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ASIGNATURA:

DEFENSA CIVIL

PERNETECE A:

 LEIDY VALDIVIA CARITA


SEMESTRE:

 X

TURNO:

 NOCHE
1. INTRODUCCION

La relación entre la Administración Pública y los administrados siempre es de


desequilibrio, porque la primera ostenta potestades que puede ejercer sobre
los últimos y que si bien están sujetas a los límites que impone la ley, no deja
de ser una situación desigual en el sentido que los administrados no poseen ni
recursos ni facultades mayores que el Estado. Esta relación de desequilibrio
suele manifestarse en la tramitación de los procedimientos administrativos
que como veremos más adelante, tienen por objeto el otorgamiento o
reconocimiento de derechos a los administrados o la imposición de sanciones
por la comisión de infracciones. Pero como el ejercicio del poder no puede ser
absoluto, nuestra legislación en materia de procedimiento administrativo,
contiene reglas y parámetros que si bien no equilibran la relación entre
Administración Pública y administrados, otorga garantías mínimas para que
los derechos de los administrados no se vean vulnerados. Entre estas reglas
y parámetros, tenemos a los principios del procedimiento administrativo,
escogí este artículo porque prácticamente engloba todos los fines de los
demás artículos de esta ley, que sirven como un marco protector para los
administrados. En el presente trabajo desarrollaremos los principios
recogidos por nuestra Ley Nº 27444.
2. MARCO LEGAL

Los Principios del Procedimiento Administrativo están recogidos por el


artículo IV del Título Preliminar de la Ley Nº 27444 – Ley del
Procedimiento Administrativo General.

3. DEFINICION

Como ya hemos señalado, los principios del procedimiento


administrativo tienen por finalidad cautelar los derechos de los
administrados al interior de un procedimiento administrativo.
Estos principios son criterios o lineamientos de obligatorio
cumplimiento para las entidades de la Administración Pública durante
el cumplimiento de sus funciones. Como veremos más adelante, el
estricto cumplimiento de estos principios garantiza la adecuada
protección de los derechos de los administrados. Pero antes de revisar
estos principios, es preciso tener en cuenta algunos conceptos previos,
como los conceptos de lo que es un acto administrativo y un
procedimiento administrativo.

4. EL ACTO ADMINISTRATIVO

Un acto jurídico es aquella manifestación de voluntad que, cumpliendo


las formalidades y requisitos de ley, crea, regula o extingue relaciones
jurídicas entre las personas. En el Derecho administrativo, el acto
administrativo es aquella manifestación de voluntad de la
Administración Pública, ejercida por un funcionario u órgano con
competencia, que crea, regula o extingue relaciones jurídicas entre la
Administración y los administrados o entre administrados. Veamos
cómo lo define el artículo 1º de la Ley N° 27444 – Ley del Procedimiento
Administrativo General:

Artículo 1º. - Concepto de acto administrativo


1.1. Son actos administrativos, las declaraciones de
las entidades que, en el marco de normas de
derecho público, están destinadas a producir
efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones
o derechos de los administrados dentro de una
situación concreta.

1.2. No son actos administrativos:

1.2.1. Los actos de administración interna de las


entidades destinados a organizar o hacer funcionar
sus propias actividades o servicios. Estos actos son
regulados por cada entidad, con sujeción a las
disposiciones del Título Preliminar de esta Ley, y de
aquellas normas que expresamente así lo
establezcan.
1.2.2. Los comportamientos y actividades
materiales de las entidades.

Con esta premisa, el acto administrativo puede estar sujeto a


modalidades, como son las condiciones o los términos, según podemos
ver en el artículo 2º de la Ley:

“Artículo 2º.- Modalidades del acto administrativo

2.1. Cuando una ley lo autorice, la autoridad,


mediante decisión expresa, puede someter el acto
administrativo a condición, término o modo, siempre
que dichos elementos incorporables al acto, sean
compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se
trate de asegurar con ellos el cumplimiento del fin
público que persigue el acto.

2.2. Una modalidad accesoria no puede ser aplicada


contra el fin perseguido por el acto administrativo

Ahora bien, un aspecto fundamental en el acto administrativo, al igual


que en el acto jurídica en general, es el cumplimiento de los requisitos
de validez, pues ante la falta de ellos, el acto debe ser invalidado y no
debe surtir efectos. El artículo 3º de la Ley determina los requisitos
de validez del acto administrativo:
“Artículo 3º.- Requisitos de validez de los actos
administrativos Son requisitos de validez de los actos
administrativos:

1. Competencia.- Ser emitido por el órgano facultado en


razón de la materia, territorio, grado, tiempo o cuantía, a
través de la autoridad regularmente nominada al momento
del dictado y en caso de órganos colegiados, cumpliendo
los requisitos de sesión, quórum y deliberación
indispensables para su emisión.

