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Unidad 2: PODER JUDICIAL Y NOCIONES

PROCESALES.

CAPÍTULO 2: El Poder Judicial.

2.1 La división de funciones en el Estado de Derecho.

Para comprender el por qué de la división de funciones como característica fundamental de un


estado de derecho, y como consecuencia de una larga evolución (no siempre pacífica) en el papel
que el individuo cumple dentro de la sociedad, debemos indagar, aunque más no sea
superficialmente, en el concepto de PODER.

La definición que nos da el Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición1,


contiene varias acepciones, de las que tomaremos sólo dos:

“a.- Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.
b.- Suprema potestad rectora y coactiva del Estado.”

Básicamente, el poder consiste en la posibilidad de hacer algo aun en contra de la voluntad de


otros, o de lograr que otros hagan o dejen de hacer algo, aún en contra de su propia voluntad. Las
causas, orígenes y explicaciones de este fenómeno del poder son motivo de grandes e
interesantes discusiones. La respuesta a la pregunta básica sobre por qué algunos mandan y por
qué otros son obedecidos no es única ni sencilla, y es motivo de debates en Psicología,
Sociología y Filosofía del Derecho entre otras ciencias. Lo cierto es que, independientemente de
cuáles sean las razones, éstas siempre han existido, y las englobamos bajo el común
denominador de LEGITIMIDAD.

La legitimidad es la respuesta a la pregunta: por qué obedecemos.

Varias han sido (y aún son) las razones por las que obedecemos, es decir, las formas de
legitimidad. Básicamente podemos mencionar tres:

a. Fuerza física: obedecemos porque quien manda tiene la fuerza física necesaria para
imponer sus decisiones. Por más que intelectualmente nos repugne esta forma de
legitimidad, no puede menos de observarse que históricamente ha de haber sido la
primera en manifestarse, y que en la actualidad, lamentablemente, sigue vigente.

b. Religión: obedecemos porque quien manda ha recibido un mandato divino, es un


representante de la voluntad de la divinidad.

1
Diccionario de la lengua española – Vigésima segunda edición -
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=poder - 10/03/2010.

Materia: Actualización profesional -1-


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c. Consenso: obedecemos porque quien manda ha accedido al poder cumpliendo los
requisitos que consensuamos (como grupo, sociedad, nación) que tiene que cumplir para
mandar.

Al hablar de legitimidad no hacemos un juicio de valor sobre tal o cual régimen


político, sino que analizamos simplemente los mecanismos de mando y obediencia.

Independiente del concepto de legitimidad (como origen y justificación del poder) aparece el tema
del ejercicio del poder. Cualquiera sea la legitimidad del poder, no caben dudas de que en el
Estado, este poder es “suprema potestad rectora y coactiva”. Y cuando ese poder ha sido ejercido
sin limitaciones de ningún tipo, el individuo se ha visto aplastado por él.

Leamos la siguiente historia verídica:

“Robert Damiens hirió a Luis XV con un cuchillo con intención de matarle. Apresado en el
acto, fue juzgado y condenado a muerte. El 28 de marzo de 1.757 se le leyó la sentencia,
que escuchó atentamente, y al terminar exclamó: “La jornada será ruda”. La sentencia le
sometía al tormento ordinario y extraordinario. Los cirujanos, interrogados sobre el caso,
aconsejaron como el más terrible y menos peligroso para la vida del paciente el tormento
de los borceguíes (que consistía en sujetar fuertemente las piernas del reo entre cuatro
tablas e introducir cuñas a martillazos de forma que los huesos saltaran con la presión).
Damiens lo soportó con entereza y repitió que no había en su crimen ni complot ni
cómplices. Conducido en una carreta a la plaza de Greve, donde se alzaba el cadalso, fue
tendido sobre él y sujetado fuertemente con aros de hierro atornillados a las tablas. Diez
verdugos participaban en la ejecución y dos confesores le asistían. En la mano derecha se
le colocó el arma del crimen y a continuación se le quemó con fuego de azufre. Después,
con unas tenazas calentadas al rojo se le fue arrancando la carne de las partes más
carnosas de su cuerpo y luego se vertió en las llagas una mezcla hirviente de plomo, aceite,
alquitrán, cera y azufre. Por fin sus miembros fueron atados con tirantes a cuatro fogosos
caballos para que fuera descuartizado. Durante una hora tiraron los caballos sin lograr
arrancarlos. El número de caballos se aumentó hasta seis, pero siempre en vano, hasta que
los jueces permitieron que se le hicieran incisiones en las articulaciones para facilitar la
tarea. Al fin uno de los caballos arrancó la pierna izquierda. Llegaba la noche cuando, en el
momento en que un caballo arrancaba el último brazo, Damiens expiró. Su cuerpo, que solo
era un montón informe de carne, fue quemado todavía palpitante. Sus cenizas fueron
arrojadas al viento. Se confiscaron todos sus bienes en provecho del rey, y la casa en que
había nacido fue arrasada hasta los cimientos, sin que sobre ella pudiera construirse en el
futuro ningún otro edificio. Un decreto del Parlamento determinaba que su mujer, su hija y
su padre serían obligados a abandonar el Reino con la prohibición de no volver nunca, bajo
pena de ser colgados y ahorcados sin forma ni figura de proceso, y prohibía a todas las
personas de la familia que llevasen el nombre de Damiens usarlo en el futuro bajo las
mismas penas.”2

2
Cesare Beccaria, De los delitos y de las penas (Introducción de Juan Antonio Delval), Editorial Altaya,
Barcelona, 1994, p2.

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Nos permitimos utilizar este ejemplo para mostrar de qué manera el poder absoluto, ejercido sin
controles, de manera ilimitada, es incompatible con una concepción del ser humano como sujeto
de derechos inalienables.

Ése es el motivo por el que en el Estado de Derecho (por oposición al Estado absolutista en
donde el rey se encontraba por encima de cualquier normativa), se busca limitar, controlar,
asegurar el poder, para que éste no se vuelva en contra de los ciudadanos. La forma clásica de
lograrlo es mediante la división de las funciones del Estado, tal como lo planteara Montesquieu en
su obra magna “Del espíritu de las leyes” de 1.748, en donde planteaba que la monarquía era un
régimen en donde podía alcanzarse la libertad, pero no como resultado de una virtud ciudadana
difícilmente alcanzable, sino de la división de poderes y de la existencia de poderes intermedios
(el clero, la nobleza) que limitaran las ambiciones del príncipe.

La Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica (1787) fue la primera en plasmar en la


práctica estas ideas. Dividir el poder del estado en tres funciones (Legislativa, Ejecutiva y Judicial)
estableciendo entre ellas un sistema de equilibrio que impidieran que se transformara en
despotismo, haciendo posible el ideal de que lo único digno del ciudadano es arrodillarse ante la
ley, para evitar la violencia de tener que arrodillarse ante los tiranos.

El Poder del Estado es uno solo. Lo que se divide son las funciones de gobierno: Función
Legislativa, Función Ejecutiva y Función Judicial. Se busca evitar que quien dicta las leyes, sea el
mismo que las hace cumplir y que juzga y castiga su incumplimiento.

El marco dentro del cual se desarrolla toda esta doctrina lo constituye la certeza de que el ser
humano es esencialmente libre, y que esa libertad debe ser respetada y protegida de cualquier
agresión o intento de limitación. Las únicas limitaciones aceptadas son las que surgen de la propia
vida en sociedad, y consensuadas entre todos sus miembros mediante mecanismos
democráticos.

Queremos que quede en claro que esta herramienta es, sino perfecta, la mejor para que los
ciudadanos pudieran controlar el poder del Estado, ya que ese poder representa la mayor
amenaza para la libertad individual. Fue la gran conquista del pensamiento y la lucha política del
siglo XVII y posteriores, en donde el Estado representaba sin duda alguna la máxima
concentración de poder imaginable.

Y sin embargo los tiempos han cambiado y en la actualidad, nuestra libertad se encuentra
amenazada por factores diferentes al poder estatal.

Instituciones, agrupaciones, corporaciones, empresas, gremios, etc., que no representan a la


sociedad en su conjunto (sus dirigentes no han sido elegidos democráticamente por todos los
ciudadanos) sino a grupos limitados, imponen (lamentablemente con frecuencia) decisiones que
afectan a toda la comunidad y que nos vemos forzados a obedecer.
Y lo más grave es que la cuestión del poder rebasa en la actualidad las fronteras de los Estados:
la globalización nos enfrenta a una realidad en donde grupos económicos y políticos
trasnacionales, se encuentran por encima del poder soberano del Estado.

El desafío de los años venideros será encontrar la manera de devolver al individuo, a las
comunidades locales, y a los estados nacionales, el ejercicio de su libertad.3

3
Existen numerosos artículos y libros para quienes quieran ahondar en estos temas. Algunos de ellos:

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CONCLUSIÓN
El Estado de Derecho es aquel en donde la legitimidad del poder viene de la ley. Además,
las funciones básicas de gobierno están separadas y son independientes, de manera de
que se equilibren mutuamente. El objetivo es asegurar la vigencia de los derechos
inalienables del ser humano, frente al poder cuasi supremo del Estado.
En la actualidad se plantea el interrogante sobre la manera de limitar y controlar nuevas
formas de poder no estatal que amenazan la libertad inalienable del ser humano.

2.2 La función judicial.

Establecidas brevemente las causas que justifican la división de funciones en los estados de
derecho, pasaremos a analizar un de ellas, la función judicial.

Nuestro país adopta, según la Constitución Nacional, una forma de gobierno representativa y
republicana4. Esto implica, básicamente, que los integrantes de los órganos de gobierno son
elegidos por el pueblo (mediante elecciones democráticas), y que las diferentes funciones de
gobierno (ejecutiva, legislativa y judicial) son llevadas a cabo por órganos diferentes e
independientes entre sí.

Respecto a la forma “federal”, esta no hace referencia a la forma de gobierno (aunque así
pareciera inferirse de la letra de la propia Constitución) si no a la forma del Estado. Mientras que la
forma de gobierno (representativa y republicana) designa la manera en que se procederá a elegir
a las autoridades de gobierno y de que forma éstos cumplirán sus funciones, la forma del Estado
hace referencia a la manera en que el poder se distribuye geográficamente. Nuestro Estado es
federal porque existen distintos estamentos de poder (estados dentro del Estado), que ejercen el
poder en un ámbito territorial determinado, sin entrar en colisión con otros estamentos de poder.

La forma de un estado responde a circunstancias histórico - políticas presentes en el desarrollo


de cada Estado. En nuestro país esto se debe, básicamente, a que los estados provinciales son
anteriores al estado nacional, y el nacimiento de éste último es consecuencia de un pacto en el
que los estados provinciales delegan alguna de sus funciones en el Estado nacional.5

Así las cosas, la Función Judicial en nuestro país está a cargo del Poder Judicial. En consonancia
con lo dicho al hablar de la naturaleza federal del Estado Argentino, existe un Poder Judicial

 Jáuregui, Gurutz, La Democracia Planetaria, Ediciones Nobel, Oviedo, 2000 (se puede encontrar un
resumen en http://www.ugr.es/~filode/pdf/contenido36_21.pdf.
 Sobre Globalización y Democracia, En Defensa de la Humanidad => Globalización y democracia
 Klein, Naomi, No Logo (el poder de las marcas), Editorial Paidós, 2002.
 Sobre Poder y Legitimidad, http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/2/REP_180_009.pdf
4
Art. 1º de la Constitución Argentina (CN): “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa,
republicana y federal, según lo establece la presente constitución”
5
Art. 121 CN: “Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno
federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación.”

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Federal, y un Poder Judicial Provincial (organizado por cada provincia dentro de su territorio). Esta
división se encuentra plasmada en los arts. 5º y 108 y siguientes de la Constitución Nacional.6

2.2.1 Atribuciones Exclusivas.

Amén de la evolución científica de la época en que se sancionó nuestra Constitución Nacional, la


propia historia de nuestros pueblos (rica en anarquía y guerras fraticidas), hizo que se pusiera
especial énfasis en la separación de las funciones del poder, sobre todo en la función judicial,
como única manera de poner a salvo la vida, el honor y el patrimonio de los ciudadanos frente a
los humores cambiantes de quienes detentaran el poder.7

Aparece entonces delimitada la función judicial como aquella encargada del “conocimiento y
decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por
las leyes de la Nación” (art. 116), dejando en claro que “en ningún caso el presidente de la
Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o
restablecer las fenecidas” (art. 109). Donde dice “presidente” debemos entender “Poder Ejecutivo”.

Sólo el Poder Judicial tiene la facultad de aplicar la ley en los casos concretos, decidiendo a partir
de las reglas que ellas establecen, qué conductas deben ser consideradas correctas, y por lo tanto
protegidas por el Estado, y cuáles no lo son. Este control de las conductas de los individuos por
comparación con la regla establecida en la ley, no solo es una atribución sino que constituye un
verdadero deber.8

Además, el Poder Judicial, a través de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, es el custodio


último de la Constitución, velando para que las leyes y/o reglamentos dictados por los Poderes
Legislativos y Ejecutivo, no afecten los derechos y garantías de los ciudadanos.

Ha dicho la Corte Suprema de Justicia: “que es elemental a nuestra organización constitucional, la


atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia, de examinar las leyes
en los casos en que se traen a su decisión comparándolas con el texto de la Constitución para
averiguar si guardan o no conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas si las encuentran en
oposición con ella, constituyendo esta atribución, moderada una de las mayores garantías con que
se ha entendido asegurar los derechos consignados en la Constitución, contra los abusos posibles
e involuntarios de los poderes públicos”.9

En la actualidad, encontramos una confusión al respecto, ya que los inconvenientes en el


funcionamiento de los otros poderes del Estado, buscan solución a través de fallos judiciales.

