Abro la boca para explicar a Cal que no es una cosa, pero luego decido
callar. Fue expuesto a demasiado cloro cuando era bebé y está
ensuciado con sus procesos mentales. No puedes sostener eso en su contra.
-Es bueno que nades bien y seas guapo, Cal.- Le di una palmadita en la
espalda.
-Crees que soy guapo-, grita. Con los ojos muy abiertos, mira a su alrededor
para ver si alguien lo oye. -Mira, amigo, eres un tipo guapo, también, pero
sabes que no me muevo de esa manera, ¿verdad?.
-De acuerdo -saludo. -De todos modos, estoy fuera de aquí. Esta fiesta es…
Algun Sigma se le acerca antes que yo. Él planta un codo por encima de
su cabeza e intenta sacarla antes de que pueda salir de la puerta de
entrada.
-No lo soy, idiota.- Sav sacude su mano. -Tengo dieciocho años. Y dieciséis
es la edad del consentimiento en este estado, como tu muy bien lo sabes.
-Vete, Cal.- Me niego a llamarlo Largo. -Esta es mía. Conoces las reglas.
Savannah me mira con los ojos como dagas. -No soy tuya.
Cal suspira. -Bueno. Bueno. Pero la siguiente, voy a llamar a los dibs.
Ella sonríe, pero parece dolorida. -Estoy en una visita a la universidad. Estoy
pensando en asistir al Estado.
-¿No crees que será doloroso para ti asistir a la misma universidad que yo?.
-¿Por qué? -pregunta ella con frialdad. Si no la conociera tan bien, podría
haberme engañado, pero hay un parpadeo de dolor detrás del acero en
sus ojos.
-Sólo digo’. ¿Dónde la conociste por primera vez? ¿Si no te importa que te
lo pregunte?
· · ·
-El año pasado, G-man. Vamos a matarlo,- Hamilton Marshall III, más
conocido como Tres, grita desde el techo solar de mi XXXCAR.
-Te tengo, boo,- mi hermano Reed le dice a Bailey desde el asiento del
pasajero. Él es tan perezoso que no puede abrir los ojos o levantar la
cabeza del descanso acolchado.
-Noventa,- corrijo.
Reed sonríe.
-Bzzztt. Tiempo furta-. Tres hace un signo de T con sus manos. -Dibujo la línea
en que obtienes grandes orgasmos de mi mejor amigo, incluso si estoy
muerto. No voy a estar disfrutando de mi vida futura si has terminado aquí
consiguiendo el D grande de G. grande.
-¿Cómo es eso?.
-La mayoría de las chicas lo llevan,- dice Reed, sin molestarse todavía en
abrir los ojos.
-¿Qué hay de Abby Wentworth?- Sugiere Tres.
-Por supuesto, te parece bien. Ella es una de esas chicas que siempre son
dulces y amables con los chicos, pero la atrapas sola y es mezquina y
manipuladora.- Bailey se agarra la nariz. -Peor aún, una chica suena
terrible por incluso quejarse de ella. Como si estuviéramos celosas de ella o
algo así.
Tengo que estar de acuerdo con eso. -No quiero salir con alguien de mi
último año. Hace las separaciones demasiado complicadas.
-Bien.
-Estaré allí-, le aseguro a Bailey antes de que Tres me envíe otra mirada
lamentable.
-¿No está Jeanette saliendo con Dan Graber?- Dice Tres. -Vi a los dos
chupandose la cara en la fiesta de Conner Mill en el muelle la semana
pasada.
-¿De Verdad? No tenía idea.- Ella hace una anotación en su teléfono. -¿Y
las chicas de Montgomery?
-Ella corre con Jordan Carrington. Prefiero cortar mi polla que meterla en
alguien de su tripulación.
-No tenía ni idea de que te sentías así por Jordan. Quiero decir, creo que es
una serpiente en la hierba, pero no me di cuenta de que los hombres
vieron nada más que sus tetas perfectas y culo.
-Hey, ¿qué hay de mí?- Tres protestas. -Yo fui quien te contó cómo me
sentía en PE. Aún estoy traumatizado.
-Eso por eso que me tienes, nena.- Ella le acaricia el hombro. -Vale, vuelve
a la lista de invitados. ¿Sí o no las Montgomerys?
-Sí lo que sea. No me importa.- No significa que vaya a dormir con ninguna
de estas chicas. -Invita a quien quieras…
Savannah Montgomery
Shea aleja mi mano. -¿Qué te dije esta mañana? Relájate. Gideon Royal
tiene muchachas que se le lanzan cientos de veces al día. Si quieres
destacar, tienes que actuar como si él no existiera para ti, de lo contrario
serás una de las masas que ruega por migajas.- Ella suspira. -Dios, esto es
tan vergonzoso.
-No puedo dejarte. Tengo una reputación que defender, y no voy a dejar
que me hagas caer.- Ella mete su brazo por el mío. -Ahora sonríe para que
todos piensen que la familia Montgomery se ama.-
-Nos amamos unos a otros, imbécil. Además, voy detrás de las cámaras, no
delante de ellas-, le señalé, recordándole mis ambiciones de dirección y
escritura.
-Lo que sea.- Pero ella se aprieta más cerca de mí, y ese estímulo tácito
lleva mi nivel de ansiedad a un nivel soportable.
Gideon está conduciendo, como siempre. Reed está con él hoy, pero no
conozco a los dos en la parte de atrás.
-¿Quién está con Gideon?-, Le pregunto.
-Tres y su novia, Bailey,- Shea dice a través de una falsa sonrisa mientras
saluda a un grupo de chicas a nuestra izquierda. Intercambia besos al aire
y abrazos de luz con un par de ellas, nada demasiado cerca, o la ropa se
arruinará y el maquillaje será manchado.
Ahora lo entiendo, sin embargo. Esta mañana, pasé una hora aplicando
unas mil capas. Sólo mis labios tienen tres colores diferentes. Gradiente está
adentro, Shea me dijo. Vi un video de YouTube en repetición durante cinco
horas para obtener este efecto. Conscientemente, froto mis labios, lo que
me gana un fuerte empujón en el costado.
-¡Shea!- Dos muchachas corren hacia arriba, sus altos tacones con
elegancia en el pavimento.
-Jo! Me encanta tu abrigo. Es… J. Crew?- pregunta Shea, su sonrisa falsa
llegando a las once.
Los ojos de Jo se estrechan. -¿Has estado pasando tanto tiempo con los
ocasionales que ya no reconoces una etiqueta decente? ¡Esta es Fendi!-
Agarra a Tali por la muñeca. -Vamonos. No me gusta caminar cerca de los
contenedores de basura.
-Oh. Um, gracias?- Supongo que mi hermana ganó. ¡Qué extraña batalla!
Pero una chica llega a los Royal antes de que Shea pueda captar la
atención de Gideon.
Heather Lange dejó Astor después del Día de Acción de Gracias y nunca
volvió. Supongo que su papá perdió su trabajo y no podía pagar la
matrícula. No conecté a Jordan con la partida de Heather, al menos no
hasta la extraña conferencia que mi padre le dio a Shea y a mí acerca de
ser amable con Jordan Carrington.
-No.- Me doy la vuelta. -No me interesa ningún otro Royal. Quiero a Gideon.
Yo la miro. -¿No es eso lo que Jordan está haciendo? ¿Decidir a cuál de los
Royal quiere?
Shea lanza un gran suspiro. -Bueno, pero si Jordan viene detrás de ti, no te
conozco.- Entonces ella levanta la barbilla, tira de la parte inferior de la
chaqueta y planta su mejor sonrisa de club country en su cara.
-Cállate y sonríe, maniquí-, dice sin mover los labios. -Se están moviendo
hacia nuestro camino
Tres le está diciendo algo que le resulta gracioso. El lado de su boca está
hacia arriba. La novia de tres le da una palmada en el brazo. Gideon
oculta su risa llevando una mano a la nariz, pero Bailey lo oye sonreír y le
da una bofetada ligera. Gideon la agarra y la tira bajo su brazo.
Ambas vemos como Tres lucha para poner a Bailey lejos de Gideon,
diciendo algo en ira burlona mientras Gideon levanta las manos
inocentemente. Todo el tiempo, Jordan estaba caminando al lado del
grupo con sólo Reed poniéndole la menor atención.
Así que tal vez Jordan no tiene competencia, después de todo. Gid no
parece interesado en ella. Dios, es hermoso. Los rayos del sol parecen
seguirlo, siempre y cuando su cuerpo perfecto con la caída telón de fondo
más precioso. Podría mirarlo todo…
Apenas noto cuando Aiden toma mis dedos en su mano y da pasos más
cerca de mí. -Guau. Pequeña Savannah Montgomery, toda crecida. La
última vez que te vi, te juro que tenías tirantes y… ¿El cabello diferente?
-Es una lástima sobre el olor de segundo año-, comenta Jordan. -Eso no es
algo de lo que una buena botella de perfume pueda deshacer.
-Sí, bueno, no puedo vivir con ella, y mamá dice que no puedes matarlos.-
Me acerco y rizo el cabello de mi hermana.
Junto a mí, Shea gime. Todo el mundo sonríe. Todo el mundo menos
Jordan.
Nos volvemos para seguir Jordan y los Royal. En la base de las escaleras,
encontramos a Jordan de pie a un lado sola, escribiendo algo en su
teléfono.
Quiero pasar delante de ella sin decir nada. No hay necesidad de empujar
a la bestia, en mi opinión, pero Shea se detiene.
-Hey, Jordan.
-Voy a pasar eso de largo,- Shea responde con sequedad, y luego tira de
mi por las escaleras antes de que pueda dejar escapar un insulto.
-¿Giddy? -pregunto incrédula una vez que las puertas de la escuela se
cierran detrás de nosotros.
-Es suficiente para hacerte vomitar,- Shea está de acuerdo. -Pero es lo que
es. Jordan está en la parte superior. No la antagonices, o te irá mal.
Idiota Park se está convirtiendo en la pesadilla que pensé que iba a ser.
Dirijo una mano sobre la cerradura de mi casillero.
Esta escuela está llena de unos cuantos cientos de niños de las mejores
familias del sur. Y por mejor, me refiero a los que tienen dinero. Pero incluso
aquí, hay una jerarquía. Ahí está el dinero viejo, cuyo origen nadie le gusta
reconocer. Luego está el nuevo dinero, que a menudo tiene un lugar de
parto sucio, también. Luego están los estudiantes de becas que están
tratando de casarse con dinero o crear su propio legado horrible.
Básicamente, todo el mundo aquí está tratando de comer el almuerzo de
todos los demás.
CAPÍTULO 3
Gideon
Presente
Las luces en la fraternidad empiezan a parpadear una por una como
si fueran velas que se extinguen. Llevo la lata de cerveza a la altura de mis
labios. Savannah está en una de esas habitaciones, sacándose el top,
cepillándose los dientes, metiéndose dentro de las sábanas. Ella siempre
usa unos shorts y una camiseta sin mangas para dormir. Después de que
empezamos a salir, ella se llevó mi camiseta y se apropió de ella.
Me pregunto qué estará usando ahora. De quién será la ropa con la
que está durmiendo.
Me pregunto cuántos chicos habrán visto sus mejillas enrojecidas y
sus hombros descubiertos. Cuántos de ellos habrán trazado la piel por
encima de su pretina y sentido la reverberación de su cuerpo cuando se
estremece.
El sonido de metal arrugándose invade el ambiente y mis dedos se
aprietan alrededor de la lata de cerveza.
—Ella es una hermosa fantasma— Cal observa desde la acera detrás
de mí.
Relajo mi mano sobre la lata y me siento al borde de la acera al lado
de mi amigo. —La más hermosa.
Savannah atrapó mi atención el primer día de escuela. Pero no fue
su aspecto que la hizo destacar. Fue el poco suprimido deleite que había
en sus ojos. Para ella, cada día era una emocionante aventura. Así era
hasta el día en que la rompí, así fue.
—¿Ella te botó?
—Algo parecido
El tararea simpáticamente. —Debieron haber terminado muy mal.
¿Es esa la razón por la que no te has enrollado con ninguna de las chicas
de aquí?
Eso y que empecé a odiar el sexo, pero esa es otra historia que no
quiero tocar, ni siquiera con Cal. Es fácil decir que el corazón roto es la
razón por la que no estoy interesado en conseguir chicas alrededor del
campus.
—Esa es la razón—, afirmo. Agarro otra lata y tomo un buen trago.
Él termina su propia lata antes de coger otra de la caja que
compramos en una tienda calle arriba. —Habían rumores de que eras gay.
