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ESPÍRITU DESPIERTO = NUEVA DIMENSIÓN

Cuando el espíritu del hombre está dormido, éste es gobernado por los
deseos de su alma y sólo cuenta con cinco antenas que son los cinco
sentidos como el olfato, el oído, el tacto, la vista y el gusto.

El alma es afectada a través de esas cinco antenas, entonces tiene una


visión chata y terrenal; además, está condicionada por las circunstancias
que vivimos desde pequeños. Desde que nacemos estamos rodeados de
demonios y aún antes de nacer. El príncipe de este siglo, señala la palabra
de Dios, es satanás, y cuenta con un ejército de gobernadores, de
principados y potestades con quienes opera en el mundo. Yo me imagino a
los demonios programando a Ciro para que haga guerra y destruya a los
que están en su camino. Nosotros, al momento de nacer, tenemos
demonios que están esperando nuestra llegada para marcarnos. Puede ser
que un bebé reciba el rechazo de sus padres antes de nacer, y esto no es
de Dios sino demoníaco. Las personas que sufren rechazo, no sólo tienen
heridas en su corazón sino también graves problemas sicológicos. Entonces,
los demonios tratan de marcarnos y de programarnos por medio de hechos
y de palabras. De esto surge el dicho, “el que se quema con leche, ve la
vaca y llora”. Significa que hoy estoy afectado y tomo decisiones basado y
fundamentado en hechos del pasado, en cuestiones que me dijeron o
hicieron, las que me marcaron y se grabaron en mí, de tal manera que yo
reacciono en base a eso que está guardado en mi subconsciente. Son cosas
que están metidas en el alma, en la mente, la voluntad y las emociones, y
están grabadas en el corazón. Digamos que hay una ceguera en el alma,
porque no ve ni y entiende lo que hay que ver y entender.

Una chica se enamora de quien cree que es su príncipe azul pero al tiempo
de haberse casado se da cuenta que era morado. Es que el alma tiene una
especie de miopía, no entiende las cosas del espíritu. La Biblia dice que lo
que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del espíritu, espíritu
es. Entonces, mientras el espíritu está dormido, el alma hace planes;
juguemos en el bosque mientras el lobo no está. Al alma le gusta gobernar,
se sienta en el trono del hombre y éste toma decisiones de acuerdo a lo que
le parece o siente. Algo diferente sucede cuando una persona es tocada por
Dios y Él despierta su espíritu. En ese momento se abre una nueva
dimensión. Cuando yo estoy bajo los designios de mi alma, estoy
trabajando en determinados proyectos, pero cuando Dios despierta el
espíritu, comienzo a ver otras cosas que no veía, totalmente distintas al
propósito y dirección que tenía mi alma. ¡O gobierna tu alma o tu espíritu!
¡Tu espíritu es de Dios y le pertenece a Él! ¡Tu espíritu anhela las cosas de
Dios! Jesús dijo: “…el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil…” La carne no entiende ni acepta las cosas del espíritu, por
lo tanto, ésta tiene que ser sometida bajo el poder del Espíritu Santo.

Me llamó mucho la atención lo que dice Esdras, porque Dios no sólo puede
despertar el espíritu de un creyente sino también el de un incrédulo,
idólatra, quien de pronto, declara como Ciro: “Jehová el Dios de los cielos
me ha mandado que le edifique casa…” ¡Este hombre vio algo que una
persona común no vio!

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Me imagino el espanto de los demonios cuando ven que Ciro hace algo que
ellos no habían programado. Digamos que tú estás programado por los
demonios, quienes te inducen a pensar y sentir determinadas cosas, pero
de pronto sales con algo que ellos ni se imaginaban. Resulta que Dios
encendió tu espíritu y tú comienzas a hablar de tal manera que los
demonios se perturban porque no saben de dónde has aprendido eso ya
que ellos habían trabajado toda la vida para que tú seas un “turro”. Ahora,
de pronto, comienzas a amar a Dios, a tu prójimo y haces cosas que los
descolocan.

