percibida como tal
surge como modalidad sublimada de la violencia.
No obstante, la sublimación de la violencia guarda una
El l'ROCESO I /I: cn n I/A( IÓN Cono
SUN IMACKÓN relación consustancial con los sentidos y los destinos del
1)1'. I A V101. EN(IA LA l'ERSIS El N( /A I /h Ln (_ RUH /AI
dolor y el sufrimiento, admitidos como condición de la cul-
tura misma y de sus procesos de transformación. Cuando
Norbert Elias ha insistido en el surgimiento histórico de hablamos de dolor no podemos hablar sino de modalida-
modalidades sublimadas de la violencia, desarrolladas des de la corporalidad, la experiencia del cuerpo como vér-
e implantadas progresivamente, como el logro sustanti- tice y como expresión de sentido, como foco y destino del
vo del proceso de civilización. Con esta perspectiva, el vínculo con el otro, como condición del juego de las cor-
proceso de civilización y la na turaleza v la relevancia
poralidades en la formar el sentido de las comunidades,
de su progreso surgen de la mutación de las calidades y de ahí que pensar la violencia tenga que ver con la rele-
vancia antropológica del cuerpo y de las afecciones, lo que
.Prol II INI
MODA `.■
concede un peso específico a los patrones espectrales de la
esa asimetría inconmensurable entre el acto de una racio-
experiencia v la expresión del sufrimiento. Esta compren-
nalidad utilitaria infinita -la crueldad no tiene otra raciona-
sión antropológica del cuerpo es una tarea bosquejada des-
lidad que la instrumenta Edad pura que transforma al otro
de las primeras aproximaciones de la antropología, pero
en un ser incalificable: un objeto, deleznable, que sufre sin
sometida a una permanente postergación. Sin asumirla
medida, más allá de los umbrales de lo inteligible.
plenamente en todas sus consecuencias, la reflexión so-
El tema de la crueldad, sin embargo, en la modernidad
bre la violencia, dimensión constitutiva de todas las fases,
se transfigura: deja de ser un rasgo de los territorios más
dominios y facetas de la cultura, permanecerá con velos de
incalificables de la transgresión y el delito para habitar las
sombra capaces de ocultar toda inteligibilidad, no sólo de
instituciones. l'articipa de la norma institucional, sólo que
las modalidades de la violencia misma, sino también de su
lo hace veladamente. Parece responder a la necesidad de
inteligibilidad.
neutralizar la perturbación extrema acarreada por un acon-
Una forma particularmente exacerbada y vigente, casi ha-
tecimiento incalificable; responder a lo incalificable con lo
bitual, de la violencia es la crueldad, quizá una de las más
incalificable. La respuesta sistemática y generalizada de la
aberrantes. Es una modalidad extraña al mero juego del
crueldad se instrumenta para neutralizar el desasosiego del
poder, de dominación o de control; involucra la exigencia
acontecimiento, de lo radicalmente singular. La familiaridad
de llevar el sufrimiento hasta los bordes de la radical des-
instituida de la crueldad exhibe otra paradoja. La crueldad
aparición de sí, la extinción de lo humano. Es aberrante no
como hábito de los transgresores se corresponde con los
porque no sea común, sino porque es inasible su funda-
- hábitos de la crueldad en el régimen de control. La gober-
mento y, al mismo tiempo, revela una de las condiciones
nabilidad contemporánea ha transformado la crueldad en
más radicalmente intolerables del vínculo humano. Es el
procedimiento técnico de control, de intimidación, de in-
acto -plenamente humano- que pone a la luz las zonas de
seminación colectiva de la desolación. Sus prácticas van de
extinción de lo humano mismo. Se sitúa incluso en los lí-
la tortura -siempre tolerada por el aparato de gobierno-
mites inciertos de las formas radicales de la perversión, y
al manejo de las formas sutiles del terror íntimo. Pero ha
toma los perfiles de su singularidad radical. Cada acto de
abandonado también las zonas policíacas y militares, como
crueldad está marcado por la singularidad de sus actores y
instrumento de dominación, para transformarse en hábito;
por la de su situación, por su historicidad y por su extraña
ha cobrado la forma instituida del proceder monstruoso de
intemporalidad surgida de la oscuridad de lo humano. No
las instituciones de protección y de control. Señala las zonas
hay generalidad de la crueldad, pero su práctica universal,
invisibles, pero reconocibles, patentes, expresas, de los ac-
muchas veces en la zona oscura de la ley, en la apropiación
tos destinados a garantizar el ejercicio jurídico.
policíaca de la ley, es perturbadora porque rechaza todo cri-
El hábito de la crueldad también encuentra su correlato
terio normativo o cognitivo de universalidad. La crueldad
en la exacerbación del miedo v en su desarraigo de las si-
cancela la exigencia misma de los umbrales de tolerancia.
tuaciones: puede emerger en cualquier momento, en cual-
Los niega y los disipa. Al vaciarlos, priva al destinatario de
quier lado. Intempestiva v ubicua, la crueldad cancela toda
la crueldad de su condición humana. In aberrante surge de
apreciación de banalidad, pero transforma el terror ubicuo

I NI I
en una a fección atenuada surgida del hábito del espanto,
política. Son estrategias que culminan t.mi la tentación pa-
la desolación. Hannah Arenen (1951) habló en algún mo-
radójica de la extenuación, de la apatía, del furor larvado
mento de una de las calidades más atroces de la moderni-
o abierto, de la ética del cinismo pero, primordialmente,
dad, que es lo que ella llamó la desolación. La desolación
de la desolación.
emerge así como una síntesis surgida de la concurrencia
Estamos, pues, a la intemperie.
habitual de los modos visibles e invisibles, tolerados e in-
tolerables, habituales o intempestivos de la violencia, de la
traslación de la violencia política a las estrategias de control BIBI 10( ,RAIJA
social. La desolación es una condición extraña de la violen-
cia, porque su raíz y su impulso no emanan de un acto y
Anderson, 13enedict, 1983,
imaginad Communities: Refleclions
un sujeto específicos, tampoco está referida a una situación 011 the Origia ami Sprcad of Naboualism,
Londres, Vers-
identificable. Emanada de hábitos múltiples y contradic- rece rsos.
torios, teñidos todos con las modalidades de la violencia,
Arendt, Ilannah, 1951, Los (»Igelles del totalitarismo,
se confunde con una calidad de las formas de vida en la Nueva York,
Flarcourt Brace Javanoyich, Inc.
modernidad y se transforma así en figura estratégica de
las estrategias de gobernabilidad fundadas en la suprema- Bateson, Gregory, 1958, Novell,
Standford, 2' ed., California, Stan-
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Auxilie; Nonos. Arrsgnoiildte Scritlen 2,
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el lugar de los imperativos surgidos del intercambio y de
Derrida, Jacques, 1999, Danner la lmmt,
la interacción ha sido ocupado por las relaciones inertes París, Calilée.
del ejercicio de la burocracia jurídica por el vínculo jurí- Douglas, Mary; 1987, How hislitutions Thirtk,
Londres, Routledge
dico. La tendencia de la modernidad es la primacía en el and Paul Kegan.
vínculo con el otro, de la intervención jurídica, sustenta-
Elias, Norbert, 1976, Ober dm, Procrl: dr
zwiksitiou 1, Erankfurt,
da escénica e instrumentalmente por el régimen policíaco Suhrkamp (2 vols.).
o, en condiciones extremas, militar. Esa escenificación es
Girard, René, 1977, La vMlemL ei Ir sarté,
en sí misma una modalidad de la violencia al desplegarse París, Grasset.
ya sea como forma de la amenaza o ya sed bajo la forma
Kafka, Franz; WoliKittler, I lans-Gerd Koch y t. ierhard Neumann,
de la promesa; amenaza o promesa de sometimiento a los 1994, ICritische Ausgabe. Druke Lit:citen, Roma, Fischer S.
principios arbitrarios v, eventualmente, a la crueldad de la Verlag (imbll.
burocracia jurídica. En el escenario montado por los simu-
Kojéve, Alexander, 1947, infroihiction a /a /ecturc de 1 lege',
lacros políticos y los espejismos de la democracia subsis- París,

ten como régimen de poder las estrategias que conjugan


Labica, Georgies, 2007,
las modalidades de la violencia, como régimen de acción Thz'orie,le lo vio/anee, París, Vrin.

MODAL JE FI
73
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París, Senil.
N 11101)4
)U4U(UiñN

No es novedoso advertir las dificultades criptográficas que


demanda la lectura de la frontera norte; las fronteras del
norte, en plural y en femenino, siempre. La alusión a lo
femenino fue sugerida por Gloria Anzaldúa, en su libro La
frontera, publicado a finales de la década de 1980. La autora
reivindicaba el carácter femenino y mestizo de un vocablo
paradigmático: línea; metáfora utilizada en algunos estu-
dios de género en la frontera (Malagamba, 2003).
Línea es, también, una expresión coloquial de uso fre-
cuente entre una pléyade variopinta de personajes en la
escenicidad o perprinances que se representan cotidiana-
mente a lo largo y ancho de los 3 100 kilómetros de uno
de los linderos geográficos más extensos, concurridos y
estereotipados del mundo: la trampa de lo inmutable re-
corre las fronteras norteñas, tejiendo una urdimbre socio-
cultural que abarca seis estados y aproximadamente 16
millones de personas; nómadas de origen, migrantes que a
fuerza de carencias se hicieron sedentarios, se apropiaron
del espacio indómito y construyeron un paisaje cosmopo-
lita, rico en expresividades, pero igualmente sometido al
escrutinio etnocéntrico de las plumas nacionales y de los
habitantes del centro de la república mexicana que homo-
logan la zona fronteriza como tina "tierra de nadie", lugar
al que sólo los valientes se arriesgan a ir; el lugar sacrificio!!
71 I II
-,S
a donde viajan las mujeres a encontrar la muerte. Ciudad no nacieron. Las ciudades del norte, comparadas con las del
Juárez es el referente trágico de las fronteras. centro de la república, son relativamente jóvenes.
Las ciudades limítrofes, usualmente, son miradas El relato cinematográfico se ha encargado de difundir
corno enormes talleres de trabajo, comercio de drogas, a través de las pantallas nacionales el estereotipo de la
prostitución v tráfico de personas; epicentro de un mun- frontera maldita. La prifiumuifilifibui
de la violencia se in-
do subterráneo, gangsteril.lia opinión, desde luego apre-
augura con Juan Orol, el gallego avecindado en México y
surada, tiene como soporte justificatorio el crecimiento pionero del cine negro en el país. La secuela fílmica fron-
poblacional desmesurado y el soberbio panal de la in- teriza se origina en Cruel destino (1913)
y se prolonga en
dustria maquiladora, con cerca de millón y medio de centenares de películas de los hermanos Almada, Mario y
trabajadores; la mano de obra barata inscrita en el nuevo Fernando, nacidos en Sonora. El cine visibilizó la leyenda
régimen capitalista de acumulación flexible; el sistema negra de Tijuana y de Ciudad Juárez; paradójicamente,
que sustituyó al viejo tordismo e introdujo formas inédi- muchas de las cintas gangsteriles no se rodaban en la fron-
tas de explotación (Harvey, 2008).
tera sino en Valle de Bravo o Toluca (Iglesias, 2003). Orol
y los Almada son una institución en el cine de frontera; su
filmografía se agrega al amplio catálogo de Hollywood y
ENTRE ERRANCIAS y POI 1,11ROS
al mercado ilimitado de películas en español que se fil-
man en formato ti e video.
En los albores del siglo xx, entre 1910
V 1929, se dispara Pensar las fronteras del norte obliga al ejercicio de
el incremento de cruces tolerados hacia Estados Unidos. una hermenéutica oblicua; tomar distancia del determi-
Este último año es singular: en 1929 se crea una ley que nismo rectilíneo de Erederich Ratzel, el geógrafo alemán
prohibe el paso sin visa; la restricción se basa en una po- que acuñó a fines del siglo xix la definición de frontera
lítica racista destinada a "salvar" a los anglosajones del corno una línea de demarcación rígida entre Estados
"terror café", el eufemismo que estigmatiza a los migran- soberanías. I,a geopolítica de Ratzel establecía determi-
tes mexicanos. La prohibición inaugura la industria de los naciones geográficas, pero no puntualizaba la compleji-
polleros (García y García, 2007).T
dad del fenómeno fronterizo. No estaba en condiciones
El proceso de errancia ilegal se acentúa a mediados de los de hacerlo. Aun así, su definición se mantuvo vigente
cuarenta, luego de que culminara el programa de importa- hasta finales de los cuarenta del siglo pasado (Gardu-
ción de brazos; así empieza a perfilarse la nueva cartografía ño, 2003). La frontera que imaginamos puede ser leída
poblacional y la industria maquiladora norteña; migrantes como una alegoría: una ficción que a través de múltiples
nacionales encuentran en las fronteras un lugar para arrai- relatos o retratos representa algo diferente; "cada quien
garse, asumiendo el riesgo de vivir, trabajar y morir donde tiene su historia —de frontera - en esa suerte de cuarta
dimensión que es la memoria", decimos parafraseando
'11 antecedente es la It v de 1924 que obliga a las U1evicano,s a Jorge Luis Borges (1981: I 39 ).
licitar
pasaporte y Visa.

/6
IA LA MON] I HA Hl 'Hl
11
M a nn o l'ARA ARNIAR
Pm'zns I)I I 1.0 \ ABL/AL,

Julio Cortázar, en su novela vanguardista b2/Modelo para


armar, arriesgaba un nuevo mecanismo de lectura: el lec- El proceso de cartografiar las fronteras del norte sugiere
una lectura con múltiples entradas o fichas para armar. El
tor debía abandonar la pasividad y ubicarse como un
lector, ejerciendo de hermeneuta y desde la retlexividad,
lector activo; es decir, participar en la &construcción de
debe unir, como en Cortázar, las piezas del rompecabezas.
las imágenes, las palabras y las frases; descubre el hilo
La primera entrada en nuestro modelo es de orden históri-
conductor del relato y da forma y figura a los persona-
co: la independencia de Texas (1836), los tratados de Gua-
jes; así mismo, el lector participa en la transgresión del
dalupe 1 lidalgo y de La Mesilla, en 1848 y 1853, respectiva-
tiempo. Tenias contemporáneos como el desamparo, la
mente, que dieron origen a conglomerados humanos que
orfandad, el desarraigo, levitan en un ambiente de si-
arraigaron en el noreste fronterizo y que dotaron a la re-
multaneidad y nomadismo que cubre por igual a París,
gión de contenido socioeconómico y cultural; riqueza po-
Londres y Buenos Aires. La idea de levedad surgió en la
livalente que contrasta con la idea de vacuidad que algu-
narrativa de Cortázar, en 1968; Milan Kundera usaría el
recurso, años después, en La insoportable levedad del ser nos autores otorgan a la región fronteriza. Dice la tradición
que una vez hecho el anuncio de la separación fronteriza,
(2008). La metáfora de la levedad coincide con las imá-
las familias de San Agustín de Laredo desenterraron sus
genes que describen los estudiosos de las comunidades
muertos y radicaron al sur del Río Bravo, porque querían
diaspóricas. La "comunidad imaginada" y la comuni-
seguir siendo mexicanos; jamás pochos traidores. La anéc-
dad de destino fluyen de forma simultánea en la voz de
dota, sencilla a simple vista, proyecta en pocas palabras el
sus protagonistas, desdibujando no sólo las fronteras
peso imaginario de lo nacional. No obstante el patriotismo
físicas o geográficas, sino también las disciplinares: la
mostrado, los habitantes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, no
antropología, por ejemplo, resulta insuficiente para ex-
plicar los procesos del nomadismo contemporáneo, sin escapan al estigma de ser norteños; es decir, extraños. Peor
aún, haber dejado escapar la oportunidad de ser ciudada-
caer en las trampas del romanticismo hacia lo otro. Ex-
plicar, no describir, es un reto disciplinario. Para lo Últi- nos gringos, aunque de segunda. Escribía Carlos Fuentes
(1992), a propósito de este tipo de diferencias, que en reali-
mo sólo se requiere una libreta y un lápiz. Explicar, en
dad más que frontera la línea era una cicatriz.
cambio, plantea retos niás complicados; esfuerzos que
Las plumas nacionales han construid o muchos de los
subyacen a toda investigación científica. 1.a obra citada
estereotipos o relatos de la inmutabilidad, entre éstos, la
es la continuidad del capítulo 62 de la novela Rayuela.
ausencia de cultura, la holganza y la pobreza legenda-
Morelli, el personaje de Cortázar, invita a los lectores a
sumarse a la tarea de unir las piezas y armar su propio ria de los norteños. Situación que se contradice, afirman,
modelo. con el empuje logrado por los miles de mexicanos que
quedaron del otro lado, en el sudeste de Estados Unidos,
luego de la mutilación territorial, la herida que se niega

zs imAP: AJA' , LA FR.':,'


79
a cicatrizar, semillero de disputas y base territorial de El vocablo bárbaro lo usaron los griegos para referirse a
la que es considerada hoy en día la minoría más grande los extranjeros hablantes de lenguas incompresibles, ono-
de aquel país, con cerca de 11 millones de ilegales y 28 matopéyicas y extrañas; los mexicas denominaron l'opon, -
millones de residentes de origen mexicano (Carretero y ca, en nal-watt a los pueblos vecinos estigmatizados como
León, 2009).
inferiores. La barbarie define un punto intermedio entre el
ManuelPayn o y José Vasconcelos, en mayor o menor
salvajismo y la civilización; m'omita decían los mexicas. La
grado, fueron artífices de un pensamiento centrado en la expresión significa "en medio", atrapado "entre dos mun-
escasa lluvia que la civilización había dejado caer sobre dos". Ntrill Hala cultura anglosajona y la cultura mexicana.
los áridos territorios de las fronteras del norte, la épica Michael Kearney ha sugerido la idea de la frontera como
línea que une en el mestizaje, pero que divide e hibridi- un lugar 1nminat, una región a la que se llega pero de la que
za culturalmente. Payno, célebre autor costumbrista y no se sale (I liernaux, 2008); quizá porque quedan "atra-
combatiente en la llamada guerra del 47, dedicó varios pados". Payno y Vasconcelos, entre otros, y con matices,
artículos a la región noroeste de México; entre ellos, El desde luego, recrean la imagen del bárbaro, el "desierto de
Río Brozo del norte, publicado en un periódico local, en las almas" poblado por extraños: el otro que no nos resulta
1843. El paisaje que describe es de lugares sin recuerdos familiar; en síntesis, lo opuesto al ideario criollo del que
ni porvenir; los pocos habitantes sería casi milagroso que son depositarios los autores.
no desaparecieran del mapa. Abona en favor de las villas
del norte el proceso de aculturación, y de los vecinos de
Matamoros, por ejemplo, haber aprendido a comer carne Vofyiie SOBRE LOS PASOS
asada y tomar café endulzado con piloncillo (Guerrero,
2007). Vasconcelos, oaxaqueño de nacimiento, contradic- Tras la gran oleada migratoria de Europa hacia Estados
torio, polémico y uno de los intelectuales más indefinibles Unidos —15 millones de personas entraron entre 1882 y
de México, vivió durante algunos años en Sásabe, Sonora 1915—, la frontera estadounidense está prácticamente ce-
y en Piedras Negras, Coahuila; en 1925, redactó un pe- rrada para los inmigrantes. En los años previos a la pri-
queño artículo para El Universal, considerado por muchos
mera guerra mundial, el ejército industrial de reserva ya
como una afrenta al orgullo de los norteños; así mismo, el está constituido, sólo queda una opción: los intersticios
citado artículo es pieza fundamental en el entramado de urbanos y los ricos campos de California. Los originarios
mitos e interpretaciones. Escribe Vasconcelos:
del continente, al sur del Río Bravo, no son bienvenidos.
Los ilegales lo saben, y sin embargo se arriesgan: van al
'Miman, bello nombre y panorama riente: Allí nos
encuentro con lo anglosajón en su condición de popo/ucas:
hospedó la maestra: mató pollos y los sirvió guisados hispanos, latinos o suiltu:as, sin más carta de presentación
en buena salsa. Nos sentimos en tierra civilizada. Donde
termina el guiso y empieza a comerse la carne asada, co- que la desnudez del rostro o la espalda mojada. Y con ellos
mienza la barbarie (Rodríguez, 2009). el sueño de "ganarle a la vida" con dólares ea/hdes, algo
de respeto. Es lo que afirman los ilegales colombianos que
80
LA FKG:47 H, A
81
se arriesgan a mover la mercancía de las "oficinas"; que
ocupan las alcantarillas hacen de la venopunción una for-
no cárteles. Este nombre lo dejaron en herencia a los mexi-
ma de vida; son los cofrades de la aguja; la realidad horror
canos. "Cárteles en México, nosotros somos comerciantes
de la desesperanza que circula a través de las agujas en los
independientes" —me aclaró un informante de la oficina de
picaderos de Tijuana o Ciudad Juárez; allí donde el sueño
Envigado, Colombia—. Los narcos siguen operando corno
de la modernidad deshace sus alas, íca ro indefenso. Todo
antaño, pero sin el estigma de ser hombres del desapareci-
se trastorna; lugar sin límites del no retorno; "irrescatable
do Pablo Escobar. El cártel de Medellín es sólo una referen-
soledad de lo perdido", diría Alvaro Mutis (2008:33). Con
cia fantasmática en el imaginario popular.
el retorno, emerge también la más contemporánea de las
Para muchos migrantes mexicanos, la realidad económi-
barbaries, la indiferencia social:
ca de hoy en día se presenta de forma diferente. El proceso
migratorio, en algunos casos, parece invertirse en una vo-
Ahorita estoy bien enganchado de la heroína..., no puedo
rágine de retorno. La crisis del capitalismo estadouniden- vivir sin ella... Haz de cuenta a un niño cuando le quitan la
se obliga a volver sobre los pasos. Los migrantes exitosos tetera, así estoy yo cuando me quitan la jeringa. Me pongo
de antaño venden sus pertenencias, reúnen los ahorros de como loco; pero cuando me la nieto y me relajo, va me sien-
toda la vida y regresan cargados de electrodomésticos en to bien (Ovalle, 2009:32).
sus camionetas grandes, buscando capitalizar el "sueño Cuando andaba del otro lado de la línea, conseguía fácil
americano" en un sugestivo coyotito... pero a la mexicana: mis sobres y mis insulinas para curarme. e. Del lado mexica-
no no; la raza no te mira, nomás voltea pal' otro lado. Será
En negocios que no rifan; digamos que usted abre una piz- por los cuerazos (heridas); con suerte te disparan un varito.
zería. La raza llega a la inauguración, nomás por argüendera; Yo voy a la línea en la ttunorrita (mañanita); a las cuatro ya
aprovechan que se pone la comida en promoción, al dos por estoy en fila limpiando los carros; si consigo un jale, agarro
uno, como en grini,rolandia. Luego, nomás se quedan en la que diez, veinte o cincuenta varos y me regreso a curarme
puerta, miran y no entran. Aunque la decoración, las mesas, al cantón; apenas saco para uno o dos sobres. Si dios no me
las sillas y la preparación de la masa sea igualita, pues uno quita la vida, yo lo que quiero es cruzar la línea y regresar a
aprendió en los negocios gringos, la raza no pasa. Del otro morirme con mis compas de Los Ángeles (Anónimo, 2011).
lado de la línea, usted ve puro mexicano haciendo filas para
comprar que las pizzas, la hamburguesa y el chesco. Nomás Ilusión vana, para los cofrades no hay regreso. Su úni-
dicen ¡Oh, si!, ¡Oh, si! ¡Yea!, y hasta piden pizza para llevar. co
co cobijo es la cofradía de la aguja: entre sus pares, cóm-
Quiebra uno y hay que cerrar los changarritos. El único jale plices de la exclusión, la precariedad y el abandono. Le-
Le-
donde no hay pierde es en los taxis; uno renta un juego de jos, pues, de la mundializaón
ci de la cultura, los rizomas
placas y si no es huevón, trabaja a todo dar en
México, bien y las metáforas; próximos sí a las balas de los ejecutores
le va, sin andar preocupado por la migra (Anónimo, 201 t). de la limpieza social, la acción concertada de políticos
y empresarios que desean ver limpia la ciudad. No lo
Otros, los expulsados por la policía migratoria, se que-
sabemos con certeza, pero así empezaron las tareas de
dan sobre la línea a mitigar sus sueños. Los deportados limpieza en Río de Janeiro y Medellín. Niños de la calle
82
1.4 FRM.T!
83
desprendidos a balazos de las ventanas de vidrio de los
restaurantes; ojos infantiles que indigestaban la voraci- En su desmesura, el lenguaje es, también, una trans-
dad de los clientes. gresión: la frontera imaginada es el Río Bravo, la inter-
nacional, la garita, e 1 mojón, la guardarraya, el
hueco, la
línea...:
GANA R LF A 1 A VIDA

¿La línea? Yo no sabía quú era la mentada Maar -comenta


Los colombianos de clase media que se aventuran por las un oficial, en el descanso de un caluroso medio día, en Ciu-
fronteras del norte llaman a la mítica tierra de nadie El dad Juárez-. Un día se detuvo una [roca grande; el hombre
Hueca, reservando la expresión
inica para los finísimos que manejaba asomó la cabeza, y tocando el ala de su alci-
st! (sombrero) me dijo "soy
montículos de polvo blanco, escamoso y cristalino, el de la línea'', coro pa. No enten-
gla moroso I A de 25 dólares el gramo que los estadouni- dí. En eso vino mi compañero y bajito me dijo al oído, que
denses cortan con tarjetas de America,/ Express, antes de si no quería broncas, lo dejara pasar. "¿No ves que es de la
llevarlo a la nariz en los baños de los restaurantes de línea, Mi ke?" -me dijo-. Luego entendí que para estar en
California, Miami o Nueva York. Hueca, en colombiano, la chamba uno tenía que estar aliniado con la línea, el men-
significa olla o "lugar de mala muerte." Los colombianos tado cártel de Juárez que evita anda en bronca con la maña
de Sinaloa. Dicen que línea le empezó a llamar Vicente Ca-
pobres no se aventuran por estos lados -tan olvidados de
rrillo a la organización que le dejó su hermano 12008]; como
dios, excepto por Juan Soldado, el santo violador de la su carnal murió en forma rara en un
hospital del deefe, él
niña Olguita Camacho y protector de los migrantes-, lo quería que en la maña [cártel] los empleados se manejaran
hacen hacia Venezuela o Brasil. La migración no sólo mira en línea, recti tos todos; como nosotros, en línea, desde el de
hacia el norte; de un tiempo a la fecha el patrón ha ido más arriba hasta el de más abajo (Anónimo, 2011).
cambiando, y ha desplazado los flujos migratorios impor-
tantes hacia regiones prósperas y menos peligrosas.
Las ondas que transportan heroína en su cuerpo o co- ÉXODO, PROS 11 FUCION 1 TRAZA DE PERSONAS
caína en maletas de doble fondo no cruzan por el hueco, lo
hacen en avión o en barco; en este caso, dicen que cruza- Gloria Anzald tía, la Prieta, nieta de una curandera y pio-
ron el charco. Tema fascinante el de las palabras. Escribía
nera del feminismo poscolonial, cultora de identidades
Francisco Celis Albán: múltiples: chicana, feminista, lesbiana, escritora y poeta,
advertía tempranamente el paisaje multicolor del mesti-
De todas las maravillas del universo, ninguna tan fascinante zaje semántico, la hibridez de un vocabulario diaspórico
como la de una lengua viva en boca de sus hablantes. Creativa que, en clave posmoderna y
niulticultural, identifica a
y juguetona, el habla multiplica las funciones del lenguaje,
los modernos colectivos migrantes; los actores de la in-
elude censuras, propone niveles del lenguaje que rebasan las :1 digencia trashumante', los desplazamientos forzosos
palabras mismas, se rebela y rompe cualquier barrera (2005:1 I). las guerras. A propósito de guerras, no podemos olvidar
una pieza importante del modelo que vamos armando:
84
LA fRc,re,i,
las pandillas maras, identidades extremas de origen cen- rihuana, en la versión del cantautor galo, Manu Chao. La
troamericano; tampoco a sus ancestros, los pachucos y los triada maléfica que inauguró la Ley Seca de los años veinte
cholos; el proceso "pachorra" del que habla José Manuel y que hizo de la frontera norteña el paraíso de los consu-
Valenzuela (20(17). mos prohibidos y de los cárteles; uno de ellos, el de los
Por extensión, y siguiendo el juego cortazariano, es lícito Arellano Félix, considerado en su momento como el más
jugar con la polisemia de las expresiones línea y Iwpaulla, de
poderoso de América Latina. En la actualidad, mantiene
Anzaldna (1987); los vocablos nos remiten a uno de los fe- un perfil bajo. No es signo de que haya sido aniquilado, tal
nómenos más acuciantes de la modernidad: la diseminación como aducen las autoridades estadounidenses. Los Arella-
sociocultural o espacio abigarrado construido en los dos no, en realidad, aprendieron lecciones del pasado y ahora
lados de la frontera mexicoestadounidense; allí, en el epi- ejercen sus negocios en forma ejecutiva y con acciones de
centro de culturas en fricción, se dirimen conflictos sociales, bajo perfil. Como señala Heriberto Yépez en un libro es-
económicos y culturales de importancia capital, sobre todo céptico e incendiario, .rilla7110/0{0iti (2006: 66):
para México, el célebre puntero de la migración mundial. El
Banco Mundial, en su informe del 15 de abril de 20(17, ofre-
En el imaginario popular y mediático mexicano, Tijuana es
ció un dato revelador: México es el mayor expulsor de mi-
la lámpara de Aladino de los siete pecados capitales y la caja
grantes del planeta; en apenas un lustro, entre 2(100 y 2005,
de Pandora de los nuevos vicios provincianos, Sodoma y Go-
dos millones de personas cruzaron la línea para buscar tra- morra hechas un mismo deprave, el patio trasero donde los
bajo en Estados Unidos (Carretero, 2009). gringos hacen sus picnics, la escena del crimen y la violencia.
El éxodo masivo a través de la línea incluye, como pieza
de nuestro modelo, la trata laboral de personas. Guarda-
das las proporciones del caso, la trata moderna de mano de CRIMEN SIN 1,12( )N I IRAS
obra evoca al paisaje de la inmigración irlandesa de media-
dos de los cincuenta del siglo xix (Codal, 2000). Huyendo La primera vez que visité Tijuana lo hice en compañía de
de la enfermedad de las patatas, los irlandeses se vieron unos amigos que venían a finiquitar algunos negocios. No
obligados a cruzar el churro para instalarse como abejas en
puedo decir que la ciudad me embrujara, lo que realmente
el panal del sueño americano. Miles de mujeres encontra- me sedujo fue lo subterráneo de la zona roja, las mujeres
ron refugio en burdeles de Chicago y Nueva York; negocio sus bares. Mis amigos y yo nunca salimos del perímetro de
en ciernes. Décadas después, el comercio sexual florecería la avenida Revolución y la calle Coahuila. Los asuntos tur-
regentado por la naciente mafia italoamericana. Fortunas bios me apasionan como campo de investigación. La esce-
importantes del crimen organizado se construyeron sobre na tijuanense era como agregar Lin capítulo más a la jugosa
los cimientos del consenso punitivo de 1920: la prohibición especiería de los cárteles y los mercados clandestinos, al
del alcohol, las apuestas y la prostitución. entramado complejo del amplio mundo del crimen orga-
De Tijuana se ha dicho que es la ciudad del vicio; la noc- nizado, instalado en el vórtice de uno de los fenómenos
I u rnidad donde lo imposible, es posible: tequila, sexo y ma- migratorios del planeta: la prostitución.

MAS LA Fkl
87
La imagen de la cartografía urbana que anida en mis
pera migratoria desde lugares pobres hacia regiones con
recuerdos es la de un burdel gigantesco con semáforos y
cientos de mujeres ligeras de ropa en la calle o recostadas mayores posibilidades económicas, entre éstas, México. El
éxodo ha facilitado la compraventa de personas y el tráfico
en los umbrales de puertas herrumbrosas. Mi mapa noc-
sexual en el nivel global, estableciendo grandes corredores
turno de la ciudad rendía culto al estereotipo de la ciudad
delictivos en un centellar de países. Los detonantes de la
entera iluminada pi)r un monumental farol rojo. Sin em-
trata de personas y la prostitución son la pobreza, la ca-
bargo, no coincidía con la realidad. Paisajes similares había
rencia de oportunidades laborales, la incertidumbre eco-
encontrado, por citar un ejemplo, en Ciudad del Este, en
nómica en los países de origen y, desde luego, la emergen-
la triple frontera de Paraguay, Argentina y Brasil, Ulla geo-
cia de redes internacionales cuyos intereses se mimetizan
grafía cosmopolita, asiento de contrabandistas de drogas,
con actividades legales: grupos que lucran con las necesi-
tratantes de personas y de niñas indígenas que ejercen la
dades humanas, al amparo de legislaciones blandas y de
prostitución en predios urbanos; situaciones parecidas am-
autoridades corruptas. El crimen organizado funge corno
bientan el paisaje urbano de otras ciudades del continente.
agente transaccional que procura las necesidades urgentes
No es pues, el comercio sexual, el símbolo decadente de la
del migrante: falsificación o préstamo de pasaporte v visa,
línea fronteriza. En asuntos de putas, Tijuana no constituye
una excepción. traslado, protección y un lugar de destino. Lo anterior ha
sido documentado en el caso de la migración china hacia
La emergencia finisecular de la globalización potencio
Estados Unidos. En México, se ha detectado casos de trata
el llamado "crimen sin fronteras"; este concepto alude a
operados como negocios de familia, pero no de organiza-
una economía subterránea, o en la sombra, que capitaliza
ciones internacionales a gran escala; incluso, los nacionales
en la actualidad un porcentaje importante de los negocios
detenidos por transgredir la ley sobre este particular son
mundiales; probablemente 20 por ciento (Naím, 2006). En-
inexistentes.
tre los negocios que controla el crimen organizado o "em-
Moisés Naím (2006) establece una diferencia importan-
presas-red" (Castells, 1999), destacan tráfico de drogas,
te entre "contrabando" y "tráfico humano". El primero
armas, prostitución y trata de personas. Los ingresos son
supone una transacción comercial en la que el individuo
elevados; no obstante, cualquier cálculo de rentabilidad paga por el traslado de un país a otro. En el caso de Méxi-
es hipotético. Usualmente se registran ciertos abusos en el
co, es la actividad que desde 1929 han ejercido los "polle-
manejo de las cifras, configurando una estela de leyenda.
ros", poseedores de un complejo entramado de alianzas y
Ignoramos, por ejemplo, si los editores de Forbes han teni-
complicidades, que se heredan de generación en genera-
do acceso a los libros de contabilidad de Joaquín "El Cha-
ción. En sus orígenes, el contrabando mexicano de indo-
po" Guzmán, para ubicarlo en la lista de los hombres más
cumentados no estuvo ligad o a redes internacionales; el
ricos del mundo.
pollero operaba con base en tina infraestructura familiar
1,a mundialización de los flujos mercantiles y de capita-
transfronteriza; sus clientes eran en s u mayoría naciona-
les, aunada a la apertura de nuevas rutas de transporte v de
les. Posteriormente, captaron un flujo importante de per-
comunicación trajo consigo, a finales del siglo xx, una diás-
sonas provenientes de Centro y Sudamérica, los épicos

II A145 u FRC IN
119
viajeros que a bordo del Chiapas-Maya b, "La Bestia", el
amapola, así mismo, se sabe de padrotes (hombres que obtie-
tren de los suicidas, arriesgan sus piernas y la vida, en la
nen ganancias económicas de la prostitución de mujeres a su
apuesta por llegar a las ciudades fronterizas y acceder a
servicio) de lenancingo, Tlaxcala, que explotan mujeres, en-
un pollero que los guíe en el cruce de la línea.
gañadas con la costumbre del "robo de novia". Raptadas de
De un lustro a la fecha, redes emergentes interfieren en
sus comunidades, son retenidas y explotadas sexualmente
la labor de los polleros, exigiéndoles cuotas o secuestrando
en hoteles de baja estopa; situación que comparten con niñas
sacrificando a los inmigrantes. Un ejemplo reciente es el
de otros estados, que son retenidas contra su voluntad por
caso de 72 centroamericanos ejecutados en San Fernando,
- Tamaulipas. Del homicidio en masa ha sido señalado como
bandas locales especializadas en este rubro.
La prostitución es un oficio estigmatizado, ligado de un
responsable el cártel de Los Zetas. No obstante –según datos
lado, a la complejidad de la condición humana y, del otro,
sin confirmar– los grandes cárteles no están relacionados di-
a problemas de orden estructural o social, entre los que se
rectamente con la trata de personas ni con la prostitución. El -
encuentran, el deficiente desarrollo económico de las eco-
negocio es regentado, al parecer, por sujetos ligados al nar-
nomías emergentes que expulsan a poblaciones enteras de
cotráfico pero que no forman parte de la estructura de man-
los lugares de origen obligándolos a la vorágine migratoria
do de los cárteles. Las rencillas violentas que protagonizan
nacional e internacional, o a las filas del ejército industrial
los jefes sicarios, tras la muerte de sus jefes, son el reflejo de
la competencia de los subalternos para construir sus propias de reserva en urbes babilónicas. Metodológicamente, es
útil establecer una diferencia analítica entre prostitución y
estructuras delictivas. En México, los cárteles no pasan de
trata de personas. La primera alude a una serie de prácticas
la media docena. Los demás son grupitos en formación y
y representaciones sociales estigmatizadas, pero que for-
sin porvenir: La Mano con Ojos, La Barredora, el Cártel del
man parte de una tradición, cuyos orígenes se extravían en
Pacífico Sur, Cártel Unido de Acapulco, etcétera; este tipo de
la noche de los tiempos; constituye una forma de explota-
grupos, al carecer de sólidas estructuras de mando y de con-
don, pero es también un oficio, siendo además el comercio
tactos con los proveedores sudamericanos, incursionan en
de las partes más íntimas del cuerpo, la única actividad en
actividades delictivas ajenas al tráfico y comercio de drogas,
que las mujeres ganan más que los hombres. Ser prostituta
entre las cuales están la extorsión a polleros e inmigrantes.
no es delito en México. En ese sentido, resulta pertinente
En el caso del tráfico humano o trata de personas–siguien-
separar fenomenológicamente las historias de las mujeres:
do a Naím—, el traficante coacciona al individuo, hombre o
uno es el caso de mujeres que ejerciendo la sobe ran ía so-
mujer, a través de préstamos leoninos, retención del pasapor-
bre su cuerpo deciden hacer de la prostitución un trabajo y,
te o vendiéndolo a un tercero. En este último caso, el compra-
otro muy distinto, la trata, el de la mujer secuestrada obli-
dor obliga al migrante a ejercer la prostitución, la mendici-
gada a rentar su cuerpo, en condiciones de esclavitud.
dad, o a trabajar en condiciones de explotación extrema. No
Los prostíbulos se erigen como espacios tic sociabilidad
es la modalidad detectada en las fronteras del norte, aunque
masculina, también de iniciación para los púberes; el cine
existen evidencias de campesinos que son retenidos por tem-
los ha señalado como el lugar idóneo para pactar transac-
poradas largas para operar en sembradíos de marihuana o
ciones clandestinas y también, como un "mal necesario", ya
90 lU A'l t . A JAS
LA RUN l•
9I
que hipotéticamente contribuyen a resolver las deficiencias
la clausura del objeto de estudio, sino su transformación.
La otwdad es, finalmente, el único objeto intelectual de la
del matrimonio monogámico. No existe en México ciudad
alguna libre del comercio sexual. Tijuana, Ciudad Juárez o antropología; un objeto de estudio que continuamente se
Tamaulipas atraen a jóvenes de los dos lados de la frontera, desplaza. En la mítica línea que rotula la huella del otro, la
seducidos por la oportunidad de liberar su libido, sin ne- alteridad del desarraigo está presente, y se moviliza acom-
cesidad de acreditar la mayoría de edad. La Riviera Maya, pañando con su experiencia transfronteriza la exigencia
Acapulco o Puerto Vallarla también atraen a este tipo de de una mirada interdisciplinaria, una epistemología de la
clientes. Liberar a las ciudades fronterizas del estigma de la frontera que contribuya a explicar los acontecimientos so-
prostitución es un avance, y otra de las piezas del modelo cioculturales que a diario escriben los habitantes de uno y
que hemos ido armando. otro lado. Pensar "desde la frontera es ubicarse en un cam-
po que niega su centralidad, pues la frontera corresponde
al límite; un l ímite que es inicio y final, ruptura y continui-
Ei ni o dad, hasta aquíallí!"
anís (Valenzuela, 2003).
Mi acercamiento al tema fronterizo proviene de una de
La idea de línea es una metáfora sugerente; invita a leer des- las aristas del prisma de la diversidad y la complejidad
de fuera y a cruzar del otro lado; permite articular cierta idea sociocultural
sociocultural de la frontera: el narcotráfico; un tea ale-
de centralidad epistémica; exige delimitar o cartografiar jado de los orígenes exóticos de la antropología, pero que
el lugar antropológico desde el cual pensamos y escribimos. igualmente me instalan mentalmente frente a la posibili-
Los procesos de reflexividad son de capital importancia en dad de interrogar, desde el asombro los hechos sociales,
el análisis de lo transcultural; el investigador de campo no la iconica del poder y los miles de muertos de una guerra
sólo interviene, sino que también es intervenido; es modifi- inútil. Finalmente, debo confesar que no soy f ronterólo-
cado por la experiencia: "FI pensaba en otras cabezas; y en y go. No obstante, mi oficio de antropólogo me ha llevado
la suya, otras cabezas pensaban. El verdadero pensamiento a indagar en una epistemología de fronteras. Desde hace
es esto", escribió Bertolt Brecht (Augé, 2005:94). algunos años, me intereso por los personajes del derecho:
Jesús Martín-Barbero en Oficio de cartógrafo habla acerca individuos que viven fuera de la ley y que tienen como
del papel que ocupa el lugar desde el cual pensamos; recla- causa común el tráfico de sustancias ilegales y una parti-
cular concepción sobre la línea fronteriza, la frontera per-
ma una reflexión en movimiento, nuevos itinerarios para
indagar lo diverso: "¿quién ha dicho que la cartografía sólo forada; los posmodernos dirían porosa; los colombianos
puede representar fronteras y no construir imágenes de las
hueco, porque a diario la perforan como los ratones al que-
relaciones y los entrelazamientos, de los senderos en fuga so. Escribía Juan José Aureola (1971): "Dos puntos que se
y los laberintos?" (Martín-Barbero, 2002:1 I). El mecanismo atraen, no tienen porqué elegir forzosamente la línea rec-
se complica si el sujeto-objeto de referencia, el otro, habi-
15 ta. Claro, es el procedimiento más corto. Pero hav quienes
ta lugares fuera de los perímetros de la antropología tra- prefieren el infinito"; es decir, lo oblicuo, la pieza final de
dicional o clásica. Lo anterior no indica, en modo alguno, una frontera/modelo muy difícil de armar.

92 LA NON ],
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La violencia en la que se desenvuelve la vida cotidiana de


México es el tema característico de conversaciones, noti-
cieros, artículos en la prensa o simples comentarios entre
las familias. Nadie imaginaba los niveles de esa violencia,
sus alcances y sus repercusiones en México, hasta el grado
de que vivimos en permanente sobresalto, cuidándonos o
pensando en ello a cada paso que damos. I,a frontera Méxi-
co-Guatemala o la de México-Belice ilustran el incremento
de la violencia y su afectación en la vida concreta de miles
de personas. Por décadas, las fronteras con Guatemala y
Belice permanecieron como si fuesen puertas abiertas entre
pueblos, tránsito común de personas de uno y otro lado
que se mezclaban en infinidad de interrelaciones cotidia-
nas. Cruzar el Río I fondo desde Quintana Roo para estar
en Belice era sólo asunto de pagar una modesta cantidad
a la persona que manejaba una canoa y que en menos de
cinco minutos lo trasladaba a uno a Blue Creek. En la fron-
tera México-Guatemala, el cruce del Suchiate era igual de
sencillo, sólo que en este caso, en lugar de canoas se usaban
-se siguen usando- cámaras de neumáticos. Aún queda el
recuerdo en cierta población fronteriza de aquellos días en
queChetumaI, Quintana Roo, era una zona franca y perm
5 tía conseguir quesos holandeses, ron de Jamaica, man tequ
¡la de Australia y de Nueva Zelanda, vinos europeos, toda
96
-97 _
suerte de artículos eléctricos, perfumes, ropa y un sinfín de
truchas, algunas de ellas originadas en Los Ángeles, que
cosas más, a precios baratos. En la propia Mérida, Yucatán,
aún acosan a los migrantes. Las historias de violencia han
una sucursal de este mercado abierto llevó el nombre de
sucedido cada vez con mayor intensidad. En medio de esa
"Chetumalito" porque allí se conseguían los productos que
violencia, se han desarrollado las alteridades que cruzan
entraban a México desde Belice. Las tiendas de la Conasu-
las fronteras. Sin embargo, las relaciones continúan. Las
po situadas en la frontera, en Chetumal, se vaciaban los
mujeres de Guatemala, indígenas, son empleadas para el
días miércoles, en los que la población beliceña cruzaba en
servicio doméstico en ciudades como 'Fapachu la, Chiapas.
masa a hacer sus compras. Hasta el pequeño barco que pa-
Los cortadores de café en las plantaciones del Soconusco
trullaba el río Hondo se hacía de la vista gorda ante tamaña
siguen viniendo desde los municipios guatemaltecos ale-
interrelación. Navegar el río-frontera en ese barco era una
' daños a la frontera. Los hondureños son una presencia
experiencia placentera y hasta surrealista. Los marineros
cada vez más importante en la misma ciudad de Tapachu la
portaban objetos y recados que dejaban a sus destinatarios y se extienden a otras poblaciones de la costa chiapaneca.
mientras recibían otros encargos para la población mexica-
La ciudad de Com itán forma un conglomerado comercial
na. En la frontera México/Guatemala, poblaciones corno
con La Mesilla en Guatemala. Es cotidiano encontrarse en
Ciudad Hidalgo, Chiapas y Tecún Umán, Guatemala, te-
las calles de ciudades chiapanecas como Tuxtla Gutiérrez o
nían un constante intercambio poblacional que nadie regu-
San Cristóbal a migrantes que se autonombran salvadore-
laba. La frontera sur era el punto de la convivencia.
ños, guatemaltecos u hondureños, al tiempo que solicitan
l,a violencia no llegó de pronto. 1-la sido un proceso en
ayuda para continuar su camino. Se trata de una población
el que la frontera con Guatemala y Belice cambió. La zona
que no percibe la frontera cultural mientras está en Chia-
franca se cerró y con ello Chetumal se convirtió en una ciu-
pas, porque las afinidades son muchas; la frontera cultural
dad apagada, que recién se acoge a la vida universitaria
aparece en la Cuenca de México. Allí, Centroamérica ha
y al movimiento que genera el ser la capital del estado de
quedado lejos mientras el horizonte del norte se abre como
Quintana Roo. Paulatinamente, los controles migratorios
un misterio para los migrantes; por ello, llama la atención
se incrementaron hasta hacer del paso fronterizo un trámi-
que los estudiosos de la frontera sur enfaticen las dimen-
te largo y engorroso. Pero ha sido en la frontera con Gua-
siones políticas de las fronteras con Belice y Guatemala,
temala en donde la violencia ha alcanzado mayor intensi-
mientras que en el norte, los académicos dedicados a la
dad, al incrementarse el paso de los migrantes que buscan
reflexión acerca de la frontera resaltan los aspectos cultu-
llegar a Estados Unidos. Desde la década de los ochenta,
rales. Es como si México se concibiera desde el sur como
empezó a notarse la violencia que ocurría en el ferrocarril,
una comunidad política frente a otras comunidades políti-
hasta alcanzar los niveles que lo llevaron a ser nombrado cas, mientras en el norte se resalta la comunidad de cultura
"el tren de la muerte". Es el ferrocarril que partía, antes del
frente a otra, distinta. En ambas dimensiones, la violencia
huracán "Stan", desde Tapachu la, Chiapas, y que hov sale
está presente, como a diario se comprueba a través de los
de la ciudad costeña de Arriaga. Con ese tren se asocia a
incidentes fronterizos, que llegan a culminar en la muer-
las pandillas juveniles centroamericanas, las oraras salva-
:, te de quienes habitan en algún lugar de la frontera o de
98 ANDUS I Al
MENTIDAGE , 'I
99
quienes intentan cruzarla. La migración y la violencia han
acercado a los extremos de México. Las fronteras hacia el indios, caracterizado por selvas de exuberante vegetación
y abundancia de agua y recursos, es también parte de una
norte y hacia el sur están cruzadas por actos de violencia,
mientras los ríos humanos siguen atravesando los linderos imagen que se traslada a sus habitantes: con poco est uerzo
internacionales. Cada vez, con mayor volumen, las pobla- quienes habitan la tierra pródiga consiguen alimentarse; es
ciones de estados como Chiapas o Campeche se unen a los una visión contrastante con la del norte, la tierra desolada,
contingentes migratorios que van hacia el norte, buscando no sólo de recursos, sino del espíritu, según la conocida y
pasar a Estados Unidos. mal afortunada concepción de José Vasconcelos (1958). Esa
Si en algún punto de la geografía mexicana se enlazan fierra de indios, selvática, fue concebida, primero, como un
las dimensiones de la violencia, la alteridad y las fronteras ' desierto desconocido que, en el caso de Chiapas, estaba ha-
culturales, es en la frontera México-Estados Unidos, Mé- bitado por los lacandones. Después fue vista como la fron-
xico-Guatemala y México-Belice. Esos enlaces son los que • tera, en su acepción de frente de expansión, a la manera
acercan a las fronteras, porque la migración es el factor eje del conocido planteamiento de Frederick Jackson Turner
de su articulación. (1893) y, por lo tanto, el territorio que estaba listo para ser
poblado. Así, a mediados de la década de 1950, el Estado
nacional mexicano impulsó un "movimiento hacia las sel-
LAS VISIONES DE I AS IRUNI TRAS vas" que llevó a lo largo de años a campesinos de 26 estados
del país hacia el sureste mexicano. Los estados federados
Año de 1983: La frontera sur de México es un territorio leja- de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán,
no, percibido a media luz por el Estado mexicano, en parti- sobre todo los tres primeros, recibieron distintas oleadas
cular y por la sociedad mexicana en general. Al iniciarse en de inmigrantes procedentes de todos los rumbos del país,
ese año el primer proyecto de investigación antropológica protagonizando la colonización inducida de las selvas del
sureste (Fábregas, 2012).
de la frontera sur, la noción de frontera era un referente del
norte —todo con respecto al centro político del país— y de
una nacionalidad elaborada en el conflicto que agudiza el
ALTERIDADI:5 I:N 10VIr IENIO
contraste entre las identidades que apuntalan a los Estados
Nacionales a ambos lados del límite: la mexicana y la esta-
dounidense. Hacia el sur, la referencia son los pueblos ori- Las identidades no son fijas, emergen en el contraste, en
ginarios y, entre ellos, la pluralidad maya, percibida como la elaboración continua del "nosotros" frente a "los otros".
un bloque cultural. Los conflictos en Centroamérica atraen :Las visiones de pueblos indios parados en el tiempo, eter-
la atención de un Estado nacional y un país más bien indi- lms en la fijación de sus identidades, configurando comu-
ferente hacia pueblos y culturas con los que además de la ;iidades homogéneas de habla y cultura, fueron muy so-
colindancia se comparte una historia desde tiempos remo- corridas en el país y estaban muy difundidas en 1983. Así,
tos. Pero la idea de un sur de México habitado por pueblos la supuesta "identidad maya" se asoció a un pasado de
,I grandezas que forma parte del nacionalismo apuntalado
100
IDENTI
le
desde el Estado nacional. La cobertura de "lo maya" abar- nombre de una ciudad; es decir, maya era el gentilicio de
có al sureste de México, ignorando las tradiciones cultura- los Habitantes de Mayapan.
les de otros pueblos como los toques, los grupos de habla Los castellanos emplearon el vocablo "maya" para nom-
Diurna ngue y, por supuesto, la población de origen afro y
brar al idioma que hablaban los habitantes del norte de Yu-
la mestiza. Más todavía, el sureste de México ha sido el catán. De aquí, el término fue adoptado por los primeros
recipiente, prácticamente desde los días del régimen colo- lingüistas profesionales hacia la segunda mitad del siglo
nial, de una incesante llegada de población asiática, africa-
xix para designar a una familia de lenguas del sur de Me-
na, europea, centroamericana. Las identidades se hicieron soamérica; este es su uso actual, con un agregado de im-
complejas en la medida en que los grupos de población
portancia: el término se extendió a las culturas del sureste
inmigrada arraigaban en cualquiera de los estados del su- de México y de los países centroamericanos de Guatemala,
reste. Este universo de diversidad no se origina con el esta- Belice, 1 londuras y El Salvador. Más aún, el vocablo maya
blecimiento del régimen colonial, sino que es posible perci-
fue adoptado por los arqueólogos para designar todas las
birlo desde que diferentes pueblos y culturas establecieron
ciudades arqueológicas de este extenso territorio. Los an-
sus territorios bastante antes del arribo de los castellanos.
tropólogos sociales v los activistas políticos le dieron el se-
La variedad lingüística fue notada por los primeros misio- llo de identidad con la que actualmente funciona. Así, deci-
neros, convertidos en los primeros lingüistas, para hacer
mos que un tzotzil es maya al igual que un maya yucateco
eficaz la evangelización. De uno y otro lado de los ríos que
o un kanjobal de Guatemala. El 1 de enero de 1994 se habló
ahora sirven de mojoneras entre los Estados nacionales de del "levantamiento armado de los mayas".
México, Belice y Guatemala, se hablaron muchas lenguas,
algunas enfilad ibles entre sí y otras tan diferentes que era
imposible la comunicación. EL ESTAI30 NAL 10iNAI \ )LA EA HAGA H. SUR
La relación del sureste de México —sur de Mesoaméri-
ca en otro contexto— con el término maya es ilustrativa de
Año de 1970: se inicia un período de cambios en el sureste
cómo se elaboró una macroidentidad que traspasó las ac-
de México que afectará la vida en frontera. En primer lugar,
tuales fronteras entre los estados de la federación mexicana los grandes ríos, como el Grijalva y el Usumacinta, son con-
y los Estados nacionales. El término maya abarca hoy más
cebidos como fuentes de energía para generar electricidad e
de 30 lenguas que acusan similitudes en la gramática y/o impulsar la industrialización del país. Se inicia la construc-
en el vocabulario y que están distribuidas en los estados
ción de enormes hidroeléctricas que requerirán el traslado
mexicanos de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco de considerables contingentes de trabajadores hacia el esta-
y Yucatán. Del otro lado de la frontera, su distribución se do de Chiapas. Las hidroeléctricas implican la desaparición
localiza en Cuaterna la, Belice, el occidente de 1 lond oras y bajo las aguas de pueblos enteros. Los cacicazgos locales se
de El Salvador. El término maya en la época colonial desig- ven incapacitados de resistir el avance del Estado nacional
nó a los pueblos que habitaban el norte de Yucatán, asu- mexicano y abandonan sus territorios que, en la mayoría de
miendo que el vocablo se deriva de Ichpaatun Mayapan, el los casos, quedaron inundados. Una
parte significativa de
102
11 1 met i
01
la población desplazada de sus pueblos decide internarse
candonizan los "revivals" cantados en las iglesias del Bronx
en la selva chiapaneca y establecerse en lugares en los que
por la población a froestadounidense. Otras iglesias llegan
la presencia del Estado nacional es débil. Se encontrarán allí
a la selva. Los sonidos culturales se transforman ahora
con grupos políticos procedentes de diversas partes del país
se oirá a los tzeltales cantar al Jesús del Nuevo 'testamento
o bien desprendidos del movimiento estudiantil de 1968, mientras los testigos de Jehová predican y amenazan con la
están en ese lugar porque creen que las selvas del sureste
ira del dios del Viejo "[estamento. La toponimia de las selvas
son cobijo suficiente mientras preparan el asalto al Estado
incluirá nombres como Betania, Nueva Palestina, Jerusalem,
nacional. También se encuentran allí los pueblos formados
Getsemaní o Monte I lebrón. La geografía de los orígenes
por los peones cortadores de café que desde 1940 han huido
del cristianismo se traslada a las selvas del sureste de Mé-
hacia las selvas para salvarse de las deudas adquiridas en xico para dar lugar a gentilicios como "nuevos palestinos"
las tiendas de raya, esas deudas configuraron un sistema
o "betanios". La década de los setenta camina su tiempo. El
de aseguramiento de mano de obra barata, al heredarse las
Estado nacional pone su atención en la frontera sur porque
deudas adquiridas en las tiendas llamadas de raya porque
los conflictos en Centroamérica lo obligan a ello. Son cien-
abrían justo los días en que se pagaba a los peones que de-
tos de miles los campesinos desplazados por las guerras que
jaban su dinero en ellas. Esa mano de obra de indígenas
cruzan las fronteras, portan identidades que serán traslada-
de Los Altos de Chiapas fue sustituida por los campesinos
das a los estados del Sureste. Esta vez los que buscan refu-
guatemaltecos que atraviesan la frontera y se desparraman
gio no son intelectuales que en sus países de origen retaron
por las plantaciones para cortar el café en tanto en sus pro-
a los regímenes políticos en turno, a las dictaduras, ahora se
pios campos las labores de cuidado del maíz no los requie-
[ trata de campesinos cuyas aldeas han sido masacradas por
ren. Son ciclos agrícolas embonados.
sus propios ejércitos; se trata de ese conglomerado que los
Con la construcción de las hidroeléctricas, se incrementó
antropólogos sociales llamaron Maya. Cruzan la frontera por
la presencia de grupos religiosos no católicos que vinieron
los caminos de siempre, por donde transitaron antaño sus
del otro lado de la frontera, en su mayoría de Guatemala,
;antepasados, mientras iban de una ciudad a otra, ahora en
pero también de Belice y El Salvador. Desde la frontera los
minas. Brincan un río que es frontera entre Estados naciona-
predicadores se introdujeron a las selvas para disputarse la
les. Antes, esas aguas eran comunes, líquidos caminos por
población y lograr el mayor número posible de feligreses.
los que transitaron productos, gente, ideas. Se forjan nuevas
Las añejas identidades se transformaron conforme los nue-
identidades. Los que nacen en territorio mexicano se recono-
vos mensajes iban siendo aceptados. El pueblo lacandón,
cerán de los dos lados. No ven las diferencias se aferran a
ícono de las selvas del sur, adoptó en masa el adventismo
ambas tierras. Al ser contratados como peones por el Institu-
del séptimo día. Los viejos cantos -de más de cinco mil to Nacional de Antropología e I listoria (Ai
m O en las ciudades
años- dedicados a los dioses y al maíz se silenciaron para
arqueológicas, s u trabajo reconstruirá lo que hace cientos de
dar paso a los himnos de corte europeo v estadounidense. ñ fueron los espacios de culturas afines, quizá hogar de
Roca de la Eternidad, el canto que escribiera Martín [Altero, algún antepa sa do y seguramente la tierra de los linajes in-
es ahora parte de los sonidos de la selva chiapallera, Se la- dios
dios que dieron origen a las identidades de hov. Ahora, los

!G IDENTIDADI r
1115
kanjobales o los chujes son también de "este lado". El Esta-
stos grupos de campesinos laguneros se encontraron con
do nacional mexicano arremetió contra estas identidades, las
otros campesinos provenientes de Zacatecas, Guanajuato,
ocultó en las estadísticas, ]as negó. Pero allí están, viviendo
Nayarit, Jalisco, Durango, Guerrero, Baja California y Mi-
una dinámica de reproducción y de renacimiento lingüístico
choacán. A todos los cobijó la nueva identidad: eran chan-
mientras reclaman su lugar en la sociedad mexicana.
colones. I,a fijación de población campesina norteña en
Las iglesias no católicas introdujeron ámbitos que per- los
bordes de la frontera sur, como el caso de la colonización
mitieron elaborar las identidades de sus feligreses sobrepo-
niéndolas a las lingüísticas o a las culturales. En esos años de de la región del río Candelaria, alentó al Estado nacional a
trasladar a más núcleos, esta veza la selva de Chiapas. De 26
la década de los setenta, el Estado nacional mexicano quiso
estados del país procedieron los núcleos campesinos trasla-
reafirmar la frontera con Centroamérica percibiendo la otra,
la colindancia con el Caribe, como un ámbito de caracterís- dados a las selvas chiapanecas. En ese abigarrado conjunto
se tejieron nuevas identidades mientras el idioma tzeltal se
ticas diferentes. l'ara reafirmar la frontera sur, en específico
convertía en la lengua franca de los bosques tropicales. Las
la colindancia con Guatemala, el Estado nacional indujo la
i dentidades religiosas se entreveraron con las identidades
colonización de las selvas, poniendo especial énfasis en los
políticas. Ser "catequista" significó "ser indígena y aceptar
estados de Campeche y Chiapas. De paso, el Estado nacional
la teología de la liberación". Emergieron identidades como
dotó de tierras a núcleos de campesinos que lo solicitaban en
"maoísta" al lado de la "zapatista", que convivieron con
varias partes del país. Este proceso de traslado de campesi-
las de diferentes organizaciones agrarias, cada una con su
nos se inició desde los años finales de la década de 1940, pero
sello de identidad. Uno podría decir que la colonización
tuvo su impulso definitivo hacia la segunda mitad de los
inducida de la selva alentó un proceso de proliferación de
años de 1950, con la colonización de las riberas del río Can-
identidades enlazadas a partidos, organizaciones, iglesias y
delaria en Campeche. En efecto, cientos de campesinos de
grupos religiosos en general. Y todo ello remarcó la frontera
la Comarca Lagunera fueron convencidos de dejar sus lares
de origen y trasladarse a vivir a las selvas de Campeche, a la con Centroamérica. Los que hasta la primera mitad del si-
glo xx habían sido espacios selváticos de baja demografía se
vera del río Candelaria, que les garantizaría el acceso al agua
transformaron en territorios recipientes de la dinámica de-
cuya escasez era notoria en la Comarca Lagunera. Estos po-
mográfica más activa del estado de Chiapas en la segunda
bladores norteños llegaron a un medio ambiente que desco-
mitad de la década de 1970 (Fábregas, 2012).
nocían culturalmente. Lo hicieron parecer lo más cercano a
su hábitat: talaron la selva para sembrar el maíz v establecie-
ron otra identidad llamada chan-colona, feliz expresión de
A AD LIAI.IDADI/E I A VRON Fi RA SUR
la escritora campechana Maritoña Quirarte Rodríguez, des-
cendiente de aquellos primeros núcleos de población. Por la
En el contexto de csta inyección de población e identida-
presencia de estos campesinos laguneros es posible oír va-
des, los campesinos centroamericanos desplazados por las
riantes de la canción cardenche, además de la posibilidad de
guerras de esa región siguieron cruzando el Suchia te v el
ver la danza de los ma t'achines en plena selva campechana.
Usumacinta, en busca no sólo de refugio, sino de encontrar
106
J:G DENTID.Ar.i
107
lugares para rehacer su vida. 1m presencia de estos cam- Para dar paso a un nuevo paraíso, las viejas aldeas chonta-
pesinos es parte de una nueva composición de la sociedad les se destruyeron junto con los complejos lotes de cultivo,
chiapaneca que vive en frontera, que acusa sus influencias las huertas y las plantaciones. Materialmente, la identidad
en el idioma, las formas de vestir, la interpretación de la chonta! quedó sepultada al ser arrasada su ecología cul-
marimba, en objetos de artesanía o en la gastronomía. i tural. Los ingenieros planificadores construyeron nuevos
Por supuesto, la presión demográfica ha sido un im- r. pueblos y, asumiendo la tradición del gobernador Tomás
portante factor en la reducción de la vegetación selvática Garrido Canabal, impusieron nuevos nombres a los pobla-
de Chiapas. En la actualidad existen alrededor de 300 mil dos. A San Francisco del Ocotal le pondrían L-40 para bo-
hectáreas de selva, que pueden ser menos porque a diario rrar todo vestigio religioso. A San Juan de las 1 hiedas lo re-
se abren los campos para recibir a más población. El tu ris- bautizaron como N-25 y así, hasta agotar el alfabeto. ¿Cuál
mo se ha consolidado corno una actividad alternativa a la , será el gentilicio de estos pueblos? ¿Por qué convertir un
agrícola o ganadera v se extiende por la selva, no sólo de • vergel en una planicie desierta, polvosa y con pueblos caó-
Chiapas, sino de lo que queda de bosque tropical en Ta- ticos? La única identidad a la que pudieron acogerse los
basco y en Quintana Roo. El contacto con turistas de muy nuevos pobladores fue la que no querían los ingenieros
diversa procedencia está resultando en alteraciones, por el hidráulicos: la religiosa. Ante el vacío, las iglesias evangeli-
momento no de la identidad, sino de los rasgos culturales r.cas avanzaron, creando adeptos entre la población. Los fe-
que, además, pasan a ser un atractivo importante que se Jligreses de una iglesia se aferran a la identidad que de ella
mercantiliza. Las repercusiones que esto tenga sobre las emana. Ahora no son chontales, son bautistas, pentecosta-
identidades es un capítulo abierto. En general, las repercu- les, presbiterianos, nazarenos, pentecosta les del ministerio
siones del turismo alternativo en las comunidades fronteri- de Elohim, luces del mundo o seguidores del tabernáculo
zas es un tema que merece atención y reflexión. del reino. Cada uno de estos pueblos está atomizado en
Año de 1966: se pone en marcha el llamado Plan chon- estas identidades. lin cada uno de ellos existen al menos
talpa en el estado de Tabasco. La Chontalpa es una extensa cinco iglesias diferentes. Pero, eso sí, la presencia del Esta-
planicie que mide ocho mil kilómetros cuadrados, formada do Nacional se consolido en otro más de los estados de la
por el delta del río Mezcalapa y cuyos límites son el río frontera sur.
Grijalva hacia el oriente, el río Tímala hacia el occidente, las Década de 1971 a 1981: los planificadores se dirigen ha-
lagunas litorales hacia el norte y las terrazas pleistocéni- rt.cia la frontera de Tabasco con Guatemala. Inspirados en
cas al sur. En esta extensa comarca, el pueblo chonta] había el Plan Chontalpa ahora impondrán el Plan Balancán-Te-
elaborado una compleja ecología-cultural sellada con una ,mosique; es parte del mismo proceso de remarcación de la
identidad que incluía no sólo la lengua, sino un comple- 1.rfrontera sur mexicana. 1971-1981 es la década de los descu-
jo simbólico unido a una visión del mundo. Quienes con- brimientos V la explotación de los yacimientos de petróleo
cibieron el Plan Chontalpa hicieron de lado la economía que transformaron a •Inbasco de una entidad agroganade-
campesina de los chontales, disminuyendo su importancia ira en una petrolera. El Plan nalancan-Tenosique desapa-
y oponiéndole una visión de industrializar la agricultura. reció a una gran parte de los pueblos chontales y toques,

108 IliG IDENT155 109


obligándolos a emigrar a las ciudades. Fue una década en regresan a sus comunidades traen consigo nuevas formas
que estas migraciones se unieron a los contingentes de tra- de vestir, nuevas hablas y nuevas músicas, junto con nue-
bajadores de la construcción de las hidroeléctricas y de la vos hábitos alimenticios. Entre los rasgos para definir a
industria del petróleo, provocando el crecimiento de ciu- una identidad india de la frontera sur se incluye ahora el
dades como Villahermosa o Tuxtla Gutiérrez. Más aún, estatus de emigrante. Los grupos de música pop y de rock
la infraestructura construida en Chiapas y Tabaseo con el en general proliferan en las comunidades indias del sures-
propósito de controlar el agua de los grandes ríos y gene- te mexicano. Los pueblos cambian sus fisonomías arquitec-
rar electricidad forma una parte importante de los factores ta tónicas por nuevas formas que son traídas de lares lejanos,
que han causado la inestabilidad social en el sureste mexi- de allá, de algún lugar en donde vivieron un tiempo los
cano. Los cambios introducidos destruyeron las ecologías regresados. Las mujeres parecen ser las más conservadoras
culturales locales y alteraron las identidades. En los muni- en estos contextos. Siguen usando sus trojes tradicionales.
cipios fronterizos de Tabasco con Guatemala, Balancán y Son casi monolingües y aún no migran. Son ellas las que
Tenosique, se implantó una agricultura de plantación que preservan los núcleos de la identidad y los mecanismos
comenzó a declinar a partir de 1995 para ceder por com- para su transmisión. Son ellas también las que llevan la ba-
pleto el paso a la petrolización. Aun la ganadería entró en tuta para dirigir hacia dónde van las preferencias religiosas
declive. El mosaico de identidades del Tabasco actual es y el destino de las remesas. Otras mujeres son, así mismo,
el resultado de las transformaciones ecológico-culturales las que han introducido credos tan lejanos como el mu-
mencionadas. El movimiento hacia las selvas del sureste sy; sulmán que avanza en la frontera sur, cooptando adeptos
del Estado nacional mexicano transformó las ecologías cul- con mayor celeridad cada día. La interculturalidad es un
turales de los estados de frontera, remarcando los límites ly contexto cotidiano en esta trama de tramas de las identi-
con Centroamérica. dades. Las oposiciones que las hacen resaltar se presentan
Año 2011: la frontera sur de México es múltiple en su a cada paso. Ciudades corno Comitán, Ciudad Hidalgo,
característica cultural y distinta en sus contextos situacio- Tapachula, 13alancan, Tenosique o Chetumal son recipien-
nales. La dinámica de las identidades se manifiesta en esos tes de sectores de población que hacen esfuerzos notables
cambiantes y distintos contextos, a los que se agrega la por diferenciarse entre sí. Nada más justo en este complejo
compleja trama de los flujos de migración. Los estados de de contextos que hablar de identidades en movimiento, en
la frontera sur son ahora territorios de expulsión de pobla- constante reformulación no sólo de sí mismas, sino de los
ción. Pero no de todos los sectores de la población, son los contextos que permiten su articulación.
pueblos indios los que migran hacia el norte, y se unen a Queda una macroidentidad en el sureste mexicano:
los contingentes de campesinos que vienen desde las pro- la territorial. Es lo que fija el comienzo de la respuesta
fundidades de América Central buscando una nueva vida, , ante la pregunta "cómo te identificas". El contexto territo-
alentados por el malestar en que viven y las historias alu- rial es el factor que indica la posibilidad de una comuni-
cinantes que van de boca en boca acerca de la prosperidad dad en medio de la pluralidad de identidades. El paraje,
que es posible alcanzar en el país de los dólares. Los que el municipio, el barrio, el estado, son referencias básicas.

110 MIi)PJ I +121:GAS PUIG MENTID» JIS IN N!, IV I NI ;I NAO 111


La identidad territorial está por sobre la identidad de len- a hacer presencia en Guadalajara, al lado de los otomíes
gua. La primera referencia es el lugar de nacimiento, su o los mixtecos. Muchos tzotziles v tzeltales se han que-
pertenencia a tal o cual municipio y éste, a su vez, a tal o dado en Sinaloa, la mayoría como estudiantes, pero des-
cual estado, por ello, la destrucción de la territorialidad pués han fincado raíces al pasar del tiempo. Identidades
de los chontales y en parte de los zoques en Tabasco aca- en movimiento que hacen aún más complejo el mosaico
rreó la desaparición de esos pueblos: los dejaron sin sus cultural de México y obligan a una constante revisión de
referentes terrenales. Los pueblos mam de ambos lados la distribución poblacional del país y de la propia catego-
de la frontera chiapaneca-guatemalteca se identifican por ría de identidad.
sus referencias territoriales antes que por la comunidad Existen otros contextos en los que deben situarse los
de lengua. El caso está generalizado. Lo maya es abstrac- análisis de la identidad en la frontera sur. En ciudades
to. Lo concreto es ser tzotzil de San Juan Chamula o de como Tapachula, es notoria la presencia de los hondure-
San Lorenzo Zinacantán. No es lo mismo ser maya de Yu- ños que vienen a unirse a otra gama de identidades en la
catán que de la región de los Chenes en Campeche o de la ciudad: japoneses, chinos, libaneses, españoles, alemanes.
mítica Chan Santa Cruz en Quintana Roo. El territorio fija Lo mismo está sucediendo en ciudades como Comitán o
la identidad, razón por la cual es permisible portar tantas Las Margaritas, que ahora forman parte de una extensa
identidades como se aguante: la política, la religiosa, la área comercial que incluye a ciudades de Guatemala como
cultural, la gentilicia, o cualquier otra dimensión. Al final La Mesilla. La misma frontera sur, la delimitación entre
se es mexicano, de "este lado" de la frontera, miembro México y Guatemala, o entre México y Belice, se diversifi-
de alguna de las macroidentidades con referencia territo- ca, presentando situaciones distintas a lo largo y ancho de
rial: chiapanecos, tabasqueños, campechanos, yucatecos o su traza. Por supuesto, la complejidad es cada vez mayor.
quintanarroenses. Las identidades en la frontera sur se mueven en contextos
Sin duda, la migración enlaza a las fronteras norte y en los que resaltan por su importancia la religión, la terri-
sur. Los caminantes que se inician desde el sur, cruzan torialidad y la migración. Una nueva antropología de las
varias fronteras políticas y culturales, atraviesan el terri- fronteras está frente a nosotros. La dinámica de las iden-
torio mexicano del que decíamos en 1983, "todo México tidades es parte de esa nueva antropología, junto con los
es frontera", para alcanzar el borde norte y tratar de su- problemas de diferenciación y de desigualdad social que,
perarlo para llegar al "otro lado". Para los propios mexi- lejos de mitigarse, parecen ensancharse. A través de la di-
canos de la frontera sur, el camino hacia el norte implica námica de las identidades es posible percibir los cambios
atravesar varias fronteras, que no sólo se refieren a los en la situación de la población en general y los nudos de
límites territoriales entre los estados de la federación, sino relaciones sociales que impiden resolver el problema
a otro tipo de fronteras y de barreras, desde las culturales de fondo: la desigualdad social. Pero también el análisis
hasta las sociales. Varios núcleos de caminantes se van de la dinámica de las identidades es una guía para perci-
quedando en algún lugar del camino, de preferencia en bir la profundización de la variedad mexicana en un hori-
las grandes ciudades. Así, los toques tapatíos comienzan zonte en el que la articulación de la diferencia será tino de

112 nwr vi, manons IDENTIDADES FN 61, 1y


nmc 113
los contextos más importantes para comprender al país y
su futuro. LOS AÑOS QUE VIVIMOS I IORRORIZADOS.
DISCURSOS Y VIOLENCIA ASOCIADA Al,
NARCOTRÁFICO EN TIJUANA 2007-2010
B11311(,RAI ÍA

Alejos García, José, 2006,1)1(1/again/o alteridades. Identidades y pod


Guillermo Alonso Meneses
en Guatemala, México, D. F., UNANI.

