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Blackness Castle

Empecemos cerca de Edimburgo, en la población de Blackness, donde encontraremos esta alcazaba el siglo XV totalmente
reconstruida tras la 2ª Guerra Mundial, y que defendía el puerto principal de la época, donde vivía el monarca. Situada justo
al lado del mar, su silueta recuerda a un barco, de ahí el sobrenombre de “el barco que nunca zarpó”. Las torres norte y sur
son llamadas habitualmente proa y popa, y a la torre central gran mástil. Cosas del humor escocés. Se puede visitar
totalmente por dentro, aunque las estancias están vacías, y las vistas a la bahía son muy buenas, pudiéndose ver Edimburgo a
lo lejos. Ideal para una escapada cerca de la capital.

El castillo de Blackness es mucho más pequeño que sus compatriotas de Edimburgo y de Stirling, así que puedes aprovechar
para dedicarle una hora en una excursión desde Edimburgo, o combinar la visita con Linlithgow y su palacio y las esculturas
de los Kelpies.

El pueblo de Blackness es tan pequeño (poco más de 100 habitantes) que no hay nada, pero, si hace buen día, puedes
llevarte un pícnic y aprovechar para visitar las playas que hay entre el castillo y Bo’ness en una excursión como esta.

Historia: Fue en el siglo XV cuando los Crichton, una de las familias más poderosas de Escocia, construyeron el Blackness
Castle.

Pero no lo idearon como una simple residencia: las primeras menciones al castillo, en 1449, ya se refieren a él como cárcel, y,
cuando en 1453 pasó a manos de la corona escocesa, siguió cumpliendo la misma función.

No cuesta imaginarlo cuando atraviesas sus toscos muros, que se adentran en el mar como si fueran un buque
inquebrantable.

Aunque el patio central da buena cuenta de cómo debía sentirse cualquier visitante que llegara al Blackness Castle, la verdad
es que los prisioneros, muchos de ellos figuras públicas de Escocia, no vivían nada mal.

Date una vuelta por las amplias habitaciones de una de las tres torres e imagina pasar una temporada allí junto a tus siervos,
listos para atender cualquier necesidad o capricho que tengas. El frío y la humedad seguro que se dejaban ver, pero no está
tan mal, ¿no?

Con el paso del tiempo, las paredes, fosos y torres se fueron fortificando para completar las defensas.

Por desgracia, no bastaron ante las tropas de Oliver Cromwell, quienes en 1651 bombardearon la fortaleza por tierra y mar,
obligando a sus habitantes a desalojarla y abandonarla a su suerte.

Pero, a pesar de que parte de la estructura medieval se perdió, desaprovechar el Blackness Castle hubiera sido una
temeridad, y, unos años después, el castillo ya volvía a utilizarse como cárcel.

Cumplió esta función hasta 1870, cuando lo convirtieron en el depósito de municiones de Escocia. El castillo se restauró para
reflejar su aspecto medieval entre 1926 y 1935, con la llegada de tiempos más tranquilos, y hoy en día está abierto al público
como atracción turística.

EL CASTILLO DE BLACKNESS Y SUS ALREDEDORES

Lo que más nos gusta del Blackness Castle es que puedes subir a lo alto de los muros y pasearte por el camino de ronda,
como si fueras un centinela atento al entorno.

Desde arriba, la imagen de la fortaleza, el patio y las torres es impresionante. Y las vistas espléndidas continúan del lado del
Firth of Forth, donde puedes ver, frente a ti, la costa de Fife, y hacia el este, los puentes del Forth conectando ambas orillas.

ESCENARIO DE OUTLANDER EN ESCOCIA

Si eres seguidor de la serie Outlander, ver el patio desde arriba quizás te traiga recuerdos (cuidado: ¡spoilers de la 1ª y 2ª
temporadas!) .
El Blackness Castle sirvió como cuartel general de Black Jack Randall (según la serie, en Fort William), y en el patio se rodó
una de las escenas más sobrecogedoras: los latigazos a la maltrecha espalda de Jamie.

El castillo de Blackness vuelve a aparecer en la segunda temporada de Outlander cuando Roger y Brianna, la hija de Claire y
Jamie, visitan la fortaleza en 1968 sin saber que está ligada de algún modo a su familia.

¿Fan de la serie? En esta zona de Escocia encontrarás otras localizaciones que merece la pena visitar, como Culross o
Falkland, como te contamos en la Ruta por los escenarios de Outlander en Escocia.

Además, el castillo de Blackness aparece en Hamlet (1990), con Mel Gibson y Glenn Close, o la peli de ciencia ficción
Doomsday (2008), como recogemos en el artículo de escenarios de cine en Escocia.

Fantasmas y fantasmas

Los visitantes han descrito su acercamiento al castillo como "lleno de presentimientos" y, al entrar, el pequeño pasaje
sinuoso que los lleva a su patio no sirve para tranquilizarlo.

En la torre norte hay una escotilla en el piso que mira hacia el pozo de la prisión a continuación. Aquellos que fueron
encarcelados habrían sufrido horrendamente, ya que el pozo se inundó dos veces al día con las mareas altas y habrían estado
hasta el cuello en agua de mar.

Se dice que la torre de la prisión está obsesionada por un caballero con armadura completa. Él tiene fama de haber
perseguido a una visitante y a sus hijos fuera de la torre.

Fue utilizado para albergar prisioneros franceses durante las guerras napoleónicas y también prisioneros tomados durante la
Guerra de los Siete Años.

Actividad Paranormal

Las paredes del castillo tienen un dolor incalculable y rezuman miedo y aprensión. Es un lugar bien documentado para la
actividad paranormal e incluso se dice que los investigadores experimentados encuentran que la ubicación lesiona los
nervios.