Habrá habido algún judío que logró establecerse en sesenta años, que creó
una industria para fabricar telas y venderlas en el reino, una persona
subyugada junto a su familia, más o menos estable, pero que no se
imaginaba que Jerusalén y el templo serían reconstruidos. Ellos estaban
muy tranquilos haciendo lo de todos los días, igual que muchos cristianos
que hacen obras buenas. Tú le preguntas a alguien cómo sabe que es un
cristiano y esta persona te responde: “Yo soy una persona bien, me llevo
bien con todo el mundo, hago todo el bien que puedo”. ¡Tiene una vida
aburrida! “¿Y qué haces de trascendente?” “Bueno, yo no le dejo faltar
nada a mi familia, estoy criando a mis hijos, amo a mi esposa”. ¿A eso sólo
has venido al mundo? ¿No tendrá Dios algún plan contigo, algo que te haga
vibrar, un fuego que no puedas resistir? ¡Algo! Yo veo lo que está
sucediendo con la iglesia Misión Vida y cada vez me enciendo más. ¡Hay
que ver lo que hace Dios cuando enciende un espíritu!

Tú estás en tu trabajo, llevando adelante tu profesión, tienes tus planes, tus


estudios, te estás preparando porque te han dicho que tienes que estudiar
para ser alguien, pero lo que no sabían es que eras alguien aún antes de
estudiar. Tú tampoco, porque cuando te preguntaban para qué estudias,
respondías: “Para ser alguien”. ¿Es que tú eres algo o alguien? Entonces, tú
estás inmerso en tus planes pero de pronto viene Dios y despierta tu
espíritu y te das cuenta que lo que has estado haciendo era nada más que
para ti, para tu ego, para lo que has pensado y has querido.

Hablé con una joven que en un tiempo le entregó a Dios su carrera y sus
planes, ¡y el Señor la ha tocado de una manera poderosa! Ella me dijo:
“Pastor, yo estoy hablando con alguien y comienzo a sentir el dolor que está
sintiendo esa persona. Cuando se va, me pongo a orar por ella”. ¡De pronto
comienzas a ver cosas que no veías! Ahora puedes ver el dolor de la gente.
De pronto comienzas a ver que Dios quiere un hogar de niños en Haití. ¿A
quién más se le va a ocurrir? Cuando Dios despierta el espíritu, las personas
comienzan a hacer cosas que nunca había pensado ni soñado, tal como
declara 1ª Corintios 2:9: “9Antes bien, como está escrito: Cosas que
ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las
que Dios ha preparado para los que le aman”.

¡Gloria a Dios! Notemos aquí que dice, cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni
se han manifestado en el corazón de los hombres; todas son alusiones de
cosas que el alma no puede detectar, que vienen de otra visión, esas son
las cosas del espíritu. Así que está la visión de la psiquis, o sea, cuando los
sentidos envían señales al cerebro y éste lo procesa, esas son cosas del
alma. Hay un nivel de entendimiento o discernimiento, de proyectos y

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propósitos que es netamente carnal y humano, pero cuando Dios despierta
el espíritu, podemos tener otra visión que ha de verse con los ojos del
espíritu y no con los físicos. ¡Si Dios despierta tu espíritu verás cosas que no
se ven con los ojos físicos!

A su vez, la joven me decía: “Yo no sé qué me pasa. Me estoy volviendo


loca porque por un lado yo tenía ciertos planes y por el otro Dios me
muestra algo totalmente distinto y pareciera que todo se me cae. Yo no sé
por qué me entra una tristeza al ver a la gente mal”. Ella tiene problemas
en la casa, sus padres tienen problemas; antes se dedicaba a sus proyectos
como estudiar pero ahora ve que sus seres queridos tienen problemas y ora
por ellos.

