Anda di halaman 1dari 115

ENFERMEDADES CARDÍACAS EN EL CUERPO DE BOMBEROS

IDENTIFICACIÓN DE LOS SÍNTOMAS – GUÍA PARA LA


PREVENCIÓN

ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE BOMBEROS – IAFF

1750 NEW YORK AVENUE, NW WASHINGTON, DC 2006

WWW.IAFF.ORG
AGRADECIMIENTOS

El Departamento de Salud y Seguridad Ocupacional de IAFF


agradecen a aquellas personas que comprometieron su conocimiento,
talento y experticia para actualizar la presente edición del manual:

• Stefanos N. Kales MD (Doctor), MPH (Grado Médico en Salud


Pública), FACP (Miembro del Colegio Americano de Médicos),
FACOEM (Miembro del Colegio Americano de Medicina Ocupacional y
Ambiental). Profesor Asociado de Medicina de la Escuela Médica de
Harvard; Profesor Asociado y Director con Residencia en Medicina
Ambiental y Ocupacional de la Escuela de Salud Pública de Harvard; y
Jefe de División de Medicina Ocupacional y Ambiental y Director
Médico de Empleo y Medicina Industrial de la Alianza de Salud de
Cambridge.

El Doctor Kales fue financiado durante este proyecto como


Investigador Principal por el Programa de Concesión de Asistencia a
los Bomberos (AFG) del Departamento de Seguridad Nacional –
Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) concesión
EMW-2006-FP-01493 & EMW-2009-FP-00835.

• Albert Rielly MD (Médico), MPH (Grado Médico en Salud Pública),


Miembro del Equipo Médico en Medicina Ocupacional e Interna,
Alianza de Salud de Cambridge; Científico Invitado de la Escuela de
Salud Pública de Harvard; Evaluador Médico del Departamento de
Bomberos de Boston.

• Agradecimientos Especiales al equipo de la División de Salud


Ocupacional, Seguridad y Medicina de IAFF, responsable por la
coordinación del proceso de revisión y el manual por su persistencia
en la finalización de la investigación dirigida así como la redacción del
manual y la organización del proyecto, incluyendo a Jim Brinkley,
Director de Salud y Seguridad Ocupacional y a los Asistentes de Salud
y Seguridad Ocupacional de IAFF Jason Atkins, Courtney Fulton,
Theresa Gorman, Ron McGraw, and Bart Siciliano. Al equipo
administrativo de la División, especialmente, Lisa Aaron and Joyce
Vanlandingham, fueron responsables por el formato del manual final.
Adicionalmente, al invaluable apoyo de los miembros de Medicina
Ocupacional de IAFF de la Escuela Johns Hopkins de Higiene y Salud
Pública. Iniciada a través de la acción de la convención en 1986, la
IAFF firmó un acuerdo de cooperación con la Escuela Universitaria
Johns Hopkins de Higiene y Salud Pública para acoger a los médicos
para las rotaciones de 60 días en su segundo año de posgrado de
estudios de especialización en medicina ocupacional. Esta publicación
representa otro logro notable de este programa.

Presidente General Secretario General


Harold A. Schaitberger Thomas H. Miller

Asistente del Presidente General


Para la Salud y Seguridad Ocupacional
Patrick J. Morrison

Director de Salud y Seguridad Ocupacional


James E. Brinkley
TABLA DE CONTENIDOS

CAPÍTULO 1. Introducción.

CAPÍTULO 2. Enfermedad Cardíacas y la Ocupación del Combate


de Incendios.

CAPÍTULO 3. Anatomía y función del Sistema Cardiovascular.

CAPÍTULO 4. Enfermedades del Sistema Cardiovascular.

CAPÍTULO 5. Factores de Riesgo de la Enfermedad Cardíaca.

CAPÍTULO 6. Prevención de la Enfermedad Cardíaca.

CAPÍTULO 7. Enfermedad Cardíaca y los Beneficios para el


Bombero.
ENFERMEDAD CARDÍACA EN EL SERVICIO DE BOMBEROS

CAPÍTULO 1 – INTRODUCCIÓN

El sistema cardiovascular consta del corazón y los vasos (arterias,


venas y capilares) que circulan la sangre a través del cuerpo. El
corazón bombea continuamente sangre a través de los vasos del
sistema circulatorio. Si el corazón deja de latir y no se ha comenzado
la resucitación cardiopulmonar dentro de pocos minutos, se
presentarán serios daños cerebrales y la muerte i. Las enfermedades
cardiovasculares (ECV) son aquellas enfermedades que afectan el
sistema cardiovascular, y por lo tanto afectan la función cardíaca y/o
los vasos sanguíneos. Las (ECV) son comunes en la población
general y es especialmente importante para los bomberos y los
respondedores a emergencias médicas porque sus trabajos pueden
exponerlos a riesgos cardiovasculares únicos. En particular, el
combate de incendios está reconocido como una ocupación peligrosa.
ii
Aunque muchas personas pueden asumir que las quemaduras y la
inhalación de humo son la causa de la mayoría de muertes de
bomberos, las (ECV) son actualmente la causa independiente más
frecuente de muertes relacionadas con el servicio. iii Las ECV
representan casi la mitad del total de las muertes en servicio y para
todas las muertes por enfermedad cardíaca en el servicio, existe un
estimado de 17 eventos cardiovasculares no fatales en la línea del
deber en el Servicio de Incendios de los Estados Unidos. iv

Comúnmente, la ECV es conocida como enfermedad del corazón o


cardíaca. Como se muestra en las Figuras 1.1 y 1.2, la enfermedad
cardíaca es el mayor asesino tanto de hombres como de mujeres en la
población general de los Estados Unidos y Canadá.
Figura 1.1 v

Figura 1.2 vi

A pesar de que la enfermedad del corazón o cardíaca es una causa


importante de muerte, esta puede prevenirse y tratarse. Por otra parte
el aumento en la sensibilización de los factores de riesgo, tales como
fumar, la hipertensión y el colesterol alto, y las mejoras en la
detección, el tratamiento y la reducción de los factores de riesgo han
resultado en una disminución en la mortalidad cardiovascular desde
1980. vii viii Las últimas tendencias de mortalidad cardiovascular de los
Estados Unidos y Canadá se presentan en las Figuras 1.3 y 1.4.

Figura 1.3 ix

Figura 1.4 x
Este manual está escrito para bomberos y respondedores de
emergencias médicas, un grupo de individuos que enfrentan riesgos
especiales de enfermedad cardíaca o ECV. El manual contiene una
revisión y un análisis de varios temas, incluyendo la evidencia de que
los bomberos y los respondedores de emergencias médicas pueden
estar en mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, la
anatomía y el funcionamiento normal del corazón, los tipos de
enfermedades que afligen el corazón, los factores que incrementan el
riesgo de los bomberos de desarrollar enfermedades cardíacas y lo
que pueden hacer los bomberos y primeros respondedores para
prevenir las enfermedades cardíacas. También se incluye información
que aborda el Programa de Beneficios para Oficiales de la Seguridad
Pública en los Estados Unidos y una revisión de la legislación sobre el
corazón a nivel provincial y estatal. La Asociación Internacional de
Bomberos (IAFF) sabe que usted encontrará este manual tanto
informativo como útil.

i
van Lommel P, van Wees R, Meyers V, Elfferich I. Experiencia cercana a la muerte de los
sobrevivientes de un paro cardíaco; un estudio prospectivo en los Países Bajos. Revista Lancet.
2001; 358:2039-45.

ii
Oficina de Estadísticas del Trabajo, Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, Manual de
Perspectivas Ocupacionales, Edición 2010-11, Bomberos, en internet
http://www.bls.gov/oco/ocos39.htm (visitado el 7 de septiembre de 2011).

iii
Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Tareas de emergencia y muertes por
enfermedades cardíacas entre los bomberos en los Estados Unidos. Revista de Medicina de
Nueva Inglaterra. 2007; 356:1207-1215.

iv
Karter MJ, Molis JL. Lesiones de Bomberos. Quincy, MA, Asociación Nacional de Protección
Contra Incendios (NFPA); 2005.

v
Heron M. Muertes: Principales causas para el 2007. Informes de Estadísticas Vitales Nacionales;
Volumen 59, N° 8. Hyattsville, MD: Centro Nacional para Estadísticas de Salud. 2011.

vi
Estadísticas de Canadá. 2010. Principales causas de muerte en Canadá, 2007. Catálogo N° 84-
215-2010001. Tabla 2.
vii
Ford ES, Ajani UA, Croft JB, Critchley JA, Labarthe DR, Kottke TE, Giles WH, Capewell S.
Explicando la disminución en las muertes por enfermedad coronaria en los Estados Unidos, 1980-
2000. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra. 2007; 356:2388-2398.
viii
Capewell S, Ford ES, et al. Tendencias en los Factores de Riesgo Cardiovascular y Potencial de
Reducción de la Mortalidad por Enfermedad Coronaria en los Estados Unidos de América. Boletín
de la Organización Mundial de la Salud 2010; 88:120-130. doi: 10.2471/BLT.08.057885.
ix
División de Estadísticas Vitales, Rangos de Muerte Ajustados a la Edad para 113 Causas
Seleccionadas: Estados Unidos 1999-2007. Tabla GMWK293R. Centro Nacional para Estadísticas
de la Salud. Hyattsville, MD: Centro Nacional para Estadísticas de la Salud. 2007.
x
Estadísticas de Canadá. 2010. Listado de Causas Resumido de la Mortalidad. Catálogo N°
84F0209X1E.
CAPÍTULO 2 – ENFERMEDAD CARDÍACA Y LA OCUPACIÓN DE
COMBATE DE INCENDIOS.

El combate de incendios está reconocido como una ocupación


peligrosa. Existen alrededor de un millón de norteamericanos que
participan en la realización de este servicio público esencial. Aunque
muchas personas asumen que las quemaduras y la inhalación de
humo causan la mayoría de muertes en el servicio, como se mencionó
anteriormente, la enfermedad del corazón o cardíaca (ECV) es la
causa independiente más frecuente de muertes relacionadas con el
servicio entre los bomberos de Estados Unidos. Las ECV representan
casi la mitad del total de las muertes causadas por enfermedad
cardíaca coronaria (ECC). i ii

Adicionalmente, por cada evento mortal en el servicio por enfermedad


cardíaca (EC), existe un estimado de 17 eventos no mortales en el
servicio en por Enfermedad Cardio Vascular en el Servicio de
Bomberos de los Estados Unidos. iii Este capítulo revisa la evidencia
con respecto a las asociaciones entre el combate de incendios como
ocupación y la enfermedad cardíaca por medio del examen de cuatro
áreas: combate de incendios y tiempo de vida del riesgo de ECV
(Estudios de Mortalidad sobre una Cohorte); ECV como una
proporción o fracción de las muertes (mortalidad proporcional); las
tareas extenuantes como un detonante de eventos ECV agudos; y
variaciones temporales en los eventos ECV (variaciones circadianas o
diarias). Una fuerte evidencia que vincula el combate de incendios con
los eventos de enfermedad cardíaca proviene de las últimas tres áreas
con la evidencia más robusta derivada de estudios en la última década
que vinculan las tareas específicas del Servicio de Bomberos a riesgos
muy elevados de muertes por ECV.