2. Objeto o contenido.- Los actos administrativos deben


expresar su respectivo objeto, de tal modo que pueda
determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su
contenido se ajustará a lo dispuesto en el ordenamiento
jurídico, debiendo ser lícito, preciso, posible física y
jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas de la
motivación. 3. Finalidad Pública.- Adecuarse a las
finalidades de interés público asumidas por las normas que
otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda
habilitársele a perseguir mediante el acto, aun
encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la
propia autoridad, a favor de un tercero, u otra finalidad
pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de
normas que indique los fines de una facultad no genera
discrecionalidad.

4. Motivación.- El acto administrativo debe estar


debidamente motivado en proporción al contenido y
conforme al ordenamiento jurídico.

5. Procedimiento regular.- Antes de su emisión, el acto


debe ser conformado mediante el cumplimiento del
procedimiento administrativo previsto para su generación.

Otro aspecto importante del acto administrativo, es el cumplimiento de la


forma prevista para su emisión, siendo que la forma también es un elemento
que puede determinar la eficacia o ineficacia del acto.
El artículo 4º regula la forma de la siguiente manera:

Artículo 4º.- Forma de los actos administrativos

4.1. Los actos administrativos deberán expresarse por


escrito, salvo que por la naturaleza y circunstancias del
caso, el ordenamiento jurídico haya previsto otra forma,
siempre que permita tener constancia de su existencia.
4.2. El acto escrito indica la fecha y lugar en que es
emitido, denominación del órgano del cual emana, nombre
y firma de la autoridad interviniente.

4.3. Cuando el acto administrativo es producido por medio


de sistemas automatizados, debe garantizarse al
administrado conocer el nombre y cargo de la autoridad
que lo expide.

4.4. Cuando deban emitirse varios actos administrativos


de la misma naturaleza, podrá ser empleada firma
mecánica o integrarse en un solo documento bajo una
misma motivación, siempre que se individualice a los
administrados sobre los que recae los efectos del acto.
Para todos los efectos subsiguientes, los actos
administrativos serán considerados como actos
diferentes.

Al igual que la forma, en el acto administrativo también es importante el


fondo. Y el fondo está determinado por dos aspectos, el objeto o contenido
del acto y su motivación. Veamos el artículo 5º y 6º de la Ley:

“Artículo 5º.- Objeto o contenido del acto administrativo

5.1. El objeto o contenido del acto administrativo es


aquello que decide, declara o certifica la autoridad.

5.2. En ningún caso será admisible un objeto o contenido


prohibido por el orden normativo, ni incompatible con la
situación de hecho prevista en las normas; ni impreciso,
obscuro o imposible de realizar.
5.3. No podrá contravenir en el caso concreto
disposiciones constitucionales, legales, mandatos
judiciales firmes; ni podrá infringir normas
administrativas de carácter general provenientes de
autoridad de igual, inferior o superior jerarquía, e incluso
de la misma autoridad que dicte el acto.

5.4. El contenido debe comprender todas las cuestiones


de hecho y derecho planteadas por los administrados,
pudiendo involucrar otras no propuestas por éstos que
hayan sido apreciadas de oficio, siempre que otorgue
posibilidad de exponer su posición al administrado y, en su
caso, aporten las pruebas a su favor.

Artículo 6º.- Motivación del acto administrativo

6.1. La motivación deberá ser expresa, mediante una


relación concreta y directa de los hechos probados
relevantes del caso específico, y la exposición de las
razones jurídicas y normativas que con referencia directa
a los anteriores justifican el acto adoptado.

6.2. Puede motivarse mediante la declaración de


conformidad con los fundamentos y conclusiones de
anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en
el expediente, a condición de que se les identifique de
modo certero, y que por esta situación constituyan parte
integrante del respectivo acto.

6.3. No son admisibles como motivación, la exposición de


fórmulas generales o vacías de fundamentación para el
caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten
específicamente esclarecedoras para la motivación del
acto.

6.4. No precisan motivación los siguientes actos:


6.4.1. Las decisiones de mero trámite que
impulsan el procedimiento.

6.4.2. Cuando la autoridad estima


procedente lo pedido por el administrado y el
acto administrativo no perjudica derechos de
terceros.