DIOS TE DESPIERTA PARA HACER SUS PLANES

Tengo un sobrino, Natanael, de San Juan, Argentina. Cuando viajé a mi


tierra, me dijo que quería ir a Haití y yo le respondí: “¡Tu familia me va a
matar!” Él solo quería ir a Haití. Le sugerí que orara para ver si Dios lo
confirmaba, como diciéndole: “¡Ya se te va a pasar!” Porque hay visiones
que son de Dios pero en cambio otras son del hombre. Cuando volví a San
Juan en otra oportunidad, mi sobrino me dice: “Tío, ¿se acuerda que le dije
que quería ir a Haití?” Imagínate cómo estaba la familia viendo que iba a
dejar de estudiar, etc. ¡Y los abuelos! ¡Él era el nieto adorado! ¿Quién era el
culpable? ¡El tío que le lavó el cerebro! Yo hacía lo posible para que no
fuera, pero como insistía le aconsejé que se viniera a Uruguay, a uno de los
hogares de Beraca para ver si se adaptaba, y así lo hizo. Estuvo un tiempo
viviendo en uno de los hogares, pero un día viaja a San Juan y allá se
enamora de una chica, entonces me dije: “Ya está, ya se le pasó lo de Haití.
Me dirá que se quiere casar y volverse a San Juan”, pero pasó un tiempito y
me dice: “Mi novia también quiere ir a Haití”. ¡Qué problema! ¡La novia, hija
única queriéndose casar con mi sobrino para irse a Haití! El asunto es que
se casaron y se vinieron a vivir a uno de los hogares Beraca en Uruguay
donde estuvieron un año, y cada tanto Natanael me decía: “Tío, ¿se
acuerda que queremos ir a Haití?” ¡No era que quería ir al paraíso! Haití no
era nada atrayente para que alguien tuviera tantas ansias de ir. Pero
Natanael junto con su esposa por fin se fueron a Haití y cuando llegaron
allá, lloraron de emoción. Se estaba cumpliendo el gran sueño y no era de
ellos sino de Dios.

Me contaron que ingresó al hogar una niña de cinco meses y tenía que estar
a cargo de alguien que la cuidara y durmiera con ella. Entonces se la dieron
a Natanael y a su esposa para que ellos se hicieran cargo. Me dijeron que
mi sobrino le cambia los pañales a la niña y llora de emoción. Fueron sus
palabras al contemplar a la bebé de cinco meses: “Esta niña no tiene a
quién decirle papá ni mamá, ahora yo seré su papá y mi esposa su mamá”.
¡O él o Dios está mal! De pronto, el Señor valora a esa niña de cinco meses
y tal vez a Él se le ocurrió que todo lo que quiere para ese matrimonio es
que dedique su vida a formarla, entonces, Dios considera más importante
esa tarea que algún otro plan de estudio, de trabajo, de viaje, etc. Tal vez
nosotros no valoramos las cosas como Dios las valora. Mas cuando Dios
despierta el espíritu, de pronto tú comienzas a valorar lo que nunca te
habías imaginado que valorarías. Allá está Natanael quien dejó atrás su

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familia, sus estudios y sus planes, llorando de emoción porque Dios lo está
usando para bendecir a esa niña.

Por pequeña que sea la tarea que Dios te ha encomendado, si Él despertó


tu espíritu, te dará la gloria y la unción, también te dará el sentirte
satisfecho con lo que estás haciendo. ¡La satisfacción viene de Dios! ¡Dios
satisface a aquel que le sirve!

Uno de nuestros pastores, Martín, se fue a Haití y ha estado colaborando


con muchas cosas en el hogar, entre ellas, una campaña evangelística que
ha tenido lugar en esa nación. Cuando llegó al hogar y comenzó a subir la
montaña, a través de una huella de piedra de un kilómetro y medio que
lleva a un lugar perdido en la montaña, donde no hay agua ni electricidad,
pero donde está la luz de Dios obrando. Mientras iba caminando, me
escribió diciéndome: “Estoy llorando. ¡Admiro su fe pastor! ¡Cómo Dios lo
trajo a este lugar para hacer un hogar de niños!” Yo le respondí que no fue
un proyecto mío sino de Dios. Es que cuando el Señor despierta tu espíritu,
te muestra cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de
hombre. Si lo que haces no es de Dios, nunca te sentirás satisfecho. Pero si
lo que haces proviene de Él, el Señor te llenará de satisfacción.

