TRABAJO INDIVIDUAL
2016-2
La figura femenina en las películas de terror. Un acercamiento a “Shutter”
Tanto en las novelas, la lírica, el teatro y hasta actualmente en el cine, puede ser notado el
estereotipo que se ha ido construyendo en torno a la figura femenina: pasando por Medusa
en la Edad Clásica, las brujas frente al ideal marianista perpetuado por la Iglesia en el
medioevo, hasta la femme fatale o las histéricas de Freud un tanto más contemporáneas.
el papel que la mujer fungía en el mismo. Es curioso notar que casi la totalidad de dichos
estereotipos han sido construidos y presentados por una hegemonía masculina y no por el
sujeto femenino mismo, constituyéndose aquél como el otro penetrador pero nunca
impenetrable, tal como desarrolla Butler en el primer capítulo de su texto “Los cuerpos que
importan”.
hora de establecer estereotipos de toda naturaleza, y es que, pareciera que el cine está
tomando cada vez más espacios de la producción y consumo culturales, originado quizá en
la eficacia que tienen para llegar a una público mucho más extenso.
El propósito de este ensayo es, como se mencionó, analizar la figura femenina en el film de
terror “Shutter”, debido a la notoria reincidencia que este tipo de filmes presenta a la hora
realizará intentando establecer una conexión entre la reiterada aparición de éste estereotipo
DE LO FEMENINO
Sexual”, pilar de gran parte de la teoría freudiana, ha sido muchas veces criticado por no
presentar en su primera fase cabida a otras maneras de expresar la sexualidad que no sea la
La postulación de dicho complejo surge del análisis de la tragedia griega “Edipo Rey”, el
cual narra cómo, sin poder escapar de su destino, el personaje principal se enamora, sin
saberlo, de su madre y mantiene relaciones sexuales con ella, para lo cual previamente
había ya asesinado al padre. Freud propone tres etapas iniciales en el desarrollo psicosexual
de un niño: oral, anal y genital; es en esta última etapa en la cual aparecería el complejo de
Edipo: el niño presenta de manera inconsciente el deseo de mantener relaciones con uno de
los progenitores, rivalizando con el otro; sin embargo, llegado a cierta etapa el niño varón
relaciona el “poder” del padre con la posesión de un falo, por lo cual, cual el niño,
intimidado por el miedo a la pérdida y al saberse derrotado por el padre, se subsumirá a él.
Lo que me interesa rescatar de ésta parte de la teoría es el temor e importancia que se le
concede a la pérdida del falo, lo cual deriva, según esta teoría, en un rechazo de niño hacia
diferenciación en ambo sexos. Por supuesto, si trasladamos esto a nivel de sociedad, podría
explicar la primacía de la figura masculina sobre todo aquello que no lo sea o que parezca
identidad masculina”, intenta denotar que, casi al igual que Freud, la necesidad masculina
Si los hombres, tan universalmente, deben pasar por pruebas para probar su masculinidad, es
precisamente porque ésta no ésta determinada por la naturaleza: no se nace hombre, las
sociedades cuentan con sistemas más o menos rígidamente establecidos para hacer hombres a
la fuerza. (35)
Tanto el niño como la niña han crecido bajo el brazo protector de a madre, teniéndola como lo que
él llama “primera fuente de identidad”, pasada esta etapa surge el proceso de construcción de la
identidad sexual en los niños: las niñas pueden construirse en base a lo que observan en la madre
con la evidente facilidad de que pasan mucho más tiempo con ellas que con el padre, sin embargo,
el niño no cuenta con una figura masculina que esté constantemente en su espacio, por lo cual él
“debe rechazar la identificación con su madre, como condición indispensable para adquirir su
propia identidad masculina” (Callirgos 37), es decir, construye su identidad en base a lo que la
madre no es, siendo ella “x” y él “no x”. Callirgos observa que dicha negación se prolonga en toda
la vida del individuo haciendo necesarias muestras de masculinidad para reafirmarla. Un ejemplo
claro de legitimación es el acoso callejero, el varón necesita probar su hombría mediante la
desea diferenciarse de la madre. Resulta curioso, sin embargo, que dicha presión a rechazar
Es bastante notorio los puntos en común que poseen ambas teorías, lo femenino llega a
construirse como ese otro que genera miedo e inseguridad pero sin el cual lo masculino,
nacido en contraposición, tampoco podría existir, como afirma Figari “Lo otro subalterno
propia” (132).
