Se dice que al llegar al Cielo un afortunado hombre recién fallecido, el ángel custodio a
cargo del Departamento de Ingresos del Edén observó con agrado que su curriculum
vitae lo acreditaba como un padre bondadoso, esposo ejemplar y amigo inigualable con
mil acciones de mérito para disfrutar de la vida eterna en el Paraíso, excepto por una
cosa... era vendedor. Y la leyenda agrega que luego de una hábil presentación, manejo
de objeciones y cierres maestros logró lo que ni siquiera dos abogados, tres publicistas y
un psicólogo que le precedían pudieron hacer: entrar a los territorios celestiales con
certificación gratuita.
Muchos clientes alegan haber sido atrapados en la emoción del momento para adquirir
lo que no necesitaban, y que ni siquiera saben para qué compraron. De hecho, cada
cliente al que nos acercamos con la mejor de nuestras cortesías y rostro angelical está
pensando en la red diabólica en la que se verá atrapado sin salida, a menos que invente
una excusa irrebatible. Lo fundamental para ese prospecto es que no lo insten a
comprar, excepto que él decida si quiere el producto, pues su convencimiento puede
ser uno sólo: el vendedor tratará de engañarlo con hábiles técnicas para convencerlo de
adquirir lo que no quiere ni necesita.
De lo que se trata es de romper el círculo vicioso en el cual debemos vender como sea y
convencer sin importar el costo. Es decir, una brega apta sólo para inmortales donde la
conciencia no juega ningún rol.
Ahora, el negocio no debe ser medido sólo en la dimensión del volumen que produce,
sino en la calidad de éste, logrando clientes satisfechos que trasladan al mercado su
conformidad por la decisión que han tomado, amplificando sus efectos en otros tantos
clientes que buscarán lo que otros ya han encontrado.
Después de todo, un individuo que ha sido atacado suele extender su experiencia con
mayor rapidez y permanencia que aquel que ha tenido una experiencia positiva. "Las
malas noticias viajan más rápido y más lejos que las buenas noticias".
Lo que todo cliente busca de cualquier industria es poder confiar en ella, gracias a un
vendedor que les entregó un producto de calidad que realmente responde a lo que les
indicaron y a sus expectativas.