TEMOR: ARMA DE SATANÁS PARA DETENERNOS

Cuando tú decides hacer algo de Dios, es como escupirle en la cara al


diablo; eso le preocupa porque te ha estado programando para otra cosa.
Quiero decirte que si eres cristiano pero hace años que estás estancado en
el mismo pantano, entonces tu espíritu está dormido. Alguno dice: “Aquí
estoy, llevando la cruz…” Pero un verdadero cristiano lleva la cruz con gozo
y se burla del diablo porque no se hizo su voluntad sino la de Dios. ¡Satanás
te quiere poner cargas para frenarte!

Cuando Nehemías decidió ir a levantar los muros de Jerusalén, fue más


oprimente el miedo que le infundían los vecinos por causa de la obra, que la
tarea misma de edificar el muro. Con Esdras sucedió exactamente lo
mismo, el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para
que no edificara. Es que cuando Dios despierta el espíritu de alguien, los
demonios se desorientan, porque han trabajado duro toda tu vida para que
hagas sus planes, y de pronto ven cómo todos los designios que tenían
contigo se desbaratan. Porque no pasa desapercibido en el mundo espiritual
cuando trabajas para Dios o para satanás, y si haces la obra Dios recibirás
oposición inmediata del infierno, ya que sentirás opresión y se levantará
guerra contra ti.

Aunque hay quienes se acobardan porque le temen a la guerra en lugar de


enfrentar los problemas. Como una mujer que me dijo: “Mi esposo está
endemoniado, y cuando oro se pone peor, entonces he dejado de hacerlo
para que se quede tranquilo”. ¡Qué soldado! ¡Cómo le pone el pecho a las
balas! La Biblia dice que el reino de los cielos no es para cobardes sino para
valientes. ¡Se necesita valentía para ser de Cristo! Y si tú no eres valiente,
entonces no eres de Él. ¡Quien tiene activado su espíritu, tiene la gloria, el
poder, la unción y el fuego de Dios! ¡Nada ni nadie podrán detener a una
persona que está activada por Dios! Pero el diablo te trae cosas para

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quitarte la paz, para afligirte y entristecerte, y lo hace para detenerte,
porque cuando tu espíritu está activado y cumples los propósitos de Dios,
sucede que le estás haciendo la guerra al infierno y destruyendo los planes
de satanás.

Leemos en Esdras 4:4: “4Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo


de Judá, y lo atemorizó para que no edificara”. El temor es una de las
armas que el diablo utiliza para que los cristianos no hagan la obra de Dios.
“Tengo miedo de consagrarme”, dice la gente. ¿Por qué? Porque no quieren
fallarle a Dios, o porque temen que el Señor les quite las cosas que aman.
¡Tienen miedo de Dios! Si rehúsas consagrarte a Dios porque no quieres
fallarle, entonces conságrate al diablo. Tú no puedes decir que eres
cristiano y no te consagras a Dios.

El rey Ciro había dado la orden para edificar los muros pero al diablo no le
importó nada y usó a los vecinos para frenar la orden del rey. Éstos
comenzaron a planear cómo hacer para detenerlos:“1Oyendo los
enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad
edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, 2vinieron a Zorobabel
y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con
vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él
ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria,
que nos hizo venir aquí” (Esdras 4:1 y 2).

