“el vacío que ha significado la falta de la nómina de árbitros -para el caso en que las
partes que han acudido al medio alterno que supone el arbitraje, no se pongan de
acuerdo en su designación-, constituye una violación al principio de acceso a la
justicia efectiva y del derecho fundamental al arbitraje; omisión que recae tanto en la
Corte Plena (por la falta de elaboración de tal lista de árbitros) como de la Secretaria
General, que esperó casi 20 años después de emitida la norma, antes de gestionar la
elaboración del listado de árbitros conforme a la normativa en cuestión, ante los
funcionarios competentes de la Corte Suprema de Justicia. Tales dilaciones y
omisiones llevan a acoger el recurso contra ambas autoridades del Poder Judicial,
como en efecto se ordena. Por otro lado, no se advierte la violación acusada por parte
del Colegio de Abogados; pues tal y como se indicó en el considerando anterior, el
artículo 26 de la Ley Sobre Resolución Alterna de Conflictos y Promoción de la Paz
Social en caso de controversia en la designación del árbitro la Corte Plena es el órgano
que queda obligado a mantener una lista actualizada de árbitros (de hecho y de
derecho) para que sea designado por la Secretaría General en el supuesto del párrafo
segundo de la citada ley, y no las demás entidades de arbitraje, que si bien dentro de su
giro normal tienen el nombramiento de árbitros, su omisión no ha constituido en este
caso la violación del principio al derecho constitucional; pues pueden las partes acudir
a llenar el lugar del árbitro con la lista que al efecto debe disponer la Corte Plena a
través de la designación que haga la Secretaría General”. SENTENCIA 11421-17
“se constata la alegada violación a los derechos fundamentales del amparado, porque
aun cuando tiene la condición de denunciante cualificado –en el tanto asegura que se
ve afectado por los hechos denunciados- solamente se le brindó acceso parcial al
expediente administrativo, sin que se conozca el motivo; sin embargo, ya esta Sala ha
señalado anteriormente, que el denunciante cualificado es titular de un interés legítimo
de modo que debe reputársele, para todo efecto, como parte interesada en el
procedimiento administrativo respectivo. Al tener la condición de parte interesada, le
asisten todos los derechos de tal y, específicamente, los derechos al debido proceso
y la defensa, de modo que debe contar con la posibilidad efectiva de presentar
alegatos, ofrecer prueba, participar en la producción de ésta y de recurrir cualquier
resolución de trámite de efectos propios o final que se dicte. Adicionalmente, al tener
la condición de parte interesada debe comunicársele cualquier acto de trámite o final,
según las reglas del debido proceso y la defensa para lo que se le debe integrar a la
litis. De este modo, al habérsele negado al recurrente la condición de parte y el acceso
al expediente disciplinario, se le negó a su vez la posibilidad de ejercer el debido
proceso, en clara vulneración de los numerales 30, 39 y 41, de la Constitución
Política”. SENTENCIA 9591-17
“El numeral 176 del Código Procesal Contencioso Administrativo tiene sustento en
una serie de valores, principios constitucionales y derechos de carácter fundamental.