6
Art. 108: “El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte Suprema de Justicia, y por los demás
tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio de la Nación”. Art. 5º: “Cada provincia
dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su
régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones.”
7
Es interesante notar como el constituyente a hecho hincapié en ciertas situaciones, como la prohibición al
Poder Ejecutivo de ejercer función judicial (art. 109), la eliminación de la pena de confiscación del Código
Penal (art. 17), la abolición de la pena de muerte por causas políticas (art. 18), y la precisa delimitación del
delito de traición a la patria (art. 119) con expresa prohibición de que la infamia del reo se transmita a sus
parientes. Confrontar con el relato que hicimos en el punto 2.1.
8
Los jueces no pueden dejar de juzgar bajo el pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes. Art. 15
Código Civil Argentino.
9
CSJN, “Municipalidad c/ Elortondo”, 1888, Fallos, t.33, p.194.

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Fondos del Bicentenario (La Mañana de Córdoba - 09/02/2010)

Fayt: "La Corte no se ocupa de las medidas


cautelares"
Lo dijo esta mañana el ministro de la Corte Suprema en una
entrevista televisiva.
En el marco de la polémica por la aprobación del Fondo del Bicentenario, Carlos Fayt señaló hoy
que el tema del uso de las reservas es "un tema esencialmente político".

Fayts explicó en la oportunidad que el máximo tribunal "en principio no se ocupa de las medidas
cautelares", en referencia al recurso presentado por el gobierno nacional para que se destrabe el
Fondo del Bicentenario.

"Eso para nosotros no es un problema", respondió Fayt, al recordársele que el Gobierno


aguardaba una rápida definición de los jueces del máximo tribunal acerca de la validez del decreto
que autorizó la utilización de reservas del Banco Central para el pago a los acreedores privados.

Esa polémica, para el juez de la Corte Suprema de Justicia, "es un tema esencialmente político, esa
es la tarea que tiene que hacer el Congreso de la Nación".

"En principio, nosotros no tenemos medidas cautelares. La Corte no se ocupa" de esos recursos, y
aclaró que, en principio, primero habrá un análisis de parte de los jueces, "los fallos últimos"
emitidos por tribunales inferiores, "que tienen valor institucional".

Las causa políticas son aquellas en las cuales debe formulare un criterio sobre la oportunidad y la
conveniencia de una medida, dentro de varias alternativas válidas. También son políticas las
facultades que la propia Constitución ha encomendado de manera privativa a los poderes políticos
(por ejemplo: expulsar a un miembro de una Cámara, que es atribución del Poder Legislativo, o
bien designar a un Ministro, acto encomendado al Presidente de la Nación).

2.2.2 Tribunales Administrativos.

En aparente contradicción con lo expuesto, existen los Tribunales Administrativos, dependientes


del Poder Ejecutivo. Esta aparente contradicción se debe a que, de las distintas funciones del
Estado, la función administrativa, por su objeto (llevar adelante las políticas necesarias para la
cobertura de las necesidades colectivas, desde la construcción de una escuela hasta la defensa

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de la soberanía nacional) es quizás la más compleja de las funciones. Está integrada por un
abanico de potestades, entre las que se encuentran las de dictar los reglamentos necesarios para
llevar adelante sus cometidos, y como corolario la potestad de decidir sobre las reclamaciones
que hagan los particulares que se sienten afectados por la actividad de la Administración.

Se discute en doctrina si en nuestro sistema, en donde existe una clara prohibición constitucional
para el Poder Ejecutivo de ejercer función jurisdiccional10, es posible hablar de “jurisdicción
administrativa”. Quienes sostienen un concepto amplio de jurisdicción (como aplicación del
derecho al caso concreto) la administración ejerce jurisdicción. Si nos atenemos a un concepto
estricto (como la aplicación del derecho al caso concreto, con fuerza de cosa juzgada y por un
tercero imparcial), tenemos que admitir que la administración no ejerce jurisdicción, y que ésta es
monopolio exclusivo del Poder Judicial.

La crítica más fuerte que se hace a la posibilidad de que la Administración ejerza jurisdicción,
amén de la prohibición constitucional, estriba en el hecho de la imposibilidad de que el órgano
administrativo obre con imparcialidad, toda vez que carece de la independencia necesaria, aún
cuando modernamente se dote a los tribunales administrativos de cierta independencia (como la
imposibilidad de remoción mientras dure su buena conducta).

Después de muchas idas y vueltas, la Corte Suprema de Justicia admitió el ejercicio jurisdiccional
por parte de órganos administrativos, siempre que se encuentre previsto por la ley, y que resulte
posible un control judicial suficiente sobre sus decisiones.11

En definitiva, en los diversos estamentos de la administración (nacional, provincial y municipal)


existen Tribunales Administrativos con potestad para entender en los conflictos que se generen
con los particulares a raíz de decisiones de la administración. Se los admite como necesarios para
un funcionamiento ágil de la propia administración. Pero no deben confundirse con los Tribunales
Judiciales, que conservan siempre el poder de revisar lo actuado y decidido por la Administración,
a fin de asegurar a los administrados la plena vigencia de los derechos y garantías establecidas
en la Constitución.12

2.1.2Jurisdicción y competencia.

Hemos adelantado ya que el término jurisdicción, hace referencia a la potestad derivada del poder
del Estado, de aplicar el Derecho. Proviene del latín iurisdictio, que literalmente significa decir o
declarar el derecho. Hemos visto que en sentido estricto, la jurisdicción es una atribución exclusiva
del poder judicial, ya que solo él puede ejercerla de manera definitiva, produciendo lo que
técnicamente se conoce como “cosa juzgada”, es decir, una decisión final y definitiva sobre la cual
no puede reabrirse debate alguno.13

10
Art. 109 CN: “En ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el
conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas.”
11
Leading case Fernandez Arias c/Poggi, Fallo 247:646, 1960, Corte Suprema de Justicia de la Nación
Argentina (CSJN).
12
Para mayor información al respecto, puede consultarse el trabajo de Adolfo A. Rivas, Procedimientos
Administrativos en la Republica Argentina - El sistema Nacional, disponible en
http://www.bibliojuridica.org/libros/1/217/39.pdf
13
“La Jurisdicción es la potestad conferida por el Estado a determinados órganos jurisdiccionales, para resolver los
conflictos intersubjetivos de intereses - oficiosamente o que le sean sometidos - a través del proceso judicial que
culmina en una resolución susceptible de ser cumplida coactivamente” Angelina Ferreyra de de la Rua - Manuel E.
Rodríguez Juárez, Manual de Derecho Procesal Civil, Tomo I, Pág. 94, Ed. Alveroni, Córdoba, 2004.

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En el lenguaje cotidiano, se utiliza el término “jurisdicción” para designar el ámbito territorial dentro
del cual se ejerce el poder estatal (las rutas provinciales pertenecen a las provincias, y por lo tanto
las municipalidades no tienen jurisdicción para imponer multas por infracciones cometidas en
ellas; las provincias no tienen jurisdicción sobre las universidades nacionales, etc.).

En estos casos, se confunde a la jurisdicción con la competencia. Mientras que la primera hace
referencia a un poder en abstracto (que un determinado órgano de gobierno tiene por el solo
hecho de ser tal), con la posibilidad de ejercer ese poder en un caso concreto. Así decimos que el
Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, tiene la misma jurisdicción que el Poder Judicial de la
Provincia de Santa Fe, Tucumán, Catamarca o cualquier otra provincia argentina, en la medida
que todos ellos tienen la facultad - deber de aplicar el derecho en los casos que les sean
propuestos. Pero aparece obvio que no podrá juzgar el Poder Judicial de la Provincia de Córdoba,
una controversia entre ciudadanos de la Provincia de Salta. No podrá por ser incompetente.

La competencia, “es la aptitud o la capacidad que la ley le reconoce a cada órgano, o conjunto de
órganos judiciales para ejercer sus funciones respecto de una determinada categoría de asuntos,
o durante una determinada etapa de conocimiento”14. Será competente el órgano que, para el
caso concreto que se presenta, pueda válidamente ejercer la jurisdicción. La competencia hace a
una necesidad de organización que permita una aplicación racional y efectiva de la jurisdicción.

Pensemos en un caso extremo en donde un solo tribunal ejerciera la jurisdicción en todo el ámbito
nacional y para todos los casos posibles. Imaginemos a un habitante de Tierra del Fuego que
tuviera que hacer valer sus derechos en ese único tribunal ubicado en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Se hace patente que la distribución de competencias, es una necesidad, ya que
pluralidad de tribunales, necesitan de una organización que posibilite un funcionamiento armónico
entre todos ellos.

Señalaremos brevemente como caracteres de la competencia los siguientes:

a) Está previamente determinada por la ley, o por acuerdo de partes en casos en que esto está
permitido (generalmente en cuestiones de índole puramente patrimonial). El legislador a fijado las
reglas específicas que asignan el conocimiento de ciertas causas a un juez determinado.

b) Es de orden público, esto es, que los particulares no pueden cambiar las reglas de atribución de
competencia, ni ignorarlas, salvo en aquellos casos en que la ley expresamente lo permite
(competencia territorial).

c) Es indelegable, esto es, sólo puede ser ejercida por el juez a quien ha sido otorgada.

d) Es improrrogable, es decir, no pueden los particulares darle un alcance mayor al que la ley le
atribuye.

2.1.3 Criterios para la distribución de la competencia.

La distribución de competencia se va a establecer conforme a nuestra forma federal de Estado


(Competencia Federal y Competencia Ordinaria o Provincial) y en razón de tres circunstancias
fundamentales y relevantes:

14
Angelina Ferreyra de de la Rua, Ob. Cit.

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a) La extensión territorial del Estado (Competencia en razón del territorio)

b) La diversa índole, circunstancias y naturalezas de las cuestiones a dilucidar (Competencia en


razón de la materia).

c) La necesidad de que las resoluciones judiciales puedan ser revisadas en instancias superiores
(Competencia en razón del grado).15

d) La necesidad de racionalizar el volumen de trabajo, distribuyéndolo entre Tribunales de la


misma competencia (Competencia en razón del tiempo o turno).

La competencia en razón del territorio.

Tiene su fundamento en la extensión territorial, que impone la necesidad de dividirlo en


circunscripciones judiciales dentro de las cuales el juez será competente, teniendo en cuenta
algunos aspectos de la relación jurídico procesal (el domicilio de las partes, la ubicación de la cosa
objeto del litigio, el lugar en que sucede el accidente, entre otras). Este criterio permite que el
juzgador se encuentre cerca de los hechos que le toca juzgar, y fundamentalmente el acceso de
los particulares a la justicia, tanto para reclamar la protección de los derechos que consideran
vulnerados, como para tener la posibilidad de ejercer válidamente su derecho de defensa.

Se trata de la única clase de competencia que se considera prorrogable, esto es, que permite que
los particulares la modifiquen cuando así consideran que se satisfacen mejor sus intereses. Es lo
que sucede cuando en las cláusulas finales de un contrato, se dice cosas como “las partes se
someten por cualquier controversia que surja del presente contrato, a la jurisdicción ordinaria de
los Tribunales de la Capital Federal”, aun cuando los contratantes (o uno de ellos) viva en la
Provincia de Mendoza.

Esto ha dado lugar a muchos abusos, sobre todo en los contratos de adhesión a cláusulas
generales (tarjetas de crédito, planes de ahorro, créditos bancarios, entre otros), ya que en la
mayoría de ellos se prorroga la competencia territorial a los Tribunales de la Capital Federal, en
donde evidentemente una de las partes tiene su sede (la parte fuerte del contrato), pero que
implica la absoluta imposibilidad, en la mayoría de los casos, de ejercer el derecho de defensa a la
parte débil del contrato (normalmente el usuario), que no puede trasladarse a Buenos Aires a
litigar. 16

También por ser prorrogable, un Tribunal no puede declararse incompetente de oficio. Aún cuando
en el contrato nada se haya dicho sobre competencia, tratándose de cuestiones meramente
patrimoniales, un particular puede presentar su caso en un Tribunal que en principio resulta
incompetente, siendo esta presentación totalmente válida. Sólo la contraparte, al contestar la
demanda, podrá oponer la excepción de incompetencia territorial. Si no lo hace (simplemente
contesta la demanda), la competencia queda automáticamente prorrogada y el juicio continuará
ventilándose en el mismo Tribunal.

15
Angelina Ferreyra de de la Rua, Ob. Cit., Pág. 95.
16
Para quienes les interese, pueden consultar este interesante artículo sobre el tema en
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/825/82510709.pdf

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La competencia en razón de la materia.

Hace a la necesaria especialización de los jueces, habida cuenta de la especialización y la


complejidad que ha alcanzado el Derecho. Hoy en día resulta imposible que una persona maneje
a la perfección todas las ramas jurídicas. Por ello es que se van creando tribunales especializados
en cada una de las ramas del derecho sustancial (Civil, Comercial, Penal, del Trabajo, de Familia,
de Menores, de Faltas, Correccionales, etc.).

Esta competencia es improrrogable, es decir, un juez en lo civil no podrá entender en cuestiones


laborales y viceversa. La distribución de competencia en razón de la materia es una cuestión de
política propia de cada circunscripción judicial. Es decir que en la nación y en cada una de las
provincias, esta división tendrá características propias, de acuerdo a la organización de cada
sistema judicial. En la Ciudad de Córdoba, por ejemplo, se advierte una alta diferenciación en
razón de la materia, mientras que en el interior de la Provincia, aún existen tribunales con
competencia múltiple, esto es, atienden al mismo tiempo cuestiones civiles, comerciales, de
familia y laborales.