La intención de ellos era dividir y romper, entonces Esdras tuvo que orar
mucho, no por la obra sino por los temores que infundían aquellos que
tenían bronca por la obra que iban a hacer. ¿Qué pasaba en realidad? El
pueblo de Israel tenía una serie de ritos religiosos y consistía en presentar
ofrenda sobre el altar en Jerusalén, degollando animales que oficiaban de
sustitutos del pecador que los presentaba, entonces Dios recibía ese animal
en sustitución del pecador. Pero por mandato de Dios, había sólo un lugar
en el mundo donde el Señor podía recibir esos sacrificios y era en Jerusalén,
en el Monte de Sión. Entonces, cuando el pueblo fue llevado cautivo, no
hubo más sacrificios, así que por sesenta años, el pueblo de Israel no podía
buscar el favor y el perdón de Dios porque no había altar ni templo. Era un
pueblo descarriado y sin esperanzas. Pero cuando el rey Ciro autoriza
reedificar el templo, ellos van y lo primero que hacen es restaurar el atar,
por lo que hay gran celebración. A partir de ese momento el pueblo
comienza nuevamente a invocar sobre el altar el favor y el perdón de Dios.
Pero los enemigos se opusieron y el diablo estaba como loco porque sabe él
que cuando los pecadores se presentan delante del altar pidiéndole perdón
a Dios, los pecados son limpiados y se renueva la relación con el Señor. Por
lo tanto, edificar el templo y restaurar el altar era guerra contra los poderes
del infierno y era destruir los planes de satanás. Si lees en el libro de Esdras
te darás cuenta que el freno más grande era el temor, y no lo que había
que edificar.

ELISEO TENÍA SU ESPÍRITU DESPIERTO

Leemos en 2ª Reyes 6:15 y 16: “15Y se levantó de mañana y salió el


que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la
ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo:

5
¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16El le dijo: No tengas miedo, porque
más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.

El rey de Siria perseguía al rey de Israel y en ese tiempo, Eliseo era el


profeta de Dios. Entonces, él le decía al rey de Israel que no fuera a tal
parte porque allí había un campamento del rey de Siria. Era una emboscada
para tomar cautivo al rey de Israel y como éste había sido alertado por el
profeta, no iba a ese lugar. Muchas veces tramó algo así el rey de Siria pero
todo le salía mal. Hasta que en un momento se turbó y dijo: “Aquí hay
alguien que se pasó al bando de Israel y le está pasando información acerca
de nuestros planes. ¿Quién es? ” Y nadie levantaba la mano. ¡Era el profeta
Eliseo quien le contaba al rey de Israel lo que tramaba el rey de Siria!
Leemos 2ª Reyes 6:12 al 14: “12Entonces uno de los siervos dijo: No,
rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual
declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más
secreta. 13Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a
prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán. 14Entonces
envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los
cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad”.¿Qué sucedió? “15Y se
levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí
el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y
carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?(2ª
Reyes 6: 15) Y Eliseo que tenía su espíritu despierto, le respondió: “…No
tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los
que están con ellos” (2ª Reyes 6:16).

¡Quien tiene el espíritu despierto no tiene miedo! “17Y oró Eliseo, y dijo:
Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces
Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor
de Eliseo” (2ª Reyes 6:17). Lo que vio el criado cuando sus ojos
espirituales fueron abiertos fue un ejército celestial, entonces se le fue el
miedo, porque Eliseo le pidió a Dios que lo despertara para que pudiera ver.
Seguimos leyendo en 2ª Reyes 6:18: “18Y luego que los sirios
descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras
con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la
petición de Eliseo”.¡Una vergüenza para el ejército de Siria! Es que Dios
defendió a sus siervos y le dio visión espiritual para que no temieran.