La posibilidad otorgada a un administrado de acudir al proceso de ejecución de
sentencia en la sede contencioso-administrativa, cuando cuenta con un acto
administrativo favorable o declaratorio de derechos previo, responde al principio
elemental de la justicia, dado que, debe de contar con alguna alternativa para la
ejecución debida de lo dispuesto por la propia administración, sobre todo cuando esta
última no lo ejecuta espontánea o voluntariamente, esto es, es reticente para su
cumplimiento”. SENTENCIA 8852-17
“es criterio de esta Sala que se le ha negado con dicha actuación el acceso a la justicia
al amparado, pues el Juzgado Contravencional y de Menor Cuantía de Hatillo
recurrido, no consideró en serio que el amparado se encuentra en una situación de
desventaja, en los términos señalados por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, pues está privado de libertad a la orden de Juez competente, lo que podría
evidenciar su dificultad para sufragar los honorarios de un profesional en derecho y
denota la imposibilidad de plantear personalmente el escrito. Por ello, a juicio de este
Tribunal, la autoridad judicial debió ejercer las amplias atribuciones que en su
condición de Juez de la República le confieren la Constitución y las Leyes, con el
objeto de remover el obstáculo que impide el ejercicio efectivo de ese derecho al
amparado. Los principios procesales que imperan en la materia de pensiones, de
gratuidad, oralidad, celeridad, oficiosidad, verdad real, sencillez, informalidad y
sumariedad conducen a la misma conclusión. Solo por citar una posibilidad, pudo
ordenar la presentación del amparado a su despacho, a fin de que ratificara el escrito
en el que formuló sus manifestaciones” SENTENCIA 8382-17
es criterio de esta Sala que se le ha negado con dicha actuación el acceso a la justicia al
amparado, pues el Juzgado Contravencional y de Menor Cuantía de Hatillo recurrido,
no consideró en serio que el amparado se encuentra en una situación de desventaja, en
los términos señalados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pues está
privado de libertad a la orden de Juez competente, lo que podría evidenciar su
dificultad para sufragar los honorarios de un profesional en derecho y denota la
imposibilidad de plantear personalmente el escrito. SENTENCIA 8382-17
“esta Sala ha señalado que en materia procesal, es al Legislador a quien, en uso de sus
potestades discrecionales y la libertad de configuración, corresponde el diseño de los
diferentes procesos jurisdiccionales y las reglas especiales que deberán aplicarse,
según la materia que se trate, de manera que lo que elija el Legislador para cada caso,
no puede ser objeto de control constitucional, a menos que el ejercicio de ésta lesione
el debido proceso o los principios de razonabilidad y proporcionalidad. De este modo,
aunque el actor alega que la aplicación de la norma impugnada, en el caso concreto, lo
ha colocado en estado de indefensión, lo cierto, es que los procesos monitorios son
sumarios y, por ende, no tienen la amplitud de un ordinario. Además, lo que se
resuelva en éste, no tiene la característica de cosa juzgada material, por lo que las
partes que se encuentren inconformes con el fallo, tienen la posibilidad de acudir,
posteriormente, a un proceso judicial ordinario, en el que podrán discutir, con toda
amplitud, el asunto, con apego a los derechos de defensa, el debido proceso y la tutela
judicial efectiva. Así, la parte demandada en un proceso monitorio arrendaticio,
siempre podrá plantear el asunto en una vía judicial más amplia y, de ser procedente,
restituir sus derechos”. SENTENCIA 12775-16
“según el Juez consultante, la norma impugnada veda el derecho del menor de edad a
recibir una indemnización por la incapacidad temporal, así como la pérdida de la
capacidad general orgánica, que tuvo que soportar a causa del hecho, aparentemente,
delictivo. No obstante, la Sala Constitucional aprecia que, aún en el supuesto en que no
se le permita al menor de edad conciliar porque el imputado es un mayor de edad,
siempre tiene derecho a percibir una indemnización plena, así como la reparación
integral del daño sufrido a causa de la sentencia condenatoria que, eventualmente, se
llegue a imponer al imputado o, inclusive, bien puede acudir a la Jurisdicción de
Tránsito o, a la vía civil, a reclamar la indemnización que corresponda, si no se
constata la existencia de un delito en el proceso que sirve de base a esta consulta.
