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CARACTERISTICAS DE LOS PADRES SOBREPROTECTORES:

 Evitan a sus hijos cualquier situación desagradable, difícil o resuelven por ellos sus
problemas. Es un ejemplo de esta situación los padres que realizan los deberes escolares de
sus hijos o los que intervienen cuando otro niño o niña “molesta” a su hijo en lugar de
permitir que se defienda solo

 Limitan o impiden que sus hijos exploren el mundo por si mismos, privándoles de la
oportunidad de aprender, por ejemplo

– no les dejan gatear porque el suelo está sucio,

– evitan a toda costa que se lleven cualquier cosa a la boca,

– no dejan que nadie les de nada o les coja.

 Tienen una alta tolerancia a multitud de demandas y exigencias que el niño muestra.
Responden inmediatamente a sus demandas sin poner límite.

 En cambio, limitan en exceso las demandas de independencia o autonomía. No les


permiten salir a la calle porque hace excesivo frío o calor, eligen la ropa que se van a poner o
los amigos con los que deben relacionarse.

 Los padres sobreprotectores siguen haciéndolo todo cuando el niño está perfectamente
capacitado para hacerlo solo:

le siguen dando de comer,

le siguen vistiendo y calzando o peinando,

le siguen acompañando al baño.

 Suelen contestar por el niño cuando otros adultos se dirigen a él, privándole de este
modo que exprese su opinión o sus deseos.

 Cuando sus hijos cometen algún error ellos los ignoran, tapan o justifican.

 No permiten que su hijo o hija realice salidas con compañeros de su edad, aun
teniendo la madurez suficiente para hacerlo.

 Utilizan el miedo para tener el niño bajo su control. Es típico oírles decir “no subas ahí que te
caerás y te harás mucho daño”, “si vas tu solo puede pasarte algo malo”,

 Se sienten culpables cuando no ayudan a sus hijos a resolver sus problemas o


dificultades, se sienten responsables de todo cuanto les ocurre, ya sea que se hayan
caído en el parque o cogido un resfriado.

La sobreprotección se vuelve dañina porque no deja que los niños se desarrollen


emocionalmente. La sobreprotecciónimpide que nuestros hijos evolucionen socialmente a la
vez que les priva de poder alcanzar la madurez suficiente para ser personas
independientes y autónomas que se valgan por sí mismas al alcanzar la edad adulta. La
sobreprotección produce sentimientos de inseguridad y de poca valía en los hijos que han
estado educados bajo estas circunstancias.
Como vemos, la sobreprotección puede manifestarse de múltiples formas y ser causada por muchos
motivos. Algunas causas de sobreprotección pueden ser:

 – nacimiento de un niño muy deseado,

 – enfermedad del pequeño,

 – personalidad de los padres,

 …

Sea cual sea el motivo que nos vuelve sobreprotectores debemos conocer sus posibles consecuencias
y evitar en la medida que nos sea posible conducirnos de este modo. Debemos fomentar la
autonomía y la independencia, intentando educar desde la libertad y en la responsabilidad
de las acciones que realizamos día a día enseñando las consecuencias (positivas y
negativas) que tienen nuestros comportamientos.
Personas miedosas

Tiene sentido. Si nos hemos pasado la vida advirtiéndole a nuestros hijos de absolutamente todos los “peligros”, por
improbables o insignificantes que sean, que pueden encontrarse en su vida, andarán por el mundo con miedo a lo “que
pueda ocurrir”.

Además, si nunca le hemos dado las herramientas para que sepan afrontar y solucionar sus problemas por ellos mismos,
serán incapaces de enfrentarse a ellos solos e incluso pueden hacerse dependientes de alguien que les “saque las
castañas del fuego” cada vez que se encuentren en una situación complicada.

Personas dependientes

Como he comentado en el punto anterior, si no les enseñamos a tomar sus propias decisiones, a gestionar su propia vida
o a solventar sus problemas, siempre dependerán de alguien para hacerlo porque realmente es que no saben hacerlo
solos.

Esto a su vez, crea problemas de autoestima ya que si uno percibe que no sabe manejarse por la vida por sí mismo o que
nunca toma la iniciativa en nada, su autoconcepto será, desgraciadamente, el de un “inútil” que siempre necesita a otro
a su lado.