—Lo sé—. En la universidad, si no estás follándo chicas en tu tiempo
libre, entonces eres gay. La gente tiende a ser así de binaria. —Lamento
decepcionarte.
—Nah. Siempre supe que era falso. Nunca volteaste a ver mi
asombroso trasero.
—No es cierto— Cuento las ventanas de la casa y me pregunto en
cuál de ellas estará descansando. —Me he percatado de tu culo. Tienes
las nalgas muy desequilibradas.
—¡Qué!— exclama, —Imposible—. Levanta una nalga del suelo para
inspeccionarla.
Me río sobre mi cerveza. —Ejercitaste más tu glúteo izquierdo que el
derecho.
—Tengo que ver esto—. Se levanta y me da su celular. —Tómame
una fotografía.
—¿Y con tómame te refieres a tu trasero?
Coloca su culo en mi cara. —Sí, mi trasero—. Se da una palmada en
su nalga izquierda con una mano mientras que con la otra sostiene su
sudadera. –No hay forma de que mis glúteos sean de tamaños diferentes.
—No voy a tomar una foto de tu culo, Cal—. Empujo su retaguardia
lejos de mi rostro. Está bloqueando mi visión. Otra luz parpadea.
—¿Por qué no? Necesito saber—, insiste. —Eso me va a estar
molestando ahora.
—Tienes puestos tus jeans. La foto no va a mostrar nada más que eso.
—Está bien—. Él empieza a desabrocharse el cinturón.
—Jesucristo, Cal. ¡Qué demonios!— Me paro y agarro la parte trasera
de sus pantalones y la jalo hacia arriba. —Ninguno de nosotros está lo
suficientemente ebrio para esa mierda.
Cruzando la calle, la puerta de enfrente se abre. Ambos, Cal y yo
nos quedamos congelados. Una figura sale y mi aliento queda atrapado
en mi garganta. Mientras camina, lo dejo salir. No es Savannah. Incluso en
la oscuridad, puedo decir que no es ella.
El aire cambiaría si fuera ella. Mi piel se contraería y se volvería difícil
respirar. Las estrellas brillarían aún más y el cielo de la noche sería menos
agobiante...
No. No es Savannah.
En su lugar, es nuestra compañera de equipo Julie Kantor.
—¿Pueden ponerse debajo de la farola? Estamos tratando de
grabar su porno improvisado pero la luz es mala—, grita mientras se acerca.
Cal la saluda con una mano, mientras que con la otra sostiene la
pretina de sus pantalones. —¡Julie! Necesitamos tu imparcial opinión— Se
mueve alrededor y sacude su trasero en su dirección. —¿Mis nalgas son de
diferente tamaño?
Abro una cerveza y se la entrego. —Si no contestas, va a bajarse los
pantalones y pedirte que le tomes una fotografía.
—No voy a detener eso—, dice animadamente y después mueve su
mano en dirección a la fraternidad. —Pero como les dije, muévanse a la
luz para que mis hermanas puedan verlos mejor. No tiene sentido dar un
espectáculo si nadie puede verlos.
—¿En serio?— Cal luce confundido por un minuto.
Le doy un vigoroso movimiento de mi cabeza, pero él está
desgarrado. Julie le dijo que se quitara los pantalones y, generalmente, él
siempre hace lo que ella dice porque no puede pensar por sí mismo
cuando ella está en órbita. Esos dos deberían salir ya. Me recuerdan a Tres
y Bailey.
—No, cariño— suspira. Ella se une a mí en la acera y da unas
palmaditas en el espacio al lado de ella. —Tu trasero está bien. Siéntate.
Él al principio duda pero, predeciblemente, se deja caer al lado de
ella.
—Mi presidenta iba a llamar a la policía y reportar unos
merodeadores sospechosos alrededor de la casa, pero le dije que ustedes
ya estaban sufriendo un castigo cruel e inusual— nos informa Julie.
—¿Es eso cierto?—. Me inclino hacia atrás y trato de descubrir si
alguna de esas figuras oscuras en la ventana pertenece a Sav. Mierda,
¿qué voy a hacer si realmente asiste a esta universidad el próximo año?
Probablemente poner una tienda y vivir afuera de esta fraternidad.
—Has estado sentado aquí bebiendo con Cal por la última media
hora, mirando con nostalgia la sombra de tu ex.
Ni siquiera traté de negarlo. —En realidad no puedo averiguar en
qué habitación se encuentra, así que no he estado mirando su sombra
exactamente. Tú podrías ayudarme señalando la habitación en la que se
está quedando…
—¿Por qué? ¿Planeas escalar las paredes del castillo y enfrentar al
dragón?
—¿El dragón es la ama de casa o su presidenta?
—Ninguna de ellas—. Julie se ríe y toma un sorbo de su cerveza. —
Sería Savannah misma. Estaba botando fuego cuando salí de la casa.
—Ella era, ¿de verdad? Eso me gusta—. El apretón alrededor de mi
cerveza se afloja. O talvez, es la presión alrededor de mi pecho la que se
alivia.
—¿Tu ex furiosa te hace sentir feliz?— pregunta Cal.
—Sav ha sido una persona fría por dos años. Me gusta escuchar que
está molesta. Eso significa que todavía se preocupa.
—Así no es como funciona— mi amigo protesta. —Se supone que
debes hacerla sentir feliz, no enojada. Las personas enfadadas se van y no
vuelven a estar juntos. Mis padres se odian el uno al otro, es por eso que se
divorciaron.
Cal gira hacia Julie. —¿Verdad?
Ella encoge levemente los hombros. —Posiblemente. Tal vez nuestro
chico Gid está delirando o tal vez la chica que está adentro
despotricando en contra del idiota cara de pito que chupa su propio pene,
realmente se preocupa por él.
Los dos payasos se miran el uno al otro. —Nah— dicen al unísono y
empiezan a reír.
Cuando Cal se calma, dice: –Sería grandioso poder chupar tu propia
polla. Creo que no saldría de mi casa. ¿Eso me haría gay? ¿O sería incesto?
Ella pone los ojos en blanco, pero recuesta su brazo alrededor de él.
—Eso sería masturbación.
—Oh, bien. Buen punto.
Dejo caer mi frente sobre el borde de la lata de cerveza. En serio,
este chico necesita una niñera.
—¿Así que Savannah y tu tuvieron algo en la secundaria?—
pregunta Julie.
—Si
—No tienes idea de cuantas chicas se sienten aliviadas de oír eso.
Había un rumor de que eras gay. Al menos si fueras bi, tendrían una
oportunidad.
La mano de Cal se extiende hasta arriba.
Julie suspira. — ¿Si, Cal?
—Si él ya está enganchado con una chica, cómo significa eso que el
resto aún tiene una posibilidad.
En realidad, esa es una buena pregunta. Levanto mi cabeza y miro a
Julie mientras ella responde.
—Las otras chicas creen que cuando logres desengancharte, serás
un buen material para ser novio. Todas adentro suspiran sobre lo romántico
que eres y que eres el único chico que realmente sabe cómo amar a una
mujer. Ese tipo de devoción es rara.
—Estoy preocupado por la capacidad de razonamiento de toda tu
casa si creen que soy alguien que sabe cómo amar. Si lo fuera, ¿estaría
aquí afuera sentado?— muevo mi mano por el pavimento.
—El amor no correspondido es el más romántico— dice ella.
Sobre su cabeza, Cal y yo intercambiamos unas miradas confusas.
—Solo hay una persona que me puede hacer avanzar— le digo a
Julie.
—¿No han pasado años desde que rompieron? Savannah dijo…—
ella se muerde el labio y desvía la mirada.
La agarro del brazo. — ¿Qué dijo Sav?
Ella sacude su cabeza. —No puedo. Va contra el código de chicas.
—Eso es pura mierda— argumenta Cal. —Somos compañeros de
equipo. Los compañeros de equipo son primero.
—Si— reitero. —Los compañeros de equipo son primero. Recuerda
que te dejamos escuchar la banda sonora de La Sirenita en repetición
durante el Viernes de Práctica de Primer año.
—Ni lo menciones— Cal gime. —Esa música es condenadamente
pegadiza.
—Yo quiero estar donde las sirenas están,— Julia canta con los
brazos abiertos. —Yo quiero ver, quiero verlas nadando, haciendo piruetas
en esas…— Ella golpea sus mejillas como si hubiera olvidado las palabras.
—¿Cómo las llaman? Oh, ¡aletas!
Cal cubre su boca con su mano antes de que el resto de las
palabras salgan. —No tenemos suficiente cerveza para resistir toda la
noche— El gira hacia mí. —Rápido. Empieza a cantar otra cosa.
—No. Me lo debes, Julie— insisto. —¿Qué fue lo que dijo Savannah?
Ella suspira, pero termina rindiéndose. —Ella dijo que terminaron unos
años atrás y que si alguien en la casa quería, podía tenerte.
Eso fue un golpe directo. Mire hacia la casa otra vez. Ver a
Savannah en mi territorio me impactó. Ella no se va a acercar a menos de
que yo haga algo al respecto. Cuando ella estaba en Astor Park y yo en la
universidad, era más fácil pretender que no iba a pasar la página, que iba
a venir conmigo y empezaríamos una vida juntos cuando termináramos la
universidad. Pero esta noche se revelaron algunas duras verdades que he
estado evadiendo. Sav es una chica maravillosa y no pasará mucho
tiempo para que encuentre su corazón de nuevo y se lo entregue a
alguien más.
Lo cual está mal, porque su corazón me pertenece. Ella me lo dio
cuando tenía quince y no se lo he devuelto. Ella necesita saber eso.
—Saca tu celular y dile que venga— le pido.
Julio pone los ojos en blanco. — ¿Por qué haría eso?
—Porque eres una romántica.
—No lo soy.
—Julie, nos cuentas historias de como tus calcetines solo pueden ir
acompañadas por su determinada pareja porque se pertenecen el uno al
otro y no pueden estar con otro par porque alteraría el balance del
universo.
—¿Estás diciendo que tú y Savannah son una pareja de verdad?
Levanto mi mano y cruzo mi dedo medio sobre el índice. —Estamos
destinados a estar juntos pero las circunstancias nos han mantenido
separados. Claramente, el hecho de que este visitando mi universidad de
todas las que puede asistir es una señal del destino. ¿Quieres ser quien se
interponga en el camino del verdadero amor?
Ella suspira y saca su teléfono, —Las cosas que hago por ustedes
chicos—. Ella presiona los botones de su celular. Mi ritmo cardiaco se
incrementa. —Oye Lou, ¿Podrías mandarme a Iron Maiden aquí afuera?
Gideon Royal acaba de dictar una sentencia.
Me levanto y empiezo a caminar hacia la puerta, la cual se abre y
una chica es empujada hacia afuera. Una de las chicas en la puerta hace
unos gestos ahuyentándola y después la puerta se cierra en la cara de Sav.
Ella me mira y luego empieza a golpetear la puerta.
—¡Déjenme entrar!— grita. —¡Hay un loco aquí afuera!
Cruzo mis brazos sobre mi pecho. —Traidoras. Yo entraría a otra
fraternidad si fuera tú.
Ella me ignora y continúa golpeando la puerta. Afortunadamente,
nadie en la casa responde. Un par de hermanas se asoman por la ventana.
Las saludo amigablemente mientras que Savannah gruñe del disgusto. Un
minuto después de inútiles súplicas, ella se gira para enfrentarme. La rabia
sale disparada de sus ojos. Mi pulso late un poco más rápido y un poco
más fuerte. Ella se ve tan sexy en estos momentos.
Me acerco pero ella aleja mi mano de un manotazo.
Cruzando la calle, Julia y Cal miran con los ojos abiertos del asombro.
—Patéalo en las bolas—, grita Julia.
—¡Noooo!— lloriquea Cal y luego trata de cubrir sus bolas y la boca
de Julie al mismo tiempo.
—Podemos hacer esto frente a una audiencia o podemos ir a otra
parte—. Doy una mirada significativa al frente de la calle.
—Estúpidas Deltas—. Ella patea la baranda de metal de las escaleras
de la entrada. Ella me fulmina nuevamente, pero es lo suficientemente lista
para saber que tiene pocas opciones. —¿Dónde entonces?
¿Mi habitación? ¿Una isla privada? ¿Marte? Algún lugar en el que no
haya nadie más que nosotros dos? Ella no va a ir para eso.
—Ahí está el café Bean— sacudo mi cabeza detrás de ella. —Está
abierto las veinticuatro horas—. ¿Es decepción lo que veo en sus ojos?
Levanto mis cejas. —O podemos ir a mi departamento.
Ella mete las manos dentro de su sudadera. —Bean está bien.