A) ESTUDIOS DE MORTALIDAD DE BOMBEROS

El método comúnmente usado para investigar las asociaciones entre


una Enfermedad y un trabajo específico es un estudio de Mortalidad
de una Cohorte. Un estudio de mortalidad compara el riesgo de
muerte de una enfermedad, como la enfermedad cardiovascular, en un
grupo o cohorte de personas, como los bomberos, con una población
de referencia.
En un estudio de mortalidad de ECV de un bombero, el número de
muertes por ECV en un grupo de bomberos es comparado con el
número de muertes por ECV de una población de referencia. El
resultado será una proporción del número de muertes observadas en
los bomberos comparado con el número de muertes en la población
de referencia o comparación. La proporción es denominada una
proporción estandarizada de mortalidad (SMR). Si un estudio
demostró que las muertes por ECV aumentaron en los bomberos, el
SMR podría ser más grande que 1.0 y una prueba estadística podría
indicar una probabilidad del 95% o mayor de que el resultado sea
superior a 1.0 por otras razones que la variación de oportunidades.
Una debilidad inmediata de este diseño es que no contabiliza las
enfermedades cardíacas per se (en sí mismas), sino sólo las muertes
por enfermedades cardíacas. Por ejemplo, sin un bombero desarrolló
una ECV y fue retirado del servicio como una consecuencia de ella,
pero más tarde murió de otra enfermedad, ese caso podrían no ser
contabilizado con respecto a las enfermedades cardíacas en el estudio
de mortalidad.

En el equilibrio y en su conjunto, los estudios de mortalidad de la


cohorte demostraron dos hallazgos principales. Primero, la
contabilización de ECV o Enfermedad Cardíaca para alrededor del
35% de las muertes entre los bomberos, lo que es similar a la
población general. Segundo, en su conjunto, el promedio del SMR
para enfermedad cardíaca coronaria en los bomberos es alrededor del
0.9 o 10% más bajas en comparación con aquella de las poblaciones
de referencia. iv v Haas et al. vi publicaron una revisión de unos estudios
de mortalidad en una cohorte que informaron SMRs para los
bomberos comparado a la población general de los Estados Unidos.
Aunque la mayoría de SMRs reportados para enfermedad arterial
coronaria fueron más bajos que la población de referencia, un estudio
encontró que un SMR por enfermedad cardíaca de 1.99 para los
bomberos para los bomberos con más de 30 años de servicio, los
cuales fueron más altos que la población de referencia. Estos
hallazgos sugieren que “El Efecto del Trabajador Saludable”, descrito
más abajo, puede enmascarar diferencias reales en la mortalidad por
ECV entre los bomberos.
Idealmente, la única diferencia entre los grupos debería ser la
exposición del combate de incendios, con ambos grupos compartiendo
características de raza, género, estilo de vida, etc. Un grupo típico de
comparación de bomberos es la población masculina adulta de raza
blanca en Norte América. Sin embargo, existen diferencias
significativas entre la población general masculina adulta de raza
blanca y los bomberos que pueden hacer que las conclusiones de los
estudios de mortalidad sean objeto de debate. Una de tales diferencias
que se observó muy a menudo en los estudios de mortalidad es el
“efecto del trabajador saludable” (HWE). El HWE es un tipo de “sesgo”
o error que resulta en una disminución observada en la mortalidad de
los trabajadores cuando se compara con la población general. vii
Existen muchas fuentes de un HWE potencial en los estudios de
mortalidad. Por ejemplo, los bomberos son seleccionados para el
empleo sobre la base de ciertos criterios rigurosos. Estos incluyen
pruebas escritas, exámenes médicos y pruebas de habilidades físicas.
Muchos individuos en la población general con problemas médicos
existentes, discapacidades, o que de otra manera no pueden cumplir
con los criterios no son necesariamente comparables con los
bomberos. Como un resultado de estos “sesgos de selección”, los
bomberos como grupo deberían ser más saludables que la población
general, y podría esperarse tener un número más bajo de muertes por
ECV que la población general que incluye individuos que laboran en
trabajos menos demandantes, que no trabajan en lo absoluto, así
como aquellos con enfermedades médicas pre existentes. vii Por lo
tanto, el HWE puede enmascarar la mortalidad excesiva debido a las
exposiciones perjudiciales del combate de incendios. Se estima que el
HWE reduce la tasa de mortalidad general entre los trabajadores en
alrededor del 80% de la tasa en una población de referencia. ix

Otra debilidad de los estudios previos es que carecen de toda


información sobre exposiciones del trabajo de los bomberos y los
factores de riesgo personales para ECV. Estas diferencias entre
bomberos a nivel individual también pueden influenciar los resultados
de los estudios de mortalidad porque la exposición a factores de riesgo
cardiovasculares potenciales varía dentro de un grupo de bomberos.
Por ejemplo, un bombero puede tener una exposición
significativamente más grande a los riesgos que otro durante el
trayecto de una carrera. A falta de datos integrales sobre las
exposiciones, los investigadores utilizan la duración en el empleo
como un sustituto para la exposición, de modo que las exposiciones
particulares que pueden causar aumento en la mortalidad en una
proporción de bomberos podrían tender a ser subestimadas en los
estudios de mortalidad. Finalmente, debido a que la mayoría de
estudios de mortalidad se basan en información de los certificados de
defunción, los errores y/o las inconsistencias en la causa de muerte
reportada pueden resultar en conteos inexactos para la muerte por
enfermedades cardíacas.

En un esfuerzo para interpretar los resultados conflictivos de los


estudios de mortalidad, los investigadores han reanalizado los
resultados de los estudios previos para determinar si hay un aumento
del riesgo de mortalidad por ECV entre los bomberos. Choi tomó los
resultados de 23 estudios publicados previamente, de los cuales 7
mostraron evidencia positiva de aumento de mortalidad por ECV entre
los bomberos y 16 que no lo hicieron, e intentó ajustarlos para el HWE.
Después de realizar una reevaluación, cuatro estudios que
previamente no demostraron ninguna asociación entre el combate de
incendios y la Mortalidad cardiovascular subestimaron el riesgo
ocupacional del combate de incendios y la mortalidad cardiovascular.
Choi concluyó que, en general, existe una fuerte evidencia de un
riesgo creciente entre un trabajo como el de un bombero y la muerte
por enfermedad cardiovascular.

B) MORTALIDAD PROPORCIONAL DEL BOMBERO

La Mortalidad Proporcional por ECV en servicio se refiere a la


proporción, fracción o porcentaje de muertes que suceden en la línea
del deber ocasionadas por las enfermedades cardíacas y vasculares.
En este sentido existe un acuerdo unánime de que los bomberos
experimentan la más alta mortalidad proporcional debido a
enfermedad cardíaca en la línea del deber en comparación a otras
ocupaciones. xi, xii Las muertes relacionadas con enfermedad cardíaca
causan aproximadamente el 45% de las muertes en servicio por año
entre los bomberos. Para los servicios encargados del cumplimiento
de la ley, construcción y emergencias médicas y todas las
ocupaciones combinadas, la proporción de las muertes en servicio que
se estimó fueron debido a ECV han sido reportadas como del 22%,
12%, 11% y 15%, respectivamente. xiii, xiv A pesar de las muertes en el
servicio de bomberos de los Estados Unidos han disminuido desde la
década de 1970, desafortunadamente, la fracción o proporción debido
a enfermedades de corazón se ha mantenido consecuentemente
elevada (vea la Figura 2.1). Los datos más recientes muestran que en
2011, las Muertes cardíacas súbitas contaron alrededor del 50% de las
muertes de bomberos de la línea del deber. xv Presumiblemente, la
elevada mortalidad proporcional observada en el servicio de bomberos
es explicada por la interacción única de los perfiles de riesgo de los
bomberos y las exposiciones y los factores de estrés encontrados
durante los tipos específicos de labores del Combate de Incendios
(vea más abajo las labores extenuantes). No es sorprendente que los
riesgos de los eventos de enfermedad cardíaca coronaria varían
ampliamente a través de las diversas labores; con los riesgos más
altos asociados a las tareas más extenuantes, mientras que los
riesgos más bajos se observan durante las rutinas de no emergencia o
situaciones de “inactividad” (vea la sección de actividades extenuantes
y la Tabla 2.1).

C) LABORES EXTENUANTES Y DETONANTES DEL COMBATE DE


INCENDIOS

Numerosos estudios han mostrado que diversos tipos de situaciones


extenuantes (por ejemplo: que involucran un esfuerzo físico y
emocional excesivo) pueden detonar eventos cardiovasculares agudos
en individuos con enfermedad subyacente. De una manera similar, los
factores de estrés periódicos en el medio ambiente general tales como
los incrementos repentinos en la polución del aire xvi o la actividad de
la influenza xvii han demostrado que preceden los picos en las tasas de
eventos ECV dentro de una población expuesta. Estos eventos
cardíacos se limitan en gran medida a las personas “susceptibles” (los
más jóvenes, los más viejos y aquellos que tienen enfermedad
cardíaca o pulmonar conocidas) dentro del grupo más grande.

En la última década, una serie de tres estudios examinó las labores


del combate de incendios en este contexto, por medio de suposiciones
instruidas para el tiempo profesional invertido por los bomberos en
cada tipo de labor del servicio de incendios. Esta investigación brinda
evidencia definitiva de que ciertas labores extenuantes del combate de
incendios pueden precipitar o detonar los eventos de enfermedad
cardíaca en los bomberos con problemas cardíacos subyacentes. xviii,
xix, xx
Todas estas tres investigaciones independientes han demostrado
resultados muy similares para las “posibilidades” o probabilidad de
eventos de Enfermedad Cardíaca para las labores específicas del
servicio de bomberos cuando se comparan con las situaciones de no
emergencia (vea la Tabla 2.1).