La competencia en razón del grado.

Como dijimos, se instituye como medio para que las resoluciones judiciales sean factibles de
revisión por órganos superiores. Es una garantía para los particulares, que ven la posibilidad que
la decisión adoptada por un juez, pueda ser sometida a control de legalidad o legitimidad por otro
tribunal.

Nacen de esta manera los tribunales de primera instancia, las cámaras de apelaciones, y los
tribunales superiores de justicia. Esto no significa que todos los casos van a ser revisados por
todas estas instancias.

La ley establece criterios objetivos, precisos y bastante exigentes, necesarios para que la decisión
de un tribunal inferior sea revisada por un tribunal superior. De esta manera se busca evitar que la
garantía de las múltiples instancias se convierta en un simple repetir el proceso ante otro tribunal.
Básicamente, en las instancias superiores se discuten cuestiones formales de interpretación de la
ley, siendo imposible volver sobre los hechos que originan la controversia, y que se consideran
fijados en la primera instancia en que se debatió el tema.

Por último, y como medio de racionalizar los recursos del poder judicial, existe la competencia en
razón del tiempo (o turno), que permite distribuir las causas entre tribunales que gozan de la
misma competencia (territorial, de materia y grado).

Esta distribución se da fundamentalmente en los grandes centros poblados, con alto índice de
litigiosidad, en donde existen varios tribunales para atender asuntos de la misma naturaleza y en
el mismo territorio (por ejemplo en la Ciudad de Córdoba existen treinta y nueve juzgados de
primera instancia en lo civil y comercial).

Esta forma de distribución de la competencia permite derivar una causa a uno de estos tribunales.
Cada Tribunal está “de turno” por un determinado periodo de tiempo o hasta completar un
determinado número de causas. Luego “el turno” pasa a otro tribunal. Actualmente las
circunscripciones judiciales más importantes cuentan con mesas de entrada que, mediante
programas informáticos, distribuyen las causas entre los tribunales a partir de determinados
algoritmos.

Materia: Actualización profesional - 10 -


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Si bien las leyes procesales establecen los criterios de distribución de competencia, suelen ocurrir
casos en los que, aparentemente, dos o más tribunales son competentes para entender en un
asunto, o por el contrario, ningún tribunal resulta competente. Son los casos de conflictos de
competencia, positivos en el primer caso, negativos en el segundo.

Esta situación produce normalmente la suspensión del procedimiento, hasta tanto el tribunal
superior común a los tribunales en conflicto, resuelva a quien corresponde conocer en la causa.

2.1.4 Justicia Federal y Justicia Provincial.

Como ya mencionamos en el punto 2.2, nuestro estado es federal, esto es, conviven en su
territorio diversos estamentos de poder, distribuidos geográficamente, y que ejercen sus funciones
dentro de los ámbitos que le son propios, sin entrar en colisión con los otros.

En materia judicial, estos dos órdenes se manifiestan en una competencia ordinaria, ejercida por
los tribunales provinciales y que constituye la regla según nuestra Constitución Nacional (art. 1º y
5º), y en una competencia federal, atribuida a los órganos jurisdiccionales que integran el Poder
Judicial de la Nación en los casos, respecto de las personas y en los lugares que la Constitución
Nacional determina. Es una competencia de excepción, que debe acreditarse en cada caso en
que se invoque.17

Esta competencia de excepción se encuentra determinada en los arts. 116 y 117 de nuestra carta
magna, a los que remitimos.

2.1.5 Códigos de procedimientos.

En consonancia con la reserva hecha por las provincias de organizar su propia administración de
justicia (art. 5º Const. Nacional), está la potestad de dictarse sus propios códigos de
procedimiento. Estos códigos son conjuntos de normas jurídicas que regulan la actividad
jurisdiccional del estado para la aplicación de las leyes de fondo, esto es, la actuación del
juez y de las partes en la substanciación del proceso ante los Tribunales de Justicia.

Las normas jurídicas pueden agruparse en dos grandes categorías:

SUSTANCIALES  Resuelven directamente el conflicto, reconociendo un derecho e


imponiendo una obligación. A esta categoría corresponden los
Códigos Civil, Comercial, Penal, Aduanero, y las leyes laborales,
mineras, que son dictadas por el Congreso de la Nación.

FORMALES  Disciplinan los requisitos de un acto encaminado a resolver el


conflicto, es decir, a dictar una resolución y a imponerla. A esta
categoría corresponden los Códigos de Procedimientos, que son
dictados por las Legislaturas Provinciales.

La razón de que los primeros sean comunes a toda la Nación, encuentra su justificativo en que los
derechos y obligaciones que establecen han de ser idénticos para todos los habitantes del

17
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., pág. 112.

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territorio argentino, en virtud del principio de igualdad ante la ley establecido en el art. 16 de la
Constitución Nacional18.

En cuanto a los segundos, cada Provincia tiene la potestad de organizar su administración de


justicia como lo considere más conveniente de acuerdo a sus propias circunstancias, siempre por
supuesto respetando los lineamientos básicos establecidos en la propia Constitución Nacional (art.
5º, 18º, 19º y concordantes de la misma).

En el capítulo siguiente, analizaremos la forma básica en que se desarrolla un proceso judicial.

CAPÍTULO 3 Nociones Procesales.

3.1 Derecho Procesal


3.1.1 Concepto – Caracteres.

El Derecho Procesal puede ser definido como el “conjunto de principios y normas jurídicas que
regulan la actividad judicial del Estado y de los particulares en la realización indirecta del
Derecho”.19 Esto implica que, a la par del estudio del derecho positivo (contenido en los códigos
de procedimiento y leyes análogas), el Derecho Procesal se dedica al estudio de aquellos
principios y reglas útiles para el dictado, aplicación e interpretación de la ley positiva. Ejemplos de
estos principios son el de la inviolabilidad de la defensa en juicio, el juez natural, el debido
proceso, entre otros.

Hugo Alsina define al derecho procesal como el “conjunto de normas que regulan la actividad
jurisdiccional del Estado para la aplicación de las leyes de fondo, y su estudio comprende la
organización del Poder Judicial, la determinación de la competencia de los funcionarios que lo
integran y la actuación del juez y las partes en la sustanciación del proceso”.20

Coherente con lo expuesto, podemos señalar como caracteres del Derecho Procesal el ser
autónomo, formal e instrumental.

Autónomo.

No está subordinado a otra rama del Derecho. Tiene un objeto de estudio y un método propio.

Formal.

No establece derechos y obligaciones para las partes (regulación a cargo de los derechos
sustanciales), sino que establece la manera, la forma que tienen que adoptar los actos procesales
para cumplir su finalidad, esto es, la realización del derecho sustancial.

18
“La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros
personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos
sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.”
19
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Manuel E. Rodríguez Juárez, Manual de Derecho Procesal Civil, t. I, p. 14, Ed.
Alveroni, Córdoba, 2004.
20
Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial. Parte General, t. I, Ediar, Buenos
Aires, 1963, p.33.

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Instrumental.

En la medida en que es el instrumento necesario para la aplicación del derecho sustancial.

3.1.2 Proceso: Concepto – Etapas.

El Proceso Judicial, principal objeto de estudio del derecho procesal, puede ser definido como una
serie gradual, progresiva y concatenada de actos jurídicos procesales, cumplidos por órganos
públicos predispuestos o por particulares interesados o terceros llamados al mismo, y cuyo fin
inmediato es obtener una resolución judicial que fije los hechos controvertidos y la aplicación del
derecho correspondiente; y cuyo fin mediato es la obtención de la paz social, al ser un medio de
resolución de conflictos.

Hablamos de serie gradual y concatenada de actos, porque todo el proceso está dispuesto en
función de actividades llevadas adelante por las partes, que van haciendo avanzar al proceso
hacia su fin, encadenando cada uno de los actos con el que le antecede y el que le sucede, de
manera que no existen actos aislados entre si, sino que cada uno de ellos es consecuencia de
actos anteriores y consecuencia de actos posteriores.

De este modo, la demanda sigue la citación del demandado, la contestación de la demanda, la


apertura de la prueba, los alegatos, la sentencia. Todos estos momentos se van desarrollando de
manera gradual, en un orden pre-establecido, no pudiendo aislarse los unos de los otros. Toma
especial importancia aquí el concepto de preclusión procesal: cumplido válidamente un acto
procesal, se cierra la etapa correspondiente y ya no puede volverse sobre ella. Esto hace que el
proceso se mantenga en movimiento “hacia delante” y otorgando seguridad jurídica a las partes
sobre la evolución del proceso. Veamos un ejemplo: El actor, al presentar la demanda, fija su
pretensión (es decir, lo que pretende que el Juez le reconozca) y los hechos y el derecho en que
se funda.

Si se le diera al actor la posibilidad de ir modificando su pretensión, o los hechos y el derecho


invocado durante el proceso, ¿Qué posibilidad tendría el demandado de ejercer una defensa
eficaz? ¿Sobré que deberá decidir el juez? ¿Qué hechos habría que probar? Vemos que fijar las
etapas (en el sentido de que no puedan moverse) es esencial para que el proceso pueda
desenvolverse como tal.

Ahora bien, en la definición decimos que estos actos jurídicos procesales son cumplidos por
órganos públicos predispuestos, los particulares interesados y los terceros llamados al proceso.
Los órganos públicos predispuestos son los del Poder Judicial, personificados en el Juez, que es
el director del proceso. Son predispuestos ya que existen previamente a la existencia del conflicto
que les toca resolver.

Es una garantía de imparcialidad la imposibilidad de crear un tribunal específicamente para


resolver un asunto en particular. El proceso no avanza solo, sino que son básicamente los
particulares interesados (actor y demandado) quienes mediante peticiones e incorporación de
diversos elementos al proceso, hacen que se vayan abriendo y cerrando las distintas etapas del
proceso hasta llegar a una resolución final. Los terceros llamados al proceso son todos aquellos
que sin estar interesados personalmente en el conflicto, son llamados a desarrollar alguna
actividad necesaria para su resolución (peritos, testigos, entre otros.).

El objetivo es lograr una resolución judicial que fije los hechos (de entre todos los invocados por
las partes) y el derecho (sustancial) que corresponde aplicar. La finalidad inmediata se satisface

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en este momento, en que el conflicto que llevó a las partes a recurrir al órgano jurisdiccional es
resuelto de acuerdo a los parámetros establecidos en las leyes de fondo. Pero además, se cumple
un fin social, mediato y general, que consiste en la eliminación de las tensiones sociales
provocadas por los conflictos de los particulares, haciendo que retorne el orden propugnado por
las normas jurídicas.

Vamos a ponerle contenido a lo que hemos dicho en cuanto que el proceso se desarrolla de una
manera ordenada, a través de diversas etapas que, concluidas, permiten el paso a la etapa
siguiente. Por regla general todo proceso consta de cuatro etapas: Etapa Introductoria, Etapa
Probatoria, Etapa Discusoria y Etapa Decisoria.21

Etapa Introductoria.

Se inicia con la demanda, acto procesal típico de esta etapa, en la cual se introducen las
cuestiones que serán objeto de la decisión judicial. El actor afirma en la demanda los hechos
jurídicamente relevantes, que sirven de base a la tutela judicial que solicita. El demandado, al
contestar la demanda, deberá referirse a los hechos invocados por el actor, negándolos o
reconociéndolos, o introduciendo su propia versión de los hechos. De esta manera quedarán
perfectamente fijadas las posiciones del actor y del demandado, quedando delimitada la
plataforma fáctica del juicio.

Etapa Probatoria.

En esta etapa, las partes presentan al tribunal los elementos probatorios con que cuenten para
imponer su versión de los hechos por sobre la de la contraria. Esta etapa presupone la existencia
de hechos controvertidos, es decir hechos sobre los cuales las partes no están de acuerdo.
Los medios de prueba son variados: testigos, peritos, documentos, inspecciones judiciales, entre
otros.

Etapa Discusoria.

El acto procesal característico de esta etapa es el alegato, en donde cada una de las partes
aporta al juez los argumentos que crean favorables para sustentar sus respectivas pretensiones.
Tanto el actor como el demandado tratarán de evidenciar cómo, con las pruebas aportadas, han
quedado acreditados los hechos fundantes de sus respectivas pretensiones.

Etapa Decisoria.

Es la última y esencial, el momento en el que el juzgador emite su decisión a través de la


sentencia. Este acto procesal pone fin al proceso, decidiendo de manera definitiva sobre las
cuestiones ventiladas en el proceso. La sentencia es el modo normal de finalización del proceso.
Más adelante nos ocuparemos de los modos anormales de finalización del mismo. Eventualmente
existe, en caso de que el condenado no cumpla de manera voluntaria lo decidido en la sentencia,
una etapa de ejecución, en la que se obtiene el cumplimiento forzado de la misma.

21
Angelina Ferreyra de de la Rúa y ot., ob. cit.

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3.1.3 Acción: Concepto – Objeto.

Definimos a la “acción” como la facultad que posee un sujeto de exigir, del órgano judicial, la
tutela de sus derechos. Habiéndose reservado el Estado el monopolio de la fuerza, y eliminado
la posibilidad de que los particulares hagan justicia por mano propia, corresponde que se otorgue
a éstos últimos la posibilidad de exigir la tutela estatal de aquellos derechos que considere
vulnerados.