Sav empieza a caminar enérgicamente por la vereda. Supongo que
imaginé que se lamentaba.
La alcanzo en un par de pasos y la agarro de la muñeca para
guiarla. —Bean está por este camino—, apunto a la dirección opuesta.
—Bien—. Ella se suelta y trata de poner la mayor distancia posible
entre nosotros, yendo tan lejos como pueda caminando por el grass. Meto
mis manos en mis bolsillos para no ceder a la necesidad de agarrarla.
—¿A qué otras casas fuiste esta noche?— pregunto, tratando de
sonar casual en la conversación. Todas las fraternidades están teniendo
fiestas de fin de año.
Ella se tambalea un poco, y yo frunzo el ceño. Había cientos de
chicos hambrientos en cada parada.
—Fui a un par de ellas. No te vi—. En realidad inicié una búsqueda
casa por casa pero no la volví a ver, así que terminé acampando afuera
de la fraternidad en la que escuché se iba a quedar. Resultó ser un buen
plan. Lo tomé como un signo positivo.
—No me quedé mucho tiempo—. Se queda en silencio y luego
pregunta: –¿Qué le dijiste a Julie para que me botaran de ahí?
—La verdad.
—¿Qué? ¿Qué me engañaste? ¿Qué me mentiste? ¿Qué me usaste?
—Que eres mi verdadero amor.
Ella se detiene repentinamente y se gira para enfrentarme. Yo me
detengo también. Ella levanta su mano y me golpea fuertemente. Me
levanto y coloco mi mano sobre mi mejilla.
—No lo lamento—, ella echa humo.
Una lenta sonrisa se extiende por mi rostro. Arde, pero es la primera
vez que me siento vivo en años. Tal vez ella me odie, pero Dios, eso
significa que hay amor al otro lado de la línea, de esa delgada línea.
Froto mi mejilla. —Es bueno tenerte de regreso, bebé.
CAPÍTULO 4
Gideon
Tres años atrás
#
En la casa de Dane había unos cuantos coches estacionados alrededor
que resultaba casi imposible llegar a la puerta principal.
—Solo estaciónate en el césped—, gimió Bailey. —No quiero caminar—
coloca su pie en uno de los apoyabrazos. —Estoy usando unos Louboutins
de cuatro pulgadas. Mis suelas se van a rallar.
—Yo te llevo bebé— se ofrece Tres.
Hago una maniobra por la entrada hasta estacionar el Range Rover en el
césped. Tres salta afuera e inmediatamente corre al lado de Bailey. No le
pregunto por qué está usando zapatos con los que no puede caminar,
porque su respuesta será que a Tres le gustan. Esa es su respuesta desde el
primer momento en el que empezaron a salir. Si ella lleva los pantalones en
la relación, es porque está un 100% comprometida en hacerlo feliz.
Él la jala fuera del auto, sus piernas cuelgan sobre un brazo y su cuerpo
está acunado en el otro. —Mierda, bebé, te ves muy ardiente esta noche.
Podría comerte.
El acaricia su cuello mientras ella chilla agradecida. El sonido envía un
extraño remordimiento dentro de mi pecho. Meto mis puños dentro de los
bolsillos de mi jean y camino hacia la puerta trasera. Estamos a principios
de otoño, lo que significa que cualquier fiesta que Dane esté dando se
realizará afuera en la piscina.
Efectivamente, una multitud de cien o más personas estaban reunidas en
el patio trasero. Palmoteo algunas manos, espaldas y traseros mientras me
abro camino en medio de la multitud.
—¿Cola o sprite?— Dane coloca dos botellas en mi mano.
Hago una mueca. —¿No hay cerveza?
—Solo hay bebidas combinadas esta noche. Los siento.
—Sprite entonces—. Cola significa ron, y no quiero bebidas dulces. Entrego
la botella de cola a Beiley que está detrás de mí. Observo los rostros y
marco los que ya conozco hasta que encuentre a la chica por la que he
venido. Ella no me ha visto todavía; está ocupada conversando con un
chico que no conozco. En efecto, hay muchos idiotas alrededor de ella.
Pongo una mirada acusadora sobre Dane. —¿Se te ocurrió mencionarle a
alguien mi interés por Savannah?
El encoge los hombros. —No lo sé. De repente se me escapó.
—Seguro que si—. Idiota.
—Mira, nuestro último año va a ser aburrido como el infierno. ¿Qué hay de
malo en tener nuestro propio entretenimiento?—. Desliza un brazo a través
de mi hombro.
—Tienes unos pasamientos del culo, Dane.
—Lo sé. Y soy muy viejo para hacer algo al respecto.
Quito su brazo y sigo de frente, pisando algunos dedos en mi camino hacia
Savannah, Shea, y la serpiente, Jordan. Hay otro par de chicas sentadas
ahí, pero no me interesa recordar sus nombres.
Leighton Park está sentado al final del diván en el que Savannah y Shea
están sentadas. Le toco el hombro. Me mira enojado, un porro sobresale
por el costado de su boca.
—Muevete—, le ordeno.
El parpadea un par de veces antes de dar una profunda pitada. —Me
gusta aquí—. Da una palmada en el cojín, colocando su mano
peligrosamente cerca al trasero de Savannah. —El paisaje es agradable.
Ajusto mi mandíbula.
Detrás de mí, puedo sentir los ojos de la mitad de mi clase. Así que quieren
un espectáculo ¿eh?, quien soy yo para negarles eso.
Le arranco el porro a Leighton y lo arrojo a la piscina. Eso lo hace sacar su
culo de la silla.
—¡Imbécil!— el grita, y luego, como estúpido, se zambulle en la piscina
detrás de su porro.
—¿Qué tan drogado está?— le pregunto a las chicas.
Todas encogen los hombros, a excepción de Savannah, quien responde:
—solo lo encendió.
Le hago una señal a Dane para que se acerque. —Puedes darle esto de
regreso cuando se haya arrastrado a si mismo fuera de la piscina.
Le extiendo el porro aún encendido que pretendía tirar en el wáter, y luego
tomo el lugar que Leighton acaba de dejar libre.
Las chicas me miran sospechosamente, pero, nuevamente, es Savannah la
única que tiene las bolas –no, los ovarios- para decir algo.
—¿Todo porque querías el sitio de Leighton? Podía haberme movido.
Shea pega su mano contra su rostro ante la torpeza de su hermana,
mientras Jordan se burla. —Esa es la razón por la cual los estudiantes
inferiores no deben mezclarse con nosotras. Eres muy estúpida para vivir.
A Savannah se le cae la cara de vergüenza. Jesús, Jordan es una víbora.
Estoy por tomar a Savannah de la mano y llevármela lejos, pero las
palabras de Tres regresan a mi mente. Él me dijo que salir con ella la
convertiría en un blanco, y tenía razón. Los chicos estaban todos sobre ella
cuando llegué, y Jordan está preparando un pozo para que Savannah
caiga en él.
Huir no está en mi naturaleza. Soy Gideon Royal, heredero de una enorme
fortuna. Suelo obtener siempre lo que quiero, y la quiero a ella.
Pero tal vez, solo esta vez, debo pedir su permiso primero. A pesar de su
edad, Savannah creció en este mundo. Ella tiene que saber que eres el
depredador o eres la presa. Así que decidí dejarla hacer su elección.
Sonriéndole, volteo mi mano y pongo la palma arriba. —Ya estoy cansado
de este lugar. ¿Quieres ir a dar una vuelta?
CAPÍTULO 5
Savannah
“¿Y tomaste su mano?” pregunta Kira desde su escritorio, en donde está
dejando caer la crema de noche por su rostro. Las orejas de conejo sobre
su vincha se mueven mientras habla. Eso produce una leve sonrisa a mis
labios.
Una vez arriba, Kira sirvió tres vasos de vino, Jisoo elaboró una kit de spa, y
las dos me acosaron hasta que empecé a hablar. Jisoo dijo que las
confesiones son buenas para el alma. Tal vez sea cierto. Me siento mejor
ahora que cuando lo vi por primera vez en la fiesta.
“Tienes coraje.”
Encojo mis dedos en mis palmas. “¿Mis sentimientos son una especie de
juego para ti? ¿Te has convertido en un pedazo de mierda tan
degenerado que te gusta hacerme sentir miserable?”
“No te hagas la victima aquí, Gideon. Esto nunca fue sobre mí. Tus
sentimientos siempre fueron primero. La cosa con ustedes los Royals es que
piensan que su dolor y su pérdida y su trauma son mucho más importante
que el resto del mundo. Como si nadie pudiera entender cómo se siente
ser ustedes.” Cierro mis ojos disgustada. “Si dejaran de pensar por un
minuto que el mundo gira alrededor de ustedes, tal vez no actuarían de la
forma en que lo hacen.”
“Pienso en ti cada minuto del día. Cada minuto del maldito día. ¿Qué
necesito para que me perdones?”
“Nada.” Todo. “Ya no te quiero más. Si, aún estoy molesta. Si, sigo dolida.
Pero nada de eso me hace querer estar contigo de nuevo. Ya no soy la
niña tonta que se enamoró de ti hace tres años. No esperes por ella,
porque no volverá.”
Sacude su cabeza. “No. Ella nunca se fue. Aún sique ahí. Te dejé antes. Lo
sé. Nos causé a ambos muchísima miseria, pero ya se terminó. Estoy harto
de huir. Estoy harto de dejarte.”
“Me gustaría poder decirte que lo hubiera rechazado, pero no creo que
pueda. Es decir, mírame esta noche. Me fui con él. Lo dejé llegar a mí.” Me
dejé caer hacia atrás sobre la cama.
“Hey. Todas tenemos chicos que nos hacen actuar como tontas,” dice Kira.
Jisoo asiente con la cabeza. “Durante el semestre de verano en mi primer
año, me enamoré perdidamente de un chico de mi clase de literatura.
Tenía cabello largo y los ojos más verdes. Me enteré que estaba en una
banda. Obligué a Kira a conducir hasta el centro de la ciudad donde
estaba el estudio en el que practicaba, pero no entré. En vez de eso, me
senté en el carro y tomé espeluznantes y acosadoras fotos con mi celular.”
Estoy relajada!!!
“Mi hermana está en la casa de Jordan. Dice que tu hermano está ahí.
¿Quieres ir?”
“¿Tu sí?” golpea el costado de mi tazón. “¿o quieres terminar el resto de tu
helado?”
Hay una brecha entre nosotros. No importa que tan cerca estemos
físicamente, aún hay un espacio y no sé cómo eliminarlo.
“¿Por qué no?” Se inclina y roza su nariz con mi cabello. La brisa de otoño
es fría, pero no es el clima lo que produce escalofríos por mi columna
vertebral. “Sería la verdad”.
Tal vez no sea capaz de abrirme con Gideon, pero en el corto tiempo en el
que estuvimos saliendo, aprendí que tengo que hacerme valer frente a las
demás chicas o sino van a pretender que yo no existo. Y aprendí que el
contraatacar divierte a Gideon.
“¿En serio?” arrastro mis palabras. “Porque tú eres la que para rogando las
sobras de su atención. Siento lástima por ti. Intenta perseguir a un chico
que no esté ocupado. Podría ser mejor para ti.”
“Es mi mamá,” dice y levanta un dedo indicando que debería esperar. “¿Sí?
¿Nadie más está en casa?” el escucha. “Yo puedo ir. Savannah está
conmigo. Estaremos allí en un segundo.”
“Si.”
Eso no es una negación. “¿Soy yo? ¿Ha escuchado algo sobre mí?”
“Seguro.”
“Está bien.”
Recorrimos una milla más y luego el giró, solo que por el lado equivocado.
Palmoteo su mano. “Um, te equivocaste de camino.”
“Ya lo sé.”
“Perfecto.” Tuve una extraña sensación. Quería apretar mis manos sobre mi
pecho, pero me resistí. Me senté derecha y alisé mi cabello hacia abajo.
Desearía tener una plancha alisadora portátil. Mi cabello lacio me da
seguridad.
La entrada está hecha de mármol pulido, y hay una enorme escalera justo
detrás de una mesa circular llena de flores frescas.
“¿Mamá?” llama.
“Mamá llamó, así que vine.” Reed frunce el ceño hacia mí. “¿Por qué está
ella aquí?” repite.
Gideon arranca las llaves de mi mano. Por un segundo creo que es porque
está estupefacto por el comportamiento de Reed al igual que yo, pero me
equivoco. El intercambia las llaves de Reed por las suyas. “Toma las mías.
Las recogeré mañana en la escuela.”