En conjunto los estudios muestran un marcado y significativo aumento


en la probabilidad de eventos de enfermedad cardíaca durante la
supresión de incendios, la respuesta a alarma y el regreso de las
alarmas; y para muertes cardíacas durante ejercicios de
entrenamiento físicos vigorosos. En entrenamiento físico incluía todas
las actividades de acondicionamiento físico relacionadas con el
trabajo, pruebas de capacidades físicas, y ejercicios simulados o en
vivo de incendio, rescate, emergencia y búsqueda. El más grande de
las tres investigaciones, publicada por Kales, Soteriades ES,
Christophi CA, et al, consideró todas las 449 Muertes en servicio
atribuidas a la Enfermedad Cardíaca Coronaria (ECC – CHH por sus
siglas en inglés) en el servicio de Bomberos de los Estados Unidos
para el periodo de 1994-2004. Los autores aplicaron tres análisis
estadísticos diferentes utilizando modelos que hicieron diferentes
supuestos sobre la duración del tiempo que los bomberos invirtieron
en las labores del trabajo para contabilizar las variaciones debido al
estado de voluntario/de carrera, áreas rurales versus áreas urbanas y
jurisdicciones grandes y pequeñas. No importa cuál modelo se usó, los
riesgos de muerte por ECC comparados a situaciones de no
emergencia permanecieron marcadamente elevados durante las
tareas extenuantes comparadas con las situaciones de no
emergencia. En el ejemplo más dramático, aunque la supresión de
incendios representa únicamente el 5% del tiempo profesional anual
entre los bomberos, más del 30% de las muertes en servicio por ECC
sucedieron durante las actividades de Supresión. Así, el estudio
confirmó que la probabilidad de un evento por enfermedad cardíaca es
de 4 sobre 10 a más de 100 veces mayor durante la supresión de un
incendio que durante las labores de no emergencia. xx
xv
Figura 2.1

Tabla 2.1
D) PATRONES CIRCADIANOS (DIARIOS) DE ENFERMEDAD
CARDÍACA EN EL SERVICO DE BOMBEROS

Otro tipo de evidencia de los mismos investigadores también soporta


la afirmación que las labores de emergencia pueden detonar o
precipitar las muertes por enfermedad cardíaca. Esta examina la
distribución circadiana de las muertes por ECC del servicio de
bomberos o cómo estas Muertes se distribuyen a lo largo de un día de
24 horas. xxi Los investigadores encontraron que el patrón diario de
muertes por ECC del servicio de bomberos refleja el patrón de alarmas
y despachos de emergencia. Por lo tanto, en lugar de seguir el patrón
típico de enfermedades cardíacas observado en la población general,
en donde los picos de eventos cardíacos se encuentran en horas de la
mañana, más de dos tercios de las muertes por enfermedad cardíaca
en la línea del deber del servicio de bomberos suceden entre las horas
del mediodía y la medianoche (vea la Figura 2.2 más abajo).

Figura 2.2 xxii

CONCLUSIÓN
Tomados en conjunto, los estudios publicados que utilizan la evidencia
epidemiológica para determinar si existe una relación entre el
Combate de Incendios y la mortalidad por ECV no proporcionan
evidencia clara del aumento del riesgo de muerte por ECV cuando se
compararon con la población general. La explicación más probable es
el “Efecto del Trabajador Saludable”. Si bien puede haber debate si los
bomberos tienen poco o ningún exceso de mortalidad por Enfermedad
cardíaca de por vida, existe evidencia sólida y convincente de que los
bomberos experimentan la mayor proporción de mortalidad por ECV
en el cumplimiento del deber que cualquier otra ocupación; lo cual
representa casi la mitad de las muertes en la línea del deber. xxiii
Además existe fuerte evidencia que las labores extenuantes del
combate de incendios pueden detonar o precipitar los eventos de
enfermedad cardíaca durante el servicio. En particular, los ataques
cardíacos y las muertes cardíacas súbitas son entre 10 a más de 100
veces más probables de suceder durante las actividades de extinción
de incendios comparados a situaciones de no emergencia. En
consecuencia, estos hallazgos sugieren una interacción entre los
factores de riesgo de enfermedad cardíaca de los bomberos y las
exposiciones únicas que ellos encuentran durante el servicio en el
servicio de bomberos.

i. Fahy RF, LeBlanc PR, Molis JL. Muertes de Bomberos en los Estados Unidos – 2008. Quincy,
MA: National Fire Protection Association (NFPA); Julio 2009.

ii. Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Labores de Emergencia y muertes por
enfermedad cardíaca entre los bomberos en los Estados Unidos. Revista de Medicina de Nueva
Inglaterra. 2007; 356:1207–1215.

iii. Karter MJ, Molis JL. Lesiones de Bomberos. Quincy, MA: National Fire Protection Association
(NFPA); 2005.

iv. Rosenstock L, Olsen J. El Combate de Incendios y la muerte por causas cardiovasculares.


Revista de Medicina de Nueva Inglaterra 2007; 356:1261–1263.

v. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur, DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en
los Bomberos de Estados Unidos. Cardiología en Revisión. 2011; 19:202-215.

vi Haas NS, Gochfeld M, Robson MG, et al. Efectos Latentes en la Salud de los Bomberos. Revista
Internacional de Salud Ambiental Ocupacional. 2003; 9:95–103.

vii. Choi B. Una Técnica para reevaluar la evidencia epidemiológica a la luz del efecto del
trabajador saludable: el caso del combate de incendios y la enfermedad cardíaca. Revista de
Medicina Ocupacional. 2000; 42: 1021-1034.
viii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur, DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en
los Bomberos de Estados Unidos. Cardiología en Revisión. 2011; 19:202-215.

ix. Choi BCK. Definición, fuentes, magnitud, modificadores de los efectos, y estrategias de
reducción del efecto del trabajador saludable. Revista de Medicina Ocupacional. 1992; 34:979-988.

x. Choi B. Una Técnica para reevaluar la evidencia epidemiológica a la luz del efecto del trabajador
saludable: el caso del combate de incendios y la enfermedad cardíaca. Revista de Medicina
Ocupacional. 2000; 42: 1021-1034.

xi. United States Fire Service (Servicio de Bomberos de los Estados Unidos). Estudio Retrospectivo
de las Muertes de los Bomberos. Arlington, VA, TriData Corp: National Fire Data Center (Centro
Nacional de Datos de Incendios); 2002.

xii. Rosenstock L, Olsen J. Combate de Incendios y Muerte por Causas Cardiovasculares. Revista
de Medicina de Nueva Inglaterra 2007; 356:1261–1263.

xiii. United States Fire Service (Servicio de Bomberos de los Estados Unidos). Estudio
Retrospectivo de las Muertes de los Bomberos. Arlington, VA, TriData Corp: National Fire Data
Center (Centro Nacional de Datos de Incendios); 2002.

xiv. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur,


DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en los Bomberos de Estados Unidos. Cardiología en
Revisión. 2011; 19:202-215.

xv. Fahy RF. LeBlanc PR, Molis JL. Muertes de Bomberos en los Estados Unidos – 2011. Quincy,
MA: National Fire Protection Association (NFPA); Junio 2012.

xvi Mittleman MA. Contaminación del aire, ejercicio y riesgo cardiovascular. Revista de Medicina de
Nueva Inglaterra. 2007; 357:1147–1149.

xvii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur,


DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en los Bomberos de los Estados Unidos. Cardiología
en Revisión. 2011; 19:202-215.

xviii. Kales SN, Soteriades ES, Christoudias SG, et al. Los bomberos y las muertes en servicio por
enfermedad cardíaca coronaria: un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xix. Holder JD, Stallings LA, Peeples L, et al. Presunción de Jubilaciones de Bomberos por su
Corazón en Massachusetts 1997–2004. Revista de Medicina Ambiental Ocupacional. 2006;
48:1047–1053.

xx. Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Labores de emergencia y muertes por
enfermedad cardíaca entre los bomberos en los Estados Unidos. Revista de Medicina de Nueva
Inglaterra. Med. 2007; 356:1207–1215.

xxi. Kales SN, Soteriades ES, Christoudias SG, et al. Los bomberos y las muertes en servicio por
enfermedad cardíaca coronaria: un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xxii. Fahy RF. LeBlanc PR, Molis JL. Muertes de Bomberos en los Estados Unidos – 2011. Quincy,
MA: National Fire Protection Association (NFPA); Junio 2012.

xxiii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur, DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los Bomberos de Estados Unidos. Cardiología en Revisión. 2011; 19:202-215.
CAPÍTULO 3. ANATOMÍA Y FUNCIÓN DEL SISTEMA
CARDIOVASCULAR.

El sistema cardiovascular o circulatorio se compone del corazón y los


vasos sanguíneos responsables de la función vital del transporte de la
sangre, el oxígeno y materiales esenciales en todo el cuerpo,
necesarios para la supervivencia. El siguiente resumen de la anatomía
y función del sistema circulatorio puede ser muy útil en la apreciación
de cómo las enfermedades cardíacas y los vasos sanguíneos pueden
conducir a resultados adversos para la salud.

EL SISTEMA CIRCULATORIO Y CORAZÓN NORMALES

La función principal del corazón es servir como una bomba para la


sangre que transporta oxígeno y materiales esenciales en todo el
cuerpo. Como lo ilustra la Figura 3.1, el corazón tiene cuatro cámaras:
dos cámaras superiores denominadas aurículas y dos cámaras
inferiores denominadas ventrículos. La aurícula derecha recibe sangre
del resto del cuerpo y después, llena de sangre, se contrae para enviar
sangre dentro del ventrículo derecho. El ventrículo derecho entonces
bombea la sangre a los pulmones en donde estos pueden recoger
oxígeno. La sangre que vuelve de los pulmones entra en la aurícula
izquierda, donde se fuerza a ingresar en el ventrículo izquierdo. El
ventrículo izquierdo entonces bombea fuera la sangre hacia el resto
del cuerpo en donde el oxígeno puede ser distribuido. Las paredes de
cada cámara del corazón contienen el miocardio, un tipo de músculo
que es único (exclusivo) para el corazón. Cuando el miocardio se
contrae, la sangre es forzada a salir de una cámara a través de
válvulas de una sola vía, que cuando funcionan normalmente, evitan el
reflujo de modo que la cámara puede llenarse con sangre para el
siguiente latido del corazón.
Figura 3.1i

VÁLVULAS CARDÍACAS

Las válvulas del corazón ayudan a garantizar que el flujo de sangre es


de un solo sentido a través de cada cámara, evitando el reflujo lo cual
podría disminuir la salida del corazón. Los sonidos de cada latido del
corazón se generan a partir del cierre de estas válvulas. Hay cuatro
válvulas cardíacas; la tricúspide, la pulmonar, la mitral y la aórtica. La
válvula tricúspide separa la aurícula derecha y el ventrículo derecho; la
válvula pulmonar separa el ventrículo derecho de la arteria pulmonar;
la válvula mitral separa la aurícula izquierda y el ventrículo derecho; y
la válvula aórtica separa el ventrículo izquierdo de la aorta. Las
ubicaciones de las válvulas del corazón en relación con el resto del
corazón pueden verse en la Figura 3.2.
Figura 3.2ii

VASOS SANGUÍNEOS

El cuerpo tiene varios tipos de vasos huecos, tubulares que se utilizan


para transportar la sangre. Las arterias transportan la sangre lejos del
corazón hacia los tejidos y contienen músculos que ayudan a controlar
la presión relativamente alta creada cuando el ventrículo izquierdo se
contrae para enviar sangre a través del cuerpo.