Accionar es, pues, ejercer una pretensión ante los tribunales de justicia, pretensión que puede
consistir en un dar, un hacer o un no hacer. Es decir: toda pretensión puede reducirse a que el
particular solicite del órgano jurisdiccional que se le dé algo, o que obligue a alguien a realizar
algo, o que obligue a alguien a que deje de hacer algo. Ejemplo de lo primero son las pretensiones
en donde se solicita la condenación a pagar una suma de dinero, o a restituir un inmueble.

Dentro de los segundos, podemos mencionar la ejecución de una obra o la realización de un


trabajo. Aclaremos que al no existir la posibilidad de forzar a que una persona haga algo si este
forzar implica ejercer violencia física sobre la misma, estas pretensiones suelen resolverse en una
indemnización sustitutiva. Y por último, puede el particular pretender que otro deje de hacer algo,
como por ejemplo cuando solicita se impida una turbación de la propiedad.

3.1.3 Presupuestos Procesales.

Los presupuestos procesales pueden definirse como aquellos requisitos indispensables para la
constitución de una relación jurídico procesal válida. Son previos al proceso, de manera tal que de
no existir, no puede haber un proceso judicial. Básicamente estos presupuestos son tres:

Competencia del Juez.

Como ya hemos visto, es la aptitud que la ley le reconoce al juez para ejercer la jurisdicción en el
caso concreto.

Capacidad de las partes.

Entendida como la aptitud de los particulares para ejercer por si mismos los actos procesales, y
que se identifica con la capacidad jurídica de obrar. En nuestro sistema legal la capacidad es la
regla, y la incapacidad es la excepción. Por lo tanto, todas las personas son reputadas capaces,
salvo que la ley expresamente establezca lo contrario. En caso de que concurra alguna causa de
incapacidad, el incapaz deberá concurrir al juicio acompañado por sus representantes legales. Es
el caso del menor, cuya personería se integra con la de sus representantes necesarios.

Presentación en forma de la pretensión.

Es decir, cumpliendo las formalidades exigidas por la ley procesal. Los distintos códigos de
procedimientos exigen determinadas formalidades para plantear una demanda, que permitan
luego encaminar de manera ordenada todo el proceso subsiguiente. De este modo, una demanda
en la que no se determina la persona del demandado, ni los hechos en que se funda la pretensión,
ni que es lo que se espera del órgano jurisdiccional (pretensión), no puede dar origen a una
relación jurídica procesal válida.

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3.1.4 Partes. Procesos y Procedimientos.

¿Quiénes forman parte del proceso? ¿Cuáles son los sujetos que intervienen en el desarrollo de
este camino tendiente a obtener una decisión jurisdiccional? Hemos visto en el punto anterior, que
en el proceso se establece una “relación jurídico procesal”. Vimos cuáles son las condiciones para
que esta relación pudiera existir. Estas condiciones hacen referencia a ciertas características que
deben reunir los sujetos que intervienen en el proceso (actor, demandado, juez) y a la manera de
requerir al Órgano Judicial el reconocimiento de una pretensión (forma de presentación de la
demanda).

De lo expuesto podemos inferir que los sujetos que intervienen en esta relación son: el juez, el
actor y el demandado (éstos últimos, son parte en sentido estricto, es decir, quienes tienen un
interés directo en el resultado del proceso, ya que se ventilan derechos y obligaciones de los que
podrían ser titulares). Además de estos sujetos principales, intervienen funcionarios judiciales que
se ocupan de diversas tareas necesarias para el desenvolvimiento del proceso (Secretarios,
Empleados, Ujieres, Notificadores, Oficiales de Justicia, entre otros). En determinadas
circunstancias, intervienen como partes ciertos órganos del Poder Judicial como el Ministerio
Público Fiscal (cuando se ventilan cuestiones de orden público) o el Ministerio Pupilar (cuando se
debaten cuestiones que afecten intereses de menores e incapaces).

“Tres son los sujetos de la relación procesal: actor, demandado y juez. Los dos primeros
constituyen las partes en el juicio, y la ley determina su capacidad, las condiciones de su
actuación en el proceso, sus deberes y facultades, así como los efectos de la sentencia entre
ellos. El juez ejerce la función jurisdiccional en nombre del Estado, el cual reglamenta la forma de
su designación, fija sus atribuciones y reglamenta su actividad en el proceso”22

Ya hemos visto que el presupuesto procesal que afecta al juez, es el de la competencia, entendida
ésta como la potestad de ejercer la jurisdicción en el caso concreto que se le presenta. Amén de
ello, la figura del juez está rodeada de una serie de requisitos tendientes a garantizar su
independencia de criterio. De este modo, son funcionarios permanentes (no designados para
resolver un caso específico) que se mantienen en el cargo mientras dure su buena conducta: no
pueden ser removidos sin causa. Sus remuneraciones son intangibles, es decir, no pueden ser
reducidas.

En cuanto a las partes, la capacidad (entendida como la posibilidad de ejercer por si mismo sus
derechos) es el presupuesto procesal que las afecta. Las partes pueden actuar en el proceso por
si mismas o por medio de un representante. En la mayoría de los códigos procesales argentinos,
se requiere la asistencia letrada obligatoria (patrocinio letrado). Se busca evitar que el
desconocimiento técnico del derecho perjudique al derecho de las partes.23

Los autores distinguen los conceptos de proceso y procedimiento. El primero representa


justamente la serie de actos necesarios para obtener una resolución judicial. El segundo en
cambio hace referencia a las diversas formas que puede adoptar el proceso en la realización del
derecho sustantivo. De este modo, podemos hablar de procedimiento civil, comercial, penal,
laboral, administrativo, entre otros. Y dentro del Procedimiento Civil, encontramos a su vez
procedimientos declarativos, ejecutivos, generales, especiales, entre otros.

22
Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial. Parte General, t. I, Ediar,
Buenos Aires, 1963, p.429
23
Art. 56 Cód. Proc. Civ y Com. de la Nación, art. 80 Cód. Proc. Civ y Com. de la Provincia de Córdoba.
Idéntico precepto poseen Buenos Aires y San Luis.

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3.2 Demanda.
3.2.1 Concepto – Contenido – Efectos.

La demanda es el acto procesal mediante el cual el justiciable introduce ante el órgano


jurisdiccional una pretensión concreta de actividad. “La demanda judicial, entonces, constituye la
materialización del derecho a la acción, que el Estado debe satisfacer abriendo una instancia y
obligándose a decidir sobre la pretensión que constituye el objeto material o jurídico de la
acción”24.

Recordemos que el monopolio de la jurisdicción por parte del Estado, hace nacer en
cabeza de éste la obligación de pronunciarse sobre las cuestiones que le sean sometidas
por los particulares.25

La acción, como facultad de los particulares, es el correlato necesario del monopolio estatal del
empleo de la fuerza. Los particulares tienen prohibido hacer justicia por mano propia. En
consecuencia, tienen el derecho de exigir justicia por parte del Estado, y éste tiene la obligación
de dar una respuesta a ese pedido.

La demanda se presenta por escrito, y los códigos procesales establecen los requisitos que debe
reunir. El Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba 26, establece los
siguientes:

1º) Debe presentarse por escrito.

2º) Debe contener el nombre, domicilio real, edad y estado civil del demandante y su número de
documento.27

3º) Nombre y domicilio del demandado.

4º) La cosa que se demanda designada con exactitud. Si se trata de dinero, debe expresarse el
monto exacto.

5º) Los hechos y el derecho en que se funda la acción.

6º) La petición en términos claros y precisos.

7º) Deben acompañarse todos los documentos de que haya de valerse. En caso de que no los
tenga en su poder, deberá designar con precisión el lugar en que se encuentran.

24
Angelina Ferreyra de de la Rúa y Otro, ob. cit. p.154.
25
El Código Civil Argentino establece, en su art. 15, que “Los jueces no pueden dejar de sentenciar bajo
pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes”. Con lo que podemos afirmar que toda
pretensión sometida a los tribunales debe ser resuelta por éstos en algún sentido.
26
Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba, Ley 8465, art. 175.
27
El Código Procesal Civil de la Nación y de las Provincias que lo toman de modelo (Buenos Aires y San
Luis entre otras) exigen sólo el nombre y el domicilio del actor.

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Veamos un ejemplo:

INICIA DEMANDA
Señor Juez:

Juan José Rodríguez, abogado, M.P. 1-11223, constituyendo domicilio legal en la calle Las
Magnolias Nº 2784 de la Ciudad de Córdoba, a V.S. respetuosamente digo:

I.- PERSONERÍA

Que actúo en representación de PRÉSTAMOS EN EL ACTO S.A. con domicilio real en la calle
Juan José Paso Nº 2020 de la Ciudad de Córdoba, conforme lo justifico con la fotocopia del poder
general para pleitos, que adjunto a la presente, a los fines de ser glosados a estos actuados,
declarando bajo juramento que el mismo es copia fiel del original y que el poder aun subsiste.

II.- OBJETO

En tal carácter, y siguiendo expresas instrucciones de mi poderdante, vengo a promover demanda


en contra de RAMIRO GIGENA, domiciliado en Artigas Nº 3450 de Bº Patria Grande de la Ciudad
de Córdoba, persiguiendo el cobro de la suma de PESOS CUATRO MIL SETECIENTOS VEINTE
($4.720), con mas sus intereses moratorios y punitorios pactados, desde que la suma es debida y
hasta su efectivo pago, y las costas del juicio, por los hechos que paso a exponer.

III.- HECHOS.

Que el demandado, en calidad de titular, suscribió con mi mandante una solicitud convenio a los
fines de incorporarse como usuario del Sistema de Tarjeta de Crédito denominado “COMPRALO
YA”, para efectuar compras o contratar servicios en los establecimientos adheridos al sistema, en
un todo de acuerdo con las condiciones de uso insertas en dicha solicitud.

Acompaño la solicitud convenio como parte integrante de la presente demanda en original y


fotocopia, solicitando previa su certificación, se reserve en Secretaria el original y se glosen las
copias a los presentes autos.

Que ya en poder de la tarjeta, el titular realizó diversas compras en los comercios adheridos
cumpliendo con los pagos en forma regular conforme a las liquidaciones o resúmenes de cuenta
que mensualmente emitía mi mandante y que a la vez enviaba al demandado. Esta relación se
mantuvo sobre toda la vigencia del contrato hasta que el demandado omitió el pago del resumen
de cuenta con vencimiento el 10/05/2007 a cuyo pago se había obligado.

La falta de pago del importe que figura en dicho resumen de cuenta en tiempo y forma, tornaron a
la obligación exigible, quedando el obligado constituido en mora de pleno derecho.

IV.- DERECHO

Fundo el derecho de mi parte en lo dispuesto por los arts. 505 inc. 1; 509, 621, 622, 727, 1137,
1197 y cc del Código Civil y arts. 207, 217, 219 y cc del Código de Comercio.

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V.- PRUEBA

1.- DOCUMENTAL:
1.1. Constancias de autos.
1.2. Solicitud convenio de “COMPRALO YA”
1.3. Resumen de Cuenta

La documentación mencionada en el pto. 1 se acompaña en original y copia, el primero para ser


reservado en Secretaria, y la copia para ser agregada en autos.

2.- RECONOCIMIENTO DE FIRMA Y CONTENIDO SUBSIDIARIAMENTE: de la documental


mencionada en el punto 1, en caso de negativa categórica de autenticidad de la misma (art. 192
Párr. 2do. del CPCC), debiendo correr traslado por seis días a la demandada bajo apercibimiento
de ley.

3.- PERICIAL CALIGRÁFICA SUBSIDIARIA: para el caso de desconocimiento insincero por parte
de la demandada, de las firmas puestas en la documental indicada en el punto anterior, solicito se
practique pericia caligráfica a cargo del profesional que resulte sorteado de la lista oficial, a cuyo
fin se designará audiencia. Asimismo formulo reserva de ampliar los puntos de pericia y de
proponer perito de control.

5.- CONFESIONAL: Solicito la absolución de posiciones de la demandada a tenor del pliego de


posiciones que se acompañara en la audiencia respectiva, debiendo ser citada la misma bajo
apercibimiento de ley.

VI.- PETITORIO

Por todo lo expuesto y consideraciones que suplirá la vasta ilustración de V.S., solicito:

a) Me tenga por presentado, por parte en el carácter expresado y con el domicilio legal
constituido.

b) Por iniciada la presente demanda en contra de la accionada, imprimiéndole a la misma el


trámite de ley.

c) Se tenga presente la prueba ofrecida y la reserva de ampliarla.

d) Agregue y tenga presente la documental acompañada.

e) Tenga presente el reconocimiento de firma en subsidio, la pericial caligráfica en subsidio,


pericial contable en subsidio y la confesional ofrecidas.

f) en definitiva, y previo los trámites de ley, haga lugar a la demanda y condene a la demandada al
pago de lo reclamado con mas sus intereses y costas.

Provea S.S. de conformidad,

SERÁ JUSTICIA

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Las demandas pueden ser más simples o más complejas que el modelo presentado (dependiendo
del tipo de proceso, de la pretensión, de la prueba ofrecida, entre otras consideraciones) pero la
estructura básica de:

PETICIONANTE  DEMANDADO  PRETENSIÓN  HECHOS  PRUEBA

siempre estará presente en mayor o menor medida.

Interpuesta la demanda, ésta surte varios efectos, de los cuales mencionaremos tres:

1º) Pone en funcionamiento el proceso.