Lo miro boquiabierta. “Gideon…”
Gideon
Hace 3 años
“Lo siento,” dice Reed tan pronto como yo le cierro la puerta a Savannah.
“¿Cuál es la emergencia?” le pregunto secamente. Después de esta
noche, sería un hombre afortunado si Sav me hablara otra vez, y mucho
más si me deja poner un dedo sobre su perfecto cuerpo.
“Mamá. ¿Qué más? Tenía a los gemelos fuera de su alcance, pero Easton
vino a casa.”
“Oh, maldita sea.” Pero eso no era más de lo que esperaba cuando
contesté la llamada de mi hermano. “¿Dónde están ellos?”
“En la suite de mamá. Ella acorraló a los gemelos en la sala de cine, pero
Easton fue capaz de llevarla arriba. Yo puedo encargarme de ella, si tu
prefieres estar con los gemelos,” se ofrece.
“Yo me encargo de esto.” Lo empuje en dirección a nuestra ala, que es
donde, asumo, los gemelos se encuentran. Mis hermanos pequeños no
necesitan ver esta mierda. Demonios, ninguno de nosotros la necesita,
pero Reed y yo somos los mayores. Estamos aquí para proteger a los
demás, desde que nuestro viejo se olvidó de nosotros. Hablando de
nuestro padre ausente, pregunto, “¿Llamaste a papá?”
“Por supuesto. Tío Steve contestó y dijo que papá estaba en una ‘reunión’.”
Reed hace un gesto de comillas con sus dedos.
“Entiendo.” En otras palabras, papá estaba desvistiendo a alguna ramera y
no podía contestar.
Subí las escaleras de dos en dos. Tal vez pueda arreglar todo esto en los
siguientes treinta minutos y luego arrastrar mi trasero donde Sav. Podemos
ver una película en su casa. O podemos ir a otro lugar. Sé instintivamente
que mientras menos tiempo pase, tengo más posibilidades de que me
perdone.
Gideon
Presente
Presente
Pero mamá se fue a otra de sus fiestas y no puedo dejar que se lleve a
Easton. Reed y yo estamos tratando de dejar al niño limpio. Pero si lo
dejamos solo otra vez, ella lo manipulará para que le compre más píldoras.
“Lo siento. No quería hacerte enfadar.”
“No es nada,” miento. “Solo voy a jugar videojuegos con mis hermanos.”
“¿Quieres que hable con ella?” Susurra Dinah detrás de mí, solo que no
suena realmente como un susurro. Cubro el altavoz del teléfono, pero ya es
muy tarde.
“Nadie.” Le hago un gesto de enojo para que Dinah se fuera. Dinah solo
rueda sus ojos.
“Me importa una mierda esa llamada carga,” murmuro. El espacio entre
mis omóplatos empieza a picar. No me siento muy cómodo de tener a
Dinah muy cerca de mí, pero esa mujer no conoce de límites. Ella siempre
invade mi espacio.
“Claro que sí,” dice con una voz cantarina. “No te preocupes, asaltacunas.
Yo te cubro la espalda. Ni una palabra a nadie.” Ella desliza dos dedos
sobre sus labios.
Además, esta especie de contacto no significa nada para Dinah. Ella está
tratando de ayudarme. Me he dado cuenta que es del tipo sentimental, y
no voy a ofenderla actuando como un niño inmaduro para resistir un beso
en la mejilla de una figura materna.
“Siempre estaré para ti, Gideon,” murmura Dinah, sus labios casi rozan el
lóbulo de mi oído.
“Pollo parmesano.”
¿De qué? ¿De qué mamá no comiera mucho su comida o que Dinah
comiera mucho de ella? Pero preguntar sería como preguntarle a alguien
que cartucho de dinamita quisiera encender primero. Ambas preguntas
terminarán en un llanto innecesario.
“Ella está tratando de ayudar,” digo defendiendo a Dinah. Ella fue quien
trajo al doctor Whitlock cuando le mencioné que me preocupaba el
hecho de llevar a mamá al hospital. Mamá hubiera odiado que todos
supieran acerca de su condición.
“¿Así es como lo llamamos estos días?” Sandra murmura.
Ya que no tengo idea de lo que ella quiere decir, lo dejo pasar. Pero arriba
de las escaleras, me pregunto. ¿El resto de la gente que me ve interactuar
con Dinah piensa que hay algo entre nosotros? No, por supuesto que no,
me aseguro a mí mismo. La mujer es casi una década mayor que yo.
Además, para efectos prácticos, Steve es mi tío y eso convierte a Dinah en
mi tía. Ella no es nada más que una gentil pariente mayor que está
tratando de ayudar a la familia a sobrellevar un difícil momento.
“¿Por qué tienes esa cara?” pregunta Lydia Scully, ajustando su bufanda
Hermes de mil dólares que está atada alrededor de su cabello.
Shea y yo fuimos invitadas a la casa de Lydia para salir luego de la escuela.
Sin embargo, hasta el momento sólo ha sido una larga y aburrida charla
sobre moda, pero ahora que la atención de todas está de repente sobre
mí, no estoy tan aburrida como lo estoy de incómoda.
Todo el mundo las llama ‘The Pastels’. Las chicas creen que es porque usan
ropa del color de los huevos de pascua cuando no están con los uniformes
de Aston Park, pero es más porque su personalidad es insulsa e indiferente.
No tienen un verdadero color propio. Cualquier vitalidad que hubieran
tenido, fue tomada por Jordan.
Los Royals habían sido difíciles de atrapar hasta este punto. Ninguno de los
hermanos mayores había tenido una relación seria—hasta ahora. Así que
todos quieren saber por qué yo. Como si tuviera una técnica secreta para
capturar a un Royal.
“Yo tampoco puedo creer que esté saliendo con él,” digo con completa
honestidad. No sé por qué Gideon está interesado en mí. Y francamente,
temo que ya lo estoy perdiendo.
Según las ‘Pastels’, durante el viaje de Jordan a Suecia este verano, ella
recibió flores en su cuarto de hotel todos los días por cada chico que se
topó en la estación de tren. Dos chicos de Aston Park terminaron con los
huesos rotos por tratar de impresionarla. Uno se fracturó la muñeca al fallar
en un truco de patineta, y otro se fracturó al tratar de dar un salto sobre un
caballo sin entrenar. Actualmente, ella tiene a tres chicos haciendo el
ridículo por ella.
Los ojos de Lydia se iluminaron. Este es un buen chisme y está aquí por él.
Los ocupados dedos de Jordan también se detienen. Aunque ella no esté
mirando en mi dirección, puedo sentir su atención. Shea suspira.
“¿Le estás apagando el fuego?” pregunta Lydia.
No pude evitar que mis mejillas se calienten. Estas no son mis mejores
amigas. Son chicas con las que salgo porque mi papá insiste y porque
Shea piensa que es bueno para mi reputación en la escuela. Son un
escudo, me explica. Nadie va a hacer algo en contra de Jordan, lo que
significa, que yo estoy a salvo también.
“Envíale una fotografía sexy,” sugiere Francine. “Torin ama cuando le envío
cosas.”
Shea pasó los siguientes seis meses humillada y burlada por todos en Astor.
Pensándolo de nuevo, eso pasó en el tiempo en el que empezó a juntarse
con Jordan, incluso antes de que nuestro padre nos pidiera que lo
hiciéramos.
“Oh, dejen a la chica vivir.” Dijo Jordan. Ella se inclina sobre Francine para
dirigirse a mí directamente. “La triste verdad es que los chicos son super
visuales. Si él va a estar mirando el cuerpo desnudo de una chica, ¿por
qué no el tuyo? Eres preciosa Savannah. Es mejor que este fantaseando
contigo en lugar de Olivia Munn, ¿cierto?”
“Tiene un punto,” dice Francine. Las otras dos Pastels asienten también.
*
Más tarde en el carro, Shea se descarga conmigo. “No lo hagas. Acabas
de empezar a salir con él y si él ya se está descarrilando, enviarle fotos de ti
desnuda lucirá desesperado. Además, ¿Qué pasa si las comparte con Tres
o alguien más?”
“Él no haría eso.” Gideon no se ve como los chicos que escriben para
alardear. El ni siquiera habla de su éxito en la natación, constantemente
minimiza cualquier triunfo como parte del trabajo en equipo.
Shea cierra sus labios y rueda sus ojos, lo que significa que no pude haber
dicho algo más estúpido. “Bien. Justo como si él no te hubiera engañado o
roto tu corazón”.
¿Quieres venir?
Mucha tarea L
¡SÍ!
Me llega una foto de su mano con el pulgar arriba. Dios, me encantan sus
manos. Ahora otras partes de mi cuerpo están palpitando.
Envíame un selfie. Extraño tu bonito rostro.
Sus palabras hacen un eco involuntario de lo que dijo Jordan antes. Ella
tiene razón. Si no puedo confiar en Gideon, no debería estar con él.
No. Aún no estoy lista para unas fotos en topless. Poco a poco, me digo a
mi misma.
Agarro una ajustada camiseta sin mangas y un nuevo par de bragas,
ambos de color negro, y regreso al baño. Tomo una foto y la miro. El flash
está reflejado en el espejo y ¿es eso pasta dental salpicada en la esquina?
¡No puedo enviar esto!
Estás viva?
1 minuto, le respondo.
Reviso la foto otra vez. Está bien, pero aún se ve rara. Así que tomo unas
más. Algunas son sin mi camiseta. Otras son de mí acostada. En algunas
estoy completamente desnuda. Tacho las fotos desnuda. No amo mi
cuerpo lo suficiente para enviarlas, pero en lo veintitantos selfies que tomé,
uno de ellos es bueno.
Mi cabeza está un poco cortada, pero aún puedes notar que soy yo. El
tirante de mi camiseta se desliza por mi hombro y mis bragas están por
debajo de mis caderas. Un brazo está por detrás de mi espalda a la vez
que levanto mi cabello y la otra está en la cama.
Elijo un filtro suave y luego presiono enviar antes de que pueda decirme
algo a mí misma.
No obtengo respuesta inmediata.
“¿Qué?” ¿Le mando un sexy selfie y me pregunta por mi tarea? ¿Qué clase
de fracaso soy? ¿Acaso fue tan malo?
“¿Por qué? Porque si no pongo mis manos sobre tu cuerpo dentro de diez
minutos, estaré muerto.”
Y luego no obtengo nada más que silencio, porque el colgó. Y está
viniendo diez minutos! Lanzo el teléfono al aire con completa alegría.
Luego este me golpea. ¡Está viniendo en diez minutos!
Salto y me escabullo al baño. Supongo que Jordan tenía razón. Sexy selfies
son el camino al corazón de un hombre.
Savannah
Mi teléfono suena.
Salgo corriendo del baño y voy a toda prisa hacia la puerta. Tengo mi
mano en la perilla cuando escucho un carraspeo detrás mío. Girando
alrededor, encuentro a Gideon apoyado contra la pared entre mis dos
ventanas.
“Lo hice,” dice socarronamente. Sus brazos están cruzados sobre su pecho,
haciendo que sus bíceps sobresalgan de una forma deliciosa. “Pero debo
decir que sería más fácil si tuvieras un árbol fuera de tu ventana. Tal vez
podríamos plantar uno.”
“Seguro. Para que puedas usarlo dentro de diez años más o menos.” Logro
decir las palabras fácilmente a pesar de la emoción que eso implica. ¿En
serio cree que estaremos juntos tanto tiempo?
“Tu mamá ama el sur más que los mapaches aman la basura.”
Sus palabras son dulces. Arropada entre sus brazos, me pregunto por qué
me sentía preocupada. Él me ama. Sé que lo hace. Él no podría
sostenerme de esta forma si no lo hiciera.
“¿Alguna razón por la que no usaste la puerta principal?” pregunté,
tratando de mantener un tono casual a pesar del fervor que está llenando
mi corazón.
“Buen punto.” Pero eso me preocupa. ¿Por qué no tocar la puerta? ¿Está
tratando de ocultarse de mis padres? “Mamá y papá te aman, lo sabes.
No les importa si tú estás aquí.”
“Seguro, pero entonces tendría que hacer el papel del chico bueno.
Tomar un poco de té dulce con tu madre. Hacer chistes malos con tu
papá acera de como él me ofrecería algo más fuerte pero soy menor de
edad. Luego habrían un par de preguntas sobre mi papá y mamá y de por
qué nunca salen. Estoy aquí por ti, no por todo eso.”
Me apoyo sobre uno de mis codos y lo miro con sorpresa. “¿En serio?”
“Si, me gusta la chica delgada. Es lista.”