Las arterias la conducen hacia los capilares, los cuales tienen un


diámetro muy pequeño. Los glóbulos rojos fluyen individualmente a
través de los capilares en una fila sencilla, permitiendo el intercambio
de oxígeno entre los glóbulos rojos y los tejidos. Los capilares la
conducen hacia las venas que transportan la sangre de vuelta hacia el
lado derecho del corazón. A diferencia de las arterias, las venas tienen
paredes delgadas y están sometidas a baja presión con el flujo
sanguíneo dependiendo de la gravedad y la acción de bombeo de los
músculos en el brazo y las piernas que presionan sobre las paredes
de las venas. Las venas a menudo contienen válvulas unidireccionales
para evitar el reflujo de la sangre a medida que se lleva de regreso al
corazón.

MIOCARDIO

El corazón contiene un tipo especial de músculo, llamado miocardio.


Las células del miocardio se contraen y relajan para generar la presión
necesaria para bombear la sangre. Las células individuales del
miocardio están conectadas por medio de discos intercalados para
formar largas fibras que constituyen un enrejado. Los discos
intercalados permiten a las células individuales comunicarse entre sí.
Los iones que pasan a través de las células crean una corriente
eléctrica que libera calcio dentro de las células del miocardio
provocando una contracción sincronizada del miocardio. Las células
del miocardio requieren oxígeno para funcionar y lo reciben a través
de arterias especiales, llamadas arterias coronarias.

ARTERIAS CORONARIAS

Las arterias coronarias transportan sangre rica en oxígeno desde el


ventrículo izquierdo para abastecer el miocardio. Hay dos arterias
coronarias principales, las cuales abastecen diferentes áreas del
corazón. La arteria coronaria derecha abastece al miocardio en el
ventrículo derecho y parte del ventrículo izquierdo, y las ramas de la
arteria coronaria izquierda abastecen el miocardio en cualquier otra
parte del corazón. La Figura 3.3 ilustra las arterias coronarias
principales. Comúnmente, una obstrucción en la arteria coronaria
interfiere con la distribución de oxígeno hacia el miocardio. Si el
miocardio no recibe suficiente oxígeno, se vuelve isquémico (privado
de Oxígeno), y si se ve privado de oxígeno por un largo periodo de
tiempo, el miocardio morirá o “infartará”. En consecuencia, los
doctores se refieren a los ataques cardíacos como infartos de
miocardio o la manifestación final de la isquemia del miocardio
causada por la ausencia de oxígeno en la zona del músculo del
corazón.

Figura 3.3iii

SISTEMA DE CONDUCCIÓN

Como se mencionó anteriormente, el flujo de iones entre las células


del miocardio crea una corriente eléctrica que activa la contracción del
músculo del corazón. Para generar una contracción efectiva de una
cámara en el corazón, las células del miocardio deben funcionar de
manera coordinada. Las células especializadas en el nódulo sinusal
(nódulo SA) de la aurícula derecha actúa como un marcapasos para
establecer el ritmo al que late el corazón. Estas células generan el flujo
de iones que inicia la contracción del corazón. Desde el nódulo SA,
una corriente eléctrica se propaga por ambas aurículas, activando una
contracción y enviando la sangre dentro de ambos ventrículos. La
corriente también es transportada hacia las células en el nódulo
auriculoventricular (nódulo AV), que luego transmite la corriente dentro
de los ventrículos mediante células dedicadas denominadas Haz AV y
fibras de Purkinje. Después de un breve retraso, a través de estas
células, el flujo de los iones es transportado desde la aurícula al
interior de ambos ventrículos para crear un contracción sincronizada.
La Figura 3.4 ilustra las ubicaciones de los componentes del sistema
de conducción.

Figura 3.4iv

PRESIÓN ARTERIAL (Hg)

La presión arterial se refiere a la presión dentro de las arterias


generada por el bombeo del corazón. La presión arterial se reporta en
milímetros (mm) de mercurio. Por ejemplo, una presión de 20 mm
quiere decir que una columna de mercurio líquido (Hg) podría ser
elevada 20 mm en contra de la gravedad. Para propósitos clínicos, se
miden y registran en conjunto dos valores de presión arterial, por
ejemplo 110/70. El primer número, la presión sistólica, es una medida
de la presión máxima en las arterias que se produce después que el
ventrículo izquierdo se contrae para enviar sangre al interior de la
aorta y al resto del cuerpo. El segundo número, la presión diastólica,
es la presión en reposo de las arterias. La presión arterial es
determinada por múltiples variables, tales como el volumen de sangre
en el sistema vascular, la fuerza de la contracción del ventrículo
izquierdo, y el diámetro de las arterias, que puede ser controlado por
la contracción de los músculos en las paredes arteriales. El cuerpo
tiene mecanismos homeostáticos para controlar el volumen circulante
eficaz de líquido mediante la alteración de la tasa de filtración de la
sangre y la excreción de líquido en los riñones, y segrega hormonas
que pueden alterar la dilatación de los vasos sanguíneos y cambiar la
fuerza de las contracciones del corazón.

UN SISTEMA DINÁMICO

El sistema circulatorio tiene mecanismos homeostáticos emplazados


para responder a las condiciones que requieren un mayor trabajo para
mantener los tejidos del cuerpo provistos de oxígeno. Esto puede
incluir, pero no está limitado a esfuerzo físico, emociones fuertes, dolor
y enfermedad. El corazón puede responder a señales del sistema
nervioso y a mensajeros químicos como la epinefrina para cambiar el
ritmo del corazón, la fuerza de la contracción o la cantidad de sangre
bombeada fuera del ventrículo izquierdo con cada contracción. Del
mismo modo las arterias y las venas pueden cambiar el diámetro lo
que puede alterar la presión arterial. Si las arterias disminuyen en
diámetro, la presión arterial aumentará e inversamente, si el diámetro
de las arterias aumenta, la presión arterial caerá. Adicionalmente, los
medicamentos pueden interactuar con este sistema.

CONCLUSIÓN

El sistema circulatorio está compuesto por el corazón y los vasos


asociados que transportan la sangre, los cuales llevan oxígeno y
materiales esenciales por todo el cuerpo. Estos componentes forman
un sistema dinámico que puede responder a múltiples demandas del
cuerpo por medio de la alteración de variables como el ritmo cardíaco,
la presión arterial, el volumen de circulación eficaz de la sangre y la
contractilidad del miocardio. El cerebro y otros órganos vitales
dependen del adecuado funcionamiento del sistema circulatorio para
su supervivencia, haciendo la salud circulatoria críticamente
importante.

i, ii, iii, iv
Del Manual Merck de Información Médica para el Hogar, editado por Robert Porter. Derechos
de autor 2010-2011 para Merck Sharp y Dohme Corporation. Una subsidiaria de Merck & Co., Inc.,
Whitehouse Station, NJ. Disponible en http://www.merckmanuals.com/home/index.html. Visitada el
31 de marzo de 2012.
CAPÍTULO 4 – ENFERMEDADES DEL SISTEMA
CARDIOVASCULAR

El corazón es responsable de una variedad de funciones esenciales


con el fin de garantizar la vida. Diversos componentes anatómicos del
sistema cardiovascular descritos en el capítulo anterior están sujetos a
procesos de enfermedades que pueden alterar la salud y la fisiología
normales. Este capítulo revisa las enfermedades más comunes que
afectan al sistema cardiovascular.

ENFERMEDADES DE LAS ARTERIAS CORONARIAS

Las arterias coronarias abastecen al miocardio con oxígeno y


nutrientes esenciales. El proceso de enfermedad más común que
puede interrumpir el flujo de la sangre a través de las arterias
coronarias es la aterosclerosis. La aterosclerosis es una enfermedad
de las arterias causada por la deposición de placas de colesterol en el
revestimiento interno de las arterias causando estrechamiento y
alterando el flujo de la sangre a través de la arteria. Esta es la causa
subyacente de la mayoría de ataques cardíacos y accidentes
cerebrovasculares que suceden en los Estados Unidos y Canadá. El
estrechamiento de las arterias coronarias por la aterosclerosis se
conoce por diferentes términos intercambiables, tales como
enfermedad cardíaca coronaria (ECC - CHD), enfermedad arterial
coronaria, enfermedad isquémica cardíaca, enfermedad
aterosclerótica vascular coronaria, o enfermedad cardíaca
aterosclerótica. La ECC es el término preferido y será el que se
utilizará aquí. La CHD representa el 90% de las muertes por
enfermedad cardíaca en servicio entre los bomberos de los Estados
Unidos. i

La pared de una arteria está compuesta de varias capas. La Figura 4.1


representa las capas normales de una arteria. La capa más interna es
una capa celular gruesa y se denomina endotelio. El endotelio recubre
el interior de la arteria y está en contacto con las células sanguíneas.
Figura 4.1ii

La aterosclerosis comienza con el daño a las células endoteliales, que


se puede producir a partir de las fuerzas de corte de fluido en lugares
donde la sangre sufre cambios repentinos en velocidad y dirección.
Luego de la lesión a las células, plaquetas y coágulos formando
proteínas crean un coágulo de sangre en el sitio del daño. Con el
tiempo, el cuerpo elimina el coágulo y repara el daño al endotelio. Sin
embargo, el músculo liso y otras células del cuerpo pueden entrar en
la zona. La zona de infiltración celular conduce a la deposición de
colágeno y lípidos como el colesterol, lo cual se denomina una placa
aterosclerótica o ateroma. El ateroma es cubierto gradualmente con
células endoteliales, pero esta zona de endotelio es propensa a repetir
la lesión. El fumar, la hipertensión arterial, la dieta excesiva en grasas,
y otras agresiones al sistema cardiovascular pueden causar que el
ateroma crezca, estrechando la arteria, los que también se conoce
como estenosis. Este proceso se ilustra en la Figura 4.2.
Figura 4.2 iii

La formación de aterosclerosis es gradual, y pueden pasar años antes


que un individuo desarrolle síntomas relacionados con el
estrechamiento. Este proceso puede acelerarse por el estilo de vida y
las exposiciones ocupacionales, pero también puede ser influenciado
favorablemente por el estilo de vida y otros métodos de reducción del
riesgo como se ilustra en la Figura 4.3. Los resultados de la etapa final
de arterias estrechas o ateroscleróticas incluyen angina, la cual es un
dolor de pecho o incomodidad que se presenta cuando una zona del
corazón se ve privada de oxígeno, un infarto o muerte súbita, que
pueden ser detonados por las agotadoras labores del combate de
incendios en una persona con enfermedad subyacente. Los ejemplos
de manifestaciones menos comunes incluyen desmayos, fatiga
crónica, dificultad para respirar y un electrocardiograma (ECG – EKG)
anormal.
Figura 4.3 iv