Hasta el momento de la interposición de la demanda nos movimos en el ámbito de lo abstracto, de


lo posible. La interposición de la demanda excitará al órgano jurisdiccional, le dará intervención.
Cesará por alguna de las formas de finalización del proceso.

2º) Interrumpe la prescripción.

La prescripción es un medio de adquirir un derecho (prescripción adquisitiva) o de liberarse de una


obligación (prescripción liberatoria) por el transcurso del tiempo y la inactividad del acreedor.
Interrumpir la prescripción implica que desaparece todo el tiempo que había corrido, y empieza a
contarse nuevamente desde cero. Así por ejemplo la posibilidad de exigir judicialmente una deuda
documentada en un pagaré, prescribe al transcurrir un año desde la fecha de su vencimiento. 28

Esto significa que si el acreedor deja transcurrir ese plazo sin intentar el cobro del pagaré, luego
no podrá hacerlo por encontrarse la deuda prescripta. Si transcurridos 364 días desde el
vencimiento el actor interpone la demanda para el cobro del pagaré, ese lapso de 364 desaparece
y vuelve a cero, para empezar a correr de nuevo.29

3º) Fija la pretensión del actor.

Esto es, los hechos que justifican su pretensión, y los límites dentro de los cuales deberá resolver
el juez para no incurrir en los vicios de ultra petita, extra petita o citra petita. “Una sentencia es
extra petita cuando condena a rubros que no han sido pretendidos por el actor. Es ultra petita
cuando se condena a los rubros pretendidos pero el tribunal condena a una suma mayor, y una
sentencia es citra petita cuando no se expide sobre una pretensión solicitada por el actor”30

28
Decreto Ley 5965/63, arts. 96 y 103. Puede consultarse el texto completo en Portal de Abogados -
http://www.portaldeabogados.com.ar/codigos/decpagare.htm - 28/07/2010.
29
No debe confundirse con la “suspensión” de la prescripción, que detiene el cómputo del tiempo durante
todo el periodo que dure la suspensión, pero que no vuelve la cuenta a cero, y se retoma desde el punto en
que se suspendió en cuanto desaparece la causa que dio origen a la suspensión. Por lo general provoca la
suspensión de la prescripción todas aquellas circunstancias que le impiden al actor ejercer su pretensión.
30
Corte Suprema de Justicia de Mendoza, Causa 89.909 del 20/05/2008, en autos “Salinas M.E. c/ Los
Puentes S.R.L.”

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3.2.2 Citación y emplazamiento – Traslado – Notificación.

Ahora bien, en nuestro país, “la inviolabilidad de la defensa en juicio” es una garantía fundamental
receptada por nuestra Constitución Nacional, amén de los Pactos Internacionales incorporados a
la misma.31

Esto implica la necesidad absoluta e insoslayable de hacer conocer al demandado que se ha


iniciado una acción en su contra, de manera de posibilitarle ejercer su derecho de defensa. Si el
demandado desconoce la sustanciación de un juicio en su contra, el derecho de defensa se torna
ilusorio.

La puesta en conocimiento del demandado de que se ha iniciado una acción judicial en su contra
(y de las distintas resoluciones que el Tribunal vaya adoptando durante el transcurso del proceso)
se realiza mediante las NOTIFICACIONES.

NOTIFICACIÓN: acto procesal mediante el cual se pone en conocimiento de las partes una
resolución judicial.

El primer acto procesal, una vez receptada la demanda, será la citación y el emplazamiento del
demandado.

CITACIÓN: llamamiento que se realiza a una persona para que comparezca en el tribunal, en
lugar y hora previamente señalados.

EMPLAZAMIENTO: es el llamamiento con plazo hecho por el juez, citando a alguna persona para
que comparezca en un proceso a manifestar sus defensas o cumplir con lo que se manda.

Dependiendo del acto a notificar, o de las circunstancias de cada caso, la notificación puede
realizarse de diversas maneras:

FORMAS DE LA NOTIFICACIÓN32:

a) AL DOMICILIO.

Esta clase de notificación se realiza por cédula u otro medio fehaciente. El domicilio será el
domicilio real o el domicilio constituido del demandado, según el acto de que se trate. La
notificación de la demanda se hace al domicilio real, de allí la obligación de consignarlo en la

31
CN art. 18: “Ningún habitante de la nación puede ser penado sin juicio previo... Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos.”; Pacto de San José de Costa Rica, art. 8 inc. 1: “Toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de
orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.”
32
Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba, Ley 8465, art. 143.

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demanda. La notificación por cédula la realiza un funcionario del tribunal, quien da fe de que se ha
entregado la cédula en el domicilio indicado. La cédula debe contener el nombre del juzgado, la
dirección del mismo, la secretaría, la parte resolutiva que se quiere notificar, y la firma de la
persona que tiene interés en la notificación.

Poder Judicial
de la Provincia de Córdoba.

CÉDULA DE NOTIFICACIÓN
TRIBUNAL: Juzgado de 1º Instancia en lo Civil y Comercial - 5° Nominación (TRIBUNALES I -
Caseros 551, 2do. Piso Sobre Pasillo Central, Ciudad de Córdoba)
SECRETARÍA: María de las Mercedes Villa
SEÑORES: RAMIRO GIGENA
DOMICILIO: Artigas Nº 3450 - Bº Patria Grande - Ciudad de Córdoba.

Se hace saber a Ud. que en los autos caratulados "PRÉSTAMOS EN EL ACTO S.A. c/ GIGENA
RAMIRO - ABREVIADOS” Expediente. N° 1112760/36" se ha dictado la siguiente resolución:
“Córdoba, 25 de Agosto de 2009. Téngase al compareciente por presentado, por parte en virtud
del poder acompañado, y con domicilio procesal constituido. Admítase la presente demanda, a la
que se le dará el trámite de juicio abreviado. Cítese y emplácese al demandado para que en el
plazo de seis días comparezca, constituya domicilio y conteste la demanda, debiendo ejercer
todas las defensas de que haya de valerse, bajo apercibimiento. Notifíquese.” Fdo.: Elena M. de
Velazco (Juez).

Queda Usted notificado.

Juan José Rodríguez


1-11223

b) EN LA OFICINA.

Se dice que una resolución judicial se ha realizado en la oficina, cuando la parte realiza alguna
diligencia en el expediente. Esta diligencia puede ser específicamente para notificarse, como por
ejemplo:

Córdoba, 18 de julio de 2009. Seguidamente comparece el Dr. Juan José Pérez, patrocinante de
la actora y dice: que se notifica del decreto que antecede. Doy fe. (Se inserta la firma del
funcionario del juzgado, normalmente el Secretario.

O puede que se trate de otra diligencia diferente, pero que implica que la parte tuvo la posibilidad
de revisar el expediente y por lo tanto de notificarse de las resoluciones dictadas en el mismo.

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c) POR RETIRO DE EXPEDIENTE.

Retirar el expediente del tribunal importa quedar notificado de todo lo actuado hasta ese momento.
Se da la misma presunción que en el caso anterior. Si la parte tiene el expediente en su poder, la
ley presume que lo ha revisado y por lo tanto se ha notificado de todas las resoluciones dictadas
hasta ese momento.

d) POR EDICTOS.

Cuando el domicilio del demandado es desconocido, procede este tipo de notificación, en donde
se publica la resolución que quiere hacerse conocer mediante su publicación en el Boletín Oficial,
y en algún diario de amplia circulación en el lugar. Puede también ordenarse la citación por
medios audiovisuales, con gastos a cargo de la parte interesada en la notificación.

El señor Juez de Primera Instancia y 25 Nom. Civ. Y Com., Secretaria Dr. Zabala, en los autos
caratulados “DIRECCIÓN DE RENTAS DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA C/ WADY ELIAS -
Ejecutivo Fiscal” Expte. Nº 1388382/36, domicilio Tribunal Caseros 551, PB, pasillo Bolívar esq. D.
Quiros…Cba.- se ha dictado la siguiente resolución: Córdoba 28 de octubre de 2009.- “Atento el
certificado de no oposición de excepciones, y encontrándose expedita la vía de ejecución por el
crédito reclamado, sus intereses y costas (art. 7 de la Ley Nº 9024, modificado por la Ley Nº
9576), NOTIFÍQUESE al demandado la liquidación formulada”…”para que en el término de tres (3)
días fatales formule las impugnaciones que estime corresponder”. Fdo: Ferreyra Dillon Felipe,
Prosecretario Letrado.33

e) POR MINISTERIO DE LA LEY.

Para algunas resoluciones, y a fin de agilizar el proceso, la ley presume su notificación


automática, en determinados días de la semana. Es una notificación residual que de ninguna
manera puede suplantar a las notificaciones a domicilio exigidas por la misma ley.

3.2.3 Actitudes que puede asumir el demandado. Rebeldía.

Enterado el demandado de la existencia de una acción judicial en su nombre, puede asumir


diversas actitudes. Aclaremos que el proceso se desenvuelve dentro de lo que se conoce como
“cargas procesales”, diferente de lo que es un obligación o deber. Una carga procesal NO ES UNA
OBLIGACIÓN.

Mientras que el incumplimiento de una obligación puede originar una acción judicial tendiente a
lograr el cumplimiento forzado de la misma (por ejemplo, la obligación de cumplir un contrato, de
devolver un préstamo, de prestar obligaciones alimentarias, etc.), nadie puede obligarnos a
cumplir una carga procesal (sería impensable que se nos forzara a comparecer a un juicio o a
contestar una demanda).

33
Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba, publicación del 05/03/2010.

Materia: Actualización profesional - 23 -


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La persona sobre la que pesa una carga procesal, puede realizar la actividad que se le solicita o
no, asumiendo en este último supuesto las posibles consecuencias disvaliosas de su omisión.
Ejemplos de cargas procesales: comparecer a estar a derecho, contestar la demanda, ofrecer
prueba, oponer excepciones, entre otras. La omisión de cumplir con estas cargas procesales se
resuelve en situaciones como la rebeldía del demandado, la imposibilidad de hacer valer las
pruebas que no se ofrecieron oportunamente, considerar como ciertas las afirmaciones de la otra
parte, etc.

Por esta razón es que el demandado tiene una serie de alternativas ante la acción judicial iniciada
en su nombre. De ninguna manera tienen la obligación de seguir un determinado camino. Podrá
comparecer al juicio constituyendo domicilio especial, podrá contestar la demanda utilizando las
excepciones y pruebas de que haya de valerse, o podrá omitir cualquiera de estas actividades.

En el caso de que el demandado opte por no comparecer al juicio en su contra, el proceso seguirá
adelante, declarándolo rebelde.

La rebeldía es la situación personal del demandado que, habiendo sido debidamente


citado, no comparece ante el tribunal y fija domicilio procesal.

Dependiendo de la forma en que haya sido citado, la rebeldía dará lugar a diversas situaciones:

a) Si el rebelde que fue citado a su domicilio real:

a.1) El trámite continúa su curso. Todas las resoluciones se tienen por notificadas el mismo día de
su dictado (excepto la resolución que lo declare rebelde y la sentencia dictada mientras la rebeldía
subsista, que deberán notificarse al domicilio real).

a.2) El rebelde puede incorporarse al proceso en cualquier etapa del mismo, sin que pueda
modificarse los actos ya cumplidos durante su rebeldía.

b) Si el rebelde fue citado por edictos:

b.1) No es necesaria la notificación de la rebeldía. Debe publicarse la sentencia por edictos.

b.2) Se nombra un asesor letrado para que ejerza la defensa del demandado. Si comparece una
vez dictada la sentencia, podrá solicitar, en la instancia de apelación de la misma, que vuelva a
abrirse la causa a prueba.

3.3 Excepciones.

3.3.1 Concepto.
Definimos a las excepciones como ciertas defensas que, por su naturaleza, impiden la
prosecución del proceso, o su prosecución ante el Tribunal en el que está radicado.

Pueden ser:
a) Dilatorias (o procesales), que simplemente suspenden la tramitación del proceso hasta tanto
sea removido el impedimento.

Materia: Actualización profesional - 24 -


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b) Perentorias (o sustanciales) que afectan directamente al derecho invocado por el actor, de
manera tal que, de prosperar, ponen fin al proceso. Se identifican con las defensas que ejerce el
demandado para enervar la pretensión del actor. No haremos un estudio pormenorizado de las
mismas, por exceder el propósito de este trabajo. Nos ocuparemos en el punto que sigue de las
excepciones dilatorias o procesales.

3.3.2 Las Excepciones en particular: Incompetencia. Falta de personería.


Falta de legitimación para obrar. Litis Pendencia. Defecto legal en la forma
de proponer la demanda.

a) Incompetencia.

Hemos visto ya que la competencia es la capacidad del órgano jurisdiccional para ejercer su
jurisdicción en el caso particular que se le presenta. En sentido contrario, la incompetencia es “la
situación en que se encuentra un órgano que no puede ejercer las potestades o facultades que se
le asignan”.34

Si bien la competencia es una cuestión de orden público, esto es, no disponible por las partes, la
competencia territorial si lo es, con lo que el Tribunal no puede declararla de oficio, y será la parte
demandada quien deberá esgrimir la excepción al momento de contestar la demanda. En el
ámbito de la justicia federal, por ser ésta una competencia especial, al presentar la demanda el
actor deberá acompañar los elementos de juicio necesarios para justificar la competencia del
Tribunal.

b) Falta de Personería.