“lo abyecto”, el cual sería, en palabras simples, aquello que pertenece al cuerpo pero que
sombra de recuerdos” (Kristeva 13), mientras que lo ominoso es aquello que es familiar y
pulcritud sino “aquello que perturba una identidad, un sistema, un orden” (Kristeva 11), de
ésta manera, revela lo inestable y débil del sistema en el cual nos manejamos en tanto que
aquello que carece de sentido, por lo cual se puede llegar a la comprensión de la necesaria
“abyecto”: la comida, los desechos corporales y la diferencia sexual, ligadas a las fases del
desarrollo psicosexual de los niños: oral, anal y genital respectivamente. De éstas tres, me
sentimiento ambiguo respecto a la figura materna sino también miedo a todo aquello que
nos diferencia del sexo masculino: genitales, actitudes “femeninas”, sino también a la
sangre que corre debido al proceso de menstruación femenina, lo cual resulta de interés si
tomamos en cuenta la cantidad de sangre que se emplea en este tipo de películas gore para
APLICACIÓN A LA TRAMA
Como es sabido, el cine asiático goza de buena fama en lo que a películas de terror se
refiere, es así que pasamos de las bizarras del autor Park Chang Wook, como “Thirst hasta
las más convencionales como “El aro” o “Noroi, the curse”. El título de la película a tratar
es “Shutter” o su versión en español “Están entre nosotros”, fue rodada y escrita en el 2004
por los directores Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom. La trama inicia con un
accidente de coche en el cual, una pareja atropella a una joven que se encontraba en la vía
esa noche. Durante los siguientes fotogramas, el alma de la muchacha empieza a aparecer
buscando, al parecer a su asesino, que es la mujer que iba manejando el coche esa noche:
Jane. Sin embargo, poco a poco va revelándose que a quien busca en realidad es al
muchacho: Tun, puesto que lo que habían atropellado al inicio de la película no era sino el
fantasma de la exnovia del muchacho en sus años de estudiante, llamada Natre. Poco a
ruptura con Tun, empieza a presentar actitudes obsesivas y suicidas. Tun, al no saber qué
hacer acude a su grupo de amigos quienes acuerdan en solucionar ellos el asunto. Mientras
se explica todo este background, en el presente de la historia los amigos de Tun van
historia, cuando creemos a salvo tanto a Tun como a su actual novia Jane, se nos revela un
detalle final, el porqué de las recientes apariciones del fantasma: Natre desea vengarse. Al
parecer, los amigos en un intento por asustarla y disuadirla de dejar la relación con Tun, es
violentada sexualmente por el grupo de amigos del muchacho, tomando él mismo fotos
para dejar constancia del hecho, por lo cual Natre termina suicidándose. La película termina
con la venganza final del fantasma puesto que Tun es recluído en un centro psiquiátrico y
- Miedo a Naitre/fantasma/mujer
En las primeras líneas de este ensayo, se expuso que existe toda una tradición respecto al
miedo y asco hacia la figura femenina amenazante y hacia aquello que no encaje con los
estándares. Esto se deja ver de múltiples maneras en el filme, puesto que el miedo a lo
femenino no da cuenta solo por la relación que se establece entre una mujer y el ente
terrorífico, sino también en el miedo a la mujer que deja constancia en la violación sexual
de Naitre. Asimismo por la presencia de muchos micro machismos a lo largo de la trama,
propios de la sociedad tailandesa de la época y es que cabe recordar que, Tailandia, es uno
de los países con mayor número de prostitución y trata de personas. Me parece necesario
tener en cuenta ésta aclaración a la hora de analizar el filme dado que de ésta manera podría
ser más fácil notar los estereotipos mencionados. Si bien es cierto, las películas de terror
Resulta curioso que en la mayoría de películas de terror aquél ente que ocasiona terror
provenga de una mujer, esto puede ser fácilmente explicado mediante las teorías
aquello que ha venido mostrándose tanto en literatura como mitología, pocas veces son las
ocasiones en las cuales la mujer adopta el papel de heroína. Por lo cual, adopta este papel
malévolo que en la mayoría de las variantes hace el mal por puro placer.
desarrollando la película hace nacer en nosotros cierta aversión hacia Natre, haciendo que
sentido de que ahora ella nos genera lástima, más no simpatía. Si bien es cierto, el filme es
un thriller muy común, juega con este tipo de sentimientos mediante el llamado “efecto de
espejo”.
En realidad, al igual que como se expone en el texto de Butler, todo aquello que no puede
ser dicho debido a que no puede significarse, lo cual abarca no solo el cuerpo femenino,
genera terror en tanto es algo no conocido, esto cobra importancia si tenemos en cuenta que
no se sabía la causa de los suicidios del grupo de amigos de Tun ni el nombre de Natre
hasta casi el final de la película, mucho menos de las esposas de los amigos de Tun.
En el segundo capítulo de “Filosofías del terror o paradojas del corazón” podemos darnos
una idea de cómo los medios audiovisuales en general han colaborado a la objetivación de
la mujer, asimismo cómo mediante la exposición de una realidad paralela es más fácil fijar
este tipo de estereotipos y miedos referente al cuerpo de la mujer. Por otro lado, el mismo
sumamente aversivo si tenemos en cuenta de las acciones pasadas del mismo. Sin embargo,
si nos ponemos a pensar en el asunto, aun sin la necesidad de una pantalla este tipo de
Bibliografía
Butler, J. (2002). Cuerpos que importan. Barcelona: Paidós.
Callirgos, J. C. (1998). Sobre héroes y batallas. Los caminos de la identidad masculina. Lima: Escuela
para el desarrollo.
Carroll, N. (1990). Filosofías del terror o paradojas del corazón. España: Machado Libros.