6.4.3. Cuando la autoridad produce gran


cantidad de actos administrativos
sustancialmente iguales, bastando la
motivación única.

5. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Pero el acto administrativo, tal como lo hemos visto, no se genera en


forma espontánea, sino que es el resultado de un conjunto de pasos que
configuran el procedimiento administrativo.

El artículo 29º de la Ley define al procedimiento administrativo de la


siguiente manera:

Artículo 29º.- Definición de procedimiento administrativo

Se entiende por procedimiento administrativo al conjunto de


actos y diligencias tramitados en las entidades, conducentes a la
emisión de un acto administrativo que produzca efectos
jurídicos individuales o individualizables sobre intereses,
obligaciones o derechos de los administrados.

Ahora bien, para llegar al resultado que es un acto administrativo,


nuestra legislación separa los procedimientos administrativos en dos
clases:

Los de aprobación automática y los de evaluación previa, tal como lo


dispone los artículos 30º y 31º de la Ley:

Artículo 30º.- Calificación de procedimientos administrativos

Los procedimientos administrativos que, por exigencia legal,


deben iniciar los administrados ante las entidades para
satisfacer o ejercer sus intereses o derechos, se clasifican
conforme a las disposiciones del presente capítulo, en:
procedimientos de aprobación automática o de evaluación previa
por la entidad, y este último a su vez sujeto, en caso de falta de
pronunciamiento oportuno, a silencio positivo o silencio negativo.

Cada entidad señala estos procedimientos en su Texto Único de


Procedimientos Administrativos - TUPA, siguiendo los criterios
establecidos en el presente ordenamiento.

Artículo 31º.- Régimen del procedimiento de aprobación


automática

31.1. En el procedimiento de aprobación automática, la


solicitud es considerada aprobada desde el mismo
momento de su presentación ante la entidad competente
para conocerla, siempre que cumpla con los requisitos y
entregue la documentación completa, exigidos en el TUPA
de la entidad.

31.2. En este procedimiento, las entidades no emiten


ningún pronunciamiento expreso confirmatorio de la
aprobación automática, debiendo solo realizar la
fiscalización posterior. Sin embargo, cuando en los
procedimientos de aprobación automática se requiera
necesariamente de la expedición de un documento sin el
cual el usuario no puede hacer efectivo su derecho, el
plazo máximo para su expedición es de cinco días hábiles,
sin perjuicio de aquellos plazos mayores fijados por leyes
especiales anteriores a la vigencia de la presente Ley.

31.3. Como constancia de la aprobación automática de la


solicitud del administrado, basta la copia del escrito o del
formato presentado conteniendo el sello oficial de
recepción, sin observaciones e indicando el número de
registro de la solicitud, fecha, hora y firma del agente
receptor.
31.4. Son procedimientos de aprobación automática,
sujetos a la presunción de veracidad, aquellos
conducentes a la obtención de licencias, autorizaciones,
constancias y copias certificadas o similares que habiliten
para el ejercicio continuado de actividades profesionales,
sociales, económicas o laborales en el ámbito privado,
siempre que no afecten derechos de terceros y sin
perjuicio de la fiscalización posterior que realice la
administración.

6. PRINCIPIOS RECOGIDOS EN LA LEY Nº 27444

Teniendo en claro lo que es un acto administrativo y un procedimiento


administrativo, podemos ver ahora como la Ley Nº 27444 recoge en el
artículo IV de su Título Preliminar, a los principios que deben ser
observados por todas las entidades administrativas.

Estos principios son:

6.1. Principio de legalidad

Según el principio de legalidad, las entidades de la


Administración Pública están obligadas a cumplir con sus
funciones en estricto cumplimiento de la Constitución, la ley y al
derecho, siempre dentro de los parámetros de las facultades
que le han sido atribuidas y según los objetivos para los que les
fueron otorgadas. Como vemos, el sentido del principio de
legalidad es que los funcionarios públicos procedan de acuerdo a
las disposiciones legales aplicables al procedimiento o actuación
que estén desarrollando. Asimismo, este principio implica que las
entidades administrativas tienen un marco legal dentro del cual
pueden desenvolverse, estando impedidas de actuar fuera de los
límites de sus facultades o utilizarlas para propósitos indebidos.