Fábregas Puig, Andrés, 2012, "Fronteras y colonialismo: tina re- .INTRODUCCIÓN


flexión desde la frontera México-Guatemala", The latitud o(
Lnlin American and Caribbean Anthopology, vol. 17, núm. 1, ,
: La antropología cultural es un discurso escrito, uno más,
marzo, pp. 6-23.
`:sobre lo humano o "lo esencial y fundante de la especie
Quirarte Rodríguez, Maritata, 2009, Chan-Colora. Imagen (lel pa- humana" (San Martín, 1985), sustentado en una perspec-
sado, orgullo del presente, Campeche, Gobierno del estado ylin
. disciplinar que ha trillado las sendas más recónditas
de Campeche/Dirección General de Culturas Populares/ del planeta, lo cual le ha permitido manejar un espectro
rnc xtyC/ Instituto de Cultura del Estado de Campeche. ¶de comparación cultural más plural o complejo y menos
Turnen Frederick J., 1987, "El significado de la frontera en la iétnocéntrico que el utilizado por otras disciplinas, además
historia americana (1983)", Secuencia, núm. 7, enero-abril, e estar basado por lo general en la observación/diálogo
pp. 187-207. 'de campo y su plasmado!) etnográfica. Sin embargo, como
la violencia homicida del narco en México resulta no-etno-
:grafiable, porque la observación participante de esas accio-
nes resulta éticamente reprobable y peligrosa, opté por un
Acercamiento a través de un tipo de discurso público que
la reconstruye con fines —a priori — informativos. En con-
eto le conferí centralidad analítica al discurso mediático
que registra lo que han dicho mujeres y hombres sobre la
iNtiolencia asociada al narcotráfico en Tijuana, que hacen de
este capítulo una descripción y análisis de fragmentos dis-
;cursivos realizados desde la antropología cultural.
El marco de legitimación del enfoque de los hechos aquí
ánalizados y de la estrategia de investigación desarrolla-
da lo debo, necesariamente, sintetizar, centrándome en los
principales autores. Uno de ellos es el antropólogo Alberto

I19 nnn¢i i AnR: , ,A ,-, PUIG 115


Cardín (1988), quien, propuso en la Coda a su obra ricitos
cinológicos una concepción de la antropología como disci- y a nivel moral lo tendría el relativismo cultural. La antro-
plina dialéctica cuyo discurso (dialógico) es evaluativo pología, por tanto, pasa por el registro de lo que el hombre
y sus conclusiones provisionales (inconclusas). Esta con-1 ha dicho porque las gentes y sus culturas están condenadas
cepción de la antropología implica que su práctica estaría , desaparecer. Suelen correr y correrán esa suerte implícita
Yien aquella pregunta que el mismo Cardín le hiciera a Lévi-
siempre sujeta a "la formulación de opiniones probables
sobre proposiciones contradictorias", con lo cual se descar- $trauss referida a las sociedades al borde de la extinción: "¿Y
ta la posibilidad de establecer leyes generales o un saber qué va a ocurrir? ¿Va a quedar de ellas sólo el recuerdo es-
definitivo. Sobre la cuestión de opinar, ésta no rivaliza con ano de lo que fueron?" (1990:131).
las verdades cientificistas y menos aún con los enunciados La antropología trabaja sobre discursos y etnografías o
ambiguos de la ciencia social que no explicita la naturaleza inonografías de estudios de caso. Según Clifford Geertz en
La interpretación de las culturas, lo que hace el etnógrafo es
epistémica de sus investigaciones. No obstante, ya Ortega
y Gasset dijo: "Todo opinar es teorizar" (1980:111 ).' Sobre la conversar, escrutar los hechos, interiorizar —en cierta forma—
cuestión de las proposiciones contradictorias en antropolo- discurso social (yeti icu lado en actos, gestos, palabras, etcé-
gía, recuérdese por ejemplo que Adam Kuper (1990) trajo a tera) y ponerlo por escrito para su posterior estudio, para su
colación la de Mead y Freeman centrada en Samoa.' posterior interpretación; para posteriormente desentrañar
Partiendo de este marco, Cardín entiende la cultura en o que significa. El texto etnográfico que recoge el discur-
antropología como una noción guía, "un instrumento heu- so social, desde el momento en que tiene que registrar lo
que realmente se dijo, sería más el producto de una alambi-
rístico con el que poder detectar las inercias sociales". La
cultura "es invariancia de los rasgos exitosos, descrita a pos- - :cada síntesis que el fruto de, por decirlo críticamente, un
teriori por conmutación" (1988: 236). Donde lo sincrónico y Amanuense de la realidad. A la síntesis resultante', Geertz la
lo tipológico tendrían el protagonismo a nivel gnoseológico ;denominó una "pieza de interpretación antropológica", con-
sistente "en trazar la curva de un discurso social y fijarlo en
'una forma susceptible de ser examinada" (1992:31).
'Ortega también señaló: "Se da el caso curioso -y el tema merecería
Esta concepción de Geertz que vincula el texto etnográ-
ser tratado aparte, porque es candente y gravísimo- de que conforme la
física se va haciendo más exacta se les va convirtiendo entre las manos a
fico con un discurso social conecta con algunos postulados,
los tísicos en un sistema de meras probabilidades; por tanto, de verdades ,paradigmas y herramientas teórico-metodológicas del Allá-
de segunda clase, de casi verdades" (1981:59). iisis Crítico del Discurso (Acn) de Van Dijk, Wodak, Meyer,
'Abundan las contradicciones o versiones contrapuestas en an- aeger el a/. (Wodak, 2003; Van Dijk, 2003). l'ara esta escuela,
tropología, pero la que posiblemente constituya la más bella \ • amarga ,
"fragmento discursivo" es un texto o parte de un texto
toma de posición realizada en el marco de un estudio etnográfico se
encuentra en Tristes I rópicos, cuando Lévi-Strauss (1988317) manifiesta que aborda un tema, que cuando se combina o relaciona con
que quisiera olvidar la descripción dolorosa que de los nambiquara tiros fragmentos, constituye un "hilo discursivo" que pone
hizo K. Oberg y quedarse con aquella otra que el garabateó cierta no- e man i tiesto la existencia de procesos discursivos temá tica-
che a la luz de su linterna. Y le ofrece ambas para que comparemos,
ente uniformes (Diger: 2003). Eiger ha trabajado el discurso
pa ra (ille opinemos Y optemos ante una insalvable contraericcion.
a partir de la teoría del discurso de Foucault, expuesta en
116 (:ni Pr:15 ni ,41`) ui ril 5E5
117
obras como Lit anpicologéi del saber (Foucault, 2010), pero por incesante e insensata demanda de saber original en muchos
razones de espacio no abundaré en este aspecto del marco campos donde ahora sólo es posible la erudición, ha con-
de análisis de este capítulo. ducido, bien a la pura irrelevancia, el famoso conocer cada
Enfocados así, los discursos sobre la violencia que he vez 'mis acerca de cada vez menos, bien al desarrollo de un
examinando fueron retomados de la prensa local (de Tijua- seudosaber que actualmente destruye su objeto (2005:44-46).
na), mexicana e internacional y de publicaciones académi-
cas o de especialistas en criminalidad asociada al narco y a - A continuación construí una pieza de interpretación
la violencia. Esto me permitió acercarme a cómo se hizo la antropológica en la que he intentado "trazar la curva de un
descripción de los acontecimientos seleccionados, a algu- discurso social y fijarlo en una forma susceptible de ser exa-
nos rasgos culturales vertidos o a la ideología subyacente minada", y que contiene "fragmentos" y un "hilo" discursi-
al texto; al menos la que se desprende de los acontecimien- vo. Elegí este episodio porque, según mi lectura retrospectiva,
tos narrados, los cuales experimenté de la misma mane- fue la última gran acción del cártel de los Amilano Félix (cm)
ra como otros habitantes de Tijuana. La finalidad fue dar y el detonante del bienio sangriento 2008-2009 que horrorizó
cuenta de inercias sociales y patrones culturales. ala ciudad y al mundo, e hizo de 'Fijuana un campo de batalla
El lector exigente pudiere estar tentado a despreciar este entre bandos escindidos que prefiguró lo que luego se repro-
acercamiento que se apoya en la opinión por un lado y en la I atajo por todo México en el trienio 2009-2011, una tempestad
constatación de inercias sociales j/ patrones culturales por otro. de horror y sangre que todavía hoy asola México.
Sin embargo, aquí se intenta ensayar nuevos acercamientos'
a un fenómeno humano no-etnografiable, como se ha seña-
ASALTO A 1 A NIORT,Liii TuaiANA
lado, por cuestiones éticas que tienen implicaciones episté-
micas y metodológicas, y que exige paciencia e intentos de
discernimiento si queremos obtener criterios de explicación Los siguientes son relatos, crónicas e historias,
pero lejos de la fantasía.
cultural-antropológicos y renunciar a los "seudosaberes" o
Posiblemente acusen equivocación,
falsos hallazgos ya denunciados por Elannah Arendt.
pero no mentira.

La irracional creencia decimononica en el progreso ilimitado [- sus BiIJvI oaysrAs (2002)


ha encontrado una aceptación universal principalmente por
obra del sorprendente desarrollo de las ciencias naturales, iLa ciudad de Ensenada (originalmente fundada con el
que, desde el comienzo de la Edad Moderna, han sido creen- nombre de Ensenada de Todos Santos), a orillas del océano
cias "universales", y que por eso podían mirar hacia adelan-
te y contemplar una tarea inacabable en la exploración de la
inmensidad del Universo. 1...1 resulta por definición obvio
. 'Este apartado fue Oid[XIIS/CIO a partir de la información recabada del
que la investigación estrictamente científica en 1-1u manida-: Semanario /chi (2007), la información e imágenes vistas en canales de Lv
des, la llamada Geistesmissenschaften, que se relaciona con como Síntesis de Tijuana ()TeieViSal (local y nacional) o la Agencia Fron-
los productos del espíritu humano, debe tener un final. La teriza de Noticias mii.a ta titulo está tomado de Relea (2(107).

118 1,1111 LERMo MnNOu MENESE LOS AÑOS 01II iluPPoi Aot 119
Pacífico, es el puerto más importante del noroeste de Mé- de rehenes a dos facultativos que estaban de guardia. Des-
xico y llegó a ser la capital del antiguo Distrito Norte, hoy aparecieron como mismo llegaron, sin levantar sospechas,
estado de Baja California. Destino turístico final de cruce- y cuando se desplegaron por fuera del Sonido los primeros
ros-casinos que parten de San Diego y Los Ángeles, de tina efectivos del Ejército y la Policía Federal mexicana, hacía
flota pesquera internacional y llena de bodegas de grandes rato que los malaudros se habían escurrido en la oscuridad
vinos premiados en certámenes internacionales. Está ubi- de la noche.
cada a menos de 100 kilómetros al sur de Tijuana y de la El regreso a Tijuana no lo hicieron por la autopista de la
frontera con Estados Unidos. 1 fasta ella se llega por una costa por la que llegó disimuladamente el grueso del co-
autopista de doble carril que serpentea paralela a la cos- mando, la Secnic Road de las guías turísticas estadouniden-
ta, junto a bellos paisajes y acantilados; la misma autopista ses, sino por la carretera secundaria que lleva a 'recate, una
por donde llegaron dispuestos a realizar un »de especial, al localidad que queda a una veintena de kilómetros al este
caer la noche del 14 de noviembre del año 2007, parte de de Tijuana y que le da nombre a una popular cerveza. El
un numeroso comando armado a bordo de una veintena trasiego de autos no pasó desapercibido. Pero buenos co-
de autos todo terreno y vans procedentes de Tijuana que se nocedores del terreno y con la noche cerrada, sabían per-
unieron a otros con base en Ensenada. El número extraor- fectamente que sería muy difícil que los atraparan. Aun
dinario de vehículos constituye en sí mismo un indicio de así, alguien notó algo sospechoso y dio aviso; enseguida
lo pesado del asunto que los movilizaba. enviaron a averiguar a dos policías municipales a bordo
Irrumpieron en las instalaciones del Servicio Médico Fo- de su unidad. En medio de la noche y de una carretera an-
rense (Semefo) empuñando fusiles ametralladoras A K-47 gosta, la patrulla que avanzaba con las luces destellando
—los conocidos popularmente como Cuernos de Chino por acabó siendo un blanco fácil para las ráfagas de las ahí-
el característico cargador curvo de los kalashnikop— y 1:-15, cuaren taysiete y las u:reí/E/ince que los emboscaron. Los dos
ante la mirada atónita de celadores y familiares que a aque- policías ensenadenses fallecieron acribillados a varios ki-
llas horas gestionaban el destino final de sus deudos. Una lómetros al norte de Ensenada. Fue una ejecución cobarde,
vez dentro, dar con lo que buscaban fue fácil. Amenazaron artera y con la tría puntería de sicarios expertos: el grueso
a los empleados y los comninainu a que les entregasen un de las balas mtiryueadas impactaron en la cabina.
cadáver que desde hacía unas lloras estaba sin identificar Mientras tanto, el resto del convoy continuó la huida si-
en una cámara frigorífica. Sospecho que la palabra conmi- guiendo una estrategia ya harto conocida. La caravana va
nar ya no refleja toda la violencia que alberga su etimología precedida por un coche que hace de antena 0 multen) y a me-
ni menos aún transmite el pánico infringido al interlocutor dida que avanza le da seguridad a los autos principales a los
de los sicarios cuando escuchó algo así como: Mira hijo de que precede; si apareciese la policía, alertaría con suficiente
tu pinche madre, O me dan a quien vengo a bliSt'ar () se van a tiempo a los de atrás. La retaguardia la suele cerrar una o
ir todos a la chivada; y tú, pato, ¡le vas a la Perp7 el primero! dos trucas (del tipo vid; up) que cubren las espaldas como
Escasos minutos después se llevaban en volandas la bolsa fue el caso, tienden emboscadas a los posibles perseguido-
mortuoria con el cadáver, y para cubrir la huida tomaron - res. La carretera que utilizaron los unrcecommutos en su huida

120 ,ES
121
atraviesa la región vitivinícola de Baja California, próxima a Los dos fallecidos viajaban en el helicóptero que se ac-
las comunidades kumiai, que mayormente transcurren entre cidentó el día anterior, 13 de noviembre de 2007. La aero-
montañas y paisajes agrestes poco habitados, lo que llegado , nave había sido contratada por 25 mil dólares que fueron
el caso ofrece numerosos caminos de tierra alternativos. Una .:pagados en el acto y en efectivo para seguir desde el aire
tela de araña que se ramifica en todas las direcciones y que qa carrera internacional off wad Baja 1000 los días que se
eleva las probabilidades de huir sin ser detenidos. Los dos disputaba; una prueba de gran prestigio deportivo donde
empleados secuestrados del Semefo fueron liberados a la compiten autos mecánicamente modificados para alcanzar
mañana siguiente en el extrarradio oriental de Tijuana. altas velocidades sobre los caminos polvorientos y ped re-
Horas antes del robo del cadáver, unos desconocidos ha- gosos de la península bajacaliforniana. Se trata de coches
bían intentado obtener "legalmente" el cuerpo del difunto. de carrera con una estética que recuerda la de la saga ci-
Alegaron que se llamaba Pablo González, el mismo nom- nematográfica australiana Mai/ May, con una carrocería
bre que estaba inscrito en la pulsera de oro que portaba en minimalista hecha a base de tubos de acero y aluminio
vida el fallecido. Las credenciales que presentó un supuesto anodizado, potentes y enormes amortiguadores, refuerzos
primo no fueron aceptadas como válidas y con burocrática metálicos para proteger las partes mecánicas vulnerables
displicencia fueron rechazados, para enojo de los deudos. como el frontal de los radiadores, los motores de diferen-
Las leyes mexicanas y la burocracia que vela por su cum- tes cilindradas y categorías y las robustas ruedas all terral?,
plimiento exigen que se acredite de forma fehaciente la con- con tacos de caucho que aseguran el grip de los neumáticos
dición de parentesco para liberar un cadáver a quienes lo :sobre la tierra. Estamos hablando de unidades cuyo costo
reclaman y no había ningún González con vínculos sanguí- puede sobrepasar los 100 mil dólares o euros; los presu-
neos directos entre aquellos que se apersonaron a realizar la puestos para la logística de las mejores escuderías para esta
gestión. Tampoco, al parecer, funcionó el soborno. En cam- prueba pueden sobrepasar los 50 mil dólares. Los mejores
bio, el acompañante del anónimo cadáver también muerto :pilotos deben contar con el apoyo de autos auxiliares que
en el mismo accidente sí fue entregado a sus familiares tras cargan ruedas .y piezas de repuesto, así como con un equi-
el rutinario trámite de verificación del parentesco. i.po de ayudantes para los pits.
Durante el día, se les había practicado a ambos la autop- La Baja 1000 recorre cada año de norte a sur distintos tra-
sia de rigor y tomado diversas muestras. El protocolo cl' emos que suman 1 000 kilómetros a lo largo de intrincados
nico-forense puesto en marcha estaba sometido a un plus senderos de tierra de la Baja California, cuya extensión total
de morbo, pues se esperaba que los análisis despejaran la desde Tijuana a Los Cabos, donde concluye, es de aproxima-
incertidumbre en torno a la identidad de uno de ellos, y es damente 1 90(1 kilómetros. Comenzó a celebrarse mucho an-
que sólo las pruebas pericia les podían determinar si en rea- tes que la París-Dakar, a ella, acuden los mejores pilotos off
lidad el cadáver pertenecía a un importante capo del narco .r.roacl del hemisferio occidental patrocinados por las mejores
tijuanense —incluso se llegó a decir que se trataba del jefe" marcas publicitarias, que suelen tapizar con las ccliCOMil-
de jefes del Cártel de Tijuana—, tal como había apuntado un : nías de logos & brands la superficie de los autos toduterre-
soplo que alguien hizo anónimamente vía telefónica. mo de carrera. Son usuales marcas como Monster, Red Bull

122 Hui, ESES LOS AÑOS [oF1 vod]rs1, mntNOP.I 123


o Sobe entre las bebidas energéticas; Bridgestone, Lin iroyal, a los accidentados. Isaac Sarabia y Rodolfo Calvillo, piloto
liurotire O HP Goodrich entre los fabricantes de neumáticos; copiloto respectivamente, quedaron heridos de gravedad y
amortiguadores Fox o Kiugs. Buena parte de los mejores pi- fueron trasladados al hospital Velmar de Ensenada. Dos per-
lotos participantes proceden de el vecino E. U. y la inscrip- sonas más fueron rescatadas ya sin vida. Un videoaficionado
ción en alguna de las distintas categorías, además de cara, que grababa la carrera tomó las trágicas aunque espectacula-
está bastante disputada. res imágenes, que luego dieron la vuelta al mundo.
El helicóptero accidentado seguía a un coche participan- El video del accidente conmovió a los telespectadores
te que posteriormente se pudo comprobar que estaba equi- urbi et orbi. Al impacto visual se le unía, en un primer mo-
pado con lo mejor en accesorios pero sin nada de publici- mento, la circunstancia de que las víctimas eran un repor-
dad. Todo un lujo que sólo se lo puede permitir alguien tero y un fotógrafo deportivos que estaban cubriendo la
con demasiado dinero. El resto de los coches tenían la pu- competición. Sólo más tarde se aclaró que los dos fallecidos
blicidad de los sponsors tapizando su carrocería junto con no eran periodistas, sino dos particulares que habían con-
el número de competidor, pero este auto gris marengo no, tratado el helicóptero para seguir a un coche participante,
y tras tornar la salida, el helicóptero comenzó a seguirlo. El sacar fotografías y videograbar su performance. Esta aclara-
primer tramo transcurrió con normalidad hasta que am- ción se hizo cuando pocas horas después un anónimo sem-
bos, auto y aeronave, enfilaron hacia un cruce de caminos bró el aviso sobre la "importancia" de uno de los fallecidos.
que obligaba a girar sobre un cerrado ángulo recto para a Ante esta posibilidad, que indicios en mano se presentaba
continuación poner rumbo al sur por una pendiente, larga, bastante verosímil, se apresuró el ritmo de las indagacio-
polvorienta y recta. Tras ejecutar la maniobra de cambio de nes oficiales para esclarecerlas. Estuvieron circulando otros
dirección, el helicóptero que volaba bajo para que los dos rumores y pitazos, hasta que con el transcurso de las horas
pasajeros pudieran filmar mejor la carrera chocó con los se decantaron y finalmente el cadáver robado no corres-
cables del tendido de alta tensión, las aspas se enredaron pondía al hijo de Enedina Arellano Félix -como se dijo-
fatalmente y tras girar sobre sí mismo debido a la inercia, la cerebro financiero de la organización criminal conocida
se desplomó con la torpeza del peso muerto que deja de como cártel de los hermanos Arellano Félix, CAE, o cártel
volar, como esos caballos desbocados que tras ser laceados de Tijuana, denominación ésta que no es del agrado de las
por las patas se van de bruces. autoridades locales, que insisten en que esos delincuentes
El aparato cayó finalmente sobre la parte trasera y, tras nada tienen que ver con la industriosa Tijuana.
tocar el suelo el rotor de cola, se fue sobre un costado. Era Las primeras pruebas forenses descartaron el rumor o,
un tramo que por estar a pocos kilómetros de la salida, a las si se prefiere, encaminaron las pesquisas hacia lo que de
afueras del casco urbano de Ensenada, acumulaba un gran cierto albergaba éste. Cuando el río suena, algo lleva. Al
número de espectadores, y algunos de ellos estuvieron a pun- parecer, este jefe de jefes, Fernando Sánchez Arellano co-
to de ser aplastados. Por esas asombrosas casualidades de la ; nocido como el "Ingeniero", la actual cabeza, era el q ue
vida -otros dirán milagros- en cuestión de segundos pasa- manejaba el volante del auto que era filmado por los ocu-
ron de ser potenciales víctimas a ser los primeros en auxiliar pantes del helicóptero. De hecho, tras el accidente, el auto

12,1 LOS ANO', QUE VD/1


125
gris desapareció de la carrera sin dejar rastro. El rumor, sin
ellos murieron en hechos violentos, están "desaparecidos"
embargo, sirvió para destapar la identidad del nuevo líder
o encerrados en cárceles de alta seguridad. Por ejemplo,
del cw, últimamente denominada iiAr, por Organización y
el "Tiburón" —uno de los juniors coetáneos del "Abulón"—
no cártel. Aquélla fue la primera ocasión en que se "certifi-
se había suicidado unos años antes cuando fue acorrala-
caba" la existencia e identidad del nuevo capo que llegó al
do por sicarios de un cártel rival, según unas versiones en
cargo "demasiado" joven tras la detención de su tío mater-
Ciudad Juárez, según otras en la ciudad de Guadalajara.
no, conocido como el "Tigrillo" en agosto de 2006. Y todo
Los narcos jamás han reconocido públicamente la muer-
apunta a que era el jefe más joven de todos los cárteles del
te de una pieza importante de su organización. Este secre-
narcotráfico mexicano, ya que rondaba los 25 años.
tismo también la aplican a la recuperación de los cadáveres
Tras descartarse que uno de los fallecidos fuera la cabeza de alguien de los suyos, por lo general sin mediar violen-
del CM' o del (MIT, pasó a primer plano un segundo rumor
da. Un buen soborno es la práctica más habitual y fue así
que también se había propagado tras el accidente. En ver- 1; como rescataron el cadáver de uno de los jefes del ( AF, Ra-
dad, se trataba del "Abulón" (nombre de una especie de món Arellano, que murió en un tiroteo en Mazatlán, Siria-
ostión que se da en las aguas frías del Pacífico norte), y .. loa en 2002. E igualmente son habituales la celebración de
que era el alias tras el que se escondía Francisco Merardo velorios y funerales de honor hechos con discreción pero
León Hinojosa. Un histórico narcoiunior, experimentado e
con toda clase de lujos, los denominados por cierta prensa
importante hombre de confianza de la organización. Los narcofunerales (también se habla de nareobautizos y narcalto-
narcojuniors fueron un grupo de sicarios captados entre las , das), que al parecer contarían con la presencia entre secreta
familias bien de la sociedad tijuanense de los años ochenta. y discreta de altos prelados de la Iglesia. A este respecto,
Un perfil desconcertante porque rompía el patrón cultu- la película FI crimen del padre Amaro recrea los nexos entre
ral de los sicarios que solían y suelen reclutar los cárteles curas y narcos; y el reciente robo del cadáver del Laica, ca-
mexicanos. Estos juniors habían ido a los mejores colegios
beza de los Zetas, en octubre de 2012, es el último episodio
privados de Tijuana, algunos pertenecientes a órdenes reli- de un rescate semejante.
giosas, y habían crecido en el seno de distinguidas familias
Sea como fuere, la muerte y el rescate del "Abulón" se
de la alta burguesía. Esta tragedia social, que dejó bien cla- . puede considerar a posteriori como el episodio que dio ini-
ra la capacidad de seducción y corrupción del narco, toda- cio a la actual crisis de la Organización Arellano Félix, ca-
vía hoy sigue desconcertando a la sociedad tijuanense. racterizada por una escisión violenta v la emergencia de
Sólo varios meses después la rue (Procuraduría Gene- los narconacos (sic), jóvenes o adultos pobres y nuiloducaties
ral de la República) pudo confirmar; tras la realización de —si se prefiere, embrutecidos o zafios— que son reclutados
distintos estudios con fotografías, lo que ya se había dado en las colonias y rancherías controladas por el narco y que
por sentado popularmente desde los primeros días: que el juegan el rol de carne de cañón, torturadores sin escrúpu-
muerto rescatado del Semefo de Ensenada era efectivamen- los y obedientes verdugos sin atisbo alguno de piedad:
te el "Abulón". Su muerte supuso el final del último narco- ;
los apodados "la Perra" o el "Pozolero" son ejemplos de
junior de prestigio en el interior del cártel. La mayoría de narconacos, diferentes a los narcejoniers. Posteriormente,

126 ^ILSES OS AriOs r ]r ()pi.


12/
ocurrieron dos hechos que insinúan una conexión oculta. ',accidente. Los pilotos también pasaron de ser sospechosos
Uno es que meses después otros sicarios importantes del `estrechamente vigilados en el hospital por el Ejército, tras ser
mismo cártel, como el "Ciego", fueron detenidos en distin- acusados en un primer momento de estar en la nómina del
tas localidades bajacalifornianas cuando iban a competir narcotráfico, a honrados trabajadores que habían aceptado
en otras carreras similares: la Baja 500 y la 250. La afición de buena fe un contrato donde todo estaba en regla. El episo-
por las carreras off ?vid de los narcos pesados, al parecer, era dio del Semefo y la ejecución de los dos policías certificaron
un secreto a voces. La otra es que siempre suele haber un oj 'que el narco estaba de por medio, disparando más rumores
soplo o rumor que acierta desde un primer momento con y elevando el rating de los programas. A medida que se iba
el nombre de la víctima. concretando la imagen central del puzzle de lo sucedido y las
Estos "soplos" en forma de información anónima y ipiezas se colocaron con mejor criterio, el resultado final tam-
apuntes precisos sobre un suceso o el sentido de lo ocurri- poco disgustó a nadie. Pero la amorfa información y los d is-
do, de unos años a esta parte, suelen hacerse también en tintos intereses (creados) acabaron resultando materia pimpi-
los foros de lectores que tienen la mayoría de medios elec- cia para ilustrar la leyenda negra que subyace a este suceso.
trónicos para comentar sus notas y artículos, lo que redun- Una anécdota relacionada con estos hechos arroja luz
da no sólo en la velocidad de propagación de las noticias, 'sobre cómo adecuar lo acontecido para mejor transm i-
sino principalmente en la acumulación de datos y análisis tirlo o, más concretamente, sobre cómo las empresas de
de los hechos, algunas veces con una agudeza que desbor- - ,comunicación cocinan la noticia con la coartada de la
da con creces las investigaciones oficiales. •distancia. Todo Consejo de Redacción que se precie sabe
El accidente del helicóptero cuyas imágenes —insisto una cómo lograr calzar el titular con gancho, en el zapato
vez más— aparecieron en la prensa, radio y telenoticieros y de cristal de la veracidad y el rigor, aunque ya sabemos
otros programas de televisión internacionales, junto a la ca- que para captar la atención de los lectores, vulgo al fin y
dena de acontecimientos posteriores —yo vi las imágenes por al cabo, Lope de Vega dio la receta para darles gusto. El
primera vez en el noticiero nocturno de López Dóriga en Te- diario El Pail,;, de España, publicó una crónica de Eran-
levisa—, ilustran claramente la relevancia "del cristal con que' tesc Relea firmada en México (sic) el 22 de noviembre de
se miran" las cosas de este mundo engañador sobre el ánimo •007 —a nueve y ocho días respectivamente del accidente
de las personas. Los hechos pasaron a verse y valorarse con Y del rescate— cuyo título ejemplifica el grado de defor-
otros ojos en cuestión de horas: de la lástima por la muerte -Macion —alteración le dicen los puristas— que hay que
de unos periodistas deportivos se pasó al morbo sobre la Imprimirle d la información yen particular a los titulares
identidad siniestra de uno de los cadáveres. El accidente de medida que crece la distancia cultural del lector pro-
los reporteros pasó a ser el accidente de los narcos, transmu- medio con respecto a los hechos. El titular fue: "Asalto a
tando la opinión y atención de las audiencias curiosas. a morgue de "Fijuana. Un grupo armado niba el cadáver
,as identidades y los esta tus de las víctimas, que se reaco-, de un narcotraficante en México".
mudaban a medida que fluía la información y ganaba en Ante esta trampa, no queda más remedio que pensar, o
precisión, sin duda le confirió
unas dosis de morbo extra al :que se trata de un achaque crónico muy parecido al que

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con más de 30 mil asesinatos en dos años. Aquella guerra año, y unos 4 mil de 2001 a la fecha, es explicada como
fratricida se cobraba a diario víctimas a cuatro bandas: en- producto de la recomposición de los grupos delictivos
tre las dos facciones, entre agentes de policía y militares, y asociada 'al combate del Gobierno mexicano en contra
entre inocentes. La violencia llegó a cuotas de horror nunca del narcotraticow; es decir, algunos actores críticos de la
antes vistas, hasta que en enero y febrero de 2010 cayeron sociedad mexicana ya estaban denunciando, antes de la
el "Teo" v semanas después su hermano y lugarteniente el guerra de Calderón, lo que estaba ocurriendo. Se hablaba
"Chiquilín", y el "Muletas" en Baja California Sur; la "Pe- con escándalo de 4 mil muertos, sin saber que serían más
rra" había caído meses atrás. de 80 mil a finales de 2012.
Tan sólo unos años antes, nadie llegó a imaginar que en Dos años después, el 10 de diciembre de 2007, las agen-
'Tijuana se libraría una cruel guerra intestina, como tampoco cias de noticias Al]' y Reuters despachaban una nota en la
nadie vislumbro el campo de batalla en que se iba a conver- que reproducían declaraciones del entonces procurador ge-
tir México meses después. Tres años antes de aquel fatídico neral de la república, Eduardo Medina Mora. El funcionario
2008 ni las autoridades ni la prensa mexicana se imagina- estimaba que 2007 terminaría con una cifra de ejecuciones
ron la tempestad de horror que se avecinaba. A fines del ` "atribuidas al narcotráfico" muy parecida a la de 2006, y las
sexenio de Fox, cuando las cifras acumuladas ya comenza- estimaba en 2 500. Las palabras de Medina Mora en aquella
ban a ser escandalosas, José Reveles (2005) establecía que nota decían: "El nivel total de homicidios violentos relacio-
durante el mandato del general Rafael Macedo de la Con- nados con el narcotráfico en este año estará muy cercano al
cha al frente de la Procuraduría General de la República nivel del año pasado, pero como tendencia ciertamente va a
(PcR) el promedio diario nacional de muertos atribuibles al verse disminuida en el año próximo" (AHV Reuters, 2007).
narco fue de 3.3 asesinatos. Y, haciendo historia, Reveles re- El procurador, o fue incapaz de analizar e interpretar la es-
cordaba que cuando Jorge Carpizo tomó posesión de la 'GR calada de la violencia habida en dos años juzgándola excep-
en 1993, se había reportado "más de siete mil ejecuciones cional, o lo que hizo fue ofrecer una proyección optimista
en los 12 años precedentes. El promedio no varía sustan- para apaciguar las críticas, pues lo cierto fue que las víctimas
cialmente de esa época: dos asesinatos cada tres días du- se iban a triplicar en menos de un año. Aquella predicción
rante todo el año". Tal vez el autor debió haber dicho tres fallida, sin embargo, permite ahora evaluar mejor lo inespe-
asesinatos cada dos días, porque entre 1981-1993 murieron rado de lo que ocurrió en 2008.
en crímenes asociados al narco las mismas víctimas que en Unas semanas después, el diario E/ País de España pu-
todo 2008, cuando se estima que murieron 6 756 personas. blicaba otra entrevista con Medina Mora realizada por su
Unos meses después del artículo de José Reveles, Car- corresponsal en México, Francesc Relea (2008), en donde
men Aristegui mostraba la misma sorpresa, insisto, cuan- el funcionario sostenía la misma previsión. A la pregu n-
do aún faltaban tres años para que se diera el infausto sal- ta, ¿con cuántos muertos termina el año 2007?, respondía:
to cualitativo y cuantitativo que comenzó a producirse en "El problema son las ejecuciones, que son homicidios do-
2008. Aristegui (2005) escribía: "1.a violencia que hoy im- losos cometidos con algún grado de violencia extrema y
pera, que ha traído más de 800 muertos en lo que va del que pueden ser atribuibles a la delincuencia organizada.
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En nuestra cuenta, cerraremos el año con unas 2 500 ejecu- del "leo" en Tijuana fueron de los primeros en torturar,
ciones. El año pasado terminamos con 2 350". Y también mutilar, decapitar o dejar mensajes explicativos en forma
era significativa la respuesta a la pregunta, ¿cuáles son los de avisos para que tuvieran el mayor eco mediático. Toda
territorios en los que el crimen organizado trata de tú a tú una puesta en escena, lo más macabra e intimidante posi-
al Estado?, al apuntar: "La mayor impunidad es en la fron- ble; acciones que han de concebirse como terrorismo o, más
tera norte, especialmente en los estados de Baja California exactamente, narcoterriirismo.
y Tamaulipas, en los extremos de la costa del Pacífico y de No obstante, la cuestión de las cifras y el recuento tiene
la costa del Golfo de México"; es decir, el CAE y los Zetas. unas características metodológicas y terminológicas que
Ciudad Juárez aún no se había convertido en el principal hace necesario reparar en ellas. A finales de 2011, el sema
campo de batalla. nario Zeta de Tijuana hizo el esfuerzo por establecer una
Gustavo Castillo (2008) hizo una síntesis de 2008 el úl- cifra de los cinco años que iban de sexenio de Calderón.
timo día del año en el diario La jornada. Tras constatar la
presencia de nuevos cárteles —más bien fueron escisiones Recurriendo como metodología a la comparación de tarjetas
informativas de las secretarías de Seguridad Pública tanto
como la producida en Tijuana y Baja CaliforMa entre el CAF
municipales como estatales, y a estadísticas de las fiscalías y
y el 'Feo— como el de los hermanos Beltrán Leyva, que se
procuradurías generales de Justicia de los estados con la in-
separó del cártel del Pacífico del Chapo Guzmán, y Los Ze-
formación del Sistema Nacional de Información, Zeta llegó a
tas, separados del cártel del Golfo de los hermanos Cárde-
la conclusión que durante los cinco años de gobierno calde-
nas Guillén, o adelantar que la mitad de los asesinatos se ronista, la cantidad de muertos llegó a 60 mil 420 (Zeta, 2011).
cometieron en Chihuahua, Baja California y Sinaloa, hizo
una primera estimación que luego se supo que se quedaba Del I de diciembre de 2006 al 31 de octubre de 2011 el Sis-
corta: "Para este año, con corte a la madrugada del 30 de ' tema Nacional de Información dio cuenta de 80 107 homici-
diciembre, la cifra oficial reportó un total de 5 620 asesi- ,- dios dolosos, de los que 60 420 crímenes estaban presunta-
natos ligados al crimen organizado, entre ellos más de 40 mente relacionados con el crimen organizado. Zeta registró
decapitaciones, y ejecuciones múltiples en Ciudad Juárez, y 2 826 en 2007, 6 837 en 2008, I 1753 en 2009, 19 546 en 2010,
Creel, en Chihuahua; Tijuana, Baja California; Sinaloa y el yen 2011, del I de enero al 31 de octubre, se llevaba contabi-
Estado de México." lizados 19 396. A este respecto, Gustavo Castillo (11 de ene-
Insisto, al final del 2008 casi se triplicaron las muertes, ro de 2001) señalaba que los registros (provisionales) de la
y finalmente se contabilizaron 6 837 asesinados. También, PGR hablaban, para el período I de enero al 30 de septiembre

comenzaron a aparecer evidencias de un ensañamiento y de 2011, de 12 903 asesinatos. Esto suponía 3 753 casos más
brutalidad con las víctimas que hasta unos años antes d -que la contabilización anual que realizó el diario La jornada,
narco se había cuidado de no hacerlas públicas. Los carte- : que para lo que iba del sexenio estimaba un global de 55
les dejaron así a un lado el estratégico perfil bajo para "no :671 homicidios. "Fallecimientos que por sus características
calentar la plaza" y comenzó una etapa donde se trataba; lpodrían haber ocurrido en el contexto de rivalidad entre or-
de escandalizar a unos v aterrorizar a otros. Y las huestes- ganizaciones delincuenciales" (Castillo, 2011).

LOS AÑOS 9111. VIVO-11y, pipE3J, R


1 la NESES
L I 1.111) Al (1N
Estas dos estimaciones, basadas en fuentes oficiales y de los últimos cinco años, 48 692 corresponden a 12 estados
los propios medios, que oscilan entre los 60 420 y los 55 de las 32 entidades federativas; es decir, 12 entidades fe-
671 homicidios son, en cierto sentido, los muertos oficiales, derativas concentran 80.5 por ciento del total de crímenes.
pero hay otros tantos o incluso dimensiones de los encon- Más de la mitad de esas muertes, 32 119 (53 por ciento ) se
trados que son inciertas y contusas. Así, por ejemplo, como distribuyen en cinco estados: Chihuahua (12 712), Sinaloa
lo señala /eta: (7003), Guerrero (5 175), Baja California (4014) y Estado de
México (3 215).
En las estadísticas del Sistema Nacional de Información Se estima que las víctimas inocentes, ajenas al conflicto,
existe una especie de fosa común virtual. 1...1 Ahí están "blancos civiles" o "daños colaterales", son aproximada-
amontonados los muertos no identificados, muchos des- mente 10 por ciento: Zeta lo establece en 6 042; desde me-
aparecidos reclamados por familiares en las marchas, los
nores de edad hasta activistas y periodistas, desde abuelas
que quién sabe de qué país centroamericano venían, los
ancianas a transeúntes atrapados en el fuego cruzado. Exis-
calcinados, los pedazos de los desmembrados, los cráneos
ten otras fuentes, que por falta de espacio no incorporo,
encontrados por montones, los cuerpos putrefactos des-
que hacen cálculos que estiman otros "daños colaterales".
enterrados como si fueran papas de las fosas clandestinas
por todo el país, las cabezas sin cuerpo dentro de bolsas de Durante los cuatro años que van de enero de 2008 a
plástico color negro (Zeta, 2011). diciembre de 2011, además de este crecimiento inaudito
de los asesinatos, con una cifra propia de una guerra civil
De las 60 420 ejecuciones registradas por Zeta, clasifica- o conflicto bélico internacional, se produjeron escisiones
das oficialmente como homicidios dolosos cometidos "por , en el interior de los cárteles y emergieron otros nuevos,
arma de fuego", "por arma blanca", "sin datos" y "otros", así como una lucha abierta por la disputa de territorios,
21 768 corresponden precisamente al rubro de "otros". En rutas, "plazas" (ciudades) o colonias, lo que produjo el
estos "otros", tienen su tumba virtual —Zeta dixit— los decapi- desplazamiento de unos o la desaparición de facciones.
tados y otros difuntos para los cuales no existe una categoría Por ejemplo, el cártel de los hermanos Amezcua, de los
en el formato de incidencia delictiva del gobierno federal. hermanos 13eltrán Levva o la Familia Michoacana prác-
Por último, 6 257 están clasificadas como "sin datos". La ticamente han desaparecido o se han reorganizado, así
suma de las categorías "otros" y "sin datos" arroja 28 025 mismo, ha habido secuelas e impactos en ciudades, loca-
víctimas, que representan 46.38 por ciento del total. Son víc- lidades y regiones que se han traducido en éxodo o mi-
timas de las que no se sabe nada, sin filiación ni identidad, graciones forzosas que remiten al esta tus de los despla-
restos humanos sin dignidad aparente. También se ignora : zados por conflictos, y hay peticiones Lie asilo. El flujo de
todo sobre las circunstancias del crimen y del victimario. exiliados a listados Unidos (Aguilar, 2012)y de los despla-
Interpretada a la luz de otros criterios, la cifra de 60 420 zados al interior de ciertos municipios, regiones y estados
muertes está repartida por toda la geografía nacional, sólo . mexicanos crece en importancia y se está documentando
que prácticamente 80 por ciento (48 692) se reparte entre (Notimex, 2012). Las secuelas dejadas en sobrevivientes o
12 estados relacionados con el crimen organizado durante en las familias de las víctimas, en amplios sectores sociales

131, In:ESES LOS AN, ■ 137


que cambiaron radicalmente su estilo de vida en aspectos John Keane ha sido uno de los teóricos que ha insistido
como el ocio, etcétera, está aún por investigarse. J en ello, cuando plantea que los medios de comunicación
rr
saben de la atracción que la violencia suscita en el gran
público y aquéllos, en consecuencia, "se rigen por el lema
DISCURSOS Y 011 NIONFS 5013121 IA V101 I.:9CIA NARCO] FRROMSEN periodístico: «Si sangra, vende»" (Keane, 2000:15). No obs-
tante, hay otro componente, digamos objetivo, que también
1 debemos tener en cuenta y que Bastida trae a colación: "Si
El fenómeno que estoy analizando, ya lo señalé, está me-
la realidad es incómoda, la información será incómoda".
diatizado por su reconstrucción a partir de la información
Por tanto, ya sea por la expectativa de las ventas y el rating
escrita en las páginas de papel y electrónicas de los distin-
de las audiencias, ya sea por la gravedad de unos hechos
tos medios. No me detendré en la cuestión de la informa-
inocultables bajo un régimen democrático, no se puede
ción de segunda mano, porque en estas circunstancias es'
ocultar el terror cotidiano y menos aún tras la huella acu-
valiosa, ya que es una alternativa a la información oficial.
mulada que deja su trascendencia mediática en la opinión
La cobertura de esta información con objetividad y trans-
- pública o en la sociedad, sin negar que haya moderación o
parencia, además, ha enfrentado a los medios y a los pe-
'de plano autocensura por parte de algunos medios, mien-
riodistas a dilemas y problemas como los "costos" de la li- -tras que otros se posicionan en el extremo opuesto.
bertad de expresión —en México se han producido decenas 1
Los medios masivos de comunicación no son un inter-
de atentados y ejecuciones contra periodistas— o los límites
': mediano neutral, de la misma manera que el ejercicio del
del sensacionalismo.
periodismo está sujeto a presiones, a percepciones subjeti-
A este respecto, Sabino Bastidas (2010) se preguntaba
Hvas, líneas editoriales, textos desiguales y de diferente na-
con motivo de la trágica muerte de la niña mexicana Pau-
turaleza, o a las cambiantes circunstancias. Entre estas últi-
lette: "¿Por qué la nota roja ocupa cada día más espacios en
- mas, están las agendas ocultas o los intereses que impulsan
la prensa mexicana?". Y refiriéndose en concreto al círculo
a las empresas de comunicación, que están detrás de todo
vicioso de la nota roja o amarillismo periodístico, señalaba:
comité de redacción, que además de operar con las formas
"Se pone la violencia porque la gente lo ve. La gente ve
y los métodos de la propaganda comercial, conducen los
la violencia porque los medios la ponen. ¿Quién empezó ,
sentimientos y las emociones, como apunta Carlos Fazio
primero? j...1 El amarillismo nace de una guerra caracte-
(2012); así mismo, generan con sus análisis y textos imáge-
rizada estrictamente por criterios económicos, de poder y
nes de la realidad sesgadas y discursos de legitimación de
de mercádo. Surge con el afán de vender más diarios". La t,
y lo que está ocurriendo. Según Eazio, la muerte de miles de
conclusión es clara y Bastilla toca las fibras sensibles del
;personas, incluidos inocentes, desapariciones, contamina-
debate; estamos ante intereses creados. Y el narco utilizó clon de la vida con el miedo y sensación de inseguridad,
este interés mercantil cuando inventó las luirconumla con :violaciones a los derechos humanos, también están acom-
mensajes y explicaciones, o cuando colgó a los ejecutados
pañadas por "campañas de intoxicación (des)informativa",
de puentes en medio de las ciudades. "más de 250 mil desplazados internos forzosos" y ocurre

138 L,;ip l i EEmi ot1 , 1,1 ,.■ i r1FNFSES LOS ANCP, 911< vlvcM1lnti 110",1,1 ( 139
ana, despiadada) que comenzaron a darse en esta guerra,
que "jóvenes adictos y pequeños delincuentes son vícti-
tanto contra rivales de otros cárteles como contra policías,
mas de la limpieza social de escuadrones paramilitares"
'libres o civiles, como los migrantes que cruzan México.
(Patio, 2012).
Tijuana en 2008 vivió una balacera que obligó a evacuar
Esta perspectiva crítica de Fazio, que nos recuerda algu-
a guardería a mediodía, un acontecimiento captado por
nos de los daños colaterales producidos por la guerra 1 que
s cámaras y cuyas imágenes televisadas dieron la vuelta al
está asolando México y que a veces olvidamos, conecta con
rondo, transmitiendo el sinsentido de la violencia de una
la delicada y estratégica cuestión de la relación entre infor-
Aula del narco que contrastaba con la inocente inconcien-
mación mediática y violencia, una cuestión que no ha pa-
a de criaturas evacuadas, armas en mano, por policías. Al
sado desapercibida para los cárteles, los cuales han hecho
goal que las imágenes de decapitados o de mutilados de la
un uso activo de esta trascendencia. Esta problemática, con
tegua o los dedos índices, que con esas heridas infringidas
todo, no es nueva, tal como lo señaló Keane:
ran marcados como delatores. A lo que hay que añadir los
La publicidad cada vez mayor de la violencia cuestiona la habituales" cuicipados, encanwhillos, encobilatios, levantones,
idea, muy extendida, de que la saturación de imágenes vio- ecuestros, violaciones antes de la ejecución, etcétera, o ese
lentas de la vida cotidiana en los medios presupone una lemento nuevo, surgido durante estos años, de los carteles
audiencia incapaz de establecer con esos hechos una rel- mantas con explicaciones y avisos, o videograbaciones que
ación que no sea sadomasoquista. La tesis, anticipada ya hacen llegar a los medios. La descripción, el análisis y la
en el titulo de la obra de Jean Baudrillard, The Er'il amen orización de estos acontecimientos y la historización de los
of ¡muges, sostiene que el antiguo aforismo "La guerra es la ssmos es un reto pendiente.
continuación de la política por otros medios" debería sus- La construcción de categorías que permitan analizar el
tituirse por este otro: "Las imágenes med Tincas son la con- odus operandi y el imaginario de los victimarios es tan
titulación de la guerra por otros medios" (2000:146). portante como el concepto de "violencia". El uso de
sta categoría analítica en antropología ha dado resul-
Las imágenes de violencia puhlicitan las acciones come-
dos originales, como lo demuestra la obra de Zulaika
tidas como parte del costo necesario para mantener la li-
990) Violencia vasca. Metí/ora y sacramento". Este autor
bertad de prensa y de expresión. "Los gritos de las víctimas
ató la violencia política de raíz independentista y abert-
del mundo nunca habían llegado con tanta frecuencia a un
le de Euskadi ta Askatasiout (EIA) para buscarle sentido o
número tan grande de espectadores" (Keane, 2000:149). Por
gnificado social a la muerte violenta, en relación con es-
supuesto que se trata de argumentos deba tibies, pero como
uemas ritual izados, encontrando que el homicidio pue-
sentencian los juristas: las cosas son como son y no como di-
e estar asociado a un "ritual de hombría", corno entre los
cen las partes. Lo que está sucediendo en México, sobre todo
zadores de cabezas ilongotes de Filipinas estudiados
a partir de 2008, es de una complejidad tal, que hace falta
or M. 7. Rosaldo (Zulaika, 990:396).
más información, investigación y análisis para comprender Lo anterior nos aproxima somera mente a los diferen-
las estructuras culturales v circunstancias que subyacen en-
s enfoques con los que puede investigarse la violencia.
los episodios de violencia (brutal, sanguinaria, sádica, inhu-
AÑOS ols vlv1M1I oor,s,1 141
AlIINSn tal. NI SES
11 0
Las distintas categorías de violencia en un contexto em- • teriorizado el abuso, la transgresión o la obediencia acrílica
pírico que resulta opaco ante la mirada del investigador -otros podrían hablar de servilismo.
por las cuestiones mencionadas al principio plantea di- Pero si las categorías de análisis y los marcos de inter-
ficultades epistémicas, que deben unirse a las que ha- pretación son una cuestión relevante, no lo son menos la
cen de "esta" violencia un fenómeno no-etnogra fiable. terminología y las categorizaciones. Esta guerra contra el
Porque hay que seguirlo de manera indirecta o distante. -.Crimen organizado, que tanto tiene de cruzada o yihad, es
Sin embargo, hay que encontrar soluciones aunque scan :difícil de categorizar porque posee componentes de gue-
provisionales para alcanzar una mínima precisión en la ira civil, fratricida, guerra sucia, guerra de aniquilamiento,
categorización, lo cual ayudará a rastrear indicios y evi- `holocausto, limpieza étnica, etcétera. El lenguaje utilizado
dencias que son necesarios para esclarecer los criterios 'para describir o analizar podría parecer insuficiente, por
interpretativos finales. 'algo que va ha sido señalado:
Un punto de partida es la concepción de la violencia como
El grado y la intensidad de la violencia que han producido
una manifestación y una acción que tienden a forzar el orden
los conflictos del siglo xx han conmocionado al mundo en-
de las cosas, en relación con la integridad de las personas.
tero. En realidad faltan palabras para describir tanta cruel-
El antropólogo británico David Riches (1988) precisa que la
dad, hasta el punto de que cualquier intento de teorización
violencia es un acto social, dañino e ilegítimo. Partiendo de podría parecer, a primera vista, un mero recurso a una
esta noción básica, el autor sugiere que la antropología tiene retórica autocomplaciente (Keane, 2000:110).
que tratar la violencia centrándose en la manera en que su
práctica se encuentra mediatizada por las constricciones y El lenguaje, con todo, sigue siendo fundamental. Ahora
valores sociales, y advierte que existe un desdoblamiento en sabemos que la terminología oficial, por ejemplo la refleja-
toda acción violenta que nos permite distinguir entre su ver- da en la "Base de Datos de Fallecimientos Ocurridos por
tiente de imagen y su vertiente de acto propiamente dicho,. 'Presunta Rivalidad Delincuencia)", ha sustituido "crimen
distinción que vendría a separar la función expresiva de la organizado" por "rivalidad delincuencial". Desde la mis-
función instrumental (Riches, 1988:33). ma acta se ha hablado de crimen organizado, delincuencia
Pero si resulta fundamental la categoría víctima de la organizada o rivalidad delincuencial, o de "homicidios do-
violencia, que implica la relación víctima/victimario, no losos cometidos con algún grado de violencia extrema y
menos lo es la de "testigo" o las de "espectador", "lec- 'que pueden ser atribuibles a la delincuencia organizada",
tor" o "consumidor" de imágenes y contenidos infinmativos Toque remite a esa otra batalla que libra el discurso oficial-
violentos. También lo es la constatación de que estamos estatal frente a otros discursos menos eufemísticos o técni-
ante representaciones mentales, imaginarios, visiones del Co-jurídicos. El resultado de esta batalla del lenguaje por
mundo, patrones culturales, simbolismos, ideologías, habi- ,nombrar, conceptual izar y precisar unos hechos, complejos
bis, estilos de vida, prácticas, inercias sociales, etcétera, que en exceso y de naturaleza multidimensional, que debería
incorporan la violencia y la violencia homicida como algo= 'desembocar en el establecimiento de un discurso oficial in-
"normal" o consustancial a sus vidas, además de tener in- capaz de explicar con precisión lo que está ocurriendo.

142 ES les AÑOS QUE '1r. 21 143


Pero constatar que hay una terminología compartida os que más han ahondado en el análisis de este fenómeno
para describir distintos acontecimientos o episodios que se del narcomundo.
producen a lo largo v ancho del territorio nacional tal vez Y, sin embargo, la pregunta de qué ocasionó la escalada
tenga alguna utilidad clasificatoria, pero se sigue ignoran- el conflicto entre cárteles y entre éstos y el Estado mexi-
do su génesis, la función y el significado de por qué fue ano es difícil de responder. Marvin I larris, para quien la
adoptada y practicada por determinada célula o rama del guerra primitiva y otras formas de violencia son un medio
cártel, si la reproducción en los medios de un determinado e resolución de conflictos, ya avisó que, "si las guerras
tipo de ejecución inspira a otros cárteles, no necesariamen- n provocadas por instintos homicidas innatos, entonces
te rivales (lo que podría entenderse como una reacción de oco es lo que cabe hacer para impedirlas. En cambio, si
reciprocidad dudosa: el ojo por ojo y diente por diente). onprovocadas por relaciones y condiciones prácticas, en-
Por ejemplo, sabemos de decapitaciones en Tijuana, Ciu- nces podemos reducir la amenaza de guerra mod ifican-
dad Juárez, Monterrey, ciudad de México y, aunque en di- o estas condiciones y relaciones" (1989:67). Para el caso de
ferentes casos se ignora si fue una decapitación en vida o Léxico, en estos últimos años, podemos hablar de guerra
pose morten de la víctima, desconocemos por qué y cómo se más exactamente, de "guerra incivil", tal corno la delineó
adoptó esa práctica. Tal vez para algunos investigadores eane: "Las guerras inciviles han saqueado el monopolio
ese grado de conocimiento no sea necesario, pero la antro- gal de la fuerza que siempre reclamaron para sí los Es-
pología ha dado cuenta de esta práctica en otros contex- dos; han acabado con la antigua distinción entre el cri-
tos culturales e históricos, pues en ciertos juegos de pelota men y la guerra, porque sus conflictos finalizan siempre en
maya ésa era la suerte de los jugadores frente a un resulta- arquía (Kaplan), en una destrucción total de
do. También la decapitación fue la forma de ejecución por Hos o de los otros" (2000:1 I 7-118).
excelencia en la Francia revolucionaria y de guillotinas. Ahora bien, no creo que nos sea útil hablar de anarquía
Con esto estoy sugiriendo que el horizonte de investiga- 'minal, de la misma manera que reducirlo todo a instintos
ción de la antropología frente a los crímenes del narco tiene omicidas innatos nos conduce a un callejón sin salida, pero
un amplio camino que recorrer, pero también referencias f de anomia criminal corno un componente más de una hete-
anteriores que ayudarán a "pensar" y analizar. estructura violenta más amplia que en última instancia re-
Quedan pendientes los análisis que den cuenta del dis- ste a una constelación de modos de organización social en
curso que hay detrás de términos y circunstancias como onflicto por el control del negocio del narcotráfico y otras
entripados, desmembrados, encobijados, nannfosas, dedos ctividades ilegales. Sin soslayar el papel jugado por el Esta-
amputados, castraciones, lenguas cercenadas, etcétera. A o mexicano, cuya debilidad, ineficiencia y corruptibilidad
todas luces, se trata de acciones deleznables que codifican eron campo abonado para la violencia, que en más de un
mensajes y que su ejecución proyecta pautas de "ritual" ntido ha propiciado. 'Vendríamos entonces que la violencia
macabro. Sin olvidar que han sido periodistas como Jesús el crimen son un componente cotidiano y hegemónico en
Blancornelas —que sobrevivió a un atentado perpetrado sociedad mexicana; como señalara Arendt: "concluir que
por sicarios del CAI:- o semanarios como AMI de Tijuana, de a guerra en sí misma es el sistema social básico dentro del

144 (MIL111MM 1 ,11' ,1 MENESES AÑOS QUI VIVI riu , HURRME IEM 5 145
cual chocan o conspiran otros diferentes modos de organiza- :vidente fortuito fue un ingrediente fundamental para ex-
ción social', parece más plausible que las fórmulas decimo- icar el derramamiento de sangre en Tijuana a partir del año
nónicas de Engels o Clausewitz (2010:18). 08, que a su vez fue el primer año en el que prácticamente
triplicaron las muertes en México.
Lo ocurrido en Tijuana, una escisión con la consiguiente
(IN) ON(_1 ITSIONI.S Y OPINIONFti PROVISIONAI es cha a muerte por el control de la plaza y del negocio, bos-
eja un patrón que —no pretendo establecer relaciones de
Cuando las/los investigadores comiencen a hacer la his- tecedente o de imitación— es muy similar a lo que luego
toria y la antropología de todo lo que ha sucedido y está zurrió en el resto de México; cárteles nuevos o fragmen-
sucediendo en México en relación con la narcoviolencia y dos luchando abiertamente en Culiacán, Ciudad Juárez,
la guerra contra el narco o, por decirlo con la eufemística uernavaca, Morelia, Monterrey Matamoros, Guadalajara,
terminología oficial, la violencia en el contexto de "presun eracruz, Cancún, ciudad de México, Acapulco, etcétera. El
ta rivalidad delincuencial", habrá que acudir a los perio- cario, ya detenido, conocido como la "Barbie" ilustra con
distas e informadores que cubrieron y escribieron sobre lo trayectoria la cadena de escisiones y reagru pamien tos ha-
hechos, en calidad de informantes clave. Sin descartar que dos, pues tras pertenecer al cártel de Sinaloa o del Pacífico,
habrá quienes entrevisten a narcos, tal como lo ha hechc ejó al "Chapo" y se puso del lado de los hermanos Beltrán
otro periodista, Julio Scherer, con la denominada "Rein yva, y cuando el "Barbas" (uno de los hermanos Beltrán)
del Pacífico" o con el "Mayo" Zambada. Pero esos texto e abatido en Cuernavaca, decidió actuar de forma hule-
que permanecen en las hemerotecas también son fuente d ndiente hasta que cayó detenido en el Estado de México.
discursos, unas veces oficiales y legitimadores, y otras ve Durante todo este tiempo, la tecnología de la violencia
ces detentadores de un acercamiento a lo realmente ocurri ara infringir daño y terror al contrincante o enemigo alcan-
do con una verosimilitud encomiable. formas de un horror inimaginable. Unas veces publicitada
La pieza de interpretación antropológica del principio del irlos medios de comunicación de masas con los ejecutados
capítulo me sirvió para ilustrar cómo el accidente del "Abu- utilados dejados colgando en un puente en medio de una
lón" y la detención del "I'-1" pocos meses después propi- a transitada, y otras veces desaparecidos sin dejar rastro,
ció la sublevación y posterior guerra sin cuartel que acabó en por ser inhumados clandestinamente en las tristemen-
reduciendo a su mínima expresión al cártel de los Arellan famosas narcofosas, bien por haber sido desintegrados en
Félix, mismo que en los años noventa llegó a estar entre los tido (hechos pozole), tal era la tarea desempeñada por el
tres más poderosos y sus líderes estuvieron entre los 10 má1 ozolero de Tijuana que trabajaba para el "Teo".

buscados de la Drug Enforcement Administration (orA) y e Frente a este "submundo", a todas luces no-etnografiable

Federal Bureau of Investigation Pero esta pieza tambié ediante la observación participante y el diálogo, la antro-
ilustra la violencia despiadada con una ejecución de policía logía de la violencia asociada al narco en México puede
en una emboscada o la falta de rigor con el que fue enuncia vanzar analizando los discursos que más y mejor se han
do el título en un diario tan prestigioso como 1:1 Pais Aque cercado a la descripción de esta realidad. A sabiendas de

117
116
que ha habido periodistas que perdieron la vida y de que Cardín, Alberto, 1988, Tientos ct ol yiros, Madrid, Júcar.
tantos y tantos otros se la juegan para publicar periódica-
Cardín, Alberto, 1990, I o próximo I/ lo ajeno, Barcelona, Icaria.
mente sus textos con algunas descripciones, originalidad,
audacia y perspicacia analítica que se parecen en más de un `Castillo García, Gustavo, 2008, "Consolidación de nuevos ctir/e/es
aspecto a los que la antropología -antropólogos y antropólo- del narco recrudece ola de eiCCIICÍMICS " , La ¡ornada, México,
gas- producía varias décadas atrás. Y lo mismo se puede de- miércoles 31 de diciembre.

cir del trabajo de fotógrafos y ca marógrafos. Tal vez ésa sea Castillo García, Gustavo, 2010, "Más de 18 mil ejecuciones en lo
una de las sendas posibles por donde pudiere adentrase la que va del sexenio, revelan cifras oficiales", In formula, Mé-
disciplina para no caer en el callejón sin salida, denunciado xico, viernes 5 de febrero, p. 7.
por Hannah Arendt, del desarrollo de un seudosaber que
Castillo García, Gustavo, 2011, "Dejó casi 12 mil muertos en 2011
destruye su objeto. la "guerra" contra el narcotráfico", In Jornada, México, 31
de diciembre.

Ball gicsa PÍ A Castillo García, Gustavo, 2012, "Robo 12 mil 903 muertos rela-
cionados con narco de enero a septiembre: et.z. Autoridades
nrr y Reuters, 2007, "México recibe 10 mil mdd al año de EU por contabilizaron 3 mil 753 casos más que los registrados por
el narco", en La Jornada, México, 11 de diciembre. este diario en el mimo período.", La ¡untada, México, 11 de
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Agencia de noticias, 2010, "Detenido El 'reo, uno de los 'narcos' más:,
buscados de México", México, 12 de enero. Fazio, Carlos, 2012, "Sobre guerra y verdad", La Jornada, lunes
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3 de septiembre. ',García Gómez, Rosario, 2008, "Luchar contra la corrupción no
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Bastidas Colinas, Sabino, 2010, "Consumidores de historias: ¿Por qué
de Periodismo, Adela Navarro defiende el periodismo de
la nota roja ocupa cada día más espacios en la prensa mexi- .
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ui '11 WE'i 'USE LOS A'.0`, QUE 151


150
DESPOJO Y V101.1iNCIA EN LOS PUEBLOS
INDÍGENAS DEL NOROESTE DE MÉXICO

Might! Olmos Aguilera

NTRODUCCIÓN

La intención de este capítulo es realizar una serie de re-


flexiones sobre el conflicto, destacando algunos de los
momentos más intensos de la violencia en grupos y comu-
nidades indígenas del noroeste de México. En este entra-
mado ideológico y material, participan tanto los grupos
mestizos como el Estado mexicano, que en conjunto han
romovido un largo proceso histórico de marginalidad
iolenta discriminación contra los grupos indígenas. Este
roces° se sustenta en prácticas que estimulan la intoleran-
'a cultural de aquello que no es propio y que se considera
Una amenaza o un obstáculo para el desarrollo cultural de
a sociedad nacional. A este escenario, se le ha sumado en
as últimas décadas la guerra contra el narcotráfico, con-
:entrada actualmente en zonas urbanas, pero que parado-
feamente surgió en el ámbito rural.
Para el caso de la región noroeste, y contrariamente a
o que sucede en las culturas mestizas, en las sociedades
Indígenas la descomposición cultural sistemática y el ex-
erminio no son producto de una situación creada en las
timas décadas. En la sociedad mestiza, la desestabiliza-
ión cultural ha surgido por fenómenos como la violencia
el narcotráfico, en contrapunto con conflictos históricos
egionales desencadenados en particular en la segunda mi-
ad del siglo vc

-153 .
Las vejaciones y la violencia generalizadas en, y hacia El despojo y la violencia que viven las etnias del noroeste
las poblaciones indígenas, poseen una historia que remon- on fenómenos que han estado articulados con una herencia
ta a varios momentos de su larga historia: primeramente, cultural basada en un modo de vida nómada y disperso, de
un proceso de dominación interétnica regional, una cruen- algunos grupos áridoamericanos y oasisamericanos de los
ta conquista y colonización, y más tarde, el establecimiento que hablaba Kirchhoff (1954). Muchos de estos pueblos in-
del Estado mexicano en las primeras décadas del siglo xx dígenas, entre los que podemos citar a los grupos yumanos,
como regidor de la vida de los pueblos indígenas. OS concaac, los tohono o-U(1am, los o'oba, y los rarámuris,
encontraron su habitat tanto en el desierto como en las mon-
tañas de la Sierra Madre Occidental. Estas características de
AD [fui AL) Y atol uyr lA su historia y de su cultura, junto con un proceso de extrema
marginación, han sido tierra fértil para el establecimiento de
Para abordar el sentido de la exclusión, el despojo y el con- actividades provenientes del narcotráfico en las regiones más
flicto, conducidos por el etnocentrismo y la intolerancia inhóspitas de nuestro país. La marginalidad ciudadana indí-
cultural, es preciso señalar que en los estudios de sociedad, gena es una realidad que constatamos en prácticamente todas
pero sobre todo en los estudios sobre cultura, no basta ana- las comunidades indígenas regionales.' De la misma manera,
lizar las fracturas identitarias, y el funcionamiento y la des- existe otro tipo de violencia derivada de la alteridad belige-
articulación de un componente multicultural como desen- tante y soterrada que envuelve la realidad de las sociedades
cuentro entre las diversas éticas culturales producidas por indígenas frente a la sociedad mestiza, y que ha fomentado la
conjuntos socioculturales, la alteridad es la dimensión exclusión y la discriminación en diversos escenarios cultura-
dialéctica que, junto con la identidad, confiere diferencia es. Los conflictos y la violencia regionales están constituidos
y reconocimiento, y da como consecuencia un conjunto de por elementos que van desde el despojo cultural ancestral
rasgos ideológicos y etnocéntricos. En este orden de ideas, aterial e intangible, pasando por las crisis del narcotráfico,
la calidad de "lo otro", de lo extraño, de lo que no se com- hasta llegar a los valores más íntimos cuya materialidad se
parte, y de todo aquello que a nuestros ojos se presenta presa día a día en las relaciones habituales y cotidianas en-
como horrible y carente de sentido, es una parte funda- tre los pueblos indígenas y los grupos mestizos.
mental para la comprensión de las identidades grupales
individuales ajenas a la nuestra. Todos nos debemos a la
interacción con el prójimo y es éste quien nos concede el LA VIO' lA I N AN I R 1;IA
sentido de nuestra existencia. I ,a alteridad es también la
condición que fundamenta el conflicto identitario, y éste I tema del conflicto y la violencia, bajo diversas corrientes
suele desembocar a menudo en situaciones violentas, don- escuelas, ha estado bien presente en antropología a todo
de la discrepancia se suma al abismo irreconciliable entre
el modo de vida de los grupos sociales más diversos: mes
Entre (ex, rosas, por Ir ausencia de servicios suministrarlos en prin-
tizos, rancheros, urbanos e indígenas.
cipio por el lIstdrlo meNicano.

15,1 N/11,111 I urnas AGUILERA DESPOve v Vlnl i Nl Ir, I N 105 pi II I u nuixn 155
lo largo de su desarrollo disciplinar. El antropólogo, ade a material que se vive en la región y en las comunidades
más de interpretar fenómenos que desde su perspectiva dígenas se presenta como la parte grotesca del proceso,
pueden ser catalogados amenazantes para la continuidad, e incluye una serie de odios y rencores, que en última
de un sistema sociocultural, está situado por el trabajo de tanda buscan el aniquilamiento del otro.
campo en un terreno inhóspito con rasgos culturales dis Si bien en la época contemporánea ha habido un auge
tintos a la cultura de pertenencia, lo cual lo coloca de entra usitado de la diversidad y del respeto a la diferencia cul-
da en una encrucijada que violenta sus referentes de perte al, esta misma diversidad cultural, en sentido estricto,
nencia. Bajo distintos análisis CU lturalistas y funcionalistas a sido generadora de diferencias que nutren y estimulan
de la violencia, la antropología ha procedido a su análisis, na crisis de identidad y de reconocimiento frente a lo que
interesándose en particular por las concepciones étnicas y o es propio, y ha desembocado al mismo tiempo en una
contextuales del fenómeno cultural, en este transcurso so tisis de alteridad. En otras palabras, una falta de identifi-
sial, se ha profundizado, entre otras cosas, en la imposibi ación con el otro. Dicha crisis se traduce, por lo tanto, en
lidad que tienen las víctimas de la violencia de hablar de conflicto de alteridad que produce una dislocación del
su experiencia a partir de su propio universo simbólico. De 'ido social al considerar a este "otro" corno enemigo, o
manera más reciente, la reflexión antropológica ha extendí a mo un estorbo para la unificación de las redes sociales de
do el estudio de la violencia de masas con investigaciones lidaridad étnica, comunitaria, o de estamento.
etnográficas que han incluido la violencia de Estado y al Para Girard (1982), la violencia no se explica mediante
ejército como institución y como vínculo social y cultural análisis de la diferencia, sino contrariamente, por la imi-
Sin embargo, por otro lado, tenemos las reflexiones sacri dón y las similitudes. Al imitar al "otro", lo que hago es
ficiales, simbólicas y estructurales como las de Callois, Gi esear el deseo del otro. Sin embargo, al no comprender
rard, Castres y Heritier, entre otros. ta alteridad, se desata la rivalidad mimética, y comienzo
reconocerlo y a imitarlo en la violencia. Este mecanismo,
ar al contagio de representaciones aludido por Sper-
DESEAK El OBJETO DM, 01120 r (1994), ilustra perfectamente el proceso mimético del
éroeilegal regional: para qué quiero ser distinto del villa-
En otra parte, habíamos referido la violencia sutil, aquell o si en realidad su imitación es una opción a mi crítica e
que no es evidente y que el hábito y la costumbre hacer defensa identidad cultural.
que se infiltre como ley natural en cualquier práctica cultu La disyuntiva de las teorías de la violencia nos muestra
ral cotidiana. Esta violencia, según I léritier (1996), es uní arios modelos. Uno de ellos, es aquel que considera la vio-
"coacción de naturaleza física o psíquica susceptible d cia en términos funcionales como la desestabilización o
atraer el terror, el desplazamiento, la desgracia o la muert fractura de alguna parte del sistema. Por otro lado, para
de un ser animado, incluye actos que tienen por efecto e fiard (1982), el chivo expiatorio es el significado mismo
despojo del otro y el daño o la destrucción de objetos inani e la violencia sagrada como sujeto de reordenamiento
mados pertenecientes al otro". En este sentido, la violen lectivo caracterizándose como la víctima sacriticial que

156 N PUIG AGUILE


10 Y VIOII NI IA vuxPuioiIs ivni,.í 1 14'. oei. r.;( ■ ,( 1.',11 157
aparece como culpable a los ojos de todo el mundo; si por encia arraigada en las prácticas culturales yen el modo de
alguna razón se caracterizan los rituales de expiación, ha Vida. A menudo, se acepta que una cultura de la violencia
sido por el fortalecimiento de las reglas de la cultura que s admitir, de alguna manera, que algo está arraigado y
dan origen a un nuevo ciclo. En el contexto ritual, el sa-: por lo mismo es de difícil extracción. Sin embargo, lo que
crificio de la víctima libera de la crisis, reforzando el valor. eñala Wiewiorka (2005) al analizar la cultura como prácti-
de iniciación y creando nuevas instituciones más vigoro-; es que dicho mecanismo se encuentra arraigado y por lo
sas que ratifican los valores del grupo. No obstante, en:: 'sino extiende sus propios mecanismos de reproducción
caso de que esta víctima expiatoria, que ha sido condena de legitimidad.
da por infringir las normas, fuese inocente, la situacióm Por otro lado, Gluckman (1963) como antropólogo utilizó
cambiaría radicalmente y anunciaría la culpabilización: a noción de conflicto para dar cuenta de los hechos que, lejos
irremediable de aquellos que la condenaron inicialmente.' e amenazar la unidad del cuerpo social, ilustraban la capa-
'dad integrativa del sistema que lo organiza: "un conflicto
su modo de resolución pueden ser el objeto de una puesta
LA CONSTRUCCIÓN DE LA VIOLENCIA en escena ritual, que libera al mismo tiempo la expresión de
una rebelión contra el orden social y lo reabsorbe" (Bonte e
La violencia como constructo histórico e ideológico está: ard, 1991:302). Para Gluckman (1963:5W: "los conflictos en
fundamentada en diversas prácticas culturales. A menudo, conjunto de relaciones, [...] afectan a una amplia parte de
el comportamiento violento es considerado como tal en sociedad y se extienden a través de un largo período de
algunos contextos socioculturales, mientras que en otros Lempo, conducen al restablecimiento de la cohesión social".
deja de serlo. Una amplia bibliografía etnográfica y diarios Ahora bien, todo sistema cultural se legitima mediante
de campo dan muestra de esta realidad (Levinson, 2002). Una normatividad que confronta su conjunto ético-religio-
La relatividad de la cultura violenta ha sido constatada en r o frente a la alteridad cultural de otro sistema similar, pero
muchos trabajos etnográficos. En este sentido, se estable- 'o idéntico. Para tal efecto, los principios éticos crean una
ce que bajo contextos éticos, religiosos y normativos dife- fuente imaginaria sobre el mal y la maldad, produciendo
rentes, el hecho violento es percibido de manera distinta ternamente sus propias instituciones y sus propios obje-
independientemente de su naturaleza (Héau y Giménez, os de sacrificio de liberación, que además de representar
2005). Por lo tanto, estamos hablando de una violencia :lmecanismo de expiación por excelencia, funcionan como
institucionalizada, inscrita en las mentes y en los cuerpos aparatos de legitimidad y de regulación central. Por consi-
tanto de aquellos que la ejercen como de aquellos que la iente, unas de las formas de instituir y hacer perdurar
padecen. Dicha violencia reproduce y perpetúa la domi sistema sería la violencia de creencias e ideologías que
nación como parte de un mecanismo cultural, ejercido cori e dan sentido a su propio conjunto. A este respecto, po-
la participación y la anuencia de los sujetos que alimentan semos evocar el narcotráfico como un nuevo sistema de
su propia dominación (Oehmichen, 2011). Así, una cosa es creencias con instituciones ideológicas que intentan legiti-
hablar de la violencia vivida y otra muy diferente la vio-, ar su sistema mediante el ejercicio de prácticas culturales

158 1-1101/51 OLMOS AGUILERA ESPOJO Y V101 / 159


de diversa índole, que buscan el reconocimiento en el in- 'versas modalidades. El sometimiento de los indígenas,
terior del grupo, diferenciándose de otros con una cultura tanto por parte de la clase política del virreinato, como por
de la violencia distinta. En este sentido, como bien ha sido os grupos sociales creados a partir de la independencia y
señalado por algunos teóricos (Astorga, 2003), las formas e la revolución, se ha llevado a cabo utilizando novedosas
de la violencia entre los diversos grupos sociales varía res- a rmas de control. Los indígenas han visto desfilar a los

pecto de sus formas de reconocimiento. grupos poderosos y a su la clase política con nuevos ropajes
el poder a todo lo largo de la historia. Primero los criollos
y posteriormente los mestizos que, con algunas notables
LA VIOLENCIA DE LA ENE ',LESIÓN DEL Es FAI >O MEXICANO acepciones indígenas, han destacado en la escena política
artística del país. Pese a que la sociedad nacional se ha
"Los Zetas" son damnificados de la sociedad y las transformado vertiginosamente desde la Independencia,
primeras víctimas de un gobierno corrupto a violencia hacia las comunidades indígenas, mediante
capitalista, neoliberal, enfermizo y fallido.
diversas políticas de Estado, con discursos indigenistas,
Arrl:I yPRO SO/ Al iNni (2011 encubiertos va sea por el romanticismo decimonónico, o
or un supuesto, "bien común", ha mantenido una política
Como es bien conocido, la historia de la exclusión de la po- biertamente autoritaria en las comunidades indígenas.
blación indígena la ubicamos históricamente en el proceso
de colonización y evangelización que inicia muy temprano
con la conquista de las almas caídas en religiones incom• L DESPOJO I lis 11 í121( O
prensibles para el conquistador del siglo xvu. En la menta-
lidad y en los contextos civilizatorios, el iniciado es aquel Actualmente, la violencia física, ideológica y religiosa que
que no conoce la palabra de Dios, y por lo tanto necesita ser usca someter al "otro indígena" a la realidad cultural
introducido y enseñado en las verdaderas artes de la cultu- ropia, así como a sus prácticas culturales propias, se ha
ra y de las creencias religiosas (Olmos, 2002); sabemos que oncretado en los escenarios más disímiles del noroeste del
la Conquista no buscaba sólo la asimilación o el someti- erritorio mexicano. Entre el cúmulo de problemáticas y
miento ideológico y espiritual, sino que el fin último, como espojos que históricamente ha sufrido la población indí-
toda intervención colonial de la época, era la búsqueda de gena, se encuentran la usurpación de territorio y recursos
la riqueza sin importar el despojo territorial y de los recur- naturales indígenas, prácticas que alimentan actualmente
sos naturales.2 Este proceso de despojo que inició desde el. a marginalidad y la exclusión.
siglo xviii es una práctica que, bajo otra identidad del con- En la Sierra Madre Occidental los ranímuris han sido un
quistador, ha continuado en la época contemporánea con uen ejemplo. Este grupo indígena ha sido víctima consue-
dinaria de la tala inmoderada de sus bosques por parte
'CP Newman, Kino, Cristóbal de Cañas, Nliguel del Barco, Junípero
e mestizos. Por otro lado, su territorio ha sido invadido
Serra, Pérez de Rivas. p or parte de compañías aserradoras que comúnmente

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161
trabajan con pueblos enteros, declarando al final de cada CASO lAQUI
período cuantiosas pérdidas; razones por las cuales no e
posible otorgar la ganancia correspondiente a las comuni todos los pueblos indígenas del noroeste mexicano, los
dades indígenas. takim o yoremes del estado norteño de Sonora han sido el
En otra realidad étnica pero con un problema similar, ueblo emblemático de la resistencia indígena. No obstante
sucede lo mismo con en el territorio de los indígenas kumia e los yaquis llevaron sus rebeliones hasta las primeras dé-
de Baja California, quienes actualmente han seguido vario' das del siglo xx, no sólo representan al grupo más aguerri-
procesos contra particulares, con el único fin de recuperar del noroeste, sino que su propia naturaleza indómita los
parte de su territorio que ha sido invadido por distinto convertido en el icono de los movimientos indígenas en el
compradores de tierras, entre ellos la vitivinícola Cetto. E rritorio nacional. Las guerras contra el pueblo yaqui, si bien
territorio kumiai fue otorgado a múltiples familias no indf 'dan desde la Conquista, se presentan también durante el
genas de la naciente sociedad de principios de siglo xx poi rfiñato, período en el que son expulsadas cientos de perro-
parte de los entonces gobernantes. En la actualidad, a decir hacia la península de Yucatán, regresando posteriormente
de los indígenas kumiai, habitantes de San Antonio Necua, su territorio original. Este evento quedó bien registrado en
municipio de Ensenada, la vitivinícola L. A. Cetto los des memoria de la comunidad de los ocho pueblos yaquis en
pojó de 80 hectáreas más 22, además de haber intentad ande hemos registrado diversos testimonios.
cambiar, sin éxito, el trazo de un camino vecinal que tien Por otro lado, durante el gobierno de Plutarco Elías Ca-
por lo menos 200 años. es, ya bien entrado el siglo xx, también se declaró la gue-
Así, muchos indígenas se han enfrentado no solamentE a a los yaquis, quienes al enfrentar múltiples ataques se
al despojo de su territorio y de sus bienes naturales, sino rganizaron en guerrillas.
la prohibición de realizar actividades productivas que tra La actitud beligerante de los yaquis ha traído como con-
dicionalmente se realizaban en su suelo, como es la recolec cuencia, por un lado, el fortalecimiento de su autodefini-
ción y el uso de plantas oriundas de sus ecosistemas, en lo án étnica, pero también el reconocimiento de una región
cuales muchas comunidades fundamentan su sistema d utónoma otorgada por el Estado mexicano durante el pe-
creencias. Tal es el caso de la pesca en el grupo cucap4 de odo de Lázaro Cárdenas. Actualmente, en las comunida-
alto golfo, así como la pesca fuera de sus territorios par es yoreines yaquis, las nuevas generaciones aprenden la
los pueblos seri y yoqui. La explotación desmedida por p . ,portancia de mantener la dignidad como pueblo, recor-
te de otros grupos es más común de lo que se ha evaluad do las gestas heroicas de sus ancestros en las batallas
en las normas de protección al medio ambiente; mientra e las montañas del /manche, mejor conocida como la sic-
que dichas reservas de la biosfera son consideradas com E *del baca tete. Sin embargo, las guerras de exterminio y la
focos patrimoniales, dichas políticas en el transcurso de I olencia del Estado mexicano no se restringen, lamenta-
historia llegaron muy tarde a pretender restituir un dere emente, a los períodos mencionados anteriormente, sino
cho de explotación que los pueblos tuvieron desde hac e las consecuencias de su autonomía se resienten hasta
miles de años. uestros días en diversos conflictos.