Ninguna violación al derecho protegido en el artículo 41 de la Constitución Política se
aprecia en el caso presente con motivo de la restricción impugnada” SENTENCIA
11675-16
“el solo hecho que la Ley contra la Violencia Doméstica no disponga, de forma
explícita, tal deber de fundamentación, no puede estimarse que suponga, per se, la
inconstitucionalidad de dicho cuerpo normativo. Esto es así, dado que, en primer lugar,
esta Sala ha señalado que todas las autoridades jurisdiccionales, en cualquier materia
que se trate, deben respetar el debido proceso y el derecho de defensa, resolviendo en
forma fundamentada todas las cuestiones que le sean sometidas a su conocimiento,
pues el ejercicio del poder jurisdiccional no puede considerarse arbitrario (ver, por
ejemplo, voto No. 5801-95 de las 15:06 hrs. del 24 de octubre de 1995). Lo que
implica que, independientemente, que la Ley contra la Violencia Doméstica recoja o
no tal deber de fundamentación, de manera explícita, el mismo se deriva de forma
directa de la Constitución Política, como norma que se caracteriza por su supremacía,
superlegalidad y eficacia directa e inmediata, por lo que, resulta exigible y vinculante
para todos los poderes públicos”. SENTENCIA 1215-16
En reiteradas ocasiones, esta Sala ha hecho hincapié en la obligación que tienen las
asociaciones de tutelar el debido proceso, conforme lo dispuesto por los numerales
39 y 41 de la Constitución Política, para lo cual debe otorgarse a los asociados una
audiencia en la que se les informe en forma clara sobre los hechos que se les
imputan, de forma tal que estos puedan ejercer adecuadamente su derecho de
defensa antes de ser sancionados (véase en ese sentido la sentencia número 2011-
2821 de las 10:28 del 4 de marzo de 2011). Precisamente, en el caso en estudio, los
recurrentes acusan lesión a sus derechos fundamentales, por cuanto aducen que
fueron expulsados como miembros de la Asociación Centro Carismático Vida
Abundante, Asamblea de Dios Pérez Zeledón, sin que se les garantizara el debido
proceso. Sentencia 18964-15
“tomando en cuenta que el tutelado es una persona indígena, lo cual conlleva una
protección especial en esferas judiciales, tal y como lo indica el artículo 10 del
Convenio OIT No. 169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes,
que señala que “Cuando se impongan sanciones penales previstas por la legislación
general a miembros de dichos pueblos deberán tenerse en cuenta sus características
económicas, sociales y culturales” es fácil concluir que el rechazo de la solicitud a
favor del amparado para realizar el debate el día 17 de setiembre del 2015 en la
localidad de Buenos Aires por falta de espacio y presupuesto, resulta inaceptable. Este
Tribunal reconoce el esfuerzo de los recurridos en definir el problema de espacio físico
en la comunidad de Buenos Aires, sin embargo, se echa de menos un plan o medida
concreta que permita determinar en plazos reales una solución efectiva. Así las cosas
lo procedente es declarar con lugar el recurso, ordenando a Ana Eugenia Romero
Jenkins en su calidad de Directora Ejecutiva del Poder Judicial o a quien en su lugar
ocupe el cargo que deberá tomar las medidas necesarias a fin de que las audiencias
señaladas para las ocho horas y trece horas treinta minutos de los días 02, 03 y 04 de
diciembre de 2015 se realicen en un recinto ubicado en Buenos Aires de Puntarenas, lo
anterior en aras de garantizar la atención in situ a la que tienen derecho los miembros
de los territorios indígenas. Por otro lado deberá la Dirección Ejecutiva en
coordinación con los despachos correspondientes, realizar todas las acciones
necesarias a fin de resolver en forma definitiva el problema de espacio físico para la
realización de los debates en la localidad de Buenos Aires, lo anterior, en aras de
mejorar el servicio público y garantizar los derechos de los miembros que conforman
los territorios indígenas”. SENTENCIA 14906-15 (v. similar 15229-15)
“el Consejo Superior del Poder Judicial en sesión número 22-13 del 20 de mayo del
2013, artículo XXXI aprobó el Reglamento sobre Expediente Electrónico el cuál fue
comunicado mediante circular de la Secretaría General de la Corte número 104-2013
del 30 de mayo del 2013 y publicado en el Boletín Judicial número 129 del 5 de julio
del 2013. El artículo sexto regula el acceso a la información de la persona usuaria,
indicando que “(…) deberá garantizar el derecho de acceso a la información y acceso a
la justicia de las personas usuarias que se encuentran en condición de desventaja en
cuanto al uso de la tecnología disponible (brecha digital) y las poblaciones en