“Si. Creo que es porque ella era la más pobre de todas y siempre estaba
luchando por respeto. No se da cuenta de que ahora que tiene dinero, ya
no es inferior a las otras. Pero aún siente eso y es por eso que actúa de esa
manera.”
Mi boca se seca.
Su mano se desliza más arriba, dejando mis shorts para deslizarse a lo largo
de mis costillas y deteniéndose para envolver esos largos y elegantes
dedos alrededor de la curva de mi pecho.
“S-sí,” gruño.
“¿Ahora?” el ceño fruncido arruga su frente. “Está bien. Estaré ahí en diez
minutos.”
¿Qué?
“Uh-huh.”
Salgo de sus brazos y me dirijo hacia la puerta. “Nos vemos después, Gid.”
Gideon
“¿Cómo está?” arrojo mis llaves sobre el banco del vestíbulo, donde Dinah
está recostada sobre el marco de la puerta, quien me observa mientras
me quito mis botas y cuelgo mi chaqueta.
“Soñolienta. Creo que se tomó una píldora para dormir.” Dinah me lleva
hacia adelante.
Luego, pienso, en que ella ha estado ayudando a mamá, así que espero
unos segundos antes de incrementar el ritmo y salir del apretón de Dinah.
Los labios de Dinah hacen un puchero. “No. Ella dijo que la cocina estaba
cerrada. No creo que ella me quiera mucho.”
Subo los escalones de dos en dos, pero cuando llego al cuarto de mamá,
la encuentro dormida. Su píldora para dormir debió haber entrado en
acción. Hay varias botellas de prescripción tiradas en la mesa de noche.
Las recojo y leo las etiquetas. Ambien, Clonazepam, Lozol, Gabapentin. Ni
siquiera tengo idea para qué son estas cosas. Vuelvo a tirar las botellas
sobre la mesa de noche y estudio a mi madre.
Mientras más pronto mamá se mejore, más pronto podré pasar más tiempo
con Savannah. Extiendo mis piernas y saco mi celular del bolsillo.
Inmediatamente, tengo la aplicación de mensajes abierta.
Bien. Te amo.
También te amo.
Mis dedos vacilan un segundo y luego se desplazan hacia arriba para que
pueda ver la foto de Sav nuevamente. Demonios, está tremendamente
ardiente. Ella tiene una media sonrisa, una ajustada camiseta sin mangas
negra levantada lo suficiente para que pueda ver su estómago, y un par
de bragas negras. Me hizo ponerme duro como piedra en el minuto que
apareció en mi pantalla, y tuve que abandonar la habitación antes de
que me avergüence frente a mis hermanos.
Mientras froto el dedo sobre la pantalla, se me ocurre por primera vez que
ella muestra sus dos manos en la foto. Mis ojos se estrechan. Un selfie
significa que una mano debe estar detrás de la cámara.
Le doy a mamá otro vistazo para reafirmarme a mí mismo que ella está
bien, antes de encontrarme con mi hermano en el pasillo. “Creí que habías
ido a jugar laser tag,” dije mientras cerraba la puerta.
“Dejé a los chicos ahí. Pensé que podrías necesitar una mano.”
“Lo siento que no estuviera aquí. No debí haberme ido en primer lugar.”
Tengo que dejar de ser una mierda egoísta, como ir corriendo a ver s Sav
solo porque me envió una foto sexy. Mis hermanos me necesitan.
“No hay problema. ¿Quieres que me siente con ella por un rato? Podrías
regresar con Savannah por la noche.”
“Bien.”
Él abre la puerta y encoge los hombros. “Me parece que estás huyendo
mucho. Pensé que ella se enojaría.”
“Um, negativo. Ella es casi tres años más joven que yo. Ya me había
graduado de la escuela media antes de que ella siquiera empezara.”
Arrugo la frente. “Mierda. Eso me hace sonar como un asalta cunas. ¿A
eso es a lo que te refieres?”
CAPÍTULO 13
Savannah
Hace tres años
“Se supone que los cambios de imagen deben darte más seguridad, no
menos,” mi hermana comenta sobre mi hombro.
Cierro el teléfono de golpe y lo pongo boca abajo. “¿Qué se supone que
significa eso?”
“Significa que todo lo que tuviste que pasar durante el verano—los
tratamientos de keratina, las lecciones de maquillaje, la revisión de
vestuario—fue para hacerte ver que ya eras genial, no para hacerte sentir
insegura porque un chico tonto no te responde los mensajes.” Con esa
advertencia, Shea se sienta sobre la silla al lado de mi escritorio y pretende
estar interesada en lo que sea que se encuentre en la pantalla de su
celular. Digo que pretende porque es obvio que está en mi habitación
para agobiarme.
“Él no es tonto,” balbuceo.
“Lo es si no se da cuenta de lo asombrosa que eres.”
“Está teniendo problemas en casa,” le digo, pero las palabras de Shea me
hicieron sentir pequeña e inflada al mismo tiempo.
“Como si cualquier persona de nuestra edad no tuviera problemas en
casa,” se burla.
Agarro mi mouse y regreso mi atención al video que estaba editando
antes de que me fijara si el chico tonto me escribió. “Él me aprecia. Me da
flores en la escuela. Sostiene mi mano en el pasillo, lo cual es más de lo que
otros chicos hacen. Mira a Bibby Harthan. Su novio prácticamente corre
hacia el otro lado para evitar cualquier muestra de cariño en público.”
“No estamos hablando de Bibby y el idiota de su novio. Estamos hablando
de ti y el idiota de tu novio.”
Empujo el mouse a un lado. No puedo concentrarme con Shea aquí
mirándome. “Tú fuiste quien me dijo que si quería a Gideon, tendría que
cambiar. Tú fuiste quien me dijo que mi gusto en ropa apestaba y que mi
cabello parecía un hogar para mapaches.”
“¿Y? Eso no significa que tienes que tumbarte al suelo y ser la alfombra por
la que él camina.” Ella pone su celular a un lado y se inclina hacia
adelante. La expresión seria en su rostro envía una punzada de culpa a
través de mí. “No me gusta quién eres con Gideon,” ella continua. “Extraño
a la antigua Savannah. La que le respondió al chico que le dijo que corre
como una niña, que debería ponerse los zapatos porque estaba a punto
de ver que tan rápido podía correr una chica y que tan duro podía
golpear.”
“Estaba en la escuela media cuando eso sucedió.” Pero…como ella dice,
siento una sensación de anhelo. Ella tiene razón—yo solía ser más confiada.
Yo era la que daba ideas sobre qué hacer y dónde ir. Yo era quien les
decía a los chicos que se callen porque estaban siendo muy ruidosos y nos
daban dolor de cabeza durante los viajes de estudio. Nunca fui la chica
que estaba junto a su teléfono, esperando y rezando para que recibiera un
mensaje de texto.
“Fue el año pasado”.
La culpa florece dentro de mi estómago, llenándolo. Me muevo incómoda
sobre mi silla. “Soy la misma persona,” mantengo. “Sólo que más suave.
Más refinada.”
“Más aburrida. Más sosa.”
“Estás celosa,” le digo de vuelta. Tan pronto como las palabras salen,
quiero volver a meterlas en mi boca, pero es muy tarde.
Shea coge su teléfono y se para. “Siento lástima por ti, Sav. Esto no va a
terminar bien.”
Sus palabras limpian mi arrepentimiento, y replico, “Aún hay otros cuatro
hermanos Royal. Consíguete el tuyo y luego hablamos.”
Ella hace un gesto obsceno mientras camina fuera de la habitación.
Dejo caer mi cabeza sobre el escritorio. Me estoy convirtiendo en una
persona que no me gusta. No es de extrañar que Shea esté decepcionada
de mí. Pero no es culpa de Gideon. Es mía. Soy una estudiante de décimo
grado, saliendo con el senior más popular de la escuela. Por supuesto que
tengo problemas de confianza. Cada vez que lo miro y veo su rostro
sonriéndome, me pregunto qué demonios está haciendo conmigo.
No voy a ser una mocosa inmadura y exigente que quiere tener a su novio
a su entera disposición. Eso no termina bien, tampoco. Jordan, por ejemplo,
es preciosa. Tiene a los chicos haciendo estupideces por ella todo el
tiempo. Pero ella tampoco puede mantener a un chico. Ellos se cansan de
tener que hacer lo que ella quiere, cuando lo quiere.
¿Está realmente mal que sea comprensiva cuando la familia de Gideon lo
necesita? Yo no lo creo. Lo que necesito es dejar de obsesionarme por las
cosas que Gid hace cada segundo del día y ser más independiente.
Regreso a la computadora y vuelvo a concentrarme en el video que
estaba editando. Me siento tan absorta en mi trabajo que paso toda una
hora sin revisar mi teléfono. De hecho, es una llamada la que capta mi
atención.
Ansiosamente, lo recojo. Mi corazón se hunde cuando ve que no es
Gideon.
“Hola Francine.”
“¿Ya terminaste?” pregunta sin siquiera decir hola.
“Casi.” He estado editando una cinta de las porristas para ella. Ella va a
enviarla como una audición para el equipo de baile de la universidad a la
que quiere asistir el próximo otoño.
“Quiero verlo.”
“Te lo enviaré.”
“No, trae tu laptop. Ya sabes como soy.”
Ruedo mis ojos. La chica apenas puede utilizar su celular. Ella está
constantemente enviando mensajes vergonzosos al chat grupal, pensando
que los envía a su novio.
Estaba por decir sí, pero luego recuerdo las palabras de Shea acerca de
cómo dejo que las personas—bueno, Gideon específicamente— caminen
sobre mí. Tal vez no sea capaz de decirle no a Gideon, pero no hay razón
para que no pueda empezar a defenderme a mí misma frente a los demás.
Al menos puedo enseñarle a Shea que no soy un felpudo todo el tiempo.
“¿Por qué no vienes tu aquí? De esa manera, si necesitamos realizar
algunos cambios, puedo hacerlos en mi computadora. Sería más fácil.”
“Oh, eso creo,” reconoce descortésmente. “Acabo de pintarme las uñas
así que necesito esperar veinte minutos antes de que pueda tocar
cualquier cosa.”
“Siempre que quieras venir, estaré aquí.”
Hay una pausa de silencio y luego, “¿Oh, no Gideon, hmmm?”
“Está ocupado,” digo rígidamente.
“Claro que lo está. Te veo más tarde. Bye bye, Savannah.”
Frunzo el ceño al teléfono. “Está ocupado, idiota.”
Pero Francine ya había colgado. Ella llega una hora después. Shea no está,
así que termino mostrándole el video a Francine yo misma.
“¡Oh, esto está muy bueno”” ella exclama, sus ojo se abren con sorpresa.
“¿Pensabas que iba a ser terrible?”
Ella encoge los hombros delicadamente. “Uno nunca sabe. Quiero decir,
eres super joven y todo. Y grabaste todo con tu celular. Podría haber
resultado terrible.”
“¿Por qué me pediste que hiciera esto por ti si pensabas que iba a ser
horrible?”
“Nadie más estaba interesado.” Ella ni siquiera me mira cuando dice eso.
“¿Cómo puedo llevarlo a la universidad?”
Wow, ¿Shea está en lo correcto? ¿Me he convertido en una chica sumisa
que hace una mierda por las personas que ni siquiera la aprecian?
“Lo colocas en un dispositivo de almacenamiento y se lo envías. O tal vez
hay un lugar para que puedas cargarlo.” Saco un usb barato de mi
escritorio y lo meto en la ranura de la computadora. Dos clics y el video
está copiado. Lo expulso y se lo entrego a Francine. “Aquí tienes.”
“¿Qué es esto?” Ella gira el pequeño artículo sobre sus manos como si se
tratara de una especie de objeto extraño.
“Es tu video.”
Ella me lo devuelve. “Yo no sé qué hacer con esto. Tu súbelo.”
La miro boquiabierta.
Ella lo interpreta como una señal para seguir presionando. “Es Rosemont
College.” Ella hace un movimiento de espanto con su mano. “Ve y búscalo.
Estoy segura que debe haber instrucciones en alguna parte del sitio web.”
Eso es todo. La alcanzo y tomo su mano. Suelto el dispositivo sobre la
palma de su mano y la doblo hasta cerrarla. “Tú puedes hacerlo, Francine.
Creo en ti”
Una pequeña arruga se rompe sobre su frente. “En verdad no sé cómo
hacerlo.”
“Entonces pídele a tu hermano que te ayude.”
“Tiene diez.”
“Probablemente él haya descargado más basura de la que puedas
imaginar.” Yo sé que a los diez, ya estaba subiendo videos. Eran terribles,
pero sabía cómo hacerlo.