162 MIGUE- 1 OLMOS NAIRE P010 Y V1011 IA I ti 10,, PHI 111), NA`, DI 1 NI11<01.,11! 163
En la región vaqui, el más reciente es el provecto para des-
L CASO 11 \EA, 1.S; MM COBA
viar el agua del cauce del río Yaqui. Durante el mes de sep-
tiembre de 2011, se recrudecieron las protestas por el proyec-
a agreste región pima de la sierra de Sonora, colindan-
to de desvío del agua del río Yaqui a Hermosillo, capital, por
con el estado de Chihuahua, se ha caracterizado en las
parte del gobierno del estado de Sonora (Zapateando, 2011).
ltimas décadas por una intensa actividad del narcotrafi-
No obstante, hay que precisar que el gobierno federal du-
, sobre todo en cuanto a la producción y distribución de
rante el gobierno de Lázaro Cárdenas les concedió, en 1939,
ervantes. Debido a lo inhóspito y lo aislado de la cor-
el derecho a gobernarse con un sistema autónomo, y entre
dillera montañosa donde colindan el estado de Sonora y
los decretos reconocidos a los yaquis estaba 50 por ciento del
hihuaua, ha sido un foco importante de tráfico de droga
agua del río Yaqui, cauce que ahora pretende ser desviado
lesde hace varias décadas (Valdivia, 2007).
a los insumos industriales de la ciudad de Hermosillo. Este
Al igual que en el resto del país, la violencia del narco-
proyecto está basado en la construcción de una presa, en las
ráfico se ha recrudecido en los últimos años, pese a que
partes bajas de la Sierra Madre Occidental, que desvíe el vi-
la sierra de Sonora y Sinaloa, la producción de droga
tal líquido fuera de su cauce natural; situación que pone en a estado presente por lo menos desde los años sesenta. A
riesgo los explotados afluentes que llegan a las comunida-
propósito del narcotráfico entre los pirras, Hope (2006:23)
des yaquis, y que altera, también, los ecosistemas regionales.
recisa: "Las difíciles condiciones de vida obligan a nul-
Dicha situación afectaría tanto a las comunidades indígenas
os a dedicarse a actividades ligadas al narcotráfico". En
como las prácticas agrícolas de los fértiles terrenos del Valle
a actualidad, la violencia se ha recrudecido en particular
del Yaqui, situado a cientos de kilómetros al sur de la cons
n algunos poblados de las zonas montañosas, esto debido
trucción de dicha presa. Al ver amenazados sus bienes natu
la lucha entre grupos que se pelean el territorio v que al
ralos, en la segunda mitad del año 2011, los indígenas yaquis
'smo tiempo reclutan pueblos enteros para la industria
dieron inicio a una serie de movilizaciones que concluyero
el narcotráfico.
con la toma de la carretera internacional que comunica de
El caso pima u o "oba de mai/coba fue uno muy wmenta-
norte a sur el estado de Sonora, y que representa el único
o en los medios regionales, y sobre todo entre los inves-
paso del norte por el extremo poniente del país. El proble
gadores que trabajamos en comunidades indígenas de la
ma fue discutido en tribunales federales y la resolución era
gión. El 4 de abril del 2010 un grupo de "sicarios", en 20
que efectivamente los indígenas tenían derecho sobre e
ionetas con armas amartilladas en sus cajas, tomaron el
vital líquido, a pesar de lo cual el gobernador de Sonora,
ueblo entero de Mavcoba del municipio de Yecora en el
en desacato abierto a esta resolución, no sólo continuó con
stado de Sonora. Durante este operativo, los pretendidos
el proyecto del usufructo del agua del río, sino que envió
icarios ocuparon la presidencia municipal con todo y el
a las fuerzas armadas para prever posibles enfrentamientos
dil, amenazándolo de muerte si no abandonaba el lugar.
con grupos que pugnaban por el respeto a la autonomía y
n el enfrentamiento hubo cuatro muertes, y produjo pá-
al derecho de los pueblos indígenas a la explotación de su
"co generalizado, provocando que la gente saliera de sus
recursos naturales.
asas durante varios días para instalarse en el bosque, va
161 'I L'ILERA
ARROJO 'V \LEL I IE. FA IN i rt , r.,, 165
que temían por sus vidas si se quedaban en el interior territorio limita con el de otros grupos indígenas yumanos
de sus casas en el poblado. Al pretender dicho comando como el kiiirva y con diversos grupos de rancheros.
"levantar" o llevarse a algunos individuos, se suscitaron E117 de septiembre de 2008 se presentó una masacre sin
varios incidentes. Se tiene información de que el sacerdo- precedentes en el municipio de Ensenada en una ciudad
te David Pfeiffer, fraile capuchino, intercedió para calmar principalmente mestiza en donde algunos indígenas yu-
los ánimos, entre la zozobra de la situación su palabra fue Manos han vivido en las últimas décadas.
respetada por los individuos que formaban dicho coman•
do, además, existen evidencias del impacto que tuvie Esta matanza es considerada por especialistas corno un
ron las violentas escenas en la mentalidad infantil. Esto parteaguas en el comportamiento de las células del narco-
quedó registrado en los dibujos que los niños realizaron; tráfico en México, porque hasta entonces no se metían con
invitados por el padre David; en ellos, representaron su las familias. No existía un antecedente similar a este multi-
homicidio, ligado a una actividad delincuencial que en los
intensa experiencia destacando las imágenes de hombres
años posteriores ha cobrado fuerza por su diversificación,
armados y de familias enteras resguardadas en lo alto de
la cantidad y forma de las muertes violentas (Vargas, 2010).
la montaña.
De las 19 víctimas que dejó esta masacre al menos cin-
co personas eran de origen indígena pa ipai. De acuerdo
EL CASO PA MAI, EL SAUZAL
con la crónica de la noticia, que después alcanzaría eco
nacional, la crueldad con las que se llevó a cabo no tiene
Asentados en el norte del estado de Baja California de precedentes, con victimas de ambos géneros y de todas
otro lado de la frontera con Estados Unidos, en Califor las edades.
nia, Arizona y Colorado, los grupos yumanos mexicano
son quizá uno de los pueblos étnicos más mermados er
el transcurso de la historia contemporánea. Una intensa CASO DE CREEL, CI IIHUAI ILJA
compleja avanzada de cambios culturales, entre los que s
cuenta su anterior organización social de caza-recolecció n Sin ser un caso exclusivamente indígena, el 16 de agosto
y su sistema clánico de intercambio, aunado a los cambio de 2008 hubo una masacre en Creel, Chihuahua, con un
instruidos en la frontera y los enfrentamientos creciente resultado de 13 muertos en total. Al igual que en otras par-
con los grupos mestizos, ha impulsado mayormente 1. tes de la sierra, el tráfico de droga no es una novedad en la
desintegración de su etnicidad. ontaña, lo que salta a la vista es por un lado la saña con
El grupo pa ipai es el único grupo yumano de la famili a a que se perpetró dicha matanza y, por otro, que la vio-
pai en México, su población no sobrepasa los 200 indivi lencia haya alcanzado el poblado turístico más importante
duos, y el territorio donde habitan ha sido foco de múl6 e toda la sierra. Sin embargo, existen varias incógnitas en
pies escenas de violencia tanto entre otros grupos indíg este caso que, como muchos otros sucesos en México, no
nas corno entre grupos dedicados a los negocios ilícitos. S an podido ser resueltas. Inicialmente, la policía no hizo

166 MIGUEL OLMOS AGUILE ESPOJO Y VIOI. LNC S PULSE OS F DEL NOROESTE 167
presencia a los pocos momentos después de la tragedia, :que contribuya a resolver o a agudizar relaciones cultura-
sino hasta varias horas posteriores a la matanza. En el pue- l es preexistentes. Así, el trabajo del etnólogo, establecido
blo dicen que, antes de llegar, se anunciaron: "Llamaron a '-Frecuentemente en poblaciones con creciente fragilidad, lo
la comandancia de policía y les advirtieron que se fueran, lleva a equívocos y f racasos de investigación. Sin embargo,
porque comenzarían la matanza" (Alvarado, sin fecha:49). to no indica que no se produzca algún tipo de conoci-
El sacerdote jesuita Javier Ávila tuvo un activo papel en el lento sobre la realidad estudiada. Por otra parte, como
registro de los hechos y en tratar con los familiares de las tes mencionamos, la escena conflictiva en diferentes
víctimas (Alvarado, sin fecha). erritorios indígenas del país es producto de factores que
A pesar de haber sido una masacre que estremeció el es- tistóricamente han aquejado a los grupos indígenas. En el
cenario nacional, no es la única matanza que se ha perpe- aso del noroeste, podemos mencionar su ecología, su si-
trado en esta ciudad. El 15 de marzo de 2010 hubo también ación geogdOca y el conflictivo proceso de abandono del
una masacre que fue completamente registrada en video, obiemo desde el siglo xix. Aunado a esto, se encuentran
en el que se advierte todo el modus openuuli del grupo delic- as políticas educativas, que se suman a una laguna histó-
tivo que dio muerte a ocho personas (Televisa, 2010). Una lca del estado mexicano en estos territorios. Junto a todo
de las últimas noticias respecto al caso, es que una estu- o mencionado, hay que recordar que el noroeste del actual
diante de antropología de Chihuahua pidió asilo político erritorio mexicano no es Mesoamérica y, por lo tanto, el
en Estados Unidos después del hostigamiento que sufrie- odo de vida, que incluye una precipitación pluvial con-
ra por haber denunciado públicamente la escasa partici- iderablemente menor a lo que se observa en Mesoamé-
pación policíaca en la captura de los responsables de las ca, es clave para entender la cultura de estos grupos de
masacres de Creel. za-recolección. Los fenómenos anteriormente señalados
an hecho que estos territorios de la América árida sean
roclives al desarrollo del crimen organizado, así como al
CONO USION I stímulo de abusos y vacíos legales en torno a una gran
antidad de fenómenos de usurpación, corrupción y des-
Además de la naturaleza conflictiva de las relaciones inter- ojo cultural. La marginalidad histórica, en términos ciu-
personales que experimenta y desarrolla el antropólogo en adanos y en términos de las políticas asistenciales del Es-
el trabajo de campo, en este tipo de escenarios, su figura se do mexicano, ha estimulado el abuso y el conflicto entre
proyecta muchas veces como un actor social que irrumpe con los pueblos indígenas, quienes han encontrado op-
en intimidades, interactuando tanto en la modalidad de ciones reales integrándose a la filas del narcotráfico. Este
escucha, otorgándole un sentido muy particular a la pa- enómeno no se presenta, sin embargo, aislado de lo que
labra de los sujetos, como en su calidad persona capaz de sería la representación del otro. La al teridad ha jugado un
actuar sobre el sentido de la realidad misma como partici- ugar relevante en múltiples aspectos de la violencia regio-
pante activo. A menudo, la interacción con los sujetos de •1.En diferentes niveles, este juego de espejos se precipita
estudio puede imprimir, en contextos de crisis, un carácter n distintas modalidades. Pese a que el Estado pretende

b8 P030 Y 169
abrazar a los mexicanos en todo el territorio nacional, n rittier, Franwise, 1996, Seminaire sur la Violence. París, Odile
todos poseen en la realidad el mismo estatus ciudadan Jacob.
La identidad nacional se fractura en razón proporción
pe, Margarita, 2006, Pueblos indígenas del México contemporá-
con la distancia del centro del país, pero hay que precis neos: Pialas, México, D. E., mi / PUND.
que esta distancia no es solamente física, sino fundam
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del río yaqui: solidaridad con vicam v potam", en <http:// a muy añejas depredaciones de los indios nómadas. Se
zapa teando.wordpress.com / 2011 /09 /07 / protesta-urgen
eguraba que sus correrías no sólo impedían la prosperi-
te-con t ra- la-desv i aci on e I -rio-ya i -sol i d ari da d-con• ad de los estados fronterizos, sino que la amenaza cons-
vicam-y-potam />, consultado el 12 de diciembre de 2011.
te sobre sus vidas e intereses podía generar sentimien-
s separatistas entre los pobladores. Pero la relación con
s indios también implicaba treguas, comercio, vecindad
incluso colaboración, haciendo imposible una separación
tida entre las víctimas y los victimarios en un espacio en
1 que la violencia enmarcaba la interacción entre "nóma-
as" y "sedentarios".
El objetivo de este trabajo es observar la complejidad de
relaciones entre indios v no-indios en la frontera nor-
de México y acercarse al estudio de una propuesta de
olonización que incluía la participación de los llamados
indios no-bárbaros". A partir de considerar las opiniones
las reacciones a la presencia de indios sedentarios en el
orte de México, es posible advertir que, para los habitan-
s del septentrión, la frontera no era solamente un lindero
rritorial, sino un espacio en el que se afirmaba constante-
ente la oposición entre "civilización" y "barbarie".

172 /
c,u1LE
Durante todo el siglo xix, los indios Comanches habían 1849 se habían registrado I I incursiones y el número se
sido un enemigo formidable. Estos indios nómadas eran crementó notablemente durante los años siguientes (Go-
el grupo nativo más poderoso de las planicies del sur de la ierno federal, 1873:126-129), en 1850 se contabilizaron 36
América del Norte. A partir de alianzas con otros grupos taques, que fueron combatidos por aproximadamente mil
indios y de agresivos movimientos de expansión, estable- ombres -entre soldados, colonos militares y milicianos- y
cieron un amplio territorio de influencia creado a partir de la ejaron un saldo de 28 muertos, 14 cautivos y 14 heridos.
guerra y el comercio. La "comanchería" fue un área, que en n1851, los coahuilenses sufrieron 94 irrupciones y se cal-
su momento de mayor auge a principios del siglo xix, se ex- culó que tres mil nómadas asolaron el estado, lo que dio
tendió desde el río Arkansas hasta el l'ecos (Pekka, 2008:176). or resultado 63 personas muertas, 11 cautivas y 35 heridas
El sustento de esa economía fue la cacería del búfalo y el in- Gobierno federal, 1873: 132).
tercambio de pieles, cautivos y ganado por armas, pólvora, Aun antes de la guerra existía consenso en considerar
instrumentos de metal, textiles, tabaco y licor. ue la única manera de terminar con la amenaza india era
Los apaches fueron uno de los primeros grupos nativos a colonización. En el verano de 1848, unas semanas des-
que enfrentó los ánimos expansionistas de los comanches. ués del tratado de Guadalupe Hidalgo que definía los
Los apaches no sólo tuvieron que dejar sus lugares de resi- tuevos linderos entre México y Estados Unidos, el general
dencia y sus áreas de caza y cultivo en las grandes prade- osé Urrea consideraba como un "dogma político" la co-
ras, sino que padecieron sus depredaciones tanto como los onización de "nuestra línea fronteriza" y, de acuerdo con
mexicanos. A mediados del siglo xvin, la presión de los co- sta opinión, el gobierno federal decretó el establecimiento
manches había obligado a los apaches a reubicarse al sur y e las colonias militares con el doble objetivo de poblar
al este del Río Bravo desde donde comenzaron sus ataques efender el norte de la república: Éste era un plan ambi-
sobre la Nueva Vizcaya, Coahuila y Nuevo León (Pekka, 1oso y de largo plazo con el que se esperaba cumplir con

2008:64). bjetivos muy claros e interrelacionados: llevar la presen-


Hacia 1850, la expansión estadounidense hacia el oes- 'a del gobierno nacional a los linderos de la república y
te comenzó a reducir el territorio de la "comanchería" y afirmar su control sobre el territorio, la defensa (contra in-
a minar la influencia de los comanches en las praderas ios hostiles, aventureros estadounidenses y separatistas
del sur, pero también incremento la demanda de ganado, acionales), así como el poblamiento y el desarrollo econó-
particularmente caballos y mulas. Tanto comanches como .co del septentrión.

apaches participarían en ese comercio junto con estadouni- Las colonias recuperaban en parte la tradición de los
denses y mexicanos. Los ataques sobre el norte de México residios coloniales, de los que existía la convicción de
para robar ganado se incrementarían. Según la Comisión ue habían sido sumamente efectivos en la lucha contra
Pesquisidora de la Frontera Norte, que emitió su reporte
general en 1873, a partir de 1850, Coahuila p el Bolsón de
'José Urrea a Nlariano Arista, Durango, 24 de agosto de 1848, exp.
Mapimí se habían convertido en la "válvula de escape"
1 /481.3/2900, Archivo Histórico de la Secretaría de la 'Mensa Nacion-
para comanches y apaches (Rodríguez, 1998: I 31). Si duran- (en adelante Aiis EN).

171 ANA 1 II IA :J'Ere ,i‘f-sACHO LACIONES pi un .; 175


los indios belicosos, pero con el beneficio de que los solda on inmediatamente debido a que la Misión Nueva era
dos, a más de perseguir al enemigo nómada, serían colono irte de los propios del pueblo, pero fue hasta septiembre
dedicados a cultivar los terrenos que se les darían en propi• ando decidieron llevar el asunto ante el gobierno del
dad. Los puestos fortificados serían el origen de floreciera tado.
tes poblaciones y los colonos estarían bajo autoridad mili En esta ocasión, fueron más específicos en cuanto a sus
sólo el tiempo necesario en tanto se convertían en ciudad jeciones a la ubicación de la colonia. Aseguraban que ésta
nos prósperos y mexicanos patriotas listos para defender había fundado en el centro del agostadero de la pobla-
integridad nacional ante cualquier amenaza interna o extei ón, que en ese punto no percibían las entradas y salidas de
na. El provecto fue sumamente debatido en todos los niv indios y que la villa había aprobado el establecimiento
les de gobierno, y las colonias sufrieron la oposición dela la colonia siempre y cuando se realizara en la misión de
poblaciones vecinas y originaron o exacerbaron rivalidad art Bernardo. Según el presidente del Ayuntamiento, el go-
entre los pueblos. En estas pugnas estuvieron involucrad emo federal e incluso la nación resultaban afectados por
hombres prominentes de la escena política local, así com decisión de Maldonado. Las grandes sumas que se habían
miembros activos de la administración o ex legisladores vertido en la colonia eran un desperdicio, porque en el
acompañados de los jefes y oficiales de las colonias. Aunqu to donde se encontraba carecía totalmente de agua, por-
el plan contemplaba la fundación de colonias a todo lo larg e más que en perseguir a los indios los soldados emplea-
del lindero con Estados Unidos, fueron los establecimient su tiempo en construir jacales y norias para conducir
de Coahuila y Chihuahua a los que se dio mayor atención a insalubre y porque se perdía la oportunidad de ocupar
donde se generó mayor controversia. edifico magnífico en San Bernardo.3 Por su parte, Ma Ido-
En Coahuila, la primera colonia que se estableció fue la d do consideraba que la oposición de la Villa era causada
Río Grande y generó gran controversia. La inspección de lo r el "evidente progreso de la colonia", lo que propiciaría
terrenos donde debía ubicarse comenzó en enero de 185 e muchos habitantes prefirieran mudarse a la colonia, y
pero a finales de febrero el subinspector de las Coloni negativa a permitir que los aguajes y agostaderos fueran
Militares de Oriente, Juan Manuel Maldonado, informab uso común.' Los aguajes v los agostaderos eran sin duda
al inspector general, Antonio María Jauregui, y al Ayunta uy importantes pero, tal como reconocería posteriormen-
miento de la Villa de Guerrero, vecina de la colonia, qu el mismo Ayuntamiento, más importante era la ubicación
el lugar inicialmente designado para su fundación no er la aduana. La colonia en San Bernardo implicaba que la
adecuado y que pensaba trasladar la colonia a un sitio lla uana estaría muy cerca del pueblo y bajo influencia di-
mado Misión Nueva.' Las autoridades de la Villa protes a de sus comerciantes. La aduana en la Misión Nueva

'Luis Lernandei a luan Manuel Alaldonado, t. iuerrero, 24 de se 3Ayuntamiento de ( aierrero, se-don extraordinaria del 11 de octubre
liembre de 1850, Fondo Colonias Nlilitares de Oriente (en (hielan 1850, k ro), caja 8, idlder 4, exp. 37, Atas.
Fumo), caja 8, fÓlder 4, exp. 37, Archivo General del Estado de Coahu. "Juan Manuel Maldonado a Antonio María de lauregui, Monclova
(en adelante .∎ crc ). ajo, 20 de noviembre de 1850, ic ■io, raja 8, fOlder 4, exp. 37,

17b aN le cariA [IONES k PIM motos Y ril) 177


implicaba trasladar las mercancías, y que Maldonado y su a de colonias." En opinión de los opositores, las colonias
socios tuvieran un mayor control sobre ella. o solamente significaban pérdida de soberanía estatal
Durante el verano de 1830, Jáuregui realizó una visit• tutelaje del ejército, la verdadera catástrofe era que sin
a las colonias de su mando y después de una estancia e onsiderar siquiera la opinión de los coahuilenses traían el
Piedras Negras consideró que era necesario reforzar la vi nemigo a casa en la forma de indios emigrados del norte.
gilancia sobre la frontera de Coahuila y evitar el comerci
ilícito que los pueblos limítrofes mantenían con los fuer
tes estadounidenses. Dispuso entonces que en ese lugar s OBLAR CON INDIOS NI) BÁRBAROS

fundara la colonia de Guerrero, que originalmente debí


situarse en Camargo.' El inicio de la medición de los terre Al mismo tiempo en que Jáuregui decidía la fundación
nos para la colonia tuvo lugar en un momento en que 1 le una nueva colonia y el cambio de la ubicación de la
legislatura de Coahuila había emitido una ley por la qui duana, un grupo de 309 indios estadounidenses forma-
se autorizaba al gobierno del estado a pagar los sueldo to por seminoles, kikapús y mascogos llegó a territorio
atrasados de sus empleados con terrenos baldíos. La ley d e Coahuila, y en la colonia de Monclova Viejo solicita-
baldíos permitió a un grupo de prominentes políticos loca n solemnemente que se les aceptara corno habitantes de
les reclamar corno propios terrenos que habían sido señala a república mexicana. Posteriormente, se unirían otros
dos para la fundación de las colonias. La nueva posición d 00 seminoles. Habían emprendido el largo viaje desde
estos terrenos, justo frente a poblaciones estadounidenses kansas en busca de un lugar seguro donde vivir, pues
los convertía en bienes muy preciados, y estos personajes s estadounidenses los habían expulsado de sus lugares
apoyados por algunos militares, estuvieron dispuestos e residencia y los reubicarían en tierras "muy al norte".
enfrentar al gobierno federal para obtenerlos. Particul cambio de un lugar para establecerse, los guerreros se
empeño pusieron en conseguir los terrenos de Piedras N• ponen a disposición" del gobierno de México en contra
gras y en remover la aduana que se establecería en esa co e sus enemigos y se someten a las leyes del país.' Dado
lonia. Tras algunos intentos infructuosos por separar se ue la primera población en tener noticia de su presencia
sitios de ganado mayor para Espiridión Gómez, los inter e una colonia militar, la información llegó rápidamente
sados enviaron una comunicación al gobernador en la qu Monterrey, sede de la Inspección General de las Colo-
amenazaban con destruir la colonia si no se cambiaba s das, y de ahí a la ciudad de México.
ubicación. Para mostrar la seriedad de su ultimátum, e Tanto para el presidente como para el ministro de Guerra
tos "espíritus inquietos", como los llamaba el gobernado para el inspector general, la llegada de los indios fue una
recorrieron los pueblos de la frontera anunciando las de
gracias que los habitantes sufrirían si se mantenía el sist
'Juan Manuel Maldonado a Antonio María de Jáuregui, (;cerrero, 20

e enero de 1851, I STO, caja 5, fOlder 2, exp. 9, ALO


'Antonio María de Jáuregui a Juan Manuel -Maldonado, San terna 'Juan Manuel Maldonado a Antonio María de Jáuregui, San Peruan-
I S59, EL y to, caja 20, iolder 8, exp. (1,1, au:C„
do de Rosas, 29 de tulio de o de Rosas, 24 de julio de 1850, rI My, caja 8, fólder 2, exp. 27,

I/9
178
excelente noticia. Como militares apreciaron particularmen tado a decidir sobre el fin de los terrenos de su entidad, la
te la llegada de los seminoles, a quienes se consideraba cern Islatura decretó que eran propiedad de Ilspiridion Gómez
guerreros de "valor a toda prueba" que además cumplí Antonio Menchaca, y que los indios debían abandonarlas.'
con fidelidad con la palabra empeñada. Para Jáuregui, la El gobernador dejó saber entonces al Ministerio de Gue-
pública había logrado una "grande adquisición" con la 11 a que consentía que los indios se asentaran en Coahuila
Bada de estas "tribus", porque "son trabajadoras, laborios lamente porque podían ser "el muro en que se estrellen
y guerreras"; estos pueblos eran capaces de enfrentar a ap s salvajes que talan nuestros campos y sacrifican a los
ches y comanches, pero también eran pueblos "que viví bitantes de estos pueblos que no pueden progresar por
del trabajo" y con costumbres morales que los acercaban a plaga asoladora que los acosa debido a la poca pobla-
la civilización. El presidente apoyó la idea de otorgarles ti ón de la frontera"."' I .a única "ventaja" que se desprendía
rras e incluirlos dentro del amplio proyecto de poblamien su admisión era que podían enfrentar mejor a otros in-
del septentrión. Por su parte, el ministro de Guerra, Marin os, debido a que estaban habituados al desierto y a sufrir
Arista, consideraba que la frontera ganaba pobladores ido tipo de penalidades". Su destino en Coahuila no se-
liosos y que México estaría prestando un "gran servicio a a constituir núcleos prósperos de población, sino "servir
causa de la humanidad" al sujetarlos a las leyes y dirigirlos seguridad a los mexicanos y extranjeros que se estable-
la "religión cristiana que purificará sus costumbres".' era en San Rodrigo y San Antonio". Una vez eliminada
La opinión de las autoridades federales —que eran mili amenaza de los indios indómitos, seminoles, kikapús y
res— se encontró en oposición con la perspectiva de las a scogos, podrían prestar sus servicios como jornaleros en
toridades estatales y civiles. La primera divergencia surgi ricas haciendas que sin duda se formarían."
al momento en que el gobernador José María Aguirre tus, Las autoridades estatales determinaron que los indios
noticia de que se había aceptado la petición de los indios bían situarse en los terrenos adyacentes a las colonias
residir en Coahuila. Lo primero que se objetó fue el dere itares y en grupos pequeños a lo largo de la frontera.
del gobierno federal a decidir sobre los terrenos baldíos d gobernador consideraba que no se podía permitir que
estado y las tierras que se habían seleccionado para el asen asentaran todos en un mismo lugar, debido a que no se
miento de los indios. Inicialmente, el inspector Jáuregui se" podría obligar al cumplimiento de las leyes y porque
lo los terrenos comprendidos entre los ríos San Rodrigo y S se podrían vigilar sus acciones de forma tan estrecha
Antonio para las colonias de indios, pero éstas eran, a de mo lo indicaba la prudencia. Ya que, "forman esas tribus
del gobernador, "las mejores del estado" y estaban des número de guerreros superior al que pudiera presentar
das para fundar pueblos de mexicanos y extranjeros, no d
indios. Para hacer patente el derecho de las autoridades d losé María Aguirre a Antonio María Jáuregui, Saltillo, 22 de octubre
1850, rc Mn, caja 16, lilder 4, exp. •11, aneo.
°Antonio María Jáuregui a Mariano Arista, San Fernando de Rosas, 7
"Antonio María Jáuregui a Mariano Arista, San Fernando de Ros
julio de 1850, Fumo, caja 16, (Oidor 4, exp. 41,A(
27 de julio de 1850; y Mariano Arista, NVxico, I() de octubre de I 10 de agosto
Santiago Rodríguez a Antonio María Jáuregui,
N sin, cilia "ler 2, "P• 27, A " • 850,1( mo, caja 16, l'Oidor 4, ex p. 41, Acre.

180 ANA UD DA NII 10 LAMAC


IONES EN IHr INDIOS Y Nn 181
cualquiera de las más grandes poblaciones del estado" stadounidenses y mexicanos, y negociaban tratados y
se temía que pudieran atacar sorpresivamente y destru* ncesiones tanto en México como en Estados Unidos de
cuerdo con sus propios objetivos e intereses. Eran temi-
las poblaciones existentes.12 Se reconocía la incapacida
del gobierno local para "contener" a los indios en caso d les porque eran mucho más numerosos que las fuerzas
que se rebelaran, así como la capacidad ofensiva de lo acionales, porque eran guerreros diestros y porque eran
seminoles, pues se decía que llegarían otros cuatro mil predecibles.
unirse al primer grupo, lo que implicaba una gran reunió De momento, el experimento de colonización con in-
de "hombres guerreros, cuyos hechos heroicos presentí los no-bárbaros comenzó con perspectivas optimistas.
la historia de Estados Unidos". Aunque los militares re 1 gobierno de Coahuila aprobó su estancia en terrenos
petaban a los guerreros seminoles, había algunos jefes d antiguos a las colonias militares, el Ministerio de Guerra
las colonias, como Juan Manuel Menchaca, que opinab estinó recursos para comprar instrumentos de labranza
que estos indios podrían fácilmente "independerse 'sic] d para proveerlos de raciones en tanto sus trabajos agrí-
nosotros Iy1 abrirle camino a los ambiciosos contrarios d alas daban fruto. El gobierno federal decretó que serían
México".°A partir de estas opiniones, se observa la debil iudadanos mexicanos y que "los terrenos que se cedan a
dad de México en relación con la defensa de la frontera e os individuos de las tribus seminoles, kikapú y otras ci-
general y con el problema indio en particular. La posibill 'lizadas serán de propiedad de ellos y sus descendientes
dad de mayores pérdidas territoriales a manos de los est esde el momento en que se instalen en las colonias", aun-
dounidenses parecía muy real y los indios tenían un papi ue podían perder sus derechos si no trabajaban la tierra y,
fundamental en esta percepción de peligro: si los indios pecialmente, si se llegaba a comprobar que tenían "rela-
aliaban con ellos para atacar el norte de México, la derro ón con las tribus errantes y vagabundas"." Los seminoles
era muy factible A pesar de las expectativas de pacificació ostraron particular interés en cumplir con lo pactado y
en el sentido de que estos indios guerreros depondrían 1 amo guerreros estuvieron a la altura de lo que los milita-
armas y se convertirían en dóciles sirvientes de haciend s esperaban de ellos.
la realidad indicaba que eran sujetos con capacidad par En marzo de 1851, el gobierno de Coahuila expidió un
incidir de forma decisiva en el destino de la frontera. Me ecreto que ordenaba la preparación de una campaña con-
chaca podía afirmar que era simplemente la "natural pe a los indios hostiles "como el único medio para poner fin a
filia" de los indios la que los podía llevar a romper s s depredaciones". El inspector de las Colonias de Oriente,
pactos, pero sus quejas dejan ver que los nativos tomab tonio María de Jáuregui, estuvo a cargo del reclutamien-
decisiones, establecían alianzas con otros grupos de indio , adiestramiento y equipamiento de las tropas. En total, la
pedición contó con 264 efectivos, de los que 46 eran kika-
ús, 43 seminoles y 22 mascogos. Aportaron también 111 de
losé María Aguirre a Antonio María Iauregui, Saltillo, 5 de nuviem
bre de 1850, H. m(1, caja 16, túlder d, exp. 11, Acd .
luan Manuel Menchaca a Antonio María Jáuregui, colonia de Rí "Ministerio de Guerra v Marina, México, a 16 de octubre de 1850,
o, caja 5, lólder 2, e \ p. 9, Acrt .
( 9 ande, 26 de octubre de 1850, 1(. Nb ■, caja 5, fólder 2, e.p. 9, nrrc .

ANA I ILIA HII 10 CAMA LACIONF' I cantos 183


181
los 329 caballos que se reunieron en total.'" La compensación Una de las incidencias más notables de la campaña fue la
que se estipuló para ellos fue de 10 pesos por individuo al eserción de la mayor parte de los guerreros kikapú, que de-
momento de enlistarse y 50 pesos para cada jefe de parcia- cidieron regresar a Estados Unidos. Según informes de los
lidad; cada grupo recibió 25 cabezas de ganado como pre- militares a cargo, estos indios no habían estado muy de
sente al momento de iniciar la campaña y al finalizar podían acuerdo en participar en una expedición contra los apa-
reclamar un porcentaje de los animales que se ruca pturaran. ches y desde el primer día habían tenido altercados con los
La campaña iniciaría la marcha el día primero de junio en olonos. Una de las disputas dio por resultado la muerte de
la colonia de Monclova Viejo, a las órdenes del coronel Juan colono civil, lo que decidió a los indios a cruzar el río.
José Galán, y se extendería durante 45 días. El objetivo prin- Sólo el pequeño grupo al mando del jefe Papicuan perma-
cipal era recorrer el Bolsón de Mapimí y expulsar a los in- eció en la campaña y reafirmó su deseo de habitar en te-
dios hostiles del territorio del estado. La única instrucción rritorio mexicano, pero el gobierno federal determinó que
que llevaba Galán para la conducción de las operaciones 'nunca más" debía permitirse su ingreso a la república."
militares era emplear todo el rigor para castigar a los nóma- Tras participar en esta campaña organizada por Coahui-
das belicosos, pero también se le ordenó muy enfáticamente a, la disciplina de los seminoles llegó a oídos del coronel
que los niños y mujeres apaches debían ser tratados "con la Emilio Langberg, inspector general de las colonias milita-
consideración que su sexo y edad demandan, haciendo todo res de Chihuahua. El coronel Langberg era un militar muy
lo que sea posible por reconciliar los sentimientos de huma- activo que se comunicaba constantemente con las autori-
nidad con la obligación militar de evitar su escape". Las de- dades de Coahuila y Durango para organizar expediciones
más providencias se relacionaban con el trato que se debía conjuntas en contra de los indios belicosos, y en agosto de
dar a los aliados indígenas. Se debía cuidar que los jefes fue- 1852 solicitó al gobierno de Coahuila su autorización para
ran tratados con todo respeto y a los guerreros debía dárse- integrar un grupo de seminoles en una campaña sobre el
les continuas manifestaciones de amistad y buena voluntad, olsón de Mapimí y parte de Chihuahua. Al mismo tiem-
con el fin de aumentar su "entusiasmo por la expedición" y o, otro grupo formó parte de una expedición comandada
mantener las relaciones de paz que existían.° A finales de ju- or el capitán de la colonia de Guerrero que, según se in-
lio, Jáuregui transmitió al Ministerio de Guerra los informes ormó al Presidente de la república, había logrado derrotar
sobre la expedición: la fuerza enfrentó partidas hostiles en los indios hostiles "en un dilatado espacio de terreno que
varias ocasiones, pero no fueron más que escaramuzas y no ólo era frecuentado por los bárbaros".'" La conducta y las
se registraron bajas para ninguno de los bandos» tabilidades de los seminoles correspondieron con las ex-
ectativas de los militares y reafirmaron su prestigio como
"Inspección General de las Colonias Militares de Oriente al Ministe-
rio de Guerra, 28 de junio de 1851, exp. XI /481,3/3156, Al
'"Rafael de la Fuente a los gobernadores del)urango, Coahuila y Za- ''Juan Manuel Maldonado a Antonio María de Jáuregui, colonia de
catecas, Villa de Rosas, 11 de mayo de 1851, e\ p. X1/481.3 /3156, ACISDN. onclova Viejo, 18 de julio de 1851, o \ in, caja 14, fOlder 4, ecp, 53, „vt, •
General de las Colonias Militares de Oriente al Ministerio '"Juan Manuel Maldonado a Antonio María de Jáuregui, colonia de
de Guerra, Monterrey, 28 de junio de 1851, e \ p. XI /481.3/31 5R, nnsnN. uerrero, 20 de septiembre de 18 52, rl ■1(1, caja 19, folder 3, t• \ p. 20, „y :E.(

184 ANA I II IA NII lu fA CHO LACIONES I NI cl INDIOS 185


bravos guerreros, pero la experiencia con los kikapús refor idión Gómez en Piedras Negras v después se destruirían
zó los argumentos de aquellos que estaban en contra del a colonia y la de Río Grande." Sin embargo, esta movili-
presencia de indios emigrados en territorio de Coahuila ción no obtuvo la respuesta que los revoltosos esperaban.
su participación en las disputas locales convenció a las au otras poblaciones, muy pocas personas se unieron a su
toridades del estado de que los indios no-bárbaros también usa. Las municipalidades de Rosas, Gigedo, Nava y Mo-
eran un peligro para la seguridad de la entidad. tos se manifestaron de forma oficial en contra de los proce-
dimientos del comisionado v aseguraron que no permitirían
ue se alterara el orden en sus demarcaciones."
"ENVIÓ A 1,0S MISMOS INDIOS A AIACARNOSn Mientras tanto, Maldonado se preparó para repeler la
gresión. Dispuso que de Monclova Viejo se trasladaran a
La confrontación entre los particulares que reclamaban 1 'o Grande 40 soldados, 50 indios kikapús y una pieza de
propiedad de los terrenos en que se asentaron las colonias artillería y ordenó al comandante de Río Grande, Manuel
llegó a un punto máximo en diciembre de 1850. Marcial Bo- teal, que fortificara la colonia. Siguiendo instrucciones, Leal
rrego, delegado del gobierno para medir terrenos baldíos consiguió improvisar dos fortines donde se colocaron dos
hombre con amplia experiencia en el negocio de la especu iezas de artillería. Como Jáuregui esperaba, estas medidas
'ación de tierras, envió una comunicación oficial a los alca) efensivas resultaron ser innecesarias, pues los "anarquis-
des del departamento en la que pedía noticia de los hombrea tas" tuvieron que desechar sus planes ante la falta de apoyo
montados y armados que podían ponerse a su disposición el resto de los pueblos de la frontera. Posteriormente, la
El comisionado decía estar dispuesto a sostener las proy unicipalidad acusó al subinspector de preparar la artillería
ciencias del supremo gobierno del estado y defender su "d hasta a los indios de la intención de invadir la villa» Estas
coro y dignidad", pero necesitaba el apoyo de los pueblos. maciones tenían como objetivo desprestigiar a Maldona-
El plan de Borrego era llevar 300 hombres armados que ata o y poner bajo escrutinio su conducta como comandante
caran la colonia de Piedras Negras. Aunque se desconoce • e la frontera pero, en los hechos, tener bajo su jurisdicción
número de personas que en realidad se reunieron, según 1 los guerreros indios fortaleció su posición frente a sus opo-
información provista por cartas privadas, casi la totalidai llores; la fuerza de las colonias estaba bajo su mando y de
de la villa de Guerrero apoyaba el plan, y se habían organi omento los indios estaban dispuestos a ser colonos y a
zado grandes reuniones para discutir los pormenores de bedecer a los jefes. Maldonado y sus socios en San Fenian-
operación?' En estas juntas, se decidió que se debía comen o y en la colonia de Guerrero tenían en sus vecinos indios
zar por medir los seis sitios de ganado que reclamaba Espi
22Juan Manuel Maldonado a Antonio María de Jálll'egtli, Guerrero, 3
leenero de 1851, i< Niu, caja 11,161der 1, exp. h, Atar.
'''Marcial Borrego al alcalde de la villa de Nava, 24 de diciembre d 'Ayuntamiento de la Villa de Nava, SesiÚll del 3 de enero de 1851,
1851), n si c ,, caja 5, lúlder 2, exp.
9, vL,I. Falo, caja 5, túld er 2, e\
11 10sé Antonio Menchaca a Han Manuel Maldonado, Guerrera, 24d 24,Iluan Manuel Maldonado a Antonio Maria de Jánregua ( ;L'erre!. 3
diciembre de 1850,'4 .N10, caja 5, tilde]. 2, Cm). 9, AGEa.. e enero de 18 51, Pl NI( 1, “liki I IÓIdel• exp. 6, mar_

186 mAC RELACZÜNES I ri ,. E vamos , r 187


tes a buscar el traslado, pero se esperaba que llegaran más
un elemento más para sostener la decisión de consolidar 1
'os a las colonias y este aumento en la población traería
fundación en Piedras Negras.
oportunidades de negocios.
La presencia de los indios no belicosos en la frontera fu
Por su parte, el Ayuntamiento de la villa de Guerrero
un elemento más que se integró a la compleja red de intereses
mandó no sólo el cambio de lugar de la colonia de Río
que disputaban tierras y recursos en los linderos de México
cande, sino la reubicación de la aduana al punto desti-
Una motivación no declarada pero que se entreveía para
do originalmente. El conflicto con el Ayuntamiento de
enfrentamiento era la ubicación de la aduana. Inicialmente
/in Fernando de Rosas surgió inmediatamente. En una
un decreto del gobierno federal había decidido el establed
'siva dirigida al gobierno estatal y, a través de él, al go-
miento de la aduana en Río Grande, pero cuando se fundó
erno general, las autoridades de Guerrero manifestaron
colonia de Piedras Negras -dado que uno de los motivos d
e con la aduana en Piedras Negras sólo se beneficiaban
su creación fue el combate al contrabando- la aduana se tr•
tereses particulares de ciertos vecinos de San Fernando
ladó al nuevo establecimiento. La villa de Guerrero dispu
detrimento del bien común. Es más, quitar la aduana a
inmediatamente esta decisión. Si el comercio ilegal tenía y.
llenero era un
una ruta bien establecida por el paso del Águila y la coloni
de Piedras Negras surgía con todas las ventajas de colind•
golpe destructivo a la infeliz villa de que somos moradores
con el fuerte Duncan, población estadounidense que era y que carece de todos elementos a consecución [sic/ de las
gran depósito de mercancías, Guerrero quería contar con s continuas incursiones que han hecho los bárbaros en esta
propia ruta o garantizar su desarrollo económico a partir d villa por ser la más fronteriza del departamento; un pueblo
controlar la aduana. La nueva aduana favorecía particul que carece de agricultura tan necesaria para que busquen
mente a la villa de San Fernando de Rosas, a sus comerciante el sustento sus habitantes, sin cría de ganado ni otros ra-
y, por supuesto, a los militares destacados en Piedras Negras mos que hacen florecer a los pueblos.''
Juan Manuel Maldonado mudó su residencia de Río Grand-
a la nueva colonia, tanto para supervisar los trabajos de cons En resumen, la única actividad económica rentable en
trucción como para vigilar de cerca sus negocios, pues mant errero -y en la colonia de Río Grande- era el comercio
nía vínculos comerciales con algunos vecinos de San Fernan teflon Para apoyar su petición, hacen referencia a la opi-
do que no dejaron pasar la oportunidad de ampliar su áre dn del gobernador de Nuevo León, quien sugirió que
de acción a Piedras Negras y cuando se tuvo noticia de que a combatir el contrabando debía abrirse una aduana
fundaría una colonia con los seminoles, varias familias pidi 'Río Grande. De momento, las autoridades nacionales
ron autorización para trasladarse al nuevo establecimiento. tuvieron la decisión de mantener la aduana en Piedras
Tal vez la seguridad de vivir entre un pueblo de reputado gras, debido a que el inspector general de las Colonias,
guerreros fue una de las razones que impulsaron a estos habi enera I Antonio María 1 a u regui, favorecía esa ubicación

26Manuel Menchaca a Onofre I Yac, colonia de Río Grande, 6 de febre-


"Antonio María (le lauregui a Mariano Arista, Monterrey, 14 de ag
de 1853, u ■ caja 21, fólder 4, e \ p. 31, ,v -iA
sto de 18:50, \ i,,, caja 8, túlder 2, esp. 27, ,\
ONES ENIPI HL) Pl1)11., 189
188 ANA I II In NIOTO CAMAC
y confiaba en la opinión de Maldonado. Así, observamos quieren comprar bestias baratas aunque hayan costado la
que los militares fueron en esta época verdaderos árbitros sangre de nuestros compatriotas". Como era común, la cul-
de los sucesos fronterizos, aliados poderosos que podían pa de esta situación recaía sobre los indios, que se negaban
apoyar u obstaculizar el desarrollo de los negocios de los a participar de "la comunión de los pueblos civilizados" y
particulares o incidir en el desarrollo de los pueblos a par- que eran los principales proveedores de bienes robados. Los
tir de su posición privilegiada de interlocutores directos vecinos, a pesar de ser culpables de fomentar este tráfico ilí-
con el gobierno nacional, cuyas opiniones eran escuchadas cito, eran considerados como las "víctimas" de la situación
por los ministros encargados de tornar decisiones. en que vivían, pues el continuo contacto con los indios los
había envilecido, convirtiéndolos en seres "abyectos" que
vivían "esclavos" de ese comercio (El Siglo xix, 1850).
INDIOS Y NEGOCEOS El escritor tenía razón al considerar que las relaciones entre
los indios belicosos y los pueblos de la frontera eran de lar-
Los otros protagonistas del comercio en la frontera eran los ga data. En el siglo xvm, Laos en Nuevo México fue un pun-
indios, particularmente los indios belicosos. Parte del co- to de intenso comercio entre comanches y nuevomexicanos
mercio que los pueblos limítrofes esperaban concentrar y que intercambiaban caballos, mulas y cautivos robados en la
que era disputado por las colonias militares se componía de Nueva Vizcaya, y durante la primera mitad del siglo xix fue-
caballos y mulas robadas por comanches y apaches en po- ron incluso los gobiernos de los estados los que estipularon
blaciones ubicadas más al sur o en otros estados de la repú- ciertos lugares a los que los indios podían llegar a comerciar
blica. Aunque a mediados del siglo este tráfico estaba seve- con el ganado obtenido durante sus correrías en el interior.
ramente penalizado tanto por las leyes federales como por Tal fue el caso del acuerdo entre los apaches y el gobierno de
las estatales, la vida en la frontera era flexible y las ganancias Chihuahua en 1836, que permitía a los indios comerciar con
podían ser cuantiosas. Mexicanos y estadounidenses no sólo los pueblos de El Paso, Vado de Piedra, Norte y San Carlos,
eran compradores de los bienes robados por los indios, sino y se les permitía vender todo el ganado que hasta la fecha
que también participaban activamente en sus correrías. Los hubieran "adquirido en la guerra", aunque debían dar prefe-
llamados "apacheros" y "comancheros" eran mexicanos que rencia a los antiguos dueños (Rodríguez, 1998:153). En 1843,
guiaban a los indios en el interior, les informaban de los mo- el gobierno de Coahuila autorizó que los comanches comer-
vimientos del ejército, les señalaban los mejores lugares para ciaran con los presidios de Aguaverde y Río Grande, y no se
encontrar ganado y después de las incursiones les servían pusieron condiciones ni al tipo de bienes a la venta ni a su
de "corredores en la enajenación de la caballada y cautivos". procedencia. El coronel Juan José Galán —capitán de la colonia
En 1851, un observador se mostraba horrorizado por la con- de Monclova Viejo en 1850— tue el artífice de este pacto con
ducta de estos individuos y señalaba que en general todas los comanches y a lo largo de su carrera enfrentó varias averi-
las poblaciones de la frontera estaban involucradas en este guaciones sumarias en las que se le acusó de contrabandista.
tipo de negocios v que era necesario reprimir "esta vandá- La mayoría de los militares destacados en la frontera tenían
lica inclinación en que todos, sean mexicanos o americanos, va mucho tiempo de radicar en la zona y eran diestros en los

190 ANA 1 , 111' rlir P1 1AFIAL110 191


negocios fronterizos. Sus actividades económicas implicaban llevaba al mercado en algún otro punto del estado. Las au-
seguramente una comunicación constante con los indios beli- ridades texanas no impedían estas incursiones ni decomi-
cosos y el intercambio de ganado proveniente del sur. an los bienes robados, pues ellas mismas participaban de
Pero los habitantes de la frontera sabían que, como afir- te comercio. Uno de los ejemplos más notables de la época,
maba el ayuntamiento de Guerrero, el comercio era la única e un sherilf de apellido Donnett, quien tenía un rancho en
actividad realmente productiva en los territorios más se edras Negras y comerciaba con caballos que "compraba a
tentrionales y prácticamente el único bien que tenían para hiendas de que eran robados" (Negrete, 1981:82-85).
intercambiar eran caballos y mulas, particularmente roba• En 1875, los redactores del "Informe general de la comi-
dos por los indios en pueblos más sureños. En Coahuila ón pesquisidora de la frontera Noroeste", elaborado a pe-
las tierras cultivables y de pastoreo estaban concentrada dón del gobierno de México, incluyeron el testimonio de
en grandes propiedades y en manos de unas cuantas fami mesto Angerstein, vecino de Paso del Norte, en relación
lías, y a pesar de los empeños de los gobiernos, las tierra n las depredaciones de los indios de América del Norte
aledañas al Río Bravo no eran propicias para la agricultura bre territorio mexicano. Según este comerciante, apaches
o para la ganadería a gran escala. Comerciar con los indio navajos eran los "únicos que constantemente hostilizan la
era fundamental para la subsistencia de esos pueblos y, ratera mexicana cometiendo sus sangrientas depredado-
aunque la relación estuvo siempre marcada por la violen- s", pero no olvidó mencionar que generalmente los indios
cia, las treguas rotas y las represalias, para los habitantes los tacaban "mezclados" con los estadounidenses (Gobierno
indios eran parte fundamental de su economía y una pre- deral, 1875:41). Lo que le faltó señalar al señor Angerstein
sencia común en su vida cotidiana. Estudios recientes han e que también había mexicanos involucrados en el nego-
mostrado cómo las poblaciones septentrionales se ajustaron .0 del abigeato. El problema para las autoridades era que
a los rituales y a ciertas formas de convivencia de los indios, os bandoleros solían disfrazarse de indios para cometer sus
especialmente comanches, y mantuvieron un comercio lu- elitos. En 1853, las autoridades de Monclova aclaraban que:
crativo en el que los estadounidenses participaron cada vez
con más intensidad desde mediados de ese siglo. Muchos malhechores, prevalidos del espanto que produce
Hacia 1850, las posibilidades de negocios eran amplias en gentes timoratas la guerra del salvaje, se han presentado
vestidos de éstos a electo de cometer con más seguridad
Los habitantes de los territorios abiertos a la colonización en
sus depredaciones, siendo necesario para un disfraz seme-
el sudoeste estdounidense tras la guerra de 1846 demanda-
jante el uso del pelo largo para poderse fingir como miem-
ban gran cantidad de mulas y caballos que los indios obte-
bros de la asoladora raza comanche (Rodríguez, 1998:42).
nían en México, y ese flujo pasaba por los puestos fronteri
zos. Proliferaron entonces los abigeos —llamados cuatreros en La frecuencia de esta práctica llevó a que las legislaturas
Estados Unidos— que robaban ganado en México, principal e los estados fronterizos emitieran leyes que castigaban
mente caballos, y después se dirigían rápidamente a terri uy severamente esta práctica. En el estado de Coabui-
torio estadounidense. Una vez en Texas, contaban con sitio , se consideraba como traición y la pena era de muerte.
seguros donde ocultar la caballada hasta el momento en qu or su parte, el gobierno federal indicó a los inspectores de

192 ANA I H IA 1111 10 c4MACH LACIONrc, ITanu IIJI ,JUc. Y No 11',1)1(J` 193
las colonias militares que aquellos que comerciaran o au- , mexicanas. Apaches y Comanches sostenían una parte de la
xiliaran a los indios belicosos en sus depredaciones serían red económica que hacía posible la subsistencia de los po-
considerados corno enemigos de la nación (1:1 Siglo XIX, blados más septentrionales donde, a pesar de los esfuerzos
1850). A los indios emigrados, se les hizo saber claramente de los gobiernos nacionales y estatales, los indios no eran
que tenían terminantemente prohibido entrar en comunica- - siempre enemigos y la nítida división que se pretendía ha-
ción con las "tribus errantes y vagabundas" o "proteger el cer entre víctimas y victimarios carecía de sentido.
comercio que hacen con sus objetos robados", lo que puso Si en los linderos de México el contacto con el mundo indio
a los indios no-bárbaros en una situación comprometida,1! implicaba violencia pero también intercambio y, por un breve
pues residían junto a colonias y pueblos donde ese comer- período, vecindad y colaboración, para los habitantes radica-
cio existía. Los rumores sobre las actividades ilegales que se dos al sur, lo indio fue un elemento amenazante en el que no
realizaban en colonias como Monclova Viejo y Aguaverde cabía la distinción entre indios bárbaros y no-bárbaros, debi-
o San Carlos en Chihuahua, acentuó la desconfianza de las 1 do a que seminoles, kikapús y mascogos seguían siendo esen-
autoridades locales ante la conducta de los "indios de paz" cialmente indios guerreros y cazadores; es decir, seres "salva-
pues, a fin de cuentas, les sería fácil confundirse con otros jes" incapaces de integrarse a la civilización. La decisión de
indios y atacar a los "indefensos" pueblos coahuilenses. Los los kikapú de abandonar el territorio mexicano para unirse
seminoles podían ser estimados por los militares, pero los a los lipanes, sus antiguos aliados, reforzó las actitudes en
vecinos de los pueblos cercanos a las colonias sospechaban contra de lo indio. Estas alianzas y proyectos colonizadores
de ellos y con frecuencia se les acusaba de robos y asesina- • fueron efímeros. En 1853, el fin de la presidencia de Mariano
tos, aunque en las investigaciones sumarias se encontraran , Arista significó también el fin del proyecto de colonias milita-
otros culpables. Se decía que los kikapús atacaban en coor- res y de las colonias de indios de paz. Los seminoles decidie-
dinación con los lipanes, pero también hay noticias de que ron regresar a Estados Unidos en 1859 y adaptarse a la vida
no pocas veces los mexicanos robaban ganado a los indios." 1 en las reservas, mientras que los mascogos fueron reubicados.
En la frontera, comerciar con los indios y convivir con La mayor parte de los kikapú también emprendió el regreso
ellos era parte de la vida cotidiana. Las relaciones no esta- a territorio estadounidense en 1874. A finales del siglo xix, lo
ban exentas de violencia y conflictos, treguas rotas y repre- indio había desaparecido casi completamente de Coahuila.
salias, pero también había acuerdos y beneficios mutuos. Los indios, belicosos o pacíficos, aunque todos guerreros, ha-
El nuevo lindero marcado entre México y Estados Unidos bían definido lo que era "frontera" en México y habían sido
reafirmó la cualidad de las colonias y de otras poblacio- parte fundamental de la vida económica, política y social de
nes limítrofes como lugares privilegiados para los nego- la región, pero no tuvieron cabida como parte del futuro de
cios, particularmente los ilegales, pues cruzar el Río Bravo prosperidad que se proyectaba para el norte de México. l'ara
garantizaba dejar atrás la persecución de las autoridades los mexicanos del siglo I la cultura y la sociedad indígenas
debían desaparecer, va fuera a partir de la asimilación o del ex-
terminio, la "civilización" debía prevalecer sobre la "barbarie".
"Juan Manuel Maldonado a Antonio María de biuregui, villa de Ro-
sas, mayo de 1851, I,CNIC, caja 13, íólder 15, exp. 115, A( :r(

194 II 0 ',MACHO RELACIONE', alter .11 195


BIRLIOGRAFIA
TERRITORIAI.IDADES CALLEJERAS.
Gobierno federal, 1873, "Comisión Pesquisidora de la Frontera PRODUCCIÓN DE TERRITORIOS
Norte encargada de estudiar las reclamaciones por las in-
POR SUJETOS E INSTITUCIONES'
vasiones de los indios bárbaros de los listados Unidos de
América. Informe de los trabajos realizados por esta comi-
sión a cargo de los señores Ignacio Galindo, Antonio García
Carrillo y Francisco Valdés", México. Camilo Contreras Delgado
dylia Palacios Hernández
Gobierno federal, 1875, "Informe general de la Comisión l'esqui-
sidora de la Frontera del Noroeste al Ejecutivo de la Unión
en cumplimiento del artículo 3" de la ley de 30 de septiem- INTIZOI)LIC
bre de 1872", México.
La calle como construcción social dinámica y compleja ha
El Siglo xix, México, 5 de julio de 1850. sido objeto de interés reciente de disciplinas como la antro-
Negrete, Martaelena, 1981, "La frontera texana y el abigeato, pología, la geografía y la sociología. Sin embargo, ha sido
1848-1872" en Historia Mexicana, México, El Colegio de Mé- la primera la que ofrece desarrollos más sistemáticos y con-
xico, vol. 31, main. 1, pp. 79-100. ceptuales. Ni es un objeto de estudio sencillo ni frívolo como
pudiera parecer. Las personas que transitan, permanecen u
Pekka, Hamáláláinen, 2008, The &n'unirle Einpire, New I laven,
Yale University Press. observan la calle están ante un flujo intenso y variable de
mensajes y experiencias, que viven como algo caótico, des-
Rodríguez, Martha, 1998, La guerra entre bárbaros i/ civilizados. El ordenado, con la posibilidad de que todo puede acontecer. Si
exterminio del nómada en Coahuila, 1840-1880, Saltillo, Centro
bien eso es la calle para el observador común, lo que en este
de Estudios Sociales y Humanísticos-Universidad Autóno-
trabajo nos proponernos es mostrar que ese aparente caos y
ma de Coahuila.
elementos inconexos del paisaje urbano pueden responder
a pautas de organización y a condiciones socioestructurales.
Planteamos que el carácter de la calle también puede
ARCHIVOS incluir la posibilidad de la coexistencia de inestabilidad-
estabilidad; efímero-duradero; independencia-dependen-
Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional, México
cia; etcétera. Esta coexistencia se relaciona con marcos o
Archivo General del Estado de Coahuila, Fondo Colonias Mili- tendencias de larga duración; pero esto sólo puede verse a
tares de Oriente través de casos concretos.

'Trabajo derivado del proyecto financiado por Conacy t, "Ciudad y


espacio público, una revisión multidisciplinaria de I() urbano desde la
calle, el caso de Monterrey".

196 ANA uuA NIE IAMACHO 197 -


Por lo general, la calle se ha estudiado como entidad fun-
I ,os casos que hemos seleccionado imbricar lo cotidiano
cional, como elemento constitutivo de la malla o trama vial
con condiciones estructurales, y tienen presente el asunto del
destinado al desplazamiento de peatones y vehículos que
poder. El primer caso está referido al espacio público como enlaza varios puntos de la ciudad. Se trata de la calle pla-
arena de disputa por el derecho y respeto a la diversidad se- neada que asegura la continuidad, la accesibilidad y las co-
xual. En el segundo caso, está presente la disputa de la calle nexiones organizadas y jerarquizadas (Delgado, 2007).
como lugar de trabajo frente al uso residencial, ambos usos
incompatibles. Por esta razón, además del concepto de calle, En su análisis, este autor caracteriza la calle como:
también se revisa la triada territorio-territorialidad-territo-
rialización. De acuerdo con el encuentro que nos convocó • El lugar con una dinámica infinita de colonizaciones
a esta reflexión, planteamos la existencia de fronteras inter- transitorias.
nas y simbólicas entre grupos vecinos y no por ello menos • Un lugar peregrino.
territoriales o tangibles. Por otro lado, los casos revisados • Un espacio en movimiento: de movilidades y movili-
muestran la relevancia de las prácticas territoriales cuando zaciones.
• Con su propia autonomía, un fragmento que subsiste
el otro que detenta poder económico y político está negado por sí mismo.
a dialogar y a respetar no sólo los derechos, sino aun la exis-
• Un sistema aleatorio de probabilidades que produce
tencia misma de grupos vulnerables o minorías. una red con sus propias lecturas y no una malla que
La información para este trabajo fue producida princi-
organiza v ordena.
palmente a través de entrevistas a profundidad, observa- • Es el límite difuso entre el espacio púbico y el privado.
ción participante y revisión hemerográfica. La exposición
aparece en el siguiente orden: revisión de las herramientas Reuniendo éstas y otras características el autor define la
conceptuales (calle y territorio); revisión de los casos selec- calle como:
cionados y, finalmente, las conclusiones.
espacios comunicacionales, escenarios en los que es posi-
ble establecer las pautas que organizan las disposiciones
LA CAI1,1
de los desconocidos presentes, unos con respecto a otros y
con respecto a los elementos del entorno, en un marco en
Aunque existe una gran cantidad de estudios de fenóme- el que se puede llegar a distinguir una configuración social
nos y procesos que ocurren en la calle, no son muchos los basada en la dispersión (Delgado, 2007).
trabajos que toman la calle como el objeto central, corno
Tanto la caracterización como la definición se acercan a
espacio protagónico y no meramente contextual. De estos
últimos, destaca la propuesta de Delgado (2007), autor que la complejidad de la calle y, si bien hay una suerte de "todo
puede suceder", también hay un reconocimiento de pau-
critica con razón la visión limitada que se tiene de la calle:
tas de organización. Retomando esta propuesta del autor,
como algo dado, lijo, o cuando mucho como un elemento
podemos ampliar el análisis planteándonos las siguientes
funcional de la ciudad:
TERrpc”- ,A I i I -I 199
ALACIOS
198
del territorio y la territorialización está presente en autores
preguntas ¿a qué responden esas pautas de organización?,
como Sack, Raltestin, Penrose, quienes traducen el ejercicio
¿qué conductas y acciones se manifiestan en la calle ante
del poder a la satisfacción de requerimientos materiales Y
aspectos socioestructurales como el poder económico y po-
emocionales de pertenencia (Penrose); en la influencia, afec-
lítico o la ideología?
tación, control de objetos y gente (Sack); en el reforzamiento
Como ya mencionamos, la caracterización desarrollada
de grados de exclusión del uso, responsabilidad y control
por Delgado (2007) es comprehensiva y rica en cuanto al
de actividades en sitios específicos (Adehanwi, 2007).
reflejo de la complejidad de la calle. Sin embargo, nos plan-
La idea del territorio no sólo como espacio físico "ob-
teamos que el carácter de la calle también puede incluir la
jetivamente existente" es compartida por varios autores,
posibilidad de la coexistencia de inestabilidad-estabilidad;
que además refuerzan la propuesta del territorio como
efímero-duradero; independencia-dependencia; etcétera.
expresión de identidad y de sentido compartido por múl-
Esta propuesta no es más que una estrategia de entender
tiples agentes públicos y privados, dicho de otra forma:
analíticamente lo que experimenta quien transita, perma-
la territorialidad como conjunto de activos específicos,
nece, observa la calle.
que no pueden encontrarse bajo la misma forma en otros
lugares; activos de los que gozan en grados diferentes to-
dos los actores (Ranaholdo, 2006). Este planteamiento nos
TERRITORIO y TERRITORIALIDAD
invita al estudio de la construcción del territorio en casos

Las relaciones sociales y las acciones de los sujetos están concretos.


Existen amplios desarrollos conceptuales sobre el terri-
frecuentemente sustentadas en relaciones territoriales; es
torio, para finalidades de este trabajo nos quedamos con la
decir, las relaciones sociales se practican en espacios de po-
caracterización que hacen Montañez y Delgado (1998):
der en diferente escala) Más adelante abundaremos sobre
esta relación mediada por el poder.
• Toda relación social ocurre en el territorio y se expresa
Uno de los principales consensos en los estudios del te-
como territorialidad. El territorio es el escenario de las
rritorio es que se trata de una construcción social de domi-
relaciones sociales.
nio en diferentes escalas. El poder como elemento esencial El territorio es un espacio de poder, de gestión y de domi-

nio del Estado, del individuo, de grupos, de organizacio-
nes y de empresas locales, nacionales y multinacionales.
1Claval (1982), define al poder no sólo como la capacidad para hacer
uno mismo las cosas, también es ser capaz de hacer que otro las haga. • El territorio es una construcción social. Conocerlo im-
Este autor diferencia el ejercicio del poder en cuatro niveles: 1) El poder plica el conocimiento del proceso de su producción.
puro, como relación perfectamente di si métrica, se actúa dando órdenes • La actividad espacial de los actores es diferencial ); por
haciéndolas ejecutar sin tallas; 2) El ejercicio del poder como situación lo tanto, su capacidad real v potencial de crear, recrear
ila autoridad; 31 Cada quien da y recibe, pero de 'panera desigual, según
nevitable, donde los subordinados reconocen la naturaleza legítima de y apropiar territorio es desigual.
• En un mismo espacio geográfico, se superponen dis-
los juegos de influencia; y, 4) El desequilibrio no es percibido por los
tintas territorialidades locales, regionales, nacionales
actores de la relación, hay un efecto de dominación inconsciente.

TERP IT O r,1 AL I DA I) F
201
11 , 1 1105
200
y mundiales, con intereses distintos, con percepcio- cia de territorios, tal como se menciona en la caracterización
nes, valoraciones y actitudes territoriales diferentes, anterior. La relación-diferenciación que hace Monnet (2009),
que generan relaciones de complementación, de coo- de territorio-territorialización-territorialidad, nos permite
peración y de conflicto. identificar las dimensiones sociales, políticas, ideológicas,
• El territorio no es fijo, sino móvil, mutable y desequili- etcétera, presentes en el proceso de construcción del territo-
brado. La realidad social es cambiante y requiere perma- rio. En otras palabras, el modelo de Monnet (2009) propone
nentemente nuevas formas de organización territorial. una forma de entender el proceso de construcción social (te-
• El sentido de pertenencia e identidad, el ejercicio de la rritorialización) de un espacio material (territorio) connota-
soberanía v la acción ciudadana, sólo adquieren exis-
do de diferentes valoraciones (territorialidad):
tencia real a partir de su expresión de territorialidad.
En un mismo espacio se superponen múltiples territo-
Fi'ura 1. "Territorio-territorialización-territorialidad
rialidades y múltiples lealtades.

Resumiendo lo anterior tornamos como definición de te- TH(RIT01210

Espacio material por


rritorio:
la repetición de acciones

[aquella] construcción social históricamente desarrollada


por estrategias de actores que se apropian de un espacio,
profundamente enraizadas política y culturalmente, el te-
rritorio no sería aquí un soporte pasivo destinado a alber-
gar a los grupos humanos y a ofrecer recursos a las activi- I LRII K21A1.11)A1) 4-1> "F[1:1<ITOI:IALI/ACIÓN

Acciones sobre el espacio


\ ah 'huido, a
dades económicas sino, por el contrario, una activa matriz material [lindado en
de organización de relaciones sociales, construido en el en- un terfilurio
una territorialidad
cuentro de la historia y la geografía (Montaña, 2007).
Fuente: Monnet, 2009.
En términos de gradación, el análisis territorial general-
mente se ha manejado en la escala del Estado-nación, regio- De la revisión anterior y para el análisis de los siguientes
nal subnacional, y regional supranacional. Sin embargo, ha casos, retomamos entonces que la calle es un espacio social-
quedado demostrada la construcción de territorios en esca- mente construido. Los procesos sociales en el espacio público
las de comunidades étnicas, de grupos urbanos e incluso de (valorados en términos políticos, sociales, económicos, etcé-
individuos. Pensemos por ejemplo en la existencia de terri- tera) requieren prácticas territoriales para su implantación,
torios de bandas o pandillas, así como de una vendedora conservación o desplazamiento; además, es posible la coexis-
ambulante, en los que se cumplen las características que tencia de diferentes territorios y territorialidades, ya sea que
definen el territorio. En este trabajo, no sólo se manejarán coexistan en conflicto, armonía o aún en indiferencia en tanto
casos de diferente escala, sino también casos de coexisten- sus intereses no compitan ni se relacionen en forma alguna.

203
202
I .A 10\ IA D1 LA I'l A/A HIDAII..0 eN MoNi ERgn
y en gran parte del mundo urbano occidental habrían de
interpretarse como las evidencias posmodernas, corno las
Corno contexto al primer caso, conviene señalar que las calles manifestaciones (en ciernes al menos para Monterrey) del
en Monterrey han sido escenario de numerosas y variadas for- "cosmopolitismo reflexivo" que menciona Ulrich I3eck
mas de manifestación colectiva. En la historia contemporánea, (Mundicia, 2010). Al menos, esta comunidad maduró un po-
a lo largo del siglo xx, las calles fueron tornadas por los actores sicionamiento, impensable en otros tiempos, en el uso de la
sociales más representativos de una ciudad con origen fabril. calle como pocos sectores sociales lo hacen en Monterrey en
Dos períodos paradigmáticos fueron las década de los treinta la actualidad.
de los setenta. En ambos, obreros y patrones disputaron el La Plaza Hidalgo se localiza en el centro de la ciudad
control sindical y laboral, la calle fue un espacio igualmente de Monterrey, en una de las zonas con más dinamismo
usado, pues no sólo marcharon por ella los sindicatos "rojos", cultural, político y comercial. Está rodeada de hoteles, a
también los empresarios convocaron y salieron C11 defensa unos pasos de la Macroplaza, de los palacios de gobierno
de su "autoridad patronal". El letargo en que se sumieron las municipal y estatal, de la catedral metropolitana, conec-
calles citadinas luego del control impuesto desde el emblemático ; tada con el pasaje comercial y peatonal más importante
cienv de Fundidora Monterrey en 1986 y de la domesticación de ' de Monterrey (la calle Morelos) y a espaldas del Museo
la universidad pública, fue irrumpido por el levantamiento Metropolitano. Con todo esto, la Plaza Hidalgo es un es-
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en 1994 y casi pacio público de gran visibilidad y de múltiples flujos e
inmediatamente con la explosión de la crisis y el surgimiento interacciones.
de El Barzón, ambos movimientos recuperaron la calle para La plaza, además de ser lugar de cruce, también es lu-
la manifestación e incluso la algarabía. Pero junto con estas gar de descanso y socialización. Es frecuentada por adul-
expresiones políticas y sociales en los noventa, la aparición de tos mayores y diversos grupos de jóvenes. El punto crítico
la llamada pandemia del mil/Sida lanzó a la calle a un sector para las autoridades municipales y los hoteleros fue que la
hasta entonces soterrado socialmente para esquivar la intole- plaza había devenido en un espacio de socialización de la
rancia y las "buenas costumbres" regiomont¿mas.' comunidad lésbico, gay, bisexual, transgénero (aciiT). Has-
Esta combinación e interrelación de expresiones socia- ta este punto tenemos un territorio (la plaza) con diversas
les y políticas tan disímbolas que ocurrieron en Monterrey valoraciones en coexistencia; es decir diversas, territoriali-
- dades (convivencia entre adultos mayores, entre la comu-
x.
nidad IGHT, funcionalidad de tránsito para transeúntes).
interesante reparar en que la comunidad homosexual inició un pro-
Otra de las territorial idades, pero en tensión, es la idea de
ceso de reconocimiento de sí misma y se visibilizó socialmente como tal, al
manifestarse públicamente en contra del intento de un alcalde pan ista por
. lo "que debe ser" la plaza, de acuerdo "con las buenas cos-
imponer un frustrado reglamento de espectaculos que prohibía "por inmo- tumbres" desde la visión de las autoridades municipales y
rales" los desnudos en obras de teatro, también incluía como atentatorio a la los hoteleros.
moral el uso de pantaloncillos cortos (shorts) en lugares de concentraciones En 2010, el Ayuntamiento de Monterrey inició la remode-
masivas. I .a ciudad veía por primera vez en la calle a un sector social que
' lación de la l'Iaza 1lidalgo, ese provecto de "regeneración"
se manifestaba con indumentaria que no dejó de escamlalizar a muchos.

TERROo 205
I' i In P. LA C IOS
204
incluía el retiro de bancas, lo que despertó las críticas de los Una vez que la remodelación fue concluida y los muros
sectores afectados en tanto el proyecto eliminaba la posibi- de su perímetro fueron retirados, tuvo lugar otra práctica
lidad de la convivencia en ese espacio público. Regenerar territorial con carga simbólica por la comunidad I.GE31", esta
una plaza puede ser una práctica territorial, en este caso vez se trató de la "inauguración" de la nueva plaza por esta
subyace la intención, ahora desde los poderes políticos y comunidad, lo cual fue anunciado por la propia comunidad:
económicos, para desplazar una valoración ya instalada
por grupos sociales e instaurar otra de acuerdo con la ideo- Vamos a inaugurar nuestra nueva plaza que nos hicieron
los hoteleros [sonríe], del cual nos corrieron a "marico-
logía de "lo que es bueno" y "deseable". La comunidad
nes" y a ancianos, entonces qué bueno que nos remode-
usuaria y organizada vio esto como una práctica de exclu-
laron la plaza y la vamos a ir a inaugurar [...] Allí vamos
sión del espacio público. a estar, sí, eso nos encanta, cuando nos excluyen de un
lugar, ¡claro que no!, o sea no tienen por qué los chavos
Era un punto de encuentro en donde va mucho chavo emo,
estarse escondiendo en cuartos oscuros para conocerse o
mucho chavo gay, donde es un punto de encuentro, aparte en un antro, también tienen derecho a estar de día y tam-
de que a los turistas les encanta y son gente joven, ¿de
bién tienen derecho a expresar su amor, su cariño, a tomar
qué se quejan? Entonces empezaron a ser muy represivos
la mano, a hacer un gesto amoroso [. ..] (Integrantes de la
[...] no sé qué tantas cosas van a hacer allí [con la remode-
Comunidad Metropolitana, entrevista, 2011).
lación], pero lo más seguro es que va a seguir siendo un
punto de encuentro, no pueden ser cinco o seis hoteles en
Fotografío 1. La marcha contra la hotnoinbia en Monterey,
contra de toda una comunidad (Integrantes de la Comu-
nidad Metropolitana, entrevista, 2011).
Nueva León, el 5 de mayo de 2011

Tal afirmación de la organización Comunidad Metro-


politana denota no sólo que hay un espacio en disputa y
con intentos de desplazamiento, sino además que detrás
de esa disputa está en juego una visión del mundo y del
arreglo que debe tener el espacio para practicar esa visión.
Durante los meses de remodelación, los perímetros de la
plaza fueron cubiertos con muros de madera, mismos
que fueron aprovechados en su parte externa para mon-
tar una exposición fotográfica, de carteles y banderas de
la comunidad J.GBT. La protesta también fue ocasión para
emitir mensajes a los transeúntes y medios de comunica-
ción en relación con el respeto y la tolerancia. Entre otros
mensajes, se podía leer: El amor no se ve La plaza es de
fijo.
Fuente: Alejandro Cartagena, 2011.
todos, Esta ciudad necesita unís parques para empnorad(ws.
PALACIOS
I MAR() Curva R(RAs v MI, PA TERRI tORIAI IDADI S (Al FUERAS 207
206
mencionó nuestro entrevistado, se trató de un acto rei-
Fotograflas 2 y 3. 1111711,,,;14r0Ci1111" de hl Plaza 1 lidalso por la
vindicativo inscrito en una fecha significativa (día contra
comunidad Lcilr al finalizar la 111(7141a contra la liwnofobia en
la homofobia), v como parte de una lucha territorial con
Monterrey, Nuevo León, el 5 de mayo de 2011
trasfondo ideológico. Finalizar esa marcha en el sitio del
que se les pretendió excluir significaba "tomar" y "resig-
nificar" el espacio físico transformado. La "inauguración"
de la Plaza Hidalgo por la comunidad i.carr estuvo ante-
cedida de un ritual altamente visible (la marcha) y prece-
dida por lectura de textos relacionados con los derechos
humanos.
Las instituciones dominantes política y económica-
mente transformaron el espacio con la intención de des-
plazar la interacción social indeseable desde el punto
de vista de su idea de orden social, mientras que la res-
puesta de los grupos minoritarios, también con trasfon-
do ideológico, se fincó en una experiencia del pasado
donde ya se tenía un espacio apropiado y donde se mo-
vilizaron sus recursos de organización como prevención
ante la amenaza de despojo territorial; se trata de un
disputa territorializada entre el binarismo y la diversi-
dad sexual.

TERRI IORI 1LII UD NI (4111 \c1,11 \ S. rr RNITnRL4r. L\11'1:115 11:1AI

El segundo caso en el que analizamos dos tipos de te-


rritorialidad callejera es el que se viene dando desde la
década de los cincuenta entre las colonias Treviño y Ter-
minal, y la empresa Vidriera Monterrey. No es extraño
Fuente: Alejandro Cartagena, 2011. asociar el ejercicio de prácticas territoriales en la calle
por parte de una empresa de gran tamaño, cuando se
El 5 de mayo de 2011 se llevó a cabo la marcha contra
trata de una intensa actividad de maniobras de carga y
la homofobia. El recorrido tocó las principales calles al-
descarga a todas horas, así como del estacionamiento de
rededor de la Macroplaza: Zuazua, Padre Mier, Morelos,
camiones de carga en las calles de la colonia que rodea
para finalizar en la recién abierta Plaza I lidalgo. Como
209
208
i\lapa I. Plano (le la Vidriera de Monterrey
la fábrica. El punto de fricción es la incompatibilidad de
prácticas residenciales con prácticas de maniobras "de
patio" y de estacionamiento por parte de una empresa.
Vidriera Monterrey es la empresa madre del Grupo
Vitro, establecida en 1909 en las goteras de la aún pe-
queña ciudad. Aquélla, al igual que las otras factorías Ne
ubicadas en esa área despoblada, era circundada por el
tren de pasajeros y de carga, la Vidriera colindaba con
los amplios patios del ferrocarril. Bajo el estilo clásico de
la industrialización, los contornos. de la fábrica fueron
poblándose de forma irregular con familias que llega-
ban en busca de trabajo; también llegaron familias de
ferrocarrileros que se posesionaron de los terrenos del
ferrocarril. El crecimiento productivo de la empresa se
Fuente: Ayuntamiento de Monterrey, 1909, Plano de Urbanización dil
volvió notable hacia los años cuarenta, im pactando la
Ayuntamiento de Monterrey, Monterrey, México, Archivo Municipal de
necesidad de expansión física, lo cual se resolvió con la
Monterrey, Fondo Mapoteca.
compra de buena parte de los patios del ferrocarril en
1950, con el consiguiente desalojo y reubicación de las
Los colonos reclaman y defienden las calles sobre la base
familias de ferrocarrileros en los terrenos colindantes
de la primacía territorial y del "deber ser" de un entorno
que seguían perteneciendo al ferrocarril. En los años si-
residencial, es decir, la primacía de quien ocupó primero
guientes, se inició un proceso de regularización de la tie-
esa zona, lo que además está asociado con sus historias fa-
rra y de urbanización de las colonias Treviño y Terminal,
miliares y comunitarias y, por otro lado, las características
las cuales quedaron separadas solamente por una calle
deseables de lo que rodea sus viviendas: tranquilidad, segu-
de las puertas de la Vidriera. Con el paso del tiempo y la
ridad, orden. Para la empresa, el uso de las calles (puesto
complejización del uso de la calle por parte de la empre-
que la fábrica y las bodegas están separadas por una calle)
sa, los ahora colonos propietarios hacen uso de derechos
es inevitable para maniobras básicas permanentes como el
para exigir y negociar con la empresa cambios en algu-
traslado para el almacenamiento y para la carga y descarga
nos usos y prácticas territoriales.
de camiones. Estas maniobras generan obstrucción de ca-
En este plano de 1909, se puede observar el área que
lles, ruido, necesidades fisiológicas de los conductores de
hoy ocupa la Vidriera Monterrey v la colonia Terminal y
los camiones, entre otros inconvenientes en un entorno re-
Treviño al norte de la avenida Colón, en el límite norte del
sidencial. Esta incompatibilidad ha provocado el abandono
centro histórico. de la colonia por algunas familias, conflictos verbales, pero
también acuerdos con relación a horarios de maniobras.