condición de vulnerabilidad, identificadas según las Cien Reglas de Brasilia; por lo
que, por ningún momento el uso de la tecnología se convertirá en una barrera u
obstáculo para el ejercicio de esos derechos. En caso de que la persona usuaria no
tenga acceso a los medios tecnológicos, o bien, se encuentra en condición de
vulnerabilidad, y así lo haga saber, se procederá a facilitar la información de la forma
que lo requiera según las necesidades particulares (audio, Braille, CD, llave de
almacenamiento, fotocopia, impresa, etc)”. Así las cosas, la actuación de la autoridad
recurrida es arbitraria y vulnera el derecho de acceso a la información del amparado,
motivo por el cual el presente recurso debe ser estimado, como en efecto se ordena
debiendo la autoridad recurrida brindar en forma inmediata, al recurrente copia
impresa de la resolución de las 9:17 horas del 13 de julio del 2015 emitida dentro del
expediente judicial número 10-009630-1044-CJ y una vez comunicada le permita al
amparado manifestar lo que estime pertinente dentro del plazo de tres días hábiles a fin
de que pueda ejercer su derecho de defensa”. SENTENCIA 13020-15
“el 25 de mayo de 2015, el recurrente fue trasladado del Centro Penal de Cartago hasta
la Fiscalía de Cartago, su denuncia no fue atendida. Al respecto, debe indicarse que la
denuncia debió ser recibida, y si, posteriormente, al ser resuelta, se estimaba que no
era procedente, así debía comunicarse al interesado de manera formal (Ver en ese
sentido los votos No. 2005009764 de las 15:36 horas del 26 de julio de 2005, y No.
2015003956 de las 09:05 horas del 20 de marzo de 2015)”. SENTENCIA 9948-15
“con independencia del ejercicio de la defensa que hayan realizado otras instituciones
y, además, de la protección de los intereses del menor amparado que realiza como
parte de sus competencias el Patronato Nacional de la Infancia, lo cierto del caso, es
que resulta necesario también que se permita a la madre del niño plantear de forma
amplia los argumentos que estime pertinentes relacionados con su guarda, crianza y
educación y, para ello, es de vital importancia que pueda tener acceso a asesoría legal.
Así, dado que se violentó, en perjuicio de la recurrente y del menor amparado, su
derecho de acceso a la justicia, reconocido en el artículo 41 Constitucional”
SENTENCIA 8501-15
“…El texto de la norma es claro en señalar que el pago previo de la cláusula penal es
considerado como requisito de admisibilidad de cualquier reclamo. En otras palabras,
se obstaculiza el libre acceso a la justicia (en este caso, a la fase recursiva de la justicia
administrativa) poniendo requisitos que van más allá de lo razonable, a pesar de que la
Administración contratante podría hacer uso de otras disposiciones legales (como el
ordinal 149 de la LGAP) para obtener el pago de tales sumas de manera forzada y sin
depender de la interposición o no de un recurso…” Sentencia 6057-15
“esta Sala ha establecido que conforme al artículo 295 del Código Procesal Penal el
procedimiento preparatorio no será público para terceros, y las actuaciones solo podrán
ser examinadas por las partes, directamente o por medio de sus representantes; dado
que en el caso que plantean las recurrentes pretendían tener acceso a un expediente
penal en fase preparatoria del cual no eran parte ni representantes; no constituyó
violación alguna de sus derechos fundamentales el hecho de que el 23 de marzo del
2015 el Tribunal de Flagrancia del II Circuito Judicial de San José, denegara la
solicitud de una de las recurrentes para fotocopiar el expediente penal número 14-
000616-1092-PE, con fundamento en la circular 91-2010 del Consejo Superior del
Poder Judicial. Máxime que, aunque no se le permitió las fotocopias, sí se le mostró el
expediente para que observara la causa”. SENTENCIA 5677-15
no consta de la prueba traída al expediente, así como tampoco se desprende del
informe dado a esta Sala por parte del representante de la Junta Administrativa
recurrida, que la amparada haya sido formalmente comunicada del acto que define el
procedimiento de calificación del período 2014, en el que se indique que se deja sin
efecto la evaluación del desempeño de ese año y que por haber estado incapacitada
por el plazo mayor de seis meses, se tomará en cuenta la evaluación que resultare del
año anterior. Así las cosas, se verifica la falta de comunicación de resultado de la
evaluación de desempeño correspondiente al período 2014 y la acusada lesión a los
artículos 39 y 41 de la Constitución Política por parte de la autoridad recurrida.