Con una historia que retoma el sitio antes de que se construyera Blackness Castle, es probable que una parte de la actividad
paranormal sea demasiado antigua para rastrearla. El castillo ha sido investigado por grupos paranormales y se han
escuchado muchos ruidos inexplicables, incluyendo muebles arrastrados por los suelos de piedra, pero cuando los
investigadores han ido a las habitaciones vacías, los ruidos se han detenido, solo para volver a comenzar una vez que todos
se hayan ido. Una vez descrito por un investigador paranormal conocido y altamente respetado, como el peor sitio
paranormal que había visitado afirmando: "Me aterrorizó".

Blackness Castle hace honor a su nombre: es frío, oscuro, remoto y lleno de misteriosos relatos .

Alguna vez lo describió el historiador Richard Jones como el peor sitio paranormal que había visitado, afirmando "¡Me
aterrorizó!"

Esta fue una visita obligada para los lectores e investigadores que siguen el trabajo de Haunted Scotland.

Situado en el Firth of Forth, fue construido en el siglo XV por los Crichton, pero anexionado por James II convirtiéndose en
una residencia real. Jugó su parte en la historia como una prisión, alojando a algunas personas de alto rango.

El castillo se convirtió en una fortaleza formidable con paredes gruesas y armas defensivas, la guarnición lo sostuvo en apoyo
de Mary Queen of Scots durante seis años y fue asediado por Cromwell en 1650 que dejó el castillo en ruinas. Fue restaurado
durante las guerras napoleónicas cuando nuevamente sirvió como prisión.

Es un día sorprendentemente cálido pero ventoso aquí en Escocia, mientras hacemos el viaje hacia el suroeste hasta el
Blackness Castle estratégicamente ubicado.

Las historias van así ......


Aunque no ha sido muy publicitado, ha habido informes de ruidos inexplicables y la supuesta aparición de un caballero
enojado en este castillo. A finales de la década de 1990, una señora y sus dos hijos pequeños estaban de visita, cuando se
sorprendió por la aparición repentina de un caballero con armadura que, según ella, la persiguió furiosamente desde la torre.

Un grupo de entusiastas de los fantasmas, que persuadieron al conserje de que les permitiera pasar la noche en Halloween
un Halloween, se sintieron perturbados por el constante ruido de los muebles raspados y golpeados en el suelo de piedra de
la habitación debajo de ellos. Al investigar nada, se descubrió fuera de lugar. Sin embargo, los ruidos se reanudaron en el
momento en que regresó con sus compañeros.

Debo decir que no estoy sorprendido en lo más mínimo por los informes del castillo, ya que es ciertamente una ubicación
muy atmosférica.

Hay tantas áreas para explorar e investigar en Blackness, hubo puntos en los que me encontré en áreas oscuras con ese
escalofrío muy familiar en la columna vertebral.

Sin embargo, se tenía que hacer un trabajo, y el material que se reuniría, así sucesivamente viajé dentro del laberinto de
habitaciones con rincones y recovecos.

Es Blackness Castle Haunted¿He presenciado algo? Es la pregunta, con toda honestidad, nada que no pudiera atribuir a los
fuertes vientos que soplaron a lo largo del estuario, y bombardearon la torre y las paredes.

Pasé algún tiempo en la escalera de la prisión de la torre del mástil, en esta área era evidente que se podían escuchar
extraños golpes, crujidos y gemidos.

Esto fue investigado más a fondo en la visita de enero de 2014, con las ventanas como principal sospechoso, y no de
naturaleza paranormal.

Las grabaciones de audio también se están analizando, desde esta área, y se han escuchado y anotado algunos puntos
interesantes. ¡Más por venir en esta parte pronto!

Con todo, debo decir que disfruté muchísimo de las dos visitas al Blackness Castle. Encontré al curador como una excelente
ayuda, tomándome su tiempo para informarnos completamente sobre la historia de este magnífico bastión.

Maravilloso paisaje, laberinto de áreas para explorar, y una sensación de estar dentro de las murallas históricas, instaría a
cualquiera en la zona a visitar la maravillosa propiedad Historic Scotland.

Sus secretos paranormales necesitarán permanecer como tales, al menos hasta mi próxima visita, donde puedo investigar un
poco más. El tiempo dirá.

"Una vez descrito por el historiador, y antes como el habitual más perseguido, Richard Jones, como el peor sitio paranormal
que había visitado, afirmando" ¡me aterrorizó! ", Fue una visita obligada para mí junto con los lectores e investigadores que
siguen el trabajo de Haunted Scotland ".

Dunnotar Castle

La fortaleza inexpugnable sobre el mar, Dunnotar es lo que se podría considerar el castillo perfecto en cuanto a temas
defensivos: situado en una isla con barrancos de 50 metros, tan sólo un camino para llegar a su interior, altos muros, y
muchos escoceses para defenderlo. O eso pensaban cuando escondieron en Dunnotar las joyas de la corona ante los
invasores del siglo XVII, que tuvieron que sacar rápidamente cuando sitiaron el castillo.

Su emplazamiento, a pocos kilómetros de Stonehaven, en la costa este de Escocia, hizo que el castillo de Dunnotar fuera
clave para el control del comercio. Actualmente en ruinas, como casi todo en Escocia, se puede visitar su interior, pero tan
sólo verlo por fuera merece el acercarse hasta aquí. Eso sí, no intentes colarte dentro. Es imposible. Comprobado.

En la costa este de Escocia, a 3 km al sur del pueblo de Stonehaven, un sendero entre campos se encamina hacia el mar. De
repente, el camino desciende en picado y frente a ti aparece una de las fortalezas más sobrecogedoras de Escocia: el castillo
de Dunnottar.
¿Qué tiene este castillo en ruinas que hace que todos paremos en seco, boquiabiertos, a contemplarlo? Lo asombroso es que
el Dunnottar Castle se eleva en la cumbre de un acantilado, casi inexpugnable, a merced de las aguas embravecidas del mar
del Norte.