Baja tolerancia a la frustración

Como sus padres siempre se han asegurado de que no sufran por nada ni se frustren cuando no consiguen lo que
quieren, dándoles todo lo que piden en el momento que lo piden y minimizando su dolor. No han aprendido a tolerar
que las cosas no siempre salen en la vida como a uno le gustaría y nos guste o no, esta es la realidad.

Puede ser que bajo el cobijo de la familia que practica la sobreprotección el hijo sienta que lo tiene todo y que los padres
son una especia de sirvientes que están a sus pies cuando ellos lo necesitan.

Pero, tarde o temprano, la vida y la sociedad les dirá que esto no es así y que hay cosas que inevitablemente nos harán
daño y nos crearan frustración. Lo más probable es que reaccionen a las frustraciones con ira, exigencias e incluso
agresividad lo que les puede llevar a tener dificultades en las relaciones sociales y en la vida en general.

Anulación del desarrollo de las capacidades personales

Si siempre estamos anticipándole al niño lo que le va o no a ocurrir, si no le dejamos equivocarse para aprender y si lo
hacemos todo por ellos, evidentemente, estamos capando su capacidad de aprendizaje.

Si antes de que el niño tenga ganas de orinar, ya lo estamos obligando a ir al baño “porque no vaya a ser que luego te
entren ganas y no encontremos un sitio para hacerlo”, él no sabrá identificar por sí mismo sus propias señales fisiológicas
cuando necesite ir al baño.
Si no le dejamos caerse, nunca aprenderá qué es lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Las personas aprendemos
por consecuencias negativas y positivas debido a nuestras experiencias directas, por lo que es indiscutible la necesidad
de que el niño experimente con el mundo para aprender a manejarse mejor en el futuro.

Como siempre digo, todo lo que se aprende, también se desaprende y Esto es lo positivo. Ahora tú, que eres ese niño
sobreprotegido pero ya adulto, es tu responsabilidad de reeducarte para crecer como persona y para mejorar.

Es posible evitar que se caiga en este abismo; aquí algunos consejos que podrían
funcionar:

 Conceder autonomía de manera gradual. Permitirle que explore el


mundo desde su perspectiva, sin ver peligros en todas y cada una de las
maneras que buscará para conocer las cosas que lo rodean. Por ejemplo:
dejar que toque la tierra, que acaricie a un animal, que corra, que
experimente con diferentes materiales (no dañinos por supuesto), que
sociabilice con niños de su edad; entre tantas otras cosas que incentivan el
desarrollo de su cuerpo.
 Dar confianza para realizar nuevos proyectos. No se debe permitir
que las palabras “No puedo” le ganen, porque tu hijo es capaz de hacer todo
lo que se proponga en la vida. Ayúdalo, pero no lo hagas por él, y si de verdad
no puede lograrlo, muéstrale alternativas para que emprenda un proyecto
distinto.
 Enséñale a resolver problemas. Es importante que sepa que el
fracaso existe y que errar es inherente al ser humano, pero siempre, con tu
ejemplo, hazle saber que se puede volver a empezar.
 Elógialo de forma constante. Cada vez que sea capaz de cumplir un
objetivo propuesto es el momento indicado para recordarle lo valioso que es,
qué bien lo ha hecho y cuán valiente ha sido.
 No exageres las advertencias. A ningún padre nos gusta que su hijo
viva experiencias desagradables, y a todos nos encantaría que la vida fuera
siempre "color de rosa", pero eso no es una realidad y enfrentar los miedos
es parte de ella. Por lo que basta con una o dos advertencias del tipo,
“¡Cuidado, te vas a caer!”, o “¡Corre más despacio!”. Si ves que no hizo caso a
tus llamados de atención no dramatices y ayúdalo a superar la experiencia.
 Nunca hagas las cosas por él. Esto se aplica a todo: no hagas sus
deberes cuando él esté demasiado cansado (mejor ayúdalo con hábitos de
estudio), no pretendas que viva tus sueños, no aminores sus emociones y no
dejes que nada sea capaz de destruir su autoestima.
 Dale herramientas para que se defienda. No intervengas de
inmediato cuando esté teniendo problemas con sus pares, de lo contrario
nunca aprenderá a defenderse y resolver conflictos.
 Ayúdalo a descubrir sus talentos. Todos tenemos
diferentes habilidades, algunos son buenos con los números, otros con el
arte, deportes, canto y tantos otros dones. Potencia las actividades en las
que pueda saber que es bueno haciéndolas, en las que se sienta cómodo y
disfrute siempre.

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