21I
t 1i,F1+ 1,1T
210
No falta alguien entre los vecinos defina la relación con feres y cargadores de los l ruilcrs que allí pernoctan, y por
la empresa como "una relación de amor y odio". Los co- emisiones contaminantes de los hornos de la empresa, et-
lonos añoran algunos beneficios de la empresa: fuente de cétera. "Nos robaron la banqueta, ya no tenemos banqueta.
trabajo, invitaciones al Museo del Vidrio (dentro de la em- Y luego hubo un tiempo en que todo el movimiento de car-
presa), obsequio de productos de vidrio, organización de ga y descarga lo hacían en medio de la calle, todo esto era
bailes y otros tipos de convivencia en el barrio. Los colonos patio de ellos porque andaban los montacargas hechos la
también reconocen beneficios vigentes de la empresa: ob- cochinilla" (Habitante de las colonias Terminal y "Ireviño,
sequios en "día de reyes", uso de un espacio (quinta) para entrevista, 2011).
eventos sociales, aunque quien lo solicita no tenga relación De acuerdo con vecinos de segunda generación, en la re-
laboral con ésta. Estos beneficios y su reconocimiento no lación conflictiva entre empresa y colonia destacan varios
borran, sin embargo, los daños que ocasiona a la colonia. hechos específicos por los que se ha incrementado el anta-
La concentración estratégica del Grupo Vitro en su ac- gonismo: en los cincuenta la empresa por compra de un te-
tividad originaria ha incrementado la producción de en- rreno cerró una de las calles de la colonia Terminal, pero esa
vases y su tráfico, ya para el mercado interno, ya para la misma noche las vecinas derribaron el muro (finalmente los
exportación. El problema es la transportación, la cual ya colonos cedieron); también por la madrugada a principios
no se hace tanto por tren, sino en contenedores movidos en de la década de los setenta, la empresa intentó tender un
trailers de gran tamaño que diariamente se apropian de la nuevo ramal para el ferrocarril; para evitar esa construcción,
calle, obstaculizando el tránsito de los autos de los vecinos. la gente se acostó en el suelo, evitando el tendido de rieles.
"Es muy inconveniente pasar cuando ellos están haciendo Actualmente, a pesar de que se tiene el acuerdo de que las
sus maniobras no te dejan pasar 1...1 yo la otra vez le dije maniobras (y el ruido) de la empresa en la calle deben parar
a un guardia: qué ¿son los dueños de la calle o qué? (Habi- diariamente a las 23 horas, esto no siempre se cumple, por
tante de las colonias Terminal y Treviño, entrevista, 2011). lo que los vecinos de la Treviño obstruyen las calles con sus
Al respecto y como signo de los cambios en la relación vehículos para forzar a parar el trabajo en la calle:
fábrica-comunidad, la jueza de la coloniatambién se siente
como en su casa al hablar de Vidriera, pero a diferencia de A las 11 de la noche ellos ya no deben estar cargando, a ve-
los niños que allí jugaban ella dice: "yo con Vidriera en- ces están saliendo trailers y entonces agarro la camioneta me
tro corno si fuera mi casa porque los vivo demandando de travieso y les hablo a los vecinos y nombre! al otro día vie-
todo". Las principales son por reclamos ambientales: "Yo nen (de la empresa) y: "no nos haga esto", (y les responde) es
que mire nosotros tenemos derecho a dormirnos! (Habitante
tengo tres demandas para Vidriera, yo los demandé en
de las colonias Terminal y Treviño, entrevista, 2011).
Ecología Federal, Municipal y Estatal por tanto deterioro
ambiental." Y los motivos abundan: por el tamaño de los
Otro de los grandes problemas es que el grupo de cho-
trailers en zona urbana, por el espacio que ocupan, por el feres de las compañías de transportes permanece en las ca-
horario en que trabajan, por el ruido que provocan, por las
lles por largos períodos, lo que ha generado dinámicas de
actividades ilegales e "inmorales" en la calle de los cho-

R,1 213
212
Fetwtifite; .5 ti o. Espacio residencial y pi -Oí/lidia)
prostitución, drogadicción, insalubridad y más ruido. En
la imagen de abajo, aparece la calle donde se daba este tipo
de dinámicas entre choferes. Una vecina debió cerrar la ca-
Ile con una cadena para evitar el uso mencionado.

Fotograhh 4. Calle de la colonia Treviño

FLIFNTE: Archivo personal de los autores, 2011.

LAS 1-112121141121A411 /Al )E5 (Al.LEIERAS,

A MANERA 1lE COMENTARIOS FINALES

El espacio público, como la calle, es un lugar de privilegio


para el estudio de las territorialidades por la diversidad de
'interacciones con igual diversidad de intereses. Conocer el
proceso de producción territorial nos permite entender por-
k qué y cómo el espacio es constitutivo de las relaciones so-
Fuente: Archivo personal de los autores, 2011.
dales. El espacio (en este caso el territorio) sintetiza las inte-
racciones entre los diferentes actores y sujetos. Bloquear con
La cadena como resguardo territorial:
camionetas una calle de la colonia o "reinaugurar" una plaza
pública 'en una fecha significativa (día contra la homofobia)
Lo tengo cercado con cadena, es calle, nada más que Vi-
driera me tuvo que venir a cercar porque casi los mato..., con atuendos alegóricos y con las consecuencias descritas en
Lo agarraron de estacionamiento, primero los camiones este trabajo sería impensable en otros tiempos en la ciudad de
de doble rodada, y era un fumadero de marihuana, traían : Monterrey, o en otros contextos geográficos. I,a construcción
mujeres, todo el rollo v allí había asaltos entonces era un de los dos territorios que usamos corno ejemplo no se puede
pleito todos los días, al grado que tuve que comprarme una • entender si no se recurre a la historia tanto del asentamiento
pistola para tratarlos de mantener a rasa (Habitante de la como de las movilizaciones sociales, es decir, las sociedades y
colonia Treviño, 2011). comunidades territorializadas de cualquier escala son cons-
trucciones históricas.
En las imágenes 5 y 6 se observa la combinación de espa- De este trabajo podemos derivar que los territorios son mit-
cio residencial y productivo. - cho más que espacios concretos y fijos. Dado que satisfacen

VACIOS
TERPUMPIALIDAH (Al 215
214
requerimientos materiales, emocionales, etcétera, es indis- Integrantes de la Comunidad Metropolitana [entrevista], 2011,

pensable su conservación (o arrebato, si se está en dispu- por Camilo Contreras, marzo [trabajo de campo].
ta como la plaza) mediante prácticas territoriales como la Mendieta, Eduardo, 2010, "Del cosmopolitismo imperial al cos-
transformación de la plaza (con el poder económico y po- mopolitismo dialógico: humildad, solidaridad y pacien-
lítico), o bien las manifestaciones de protesta (con el poder cia", en Ileana Rodríguez y Josebe Martínez, coords., Na-
social) para rechazar las prácticas de exclusión. Aquello que rratieils comando-sistemas mundos: coionialidad-modera/MM,

está más allá del espacio concreto es la territorialidad o valo- Baecelona, IANI Anthropos.

ración del territorio, se trata de lo intangible que da sentido Monnet, Jerome [ponencia], 2009, "Perspectivas actuales de la
para la defensa y conservación: el sentido de pertenencia a investigación sobre el territorio", ym Seminario bíter - nacional
una comunidad (barrial, la idea de lo que debe ser un Madrid, Universidad Nacional de
Sobre Territorio y Cultura,

lugar (plural, tranquilo, seguro, libre). Aunque estas valo- Educación a Distancia (España)/ Universidad de Caldas
raciones pueden tener sus contrarios, corno fue en los casos (Colombia), 30 de marzo al 1 de abril.

revisados (valoración económica y productiva de la calle, Montaña, Elma, 2007, "Identidad regional y construcción del te-
valoración del conservadurismo y binarismo sexual). rritorio en Mendoza (Argentina): memorias y olvidos es-
Un territorio (lo visible) y su valoración (lo invisible) son tratégicos", Bulletin rlrl Institut Francais (ludes Andiner,

la arena donde se negocian, se imponen, se gestionan, las Lima, Intituto Frances de Estudios Andinos, núm. 36 (2),
relaciones sociales cuando hay ejercicio de poder en cual- pp. 277-297 en 4http:e / www.ileanetorg /publicaciones./
quiera de sus formas. En los casos que revisamos, las prác- articulo.php?codartr 1694>.

ticas territoriales materiales y simbólicas han sido factor de Montañez Gómez, Gustavo y Ov id io Delgado Mahecha, 1998, "Es-
equilibrio entre actores con poder económico y político, y pacio, territorio y región: conceptos básicos para un proyecto
sujetos con poder social. nacional", OH/llevaos de Coograjúl, I )epartamento de Geogra-
fía / Universidad Nacional de Colombia, vol. II, núms. 1-2.

Palacios, avlia [ponencia], 2011, "'transformaciones en los usos


13111LI(X,ILAIÍA
de la calle en barrios de origen obrero en Monterrey", en
Adebanwi, Wale, 2007, "Territoriality and the Discourse of Eth- Seminario Ciudad y Espacio Público, tina Revisión Multi-
nic Group clashes", en Nacionalisin and 1:thnic Politics, Phi- disciplinaria de lo Urbano desde la Calle, el caso de Mon-
ladelphia, Routledge, núm. 13, pp. 213-243. terrey, Monterrey, México, El Colef /umxi / I FESM MAI I, 24 de
octubre.
Claval, Paul, 1982, Espacio y poder, México, Fondo de Cultura
Económica. Ranaboldo, Claudia Iponencial, 2006, "Identidad cultural)' desarro-
llo territorial rural", en Seminario Internacional Estado, Desa-
Delgado, Manuel, 2007, Sociedades movedizas. Pasos harin una an- rrollo Rural y Culturas, Sucre, Bolivia, 21 al 23 de agosto.
tropología de las calles, Barcelona, Anagrama.
Youtube, en -...http:/ / voutlabe/ZdBK W2hxDois, consultado el
1 labi tatúes de las colonias Terminal a Treviño [entrevista], 2011, 19 de febrero de 2012.
por Camilo Contreras y 1 Alia Palacios [trabajo de campo].

216 1 YL IA l'Al ALIOS 111:111(.51,14111lAIIIE II III 217


GUERRA CULTURAL USA: DISPUTANDO EL
SIGNIFICADO DE LA PERSONA, LA FAMILIA
Y EL ESTADO ENTRE LA FE Y LA CIENCIA

faizabelh Maier

INIII(01 /LIE el N A IA PI OM ENIA I R A

El aborto es un tema emblemático de la llamada guerra cul-


tural estadounidense, que caldea los ánimos de defensores
y opositores desde su legalización en 1973. Definido como
la contienda entre "sistemas de comprensión moral" cuya
diferencia de valores y creencias constituye distintas iden-
tidades colectivas, objetivos existenciales, formas de co-
hesión social e imaginarios societales (Hunter, 199 I :287);
las pugnas de la guerra cultural han hecho de las últimas
décadas de ocaso de la modernidad industrial en Estados
Unidos un período de crecientes tensiones entre dos siste-
mas de significación cultural. Su direccionalidad se ha ubi-
cado como "el impulso hacia la ortodoxia" versus "el im-
pulso hacia el progresismo" (Hunter en Jensen, 1997:107).
La cuestión del aborto representa un eje central en la cons-
titución de los discursos, actores y acciones encontradas
que no sólo difieren acerca del momento en que la vida
humana se vuelve persona o en torno al sentido de la rela-
ción entre derechos reproductivos y ciudadanía femenina,

'N término "guerra cultural" proviene de la contienda alemana del sig-


lo ssri entre la modernidad secular v la defensa conservadora del privilegio
religioso. En la década de los noventa, al finalizar la ,,.:iterra tri■ r, intelec-
tuales conservadores estadounidenses se lo apropiaron al identificar la
cultura como el terreno de disputa de la era posinsiustrial de información.

219_
bilita a mordiscos el derecho ala privacidad que sustentó
sino que también representan lecturas radicalmente distin-
la decisión de la Suprema Corte de legalizar el aborto hace
tas de la historia nacional, la Constitución y los derechos
casi cuatro décadas.
fundamentales, la visión de familia, la relación entre lo pri-
Mientras que organizaciones nacionales de mujeres, redes
vado y lo público, y la separación del listado y la religión.
feministas y representantes electos adscritos al discurso del
Articulado en resistencia a la propuesta feminista de
derecho de las mujeres a decidir sobre su fecundidad, se po-
que la liberación e igualdad de las mujeres dependiera del
sicionan defensivamente frente a los embates del cada vez
derecho a la autonomía corporal y existencial, el discur-
más empoderado bloque del tradicionalismo político-reli-
so antiaborto ha sido especialmente importante en formar
gioso, el discurso de este último se infiltra progresivamente
la identidad colectiva de la renovada suma de cristianos
a los más altos niveles del poder estadounidense (Scharlet,
fundamentalistas' que en asociación con el neoconserva-
2008:58). No solamente influye en la conformación discursi-
durismo estadounidense, constituyen una tuerza política
va nacional, sino también internacional, mediante los dispo-
progresivamente influyente en el país.' La politización de
sitivos de la política exterior estadounidense. De tal manera,
las posiciones religiosas a la vez ha logrado la aprobación
la disputa por el significado del aborto ha incidido en las
de una serie de leyes antiaborto, fundamentalmente loca-
políticas de planificación familiar, prevención del vol /lapa,
les pero también federales. Promovidas y defendidas por
atención a las mujeres violentadas y en los programas de
representantes populares locales, nacionales y jueces de to-
educación sexual, tanto nacional como global, insertándo-
dos niveles de la estructura jurídica.' Dicha legislación de-
se así mismo en el corazón de la contienda contemporánea
por el carácter del Estado v la visión societal que definen la
2 E1 término fioulamenialismo nació en Estados Unidos en las Confe-
relación entre gobierno y religión, la interpretación de los
rencias Bíblicas de Niagra al inicio del siglo veinte. Como estrategia de
derechos humanos y el carácter de la familia.'
resistencia al torbellino de la modernidad industrial, se circunscribieron
a una serie de premisas que -según creyeron- sustentan la fe cristiana.
El objetivo del presente artículo es explorar la guerra
inspiración de la Biblia como verídica pauta inapelable del modo de cultural en Estados Unidos a través del tema del aborto.
vida se sitúa en primer lugar, a pesar de la controversia implícita en las
múltiples posibilidades -a veces encontradas-- de la selección del texto.
I,a maduración del discurso fundamentalista cristiano estadounidense y
doras de George W. Bush, fue la reconliguración del campo jurídico con
la significación contemporánea de dichas premisas están estrechamente reganiano
jueces afines al conservadurismo. Mientras que en el período
enraizados en la mitología nacional de excepcionalismo estadounidense,
se nombró a tres magistrados conservadores a la Suprema Corte y a 378
el libre mercado y la historia imperial.
magistrados federales de dicha tendencia, durante las administraciones
VonserzYatinrismo es un concepto altamente relacional, contextual y
de George W. Bush se nombró dos ministros conservadores a la Suprema
,yuntural que evoca una diversidad de remitentes según el momento
Corte y 323 magistrados federa les (Federal Judicial Center s. ti
histórico y el elenco de adores espedticos a mit' se reacciona y se resis-
`Ejemplifica esto la redefinición de la política exterior de planificación
ta (Bobbio c/ al, 198E31K-3191. I listóricamente, se enraizó al inicio de la
familiar durante la administración de George W. Rusia, con la adopción
Modernidad como un movimiento reactivo al liberalismo, tomando su ,
de 1.1 llamada ''ley mordaza', que eliminó todo financiamiento de or-
perfil en rechazo al proceso de laicización.
. ganizadones que incluVeS(1 la promoción del aborto en su estrategia de
'1i11,1 parte medular de la estrategia de reuoluchin neocollSelTiliIVIil del
salud reproductiva (Goldberg, 21109:98).
presidente Ronald Reagan y de las dos administraciones Ile0C0t1VCrVa-

GUERRA cut 1 UPA, 221


220 I I 17 A9I I II MAIER
Pretendo identificar y analizar los discursos, adores y ac- las mujeres, la sexualidad y la reproducción, lo que no sólo
ciones en tensión, ponderando en particular la posición resuelve la definición de la familia, sino que asegura las
opositora a la legalización y precisando su sentido dentro fronteras de libertad y democracia de la sociedad entera.
del contexto discursivo mayor de pugna por los significa-
dos culturales en una época de intensos y profundos cam-
bios de transición paradigmática. Dicha contienda, que EL CONTEXTO Y LOS ACTORES

disputa la identidad del sujeto prioritario al derecho de la


personificación —es decir, la mujer o el cigoto— remite así El fallo del caso de Roe y Wade de la Suprema Corte en
mismo a las fronteras culturales, la alteridad y el conflicto 1973, que legalizó el aborto en todo el país, se insertó en
que como hilo conductor convoca la presente compilación. un contexto histórico de manifestaciones masivas del
La hipótesis que guía el trabajo es la siguiente: el aborto es movimiento feminista y la progresiva asimilación de su
un punto emblemático de la contienda por la hegemonía de discurso liberacionista y antipatriarcal en el imaginario
los sentidos culturales de una nueva era, que aún no se perfila colectivo estadounidense. Surgido de las propias contra-
con nitidez y todavía no tiene nombre propio. Dicha disputa dicciones del desarrollo industrial de la época que Reck
emerge de los intersticios del desencuentro entre las institucio- (2000:13) llama la modernidad simple, el feminismo de los
nes ya rebasadas de la modernidad industrial y las cambiantes sesenta y setenta fue un discurso emanado de las necesi-
prácticas cotidianas de nuestra actual fase post, volviéndose dades e intereses de un sector femenino emergente que
cada vez más una contienda por el carácter mismo de las pro- pretendió asegurar condiciones sociales y personales de
pias instituciones. La definición jurídica del aborto se destaca autonomía e igualdad correspondientes a las expectati-
como una piedra angular de la controversia porque delinea vas creadas por el propio proceso de desarrollo. "Lo per-
los márgenes de libre voluntad de la identidad femenina, de- sonal es político", el lema del deconstruccionismo femi-
finiendo no sólo el grado de asimetría de la relación entre los nista, interrogó la estructura y el 1mb/tus patriarcal de la
géneros, sino, además, la propia naturaleza de la familia. modernidad industrial, reclamando la renegociación de
Como acertadamente anota Armando Bartra: las identidades de género y la relación de poder que las
constituyera en la familia y la sociedad.' La circulación y
La que inauguró el Tercer Milenio no es una crisis econó- asimilación nacional y trasnacional del discurso feminis-
mica más, es el fin de la fiesta, un cambio de época que se ta incluyó actores colectivos, prácticas organizacionales y
origina en estructuras profundas y de larga duración, una representaciones femeninas novedosas, y configuró nue-
conmoción sistémica de múltiples y convergentes dimen- vos sentidos ciudadanos que concertaron los derechos
siones, por lo que entramos en un período de inestabili-
dad v turbulencia presumiblemente prolongada (Bartra en
'Con la categoría del Imbifft: sexuada y sewante, Bourdieu (199h:29) ad-
Boltvinik, 2010:142). vierte sobre la tenacidad de la asimetría de género, explicando su resistencia
a cambiar en la somatización del dominio masculino en los propios tejidos
Hoy en día, los dolores de parto se inscriben en el senti- corporales y profundos registros del inconsciente de hombres y nmjeres,
do discursivo de la contienda por el control del cuerpo de lo que forja así identidades binarias aparentemente naturales y ahistóricas.

I ER 223
222
universales con los derechos específicos de este sujeto co- (oxr') v otras organizaciones intergubernamentales. En las
lectivo concreto y complejo. últimas décadas, este cúmulo de derechos de género for-
No fue un contradiscurso solitario; de hecho, Estados mo parte de un nuevo discurso paradigmático, cuya vi-
Unidos en la década de los sesenta estallaba en contradis- sión del mundo se basa en la diversidad, la inclusividad,
cursos. El discurso de los derechos civiles y la ciudadani- la reducción de la desigualdad, la custodia del planeta y la
zación afroamericana, el pacifista de oposición a la guerra promoción de la paz.
de Vietnam, el de la participación democrática de los jó- El cambio de valores y cotidianidad inherentes a la pro-
venes universitarios en 1968, el discurso jipi de pa: y amor, puesta feminista provocó decididas resistencias entre sec-
las drogas espirituales, las comunas, el anti-consumismo y, tores conservadores estadounidenses, pero la cuestión del
finalmente, el discurso feminista de la igualdad sexual, re- aborto aglutinó una rápida resistencia pública. Inicialmente,
presentaron expresiones contraculturales contestatarias de su vanguardia discursiva emanó del campo católico, por su
actores emergentes, inconformes con la institucionalidad histórica posición opositora al aborto y la emblemática es-
de una era de apresurado agotamiento. Las propias con- tructura, organización y premisas patriarcales que lo gobier-
tradicciones de la modernidad industrial simple marcaron nan. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años
el fin del modelo de desarrollo capitalista de la posguerra. setenta, organizaciones antiaborto se constituyeron en distin-
El discurso feminista de la segunda ola empezó a circular tos estados del país, vinculadas con el f unclamentalismo cris-
en el último lustro de los sesenta, articulando las nociones tiano que paulatinamente cobraba auge a nivel nacional. En
de libertad, autonomía, igualdad, sujetivización y justicia particular, el mensaje discursivo de la tendencia domiaionisla
en una propuesta paradigmática que planteó la transforma- fusionaba la restitución moral de los valores familiares tradi-
ción de las identidades de género, la reorganización de la cionales, —v pregonaba la prohibición del aborto aun en caso
relación de poder que las medió y la redistribución de tra- de violación o incesto— con el establecimiento de un Estado
bajo que determinó su cotidianidad; esto a la vez cuestionó cristiano y la promesa de renovación espiritual y salvación
los significados culturales del modelo económico en crisis, eterna (Hedges, 2006:21)! Inspirados por el Génesis 1:36-31,
estableciendo nuevas formas de relacionarse, imaginar y vi-
vir lo cotidiano, pero sin contar con una propuesta acabada 7i1 pesar de que el don/ir/ion/su:o representa sólo una minoría de-

que armonizara los campos de la economía y la cultura. mografica, es altamente cohesiva, inspirada, expresiva y movilizada. Fn
2004, un encuestador evangélico, cal(1116 en 40 por ciento la población
Posteriormente, se diversificó el discurso feminista y se
total de los cristianos vueltos-a-nacer, pero consideró a los -verdaderos
realizó una miríada de discursos en correspondencia con evangélicos" en sólo 7 por ciento, siendo ellos quienes 110 sólo reCOntir-
el reconocimiento de la complejidad del sujeto femenino, man una relación íntima con Jesús Cristo como su salvador personal,
cuyas necesidades e intereses variaban según cada sector sino que creen tener la responsabilidad de impulsar su te con perso-
femenino específico. Pero la subalternidad compartida y la nas no cristianas, afirmando así mismo la existencia de Salan y que
la salvación eterna es posible únicamente por gracia y no por buenos
intención de igualdad fueron progresivamente traducién-
hechos. Ambos sectores simpatizan con la idea de un país cristiano y son
dose en un conjunto de nuevos derechos, patrocinados y fácilmente movilizados a partir de referencias de familia, te v bandera
diseminados por la Organización de las Naciones Unidas ("family, laith, and flag") (Goldberg, 201/7:8-Y).

11/A13E111 NAIER GUERRA CA1111,PAI 215


224
donde Dios concede a los seres humanos el dominio sobre munidad imaginada tradicionalista, y que se define como un
toda la creación (I ledges, 2006:10), los doriiiiiionisiás tienen "núcleo social fundamental inscrito en la naturaleza huma-
sus raíces en el calvinismo radical del siglo xvi y su posterior na" (Red Familia, 2007). Su natuntlidad incluye una división
evolución discursiva trasplantada a América del Norte, que definida pero complementaria de las identidades sexuales
proclamó el mandato divino de transformar a este país en de hombres y mujeres, la preferencia masculina en la jefatu-
una nación cristiana (Hedges, 2006:11). ra familiar y el ejercicio tradicional de la autoridad paternal
El nacionalismo cristiano, corno lo llama Goldberg (2009: -siempre con la opción del castigo corporal-- como metodolo-
6), es una de las fuentes de sustento del discurso y movi- gía disciplinaria de las relaciones intergeneracionales.
miento antiabortos, ahogando por la santidad de la vida La segunda dimensión del nacionalismo cristiano en-
desde la concepción, a partir de la presunción del reflejo traña la filoso/in de las libertades y los derechos individuales y
de lo divino en la creación del ser humano. El sentimiento la no intervención gubernamental en la economM. Durante las
antiaborto -junto al propio donzinionisino- se ha vigorizado últimas décadas, con el fortalecimiento del movimiento cris-
y extendido su influencia en Estados Unidos a partir de tiano educados en casa -donde amas de casa se encargan de
la crisis del modelo capitalista de posguerra y la posterior educar a sus hijos fuera del sistema de educación a partir
aplicación del modelo económico neoliberal, cuya esencia de un currículo cristiano- y la consolidación de múltiples
de capitalismo altamente desregulado es un baluarte del universidades con perspectiva del nacionalismo cristiano, el
actual proyecto cristiano fundamentalista; de hecho, la li- discurso de las libertades se ha transformado, en una resig-
bertad económica es una de las tres dimensiones primor- nificación que se refiere exclusivamente al libre mercado y a
diales que integra el nacionalismo cristiano, cuyo sustento los derechos asociados a la propiedad privada y su defensa.
se encuentra en una lectura bíblica selectiva.' Curiosamente, la objeción discursiva casi obsesiva en contra
Primeramente, se destacan los valores lamiliaws cristianos, que del "gobierno grande" se restringe en gran medida al cam-
alaban la heterosexualidad, la abstinencia prematrimonial, el po económico, revisando la idea original de la Constitución
matrimonio formal y vitalicio, la fidelidad, la funcionalidad estadounidense de la no intervención gubernamental en los
reproductiva de la sexualidad y la oposición absoluta al abor- asuntos privados de los individuos con una cadena de pau-
to, articulados en una versión revisada y actualizada del sis- tas morales que pretendan defender la vida privada e infor-
tema sexo/género de privilegio masculino. En dicha visión, mar la construcción de un Estado cristiano.
es central el concepto de la tinnilía natural -de formación pa- La tettlogía de la prosperidad es la tercera dimensión del
triarcal- que simbólicamente sustenta la contemporánea co- nacionalismo cristiano; orienta a los fieles hacia valores del
éxito económico, alegando sus beneficios y privilegios y
considerando de responsabilidad individual -y bendición
sl recuerda que la Biblia es un texto amplio y contradictorio, o castigo divino- los grados de éxito realizados o no logra-
escrito en distintos momentos históricos por una miríada de perspecti- dos. Por lo mismo, la pobreza -y los propios pobres- son
Vds interpretativas. FI autor anoto que los nacionalistas cristianos no son
percibidos como el resultado de la voluntad divina y de
blerfalislas bíblicos, sino más bien /itera/Islas ,:electzuos, que remiten ex-
clusivamente a los pasajes bíblicos que sustenten su ideología (2006:6).
la falta de esfuerzo, determinación y disciplina personales,

226 , I I/A111 III IlAIER G1,1179,1 IJI I i lItAI 227


responsabilizándolos así por su propia condición de caren- • dócil y útil, así como sumiso, discriminado y obligadamente
cia. Dicho discurso emite una justificación ideológica de la 1 reproductor. En este sentido, el autiabohismo filosófico-político
desigualdad social, lo que acredita su oposición a las poli- 1 1E del conservadurismo religioso estadounidense constituye una
ticas de bienestar social y encierra un darvinismo clasista 1parte esencial de la defensa del orden sexo/género y familiar
de sobrevivencia de los más fuertes. de preferencia, además del privilegio masculino.'"
La hegemonía del fundamentalismo cristiano en el interior
de la perspectiva tradicionalista estadounidense se ha mante-
nido mediante una compleja estrategia religiosa-político-cul- CON( 1:1'1 (JALMA( 1ÓN I JE 1 A COYDNIUILA
tural." La historia de su consolidación como actor relevante del
quehacer político se escribe articulada a la evolución del discur- - El estancamiento del modelo de acumulación capitalista de
so y a las acciones antiabortos desde que la Suprema Corte (sc) . la posguerra y la innovación tecnológica que finalmente re-
despenalizó el aborto en 1973. Pero el compromiso antiaborto volucionó los campos de la información y la comunicación
y la oposición a los derechos reproductivos y sexuales es sólo ofrecieron la oportunidad de repensar y dina in izar el sistema
un componente de la construcción político-cultural fundamen- mundial, reorganizando las pautas y la geografía producti-
talista; impugnar al migrarte indocumentado como emblema '1 ya de la acumulación de capital. Los cambios estructurales,
de la otredad; descreer la relación entre el cambio climático y cotidianos y subjetivos que resultaron de la reorganización
la actividad humana; pregonar el derecho personal a cargar productiva y económica del niundo y la reconfiguracion del
armas: objetar la influencia del gobierno federal, sus institu- espacio y el tiempo de los avances tecnológicos" crearon las
ciones y dispositivos; valorar la autonomía de la gobernanza - condiciones en que las prácticas cotidianas se dislocaban
local y estatal; desconfiar del sistema público educativo como ' nada vez más de las pautas institucionales de la era de la
dispositivo del desaprobado humanismo secu lar, y edificar la in- xmodernidad industrial. La progresiva incoherencia entre
falibilidad del libre mercado, son otros hilos de su tejido ideo- 110 institucional y la velocidad de los cambios constantes de
lógico (Goldberg, 2007; Hedges, 2006; Scharlet, 2008). Empero,'
el discurso antiaborto atiende el fondo de su preocupación, re- 11
''En su auge hace una década, el MON' intiento masculin isla Promise
siste la inconformidad feminista frente al sometimiento corpo- Keepers (Guardianes de lo Prometido) convocó a centenares de miles de
ral que hasta entonces hizo del cuerpo de la mujer un cuerpo hombres a recuperar su papel de jefe de familia, jurando redificar com-
portamientos excesivos e irresponsables, lo que -segun este discurso- for-
,' zó a las mujeres a salirse del hogar. Prometieron ser maridos proveedores
Iadden identifica cuatro dimensiones articuladas del campo fun- -no violentos-- y padres responsables, anclándose en el versículo de Efe-
damentalista cristiano: el fundamentalismo teológico, que refleja el sios que exige de las esposas -subordinarse a sus maridos como al Señor"
cúmulo doctrinario; el fundamentalismo político, que infunde las leyes i(Efesios 5:22). La plena asimilación de dicho discurso a la vida familiar
y políticas públicas con la orientación religiosa; el fundamentalismo cristiana reimpulsó un nuevo culto a la masculinidad, eliminando la ur-
tural, que sintetiza las dos primeras áreas en una propuesta integral de iencia de ser del propio movimiento en el siglo va (I ledges, 2(106:92-93).
significados culturales; y el fundamentalismo global, que vincula expre- • "Según Ciastells, el espacio de los flojos y el HellIpOtilll liell7pOson las car-
siones fundamentalistas de distintas tradiciones religiosas en el teatro acterísticas espacio-temporales de la sociedad red capitalista v la incuba-
de la política internacional (en Itorgatta rf ar,1992:1637-1639), ,dora de la reorganización de las relaciones de poder (Castas, 21110:34).

228 II AprTII 11AIER


ERRA 229
la cotidianidad caracteriza una nueva tase repleta de incer- gareño, con dos hogares de parejas divorciadas, cuyos hijos

tidumbre, inestabilidad y riesgo. En este nuevo capítulo his- se trasladan de casa a casa con una periodicidad cotidiana;

tórico, la anterior cohesión entre la economía, la política y la incrementándose las familias trasnacionales y trasterritoria-

cultura se desvanece entre lo líquido de la realidad vivida, tan les a raíz de la migración, y en el caso de profesionistas con
movediza "que las condiciones de actuación de sus miembros empleo, en sitios geográficos distintos.'
cambian antes de que las formas de actuar se consolidan en En fin, se ha reconf igurado la unidad familiar a lo que Rou-

hábitos y en una rutina determinada" (Bauman, 2005:9). sell llama "la familia incierta" (en Touraine, 1997:46) y Beck
Touraine (1997:46) llama al actual desfase entre estructu- nombra "la familia posfamilia" (2000:11), refiriéndose a esta

ra, cotidianidad y cultura institucional un período de des- institución contemporánea imprecisa cuya elasticidad no pa-
reciera anclarse en un terreno estructural sólido, esto en con-
modernización, pretendiendo así captar la progresiva desarti-
culación de la racionalidad moderna. Por su parte, Buck en- traste con la modernidad industrial simple que fue "un mode-
lo de vida en el que los papeles de los sexos, la unidad familiar
fatiza la creciente individualizaciem de las instituciones, donde
actualmente se priorizan las necesidades e intereses de sus y las clases forman parte de una misma cadena" (Beck, 2000:
integrantes por encima de la cohesión institucional que pri- 14). Nunca antes en la historia patriarcal —es decir, en la I lis-
maba apenas hace unas seis décadas. Existe un inslinitional toria que se escribe con mayúscula— han gozado las mujeres
de tanta igualdad con los hombres, lo que no sólo incide en el
lag dice el autor, porque el inmovilismo de las instituciones
se contradice con las necesidades de una sociedad cuya vida perfil y funcionamiento de la familia, sino que transforma sus
se transforma cotidianamente (Beck, 2000:16). lustilticiones valores y redefine sus premisas de existir (Giddens, 2003:12).
El debate actual sobre el aborto es central al orden fami-
cáscaras las llama Giddens (2003:18), señalando que a pesar
de tener los mismos nombres y aparentar ser lo mismo que liar. El control de la reproducción humana —y por ende, del
antes, son tan diferentes en su interior que se les dificulta cuerpo de la mujer— es un factor clave en el arreglo de poder
cumplir las tareas que les correspondían anteriormente. del sistema sexo/género, que a su vez se articula con todas
Dicha institucionalidad desencajada y desfasada se ejem- las dimensiones de la organización económica y social. La
plifica hoy en día con la interrogación del poder del Estado- disputa contemporánea por los significados de sexualidad y
nación, el resquebrajamiento de la coherencia ideológica de , la reproducción -es decir, la disputa por la definición de la
los partidos políticos, la creciente borrosidad de misión de familia- es finalmente una contienda entre lo que se quiere
la educación pública y —de manera estelar— la disputa por
la definición de la familia. Esta se flexibiliza y se renueva en 'Una de las tendencias contemporáneas más significativas en Esta-
cuanto a su forma y contenido de tal manera que para un dos Unidos es el declive porcentual de hogares de parejas casadas con

sector significativo de la población se han redefinido el pa- hijos. Mientras que en 19711, éstos representaban 40 por ciento del total
de hogares, para 20113 tal cifra se redujo a 23 por ciento. A la vez, el por-
rentesco y las relaciones de poder, renegociando la división
centaje de familias con jefatura de madres como única figura laminar
sexual de trabajo en el exterior y en el interior de la unidad; incrementó de 12 por ciento en 1970 a 26 por ciento en 2003, mientras
teniendo un incremento de jefaturas femeninas de familia y que las familias con jefatura de padres como única figura familiar creció
de parejas del mismo sexo con hijos; volviéndose transho- de uno a seis por ciento en el mismo período (Fields, 2004).

GUERRA OILII 231


230 I I C4PI IM MAIER
conservar de lo tradicional y las expresiones de una sociedad uva religiosa remite al instante en que el cuerpo recibe el
-v un mundo, en este caso- en un veloz proceso de comple- alma.'' En esta época, la hominización fue calculada a las 18
jización y transformación. Giddens (2003:43) lo llama "la dis- semanas de embarazo, cuando se percibía el movimiento
puta entre lo tradicional y lo (osuno/Ha", categoría que no del feto. Dicho discurso de la hominización retardada fue
resulta del todo fácil de emplear por su conflictivo remitente hegemónico durante siglos, basándose en la disposición
colonial. Por esto, l3eck lo resignifica, resucitando la noción del papa Gregorio xiv, quien al final del siglo XVI indicó que
del cosmopolitismo como un discurso paradigmático que en- sólo los fetos hominizados fueran protegidos del aborto. Tal
cierra el proceso contemporáneo de construcción de una cul- percepción del feto -no plenamente personificada- duró
tura global de raíz variada, contemplando el universalismo hasta finales del siglo xix en Estados Unidos, cuando el en-
de la igualdad de derechos dentro del marco de respeto, por foque anterior, asumido por parteras mujeres que deten-
lo particular de la diversidad. La bondad del discurso del cos- taban una sabiduría histórica, informalmente adquirida
mopolitismo, dice el actor, se halla en el reconocimiento de y centrada en la salud, el cuidado y la comodidad de las
la pluralidad de la otredad, de manera que las diferencias no mujeres fue cuestionado y sustituido por la creciente pro-
impliquen discriminación (Buck, 2009:56). fesionalización de legiones de médicos. La recientemente
En contraste con esta propuesta societal, el discurso tradi- fundada Asociación Médica Americana (AMA) se pronunció
cional -o parroquial- se fundamenta en parámetros más ho- entonces en contra del aborto, tanto para distinguirse de la
mogéneos, confinados, excluyentes, doctrinarios y jerárqui- práctica partera como para sintonizarse con los discursos
cos, siendo así un paradigma sustentado en el pensamiento religiosos del período. A pesar de no incumbir directamen-
único que construye las fronteras de aceptabilidad o recha- te a la mayoría protestante estadounidense, la publicación
zo del comportamiento humano de manera más estrecha e de la Apostólica Sedis de Pío ix en 1869 tuvo mucha injeren-
intransigente. El control sobre la fecundidad femenina es cia en el debate, dando sepultura a la teoría de la hominiza-
esencial para esta mirada societal, por apuntalar el discurso ción retardada con su posición de que todo aborto fuese un
de la naturalidad de las identidades de género y del reparto pecado grave y razón de excomulgación (Rose, 2007:3-4).
asimétrico del poder entre ellas. La aprobación por parte del Congreso estadounidense
del Acta Comstock en 1873, que prohibía la circulación de
material impreso referido a la pornografía y al aborto, tan
DISCURSOS DEL. AROMO usual en las revistas femeninas de la época, marcó la pau-
ta para gradualmente criminal izar la práctica. La creciente
Una breve historia de los discursos sobre marginación partera y la progresiva criminalización del
el aborto en Estados Unidos aborto confluyeron para fundar un mercado subterráneo

Fue hasta la mitad del siglo xix cuando se mencionó por


' . acuerdo con la perspectiva religiosa católica y protestante, 1.1 en-
primera vez la protección legal a la vida fetal, fijando ésta trada del alma al cuerpo -o hominizat mana el momento de la hu-
después de la llamada hom inización, que según la perspec- manización O personificación del embrión.

232 11 Idi''3r I IER GUER 233


del aborto fuera de la vigilancia y la reglamentación. Ya podría terminarse legalmente, estimada entonces en 24-28
para la década de los años cuarenta y cincuenta del siglo 1 1 semanas en casos no excepcionales. En décadas posteriores,
xx, no sólo los abortistas fueron perseguidos, sino también ambas consideraciones -el implícito derecho constitucional
las mujeres que abortaban, constituyendo un círculo vicio-, a la privacidad y la noción de viabilidad- junto con la ten-
so que fortalecía su permanencia insalubre e insegura en la ' sión entre la autoridad médica y la autoridad estatal, y la
clandestinidad. Las consecuencias del aborto ilegal fueron histórica disputa sobre las fronteras de competencia entre
nefastas para las mujeres pero, paradójicamente, ellas no , la federación y los estados, se tornaron en los puntos más
dejaron de recurrir al procedimiento. Ansiando controlar importantes de la disputa sobre el aborto.
su fertilidad -por razones económicas, de salud o de au- Su legalización inició una larga y compleja contienda por
tonomía- muchas perdieron la capacidad de tener hijos y parte de tradicionalistas religiosos, que hoy en día ha resulta-
otras perdieron sus vidas (Solinger en Rose, 2007:5). do en la paulatina inaccesibilidad del procedimiento a ciertos
Los años sesenta articularon la creciente conciencia femi- -: sectores de mujeres, a pesar de ser legal en el país. I Áis siguien-
nista v los acontecimientos médicos -como la epidemia de ' tes discursos y acciones a favor y en contra de la despenali-
la rubiola que produjo deformaciones fetales- en una nueva zación del aborto han provocado tensión dentro del ámbito
alianza entre feministas y médicos a favor de la legalización. cultural y político durante más de cuatro décadas, no sólo al
En 1967, el estado deCalifornia aprobó la primera ley de disputarse los significados de la vida, la persona, la morali-
despenalización, seguido por otros estados.''' Impulsada por dad, el sitio de la religión y la definición del Estado, sino al
importantes organizaciones de mujeres como la Asociación representar perspectivas societa les plenamente diferenciadas
Nacional por la Retracción de las Leyes del Aborto, la Aso- que en este período de transición entre épocas compiten por
elación Nacional de Mujeres (por sus siglas en inglés VARAL la hegemonía de la interpretación cultural presente y futura.
y Now respectivamente) y Planned l'arenthood, respaldada
por la AMA, el discurso de la salud, el bienestar y la ciudada-
nía de las mujeres y el valor científico de la autoridad médi- El discurso del derecho a decidir
ca sustentaron el ímpetu hacia la despenalización, hasta que
la Suprema Corte lo legalizó en 1973 (Rose, 2007:6-7).
El fallo del caso de Roe v Wade estableció que la xiv en- La demanda del aborto despenalizado fue una piedra angular

mienda constitucional -que implícitamente eleva el valor de del discurso feminista scgiuiday/cra, progresivamente aceptado
la privacidad individual- protege el derecho de las muje- : nacional e internacionalmente por crecientes franjas de la po-
res a decidir sobre su fertilidad. El criterio de la viabilidad blación. Dos factores contribuyeron a su aceptación e inclusión
del producto -es decir, la posibilidad de sobrevivir fuera del corno inciso de la salud reproductiva de las mujeres. El prime-

útero- fijó la temporalidad semestral en que un embarazo ro nos remite a las décadas de 1950 y 1960, cuando especialistas
internacionales de los países occidentales desarrollados die-
ron la voz de alarma frente al incremento demográfico en los
"Entre otros, Alaska, I lawdi y Nueva York legalizaron el aborto antes
países periféricos, advirtiendo una "explosión demográfica"
do I q71.

23'1 [11 A IER GUERRA (1111 111`Al 735


amenazadora para los escasos recursos naturales y la posib• mesa de discusión de los institutos internacionales y de
dad de desarrollo de dichos países. Como resultado de la urb secretarías gubernamentales la variedad de estrategias
nización de estas naciones a partir de la década de los celaren e incidirían en la reducción demográfica.
las mejoras en la infraestructura de servicios se tradujeron La creciente conciencia sobre el significado de la ad ministra-
la reducción de la mortalidad infantil y en el incremento de óri de la fecundidad para la realización de vidas femeninas
edad promedio de vida, pero sin mermar los altos niveles complejas y completas derivó durante las últimas décadas
fecundidad por mujer, de tal manera que, en un primer m el siglo xx en el desarrollo del campo de la salud reproductiva
mento del proceso de modernización en estos países, se re la ubicación del aborto despenalizado en su interior; éste es
trú el incremento demográfico mencionado (De liarbieri, 2000:8 segundo factor por considerar para comprender la creciente
La prudencia poblaciona I patrocinó un nuevo pa radig reptación de la legalización del aborto en Estados Unidos?'
demográfico de control natalicio, promocionado por los p. partir de los años sesenta, la perspeclizia de gi'nero informa el
ses núcleo -particularmente, Estados Unidos e Inglaterra 'sis de las implicaciones de la libertad reproductiva para
quienes argumentaron la relación favorable entre la dis mujeres» develando que el control ele los medies de nyve-
nución demográfica y el desarrollo. Programas tecnocrátic 'órt define la posición de mujeres en la sociedad (Gol-
las

que ofrecieron -y a veces impusieron- nuevas tecnología rg, 2(109:12). En cuanto se rue evidenciando la correlación
médicas de control natal, florecieron en los barrios popal tre las sociedades que garantizan el ejercicio de la indepen-
res de Asia, África y América Latina en los años sesenta encia reproductiva y la existencia de mayores grados de pa r-
setenta, financiados por instituciones vinculadas con el D cipación femenina y equidad de género, se enriqueció la no-
parlamento de Estado, en el caso de Estados Unidos, o 1. gal de los derechos reproductivos, aportando gradualmente
secretarías de la política exterior de otros países. Según es una nueva especificidad de ciudadanía, con nuevos derechos
cialistas, dicha política antinatalista -que en muchos paí donados con la reproducción y la sexualidad, tipificados
incluyó la esterilización de las mujeres sin su consentimier luidos en el conjunto jurídico internacional.
to- se basó en una conceptualización instrumentalista del La evolución del concepto y la jurisprudencia interna-
mujeres, que las veía como simples dispositivos demográ tonal de los derechos reproductivos descansó en la lógica
ficos. "Las mujeres fueron reducidas a úteros"L' opinó un
promotora precursora de las políticas reproductivas a vive
acuerdo con una encuesta del consorcio Harris en 2011, 66 por
internacional, abogando a lugar por considerar la salud
ento de la población encuestada (de un total de 2 400 personas) estaba
r
productiva desde las necesidades, deseos y derechos de 1 favor de mantener la legalidad actual (3ti por ciento) o de facilitar ma-
mujeres (Goldberg, 2009:68-77). El tránsito de la instrumeri PI acceso al aborto legal (28 por ciento), mostrando mayor aceptación
talización a la ciudadanización correspondió a la emergen•• aborto despenali/ado, en Gardner, 2011.
y consolidación del discurso feminista, pero indudablemed 9_,a perspectiva de género emana de la teorización leminista, conside-
la cultura como el factor nhis influyente Oil la COOSIIIIICIállsie las ideo-
te la aplicación masiva de las políticas antinatalistas puso
dados semidies y el reparto del poder entre ellas, analiza las diferencias
tóricas y coyunturales de los sesos a partir de esta premisa y destaca
[ 'Traducción de la autora. distintas necesidades, intereses e impactos retados según el IVTler0.

2 ib ERRA CUi I. 'I Al 23 1


L'Aitt Al
autonómica de las mujeres como sujetos y ciudadanos, an 994) el adoptar una definición concreta de salud reproducti-
parándose en las nociones de libertad de conciencia y lib (Pimentel, 2002: 156). El Plan de Acción la considera:
voluntad que históricamente se han asociado con la const
tildón del sujeto moderno y la separación entre el Estado Un estado general de bienestar físico, mental y social, y
la religión propia de la Modernidad. Dicho proceso ejemp no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en to-
Pica cómo el reconocimiento formal de nuevos sujetos ciud dos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo
danos con condiciones históricas particulares trae implíci y con sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud
la ampliación de la noción misma de ciudadanía, dado qu reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida
sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad
ésta no es un bien simbólico acabado, sino que "igual a I i
para decidir hacerlo o no hacerlo, cuando y con qué fre-
derechos mismos, la ciudadanía es un continuo proceso
cuencia (Plan de Acción de la Primera Conferencia Interna-
construcción y transformación" (Jelin, 1997:67). El disco
cional de Población y Desarrollo, 1994: capítulo vn).
so feminista considera clave los derechos reproductivos
sexuales para el ejercicio ciudadano, anotando que el cue Una década después, la misma definición tue ampliada
po femenino ha sido intervenido históricamente por norma la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia de las
culturales y leyes que restringen su autonomía individual ujeres en Beijing (1995), especificando que los derechos
imposibilitan su sujetivización plena. e las mujeres incluyen el derecho a la autonomía sexual
Fue Foucault (1997:168) quien descubrió cómo los signifi reproductora, de estar adecuadamente informadas sobre
cados de la sexualidad —y de la reproducción— construyen tema y de contar con los servicios necesarios para hacer
sentido cultural del cuerpo a través de dispositivos de pod aler plenamente este derecho (Plataforma de Acción de
que indican los límites de su potencialidad. Contingente eijing, 1995:96). Para entonces, la Conferencia Internacio-
descubrimiento y masiva accesibilidad de los anticoncepft al de Derechos 1 Iumanos en Ginebra (1994) reconoció los
vos, la evolución e institucionalización de los derechos rep erechos de las mujeres como Derechos Humanos, implíci-
ductivos y sexuales redefinieron las posibilidades del cue ente reconociendo los derechos reproductivos como ta-
femenino —y masculino—, enalteciendo la maternidad libre . La Organización Mundial de la Salud (ovas) incorporó la
la paternidad responsable, separando la sexualidad de la ud reproductiva y sexual como parte integral de la salud
producción en un ejercicio de placer erótico por un lado y d en 2004, la organización 1 Juman Rights Watch señaló la
planificación familiar por el otro.
egación de la libertad reproductiva como una violación de
A pesar de haberse discutido el tema del derecho a la planifi os Derechos humanos (Goldberg, 2009:115).
cación familiar desde la Conferencia Internacional de Derech Sin duda, las conferencias mundiales, planes de acción
Humanos de Teherán 0968), fue hasta el Tribunal Internacio institutos intergubernamentales contribuyeron a la preci-
del Encuentro Sobre Derechos Reproductivos en Ámsterd to/1 v circulación del discurso de la salud reproductiva
(1984) cuando la noción de derechos reproductivos se formu, xual como un inciso del derecho a la sa lud. Pero fueron las
ló como un concepto jurídico, demorándose hasta la Conf rganizaciones feministas y de mujeres las que presionaron
reacio Internacional de Población y Desarrollo en El Cairo
or situar el aborto dentro del mismo prisma, interpretando

238 IELIZAIII MAI ERRA LIE IFIPAi 239


el derecho a los servicios requeridos para asegurar la li g tienda se expresa en el imaginario colectivo fundamen-
tad procreativa a incluir la interrupción legal del embar. ta como una batalla entre las fuerzas de luz v oscuridad,
A pesar de que Estados Unidos nunca adscribieron did inicia la era de limpieza moral previa al milenio de vir-
acuerdos, la evolución del discurso sobre los derechos y paz cristianos que —según las creencias milenaristas—
productivos avaló la anterior legalización del aborto, par ederán el retorno de Cristo (tledges, 2007:151).
desagrado de los tradicionalistas, que se han resistido d utrido por un profundo miedo al cambio y la inestabili-
entonces con mayor organización y más efectivas esta por la sensación de desesperanza frente a las continuas
gias, tanto a nivel nacional como internacional.' formaciones e incertidumbres, el culto a la masculinidad
mitología de la persecución !alcista a razón de su fe religio-
el cristiano estadounidense deter-
El discurso alitiaborlo'" ó hace décadas que la disputa contra el Illonailismo secular
sólo involucra la contienda por los corazones y las mentes,
El campo tradicionalista cristiano estadounidense contem ' también por el control político de la nación. En este senti-
el discurso feminista y su praxis de reconfiguración de Tim La Have, destacado autor milenarista, observa:
identidades, el poder y los valores de la familia y la socie
corno una ofensa violatoria de los principios morales .demos no darnos cuenta lo que realmente es el humanis-
tianos, vaticinando la erosión de los valores fundaciona o y cómo se está destruyendo nuestra cultura, nuestras
estadounidenses y la desarticulación del mundo de vida amilias, el país —y un día, todo el mundo...— [cómo' se ha
tiano. Pero desde el Último lustro de la década de los se _propiado de nuestro gobierno, la ow, la educación, la te-
evisión... 1 lav que expulsar a los humanistas del gobierno
ta, el aborto fue el tema --junto con la homosexualidad— q
sustituirles con líderes políticos a favor de la moralidad
políticamente simbolizó su posicionamiento cultural en
a Haye, 1980:9; traducción de la autora).
cruzada de valores morales por el alma de la nación. Di
E aborto despenalizado concentra dicha degeneración bu-
'Para el Vaticano -como Estado miembro de la c.) v en especial ta en el imaginario fundamentalista, considerado como
el papa Juan Pablo II, este tema no fue uno lucís de la agenda internad genocidio más grande de la historia" por figuras como el
sino que fue "el tema crucial de los Derechos 1 lumanos de la década de
Jame Dobson, el psicólogo evangélico fundador de Focus
noventa". Se consideró el aborto, "el asunto definitorio 1...1 para la em
gente cultura mundial, que sustentará o corromperá a las sociedades lib
:the Family (fi /1:, Enfoque en la Eamilia).2" Otros, como el
del futuro" (Weigel en Goldberg, 21109110- II I; traducción de la auto
Con dicho mandato, el Vaticano patrocinó un bloque tradicionalista en• Fsuscribe 1,1 filosofía milenansta de nacionalismo cristiano. Se llega a
ONL, co', listados islámicos, gobiernos musulmanes, judíos orlodoxusy audiencia masiva a través de tres mil estaciones de radio en "27 idiomas
ciaciones civiles de fundamentalistas cristianos y el propio Vaticano, fo 60 países. Afirma que su mensaje pro familia tradicional llega a 2211
leciéndose durante el gobierno de George W. Ilush (Goldberg, 2009:151): unes de personas en el mundo, enfatizando los "temas de batalla en la
Idse a modenne dicha posición como -pro-vida". No lo usan; aquí a cultual como el aborto, la sexualidad adolescente, la controversia
el sentido i ra preciso de pro muerte que implícitamente se otorga al 'mismo-evolución, el movimiento "solamente inglés -, la homosovua-
curso del derecho a decidir. dy las pollinas identitarias (l'i'ras 011 the Family, 20117).

240 ■ 1 cAlIFTH CULTUI 211


senador republicano Tom Cobum, quieren aplicar la pena liscurso de la ciudadanización femenina y la igualdad
muerte a los ginecólogos que lo practican, por considerad género. La interrupción del embarazo fue entendida
criminales de lesa humanidad (Gold man, 2007:170, 164).21 no un derecho de las mujeres y una medida preventiva
A finales de los setenta, la urgencia de la rabia discursi la política sanitaria.
convocó un naciente y defensivo movimiento antiaborto, Varios acontecimientos incidieron en Estados Unidos para
Legrado inicialmente por grupos vinculados con las estable paulatina reconfiguración de la hegemonía discursiva en
das organizaciones cristianas y posteriormente por secto no al aborto. En primer lugar resalta el empoderamiento
extremistas radical izados," anclados ambos en la red de ig ducido por la misma revolución conservadora, lo que les fa-
sial y mega iglesias que fungen como su dispositivo ideo té experiencia y organización política a lo largo del país.
gico y financiero, y explican su crecimiento y consolidació bién muy significativos fueron los desajustes y la incer-
la exitosa circulación de su discurso. La articulación entre umbre causados por la reorganización socioeconómica y
religión y este actor colectivo de defensa de la vida desde tural de los procesos de globalización y el fin de la moder-
concepción se trasformó en una estrategia ofensiva cu ad simple, lo que influyó e hizo muy atractiva la oferta re-
las grandes organizaciones cristianas, como Focus on the osa, desembocando en el progresivo engrosamiento de las
mily (1977), The Moral Majority (1979), Concerned Wom fundamentalistas, así mismo, los avances en la tecnología
for America (1979), decidieron entrar a la arena política, a ultrasonido brindaron imágenes más precisas del desarro-
yando la candidatura presidencial de Ronald Reagan e in del feto, facilitando la promoción visual del discurso de
diendo en el quehacer legislativo, jurídico y gubernamen personificación desde la concepción, contrariamente al cri-
Inicialmente, el movimiento antiaborto exigió la rev :o científico que asocia la personificación con el desarrollo
sión absoluta de la decisión de Roe vs. Wade, pero su sistema neurológico. Dicha suma de factores intervino en
curso se mantuvo en los límites extremos de la revolue: portantes cambios en las estrategias empleadas por las or-
conservadora reaganeana, aún sin legitimidad entre la gt ' aciones antiaborto, lo cual implicó cambios en su retóri-
mayoría de la población que para entonces estaba adscd y la intensificación del >cabildeo con senadores y congresis-
, que después de la reconfiguración del Congreso en 1994 a
2 ' Dicho senador pertenece a la red fundamentalista elitista The ror conservador resultó en la adaptación de una estrategia
mily, que cultiva una teología de poder dirigida a los poderosos na "incrementalismo agresivo" (Rose, 2007:9), esto avivó la
nal e internacionalmente, Fusiona la promoción del libre mercado des sición de los representantes populares evangélicos, que
la ambición imperial con un discurso religioso de promoción global de principios de los ochenta habían posicionado el tema
cristianismo. En su libro, Th e Family, Jeff Scharlet (2008) analiza esta
mo eje de la política estadounidense. Veinte años después,
secreta afianzada "al corazón del poder americano".
22 Militantes radicales antiaborto -considerados terroristas nacio senador Brownback, miembro de la Familia y actual gober-
les- han asesinado a seis personas, entre médicos, enfermeras y tra dor del estado de Kansas, comparó la legalización del abor-
¡adores, y llevado a cabo 12 atentados más en contra de personal de: on el holocausto, "en contra de un útero-anclado nación
clínicas que ofrecen dicho servicio, así mismo, han secuestrado pe
ciudadanos fetales" como señala Scharlet (2008: 265), jus-
mas, puesto bombas, provocado incendios, destruido propiedades,
mazado y perseguido a prolesionistas y a sus familias.
cando así el Value Action Ibam GAG Equipo de Acción de

242 FE IZAHETH RA CUITIMAI 213


los Valores) del Senado, que se dedica a apoyar legislación das fueron aquellas que tenían bajos ingresos y que de-
contra del aborto y del matrimonio entre personas del mis dían de los servicios de .alud pública para acceder al pro-
sexo, mientras que impulsó programas de educación sexual ' iento. Vista desde el discurso del derecho a decidir, la
colar basados exclusivamente en la abstinencia (Sella rlet, 2IX 'enda no sólo violó sus derechos reproductivos, sino que
rzó una ciudadanía femenina de segunda, segmentada y
igual. Igualmente significativa fue la ratificación jurídica
DEMI. HAN:114NR) DEI. DERECI 10 Y DEL ACCESO AL AliOR: I ( )
la Enmienda Hyde, que hizo una distinción entre el dere-
a la protección del Estado frente a la decisión de abortar
1.a decisión de la Suprema Corte (se) en el caso de Roe la obligación del Estado de proporcionar el servicio (IZose,
Wade se basó en tres consideraciones centrales: 1) el in :70), iniciando así el debilitamiento paulatino de la deci-
rés apremiante del Estado en la salud de la mujer preval histórica de la Suprema Corte de legalizar el aborto.
sobre su interés por proteger el feto durante el embar Otros dos casos carcomieron los cimientos de Roe, abrien-
constatando un posicionamiento histórico de la Corte a los cauces legislativos hacia las restricciones y condiciona-
vor de proteger los derechos reproductivos de las muje entos de la interrupción del embarazo en el nivel local. 1.a
2) el Estado afirma su insistente interés en el embrión -co • ión de la si en el caso de Webster (1989) reafirma la fal-
ciudadano en potencia- a partir de su viabilidad fuera e compromiso del Estado por proporcionar servicios de
útero de la madre; 3) la consideración por parte de la Co a rto, indicando así que, más que un derecho de todas, la le-
hacia la ciencia, la medicina y los médicos para determi ación es un privilegio de algunas (Rose, 2007:74). Todavía
dicha viabilidad en sustitución del criterio de la moralida importante fue reconocer el interés del Estado en la vida
la religión. En Roe, el gobierno toma un papel de neutralid durante todo el embarazo" y no sólo después de la viabi-
frente al aborto, sin obstaculizar la decisión de las mujere d, como señala Roe, lo que cuestionó uno de los principios
interrumpir el embarazo y sin tener que prestar el servi dicos de la legalización y subvirtió el sistema trimestral
médico. Ejercer su derecho a decidir recae en las muje protegía y privilegiaba el aborto temprano (Rose, 2007:75).
asociando el ejercicio ciudadano con la noción de respo
El fallo del caso de Casey (1992) constata el tránsito ideoló-
bilidad personal. Empero, la existencia de programas fe a favor de una mayoría de magistrados conservadores en
ralos y estatales de salud pública para los individuos de m
c en el gobierno de George W. Bush. El considerable interés
llores ingresos compensó la asimetría socioeconómica q
la salud de las mujeres y su derecho a decidir fue sustituido
hace del universalismo jurídico una propuesta inherente el interés apremiante en el feto durante todo el embarazo,
desigualdad (Rose, 2007:68). mplazando la autoridad médica por la autoridad estatal e
En los años setenta, grupos opositores promovieron -s talando el estándar de la carga indebida fi iliclue 1,1in- felO que
éxito- recursos de inconstitucionalidad en la si, pero sólo. ge a los estados demostrar que las restricciones al aborto
Congreso logró hacer modificaciones con la aprobación de
Enmienda I I vil(' en 1976, que prohibió el uso de fondos fed
Webster Reprothn ive I lealni Services, 492, U. S. 495 (1959),
rales para procedimientos de aborto. Las mujeres más pei
do enl(ose, 2007:74

244 I.AEF TM
CULE.4 4. 245
no representan una carga indebida para la mujer. Se privile A partir de 2005, gradualmente se complejizaron y am-
entonces a los gobiernos locales por encima del poder fede aron los condicionamientos al aborto a nivel estatal, pro-
invitando a una sucesiva cascada de leyes estatales que c2 do que acceder al procedimiento sea más complicado,
vez, de manera más incisiva, restringen y condicionan la d traumático en su proceso y más discriminatorio contra
ción de las mujeres, haciendo del acceso al procedimiento mujeres de menores ingresos. En algunos estados, se re-
experiencia progresivamente más engorrosa y tormentosa ería que los médicos describieran los detalles de la inter-
decir, menos sujetivizada y ciudadanizada. ción a las pacientes potenciales; en otros, se necesitaba el
nsentimiento del marido o la pareja; aún en otros, se fijó un
ríodo de espera después de la orientación médica; en otras
LI111', RI SI RICC101\ I H 1 Cl1,C U1C 10AAAIIISN IllH tidades, se legisló en el sentido de sólo proporcionar el ser-
Al I /142111-10 A /IR do en hospitales por médicos ginecólogos especializados,
que imposibilita a las clínicas de Planned I'arenthood (PI')
El impacto de dichos fallos en el derecho de las mujere cerio, por ejemplo. La mayoría de los estados prohíben
decidir se verifica en una serie de leyes de nivel estatal uso de sus fondos presupuestales para abortos y otros no
condicionan el acceso al aborto cada vez de manera más 'ten usar los seguros médicos para pagarlo.
tringida y tendenciosa; así mismo, desde 2006 se observa El inicio de la gran recesión en 2008 dejó a miles de pei-
creciente cantidad de propuestas de ley de nivel estatal nas sin empleo y a otros sin hogar, lo que fomentó la año-
vuelven a penalizar el aborto. Motivada por la recompo a de un pasado más estable y provechoso, y fortaleció
ción conservadora de la sc durante el gobierno de George neoconservadurismo, que finalmente en 2010 eligió a
Bush, la legislación estatal pretendió servir como casos p biernos ultraconservadores en muchas entidades. No se
ha para revertir la decisión de Roe vs. Wade a nivel nació vieron esperar nuevas leyes que condicionaban el aborto
cuando el clima jurídico fuese propicio. En 2005, Dakota 15 estados: se incrementaron las "medidas sonograma",
Sur fue el primer estado en aprobar una ley que prohibía e obligan a las mujeres a ver detalladamente la imagen
aborto, excepto en el caso de que la vida de la madre estu 1 embrión antes de abortar, aun en casos de violación
se en riesgo. En 2011, las y los ciudadanos de Mississippi Incesto; se aumentaron las disposiciones de escuchar el
aprobaron una propuesta radical del derecho a la vida des razón del feto; en algunos estados, se volvió obligatorio
la concepción, que hubiera criminalizado el aborto sin exc ibir asesorías por instituciones antiaborto antes de tener
ciones. Desde 2011, otras propuestas de ley de personifi intervención: se extendió el período de tiempo de espe-
ción fetal desde la concepción están pendientes en Flori a 72 horas en ciertos estados; en un estado, se propu-
Michigan, Montana, Ohio, Wisconsin v Colorado» redefinir la violación en dos clasificaciones, "violación
olenta" y "violación simple", para negar el derecho al
'1 1,d organización promotora Jo (lidias propuestas de ley -Per orto al porcentaje de mujeres que reporta embarazos por
}load USA- describe su misión principal como la de -servir a Jesús a
elación sin poder demostrar signos de resistencia. En fin,
;ando por el que no pueda hablar por sí mismo, el niño pre-nacid
wecsonheed USA, 20110.
estrategia del ilicrementalisum audaz asedia el derecho a

16 h5 ABETH RA CUIT.WAI 2-11


decidir, haciendo del aborto legal el privilegio de un sed tea la solución negociada presidencial; los comunicadores
cada vez más urbano y económicamente acomodado. iscuten a diario; las/os representantes demócratas hablan
Únicamente algunos grupos, como Planned l'arenth retorno al medioevo; algunos comentaristas asocian la in-
--la organización que desde los años de 1970 ha atendid cia religiosa con una progresiva pérdida de hegemonía
salud reproductiva y sexual de las mujeres menos privile dounidense, y las encuestas dibujan un pueblo diverso
das— siguen proporcionando este servicio, además de o ente que considera la administración de su fecundidad
programas de educación reproductiva y sexual, planificad asunto privado que pertenece al campo médico.
familiar y exámenes de detección de cáncer de seno, uterin
cervical. No era de extrañarse entonces que en 201 I la may
ría ultra-conservadora republicana del Congreso estado NSIDERM It e\ 1 1\AI 1_S
dense dedicó sus primeros meses a ratificar propuestas del
que limitaran fondos a dicha organización. Si el Senado contienda contemporánea estadounidense por los sig-
hubiera aprobado, hubieran perjudicado no sólo el tres cados culturales del cuerpo de la mujer, la sexualidad
ciento de sus actividades dedicadas a proporcionar info a reproducción encierran una controversia de mucha
don y atención médica sobre el aborto, sino también el 97 yor envergadura: se disputa la naturaleza de la tami-
ciento de su programación, dedicada a la educación com y la definición del Estado en un momento histórico de
tarja en materia de salud reproductiva y sexual, además nsición entre épocas. Enraizada a la contradicción entre
los servicios de planificación familiar y prevención de cán. fituciones rebasadas de una época superada y la liqui-
Mientras que hoy en día Planned Parenthood encarna de una cotidianeidad en continua reinyención, ésta en
disputa por los significados culturales!' la campaña presid a to es una disputa por la dirección y el alma del pro-
ciar 2012 ha puesto en la mesa de discusión la tensión en o paradigmático societal. El aborto es emblemático de
la libertad religiosa y el tema de los anticonceptivos, conl. contienda por su significado para el orden familiar,
republicanos defendiendo el derecho a la libertad de creen do el control de los medios de reproducción humana
en contra de la propuesta presidencial de incluir a los anti por ende, del cuerpo de la mujer— la pieza clave para
ceptiyos en la lista de medicamentos garantizados por erminar el arreglo de poder del sistema sexo/género
guradoras médicas y empleadores. El Congreso republi e sustenta la organización social y económica en su con-
organiza consultas sobre el tema; el campo religioso se divi' to. A la postre, la contienda es por el perfil mismo de
instituciones y la disputa —de nuevo, como si retornara-
lambién asociaciones filantrópicas privadas entraron al asedio poli, s al inicio de la modernidad— gira en torno a los grados
v económico del Planned Parenthood. Pero cuando la Fundación Susan injerencia religiosa en ellas, al valor de la libertad de
Forran Por the Cu re, el Manan' agrupamiento de pmcenrión del cáncer. ciencia y de la diversidad religiosa y cultural ti, conse-
seno, anunció el finiquito de fondos para Planned Parenthood, parad« entemente, a los márgenes de libertad y democracia de
mente se provocó una reacción masiva on favor de dicha omanización,:
Liando una nueva conversación nacional en torno a los derechos de lasco
socied ad entera.
¡eres y reanimando 1,1 circulación del discurso de los derechos reproductiv

,)-18 CULTO' A. 219


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006. El objetivo era recuperar la seguridad pública en todo el

'Este trabajo es producto del financiamiento otorgado por el Fondo


Mixto Conacyt - Chihuahua para el provecto de investigación "Estrate-
gias para la prevención e intervención del teminicido juarense'.. clave
HIH -2007 0111-7)934.

25;
252 MAIER
país; contrariamente, esta táctica abrió de una forma inu to con los usuarios que hacen uso del transporte publi-
lada las acciones de la delincuencia organizada, desorg , el incendio v el cierre de negocios. Y la intensificación
nada, de las tuerzas militares y policíacas y de funcionad otras, como el robo de autos con violencia, los asaltos a
públicos para victimizar a la población. En esta ciudad, untes, los robos a casa habitación, el robo a bancos, la
alto costo en vidas humanas, con la renovación del femini lencia sexual contra las niñas y mujeres,el incremento de
dio y los homicidios por parte del crimen organizado, volt' desaparición de mujeres adolescentes' (véase la fotografía
a mostrar la insignificancia de los seres humanos, el iraca para 2011, se menciona que esta contienda bélica ha dejado
del Estado al hacer uso de la coerción legítima y la preca número no precisado de padres y madres sin hijos e hijas,
zación de la vida comunitaria. contables viudas y viudos, y entre 8 y 10 mil huérfanos?
Con la puesta en marcha del Operativo Conjunto C Todo esto junto con la pérdida de empleos, ha provocado el
huahua, Ciudad Juárez se vio inundada de miles de sold plazamiento de miles de pobladores, de esta zona de con-
dos y policías federales' que se harían cargo del combate do, a la vecina ciudad de El Paso, Texas o al interior de la
la delincuencia organizada v protegerían a la población. S pública mexicana, y para quienes nos hemos quedado, una
embargo, la violencia aumentó en grados y manifestacion ensa tristeza, miedo y limitantes en nuestra vida. Sin cm-
antes no vistos, por parte del crimen organizado y con go, quienes más sufren son los pobres, dice el vocero de la
contables violaciones a los derechos humanos por parte ócesis de Ciudad Juárez, 1 lesiquio Trevizo, ellos "han que-
las fuerzas de seguridad (Meyer, Brewer y Cepeda, 2010). do bajo un 'fuego cruzado' en el que no tienen mecanismos
primer derecho no recuperado fue el derecho a la vida. E .nómicos, físicos, ni psicológicos para resistir tal embate"
año fueron asesinadas en México 14 007 personas, y 18.6 p járez, 2011). A cuatro años y medio de la puesta en acción
ciento de estas muertes violentas tuvieron lugar en el esta esta guerra por parte del ejecutivo federal, con la alivien-
do de Chihuahua. Ciudad Juárez fue el escenario de 61 p de los gobiernos estatales y municipales, esta contienda
ciento de las mismos en el nivel estatal y con 11.35 por cien lica ha cobrado hasta julio de 2011, la vida de 50 mil 490
en el nivel nacional (INELi, 2010).' De acuerdo con recuent onas en todo el país (Mendoza v Navarro, 2011). Ciudad
periodísticos, 1 608 personas fueron ultimadas en esta fro árez vive desde hace tres años un holocausto con una cuota
Cera: 1 510 hombres y 98 mujeres. sangre de casi nueve mil personas victimadas.
Además, la ciudadanía comenzó a padecer nuevas fo En esta pérdida de vidas humanas, me preocupa y ocupa el
de violencia, como los secuestros, las extorsiones, el pago p pel que ha jugado el gobierno federal, estatal y municipal
piso, el derecho de "protección", los autobuses rafaguead esta contienda bélica y el significado y las implicaciones

2 I1 un inicio, con 2 500 soldados, 426 agentes de la Policía Peder 'Sólo en los primeros seis meses del año 2011 han resultado desarma—
Preventiva (pu') y n." agentes del Ministerio Público Federal (mil). das 188 jovenes mujeres.
'Si bien menciono las cifras oficiales, debo aclarar que a partir de es 'No hay cifras oficiales al respecto. Sin embargo, se ha crea d o El
violencia letal, son los medios de comunicación, locales y. nacional indo de Atención a Niños y Niñas I lijos de las Víctimas de la I odia
quienes llevan el recuento de estos asesinatos, y las cifras que pepo ntra el Crimen. todavía de un número muy pequeño de estas víctimas
chillan siempre S011 111.1y0IrS a las oficiales. laterales de la guerra contra el narcotráfico.
que tiene la muerte violenta para esta población, donde se los indicadores más confiables para medir el grado de
dado paso al establecimiento de una "institucionalización d blenda que las sociedades experimentan. Igualmente, es
la inseguridad" (13aurnan, 2006:90) ante el abandono y la a o de los indicadores que nos permiten analizar quiénes
senda del Estado mexicano, frente a una ciudadanía mote ueren y quiénes viven. El asesinato participa de dos ele-
en una economía de industrialización transfronteriza altos: un acto físico que inflige, por parte del victimario,
economía de sombra producto del mercado de las drog o irreparable a un cuerpo; y un acto verbal que inter-
que han producido y reproducido vidas precarias y mue ta ese actof esta interpretación del cuerpo del victimado
que no valen la pena ser lamentandas (Bullen 2006). anca, en algunos casos, desde quien lo asesina, y pasa
r sus seres más cercanos, hasta las instancias de procu-
ii 010gblfitl 1.1.0 S tietiapillTt i EtiltIS no aporra°n
ír.dón de justicia que atestiguan ante la sociedad lo que ha
ntecido a ese sujeto ultimado. En síntesis, son dos actos
e nos dicen quiénes mueren y quiénes hablan por ellos.
En Ciudad Juárez, las personas, mujeres y hombres, ni-
s y niñas, se pueden matar sin temor a ser castigados, sin
mor a ser procesados.' Pero además, "[el] problema social
te la muerte resulta sobremanera difícil de resolver porque
•s vivos encuentran difícil identificarse con los moribun-
s" (Elías, 2009:22). Sobre todo, afirma el sociólogo Carlos
urfflo, cuando estos muertos y moribundos -las víctimas
tenciales de la violencia- son estigmatizados, vienen de
capas más pobres y son considerados como un peligro
= ala sociedad (Minjarez, 2011). Y esto tiene que ver en
•mer lugar con lo que Zygmtmt Bauman llama la pro-
ucción de enormes cantidades de sobrantes humanos, de
Fuente: Archivo personal de la autora, 2011. Espectacular en la cal' res humanos convertidos en desechos de la modernidad
Valentín Fuentes y Simona Barba en Ciudad Juárez.
través de dos ramas de la industria moderna: la primera
• ellas es la producción reproducción del orden social,
segunda es el progreso económico (2007:161-162). En
ARGUNIIJN I OS 1 PIRSVEATIVAS 11:ÚRICA5
te sentido, lucí es el ejemplo de: "Hal ciudad [que] fue
'mero y ante todo, un sitio para la producción y ivaliza-
Es importante investigar que en el drama de violencia qué ón de mercancías, un sitio de concentración industrial y
vivimos en Ciudad Juárez: "la muerte es uno de los per
sonajes principales del reparto y reaparece en cada acto'
'Para estos acto,. me baso en el excelente trabajo de Elaine ticarry (11)851
(13auman, 2007:65). Por otro lado, la muerte violenta es uno
impunidad de los ejecutores campea a lo largo de esta barbarie.