Solo un estrecho sendero serpentea hasta lo alto del peñón y se adentra en la fortaleza medieval, y allí es donde hoy
dirigimos nuestros pasos… ¿Vienes con nosotros a visitar el castillo de Dunnottar? No nos cabe duda: ¡será una imagen
inolvidable en tu ruta por Escocia!

UN ACANTILADO ESTRATÉGICO

En cuanto te acercas al castillo de Dunnottar, de inmediato notas que allí el termómetro se desploma. El viento bate sin
tregua la costa, y el oleaje responde con fuerza. ¿Qué llevó a levantar un castillo en este entorno inhóspito?

La respuesta es el poder defensivo que proporcionaba su enclave estratégico, en lo alto de un precipicio junto al mar. Por un
lado, los habitantes controlaban las rutas marítimas y se aseguraban de que el enemigo no atacaría por agua (a menos que
estuviera dispuesto a escalar las escarpadas paredes del acantilado).

Por el otro, Dunnottar se encontraba junto a la única ruta terrestre que en el pasado conducía a la ciudad de Aberdeen.

LA HISTORIA DE DUNNOTTAR

La imagen de la fortaleza accesible solo por el angosto sendero sigue siendo impresionante… y de lo más evocadora. Desde
lejos, distinguirás las ruinas del Dunnottar Castle, que datan de los siglos XIV y XV. Y, aunque por este lugar pasaron pictos y
vikingos, entre otros, poco se conoce del origen de Dunnottar como fortaleza.

La historia que sí conocemos nos transporta al siglo XIV, cuando Dunnottar se convirtió en el hogar de los Keith, los Condes
Marischal. La poderosa familia restauró y amplió la fortaleza con un nuevo palacio en el siglo XVI para que fuera más
cómoda, pero también más lujosa.

Al fin y al cabo, los Keith recibían a huéspedes de la talla del futuro rey Carlos II o de la reina Mary, Queen of Scots, que pasó
por el castillo en dos ocasiones: en 1562 y en 1564.

Pero transportémonos ahora a 1715, año del fallido levantamiento jacobita del Viejo Pretendiente. Los condes Marischal
habían prestado su ayuda a la causa jacobita y, tras la derrota, considerados traidores, perdieron el castillo de Dunnottar a
manos del Gobierno inglés.

En los siglos posteriores, la fortaleza cambió de dueño varias veces, desintegrándose poquito a poco… Hasta que, en 1925,
Dunnottar cayó en manos de una familia dispuesta a restaurarlo y a abrirlo a los visitantes, los Cowdray.

Hoy en día, Dunnotar está abierto al público, así que, tras conocer un poquito de su historia, ¿qué te parece si seguimos el
sendero hasta llegar a la puerta fortificada? Te esperan unos cuantos escalones de bajada, y otros tantos de subida… ¡Pero el
esfuerzo merece la pena!

ESCONDRIJO DE LOS HONORES DE ESCOCIA

Otro de los episodios clave en la historia del castillo de Dunnottar tiene que ver con los Honores de Escocia, las Joyas de la
Corona Escocesa: la Corona, el Cetro y la Espada del Estado.

En 1651, Carlos II se coronó rey de Escocia en Scone, y, para la ocasión, los Honores de Escocia viajaron hasta allí desde el
Castillo de Edimburgo. Sin embargo, dos años antes, Oliver Cromwell había ordenado ejecutar a su padre, el rey Carlos I de
Inglaterra y de Escocia, aboliendo así la monarquía e instaurando una república.

UNA POSTAL DEL CASTILLO DE DUNNOTTAR

La foto más emblemática del castillo de Dunnottar fundiéndose con el acantilado la sacarás antes de llegar al castillo, desde
lo alto del sendero.
Pero no te quedes solo con esa postal: una vez visitado el castillo, dedica también un ratito a bajar hasta las playas que lo
rodean. Nosotros no vimos a ninguna de las focas que las frecuentan (aunque sí muchísimas aves), pero nos encantó
acercarnos a este rincón del mar del Norte.

Y, si desde el sendero de entrada a Dunnottar tomas la bifurcación hacia la derecha y cruzas un pequeño puente, llegarás a
otro acantilado con unas vistas espléndidas de la fortaleza donde las ruinas crean un precioso contraste con las aguas del
mar.

Tras contemplarlo desde distintos ángulos, estamos convencidos de que el castillo de Dunnottar es uno de los más bonitos de
Escocia…

PASEANDO ENTRE RUINAS… ¿Y FANTASMAS?

Bienvenido al castillo de Dunnottar, formado por más de una decena de edificios en ruinas.

Aunque la vegetación tapiza el acantilado y amenaza con engullirlos, el tiempo (y varias restauraciones) han respetado los
muros de la mayoría de edificios, poniéndotelo fácil para imaginar cómo debía ser la vida en Dunnottar unos siglos atrás.

La capilla, la forja, los establos, las bodegas o el palacio son algunas de las estancias en las que puedes adentrarte.

Escenario de cine en Escocia. El castillo de Dunnottar ha aparecido en la gran pantalla como escenario de Hamlet, con Mel
Gibson y Glenn Close, y de Victor Frankenstein, con Daniel Radcliffe y James McAvoy. Además, sirvió de inspiración para el
castillo de DunBroch en la peli Brave, de Disney.

Aunque quizás no estés solo: cuentan que el castillo de Dunnottar es uno de los más embrujados de Escocia. Su fantasma
más célebre es la Green Lady, una mujer vestida de verde que ronda la habitación donde se destilaba la cerveza
(¿casualidad…?).

Pero, más allá de las leyendas, tienes que bajar a la mazmorra Whigs’ Vault, uno de los lugares más sombríos del castillo. En
1685, para crear espacio en las cárceles de Edimburgo, se trasladó a 200 covenanters al castillo de Dunnottar.