6.2. Principio del debido procedimiento


Este principio, derivado del principio del Derecho procesal al
debido proceso judicial, implica que los administrados deben
gozar de todos los derechos y garantías que corresponden al
interior de un procedimiento administrativo conducido conforme
a ley, lo que comprende el derecho a exponer sus argumentos, a
ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho.
La finalidad de este principio es la de establecer algunas
garantías mínimas que deben presentarse en todo procedimiento
administrativo, de tal manera que si alguna de ellas faltara, el
procedimiento incurriría en una situación de ilegalidad que
incluso puede acarrear su nulidad. Así, la Ley señala tres
aspectos fundamentales de este principio.
El primero de ellos está referido al derecho de los
administrados a exponer su posición y sus fundamentos. Esto es,
que no le impida al administrado la presentación de sus
solicitudes, contestaciones, descargos, recursos, etc., así como
que tampoco se le niegue el uso de la palabra cuando ello
corresponda.
El segundo aspecto de este principio es el referido al
ofrecimiento de medios de prueba, lo que implica que el
administrado tiene derecho a presentar, solicitar y a que se
actúen los medios de prueba necesarios para sustentar su
solicitud o recurso.
El tercer aspecto es el referido al derecho de los administrados
a obtener una decisión motivada y fundamentada en derecho.
Este último aspecto es quizá el más importante del principio del
debido procedimiento, pues consiste en el derecho de los
administrados a que el funcionario público resuelva su solicitud
o recurso con una decisión que contenga los motivos o razones
por los cuales se ha emitido en ese sentido.

Asimismo, el funcionario deberá resolver sobre la base de las


disposiciones legales aplicables al caso, por eso es que el
principio señala que la decisión debe estar fundamentada en
derecho y no en el simple parecer u opinión del funcionario
responsable.

6.3. Principio de impulso de oficio

En los procedimientos administrativos existen aquellos que son


iniciados de oficio y aquellos que son iniciados a solicitud de
parte. Se dice que son de oficio cuando es la voluntad o interés
de la propia entidad la que da a origen al procedimiento, como
suele pasar con las acciones de control, los procedimientos de
fiscalización, etc.
En contraposición, los procedimientos a solicitud de parte son
aquellos que se inician como consecuencia de la solicitud, petición
o recurso presentado por un administrado. Sin embargo, incluso
en los procedimientos iniciados a solicitud de parte, es necesaria
la voluntad del funcionario administrativo para que el
procedimiento siga su camino y llegue a su objetivo que es la
obtención de una resolución final. Para que esto se cumpla, el
principio de impulso de oficio dispone que los funcionarios
administrativos deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y disponer que se realicen los actos y diligencias
necesarios para el esclarecimiento y resolución de la solicitud o
controversia con el administrado.
Es decir, que no basta con que el funcionario público admita y
realice los actos que soliciten los administrados, si no que,
deberá llevar a cabo, por su propia voluntad, las actuaciones que
fueran necesarias para resolver el procedimiento.

6.4. Principio de razonabilidad

Según el principio de razonabilidad, cuando la autoridad


administrativa emita una resolución mediante la cual cree
obligaciones, califique infracciones, imponga sanciones o
establezcan restricciones a los derechos de los administrados,
deberá actuar dentro de los límites de sus facultades y
respetando una debida proporción entre las medidas dictadas y
los fines públicos busca cautelar con su decisión.

La finalidad de este principio es que las entidades


administrativas no actúen de manera arbitraria la emitir sus
pronunciamientos, evitando que se dicten medidas o mandatos
que excedan las facultades otorgadas a los funcionarios o que,
estando dentro de ellas, no tengan una coherencia con los bienes
o derechos que se quiere proteger.

6.5. Principio de imparcialidad

En correspondencia con el derecho a la igualdad ante la Ley,


consagrado en la Constitución, el principio de imparcialidad
busca que los administrados sean tratados bajo condiciones de
equidad, sin ninguna clase de discriminación.

De esta manera, se quiere proteger en igualdad de condiciones


a todos los administrados. Nótese que no se hace referencia a
que todos los administrados deban recibir el mismo tratamiento,
pues lo que busca el principio de imparcialidad es que no hayan
ventajas al interior de un procedimiento que favorezcan
indebidamente a un administrado, es decir, que se debe dar un
mismo tratamiento a quienes están en igualdad de condiciones y
un trato diferenciado a quienes se encuentren en desigualdad.