Hay muchos no quieren servir a Dios porque temen perder algo que aman.
Yo tengo que ser reiterativo con esto del temor; si dentro de ti albergas
temor, entonces no servirás a Dios. Si te gobierna el temor, tú no eres
valiente. Y te aseguro que cuando Dios despierte tu espíritu tú dejarás de
ser un cobarde. Pero algo sí es seguro, que tú no puedes jugar al
cristianismo y que Dios necesita despertar espíritus dormidos porque su
obra se hace con gente que tenga el espíritu despierto. ¡Dios despierta a
quienes lo aman! Cosa que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón
de hombre son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Los
proyectos del espíritu y sus propósitos, que no se perciben con el oído ni
con los ojos, ni vienen al corazón, son las cosas que Dios ha preparado para
los que le aman. Entonces, a quien ama a Dios, Él le despierta el espíritu.
Yo te aconsejo: ¡Ama a Dios!

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“Señor, te adoramos y te bendecimos. Despierta nuestro espíritu, Padre,
queremos ver esas grandes cosas que tienes y anhelamos hacerlas. Te
glorificamos Señor, te exaltamos. Recibe toda honra y toda gloria. Te
alabamos y bendecimos tu nombre, Señor. ¡Queremos ver! ¡Danos los ojos
de Eliseo y de Ciro el persa! Danos los ojos de aquellos que tú despertaste
para ir a edificar el altar. Danos los ojos de aquellos que tienen tus grandes
visiones, Padre. ¡Activa nuestro espíritu Señor, te lo pedimos en el nombre
de Jesús! ¿Qué será de nosotros si tú no nos despiertas, Dios? Hoy
reconocemos delante de ti que nos hemos esforzado tanto y hemos hecho
tantas cosas que no provenían de ti, y te pedimos perdón Padre, en el
nombre de Jesús, amén”.

Cuando tu espíritu ha sido despierto por Dios, ves lo que realmente debes
ver y hay menos margen de error en todo lo que emprendes, sea noviazgo,
trabajo, etc. Cuando te propones hacer algo y tu espíritu está despierto,
llevas a cabo la obra que Dios planeó y no tus planes. ¿No estás cansado de
hacer tu voluntad? ¿No quieres probar que Dios despierte tu espíritu y lo
vivifique; que lo ponga sobre tu alma y ésta se tenga que aguantar en el
molde porque ahora domina el espíritu? ¿No quieres probar lo tremendo que
es el poder y la victoria de Dios? ¡Hoy es el día! Este es el día en que debes
decirle que estás cansado o cansada de fracasar, que te dices cristiano pero
hace años que estás estancado o estancada en el mismo charco y no sales.
¡Yo veo cristianos patinando hace años en el mismo lodo! ¡Sal de ahí!

“Padre, completa tu obra, extiende tu mano. Espíritu Santo, despierta los


espíritus, en el nombre de Jesús y libera de toda cautividad. Que quien te
sirva, lo haga con amor y valentía, Padre”.

¡Recibe hoy el toque de Dios para ser despertado!

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Despertados en el espíritu

Hageo 1: 13-14 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al
pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. 14 Y despertó Jehová el espíritu de
Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo
sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová
de los ejércitos, su Dios,

Introducción
Cuando la persona se mueve en el espíritu, se mueve en el ambiente espiritual y trabaja en el
campo espiritual de la obra de Dios, por consiguiente lleva a cabo la labor correspondiente para
el tiempo en que la persona vive, de acuerdo a ese programa que ya está determinado por Dios.
En los días del Profeta Hageo fue el tiempo de la construcción del templo para Dios.
El pueblo de Israel cuando regreso del cautiverio de Babilonia se vieron sin un techo y en el
lugar de edificar la casa de Dios se pusieron a construir sus propias casas. El pueblo decía: "No
ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.”
Recuerde que si el pueblo no tenía la casa o el templo de Dios, no tenían dónde efectuar los
sacrificios de la expiación y por consiguiente no estaban reconciliados con Dios. Analicemos
con más cuidado esas palabras: “Todavía no es el tiempo”, o sea, que pensaban que como
estaban, estaban bien, pensaban que no necesitaban ser reconciliados con Dios. Era necesario
que fueran despertados en el espíritu para que iniciaran los trabajos en Dios. ¿Qué es ser
despertados en el espíritu?