Solo 167 presos llegaron con vida a la Whigs’ Vault, donde les esperaba un cautiverio de 9 semanas sin ninguna higiene,
comida y agua muy escasas y tan solo una ventana al mar como único contacto con el exterior. Algunos murieron intentando
escapar, y otros, durante el viaje a las Antillas en el que embarcaron a los supervivientes.

Después de muchos ataques, el castillo finalmente fue destruido cuando el ejército de Oliver Cromwell lo atacó. Tales fueron
las defensas del castillo, un ejército de solo 70 escoceses lo mantuvo con éxito contra el ejército de Cromwell durante ocho
meses, hasta que Cromwell trajo armas pesadas a la batalla, y después de ser bombardeado por los cañones durante diez
días, el castillo fue entregado.

En 1686, alrededor de 180 hombres y mujeres fueron encarcelados en el edificio ahora conocido como la Bóveda del Whig,
uno de los pocos que aún se conserva intacto en el castillo en ruinas. Los Whigs eran un partido político que se opuso a los
Reyes Stwart y fue debido a su negativa a reconocer al Rey que se llevaron a cabo en el sótano, casi sin comida ni agua, ni
servicios sanitarios y sin ventilación, durante casi dos meses, por el cual el tiempo 37 de Whigs había hecho el juramento al
rey y había sido lanzado, 25 habían escapado aunque 15 fueron recapturados, y dos cayeron a sus muertes. Cinco presos
murieron dentro de las bóvedas debido a las horrendas condiciones. Los que sobrevivieron fueron deportados a las Indias
Occidentales.

El fantasma de una joven que lleva una falda de tartán se presencia con frecuencia en la cervecería dentro de las paredes del
castillo. Aunque se sabe poco sobre quién era esta chica, es probable que esté conectada con otro fantasma visto en la
misma zona así como en la antigua panadería, descrita como una dama de verde, que se cree que data de tiempos de los
pictos.

También se dice que Dunnottar es perseguido por un soldado que ha sido visto alrededor de la sala de guardia y la entrada
principal del castillo. Él normalmente se describe como un hombre alto, a veces se dice que es de apariencia escandinava, lo
que sugiere que puede remontarse a la época de las invasiones vikingas.
Por la noche, cuando el castillo está en silencio, también se dice que se escuchan gritos de dolor y terror dentro de sus
paredes, gritos que están asociados con el sufrimiento de los whigs durante su tiempo de encarcelamiento en la bóveda del
whig.

Craigmillar Castle

Si estáis en Edimburgo y no os apetece hacer cola, ni pagar un pastón, ni tener que sufrir a las multitudes para visitar el
castillo de Edimburgo, a unos 5 kilómetros del centro está el castillo de Craigmillar. Esta impresionante fortaleza es uno de
los secretos mejor guardados de Edimburgo y uno de los castillos mejor conservados de Escocia. Además, está ubicado en
una colina con unas vistas espectaculares del volcán extinguido de Arthur’s Seat y de toda la ciudad. Y, por si fuera poco, es
una de las flamantes localizaciones de la serie Outlander en Escocia.

El castillo de Craigmillar es perfecto para una excursión de medio día desde el centro y un verdadero remanso de paz e
historia. A pesar de haber estado en Edimburgo tantas veces, hasta hace relativamente poco no sabía de su existencia así que
no pude resistirme a visitarlo. Rodeado de verde, en un entorno tranquilo, estas piedras imponentes son uno de mis rincones
favoritos de la ciudad. Está lleno de rincones, detalles y leyendas que lo hacen verdaderamente único.

Historia del Castillo de Craigmillar, el “segundo castillo” de Edimburgo

El castillo de Craigmillar es un castillo medieval situado en la ciudad de Edimburgo, Escocia, en una pequeña colina al sur del
moderno barrio de Craigmillar. Fue comenzado a finales del siglo XIV por la familia Preston, barones feudales de Craigmillar,
ampliándolo en los siglos XV y XVI. En 1660 el castillo se vendió a sir John Gilmour, que realizó más cambios. La familia
Gilmour abandonó Craigmillar en el siglo XVIII, y el castillo cayó en ruinas.

Es conocido históricamente, sobre todo, por su relación con María Estuardo, reina de Escocia. Tras dar a luz a su hijo, el
futuro Jacobo I de Inglaterra, contrajo una enfermedad y viajó a Craigmillar, donde llegó el 20 de noviembre de 1566, para
pasar allí su convalecencia. Recuperada y, antes de su partida, el 7 de diciembre del mismo año, tuvo lugar el «Pacto de
Craigmillar», con o sin su consentimiento, para descasarla de su marido Enrique Estuardo.

Craigmillar, bajo administración de la asociación Historic Scotland, es uno de los castillos medievales mejor conservados de
Escocia. La torre del homenaje está rodeada por la muralla del patio central, del siglo XV, con características defensivas.
Dentro del patio hay más edificios y todo el conjunto está rodeado por una muralla y un patio exterior que contiene una
capilla y un palomar.

Historia

Orígenes

Las tierras de Craigmillar fueron otorgadas por el rey David I de Escocia a los monjes de la Abadía de Dunfermline en el siglo
XII. En una posterior donación, en 1374, el rey Roberto II dio las tierras a sir Simon Preston, sheriff de Midlothian, cuyo hijo,
Simon, o su nieto, sir George Preston, empezaron a construir la torre del homenaje que forma el núcleo del castillo, en 1425.
La muralla del patio fue probablemente añadida por sir William Preston, que había viajado por Francia y de donde sacó la
inspiración para su nuevo proyecto. También se trajo consigo el brazo de san Gil, que presentó a la alta iglesia en Edimburgo
—contemporáneamente sito en la catedral de Saint Giles, donde una nave lleva el apellido de la familia en su honor—. En
1480, John Stewart, conde de Mar y hermano de Jacobo III, fue hecho prisionero en Craigmillar, acusado de hacer brujería
contra el rey.