Eire, I 10
25/
de explotación. 1 loy la ciudad es, primero v ante todo, al, como el negocio de entretenimiento y los enclaves
sitio del signo de la ejecución, tanto en su vida como en Micos (Sassen, 2006:187). Al mismo tiempo, un número
pena de muerte" (Batid rillard, 1993:77). nsiderable de hombres, cuyo magro salario les impide
Esta frontera fue restructurada en su economía por proyecto de vida alternativo para superar la desigual-
proceso de globalización manufacturera a finales de 1 d social, corre el riesgo de ser incorporado a las filas del
años sesenta, y se convirtió en una zona de ensamblaje 'men organizado. Probablemente, algunos serán los sica-
materias para producir mercancías que son vendidas os que matarán y serán ma tactos, pero que de una forma
todo el mundo. Por otro lado, si bien desde el siglo xix otra, su muerte será contabilizada como una prueba de
había una actividad ilícita de narcóticos en esta fronte te el combate contra las drogas se está ganando. En este
(Valenzuela, 2002), en el siglo xx, desde mediados de mor, el sociólogo Carlos Murillo González sostiene "que
década de los ochenta, en una guerra espacial y polític guerra contra el narco se ha traducido en un combate
mente determinada, por la producción, venta y consum ntra los pobres, una 'limpieza social' que tiene corno
de drogas, esta ciudad se convirtió en tina plaza impo bjetivo el exterminio de determinados sectores sociales
tante para la introducción de drogas hacia Estados U ue son considerados 'nocivos'" (Minjáres, 2011).
dos ( woiA, 2007).
Es así que tanto la explotación económica y sexual como
Esta ciudad —en la línea de Saskia Sassen— tiene u
asesinato de estas mujeres y de estos hombres, siguiendo
demanda creciente por obreros y obreras, que percibe pensamiento de Hannah Arendt, son vistos corno la ma-
salarios miserables y ocupan puestos muy bajos. Las m a de gente "primitiva" y "cultural" (Arendt, 1967:96), de
jeres, sean oriundas o de otras entidades, posibilitan est das cuya existencia representa los sobrantes y residuos
clase de trabajos, esta clase de salarios. Sin embargo, s la modernidad.
trabajos no las encumbrarán en la escala social corno s En Ciudad Juárez, las víctimas del feminicidio y del cri-
cedió tiempo atrás, con la clase obrera, en otros paíse en organizado en su gran mayoría son pobres; son las
Aun cuando trabajen en sectores líderes, siempre perma ujeres y hombres que viven en zonas con mayores indi-
necerán como una fuerza de trabajo "invisible" (Sasse dores de pobreza y marginación urbana (Cervera y Mo-
2006:180). Por otro lado, los hombres en estas economía árrez, 2011), y son presentadas a la comunidad por parte
de ninguna manera se puede afirmar que tienen maya e los criminales y por parte de quienes deben hacer que
valor que las mujeres obreras, ellos también forman part s procesos de investigación y justicia operen, como trans-
de "las masas desposeídas y excluidas del modelo plut i sotas de su género y del orden social. Dos ejemplos 'tus-
crítico neo liberal" (Jalife-Rahme, 2011:31). an estas aseveraciones. En 2009, una mujer fue asesinada
Se sabe que las personas que se incorporan en estas nu en su piel fue dejado el siguiente mensaje: "El demonio
vas economías son consideradas como "individuos de hal da en Juárez cuídense, no anden solas ni sexys, seguire-
valor" especialmente para las "economías sombra", dond os informando" (PM, 2008). Por otro lado, ese mismo año
algunas mujeres son incorporadas en la trata de persona 1 general Jorge Juárez 1.oera, quien asumió un importante
en la prostitución y otras modalidades de la industria se ando en el Operativo Conjunto Chihuahua, conminó a la
258
RI FRAGO UERTE, Olí R, 1014 II r.J. ,'IA v,vu,I 259
prensa para que reportara los homicidios en Ciudad Juá
de la manera siguiente: "En vez de decir un muerto m. erpo cultural conformado por las relaciones sociales de
digan un delincuente menos" (Sisear, 2011). La interpret nero y una crisis de inseguridad ciudadana y del fracaso
>1 Estado mexicano al hacer uso de la violencia legítima
ción, genéricamente dominante del asesino y de la auto
dad, define a los enemigos interiores de la sociedad com poner en práctica el monopolio de la coerción (Bauman,
"buenos" y "malos". Este discurso discriminatorio con 006) contra la delincuencia organizada en detrimento de
las mujeres y los hombres se ofrece a la comunidad: e 'ciudadanía.
fue asesinada por transitar espacios sin ninguna compa - , He organizado mi discusión alrededor de tres temas: el
y por la forma provocativa que viste. Los hombres son rimero de ellos es el uso de la violencia legítima para re-
timados por no haber elegido correctamente entre las actt 'brar la justicia y el sentido de seguridad en Ciudad Juá-
vidades lícitas y las ilícitas, entre las que están dentro de z. El segundo se centra en el análisis del consentimiento
ley y las que están fuera de la misma. ara la permanencia de la muerte artificial. El tercero ex-
Una vez expuesto el progreso económico y el orden
lora el deterioro de la vida pública a través de una exis-
cial de la violencia en la cual descansan el feminicidio cia precaria resultado de una institucionalización de la
los homicidios por ejecución del crimen organizado, o eguridad.
ajustes de cuenta,'
me enfoco entonces en analizar la jus •
cación de la muerte y la precariedad de la vida a través 11 derecho a trazar el límite entre
la coerción legítima (admisible) y
los discursos que se dan en torno a la aplicación del Op
la ilegítima (inadmisible)
rativo Conjunto Chihuahua en esta ciudad por parte del
es el primer objetivo de toda lucha por el poder.
tres niveles de gobierno y las consecuencias para sus hab
tantes. La teoría de fondo de mi razonamiento represen .Zomumr BAUMAN, (2006)
una combinación de la teoría feminista y la teoría críti
humanista, que reflexionan acerca del uso de la violenci
Una de las razones de la existencia del Estado es la de
por parte del Estado, la muerte inútil de la vida prec
orgar seguridad y justicia a su población en cada ámbito
y la institucionalización de la vida insegura. Mi objetiv
el gobierno. Es este Estado el que ante las graves amena-
es proporcionar elementos de análisis que nos ayuden
de supervivencia de la nación decide hacer uso legítima-
comprender esta clase de ultrajes a la vida y a la dignida
ente de los aparatos de la violencia. El 7 de marzo de 2007
humana, por medio de la exploración de las muertes p
presidente Felipe Calderón, en el discurso pronunciado
blicas (Baudrillard, 1993) y de las vidas precarias, obje
tirante el Anuncio de la Estrategia Integral para la Preven-
de la violencia que se ejerce en un cuerpo biológico y
6n del Delito y Combate a la Delincuencia, delineó los ob-
Vos de la lucha contra las drogas que había comenzado
'Islas palabras turma', ya parte (lel vocabulario tanto por parte esde el inicio de su mandato en 2006. Manifestó, entre otras
las organizaciones delictivas como de LH autoridades y de la socieda e sas,que la "inseguridad y la violencia, el narcotráfico y
en general. adicciones son de las mayores amenazas" que padecía la

RAG
ERTE, WEI IrrrI iirdl Ir 2
ciudadanía mexicana. Por lo tanto, ante el hartazgo que la obernación, Juan Camilo Mouriño, quién declaró: "Ini-
ciudad tenía por la inseguridad que se vivía en el país, exp amos la Operación Conjunta con el objetivo de fracturar
so su compromiso. "Mi gobierno está firmemente decidido desmantelar las redes operativas, logísticas y financieras
garantizar la seguridad que todos los mexicanos demand los grupos criminales 1...1 demostraremos que ningún
para vivir en un país libre de violencia y criminalidad". po criminal será capaz de resistir la fuerza del Estado
El 28 de marzo de 2008 el gobierno federal, con el 11am exicano" (Rodríguez, 2008).
doy el consentimiento del estatal y del municipal, puso En las recomendaciones hechas en el documento, "Ele-
marcha en esta ciudad el Operativo Conjunto Chihuahu entos para la Construcción de una Política de Estado
Le prometieron a una comunidad agobiada por la viole ara la Seguridad y la Justicia en Democracia", se reco-
cia mortal —el mes de marzo se habían registrado más d oce que las acciones del crimen organizado son un pro-
100 asesinatos— debilitar la infraestructura financiera del' lema para la seguridad y el bienestar de las poblaciones,
traficantes de drogas, recobrar el espacio público para las que es necesario que el Estado las combata: También
los habitantes de Juárez, apoyarse en operaciones de inte s obligatorio reconocer que la dinámica de estas redes
gencia y ofrecer seguridad para la población y sus familia elictivas forma parte de una red criminal globalizada
Para tal efecto, miles de efectivos de las fuerzas castrens local; que estas organizaciones presentan un comple-
y policías federales se hicieron cargo de la ciudad, mientr o entramado en el cual es necesario observar los grupos
se realizaba la (depuración de las policías municipales. E las personas que no son visibilizadas como parte del
este sentido, esta mal llamada estrategia olvidó que: imen organizado, pero que amasan grandes fortunas al
paro de los negocios lícitos y de los negocios sombra.
En nuestro mundo globalizado, las políticas tienden a
gualmente, reconocer que dentro de esta estructura eco-
cada vez más apasionadamente laúdes, con plena conde
árnica delictiva se encuentran personas que ocupan los
cia de ello. Expulsada del ciberespacio, o con un acce
muy limitado, la política se echa atrás y se concentra enl scalafones más bajos con ganancias precarias. Al mismo
asuntos "dentro de su alcance", en asuntos locales y rel empo, tomar conciencia de la atención que requieren las
ciones del vecindario (Bauman, 2007:133). ersonas que son consumidoras y adictas a las sustancias
áxicas, las cuales no deben ser vistas como criminales,
Vale decir, de acuerdo con Zygmunt Bauman, que cu ino más bien como una ciudadanía en espera de atención
do el Estado decide y amenaza con utilizar la violencia, n ocial (uNAN1/111 /c., 2011).
hay nada que permita distinguir la violencia ejercida d Sin embargo, el Estado mexicano olvidó, entre otras co-
uno por el otro. No obstante, una vez que el Estado se s, la dimensión trasnaciona1 del crimen organizado: "en
vuelto el "árbitro", su "misión fundamental, así como 'tuaciones tan graves como trata, secuestro, extorsión de
tarea más urgente de la coerción legítima, es precisamen *grantes o el tráfico de armas, tanto en la frontera norte
extirpar toda posible violencia, prevenir que se produz a mo en nuestra frontera sur" (i:NÁxi/ 'Jou, 201 1:33). Soslayó

y castigarla cuando ocurre" (Bauman, 2006:12). Es así com 1problema complejo que plantean los múltiples retos entre
debemos examinar las palabras del entonces secretario d os países productores, comercializadores y consumidores
262
-RAG UERTE, , t Rus
703
de las sustancias tóxicas. En este tenor de ideas, vale d
estatal y municipal para visualizar lo que sería esta gue-
que ni el que inició el combate ni quienes lo siguieron tom
, ya sea para aceptarla u oponerse a la misma. Pero, a nte
ron en cuenta la paradójica situación que prevalece en el
o, esta incipiente democracia totalitaria mexicana jamás
torno exterior de nuestra nación, sobre todo el consumo y .licó o consenso con la población lo que esta guerra iba a
prohibición de las drogas en Estados Unidos, nación que
ificar para ella, tampoco les importó saber cuáles eran
ha podido resolver en más de 40 años el consumo de drog
grupos más vulnerables y cuáles de ellos iban sufrir los
y que sin embargo no está dispuesta a definir este tema, den . yores riesgos por su condición de género, su posición
de su territorio, como un problema de seguridad pública, m
nómica sus actividades dentro de las estructuras de la
cho menos lanzarse a un ataque frontal contra la delincuen lincuencia.
organizada en su territorio, porque tiene una memoria de
La estrategia careció de un enfoque de derechos huma-
elida de vidas humanas y de violencia que emanó de la p
s, en el cual la población, desde sus diferencias genéri-
hibición del alcohol en los años treinta del siglo xx. Estad
, económicas, juveniles, adultas, indígenas, nativas, in-
Unidos ha reconocido que no ha podido abatir la deman
*grantes, fronterizas, mu Iticu Itu ra les, urbanas rurales,
interna; pero se ha ocupado de que se combata violentam :• tuviera en el centro de todas las acciones que se iban a
te la oferta que viene de México y otros países. 1 var a cabo. Reconociendo que si bien la violencia afecta
Desde otra vertiente, los gobiernos federal, estatal y m .r igual a hombres y mujeres, de ninguna manera se pue-
nicipal no advirtieron la respuesta de las org,anizacion
e afirmar que las experiencias de la violencia para las mu-
delictivas; no sopesaron la fuerza económica que tiene s sean totalmente diferentes a las de los hombres: "sería
crimen organizado en el estado de Chihuahua y en nue
falso y erróneo como argumentar que las experiencias
tro país. Datos de la Unidad de Inteligencia Financiera del ambos sem idénticas" (Ní Aoláin, 2000:45); por ello, se
Secretaría de Hacienda y Crédito Público indican un gr
bió prestar atención a las formas diferenciadas en que
número de personas que mueven alrededor de "29 mil
mbres y mujeres son dañados, pero también a los daños
!Iones de dólares al año" y que, "10 por ciento del sistema
erenciados que se dan entre hombres y estas mismas di-
nanciero mexicano" opera con recursos del narcotráfico, a •ncias
ncias establecerlas entre las mujeres y entre las pobla-
como que las organizaciones que trafican droga en Estad rones que componen Ciudad Juárez.
Unidos, "generan utilidades ilícitas hacia México de entre 1
Los gobiernos estatal y municipal aceptaron la milita-
mil y 38 mil millones de dólares" (fNA gime, 2011:9). ación
ación de la vida diaria, deshaciéndose de la responsa-
Los tres ámbitos de gobierno no verificaron el grado d tildad de resolver los añejos problemas locales de inse-
penetración de los cuerpos policíacos por parte de la d
y los que se dieron por primera vez, los hicieron
lincuencia y cuál sería su papel en esta guerra, no fuero •sponsabilidad de la autoridad federal. Abdicaron de su
factores de preocupación para ser analizados antes de a
mpromiso de otorgar seguridad y justicia a la pobla-
donar las fuerzas de confrontación. Mucho menos hiciero 6n y, ante la escalada de violencia, el gobierno federal
un análisis inteligente de la situación que prevalecía en1
spondió, el 26 de febrero de 2009, con la reformulación
ciudad y la voluntad política, y el compromiso del gobie
1 Operativo Conjunto Chihuahua. I.os secretarios de la
264
[A r 'Ir■G BITE, COLRc ,IL/Jk MUA 265
1)(2 tensa Nacional y el de la Marina, junto con el secretad
a, aceptando el fracaso de la misma con estas palabras:
de Seguridad Pública, el procurador general de la Repú urca se dijo que con la Operación Conjunta habría de
blica v el secretario de Gobernación, se reunieron con
radicarse el narcotráfico y la violencia emanada del nar-
gobernador José Reyes Baeza y el presidente municip
tráfico" (Rodríguez, 2010c). Estas expresiones ofician-
José Reyes Ferriz. En el encuentro, el nuevo secretario
ban lo que toda una comunidad sabía y sufría. Reyes
Gobernación, Fernando Gómez Mon t, advirtió que no eE aeza fue cuestionado por líderes de opinión a través de
derían "ni un centímetro de la plaza al crimen organiza
as medios de comunicación, por estas declaraciones. Ser-
do y los vamos a expulsar de Ciudad Juárez". Al mism .c) Conde Varela, dirigente de Patria Nueva, señaló:
tiempo, refirió que: "En este ejercicio, los tres niveles d
gobierno estrechamos la colaboración con un frente d No es justo que después de tanto tiempo, de tanta inseguri-
autoridad ante la violencia en la entidad". Se avisó qu dad, de tantos homicidios, de tanta sangre derramada que
llegarían más refuerzos: cinco mil soldados y alreded el gobernador venga hoy a decir que no vinieron a eso (que
de 1 000 agentes federales (Cano y Mejía, 2009). los militares no vinieron a erradicar el narcotráfico ni la vio-
Por su parte, el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Fe lencia), entonces uno se pregunta entonces a qué vinieron y
vislumbró los resultados de la restructuración de la estrategi si no hay respuestas apropiadas entonces se va a tener que
recurrir a la ayuda internacional (Rodríguez, 2010c).
Al corregir ese problema operativo, y al tener elemento
del Ejército dentro de las patrullas, con los policías, imp, La contestación vino también a través de la prensa, para
diendo que la policía ayude a la delincuencia, que un trár I gobernador era innecesario hacer de sus declaraciones
sito le abra camino a una persona que esté haciendo un act a "polémica". Habló de "contener" la violencia, más no
ilícito, que impiden que el 066 esconda llamadas importan e "erradicarla" (Fierro, 2010). La falta de coherencia de
tes, con información importante, hoy las circunstancias so
eyes Baeza y la abdicación de su responsabilidad polí-
diferentes, y es muy difícil que la delincuencia organizad
'ca recuerdan a Tzvetan "rodorov cuando manifiesta que
empiece a tratar de realizar actividades en una ciudad t.
'cuando los acontecimientos vividos por el individuo o
vigilada y con condiciones tan diferentes a las que había e
año pasado. por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, tal
erecho se convierte en un deber el acordarse, el de testi-
dijo el alcalde, quien desechó la posibilidad de que se re, oniar" (rodorov, 2000:18). En este sentido, la prensa le
crudezca la violencia en los próximos días (Rodríguez, 2010c) scata sus declaraciones hechas al momento de poner en
A pesar de todo este despliegue de tuerzas de segurida archa, en 2008, la estrategia contra el crimen.
y de retórica triunfal isla, el año 2009 terminó con 2 607 per
Mi breve intervención será esencialmente para ratificar
sonas asesinadas, 202 fueron mujeres.
nuestro testimonio de reconocimiento y gratitud al gobierno
,os primeros días del mes de enero del año 2010, a onc
de la república, al señor presidente Felipe Calderón, por la
meses de la restructuración del operativo, el gobernado. respuesta puntual y oportuna al llamado de los chihuahnen-
José Reyes Baeza hizo declaraciones en torno a la estrate ses para que a través de la presencia, destacada presencia

fl ;050 MUERTL, col itc I( I [A 1`,1 i naln 267


de los señores funcionarios federales, quiera compartir udrillard, en contraposición con las naturales producto
nosotros una estrategia extraordinaria de combate ala deterioro biológico. Al mismo tiempo, mostrar el poco
minalidad y de toda la situación extraordinaria por la q or de la vida humana o la sobrevaloración de la muerte
atravesamos actualmente en Ciudad Juárez y Chihuah • 'cial producto de las relaciones sociales (1993). Estas rela-
(Rodríguez, 20 I Ob),
ones le dan forma al asesinato a través de las diferencias de
der entre hombres y mujeres (feminicidio) en un contexto
La situación extraordinaria, que no es más que la vi triarcal y de batalla del crimen organizado (ejecuciones)
lencia incontrolada por parte del Estado, continuó y
tre los diversos grupos delictivos frente al uso de la violen-
exacerbó. Se estableció un estado de excepción en el qt..
legítima que el Estado esgrime en esta contienda bélica.
la ciudad sitiada por las fuerzas de seguridad perdió
La muerte violenta se encuentra presente de una mane-
bertades, se sometió a toda una serie de retenes y revisi
intermitente desde mediados de los ochenta en Ciudad
nes, pero sobre todo presenció una mortandad inneces
árez. ¿Y cómo no tenerla?, si han transcurrido décadas en
ria en aras de una desarticulación del Estado mexicano
cuales convivimos con ella todos los días y las 24 horas
de un partidismo político que daría a conocer más tard
ldía. 10 971 asesinatos desde 1985 hasta 2010 nos dan un
el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz. El año 201
remedio de 422 asesinatos por año, de los cuales 1 002,
terminó con una cuenta fatídica de 3 100 asesinados, 30
rresponden a mujeres; para esta población, representan
fueron mujeres.
total de 38.5 cada año. Sin embargo, dentro de este pe-
odo de violencia extrema, dos cortes en el tiempo marcan
forma diferenciada en que se da la muerte a hombres y a
LAS N1UERIES ARIIFICIALES
ujeres, y muestran los paradigmas de la muerte colectiva:
a es el . fentinicidio, la otra son los asesinatos por ejecución
La transformación psíquica que se produ
las narcocícuciones. En ambos casos, hay dos elementos
en determinadas person
cuando partiendo de una situació
or analizar: ¿quiénes mueren y quiénes hablan por ellos?
en la que matar a otros está prohibid Los homicidios, nuestro foco de análisis, comenzaron
con rigor y es castigado al máxime incrementarse rápidamente en esta ciudad a finales del
pasan a otra en la que mata glo pasado. Por ejemplo, el número de hombres que mir-
no sólo está socialmente permitid ó violentamente de 1985 a 1992 fue de 476; este número
sea por el Estado, por un partido o por un grupo presenta una tasa de 11.3 hombres victimados por cada
sino que es exigido de manera expres .
00 mil habitantes. Esos mismos años fueron asesinadas 44
N( n<nrki las, (2009 ujeres, cuyos casos representaron una tasa de 2.6 vícti-
as por 100 mil habitantes; estos crímenes representaron
lin este tema, es importante examinar la parte más visibl estos ocho años un promedio de 66 víctimas. Un 1993,
y dramática de esta violencia: las muertes "artificiales" pro eron asesinados en esta ciudad 101 hombres, con una
dueto de la ''voluntad de un grupo", como las llama Jean
sa de 12.3 casos por 100 mil habitantes y de 12 mujeres

268 ERTEN CO:PCIIItI IP I 1 ir v I 264


FRAGO
con una tasa de 2.6 víctimas por 100 mil habitantes. Este :na consecuencia para los asesinos. Esta comunidad estaba
año marcó el inicio de una cuenta ascendente de muerte ya preparada para recibir a la muerte impune.
para hombres y mujeres. Los asesinatos de hombres jamás
En este pasado inmediato, los casos de cientos de mujeres
serían menores al centenar y para las mujeres representa- •asesinadas convocaron la atención mundial, y el feminici-
MI un promedio de 30 casos por año hasta 2007. Durante
dio fue catalogado como el símbolo y el paradigma de la
ese lapso, la comunidad Marcus': ya había padecido una violación de los derechos de las mujeres en el ámbito nacio-
experiencia devastadora de violencia mortal. nal (oNii, 2003). Al finalizar la primera década del siglo xxi,
Sin embargo, fue en 1993 cuando familiares de víctimas,
la inconmensurable pérdida de miles de vidas humanas le
mujeres feministas y activistas dieron a conocer, nacional e
ha valido a Juárez ser conocida como "el tiradero nacional
internacionalmente, el feminicidio: una matanza sistemáti-
de muertos" (Turati, 2009:8). En este contexto, esta ciudad
ca de niñas y mujeres pobres, torturadas, vejadas, mutila-
se ha convertido en el más claro ejemplo de una moderna
das y arrojadas como residuos o sobrantes humanos en lu-
necrópolis. Innumerables espacios públicos y privados han
gares inhóspitos de la ciudad. En 2009, la Corte Interameri-
sido utilizados, desde hace años, como depósitos de cientos
cana de Derechos Humanos sentenció al Estado mexicano
de cadáveres de niñas, niños, mujeres y hombres. En este
por esta matanza bajo tres casos paradigmáticos: Claudia
largo período de violencia, hemos sido testigos de millares
Ivette López, Esmeralda Herrera Monreal y Berenice Ra-
de muertes públicas, producto de la voluntad de un grupo;
mos Monárrez. No obstante, la sentencia se ha cumplido
esta voluntad ha sido terriblemente cruel con las víctimas.
escuetamente, ni ellas ni el más de centenar de víctimas
Sus cuerpos inertes: rafagueados, torturados, mutilados, de-
acumuladas en estos 18 años han recibido justicia,
capitados, incinerados, abusados sexualmente y en posicio-
El homicidio de hombres no tuvo ni familiares de vícti-
nes humillantes han sido abandonados simplemente como
mas ni activistas que hablaran y pidieran justicia por ellos.
residuos naturales" (13audrillard, 1993:165). Son cadáveres
Si bien en 1993 las organizaciones de mujeres empezaron
arrojados al "descuido" como símbolos de su "poco valor"
a registrar y llevar una lista tanto de hombres asesinados
humano dentro de la más intolerable impunidad.
como de mujeres, los primeros fueron dejados a un lado
Al mismo tiempo, estos dos ejemplos paradigmáticos de
para centrarse en el extermino que se estaba realizando violencia extrema representan "el punto culminante de un
contra ellas. Por otro lado, si las autoridades aducían que
proceso de deshumanización y de industrialización de la
las mujeres eran culpables de sus asesinatos por llevar vi-
muerte" (Mbembe, 2011:25), y merecen, entre otras reflexio-
das fuera de la normatividad femenina, esta misma auto-
nes, conocer la forma en que se pierde el valor de la vida hu-
ridad adujo que la mayoría de los asesinatos de hombres ;
mana, se justifica y se acepta la aniquilación de las personas,
estaban relacionados con el crimen organizado, por lo cual
del mismo modo, los pretextos que se dan para que estas
no había por qué preocuparse, ya que se "estaban matando
muertes no sean consideradas como pérdidas irreparables,
entre ellos". Los asesinatos de mujeres y hombres fueron ,
y que la indignación que causa, en un proceso civilizatorio,
dejados impunes. Se permitió que otro poder distinto al
el que a una persona le sea arrebatada la vida se trastoque en
del Estado decidiera la muerte de estos hombres sin ningu-
aras de un desarrollo económico y un futuro mejor.
270
iAkr1 ;os° u .11 271
Con el feminicidio, Ciudad Juárez fue objeto de reco-
algunos grupos de la población de jóvenes sin trabajo ni edu-
mendaciones por parte de organismos nacionales e in-
cación engrosan las filas del narcomenudeo, el sicariato, las
ternacionales de derechos humanos. El primero de ellos
bandas de secuestradores y los extorsionadores (Cruz, 2011).
lo realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos
Estos grupos delictivos son principalmente las víctimas y
(1998); en éste, se le hacía saber al gobierno de Chihuahua
los victimarios de esta contienda bélica. Ellos, continúa Cruz,
que los homicidios perpetrados en Ciudad Juárez, desde
son asesinados mayoritariamente en los desolados espacios
el punto de vista de violencia contra la mujer, constituían
públicos, pero también en los lugares donde su aniquilación
una ofensa intolerable a la dignidad de los seres humanos.
pueda ser notada por una mayor audiencia, por el número
En 1999, Asma Jahangir, relatora de Naciones Unidas para
de personas que se encuentran en esos lugares y las activi-
ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, afirmó
dades que realizan en los bares, comercios, restaurantes y
que era el poco valor que se le dio a la vida de estas muje-
centros nocturnos. Sus muertes se realizan sobre todo en
res lo que las hizo que no fueran consideradas como una
la tarde, cuando las actividades de la población adquieren
"gran pérdida", por lo tanto sus casos no fueron investiga-
mayor movimiento y traslados de un lugar a otro, donde se
dos. (Naciones Unidas, 1991:1). Ese mismo año, la Ofici-
supone que debe haber un mayor número de efectivos poli-
na del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
cíacos que vigilen la seguridad ciudadana. Ante estas accio-
Derechos I lumanos en México dedicó una sección especial
nes desafiantes y retadoras por parte de quienes asesinan,
para los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y aseveró
Cruz sostiene que: "esta región fronteriza ha conformado,
que: "Ciudad Juárez es el símbolo y el paradigma de la vio- a través de la historia local, las condiciones estructurales y
lación de los derechos de las mujeres en el ámbito nacional
coyunturales que posibilitan la extrema violencia social que
y del Estado ausente". Igualmente, la Oficina de las Nacio-
se padece 1...1 en un vacío de poder del Estado" (2011:259).
nes Unidas contra la Droga y el Delito sentenció que esta
En Ciudad Juárez, el 30 de enero de 2010, entre las 11:30
impunidad, aunada a la falta de credibilidad en la procu-
y 11:4(1 p.m., un comando armado llegó a Villas de Salvár-
ración de justicia, ha producido un miedo en la población
, car —fraccionamiento situado al sur de la ciudad. Cerraron
juarense que derivó en una distancia entre la sociedad civil
la calle, entraron en tres distintas casas y dispararon contra
y el orden público para beneficio de los autores de estos
28 personas. Esta masacre cobró la vida de 15 personas,
crímenes (oNu, 2003:10-11).
once de ellos jóvenes y adolescentes. Refieren testigos que
En un excelente trabajo pionero del homicidio masculino
este comando, tras cometer su masacre, "se fueron despa-
en Ciudad Juárez, hecho por Salvador Cruz, destaca entre
cito, en fila, sin que nadie les dijera nada" (Sosa, 201(0. La
otras cosas las siguientes: los hombres asesinados por el cri-
reacción local, la nacional y la internacional condenando
men organizado son en su gran mayoría jóvenes y margi-
estos asesinatos no se hizo esperar. El llamado de la ciuda-
nados, quienes los asesinan presumiblemente se amparan
danía global fue el alto ❑ la violencia y la desmilitarización
bajo "una ley alterna y sustituta del Estado" (2011:240) en un
de esta ciudad fronteriza o el cambio de estrategia para
contexto cultural históricamente tolerado de uso de armas
combatir al Crimen organizado. El 2 de febrero, el presiden-
de fuego, consumo de alcohol, silencio e impunidad y donde
te Felipe Calderón anunció el cambio de estrategia, la cual,
;77
I , I RAht).50
MUER ,
2/),
como ya se mencionó, se llamaba Operación Coordina ron entre otras cosas su indolencia, su abandono de la
Chihuahua; mencionó que el problema de esta comunid dad, con estas palabras proferidas por tina adolescente:
va "mucho más allá" de la mera acción de la policía o or qué tuvo que haber una matanza de estudiantes para
las Fuerzas Armadas, ya que en esta ciudad es necesa e usted se ocupara de Ciudad Juárez?" (Silva, 2010). Bien
"una estrategia integral de recomposición social, de dice ella, fue una matanza de estudiantes, y anteriormen-
tamiento de adicciones y de búsqueda de oportunidad ya habían sucedido las masacres de jóvenes que se encora-
de empleo, esparcimiento y educación para los jóven: ban en centros de rehabilitación y que tampoco se ocupó
(Notintex,
2010). Con este ofrecimiento, el presidente Feli ellos o de darles el pésame a sus familiares. "La distribu-
Calderón llegó a Ciudad Juárez el 11 de febrero. Y, en n diferencial del duelo público es una cuestión política de
evento denominado Todos Somos Juárez Reconstruyam orme importancia" (Butler, 2010: 64). Por eso, el reclamo
la Ciudad, la sociedad civil organizada, el empresaria la adolescente siguió. "Mientras usted está aquí' -prosi-
las iglesias e instituciones educativas de nivel medio y m
'6-, "afuera están matando a muchos. ¿Quién me dice que
dio superior a través de representantes de las mesas de: ando salga de la escuela me secuestran o encuentro una
guridad pública, social, derechos humanos, economía y1 nda baleada porque no pagaron la cuota?" (Silva, 2010a).
credos religiosos le hicieron saber su postura y demand clamor de la estudiante nos remite a pensar, ¿quién recia-
pero esta política surge desfasada y fuera de la realidad, fa su muerte?, ¿sería la de ella una muerte digna de ser
discurso carece de claridad y de compromiso para ser co rada como la de sus compañeros?
servado por la comunidad juarense: se prometen cambi La muerte es ante todo un intercambio simbólico (Balt-
en 100 días a través de 160 compromisos.'" ard, 1993), y estos homicidios representan tina forma
Tarde, muy tarde, el 22 de febrero de 2010, el gobe dar y recibir entre diferentes actores y la colocación ac-
dor de Chihuahua se presentó en un colegio de bachill al del Estado en la guerra contra el narcotráfico. Estos
donde estudiaban dos de los jóvenes asesinados en Villas erpos ejecutados, lacerados, mutilados, decapitados,
Salva rcar. Ahí fue cuestionado por estudiantes, que le rep olentados sexualmente y torturados han sido conforma-
s a través de las violencias que se les han infligido; pero,
"La propuesta de mesas de trabajo emano de la Secretaría de Go mismo tiempo, han conformado la agenda nacional e
nación. Este formato, aun con sus hmitantes de fracturar y desarticular
ternacional de la "victoria" contra el narcotráfico. Son
revisión de una estrategia integral, por parte de la sociedad organiz
uertes mediadas por un discurso inhumano por parte de
permitió presentar ante los tres poderes del Estado la problemática
una comunidad doliente. Esto dejó en claro que los problemas que afro 'enes gobiernan el territorio nacional.
la ciudad son demasiados para que las autoridades puedan admitir -Ante el incremento de las víctimas colaterales, en
, Un en-
total honestidad que no los pueden exponer, mucho menos solucionar. entro con el sector turístico nacional e internacional, el pre-
"'lit profesor José María Ramos de Id Colegio de la Frontera NO
ente Felipe Calderón aseveró que dentro de los asesinatos
afirma que algunas de las debilidades que presentan estos compro
es que no derivan dr procesos de planeación estratégicos y partici
'strados en la nación ha habido policías y militares caídos,
tivos sólidos. La política preventiva no existe, y se ha dejado a un la o que éstos representan menos de 5 por ciento, también
la integración de la variable transtronteriza (Ramos, 20 la). te inocente, menos de I() por ciento (1:1 Illtiversal, 2010).

274
[ATE, COL. 0 Ft PRI CP Pr.A 2/5
Sin embargo, "El no parece haber dado alguna evidencia p.
ES EL NINIERt sINt 11 I slt
estos números v NO hav virtualmente procesos relacionad
con esta ola de 3 años de violencia" (Mollov Mol ly Fron
List, 2010). Luego, hizo comparaciones estadísticas. Situó No se trata tan sólo de que la vida digna y
México con una tasa de homicidios de 11.6 y al punto lo co el respeto debido a la humanidad
paré con la tasa de 60 de la República Dominicana, Brasil de cada ser humano se combinan
22 y Colombia 36, y Washington, la capital de Estados U para constituir un valor supremo
dos, con 31 (El Universal, 2010). Sólo le faltó la tasa de Ciud . que no puede ser superado ni compensado
por c ualquier volumen ni cantidad de otros valores,
Juárez, más de 200 personas por 100 mil habitantes.
sino que todos los otros valores
Tampoco el presidente municipal de esta ciudad, Jo
solamente son valores
Reyes Ferriz, asumió la responsabilidad de la muerte.
en cuanto sirven a la dignidad humana
12 de abril, en la Universidad de Texas en Austin, ante
y promueven su causa.
cuestionamiento que se le ha hecho al ejército mexic•
71" -A1111■7 RAI IA L'IN, (2007)
por múltiples violaciones a los derechos humanos de
población, el alcalde manifestó que quienes se quejan
su gran "mayoría son los padres de criminales 'empede mes de agosto de 2011 el gobernador de Chihuahua,
nidos' que se ganan la vida matando". A estos "criminal: sar Duarte laquez, dio a conocer que el estado de Chi-
duros" no se les puede tratar "con cortesía" (Norte, 2010 ahua dejaba de ser el número uno en violencia. 1 res
Así que, en esta ciudad, todos los asesinados son culpabl antes le había comunicado el secretario de Seguridad
y merecen morir ejecutados, sea por la violencia legítima blica Federal, Génaro García Luna, que Chihuahua ocu-
la ilegitima, sus familias no tienen derecho a reclamar, po ba el sexto lugar y había una tendencia a la baja (Espi-
que, no supieron educar ciudadanos ejemplares: se me oza, 2011). El gobernador no explicó a qué se debía esta
cen lo que les pasa. Este intenso exterminio ha degradad minucion,ni cuáles fueron los indicadores de violencia
la vida comunitaria y ha establecido qué vidas vale la pe ese tomaron en cuenta para medir el grado de violencia
que se vivan y qué vidas deben morir y no ser lloradas. los 32 estados de la República mexicana.
tas clasificaciones de las y los seres humanos en diferent En el tema que nos ocupa, paradójicamente, días antes en
semanario Zeta se había dado a conocer la cifra total de
categorías y sobre todo en la "aceptación de categorías p
vilegiadas" dan origen al colapso moral de cualquier soci sinatos registrados desde el 1 de diciembre de 2006 hasta
dad (Arendt, 1967:191), sobre todo de esta sociedad don 31 de julio de 2011, y de los 5(1 mil 490 asesinatos relacio-
el Estado ha olvidado que la ley se aplica para todos, y p ' dos con el crimen organizado; se mencionaba que 11 mil
todos se entiende también aquellos que han delinquid ejecuciones correspondían al estado de Chihuahua," y
Poner en práctica el poder político es parte de las fund a
nes del Estado para impedir que en su territorio el crim "Este semanario fundamenta sus estadísticas en las tarjetas intorma-
organizado decida quién debe morir y quién debe vivir. vas de las fiscalías estatales y la federal, de secretarías de seguridad
ública estatales y iederales.

t,t;r4A1.1:1Z I-RAG
RTE, P, P`r. i .rTp ,, [
271
que éste ocupaba el primer lugar en ejecuciones (Mendoza Cualquiera que sea el número -y las cifras, aunque muy
Navarro, 2011), con 22.3 por ciento de fatalidades en el ni importantes no son el asunto de fondo- lo esencial es el
nacional. Por su parte, Ciudad Juárez, con una cuota de s significado de los crímenes como formas de violación de
gre de 8 820 personas asesinadas, representa en nivel esta derechos humanos fundamentales de las mujeres y como
78.3 por ciento de todas las fatalidades, y 17.4 por ciento expresiones, las más "radicales", de discriminación por
el nivel nacional. razón de sexo (Naciones Unidas, 2005).

A pesar de la magnitud que estas cifras muestran en p


No obstante, en el manejo de las estadísticas hay algo
elida de vidas humanas, resultan por demás inquietan
e no aparece, y es la falta de justicia tanto en el feminici-
las denuncias que este mismo semanario hace a las aut
o como en los asesinatos relacionados con la delincuen-
ridades de Chihuahua, las cuales, refiere, ocultan las cifr
ante las instancias federales. Y cita que, en el mes de marz organizada. Y lo que surge en lugar de es el intercambio

la Procuraduría General de Justicia de este estado repo


1 valor de la vida humana por la ventaja competitiva de
hasta el mes de marzo del año en curso "7 mil 209 ho a economía trasnacional. En esta trama, los líderes po-
cidios, pero solamente informó a la Secretaría de Se• icos y un importante sector del grupo empresarial han
dad Pública Federal sobre 4 mil 233, de los cuales 3 mil 8 grimido, año tras año, el daño que se le hace a la imagen
fueron clasificados como dolosos y 427 como culposo Ciudad Juárez cuando se habla del feminicidio o de la
Concluye que "por lo menos 2 mil 976 asesinatos no fu ciencia generada por el narcotráfico. Años atrás, voces
ron reportados" (Mendoza y Navarro, 2011). Esto contra 1 empresariado juarense externa ron, a pesar de que no
abiertamente con lo declarado por César Duarte, el mes 'an pruebas, que el desprestigio de la ciudad se debía
febrero, cuando se quejó de que al estado de Chihuahua "la fuerte disputa que existe por la inversión extranje-
cargaban la mano con las cifras de la violencia mientras 'en un mundo cada vez más globalizado" (Villalobos,
otros se las maquillaban. 04:11B). Por lo tanto, la publicidad del fenómeno de la
El ocultamiento o la variada y variante informaci olencia en Ciudad Juárez debía verse en un contexto de
que hay respecto de las cifras de víctimas fatales no s erra industrial" (Villalobos, 2004:11B) en el ámbito na-
nuevos. Basta recordar que el feminicidio juarense co na] e internacional. En el espacio doméstico, eran otros
vocó a varios organismos internacionales para que tados de la República mexicana los que buscan quedarse
pronunciaran en contra de este crimen. En el año 200 n la inversión maquila dora. En el nivel internacional, se
las Naciones Unidas, a través del Comité para la Eli bló de los sindicatos de izquierda de Estados Unidos
nación de la Discriminación contra la Mujer, en el "I e veían a Ciudad Juárez como una amenaza competitiva
forme de México producido por el Comité para la E por eso estaban financiando las campañas de despresti-
minación de la Discriminación contra la Mujer bajo
o, aseguraron que: "la inversión extranjera que tiene esta
Artículo 8 del Protocolo Facultativo de la Convenció
dad es muy grande, incluso mayor que varios pa íses
hizo el siguiente señalamiento al Estado mexicano.
Latinoamérica juntos, y esa ventaja, 1...1 provoca que

278 ATE, C9 P, 279


'otras alternativas' no vean a Juárez con 'buenos ojos' revisar en el interior del gobierno mismo la impunidad
Y recordaron que: "I lace varios años vino un montón e prevalece en esta violencia terminal. Por ejemplo, en el
chinos a aprender cómo atraer inversión extranjera p 'cilio, la titular de la Fiscalía de Investigación de 1 lomi-
que somos ejemplo a nivel mundial", y aunque no pued os de Mujeres declaró que en 2010 fueron asesinadas 304
decir con precisión que ellos son los orquestadores de es eres y que sólo 20 de estos casos fueron atraídos por esta
campaña, lo que sí es seguro que todo esto: "a Chihuah dna (González, 2011). Los homicidios ocurridos en ese año
le debe llamar la atención, tenemos que regresar a la b tabilizaron un total de 3 010 personas.
talla porque nos quieren quitar el mandado y es mies Cómo cambiar la imagen de Ciudad Juárez, si de nuevo
(Villalobos, 20041 1B). En 2001, el director de Turismo ptó la atención mundial, en el mes de julio de 2011, con
Ciudad Juárez, Demetrio Sotomayor, refrendó el mis 17 ejecuciones que se dieron dentro de la cárcel en com-
tema: "Vemos en Ciudad Juárez que nuestro proble licidad con las autoridades. Y qué decir de las golpizas
principal es la mala imagen que se ha esparcido por tod han recibido varios ciudadanos por parte de elementos
el mundo". Luego exhorta, " por eso quiero pedirle a t unicipales y federales, y que los han discapacitado o Ile-
dos los medios y a todas las personas que aquí vivim do a la muerte.

que hablemos bien de nuestra ciudad, porque de aquí s Cómo olvidar la infamia del Estado mexicano, cuando
lo negativo, vamos a hablar bien de Juárez por el bien los momentos más críticos la Procuraduría General de
todos" (Castro, 2011). República y otras estaciones de policía construyeron
Sin embargo, estos exhortos han caído en el vacío, tas bardas para resguardarse mientras la ciudadanía

realidad ha superado a la imagen, porque han tratado ultimada. Cómo olvidar el nombramiento de proco-

ocultar que la ciudadanía de la frontera norte de Méx dor general de la República a Arturo Chávez Chávez,

experimenta una carga de consternación por la pérdida bre quien penden desde 1998 señalamientos por parte

vidas humanas y un costo económico muy grave debido organismos de derechos humanos nacionales e inter-

los actos delictivos que suceden en la región, que se ha co ionales, sobre omisiones y negligencias en el feminici-

vertido en un cementerio público y en un territorio sinl Ojuarense. Cómo olvidar que el alcalde municipal, José

Los miles de cadáveres dejados "al descuido" simboliz yes Ferriz, junto con otros funcionarios municipales se

la ganancia o perdida de territorios y la distinción entre giaron en El Paso, Texas, y el gobernador Reyes Baeza

buenas y las malas zonas, cotos feudales o provincias dis 'Haba por su ausencia ante la matanza que se desataba
tra los elementos policíacos. Cómo olvidar que el Es-
ñadas para vivir o morir. 'Fambién simbolizan la dramátt
desarticulación entre los tres órdenes de gobierno, los at do calló y mientras los poderes fácticos se encargaban

les muestran la ausencia de una política de largo alcance avisar a la población, a través de narcomensajes, qu ié-
de respeto a la dignidad humana y a la vida. iban a ser ultimados y que se abstuvieran de denun-
rlos porque pagarían las consecuencias.
Y si en este atroz sacrificio de vidas humanas, efectilMM
Cómo cambiar la imagen si en medio de las matanzas
te hemos visto un descenso de 50 por ciento en Ciudad Ju
s atroces se guardó silencio, y una vez que se terminó el

280
281
período gubernamental, el alcalde José Reyes Ferriz decl Cómo vamos a recoger los despojos de los mutilados,
que el gobernador José Reyes Baeza se distanció de la p los calcinados, de los desmembrados, de los decapita-
blemática de violencia que sufría la población porque s, cómo vamos a nombrarlos. Cómo vamos a recono-
más importante hacer notar que le correspondía a la feder que esto nunca debió haber sucedido, que es nuestra
dem y no al estado otorgar seguridad a su población. Có güenza, nuestro dolor y nuestra impotencia ante su
olvidar las negligentes y omisas confesiones a destiempo verte injusta. Cómo vamos a hacer para que sus vidas
este alcalde, que tampoco hizo públicas las omisiones d arezcan como vidas y no como cifras del triunfo de una
gobernador, ya que no quería romper con él, porque erra en contra de las drogas, como pérdidas dentro de
más importante encontrar la solución para Juárez" (Cali violencia legítima y justificada, y de la ilegitima e in-
gos, Minjárez y Rodríguez, 2010). Cómo entender que: tificada.
Como resultado de estas experiencias de sufrimiento
el alcalde que deja el gobierno de la ciudad más violentad
mundo dice irse en paz, listo para iniciarse como consul lectivo, un número significativo de colonias se han ce-
en materia de riesgos para empresas internacionales, core ado, las personas han instalado rejas y en algunos casos
conferencista e incluso como escritor de 'al menos' un lib setas de seguridad para controlar la entrada y salida de
sobre Juárez (Gallegos, Minjárez y Rodríguez, 2010). sonas; al cerrar sus calles, pretenden darse una segu-
. ad que les ha sido negada por el Estado. Sin embargo,
El exalcalde se convirtió en un espectador privilegiado, algunos casos, de poco han servido estas obstrucciones:
ante el disimulo que guardó entre los poderes de jure y los sido destrozadas por quienes entran a matan Las pei-
facto, se le olvidó que su papel era proteger a la ciudad nas cierran sus calles y junto con ellas se encierran ellas
que gobernaba, no escribir libros de un holocausto que él smas y desisten de unirse o vincularse con las y los otros
supo contener. Cómo olvidar que con menos expectativas e sufren las mismas atrocidades, los mismos miedos
el futuro que las que él percibe para el mismo, entre 180 éase la fotografía 2). Al mismo tiempo, se cancelan para
y 240 000 personas salieron de Ciudad Juárez durante su gir la llegada de la justicia. Ciudad Juárez parece una
bierno y 40 833 viviendas quedaron abandonadas:2 A es udad sitiada, una sociedad condenada al modelo "con-
hay que agregar el aumento de la pobreza entre 2008 y 201 tracionario" (Bauman, 2006:115). Una ciudad donde la
se estima que 740 mil personas padecen la distribución olencia extrema que ha ocasionado el enfrentamiento en-
equitativa de la riqueza, y representan "55 por ciento del la violencia legítima e ilegítima ha precarizado la vida e
de población en la ciudad, 1 332 131. No obstante, esas se tituciona I izado la inseguridad humana.
el límite inferior, pues algunos estudios revelan que el tam Ante la clausura de la ciudad, el retiro de las personas y
promedio de los hogares pobres es mayor al promedio".' incomunicación de la población, bien nos vale recuperar
magen. Sólo que este rescate se debe dar cambiando,
L'Agradezco a mis coiegas Rodolfo Rubio y César 'ientes, investig
dores de NI Colegio de la Frontera Norte, los datos que menciono. I'valuaiiem de la l'oliticd
udac1 una ve/. que el (. nivalo Nat ienal
Agradezco O mi colega Alejandro brugues el divido que hizo para ultddo.„ para Nié ico para los anos 211118-21110.
110Social 1)11'1,1'111U los re,

282
283
lo que Gabriel Zaid llama "la tradición del listado me odremos algún día movernos con seguridad, podremos
cano H.] considerar que los altos funcionarios no peed gún día pedir a estos líderes encargados de protegernos
ser responsables de lo que sucede allá abajo. Combinad a rendición de cuentas? Porque sólo a través de éstas po-
perfecta para que nadie sea responsable de nada: ni arrib mos reconstruir la vida de quienes ya no están, de qu ie-
ni abajo" (2011). sufren su ausencia y de quienes hemos vivido esta expe-
nda de una guerra fallida en una sociedad abandonada
12 fflogrifiíz 2. Ciudad elicerciiiill te su desintegración social y la ceguera de su clase polí-
a que no aplica la ley ni tiene el control de su territorio.

Liocumax

. stía
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originan en un mundo global izado, es vital, desde lo loca Paidús.
un pacto social moderno que garantice a la población el p o, Luis Carlos y Gerardo Mejía, 2009, "Triplicaran la fuer-
mero de todos los derechos y sin el cual los otros no tien • za militar en Chihuahua", FI Universal, México, 1). F., 2 6
razón de ser: el derecho a la vida. Mis preguntas finales so

284 RTE, oorn.. 2135


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tes v notorias son las que corresponden a los actos delictivos
característicos de cualquier urbe del país. Sin embargo, las ac-
tividades criminales perpetradas por los grupos del crimen
organizado han logrado penetrar todos los ámbitos públicos
y privados y, principalmente, han generado un fuerte impac-
to por su asiduidad y crueldad. Atinada a esta particular vio-
lencia se agregan otras formas, como la institucional, ejercida
principalmente por cuerpos policíacos y ejército; el desplaza-
miento forzado, las ejecuciones extrajudiciales, la desapari-
ción forzada; la violencia encarnada por pandillas juveniles,
entre otras. Sin embargo, la expresión más contundente por
su intensidad, dolencia y secuelas, y que ha conmocionado
a la población local, nacional e internacional, es la violencia
masculina homicida que ha tomado como víctimas a mujeres
y a otros hombres. La agudización de los homicidios dolosos
a partir de 2008, atribuidos al crimen organizado, ha cimbra-
do tanto a las instituciones del estado como a la sociedad en
su conjunto; por la intensidad imperante, por la ferocidad y
el sadismo que presentan las formas de ejecución, en las que
resaltan el exhibicionismo y la impunidad de su realización.

292 i 350
793
Al parecer, las formas exacerbadas de violencia que se de fuego, pero sin excluir otros medios brutales de asesina-
presentan en Ciudad Juárez a partir de 2008 tienen un ante- to. Si bien en el feminicidio casi 40 por ciento de los cuer-
cedente. A principios de la década de los noventa, Ciudad gJ pos de las víctimas eran despojados parcial o totalmente
Juárez comienza a ser centro de la atención nacional e in- desnudos, y en los reportes periodísticos se señalaba pre-
ternacional por el caso de las inicialmente llamadas "muer- 1 sunta violación, en el caso de los hombres este dato siem-
tas" de Juárez, pero el hasta hoy vigente hecho criminal ha pre es omitido. Sin embargo, puede decirse que los casos
permitido hablar de feminicidio (Monárrez, 2009). A partir donde se exhiben los cuerpos de los hombres desnudos,
de 1993, se comienza a llevar registros de las desaparicio- 1. particularmente donde se muestran los glúteos, representa
nes y asesinatos de mujeres, y la aparición de cuerpos seve— un acto con un significado vinculado con la sexualidad, y
ramente torturados, vejados sexualmente y abandonados esto es lo que planteo como un punto de coincidencia.
en lotes baldíos, basureros y cementerios clandestinos, lo En la violencia masculina homicida que se ha presentado
cual marca el inicio de un fenómeno que toma como prin- en los últimos cuatro años, se observa una estrecha relación
cipal víctima a mujeres jóvenes y pobres. Esto constituyó , entre poder, violencia, territorialidad, sexualidad y muerte.
el inicio de la densa violencia social que advendría y se Esta violencia, vista en situaciones extremas como el asesi-
expresaría de múltiples formas. nato atroz y ostensible, constituye una forma de expresión
Para 2008, el fenómeno de la violencia homicida se que está hilada por medio de la homofobia y la misoginia;
desborda sobre otro sujeto social, principalmente hom- acto sustentado en la construcción misma del género. El
bres, igualmente pobres y jóvenes. La diferencia entre problema de la violencia social, visto a través del homici-
estos dos momentos y victimados es indudable, pero : dio perpetrado por el crimen organizado, además del daño
también tienen puntos en común; las 900 mujeres ase- irreparable a víctimas directas e indirectas y del dolor social
sinadas de 1993 a 2010 muestran un gravísimo proble- en general, radica en la forma en que retoma elementos de
ma social, pero los 6 000 hombres ejecutados solamente, la cultura, al menos en un sentido, reproduce y reedita ima-
en tres años en Juárez, y casi 40 000 en todo el país en lo i genes estereotipadas y devaluadas de la cultura de género.
que va del sexenio de la presente administración presiden- Los actos crueles cometidos en el homicidio masculino
cial, representa una matanza directa contra determinados tienen una lectura determinada, dado que se inscriben en
sectores de la población; en el feminicidio, al parecer, las 1 campos simbólicos compartidos culturalmente. En este
mujeres fueron asesinadas por la simple condición de gé- caso, los actos de violencia adquieren diversas significa-
nero, mientras que la muerte de los hombres se justifica ciones, pero especificamente en este trabajo se resaltarán
por su supuesta participación en actividades criminales. aquéllas vinculadas con la cultura de género y la sexuali-
En los primeros años del feminicidio, la muerte era ejecu- dad. En el entrecruzamiento de los ejes de género y sexua-
tada principalmente con arma de fuego, pero también con lidad adquiere inteligibilidad la figura de la al teridad que,
frecuencia eran asesinadas por arma blanca, asfixia por en este caso, se encarna en el discernimiento de lo femeni-
estrangulamiento, además de vejadas sexualmente. Los no, cuya base lo constituye la misoginia y su despliegue
hombres mayoritariamente han sido ejecutados por arma . reflejado en la homorobia.

29,1 SAI VADOP r Pi ,7 511 Rp,p, VIOLENE IA SOi INI r I 1 ,Ir


295
La alteridad es una construcción social que define un yo El análisis se realiza a partir de una base que corista de
mismo y un otro (Krotz, 2002), pero en este vínculo marca- más de 6 000 registros de hombres asesinados durante los
do por una confrontación dialéctica se genera una "expe- años de 2008 a 2010, así mismo, dicha base se enriquece
riencia de extrañeza" que conlleva intranquilidad y estig- con información obtenida de los reportes periodísticos pu-
ma ante el "otro", en este caso, sobre una categoría social blicados, en su versión electrónica, en dos de los diarios
devaluada; la mujer y lo femenino, y su concomitante con de mayor circulación y seriedad en la localidad: El Diario
la homofobia. ¿Qué sentimientos nos unen y nos separan y El Norte. De dicha información, se identificaron los ase-
de los otros? Se habla de xenofobia, homofobia, lesbofo- sinatos donde los cuerpos de los victimados presentaban
bia, transfobia, bifobia, tantas formas de intolerancia que tortura, casos que si bien muestran situaciones extremas
enmarcan nuestra sociabilidad. De forma evidente, el re- y son poco representativos cuantitativamente, no dejan de
chazo a lo diferente aparece como punto nodal. En el ho- ser relevantes por su impacto social y por los efectos nega-
micidio masculino se entretejen la clase, el género, la edad, tivos que dejan en la población. Para llegar a este análisis,
muy probablemente hasta el estatus migratorio y el color se partió de contextualizar la situación de violencia social
de piel. que se vive en la ciudad.
El salvajismo que caracteriza estos homicidios mascu-
linos adquiere, en algunos casos, significados asociados
a la construcción de género y al orden de la sexualidad, GOND:AlO GENERAL DE I A VIOLENCIA SOCIAI. EN CIUDAI ) JUÁREZ
en su sentido heterosexista y falocéntrico, pues no es poco
frecuente el abuso sexual cometido o su relación con otros En el nivel nacional, en los últimos años, Chihuahua ha
referentes culturales ligados a ello. ocupado los primeros lugares en incidencia de delitos de
En este sentido, en este trabajo me interesa analizar los alto impacto, como el secuestro, la extorsión y el homi-
sentidos y significados vinculados con el género y la sexua- cidio (cuadro 1). Ante esto, son diversas las dimensiones
lidad que se plasman en los cuerpos victimarios y que por atender en la violencia urbana prevaleciente: diver-
constituyen formas de expresión de la violencia masculina, sificación de los actos delictivos v su presencia cotidiana
significados culturales que se manifiestan bajo la crueldad que ha alcanzado a un alto porcentaje de la población;
y tortura a partir de los ejes del género y sexualidad, mis- daño psicológico por el evento traumático y/o el per-
mos que se sustentan en la rifada poder-erotismo; y los re- juicio físico por las lesiones corporales de las víctimas;
lacionados con el sentido del control y exterminio del otro. ausencia de medios institucionales para el procesamien-
Particularmente, planteo una estrecha relación entre poder, to de los problemas y conflictos sociales; corrupción e
violencia y sexualidad, vista en situaciones extremas, como impunidad que operan en las instancias gubernamenta-
el asesinato violento y pornográfico, pues constituyen for- les, particularmente las encargadas de impartir justicia.
mas de expresión que son hiladas por medio de la homofo- Se puede decir que la violencia urbana va más allá de la
bia y la misoginia, acto sustentado en la construcción mis- realización de un mero acto delictivo, pues su expresión
ma del género masculino. abarca otras formas de violencia como la económica o la
296 ,
..A1 \MILI/1- <RA VIOLEN( IA SUt int . v I u IN I Duio•.a
29/
política, pero éstas pasan inadvertidas, están naturali- Cuadra 1. 'Nivel de Cr 0101ffill ti llti es tado ih' Chii100/111il
zadas o son consideradas irrelevantes. Sin embargo, el en Cl nivel rmrinnnl q li sa de in cide ncia de d eltas
daño personal y social que producen en lo inmediato y
a largo plazo resulta evidente, puesto que la violencia
f.115Zill: t'II el II !l'el hita! 1/ par cado HUI rail
existente genera sentimientos de desamparo y miedo en naeinrrrd habitan les
la población ante la frecuencia y el nivel de violencia con
que se perpetran los actos criminales. 2009 2008 2009

El homicidio doloso atribuido al crimen organizado no Homicidios dolosos 1" bll 93


corresponde a un fenómeno cuya violencia sea episódi- Homicidios del 77 107
ca, impredecible o meramente azarosa; por el contrario, orden común
producto de su historia, ha constituido un proceso social Secuestro 4 7
y cultural que, dadas las condiciones coyunturales, ha
Robo 1 165 1 170
adquirido una apariencia de insólito, como si la cultura
del uso de armas de fuego, el consumo de alcohol y otras Violación 6" 22 22
drogas fueran fenómenos nuevos en la región. Este fenó- Denuncias del fuero 2 062 1999
meno del homicidio se inscribe en una sociedad que re- común
gistra altos niveles de violencia social generalizada, pro- Otros delitos 23 129
dudo, entre otros factores, de las históricas condiciones
de desigualdad social; de una vigente división sexual del j Fuente: Índice nacional de inseguridad (iNis), (2008), publicado por el
trabajo; de un importante flujo migratorio atraído por la Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (rcFs1).
maquila y por el cruce hacia Estados Unidos; una agudi-
zación de la pobreza y mayor precariedad del mercado El problema de violencia en Ciudad Juárez sin lugar a du-
laboral, así como de un coyuntural reacomodo del crimen das es niulticausal, pero dentro de los factores más relevantes
transnacional organizado, particularmente el narcotráfi- podrían incluirse la implementación del modelo maquilador
co, pues Juárez, por su ubicación estratégica en la frontera y la ausencia de políticas sociales en esta zona fronteriza de
norte del país, ha constituido uno de los cruces más im- alta migración. Particularmente, el problema de la pobreza
portantes para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. se expresa desde su nivel de hambre, es decir, la dimensión
Dadas estas condiciones históricas, culturales, sociales, J económica, hasta la carencia de diversos indicadores de
económicas y políticas, es de llamar la atención la confi- bienestar social, como vivienda de calidad, educación, salud,
guración de prácticas que denotan una heterosexualidad entre otros, algunos más difíciles de identificar pero que
compulsiva, una supremacía del poder masculino, con contribuyen a la situación de exclusión, marginación, vulne-
una alta carga de homofobia y misoginia, ejercida, supo- rabilidad y explotación de los sectores más desfavorecidos,
nemos, por hombres que se conforman en una masculini- por lo que el problema de violencia puede estar ligado a las
dad violenta, e incluso sádica. estructuras económicas, financieras, de clase y de género.
208
(-,AIN...Or IEFIA
VIO:: :II I
299
Si bien es cierto que no se puede establecer un deter- lar que ésta es tan cruda que únicamente cabe describirla
minismo entre las condiciones de desigualdad y margina- • como un exceso de brutalidad, sino que nos reta a pen-
ción social con los niveles de violencia, pues como señala sar por los sentidos y significados que tiene en nuestro
Sol (2004:19) "Los contextos no son motivos causales, contexto cultural. Partamos de identificar las formas de
no son consecuencias ni suficientes ni necesarias para que -- asesinato que se han presentado de 2008 a 2010. Como se
se dé un comportamiento violento", sí resulta pertinente observa en la gráfica 1, los casos de violencia extrema se
reconocer el peso que tienen las desigualdades estructu- ". manifiestan de muy diversas formas, en su gran mayo-
rales y dinámicas (Williams, 2009) en la conformación de : ría por arma de fuego. Sin embargo, otras formas de ani-
individuos cuya opción es la criminalidad. Sin embargo, . quilamiento van cargadas con mayor simbolismo y, por
más allá del individuo concreto que asesina, pensemos en ende, tienen mayor impacto. Unas formas más que otras
las subjetividades masculinas que son proclives al ejerci- expresan sentidos de dolor, horror o desasosiego, y esto
cio de dicha violencia como producto de las condiciones • podría pensarse, como señala Segato (2004), como actos
sociales, económicas, políticas y culturales que han posi- de violencia que llevan mensajes dirigidos a sus pares, a
bilitado su existencia, además del factor circunstancial y la las autoridades y a la población en su conjunto.
historia meramente individual-biográfica que detona una
determinada acción cruel por algún individuo o grupo de Grill-kg I. 'Tipos de lesión,
personas. ho micidios, 2008-2010, Ciudad buírez
Otro aspecto que es importante apuntar, además del
contexto económico y social, es lo que manifiesta esta 6 000 sr,h5
violencia, particularmente la homicida. Por la asiduidad,
ferocidad y notabilidad con que se llevan a cabo las ejecu- 5 000

ciones de hombres, no sólo pretenden obtener algo, sino 4 000


que su exhibición en el espacio público comunica algo;
3 000
en este sentido, la violencia homicida que caracteriza esta
frontera geográfica es instrumental y expresiva. La pri- 2 000
mera refiere la obtención de un determinado fin u obje-
1 000
tivo; una explicación parcial podría decir que es la lucha
ü. 4
de grupos por el territorio, por el control de la plaza, por O

fines meramente económicos, mientras que la segunda ,Cr

conlleva en su misma naturaleza un poder amenazante e


intimidatonio.
Las formas sádicas y crueles con que se han presentado - Fuente: Flaboracián propia con inlormación de la Fiscalía General
las ejecuciones de la mayoría de los asesinatos obligan a t. del Estado de Chihuahua.
cuestionar qué dice dicha violencia, pues no basta seña-

300 VIOLE1( A ".'CIA'. p Al I


A A N), [.> J RRA 301
LAS 1.012MAS 1)N ( RLIELDAD UN VI. HOMICIDIO la implementación de estrategias de aniquilación que so-
brepasan toda racionalidad y desvalorizan la vida huma-
La muerte es uno de los grandes peligros biosociales de la na, así como cuestionarnos sobre la estructura social que
vida humana, señala Norbert Elias, pero hasta hace algunos lo sustenta y la cultura que lo gesta, pues un conjunto de
años la muerte sanguinaria no era lo común, y la gente posi- elementos hacen posible que las organizaciones crimina-
blemente no la pensaba para su deceso (Elias: 2009:33). Ante les, como una maquinaria pesada, arrasen con institucio-
el escenario que monta la violencia homicida en algunas nes, políticos, funcionarios, empresarios y una diversidad
ciudades de nuestro país, se vuelve imperativo cuestionarse de voluntades que, de forma directa o indirecta, propician,
sobre el sentido que tiene la vida propia y la ajena; el sen- solapan o silencian cada peldaño que va afianzando la em-
tido del otro y de su dolor; el significado de lo humano en presa criminal.
general, no sólo para quienes están inmersos en la actividad ¿Qué significados tienen las acciones de crueldad? Se-
criminal, sino también para la población en su conjunto, en gún Berezin, la crueldad es un rasgo exclusivo de la espe-
tanto que parece que el valor de la vida se diluye con gran cie humana, es una violencia organizada para hacer pade-
vehemencia si se prioriza obtener dinero inmerecido, si se cer a otros y es un modo de violencia que se despliega para
le da preponderancia al patrimonio o ante la disyuntiva de anular la alteridad,
elegir entre la vida propia o de la familia o la de otros. Elias
(2009:33) apunta que ha ido en aumento, en comparación es así que la crueldad es un rasgo exclusivo de la especie
con la Antigüedad, nuestra capacidad de identificación con humana, es una violencia organizada para hacer padecer a
otros seres humanos, pero pareciera, por el contrario, que la otros sin conmoverse o con complacencia [...] La crueldad
crueldad y ferocidad de los asesinatos hacia mujeres y en- es un modo de violencia que se despliega para anular cual-
quier modo de alteridad, es la acción de derrotar la alteri-
tre hombres, genera temor, silencio, retorcimiento, enojo o,
dad (Berezin, 2010:11).
incluso, atracción y fascinación, u otro tipo de sentimientos '
y, en menor medida, la compasión por ese otro, pues la res- ¿Qué nos acerca o aleja de los otros? ¿Qué posibilita
puesta social ante este problema es precaria y limitada. nuestras semejanzas o diferencias con respecto a los de-
El homicidio doloso, perpetrado por el crimen orga- más? ¿Ello es suficiente para el asesinato cruel? La relación
nizado contra miles de vidas, mayoritariamente jóvenes, con la alteridad siempre está atravesada por la tensión, po-
ha materializado la crueldad en los cuerpos ejecutados y dría decirse que el sentimiento de diferencia puede generar
torturados de las víctimas, que por sus dimensiones ha recelo, temor, desprecio o incluso odio, pero la peculiaridad
puesto en cuestión a la humanidad misma. Al parecer, la que determina uno u otro sentimiento está mediada por el
crueldad es un distintivo de la especie humana, que se em- poder que se disputa y la consiguiente valoración de ese
plea como medio para lograr ciertos fines, realidad que nos extranjero. En este sentido, no es cualquiera al que se le
hace preguntamos por el sentido de lo humano, por lo que soba ja e im po ne en su cuerpo la atrocidad más inhumana,
nos permite estar juntos unos con otros, por la sociabilidad por el contrario, son sujetos que pertenecen a categorías
en general. Resulta apremiante entender lo que posibilita sociales marginadas v estigmatizadas.
302 VIOI ,'I( 1 1(3/11( Irlo cál o'. 303
En términos generales, el homicidio intencional y la tor- víctima es ejecutada por arma de fuego, que representa la
tl
tura que se les impone a las víctimas representan expre- más frecuente y aparentemente la menos cruel, y aquélla
siones donde se condensa el daño mayor a la persona, el donde el cuerpo presenta mayor tortura y ensañamiento
aniquilamiento de la vida; y junto con ello, la impunidad por parte de sus verdugos. En ambos casos, se resaltan los
y la ausencia de gobernabilidad, corrupción de las autori- significados asociados al género, la sexualidad y el poder.
dades; control e intimidación social, imposición del terror;
criminalización de la víctima. Dentro de las diversas for-
mas en que presentan los asesinatos, se pueden observar MUER' I. POR AM:1A i)} HALO
elementos importantes por analizar. Primeramente,es po-
sible hacer una distinción entre el sufrimiento infringido Si bien la muerte por arma de fuego es violenta en sí mis-
en dos situaciones diferenciadas: aquella cuyo cuerpo es ma, en muchas ocasiones está agravada por la ferocidad
desaparecido, y con ello la imposibilidad de realizar los ri- con se realizan detonaciones innecesarias para producir la
tos mortuorios y el duelo; y otra, la presencia y exhibición . muerte de la víctima. De manera casi inverosímil, podría
del cuerpo torturado. Específicamente, ahondaré en este pensarse que la muerte más benévola es la que se da de for-
último donde el cuerpo es utilizado corno un medio para ma inmediata con arma de fuego, por fortuna o desdicha es
enviar mensajes de terror a los adversarios, pues en él se ; la que prevalece. Sin embargo, en un número no poco fre-
plasman diversas significaciones. cuente de víctimas de homicidio se observa componentes
de tortura importantes.
;riífica 2. Forma de maltrato a las víctimas En el homicidio atribuido al crimen organizado, la
muerte no representa el daño máximo, sino, lamentable-
- roturado
mente, a ésta la acompaña la tortura, el sadismo y la ago-
Desnudo nía que pasan tanto las víctimas como las familias que,
no de manera eventual, son testigos presenciales de los
Osamenta
asesinatos. En el caso de los asesinatos por arma de fuego
Esposado no, son pocas las ocasiones en que se presenta un excesi-
vo maltrato al cuerpo; el esposamiento de pies y manos;
Amordazado
' atar el cuerpo y envolver el rostro con cintas y plásticos;
) 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 los golpes; el abuso sexual; la desnudez, pasando por el
agravio, la mofa, la humillación, y el terror provocado por
Fuente: Elaboración propia con inf ormación de la Fiscalía General la amenaza de la aflicción y la muerte.
del Estado de Chihuahua.
En algunos casos, se tiene la costumbre de arrodillar a
las víctimas o permitirles correr antes de la ejecución. Para
De los casos donde aparece el cuerpo asesinado, se con- Mmembe (2003) en su texto sobre necropolítica, si bien la
sideran al menos dos formas de crueldad; aquélla donde la ; figura de la soberanía -al menos aquella que no procura

304 ,L) SIERRA


la autonomía sino la destrucción material de los cuerpos parten el hecho. Estas manifestaciones de la violencia se
humanos y las poblaciones— lleva a instaurar el derecho corresponden con imágenes familiares, referentes simbó-
de matar, se ve escenificada en la díada víctima-victimario. licos que remiten al ejercicio del dominio y del control de
Las formas de ejecución donde el verdugo espera el implo- unos sujetos sobre otros a través de acciones de terror, pues
rado indulto de la víctima mientras éste arremete contra ostentan un simbolismo particular vinculado con el poder
él al infligirle la muerte nos lleva a la figura del soberano, y con la muerte. De 2008 a 2010 se registró un poco más de
lo cual representa una acción que simbólicamente denota 60 decapitados y descuartizados, pedacero humano espar-
no sólo la sanción o el castigo al traidor o al enemigo, sino cido en la calle. ¿Con qué propósito se dispersa un cuerpo
también la humillación, la absoluta sumisión del adversa- en el espacio público o se cuelga de un puente a un hombre
rio, del ejercicio de poder total. En estas situaciones espe- descabezado? El anuncio ineludible parece ser la muerte
cíficas y particulares se concreta el sentido pleno del sobe- misma, "la muerte anda rondando".
rano, aquel que es dueño y amo del sacrificado, como dice Aunado al asunto de la visibilidad y la propagación de
Sofsky (2004:52): "Es dueño y señor de la vida y la muerte, la muerte, otro aspecto reside en la descomposición y desfi-
del cuerpo del otro". guración de un ser que anteriormente conformaba una in-
tegridad y a la que le correspondía una identidad. Sin em-
bargo, mediante el desmembramiento o la mutilación que
LA DEC APIIACIÓN Y FI.DI.SCUARI i/AMIEN I O destroza el cuerpo o la disolución de la carne sumergida en
ácidos o la calcinación total parecen no sólo anular total-
Los efectos sociales de la violencia homicida son inmedia- mente al otro, sino borrar toda identificación humana. Dice
tos, visibles, contagiosos, y hacen que la cultura afectiva Sofsky, para el caso de un multihomicidio acontecido en
despierte determinados sentimientos. La frecuente ejecu- Kosovo en 1999: "Las acciones apuntaban a una elimina-
ción de hombres llevada a cabo en la vía pública en ho- : ción total, al exterminio de la persona. No debía quedar ni
rarios de alto tránsito vehicular y vigilancia policial hace un solo rasgo de la identidad o la existencia de la víctima.
de la violencia homicida un acontecimiento que se exhibe : A los cadáveres se les dio muerte una segunda vez, muti-
con ostentación. La muerte aparece clara, irrebatible y ma- lándolos, profanándolos o haciéndolos arder hasta que no
terializada en las calles a través de los cuerpos extermina- dejasen más rastro que unos pocos restos de carne y huesos
dos por arma de fuego, desangrados, pero particularmente calcinados" (2004:50).
llaman la atención los cuerpos despedazados, descabeza- Las expresiones de poder y dominación tienen repre-
dos. Ahí aparece y se ve la muerte mediante el rostro de la sentación y son simbolizadas en la esfera de lo público,
crueldad de manera más contundente. pero singularizadas con el toque del exceso. En la calle,
La escena construida por un cuerpo inerte, desintegra- la muerte es visible para todo el mundo, señala Sofsky
do, colgado, hincado, encobijado o depositado en botes o (2004). En Juárez, los asesinatos y el despojo de cadáve-
basureros, difícilmente deja de expresar y de representar res ocurren a plena luz del día, por todas las vías de la
simbolismos familiares y reconocibles por quienes com- ciudad, en cualquier espacio y depósito. La visibilidad

306 vADmi, PI SIERRA VIOLÍN( IN ../// 11// IuIV 10105( 307


de la muerte aterroriza y paraliza, "La violencia posee
riamente que se haya consumado una violación, quizá no
una capacidad de impacto inmediata. T..] De repente, la
es necesario precisar si se cometió dicha violación o no,
muerte está ahí presente, a flor de piel. Los gritos, el cráneo
pues la desnudez de los cuerpos es en sí misma es una ve-
hundido, el brazo arrancado, la mueca de dolor, eso es la
jación a la dignidad de toda persona. Empero, lo que me
muerte visible" (Sofsky, 2004:8). La exhibición de la muerte
resulta relevante es el significado que adquiere en nuestro
nos habla de la violencia corno una acción disciplinadora
contexto cultural dejar a las víctimas en estas posturas.
v amonestadora, difícilmente podría ser una simple acción
El asesinato con connotación sexual constituye una for-
pura que se gesta y se envicia en su naturaleza propia.
ma de expresión de la cultura de género, donde la relación
Tanto en la muerte por arma de fuego como por descuar-
entre sexualidad y violencia enuncia un ejercicio de poder
tizamiento se pueden encontrar otros simbolismos cifrados ,
absoluto por medio de la dominación erótica. Podría decir-
en los propios cuerpos de los victimados. Se han dirigido •
se que el mensaje y los significados asociados en el abuso
mensajes a los adversarios o a las autoridades plasmados •
sexual en el crimen conllevan simbolismos que van más
de manera manifiesta en cartulinas que acompañan a los
allá de los cuerpos biológicos e identitarios de quienes los
cuerpos asesinados. Así, se señala que se les amputa las :5"
portan; puede ser hacia un hombre o una mujer; hacia un
manos por rateros; se descuartizan por secuestradores; se
• homosexual o un heterosexual. Centralmente, en los cuer-
les cose los labios por delatores; o los decapitan por co-
rruptos, según indican dichos comunicados. No obstante, pos de hombres asesinados se representan significados
también se presentan significados latentes, enmascarados asociados con la sexualidad dominante; and rocéntrica, mi-
sógina y homofóbica.
en otros simbolismos que remiten al campo de la sexuali-
dad y el género. En el caso de la violencia hacia las mujeres, se ha em-
No es solamente maniatar el cuerpo, vendar los ojos, pleado el concepto de "terrorismo fálico" (Lapilli, citado
en Monárrez, 2009), pues no es únicamente tener control y
propinar golpes, sino vejaciones sexuales, travestimiento
en las prendas de vestir, posturas del cadáver inerte que dominio absoluto sobre la mujer, sino además demostrar
este poder mediante la penetración, la posesión y el goce
denotan pasividad o sodomización, así como desnudez
parcial o total que permiten la exhibición de los glúteos de sexual del cuerpo femenino para su uso y desecho. El falo,
los hombres fallecidos, lo que hace referir significados vin- como significante del poder masculino, se materializa en la
culados con la sexualidad. Información del Servicio Médi- violencia sexual, que demuestra a los otros su vigorosidad
y potencia.
co Forense muestra de que no son pocos los casos en que se
presenta violación antemortern o inserción en la zona anal En el caso del abuso sexual en el cuerpo de los hombres
víctimas del homicidio, también adquiere estos significa-
de dedos mutilados, genitales u otros objetos y, lamenta-
blemente, esta información es omitida en los reportes de dos que conforman un sentido de supremacía de una mas-
culinidad sobre otras, consumada no sólo por el asesinato,
las instancias oficiales y medios periodísticos. El hallazgo
sino también por la humillación que conlleva la feminiza-
de los cuerpos de algunos hombres en calzoncillos o los
pantalones por debajo de las rodillas no significa necesa- ción del otro mediante la sexualidad. La violencia sexual
perpetrada en los feminicidios da cuenta por sí misma de
iIÍJ
309
la misoginia, de la devaluación de la mujer y lo femeni- Estas condiciones estructurales, de desigualdad social,

no, pues el acto de matar a un sujeto por su condición de de valores y creencias, de significados y sentidos sobre

género proclama el lugar de devaluación de lo femenino. el género masculino que son configurados culturalmen-

Por otra parte, para el caso que nos ocupa, se evidencia la te, hacen que surja la interrogante por los resortes de la
supremacía de lo masculino al posicionar a la víctima en el subjetividad de cada uno de quienes participan que se han
lugar de la homosexualidad, de la feminidad. En este caso, movilizado, han detonado en el sujeto y que les permite
se castiga y amenaza al heterosexual posicionándolo en el llevar a cabo acciones violentas, crueles y sanguinarias. En
lugar de la homosexualidad o de la feminidad como re- su correlato individual, la masculinidad puede ser plantea-
primenda por contravenir intereses económicos, traicionar, da como una forma específica de subjetivación producto
desertar o disputarse territorios de poder. de los significados sobre la masculinidad, el ser hombre y
La violencia y la crueldad que se despliegan en el homici- la hombría, que le permite a personas concretas la realiza-
dio doloso desde la masculinidad pueden ser analizadas en ción de una multiplicidad de prácticas y relaciones sociales
dos niveles; en su nivel estructural y en su esfera individual. que implican el ejercicio de dicha masculinidad (Parrini,
Cuando hablamos de masculinidad en su sentido amplio 2007: 63). Esta dimensión posibilita entender la masculi-
estamos hablando de una lógica de relaciones de poder que nidad como un complejo entramado que aglutina factores
posibilita dominación y explotación de unas personas sobre socioculturales, económicos, políticos y la experiencia bio-
otras, pero cuya base es una supuesta superioridad de lo mas- gráfica de cada sujeto que se inscribe en un contexto social
culino sobre lo femenino. En este sentido, la masculinidad no determinado, pero que sin embargo no se reduce a cuerpos
se refiere a todos los hombres, sino sólo a aquellos que ejer- exclusivamente de hombres.
cen su poder y derechos sobre otros, y de esta misma forma, La masculinidad, desde esta perspectiva, estará configu-
también puede incluir a ciertas mujeres que se posicionan en rada tanto por aquellos sujetos que se construyen en una
el lugar masculino y reproducen la misma lógica de algunos forma de ser hombres con rasgos, atributos y prácticas de-
hombres. terminadas como por otras subjetividades que se colocan,
En este sentido, el crimen organizado puede ser conside- en la matriz de las relaciones de género, en la posición de
rado una organización masculina, no sólo porque en ella par- autoridad, posición que permite la explotación, la margi-
ticipan principalmente hombres, que tienen los cargos, fun- nación y el ejercicio de poder legitimado sobre las muje-
ciones, beneficios y privilegios más ventajosos, sino también res y otros hombres. En esta misma perspectiva, Gonne!!
porque su funcionamiento implica "sumisión al líder, cruel- (2003) habla de la masculinidad como una posición en las
dad para el contrario, osadía en sus acciones de guerra", es relaciones de género.
decir, una forma de autoritarismo, de control y dominio sobre En este sentido, planteo la masculinidad no sólo como
el otro, de explotación, de violencia, guerra, coerción v deshu- la configuración de significados o de creencias vinculadas
manización, y esto, en nuestro contexto cultural, está vincula- con ser hombre, sino también con la ordenación y el fun-
do con la masculinidad más recalcitrante, con un ejercicio de cionamiento de una lógica de poder que va más allá de
poder asimétrico de quien se posiciona en el lugar de la ley. los cuerpos de hombres y mujeres, y que atraviesa, como

31O 311
señala Scott en relación con el género, las nociones políticas las condiciones estructurales de desigualdad social, pero
y referencias a las instituciones y organizaciones sociales también requiere determinadas subjetividades, es decir, el
(Scott, 1997: 290). l'ara el caso de los hombres que parti- poder materializado en cuerpo de hombres posibilita en
cipan en el crimen organizado -y que finalmente son los éstos el ejercicio de la violencia, sea tanto quien ejerza di-
rostros más visibles de la violencia homicida- se articula cha violencia o sea objeto de la misma, pues se asume una
un campo semántico de ser hombre, ligado a la brusque- masculinidad temeraria. Se trata de la masculinidad más
dad, al ejercicio de la violencia extrema, pues en el narco se devastadora, que emplea como instrumento principal a in-
registran las muertes más agresivas y con mayor sadismo dividuos construidos bajo los mandatos de la violencia, la
que en ningún otro caso; a las venganzas; a su alta homofo- explotación, la ambición, y emplea como estrategias efec-
bia, exhibida ante la descalificación del otro etiquetándolo tivas el castigo, la tortura y la denigración del cuerpo de
como homosexual; es decir, mediante la exaltación de la otros hombres y mujeres, al parecer como mecanismo de
heterosexualidad. lucha de poder por territorios -y beneficios económicos-
Si se plantea la masculinidad como un proceso de re- que se disputan grupos del crimen organizado.
lación (Ramírez, 2005) o una posición en las relaciones
de género (Connell, 2003), ambos medios implican en lo
social y en lo individual un ejercicio de poder asimétrico CONC1 L'HONLIS

aparejado a la dicotómica división masculino-femenino.