“Está bien.” Abre su bolso y deja caer la memoria dentro.
Le dirijo una mirada hacia la puerta como una obvia señal para que se
vaya, pero no se mueve. Es como si sus zapatos Prada estuvieran
atascados en el tapete.
“¿Qué?” le pregunto impacientemente.
“¿Tomas fotografías?”
“¿Qué si tomo qué?”
“Fotos.” Francine simula estar tomando una fotografía.
“¿Tomo fotografías?” me siento tonta en este momento.
“Sí, fotos. Quiero hacer un álbum de fotos especial para Torin. ¿Tal vez
incluso un video?” Ella parpadea rápidamente.
Ella está…¿agitando sus pestañas hacia mí? Dios, ella es extraña. Todos los
amigos de Shea lo son. “¿Qué tipo de fotos?” Tengo la sensación de que
ya lo sé.
Ella sonríe, pero da miedo aunque no sea lo que pretenda. “Tú sabes.
Privadas.”
Retrocedo. Podría ser fácil, pero incluso yo tengo límites. “No.
Absolutamente no.”
Su labio inferior sobresale. Estoy segura que el puchero y el agitar las
pestañas funciona en Torin, pero tienen cero efecto sobre mí. “¿Por qué no?
Eres buena en esto.” Ella agita una mano hacia mi computadora. “Harías
un excelente video. Y yo soy terrible tomando selfies. Mi brazo siempre se
interpone en el camino.”
“Usa el temporizador.” Camino y abro la puerta.
“¿El temporizador?” Ella se mueve una pulgada.
“Sí, el temporizador.” Mierda. Ella no se irá hasta que le muestre. Agarro el
teléfono de mi escritorio y lo sostengo frente a ella. “¿Ves el pequeño reloj?
Tócalo y tendrás diez segundos para tomar la foto.”
“¡Oh, muéstrame!” Ella salta de arriba abajo como si fuera una niña.
Apretando mis dientes, apilo unos cuantos libros y coloco el celular encima.
Selecciono el temporizador y regreso a pararme al lado de Francine. Los
segundos acaban, se toma la foto, y regreso al escritorio y recupero mi
teléfono.
“¿Ves?” Deslizo a través de las fotos, olvidando que no había borrado la
que le había enviado a Gideon. Bajé el teléfono rápidamente, pero no
antes de que Francine la viera.
“Seguiste mi consejo, ya veo.” Ella sonríe. “Y la tuya se ve mucho mejor que
la mía. El temporizador, ¿huh?”
Mis mejillas están quemando, asiento con la cabeza. Finalmente, ella
empieza a caminar hacia la puerta.
“No te avergüences, Savannah. Una chica tiene que hacer lo que una
chica tiene que hacer para mantener a su hombre. Las fotos que yo le
envío a Torin significan que el chico nunca se queda hambriento. Él no está
buscando comer en otro lado. ¿Entiendes lo que digo?”
Asiento la cabeza débilmente.
Ella me da un saludo de miss mientras se va. “No tienes que acompañarme
a la salida. Nos vemos después. Hola, Shea.”
No puedo creer que no haya borrado la foto. Tampoco puedo creer que
Francine la viera. Ugh. Supuse que le iba a decir algo a mi hermana.
Sorprendentemente, cuando Shea aparece en mi habitación unos minutos
después, ella no lo menciona.
“¿Quieres comer algo?” es todo lo que dice.
Asentí ansiosamente. “¿Podemos comer pizza? Estoy muriendo por una.”
Shea no come pizza comúnmente. Muchos carbohidratos, pero debe sentir
lástima por mi o es su manera de disculparse porque ella encoje los
hombros y dice, “Claro, pero debe ser una margarita y también podríamos
irnos y acompañarla con un refresco.”
“¡Yay!” levanto mis manos en el aire a manera de celebración.
“Pequeña tonta,” ella me reprende, pero hay una sonrisa en su rostro.
“Voy por mi bolso.” Salto a mi escritorio para coger mis cosas cuando mi
teléfono suena. Probablemente es Francine queriendo más información
sobre cómo conseguir el video para su universidad. ¿Pero sabes qué? No lo
voy a hacer. Ya pase horas editando esa audición. Ella puede descubrir el
resto. Ves Shea, no soy la persona fácil de convencer que crees que soy.
En lugar de Francine, pienso, está el hermoso rostro de Gid en la pantalla.
Deslizo el dedo ansiosamente. Sobre mi hombro, escucho un suspiro—Shea
debió haber visto quien llamó.
Giro mi espalda y contesto con una suave voz. “Hola.”
“Hola, nena,” me saluda. “¿Quieres que nos encontremos? Tengo un poco
de tiempo antes de la práctica de natación.”
Puedo sentir la respiración de Shea por mi cuello. “Seguro. ¿Quieres comer
algo?” Mi estómago retumba con anticipación.
“No quiero comer antes de la práctica, pero si tú quieres, hago una
excepción.”
“No. No. No tengo hambre,” miento. “¿Debería ir?”
“Sin personalidad,” Shea rechifla detrás de mí.
“Nah. ¿Por qué no nos encontramos en Astor en quince minutos?”
“Claro,” digo y luego cuelgo. Estoy demasiado avergonzada como para
mirar a Shea a los ojos y decirle. “Voy a pasar la cena de esta noche.”
Mi hermana me mira con algo parecido a la lástima. “Uno de estos días, te
vas a arrepentir de saltar ante cada orden de los Royal.” Shea suspira
derrotada. “Pero supongo que tendrás que aprender la lección por ti
misma.”
“Eso creo,” murmuro, y luego agarro mi bolso y huyo.
CAPÍTULO 14
Gideon
Presente
Savannah
Presente
“¡Atrápalo!”
“¿Por qué no? Era un juego.” Pongo mi nariz en alto al mejor estilo de
Savannah Montgomery y veo a todos a mí alrededor curvar sus labios en
disgusto. Vaya forma de hacerlo, Sav. Estoy alejando a las personas y ni
siquiera voy a esta universidad todavía.
Mis hombros se encogen. Así no es cómo quería que fuera esta visita. Se
supone que iba a ser un tiempo de renovarme a mí misma. No tenía que
ser la arrogante e insensible Savannah. Podría ser…bueno, alguien que no
hiciera a esta bonita estudiante de segundo año mirarme con una mezcla
de confusión y desaprobación.
Me tenso y espero la acusación de que soy cruel porque no hablaré con él,
y lo irracional que soy por no perdonarlo.
Una de las chicas del grupo frunce el ceño. “Una vez infiel, siempre será un
infiel. Nunca regresaría con él.”
“Él dijo que lo lamenta,” refuta un chico que usa una camiseta vintage de
Nirvana.
“Él nunca dijo eso,” alguien más se suma. “Él dijo que la quiere recuperar.”
“Eso implica que lo siente,” responde el chico de Nirvana.
“¿Cómo cuáles?” pregunta la chica que dijo que Gideon sería siempre un
infiel.
Al principio, Jaycee está reacia. Ella cree que Gideon ha roto las reglas de
alguna manera pero no puede darse cuenta de exactamente cuál.
Después de un poco de persuasión por parte de algunos estudiantes,
Gideon consigue quedarse. Pero le hacen hacer las tareas más
vergonzosas.
“La escritura está en morado y combina con tus uñas.” Él señala sus manos.
Todos miramos.
Sus uñas están pintadas de morado, blanco y negro, pero cada una tiene
un diseño diferente. Rayas en un dedo, lunares en otro. Ella está usando un
top sin mangas con capas y un par de jeans con las rodillas rasgadas. Me
gusta. Tiene una buena vibra. Puedo verme a mí misma siendo amiga de
ella.
“Buena suposición,” ella le dice a Gideon. “Sí, voy a extrañar a mis amigos.
He estado juntándome con el mismo grupo de chicas desde el jardín de
niños. Sólo una de ellas va a asistir a esta universidad. El resto se dispersado
y eso me molesta.”
“Yo voy a casa los fines de semana,” ofrece Gideon. “Y hay mensajes de
texto y video chats que te ayudarán a mantenerte en contacto. Requiere
de esfuerzo, pero luego cuando estén juntas, eso lo hará más significativo.”
“La veía una vez al mes, usualmente en las fiestas.” Él sumerge su mano
nuevamente en el sombrero y saca otro pedazo de papel. “Mi familia,” él
lee, luego estudia el grupo.
Mallory Dunn, una dulce chica de cabello marrón con corte bob, levanta
su mano.
“Oops.” Mallory se ríe y luego se calma. “Es mío. Tengo dos hermanas
menores y las amo a morir. No puedo imaginar el no ver sus tiernos rostros
todos los días.”
“Lo mismo con los amigos. Haces el esfuerzo de verse el uno al otro.”
“Sip. Además, ellas pueden venir a visitarte. Habrán días familiares solo
cuatro semanas después de que empiecen las clases. Tendrán una
explosión llegando al estado. No es demasiado pronto para que formen
parte de nuestra familia aquí,” dice Jaycee entusiasmada.
“Por mucho que vaya a extrañar a mis amigos,” admite Livvy, “estoy
emocionada por empezar algo nuevo.”
“No hay nada de malo con eso. Todos podrían usar un nuevo comienzo.”
Los ojos de Gideon me invitan a saltar y participar.
“Sí, la universidad hace sus propias reglas. Él también puede ser expulsado
si hay suficiente evidencia.” Ella me da un pedazo de papel.
Miro abajo para ver su nombre y número. Ahí está mi oportunidad para
realmente deshacerme de él. Si acepto, Jaycee me ayudará a reportarlo.
Miro a Gideon, quien está conversando con Livvy. ¿No es lo que siempre
he dicho que quería? No tener que volver a hablar con él. No verlo. No
estar cerca de él.
“¿Estás segura?”
Por todas las veces que me hirió, hubo momentos que me hizo tan feliz que
me sentía estar volando sobre las nubes.
Savannah
Presente
Kira y ella se toparon hace solo un par de horas y Jisoo estaba tan
borracha que apenas podía pronunciar palabras de una sola sílaba. Agua,
por ejemplo, el agua se discernió de su libro de texto de ciencia que tenía
la imagen de una gota en la portada. Sacó una manta extra de su armario,
luego de verla frotar sus manos hacia arriba y debajo de los brazos varias
veces. Sentí como si estuviera jugando charadas con un mimo. Un mimo
ebrio. Un mimo ebrio que de alguna manera está apto para levantarse de
su cama y ponerse sus zapatillas color naranja-neón para correr tan pronto
como el sol sale por el horizonte.
“Creo que quieres decir que soy lo suficientemente torpe para decir lo que
debemos mantener en nuestras cabezas.”
Ella estudia mi expresión. “No suenas feliz por haber hecho las paces con
Gideon.”
“¿Estoy despierta, cierto?” ella pregunta. “No estoy soñando que formo
parte de un episodio de Real Housewifes, ¿verdad?”
Una sonrisa reacia aparece en mi rostro y estoy agradecida de que ahora
puedo reírme de mi estúpido y trágico pasado. “Sí, y no creo que alguna
de esas mujeres haya hecho las cosas que Dinah hizo.”
“Wow. Ok. Veo venir una historia jugosa y no quiero hacértela contar dos
veces. Vamos a esperar a que regrese Jisoo.”
Kira coge su celular para revisar el progreso de Jisoo. Las dos se rastrean a
la otra mediante sus celulares. Es lindo ver lo mucho que se preocupan la
una por la otra.
“Oh, ya casi llega.” Kira inclina la pantalla para que pueda ver.
Como dijo, Jisoo aparece un rato después, sin aliento y sudorosa. Kira no la
deja tomar ni siquiera un vaso con agua. “Ve y báñate ahora mismo.”
“Eso es asqueroso.”
“Dale a la perra quejumbrosa un vaso de agua,” me ordena Kira.
“Necesitas ducharte.”
Las dos continúan discutiendo, sus voces se debilitan mientras Kira empuja
a Jisoo arriba de las escaleras. Agarro el vaso con agua y las sigo. A mitad
del pasillo, veo mi reflejo en el espejo.
Kira trota bajando las escaleras y me aleja del espejo. “Amo tu cabello. Es
inusual. Cada chica aquí mataría por tener tu cabello. No sé por qué te lo
laceas todos los días. ¿Por qué lucir como el resto cuando puedes ser
diferente?”
“Exacto.” Ella rebota una mano por debajo de un lado de su cabello. “Es
grande y es fabuloso.” Ella me giña un ojo y me lleva a la habitación.
“Pregúntale a Jisoo.”
“Wow.”
“Eso es terrible. Sabía que él te había engañado, pero eso es terrible.” Jisoo
se levanta de su escritorio y se sienta a mi lado.