Esta situación se da cuando el actor carece de la capacidad de hecho para estar en juicio (por
tratarse de un menor o un incapaz, por ejemplo). De sustanciarse el juicio con quien no reúne las
condiciones exigidas por la ley, podría dar lugar a una sentencia de cumplimiento imposible.

c) Litispendencia.
Esta excepción procede cuando se tramitan simultáneamente dos procesos con identidad de
sujeto, objeto y causa. La identidad de sujetos hace referencia a que las partes (actor y
demandado) son las mismas personas. La identidad del objeto se presenta cuando es idéntico lo
reclamado en uno y otro proceso (por ejemplo, un desalojo). Por último, la identidad de causa se
refiere a que existe un mismo basamento a la acción intentada (en el ejemplo del desalojo, un
mismo contrato de alquiler; en el caso de que se reclamara una suma de dinero, un mismo
pagaré).

Lo que se busca evitar con esta excepción es el “escándalo jurídico” que supondría que dos
tribunales fallaran sobre una misma situación de manera diferente.

d) Defecto legal en la forma de proponer la demanda.

El defecto se verifica cuando no se han cumplido los requisitos que la ley impone a las formas que
deben estar presentes en la demanda, y que fundamentalmente afecte a la claridad de la misma.

34
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 180.

Materia: Actualización profesional - 25 -


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De este modo, por ejemplo, una demanda de la que no surja claramente quien es la persona
demandada, o que es lo reclamado o los hechos en los que se basa la pretensión del actor. Estos
defectos afectan la posibilidad de defensa del demandado, de ahí la posibilidad de esgrimir esta
excepción por el mismo. Debe tener entidad suficiente para imposibilitar la defensa, no bastan
errores superficiales.

Las formas exigidas están al servicio del proceso y no a la inversa. Si se comprueba que los
defectos denunciados son lo suficientemente graves como para impedir que el demandado ejerza
su derecho de defensa, el Tribunal emplazará al actor para que en el plazo de ley subsane los
errores señalados.

3.4 Otras Defensas.


3.4.1 Cosa Juzgada.

Si sobre un asunto ya ha recaído resolución jurisdiccional, este asunto no puede volver a


debatirse. La cosa juzgada implica que el órgano jurisdiccional ya a fijado los hechos debatidos y
ha declarado el derecho que a cada parte le correspondía. Es un principio básico del orden social
que los derechos de las personas adquieran estabilidad. No habría ningún tipo de seguridad
jurídica (con nefastas consecuencias en todos los órdenes de la vida social) si los derechos de las
personas fueran mudables en el tiempo y dependieran de una continua discusión y revisión
judicial. Amén de ello, se busca evitar el escándalo jurídico que presupondría sentencias
contradictorias sobre el mismo asunto.

Para que la defensa de cosa juzgada sea admisible, se exige la misma triple identidad que en la
excepción de litis pendencia: sujetos, objeto y causa.

3.4.2 Transacción, conciliación y desistimiento del derecho.

Estas excepciones están relacionadas con las formas anormales de terminación del proceso (y
que veremos más adelante).

La transacción y la conciliación son formas de autocomposición de intereses llevadas a cabo por


las propias partes, en donde el tribunal actúa controlando que no se afecte el orden público ni los
intereses de terceros, en cuyo caso homologa el acuerdo alcanzado dándole fuerza de cosa
juzgada. La Transacción es propia del procedimiento civil, mientras que la conciliación lo es del
procedimiento laboral.

El desistimiento consiste en la renuncia que hace la parte de la acción o del derecho en que ésta
se funda. Renunciando al derecho, no podrá volver a iniciar una acción en base al mismo. Si sólo
renuncia a la acción, podrá intentarla en otro juicio en la medida en que el derecho aún subsista (y
no haya desaparecido, por ejemplo, por prescripción).

Materia: Actualización profesional - 26 -


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3.5 Contestación de la demanda.
3.5.1 Concepto

La Contestación de la demanda es el acto formal mediante el cual el demandado responde a las


pretensiones del actor, oponiéndose a éstas, invocando circunstancias obstativas, extintivas,
modificativas o impeditivas de la pretensión del actor.35

Es la contrapartida de la demanda, en donde el demandado puede ejercer su derecho de defensa,


oponiéndose a la pretensión del actor y esgrimiendo para ello todas las defensas que crea
necesarias para evitar ser condenado.

3.5.2 Contenido – Efectos

La contestación de la demanda también se presenta por escrito, ante el tribunal que entiende en la
causa, debiendo el demandado confesar o negar categóricamente los hechos afirmados en la
demanda por el actor. No es suficiente con una negativa genérica, sino que cada una de las
afirmaciones del actor deben ser rebatidas, bajo apercibimiento de que se tengan por ciertas. 36

No debe simplemente limitarse a negar los hechos alegados por el actor. Debe dar su propia
versión de los mismos.

A su vez, deberá reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos que se le


atribuyen (y que se adjuntan a la cédula de notificación de la demanda), bajo apercibimiento de
tenerlos por reconocidos.

Ahora bien, lo dicho en los párrafos anteriores se aplica al caso en que el demandado quiere
oponerse a la pretensión del actor, por considerarla infundada, y por esa razón niega los dichos
del mismo y aporta pruebas para demostrar sus propias afirmaciones. Pero bien puede ocurrir que
el demandado se someta a la pretensión del actor, dándole razón a sus dichos. Este sometimiento
a la voluntad del actor se denomina “allanamiento”. Si el demandado no ha dado ocasión al inicio
del juicio, y con su actitud demuestra que, de haber conocido la pretensión del actor la hubiera
satisfecho, pude mediante el allanamiento evitar cargar con las costas del proceso.

Contestada la demanda en el sentido de que el demandado se opone a la pretensión del actor,


produce básicamente los siguientes efectos:37

a) Determina los hechos sobre los que deberá versar la prueba, esto es, los hechos
controvertidos, aquellos en los que no ha habido acuerdo entre el actor y el demandado. Sería un
absurdo que, estando de acuerdo las partes sobre alguno o algunos de los hechos invocados, se
debiera producir prueba sobre los mismos.

b) Consolida la competencia del tribunal si no se opone la excepción de incompetencia.

35
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 192
36
Así por ejemplo, no es válida una negativa del tipo “todo lo afirmado por el actor es falso”. Deberá negarse
cada una de las afirmaciones: “niego haber suscripto con el actor un boleto de compraventa, niego
adeudarle suma alguna, niego haber protagonizado un choque con el actor, etc.”
37
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 193

Materia: Actualización profesional - 27 -


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c) Contribuye a formar la plataforma fáctica y el límite material de pronunciamiento (confrontar con
lo ya dicho al hablar de los efectos de la demanda).

CONTESTA DEMANDA. OFRECE PRUEBA.

Sr. Juez:

RAMIRO GIGENA, por derecho propio, con domicilio real en Artigas Nº 3450 de Bº
Patria Grande de la Ciudad de Córdoba, conjuntamente con mi letrada patrocinante Dra. Carolina
Justa de Alcides, M.P. 1-40875, constituyendo domicilio procesal en la calle Caseros Nº 679 1º
B, Centro de la Ciudad de Córdoba, en los autos caratulados "PRÉSTAMOS EN EL ACTO S.A. c/
GIGENA RAMIRO - ABREVIADOS” Expediente. N° 1112760/36" ante V.S. me presento y
respetuosamente digo:

I.- OBJETO.

Que vengo en legal tiempo y forma a contestar demanda promovida en mi contra


por PRESTAMOS EN EL ACTO S.A., solicitando desde ya su rechazo con expresa imposición de
costas al accionante, en base a las consideraciones de hecho y de derecho que a continuación se
exponen:

II.- NEGATIVAS GENERALES.

Desde ya niego todos y cada uno de los hechos alegados por la actora en su demanda que
no fueran de expreso reconocimiento en el presente responde.

III.- NEGATIVAS PARTICULARES.

En particular niego:

1º) Haber suscripto ni en carácter de titular ni en ningún otro carácter una solicitud
convenio a los fines de incorporarme como usuario del Sistema de Tarjeta de Crédito denominado
“COMPRALO YA”.

2º) Que la firma inserta en la solicitud convenio acompañada con la demanda me


pertenezca.

3º) Que haya tenido en mi poder la tarjeta de crédito denominada “COMPRALO YA”, y en
consecuencia niego haber realizado compras con la misma en los comercios adheridos.

4º) Haber pagado alguna vez un resumen de cuenta de la mencionada tarjeta, y haberlos
recibido en mi domicilio.

5º) Adeudar a PRESTAMOS EN EL ACTO S.A. la suma que me reclama en los presentes
autos ni ninguna otra, ya que como vengo diciendo jamás me relacioné de ninguna manera con
dicha firma.

Materia: Actualización profesional - 28 -


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IV.- PRUEBA.

Se ofrecen los siguientes medios de prueba:

1) DOCUMENTAL: Las constancias de autos.

2) CONFESIONAL: Solicito se cite al actor a absolver posiciones a tenor del pliego de posiciones
que se adjunta bajo sobre cerrado.

3) PERICIAL:

- CONTABLE: Se designe perito contador único de oficio, quien examinando los libros y papeles
de la actora, se expedirá sobre los siguientes puntos de pericia:

a) Qué libros y documentación lleva la actora.

b) Determinar si la actora está inscripta como entidad financiera autorizada a emitir tarjetas de
crédito.

c) Determinar si la actora lleva sus registros y transacciones de acuerdo a la normativa vigente.

d) Efectuando un estudio del respaldo documental de las transacciones que realiza la actora,
determine si en los registros de la misma consta la emisión de una tarjeta de crédito a mi nombre,
y si la misma fue retirada y por quien.

V.- PETITORIO.

Por todo lo expuesto a V.S. solicito:

1) Se me tenga por presentado, por parte y por constituido el domicilio procesal indicado.

2) Por contestada la demanda en legal tiempo y forma.

3) Por ofrecida la prueba solicitando se la provea favorablemente.

4) Oportunamente se rechace la demanda en todos sus términos con costas al actor.

Proveer de conformidad.

SERÁ JUSTICIA

En el ejemplo anterior vemos la contestación de la demanda negando la pretensión del actor, y


marcando los hechos controvertidos sobre los cuales el juez deberá decidir, a partir de las
pruebas producidas y del convencimiento que éstas le provoquen.

Materia: Actualización profesional - 29 -


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Pero veamos ahora un ejemplo en donde el demandado reconoce la pretensión del actor, se
allana a la demanda, e invoca su inocencia en la promoción de la demanda de manera de evitar
tener que cargar con las costas del juicio (gastos más honorarios de los letrados de las partes).

COMPARECE - SE ALLANA A LA DEMANDA.

SOLICITA SE LO EXIMA DE COSTAS.

Sr. Juez:

RAMIRO GIGENA, por derecho propio, con domicilio real en Artigas Nº 3450 de Bº
Patria Grande de la Ciudad de Córdoba, conjuntamente con mi letrada patrocinante Dra. Carolina
Justa de Alcides, M.P. 1-40875, constituyendo domicilio procesal en la calle Caseros Nº 679 1º
B, Centro de la Ciudad de Córdoba, en los autos caratulados "PRÉSTAMOS EN EL ACTO S.A. c/
GIGENA RAMIRO - ABREVIADOS” Expediente. N° 1112760/36" ante V.S. me presento y
respetuosamente digo:

I.- OBJETO.

Que vengo en legal tiempo y forma a allanarme a la demanda promovida en mi


contra por PRÉSTAMOS EN EL ACTO S.A., solicitando que, por tratarse de un allanamiento
absoluto y por no haber dado ocasión al inicio de la misma, se me exima de cargar con las costas
del proceso.

II.- CONSIGNA MONTO RECLAMADO.

Que a los fines de dar seriedad al presente allanamiento, acompaño boleta de


depósito del Banco de la Provincia, Sucursal Tribunales, en donde consta que se ha consignado la
suma reclamada, quedando desde ya a disposición de la actora.

III.- SOLICITA EXIMICIÓN DE COSTAS.

Que siendo conciente de que adeudaba el último resumen de cuenta de la tarjeta


“COMPRALO YA” de la que soy titular, intenté por varios medios abonar el mismo, lo cual me
resultó imposible por carecer esta empresa de un agente autorizado a realizar cobranzas en esta
Ciudad.

Por tal motivo quedé a la espera de alguna intimación que me indicara a donde
dirigirme para honrar mi acreencia. Lamentablemente la primera comunicación que recibí,
después de seis meses de espera, fue la notificación de que se había iniciado este proceso en mi
contra.

De haberme intimado la actora e indicado el lugar en donde podía hacer el pago, no


hubiera sido necesario llegar a esta instancia, por lo cual solicito a S.S. que me exima de afrontar
las costas de este proceso, ya que no di ocasión a que se iniciara.

Materia: Actualización profesional - 30 -


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IV.- PETITORIO.

Por todo lo expuesto a V.S. solicito:

1) Se me tenga por presentado, por parte y por constituido el domicilio procesal indicado.

2) Tenga presente el allanamiento efectuado y por realizado el depósito de los fondos reclamados.

3) Tenga presente lo manifestado en relación a mi voluntad de pago, y en consecuencia, me


exima de afrontar las costas del presente juicio.

Proveer de conformidad.

SERÁ JUSTICIA

3.5.3 Reconvención.38

La reconvención o contrademanda se trata de oponer a la acción ejercitada por el actor, otra


acción por parte del demandado, pero basada en el mismo hecho o causa de pedir.

De este modo, una demanda por cumplimiento de contrato en donde el actor reclama una suma
de dinero por falta de pago de mercaderías entregadas, mientras que el demandado, al contestar
la demanda, no sólo niega la deuda que se le reclama, sino que además niega la entrega de la
mercadería por lo que demanda a su vez al actor para que el entregue la misma, más los daños y
perjuicios originados en la demora. El actor se transforma en demandado (reconvenido) y el
demandado en actor (reconviniente).