En lo concreto y específico tanto de las formas de organi- t No podría afirmar que Ciudad Juárez es una sociedad de-
zación y operación del crimen organizado, y del crimen lictiva. Sin embargo, lo que resulta evidente es que existe
común en general, la masculinidad puede entenderse 4 una organización delincuencial que incluye una gran di-

como una estructura que organiza colectivamente a suje- versificación de instituciones, organizaciones, marcos le-
tos masculinos, y que se sustenta en una infraestructura gales y jurídicos, grupos y colectivos, hasta individuos en
que reproduce la tradicional división sexual del trabajo, una gran diversificación de tareas. En esta amalgama de
donde los hombres ocupan las posiciones de mayor jerar- instancias y personas resaltan los elementos de género y de
quía; refuerza la ideología de la heterosexualidad com- la clase social como identificadores o representantes de la
pulsiva, y emplea como medios privilegiados de control violencia homicida.
y dominio la intimidación, el miedo, la complicidad y el La forma de entender la violencia homicida desde la ca-
silencio, además de la exhibicionista y pornográfica vio- tegoría de la masculinidad requiere visualizar tanto los as-
lencia y su componente sádico. pectos estructurales como individuales-subjetivos. Como
Si el poder, para Eoucault (1979), es una vasta tecnología señala Laura Segato para el caso del feminicidio:
que atraviesa al conjunto de relaciones sociales; una ma-
quinaria que produce efectos de dominación a partir de Los crímenes sexuales no son obra de desviados individua-
un cierto tipo peculiar de estrategias y tácticas específicas, les, enfermos mentales o anomalías sociales, sino expresio-
dicho funcionamiento del poder puede tener su base en nes de una estructura simbólica profunda que organiza

312 VIOLE'l, 1 313


nuestros actos y nuestras fantasías y les confiere inteligibi La violencia homicida masculina denota elementos de
lidad. En otras palabras: el agresor y la colectividad cora jerarquía de género, así como de la vulnerabilidad de las
parten el imaginario de género, hablan el mismo lenguaje
asculinidades subordinadas, es decir, el acto de matar y
pueden entenderse (Segato, 2004:6).
ehacerlo con exceso de violencia se inscribe en un orden
cial y cultural que dota de significación cada acto y es-
La violencia que se produce en el crimen organizad
ategia de crueldad aplicada en cuerpos pertenecientes a
también podría quedar enmarcada en la cultura y la estru
eterminadas categoría sociales; estas acciones, al parecer,
tura social, en concordancia con biografías históricament
mo formas de intimidación y para su interpelación en la
contextualizadas.
ciedad. Así, se advierten, al menos, dos sentidos en las
La violencia, en sí misma, contiene un tin instrumental
rmas de tortura; aquélla vinculada con el eje de la sexua-
pero también cumple una función expresiva, que pretend
dad y otra vinculada con el de la muerte, ambas visuali-
acallar a la sociedad a través de una política de terror; garar
das desde la cultura de género.
tizar el silencio de la red de complicidades de empresario
políticos, funcionarios y policías; que necesita no sólo casta
gar a su víctima, al enemigo, sino también emitir mensajes
IBLIOGRAHA
sus pares, a la autoridad legítima, a la sociedad en gener
de su capacidad de dominio y control. Este modus operan
erezin, Anna, 2010, Sobre la crueldad. La oscuridad en los ojos,
habla de un régimen patriarcal en una sociedad de domina Buenos Aires, Psicolibro Ediciones.
ció]] masculina. Los hombres que asesinan y torturan h
onnell, R., 2003, Masculinidades, México, vuuciuxam.
sido construidos bajo una subjetividad que los ha capan
Lado para dominar, controlar y ejercer poder y violencia, Has, Norbert, 2009, La soledad le los moribundos, México, Fondo
que interpela su identidad y sentido de ser hombres, y e de cultura Económica.
corresponde a la categoría que llamamos masculinidad.
oucault, Micbael, 1979, Nietzsche, la genealogía, la historia, Valen-
La homofobia inscrita en los cuerpos de los hombres qu
cia, Ere-textos.
son asesinados se expresa por medio de su feminización, pe
no por ser homosexuales, sino por la degradación que se hace tituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, 2009, Índi-
respecto al otro; en este caso, al traidor, al desertor, al inte- ce nacional ¿le inseguridad (iNis), México.

grante del grupo contrario, al oponente o al contendiente po tituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, 2008, Indi-
el territorio. Específicamente, se trata de observar las form ce nacional de inseguridad (iNis), México.
en que se representan en el cuerpo ejecutado los significado
essler, Gabriel, 2009, El sentimiento de inseguridad. Socioloo ' hl
asociados con la sexualidad dominante —androcéntrica, mi
temor al delito, Buenos Aires, Siglo vé Editores.
sógina y homofóbica. Esto, al parecer, se emplea como me-
canismo de desacreditación y desprecio cuando de rivales otz, E., 2002, L a otredad cultural entre utopía rt ciencia. I i n est u dio
opuestos o de enemigos se trata. sobre el origen, el desarrollo y la reoriculaciórt de la aritropolosía,

31,4 VAPOR Ptl/ SIER OLENCIA sunni . nunir nw Hd().(,


México, Universidad Autónoma Metropolitana /Fondo
Cultura Económica. LA NALSICOTERAPIA AL RESCATE DE
LA IDENTIDAD DE GÉNERO EN MUJERES
Mbembe, Achille, 2003, "Necropolitics-, Public Culture, vol. 15,:
num. I, invierno, pp. 11-40. VIOLENTADAS POR SU CÓNYUGE

Monárrez, Julia Estela, 2009, Duma de una injusticia; ferninicidio;


sexual sistémico crr Ciudad ludrez, México, III Colegio de la' Teresa Fortiduilez de han
Frontera Norte/Miguel Ángel Porrúa.

Parrini, Rodrigo, 2007, Panoli! icos y laberintos. Subjetividad, deseo y Mujer de carne y hueso me declaro,
corporalidad en una cárcel de hombres, México, Hl Colegio de pozo de amor y boca adolorida,
México. pero he de hacer un trueno de mi herida,
que suene aquí y ahora, luerte y claro.
Segato, Rita Laura, 2004, 'territorio, soberanía y CrillICIU75 de segun-
do estado: la escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en ANGELA FiGULR,1 NVAA, 1992)
Liudad ludrez, Série Antropologia, Universidad de Brasilia,
Brasilia, Núm. 362, pp. 2-20. INTRODUCC IÓN

157131SICOIERAPIA E IDENTIDAD EN MUpRES VIOLENTADAS


Williams, Raymond, 2009, Marxismo y literatura, Buenos Aires,
Las Cuarenta.
La musicoterapia es una especialización científica en la
Ramírez, Rodríguez, Juan Carlos, 2005, Madcías entreveradas: vio- /cual la Federación Mundial de Musicoterapia (World Fe-
lencia, masculinidad y poder: Identificando los hilos para tejer la .
deration of Music Therapv, 2008) destaca como sus tres
Madeja, México, Plaza y Valdés.
elementos indispensables el uso correcto de la música (y
Ramírez, Rodríguez, Juan Carlos, 2008, "Ejes estructurales y te- ,de sus elementos), su aplicación por parte de un musicote-
máticos de análisis del género de los hombres. Una aproxi- rapeuta que esté previamente calificado y el que se torne en
mación", en J. C. Ramírez y G. Uribe, edits., Masculinidades: :cuenta la identidad cultural del grupo o sujeto con el que
el juego del género de los hombres en el que participan las muje- se trabaje.
res, México, Plaza y Valdés /PIRA / Universidad de Guadala- 1
En función de su técnica predominante se utilizan sus
jara /usmtc / / olí , pp. 85-112.
variantes activas o pasivas, siendo las primeras aquellas
Scott, Man W., 1997, "El género: una categoría útil para el aná en las cuales la persona participa produciendo el sonido o
lisis histórico", en Marta Lamas, LI género: la construcción . ,manifestando su reacción al mismo, y son las más usadas
cultural de la diferencia sexual, México, Porrúa/ruitGicsam tenla musicoterapia.
pp. 265-302.
Es dable subrayar que, aun ante su reconocido éxito diag-
Soisky Wolfgang, 2004, Ticto gri's de horror, Madrid, Siglo ve Edi- nóstico, preventivo abreactivo, poco se conoce sobre su
tores. utilización en grupos de mujeres que presentaran problemas
de violencia de género en general o doméstica y/o conyugal

317
316 I, `11PF1.11.
en particular. Entre los esfuerzos cabe destacar la terapia de zas, violencias y marginalizaciones. Así, ayuda al emerger
York v Hearns (2008), quienes con tina perspectiva de géne-: de los contenidos simbólicos del papel adjudicado, según
ro tratan de "encontrar la voz" de mujeres sobrevivientes la autora, corno "la mujer, la compañera, la esposa de, la
abuso de un compañero íntimo, I() que implica hallar, de ma- amante de, la otra, la hija de, la madre, la recatada". Marce-
nera lúdica y sin apelar a sus perjuicios y actitudes interna-, la Lagarde, a partir de tipologías antropológicas, lo tradu-
lizadas, un cambio que les ofrezca otro camino en sus vidas ciría como "los cautiverios: de la madresposa, de la puta,
en lo que sus voces descubren una forma de ser escuchadas. de las monjas, de las presas y de las locas" (Lagarde, 1990).1
Otro patrón importante es el desarrollado por la musi- Si lo vemos desde otras miradas de la alteridad que, como
coterapeuta brasileña Marilia Shembrini, quien acentúa la 1 bien expresa Parrini (2004:119): "ha sido un tema central en
búsqueda perenne de a utoencontrarnos, donde cada mujer t la reflexión feminista y en los estudios de género" , Simone
buscará los símbolos que mejor represente sus deseos y sus de Beauvoir (1977) reflejaría que esta identidad femenina
ansias; enfatiza cómo la vida en sociedad implica la repre- está pensada como lo otro del Uno masculino, representa-
sentación de roles en dependencia del ambiente y de la re- do en el I lombre Universal; en lo que para Antoinette Fou-
!ación, tanto jerárquica (familiar o profesional) como con que (2008) lo que funda a la misoginia es la envidia a lo que
nuestro ser; apunta a la poca conciencia que tenemos de • las mujeres hacen, a su capacidad procreadora, por lo que
esto y de su poca coherencia con quiénes somos realmente, "trabajar por la igualdad implica construirnos identidades
cuáles son nuestras creencias y nuestros valores: propias pero heterogéneas, adaptarnos sin denegarnos ly I
reintegrar también nuestra identidad sexuada len vez del
Acabarnos asumiéndolos [estos roles] muchas veces por há- reprimirla, forcluirla (palabra retomada del psicoanálisis
hito, o por el ejercicio constante, sin cuestionarnos y sin es-
lacaniano que se traduciría como "rechazo" y exclusión) o
cuchamos a nosotras mismas. Y en esta búsqueda (muchas t
ignorarla" (Fouque, 2008:39; Fernández, 2011:271).
veces inconsciente y/o mal direccionada), la persona deja su
Habida cuenta de la multidisciplinariedad que abarca este
propio yo para colocar su foco en la rítmica del otro. [Por lo
concepto de alteridad, donde tanto la psicología como la an-
que] el rescate de la propia individualidad e identidad se da a
partir de retomar el ritmo propio, promoviendo, entonces, la tropología, la sociología, la psicopedagogía y otras surgen
salud o equilibrio físico y psíquico. Y para que esto suceda, es como los marcos epistémicos que tratan de dar respuesta a
preciso abrir caminos en los que el individuo pueda expresar-
se y elaborar sus contenidos; punto de partida para un trabajo
'En el caso del hombre, por cierto, también es interesante pensar en sus
de autopercepción y autoconocimiento (Shembrini, 1996:83). viceversa- y
papeles relacionados con cada uno de los de estas mujeres
el porquí, de sus identificaciones. Ya que "la subjetividad de los hombres,
La propuesta de Shembrini apoya así a la mujer a tener las delimitaciones simbólicas e imaginarias que posibilitan aquello que
un contacto más próximo con su "primera identidad", an- llamamos masculinidad, se conforman en una relación específica con los
otros y con la alteridad" (Parrini, 2004:10)). Y, ¿I la vez, para concebir ade-
tes de que le sean colocadas las diversas máscaras que se
cuadamente la alteridad -es necesario incluir la identidad v la diferencia,
traducen en los papeles que representa en el mundo en el
o la inmanencia y la trascendencia, porque el otro ha de ser otro genuino,
que expone (e impone) sus deseos, voluntades, esperan- . y a la vez., un sujeto como yo" (( ;onzalez, 2009:123).

3)8 UN 319
estos problemas (Silva, 2209:132), la musicoterapia es una dominio masculino aceptadas en muchas culturas del mun-
disciplina que puede también proporcionar un espacio don- do. A esto hay que añadirle la experiencia personal sobre
de a la mujer le es posible asumirse y proyectarse: en el caso violencia que tienen los individuos, siendo alimentados en
de York y Rearns (2008), a través de la voz y de las letras de una cultura de violencia y aprendiendo y experimentando la
las canciones y, según Shembrini (1996), gracias a la posibi- intimidación en el ambiente que les rodea: la familia, los me-
lidad de este lenguaje rítmico-sonoro. Así, puede encontrar dios de comunicación o la comunidad (Menacho, 2006:s / p).
un lugar seguro que la coloque en una posición de inme- Es por ello que la catedrática Kathlen Mahoney, en la Con-
diación, promoviendo su transformación, de forma que lo , ferencia Interamericana sobre Sociedad, Violencia y Salud ce-
estigmatizado deje de adueñarse de su propio yo y de su lebrada en Washington en 1994, recalcó que la aplicación de
identidad, aunque esto suscite la aparición de diversas do- un análisis sistémico muestra que la violencia que padece la
lencias y debilidades (mismas que se trabajarían en este pro- • mujer es el resultado de desigualdades sociales, económicas,
ceso). Es por ello que Shembrini recalca, "Poder expresar los políticas y culturales, que la vuelven más vulnerable y de-
distintos papeles que representa, sin necesidad de esconder pendiente. Si a esto se añade "las creencias acerca de papeles
o fingir [...1, es el hilo conductor que la llevará a la raíz de su sexuales culturalmente asignados, y de la superioridad mas-
ser" (Shembrini, 1996:83). culina, la estructura social que promueve la violencia contra
El objetivo de este trabajo es por lo tanto presentar cómo, las mujeres se refuerza" (Mahoney, 1994:51).
por medio de distintas técnicas y abordajes musicoterapéu- Debido a la necesidad de generar como alternativa una cul-
ticos, compartimos la experiencia del despertar identitario tura de igualdad y de respeto son cada vez más numerosas
en muchas mujeres violentadas por su cónyuge, a las que se las líneas de investigación sobre este tema y más activos los
le dificultaba doblemente el proceso de su reconstrucción es- grupos que las llevan a cabo, desarrollando propuestas no-
piritual y el rencuentro con otra identidad más próxima a su vedosas para coadyuvar en la solución de tan compleja pro-
verdadero valor, como personas en general y como mujeres blemática. Y en este sentido, la visión de género (Menacho,
en particular. Experiencia que, al recorrer dos países (Mé- 2006:s/ p) es una herramienta que permite percibir la realidad
xico y Cuba), posibilitó su comparación cultural ante una desde un punto de vista más abarcador, siendo su propósito
misma situación problema: la violencia doméstica. lograr la equidad entre los sexos dentro del proceso de desa-
rrollo, en lo que desafía la posición subordinada de la mujer y
la reconoce abiertamente como una participante igualmente
VIOLENCIA DE GENERO, VIOLENCIA CONYUGAL Y REPERCUSIONES activa. I lacia esa visión orientamos nuestro trabajo:
PHIC011)GICAS LN I A MlIER
Al tener distintas posiciones sociales, diferentes roles y des-
igual acceso v control de los recursos, resulta que hombres
Partimos de que la nio/cucia dr tc(1 //ero también se basa en las
mujeres "tienen distintas necesidades". las necesidades de
presiones, miedos v emociones reprimidas que subyacen en género implican, de estas aspiraciones, las que son comunes
la "masculinidad hegemónica" o muchas de las formas de a las mujeres o los hombres en virtud de su ubicación social,

320 LA MEI LL ALliFILAPIA


321
de acuerdo con sus atributos de género. Al inclinarse hacia la los hijos, creyendo que así las van a querer más" (Fe-
transformación v flexibilización de los roles de género, no se rreira, 1992:178).
perciben de manera inmediata. Ningún grupo, sin tener • Y, por otra parte, se les enseña a "depender del otro y
en cuenta su cultura, clase o situación, es inmune a su devasta- adaptarse a él, postergando lo propio", porque "nada
ción. Insidiosamente incapacita a las familias y las alianzas, y a vale tanto como esa relación" (Ferreira, 1992:178). La mu-
la capacidad de muchas a relacionarse entre sí o con otros me- jer "acepta consciente o inconscientemente que la desva-
diante el amor, la compasión o el respeto (Menacho, 2006:s/ p). lorización femenina es algo natural, debido a lo que so-
cialmente se establece que es", lo cual explica su respues-
Muchas de las circunstancias familiares que describen ta reiterada de subordinación en este tipo de relación (De
una relación de pareja donde la mujer resulta violentada, Oliveira, 1989:37).
responden a un contexto social
La poca conciencia que la mujer suele tener de sus ver-
estructurado a partir de la inferioridad y marginalidad de la daderos derechos en la pareja provoca una invisibilización
figura femenina [por lo que] se establece un círculo vicioso, de la violencia de la cual es objeto, y esta falta de confianza
en el cual las experiencias negativas vividas se intensificarán en sí misma implica a su vez una carencia de control de su
por obra de los factores sociales y culturales que establecen vida, todo lo cual demandaría un esfuerzo hacia el desarro-
la discriminación de la mujer (Ferreira, 1992:176-177). llo de su asertividad, requiriéndose un trabajo de empode-
ramiento2 que le permita reconstruir su identidad (De la To-
Como resultado, el desarrollo personal no sólo será des- rre, 2008). Pero esto a su vez lleva a un difícil reto para los
valorizado, sino que se encontrará acentuado por el respaldo profesionales implicados en esta tarea, debido a la existen-
social, destacando sus carencias y frustraciones,reforzando cia de una dicotomía o doble discurso, donde "las mujeres
así la adaptación a circunstancias adversas y de violencia. continúan polemizando entre una identidad tradicional con
Por si esto fuera poco, a estas condiciones de menosca- la cual no están conformes pero que no tienen la fuerza de
bo, "debemos agregar el concepto del amor romántico, con abandonar, y una identidad en cambio que las asusta y aún
su carga de altruismo, sacrificio, abnegación y entrega, que no logran entronizar definitivamente" (Fernández, 2008:7).
se prescribe a las mujeres desde que nacen, a través de los
múltiples canales por los que se filtra la cultura vigente"
(Ferreira, 1992:177). Así, se les inculca a las mujeres: Vioi EN( IA. CASO DE NUM( O

• Por un lado, a no creerse dignas de que las amen y La violencia hacia la mujer ha sido un tema que surge a par-
acepten tal cual son, ya que las van haciendo sentir tir de la década de los noventa, y se intensifica de manera
insignificantes, despreciadas, desvalidas, vacías, con
culpas irracionales, al punto de que disimulen mu-
= la que este sentimiento de desvalorización se I raduco también en
chas veces sus virtudes, enumeren sus defectos, y estén
una ausencia u distorsión tanto de su poder personal cuino de su sen-
"siempre atentas a satisfacer a la madre, al marido y a
, tido del derecho (Cfr. Kirkwood, 1999).

322 ii I uAN LA p•egtnil PAHA


323
particular en México desde el 2000, año en que se firmaron
precisan algunas estadísticas.' Según las Naciones Unidas,
los convenios internacionales y reconocido los compromi-
40 por ciento de las mujeres en México ha sufrido violen-
sos específicos provenientes de éstos. Consecuencia de lo
cia física en algún momento de su vida, y en más de 20 por
anterior, el Congreso de la Nación aprobó la Lev general
ciento de los casos la violencia fue ejercida por la pareja (Na-
para la igualdad entre mujeres y hombres en 2006 (Cámara
dones Unidas, 2010:131-132). En cambio, 44 por ciento de
de Diputados, 2006),' lo cual configuró la base constitucio-
las mujeres mexicanas ha sufrido violencia sexual alguna
nal de la relación entre los géneros bajo la premisa concep-
vez en su vida (Naciones Unidas, 2010:134). En México, la
tual de la equidad de género en el territorio nacional. Estos
Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres 2003 del
avances en materia legislativa y estructural han tenido por
Instituto Nacional de Salud Pública señala que 25.8 por cien-
objetivo cambiar las percepciones, las actitudes y los hábi-
to de las mujeres en el país ha experimentado alguna vez
tos a través de los cuales se reproducía la discriminación
una relación violenta, donde en 75 por ciento de los casos el
hacia la mujer en el país. Ante la necesidad de avanzar en
principal agresor es la pareja. 60.4 por ciento de las mujeres
el abatimiento de la violencia contra la mujer, en 2009 se
sufrió violencia por parte de su pareja, fue maltratada por
creó la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Vio-
algún familiar en algún momento de su vida o durante la
lencia contra las Mujeres (Conavim) anclada a la Secretaría
niñez (Instituto Nacional de Salud Pública, 2003:65 y ss.).
de Gobernación, con el objetivo de coordinar las acciones
Otro instrumento que da cuenta de la violencia de pareja
encaminadas al establecimiento de la equidad de género en
y de otras formas de violencia contra la mujer es la En-
los tres niveles de gobierno. Esta comisión intenta prevenir,
cuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
atender, sancionar y erradicar la violencia contra las muje-
Hogares (Endireh), realizada por el iNi44 en 2003 y 2006. En
res a través del establecimiento de un programa general que
2006, la Erni ira reportó que 65 por ciento de las mujeres
integre los esfuerzos de otras instituciones pertenecientes
de 15 años y más habían padecido algún incidente de vio-
al sistema nacional. Además de ofrecer información sobre
lencia en su relación de pareja, en su comunidad o en los
campañas, centros de justicia y noticias en el terreno legisla-
espacios laboral, familiar o escolar. En ese informe estadís-
tivo, incluye en su plataforma tina media teca, foros y semi-
tico, se destacó que 43.2 por ciento de las mujeres sufrió de
narios, recursos multimedia, contactos para la denuncia de
violencia ejercida por su pareja, seguida por la violencia en
actos de violencia contra la mujer y un listado de enlaces a
la comunidad con 39.7 por ciento, la violencia en el trabajo
los productos concretos del trabajo con otras dependencias
representada con 29.9 por ciento, la familiar con 15.9 por
(Conavim, 2009).
ciento y la escolar con 15.6 por ciento (Aura , 2006):
Sin embargo, a una década de impulsar en México la
equidad de género en los espacios públicos y privados de la
'Cabe precisar que los instrumentos estadísticos en torno a la vio-
vida cotidiana, los resultados no son tan alentadores como : lencia contra la mujer son escasos v los diagnósticos mundiales en la
mayoría de las ocasiones dependen de las mediciones oficiales ole los
- gobiernos nacionales.
`Decreto publicado el 2 de agosto do 2006 en el Diario (kicial Je le fe-
'Incluso a cinco años de su realización, la Endireb de 2006 conforma
deraciiiu, véase www.diputados.gob.nnil•evesItiblio; pdf /LGIMI 1.pdf, I
la base estadística sobre el tema en la actualidad v a esos datos se le

324 !iRrIzA N'y"


325
En el caso específico de Baja California, la Endireh seña- destacar que, entre los cuatro mil jóvenes de 18 a 29 años
la •que 62 por ciento de las mujeres a partir de los 15 años entrevistados, una parte significativa tuvo antecedentes de
ha vivido situaciones de violencia en diferentes ámbitos. violencia en el pasado y que repetía esta conducta en sus
Siendo que por cada 100, más de un tercio (34 por ciento) relaciones de pareja, sea como víctimas o como victimarios.
ha sido víctima de violencia por parte de su pareja, sobre También se advierte cierto número de jóvenes que descono-
todo de tipo emocional; además, se reconoce que es en el ce haber sido víctima de estas situaciones en la familia de
ámbito doméstico (íntimo) donde se vive mayormente la origen, esto producto de la naturalización y por ende falta
violencia contra las mujeres, y que su prevalencia por edad de visibilidad del tipo de violencia recibida (de tipo funda-
muestra la mayor frecuencia en las edades más jóvenes (de mentalmente psicológica, o castigos considerados "mereci-
los 15 a los 19 años) (iNixa, 2006). Entre los incidentes pade- dos"). Lo anterior demuestra la necesidad de incrementar
cidos más reiteradamente en la llamada violencia comunita- las campañas de educación sexual y de género, que están
ria (concepción que generaliza muchos de sus ámbitos de íntimamente relacionadas, con un personal competente que
acción) se destacan la intimidación y las expresiones ofen- pueda abarcar la cotidianidad de nuestras vidas.
sivas. A su vez, en relación con 2003, la violencia que se A su vez, una parte importante de los jóvenes bajaca-
incrementó fue la de tipo físico (INEci, 2006)." lifornianos que no plantearon antecedentes familiares de
También en el ámbito académico han existido aproxima- violencia en la infancia, la recibieron o ejercieron (mujeres
ciones a la violencia contra la mujer a partir de numerosas u hombres respectivamente) en sus relaciones de pareja,
líneas de estudio, en la búsqueda de una mejor comprensión lo que sugiere que existen otros factores condicionantes
y de un mejor desarrollo de diferentes propuestas dirigidas de dicha problemática, determinada, en última instancia,
a la solución de esta problemática. Así, por ejemplo, en su ar- por las inequidades que plantean las relaciones de género
tículo "Género y maltrato: violencia de pareja en los jóvenes dominantes en la sociedad en su conjunto y no sólo en el
de Baja California" (González y Fernández, 20107 es posible medio hogareño.
Otro producto académico en el avance de la aproxima-
agregan los insumos sobre homicidios contra mujeres reportados en las
ción a la problemática de la violencia contra la mujer fue
diversos ministerios y procuradurías de justicia. Al respecto, véase los "Hogares, convivencia familiar y violencia en Tijuana", de
documentos "Estadísticas a propósito del día internacional de la elimi- Silvia López, quien aborda los cambios en la estructura/
nación de la violencia contra la mujer" elaborados por el I 1:GI (20(19). composición de los hogares de Tijuana (zona metropolita-
tara 2011, es un hecho que en México muchas mujeres son víctimas de
na) y las transformaciones de las dinámicas familiares y las
violencia, afirmación que adquiere mayor contundencia de acuerdo con el ín-
dice para Alerta de Violencia deGénero (rn■.(;) 2010 elaborado por la Comisión
relaciones de género, así como los factores que propician si-
Nacional para Prevenir y Ilrradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavin), tuaciones de violencia dentro de la familia, y los que logran
instrumento que busca dimensionar el riesgo de las mejores de sufrir violen-
cia teininicida y conformar una base de información nue incida en la ptrven-
0(111 de los delitos mediante posibles dedal-demi-les de alerta (arito, 2011). mogratico, lo que se manifiesta en una más amplia incorporación de la s
Se seleccionó Baja California por ser ésta una de las entidades de mujeres al sistema de enseñan/a y a la actividad productiva, así como
México donde se ha alcanzado mayor desarrollo económico s sociode- la sexualidad sin fines reproductivos á fuera del matrimonio.

LA NPIAII J'II IA
32u II LILA I!DILANDri 1=Í WAN 321
constreñirla (López, 2009:105). En este texto, se concluye y tratar a la otra parte como tal, lo cual significa alejarse de
que entre los detonantes de la violencia en las familias de la identidad machista de superioridad y de la identidad
Tijuana se encuentran la crisis económica, el desempleo y femenina de inferioridad, reconocer y apoyar los espacios
la informalidad, elementos que posibilitan la desigualdad de su pareja y aprender a relacionarse en una forma coope-
social y provocan que más mujeres, niños y jóvenes se in- rativa, igualitaria, equitativa, justa y democrática.
corporen al mercado de trabajo en condiciones de precarie- Aunque aún insuficiente, y a pesar de su carácter urgen-
dad (López, 2009:132). En relación con dicha problemática, te, Baja California cuenta con algunos esfuerzos de sensi-
la doctora López propone la elaboración de programas de bilización en el marco del Programa Escuela Segura, origi-
conciliación del trabajo y la vida familiar para que mujeres nalmente puesto en marcha por el gobierno federal en 2007
y hombres scan capaces de manejar los diversos roles den- dentro de algunas escuelas de nivel básico y el Programa
tro de la estructura familiar y la promoción de imágenes Cultura de la Legalidad, creado en el estado en 1997, y que
positivas de los roles masculinos en el ejercicio de la pater- constituye una propuesta pedagógica, orientada a fomen-
nidad y en el trabajo doméstico en los medios de comuni- tar conocimientos, habilidades y competencias cívicas y ac-
cación (López, 2009:134), entre otras. titudes en el joven estudiante, de la misma forma que defi-
De lo anterior se desprende una evidente necesidad de ne los elementos que configuran los contenidos y enfoques
cambio en la perspectiva de género que implique la cons- de los cursos y asignaturas relacionados (Reyes, 2009:198).
trucción de patrones de verdadera igualdad y respeto entre
ambos y que, al frenar la perpetuidad (consentida e invisi-
bilizada en muchos casos) de las relaciones violentas, des- VIOLENCIA: CASO DE CUBA
de su hacer en el seno del hogar hasta el macromundo de
violencia, desigualdad e impunidad que nos rodea, contri- Aunque en Cuba "no se posea un diagnóstico nacional o, al
buya a formar una mayor conciencia entre las instancias menos, de estudios que abarquen zonas urbanas, semiurba-
generadoras de políticas públicas, las distintas institucio- nas y rurales, y que ofrezcan una imagen de la extensión del
nes sociales y científicas y la población en general, con el fenómeno" (Díaz y Padrón, 2005:28),8 diversos especialistas
fin de propiciar la prevención y la reeducación y con ello se abocan a la investigación y propagación de este mal como
su reducción paulatina a través de un control efectivo. De una realidad también presente. "Silenciada o minimizada
igual forma, se destaca la necesidad de establecer bases de durante años, la violencia de género empieza a ser recono-
comunicación, donde la identidad masculina no requiera cida como un problema social en Cuba gracias al esfuerzo
un modelo de violencia y negación de sus emociones y
pensamientos para una interacción equitativa con sus pa- "Con ella coincide la doctora en ciencias Norma Vasallo, presidenta
rejas y con el entorno en el que se desarrollan. Lo anterior de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana: "Aún falta
partiendo de la idea del investigador Antonio Ramírez, un estudio nacional con datos objetivos, como denuncias y reportes
de hospitales, para tener una idea lo más cercana posible al estado del
quien argumenta que para detener la violencia el hombre y
problema en su aspecto más crítico: sabemos que ésas son cifras que la
la mujer necesitan aceptar primero que su pareja es su igual realidad suele superar, pero sería un buen inicio" (Srmlac, 2010).

328 VERFS/E FERNÁNDEZ DE JUAN LA MUSIC ()TERAPIA 329


sostenido de la academia, diversos actores de la sociedad ci- mujeres maltratadas, lo que ofrece condiciones más propicias
vil y, más recientemente, del sector cultural" (IPS-Cuba, s /a), para convertirse en objeto de agresión. [Por lo que' el estudio
De forma que, aunque desde 1990 surge la primera Casa de caso evidencia que las mujeres de los grupos estudiados
de Atención a la Mujer y la Familia, de la Federación de Mu- en la conformación de su identidad poseen muchas semejan-
jeres Cubanas, con una amplia red de instalaciones en todo zas, determinadas en lo esencial por la existencia de un con-
junto de rasgos que definen el ser mujer a partir de esas pau-
el país, su trabajo no ha tenido el impacto esperado, ello de-
tas patriarcales estereotipadas, pero distantes va del modelo
bido tanto a la falta de los recursos necesarios como de la ca-
conservador predominante antes del triunfo revolucionario.
lificación del personal, por lo que encuestas realizadas en el
En todas ellas se arrastran viejos rezagos coexistiendo con
país demostraron que "corno norma, las mujeres no saben a
nuevas concepciones sobre su forma de vivenciar lo femeni-
dónde acudir en caso de ser víctimas de violencia de género.
no (Proveyera 1999:25).
La Casa de Atención a la Mujer y la Familia de la ',me suele
identificarse más como un sitio donde se ofertan cursos diver- . La doctora en sociología recomienda, entre muchos as-
sos de capacitación que como un espacio de orientación ante pectos, la necesidad de crear servicios de atención especia-
problemáticas como esta" (IPS-Cuba, s/ a). lizados a las víctimas de la violencia doméstica que posi-
A partir de la creación del Grupo Nacional de Trabajo biliten la realización de talleres de autoayuda y una mayor
para la Prevención y la Atención de la Violencia Intrafami- ntervención del sistema a la problemática.
liar, el cuarto informe periódico de Cuba incluye una carac- En 2006, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex),
terización del problema de la violencia hacia las mujeres en en coordinación con otras organizaciones como la Red de
la isla, publicaciones del Centro Nacional de Educación Se- Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, realizó
xual y la realización de seminarios y conferencias al efecto. una campaña por la no violencia contra las mujeres, que pro-
Y en 2001, la socióloga Clotilde Proveyer (quien dirige en : curaba identificar su impacto y: sensibilizar a la población en
Cuba el Grupo Nacional de Trabajo para la Prevención y la general en la visibilización de la violencia contra las mujeres
Atención de la Violencia Intrafamiliar, coordinado por la Fe- corno un problema de salud, social y de derechos humanos y
deración de Mujeres Cubanas e integrado por representan- de las niñas, las adolescentes y las mujeres. En ese mismo año,
tes de diferentes entidades gubernamentales) señala que en los abogados Idalia Martiatu y Julio Perojo se cuestionaron,
la isla caribeña la presencia de la violencia contra la mujer por medio de un escrito, la falta de especificidad al respecto
se presenta también en todas sus manifestaciones, desde las que padecía la legislación en Cuba a la hora de sancionar deli-
más sutiles hasta la muerte, aun cuando presumiblemente tos asociados con la violencia de género, demostrando que 90
su magnitud no es tan recurrente como en otras regiones del por ciento de los 24 fiscales, abogados, instructores policiales
mundo. Y recalca que: y jueces entrevistados coincidieron en la necesidad de pro-
mulgar una ley específica con ese objetivo 85 por ciento con-
[Si bien] en todas las mujeres estudiadas se mantiene una sideró, como omisión grave, que la legislación penal cubana
concepción de pareja aún dominante basada en la desigual- resultara aplicable a situaciones reales de violencia intrafami-
dad y la subordinación, [...1 esta tendencia se acentúa en las ' liar sólo citando los hechos son constitutivos del delito dr lesiones.

330 JA LA MI.: T U PAPI 331


1M 2008, se desarrolló el Coloquio Internacional Vio- las víctimas y la novena de los agresores; 70 por ciento de las
lencia /Contraviolencia en la cultura de mujeres latinoa- víctimas son madres de familia y el 50 por ciento muere en
mericanas v caribeñas, organizado por el Programa de el propio hogar, en lo que el otro 50 por ciento muere muy
Estudios de la Ni ujer de la Casa de las Américas. Este es- - próximo al entorno de la familia. En los delitos de la violen-
cenario propició la revelación (por vez primera) de algu- cia criminal, las mujeres son el 94.4 por ciento de las víctimas
nas estadísticas nacionales relacionadas con la violencia de violación y los hombres el 96 por ciento de los violadores.
física que se ejerce contra las mujeres en Cuba, incluida Además, en el caso cubano, los datos muestran que, en el
aquella que puede llevar a la muerte. Al presentar los da- seno de la pareja, se producen, proporcionalmente, menor
tos, la profesora Proveyer, que inició la jornada inaugural, cantidad de mujeres muertas violentamente a manos de sus
aseguré: ' compañeros que en otras realidades (La Ventana, 2008).
Por todo ello, para 2012, el provecto de Documento
Al no aparecer como figuras aparte, muchos delitos de Base de la Conferencia Nacional del Partido Comunista
género están incluidos dentro de los delitos generales y de Cuba, prevista para enero de ese año, incluye la nece-
por eso están invisibilizados 1...1. En efecto, la violencia sidad de "enfrentar la violencia de género e Ultra familiar
contra la mujer en la relación de pareja es una violencia de y la que se manifiesta en las comunidades" como parte
género con todas las implicaciones que de ello se derivan. del trabajo político-ideológico, "Considerado aún insufi-
Violencia de género sistemática que abrumadoramente
ciente su reconocimiento, resulta indispensable en el país
es iniciada por el hombre e infligida sobre la mujer. DA
que parece cerrar una etapa de negación, minimización
La desigualdad genérica está en la clave de cualquiera de
silencio sobre esta problemática" (iPs-Cuba, s/ a).
las formas que asume el maltrato contra la mujer. LA Por
otra parte, los estudios muestran desconocimiento de lo En cuanto al tema que nos ocupa, también destaca el
estudio de López el al. (2006) sobre mujeres maltratadas
que desde el punto de vista teórico se ha avanzado y hace
peculiar el objeto de estudio, predominando en la mayo- por su pareja en Cuba, donde quedó evidenciada, junto
ría de estas investigaciones la carencia de un adecuado a un significativo descenso en la autoestima, la presencia
enfoque de género que es imprescindible para explicar las de conocimientos distorsionados sobre sí mismas y una
causas y manifestaciones de la violencia intrafamiliar (La identidad imprecisa en todas ellas, que se articulaba con
Ventana, 2008). un sentimiento de fuerte inseguridad emocional. Kela-
ciones de poder en detrimento de las mujeres aparejadas
Entre estos datos cabe destacar que 52 por ciento de gracias al hecho de que la noción de lo femenino aparece
los homicidios contra la mujer ocurrió en el hogar de la asociada con las actividades de engendrar v de ciddar-a-
víctima, así como que 39 por ciento de todas las víctimas los-Dros, lo cual provoca un debilitamiento de su iden-
de delito del país son mujeres, siendo que en el caso de tidad personal en. tanto ésta se forma y/o integra en la
homicidio existía una relación previa entre víctima-victi- identidad de los demás.
mario de 44.4 por ciento y en asesinato de 70.5 por ciento
de los casos. Las mujeres resultaron ser la cuarta parte de

332
333
S0131<1 1111 1DAD Y cual URA, MÚSICA Y \11.151t. 3 IIRAI'IlA
Es de destacar, dentro de la ficha, la extrema importancia
• que ocupa la canción de cuna, por ejemplo, por ser la primera
Si partimos del concepto de identidad como "aquello con
que escuchamos y con la que fuimos arrullados en nuestra
lo cual el sujeto quiere identificarse" a través de las imáge-
más tierna edad, por lo que nos remite a momentos prima-
nes que le son proyectadas en los otros (Villoro, 1996:25),
rios cruciales en la conformación de la autoestima y de nues-
esta reconstrucción comprendería, desde nuestro punto de
tra primera acogida; en este estudio ocurrió que, tanto en el
vista, el análisis de la identidad cultural (colectiva e indi-
grupo de Cuba como en el de México, coincidió el hecho de
vidual) de las personas en estudio y la interpretación del que compartieran la conocida canción de Seriara Santana. Sin
mosaico sonoro de sus historia de vida, haciendo hincapié
embargo, al detenernos en las características de su letra y de
en sus posibilidades y no sólo en las carencias abordadas.
su melodía, empezamos a percatamos de las diferencias que
En este sentido, se parte de la música como un construc- la tradición oral le había ido imprimiendo con el paso de los
to social entendido desde los conceptos de género y de la
años. En Cuba, esta canción posee una melodía diferente a
cultura,' donde se encuentra íntimamente imbricada, lo
las que se escuchan en México, país en el que además encon-
cual en musicoterapia se sostiene como un principio bási-
tramos tres versiones, hecho de vital importancia que, de no
co rector de varias de sus técnicas fundamentales. Así, por
haber sido tomado en cuenta por la musicoterapeuta, no hu-
ejemplo, la indispensable aplicación previa de la llamada biera obtenido el impacto emocional esperado.'"
ficha musicoterapéutica, que incluye todos los arquetipos
Al respecto, queda también demostrada la importancia
sonoros y la historia de vida sonoro-musical de cada sujeto
de un conocimiento previo acerca de los aspectos sociocul-
y del grupo en estudio (desde la cultura de sus ancestros
turales que permean el pensar y el hacer del grupo de tra-
hasta lo que deviene en significativo hasta estos días) re-
bajo al cual pertenecen las/os sujetos, lo cual abarca no sólo
vela, desde un punto de vista filogenético y onfi)genético,
a su país, sino también a sus canciones, a su época e incluso
qué es lo que ha quedado aprehendido y sobre la base de
al medio empleado para su trasmisión, en este caso oral e
qué sonidos y músicas orientar el trabajo en cada caso. intergeneracional, donde cada cantarina puede improvisar
las partes que ha olvidado y dejarle su impronta identitaria.
Como que los contenidos que se expresan por medio de
"En Estados Unidos, la cuestión de la identidad se convirtió en parte
la música operan activa y funcionalmente sólo dentro de las
central de los movimientos sociales a finales de I(>s años setenta del siglo
xx. Influida por el movimiento de los derechos civiles y por el feminis- márgenes de una cultura o grupo específico" (lo cual acontece
mo estadounidense, la investigación en ese país de la identidad desechó a través de los significados simbólicos), resulta de vital im-
muy pronto el enfoque de clase lent(mces existente en el ninceptol y portancia el estudio de cada una de las preferencias musicales
lo sustituyó por un análisis que privilegiaba las categorías de género y
sexualidad, ejemplos: Marjorie Garbor y Judith llutler, así como en Fran-
cia Simone de Beauvoir y Julia Kristeva.lPerol el estudio de la identidad ''Para conocer detalladamente la letra y el analisis de
de los inmigrantes latinoamericanos y de sus descendientes en Estados
este aspecto,
Cfr. Fernández (en prensa).
Unidos tomó otro camino, 1_1 reterenciiindo identidades perdidas y
'Como expresara (AM acierto la antropóloga musicoterapeuta María
territorios ocupados" (Solórzano- nompson v Rivera-(;aria, 2009:144 Ester Grebe (1977).

334
N LA Lin. ILALLL RAI IA
:335
y de su estrecha relación con los factores que inciden en esas bio. Siguiendo a Villoro (199(i), para lograr un cambio en la
vivencias y en su conducta; por lo cual el tipo de música em- identidad (esto es, para su deconstrucción y posterior recons-
pleado en cada sesión dependerá en alto grado del contexto trucción) hay que forjar una imagen nueva de sí mismo/a.
cultural con el que el sujeto se identifique plenamente, lo cual Y, como va expresamos, este paso acarrea también angustias,
nos lleva de nuevo a su identidad sonora ((a-che, 1977), la que
ansiedades y depresiones, que hay que trabajar paralelamente
es expresada con claridad en la redefinición de 150 que utiliza sobre la base de sus patrones músicoculturales.
Rolando Benenzon» para lo cual resulta forzoso identificar
los estímulos musicales que provoca en cada en individuo la
respuesta esperada, que a su vez está indisolublemente liga- No( EDI \ III NIO 1 1:1 SLINII,N RISIAIAIJOSII
da al proceso de absorción y de valoración de los elementos
culturales que conformaron y conforman su ser actual." México
Esto implica el estudio y la posterior autocomprensión de
su influencia (positiva o negativa) sobre la manifestación ac- Puesto que entre las encuestas que se han desarrollado en el
tual de la identidad en sus distintos papeles. También incluye
nivel nacional suele sobresalir la alta incidencia de esta pro-
sus carencias y su indiscutible 1-elación con la autoestima y
blemática en el estado de Baja California, enfatizando además
con los otros procesos psicológicos que acompañan el cam-
que, sin importar el tipo de violencia infligido, la de tipo psi-
cológica se encuentra siempre presente, nuestra primera inter-
L'Un "canal de comunicación entre el m usicotera peuta y el paciente" vención investigativa ante la sintomatología que aquejaba a
(Sha pi ra, 2002:13). una población de mujeres víctimas de maltrato conyugal se
''Así, el eco gestáltico u universal, por ejemplo, se refiere a la identidad
efectuó en mujeres mexicanas que acudían al Centro de Pro-
sonora individual, "resultante de una integración de experiencias mu-
tección y Apoyo de la Mujer del mi de Tijuana para denunciar
sicales internalizadas que forman una configuración unitaria", también
especificado como "sonido interno tila' nos caracteriza e individualiza, su estado. Su población piloto, aunque fue constituida por
resumiendo nuestros arquetipos sonoros y vivencias musicales prima- 14 mujeres, para los efectos del estudio se sistematizó con las
rias". A su vez, el iso grupal representa la identidad sonora de un grupo siete mujeres que no faltaron ningún día a la experiencia, con
humano producto de las afinidades musicales latentes o desarrolladas edades entre 20 a 60 años, escolaridad primaria a preparatoria
en cada uno de sus miembros, lo que apunta directaniente al concepto
terminada y estrato socioeconómico de bajo a medio. Se contó
de identidad étnica o atibidetinición afectiva con los integrantes del gru-
po (que a su vez puede corresponder a Ulla hostilidad hacia los extraños con nueve sesiones de dos horas y media cada una, en un aula
a dicho grupo). l'or consiguiente, /a identidad É'ultural o étnica es insepara- prestada al efecto al Centro de Orientación v Protección a la
ble de la identidad SCHOU!! (/k, , y defiende lililí!! de 10:-; procesas Mujer del Dls.
dinámicos dela
cultura romo de la estabilidad o cambio de las pautas
Las técnicas utilizadas, posterior a la aplicación de la
El denominado iso cuitiall/ es a SU vez producto de la conliguración
cultural global, de la cual el sujeto y su grupo forman parte, o sea com-
ficha y a las pruebas psicológicas determinadas, fueron,
prende /a identidad sonora propia de una comunidad de luunosyneillad cultu-
ral 7 -Chüli'a, 1711( responde a 1111i1 L1111104 u slibtlin11111
y COMpliftida [ 'Rifa mayor detalle sobre estos resultados
(dr. (;robe, 1977). Fernanclez (200n),
así como Fernamlez (20111a)

330
11 1& (-.A FI fi I ¡ DI JUAN
33 /
entre otras, una variante de la técnica de viajes musical al, ya que ésta es no sólo una de las que aparecen más da-
utilizando experiencias positivas que les ayudaran a re das entre las mujeres violentadas por su pareja (Fernández,
sar a la realidad con una actitud diferente; trabajo corpor ), sino que se constituye en la base del decremento poste-
sonoro para coadyuvar a desprender ansiedades y lo• r en lo que queda de su autoestima (Field, 1996), por lo que
mayor cohesión grupal; improvisaciones colectivas de e apéuticamente es un paso vital en este proceso.
clones e instrumentales según el abordaje plurimodal p También se observó cómo ocurría —representado en el pla-
logar catarsis individuales y grupales, y técnicas de rela afectivo en un aumento de su autoestima como pareja— una
ción de Shultz con fondos musicales según resultados de ansmutación de la "culpa" de que las cosas no marcharan
ficha, que se les enseñó a individualizar. n y el requerimiento de ayuda de "ellas" hacia "ellos". Otro
A partir de los elementos reflejados en la ficha musico portante escalón que demuestra a la vez una toma más cla-
rapéutica, se escogió la canción grupal para establecer re de conciencia del proceso real y de sus posibles vías de so-
ciones de desprendimiento e identidad y el tipo de mús ción, fortaleciendo su identidad de género.
y sonidos adecuados para la revisión e incorporación en Através de los patrones sonoro-musicales y de vida que re-
vida actual de las técnicas de autoescucha, concientizaci lían desfavorablemente en su vida actual en sus diferentes
percepción externa y relajamiento, para pasar a trabajar les fueron asociando éstos a elementos de su vida, estereo-
autoestima y papeles identitarios que les impedían reco os, miedos, rencores, culpas infundadas y carencias infan-
cerse. Con el uso de instrumentos musicales autóctonos y es. Está descrito ampliamente cómo se logró aumentar la
presentados en su forma armónica, rítmica y melódica, ind utoestima en todas las integrantes del grupo, así como des-
yendo el uso del cuerpo como instrumento y por supues der la depresión y la ansiedad en un número notable,15 va-
de la voz, se utilizó técnicas que propiciaran el desarrollo s comenzaron a incorporarse al trabajo asalariado y/o a los
su asertividad y la libre expresión de los sentimientos. tudios, algunas para ser económicamente independientes y
Previo al taller se efectuó un análisis diagnóstico que refl' atizarse mejor, cambiando así sus papeles o roles asignados.
cómo poseían una baja autoestima como hijas (refiriendo
poca aceptación que percibieron en su infancia, sobre todo
parte de sus madres con referencia a su progenitora, pues Cuba
padre era un elemento ausente o sólo presente para pelear
mayoría de las veces). Este aspecto reflejó cambios positi n este grupo, se optó por la aplicación más extensa del
posteriores al mismo, hecho que, al tener desde el preser bordaje plurimodal en musicoterapia, desarrollado por
una distinta percepción iic cómofuenni adoradas Cié sil infancia musicoterapeuta argentino Diego Schapira (2002, 2007a,
parte de sns progenitores (posible debido a un proceso inte 007h y 2008), que cuenta con cuatro ejes de acción in terco-
de comprensión y perdón, propiciado a su vez por los nuev ectados; flexibilidad que permite a cada in usicotera 13CIA ta
conocimientos adquiridos y por la empatía lograda al sen • stablecer cuál eje de acción privilegiar en función de la
reflejadas en su propio papel actual de madres y sus condu
tas como tales), les ayudó a fortalecer aspectos de su identid. "Véase Ferrhindez (2010a y 20 I OH.

138 F la MUSICOTERAPIA
DI,DE) 339
persona o población a la que asiste: /7 traliii/o con canciones,
por otros, e identificarse tomando las palabras de otros
lOcnica tel E/SS (estimularlen de inufpnies II sensaciones a
: para comunicar sus sentimientos. Como diría Milleco:
través del sonido), la audición selectiva de música editada y las
"los autores y cantantes nos prestan sus canciones, sus
improvisaciones musicales terapéuticas.
emociones para ser cantadas, expresadas" (1985). Así, con
Su población piloto16 estuvo constituida por 10 mujeres
el reconocimiento de determinadas canciones ellas pudie-
de la ciudad de La Ilabana víctimas de extrema violencia
ron mostrar, sin sentirse amenazadas socialmente, aspec-
doméstica, con edades entre los 35 y los 57 años, una es-
tos de su identidad (cfr. Fernández, 2010b y Fernández,
colaridad de preparatoria terminada hasta universitaria e
en prensa).
incorporadas al trabajo asalariado. El taller se desarrolló en
Al igual que ocurrió con el grupo mexicano, varias de
un total de 26 horas, en 13 sesiones, en el salón del Centro
las mujeres de este estudio decidieron dejar a sus parejas
de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana.
abusivas y no consentir más sus chantajes emocionales o
El ejercicio con selecciones aparentemente "neutrales"
abusos físicos, e incluso permanecer solas y hacer las de-
escogidas por la musicoterapeuta originó reacciones emo-
nuncias correspondientes. Se advirtió en todas un aumento
cionales que posibilitaron la apertura del grupo a lo sono- ,
en su autoestima que se reflejó en la nueva identidad que
ro y les enseñó a utilizar sus propias selecciones musicales -
iban asumiendo y en su mayor confianza en sí mismas» 7
como un recurso personal ante diferentes estados anímicos,
lo que se expresó incluso físicamente en desinhibición y
en función de sus isos y de lo aportado en la ficha. A su vez,
cambios posturales.
ante la técnica de Estimulación de Imágenes y Sensaciones
a través del Sonido (Eiss), los fragmentos escogidos (a partir
de los elementos emergentes del taller) posibilitaron mo-
COMPARACIONES CULTURA1.11S18
mentos de catarsis por medio de su reminiscencia sonora
sobre el pasado. La confección del cancionero, al promover
: Los avances en el estudio sobre la violencia contra las mu-
relaciones intermusicales con el grupo, permitió entre otros
jeres bien podrían pensarse a partir de los siguientes tres
aspectos su revelación a través del contenido de sus letras,
supuestos: los efectos psicológicos, el carácter relacional
que guardaba íntima relación con sus sentimientos presen-Si
y sus emociones aún no curadas y en proceso de duelo,
"Esto implicó, por un lado, abandonar el miedo a qué sucederá si dejo a
en su gran mayoría vinculadas con situaciones de violencia mi pareja, lo cual a su vez se relaciona con romper su imagen, idealizada a
doméstica que de modo presente o pasado habían padecido. través de patrones largamente internar izados, de su visión acerca de que su
También, al elegir determinado tema para escuchar, relación tiene que ser feliz, pues, en caso contrario, ellas son las que tienen

buscaban expresarse a partir de composiciones creadas Ir la culpa (Crahdord, cl EIL, 2009: b5). Y, por el otro lado, al hecho de que nece-
sitan recuperar su empoderamiento, a través, entre otros, del apoyo social.
Hecho que resulta indispensable, pues los actos de poder que constituyen
el abuso doméstico hacia las mujeres aumentan cuando el perpetrador per-
'fue complicada de encontrar debido, entre otras razones, a la
cibe su miedo y la aceptación de sus conductas (Nlullender el al., 2002).
inexistencia en l.a I labana de centros que reconozcan esta problemática -d
l'ara constatar las similitudes respecto a lo acontecido sobre la an-
de manera apropiada y se dediquen individualmente a su atención.
: siedad en ambas muestras, véase Fernández (20 I DM.

.310 111'1 si, 1 I SNDNeE DE JUAN ,


LA 'IDEE blEPAIDD 311
de los contextos de la violencia y la proscripción del pro- elección en la relación de pareja y en su decisión de perseve-
yecto individual de la mujer. Valdez-Santiago (2006) y sus rar en una relación abusiva (Crawford, el al., 2009: 70).
colaboradores señalan que la violencia de géneroH en cual- Tomando en cuenta las premisas anteriores, encontra-
quiera de sus expresiones tiene un impacto negativo en la :• mos las siguientes comparaciones culturales entre México y
salud mental de las mujeres, que de no resolverse genera .1 Cuba: uno de los aspectos por señalar se refiere a la canción
patrones sintomáticos crónicos, muchos somatizados y/o j de cuna que, si bien como detonante de recuerdos infantiles
directamente asociados con el estrés postraumático. resultó ser en ambos casos la de la Señora Santana, presentó
A su vez, la violencia doméstica, objeto del presente un cambio sustancial tanto en la melodía como en la letra en
estudio, atraviesa, como bien señalara Paola Díaz Boni- ' los diferentes grupos estudiados, destacándose además el
lla (s / a:8), "todos los escenarios en que se movilizan las contenido religioso que permeaba sólo a las versiones mexi-
personas [...] y trasciende al macrosistema a través de los canas, a pesar de tener en ambos países la misma raíz espa-
imaginarios y las definiciones culturales acerca de lo que ñola; esto indica claramente la importancia de tener presen-
significa ser [...] mujer, junto con la concepción que se te los elementos culturales y su actualización en cada grupo
construye sobre la familia". de estudio para lograr los efectos deseados.
Así, las mujeres que experimentan violencia doméstica Otro aspecto importante y diferenciador de ambos grupos
pueden llegar a ser invisibles para los demás, incluyendo en las sesiones musicales fue la percepción del contacto corpo-
los miembros de la familia, que 'ignoran lo que está pasan- ral como algo amenazante o bien indiferente entre las mujeres
do] (Wilcox, 2006), lo cual va devaluando la identidad de la • cubanas violentadas. El conocimiento previo por parte de la
mujer de forma creciente. Éstas han reportado sentirse pa- musicoterapeuta de la necesidad en Cuba de mantener como
sivas y confusas, y experimentan una pérdida insensible de idiosincrasia un contacto corporal constante que evidencia las
su identidad, dignidad y confianza en sí mismas (Moss et al., expresiones de afecto (a diferencia de lo necesitado en la po-
1997), sentimientos agravados por la culpa, y la vergüenza blación tijuanense, de México), resaltó esto como un elemento
(Langford, 1998), ya que perciben que han fracasado en su cultural de suma importancia, pues enfatizó un rasgo defor-
papel tanto de esposa (Waldrop y Resick, 2004) como de ma- mado y urgido de trabajo dentro de las estrategias asignadas.
dre (Mullender et al., 2002), lo cual les impide buscar ayuda. Resultó curioso además obervar cómo el grupo de mur
Y todo esto, debido a la poderosa influencia que en ellas ejer- : jeres cubanas registró, como "emergentes grupales de
ce las pautas culturales y sociales sobre su comportamiento y. recuerdos agradables", las llamadas Canciones tic década
sus creencias, que repercute en las expectativas acerca de su prodigiosa,'" todas ellas escuchadas en Cuba en sus épocas

"'I )efinida como la violencia infligida por parte del hombre hacia la mu- l'Es decir, diversas canciones de Juan y Junior, Los Mustang y 1,1
jer, por el simple hecho de sedo. I >entro de la cual, la que acontece hacia Massiel, algunas de Silvio Rodríguez \ de Pablo Milanés de hace dos
su pareja femenina (oas, 2009), produce una pérdida de identidad en ella, décadas; también de Roberto Carlos: gato triste Y azul"'Detalles";
caracterizada, entre otros síntomas, por un marcado índice de ansiedad Los Beatles: "Yesterdav", v algunas de luan Manuel Serrat (r In Fernán-
o estrís, que a su vez sude acompañan* de deprisiOn y baja ,11.1h)estillla. dez, en prensa).

3)2
34 3
de adolescencia (1970-1980), en lo que el grupo de mujeres empezaron, enredadas en una identidad enfocada en el otro,
mexicanas (que procedían de una época similar), escogió hasta su desprendimiento -gracias a una concientización so-
las canciones de Las jilguerillas, las cuales pertenecen a bre su equívoca posición objeto, así como al descubrimiento
la juventud de sus respectivas madres y eran escuchadas de sus propias posibilidades-, mostraron síntomas tangibles
por ellas cuando sus progenitoras las ponían o tarareaban. de cambio que en algunos casos las condujeron incluso a de-
Cabe señalar que las mexicanas de la muestra eran todas cidir la separación de su pareja y en otros casos a comenzar su
migrantes internas, por lo que se encontraban muy ale- independencia económica y/o sus estudios.
jadas de sus madres, a diferencia de las mujeres cubanas Entre las técnicas utilizadas resaltan las canciones dedi-
que, por razones económicas de vivienda de ese país, se cadas a las otras, a sí mismas y al grupo como entidad, así
ven obligadas en la mayoría de los casos a compartir ha- como la importancia de, bajo el efecto de la canción infantil
bitáculo con ellas hasta la tercera generación, por lo que de detonante grupal (en este caso Se I70171 Santana), trabajar
entre estas caribeñas en cambio incluso sobresalía el deseo a través de caricias y arrullos no sólo el "poder dar", sino
de "sentir más silencio, soledad y tener más intimidad". sobre todo "el aprender a recibir" de otras personas lo que
Un importante rasgo de similitud entre ambos grupos realmente merecen, estableciendo así pautas vivenciales de
lo constituyó el hecho de que reconocieran sus dificultades valor propio y de a u tocuidado. Todo ello favoreció el reco-
para expresar su cariño, sobre todo a sus hijos. Sus relacio- nocimiento de elementos vitales del proceso de reconstruc-
nes como madres y como parejas se establecían sobre la base ción de su nueva identidad, donde no era imprescindible el
de gritos y discusiones, lo cual confesaron que las hacía sen- estar aparejada al otro para encontrarse a sí mismas.
tir mal pero que no podían evitar; y compartían también con El último -y no por ello menos importante- rasgo de
las cubanas un pasado disonante de falta de comunicación comparación estaría enfocado en el hecho de que la sin-
entre todos, de portazos y de gritos entre los padres, así que tomatología, el daño identitario, la baja autoestima inicial,
ambas poblaciones de estudio mostraron la repetición de los sentimientos de incertidumbre, la falta de asertividad
patrones sonoro-conductuales de la familia de origen hacia y de empoderamiento fueron análogos entre las mujeres
la familia actual, que incluía discusiones violentas del padre , de ambos países!' La posición de hacedoras y cuidadoras,
hacia la madre y de llantos por parte de ésta. tanto de la casa y de sus habitantes en general como de la
Consideramos no obstante que lo más importante por des- pareja y de los hijos en particular, no presentó diferencias
tacar se refiere a los logros mostrados en ambos grupos, que sustanciales en las dos muestras de estudio, ni tampoco la
evidencian la efectividad de las estrategias musicoterapéuti- ansiedad generada en este tipo de relación; aspecto refor-
cas empleadas. Gracias a la identidad grupal compartida y al zado al sentir que no lograban cumpl ir, como se esperaba
uso revelador de las "canciones prestadas" a lo largo de todo socialmente, con sus roles de madre v de esposa.
este difícil proceso, las mujeres pudieron expresar sus profun- De forma similar a lo acontecido en el trabajo de Crawford,
dos estados y sentimientos a través de las distintas sesiones y et al., (2009:71), en estos dos grupos las mujeres se esforzaban
a reconocerse dentro de una nueva posición de poder que al
principio les parecía negada y de imposible acceso. I )esde que
-11,0 cual queda cyplídlo en Fernández (2010a y 211111b).

344 n ¡,JAA I )1, 1-,E JUAN LA 1,


11P ELI
"45
por cumplir con estos roles tradicionales'' durante la relación 2006, en .www.diputados.gob.mx/ LeyesBiblio/ pdt/
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Por ello, influidas por las expectativas de quienes las ro- <http:/ /www.conavim.gob.mx b>, consultado el 7 de sep-
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de roles, encaminado a alcanzar otra identidad más acorde
con su felicidad y con su autoestima, que las ayudara a re- Crawtord, Emma, Releo Liebling-Kalifani y Vicki Flill, 2009
1Nomen's Understanding of the Effects of Domestic Abu-
cobrar fuerza y a perder fragilidad; labor profunda de con-
se: The Impact of their Identity, Sense of Self and Resilien-
cientización y también de seguimiento para que el cambio
ce. A Grounded Theorv Approach", lourual of International
fuera no sólo externo, ya que esto implicaría que interna- Wotnen's Studies, Bridgewater, Massachusetts, Bridgewater
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352 EN I ' ,I; 1 ❑RNANI ,ri. )E JUAN LA MY.


LAS PRIMERAS INCURSIONES
ESTADOUNIDENSES DEL ESPACIO AÉREO
MEXICANO: UN ANÁLISIS DE LOS VUELOS
TRANSMONTERIZOS DE 1910-1912

binaran] Illuglas I larzsen

INneouueaórv

Las regiones fronterizas suelen caracterizase por situaciones


de tensión y conflicto. La región fronteriza entre México y
Estados Unidos no es una excepción; de hecho, aun cuando
los períodos de guerra formal y de incursiones armadas en la
zona terminaron con el fin de la lucha revolucionaria de 1910
a 1920, los incidentes de violencia y tensiones en las relacio-
nes entre los dos países en esta zona, o a raíz de incidentes y
situaciones que han surgido en esta región que han afectado
a la nación en general, han continuado hasta el presente.
Las incursiones aéreas a México desde Estados Unidos
forman una parte significativa de este contexto general de
violencia, conflicto e inseguridad en la región fronteriza
, del norte. El invento del aeroplano y del zepelín duran-
te la primera década del siglo xx —así como hasta cierto
punto del submarino— imprimió una característica de tri-
dimensionalidad a las fronteras internacionales que no
había existido previamente. Aunque la región fronteriza
entre México y Estados Unidos se encontraba lejos de los
principales centros de la aviación mundial en aquel pe-
ríodo, durante los años de 1910 a 1912 constituyó una de
las primeras áreas en las cuales tuvieron lugar los vuelos
transfronterizos. Estos vuelos ocurrieron, sin embargo, y
conviene subrayar este hecho, sin que hubiera habido un
consentimiento o acuerdo previo por parte de las dos na- El DERECHO DE I As N, ACUSES PARA CllV 1120LAlt 1 RI 'I AR

ciones involucradas. EL I RAV-(11( ) Al O 5013g1 `-) I LItl<I l()I:10S

Era evidente para muchas personas en México y Esta-


dos Unidos que no sólo había surgido una nueva forma Si bien los principios del derecho respecto a la soberanía
de cruzar la frontera y que ésta aumentaría en el futuro, nacional se remontan a mediados del siglo xyn, aquellos
sino que, en el caso de que permaneciera sin restricciones, que tratan de la cuestión de los derechos sobre el espacio
los problemas relacionados con el contrabando de per- aéreo de las naciones tienen apenas un siglo de antigüedad.
sonas y bienes a través de la frontera podrían empeorar. Fue hasta el invento del aeroplano y las mejoras realizadas
Desde el punto de vista del gobierno mexicano, los vuelos con respecto a los dirigibles durante la primera década del
en cuestión, que constituyeron violaciones muy evidentes siglo xx que el problema de las incursiones transfronterizas
del espacio aéreo de México —aun cuando aquellas perso- por tales aparatos se convirtió en un tema de preocupación
nas que cometieron tales violaciones no los hayan visto para las diversas naciones v cuando comenzó a surgir un
como tal en aquellos momentos— evidenciaron la necesi- movimiento hacia la reglamentación de los vuelos aéreos
dad de que se reconociera, en los niveles diplomático e internacionales.
internacional, su derecho para controlar su espacio aéreo, Desde el invento de los globos de aire caliente a finales
así como la urgencia de elaborar e implementar una regu- del siglo xviii habían existido casos en que los pilotos de
lación adecuada de cualquier tipo de tráfico aéreo trans- estas aeronaves, debido a los caprichos de las corrientes de
fronterizo. aire, habían sobrevolado o tenido que aterrizar en el terri-
El objetivo del siguiente estudio consiste en analizar tres torio de países vecinos. No obstante, fue hasta el desarrollo
casos en que ocurrieron incursiones aéreas a México prove- del aeroplano y del dirigible rígido o zepelín durante la
nientes de Estados Unidos durante el período en cuestión década de 1900 a 1910 que la cuestión referente a la entrada
—1910-1912, es decir, los dos últimos años del porfiriato y de máquinas de volar al espacio aéreo de un país vecino o
los primeros años de la Revolución—, así como los proble- extranjero se convirtió en una fuente de preocupación para
mas que surgieron a raíz de la lucha interna en México, los gobiernos de la época.
que hicieron muy difícil la negociación de un acuerdo aé- En 1908, en el transcurso del desarrollo de algunos mo-
reo entre los países en ese tiempo. Se argumentó que fue . delos mejorados de su invento de un dirigible rígido, el
debido al agravio en las relaciones entre México y Estados conde Ferdinand von Zeppelin realizó un vuelo sobre Sui-
Unidos a raíz de estos acontecimientos, junto con el gran za antes de regresar a su base en Friedrichshafen, ubicada
incremento en términos de la magnitud de la lucha arma- a la orilla del lago Constanza (Svon, 2002:50-52). En julio
da en la región en los años subsiguientes (1913-1920), que del año siguiente (1909), el aviador francés Louis Blériot
constituyeron los principales factores en la postergación de , hizo su vuelo histórico a través del canal de La Mancha de
cualquier acuerdo aéreo hasta la segunda mitad de la dé- Francia a Inglaterra. Aunque al bajar de su aeroplano cerca
cada de 1920. de Dover Blériot fue detenido brevement e por los oficiales
de la aduana británica que indagaron sobre lo que llevaba
156
m
357
como "bienes" a la Gran Bretaña, su llegada provocó consi- enviar o n delegados al congreso, el gobierno estadouniden-
derable admiración, por su hazaña, entre el público inglés,
se no había sido invitado a asistir debido a que se conside-
en lugar de protestas por haber violado el espacio aéreo de
su territorio (Flight, 1909:460). raba que su país no sería afectado por incidentes de este
tipo dadas las limitaciones de las máquinas de volar de
El vuelo épico de Blériot mostró ser el acontecimiento
clave en la historia de la aviación de la época aquella época (Cooper, 1947:17-22).
que condujo
a que varias personas dentro de las jerarquías oficiales y Si bien hubo diferencias en las opiniones de los diversos
no oficiales del período a que comenzaran a considerar las equipos de delegados, existió un consenso tácito de que
no sólo disfrutaba cada
implicaciones de los vuelos de los aeroplanos y los zepe- Estado de un control completo
lín para la seguridad de las naciones en general (Gollin, soberano sobre su espacio aéreo (es decir, sobre sus propias
1989:68-72). El día siguiente del vuelo de Blériot, los edi- tierras y aguas territoriales), sino que no existía ningún de-
tores del periódico londinense The Daily Mail recho general respecto al tránsito internacional o comercio
publicaron
un extenso artículo escrito por el destacado autor Herbert aéreo de las máquinas de volar pertenecientes a otras na-
George Wells en el que el autor advirtió sobre las conse- ciones a través de tal espacio aéreo territorial. Se concluyó
cuencias funestas del nuevo invento para la defensa de la que el único método legal práctico para regular los vuelos
nación: internacionales consistiría en la elaboración de un acuerdo
que concedería el privilegio de dichas entradas bajo los tér-
Este acontecimientoLdesta cosa inventada y construida por minos y condiciones especificados en un acuerdo de este
extranjeros, capaz de pasar por los cuerpos de agua corno un tipo (Cooper, 1 968a:107-124).
pájaro atraviesa un arroyo ilustra el punto de manera dra- Sea como fuese, ningún acuerdo sobre estos asuntos re-
mática. Dentro de un año, tendremos -o más bien ellos ten- sultó del congreso. De hecho, no se realizó tratado alguno
drán- aeroplanos capaces
de partir desde Calais 1...1 dando respecto a la reglamentación de los vuelos internacionales
la vuelta sobre Londres, dejando caer cientos de libras de hasta octubre de 1919, cuando, corno parte de la Conferen-
explosivos sobre las máquinas de imprenta del cia sobre la Paz, que se llevó a cabo en París en aquel año,
Daily Mail,
regresando tranquilamente a Calais para traer otro paquete se publicó el Acuerdo sobre la Aerouaregacian,
peligroso del mismo material (Wells, 1909:1-4). que fue apro-
bado por 38 naciones. Es importante señalar, sin embargo,
que Estado9 Unidos y Rusia -que pasaba por la agonía de
De mayo a junio de 1910, el gobierno francés auspició un
una cruenta guerra civil- se negaron a firmar dicho tratado
congreso en París para discutir el asunto de la reglamenta-
(Kuhn, 1920:371-380; Cooper, 1968c:138-155).
ción de vuelos internacionales. El problema principal para
Durante el período entre 1910 y el estallido de la Pri-
Francia hasta aquel momento había consistido en algunos
mera Guerra Mundial, varias de las naciones de Europa
aterrizajes en territorio francés, durante los dos años ante-
decretaron sus propias leyes respecto al uso de su espacio
riores (1908-1909), de globos aerostáticos alemanes, la mi-
aéreo (por ejemplo, el Acta sobre la Aeronavegación pro-
tad de los cuales habían sido piloteados por oficiales del
mulgada por el gobierno británico en junio de 191I), con
ejército alemán. Aunque varias de las naciones europeas
algunas zonas designadas como "zonas prohibidas", para
358
„ I IF1r I FFIF /JANSEN LAS PF:
359
el uso exclusivo de sus propias máquinas de volar milita-
Aunque algunos estadounidenses estaban preocupados
res (Right, 1911:525; Hamilton, 198 I 195-199). Al inicio del
con la defensa de su propio territorio de los ataques aéreos,
conflicto, una de las primeras acciones de los diversos go-
se pensaba muy poco en la posibilidad de que aeroplanos
biernos beligerantes consistió en la adopción de medidas
desde ese país pudieran entrar en el espacio aéreo de Mé-
para fortalecer la seguridad de su propio espacio aéreo.
xico o Canadá. Sin embargo, fue precisamente durante este
En algunos casos, se prohibió todas las actividades rela-
período cuando algunos vuelos de este tipo ocurrieron en
cionadas con la aviación, con la excepción de aquéllas em-
la región fronteriza entre México y Estados Unidos.
prendidas por sus propias fuerzas militares (Macbrayne,
Si bien Estados Unidos había sido el país en que se inven-
1952:274; Cooper, 1968b:126-136; Kennett, 1991:10).
tó el aeroplano, de 1909 a 1910 había quedado rezagado en
Si bien Estados Unidos había sido excluido del primer
comparación con los países europeos en términos del desa-
congreso sobre la aeronavegación internacional en París,
rrollo de la aviación. No obstante, a partir de 1911 aproxima-
algunos estadounidenses expresaron sus temores referen-
damente, con el surgimiento de otros manufactureros aparte
tes a la posibilidad de ataques aéreos contra su país du-
de los hermanos Wright, como Glenn Hammond Curtiss de
rante el período del desarrollo de la aviación antes de la
Hammondsport, Nueva York, y Glenn L. Martin, de Los Án-
Primera Guerra Mundial.
geles, recuperó su posición de supremacía en esta área. A
En 1910 y 1911, por ejemplo, varios oficiales militares es-
través de campañas de publicidad, exhibition tours (recorri-
tadounidenses interesados en la aviación intentaron mos-
dos con motivo de promover la venta de sus aparatos), así
trar, por medio de pruebas de simulación y otros experi-
corno por la selección de uno o más sitios para la construc-
mentos, la utilidad potencial del aeroplano en las tareas de
ción y prueba de sus máquinas de volar, la aviación comen-
bombardeo y de combate. Riley E. Scott, quien en 1912 in-
zó a extender su influencia por todos los rincones del país,
ventó uno de los primeros aparatos con una mira especial-
incluyendo Texas y los estados del suroeste.
mente diseñada para bombardear un blanco desde el aire,
advirtió que varias ciudades de Estados Unidos podrían
estar expuestas a ataques por aviones, particularmente en
El. V1:1:10 DE el IARI K. HANIII:ION A TIIUANA
el caso de que los aeroplanos despegaran desde barcos que
navegaran cerca de las costas del país. En un artículo pu-
El primero de los vuelos transironterizos en la región de la
blicado en la revista Sunset en abril de 1914, Riley aseveró
frontera norte Ocurrió en el área de San Diego y Tijuana. El
que estos ataques podrían ser lanzados contra el Canal de
vuelo se originó dentro del contexto de los vuelos de exhi-
Panamá, lo que resultaría en el bloqueo de esta ruta a los
bición llevados a cabo en Los Ángeles y San Diego en enero
buques mercantes y militares.'