Siglo XVI

En 1511 Craigmillar fue convertido en baronazgo, y por esa misma época se construyó el patio exterior, posiblemente obra
de otro Simon Preston, Miembro del Parlamento por Edimburgo en 1487. Los primeros datos que se tienen de la capilla
familiar son de 1523. En 1544, durante la guerra anglo-escocesa de Enrique VIII, los ingleses intentaos imponer por la fuerza
un matrimonio entre Eduardo, el príncipe de Gales, y la joven María. El Castillo de Craigmillar fue incendiado por las tropas
inglesas al mando del Conde de Hertford. El barón, sir Simon Preston, reparo el castillo, remodelando los edificios del patio.
Sir Simon fue Lord Provost de Edimburgo (administrador o alcalde de la ciudad) durante muchos años, y fue un partidario leal
de la reina María, quien le nombró miembro de su Consejo Privado (Privy Council).

La reina María estuvo en dos ocasiones en Craigmillar, en septiembre de 1563 y del 20 de noviembre al 7 de diciembre de
1566. Tradicionalmente se ha dicho que dormía en la pequeña cocina dentro de la torre, aunque es más probable que lo
hiciera en los aposentos, más cómodos, del edificio oriental. En su segunda estancia, María todavía tenía problemas de salud
debido a una enfermedad. La mayoría de sus nobles estaban con ella, y la sugirieron que se podía eliminar a su impopular
marido, Henry Stuart, Lord Darnley, mediante un divorcio u otros medios. Se firmó un acuerdo, el “Pacto de Craigmillar”,
entre su Secretario de Estado William Maitland de Lethington, y muchos nobles entre los que estaban los condes de
Bothwell, Argyll y Huntly. Este pacto no tuvo éxito, pero planto la semilla para eliminar a Darnley. Aunque María dejó claro
que no era feliz con su marido, no participó en la conspiración, y posiblemente no era consciente del complot que había para
asesinar a su marido. En un primer momento se previo que Danrley se alojara en Craigmillar cuando volviera a Edimburgo,
anque optó por ir a la Iglesia o’Field en la ciudad, donde fue asesinado el 10 de febrero de 1567. En 1572, después de que la
Reina María saliera de Inglaterra, el Regente Mar usó Craigmillar como base durante el sitio del castillo de Edimburgo, que
estaba en poder de los partidarios de la Reina en el exilio. Más tarde el rey Jacobo VI visitó Craigmillar, en 1589, cuando fue
invitado por sir David Preston.

Los Gilmour

Tras la muerte de sir Robert Preston en 1639, el castillo pasó a manos de un primo lejano, David Preston de Whtehill. Su hijo
vendió el castillo, que fue adquirido por sir John Gilmour en 1660, que también adquirió la vecina finca de The Inch al mismo
tiempo. Un cavalier, Gilmour fue recompensado tras la Restauración del rey Carlos II, al ser nombrado Lord President of the
Court of Session (presidente del máximo tribunal en Escocia) en 1661. Remodeló el bloque occidental del castillo para dotarle
de habitaciones más cómodas en la década de 1660, pero a principios del siglo XVIII, los Gilmour dejaron el castillo para
trasladarse a Inch House, al oeste del castillo. No se volvió a ocupar el castillo. Para 1775 el castillo estaba en ruinas, cuando
el poeta y coleccionista de antigüedades John Pinkerton escribió Castillo de Craigmillar: una Elegía. El castillo se convirtió en
una atracción turística muy popular a finales del siglo XVIII, y fue dibujado por muchos artistas. En 1842 se propuso la
renovación del castillo como residencia para la reina Victoria, pero no pasó de ahí. La propia reina Victoria visitó el castillo en
1886, cuando su propietario llevó a cabo numerosas reformas.

El Castillo de Craigmillar ha estado en manos del Estado desde 1946, y actualmente es mantenido por la asociación Historic
Scotland. El castillo está categorizado como un edificio de clase A, el más alto grado de protección que se da a un edificio
histórico en Escocia.

Descripción

En el núcleo del Castillo de Craigmillar se encuentra el torreón en forma de L del siglo XIV, construido en un saliente rocoso.
Alrededor de este se encuentra la muralla del patio del siglo XV, que contiene partes de edificios al sureste, este, y oeste.
Detrás de esta muralla hay otra muralla exterior más baja que encierra un patio exterior. Este patio contiene la capilla y los
jardines. Hacia el sur se extienden más jardines.

El torreón

Este edificio de cuatro plantas forma la torre del homenaje del castillo, aunque en un principio estuvo sola. Mide 15,8 x 11,6
metros. Los muros tiene un grosor de hasta 3,3 metros, y la segunda y tercera planta tienen techos abovedados. La torre está
construida en el borde de un saliente rocoso, y la entrada original estaba protegida de forma natural gracias a una grieta en
la roca. Esta habría estado atravesada por un puente de madera, hasta que se construyó el muro de contención. Sobre la
puerta están las armas de la familia Preston. Una escalera conduce a la habitación de la guardia, que probablemente tuvo
“agujeros asesinos” a traes de los cuales, se podían arrojar artefactos contra los atacantes que quisieran entrar. En la planta
baja hay bodegas, que antiguamente tuvieron desvanes de madera encima. Los muros divisores y las puertas de cada
extremo son adicciones posteriores.

En la segunda planta está el salón, la cocina ocupa la jamba, también hay pasadizos que conectan con las alas este y oeste. El
salón tiene una gran chimenea esculpida que data de alrededor del año 1500, y probablemente una vez el salón tuviera el
techo de madera, quizás pintado. La cocina fue reemplazada por una mayor situada en el ala este en el siglo XVI, y fue
convertida en un dormitorio. Se insertó en el fuego de la cocina una chimenea más pequeña que la del salón, así como
ventanas grandes. En la siguiente planta, a la que se accede por una escalera de caracol, hay una habitación sin ventanas
situada en la bóveda que hay sobre el techo del salón. Sobre la cocina esta la habitación del señor, la única sala privada
original que queda en el castillo. La escalera continúa dando acceso a caminos parapetados en el tejado de piedra.
Antiguamente el exterior del castillo tenía dos balconadas de madera, una con vistas a los jardines al sur, y otra con vistas a
los campos Lothian.