6.6. Principio de informalismo

Muchas veces somos testigos de las exigencias y formalidades


excesivas que solicitan las entidades públicas para dar inicio a
un procedimiento o solicitud. Este exceso en los requisitos que
debe cumplir un administrado puede significar una grave
afectación a sus derechos, pues se le priva de una protección
rápida y efectiva de sus intereses.
Para evitar esas situaciones, el principio de informalismo busca
que las autoridades administrativas interpreten las normas de
procedimiento en sentido favorable a los administrados,
facilitando la admisión de sus solicitudes y recursos, y
permitiendo la emisión de la decisión final sobre el petitorio del
administrado.
De esta forma, el principio de informalismo busca que los
derechos e intereses de los administrados no sean afectados
por la exigencia de formalidades excesivas, siempre que no se
perjudiquen derechos de terceros o el interés público.

6.7. Principio de presunción de veracidad

Para evitar revisiones excesivas y fiscalizaciones sobre la


veracidad o certeza de los documentos que presentan los
administrados, este principio establece una presunción de
veracidad a favor de los administrados, en virtud de la cual, los
funcionarios públicos deben asumir que los documentos y
declaraciones formulados por los administrados son ciertos.

Claro que la autoridad administrativa tiene la facultad de


realizar controles posteriores sobre la veracidad de los
documentos y afirmaciones de los administrados, de tal manera
que si se llegara a comprobar la falsedad o inexactitud en alguno
de ellos, se tomarán las acciones pertinentes, como la nulidad del
procedimiento y la denuncia contra el administrado por los
delitos en los que hubiera incurrido.

6.8. Principio de conducta procedimental

Aunque su contenido es algo impreciso, la finalidad del principio


de conducta procedimental es que todas las partes e
involucrados en el procedimiento actúen de buena fe y
respetando los derechos de los demás sujetos intervinientes.
De esta manera, la autoridad administrativa, los administrados,
sus representantes, los auxiliares y, en general, todos los
partícipes del procedimiento, deben actuar con respeto hacia los
demás y con buena fe.
Esto implica que las normas que regulan el procedimiento
administrativo deben interpretarse de forma tal que no admitan
conductas que perjudiquen indebidamente a los intervinientes en
el procedimiento.

6.9. Principio de celeridad

Este es uno de los principios que resulta de mayor importancia


en un procedimiento. La celeridad implica la rapidez en el
desarrollo del procedimiento, para lo cual se busca que los
intervinientes no generen actuaciones o diligencias innecesarias
y que no formulen peticiones o solicitudes que tengan por
finalidad paralizar el desenvolvimiento del procedimiento.

La celeridad no implica que se deban incumplir los plazos


establecidos por ley, sino que se realicen las diligencias
indispensables para que el funcionario administrativo pueda
dictar una resolución adecuada y que las actuaciones necesarias
se realicen en los plazos precisos, sin mayores dilaciones. Este
principio va de la mano con el principio de informalismo, pues la
celeridad también implica que no se exijan formalidades o
requisitos innecesarios que solo buscan obstaculizar el
procedimiento.

6.10. Principio de eficacia

Este principio también está relacionado con el de informalismo


y con el de celeridad. La eficacia implica que los sujetos del
procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el
cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre
aquellos formalismos cuya realización no incida en su validez, no
determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen
indefensión a los administrados.

Es decir, la finalidad de este principio es que se de una


predominancia al objetivo que se persigue con el procedimiento
y no al procedimiento mismo, pues este es solo un instrumento
para lograr la satisfacción de los intereses de los administrados.

6.11. Principio de verdad material

La verdad material es el concepto opuesto a la verdad formal e


implica que el funcionario administrativo debe buscar llegar a
una resolución que cautele los derechos de los administrados
según la realidad de los hechos y no solamente sobre la base de
los hechos que se presentaron en el procedimiento. Para tal fin,
la autoridad administrativa deberá verificar plenamente los
hechos que sirven de motivo a sus decisiones, pudiendo adoptar
todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley,
incluso si se trata de medios no ofrecidos por los administrados.

En el caso especial de los procedimientos administrativos


trilaterales, en los que existen dos o más administrados con
intereses contrapuestos, el funcionario administrativo debe
verificar por todos los medios disponibles la verdad de los
hechos que le son propuestos por las partes, pero sin ir más allá
ni sustituir la iniciativa probatoria que le corresponde a cada uno
de los involucrados, salvo que se trate de intereses públicos. 5.
7. CONCLUSIONES

Como hemos referido, los principios del procedimiento


administrativo determinan límites en las actuaciones de la
Administración Pública y buscan proteger a los administrados
para que no se cometan actos arbitrarios. El cumplimiento de
estos principios es de tal importancia que su inobservancia puede
generar que los administrados interpongan los recursos
administrados destinados a revocar o dejar sin efecto los actos
administrativos en cuestión.

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