Un método común de identificación de estrechamiento arterial


coronario es un ejercicio u otros tipos de pruebas de esfuerzo. En las
pruebas más comunes de ejercicio en trotadora, el sujeto camina
sobre la trotadora a través de una serie de etapas que progresan
mediante el incremento de la velocidad y el grado de inclinación de la
trotadora, mientras son grabadas las señales del corazón por medio
de un electrocardiograma (ECG). Una prueba máxima en la trotadora
puede obtener varios tipos de información importante. Entre más
tiempo que uno es capaz de continuar en un protocolo de trotadora,
más alto es el nivel de capacidad aeróbica o aptitud física de la
persona. Los niveles altos de aptitud física están asociados con un
mejor pronóstico (resultados a largo plazo) y por lo tanto, disminuyen
los riesgos de muerte tanto por causas cardiovasculares como no
cardiovasculares. Adicionalmente, si la prueba de esfuerzo muestra un
resultado consecuente con una ausencia de oxígeno en las células del
miocardio, lo cual se denomina como una isquemia, la ubicación y
extensión del estrechamiento arterial coronario puede ser evaluado
por otras pruebas. La norma de oro para esto es el cateterismo
cardíaco. Un cardiólogo realiza un cateterismo cardíaco haciendo
pasar un pequeño tubo dentro de las arterias coronarias e inyectando
material de contraste que es opaco a los rayos-X. Bajo la fluoroscopia,
el material de contraste revelará cualesquiera estrechamientos o
bloqueos de las arterias coronarias. Si es posible, el cardiólogo puede
intentar aumentar el diámetro de una arteria estrecha o bloqueada con
una angioplastia (con o sin colocar un stent [endoprótesis vascular])
para restaurar el flujo de sangre. Una alternativa menos invasiva a la
cateterización es un angiograma-CT (ATC - angiografía por tomografía
computarizada), el cual proporciona vistas similares del corazón y las
arterias coronarias por medio de la combinación de una tomografía
computarizada (TC) con un material de contraste vascular especial.

ANGINA

El dolor de pecho, o angina, puede presentarse cuando el


estrechamiento de las arterias coronarias resulta en un flujo
inadecuado de sangre hacia las células del miocardio. Las fibras
sensoriales del dolor en el corazón son estimuladas por la isquemia, o
una ausencia de oxígeno en las células del miocardio. A diferencia de
las fibras de dolor en la piel, las fibras de dolor en el corazón no
causan dolor agudo y localizado. Tradicionalmente, el dolor de pecho
que se presenta cuando el corazón no está recibiendo suficiente
sangre es descrito como una “presión” subesternal que puede
irradiarse hacia el cuello y los brazos. Sin embargo, muchas personas
pueden no exhibir los síntomas clásicos de una angina, a pesar de que
existe un estrechamiento grave de las arterias coronarias. Estas
personas pueden experimentar falta de aliento y fatiga sin dolor.

La Angina puede ser estable, lo que significa que puede ser llevada en
forma predecible y se alivia con un cierto nivel de esfuerzo, y el dolor
de pecho que se presenta no necesariamente significa que se esté
presentando un infarto o que este es inminente. Por ejemplo, alguien
con mucho tiempo de estrechamiento de una arteria coronaria puede
sentirse bien en reposo debido a que el suministro de oxígeno es
suficiente. Sin embargo, con un estrés fisiológico del corazón, tal como
un esfuerzo o emoción fuerte, el corazón intentará aumentar el ritmo
cardíaco o la fuerza de la contracción. Con el fin de cumplir con esta
tarea, las células del miocardio tienen que trabajar más duro y
requieren un mayor suministro de sangre. Si el estrechamiento de las
arterias evita este flujo adicional de sangre, las células se harán
isquémicas y se presentará una angina. Si la persona puede
descansar, las células del miocardio no tienen que trabajar tan duro y
el flujo de sangre llegará a ser nuevamente el adecuado y el dolor se
soluciona. En el caso de una angina estable, el dolor se solucionará en
pocos minutos de iniciado el descanso.

En una angina inestable, el patrón de dolor ya no es predecible. Los


síntomas pueden comenzar a presentarse con ejercicio leve,
esfuerzos más frecuentes, o incluso en reposo absoluto, y por lo
general pueden empeorar notablemente. La angina inestable a
menudo indica el rompimiento de una placa aterosclerótica coronaria
y/o la presencia de un coágulo que disminuye de forma aguda el flujo
de sangre. Una angina inestable o síndrome coronario agudo puede
conducir a un infarto o a un paro cardíaco e incluso la muerte (vea
más abajo) y es una verdadera emergencia médica.

ATAQUE CARDÍACO

Un ataque cardíaco o infarto de miocardio es una manifestación clínica


común de ECV. Un cardíaco por lo general se presenta cuando una
arteria coronaria está severamente o totalmente estrecha por un
coágulo de sangre. A menudo se encuentra implicado un rompimiento
de ateroma. Una placa que se rompe y altera el endotelio es muy
trombogénica, lo cual quiere decir que los coágulos pueden formarse
rápidamente sobre la superficie expuesta de una placa y bloquear una
arteria. Esto se encuentra ilustrado en la Figura 4.4.
Figura 4.4v

Si sucede un ataque cardíaco, las células del miocardio abastecidas


por la arteria se harán isquémicas y se presentará dolor de pecho,
incluso si la persona está en reposo. Si el flujo de sangre no se
restaura dentro de 10 o 15 minutos, las células del miocardio
comenzarán a morir o infartar. La cantidad del miocardio que muere
depende de la ubicación de la arteria involucrada. Con la muerte de
las células del miocardio, la función normal del corazón se
interrumpirá. Las complicaciones más comunes de un ataque cardíaco
son la muerte, insuficiencia (falla) cardíaca y arritmias. Después de un
ataque cardíaco, el miocardio muerto es reemplazado por tejido
cicatricial. El tejido cicatricial no se contrae y la contracción
sincronizada normal del corazón puede ser disminuida hasta el punto
en donde el corazón no puede bombear suficiente sangre hacia el
resto del cuerpo, una condición denominada insuficiencia (falla)
cardíaca. Si el área de miocardio muerto incluye las células
especializadas responsables de generar o Conducir la corriente
eléctrica necesaria para que el corazón se contraiga, puede
presentarse un ritmo cardíaco anormal o arritmia.

MUERTE SÚBITA

En el caso de muerte súbita cardíaca, una persona colapsará


súbitamente y morirá rápidamente por el cese de flujo sanguíneo en el
sistema circulatorio. Un mecanismo es la formación súbita de coágulos
en una zona de las arterias coronarias que bloquea gran parte del
suministro de sangre al corazón haciendo, por lo tanto, que el corazón
deje de latir. Otro mecanismo es un ritmo cardíaco anormal
procedente de los ventrículos (taquicardia ventricular, o fibrilación) que
no permite al corazón generar contracciones efectivas de modo que la
sangre no puede alcanzar al cerebro y otros órganos vitales. En
ambas circunstancias, la ausencia del flujo de sangre hacia el cerebro
ocasiona inconsciencia en cuestión de segundos y la muerte en
minutos.

OTRAS ENFERMEDADES DE LAS ARTERIAS CORONARIAS

Existen otros desórdenes menos comunes que pueden causar


bloqueos de las arterias coronarias. Sin embargo, estas condiciones
son relativamente menos comunes y no están asociadas con
exposiciones normalmente encontradas en el combate de incendios.
Estas incluyen anomalías congénitas, vasoespasmo coronario,
vasculitis, grandes dosis de radiación ionizante, y trauma contundente
en el pecho.

ENFERMEDADES DEL MÚSCULO CARDÍACO


(CARDIOMIOPATÍAS)

Las enfermedades de las células del miocardio son denominadas


cardiomiopatías. Las cardiomiopatías pueden organizarse dentro de
tres categorías; congestiva, hipertrófica y restrictiva. La Figura 4.5
muestra cómo el miocardio en los ventrículos del corazón puede
presentarse para cada una de las cardiomiopatías en comparación con
un corazón normal.

DILATADA (O CARDIOMIOPATÍA CONGESTIVA)

Las condiciones que dañan, pero no matan, las células del miocardio
pueden perjudicar las contracciones efectivas del corazón. Si resulta
afectada gran parte del miocardio, el corazón se dilatará y las cámaras
se saturarán con sangre a medida que el corazón no es eficiente en
bombear sangre. Las personas con cardiomiopatía dilatada pueden
presentarse con signos clínicos de falla cardíaca. Las causas más
comunes de cardiomiopatía dilatada son daño cardíaco debido a
ataques al corazón anteriores, diversas infecciones virales, abuso del
alcohol, enfermedad cardíaca valvular e hipertensión crónica no
controlada (tensión arterial elevada).

CARDIOMIOPATÍA HIPERTRÓFICA

Esta condición no ha sido asociada con cualquiera de las exposiciones


ocupacionales. Esta es detonada por un crecimiento anormal del
miocardio que es causado por una anomalía genética. El crecimiento
anormal del músculo puede crear una hipertrofia excéntrica que
involucra el septo (tabique interventricular) del corazón. Este
crecimiento del músculo cardíaco puede conducir a una obstrucción
del flujo de salida de la sangre en el corazón, causando fallas
cardíacas y arritmias fatales. Esta obstrucción puede estar asociada
con un soplo cardíaco.