El patio interior

El muro cortina del siglo XV encierra un patio de 10 m de ancho, y de hasta 1,8 m de grosor. En la parte externa el muro
cortina tiene unas medidas de 40 x 27 metros. En cada esquina hay torres circulares, y en la torre sureste hay una puerta
lateral. Las torres tienen agujeros en forma de cerradura, pensados tanto para decorar como para defenderse. La puerta de
entrada se encuentra en la pared norte. Sobre ella se encuentra el escudo de la familia Preston, y encima de él está el escudo
de armas de Escocia. Las murallas están defendiadas por matacanes, agujeros por los que se podía arrojar objetos a los
atacantes, y almenas que permiten a los defensores caminar por toda la muralla. En el interior de la muralla, hay restos de
ventanas que indican que una vez hubo una serie de edificios al sur, en el patio.

La familia Preston, propietaria de las tierras, levantó en la zona una residencia fortificada en forma de torre a principios del
siglo XV. Sir Simon Preston era un firme defensor de la reina Mary Queen of Scots (María I de Escocia) y miembro de su
consejo privado. El edificio más antiguo es la espaciosa torre con forma de L, en la que abundan os recovecos y está bastante
bien conservada. Con los años, los Preston y a partir de 1660 la familia Gilmour fueron haciéndolo crecer. En el siglo XVIII fue
abandonado y cayó en la ruina. Afortunadamente, su estado de conservación es bastante bueno y en una visita es fácil
hacerse a la idea de cómo vivía la nobleza baronial de Escocia en la época. La Reina María de Escocia pasó varias épocas en el
castillo de Craigmillar. Aquí encontraba el reposo y la tranquilidad lejos de la corte de Holyrood o el castillo de Edimburgo.
Después de que su segundo marido, Lord Darnley instigara una conspiración para matar a su secretario privado y favorito, el
italiano David Rizzio, la reina se refugió en Craigmillar. Ese mismo año, su amante (y futuro tercer marido) el Conde de
Bothwell y varios nobles firmaron el “Pacto de Craigmillar” por el que meses más tarde asesinaron a Darnley. ¡Menudo
culebrón!

Entrada a la torre fortificada del castillo de Craigmillar Vista de uno de los torreones de Craigmillar Vista de uno de los
torreones de Craigmillar

La torre del homenaje tiene 17 metros de altura, muros de 3 metros de grosor y tiene muchísimas habitaciones entre las que
destacan un gran salón en el primer piso (es precioso… resulta fácil imaginar los banquetes y los bailes que se celebraron
aquí) y la llamada “Habitación de la Reina María”, donde se supone que se alojó. El interior del castillo de Craigmillar es un
verdadero laberinto de habitaciones que se comunican entre ellas, escaleras de caracol, pasadizos oscuros e incluso una
mazmorra en la que en 1813 se encontró un esqueleto emparedado. El patio interior, presidido por el escudo de la familia
Preston, tiene un árbol precioso que crece junto a la puerta y que sustituye a uno que Mary Queen of Scots plantó pero que
se tuvo que talar hace algunos años. En la parte trasera del castillo se pueden ver en el terreno las marcas de lo que en su día
fue un estanque con forma de letra “P” (por Preston, la familia dueña). Aún en un fin de semana el castillo de Craigmillar es
un oasis de paz y son pocos los viajeros que llegan hasta aquí. Visitarlo en solitario, disfrutar del silencio, de sus habitaciones
y de su historia sin nadie más alrededor es la mejor manera de entender la historia de la que nos hablan sus piedras.

Rincones con encanto Patio interior del castillo de Craigmillar Una de las grandes chimeneas del castillo Patio interior de
Craigmillar

No dejéis de bajar a las bodegas por la estrecha escalera de caracol y luego, subid a las torres y disfrutad del paisaje. En un
día claro, es increíble. Y aunque a mi me llovió tuve la suerte de “cazar” un arcoiris. Así que ni el mal tiempo es excusa para
no acercarse al castillo de Craigmillar. Antes de salir, acercaos al ala este del castillo para explorar la capilla y el palomar
medieval.

Una ruina preciosa Un paseo por las defensas del castillo Vistas increíbles desde el castillo de Craigmillar Arcoiris a la vista
Sin ninguna duda, descubrir el castillo de Craigmillar ha sido una buena manera de empezar el año en Edimburgo. Estoy
segura de que esta ciudad me tiene guardada más de una sorpresa. Y vosotros, ¿lo conocíais? Hayáis estado ya en Edimburgo
o no, es un lugar muy recomendable y una manera diferente de ver la ciudad y descubrir sus secretos.

El castillo de Craigmillar en “Outlander”

En la tercera temporada de la saga de Outlander aparece el castillo de Craigmillar como una de las localizaciones más
destacadas. Esta fortaleza espectacular a las afueras de Edimburgo se usó como la cárcel de Ardsmuir, donde Jamie Fraser
está prisionero unos cuantos años después de la derrota en la batalla de Culloden. Es aquí donde traba amistad con Lord
John y donde suceden unas cuantas cosas muy interesantes. Y también donde reaparece Murtagh.

Así que si eres fan de la serie, no te pierdas uno de los lugares de rodaje de Outlander que están más cerca de Edimburgo.

Está el castillo de Craigmillar embrujado

Situado en las afueras del sur de la capital de Escocia se encuentra el castillo impresionante y magníficamente conservado
llamado Craigmillar.

La antigua residencia fortificada de los Preston, y el último destacado abogado de Edimburgo Sir John Gilmour, esta
romántica ubicación arroja una impresionante sombra al sur del mundialmente famoso Castillo de Edimburgo.