dio de catapultas, Dichos aeroplanos estarían almacenados en las partes


'Aunque se realizaron experimentos respecto al lanzamiento de aero-
inferiores de los barcos de transporte y lanzados cuando las naves se
planos desde las cubiertas de los barcos de guerra, era más probable que
acercaran a las costas y puertos de los territorios enemigos (Aeronautics,
tales ataques serían llevados a cabo por hidroaviones lanzados por me-
1014:136; Scott, 1914: 774-754; Budiansky, 211114:43-45).
360
1AS PPIMI P/o INi IIR‘,I1JNI C I ',TAInnitjiver»,E
361
de 1910, dos de las primeras exhibiciones aéreas llevadas
Diego y su contraparte de Los Ángeles (Los Ángeles Aero
a cabo en California y la región de la costa occidental de
Club). Durante la exhibición llevada a cabo en Domínguez
Estados Unidos.
Hills, los comerciantes patrocinadores de Los Ángeles ha-
La exhibición aérea de Los Ángeles, auspiciada por el
bían prometido un premio de 5 000 dólares a Paulhan en
Aero Club de California la Merchants and Bankers As-
caso de que realizara un vuelo exitoso desde el sitio de la ex-
sociation de Los Ángeles, tuvo lugar del 10 al 20 de enero
hibición en Domínguez Hills a San Diego; éste, sin embargo,
de 1910 sobre los terrenos del antiguo rancho Domínguez,
atraído por la cantidad mucho más grande de 25 000 dólares
cerca de la pequeña comunidad de Domínguez Hills, a
ofrecida por las autoridades municipales de San Francisco
poca distancia de la parte suroeste de la ciudad. Varios de
para participar en una exhibición aérea en aquella ciudad,
los aviadores más destacados de la época, como el francés
rechazó la oferta. Hamilton, sin embargo, aceptó el ofreci-
Louis Paulhan y los estadounidenses Glenn Curtiss, Char-
miento para participar en la exhibición aérea de San Die-
les K. Hamilton y Roy Knabenshue, participaron en lo que
go. No obstante, debido a que el cigüeñal del motor de su
constituyó de hecho la primera exhibición aérea interna-
biplano (el famoso tolden Ryer de la compañía Curtiss)
cional celebrada en Estados Unidos. Los diversos rerords
se había roto durante la exhibición de Los Ángeles, se vio
(logros) alcanzados por los participantes no sólo dieron
obligado a enviar su máquina a San Diego por ferrocarril
un impulso significativo al desarrollo de la aviación en ese
(Sudsbury, 1967:6-7).
país, sino que también establecieron la base para la futura
Con la posible excepción de Lincoln Beachey, otro avia-
industria aeronáutica de Los Ángeles.'
dor que fue entrenado por Clenn Curtiss, Hamilton era
La exhibición aérea de San Diego, que era mucho más
el piloto de vuelos acrobáticos más atrevido de la época.
pequeña que la de Los Ángeles, se llevó a cabo del 23 al 25
Nacido en New Britain, Connecticut, en 1885, para 1910
de enero de 1910; es decir, unos días después del evento
Hamilton había adquirido una experiencia considerable
de ésta. Se planeó que coincidiera con las ceremonias de
en el manejo de una diversidad de aparatos aéreos: glo-
inauguración de la Exposición Panamá-California de 1915
bos, paracaídas, planeadores, dirigibles, aeroplanos e hi-
y también para recabar fondos para aquel evento. La ex-
droaviones. En el transcurso de su carrera, sobrevivió un
hibición, que fue programada para tener lugar sobre los
total de 63 accidentes aéreos (aunque aseveraba que cada
terrenos del campo de polo del Coronado Country Club
hueso de su cuerpo había sido fracturado de un momento
de San Diego,' fue copatrocinada por el Aero Club de San .j a otro como resultado de estos percances). No obstante, fa-
lleció finalmente (1914) como consecuencia de una pulmo-
=
Programa oficial de la exhibición aérea llevada a cabo en Domínguez nía a los 29 años (New York Times, 1910b:3; New York Times,
Hills, California, enero de 1910, en i AiAm, se, Hit, caja 1, exps, 5-8; Field,
1910:245-252.
1914:4; Newton, 196lb: 53-54; Villard, 1987:75).
'El Coronado Country Club se ubicaba al final de Sexta Avenida (Sixth El único otro piloto que participó en la exhibición aérea
Avenue), del barrio de Coronado, San Diego, que también estaba contigua de Coronado fue el sandiegiiino Charles E. Walsh, un joven
al llamado "Spanish Right", una estrecha banca de arena que conectaba la piloto aficionado y constructor de aeroplanos, que contem-
Isla Norte de la bahía de San Diego con la península de Coronado.
pló utilizar uno de sus propios aparatos. En la mañana del
362
iza NSE I AS II [ II:
363
primer día de la exhibición (25 de enero), Walsh perdió el
Si bien algunos de los reporteros del
control de su aparato y aunque salió ileso del accidente, su San Diego Union re-
portaron que los espectadore s
avión resulto severamente dañado. De esta manera, 1 lamil- del lado estadounidense de la
frontera vieron a los ciudadano
ton se quedó como el único piloto participante s del pueblo fronterizo "lan-
Union, 1 910b:2; Clarke, 1978:189). (Sao Diego zar sus sombreros al aire y dar otras indicacione
entusiasm o s del gran
Antes del comienzo de la exhibición, Hamilton había que sentían", no hay evidencias de que los habi-
tantes del
expresado su deseo de hacer un vuelo hasta Tijuana y de pueblo o de las cercanías hubieran visto el vuelo.'
regreso. No estaba seguro, sin embargo, si iba Más importante, no hay indicaciones de que el gobierno
hacer el a intentar
vuelo como parte de las actividades del presidente Porfirio Díaz haya protestado formalmente
del primer día
o del segundo. En parte, su propósito al respecto se debió contra Estados Unidos respecto a esta violación de su espa-
cio aéreo y soberanía territorial. A pesar
a su deseo de superar las hazañas de Paulhan. Éste, en el de los avances con-
transcurso siderables de la aviación durante los dos años anteriores
del evento de Domínguez Hills, había realizado
un vuelo récord de 72 kilómetros hasta Santa Anita, Cali- (1908 y 1909), todavía se encontraba en tina etapa incipien-
fornia, y de regreso te. Aunque se habían llevado a cabo varias exhibiciones de
(Los Angeles Times, 1910:8;
ares, New York Ti- vuelo con globos y dirigibles
1910a:3). En una entrevista con los reporteros del en los estados de la unión
Diego Union, San americana contiguos a la frontera con México, aún ningún
Hamilton se había jactado de que "mostraría
a Paulhan lo que realmente significa aeroplano había sido utilizado en estos eventos. Los vuelos
n los vuelos de larga realizados
distancia" (San Diego Union,
1910a:9). por Hamilton en la exhibición llevada a cabo en
En la mañana del 24 de enero de 1910, el último día el Coronado Country Club marcaron la primera ocasión en
programado, Hamilton informó a los reporteros que in- que un aeroplano había volado en la región de San Diego.
tentaría realizar Las demás actividades realizada s
el contemplado vuelo a Tijuana. El vuelo, por Hamilton durante
la exhibición de San Diego no alcanzaro
que duró desde las 4:45 hasta las 5:25 p.m. —un total de n el carácter espec-
aproximadament e tacular de su vuelo a Tijuana. Las esperanzas que tenía para
40 minutos— siguió una ruta de alre-
dedor de 34 millas (58 km), la mayor parte de la distancia establecer un nuevo récord de altura se vieron frustrada
s de-
sobre el mar abierto. Hamilton inició el viaje dirigiéndose bido al fracaso de sus esfuerzos para que se reparara el tubo
del carburador. Aunque canceló
una corta distancia hacia el norte; pronto, sin embargo, una cita para realizar vue-
dio la vuelta y los en una exhibición en el norte de California y se quedó un
se dirigió hacia el sur. Manteniéndose a día adicio nal e n
una distancia aproximad a San Diego, tuvo finalment e
de 200 pies (60.96 metros) de la que darse por
orilla de la costa, procedió rumbo a Tijuana. vencido. Para la tarde del 25 de enero de 1910,
Al llegar a la el aviador se
línea internacional, se dirigió tierra adentro y dio la vuel- encontraba en el tren rumbo a Santa Bárbara y Bakersfield.'
ta sobre el pueblo de Tijuana. Continuó su vuelo por una
distancia de aproximadament
e una milla (1.7 kilómetros) 'Es dudoso, debido a las grandes distancias, (Ti,
los ,pectddore,.; est d
u
dentro de México antes de emprend dounidenses hubiera n visto algo
a Coronado. er el vuelo de regreso del vuelo sobre ¡Juana.
Durante los años subsecuentes de su carrera
Pathono en e \ itibicioncs en otras regiones de No, ornoc piloto, t lawaton
364 Ilamenea, en las cuales
1 LAS J'I/IIII FIns IP [EH',
IIANSE '
'NI' , JEI
365
Aunque el
vuelo de Hamilton a México aparentemente
no tuvo ningún impacto significativo en las relaciones en- al cargar
paquetes valiosos y de poco peso, la aeronave, al no
tre México y Estados Unidos, constituyó, hasta donde se tener restricciones referentes a su fcamp
o del operaciones, pu-
diera ser utilizada
sepa, el primer vuelo transfronterizo entre los dos países. para hacer un negocio de contrabando muy
Al mismo tiempo, también constituyó un vuelo sobre una lucrativo a lo largo de una frontera muy extensa que, además,
pequeña porción del territorio mexicano que no había sido era difícil patrullar dado las limitaciones de personal y otros
recursos (New York Times,
aprobado por el gobierno de Díaz ni por sus autoridades 1910a:1; Note Ybrk Times,
1910c:2).
de la región; así mismo, el vuelo de Hamilton fue un in-
dicio de que, en el futuro, con mejoras adicionales en la Dicho tratado, sin embargo, permaneció en una etapa for-
tecnología, pronto se convertiría en una realidad los viajes mativa y, al estallar la revuelta encabezada por Francisco I.
aéreos a destinos en México. Madero contra el gobierno de Díaz en noviembre de l910, to-
Algunos meses después del vuelo de Hamilton, en ju- davía no había sido aprobado por ninguno de los dos países.
nio y julio de 1910, el gobierno de Díaz intentó negociar
un tratado con ese país respecto a la reglamentación de los
Los vuitos sonRE CiLumn JUÁRE/
vuelos con máquinas de volar entre los dos países. El mo-
DURAN Fi LA REVUELIA DE MADERO
tivo del intento se debió a que varias empresas particula-
res estadounidenses habían indagado con el gobierno de
Díaz respecto a la posibilidad de establecer un servicio de El segundo caso de una "incursión" aérea a México ocurrió
aproximadament e
transporte de mercancías en dirigible desde Arizona a lu- un año después, durante la sublevación
gares en México. El gobierno mexicano, al estar consciente antirreeleccionista encabezada por Madero (1910-1911).
de que, en caso de que diera su aprobación a tal solicitud, En esta ocasión, sin embargo, el acontecimiento tuvo re-
podría conducir a propuestas adicionales, buscaba nego- percusiones mucho más serias en las relaciones entre Mé-
ciar primero un tratado con Estados Unidos por medio del xico y Estados Unidos dado que, en el año que había trans-
cual se quedaría registrada en cada país cualquier máquina currido desde el vuelo realizado por Hamilton a Tijuana,
de volar involucrada en este tipo de negocio; así mismo, se no sólo había experimentado la aviación avances notables,
insistiría en la necesidad de que dichos aparatos realizaran sino que también se había desarrollado en la regió
n de la
escalas en la línea internacional para que se llevaran a cabo frontera una situación de creciente tensión debido a las
las inspecciones requeridas por parte de los aduaneros y Operaciones de los grupos rebeldes en la zona.
Oficiales de sanidad e La captura de un pueblo fronteriz o
inmigración. El gobierno de Díaz de- mexicano había
seaba evitar la posibilidad de que, constituido una nieta importante de Madero y su círculo
de seguidores fruimos a patyir de aquel momento cua
n do
habían anuncia( lo pública mente su rebelión
ubicada en San Ant hn io, 'Texas. desde su base
realizó hazañas todavía mas impresionantes Un plan para llevar
(San i )ieSo tDli 1910c1 y8;
Sil Plexo Union, 1910d: 6;
Newton, 1961a:55). a cabo un ataque contra Ciud a d
rez, el pueblo fronteri :1
366 (') mexicano más importante,
ron
m LOa IANSEN
LAS f`Plt II Fa. it5I011
367
comenzó a
de gestarse en enero de 1910 cuando un grupo
rebeldes chihuahuenses dirigidos por Pascual Orozco, en la compra de
después los aviones de la empresa, incluía a los
de haber sido desalojados de Ciudad Guerrero en franceses Roland G. Carros, René Barrier y René Simón,
el sur del estado, se dirigió el suizo Edmond A
hacia el pueblo fronterizo que
udemars, así como a los estadouniden-
se encontraba defendido por una pequeña guarnición de ses Charles
unos cientos de hombres bajo I lamilton, John J. Trisbie y Joseph M. Seymour
el mando del coronel Rafael (New York Times,
1910e:1; Rich, 199
Martínez (Almada, 19 8:40-42). Si bien este gru-
64:185-187). En camino, a la po de aviadores decidió por su
propia iniciativa realizar los
columna de Orozco se unió un grupo adicional de insu- vuelos transfronterizos --es decir, hacerlos no estaba ni al
rrectos
rrectos bajo el mando de Luis A. García; con este refuerzo, servicio del gobierno de México ni de los grupos rebeldes—
el total de efectivos sumaba aproximadame los vuelos que se realizaron sobre
nt e 1 500 hom- Ciudad Juárez consti-
bres. El 1 de febrero, después de derrotar a una pequeña tuyeron la primera
vez en la historia del mundo en que
fuerza federal bajo el mando del teniente coronel Manuel
los aeroplanos habían sido utilizados en un ambiente de
García Pueblita en Tierra Blanca, población ubicada a 32 guerra verdadero.
kilómetros al sur de Ciudad El grupo había iniciado
Juárez, los rebeldes comenza-
su recorrido en Richmond, Vir-
ron a sitiar la ciudad. Orozco estableció su cuartel general ginia, a finales de noviembre de 1910; siguió
en el hasta Chatta-
rancho Flores, 11 kilómetros al suroeste del pueblo. nooga
y Memphis, Tennessee, Tupelo, Mississippi, y de
Otros grupos de insurrectos, como aquéllos dirigidos por
allí procedió a Nueva Orleáns. El 31 de diciembre de 1910,
Martín Casillas y José de la Cruz Sánchez, pronto se unie- durante la exhibición aérea en
ron a la fuerza de sitiadores.' Moisant, esta última ciudad, John B.
el hermano menor del presidente de la compañía
Fue en el transcurso de este primer intento rebelde para Alfred P. Moisant, murió a
consecuencia de un accidente
capturar Ciudad Juárez que se realizó una serie de aéreo. A pesar de la pérdida de
vue- lizó vuelos John Moisant, el grupo rea-
los sobre la ciudad y la región circundante por parte de
de exhibición en Dallas, Fort Worth y Oklaho-
aviadores de la compañía Moisant Aviators mientras que ma City. Luego regresó a Texas, donde realizó otros
llevaban a cabo una exhibición aérea en El Paso. El grupo vuelos
de exhibición en Waco, Temple, Houston y San Antonio:
de pilotos, que se encontraba en un recorrido por el sur En el transcurso de la exhibición
de Estados Unidos con el nio (del 2 al 4 de aérea en San Anto-
propósito de estimular el interés febrero de 1911), 1
franceses a minciaron que, como parte Iamilton y los pilotos
mostración
de su siguiente de-
"Coronel A.C. Sharps, comandante del fuerte
Miss, El Paso, lexas, al en El Paso, realizarían una serie de vuel
observación sobre Ciudad Juárez y la
os de
ayudante general del ejército estadounidense en Washington, 2 de febrero
de 1911 y nomas D. Fdwards, mostrar región aledaña para
cónsul la utilidad de los aeroplanos
estadounidense en Ciudad Juá-
al secretario de Estado, 4 de febrero de 1911, en tual en una situación ac-
mentos 722 y 723; NA, 59, 2.00, docu- de combate. Cuando los rep fes
Informe de Irmd Lancaster, agente especial del 'ntantes del periódico
111(11t0 El Paso /laca/ti
mento de Justicia, FI Paso, lexas, Departa- preguntaron a Betel" L young, el gerente de
de Stanley W. de febrero de 1911, así como el informe
jefe de la Oficina de I yr
de Justicia, de ti,brero de 1911, en nvestigación del Departamento
NA, John Moisant in tentaba gana r la copa Mit
R(; 59, 812.00, documentos
724 y 725. 1 Plin con el establecimiento
368 de un record para el vuelo de
' m,is larga dista',
de aquel año (19110.
oNsE US E
,ES
369
la compañía Moisant, si los pilotos podrían desempeñar las
do tanta publicidad de al espectáculo que de hecho com-
funciones de "corresponsales de guerra" o por lo menos petía fuertemente con el interés por las noticias en torno
proporcionarles los datos obtenidos de estos vuelos, éste a la presencia de las fuerzas rebeldes acampadas del otro
contestó afirmativamente. Agregó, sin embargo, que los lado del Río Bravo. Varios de los ciudadanos del pueblo se
pilotos sólo cruzarían a México en sus aeroplanos si los ofi- emocionaron con la fiebre de "volar", y sendas empresas
ciales militares federales y rebeldes les aseguraran que no
se aprovecharon del espectáculo para promover sus pro-
dispararían contra ellos. No se sabía cómo reaccionaría el
ductos y ventas, mientras que las compañías ferroviarias,
gobierno mexicano respecto a cualquier intento por parte
por su parte, ofrecían descuentos en las tarifas para los vi-
de los pilotos de pasar por la frontera ni si sus tropas dis- sitantes de afuera que quisieran ver el show (El Paso Hendid
pararían contra ellos.' 1911b: 7; El l'aso Morning Times, 1911b:1).
En enero de 1911, Francisco León de la Barra, el embaja-
Para entonces, la posibilidad de que hubiera un combate
dor mexicano en Washington, había notificado al secretario en la región de Ciudad Juárez había disminuido. El 5 de fe-
de Estado Philander C. Knox el interés de su gobierno por
brero una poderosa columna de tropa federal, a las órdenes
continuar con las negociaciones de un tratado respecto a
del coronel Antonio Rábago, que había sido enviada desde
la reglamentación de vuelos entre los dos países. El interés Casas Grandes por medio del ferrocarril del noroeste, pe-
principal del gobierno de Díaz consistía en evitar el contra- netró por las líneas de defensa de los rebeldes en Estación
bando de materiales de guerra por parte de los rebeldes; Bauche y entraron al pueblo sitiado. El coronel Manuel
también le interesaba evitar cualquier uso por parte de los
Tamborral, quien sustituyó al coronel García Martínez en
insurrectos para el envío de mensajes a sus compañeros en
el mando de la guarnición, procedió a mejorar las obras de
Estados Unidos respecto a los movimientos de las fuerzas
defensa del pueblo; así mismo, las fuerzas dirigidas por el
federales en la zona fronteriza.'
general Juan J. Navarro, quien había recibido órdenes de
Entretanto, el equipo de aviadores Moisant había llega-
abandonar Ciudad Guerrero y dirigirse a Ciudad Juárez
do a El Paso (en la tarde del 7 de febrero) y había levantado
por medio del ferrocarril central, también se encontraban
sus hangares (carpas grandes) en el parque Washington, en camino. Al estar conscientes de que la llegada de estos
el sitio en donde se llevaría a cabo la exhibición. Las au-
refuerzos haría imposible un asalto contra la ciudad, Oroz-
toridades estadounidenses de la región tenían un interés
co y García, junto con la mayor parte de su tropa, habían
especial en el evento, así como en lo que los pilotos po-
comenzado un retiro general hacia sus antiguas bases de
drían mostrar sobre la utilidad potencial del aeroplano en operación en las regiones de Ciudad Guerrero y Bachíniva
la guerra (El Paso MOIMing Times, 1911a:4). Se había genera-
del sur de Chihuahua.'"

1"elegrarna de Peter L. Young, gerente de la compañía, a la oficina del


'Órdenes dadas al general Juan J. Navarro para dirigirse por el ferro-
periódico 1:1 Paso 1 tendí], 5 de febrero de 1911, en 17 Paso 1 lerald, 1911 a:6.
carril central hasta Ciudad Juárez, 3 de febrero de 1911, y el informe del
"Recorte de prensa del St. Louis P4<1-11ispalch, 8 de febrero de 1911, en
coronel Antonio Rábago al cuartel general del ejército mexicano en Chi-
RT, exp. 35, h. 100; I] Puso Ilerald, 1911c:1.
huahua, 5 de febrero de 1911, en ASDN, ar i , XI/ 481.5, exp. 62, lis. 232, 247-2%
370
, L SEA LAS PRIIIERAS :LP SPHI[ r r [ASIPISILErDES
371
El 10 de febrero, con un buen estado de tiempo para volar,
Hamilton y los pilotos franceses emprendieron sus vuelos Al pasar por encima del pueblo, algunos de los soldados
hacia México. Al enterarse de esta noticia, miles de personas salieron de sus posiciones y saludaron al piloto con sus
en los dos pueblos fronterizos se habían acercado a las ori- brazos. Al ver que los soldados no le disparaban, Hamilton
llas del Río Bravo o subido a los techos de los edificios más descendió y pasó por encima del centro comercial del pue-
altos para presenciar los vuelos. Hamilton, piloteando un blo; posteriormente, se dirigió hacia el norte y luego siguió
biplano Black Demon con motor (lome de 110 hp (caballos el curso del río hasta llegar a la aduana estadounidense. De
de potencia), fue el primero en despegar. Después de dar la repente, apagó el motor de su avión y procedió a echarlo
vuelta sobre el parque Washington, se dirigió hacia la línea en picada contra el centinela. El soldado, asustado, se echó
internacional. Al atravesar la frontera, siguió el curso del río al río y al pasar Hamilton encima se levantó cubierto de
hacia el sureste y luego, desde una altura de 800 pies (18.2 agua y lodo, maldiciéndole y agitando el puño en dirección
metros), empezó a dar la vuelta a Ciudad Juárez. Durante del piloto. "Al volar por encima de los soldados durante
todo este tiempo, los soldados federales de la guarnición lo la batalla de [Ciudad) Juárez", Hamilton se jactó posterior-
observaban con mucha atención; en algunos casos, busca- mente, "hubiera podido destruir las fuerzas federales e in-
ban refugio al pasar el avión por encima de sus cabezas (El surrectas por completo, en un solo día, si hubiera llevado
Paso Herald, 1911e:1 y 2; El Paso Morning Times, 1911c:1). algunas bombas conmigo" (El Paso Morning Tintes,
1911c: 1).
Carros, cuyo monoplano Blériot tenía menos potencia En la mañana del día siguiente (11 de febrero), René Si-
que el avión de Hamilton, también se dirigió rumbo a la món, en un monoplano Blériot, también realizó un vuelo
frontera, pero con menos velocidad. En lugar de seguir la transfronterizo. En esta ocasión, sin embargo, el aviador
ruta escogida por Hamilton, (jarros ascendió por medio hizo un recorrido mucho más extenso dentro de México
de una serie de vuelos en espiral y luego descendió de la que en el caso de Hamilton y (jarros. Después de pasar
misma manera para alcanzar la misma altura a la que vo- por encima de la guarnición federal, Simón se dirigió a la
laba Hamilton. Al llegar a las afueras de Ciudad Juárez, largo del ferrocarril central hasta la Estación Bauche; luego,
sin embargo, regresó a territorio estadounidense. Después dio la vuelta y se dirigió hacia el norte. En el transcurso de
de atravesar la parte sur de El Paso, dio la vuelta al par- su viaje de regreso, pasó por algunos de los campamentos
que Washington antes de aterrizar (El Paso Morning Times, rebeldes ubicados en los cerros circundantes. Éstos, sin em-
1911c:1; El Paso Morning Times, 1911d:1). bargo, se encontraban prácticamente desiertos, dado que,
Mientras que Carros se dirigía de regreso a El l'aso, Ha- H para entonces, la mayor parte de las fuerzas insurrectas se
milton daba la vuelta sobre Ciudad Juárez por segunda vez. I habían dirigido hacia el sur. Aquel mismo día, Carros y
Hamilton realizaron otro par de vuelos a través de la fron-
tera. No obstante, reportaron que no habían visto soldados
(de aquí en adelante citado como ,y,oN, seguido de los números de la insurrectos en las áreas sobre las cuales habían volado (El
sección, expediente y hojas en cuestión); Thomas D. Liwards, el cónsul Paso Mons ing Times, 1911d:1).
estadounidense en Unidad Juárez, alsecrtgario de Estado, 6 de febrero de
191 I, en VA, ea 59, 812,00, documento núm. 738. En el transcurso de los vuelos transfronterizos, los solda-
dos federales no abrieron fuego contra los pilotos extranjeros.
372
SE
LAS ppym /1 Ji I'

3 73
Es posible que el coronel Tamborrel haya ordenado a sus nas fronterizas en el norte. A pesar de que el gobierno de
hombres no disparar contra los aviadores; es probable, sin Díaz quedó impresionado con las exhibiciones aéreas que
embargo, que los soldados no lo hayan hecho debido a que la compañía Moisant realizó en Monterrey (del 20 al 21 de
los pilotos no intentaron bombardearlos (de todos modos no febrero) y México (del 26 de febrero al 7 de marzo), sobre
cargaban bombas) o disparar contra ellos, sino que, más bien, todo con los simulacros de bombardeo realizados por Ca-
limitaron sus actividades a las de observación. Cabe notar
rros y Simón en el Cerro de la Estrella y el campo de ate-
que el gobierno mexicano no había prohibido tales vuelos rrizaje de Balbuena, para entonces las fuerzas antirreelec-
ni había enviado instrucciones a sus unidades militares des-
cionistas se habían apoderado de grandes regiones de la
tacadas en la región a disparar contra cualquier avión que república y el ejército federal estaba a punto de desinte-
intentara atravesar la frontera.'' grarse. Durante los últimos meses de la lucha, el gobierno
Después de los vuelos del 11 de febrero, el estado del había recibido varias propuestas de diversos individuos
tiempo empeoró y, por ende, las demás actividades de la
y compañías ofreciendo equipar al ejército federal con
exhibición fueron canceladas. Aunque los aviadores per-
máquinas de volar de un tipo u otro» Hubo incluso una
manecieron en El Paso otro día adicional a los que habían
propuesta, en febrero de 1911, respecto a la contratación
sido programados para el evento, el estado del tiempo
del aviador francés Didier Masson para bombardear a los
siguió empeorando. Por lo tanto, el 15 de febrero los pilo- grupos rebeldes que operaban en Chihuahua.n No exis-
tos partieron rumbo a Laredo, para luego pasar a México ten, sin embargo, evidencias de que cualquiera de estos
y realizar allí la segunda parte de su recorrido (por las ofrecimientos haya sido aceptado; así mismo, el gobierno
ciudades de Monterrey y México). El mismo día en que
tampoco hizo avances significativos hacia el desarrollo de
salieron de El Paso, la segunda columna federal de refuer-
un cuerpo aéreo, se contentó con enviar a dos oficiales del
zos, la que comandaba el general Navarro, llegó a Ciudad
Juárez (El Paso Morning Timos, 1911e:3; Almada, 1964:1,
195-196; Sánchez, 1976-1977:72-73). "Cartas enviadas al presidente Díaz de Joseph E Kincell, 20 de marzo

Fuera de la diplomacia, el gobierno mexicano no te- de 1911, C:.0.( llover, 14 de abril de 1971, C.R. Minen 21 de abril de 1911, así
como el folleto descriptivo titulado "Dirigible Airship," n.p.i., en aro, niqu,
nía ningún medio a su disposición para evitar los vuelos
uí, exp. 36, GO 9, h. 004425, caja 3, hs. 1106183-006186, caja 15, h. 007297, y
transfronterizos como los que habían ocurrido en Tijuana caja 19, hs. 009018-009020. El primero de estos ofrecimientos fue recibido
y Ciudad Juárez. Tenía pocas esperanzas, por ejemplo, de por el gobierno en diciembre de 1910, cuando el aviador estadouniden-
establecer un cuerpo aéreo para ayudar a patrullar las zo- se Al_ IVelch ofreció pilotear un "avión de guerra" contra los rebeldes
maderistas en Chihuahua. Véase el intercambio de correspondencia entre
Francisco León de la Barra, el embajador mexicano en 'Washington, y En-
rique C. Cmel, el secretario de Relaciones Exteriores en México, 9 y 29 de
"Recorte de prensa de El -Triunfe, 1..11 /allana, 9 de febrero de 1911, en diciembre de 1410, en .01/17 RNI, exp. 18, hs. 438-439.
Al R.:1., TM, exp. 40, It 30; Consulado mexicano en San Antonio, [ 'Comunicación (lel consulado mexicano en Los Ángeles a la Secretaría
Texas, al secretario de Relaciones Exteriores, 13 de febrero de 1911, en
de Relaciones Exteriores, 8 de febrero de 1911, incluida con otros docu-
AFICF, RN.4, exp. 32, h. 44; E/ Paso I In ah!, 1911(1:1; FI P 161) Merning men tos en v i a dos d la Secretaría de Guerra
y Marina, en a0N, Fn , sección
linees, 19 / c:1; 111 Paso Money Tirnes, l91lL6_
XI/ 481.5, exp. 66, 11,:. 725-746.

374
JANSEN ,01intopi56
3/5
ejército -el mayor Nicolás Fernández y el capitán Federi-
viar la llamada Maneuver Division (División de Maniobras),
co Cervantes- a Francia para estudiar aviación) ''
integrada por aproximadamente 20 000 soldados, a la fronte-
Por otro lado, durante esta última etapa del conflicto, ra sur de Texas. Aunque esta unidad fue establecida oficial-
el gobierno de Díaz ya casi estaba en la bancarrota; por lo mente para ayudar en las tareas de vigilancia relacionadas
tanto, era imposible que hubiera contado con suficiente con la frontera y evitar el contrabando de armas y municio-
dinero para la compra de máquinas de volar y la contra- nes a México, también podría ser utilizada para una inter-
tación de aviadores extranjeros (Mazariegos, 1953:28; Ne- vención militar estadounidense en México en caso de que el
grete, s / f:32). congreso y el presidente lo consideraran conveniente:5
Los insurrectos, por su parte, tampoco lograron estable- Además de contar con la Division de Maniobras en la
cer un cuerpo aéreo. Los diversos grupos rebeldes que ope- frontera, el ejército estadounidense también envió a la re-
raban en el norte tuvieron suficientes problemas para ase- gión cuatro de los cinco aviones (biplanos Wright) pertene-
gurarse un flujo suficiente de armas y parque a través de la : cientes a la Aeronautical División del Department of War,
frontera por medio del contrabando, y hubiera sido difícil, para auxiliar en las tareas de patrulla y vigilancia. Mientras
aunque no imposible, intentar conseguir cañones y aeropla- que el gobierno de Taft lograra resistir las diversas presio-
nos por medio del contrabando. No obstante, por lo menos nes que existían para que el ejército interviniera en México,
en una ocasión, tuvieron la idea de utilizar el aeroplano para
la región de operaciones de esta fuerza pequeña estaría cir-
propósitos bélicos. Durante la última quincena de abril de cunscrita al lado estadounidense de la frontera.16
1911, cuando la columna insurrecta dirigida personalmente Sin embargo, siempre existía el peligro de que uno o más
por Madero sitiaba a Ciudad Juárez, Eduardo Hay, su jefe de
de estos aviones pudiera atravesar la línea internacional
estado, propuso que compraran un avión en Estados Uni-
equivocadamente. De hecho, este tipo de incidente ocurrió
dos. Hay creía que dicho aparato, piloteado por un aviador en dos ocasiones durante las intervenciones en Chihuahua y
experimentado, podría ser utilizado para dejar caer bombas
Coahuila en 1916 y 1919. Con el incremento de las fuerzas es-
de dinamita sobre los baluartes federales. La idea fue recha-
tadounidenses en la frontera durante el período de 1912-1920,
zada finalmente, en gran parte debido a las limitaciones eco- el peligro de que ocurriera alguna incursión aérea en territo-
nómicas, así como a dudas respecto a la factibilidad de tal rio mexicano de un momento a otro también aumentaría.
plan en la práctica (Negrete, s / f:32).
Respecto a las negociaciones hacia un tratado aéreo entre
los dos países, cualquier esperanza de que fuera aprobado "Presidente William H. Taft al subsecretario de Estado, 12 de marzo
de 1911, en NA, RG 59, 812.00, documento núm. 922;
por sus congresos respectivos fracasaron debido a la decisión New York Tinos, 1911:1;
Coerver y Gra II, 1984:23.
del gobierno estadounidense, el 7 de marzo de 1911, de en-
6. 'Telegrama del teniente Benjamín D. Foulois al ayudante general del
ejército estadounidense, 2 de marzo de 1911; general Duncan, comandante
de la División Río Grande del ejército estadounidense, San Antonio, lesas,
"Entrevista con el general de brigada Federico Cervantes, realiza- al ayudante general, 4 de marzo de 1911, en NA, RG 94, documento núm.
/V;
da por Daniel Cazés, agosto de 1960, en BINAR I IORNI, entrevista núm.
1716354, A228 y A289; Informe del general de brigada James Allem, jefe del
P110/ I /l , pp. 2-10.
Cuerpo de Señales del Ejército Estadounidense (United States, 1912:268).

376 I AVVRLN( I- DOUGLAS TAYI ()R HANSEN LAS PRIMERAS INCIJRSIONES ESTADOUNIDENSES
377
LAS oPltACIoN1,.S DI: CON (BABANDO AÉREO
A finales de marzo y principios de abril, la aduana esta-
1 )URAN11: 1A RI:VU1.1 I A OROZQUISTA
dounidense de El Paso, al aplicar el embargo de armas y
parque declarado por el gobierno de Taft el 14 de marzo de
El tercer caso respecto a las incursiones aéreas a México
1912, confiscó dos aviones destinados a los rebeldes.'" Los
con origen en territorio estadounidense ocurrió durante
insurrectos, empero, lograron conseguir uno o más aparatos
la rebelión encabezada por Pascual Orozco, que estalló en
y contrataron aviadores extranjeros para manejarlos.H
Chihuahua durante la primera semana de marzo de 1912.
Uno de los aviadores contratados fue el británico John
La insurrección orozquista fue la primera ocasión en que
L. Longstaff, quien llevaba mensajes v —según los informes
el gobierno federal mexicano —esta vez bajo la presidencia
de los periódicos-5(1 rifles-21 'a los grupos rebeldes que ope-
de Madero, cuyas fuerzas habían derrocado al régimen de
raban en la región de Nuevo Laredo. El piloto, según se
Díaz en mayo de 1911— experimento un desafío en térmi-
afirmaba, hacía dos viajes redondos cada noche. Longstaff
nos del uso de aeroplanos por parte de los grupos de insu-
sirvió con los orozquistas desde la primavera de 1912 hasta
rrectos armados en la frontera norte.
el verano del mismo año, cuando renunció.21
Durante la tercera semana de marzo de 1912, el gobierno
de Madero recibió informes de Nuevo Laredo, en los que se
El Paso, y la Secretaría de Relaciones Exteriores, 1, 5, 6 y 9 de abril de 1912,
declaraba que un aeroplano había cruzado la línea divisoria
en Al ICE, 12N1, L-E-733, exp. 6, 6,, 1-2, y L-E-742, exp. 2, fs. 1.-2; New York
cercana a esta población con un cargamento de correspon- 1912a:4. Para una descripción detallada sobre la campaña orozquist a en los
dencia y otros mensajes para los insurrectos orozquistas que estados del noreste de México, véase Sánchez Lamego 1976-1977:145-166.
operaban en Tamaulipas y Coahuila. Las autoridades milita- '81-lenry 1,. Stimson, secretario de Guerra, y Franklin MacVeagh, del

res federales temieron que en caso de que los rebeldes logra- Departamento de la Tesorería, al secretario de Estado Philander Knox,
3 de marzo y 1 de abril de 1912, en NA, Rc 59, 812.113, documentos nums.
ran adquirir máquinas voladoras, podrían utilizarlas para
276 y 283, respectivamente, así como la correspondencia entre los depar-
llevar a cabo misiones de exploración y bombardeo contra tamentos de Guerra, de la tesorería, de Estado y de la oficina del presi-
las fuerzas gubernamentales en el norte. Declararon que la dente, 30 de marzo al 1 de abril de 1912, en NA, ac 94, AG1875135, A210,
importación de aviones de Estados Unidos v Europa sólo A213, A2l5, A219 y A228; lnlorme de L.E. Ross, agente especial del De-
partamento de Justicia en lit Paso, 23 de abril de 1912, en NA, Re 65,
sería permitida al gobierno mexicano; así mismo, avisaron a
rollo 1, Sección general 19.
sus representantes diplomáticos y agentes en Estados Uni-
'Informe (lel agente Ross del Departamento de Justicia, El Paso, 1 al
dos que vigilaran la frontera e impidieran cualquier intento 2 de julio de 1912, (NA, re, 65, 1( 1.111, rollo 2, Sección general 31; New lin A
por incluir estos aparatos en cargamentos de contrabando. Times, 1912b:8).
El gobierno también intentó de nuevo negociar un tratado 'Esta ()limitación me pauto' una exageración dadas las limitaciones de las
máquinas de volar del período en términos de so capacidad para llevar dile-
con Washington respecto a la necesidad de regular el tránsi-
rentes objetos como flete. N() obstalfle, es posible que se pudiera llevar cierto
to de la frontera por aeroplanos, dirigibles o globos»? número de armas con tal que no Sr llevara un observador como pasajero.
1] Longstaft nimio accidentalmente el 28 de septiembre de 1912 durante

una exhibición aérea en 1 latupstead, Nueva York, cuando de repente se


'Correspondencia entre E Espino/a v Ronden, vicecónsul v canciller del
rompió un alambre de control del aparato Farman en que volaba, lo cual
consulado mexicano en San Antonio; Enrique 1 lorente, cónsul mexicanoen ' provocó su caída (711x• New l e h l imn, 1912c:I).

378
SEN L:5
379
No obstante, en octubre de 1912, el gobierno de Madero bajo las órdenes del coronel Francisco Castro. A la columna
recibió información de que los orozquistas todavía recibían de Castro le había sido asignada la tarea de vigilar el fe-
abastecimientos de parque por medio de aviones que atra- rrocarril central, la principal arteria de transporte en Chi-
vesaban la frontera. Estos aeroplanos presumiblemente huahua, contra los ataques de los rebeldes." Worden sirvió
fueron piloteados por extranjeros, aunque se desconocen con el ejército federal hasta diciembre de 1912, cuando re-
sus nombres (Taylor, 1993:282). nunció a su comisión como piloto con el rango de capitán y
Como en el caso de los vuelos transfronterizos duran- regresó a Estados Unidos."
te la revuelta maderista contra el gobierno de Díaz y el de El avión piloteado por Worden, cabe notar, tenía un ra-
Hamilton en 1910, el gobierno federal mexicano no tenía dio de acción de algunas decenas de kilómetros antes de
más remedio que la diplomacia en sus esfuerzos para evitar que el aviador se viera obligado a reabastecerse de com-
estas penetraciones de su espacio aéreo territorial. Las no- bustible. Si bien esta distancia de operaciones era conside-
ticias de que el ejército italiano había utilizado varios aero-
, rable en términos del alcance de la aviación de la época, su
planos y dirigibles durante su campaña de conquista en Tri- función principal consistía en la realización de tareas de
politania habían motivado al gobierno de Madero para que apoyo logístico y no como arma ofensiva. No estaba equi-
entrara en negociaciones con la compañía Moisant para la , pado para realizar tareas de bombardeo y todavía no se
compra de algunas máquinas Blériot, así como enviar cinco había llevado a cabo combate aéreo alguno entre aviones
jóvenes oficiales a la escuela de aviación de dicha empre- en ninguna campaña o guerra.
sa en Hempstead Plains, Nueva York. Aunque el gobierno Aun cuando el gobierno de Madero hubiera podido en-
aún estaba ocupado con estos esfuerzos cuando estalló la viar al norte de México —o más específicamente al noreste
revuelta orozquista, logró sin embargo enviar un par de los de México, la zona donde los orozquistas realizaban sus
aviones que habían llegado a México entretanto para in- vuelos transfronterizos— una unidad completa o escua-
corporarse a la columna federal bajo el mando del general drón de aeroplanos, no hubiera sido una fuerza suficien-
Victoriano Huerta, que había iniciado una contraofensiva temente fuerte o eficaz para eliminar la amenaza aérea
hacia el norte desde su base en Torreón en julio de 1912." rebelde. Tampoco se había desarrollado, para el período
Uno de los Blériots se dañó durante las pruebas de vuelo en cuestión, ningún tipo de artillería antiaérea. De hecho,
que se llevaron a cabo en Torreón; el otro, piloteado por dado el tamaño relativamente pequeño de las fuerzas ar-
John Hector Worden, aviador de la compañía Moisant que madas federales, el gobierno —al igual que en el caso de
había sido contratado por el gobierno de Madero por me- su predecesor, el de Porfirio Díaz— tenía suficientes pro-
dio de un arreglo con la empresa, realizó tareas de obser- . blemas para mantener una vigilancia adecuada sobre el
vación y mensajería para la Primera Brigada de Infantería

'Ca rta de J. 1-lect(y Worden a las oficinas editoriales de Acre and I lwdni,
'A Wupperman, el secretario de la compañía Moisant International 29 de octubre de 1912 (Worden, 1912t):118).
Aviators, al secretario de Estado, 17 de julio de 1912 (NA, Rc:59, 812.113, 24 NASMI.A, sl, Biog ra ph ica I Fi le: John liector Worden; Worden,
doc. núm. 768). t 1912a:290-291.

380 . n }UGEns IAVLOR LLAMEN LAS PRIME'LAS 1 sa U RSIONf5 ASSADOUNIDENSES


381
tránsito de la frontera por la vía terrestre (Taylor, 1993:
de los avances acelerados que la aviación tuvo en este lap-
vol. 1:108H 09, 291-311, y vol. 2:31).
so, buscó negociar un tratado con Estados Unidos respecto
A lo largo de los siguientes siete años de la lucha (la eta-
a la aeronavegación lo más rápido posible. Su interés prin-
pa constitucionalista de 1913 a 1920), el uso de la aviación
cipal en el asunto consistió en su deseo de que no empeo-
en las campañas militares de los grupos rebeldes norteños
rara, con el desarrollo del transporte aéreo comercial o par-
(los villistas y constitucionalistas) y por el ejército esta-
ticular a través de la frontera, el problema del contrabando.
dounidense en la zona fronteriza aumentarían cada vez
Con el estallido de la lucha revolucionaria, empero, la
más, llegarían a su apogeo o punto culminante con la par-
preocupación de México se ligó a las necesidades de la si-
ticipación del First Aero Squadron (Primer Escuadrón Aé-
tuación militar en el norte del país, dado que las diversas
reo) en las operaciones llevadas a cabo en Chihuahua de
facciones rebeldes podrían —en teoría— adquirir máquinas
1916-1917 por la Expedición Pershing, así como la del Ae-
de volar (dirigibles o aviones) para utilizarlas como armas
rial Border Patrol (Patrulla Fronteriza Aérea) en el noreste
de guerra. Al no tener una fuerza aérea propia ni recursos
de Chihuahua en agosto de 1919, en cooperación con las
suficientes en general para patrullar la frontera adecuada-
fuerzas punitivas enviadas contra los rebeldes villistas que
mente, el gobierno federal únicamente tuvo a su alcance
habían asaltado algunas comunidades en la región de Big
la diplomacia para intentar detener las incursiones aéreas.
Bend, Texas (Hinkle, 1967:5-11; Miller, 2003:14-51).
El deterioro en las relaciones entre México y Estados
Unidos, que surgió a raíz de la violencia y la destrucción
en las áreas fronterizas, así como los daños a las vidas y
CONO USIONES
propiedades de los estadounidenses en otras regiones de
la república, perjudicó seriamente cualquier avance hacia
Los vuelos transfronterizos de 1910 a 1912 ocurrieron du-
la negociación de un acuerdo sobre la aeronavegación en-
rante un período en que no existían acuerdos internaciona-
tre los dos países. Los diversos problemas que el gobierno
les respecto a la regulación de tales actividades.
federal tuvo al intentar llevar a cabo sus campañas de con-
En vista del carácter fluido de la región fronteriza entre
trainsurgencia respecto a los grupos de sublevados en el
México y Estados Unidos durante el período bajo estudio
norte durante este período hicieron que le fuera muy difícil
—en términos de la relativa facilidad con que las personas y
evitar el tránsito aéreo de la frontera por máquinas de vo-
los bienes se movían de un país al otro— es posible que los
lar procedentes de Estados Unidos.
pilotos que realizaron estos vuelos hayan sentido que no
Debido a la condición inestable de la región fronteri-
estaban cometiendo ningún delito —aunque corrían algún
za a lo largo de la década revolucionaria (1910-1920), así
peligro— al penetrar el espacio territorial mexicano, aun
como durante la década subsecuente de los veinte, que se
cuando se trataba de distancias relativamente cortas (de caracterizó por una serie de revueltas militares en varias
unos cuantos kilómetros en cada caso).
de las zonas del país, el tema de la negociación de un tra-
El gobierno mexicano, sin embargo, vio el asunto desde tado aéreo entre México y Estados Unidos quedó rezagado
otro punto de vista. Desde un principio, cuando se percató
durante mucho tiempo. De hecho, no sería hasta finales de
382 LAWRENCE DULIGI AS 1 AYI DR HANSEN
lAS PRINIt RAS INCURSIONES ESIADOUNIDENSES
383
1927, después de la visita de Charles 1r ndbergh a la ciudad
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ESTADOUNIDINsES

389
EXPERIENCIA DE LA FRONTERA
Y VISIÓN DE LA HISTORIA: ENTRE LA
AUTOBIOGRAFÍA Y LA PROFESIÓN

Manuel &bailes Ramírez.

O bien la historia es un movimient o


elemental, inflexible y sin amistad.
O bien existe tina co -
unión misteriosa
del hombre en la historia.

Pou IPPE ARII:ti, (1988)

ESTE ARTÍCULO
pretende dilucidar las recíprocas influencias
y diferencias que la historia y los historiadores de la fron-
tera entre México y Estados Unidos han tenido a través
de los años. Para ello, abordaré tres cuestiones. En primer
lugar, reflexionaré sobre mi propio descubrimient
o de la
frontera y lo fronterizo. Luego, intentaré dar algunas ideas
sobre la concepción de frontera que se ha desarrollado a lo
largo de más de 150 años. Para finalmente exponer algunas
deficiencias que no se han superado del todo entre quienes
hacen la historia entre ambos países en su región limítrofe.
Desde luego que el punto de partida del artículo es la
conciencia de la alteridad que se experimenta
en la frontera.
Dicha alteridad se puede vivir de manera amistosa
y armó-
nica
cuando se trata de relaciones familiares, deportivas o
laborales; pero también se puede percibir de manera violen-
ta cuando existe la agresión de los agentes migratorios o los
inspectores de aduanas, y más aún cuand
fiesto el racismo de un lado o o se pone de mani-
parte, si bien e la xenofobia del otro. Por otra
n apariencia los elementos fundamentales

- 391-
que parecen definir la estructura de las fronteras entre Méxi-
co y Estados Unidos son comerciales, económicos o fiscales, dounidense —esto que es obvio, quiero aclararlo desde el
hay factores culturales, históricos y geográficos que también principio—, y nacido dos años después de terminada la Se-
contribuyen a la estructuración y definición de las fronteras. gunda Guerra Mundial —esto que no es de suyo tan obvio,
Entre éstos son fundamentales las concepciones derivadas es determinant e
para considerar lo que expondré más ade-
de la teoría de la historia y de cómo cada uno de los dos lante. La segunda carta y su cojera es que por largos años
países percibe y analiza su pasado no sólo respecto a sí mis- estudié y tuve oportunidad de conocer la versión que los
mo, sino respecto a sus vecinos. Es aquí donde para unos católicos mexicanos de las décadas de 1960 y 1970 tenían
la frontera es una línea impermeable que marca diferencias de
la historia de su país y de la malhadada influencia que
absolutas. Sin embargo, para otros no es sólo una frontera suponían de Estados Unidos sobre los destinos de México.
permeable, sino zigzagueante en continua comunicación Y la última, fue la formación que, una vez que decidí ser
que registra indistintamente encuentros y desencuentros. historiador, recibí en El Colegio de México y que continué
Para empezar, quiero recordar aquella recomendación como investigado r
en El Colegio de la Frontera Norte. No
que E. H. Carr hacía a los estudiantes cuando se les en- sé si de las tres cartas y sus adyacentes cojeras se haga una,
comendaba leer un libro de un autor. Decía Can pero hoy las tres me hacen diferenciar y ver de modo más
-, no sé si
recordando a R. G. Collingwood, que aquellos estudiantes claro y distinto un asunto complejo y diverso como es la
debían ir con los alumnos de ese autor y debían preguntar- historia de la frontera actual. Por último, quiero recordar la
les qué tal era y de qué pie cojeaba. Porque, decía, "cuando advertencia que a mediados del siglo xx hacía Daniel Cosío
se lee un libro de historia hay que estar atento a las cojeras. Villegas a quienes se ocuparan de temas referentes a ambos
Si no logran descubrir ninguna, o están ciegos, o el his- países. Para empezar decía:
toriador no anda". Es por ello que también recomendaba
ponerse a estudiar primero al historiador antes de poner- El problema de las relaciones
se a estudiar los hechos históricos (Carr, 1973). Esto viene de México con Estados Uni-
dos es complejo en extremo. Por eso podrá presentársele
a cuento porque al reflexionar sobre la experiencia de la útil, apropiadamente, sólo después de una meditación
frontera y sobre el sentido de su historia, he entendido que sostenida, forma única de conceder su peso justo a
puede hacerse identificándose uno mismo y haciendo una uno de cada
los muchísimos elementos que en él entran. De lo
reflexión autobiográfica. Para ser honesto, tanto desde el contrario, la pintura, en lugar de ser ponderada, resultará
punto de vista moral como historiográfico, quiero poner parcial y hasta grotesca (Cosío, 1949:47).
las cartas sobre la mesa y exponer tres cojeras de mi au-
tobiografía respecto a la historia de la frontera. La prime- Por ello, Cosío Villegas opinaba también que eran los
ra carta que tengo sobre la mesa y su cojera respectiva es académicos, d e
uno y otro país, quienes podrían fincar la
que soy fronterizo originario de Nuevo Laredo; es decir, obra de e ntendimient o
más segura, porque eran los únicos
que pot Irían labrar en terren
del mismo espacio geopolítico que ocupaba la antigua villa o firme aun cuando, como era
de San Agustín de Laredo que fue mexicana y hoy es esta- nat ura
l, su obra sería lenta y a veces no actual ante la ur-
gencia s' magnitud de los problema
392 s.
ITIANI JE I rERAII (FT
RAMÍREZ
EERI: RIP IA FRÍAN I F RA

393
LI I )/)SCUBRIMIENIO 1)11 I A 13tONTI ISA

1 - lace poco más 60 años que el historiado al Laredo texano como parte de otro país. Sí sabía, por su-
r francés Philippe puesto, que había que seguir un mínimo proceso burocráti-
Ariés escribió aquel artículo ya clásico titulado "Un niño co para pasar el río y enseñar un pasaporte que la mayoría
descubre la historia" (Ariés, 1988:35-46). Debo decir que de las veces no era siquiera observado por el agente en tur-
fue este texto el que se me vino de
golpe cuando reflexio- no, quien en lugar de hacer los cuestionamientos que se ha-
naba sobre la experiencia de haber nacido en la frontera. cen en la actualidad, saludaba a mis padres y conversaban
Me di la libertad de convertir el texto de Ariés en uno inter- un poco sobre los amigos, el negocio, el estado del tiempo o
cambiable en el cual yo modifiqué historia por frontera y sus años como compañeros de escuela. Debo aclarar que mi
que, para mis propios fines, releí bajo la clave de "un niño padre nació en Laredo, Texas, en 1921, y que mi madre que,
descubre la frontera".
aunque nació en Nuevo Laredo en 1926, vivió largas tempo-
Fue así como llegué a percibir dos cuestiones fundamen- radas con sus abuelos y tíos maternos –la familia Heredia–,
tales. Una, la naturaleza propia, amigable y serena con que pues asistió a la escuela parroquial de la iglesia de San Pedro
Aries decía haber descubierto la historia; y yo lo parafrasea- al poniente de la ciudad de Laredo.' Mi padre terminó su
ba y decía que de la misma manera, propia, amigable y se- high school en el Martin High (todavía conservo sus anua-
rena, había descubierto que era fronterizo y que vivía en la rios escolares, llamados "Pitahaya"), y gran parte de su vida
frontera. Otra, de raigambre más existencial, era que Aries laboral la desarrolló del lado estadounidense en el negocio
hablaba de la condición religiosa de la historia, que la con- de venta de automóviles. Aunque mis abuelos paternos –la
vertía en algo muy cercano a la gracia; y yo, parafraseándolo familia Ceballos González– vivieron en Laredo, Texas, ya
de nuevo, experimentaba la gracia de mi pasado familiar y para cuando yo los recuerdo vivían en Nuevo Laredo. Tanto
la naturaleza casi sagrada del espacio que mis antepasados ellos como mis abuelos maternos –los Ramírez Heredia--
habían conservado para mi familia y para mi patria. Sobre habían llegado indistintamente
a Laredo o Nuevo Laredo en
esta doble percepción basaré mis primeras reflexiones. los años más aciagos y conflictivos de la Revolución mexica-
Para mí, la frontera no fue en sus principios lo "peor de na –1915 y 1916—, procedentes de Camargo
2 y Villagrán en
un país", tal como lo expresó Orson Welles en
ibuch of Evil
(1958). Antes al contrario, nací protegido y arropado en un
medio propicio donde desarrollé mis actividades normales 'La referencia a la iglesia de San Pedro no es banal, y
a que fue la pri-
de un niño y mera iglesia católica donde se hizo uso del inglés en 1897, según consta
adolescente que vivía en la frontera: la vida en una placa en el
familiar, el lugar de trabajo de mi padre, la iglesia donde exterior de este templo, fue además la parte de la
ciudad donde construyeron sus casas las principales familias.
obviamente era monaguillo, las fiestas infantiles, la escue- 2Los Ramírez de Carilargo, que tenían sus propiedade
s en ambos la-
la católica, los actos cívicos, sociales y religiosos. Solamente dos del río Bravo, son quienes aparecen en la foto
tuvo a de la portada que
había una diferencia con otros niños mexicanos: parte de mi bien Armando C. Alonzo incluir en su libro hiorio
kyzacy,
CheW5 -
Settlers in South 7e.m. uw-1900,
vida familiar; religiosa o festiva la desarrollaba en La redo, 0908).
mi abuelo materno -mi bisabuelo-, con .vas otros Ahí está el padre de
"texas. No estoy seguro de que en mi infancia haya percibido fam ili as y cuatro hermanos, sus
otros invitados. Luego de la Revolución mi'xicana, una parte
d e „H os ; D
394 igró a Reynosa y a McAllen, la otra a los do
s G re dos
SAI UJS PANIIREZ
EXPFRIEM IA UI I A F RON IRA
RA

395
Tamaulipas, y del viejo pueblo minero de Mazapil que, aun-
que en Zacatecas, tenía como centro de interacción el Saltillo atendió una mujer que era oficial de inmigración o de adua-
porfiriano, donde por cierto vivían otros parientes y donde na, no lo recuerdo. Vio el pasaporte —la "Forma 13"— que
permanecieron antes de trasladarse a ambos Lucidos. estaba a nombre de Evangelina Ramírez de Ceballos, y en
La experiencia y los recuerdos que tengo como niño y lugar de seguir el trámite que yo esperaba, inmediatamente
adolescente fronterizo, que me llevaron al descubrimien- me preguntó por mi tía Teresa Heredia, que era hermana de
to ambivalente de la frontera, quedaron en mí como hitos mi abuela materna y que vivía en Laredo, Texas; además,
formativos. Algunos de me dijo con esa fórmula tan familiar y arcaica —que es el
ellos han sido especialmente signi-
ficativos y me han marcado. Recuerdo cuando un 22 de fe- fundamento de los patronímicos—, y que todavía usamos en
brero al pasar hacia Laredo, Texas, por el Único puente que la frontera: "Tú eres hijo de Reme" (así designaban familiar-
entonces existía, a celebrar el natalicio de George Washing- mente a mi madre por haber nacido el 1 de septiembre, día
ton y asistir al desfile —o al paseo, como decían mis tíos de de la Virgen de los Remedios). Obviamente, el pasaporte no
Laredo, Texas—, le pregunté a papá que por qué la bandera registraba el apellido Heredia, y mucho menos el nombre
mexicana estaba a media asta, que yo ya sabía que era señal de Remedios, ya que mi madre era Evangelina, y así apare-
de duelo. No sé si me respondió que era el aniversario de la cía en el documento. Todavía recuerdo que mi nerviosismo
muerte de Francisco 1. Madero, pero sí creo recordar lo que de adolescente se esfumó y me sentí recibido en mi propio
yo comenté: "aquí estamos tristes, y allá estamos alegres"; espacio y, además, con una referencia explícita a mi propia
hoy percibo que aquella inflexión verbal identidad familiar. Evocaciones como ésta han creado en mí
—estamos— refleja-
ba mi experiencia ambivalente de niño de la frontera. Años una sensación de tener ciertos derechos de espacialidad so-
más tarde, cuando hube de sacar mi pasaporte individual bre ambos lados de la frontera, derechos que no tienen que
porque ya era adolescente, tuve también una experiencia ver con cuestiones jurídicas ni políticas actuales, que hacen
de la amistad de la frontera que no he olvidado, y más aho- referencia al Estado-nación, pero sí con cuestiones antropo-
ra después del 11 de septiembre de 2001. Debo aclarar que lógicas que quizá algún día, o quizá no, los seres humanos
para entonces lo que llamábamos pasaporte no era sino establezcan como fundamentos de la sociedad. Sé que esto
un pequeño documento mexicano de cartoncillo conocido tiene que ver con lo que los historiadores llaman la edad
como "Forma 13", en la cual los estadounidenses ponían dorada y la utopía. Pero dejémoslo ahí. Lo que no podemo
s
su sello de aprobación para poder pasar a su país. Los me- dejar son los derechos de espacialidad antropológica que
nores de edad aparecían juntos al lado de su madre, y las se derivan del hecho de tener los fronterizos a sus muertos
sepultados
personas mayores de manera individual. Ya para entonces en ambos lados de la frontera.
mi madre tenía una "mica" en la cual sólo aparecía su fo- Como estas experiencias podría relatar muchas más,
como
tografía y los nombres de mis hermanos menores. Cuando, las que tuve tantas veces cuando mi madre andaba
como digo, fui adolescente, mi padre me dejó en la garita de compras O en algún evento social, v saludaba indistinta-
estadounidense mente en inglés o en español a cuanta gente se encontraba;,
para obtener mi propio pasaporte —mi pro- o en el
pia "mica". Llegué con la "Forma 13" de mi madre y me Boys Club de Laredo donde yo asistía los veranos;,
o
en los viajes a visitar a los tíos, ya fuera Brownsville o
396
M.H4LF1 rI RAI' L1 RmgíRez <PE PÍEN( IA DE 1A ( ROMERA

397
San Antonio;, o las visitas a las playas de Corpus Christi; o
las quermeses —nunaicas—
en Saint Joseph's Academy; o los gustin School, y por lo mismo no se identificaban conmigo,
días que, según yo, iba a trabajar con mi padre a Guaja rdo pues yo era partidario de Saint Joseph's Academy que era
Motor Company, que era el nombre de la agencia de carros marista, y que era de donde venían los
brothers a Nuevo
donde laboraba. Ahí recuerdo que "trabajé", en diferentes Laredo al Colegio América donde yo estudiaba. Recuerdo
períodos de vacaciones, en el departamento de carros usa- que aún años después vestía yo el suéter
dos, en el de refacciones —en las partes— de San José y no el blue and white, mareo,, and White
y en el de pintura. que era el de San Agustín.
No me sentía diferente de quienes vivían en Laredo, Texas, Otra fuente de identificación
de fondo religioso eran los Ca-
sino al contrario, había algo que me asimilaba, aunque fue- balleros de Colón y los cursillos de cristiandad. Recuerdo
ra algo diferente a la definición de la nacionalidad; a no ser que estos últimos fueron iniciados por unos pilotos espa-
por un desacuerdo que todos los viernes había entre los ñoles que se entrenaban en la Air Force Base que entonces
mecánicos, los pintores y el personal de ventas: la comida, había en Laredo, Texas, y al que eran invitados habitantes
pues mientras unos decían que no debían comer carne por- de los dos Laredos. Mi padre asistió a unos de los primeros
que así lo estipulaba la Iglesia Católica de Estados Unidos cursillos que se dieron en el antiguo Hospital de la Merced
y las tradiciones estadounidenses, otros decían que no eran al lado de la Plaza del Correo. Y qué decir de las ceremonias
creyentes o que eran mexicanos y eso no los obligaba. Re- religiosas donde los Caballeros de Colón lucían sus vistosos
cuerdo que mi papá no era afecto a esa discusión, pero sí el trajes, tanto en las que se celebraban en La recio como en las
jefe del departamento de refacciones, Mario González, de de Nuevo Laredo. Desde luego, recuerdo mucho las con-
quien todavía recuerdo las frases irónicas que le decía a un vivencias que organizaban, donde había juegos, comidas,
mecánico que fue a presumirle que comería unos chicha- competencias y el imprescindible bingo.
rrones aunque fuera viernes. Debo decir que yo me sentía Otra vivencia menos privada de mi percepción de la
igual que los estadounidenses, no tanto por mi lugar de frontera fue haber captado el gran triunfalismo que para
nacimiento o por la necesidad de un pasaporte, sino por ambos Laredos dejó la posguerra. Aunque obviamente yo
ser católico.
no lo vi, quedó por muchos años el recuerdo de la ida y el
Ser católico era otra gran fuente de simetría que yo perci- regreso del Escuadrón 201 por esta frontera, que fue la co-
bía entre los habitantes de los dos Laredos. Desde luego, la laboración mexicana a la Segunda Guerra Mundial; parte
vivencia religiosa la tenía dentro de la familia, pero también de su entrenamiento lo hicieron en Estados
Unidos y de ahí
en la escuela y en la iglesia. Recuerdo que, como hasta la fueron enviados a las Islas Filipinas. Ciertamente, en ese
fecha, las bodas de los tíos y de los primos —ahora de los tiempo no era yo capaz de percibir más que por algunas
sobrinos— implicaban en ocasiones a los dos lados de la consecuencias toda la actividad que para los dos Laredos
frontera, pues indistintamente significó el régimen de
la ceremonia religiosa era sustitución de importaciones por el
en un lado y el festejo en el otro; e incluso suponían el ma- incremento de las agencias
aduanales, el transporte, la fis-
trimonio civil que prescriben las leyes mexicanas. Por otra calización y las diversas actividades de la aduana. Lo que
parte, una tía y .ame dejó una gran impresió n
dos de mis hermanas asistían a Saint Au-
i tó en ello, fue la organizació , porque mi familia partici-
n que desarrollo el en
398 t onces
Ntrilif
IDREZ E \ PERIENCIA DE I A I RONTFRA

399
único cura párroco de la ciudad que inició sus actividades
en 1932, un sacerdote de origen español, el padre Enrique En septiembre, cuando regresé a la escuela, el mobiliario
Tomás Lozano. Parte de su ministerio lo había desarrolla- era nuevo y había sido regalado, según nos dijeron, po
do en Laredo, Txas, en la época del r el
conflicto religioso en colegio marista de Laredo, Texas. De algún modo, aque-
México, donde incluso había dirigido una llamada Liga lla inundación quedó muy grabada en mi memoria y me
Católica, que sirvió de apoyo a los combatientes y estuvo hizo más conscient e de
la interdependenci a
enfocada, entre otras cosas, a trasladar seminaristas mexi- y vecindad
con Laredo, Texas, por lo mismo de ser fronterizo.
canos a España. Esto lo hizo conocedor de los habitantes
Todo lo que he narrado hasta ahora muestra el origen
de ambos Laredos y lo convirtió en un líder social digno amistoso, cordial y lleno de sentido con el que de niño y
de La navidad en las montarlas,
de Ignacio M. Altamirano, de
Al filo del agua, de Agustín Yáñez, adolescente percibí mi vida en la frontera. La frontera era
o
annpagne, de Georges Bernanos. de lournal de un curé de mi espacio vital, familiar, escolar, religioso, deportivo. Aun-
que luego conocí los grandes problemas que se viven en la
Entre mis primeros recuerdos negativos, hay dos de región, yo estaba protegido y arropado por mi familia, por
1954: la devaluación del peso en la Semana Santa y la úl- la escuela, por la iglesia, por los amigos. Nuevamente, debo
tima gran inundación que sufrieron los dos Laredos en el parafrasear a Aris y decir que vivía en la frontera como en
mes de junio. En ambos, me supe fronterizo. En el prime- una especie de oasis protector. Porque existía ese oasis, yo
ro, porque mi abuelo materno me llevó al antiguo ban- vivía fuera de la frontera, es decir, fuera de sus conflictos,
co Longoria donde supongo tenía sus ahorros. Tengo un pero también, precisamente por ese oasis, la frontera no me
vago recuerdo en el cual me encontraba yo entre mucha era extraña. En cierta manera, mis recuerdos de niño y ado-
gente adulta, viéndolos de abajo para arriba, formado en lescente fronterizo han actuado para contrarrestar las duras
fila con mi abuelo y todo mundo hablaba de un término realidades que luego descubrí en la frontera o la manera
que me resultaba extraño "la devaluación"
; y esto no lo acre, agresiva y denigrante que he conocido al saber cómo
recuerdo, pero seguramente todo mundo pensaba sacar ha sido tratada tanto por mexicanos como por estadouni-
sus ahorros y convertirlos en dólares. Recuerdo también denses. Debo decir que mis recuerdos son como aquella can-
la última gran inundación que sufrieron los dos Laredos ción que George Orwell, en
1984, sitúa en el pasado infantil
y otras poblaciones ribereñas al desbordarse el río Bravo. de su personaje para sacar sentido a la dureza del presente y
Me sorprendió ver cosas que sólo veía en el cine, como a la continua falsificación de la historia: "Naranjas y limones
cuando el ejército estadounidense instaló primero un dicen las campanas de San Clemente; me debes tres pequi-
puente de pontones inflables para cruzar el río y luego nes, dicen las campanas de San Martín".
un puente más permanente de pontones de madera. Mi Experimentar ser
fronterizo creó en mí tilld
padre me llevó también al aeropuerto conciencia
de Nuevo Laredo de alteridad y de identidad, de simetría y asimetría,
a ver un inmenso avión lleno de bastimentos —supongo igualdad y diferencia, q ue no de
ha d
un Hércules— cuya trompa se levantaba. Él mismo tuvo fecha me extraña y me indig na esaparecido. Hasta la
c utre los políticos y los intelectualever personas, sobre todo
que trasladarse en avioneta a Laredo, Texas, a trabajar s, q ue no
a son sensibles
400
esta realidad, y que ven la frontera co
mo una e ncrucija da
nl4NUFI [I 1114E EAMIRFZ
ExRERIFNCIA DE EA FRONTERA

401
inestable, sin sentido y sin permanencia; como si en ella no
que era especialmente anti mexicana: los Texas Rangers, a
vivieran seres humanos sujetos a las mismas contradiccio-
los que despectivamente se les llamaba ;luches. Recuerdo
nes y posibilidades de los demás. Por otra parte, la visión
que cuando vi la película Chin/ sentí que implicaba algunas
de la frontera que tuve de niño o adolescente no podrá ser,
ni con mucho, la de mis hijos y escenas contra los mexicanos, como en aquella en que a un
su generación. En nii propia
guajolote lo nombraban como "ped ro"; y desde luego en la
experiencia, percibí que desde mediados de la década de
que Rock Hudson peleaba porque no quisieron atender
los setenta las relaciones entre ambos La rudos empezaron a
una familia mexicana en un restaurante. Hoy, por supues-
cambiar, y se hicieron muy semejantes a los de otros lugares
to, sé que el mensaje de Giant,
de Estados Unidos. Ya no se autorizó, por ejemplo, el paso en ese momento, era mucho
más hondo. Recuerdo también cómo en Nuevo Laredo un
libre en las fiestas de Washington, la operación Guardián
domingo en la tarde, presumiblemente soldados de la base
fue de las primeras que mostró otra cara de las relaciones
aérea de Laredo, Texas, llevaban en el cofre de un auto-
mutuas, los requisitos para obtener los permisos de paso o
móvil a uno de ellos dormido y vencido por el alcohol. El
internación fueron cada vez más estrictos, la instauración
comentario de mis padres no se hizo esperar en torno a
de la visa láser fue un nuevo modo de control, y por si
que eso no se atreverían a hacerlo en Laredo, lbxas, y a
todo esto fuera poco, los desafortunados acontecimientos
que ellos tenían otras costumbres. Otro de mis recuerdos
del 11 de septiembre de 2001 vinieron a contaminarlo todo.
es cómo en una corrida de toros sacaban a una estadouni-
Más adelante regresaré sobre esto. Sólo quiero adelantar
dense ebria; mi madre dijo que iba mareada porque había
que si bien mi visión de la frontera estuvo marcada por
personas que no podían ver sangre, y seguramente ella era
la ingenuidad y la benevolencia, sí hubo hechos que me
una de ésas. Años después, al rememorar el hecho, pen-
mostraban sus problemas. Yo sabía que en otros lugares de
Texas había discriminación y que los mexicanos no podían sé que me había dicho eso para que no me escandalizara.
Por otra parte, debo decir que para llegar a la escuela de
entrar, por ejemplo, a algunos restaurantes. De ello tengo
los maristas en la colonia Victoria, debíamos pasar por las
un vago recuerdo cuando mi abuela materna convalecía en
cercanías de la zona de tolerancia; recuerdo cómo, ya un
el hospital Santa Rosa de San Antonio y no pudimos co-
poco mayores, el chofer que recogía en el colegio a unos
mer en un lugar cercano porque estaba vedado el ingreso
compañeros nos acercó un poco más a condición de que
a los mexicanos. Todavía mi hermana mayor recuerda mi
indignación porque al prohibirse, también el ingreso a los nos ocultáramos para que no nos viera la policía. Debo de-
cir que para entonces yo pensaba que esos lugares, como
perros nos igualaban con ellos. Pero en Laredo las cosas
las cantinas, eran para los estadounidenses. Establecí así
eran diferentes, como en el primer restaurante de autoser-
una frontera moral al contrario de lo que supe después, en
vicio llamado Deliganis Cafeteria frente a la Plaza Jarvis, o
el que el lado malo eran ellos; sí sabía yo de lo malo que
en el Dairy Queen, o en la fuente de sodas de las farmacias
había en Nuevo Laredo, pero percibía que era para ellos.
como la City Drug Store o la Central Drug Store que, por
Ahora bien, los anglos, los soldados de la base aérea, los
cierto, todo mundo conocía como Botica de la Ciudad o
que venían del norte, ésos eran para mí los malos, no tanto
Botica Central. Desde entonces sabía que había una policía
los mexicanos que yo conocía en Laredo, Texas. Entonces,
402
^IALII I ( ERAL' IA RAMIREZ EXPFRIFN“ IA 10 LA ROtHI l'A
403
debo decir que para MÍ la frontera, tarte de
ser una cues-
tión moral, también lo era étnica y cultural. !ron terizo. Si bien en el fondo yo pienso que distinguía ra-
A pesar de ello, tuve siempre de niño y adolescente una cionalmente la frontera -es decir Laredo y las otras pobla-
percepción benévola de la frontera que no correspondía ciones de jbxas- de lo que era
Estados Unidos, la versión
del todo con la realidad, por eso he dicho que vivía fuera de la conspiración yanqui contra México sostenida por los
de la frontera a pesar de estar en ella. Sin embargo, así fue católicos me acompañó durante casi un par de décadas.
mi descubrimiento de la frontera. Ya en alguna ocasión Jo- Aunque esta versión no está ya vigente ni siquiera entre
sana Z. Vázquez me indicó la forma indulgente y positiva los historiadores católicos, es parte sustantiva de
su pasa-
con que yo veía el proceso histórico de los dos Laredos; me do historiográfico. En cierto modo, de niño ya había ex-
lo decía a propósito de un texto que presenté en un semi- perimentado elementos incipientes de esa versión, como
nario y que titulé "Los dos La redos: historia compartida cuando mi maestro de tercer grado -v por añadidura en
y experiencia de la frontera", y que hace unos años salió una escuela católica- narraba la tradición de la migración
publicado en un libro colectivo (Ceballos, 2001:233-257). de los laredenses de la margen izquierda del Bravo al lado
David J. Weber, que también participaba en ese seminario, que permanecía siendo mexicano, luego del Tratado de
se refirió al mismo texto de modo más eufemístico y me Guadalupe Hidalgo porque "celebrada la paz, muchos de
dijo que yo trataba a los dos Laredos con tanto afecto que los moradores del perdido Laredo, no queriendo hacerlo
lo convertía en una cuestión romántica. igualmente de su nacionalidad, formando parte de una na-
ción, cuya raza, ideas, costumbres, idioma y religión eran
totalmente diferentes a los suyos, cruzaron el río y se es-
Dr I A GIRA HISTORIA A LA LEYENDA NEGRA tablecieron [..1
donde hoy se encuentra ubicada esta villa
[de Nuevo Laredo[" (Richer, 1958:12).
Hubo otro momento en que esta conciencia de ser fron- Otra forma de experimentar esta versión me sucedió de
terizo tuvo alteraciones. Fue cuando ingresé al seminario un modo más chusco. Fue cuando terminé el ciclo de
de los maristas y conocí la versión que los católicos de los mi
educación primaria, y mi maestro de sexto grado me en-
primeros 75 años del siglo xx sostuvieron de la desafortu- tregó una poesía para que la memorizara y declamara en
nada influencia de Estados Unidos sobre los destinos de la fiesta de fin de curso. Mi maestro era un hermano ma-
su país. Debo decir que, para mayor abundamiento, me rista cuyas narraciones del conflicto religioso de 1926-1929
trasladé a Guadalajara, la región más tradicionalmente ca- eran apasionadas, para quien los cristeros eran auténticos
tólica del país. Me impacto el gran provincialismo de los héroes, y quienes habían niuerto a nianos del gobierno ca-
jaliscienses, pues por un lado acababa de ser nombrado su llista eran verdaderos mártires de la fe; recuerdo en especial
arzobispo como primer cardenal mexicano y, por el otro que con frecuencia se refería al padre Miguel Agustín Pro.
lado, su equipo de futbol, popularmente conocido como El poema se titulaba "Por ella" y, como después me enteré,
"las chivas rayadas", estaba en la cúspide de sus triunfos. su autor era un sacerdote jalisciense que luego fue obispo,
Pero, aun así, o quizá por eso mism o, siempre me, Vicente M. Camacho y que la había compuesto al calor de
reconocí
la invasión estadounidense de 1914 a Veracruz. El problema
101

E‘PLR1111( 1 1 A /I
las
provino de que en sus dos estrofas iniciales, la poesía de- la conflictiva relación histórica entre Estados
airaba a la letra: Unidos y Mé-
xico, o al menos de forma tan apasionada.
La versión católica de la historia mexicana fue sustenta-
¿Qué queda de mi Patria? Los bosques seculares
da en el siglo xx por algunos jesuitas como Mariano Cue-
no son ya de sus hijos; las ondas de sus mares
vas y José Bravo Ligarte, y también por el estadounidense,
las surcan mil bajeles de extraño pabellón;
y huérfanos sus hijos, helados sus hogares monseñor Joseph Schla man (Schlarman,
1997); además
sus vírgenes holladas, sus hombres ¡sin honor! de que la editorial Jus publicó dos colecciones tituladas
"Figuras y episodios de la historia de
México" y "México
¿Qué queda de mi Patria? Sus ríos de oro y plata heroico". A esta versión también contribuyó José Vascon-
ha mucho desembocan en gruesa catarata celos con varios de sus escritos, pero particularmente con
en la nación vecina que siempre nos odio; su Breve historia de México
(Vasconcelos, 1962). Conocer con
en cambio, en nuestros rostros el hambre se retrata. alguna profundidad la versión católica de la historia mexi-
¡Vivimos cual mendigos, y es rico el vil ladrón!' cana me fue de cierta utilidad. En efecto, cuando hube de
presentar mi tesis de grado para recibirme de maestro en
Como se ve, el inicio del poema llevaba, al menos, una historia intenté conciliarla con la versión oficial de la histo-
triple y agresiva dedicatoria contra Estados Unidos al re- ria que sustentaba el Estado mexicano y escribí mi diserta-
ferirse al "extraño pabellón", a que es "rico el vil ladrón", ción con el titulo: "Hacia una interpretación mexicanista en
y más explícito era aún al hablar de "la nación vecina que la enseñanza de la historia de México". Según decía yo
en
siempre nos odió" (y aquí obviamente hacia yo un ademán aquel texto, la conciliación de las dos versiones de la histo-
hacia Laredo, Texas, que, por cierto, quedaba a unas cuan- ria era una de las razones por las cuales me había decidido
tas cuadras de mi escuela). Recuerdo que un día, mientras a presentar esa tesis. La otra era que yo era fronterizo y por
memorizaba el poema, mi maestro me proporcionó otro, lo mismo era capaz de asir y percibir lo mexicano. A este
aclarándome que había habido un cambio y que mejor de- respecto y con una no moderada autosuficiencia y seguri-
clamaría el que ahora me entregaba. Este era igual de an- dad que ya no podría sustentar, escribí en esa tesis de 1974:
tiliberal y antimoderno que el anterior, si bien ya no era
antiestadounidense. Debo confesar que en esos momentos Siempre supe distinguir entre la maraña social de hábitos
N'
no me daba cuenta de qué estaba pasando, pero años des- de costumbres que se tienen en la frontera lo que era ge-
pués inferí que, sin duda, el director de la escuela había in- nuinamente mexicano. Siempre tuve quien me indicara, des-
tervenido para moderar la intransigencia de mi maestro. El de pequeño, lo que era nuestro, fuera bueno o fuera malo.
director era un hermano marista francés que seguramente Siempre Live la voz paterna o materna que me indicaron,
"dentro del campo de vaguedades que representa la cultura
no estaba de acuerdo con la versión de los católicos sobre
mexicana" ISalnuel Ramos!, lo q ue éramos y en ~secuen-
cia, la 1.01'111,1 como debía conducirme. En los comentarios
'Véase el peinilla complete, que comprende 14 estrotas, en Vicente M. de la mesa, o en las amenas conversaciones de las salidas
(arnacho (1997:98- I no). en el coche, me parece volver a oír las consabidas fórmulas
406
MAill q i t FBAI I os RANIIREZ FYPTRIE IA UI IA 1511011 RA
407
"nosotros no somos atit .., ellos no hacen eso..., nosotros
teña v lo cautivaron las tortillas de harina, sobre todo las
pensamos diferente..., ellos..., nosotros". Fórmulas este-
reotipas Isid sí, pero al fin y al cabo realidades. [...j He te- que preparaban en Laredo, lexas, las primas del coronel
nido desde chico una fuerte conciencia de "lo mexicano" Juan Gómez, en aquellos que llamó "desayunos fronteri-
l...1 Conciencia que es muy fácil encontrar en la frontera. zos incomparables"» En el siglo xix ya Manuel Payno ha-
Conciencia que se convirtió en heroísmo en 1848, cuando bía descrito con gran benevolencia a los estados del norte
cruzaron el Grande del norte hacia el sur los vivos y tam- de México, particularmente a Nuevo León y a 1ámaulipas.
bién los muertos (Ceballos, 1974:6). Payno destacó también su cocina, pero sobre todo la fuerza
del carácter de los habitantes de la frontera, la resistencia a
Ya para entonces, mi conciencia de la frontera se había la adversidad, la presteza para el servicio de las armas y la
alterado también con la experiencia y con el estudio más belleza de sus mujeres (Payno, 199:27-79, 101-103, 108-112).
formal de lo que en realidad era este inmenso espacio de Así, todo esto contrasta con el estereotipo de la frontera
vida social: con sus éxitos y sus fracasos, sus asentamientos norte que llevó a mexicanos y a estadounidenses a crear la
antiguos y con otros más actuales, con la población perma- citada leyenda negra y a explotarla y difundirla. Ya fuera
nente y la migrante, con la vecindad desigual y los intentos Paul Theroux, Graham Greene, Octavio Paz, o el mismo
de armonía, con el tráfico legal e ilegal de mercancías y, Mauricio González de la Garza en un par de libros donde
en fin, con los costos sociales y psicosociales que supone con ironía pinta algunos aspectos vergonzantes de la vida
la vida en la frontera; y para decirlo todo, con su leyenda de Nuevo Laredo, su tierra natal. Me refiero a El río de la
negra. Cité antes brevemente a Orson Welles, quien expre- misericordia y al Rey de Oros.'
Desde luego que el cine, tanto
saba a través del capitán Miguel Vargas (Charlton Heston), de México como de Estados Unidos ha difundido versio-
que "all bordertowns bring out the worst of a country";
nes denigrantes —con sus respectivas contrapartes— para
pero lo mismo había dicho José Vasconcelos cuando afir- la frontera y aún para México y los mexicanos, ya no sólo
mó en su campaña de 1929 que no era posible sacar fuer- como lo señalé refiriéndome a Chin( o a Tiuch of Evil
—que
za moral de un triste lugar de la frontera. Es más, Vascon-
también contienen su aguda crítica a los estadounidenses—,
celos, recordando el año de 1915, había opinado que de
sino aun en los filmes aparentemente más inocuos, como la
Monterrey al norte era toda ella una inmensa 00 file0'5 Enid película infantil Bichos (A Bus's life,
1998), donde la cantina
del espíritu y un desierto de las almas. Pero como en casi
no es sólo un lugar mexicano, sino que da a entender que
todo, Vasconcelos fue muy contradictorio, pues encontró
los malvados saltamontes invasores podrían ser mexica-
en los norteños una buena cepa castiza, mucha herencia
nos. Son éstos quienes intentan apoderarse del fruto del
española, gran cordialidad social y despreocupada alegría,
trabajo de las laboriosas hormigas. Ciertamente, hay que
además, halló un auténtico fondo de patriotismo que no
aclarar que la inspiración original de esta película infantil
se conoció en lugares del sur de México. Por las ocupacio-
nes aduanales de su padre, Vasconcelos vivió en Sásabe
y luego en Piedras Negras. Fue en esta última población tata las diversas (Timone,: Lie It Va sconcelos ',liba' 1,1 Irontera,
véase Cchallos (1999:197-20(l).
—y en Lampazos—, donde también conoció la cocina nor-
`Véase Leballos (1997:2-9).