“Que vulgar.”
“¿Un qué?”
Empiezo a reír. “Sí, estaba lleno de cosas como sopa de pollo, helado, un
certificado para un spa, un libro de cómo superar un mal rompimiento. Ella
se disculpó otra vez y me aseguró que era lo mejor.”
“¿Qué hiciste?”
“Al inicio, nada. Estaba muy impactada. Luego llamé a Gideon y le pedí
que nos encontráramos. Vi la culpa en su rostro. No lo dejé decir ni una
palabra. Salí del auto y corrí hacia mi casa.”
“Él me dijo que lo lamentaba pero no quería herirme así que debíamos
terminar.”
“Lo bueno es que estás con nosotras ahora, y nosotras te vamos a ayudar,
así como Shea lo hizo. No estás sola.”
Sacudo la capucha sobre la cama junto con la manta. “Sí, pero eso es a lo
que estoy apuntando.”
“Ahh, entiendo. Vas por un poco de placer natural.” Se ríe de su mal juego
de palabras.
“Algo así. Definitivamente quiero un poco de privacidad.” Enrollo todo
dentro de la manta y lo levanto sobre mi hombro.
En cuando alcanzo mi celular, este suena. Una rápida mirada hacia la
pantalla me hace fruncir el ceño. Es el mismo número que me llamo dos
veces antes. Ya que nunca respondo las llamadas de números
desconocidos, presiono cancelar y me hago recordar que tengo que
bloquear ese número cuando tenga tiempo.
Cal sale de la cama y choca su puño con el mío. “Demonios, sí. Echaré un
vistazo en los avisos. ¿Algo de deba tener en cuenta?”
Casi estoy silbando una vez que llego al carro. Todo está encaminado.
Arrojo la manta en la parte trasera del Rover y conduzco la corta distancia
hacia la fraternidad. Sav debió haber estado mirando por la ventana,
porque abre la puerta casi antes de que termine de estacionarme.
Salgo del carro y voy por su mochila. “¿Tienes miedo de que entre?” La
molesto.
Ella se estremece con falso temor. “Es peor que un baile de debutantes ahí
dentro. Habían tantas cámaras sobre mí, era como si fuera una celebridad
a la que le acaban de publicar un video sexual.”
Casi me ahogo con mi saliva. “Um, sí, suena mal,” me las arreglo para decir.
“Sí. Sólo que he tragado mal.” Abro la puerta del copiloto, casi la empujo
hacia adentro. He mantenido en secreto del chantaje de Dinah por
mucho tiempo, no tiene sentido de que Savannah se entere ahora. He
estado tratando de protegerla de toda la fealdad de ese entonces, y voy
a seguir protegiéndola ahora.
“Sip.”
“Por cierto, me gusta tu cabello,” le menciono mientras me alejo de la
acera.
“Gracias.”
Por el rabillo de mi ojo, la veo enrojecer y pasar su mano sobre sus rizos
salvajes. Fue impactante ver a Sav con un gran cabello, pero es tan sexy
como el infierno. Hay algo diferente en ella el día de hoy. No solo el
cabello, sino en la manera en la que ella se está llevando a sí misma—
segura, valiente.
Me gusta mucho.
“Dejo al resto hacer el trabajo duro por mí.” Una gran sonrisa se extiende a
través de mi rostro. No recuerdo la última vez que bromeamos.
“Hmmm ¿qué?”
“Cal y Julie son mis mejores amigos—por supuesto que son los dos únicos
emojis que uso. ¿Por qué? ¿Cuáles usas tú?”
“Me avergüenza decir que la mayoría de mis emojis incluyen una forma de
corazón. También la chica de camiseta morada encogiéndose de
hombros.”
No puedo evitar que se me escape una carcajada. “¿Qué? Esa no es la
Savannah que conozco.” Y amo, termino diciendo en mi cabeza.
“Supongo que en la tierra de los emojis, soy tierna y emo.”
“O tienes buenos amigos con los que te escribes. Ahora que nos estaremos
mensajeando, tengo el presentimiento de que los ojos en blanco van a
aparecer un montón.”
“Entendido.” Cambio de tema. “¿Así que piensas que vas a disfrutar del
departamento de cine?”
“Sí, tienen programas muy geniales. Es muy práctico.” Ella suena muy
emocionada.
“No puedo esperar para ver tu primer trabajo. ¿Estás apuntando para
dirección? ¿Producción? La verdad no sé la diferencia,” admito.
“Voy a llevar las clases de Literatura y Arte para ayudarme a formar mis
habilidades de storytelling, pero planeo pasar la mayor parte de mi tiempo
en el departamento de cine si es que puedo. Adrian dice que mientras
más horas pueda pasar haciendo el trabajo que leer sobre ello o ver a
otras personas haciéndolo, mejor seré.
Apreté mis manos alrededor del volante. “¿Adrian es el chico de cine con
el que estuviste caminando el otro día?”
“Oh, ¿En serio? ¿No le volaste los dientes a John David durante el baile de
invierno?”
“Si mentirte a ti mismo te hace sentir mejor. Ni siquiera me acuerdo por qué
estabas molesto. ¿Por tu mamá?”
“No.”
Hace una semana, no lo habría hecho. “Él dijo que eras una mal besadora.”
“¡Ese estúpido!” Ella jadeo. “¡Yo nunca, nuca lo besé! Dónde él—por qué—
“ella chisporrotea. “No creo que le hayas golpeado lo suficientemente
fuerte.”
“¿Está de acuerdo con eso?” ella hace una pausa. “Nuevamente, siempre
ha sido tu familia lo primero para ti, ¿no es así?”
“Está bien.”
Pero antes de que pueda hacer la orden, mi teléfono suena.
“¿Puedes contestar por mí?” digo. “No puedo hablar y conducir aquí.”
Le lanzo otra mirada antes de bajar hacia el café. Tiene su mano sobre el
portavoz del celular. “¿Quién es?” pregunto.
Ella lame su labio inferior. “Es Steve. Quiere hablar contigo ahora mismo. De
hecho, está esperándote en el Holiday Park.”
“¿Steve?”
“Tal vez deberías llevarme a casa.” Savannah gira sobre su asiento, como si
fuera a saltar de la camioneta en cualquier segundo.
“No,” digo con amargura. Con una mano, retiro el teléfono de su agarre y
le cuelgo a Steve.
“¿Acabas de colgarle?”
“Sip.”
Encojo los hombros. “Bueno, no puedo atropellarlo con el Rover, así que
vamos a ignorarlo.”
Una leve sonrisa aparece sobre sus hermosos labios. “¿Al diablo con Steve?”
ella bromea.
Presente
Ya somos dos.
“Quien sabe.”
“Nop.” No le voy a hacer esto fácil a Steve. Estoy aquí para una cita con
Sav. Él debe acomodarse a mí, no al revés.
Una sonrisa reacia aparece en mis labios porque sé que se refiere a mí.
“Culpable de los cargos, pero espero que eso sea lo único que tenga en
común con Steve.”
Se supone que debe ser una broma, pero nadie se está riendo. Steve mató
a una mujer, por el amor de Dios. “¿Muy pronto?” digo irónicamente.
Camino hacia la parte trasera del Rover y agarro la polera extra, las
bebidas, y un pequeño regalo que tengo para Sav. Me perdí muchos
cumpleaños y festividades, así que quiero hacer las paces con ella.
Azoto la puerta y me paro al lado de Savannah. “Lo que sea que quieras
preguntar, Sav puede escuchar. No le guardo secretos.”
Steve levanta las cejas. “Sabes, cuando empecé a caminar no te había
reconocido, señorita Montgomery.”
Sav pasa conscientemente una mano sobre sus rizos. “Tal vez es por mi
cabello. Solía lacearlo.” Su frente se arruga. “No, es algo más.” Una sonrisa
traviesa se estira por todo su rostro, “Tal vez te confundí con alguien más.”
Dejo caer las cosas al suelo y arrojo mi puño al aire, pero Steve lo atrapa
antes de que pueda aterrizar en cualquier lugar cerca de él.
Preferiría comer una serpiente entera que revelar estos secretos en la corte.
“¿Por qué debería?”
Una ola de ira, rabia y frustración me hace callar por un momento. “Ella
tiene dieciocho,” digo finalmente. “El estatuto de los cargos por
pornografía infantil han pasado.”
Sus labios se mueven hacia arriba. “¿Quién dijo algo sobre cargos
criminales? Yo diría que la vergüenza pública de tener un desnudo por
todo el mundo para que cualquier idiota con internet pueda verlo, supera
a una pequeña condena por el sexting entre dos adolescentes calientes.”
Lo golpearía de nuevo, pero por el rabillo del ojo, veo a Sav acercándose.
Corro detrás de él. Savannah grita mi nombre, pero estoy demasiado lejos.
Alcanzo a Steve en dos pasos, agarro su hombro y giro alrededor de él.
Golpeo mi puño sobre su boca. Sus dientes chocan fuertemente sobre mis
nudillos. Retrocedo para darle otro golpe, solo para sentir dos pequeñas
manos tirando de mi brazo.
Steve sacude su cabeza. La sangre cae por el borde de su boca. “Te dije
que solo tienes un tiro libre, muchacho.”
Quiero lanzarme sobre Steve y golpear su rostro hasta que no quede nada
más que una masa, pero Sav me tira hacia atrás.
Ella me sigue sin cuestionar. Detrás de nosotros, puedo jurar que Steve está
riendo, pero me obligo a seguir adelante.
“Eres inteligente.” Ella hace una pausa, luego confiesa, “Me estoy sintiendo
muy angustiada en este momento. ¿Puedes decirme qué está pasando o
tengo que vivir con mis teorías salvajes por el resto del día?”.
Miro alrededor y me doy cuenta que lo que hay más cerca de nosotros es
una campo de baseball. Los jugadores están calentando, pero
probablemente ninguno pueda oírnos. No es mi locación preferida para
una confesión de este tamaño—se siente muy abierto. O tal vez estaría así
de expuesto en cualquier lugar.”
Ella abraza su pecho con sus brazos. “Bueno, eso es algo, supongo. Por
mucho tiempo, pensé que se las habías enseñado y así fue cómo las
obtuvo.”
Maldigo. “¿Estás bromeando? No se las enseñé a nadie. Ella las tomó de
mí.”
Sav inclina su cabeza y me estudia por un largo, largo momento. Ella debió
llegar a una conclusión, porque asiente y dice, “Uní las piezas después de
que Ella me suplicara que no dijera nada sobre ellas.”
“Espera, ¿Ella sabe sobre las fotos?” Entontes empiezo a atar cabos. “¿Por
qué me sorprendo? Por supuesto que Reed se lo dijo.” Frunzo el ceño.
“Pero…¿Cómo Ella sabía que tu sabías?”
“Es un desastre,” dice ella con un suspiro. “¿Lo que no entiendo es por qué
mantuviste la boca cerrada? ¿Por qué no viniste a mí? Creí que me
odiabas. Que te estabas riendo de mí a mis espaldas.”
Ella se traba y baja su mirada hacia sus pies. La miseria se arrastra hasta mi
garganta. “No quería que vayas a la cárcel por enviarme esas fotografías.
Debí haberlas borrado. En cambio, las guarde. Todas. Me sentí culpable y
estúpido y dejé que Dinah me manipulara. Lo siento. Dios, jodidamente lo
siento.”
No necesito ver su rostro para saber que hay lágrimas en sus ojos. Puedo
oírlas en su voz. “Steve las vio, ¿no es cierto? ¿De eso era lo que estaba
hablando cuando dijo que no deberías usar algo desgastado?”
“Sí.”
Una lágrima se filtra por debajo de sus párpados cerrados.
“Lo siento.” Hay alguna otras dos palabras más inadecuadas que lo siento.
“No lo sé. No sabía que las había visto hasta el día de hoy. Él me pregunto
si testificaría a su favor. A cambio, el no publicaría tus fotos en internet.”
Ella sonríe, una temblorosa y tímida sonrisa. “Debí haber dejado que lo
golpearas.”
“Sip.”
Ella deja salir una pequeña risa. Su expresión muestra tristeza y frustración,
pero no siento que esté dirigida hacia mi.
“No.” Nunca le dije a Reed que me las envió hasta que él me exigió saber
por qué estaba durmiendo con Dinah. Su chantaje salió a la luz en una
confesión borracha y confusa.
Savannah
Presente
El plan de Gideon es simple. Conseguimos que Ella nos entregue la llave
del penthouse de Steve y Dinah, y lo saqueamos hasta que encontremos
dónde tiene Steve almacenadas las fotos.