Reconvenir es una facultad del demandado. Nada obstaría en el ejemplo anterior, que el
demandado intentara su acción en un juicio diferente. Pero una cuestión de “economía procesal”
aconseja la utilización de este instituto.

Para que la reconvención se admita debe articularse en el mismo escrito de la contestación de la


demanda.

3.6 Prueba

Las normas jurídicas en general relacionan un determinado hecho o actividad humana con una
consecuencia jurídica. De este modo, en todos los códigos sustanciales, encontraremos
enumerados derechos u obligaciones, siempre como consecuencia de un hecho, de un acto o de
un estado de las personas. Tomemos ejemplos sencillos:

 Los derechos y deberes entre los cónyuges, son consecuencia del


matrimonio. Cualquier reclamo entre los cónyuges o cualquier acción que les
38
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p.197 y siguientes.

Materia: Actualización profesional - 31 -


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corresponda, deberá comenzar por la demostración (prueba) del matrimonio.
Esto por la sencilla razón de que, si no existe el matrimonio, no existen los
derechos y deberes entre los (supuestos) cónyuges.

 El derecho del propietario de recuperar la posesión del inmueble entregado


en locación por incumplimiento del contrato por parte del locatario. Ese
derecho surge de la existencia de un acto jurídico (contrato de locación), un
hecho (la entrega del inmueble en locación), y ciertos hechos negativos
(incumplimientos de parte del locatario, como pueden ser la falta de pago del
alquiler, o el cambio de destino del inmueble, etc.). De no demostrarse
(probarse) todas estas circunstancias, el derecho del locador no tiene
sustento. Su misma condición de locador depende de la demostración de un
contrato de locación.

 En un contrato de compraventa, los derechos y obligaciones entre las partes


surgirán también de la existencia del contrato, de las particularidades que
contenga, de la entrega de la mercadería en tiempo y forma, del pago de
precio convenido, etc. Todos estos elementos deben demostrarse para
poder “calibrar” acabadamente los derechos y las obligaciones de las partes.

Con estos ejemplos hemos intentado hacer patente que el mundo jurídico, si bien es un mundo del
“deber ser”, está íntima e indisolublemente ligado a hechos. La ley establece determinadas
consecuencias jurídicas para determinadas situaciones fácticas. Es necesario comprobar en la
realidad la existencia de estas situaciones fácticas para poder aplicarles las consecuencias
determinadas en la ley.

“El proceso judicial tiene como fin específico la fijación de los hechos fundantes de las
pretensiones de los sujetos procesales y la aplicación del derecho. Dicho de otra manera tiende a
confirmar o desechar determinado acontecimiento de la vida, afirmado como existente por una de
las partes y negado por la otra sobre el que ha de fundamentarse la solución que corresponde” 39

Esto significa que es fundamental para la suerte del proceso, determinar cuáles fueron los hechos
y de qué manera sucedieron, ya que de ello dependerán las normas aplicables al caso, y por ende
los derechos y obligaciones que le competen a cada parte.

En el ejemplo que veíamos del desalojo por incumplimiento del contrato: si el locador no prueba el
incumplimiento alegado (por ejemplo que el inmueble se alquiló para vivienda y el locatario la
utiliza como local comercial), no podrá recuperar la posesión del inmueble. En sentido contrario,
el locatario deberá desvirtuar cualquier prueba que el actor aporte en ese sentido. La noción de
“incumplimiento contractual” no genera mayores problemas. Integrar esa noción con hechos de la
vida real es uno de los problemas fundamentales en todo proceso.

“Es así que las afirmaciones de hechos esgrimidas por las partes deben ser probadas positiva o
negativamente, y luego corresponde su encuadramiento en normas jurídicas sustanciales”.40

Los códigos de forma regulan el procedimiento probatorio, esto es, las formas que deben
observarse en el ofrecimiento, producción y recepción de los medios probatorios. Los códigos de
fondo, contienen indicaciones sobre el valor que debe darse a cada medio de prueba.

39
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 222.
40
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p.222.

Materia: Actualización profesional - 32 -


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CONCLUSIÓN.
La actividad probatoria es la que llevan adelante las partes en el proceso, tendiente a
demostrar la verdad de los hechos por ellas esgrimidos, y contradichos por la contraria.

3.6.1 Concepto.

Probar significa justificar las afirmaciones hechas en la demanda, la contestación de la demanda o


la reconvención, a fin de convencer al juez de que los hechos ocurrieron y que lo hicieron de la
manera afirmada.

”En sentido jurídico procesal, la prueba es considerada como un método de averiguación y un


método de comprobación de la verdad de los hechos afirmados”41

“Es la comprobación judicial, por los medios que la ley establece, de la verdad de un hecho
controvertido del cual depende el derecho que se pretende”42

Cuando hablamos de “verdad”, no hacemos referencia al concepto filosófico de la misma, como


adecuación de una idea con la realidad. Hacemos referencia a un concepto limitado de verdad, en
el sentido de certeza, convencimiento, sobre la manera en que los hechos ocurrieron. Y esto es
así debido a las limitaciones que encontramos para la averiguación de la verdad en el proceso.
Por un lado, en nuestro sistema dispositivo, la ley impone a las partes la tarea de proponer y
producir las pruebas de que hayan de valerse, quedando impedido el juzgador de hacer lo propio.
El juez solo puede en la sentencia pronunciarse sobre la pertinencia de los hechos alegados o de
la prueba solicitada. También existe una limitación en el sentido de que la propia ley establece una
calificación legal de algunas pruebas. Esto implica que el juez no podrá desviarse del sentido y
alcance que la ley establece para determinadas pruebas. Ejemplo de ello es la imposición de
probar la muerte y el nacimiento de las personas solamente con las partidas emitidas por los
registros públicos correspondientes que establece el Código Civil; o las condiciones para otorgar
valor a los instrumentos privados; o el valor de la confesión hecha en juicio.

Todo ello opera como una restricción a las posibilidades del juez de indagar en la verdad real, por
lo que debemos conformarnos con una verdad legal u objetiva.

Esta verdad legal se va conformando en la mente del juez a todo lo largo del proceso. Al iniciarse
el mismo, cuando sólo se han planteado las pretensiones de las partes, el juez se encuentra en
ignorancia sobre la veracidad de las proposiciones. Posteriormente, comienza a recibirse la
prueba y se incorporan elementos corroborantes; surge la duda, definida como “una indecisión del
intelecto puesto a elegir entre la existencia o inexistencia del objeto sobre el cual se está
pensando, derivada del equilibrio entre los elementos que inducen a afirmarla y los elementos que
inducen a negarla, siendo todos ellos igualmente atendibles”43

41
Angelina Ferreyra de de la Rua, Ob. Cit., p. 223.
42
Alsina Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial, t. III, p. 225.
43
Cafferata Nores, José I., La prueba en el proceso penal, Depalma, Buenos Aires, 1986, p.7. Citado por
Angelina Ferreyra de de la Rúa en Ob. Cit., p. 227.

Materia: Actualización profesional - 33 -


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Al dictar sentencia, el juez invoca un estado de certeza que expresa su convicción sobre la forma
en que sucedieron los hechos. Acoge o rechaza las pretensiones de las partes en base a razones
lógicas y jurídicas que fundamentan su decisión.

Hay dos conceptos que vale la pena tener presente en relación a la prueba. La pertinencia y la
relevancia. La pertinencia hace referencia a relación entre la prueba y los hechos que se
pretenden demostrar con ella. Así para demostrar la existencia de un contrato, será pertinente la
presentación del documento en donde consta; para demostrar la mecánica de un accidente
automovilístico, será pertinente la declaración testimonial de personas que estuvieron presentes al
momento de producirse. Por el contrario, no será pertinente aquella prueba que nada tenga que
ver con el hecho que se intenta demostrar. La pertinencia no hace referencia a la eficacia de la
prueba. En el caso de los testigos del accidente de auto, si bien la prueba es pertinente, puede no
producir convencimiento en el juez, porque los testigos son incapaces, por las razones que sean,
de relatar convenientemente los hechos, o se contradicen entre ellos, o por fallas de memoria
omiten elementos trascendentes. La relevancia en cambio se relaciona con la aptitud de la prueba
para producir el convencimiento del juez sobre la forma en que los hechos sucedieron. La prueba
ideal es aquella que reúne pertinencia y relevancia.

En cuanto al objeto de la prueba, son los hechos afirmados por cada una de las partes y
contradichos por la contraria. Es decir que solo los hechos controvertidos deberán ser probados,
no así los hechos sobre los cuales las partes han estado de acuerdo. Si tanto actor como
demandado están de acuerdo en la manera en que ha sucedido determinado hecho, la cuestión
sobre el mismo se torna de puro derecho, es decir, se trata de aplicar a ese hecho la norma
jurídica correspondiente, tarea que le compete al juez. Tampoco deben probarse los hechos
notorios o evidentes (por ejemplo una catástrofe natural conocida por todos) ni los que gozan de
una presunción legal (por ejemplo que los hijos viven en el mismo domicilio que sus padres o
tutores). Es también necesario distinguir entre:

a) Elemento probatorio.

Es el dato objetivo que se incorpora al proceso con el objetivo de producir conocimiento sobre el
hecho invocado por las partes. Siguiendo con el ejemplo del accidente de auto, el elemento
probatorio estará configurado por la declaración de los testigos, las fotografías, los informes
periciales, entre otros.

b) El órgano de prueba.

Es el sujeto que suministra el elemento probatorio. Los testigos y los peritos en el mismo ejemplo
del punto anterior.

c) Los medios de prueba.

Son las vías reguladas en las leyes procesales para permitir el ingreso del elemento de prueba en
el proceso. La prueba documental, pericial, testimonial, confesional, o de inspección judicial, son
los medios de prueba de que se valen los códigos de procedimiento para posibilitar el ingreso al
proceso de los elementos probatorios.

Por último, y antes de ingresar al tema de los principios que rigen la actividad probatoria, diremos
que toda la actividad probatoria se desarrolla durante un lapso de tiempo limitado, en el que las
partes deberán ofrecerla y diligenciarla.

Materia: Actualización profesional - 34 -


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Principios que rigen la actividad probatoria.

Cuando hablamos de estos principios, hacemos referencia a reglas fundamentales que permiten
el desarrollo de un proceso en base a las exigencias de nuestra Constitución Nacional, en cuanto
establece la “inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y los derechos” 44. Estos principios
referidos a la actividad probatoria, permiten que el ofrecimiento, producción y valoración de la
prueba, se realicen de manera tal que la garantía constitucional sea operativa.

En ese sentido encontramos los siguientes principios:

a) Principio de libertad.

Como ya hemos señalado, la actividad probatoria es fundamental para la suerte del proceso. De
allí que deba garantizarse que las partes puedan producir todas las pruebas que crean
convenientes para acreditar sus pretensiones. Toda idea de un debido proceso podría verse
desvirtuada si las partes vieran limitada su posibilidad de ofrecer y producir prueba. Sería muy
fácil prejuzgar sobre un asunto impidiendo que una de las partes produjera una prueba que ella
considera relevante.

Este principio se enuncia de la siguiente manera: “todo objeto de prueba puede ser introducido al
proceso y puede serlo por cualquier medio”.45

a.1.) Libertad de Objeto.

Hemos afirmado ya que el objeto de la prueba es el hecho que se intenta probar. La libertad de
objeto hace referencia entonces a que las partes pueden producir prueba sobre todos los hechos,
hayan o no sido alegados en sus escritos.

a.2) Libertad de Medio.

Tradicionalmente los códigos de procedimientos regulaban de manera taxativa los medios de


prueba (de allí los clásicos medios documentales, testimoniales, confesionales, periciales y de
inspección ocular). Pero el avance de la ciencia y la técnica han hecho necesario revisar esta
postura, ya que aparecen otros medios idóneos para producir convencimiento, que no se
encuentran específicamente legislados. Quizá el ejemplo más evidente sea la prueba genética
para determinar el origen biológico de una persona, que por su modernidad, no se encuentra
legislado en los códigos actuales. Sin embargo, el legislador, previendo la posibilidad de la
aparición de estos nuevos medios probatorios, que de no ser admitidos atentarían contra la
garantía fundamental de la defensa en juicio, ha incluido en la mayoría de los códigos procesales
una cláusula residual que permite la utilización de estos medios de prueba por las partes,
debiendo el tribunal indicar la manera en que la prueba será diligenciada, utilizando para ello el
método que, por analogía, le sea más conveniente. Además de la prueba genética mencionada,
han encontrado recepción en base al principio de libertad probatoria, las cintas magnetofónicas,
los videos y los medios electrónicos, entre otros.

b) Principio de Igualdad y contradicción.

44
Art. 18 CN.
45
Clariá Olmedo, Jorge, Derecho Procesal, t. I, p. 181

Materia: Actualización profesional - 35 -


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Encuentra su fundamento en la igualdad ante la ley establecida por el art. 16 de la Constitución
Nacional. En materia probatoria implica que ambas partes, actor y demandado, deben tener la
misma posibilidad de ofrecer y producir prueba; además, tienen el derecho inalienable de conocer
la prueba producida por la contraria, de manera de poder controlarla y discutirla, además de
contraprobar, esto es, arrimar al proceso pruebas tendientes a desvirtuar las presentadas por la
contraria.

c) Principio de adquisición.