CARDIOMIOPATÍA RESTRICTIVA

Este tipo de cardiomiopatía no ha sido relacionada con cualquiera de


las exposiciones ocupacionales. Esta es causada por una incapacidad
del miocardio para relajarse adecuadamente, impidiendo el llenado de
las cámaras cardíacas que sucede normalmente entre los latidos del
corazón, comprometiendo la salida cardíaca. Las paredes del
miocardio se vuelven rígidas, a menudo por enfermedades infiltrativas
tales como sarcoidosis, o cánceres tales como amiloidosis.
HIPERTROFIA VENTRICULAR IZQUIERDA

La hipertrofia ventricular izquierda (HVI) se refiere a un crecimiento


concentrado del miocardio en el ventrículo izquierdo en respuesta a la
necesidad crónica de trabajar más duro para bombear la sangre.
Puede asemejarse a la cardiomiopatía hipertrófica descrita
anteriormente. Esta se presenta comúnmente en individuos que tienen
hipertensión crónica no tratada. Debido a que las células hipertrofiadas
tienen que trabajar más duro, estas requieren un suministro mayor de
sangre y pueden ser más susceptibles a resultados adversos de ECV,
incluyendo ataques cardíacos y muerte súbita. Una revisión de las
autopsias de bomberos demostró que cerca del 60% de las muertes
en servicio causadas por Enfermedad Cardíaca evidenciaron LVH. vii

ENFERMEDADES DE LAS VÁLVULAS CARDÍACAS

El combate de incendios no ha sido relacionado con cualquier


aumento del riesgo de desarrollar enfermedad de las válvulas
cardíacas. Las válvulas cardíacas pueden llegar a dañarse por una
infección, anormalidades congénitas o daño degenerativo con el paso
del tiempo. Los problemas más comunes son la estenosis y la
insuficiencia valvular. La estenosis significa que una válvula no puede
abrirse completamente y la insuficiencia significa que la válvula no
puede cerrarse completamente. En ambos casos, el corazón debe
trabajar más duro para bombear sangre. En el caso de la estenosis, el
corazón debe generar y aumentar la fuerza de contracción para
impulsar la sangre a través de la abertura más pequeña. En la
insuficiencia, la eficiencia del bombeo se ve afectada a medida que se
bombea menos sangre hacia fuera con cada latido, de modo que le
corazón debe trabajar más duro para forzar la salida de la misma
cantidad de sangre como antes que la válvula comenzara a fugar.
Tanto la estenosis como la insuficiencia valvular pueden llevar a falla
cardíaca.

PROLAPSO DE LA VÁLVULA MITRAL

El prolapso de la válvula mitral no ha sido asociado con las


exposiciones ocupacionales del combate de incendios. Este es
causado por una válvula mitral anormal que no cierra normalmente y
como resultado empuja en reverso o prolapsa, dentro de la aurícula
izquierda durante la contracción del ventrículo izquierdo. Esta
condición puede causar un soplo cardíaco, dolor de pecho que no está
relacionado con el estrechamiento o la oclusión de las arterias
coronarias, y latidos anormales del corazón. Sin embargo, la mayoría
de individuos con esta condición no experimentan ningún síntoma, no
requieren tratamiento y pueden llevar una vida normal.
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

Esta condición no ha sido asociada con el combate de incendios. Esta


es causada por la infección de la válvula cardíaca. Las personas con
algún tipo de anomalía valvular subyacente se encuentran en un alto
riesgo. Esta también está asociada con el uso de drogas ilícitas
intravenosas. Más recientemente, también se ha encontrado que se
presenta en asociación con dispositivos y procedimientos
intravasculares. vii Esta puede llevar a la destrucción de la válvula y las
particular infecciosas que se pueden cultivar en el resto del cuerpo a
través de la sangre. Algunas de estas partículas infecciosas pueden
crear bloqueos que pueden obstruir los vasos sanguíneos en otras
partes del cuerpo. Por ejemplo, un bloqueo, o embolia a una arteria en
el cerebro puede causar un accidente cerebrovascular.

ENFERMEDADES DEL SISTEMA DE CONDUCCIÓN

Como se mencionó en el capítulo anterior de este manual, el corazón


contiene células especializadas que son responsables de la
generación y conducción de corriente eléctrica a través del corazón
para mantener la contracción sincronizada de las cámaras del corazón
para bombear la sangre efectivamente. Los desórdenes más serios del
sistema de conducción se revisan a continuación.

ARRITMIAS

Una arritmia es una transferencia anormal de la corriente eléctrica a


través del sistema de conducción del corazón. Existen múltiples
casusas de arritmias, a menudo una zona anormal del tejido del
corazón actúa como un foco para la conducción aberrante, tal y como
las células isquémicas o tejido cicatricial. Una falla cardíaca muy
severa es también un factor de riesgo para las arritmias. Las arritmias
pueden involucrar conducción defectuosa de corriente en todas las
cámaras o únicamente en los ventrículos o las aurículas. Una arritmia
puede llevar a ritmos cardíacos muy lentos (bradicardia) o ritmos
cardíacos muy rápidos (taquicardia). La taquicardia puede causar que
el corazón lata a ritmos que superan los 150 latidos por minuto. El
corazón puede no ser capaz de mantener el ritmo en términos de
volver a llenar de sangre y bombear la sangre efectivamente a
velocidades tan elevadas, llevando a una tensión arterial baja e
isquemia del tejido que requiere tratamiento médico de emergencia. Si
una arritmia causa una muy rápida conducción de la corriente eléctrica
hacia las células del miocardio, el corazón puede no ser capaz de
sostener en absoluto una contracción organizada, y se le llama
fibrilación. Mientras que las taquicardias y la fibrilación pueden afectar
las aurículas o los ventrículos, la taquicardia ventricular y la fibrilación
son una amenaza para la vida.

En el caso de fibrilación auricular, las aurículas son incapaces de


bombear sangre efectivamente dentro de los ventrículos. Sin embargo,
los ventrículos son capaces de llenarse alrededor de un 70% sin
ninguna contribución de la contracción auricular. Si el nódulo
auriculoventricular (AV) no ejecuta el ritmo elevado de la aurícula
hacia los ventrículos y el corazón no está trabajando muy fuerte, una
persona puede ser capaz de tolerar la fibrilación auricular sin
experimentar isquemia. Sin embargo, la fibrilación auricular está
relacionada con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular por los
coágulos formados en la sangre dentro de las aurículas que no se
contraen efectivamente. El tratamiento de la fibrilación auricular
normalmente incluye medidas para controlar el ritmo ventricular,
medicamentos cuando sea indicado para disminuir el riesgo de
coagulación y medidas cuando sea posible para convertir el reflujo en
un ritmo normal y mantener este ritmo.

En el caso de taquicardia y fibrilación ventricular, los ventrículos son


incapaces de contraerse efectivamente para bombear la sangre,
llevando a una pérdida rápida de la conciencia y la muerte. El
tratamiento es aplicar un choque eléctrico externo al corazón para
reiniciar la tasa normal del ritmo, lo que se denomina cardioversión.
Las personas que cumplen criterios clínicos específicos, tales como
insuficiencia cardíaca grave o ritmos cardíacos anormales
subyacentes pueden ser elegibles para la implantación de un
desfibrilador cardíaco automático interno (implantable) (DCAI). El
DCAI está programado para detectar la aparición de una arritmia
potencialmente mortal y liberar un choque eléctrico al miocardio. El
DCAI ha sido asociado con una disminución en la mortalidad para
aquellos que cumplen los criterios clínicos de elegibilidad.

BLOQUEO CARDÍACO

El bloqueo cardíaco sucede cuando la conducción de la corriente


eléctrica a través del corazón se retrasa o bloquea completamente.
Una interrupción completa es denominada bloqueo cardíaco total o un
bloqueo cardíaco de tercer grado y frecuentemente involucra las
células dañadas en el nódulo auriculoventricular. El bloqueo cardíaco
de tercer grado puede ser una amenaza para la vida. Si la corriente
eléctrica desde las aurículas no puede llevarse a cabo a través del
nódulo auriculoventricular dentro de las fibras de Purkinje, los
ventrículos pueden no ser capaces de contraerse en una tasa
suficiente para mantener la tensión arterial adecuada para sostener la
vida. En casos tales como un bloqueo cardíaco de tercer grado, un
cardiólogo puede implantar un marcapasos para liberar choques
eléctricos directamente dentro del miocardio para causar una
contracción en las frecuencias cardíacas normales.

CONCLUSIÓN

La ECC (Enfermedad Cardíaca Coronaria) es el problema cardíaco


más común que los bomberos experimentarán. El proceso de la
deposición y crecimiento de placas es gradual y a menudo puede
prevenirse y tratarse efectivamente. Los bomberos deberían estar al
tanto de los principales factores de riesgo de ECC y del estilo de vida y
las medidas médicas que pueden ayudarles a disminuir su riesgo de
desarrollar ECC (vea el Capítulo 5).
i Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Labores de Emergencia y muertes por enfermedad
cardíaca entre los bomberos en los Estados Unidos. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra.
2007; 356:1207–1215.

ii Del Manual Merck de Información Médica para el Hogar, editado por Robert Porter. Derechos de
autor 2010-2011 para Merck Sharp y Dohme Corporation. Una subsidiaria de Merck & Co., Inc.,
Whitehouse Station, NJ. Disponible en http://www.merckmanuals.com/home/index.html. Visitada el
31 de marzo de 2012.

iii Del Manual Merck de Información Médica para el Hogar, editado por Robert Porter. Derechos de
autor 2010-2011 para Merck Sharp y Dohme Corporation. Una subsidiaria de Merck & Co., Inc.,
Whitehouse Station, NJ. Disponible en http://www.merckmanuals.com/home/index.html. Visitada el
31 de marzo de 2012.

iv Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur, DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en
los Bomberos de Estados Unidos. Cardiología en Revisión. 2011; 19:202-215.

v Schoen, F.J.: Patología Intervencionista y Quirúrgica Cardiovascular, Correlaciones Clínicas y


Principios Básicos, Filadelfia, W.B. Saunders Co., 1989, Figure 7, p. 59.

vi Del Manual Merck de Información Médica para el Hogar, editado por Robert Porter. Derechos de
autor 2010-2011 para Merck Sharp y Dohme Corporation. Una subsidiaria de Merck & Co., Inc.,
Whitehouse Station, NJ. Disponible en http://www.merckmanuals.com/home/index.html. Visitada el
31 de marzo de 2012.

vii Geibe JR, Holder J, Peeples L, et al. Predictores de eventos coronarios en los bomberos
hombres en servicio en los Estados Unidos. Revista Americana de Cardiología. 2008; 101:585–
589.

viii Brusch JL, et al. (11/29/11). Endocarditis Infecciosa. Recuperado de


http://emedicine.medscape.com/article/216650-overview.
CAPÍTULO 5 – FACTORES DE RIESGO DE LA ENFERMEDAD
CARDÍACA

La muerte súbita cardíaca es la principal causa de las muertes en


servicio entre los bomberos. i La gran mayoría de estos casos se debe
a enfermedad cardíaca coronaria (ECC).ii La investigación ha
identificado múltiples factores de riesgo en la población general para el
desarrollo de ECC que son universalmente aceptados.
Adicionalmente, los bomberos enfrentan exposiciones ocupacionales
especiales y peligros que pueden contribuir al riesgo de ECC, y
algunas de estas exposiciones han demostrado el aumento de las
posibilidades de detonar eventos cardiovasculares que pueden llevar a
la jubilación prematura o a la muerte. Muchos de los factores
estandarizados de riesgo para ECC en la población general se
derivaron de estudios prospectivos de cohortes a gran escala, tales
como el Estudio del Corazón de Framingham y el Estudio de la Salud
de las Enfermeras. Algunos factores de riesgo de ECC, tales como la
dieta y la actividad física, pueden mejorar o empeorar por medio de
cambios en el comportamiento, estilo de vida, y el ambiente laboral.
Por lo tanto, estos se conocen como factores de riesgo modificables.
Otros factores de riesgo, tales como la edad y el género, no pueden
cambiarse y son llamados factores de riesgo no modificables. Este
capítulo revisa los principales factores de riesgo de ECC,
categorizándolos dentro de factores estándar de riesgo modificables y
no modificables y factores de riesgo ocupacional enfrentados por los
bomberos.