408
EZ UPLRII lA tI I A I Pi I E PA
409
es justamente lo contrario, pues como se sabe, fue una pa-
rodia de Los siete magníficos (1960), y en la cual éstos eran aunque como se sabe, la comunicación es preferentemente
por la 1-8, ya que se transita por la 1-10 sólo por el tramo
otros tantos pistoleros estadounidenses que defendían a
comprendido en la región de Tucson y El Paso. De esta últi-
un pequeño pueblo fronterizo mexicano de unos malhe-
ma población, la 1-10 se aleja de la frontera para llegar a San
chores. El problema radica, sin embargo, en que Bichos
Antonio, 1 louston, Nueva Orleáns v Florida, En la región
no deja en claro que el hormiguero sea también un lugar
noreste de México, la comunicación entre las poblaciones
mexicano, y puede interpretarse de manera negativa." Sea
fronterizas se realiza desde hace 50 años por lo que se cono-
lo que fuere, no se puede negar que "ese fiel reflejo de la ex-
ce como carretera ribereña, de Ciudad Acuña a Matamoros,
presión y mentalidad de una nación" (citado en Jabloska y
y si se quiere transitar por el lado estadounidense se utilizan
Leal, 1992:275). como es la cinematografía, no ha sido muy
las carreteras 277 y 83, y no la 1-10, que está situada a más de
benevolente con la frontera, así se trate del cine estadouni-
200 kilómetros de la frontera.
dense o del mexicano.
Es más, hasta en revistas académicas de reconocido presti-
gio no desaparece la idea de la frontera como lugar precario,
SEIS DLFI(II- SCIAS DF LA 11ISTORIA RON I [RIZA
fuera de la cultura y ajeno al "México de los refinamientos
castizos", como dijera Vasconcelos. Así, una de ellas citando
Enseguida, intentaré exponer algunas de las deficiencias
otra fuente, aseguraba que: "¿Sabía usted que no hay carre-
que encuentro en el rescate e investigación de la historia
tera que una los estados fronterizos y que para ir de Tijuana
fronteriza que tenemos los historiadores de México o de
a Ciudad Juárez, o de Piedras Negras a Matamoros, se usan
Estados Unidos.
caminos como (110) [sic' de Estados Unidos?".2 En el caso
de Tijuana a Ciudad Juárez, sí es verdadera la aseveración, 1) La excesiva atención que se presta a la historia política,
o si se quiere a los elementos políticos que son, en último
'No puedo dejar de consignar los comentarios de mi hija de ID años término, los que han decidido el trazo de las fronteras. Es
cuando le pedí me prestara la película para observar de nuevo la escena nuevamente la historia política la héte //aire que enfanga y
y poder citarla en este texto. Ella decidió verla conmigo y mientras la desfigura el pasado de la región y que se antepone a la his-
observábamos me preguntó el motivo por el cual la veía. Cuando le ex- toria social. Por este motivo, se desatiende también la geo-
pliqué, sus comentarios no se hiciero n esperar: "l'ara qué compramos
grafía, que es básica para la comprensión de la frontera, y
esa película"; "por qué nos tratan así, si nosotros los tratamos bien";
se les niega a la historia demografica v a la historia cu ltural
"ahora sí le entiendo, no cuando la vi de chiquita"; "bueno de algo ,sir-
re, para discutir lsicl sobre eso"; "por qué su importancia. Tan son políticas algunas de nuestras his-
en lugar de hablarles de esa
película, no les recomiendas que vean t'II sin Inexicano5". No sé si en
torias que no tienen impedimento en detenerse en el río N'
el futuro elija ser historiadora, pero va me !ilustró que de algún modo ha no pasan al otro país, o solamente se ocupan de esos espa-
reproducido la conciencia de la alteridad tronteriza. Mi asistente, menos cios en ciertas épocas, y diferenciando y explicitando polí-
emocional, se conformó con decir: "Son especialistas en eso los gringo,s". ticamente la pertenencia a alguno de los dos países.
'Cajón desastre ¿sabía usted que... ?, Istor, ano 3, num. ll, invierno 2) La suposición de la texanidad prexistente, sobre todo en
de 2002, p. I61. l a revista que cita es Si'!', 23 de junio del 2002, p. 44. los habitantes de la Franja del Nueces; o en el caso de los
410
PANIIREZ EEt ERIPR 'R IP IVOIJIIA
411
del antiguo territorio de Texas, la preexistencia de la unies- tificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo/ y también se
tati dad. Llamo texanidad o uniestatidad preexistente a la debe asentar la pertenencia de la Villa de San Agustín de
confusión de lo tejano como ya estadounidense, cuando en
Laredo al Nuevo Santander desde su fundación en 1755, y
realidad era novohispano o mexicano, o bien a la negación
a partir de 1824 al estado de Las Tamaulipas. El otro texto
de la etapa mexicana (1821 a 1836, o 1821 a 1848); sin des-
donde se pone de manifiesto la texanidad preexistente es
conocen desde luego la influencia y el interés de muchos
de The New Handbook of 7óxas,
estadounidenses por los territorios texanos desde la prime- que al presentar la supuesta
República del Río Grande, dice:
ra mitad del siglo xix. Un caso típico es el de los canarios
españoles que arribaron a San Antonio en 1731 y que por
lo tanto fueron novohispanos por poco menos de 100 años, La República del Río Grande fue un esfuerzo por parte
y por 15 años mexicanos, si nos atenemos a la declaración de los líderes federalistas de Tamaulipas, Nuevo León,
de independencia de Texas. Estamos hablando de cuatro Coahuila por romper con el gobierno centralista de México
generaciones. Y para hoy estamos hablando de nuevo o 10. en 1840 para formar una nueva confederación. Desde 1835,
Ya para mediados del siglo xvui cuando se integraron a la con la ascensión de Antonio López de Santa Anna, estable-
Nueva España habían prescrito ciertas cuestiones cultu- ciendo un gobierno centralista en México, líderes federales
rales, como los patronazgos guadalupanos, la religión, el en todo el país habían intentado el retorno a la Constitución
idioma, etc. Aún así, muchos de ellos no reconocen su pa- federalista de 1824. Este asunto fue particularmente fuerte
sado novohispano o mexicano. en los estados del norte de México y, al no poder alcanzar
el éxito en esa empresa, los federalistas del norte trabajaron
Cito dos ejemplos más de la texanidad preexistente. El para lograr ser independientes de la República mexicana.
primero, el de un destacado autor que afirma que "por "La contigüidad con Texas, que recientemente y de modo triun-
fante habaa ganado su independenica de facto, influyó probable-
muchos años, Laredo fue parte del estado mexicano de
mente en la acción de los federalistas mexicanos" (Texas State
Coahuila y Texas. Después de la independencia de Texas
Historical Association, 1996) (Las cursivas son del autor de
en 1836, tanto México como Texas pelearon para tener el este capítulo).
control del área entre el Río Grande y el de las Nueces"
(Thompson, 1986:99). Es de suponer que el autor atribu-
ye la pertenencia de Laredo a Coahuila y Texas, cuando la En abril de 1848, tres importantes laredenses se dirigieron al coman-
Constitución de 1824 legisló que ambas entidades formaran dante de las fuerzas de ocupación en Monterrey John E. Wool, para
pedirle se restableciera a las autoridades mexicanas en Laredo. Al parecer,
un solo estado de la federación mexicana. Pero el silogismo
Wool no les respondió, pero sí el comandante texano en Laredo, Mirabeau
de la texanidad preexistente, de no ser falso, sería impeca- B. Lamar: "Ustedes no podrán ver realizados sus deseos de restablecer la
ble: corno Laredo es de Texas, y siempre fue texano, al pa- autoridad de México en este lado del Río Grande. Les he dicho a menudo
sar Texas a formar un solo estado con Coahuila, Laredo fue esta verdad, aunque ustedes puedan creer lo contrario: México ha perdi-
do Laredo para siempre" (Thompson, 1991: 4-5). Para el comportamiento
parte de Coahuila y Texas. Acerca de esto se debe aclarar,
de otros laredenses que no quisieron ser estadounidenses véase Ceballos
desde luego, la resistencia de los laredenses a convertirse (1991:29). Véase también la versión novelada de esta actitud de los mexi-
en estadounidenses y texanos aun antes de conocerse la ra- canos de San Antonio de Béjar en 13erruga, (2000:326)_

412
(1- 1,n; OS E(AMiREZ EXPLRIFNC EA OF I A FRON r I, '1
413
La inexistencia de la texanidad o de la uniestatidad es un
crucé la frontera, la frontera me cruzó" (Los Tigres del Norte,
claro argumento que desfigura la historia y que es utilizada 20111). Lomo lo destacó Roger Cbartier, la afirmación del et-
por los historiadores posteriores para aportar elementos de nocentrismo y la negación del intercambio y de "la amistad"
la identidad psicosocial, además, como lo ha mostrado Ber- en la historia, han hecho que las sociedades conservadoras
nard Lewis, los historiadores de los países conquistadores del siglo xx se encerraran en sus propios valores, además de
con frecuencia caen en ese argumento al narrar las historias que negaran otras tradiciones distintas, y se desecaran por
anteriores a la conquista. Así ha sucedido, por ejemplo, con no haber captado la diversidad del mundo que era el suyo
los ingleses al escribir la historia de India, con los franceses (Ariíts, 1988). Y no podemos negar que tanto la sociedad
al ocuparse de la del norte de África, o con los rusos al tratar mexicana del siglo xx como la estadounidense hayan sido
la de la Unión Soviética. En todos estos casos, el propósi- sociedades conservadoras, en el sentido amplio del término.
4) Llamar historia fronteriza a la yuxtaposición de las histo-
to es invariablemente el mismo: desacreditar a los regíme-
rias estatales, ya sea de los estados mexicanos de la fronte-
nes anteriores al advenimiento del imperio, presentándolos
ra norte o a las entidades estadounidenses colindantes con
como bárbaros o tiránicos, para justificar de esta manera
México. Para hacer historia fronteriza, es menester tener
la conquista y la instauración de otro gobierno. Lewis cita
en cuenta la biterritorialidad de los hechos, y también la
varios casos de esta cuestión, entre ellos el del historiador
binacionalidad de empresas, personas, movimientos, pro-
ruso Yevgeni Alexandrovich Belyaev, "quien pretende hacer
blemas, etcétera; así mismo, es menester tener en cuenta
creer a sus lectores que en el imperio bizantino las masas la existencia de la centralidad de algunas poblaciones que
trabajadoras volvían anhelantes la mirada hacia las tribus de rebasan los límites políticos y que genera la existencia de
nómadas eslavos, en quienes habían reconocido sus aliados comarcas o subregiones a lo largo de la frontera.
y libertadores" (Lewis, 1979:1 12-115). 5) Construir la historia fronteriza sin tener en cuenta la alte-
ridad, la asimetría, la diacronía v la sincronía, y sobre todo
3) La existencia en algunos casos de resabios trasnochados la subalternidad. En cuanto a la alteridad y la asimetría son
del ethos cultural mexicano o estadounidense, que hacen por fundamentales de tener en cuenta porque nos muestran los
ejemplo tener en cuenta cuestiones racistas en el caso de este diversos modos como se ha ido construyendo la historia de
último, o un antinorteamericímismo ya superado en el caso la región fronteriza y las cuestiones que ya han cambiado,
de los mexicanos. De que no ha desaparecido del ribas que ya han prescrito, que ya no son iguales. En ocasiones,
cultu-
ral mexicano, así sea del más justificado y popular, es testi- se afirma que los habitantes de la frontera "somos los mis-
monio un reciente corrido cantado por un grupo musical en mos" en ambos lados; hoy esta afirmación debe ser acota-
el que se expresa de manera un tanto desorganizada, entre da, racionalizada y limitada. Por otra parte, al atender la
otras cosas, la legitimidad de vivir en los estados del sur de diacronía y la sincronía recobraremos las diversas etapas y
Estados Unidos por anteceder en ellos a los anglos, por la los diversos espacios donde se Ni ido generando de modo
expoliación territorial, por cuestiones raciales y por las acti- distinto la historia de la región.
vidades laborales. El corrido dice frases como éstas: "Y si a
los siglos nos vamos, somos más americanos que el hijo de He hablado también de tener en cuenta la subalternidad
anglosajón" [...] "soy extranjero en mi tierra" 1...1 "yo no que han puesto de manifiesto quienes han desarrollado la

4 t4
FIAAIIIR U.
I 11P110', PANIIREZ EXPIP N In IIU'~JI
415
corriente de los Suballern Símiles (estudios subalternos);
compleja. A ello, se añadió la categoría de simultaneidad,
como se sabe, esta corriente no es nueva, pues se originó en la que unos mismos eventos históricos se entrelazan. El
en Inglaterra a finales de los años setenta, donde un peque-
resultado de los estudios subalternos estuvo relacionad o
ño grupo de historiadores de India y del sur de Asia cele-
también con la necesidad de desechar el conjunto de oposi-
bró una serie de reuniones en torno al historiador Ranajit ciones y antinomias que separa las sociedades occidentales
Guild, quien enseñaba en la Universidad de Sussex (Dube,
con historia y modernidad, de las no occidentales arraiga-
2001). El propósito principal era elaborar un nuevo proyec-
das en los mitos, los rituales y las tradiciones. Y esto no
to para el conocimiento del pasado de India en el que se re- como una división geográfica o geopolítica, sino corno una
conociera la centralidad de los grupos subordinados para
realidad eminentemente antropológica, ya que subsisten
la historia que por entonces se escribía. Se consideraba que en el occidente sociedades que no pueden ser consideradas
estos grupos subordinados, aun por el hecho de serlo, no
occidentales. Para rescatar una historia sustantiva y evitar
dejaban de ser protagonistas legítimos del pasado. La ca-
perder pasados significativos, los estudios subalternos
tegoría de lo subalterno la tomaron básicamente de los es-
proponen comprender las complicidades entre etnografía
critos de Antonio Gramsci y cayeron en la cuenta de que
y colonialismo, los lamentos nativistas por la destrucción
de las tradiciones y las proposiciones populistas que recla-
lo subalterno podía adquirir los atributos de una entidad
histórica y social sustantiva y singular [...] La categoría de man una voz exclusiva y una subjetividad privilegiada en
lo subalterno también contenía ya en sí la posibilidad de nombre de políticas identitarias y una al teridad con priori-
fundamentar análisis que profundizaban la articulación de dad sobre las demás. Se trata de un proyecto básicamente
principios diferentes, entrelazados, de división social y do- humanista donde se contenga una historia del ser humano,
minación cultural, incluyendo comunidad y clase, casta y de todo ser humano, por el hecho mismo de serlo, que no
raza, género y nación. privilegie hegemonía de ningún tipo ni un nativismo inge-
nuo. Así, abriéndose paso entre las formas imperiales de
Se trataba de superar las historias fundamentadas en las imaginar, y las narraciones nacionalistas y las cavilaciones
certezas de la teoría de la modernización, en las consabidas modernas, los recuentos y rescates subalternos vuelven a
verdades de la hagiografía nacionalista y en las certidum- considerar las culturas y estructuras coloniales, vuelven a
bres simplistas del marxismo dogmático. Para estos histo- fundir el ritual y la resistencia, vuelven a pensar las identi-
riadores indios, formados en Inglaterra, había una parte de dades y las comunidades, y vuelven a dar forma a la cate-
su propia historia que quedaba supeditada y oculta para la goría crítica del género y al concepto-metáfora del Estado
historia del imperio británico. Pero no sólo eso, sino que la y de los Estados.
sutil y extremada división social de India en castas, grupos 6) En relación con la subalternidad y con lo que ante-
de intocables, creyentes y militantes cristianos, hindúes riormente llamé la lexanidad o uniestatidad prexistente, es
o budistas hacía más difícil aún la comprensión y expli- preciso enmarcar, contextualizar y problematizar lo que ha
cación de la historia. Todo esto generó la utilización de la actuado en la historia del sant/aves/ en general, y en parti-
categoría de subalternidad para comprender esta historia cular de la historia de Texas, como el démon des origines. De
416
EePIPILNUA L,f :A FUONIIItA
417
ello, se deriva la llamada historia fundacionista, que pro- alguna distancia entre otras películas sobre el tema, inclui-
mueve los mitos fundadores de la nación texana, que como
da la de John Wayne (1960), y desde luego con la visión que
se sabe tiene entre sus principales autores a Walter Prescott sitii se ofrece en el museo de El Álamo en San Antonio.
Webb, a J. Frank Dobie y a T. R. Fehrenbach (Montejano, En cambio, en el Bob Bullock de Austin se introducen cam-
2002). Desde luego que esta versión ha sido desmentida bios que comparativamente dan otros puntos de vista. Así se
en proporciones cada vez mayores —y sólo cito algunos desdibuja, en parte, el síndrome de El Álamo; la narración
autores--, por Américo Paredes, José Limón, Armando
está hecha por una voz que se dice es la de Juan N. Seguín,
Alonzo, David Montejano, Neil Foley, Emilio Zamora, Ro- en inglés y en español —este último con una pronunciación
bert L. Calvert y en una muy reciente obra por Benjamin impecable; además, se discuten los puntos de vista de la
H. Johnson. Hay que añadir desde luego a la editada por anexión y se destaca la participación de los mexicanos en
Walter L. Buenger y Arnoldo de León a la que me referiré la formación de la historia texana. Se expone, también, el
más adelante. Quizá se puedan integrar a la discusión para
mapa de 1835 de Stephen Austin en el que aparece la franja
advertir una incipiente modificación, algunos elementos del Nueces como perteneciente al estado de Tamaulipas,
novedosos contenidos en la visión de la historia del Bob mostrando con ello, en parte, la inconsistencia del casas belli
Bullock History Museum de Austin, o a la más reciente aducido por James Polk al iniciar la guerra con México en
versión de la película El Álamo (2004) dirigida por John Lee
1846, cuestión esta de la que ya había hablado Abraham Lin-
Hancock. Ciertamente que el tema de El Álamo es exhaus-
coln, y que el mismo negociador estadounidense del Trata-
tivo, conflictivo y fuente de discordias, y que obviamente
do de Guadalupe Hidalgo, Nicolás P. Trist, había intentado
sale de los límites de este escrito, pero en lo que respecta
solucionar (Sobarzo, 1996:251); además, la guerra de 1846-
al cine, ha tenido un proceso de diferenciación. A pesar de 1848 es cada vez menos the Mexicali War en la historiografía
que sigue siendo denigrante para los mexicanos y, según estadounidense y es cada vez más the War between United
algunos también para los estadounidenses, ya hay cambios States and México.'" Del lado mexicano, ha habido también
en la apreciación, y esto sólo si se compara con las anterio-
intentos exitosos por comprender este conflicto; entre otros
res.' En esta última versión, el "Remember the Alamo!" no
muchos, se pueden citar los recientes libros titulados: México
es ya el mayor grito de batalla ante el jurado de la historia,
al tiempo de su guerra con Estados Unidos, y Ecos de la guerra
como escribiera, exaltado, Dobie en 1942; y si bien el di- entre México y los Estados Unidos (Vázquez, 1997; Libura et
rector lo pone en boca de Samuel Houston al arengar a las al., 2004). Por otra parte, al establecer el Departamento del
tropas, luego sólo se repite una vez y con una modesta ex-
Interior, a través del National Park Service, el Battlefield
presión que sale de algún combatiente. Este filme establece Historical Site de Palo Alto en Brownsville, a principios de
la década de los noventa, prescribió entre las condiciones

'A propósito de que es denigrante también para los estadounidenses


y de las diversas versiones cinematográficas de El Álamo, véase el escri-
1 'Véase la reciente obra colectiva editada por Frazier (1998), En esta
to que, con ocasión de esta última, publicó Satina, (2004). Véase también obra, el autor de la entrada sobre la República del Río Grande es un
el libro de Crisp, (2009).
mexicano, Oda vio Herrera.

418 MANUEL CHAL LOS RAMÍREZ


FRPERI ENC LA DI- IA FRONTERA
419
de su instauración la presencia de la perspectiva mexicana L. Buenger y Arnoldo de León, Beyomi Texas through Time.
y de académicos mexicanos en lo que se llamó la Mexican- Breaking Array from Past Interpretations (2011). Ciertamen-
American War. Así, en el artículo 6 se estipuló
te, ambos son parte de una nueva corriente historiográfica
texana. Entre otras cosas, se proponen destruir lo que han
Para promover los objetivos de esta ley, el secretario que-
llamado "el mito de Texas"; han intentado también aclarar
da facultado para celebrar acuerdos con Estados Unidos
Mexicanos, en conformidad con los acuerdos internacio- la idea de que la historia texana no es la de un estado ais-
nales existentes [...I para los efectos de realizar, en forma lado del conjunto de la historia regional y de Estados Uni-
conjunta, investigaciones y planificación interpretativa del dos; han buscado integrar en la historia texana a los dife-
sitio histórico y de otros sitios de la guerra mexicanoame- rentes actores del pasado y también incluyen los temas de
ricana relacionados con él. La información y los programas la cultura, de la diversidad y de la identidad. Todo ello ha
interpretativos deberán reflejar los datos históricos y las contribuido a reconstruir y a reconceptualizar una historia
perspectivas de ambos países y la serie de acontecimientos alejada de la realidad y elaborada con criterios organicistas,
históricos asociados con la guerra mexicano-americana." tal como lo estableció Hayden White (1990:15).
Por otra parte, a la reflexión autobiográfica que desarro-
llé en la primera parte de este texto deseo añadir una Pro-
CONCLUSIÓN clamation que tuvo a bien hacer la ciudad de Laredo, Texas,
en mi favor, en la que se me calificó como "a true fronteri-
La historia fronteriza, y en especial la texana, tiene ya varios zo" y como "a son of los dos Laredos". Con ello, no quiero
años de haber entrado en un proceso de cambio. Como se hablar de mis propios recuerdos o merecimientos, sino de
mostró en parte, hay un gran número de historiadores que, que un modo de hacer historia de la frontera sea convertir-
con nuevos criterios académicos y teóricos, han dejado de nos en verdaderos fronterizos y en hijos de los dos lados.
sostener la llamada historia fundacionista. Si bien podemos Por supuesto, esto no garantiza hacer una historia fronte-
datar el revisionismo desde principios de los años sesenta, riza de gran calidad, pero sí al menos que sea una historia
hay dos textos posteriores que son de particular relevan- que conduzca a algún fin; es decir, que camine aunque co-
cia. Me refiero al editado por Robert A. Calvert y Walter L. jee. No estoy seguro de que si para que exista una verdade-
Buenger en 1991 con el título de Texas Through Tbne. Evol- ra historia fronteriza los historiadores deberán estar muy
ving Interpretations (1991) y también al editado por Walter atentos a la teoría de la historia fronteriza y a la filosofía de
la frontera. El problema es que corremos el riesgo de dejar
tanto una como otra en manos de las decisiones políticas,
"Palo Alto Battlefield National Historie Site Ad ad 1991, Public Law 102-
3(14. Off flw record se comentó que con esta cláusula se buscaba evitar
porque como lo he mencionado: establecer las fronteras es
el síndrome de El Álamo, y que por ello debía evitarse también a los parte fundamental del poder político. Sin embargo, esta
historiadores que sostuvieran la versión oficial de la historia de Texas. frontera paradigmática y contradictoria con su gran diver-
Por otra parte, en la página web de l'alo Alto se refieren a la guerra de sidad es, con mucho, no sólo un asunto político.
18461848 como la US-Mexican War.

420 MANUEL CFPAII. OP INAMIREZ


EXPERIENCIA DE LA FRONTERA
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apelar así a un público global, si no es que universal. Se es-
Vasconcelos, José, 1962, Breve historia de México, México, Compa-
tudia aquí algunos casos de la narrativa breve tamaulipeca
ñía Editorial Continental (primera edición 1956).
que aspiran a trascender las fronteras ya por imitar modas
Vázquez, Josefina Z., coord, 1997, México al tiempo de su guerra globales, ya por plasmar valores literarios universales. Con
con Estados Unidos, México, Fondo de Cultura Económica/ todo, según se resalta en el análisis, este impulso por abo-
Secretaría de Relaciones Exteriores/El Colegio de México. lir fronteras se resquebraja tras el hallazgo de la identidad
White, Hayden, 1990, Metahistory: The Historical lmagination in propia y su contraparte, la identidad del otro; es más, tras el
Nineteenth-Century Europe, Baltimore & London, The Johns hallazgo de fronteras políticas, económicas y aun físicas que
Hopkins University Press. persisten, separan y violentan a las personas.

ALGUNOS RASGOS DESTACADOS DE LA NARRATIVA TAMAULIPECA

Aunque con respecto a México las letras de Tamaulipas han


sido tardías (Lavín, 2000a), éstas no dejan de ser importan-
tes, al menos la narrativa. He allí Rosa de Castaño, quizá la
primera novelista mexicana con Rancho estradeño llevada al
cine como Adiós mi chaparrita en 1936 (Ocampo, 2004); Altair
Tejeda de Tamez, reconocida por el Instituto Nacional de Be-
llas Artes por su teatro en 1958 (Muncy, 1991) aunque yo la
prefiera por sus cuentos; Orlando Ortiz, premio Martín Luis

424 MANUEL ( EBALLOS RAMIREZ


- 425 -
Guzmán 1968 y quien desde 1972 ha fungido como coordi- entre otros, a Manuel Payno y a Guillermo Prieto, quienes
nador de talleres literarios en las direcciones de Promoción fundaron la aduana de Matamoros.
Cultural, de Servicios Culturales y de Literatura, del Institu- En La narrativa breve tanumlipeca, un acercamiento crítico,
to Nacional de Bellas Artes, en el Instituto Politécnico Nacio- he señalado ya algunas de sus características destacadas,
nal, en la Delegación Miguel Hidalgo del Distrito Federal, en sobre todo en la obra reciente:
el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Traba-
jadores del Estado, en el Programa Cultural de las Fronteras Una narrativa bien armada; ciencia ficción; fantasía, aunque
y en la Dirección de Descentralización del Consejo Nacional también realismo; mucho pesimismo; éste matizado a veces
para la Cultura y las Artes (Ortiz, 2011); René Espinosa 01- por el humor, y despeñándose otras veces en lo siniestro y
vera, cuya Fabrica de sueños es un éxito popular, como po- en lo horrible; interés, que no obsesión, por la identidad ta-
cos, de Editorial Novaro (Espinosa, 1972); Antonio Delgado, maulipeca o fronteriza; y entre las escritoras, preocupación
Premio Hispanoamericano de Cuento, 1978 y Nacional de por la identidad y la condición de la mujer. Una nota más:
a nuestros autores suele importarles sobre todo el escribir
Novela, 1979 (Ocampo, 2004); Rafael Ramírez Heredia, Pre-
bien, y lo hacen con la responsabilidad del profesional que
mio Juan Rulfo de Cuento 1984, otorgado por Radio Francia
quiere cumplir con las exigencias de un público ni regional
Internacional, en París (Cerón y Ceballos, 2006); Federico ni devoto sino amplio e inteligente (Zárate, 2010:4).
Schaffler, fundador de la Asociación Mexicana de Ciencia
Ficción y Fantasía en 1992, y ganador de los premios Kalpa Hoy quiero destacar que aunque sobre todo los narrado-
y Charrobot en 1997; Olga Fresnillo, Premio Puebla, 1992; res más jóvenes procuren minimizar las fronteras culturales
Guillermo Lavín, Segundo Premio Alberto Magno, España, para apelar así a un público si no universal, sí global, con todo
1999 (Palmares, 2013), y promotor cultural internacional en las fronteras culturales persisten en muchos de sus textos, es
la revista A Quien Corresponda de más de 100 ejemplares;
más, persisten con base en las fronteras físicas y políticas.
José Luis Velarde, coeditor de A Quien Corresponda, editor de
Entre las fronteras políticas y aun físicas que así influyen
Literatura Virtual, ganador del Premio Nacional Umbrales,
en las identidades en la narrativa tamaulipeca están: 1) la
1996 y segundo lugar en el Premio Kalpa, 1999; Cristina Ri- de México y Estados Unidos, 2) las de México con otras
vera, cuya novela Nadie me vertí llorar (1999) recibió el premio
naciones no obstante la globalización, 3) las fronteras polí-
Anna Seghers, en Berlín, en 2005 y el mejor encomio de Car- ticas y aun administrativas de Tamaulipas y su franja fron-
los Fuentes (2002); Gerardo Sifuentes, ganador en 1998 del teriza con respecto al resto de México.
premio Philip A. Dick de ciencia ficción con "Perro de Luz"
(Si fuentes, 2000a), el premio Kalpacon"Radiotekhnika canti-
na" en 1998 (Si fuentes, 2000b), el premio El crimen como una LA ASPIRACIÓN A LA UNIVERSALIDAD
de las Bellas Artes en el 2000, con "Piensa en frío" (Sifuentes,
2002), y el premio Vid 2002 con la novela Pilotos infernales. Miguel G. Rodríguez describe a los narradores tamaulipecos
Si quisiéramos incluir entre los tamaulipecos no sólo a los actuales como "no tanto regionalistas sino más universales".
nacidos, sino además a los avecinados, deben mencionarse, En sus obras, la "frontera", dice, no es lo necesario, aunque
426 AR] DUO /ARAIF RUIZ (RONli RAS AlFS 42/
esté muy presente y lo celebre alguna crítica. Su meta es más —pudieron ser monstruos de Gila— en el desierto de Sonora
bien servir a un público amplio, internacional (Rodríguez (Álvarez, 1998; Si fuentes, 2000b).
Lozano, 1998). Parecería que la aspiración de universalidad se reduce
Si no buscando calidad universal, sí dorando el gusto así a la cultura de masas. Pero aún si la imaginación tele-
global no pocas obras tamaulipecas hoy intentan interna- visiva se impusiese, nuestros escritores gozan de calidad
cionalizarse. Si horror, sus monstruos se apegan a moldes literaria que rebasa cualquier frontera, por ejemplo, la pre-
al estilo de Hollywood asequibles al público mundial, di- cisión literaria, el mostrarnos y decirnos qué son los hechos
gamos, los licántropos, los vampiros y las momias (Cas- con palabras. 1 le aquí un ejemplo:
trejón, 1997; D'León-Serratos, 1997); si ciencia ficción, los
extraterrestres son fosforescentes, translúcidos y de ojos Dispara.
rasgados como los de Cacao,: y Encuentros cercanos del La ojiva abandona el cañón e inicia el vuelo supersónico so-
tercer tipo (véase, por ejemplo, Rodríguez Leija, 1996:40- bre las ruinas del puente. El hardliner no la espera. El pro-
46); si fantasía, se imitan fórmulas televisivas como la yectil es demasiado veloz, v los detectores ultrasónicos no
le avisan a tiempo. Se incrusta sobre la lente del visor infra-
de la Dimensión desconocida (Alvarez, 1995b:11-20 y 23-
rrojo, le clausura para siempre el mundo verde. Abandona
26) y duendes irlandeses llegan aun a aparecer (Lavín,
su cabeza, va a destrozar un tronco de huizache. Ajeno a
1993:97-107); si soldados o policías, hay cuentos donde,
lo ocurrido, el cadáver del guardia continúa en posición
sin el autor dudarlo, hace héroes a los estadounidenses rígida por un instante, al fin la gravedad lo desploma sobre
(Hernández, 1999; Guerrero, 2001); si erotismo, se reba- el pasto lleno de hongos, en silencio. Sólo entonces suenan
san los moldes patriarcales de localidades tamaulipecas y las alarmas, el ulular recorre la noche en un radio de varios
se celebra la diversidad de género y los encuentros mul- kilómetros (Alvarez, 1998: 61).
ticulturales e interraciales (Rodríguez Brayda, 1998b); si
ideología, surgen los tópicos de la "corrección política", Además, aunque los tamaulipecas gusten de una fan-
por ejemplo, los derechos de los animales, "los azotes de tasía desbordada, suelen atarla a la más estricta lógica,
la Inquisición y el oscurantismo de la Nueva España", "la emulando, según Guillermo Lavín, a figuras como Borges
realidad" del aborto, la (Rija!, "falibilidad papal" o "la to- y Cortázar.' Por ejemplo, en "Alfiletero" (Lavín, 1993:20),
tal imposibilidad" del celibato sacerdotal (Moreno, 1996; el agresor del protagonista es un personaje de un cuento
Schaffler, 1996:23-26 y 39-47; Ortiz, 1994:103-116; Stanley, suyo, por tanto, el protagonista se le enfrenta escribien-
1998:49-54); acordes aún con simplismos en boga, se re- do otros cuentos cuyos personajes habrían de defenderlo,
piten a veces con magna voz los clichés del "sueño ame- pero el protagonista cae derrotado tras un asedio de letras
ricano" y del abandonar México por no encontrar aquí que brotan de sus cuentos y lo cubren finalmente como al-
más que explotación, haraganería y corrupción (Al verdi, firetazos. En "El último día de Cedric Hamilton" (Régules,
2000); y para acceder a la imaginación masiva, se nos ha- 2000), otro escritor desaparece tras cruzar, por descuido,
bla menos con imágenes que con íconos del Mustang 68,
de Ronald McDonald, de Pepsi, de Bruce Lee y de iguanas 'Esta opinión la ha compartido Guillermo 1 avín con el autor.

428 ARTURO JARA I E RUIZ FRONrERAR 1. UI I URAI I


429
las coordenadas lineales de su vida con las perpendicula- cepto. Un ejemplo, tal vez simple, es "Caín" (Rodríguez
res de sus historias. En "Cuerpo tomado" (Lavín, 1993:39- Leija, 2000). En este cuento muy cruel, un niño de apenas
41), el protagonista siente que "Algo en mi interior estaba seis años huye del sitio donde fueron masacrados sus pa-
ocupándome en forma furtiva, pero insistente e implaca- dres. No puede entender lo ocurrido ni olvidar a su mamá
ble". Ese "algo" lo impulsaba a escribir cosas ya publicadas desangrándose. No cuenta con ninguna ayuda. No conoce
hasta el punto de dejarlo exhausto, enfermo y maloliente. a nadie más. Se refugia en el bosque justo cuando sale el
Sean éstos u otros los detalles de la historia, desde la pers- sol. Es la historia de vampirito. El lector debe descubrirlo
pectiva inferencia' el protagonista, por hallarse poseído, ya por sí mismo, como debe también suponer el desastre final.
no se refiere a su espíritu en primera persona, sino en ter- Tenemos así una historia que pudo ser grotesca, pero por
cera, pues éste no ocupa ya su cuerpo: "le ofrecí disculpas apelar a la inteligencia nos ofrece un ejemplo depurado de
por entrar a su casa". En cualesquier de los casos, por ce- conceptismo.
ñirse la fantasía a la lógica, estas historias son sobremanera Otro ejemplo, más complicado, es "Realismo maniático"
interesantes y universales.' (Velarde, 2000b), un relato polifónico donde el autor busca
De hecho, la lógica de los textos, aun perversa, no deja de capturar una realidad que parece escapársele de las ma-
ser lógica. En "Muerte en Telepress de Oriente" (Schaffler, nos. Hay descripciones, entre otras, de un cielo brillante
1996: 78), la alguna vez vanidosa señora Osorio, para verse nordestense; de su suelo cálido infectado de insectos; de
hermosa, se cubrió su piel con nanoconstructores progra- cordones de banqueta y calles sin pavimentar; de tejados
mados "en crear arte visual en cualquier superficie que no de palma, de maullidos de gatos, de habitaciones con hor-
estuviera protegida", pero no contó con que fallasen los nillas de petróleo y roperos de madera frágil y apolillada;
químicos que detenían el avance de "los nanos" en lugares de cigarrillos que queman los dedos; de polvo que cubre
indeseados. Por tanto, debió "encerrarse en su oficina" y las heridas del rostro y las heridas abiertas en la mallo; de
"convertirla en cárcel eterna... hasta que alguien lograra la desolación; de una manta extendida decorada con un
desactivar" esos llanos "que usaban la piel de Osorio como paisaje africano que recuerda al Serengeti y sobre la cual
lienzo natural para manifestar su creatividad". yace un cuerpo desangrándose. Hay también cuatro his-
Entre los tamaulipecos, el gusto por la lógica rebasa torias: niñas que pasan tanto coquetas como crueles, niño
el raciocinar. También es entender, aprehender el con- que vuela un papalote y roba una radio-grabadora, mucha-
chos que juegan a la pelota indiferentes a lo que sucede al
TI alma de la fantasía maravillosa no es la imaginación, sino el
aparato inferencial que le da solidez y credibilidad. Sobre esto nos hab- lado, migrante que alguna vez quiso, y tal vez pudo, ser ju-
la Chesterton (1995) así: "Hay ciertas secuencias o desarrollos 1...1 los gador profesional, que va a Estados Unidos, trabaja duro,
cuales son, en pleno sentido de la palabra, razonables 1...1 necesarios pero regresa sin dinero, que ya en México se emborracha
Por ejemplo, si las hermanastras son mayores que Cenicienta, por tanto
y que, a punto de teporocho, se lesiona la cabeza al caer,
(en un sentido riguroso inesca pable), Cenicienta es menor que sus her-
manastras 1...1 Si Santiago es el hijo del molinero, luego, el molinero es el
tropieza de nuevo en un nido de bichos que lo emponzo-
padre de Santiago 1...1 la (ría razón prescribe todo esto desde su trono: y ñan, y finalmente muere en una habitación que alguna vez
en el país de las hadas nos sometemos". compartió con su mujer y que ahora sólo él llenará como

430 AR tit AR A I I RUIZ FRON T ERA, ( uu l TRAE `,


431
cadáver putrefacto por siempre sin que nadie más llegue ramente especulativo para calar hondo en lo más íntimo
a saber nada de él, salvo los zopilotes. Quiero hacer notar aunque fuese mínimo de la condición humana (Martínez,
que no se nos ofrece un hilo narrativo, sino un mosaico 1994:7-11; Bowman 1997; Lavín 1993:51-59). Se acercan así
barroco que el lector debe reconstruir. Cumplido este reto los ta mauli pocos de la mejor manera a los gustos más diver-
conceptista, descubrirnos que la historia del migrante no es sos y de todos los rincones de la Tierra.
un drama, aunque nos lo sugiera tramposamente la aposti-
Hoy podemos aplicar estas frases de Amado Nervo a
lla de la introducción que se dice tornada del El Libro de las
este estado sin temor a equivocarnos: "Jamás hubiera pre-
Desapariciones: "Está usted escuchando la Radio de la Infi-
sumido nadie que en este siglo, enemigo por excelencia de
nita Melancolía". La historia es más bien un relato épico. El
la imaginación y de la maravilla 1...1 tuviese acogida tan
migrante muere, sí, espantosamente en el suelo, cubierto amplia y éxito tan lisonjero" (Nervo, 2000).
de heridas y de polvo, pero corno Héctor que también fue
En resumen, sea por imitar modas globales, sea por los
arrastrado por el suelo tras cumplir heroicamente con su valores literarios universales que encarna, mucha de la na-
destino. Expira cerca de una fotografía suya con su mujer; rrativa breve tamaulipeca contemporánea podría decirse
lo hace sobre la manta del Serengeti, en la que su cadáver que trasciende fronteras.
finalmente se funde con el indomable paisaje.
En breve, los cuentos de los tamaulipecos no dejan de ser
estimulantes para las mentes selectas. Si su imaginación es LA PERVIVENCIA DE LAS FRONTERAS CULTURALES
desbordada, también lo es precisa (Martínez, 1994:7-11; La-
vín, 1993:9-16; Velarde, 1998; Castrejón, 1997:14-18 y 25-28;
Aun así, las fronteras culturales no desaparecen de sus pági-
Rodríguez Leija, 1998:29-33). No pocos escritores explotan
nas. Surgen tras el hallazgo de la identidad propia y su contra-
concientemente la forma literaria y entretejen varias tramas
parte, la identidad del otro; es más, tras el hallazgo de fronteras
apretadamente cual un tapiz (Castrejón, 1997:32-33; Lavín,
políticas y aun físicas que persisten y separan a las personas.
1993:73). Y sorprenden con las resoluciones inesperadas de
sus historias, que aun así devienen de la más estricta lógica
interna del texto, de sus ideas o de sus personajes (Schaffler, La frontera entre Estados Unidos y México
1999:73-76; Álvarez, 1995b; Rodríguez Leija, 1996:9-14 y 53-
56; Lavín, 1993:17-19, 39-50, 74-94; Gómez, 1998:143-149;
El Río Bravo no es un Pánuco que integre y dé vida a una
Tinajero 1997:30; Ortiz, 1994:23-8 y 171-192; Stanley, 1998:9; región, la I luasteca, según Rafael Ramírez Heredia cele-
Salinas, 1996:26-28; D'León-Serratos, 1997:59-66). Pero de bra ésta en "Sirenio Rivera" (Ramírez, 2000:186). El Bravo
estas historias, más que aparatos inferenciales, manan con-
es más bien un hecho físico que separa el aquí del allá, y
ceptos, ideas con un concentrado y repentino fulgor que se
aun el aquí del más allá: puedes ahogarte y morirte en sus
resuelve en dos o tres palabras (Castrejón, 1997:9; Schaffier, aguas al cruzarlo, como ocurre incluso en cuentos de cien-
1996:26-33; D'León-Serratos, 1997:59-66; Rodríguez Dora cia ficción sobre encuentros "místicos" del tercer tipo, por
Elia, 1998b:35-46), ideas cuya agudeza trasciende lo me- ejemplo, "La visita" (Rodríguez Leija, 1996:40-46).
432 AHIURO ZAR.mf RUIZ rpoNyro,45 til I
433
El Bravo separa además dos naciones con grandes asi- Esta marginación la sufre en especial la mujer cuya sole-
metrías. De este lado, obedecemos las órdenes de los pa- dad la hace víctima fácil de innumerables traileros borra-
trones del otro lado, según leemos en "El futuro es tiempo chos y drogadictos que suelen pasar por la frontera (Rodrí-
perdido" (Lavín, 1993:25). Allende se pueden comprar co- guez, Dora Elia, 1998a).
sas de lujo, aquende, no, según leemos, aunque con humor, Si no las asimetrías, sí los problemas de México empu-
en "Razones publicitarias": jan a los mexicanos a buscar refugio en Estados Unidos.
En "Fluída" (Rodríguez Leija, 1996:37), un soldado intenta
Mientras levantaba la vista, el mexicano pensaba en que las cruzar el río para preservar su vida y librarse de su desen-
clases sociales siempre se hacen evidentes en los zapatos. canto por la Revolución mexicana. Pero las asimetrías se
En Estados Unidos no se usaban de piel, siempre sintéti-
imponen incluso en el amor. En "Superfluas nostalgias", la
cos, decían que por higiene; en México, los pobres usaban
opción de unas amantes para reunirse y permanecer jun-
zapatos de piel. El plástico era un recurso carísimo desde el
tas no es México, sino Estados Unidos aun cuando allá "su
agotamiento del petróleo (Lavín, 1993:79).
vida se llenaría de vacío lejos de los colibríes y los huertos
de flores, lejos de las fumarolas de don Gregorio y sus tre-
La asimetría es además injusta. El empresario estadouni-
pidantes movimientos" (Rodríguez Brayda, 1998b: 105).
dense no sólo explota al trabajador mexicano de la maqui-
Ahora bien, no todos los mexicanos van a Estados Uni-
la, además es fraudulento y cruel. En "Llegar a la orilla"
(Lavín, 2000b:91-106), un obrero de Reynosa recibe corno dos porque los inviten. Muchos lo hacen sin invitación y
pago en especie un chip que lo narcotiza directamente en por ello corren muchos riesgos, por ejemplo, la citada fron-
tera hipermilitarizada de "Náyade" (Álvarez, 1998:61), e
el cerebro. La empresa usa, sin embargo, un producto pi-
incluso la muerte lenta a la orilla del río, tras el migrante
rata, y el obrero se convierte en adicto y sufre mucho con
ser golpeado y despojado de sus mínimas pertenencias por
cibersueños chafas; es más, su hijito sin saberlo se inserta
unos asaltantes justo al intentar cruzar la frontera, según
en su cerebro el mismo chip que le está costando la vida a
su papá. leemos en "Más allá del río Bravo" (Velarde, 2003:9-31).
Con todo, una vez en Estados Unidos, éste no resulta el
El resultado de estas asimetrías y explotación es una
refugio esperado. El migrante sufre al menos la separación
marginación que destruye el tejido social y las vidas de los
mexicanos. Leemos en "Cenizas de Fractal": de sus seres queridos a punto de que, al regresar a México,
muchas veces derrotado y sin dinero, ya no encuentra más
Sobrevivir le era inconcebible de otro modo en una ciudad que casas abandonadas y retratos de quienes no lo espera-
fronteriza como aquella, donde la siguiente esquina podía ron ni siquiera a morir de pena, como ocurre en el citado
contarle la historia de un niño que acuchilló a su hermano "Realismo maniático" (Velarde, 2000b:435-438). Y aunque
para comer su cerebro y saborear de ahí los resquicios de los que esperan así lo cumplan y no pierdan la esperanza,
N-dopanodrofil que le permitieran continuar un fútil sue- la separación de los que alguna vez se amaron resulta las
ño (Álvarez, 1999:15). más de las veces irreversible, como ocurre eb "La mucha-
cha se observa en el espejo" (Velarde, 2003:15-31).

434 ARTURO ZARAFE RUIZ FRONTERAS CULTURALES


435
Estados Unidos es además un lugar donde se rechaza al La jornada a pie contra el viento era agotadora, avanzando
mexicano y se le relega a las actividades más humillantes, inclinada y con los brazos pegados al tórax. Los cadáve-
por ejemplo, la prostitución. En "La canción de Samantha" res de militares, rebeldes y fugitivos se amontonaban a los
(Velarde, 2000a:261-268), una cabaretera le ofrece a su pú- flancos de la carretera con rictus de agonía. Visibles en cada
blico un número verdaderamente musical. Mientras, en la espasmo de luz relámpago, hechos girones por las balas o
frontera espacial un grupo de hombres intenta sobrevivir el los carroñeros, le estremecieron por un tiempo hasta acos-
asedio de las pandillas de anancefálicos producto de los mal- tumbrarse. Había escuchado de la Frontera a quienes huían
vados Maquiladores. En la Tierra de nuevo, el público de la hacia el interior en busca de lugares más pacíficos que, al
prostituta no quiere, sin embargo, arte, sino que ella exhiba igual que los alimentos, escaseaban con rapidez (Álvarez,
1995a:1 I ).
lascivamente su cuerpo. No lo hace, por lo que la abuchean.
Una botella que le lanzan se estrella en su rostro. ¿Acaso,
tras leer esto, se asustará más al lector porque los hombres a En "Náyade", la frontera no es sino un territorio donde
reinan el caos y la muerte:
mil años luz no sobrevivan el asedio de los Anancefálicos?
En algunas narraciones, Estados Unidos y la misma frontera
Pero en la frontera ya no hay merengue-house, ni fiestas,
mexicana no son sino un espejismo del éxito. En "El regreso
ni hablar de las pocas hembras. Ilegales, por otro lado, los
de los héroes no se produjo nunca" (Velarde, 2000c:439-444),
hay en exceso, y no a todos les gusta ese ritmo. La mayo-
se nos habla de la emigración y la desolación que sufre una
ría prefieren sencillamente matar. Para comer, para robar,
ciudad del sur donde el progreso jamás se hizo presente. Sin para encontrarle sentido a la vida. Toda la América Latina
embargo, los pocos que allí quedaron fueron más afortuna- envía sus representantes a la zona divisoria, en un intento
dos que los que huyeron a zonas de "progreso" donde la desesperado por cruzar la línea dura. En sus trincheras, el
guerra y el exterminio se volvieron cotidianos. ejército barriestrellado resiste, con el apoyo incondicional
El migrante mexicano, sin embargo, continúa su flujo hacia del Ku-Klux-Klan en la Casa Blanca (Álvarez, 1998:63).
Estados Unidos porque carece de opciones. Su vida se reviste
incluso de un sinsentido, según nos lo expresa Jesús D'León- Sch ffl e r también nos presenta la frontera hipermi i ta ri-
Serratos en "Y desperté llorando": "La bandera mexicana a zada, pero del lado mexicano, para proteger a los refugia-
mi espalda sigue ondeando sin llamar la atención de nadie. dos que huyen de la persecución racista en Estados Unidos:
Sólo la veo mientras sigo a la gringa en dirección a la oficina
migratoria, pero no siento nada" (D'León-Zerrath, 2003:74). Cuando intervino México abriendo su frontera a los refu-
Ahora bien, la suerte de los mexicanos que nos queda- giados, no sólo recibimos a nuestros hermanos latinos, sino
mos en la mera frontera es la de un continuo conflicto con- a todos aquellos perseguidos por los blancos. No sólo Lare-
tra Estados Unidos, según lo resaltan no pocas narraciones, do, Texas, quedo casi desierto, sino buena parte del sur de los
Estados Unidos y ahora nosotros estamos con problemas de
sobre todo de ciencia ficción. En "Bajo el huracán", el pai-
vivienda y abasto [...1 No nos interesa que nuestros vecinos
saje fronterizo no es entonces sino uno desolado y ensan-
sean un estado militar, ni que su presidente kukluxkanesco
grentado por la guerra:
piense reelegirse. Lo único que nos interesa es ahora defender
436 ARTURO ZARI(IF RUIZ
FRONTFRAS CU11I HP Al F
437
nuestra frontera y evitar la expansión del cáncer que repre- La asimetría entre los vecinos incluye la prepotencia y
senta su ideología (Schaffler, 1996:25). el abuso estadounidense en el trabajo científico. En "Sim-
biosis", aunque un meteorito cae en el lado mexicano de
En "Los malditos", de Jesús D' León-Serratos, la guerra la frontera, los investigadores estadounidenses intentan,
de Estados Unidos contra México ha ocurrido ya y su con- sin siquiera pedir permiso, arrebatarles a los mexicanos la
secuencia es la total desolación de la frontera: oportunidad de estudiarlo (D' León-Serratos, 2000: 57).
Cabe advertir que no pocos de estos relatos tamaulipe-
No hay mucho que decir, las cosa continúan igual como hace
25 años. Esto sigue siendo un desierto, la gente vive en unas cos son de humor negro. Destaca "Ni quien entienda a los
chozas muy malhechas, todas de madera; los mezquites pe- gringos". En él, Graciela Ramos refiere el conflicto entre Es-
dían brazos para poder defenderse de cómo llegaba la raza a tados Unidos y México de la manera más convincente. Sin
tumbarlos, al menos que les dieran patas, para correr y que afirmarlo, conduce truculentamente a su lector fronterizo a
esto se quedara todavía más amarillo. Aparte, el pinche sol concluirlo por sí tras la lectura, pues un viejo guardián de
jodía de a madre. No volvió a llover desde la gran inunda- un rancho describe a unos estadounidenses que saquean la
ción del 2025, ahí se murieron chingos de personas, el agua de por sí pobre riqueza arqueológica del norte de Tamauli-
las sepultó. Yo creo que los pocos sobrevivientes marico- pas. Y no sólo se roban puntas de flecha y hachas de piedra,
nearon con Dios, para que jamás volviera a diluviar así tan sino que tienen prácticas comerciales desleales que ponen
gacho. Pero también Dios se la jaloneó muy sarcásticamente, fuera del negocio a su patrón: "Todos aquí hablan de que
no ha caído una sola gota de agua en el lugar otra vez. Ahí se los llevó la chingada por culpa del, Dumping Algodone-
están todos bueno, estamos, yo a veces, asaltando pipas que
ro, chingándonos a todos: al patrón... a su familia... a mí,
vienen de los Yunaites Esteits, y que en ocasiones vienen a
que los pierdo" (Ramos Domínguez, 2001:113).
tirar agua a la pinche presa del Bravo, otras veces son quími-
cos que se llevan de encuentro a uno que otro puto. Pobres Estos agravios nos llegan muy hondo, al menos, a los
batos, nos dan lástima, por eso más que nada, no nos los agricultores tamaulipecos. Tras leer, no podemos sino sim-
chingamos a ellos (D' León Serratos, 1997:59-60). patizar con el enojado guardián. Lo admiramos cuando
decide abandonar el rancho, donde hizo su vida, antes que
De cualquier modo, la asimetría y la injusticia económi- servir a un nuevo dueño, el diputado, quien cede el rancho
cas entre los vecinos son y han sido la causa de los con- a los estadounidenses para que sin ninguna traba continúen
flictos, no sólo en esta frontera, sino incluso en la fronte- con su saqueo. Pero justo cuando nos identificamos de lleno
ra del universo. En "La canción de Samantha" (Velarde, con el viejo, y odiamos cómo él lo hace a los gringos, ¡oh, no!
2000a:261-268), lo he comentado ya, si la avanzada huma-
na se ve atacada, es así por las hordas de Anancefálicos Abro mi morral y saco el hacha de piedra que tanto me qui-
sieron comprar. Doy primero un golpe seco a la cabeza del tal
producto de los malvados maquiladores estadounidenses.
doctor Dumping, que debe ser el culpable de toda esta des-
Y si la explotación a las mujeres migrantes sigue dándose
gracia. La mollera le truena como capullo seco de algodón,
en esta frontera, es así, aplíquese un paralelismo literario,
el cabello se le jaspea de rojo igual que un pedernal y cae al
por culpa de estos mismos maquiladores.

438 ARTURO ZARA FE RUIZ FRONTERAS CULTURALES


439
suelo. Me sigo con los otros dos que voltean todavía sin creer;
(1 avín, 1993:74-94).11n el segundo, un ministerial alcohólico
y saltan los lentes ensangrentados de Jim y entonces el doctor
mexicano supera al iísi en la resolución de un crimen tras
Ring que es más alto que yo me quiere agarrar con su mano
beber inadvertidamente, casi a costo de su vida, el "ciber-
roja pero mi brazo y el hacha de pedernal son de una sola pie-
za que sigue dando de golpes, duro, más y más, hasta que al veneno" oculto en una botella que no debió ser tocada por
hallarse en la escena del crimen (Schaffier, s. f.).
fin veo caer a los tres enemigos con todos sus trebejos dentro
del agua. Después de echar el y ip al río, me enjuago las manos
y la cara y salgo aprisa del rancho, rumbo al Sur, antes de que
vaya a amanecer (Ramos Domínguez, 2001:115-116). Lt 7S fronteras globales

Graciela Ramos primero alimenta nuestro enojo, y lue- Tal vez por permanecer en el ámbito del humor, algu-
go lo extrema a punto de hacerlo abominable. Nos pilla nos cuentos tamaulipecos abundan en los clichés étnicos,
así odiando a los gringos. Más nos vale reconocer con una a punto de que no sólo se refieren a las diferencias entre
sonrisa nuestra flagrante falta que sentirnos ofendidos y mexicanos y estadounidenses, sino también a otros grupos
permanecer enojados. Asumamos su burla como humora- nacionales. Restablecen así y de otros modos, como mos-
da, por más negra que ésta sea. traré más adelante, las fronteras culturales en lo que pudo
El humor prevalece en otros textos como instrumento haber sido un mundo global.
para resolver la prepotencia y abusos del vecino. En "Ma- En "La Canalla" (Martínez, 1994:11), unas feas pero afor-
quilando éxitos", una obrera matamorense se le adelanta tunadas mexicanas ligan a unos marineros yugoeslavos, es
a su jefe estadounidense en el hostigamiento. Antes de su- más, a unos noruegos "puro gtierote" que, tras vivir "va-
frirlo ella, lo desarma apareciéndosele en la pantalla de la rios meses [...] en las inhóspitas aguas del océano", llegan
computadora como modelo principal de un sitio porro y lo al puerto de Tampico urgidos de sexo. En "De ángeles, sue-
despoja de "casi sesenta dólares por los ocho minutos en la ños o de divinidades rotas que por la noche se caen", a la
línea" (Rodríguez Brayda, 1998a:104). devota Antonia se le aparece muy físicamente un ángel y,
De cualquier manera, aún con el humor, no se desvane- porque es hermoso, es por tanto rubio:
cen las fronteras culturales entre Estados Unidos y México. "Observó su pelo, que en caireles de oro le caía hasta
Hay escritores que llegan a fundarlas en cómo somos los los hombros, después admiró sus brazos, el tórax y... esa
mexicanos y cómo son los estadounidenses. Tanto en "Por parte que tanto le había impresionado cuando la vio por
razones publicitarias" como en "La solución", los mexicanos la ventana... le dieron ganas de hablarle en inglés: tenía un
triunfamos sobre los estadounidenses no porque seamos indiscutible tipo de extranjero" (Martínez, 1994:16).
buenos, sino porque, aunque ignorantes e incompetentes, Pero, quizá por también ser rubio, este ángel no podía
nuestra torpeza es con todo mejor que la eficiencia atada a comportarse sino como un tonto: "se reía de forma estú-
tontísimas reglas de nuestros vecinos. En el primer cuento pida" (Martínez, 1994:17)_ Las tipologías persisten aún en
un mexicano, por permitirse algunas trampas, se le adelanta cuentos de ciencia ficción sobre ciudades globales como
a los científicos estadounidenses en conquistar el universo Barcelona. Por ejemplo, Schattler nos habla de
440 APH1<0 , Ali RUIZ VIII RAS .iiPALT-c,
941
gitanas que leen allí las palmas y el Tarot 1...1 Guerrilleros
cerebro a unos trodos que magnifican esa droga con la ex-
catalanes buscando 1...1 adeptos a su causa independentis-
periencia cibernética.
ta [...1 Jóvenes drogados, algunos con químicos convencio-
Sea aún con clichés humorísticos, en estas historias pre-
nales y otros con impulsos y adiciones electrónicas [...] re-
valecen de cualquier manera las fronteras culturales en lo
troaztecas que no esperaba encontrar fuera del Zócalo del
Distrito Federal 1...1 budistas, ortodoxos rusos y griegos, que debió ser un mundo global, es más, éstas fronteras se
hare krishna, dianéticos y musulmanes, judíos y cristia- afirman con toda seriedad. Se reconocen, sin embargo, me-
nos... Africanos y polinesios (Schaffler, 1996:40-41). nos por la persistencia de las fronteras nacionales que por
la concentración del poder económico. En "Razones publi-
También en un contexto fu turístico, Lavín nos narra con citarias", Guillermo Lavín nos dice:
clichés la suerte de un mexicano inventor de una máquina
del tiempo, quien es sin embargo malogrado, es más, cuyos El acuerdo "Espacio Libre para la Colonización" tuvo corno
fracasos se conocen en todo el orbe salvo el "lado musul- fundamento la idea de competencia. Teóricamente todos
mán que se mantenía aislado por voluntad de Mahoma". los países se dispondrían a lanzar cohetes para obtener un
En este cuento, Shobhuza es un joven africano trasladado ~do propio. En la práctica, las potencias asociadas se
quedaron con todo y cerraron los accesos a la tecnología
a trabajar a Matamoros como castigo por su insubordi-
por temor a que otras naciones les fueran a quitar algún
nación, e Iván Skopin es un interventor ruso "de oficinas
asteroide (Lavín, 1993:75-76).
del tercer mundo" que "desde hacía treinta años [...] no
lograba avanzar al primer mundo", y quien "por ello era
Los abusos laborales en "Llegar a la orilla" (Lavín, 2000b:
un hombre amargado y corajudo, actitud evidenciada en 91-106) y el monopolio global de la información en "Muer-
el colmillo izquierdo que mostraba al descubrir algo sucio
te en Telepress de Oriente" (Schaffler, 1996:66-98) se deben
o errado" (Lavín, 1993:24-38). Gerardo Sifuentes, también menos a las asimetrías entre México y Estados Unidos que
con clichés, nos habla de cadáveres abandonados junto a
a la concentración del poder económico en unos cuantos
iguanas "para que al menos se hicieran compañía". Si el en el mundo.
cliché no es aún claro, los hechos se desarrollan "en me-
En fin, en ocasiones las fronteras se alzan por el silencio
dio del desierto [...] no tan lejos de Hermosillo" (Si fuentes, de quienes justo con su voz deberían tumbarlas. En "Pe-
200013:225). A la iguana y al cadáver abandonado en la ca- cados de omisión" (Bowman, 1997:13-17), un homosexual,
rretera les siguen otros clichés: chinos en las cafeterías, can- por callar su discriminación, se presta a permitir en México
tina globalizada en el desierto tan bien surtida que vende
la persecución contra sus semejantes como lo permitieron
cerveza rusa, la KrasnayaZvezda, y, de acuerdo con los lu- sus padres holandeses al no abrir su boca en Europa duran-
gares comunes del "feminismo" posmoderno, la chica del te la persecución nazi. 1 las, sin embargo, entre los tamauli-
fregón de la historia es una anoréxica que no sólo sigue a pecos quienes se resisten a denunciar dichas fronteras por
su macho, sino que se deja arrastrar de su "huesudo brazo" parecerles increíbles aquí en México, v las trasladan, según
por él, lo cual de ninguna manera implica que, tras ambos prejuicios étnicos, a otro lado. Lo hace, por ejemplo, Patri-
con "cristal" doparse, no le gane ella a él en el conectar su cia Laurent Kullick cuando duda, en "Rompecabezas", que
442
FROM I l'A, i I➢MI LS
443
el machismo más violento se dé entre los mexicanos; se lo
también como barreras entre tainaulipecos y otros mexi
atribuye a un iraní:
canos.
Así se advierte en "El regreso ele los héroes no se prod u
Abú no tuvo un cambio de actitud paulatino. ror eso,
jo nunca" (Velarde, 2000c), sobre los migrantes que cruza)1
cuando la encerró en el baño, por mas vueltas que Marta
a Estados Unidos. Vienen de pueblos atrasados del sur el t
daba en la rueda de la fortuna de su memoria, no lograba
comprender en qué momento llegaron a la línea sin regreso México y el choque cultural que sufren no es sólo respecte
de los estadounidenses, también lo es respecto de los mexi
Lo primero que Abú le aventé fue una oreja. Marta se canos fronterizos.
arrinconó, asustada, en la regadera y no quiso acercarse al "Los Malditos" es una parodia sobre los prejuicios d t
órgano sino hasta después para espantar una mosca terca otros mexicanos, especialmente los defeños, contra los
que insistía en devorar la sangre seca. Marta temblaba. Le fronterizos y, en especial, los tamaulipecos:
rogaba a Abrí que parara aquella tortura Hl y cayó el ojo
que ya 110 parecía el de Bruno aunque seguía teniendo el La capital nos tiene relegados, parecemos apestados o roño-
color verde rana sos. Nunca vienen, y cuando lo hacen, vienen con afán de
burlarse de nosotros o ponernos de ejemplo: ¿Mira, hijito,
Una vez Marta sintió la ligera sospecha de que Abú es- ves cómo esta chusma no tiene el vochito volador que te aca-
taba perdiendo el deseo por ella. Entonces, desnuda y en- bo de conseguir? 'le traigo aquí, para que te des cuenta que
vuelta en una sábana, le contó que en el banco había un hay gente que está mucho más en el fondo. Cuando escuché
hombre llamado Bruno que la pretendía. Se lo dijo sin ma- este chilango, los odié a todos (D' León-Serratos, 1997:60).
licia, pues. Luego estaba encerrada en el baño. Luego ama-
neció. Luego se hizo tarde y cayó la primera oreja. Aunque humorístico y de ciencia ficción, el cuento exhi-
Abú encendió la luz del baño. Había pedazos y vísceras be un resentimiento histórico contra los gobiernos centra-
por todos lados. Marta juntó y lavó cuidadosamente en el ino- les que han considerado prescindible el norte y la frontera
doro todos los órganos. Así la hallaron días después. Recons- para la supervivencia del resto de México:
truyendo a Bruno. Moviendo piezas de un lado para otro. Pre-
guntando a los hombres que forzaron la puerta si la primera Cuando los Yunaites Esleits vinieron a robarse Bizque una
vuelta del intestino era hacia la derecha o hacia la izquierda bomba muy chingona que el gobierno mexicano logró hacer,
(Laurent, 2000:333-337).
los chilangos vinieron a llevarse gente de aquí, para ponerlos
al frente de los batallones. I lubo un putazo de muertos. Pero
los soldados de la capital, ellos sí estaban protegidos, ellos es-
LAS / RON II:RAS (11 11URAI PS IN I I.RNAS
taban arriba del Castillo de Chapultepec, tumbando aviones
y dando órdenes. Los norteñitos, abajo, sin saber un cacahua-
Cabe finalmente notar que, en la narrativa breve ta mau- te de lo que pasaba, y luego, cuando vieron que los giieritos
lipeca, las fronteras cu I tura les aparecen no sólo como ba- nos estaban metiendo la mazacuata, sueltan la bomba que se
rrera entre mexicanos otras nacionalidades. Aparecen llamaba "Carroña Mexicana" porque dijeron que un norteño

444
RIE , ,r1 PA': i n I HP 411- •
445
la ideé, qué fregones me salieron mis compadres. La capital C NCLUS1ÚN
y sus alrededores estaban hasta el chongo de refugios anti-
bombas, pero nosotros no. Se soltó un pinche virus hedion-
do que se fregó a casi todos en el norte. Bueno, aunque todos En conclusión, aunque entre los nuevos narradores tamau-
sabemos que ellos siempre nos han tirado mala onda, v nos lipecos se cié una tendencia por minimizar las fronteras cul-
ven como unos charritos, bigotones, que andarnos en caballo turales para apelar así a un público si no universal, sí global,
y con una botella a un lado. Por eso pienso que lo de la guerra persisten, con todo, la fronteras culturales en sus textos. Y
por defender al país, y eso de que "México nuestro o de na- ocurre de este modo en gran medida por la persistencia de
die", fue puro pedo, lo que en realidad querían era mandar- las fronteras físicas y políticas, las cuales distinguen, separan
nos a la goma (D' León Serratos, 1997:60). y enfrentan a los grupos. Entre las fronteras políticas y físicas
que así influyen en las fronteras culturales que se presentan
Que "Los malditos" sea, después de todo, un cuento bur- en nuestra literatura están: la que separa a México y Esta-
lón en que una pandilla de monstruos de la frontera derrota dos Unidos, 2) las que perviven entre distintas naciones no
a un "chamuco chilango", no quiere decir, sin embargo, que obstante el mundo global, y 3) las fronteras políticas v aun
la única frontera cultural interna de Tamaulipas sea con los administrativas entre distintos estados y regiones de México.
defeños. En este cuento y en otros, la frontera también tie-
ne el referente de Nuevo León. En la narración de D'León
Serratos, el mismo cruce fronterizo entre Nuevo León y Ta- B1131 lOGRAPiA
maulipas se señala con un letrero que dice: "Termina Nuevo
León, principia Tamaulipas, el territorio de los malditos". En
Álvarez, Jorge Eduardo, 1995a, "Bajo el huracán", en Federico
"La ruta", de Marcos Manuel Rodríguez Leija, es tras la re- Schafiler, comp., Ocho lec turas pum el bario, Nuevo Laredo,
visión fiscal, antes de los límites de Anáhuac, Nuevo León, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas,
que todo se enrarece (Rodríguez Leija, 1996:1519). En fin, el pp. 8-16.
resentimiento de los tamaulipecos frente a los regiomonta-
Álvarez, Jorge Eduardo, 19956, Ilógicas simplicidades, Nuevo Laredo,
nos se atisba en referencias que, aunque humorísticas, bo-
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas.
rran a Monterrey del mapa sin que le importe esto a nadie.
Nos lo dice casi en una nota de pie de página Jorge Eduardo Álvarez, Jorge Eduardo, 1998, "Náyade", en Orlando Ortiz, edit.,
Alvarez en su cuento "La visión": En las fronteras ~rito, México, Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes, pp. 61-65.
Aún se recordaba la desaparición de la ciudad de Monterrey
Álvarez, Jorge Eduardo, 1999, "Cenizas de Fractal", en Federico
en una explosión accidental de la planta nucleoeléctrica. Los Schaftler, coord., 9 •9•99, Ciudad Victoria, Instituto 'l'aman-
expertos habían atribuido la falla a la negligencia del millona- lipeco para la Cultura y las Artes.pp. 14-24
rio fabricante de los aislantes antirradioactivos, pero aunque
fue demostrada su culpabilidad nunca se le castigó por moti- Alverdi, losé, 2000, "Azúcar en los labios", en Federico Scharfler,
vos desconocidos (Alvarez, 199512:46). El cticutofantáqico en "Tamaulipas: Antología, Ciudad Victoria,
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ria, julio-agosto, pp. 16-21.
Barcelona. Pertenece al Sistema Nacional de Investigado-
Velarde, José Luis, 2000a "La canción de Samantha", en Federico res del Conacvt con el nivel I. Es investigador del Departa-
Schaffler, comp., El cuento fiultdstico en Tamaulipas, Ciudad mento de Estudios Culturales de El Colef, del cual también
Victoria, Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, ha sido director. Su publicación más reciente es "La novela
pp. 261-268. Tijuana 1w la narco-cultura como patrimonio maldito", en
Velarde, José Luis, 20006, "Realismo maniático", en Orlando Or- el libro Memoria vulnerable, también publicado por El Colef.
tiz, comp., Cuentistas tanundipecos. Del fin de siglo, hacia el Su dirección electrónica es gui@colef.mx.
nuevo milenio, Ciudad Victoria, Instituto Tamaulipeco para
la Cultura y las Artes, pp. 435-438. luan Cajas Es doctor en antropología por la Universidad
Velarde, José Luis, 2000c. "FI regreso de los héroes no se produjo
Nacional Autónoma de México. Desde el 2000, es profesor-
nunca", en Orlando Ortiz, comp., Cuentistas tamaulipecos. investigador de la Universidad Autónoma del Estado de
Del fin de siglo, hacia el inicuo milenio, Ciudad Victoria, Insti- Morelos en la Facultad de Humanidades. Pertenece al Siste-
tuto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, pp. 439-444. ma Nacional de Investigadores del Conacvt con el nivel I. Su
libro El troquilo y la maroma, cocaína, !mundos y pistolocos en
Velarde, José Luis, 2003, Nos quedamos sin nosotros, Ciudad Victo-
Nueva York fue merecedor del premio Fray Bernardino de
ria, Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.
Sahagún, otorgado por el INÁii en 1997. En 2010 coordino
Tárate Ruiz, Arturo, 2010, la narrativa breve tamanlipeca, Matamo- el libro Migtawión, procesos productivos, Wall! Hut, y estigmas
ros, Tamaulipas, Programa de Estímulo a la Creación y al sociales, publicado por la CALM. Su dirección electrónica es
Desarrollo Artístico de Tamaulipas.
jua n caja sar gmail.com.

Manuel Ceballos Ramírez Es doctor en historia por El


Colegio de México, pertenece al Sistema Nacional de In-
vestigadores del Conacvt con el nivel n. Es investigador
del Departamento de Estudios Culturales de El Colef, en

452 A12101i0 7AllAl I PIII7 - 453


Tamaul ipas. 1:11 2(109, el
Congreso del Estado de Tamau- en 1974. En 1985 fundó el cifszis Sureste, en 1995 la Uni-
lipas lo eligió para recibir la medalla al mérito Luis Gar-
versidad de Ciencias y Artes de Chiapas y en 2005 la Uni-
cía de Arellano, por su trayectoria en la investigación
versidad Intercultural de Chiapas. Ha incursionado en la
histórica. Su línea de investigación está enfocada en la
antropología del deporte con un libro pionero, Lo sagrado
historia de la frontera noreste de México. Su dirección
(lel Rebaño, que va en su segunda edición. Su dirección elec-
electrónica es ceba llooncolel.mx.
trónica es apfgup(wgmail.com.
Camilo Contreras Delgado Es doctor en ciencias sociales
Teresa Fermímlez de luan Es doctora en ciencias psicológi-
con especialidad en estudios regionales, por El Colegio de
cas por la Universidad de La I Labana, Cuba. Su trabajo de
la Frontera Norte. Pertenece al Sistema Nacional de Inves-
tesis (sobre lateralidad cerebral y musicoterapia) fue esco-
tigadores del Conacyt con el nivel t. Es investigador titular
gido para su presentación en el VI Congreso Mundial de
de El Colef en la Dirección General Noreste de Monterrey.
Musicoterapia en España, donde fue invitada como aseso-
Actualmente es coordinador de "Ciudad y espacio público,
ra internacional. Pertenece al Sistema Nacional de Inves-
una revisión multidisciplinaria de lo urbano desde la calle",
tigadores del Conacyt con el nivel 1. Es investigadora del
provecto en el que participan El Colef, la cAxt , el 111:-;m y el
INA/ I. Su dirección electrónica es camiloUncolef.mx.
Departamento de Estudios Culturales de El Colef. Su di-
rección electrónica es teresaf((ocolef.mx.
Salvador Cruz Sierra Es doctor en ciencias sociales por la
Elizabeth Mujer Es doctora en estudios latinoamericanos
Universidad Autónoma de México-Xochimilco.
En 2006, por la UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Investigado-
publicó, Debates sobre masculinidades, vut.c-uNAxl.
Pertene- res del Conacyt con el nivel 1. Es investigadora del Depar-
ce al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con
tamento de Estudios Culturales de El Colef. En 2010 recibió
el nivel 1. Dentro de sus publicaciones más recientes en li-
el premio de Choice Magazine (r. u.) de mejores títulos aca-
bros se encuentra: "El comercio sexual masculino de calle
en el centro histórico de Juárez: repensando la intimidad démicos de 2010 por su libro Women's Actinism in America
Latina. Su dirección electrónica es emaieñiocolef.mx.
y la masculinidad en el espacio público", en César Fuen-
tes, Ciudad, espacio público género en Ciudad »aíre:,
El Co- Ray mundo Mier Garza Es doctor en filosofía por la Uní.;
legio de la Frontera Norte, 2011. Su dirección electrónica es versidad de Londres. Es miembro desde 1996 del Sista/ni.'
scniz(a)colef.mx.
Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel u.
ti
protesor-investigador Titular "C" de tiempo completo:
Andrés Feilmigas Puig Es doctor en antropología social
por la LA i-Xochimilco, en el Departamento de Educación y:
el Centro de Investigaciones v Estudios Superiores en An-
m u nicación. Entre sus publicaciones recientes se encu
tropología Social (cuisAs). Pertenece al Sistema Nacional de
"Cuerpo y estrategias de visibilidad", en Isla a la den
Investigadores del Conacyt con el nivel u. Fue fundador loquio del Clierpo, UANI-Al.edpotzalco, 2009. Su direcció
del Departamento de Antropología de la mulvtapa lapa
Irónica es rmieñwprodigy.net.mx.
Js,1
Julia Monárrez Fragoso Es doctora en sociología por la
Lylia Palacios Hernandez lis doctora en ciencias sociales por
Universidad Autónoma Metropolitana. Pertenece al Siste- la Universidad de Utrecht, Holanda. Pertenece al Sistema Na-
ma Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel u. cional de Investigadores del Conacyt con el nivel i. Es investi-
Es autora de limita dr una injusticia: sexual Ms- gadora v docente del Instituto de Investigaciones Sociales de
tétnico en Ciudad ludrez (El Colet, 2009),
por este trabajo, la cám. Actualmente, dirige el proyecto "Culturas del trabajo
el 'N'U' le otorgó el Premio Antonio García Cubas en obra y saber obrero en la gran industria de Monterrey: un acerca-
científica. Actualmente es investigadora del Departamento miento desde la historia social (1929-1970)", con recursos con-
de Estudios Culturales, de El Colef, en Ciudad Juárez. Su cursados por el Consejo para la Cultura de Nuevo León (Co-
dirección electrónica es juliam«ccolef.mx. narte). Su dirección electrónica es lyliapalacios9°yahoo.com.

Ana Lilia Nieto Camacho Es doctora en historia por la Lawrenee Douglas Taylor Hansen Es doctor en historia de
Universidad Nacional Autónoma de México. Pertenece América Latina por El Colegio de México. Es miembro del
al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el ni-
nivel i. Sus temas de investigación son la historia política vel u. Dentro de sus distinciones se encuentran: miembro
y diplomática de México en el siglo xix con énfasis en la de la Coordinación Estatal de las Conmemoraciones 2010,
historia de la frontera noreste y su relación con Estados Gobierno Federal de México y la medalla de distinción
Unidos. Su proyecto actual de investigación se titula "Las otorgada por el municipio de Caborca, Sonora en 2011. Ac-
redes políticas transfronterizas y la conformación de la tualmente, es profesor-investigador del Departamento de
frontera norte de México. El caso de Matamoros y Browns- Estudios Culturales, de El Colef, en Tijuana. Su dirección
ville, 1853-1867". Es investigadora del Departamento de electrónica es ltayloñiccolef.mx.
Estudios Culturales, de El Colef, en Nuevo Laredo. Su di-
rección electrónica es anietofTcolet.mx.
Arturo Zára te Ruiz Es doctor en artes de la comunicación
por la Universidad de Wisconsin. Es miembro del Sistema
Miguel Olmos Aguilera Es doctor en antropología social y et- Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel i. Es
nología por la Fcole des Flautes Etudes en Sciences Sociales, comunicador profesional y un analista de la información y
París, Francia. Es miembro del Sistema Nacional de Investi- del discurso político. Entre sus publicaciones se encuentra
gadores del Conacyt con el nivel i. En 2011, el INAll le otorgó el libro La narrativa breve Mamut imita?, un acercamiento crítico,
el Premio Nacional de Antropología, Raúl Guerrero, por su riel 2 010. I la colaborado en medios impre-
libro El chico encantado: La estética del arte indígena en el noroeste
sos desde los 14 años de edad y actualmente es investiga-
de México (El Colef, 2011). Entre sus publicaciones recientes dor del Departamento de Estudios Culturales en El Colef,
se encuentra el libro Memoria culnemEle: El paunnonio cultural Matamoros. Su dirección electrónica es azárateW'colef.mx.
en contrxio5 dr frontera, del cual es coordinador. Actualmente,
es investigador del Departamento de Estudios Culturales de
11 Cok'', Tijuana. Su dirección electrónica es olmoscacolef.mx.

-15b 457
Af 1121 A DI Al f
Julia Momírrez Fragoso lis doctora en sociología por la
Lilia Palacios I lernandez Es doctora en ciencias sociales por
Universidad Autónoma Metropolitana. Pertenece al Siste- la Universidad de Utrecht, 1 Iolanda. Pertenece al Sistema Na-
ma Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel 11.
cional de Investigadores del Conacyt con el nivel 4 Es investi-
Es autora de "tanta dr una injusticia: finninicidio sexual sis-
gadora y docente del Instituto de Investigaciones Sociales de
lémico en Ciudad ludrez (El Colef, 2009), por este trabajo,
la LIANI Actualmente, dirige el provecto "Culturas del trabajo
eI INAI 1 le otorgó el Premio Antonio García Cubas en obra
y saber obrero en la gran industria de Monterrey: un acerca-
científica. Actualmente es investigadora del Departamento miento desde la historia social (1929-1970)", con recursos con-
de Estudios Culturales, de El Colef, en Ciudad Juárez. Su cursados por el Consejo para la Cultura de Nuevo León (Co-
dirección electrónica es juliam(iccolef.mx.
nade). Su dirección electrónica es lyliapalacios(myahoo.com.

Ana Lilia Nieto Camacho Es doctora en historia por la


Lawrence Douglas Taylor House)) Es doctor en historia de
Universidad Nacional Autónoma de México. Pertenece América Latina por El Colegio de México. Es miembro del
al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el
Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt con el ni-
nivel i. Sus temas de investigación son la historia política
vel u. Dentro de sus distinciones se encuentran: miembro
y diplomática de México en el siglo xix con énfasis en la de la Coordinación Estatal de las Conmemoraciones 2010,
historia de la frontera noreste y su relación con Estados Gobierno Federal de México y la medalla de distinción
Unidos. Su proyecto actual de investigación se titula "Las otorgada por el municipio de Caborca, Sonora en 2011. Ac-
redes políticas transfronterizas y la conformación de la tualmente, es profesor-investigador del Departamento de
frontera norte de México. El caso de Matamoros y 13rowns- Estudios Culturales, de El Colef, en Tijuana. Su dirección
ville, 18531867". Es investigadora del Departamento de electrónica es Itaylor(t4colef.mx.
Estudios Culturales, de El Colef, en Nuevo Laredo. Su di-
rección electrónica es aniet~colef.mx.
Arturo Zárate Ruiz Es doctor en artes de la comunicación
por la Universidad de Wisconsin. Es miembro del Sistema
Miguel Olmos Agilitena lis doctor en antropología social y et-
Nacional de Investigadores del Conacyt con el nivel i. Es
nología por la Ecole des Hautes Útudes en Sciences Sociales, comunicador profesional y un analista de la información y
París, Francia. Es miembro del Sistema Nacional de Investi- del discurso político. Entre sus publicaciones se encuentra
gadores del Conacyt con el nivel t. En 2011, el INAI I le otorgó
el libro a narrativa breve tanumlipeca, Int acercamiento critico,
el Premio Nacional de Antropología, Raúl Guerrero, por su rix DA—Tamaulipas, 2010. Ha colaborado en medios impre-
libro El chivo enca ntado: La estética del arte l'udr gen'? en el noroeste sos desde los 14 años de edad y actualmente es investiga-
de México Oil Colef, 2011). Entre sus publicaciones recientes dor del Departamento de Estudios Culturales en El Colef,
se encuentra el libro Memoria vulnerable: El patrimonio cultural
Matamoros. Su dirección electrónica es azárate@)colef.mx.
en contextos de frontera, del cual es coordinador. Actualmente,
es investigador del Departamento de Estudios Culturales de
El Colet, Tijuana. Su dirección electrónica es olmosco'colefanx.

156 A(1 RC A DI IOSAIIPM:F5 PE 457


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