Las pruebas son incorporadas al proceso (pasan a formar parte del proceso), independientemente
del sujeto que las aportó. Esto significa que la prueba ayudará al juez a formar convicción sobre el
asunto que debe resolver, sin importar la parte que logró la introducción de la misma. Si bien lo
normal es que cada parte produzca la prueba que le sea favorable a su derecho, puede ocurrir por
diversas circunstancias que la prueba producida e incorporada le sea desfavorable (como cuando
se pide un informe a una repartición pública o una pericia caligráfica que terminan beneficiando a
la parte contraria). En este caso la parte que propuso y produjo la prueba no podrá eliminarla ni
pedir que no se tenga en cuenta. Pertenece (a sido adquirida) por el proceso.

d) Principio de inmediación.

Hace referencia al contacto directo entre el juez, las partes y el órgano de prueba.
Lamentablemente en los sistemas escritos que rigen los procedimientos civiles y comerciales, este
principio es prácticamente nulo, ya que el juez rara vez toma contacto con las partes o los
testigos, y solo ve por escrito lo que unos y otros han afirmado, al momento de estudiar la causa
para dictar sentencia.

3.6.2 Etapas.
Veamos ahora el procedimiento que se debe seguir para lograr introducir en el proceso los
diversos elementos probatorios de los que queremos valernos.

La ley establece las vías a recorrer en el desarrollo de la actividad probatoria e indica cómo los
sujetos procesales deben proceder para introducir y diligenciar válidamente las pruebas en el
proceso.

En la tarea de probar se reconocen ciertos momentos o etapas: el de la introducción y admisión, el


de la recepción y diligenciamiento, y por último, el de la valoración, que es efectuada primero por
las partes y luego por el juez.46

a) Etapa Introductoria.

Es el momento en que las partes ofrecen la prueba que luego habrán de producir, y el tribunal
admite o rechaza las mismas.
Al admitirla, ordenará se lleven adelante las tareas necesarias para su producción (libramiento de
un oficio si se trata de prueba informativa, fijación de audiencias si se trata de testimoniales o
confesionales).

46
Angelina Ferreyra de de la Rúa - Manuel E. Rodríguez Juárez, Manual de Derecho Procesal Civil, t. I,
Editorial Alveroni, Córdoba, 2004, p. 245

Materia: Actualización profesional - 36 -


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El rechazo, de acuerdo a los ya estudiado sobre libertad probatoria, sólo podrá deberse a
cuestiones formales, es decir, que de ninguna manera podrá el tribunal de antemano, previo a la
etapa de valoración que le corresponde, emitir juicio sobre la pertinencia o relevancia del medio de
prueba ofrecido.
Procederá el rechazo de una medida de prueba solicitada fuera de término, o por quien no tenía
legitimación para hacerlo, o sin las formalidades exigidas para cada uno de los medios que
estudiaremos más adelante (por ejemplo, no consignar el nombre y apellido del testigo, o no
incluir los puntos sobre los que deberá versar la pericia).

b) Etapa de diligenciamiento.

En esta etapa el elemento probatorio efectivamente se produce e incorpora al proceso. La forma


dependerá del tipo de prueba de que se trate. De este modo, en el caso de la prueba testimonial,
el diligenciamiento consistirá en la citación de los testigos, y en la realización de la audiencia
prevista para receptar sus testimonios. En la prueba de informes, el diligenciamiento se llevará a
cabo mediante la confección de los oficios necesarios, su entrega a las instituciones oficiadas, y el
seguimiento de las respuestas (informes) que estas deban presentar al tribunal.

Se trata de un momento muy particular del proceso, ya que una demora en la producción de la
prueba puede dejarla afuera del proceso, por llegar al expediente una vez finalizado el periodo
probatorio (esto suele ocurrir con los informes solicitados a reparticiones públicas, que
normalmente demoran mucho más que el tiempo total asignado a la producción de la prueba).

c) Etapa de valoración.

La valoración de la prueba implica una operación racional mediante la cual las partes primero y
luego el juez, razonan sobre la pertinencia y relevancia de las pruebas producidas en orden a
lograr la convicción sobre los hechos controvertidos.

El actor y el demandado realizan esta actividad durante los alegatos. El juez, al dictar sentencia.

En los alegatos las partes intentan deducir de las demostraciones efectuadas, la razón que les
asiste en la pretensión esgrimida. Esta valoración normalmente es positiva (de las pruebas
aportadas por la parte que alega) y negativa (de las pruebas aportadas por la contraria). Es decir,
que al mismo tiempo que intentan convencer al juez que con los elementos probatorios arrimados
al proceso han quedado demostrados los hechos invocados por ella y por tanto la justicia de la
pretensión, intentan convencerlo de que los elementos probatorios introducidos por la contraria
carecen de la entidad suficiente como para provocar cualquier tipo de convicción.

El juez, en el momento de resolver el asunto, valorará la prueba aportada en relación a cada uno
de los hechos controvertidos. En este momento si puede el juzgador explayarse sobre la
pertinencia de una prueba, y por supuesto sobre la eficacia de las mismas. Una vez fijados los
hechos mediante la convicción que le producen las pruebas arrimadas al proceso, deberá aplicar
a los mismos las normas que correspondan.

Sistemas de valoración.
La doctrina clásica distingue tres sistemas para llevar a cabo la valoración de la prueba: el de la
tarifa legal, el de la libre convicción, y el de la sana crítica racional. Veremos por separado cada
uno de ellos.

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Sistema de la Tarifa Legal.

Este sistema, también denominado de pruebas legales, consiste en que el valor del elemento
probatorio está previamente determinado por la ley. La ley le indica al juez, de manera anticipada,
el grado de eficacia que debe atribuirle a los diferentes medios probatorios.

Si bien el sistema ya no predomina en las legislaciones procesales modernas, quedan resabios de


él. Por ejemplo, el Código Civil establece que un instrumento público, siempre que no sea atacado
de falso, hace plena fe respecto de las partes y de los terceros (arts. 933, 994, 995 y concordantes
del Código Civil). En materia procesal, la confesión judicial hace plena prueba contra el absolvente
(art. 236 del Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba).

Frente a estas situaciones, el juez solo puede valorar la prueba a partir de lo ya estipulado por el
legislador, sin apartarse del precepto legal. Si una de las partes confiesa, el juez deberá tener por
demostrados los dichos de la contraria, aun cuando de otros medios probatorios surja que la
confesión no se condice con la realidad.

Sistema de la Íntima Convicción.

Este sistema es el opuesto del anterior, en tanto otorga al juez facultades discrecionales para
apreciar la prueba, si estar atado a más condicionamientos que los que su propia conciencia le
dicte. Es propio de los jurados populares y de los jueces de campaña que resuelven según su leal
saber y entender, basados en motivaciones internas tan diversas como sus sentimientos,
intuiciones o pareceres. No se exige al magistrado demostrar las razones que ha tenido para
valorar una prueba de determinada manera. Basta que a él le produzca convicción, para que se
por probado un determinado hecho.

La crítica que se hace de este sistema es que atenta contra el sistema republicano de gobierno,
ya que exime al funcionario de motivar sus actos, e impide el contralor de las decisiones
jurisdiccionales.

Sistema de la Sana Crítica Racional.

Este sistema obliga al juez a fundamentar la valoración que ha realizado de la prueba, a explicar
las razones por las que admitió unas, descartó otras, y otorgó determinado valor a cada una de
ellas.

La fundamentación debe hacerse siguiendo un razonamiento que respete los principios lógicos
básicos que rigen el entendimiento del ser humano, y debe basarse también en la experiencia y el
sentido común. De esta manera, cualquier persona podrá reconstruir el razonamiento del juez, y
estar de acuerdo con él, o atacarlo por defectuoso ya sea en la construcción del razonamiento o
en las conclusiones extraídas.

Conforme a la doctrina clásica, estos principios básicos son:

1º) Principio de identidad, según el cual una cosa es igual a sí misma. Nadie dudaría del error
lógico de una sentencia en la cual se razonara de la siguiente manera: los testigos declaran que
presenciaron un préstamo en monedas de oro; como las monedas de oro son iguales a las
monedas de plata, condeno a devolver monedas de plata.

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2º) Principio de no Contradicción, por el que se establece que dos juicios opuestos entre si,
contradictoriamente, no pueden ambos ser verdaderos.

3º) Principio de Tercero excluido, que reza que dos juicios opuestos entre si,
contradictoriamente, no pueden ambos ser falsos.

4º) Principio de Razón Suficiente, que establece que todo juicio, para ser realmente verdadero
necesita tener una razón suficiente que justifique lo que en el juicio se afirma o niega con
pretensión de verdad.

Igual importancia se asigna a las reglas de la experiencia en la tarea de valoración de la prueba ya


que el juez no es una máquina de razonar, sino, esencialmente, un hombre que toma
conocimiento del mundo que le rodea y le conoce a través de sus procesos sensibles e
intelectuales.

La sana crítica es, además de lógica, la correcta apreciación de ciertas proposiciones de


experiencia de que todo hombre se sirve en la vida. Esas conclusiones no tienen la estrictez de
los principios lógicos tradicionales, sino que son contingentes y variables con relación al tiempo y
al lugar.

El progreso de la ciencia está hecho de una serie de máximas de experiencia derogadas por otras
más exactas; y aun frente a los principios de la lógica tradicional, la lógica moderna muestra cómo
el pensamiento humano se halla en constante progreso en la manera de razonar.

Lo anterior nos lleva a concluir que es necesario considerar en la valoración de la prueba el


carácter forzosamente variable de la experiencia humana, tanto como la necesidad de mantener
con el máximo rigor posible los principios de lógica en que el derecho se apoya.

La carga de la Prueba.
Por último, intentaremos responder a la pregunta de ¿a quién le compete producir la prueba
tendiente a demostrar la veracidad de los hechos enunciados?

La teoría de la carga de la prueba procura fijar las reglas que resulten adecuadas para la
distribución del esfuerzo probatorio entre las partes.47

La postura clásica establece que cada una de las partes deberá probar los hechos alegados por
ella, ya que se trata de quien tiene interés en lograr la acreditación de lo afirmado.

De esta manera, corresponde al actor demostrar los hechos constitutivos del derecho invocado. Al
demandado por el contrario, le corresponderá probar aquellos hechos que son impeditivos,
modificativos o extintivos del derecho invocado por el actor.

Mientras que para las partes esta es una cuestión que deben resolver a priori, esto es, al
momento de afrontar la tarea de ofrecimiento y producción de la prueba, para el juez es una
cuestión que debe resolver a posteriori, y siempre que las pruebas aportadas sean insuficientes
para acreditar de manera acabada el hecho controvertido. Esto es así porque, de haberse
producido prueba suficiente, al juez no le interesa quien la introdujo al proceso, ya que por el

47
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 253.

Materia: Actualización profesional - 39 -


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principio de adquisición la prueba pertenece al proceso y beneficiará o perjudicará a las partes
independientemente de quien la haya producido.

El problema se plantea cuando la prueba producida para acreditar un determinado hecho ha sido
insuficiente (en consecuencia el hecho no queda demostrado). En este caso si le interesa al juez
determinar sobre quien pesaba la carga probatoria, para hacer pesar sobre él las consecuencias
desfavorables de la insuficiente demostración.

La regla general que mencionamos, cede ante casos particulares, básicamente establecidos en
las leyes de fondo. En algunos casos el legislador, ante la presencia de un determinado hecho,
presume la existencia de otro, siendo necesario producir prueba para desvirtuar esta presunción.

Es el caso de los accidentes automovilísticos en donde resulta herido un peatón. Si el peatón se


transforma en actor en una acción por daños y perjuicios, y siguiendo la postura clásica señalada,
debería probar la culpa del conductor del vehículo en la producción del evento dañoso. Pero el
Código Civil, al establecer en su art. 1113 la responsabilidad extracontractual, invierte la carga
probatoria, por lo que acreditado evento dañoso producido por un vehículo, el actor se beneficia
con la presunción de culpabilidad del demandado. Este último, si quiere enervar la pretensión del
actor, deberá acreditar la culpa de la víctima, el caso fortuito, o la culpa de un tercero por quien no
tiene obligación de responder.

Teoría de las cargas probatorias dinámicas

Si bien la teoría clásica sirve para solucionar la cuestión de la carga probatoria en la mayoría de
los casos que se presentan en los tribunales, hay algunos que, por especiales circunstancias, no
pueden seguirla sin producir una marcada injusticia.

Esto ha llevado a la doctrina a elaborar el concepto de cargas probatorias dinámicas, con base en
los principios de lealtad y buena fe procesal y de colaboración con la obtención de la verdad
objetiva.

La práctica demuestra que existen situaciones en las que la parte que según la doctrina clásica
está obligada a probar, se encuentra en una situación sumamente dificultosa para producir la
prueba, a diferencia de la contraria que por diversos motivos podría producirla fácilmente.

Se propone en estos casos invertir la carga de la prueba, haciendo recaer esta tarea sobre la
parte que se encuentra en una situación más ventajosa para producirla.

De este modo, en los juicios de mala praxis, la documentación necesaria para probarla se
encuentra en poder del supuesto responsable (médico). Aferrarse a la doctrina clásica y exigir al
actor que aporte esa prueba, puede llevar a la injusticia de hacer imposible el ejercicio de la
acción por imposibilidad de acceder a los documentos necesarios. Por el contrario, el médico o
institución pueden fácilmente introducirlos al proceso, sobre todo si nada tienen que ocultar. La no
presentación de la documentación, haría recaer las consecuencias disvaliosas sobre quien estaba
en mejores condiciones para producir la prueba (el médico o la institución médica).48

48
Angelina Ferreyra de de la Rúa, Ob. Cit., p. 258.

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