FACTORES ESTÁNDAR DE RIESGO PARA ECC EN LOS


BOMBEROS

Los estudios de bomberos que experimentaron eventos de ECC en


servicio y jubilaciones prematuras relacionadas con enfermedad
cardíaca han identificado varios factores de riesgo que están
asociados con una elevada probabilidad o “rango de probabilidades”
de tener un evento ECC durante el servicio. Estos son idénticos a
muchos de los factores clave identificados previamente durante la
investigación de la población general. Los bomberos que desarrollan
eventos ECC durante el servicio tienen un exceso de factores de
riesgo en comparación con los bomberos que no desarrollaron eventos
ECC en servicio. La Tabla 5.1 resume los hallazgos de la
investigación. Por ejemplo, los que actualmente son fumadores tienen
casi ocho veces más de probabilidades de experimentar fatalidades
por ECC en servicio en comparación con aquellos que actualmente no
fuman, así mismo dos veces más de probabilidades de jubilación por
eventos cardiovasculares No ECC y casi cuatros veces más
probabilidades de jubilaciones por ECC. Igualmente, los bomberos con
hipertensión tienes doces veces más probabilidades de experimentar
fatalidades por ECC en servicio en comparación con aquellos con una
presión arterial normal.

Rango de Jubilaciones por Rango de


Probabilidades (OR) Eventos Probabilidades (OR)
de ECC en servicio cardiovasculares NO de Jubilación por
(95 %CI) ECC ECC (95 % CI)
Fuman Actualmente 8.6 (4.2 – 17) 2.5 (1.2 – 5.1) 3.9 (2.5 – 6.2)
Hipertensión 12 (5.8 – 25) 11 (6.1 – 20) 5.4 (3.7 – 7.9)
Obesidad (BMI >= 30
3.1 (1.5 – 6.6) 3.6 (2.0 – 6.4) 1.4 (0.96 – 1.93)
kg/m2)
Colesterol Total >=
4.4 (1.5 – 13) 1.1 (0.51 – 2.24) 2.4 (1.6 – 3.6)
200 mg/dL
Diabetes Mellitus 10.2 (3.7 – 28) 7.7 (2.9 – 20) 13 (6.1 – 28)
Diagnósticos
35 (9.5 – 128) NA 30 (9.1 – 96)
anteriores de ECC
Edad >= 45 18 (8.5 – 40) 26 (13 – 51) 63 (35 – 111)
ECC, Enfermedad Cardíaca Coronaria; OR, Rango de Probabilidades; CI, Intervalos de
Confianza; BMI, Índice de Masa Corporal
Tabla 5.1. iii
RIESGOS MODIFICABLES
Tabaquismo

El consumo de tabaco (Fumar cigarrillos) ha resultado en un estimado


de 443.000 muertes prematuras cada año desde el 2000 hasta el 2004
debido a enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco
(fumar), con aproximadamente 49.000 de estas muertes atribuibles al
humo de segunda mano (fumadores pasivos). iv El tabaco ha sido
asociado con cambios perjudiciales en los niveles de tensión arterial,
monóxido de carbono y lípidos. Los consumidores de tabaco
(fumadores de cigarrillos) tienen de 2 a 4 veces más probabilidades de
desarrollar ECC en comparación con los no fumadores. iv En
promedio, los hombres fumadores mueren 13.2 años antes que los
hombres no fumadores, y las mujeres fumadoras mueren 14.5 años
antes que las mujeres no fumadoras. iv

La exposición al humo de segunda mano del tabaco ha sido asociada


con un elevado riesgo de ECC. Los no fumadores que son expuestos
al humo de segunda mano en el hogar o el trabajo aumentan su riesgo
de desarrollar ECV entre un 25% y un 30%. v Las exposiciones breves
al humo (directas o de segunda mano) pueden causar que las
plaquetas se vuelvan pegajosas, daño al revestimiento de los vasos
sanguíneos, y disminución de las reservas del flujo coronario,
aumentando potencialmente el riesgo de un ataque cardíaco. v

Mientras que algunos estados de los Estados Unidos han promulgado


legislación que prohíbe la contratación de bomberos de fuman, aún
continua el tabaquismo entre algunos bomberos en comunidades sin
restricciones sobre el uso del tabaquismo (fumar). Una investigación
reciente estima la prevalencia del uso del tabaquismo (fumar) del 10 al
18% en el servicio de bomberos.vi Sin embargo, entre los bomberos
que han muerto por eventos ECC, la prevalencia oscila entre el 40-
50%.vi
Aunque el uso del tabaco entre los bomberos ha declinado, ha sido
acompañado infortunadamente por un aparente aumento en el uso de
tabaco sin humo. Una reciente gran encuesta encontró que casi 1 de
cada 5 o 17-18% de los bomberos en el Centro de los Estados Unidos
usa tabaco sin humo. vii Los bomberos deberían saber que aunque el
tabaco sin humo puede ser menos perjudicial que fumar tabaco, sin
embargo, su uso ha sido asociado con un elevado riesgo de muerte
por ataque cardíaco y accidente cerebrovascular y un riesgo elevado
de cánceres de la boca y la garganta. viii, ix

Presión Arterial Alta

La presión arterial alta, o hipertensión, está definida por tener


cualquiera de las siguientes condiciones:

 Presión arterial sistólica > 140 mm Hg.


 Presión arterial diastólica > 90 mm Hg.
 Tomar medicina antihipertensiva.
 Haber sido informado al menos dos veces por un médico u otro
profesional de la salud de que uno tiene presión arterial alta.

En los Estados Unidos, uno de cada tres adultos tiene presión arterial
alta. x También existen variaciones étnicas en la prevalencia y
severidad de la hipertensión, con la prevalencia de hipertensión entre
los afroamericanos siendo una de las más altas en el mundo.
Generalmente, en comparación con los blancos, los negros
desarrollan presión arterial alta más temprano en la vida y sus
promedios de presión arterial son más altos. Como resultado, en
comparación con los blancos, los negros tienen un rango 1.5 veces
mayor de muerte causada por enfermedad cardíaca. xi La hipertensión
crónica sin control puede llevar a hipertrofia ventricular izquierda (vea
el Capítulo 4) a medida que el corazón trabaja más duro para bombear
la sangre en contra de una presión elevada. Los efectos a largo plazo
de la hipertensión incluyen aumento del riesgo de enfermedad
cardíaca, accidente cerebrovascular y enfermedad renal. Los datos del
Estudio del Corazón de Framingham indican que la hipertensión está
asociada con una expectativa de vida más corta, con una expectativa
de vida total de 5.1 años más larga para hombres sin hipertensión y
4.9 años más larga para mujeres sin hipertensión a los 50 años de
edad. xii La Figura 5.1 muestra que la tasa de enfermedad cardíaca por
cada 1.000 personas aumenta a medida que aumentan la presión
arterial sistólica y diastólica; con los hombres teniendo tasas más
elevadas de enfermedad cardíaca que las mujeres.

Figura 5.1 xiii

Existe evidencia de que los evento adversos atribuidos a la


hipertensión pueden concentrarse en aquellos individuos con
hipertensión sin diagnosticar o tratada inadecuadamente. En los
bomberos que tuvieron autopsias después de morir en servicio por
ECC, el 56% tenía hipertrofia ventricular izquierda y/o corazones
agrandados, lo cual también se conoce como cardiomegalia. xiv En un
estudio prospectivo de bomberos con hipertensión, cerca del 75%
carecía de un tratamiento adecuado de sus presiones arteriales. xv Los
investigadores en otro estudio observaron que al casi tres veces la
tasa de resultados adversos de empleo (incluyendo muerte en
servicio, o lesión en servicio, y jubilación prematura) con hipertensión,
debido en gran parte a bomberos con presión arterial alta que no
habían tomado medicamentos para controlar su hipertensión. xvi
Aproximadamente del 20% al 30% de los bomberos tiene hipertensión.
xvii

Aunque se han descrito muchos efectos de la hipertensión crónica


sobre la salud, recientes investigaciones indican que la presión arterial
en la tasa de pre hipertensión también es perjudicial. La pre
hipertensión se define como una presión arterial sistólica sin
tratamiento de 120 – 139 mm Hg o una presión arterial diastólica de
80-89 mm Hg. xviii La presencia de la pre hipertensión también puede
ser un marcador para otros riesgos de ECC. En un estudio encuesta
de la población general, las personal con pre hipertensión tenían más
probabilidades de tener niveles de colesterol anormales, diabetes
mellitus xix, y tener sobrepeso o ser obeso, que aquellos con niveles de
presión arterial normal. Comparada con la presión arterial normal, la
pre hipertensión en el Estudio del Corazón de Framingham fue
asociada con un riesgo de 1.5 a 2 veces mayor para eventos de
enfermedad cardiovascular. xix La mayoría de eventos en la población
general y entre los respondedores a emergencias se presenta en
personas con presiones arteriales pre hipertensivas o medianamente
elevadas con un promedio de presión sistólica de 140 a 146 mm Hg y
presiones diastólicas que oscilan entre los 88 hasta los 92 mm Hg. xx
Aproximadamente el 50% de los bomberos tiene presiones arteriales
en el rango pre hipertensivo. xx
Obesidad

La obesidad, definida como un Índice de Masa Corporal (IMC) >30


kg/m2 o grasa corporal total > 25%, es un riesgo bien establecido para
enfermedad cardiovascular. Algunos asumen que el IMC sobre estima
falsamente el número de personas obesas. Aunque esto puede ser
cierto entre los atletas y otros que tienen una estructura muscular, esto
puede no ser cierto para algunos bomberos. En una investigación
reciente de bomberos de carrera y voluntarios se mostró que la
obesidad incluso fue más prevalente cuando se realizó la medición de
la grasa corporal en comparación con el índice de masa corporal
(IMC). xxi El estudio también encontró que aquellos que tenían IMC
altos también tenían niveles de colesterol elevados, presión arterial
alta y baja tolerancia al ejercicio.

Independientemente de cómo sea medida, las investigaciones


científicas recientes sugieren que la distribución de la grasa corporal
es un predictor importante de resultados negativos en la salud.