Sentencia 3539-15
“quedó debidamente acreditado que el Juzgado recurrido, por resolución de las 11:08
horas del 29 de enero de 2015, previno al amparado para que aportara dentro del plazo
de 24 horas el testigo ofrecido para valorar la procedencia de su gestión planteada.
Dicha resolución fue notificada al fax No. 24385380 de la Unidad de Pensiones
Alimentarias del CAI La Reforma, el 29 de enero de 2015, a las 13:42 horas, lo que
fue confirmado por el Juzgado recurrido con la secretaria (…); sin embargo,
efectivamente, las autoridades penitenciarias le entregaron al recurrente dicha
prevención hasta el 31 de enero de 2015, cuando el Juzgado recurrido ya había
rechazado su gestión, por no haber cumplido lo prevenido. No obstante que el
recurrente puso en conocimiento de dicha situación al Juzgado recurrido, este no
promovió gestión alguna a fin de verificar lo acusado, a pesar de saber que se
encontraba detenido, y por ende, estaba sujeto a la administración penitenciaria, donde
no podía actuar y procurar la prueba como cualquier otra persona estando en libertad.
Por otro lado, resulta inaceptable que la autoridad penitenciaria recurrida justifique el
retardo de la entrega de la notificación al recurrente, al señalar que no le corresponde
notificar a los privados de libertad, puesto que si existe un medio a disposición para
que los privados de libertad reciban comunicaciones judiciales, el servicio debe ser
brindado en condiciones de eficiencia y celeridad, toda vez que de por medio se
encuentra no solo el respeto al debido proceso y la actuación procesal dentro de un
proceso judicial, sino, especialmente, la libertad de una persona, que bajo ningún
parámetro puede ser puesta en riesgo por una actuación ineficiente e inexcusable como
la acontecida en este caso. En este sentido, en este tipo de casos se está ante una
obligación de carácter compartido y consustancial entre el órgano judicial
correspondiente y las autoridades penitenciarias, ya que por una parte, el órgano
judicial tiene el deber de cerciorarse que la notificación fue plena y efectivamente
realizada al sujeto procesal en cuestión, y, por otra, la autoridad penitenciaria tiene el
deber de entregar a dicho sujeto procesal, con la inmediatez del caso, la notificación”.
SENTENCIA 3100-15
“…El juez debe realizar su labor sobre la base de un equilibrio entre su independencia
y la eficiencia y corrección que debe guardar con el fin de garantizarle una correcta
administración de justicia a toda la ciudadanía; se trata de procurar un punto de
equilibrio que optimice los derechos del usuario a recibir un servicio de administración
de justicia de calidad. En criterio de este Tribunal, el legislador ordinario, a través de la
norma objeto de impugnación, ha venido a establecer el balance necesario entre los
principios citados, como ha quedado explicado en las sentencias transcritas. Adviértase
que la aplicación del régimen disciplinario en ningún caso pretende strictu sensu una
evaluación técnico-jurídica de la labor del juez en los asuntos sometidos a su
conocimiento, sino analizar si el juez, como funcionario público que es, está brindando
un servicio público eficiente acorde con la capacidad profesional e idoneidad que el
puesto exige. Observe el accionante que la ratio iuris del resguardo constitucional a la
independencia judicial no es el juez en sí mismo, sino la persona usuaria de los
servicios de justicia. Lo anterior es así porque se supone que las garantías de la
independencia judicial, entre ellas las concernientes al juez propiamente, aumentan las
posibilidades de que el usuario reciba una justicia pronta, cumplida, sin denegación y
en estricta conformidad con las leyes (artículo 41 constitucional), para cuyo efecto la