Haunted Scotland pensó que Linlithgow & Blackness tenía abundancia de rincones, hasta que desafiamos el clima escocés
invernal y emprendimos la búsqueda de la fantasmal mujer blanca que se dice que persigue a Craigmillar. ¿Es ella la única
aparición activa?

¿Podría el Conde de Mar estar rondando esta impresionante ubicación? Quiero decir, después de todo, supuestamente fue
asesinado por Sir Simon Preston, quien lo llevó al Canongate, donde le degollaron mientras tomaba un baño.

¿Podría Earl John estar buscando a su asesino en Craigmillar Castle? O bien, su espíritu plenamente consciente podría estar
atento a las idas y venidas con la esperanza de llamar la atención, o tal vez está dando los últimos pasos, como la repetición
residual, antes de su próximo asesinato de Canongate.

Es Craigmillar Castle Haunted¿Qué hay de las mujeres blancas que supuestamente adornan los terrenos del Castillo?

La muy visitada Mary Queen Of Scots podría ser nuevamente la energía residual o real aquí.

Ella parece ser vista por todas partes en los lugares más importantes de Escocia, muchos de los cuales han sido visitados por
Haunted Scotland.

La advertencia aquí es que la energía, como se mencionó anteriormente, puede no ser su espíritu sintiente activo ...

¿Qué quieres decir con energía residual?

Deseo señalar la diferencia entre un Sentising Haunting y un No-Sentient Haunting, ya que solo puedo imaginar que estás
rascándote la cabeza preguntándote qué significa esto , y cuáles son sus implicaciones.

Sentir significa una forma de vida que realmente tiene la capacidad de sentir y percibir cosas junto con la interacción
consciente. Entonces, el No-Sentido, es obviamente lo opuesto a esto, y en un momento explicaré en qué contexto esto
puede aplicarse a un supuesto embrujo.Es Craigmillar Castle Haunted

Establece la escena; estás en la cocina lavando los platos cuando de repente te llama la atención una manifestación completa
de una figura fantasmal transparente.

Al notar esta manifestación, cierras los ojos con ella, intercambias sonrisas, mueve algunos objetos y se disipa en el éter.

Reclamas para que la energía haga ruido, obliga a tocar a demanda como si estuvieras en algún tipo de comunicación
contigo.
Acabas de presenciar una situación de Sentido donde la manifestación ha interactuado contigo.

Usando las mismas circunstancias, esta vez vislumbrarás al fantasma con el rabillo del ojo y luego intentarás bloquear la vista.
Te ignora por completo, no interactúa en absoluto, y parece seguir un patrón de movimiento establecido.

No hay conciencia de esta manifestación y, además de esto, se ha informado que realiza exactamente los mismos
movimientos sin la interacción de muchos otros testigos.

Esta es una obsesión no-sensible , una grabación si lo desea, que de alguna manera ha registrado su energía en el medio
ambiente para ser activada solo bajo ciertas circunstancias.

Es Craigmillar Castle HauntedEntonces, para concluir, los avistamientos de Mary Queen Of Scots, de hecho, podrían ser la
energía sobrante de su maravillosa vida en numerosos lugares importantes.

Su energía emocional, grabada en el tejido mismo de la realidad de una manera extraña y maravillosa.

Eso no quiere decir que ella todavía no podría estar muy activa también.

Después de todo, ella se quedó en Craigmillar durante tres años entre 1563 y 1566, y es conocida por quedarse en muchos
lugares donde solo la visitó brevemente. También se alegaba que su estado emocional era de depresión profunda debido al
tiempo horrible que estaba teniendo en este período de su vida.

En marzo, antes de regresar a este lugar, su confidente más cercano, David Riccio, fue asesinado en Holyroodhouse.

Tres meses después de esto dio a luz a James VI de Escocia ... ella estaba en busca de paz y consuelo, y esto muy bien puede
ser grabado en la tela del entorno que rodea a Craigmillar.

Algo para tener muy en cuenta. Es Craigmillar Castle Haunted

Tuve un ataque cardíaco cercano en esta visita previa, el rincón y las grietas por las que caminé alegremente, arrojé una
sorprendente sorpresa.

Palomas , Dios mío, no medio salto con los escalofríos en mi espina dorsal.

Les hice saber que esto no era divertido, para el entretenimiento del curador que estaba cerca y habló de su amabilidad.

Esta ubicación es realmente impresionante y me alegra haberme tomado el tiempo de viajar independientemente del clima.

Otro lugar que sugiero en gran medida se agrega a sus lugares de visita obligada en Escocia, sé que volveré con el buen
tiempo para buscar más a fondo y seguir informando.

Cementerio de Edimburgo

Mackenzie, el poltergeist del cementerio de Greyfriars de Edimburgo

Fue el director fiscal de toda Escocia en el siglo XVII. Su principal tarea era condenar a los covenantes (integrantes de un
movimiento religioso nacido en Escocia) que hubieran participado en el intento de revuelta contra el rey Carlos II.

Mackenzie, llevando a cabo su tarea, condenó a todos los covenantes de Edimburgo y los encarceló en una prisión situada
aquí, en el cementerio de Greyfiars. Poco después decidió ejecutarlos a todos ganándose así el nombre de ‘sangriento
Mackenzie’ por la crueldad de las ejecuciones.

Cuando Mackenzie murió en 1691 fue enterrado en este mismo cementerio. Cerca de donde se encontraba la cárcel
podemos encontrar su mausoleo.

El tema de los misterios está a la orden del día. Son muchos los curiosos que quieren saber más, y aunque nos de un poco de
miedo en ocasiones, cuando encima tienen raíces históricas y evidencia son mucho peor.
Si alguna vez te has dejado caer por Edimburgo, seguro que conocer el Greyfriars Kirkyard, el punto con más actividad de
poltergeist del mundo entero. Actividad que, por encima de todo, está documentada fielmente.