“No voy a dejar que él ponga un dedo sobre ti,” promete Gideon. “Sé que
no es la mejor idea, pero no podemos eliminar todas las copias. Están en
digital, así que incluso si destruimos un juego, es posible que no podamos
destruirlas en su totalidad.”
Su mano se acerca para agarrar la mía. “Voy a hacer que esto resulte bien
para ti.”
Él me lanza una sonrisa de alivio. “El primer paso es llamar a Ella. Ella tiene
acceso a Steve.”
Hago una mueca. Ella y yo nunca nos hemos llevado bien, aparte de la
vez que planeamos una venganza contra Daniel Delacorte, un gilipolas
violador que actualmente se encuentra en una escuela militar. Creo que
esa es una sentencia muy leve, pero al menos está lejos de otras chicas. Es
vergonzoso que Ella sepa de la existencia de mis fotos. Principalmente,
siendo realmente honesta conmigo misma, porque admiro a Ella.
Ella es una chica valiente que dice las cosas a la cara. Cuando una de
nuestras compañeras trató de humillarla dándole una escasa ropa interior
en lugar del uniforme del equipo de baile, ella se puso la tanga y el
sujetador transparente y fue hasta el gimnasio que estaba lleno de
jugadores de fútbol.
No estaba ahí, pero escuché que tenía todos los ojos sobre ella. En efectos
prácticos, ella estaba desnuda. Y no le importaba. O, al menos, no le
preocupaba lo suficiente como para dejar que le importe. Debería sacar
una hoja de su libro.
Ella contesta enseguida. “Hey, Gid,” dice. “¿Qué puedo hacer por ti?”
“Estoy bromeando.”
“Yo no.”
“¿Qué?”
Mis cejas se levantan con sorpresa. No sé por qué ella haría eso—yo nunca
fui muy agradable con ella. De hecho, eso fue lo que le dije. “Yo debería
pagar más ya que nunca he hecho nada por ti.”
“¿Cuándo?”
“Lo de Daniel,” sugiere Gideon.
“Negativo,” digo con una sonrisa. La broma de Ella hace que se rompa
todo el hielo que se había formado entre nosotras.
Él encoge los hombros, algo que Ella no puede ver, y luego me deslumbra
con una sonrisa rápida. Estos dos no se conocen al otro para nada. Me
inclino hacia adelante, enrosco mis dedos sobre su rodilla para apoyo.
“Gid es el más romántico de todos,” protesto. “Él siempre ha sido de hacer
grandes gestos.”
“¿No oíste la historia de cómo alineó los pasillos de Astor Park con rosas por
dejarme plantada?”
“¿Qué te hace pensar que tengo que hacer algo por ella?”
“Oh sí.”
“Estoy tan celosa de que te vayas a graduar un año antes. Ni siquiera sabía
que eso era posible.”
“Sav ha estado en la vía rápida desde que llegó a Astor.” Hay orgullo en la
voz de Gideon, haciéndome sonrojar.
Brillo intensamente bajo su elogio. Ella es una chica muy genial, lo cual era
algo que me molestaba, y escucharla decir que soy genial también, me
hace sentir bien.
Ella aclara su garganta. “A pesar de lo divertido que es molestar a Gid,
supongo que no me llamaron por esa razón.”
“Ok, tienes razón. Yo no lo hice horrible, pero por alguna razón aún me
siento mal. La cosa es, Dinah quemó todo en frente mío, todos los
documentos de la corte y las fotos y cualquier cosa que tuviera de la
familia. Fue su forma de agradecerme por salvarle la vida, supongo. Con lo
digital, pienso, siempre hay una copia.” Ella suspira pesadamente. “¿Qué
quieren que haga?”
“Así es.”
“Probablemente.”
“Él sobrevivió seis meses al otro lado del océano y de alguna manera logró
regresar sin tener que acceder a alguna de sus cuentas personales, de lo
contrario papá hubiera sido notificado.”
“¿Estás diciendo que tiene a alguien ayudándolo? Steve dice que los
aldeanos que lo encontraron lo ayudaron.”
“No. Para nada. Estabas preciosa en cada una de las fotos. ¿Por qué crees
que las guardo?” dice tristemente.
“Ahí tienes,” dice Gideon con suficiencia. “Dos de seis Royals están de
acuerdo con que tú eres la chica más ardiente de este lado de Mojave.”
“Puedo hablar por Reed y Easton, también,” dice Ella. “Ambos creen que
eres hermosa.”
Me estremezco ante la mención de Easton, desde que nos liamos. Una
mirada de soslayo me dice que Gideon está más divertido que molesto.
“Bueno, desde que la super mayoría de los Royals está de acuerdo, tiene
que ser así.” Es difícil saber sobre qué es lo que estamos discutiendo a este
punto.
“Los bienes de Steve están super congelados y él no puede volar, así que
su única salida de diversión es su Bugatti.” Gideon levanta una ceja.
“Tengo un bate en casa con su nombre en él…”
“¿Eso es un no?”
Alcanzo mi cinturón de seguridad. “Nop. Solo dije que podrías terminar
arrestado. Te sacaré bajo fianza, supongo.” Le doy una sonrisa de oreja a
oreja. “Incluso podría tomar algunos cambios del auto.”
Savannah
Presente
“En donde vas a conseguir las cosas buenas,” responde Gid de forma
misteriosa.
Mientras pasamos, veo las curvas distintivas del muy costoso auto deportivo
de Steve. Gideon continúa por el callejón y se estaciona en frente de una
fila de setos que esconden un pequeño camino de entrada.
“Si tenemos alguna que sobre, es toda tuya.” El agarra una gorra negra del
asiento trasero. “Aquí tienes.”
La tomo y le doy vuelta. “¿Este es nuestro disfraz?”
“¿Lista?”
“¿Y la mayonesa?”
Una risilla tonta se escapa. “El vandalismo se siente muy bien. ¿Qué pasa si
me quedo atrapada en esto?”
Siento ese contacto por todo el camino hasta mi corazón. Sus dedos giran
alrededor de mi nuca. Lentamente, él me atrae hacia adelante, dándome
el tiempo para alejarme. Me muevo. De puntillas. Más cerca. Lo
suficientemente cerca para eliminar la distancia entre nosotros. Lo
suficientemente cerca para que mis labios puedan saludar a los suyos. Lo
suficientemente cerca para sentir la subida y bajada de su pecho mientras
traga el aire. Lo suficientemente cerca para borrar el pasado, el dolor, los
remordimientos.
Su agarre se hace más fuerte como si tuviera miedo de que fuera un sueño,
y eso me hace sonreír, me da valor. Me presiono contra él, moviéndolo
hacia atrás hasta que su espalda choca contra el Rover. Llevo mis brazos
alrededor de su cuello y me recuesto, besándolo hasta que se quede sin
aliento.
“Savannah,” él susurra, sacando las tres sílabas hasta que se sientan como
todo un estribillo. El besa la curva de mi mejilla, frota su nariz sobre mi
barbilla, besando el caliente hueco entre mis pechos. “Savannah,” él
repite. “Te he extrañado.”
“No lo haré. Nunca lo haré. Te amo, Savannah.” Él se tira sobre mí, sus
brazos tiemblan por el esfuerzo. “Desde el momento que te vi, mi corazón
fue tuyo. Por favor dime que me aceptas de regreso.”
Me estiro y lo atraigo hacia mí, piel caliente sobre piel caliente. “Lo hago.
También te amo, Gideon. Traté de detenerlo, pero es imposible. Nunca
podrás deshacerte de mí.”
Tarde, mucho más tarde, él se recuesta al lado mío. La fresca brisa se filtra
a través de la puerta que está abierta. Gideon es muy alto para caber
adentro. La exposición debería hacerme temblar, pero en cambio me río.
Toda una multitud de personas podrían haber estado desplazándose
alrededor del carro y yo hubiera sido ajena.
“¿Qué?” él se burla.
Presente
Ella me da una tensa y nerviosa sonrisa. “¿Vas a venir a casa el próximo fin
de semana?”
Puedo oler la ansiedad aunque esté haciendo todo lo posible por ocultarla.
Me inclino más cerca, esperando que pueda leer la sinceridad en mis ojos.
“Sip. Terminaré el viernes alrededor del mediodía, así que estaré de regreso
antes de que tus clases hayan terminado. Y luego son tres semanas más
hasta que esté en casa durante todo el verano.” Le doy otro apretón y
luego recojo su pequeña maleta.
“Um, me estás sosteniendo un poco fuerte.” Sav se menea entre mis brazos.
“¡Lo siento! ¡Lo siento!” Grita Julie mientras se aproxima. “Mi mamá llamó y
me tomo una vida hacer que deje el teléfono.” Ella agarra el brazo de Sav.
“Vas a tener que venir un minuto. Tenemos que hacer unas cosas de la
fraternidad antes de que te vayas.”
Agarro las llaves de mi bolsillo. “Me encantaría discutir todo el día sobre
esto, pero necesito llegar a Bayview. Asegúrense de que Sav no entré a la
carretera por una hora.”
*****
“Ahora, Shea, que este chico se disculpó. Necesitamos hacer lo mismo con
Christian y perdonarlo.”
La hermana de Sav murmura algo en voz baja que suena
sospechosamente como ‘perdonarlo mi trasero.’ Sin embargo, sigo
sonriendo. Shea y yo vamos a estar en contacto por el resto de nuestras
vidas. No tiene sentido antagonizarla más.
Apenas fuera de nuestro alcance, Shea viene hacia mí. “No puedo creer
que tengas el valor de venir aquí,” sisea. “Si la vida fuera justa, hubieras
sido golpeado por un rayo apenas hubieras tocado nuestra entrada.”
“Tienes razón.”
“Tu—¿qué?” se corta.
“Oye Shea, papá dice que estabas…” Ella se descarrila cuando posa su
vista sobre mí. “¡Gid” ¿Qué estás haciendo aquí?”
Shea lo agarra de mis manos. “Él quiere llevarte a Suiza por todo el mes de
Junio.” Shea saca el pasaporte y lo mueve en el rostro de Sav.
“Solo si quieres ir,” digo rápidamente. “Pensé que el verano antes de que
empieces la universidad debería ser memorable. Tomaremos el avión Royal
para ir, pasaremos un par de semanas en los Alpes y luego conduciremos
hasta Venecia. Me presté un bote de un amigo y pasaremos el resto del
mes paseando por el Mediterráneo.
“Sí.”
“¿Por qué?”
“Una vez hablamos sobre irnos lejos y quiero darte todas esas cosas que te
prometí pero que nunca te di.”
Sav le lanza a su hermana una mirada, pero yo asiento. “Sí, como fidelidad.
Honestidad. Amor.” Doy un paso hacia Savannah. Una cosa es hacer
promesas en el periódico de Bayview y lo dejo caer frente a ella. “Frente a
Dios y todo el mundo.”
El periódico cae abierto y todo el aviso que rogué, supliqué y por el cual
pagué una fortuna—lo suficiente que pensé que podría comprar todo el
estúpido diario en lugar de solo un aviso—está expuesto a todo color.
La primera vez que te vi hace tres años, no tenía ninguna pista de lo duro
que caería. Me noqueaste y he sido tuyo desde ese momento.
Nuestro romance no siempre fue fácil. Soy un idiota la mayor parte del
tiempo. Soy temperamental e impaciente y desconsiderado. Tú me
aceptaste y me perdonaste cuando no lo merecía. Me iba a dormir todas
las noches preguntándome qué de bueno debí haber hecho en mi vida
pasado para merecerte en esta.
Te amo en cada forma, así tu cabello esté rizado, lacio, sin maquillaje,
labios de color frambuesa, vestidos de seda o pantalones deportivos de
algodón.
Serás un éxito en State este otoño, así como lo fuiste para mí estos últimos
tres años. Felicitaciones nuevamente. No puedo esperar por pasar el
siguiente año, el primero del resto de nuestras vidas, juntos.
“¿Cuándo hiciste esto?” Susurra Sav, levantando sus ojos sorprendidos para
encontrarse con los míos.
Shea aclara su garganta. “Voy arriba. Pero no piensen por un minuto que
no estaré observándolos.”
“¿Hermana?” escupe.
“Sí.” Ella ríe un poco. “¿Qué le tuviste que dar mi papá para que estuviera
de acuerdo?”
“Mi papá lo llamó,” admito.
Ella voltea su mano para enroscarse con la mía. “No quiero a nadie más.
Nunca lo hice. Ese fue el más grande problema durante todo este tiempo.”
Tiro mi cabeza hacia ella hasta que nuestras frentes se encuentran. “¿Y
ahora?”