idoneidad profesional del juez deviene inexorable. Este último requerimiento es
imposible de satisfacer, cuando el juez comete errores manifiestamente absurdos y de
gran gravedad, caso en el que los límites razonables de la interpretación jurídica son
rebasados para finalmente caer en una manifiesta arbitrariedad o incompetencia,
absolutamente contraria al derecho de las personas a recibir un servicio de
administración de justicia revestido de calidad y humanidad, con estricta conformidad
a las leyes…” Sentencia 15225-14
“…el ordinal 41 constitucional, el cual establece que -Ocurriendo a las leyes, todos
han de encontrar reparación para las injurias o daños que hayan recibido en su persona,
propiedad o intereses morales-. De este modo, se prepondera el derecho constitucional
a que cada ciudadano -en este caso, en su condición de trabajador-, obtenga una tutela
judicial cumplida y efectiva. El acceso a la jurisdicción previsto en este precepto
constitucional, se convierte en un derecho instrumental para asegurar forzosamente
el goce y ejercicio del derecho resarcitorio del damnificado, cuando el sujeto
obligado a la reparación incumpla voluntariamente con la respectiva obligación. Sin
duda alguna, si al trabajador no se le restituye lo que se le adeuda por parte de su
patrono (por concepto de los extremos laborales reclamados), no se le estará
efectuando una reparación plena e íntegra de los daños cometidos en su perjuicio, de
conformidad con lo que dispone el numeral 41 de la Carta Magna…” Sentencia 8742-
12
“El Derecho a una justicia pronta y cumplida del ordinal 41 de la Constitución Política
no se limita, en el Derecho Administrativo, al ámbito jurisdiccional, esto es, a los
procesos que conoce la Jurisdicción Contencioso Administrativa creada en el artículo
49 del mismo cuerpo normativo supremo, sino que se proyecta y expande con fuerza,
también, a la vía administrativa o gubernativa previa a la judicial, esto es, a los
procedimientos administrativos. De modo y manera que es un imperativo
constitucional que los procedimientos administrativos sean, igualmente, prontos,
oportunos y cumplidos en aras de valores constitucionales trascendentales como la
seguridad y la certeza jurídicas de los que son merecidos acreedores todos los
administrados. Precisamente por lo anterior, los procedimientos administrativos se
encuentran informados por una serie de principios de profunda raigambre
constitucional, tales como los de prontitud y oportunidad (artículo 41 de la
Constitución Política), más conocido como de celeridad o rapidez (artículos 225,
párrafo 1°, y 269, párrafo 1°, de la Ley General de la Administración Pública), eficacia
y eficiencia (artículos 140, inciso 8, de la Constitución Política, 4°, 225, párrafo 1°, y
269, párrafo 1°, de la Ley General de la Administración Pública), simplicidad y
economía procedimentales (artículo 269, párrafo 1°, ibidem). Estos principios rectores
de los procedimientos administrativos, le imponen a los entes públicos la obligación
imperativa de substanciarlos dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas,
es decir, sin retardos graves e injustificados para evitar la frustración, la eventual
extinción o la lesión grave de las situaciones jurídicas sustanciales invocadas por los
administrados por el transcurso de un tiempo excesivo e irrazonable. El privilegio
sustancial y posicional de las administraciones públicas, denominado autotutela
declarativa y que, a la postre, constituye una pesada carga para los administrados, no
debe invertirse y ser aprovechado por éstas para causarle una lesión antijurídica al
administrado con la prolongación innecesaria de los procedimientos administrativos.”