I. Despertados en el espíritu es entrar en el ambiente espiritual

De acuerdo a Hechos 2, en el Día de Pentecostés la iglesia del Señor Jesucristo inicio


moviéndose en un ambiente espiritual. Ahí se iniciaron los primeros días de la construcción de
un templo espiritual. Desde ese día la iglesia ha estado trabajando, colocando las piedras
vivas, 1Pedro 2: 4,5 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres,
mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados
como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios
por medio de Jesucristo.
Mientras espiritualmente estemos dormidos no entenderos esas palabras, pero cuando nuestro
espíritu es despertado, nos daremos cuenta que nuestra vida no solo es material, sino que
también está compuesta de espiritualidad. Quizás despertamos el cuerpo para las tareas
cotidianas, pero no nuestro espíritu, recuerde que nuestro espíritu será despertado con lo
espiritual, y eso solo lo lograremos con Dios que es espíritu. Juan 4: 23 Mas la hora viene, y
ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
¿Por qué adorar “en espíritu” ? Porque Dios es Espíritu, por lo tanto es necesario, es decir: No
es opcional sino imprescindible adorar “en espíritu” ; es indispensable, obligatorio, esencial.
Cualquier otro tipo de adoración es inaceptable, por lo tanto es necesario despertar nuestro
espíritu para entrar en una ambiente espiritual. Hay personas que entran pero en un ambiente
satánico, diabólico, usted no sea uno de ellos, entre pero en el mundo espiritual de Dios

II. Despertados en el espíritu es vivir en el ambiente espiritual

Hageo 1: 14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de


Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del
pueblo. Ellos fueron despertados a vivir en al ambiente de Dios, en lo espiritual, porque para
trabajar en la casa de Dios se debe de entender lo espiritual que es, y solo se entiende en lo

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espiritual, por lo tanto se debe de entrar a vivir en ese ambiente. 1Corintios 2: 14 Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Vivir en un ambiente espiritual, es dormir, comer, alegrarse, trabajar, moverse y deleitarse en lo
espiritual.Dios no es carnal o material sino Espíritu, un ser espiritual. El culto carnal, material o
mundano simplemente no armoniza con su naturaleza de Ser espiritual, por lo tanto debemos
dejar a un lado todos nuestros impulsos carnales, de lo contrario no nos deleitaremos en Dios en
cualquier lugar que nos encontremos ya que Dios está en todo lugar.

Conclusión
Los judíos decían: No es tiempo de reconstruir la casa de Dios (Hageo 1: 2) es como decir no ha
llegado el tiempo de vivir en lo espiritual de Dios, y eso es parecido al pensamiento de muchas
personas que dicen: No es tiempo para estar creyendo en Jesucristo, no es tiempo para recibir a
Cristo como Salvador, es como decir: No es tiempo de vivir en lo espiritual”. Las personas están
erradas en sus pensamientos, hoy es el tiempo de despertar nuestro espíritu para vivir en las
cosas de Dios, (2Coritntios 6: 2)

“Señor, te adoramos y te bendecimos. Despierta nuestro espíritu, Padre,


queremos ver esas grandes cosas que tienes y anhelamos hacerlas. Te
glorificamos Señor, te exaltamos. Recibe toda honra y toda gloria. Te
alabamos y bendecimos tu nombre, Señor. ¡Queremos ver! ¡Danos los ojos
de Eliseo y de Ciro el persa! Danos los ojos de aquellos que tú despertaste
para ir a edificar el altar. Danos los ojos de aquellos que tienen tus grandes
visiones, Padre. ¡Activa nuestro espíritu Señor, te lo pedimos en el nombre
de Jesús! ¿Qué será de nosotros si tú no nos despiertas, Dios? Hoy
reconocemos delante de ti que nos hemos esforzado tanto y hemos hecho
tantas cosas que no provenían de ti, y te pedimos perdón Padre, en el
nombre de Jesús, amén”.

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