El sitio también tristemente conmemora el lugar donde más persecuciones religiosas se produjeron en el siglo XVII, en plenas
guerras de cristianos contra protestantes. El principal perseguidor de los rebeldes que se negaban a jurar lealtad al Rey y
convertirse era Sir George Mackenzie.

Cuando el Rey Carlos subió al trono, intentó homogeneizar el culto religioso en todo el país, y así comenzaron unas
sanguinarias persecuciones que culminaron con la horrible batalla de Bothwell Brig, en 1679. Pero fueron muchos los
rebeldes que seguían negándose a jurar 􀃗delidad al nuevo Rey (el Reino Unido era en ese momento una república liderada
por Cromwell) y por ello fueron encarcelados en el cementerio de Greyfriars Kirkyard.

En ese lugar los rebeldes fueron testigos y víctimas de horribles torturas físicas, nada de comida, maltrato inhumano y
muchos fueron decapitados en manos de Sir George Mackenzie, que incluso fue conocido como “Sanguinario Mackenzie” por
ellos. Eso no constaba en su vida cotidiana, por supuesto, ya que daba la imagen de hombre ideal ante su familia y su trabajo
(era abogado y escritor).

El sadismo de su personalidad hizo que todos le temieran, a escondidas. La persecución fue insaciable y a su fin, los
supervivientes fueron ejecutados o enterrados vivos en el cementerio del lugar. Irónicamente, el propio Mackenzie fue
enterrado en un mausoleo en el propio Greyfriars Kirkyard: el Mausoleo Negro.

Así, desde 1691 a 1998 todo fue calma. Pero fue en ese año, más de 300 años después cuando un hombre sin techo pasó por
ese punto estratégico buscando cobijo. Entrando en el Mausoleo Negro, intento desvalijarlo probablemente buscando algo
de valor. Cuando se acercó a la tumba de Mackenzie, se dice que sintió un intenso sudor frío y, de repente, un agujero se
abrió a sus pies, haciendo caer al hombre a un piso inferior que estaba plagado de cadáveres de sus víctimas, que habían sido
enterrados siglos atrás. El hombre, aterrorizado, salió del lugar y no se ha vuelto a saber nada de él desde entonces.

Al día siguiente, otro transeunte pasó las verjas del Mausoleo Negro para curiosear. Según su testimonio, “una fuerza helada”
la echó para atrás. Más adelante, una mujer fue hallada cerca de la entrada del mausoleo, inconsciente, con su cuello
cubierto de moratones como si alguien hubiese tratado de estrangularla. ¿Sería culpa del vagabundo que profanó la tumba?

En la actualidad, el mito del poltergeist de Mackenzie es muy popular en las redes. Existen muchos testimonios que aseguran
haber visto hogueras, fantasmas o inexplicables sucesos. Se dice que algunas personas que se han aventurado a investigar
han sufrido heridas graves, desde inexplicables moratones, a quemaduras o huesos rotos, alucinaciones o pérdida de
conocimiento. Eso sí, todos coinciden en que un atacante invisible es el responsable.

En 2001, un exorcista dirigió una ceremonia en el cementerio, con objeto de deshacerse de los malos espíritus. El propio
sacerdote, Colin Grant, con􀃗rmó haber sentido numerosas presencias invisibles a su alrededor que le hizo huir rápidamente
del lugar. Unos días después, se le encontró muerto en extrañas circunstancias.

Pero no solo eso: existe un famosísimo personaje que supuestamente descansa en el cementerio de Greyfriars y no es nada
más y nada menos que Thomas Riddell, un hombre que falleció en el siglo XIX y que los fans han bautizado como la tumba de
Lord Voldemort (J.K. Rowling escribió Harry Potter y la Piedra Filosofal en un café del centro de Edinburgo).

Siglos más tarde este cementerio donde murieron los covenantes pasaría a convertirse en uno de los lugares más encantados
de Edimburgo. Cuenta la historia que una noche fría y lluviosa un vagabundo vino aquí a refugiarse del frío cuando, sin darse
cuenta, abrió la tumba de Mackenzie al cobijarse dentro, despertando así a su espíritu. Después de esta noche empezaron a
ocurrir una serie de curiosos sucesos entre los visitantes que acudían al cementerio: cortes inexplicables, mordidas,
quemaduras, marcas…

El ayuntamiento decidió cerrar esta parte del cementerio por precaución. Fue entonces cuando la leyenda del poltergeist de
Mackenzie comenzó a coger fuerza ya que muchos curiosos que se acercaban al lugar decían tener una sensación extraña al
estar al lado. Más de 450 personas cuentan haber sido atacadas por el poltergeist, algunas incluso dicen haber sido poseídas
por el espíritu de Mackenzie y otros incluso dicen haber realizado fotos del mausoleo que poco después desaparecían sin
ninguna explicación.
Existen tres niveles de fenómenos paranormales:

• Nivel 1: se escuchan cosas.

• Nivel 2: se escuchan y se ven cosas.

• Nivel 3: se escuchan, se ven y se sienten cosas.

Esta zona ha sido exorcizada dos veces, ambas sin resultado alguno. Cuatro casas de los alrededores del cementerio fueron
reportadas con actividad poltergeist, varias zonas del cementerio están clasificadas con nivel 3 en la escala de fenómenos
paranormales y en 2002 un gran fuego devastó las residencias que se encuentran tras la tumba de Mackenzie.

Verdad o mentira esta historia ha influido mucho en la cultura escocesa, tanto que ahora dentro del mismo cementerio
existe hasta una tienda de souvenirs ya que esta historia gusta mucho a los visitantes. En este cementerio también se pueden
encontrar algunas lápidas que sirvieron de inspiración para más de un personaje de los conocidos libros de J.K. Rowling.
Gracias a la curiosa historia del poltergeist de Mackenzie y el resto de fenómenos paranormales que posee la ciudad, la
universidad de Edimburgo es ahora una de las pocas en el mundo que posee un departamento de parapsicología.

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