Sentencia 7830-10
“El Derecho a una justicia pronta y cumplida del ordinal 41 de la Constitución Política
no se limita, en el Derecho Administrativo, al ámbito jurisdiccional, esto es, a los
procesos que conoce la Jurisdicción Contencioso Administrativa creada en el artículo
49 del mismo cuerpo normativo supremo, sino que se proyecta y expande con fuerza,
también, a la vía administrativa o gubernativa previa a la judicial, esto es, a los
procedimientos administrativos. De modo y manera que es un imperativo
constitucional que los procedimientos administrativos sean, igualmente, prontos,
oportunos y cumplidos en aras de valores constitucionales trascendentales como la
seguridad y la certeza jurídicas de los que son merecidos acreedores todos los
administrados.” Sentencia 2166-04
“Al disponer el artículo 930 del Código Procesal Civil que: "Los escritos presentados
en tribunal distinto al que conoce del proceso no surtirán efecto; lo surtirán si llegan a
éste dentro del plazo correspondiente.", se fundamenta en principios básicos de Teoría
General del Proceso, sobre todo en dos sentidos: en primer lugar, que las normas
procesales son de orden público. Ello significa, de obligatoria observancia e
irrenunciables tanto para quien las aplica, como para quienes pretenden la tutela de sus
derechos o intereses a través de ellas, ejemplo típico de esto es la vinculatoriedad de
los términos y formas ahí previstas para el desarrollo de la actividad procesal, no como
mero formalismo tendente a crear una trampa para las partes en litigio, sino como un
medio para lograr la prevalencia del principio de seguridad jurídica, precisamente en
su favor. Por otra parte, aunque en el Código Procesal Civil (artículo 1) se prevé la
obligación para el juzgador de impulsar de oficio el proceso, ello se entiende dentro de
los actos que a él correspondan, pues el mismo numeral también remite a la actividad
de partes, dentro de la que indubitablemente se enmarca la contestación de la
demanda…En segundo término, debe tenerse en cuenta que, el artículo 41
constitucional, que establece: "Ocurriendo a las leyes, todos han de encontrar
reparación para las injurias o daños que hayan recibido en su persona, propiedad o
intereses morales. Debe hacérseles justicia pronta, cumplida, sin denegación y en
estricta conformidad con las leyes.", refuerza lo ya anotado, demostrando que la
organización de la función jurisdiccional a través de competencias según diversos
criterios (materia, cuantía, territorio e incluso con base en la sola distribución de
trabajo -caso de las llamadas secciones-) no responde al capricho del legislador, sino
que tiende, a través de la sistematización, a cumplir la obligación constitucional de
administrar justicia pronta y cumplida. De aquí se derivan las normas contenidas, en lo
que a este caso interesa, en el Código Procesal Civil y la Ley Orgánica del Poder
Judicial, según las cuales los órganos jurisdiccionales tienen determinada su
competencia, siendo nulos los actos que contrario a esa determinación dicten, de modo
que ha de ser ante el tribunal al que competa el asunto, que presenten las partes las
actuaciones que les concierna efectuar. Dentro de este ámbito, existe flexibilidad en el
sentido de que en el caso de iniciarse un proceso se presente el asunto a quien luego
resulte incompetente, hay reglas específicas dentro de cada regulación procesal para la
dilucidación del punto, pero en el caso que apunta el accionante, la competencia ya
había sido fijada y fue por un error únicamente atribuible al demandado y nunca a la
administración de justicia, que el escrito fue presentado al tribunal correspondiente
fuera de tiempo. En conclusión, no puede considerarse que la norma impugnada
contravenga los artículos 39 y 41 de la Carta Fundamental, porque no existe en la
situación que ella contempla, un estado de indefensión creado por la administración de
justicia, sino que ha sido el propio promovente quien provocó la ineficacia de su
actuación.” Sentencias 358-95, 2020-96, 9674-01
“La administración debe dar respuesta, en forma célera, a todas las peticiones de los
administrados indicándoles, si es del caso, cuáles son los motivos por los que la
misma no puede serle suministrada dentro de los plazos legalmente establecidos, pero;
contestándole siempre las gestiones que realicen.” Sentencia 451-94
“Parte esencial del debido proceso es el derecho a impugnar las resoluciones, eso no
implica que todas deban tener recurso de apelación, sino que el recurso debe otorgarse
para aquellas actuaciones que puedan significar una lesión a un derecho o libertad
fundamental, Cuando el recurso está otorgado por ley, debe poder ejercerse como
garantía que es, sin obstáculos ajenos a la actividad del recurrente.” Sentencia 461-93