Personas con más grasa abdominal/visceral interna, la cual es la


grasa alrededor de los órganos abdominales, se encuentran en riesgo
de hipertensión, dislipidemia, enfermedad arterial cardíaca, y muerte
prematura. La grasa abdominal excesiva, como se revela por medio de
las medidas de la circunferencia de la cintura, genera un incremento
en la inflamación del cuerpo. Esto sucede porque las células de grasa
liberan citoquinas, moléculas de señalización celular que activan el
sistema inmune, las cuales “encienden” una cascada inflamatoria a
nivel genético y celular, afectando en última instancia a todo el cuerpo.
Esto es importante debido a que la actual investigación científica
enlaza el aumento crónico de la inflamación con varios estados de
enfermedad crónica tales como enfermedad cardiovascular,
prediabetes/diabetes, cáncer, y demencia. El consenso de expertos
indica que una medición de la circunferencia de la cintura, medida al
nivel de las crestas iliacas (la cresta curvada en la parte superior del
hueso de la cadera) que es superior a 102 cm (40 pulgadas) en los
hombres, y 88 cm (35 pulgadas) en las mujeres ofrece un aumento
significativo en el riesgo de enfermedad crónica, incluyendo
enfermedad cardiovascular.

Un elevado IMC es un predictor para la diabetes mellitus, accidente


cerebrovascular, trastornos respiratorios del sueño, así como otras
condiciones de salud, incluyendo algunos cánceres, enfermedades
hepáticas, vesícula biliar, enfermedades musculoesqueléticas y
anomalías reproductivas. En el análisis de datos de alrededor de
900.000 adultos, la mortalidad general fue más baja en tasas de IMC
de 22.5 kg/m2 hasta 25 kg/m2, y cada 5 kg/m2 de IMC más alta se
asoció con aproximadamente el 30% de todas las causas más
elevadas de mortalidad. xxii Los datos de Framingham en la expectativa
de vida debido a tener sobrepeso, definido como un IMC entre 25
kg/m2 hasta 30 kg/m2 oscila entre una pérdida de 3.1 años para los
hombres no fumadores de 40 años de edad hasta los 6.7 años para
los hombres fumadores, y 3.3 años para las mujeres no fumadoras de
40 años de edad hasta los 7.2 años para las mujeres fumadoras. xxiii

En los bomberos, la obesidad es un factor de riesgo para la


discapacidad relacionada con el trabajo, los eventos de enfermedad
cardíaca en servicio, y las jubilaciones por ECC. xxiv Similar a la
población general, el promedio de IMC entre los bomberos y los
respondedores a emergencia está en aumento. Los datos
recolectados en la década de 1980 y principios de la década de 1990
mostraron que el bombero veterano promedio tenía un IMC que
oscilaba entre 25.4 kg/m2 hasta 26.7 kg/m2, pero para 1996-1997 la
media de IMC fue 29 kg/m2 y para el 2001 esta había aumentado a
29.7 kg/m2.

Colesterol y Triglicéridos

El colesterol y los triglicéridos son tipos de moléculas denominadas


como lípidos. El colesterol es necesario para la función esencial del
cuerpo, tal como la pared celular y la síntesis de hormonas. El
colesterol se transporta a través del cuerpo unido a proteínas
portadoras, incluyendo lipoproteína de baja densidad (LDL) y
lipoproteína de alta densidad (HDL). La LDL es responsable de la
distribución del colesterol al tejido corporal y se denomina
comúnmente como un “colesterol malo”. La HDL transporta al
colesterol lejos de los tejidos corporales y a menudo se le llama
“colesterol bueno”. Los triglicéridos comprenden la grasa almacenada
en nuestros cuerpos. Las concentraciones elevadas de colesterol total,
colesterol LDL, triglicéridos y disminución de los niveles de HDL han
sido asociadas con un mayor riesgo de CHD. La Figura 5.2 ilustra la
asociación de mortalidad por enfermedad cardíaca con el aumento de
los niveles de colesterol total.

Figura 5.2 xxv

Los bomberos no siempre tienen la oportunidad de tomar comidas en


un horario regular debido a las demandas del estar disponibles para
responder a las emergencias. Como otros trabajos por turnos, los
bomberos tienen más probabilidades de tomar comidas con una
proporción más alta de grasas que afectan adversamente los niveles
de lípidos en la sangre. xxvi Entre los bomberos, la prevalencia de baja
HDL (<40 mg/dL) oscila del 26% hasta el 31%, y altas concentraciones
de triglicéridos en ayunas (>150 mg/dL) se han hallado en más del
20%. xxvii, xxviii Estos valores son comparables para las encuestas de la
población general, lo que demuestra que entre los hombres adultos la
prevalencia de baja HDL es del 28.6% y que aproximadamente 1 de
cada 3 adultos en los Estados Unidos tenía un nivel de triglicéridos
>150 mg/dL durante 1999-2004. xxix

Similar a la población general, los efectos adversos para la salud de


los niveles anormales de lípidos en la sangre, o dislipidemia, se
observaron en los bomberos, aunque la evaluación precisa de la
dislipidemia como un factor de riesgo independiente para los eventos
de ECC en servicio ha sido limitada por estudios que carecen de
valores de lípidos pre mórbidos en los bomberos que sufrieron
eventos. Sin embargo, en análisis sin ajustar, el total de colesterol
elevado (>200 mg/dL) está asociado con un riesgo 2.4 veces mayor de
jubilación por enfermedad cardíaca coronaria y un riesgo 4.4 veces
mayor de muerte por enfermedad cardíaca coronaria. xxx, xxxi

Diabetes Mellitus

La diabetes mellitus es una enfermedad azúcar en la sangre o


metabolismo de la glucosa debido a deficiencias (Tipo I) o resistencia
a (Tipo II) la insulina, una hormona. Las personas con diabetes tienen
concentraciones elevadas de glucosa y a menudo tienen trastornos
simultáneos de hipertensión y lípidos. La diabetes transmite un mayor
riesgo tanto para enfermedad cardíaca coronaria como para ataques
cardíacos mortales. Se ha observado la prevalencia de la diabetes
Tipo II en el servicio de bomberos que oscila entre el 1% hasta el 4%.
xxxii, xxxiii, xxxiv
Entre los bomberos, la diabetes representa alrededor del
21% de los eventos de ECC en servicio y el 26% de las jubilaciones
relacionadas con ECC. xxxv, xxxvi La diabetes Tipo II por sí sola no es un
predictor significativo de ECC en servicio y de las jubilaciones por
ECC. xxxv, xxxvi Esto se debe probablemente a que la diabetes modifica
el riesgo de ECC a través de sus efectos sobre la hipertensión, los
niveles de colesterol, y la aterosclerosis.

ECC Establecidas y Equivalentes de ECC

La ECC establecida es la enfermedad que ya está presente, y las


condiciones definidas como equivalentes de ECC, tales como la
enfermedad arterial periférica, la estenosis carotidea, los accidentes
cerebrovasculares o los ataques isquémicos transitorios, son
considerados en conjunto para propósitos de la evaluación del riesgo.
La ECC o un equivalente de ECC están asociados con un riesgo muy
alto de subsecuentes eventos adicionales de ECC en servicio,
mortalidad por ECC y jubilaciones por ECC. La prevalencia de ECC
establecidas es tan baja como el 1% de los bomberos de carrera, pero
tan alta como el 9% en los voluntarios. xxxvii, xxxviii Para establecer una
comparación, la prevalencia de ECC establecida en los hombres
adultos de los Estados Unidos es 8.3%. xxxix En estudios de bomberos,
los diagnosticados previamente con ECC representaron el 31% de los
eventos mortales de ECC en servicio y el 18% de los eventos de ECC
en servicio no mortales. xl Esto se traduce en un riesgo superior a 30
veces de eventos por ECC en servicio para aquellos bomberos con un
diagnóstico pre existente de ECC.

Síndrome Metabólico

El síndrome metabólico se refiere a un conjunto de factores de riesgo


para enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus Tipo II. Este es un
predictor independiente para eventos cardiovasculares y también ha
sido asociado con fibrilación auricular y falla cardíaca. El criterio más
reciente define el síndrome metabólico cuando se encuentran
presentes más de tres de los siguientes factores de riesgo: xli

 Glucosa plasmática en ayunas >100 mg/dL o es sometido a


tratamiento para la glucosa elevada.
 HDL colesterol <40 mg/dL en hombres o <50 mg/dL en mujeres
o está siendo sometido a tratamiento farmacológico para HDL
reducido.

 Triglicéridos en ayunas >150 mg/dL o está siendo sometido a


tratamiento farmacológico para triglicéridos elevados.

 Obesidad abdominal (circunferencia elevada de la cintura,


población y país específico) para los hombre de los Estados
Unidos la circunferencia de la cintura es ≥ 94 cm.

 Presión arterial sistólica >130 mm Hg o Presión arterial diastólica


>85 mm Hg o está siendo sometido a tratamiento para la
hipertensión o tratamiento farmacológico antihipertensivo en un
paciente con un historial de hipertensión.

La prevalencia del síndrome metabólico varía por la definición utilizada


en estudios anteriores. La prevalencia según ajuste de edad fue de
35.1% para hombres y 32.6% para mujeres de acuerdo a los datos de
la NHANES (Encuesta de Evaluación Nacional de Salud y Nutrición)
del 2003 al 2006, y entre los hombres, la prevalencia según ajuste de
edad fue 20.3% para aquellos de 20 a 39 años de edad, 40.8% para
los hombres de 40 a 59 años de edad y 51.5% para los hombres >60
años de edad. xlii En un análisis de múltiples estudios, el síndrome
metabólico fue asociado con un incremento de 1.54 veces en el riesgo
relativo para eventos cardiovasculares después del ajuste de los
componentes individuales del síndrome. xliii El riesgo cardiovascular
observado y asociado con el síndrome metabólico aumentó con el
número de componentes y varía con la combinación posible de
componentes. El mayor riesgo se observó con la combinación de la
obesidad central, presión arterial elevada e hiperglicemia. xliv
Un estudio reciente de los bomberos de carrera de los Estados Unidos
del Medio Oeste encontró una alarmante elevada prevalencia (28.3%)
de síndrome metabólico entre estos respondedores a emergencias
que según se esperaba eran más jóvenes, más activos y saludables
que la población adulta en general de los Estados Unidos. xlv Como era
de esperarse la prevalencia del síndrome metabólico aumentó con la
edad de estos bomberos: del 15% entre los más jóvenes (18-29 años)
hasta el 35% en los más viejos (50-62 años). En este estudio, el nivel
de aptitud física fue medido por medio del desempeño individual y una
prueba de esfuerzo y se calculó un equivalente metabólico de tarea
(MET). Un MET es definido como la tasa de consumo de oxígeno
durante una tarea comparada con una tasa en reposo y puede
considerarse como un índice de la intensidad de una actividad. Un
valor MET de 1 se correlaciona con estar sentado en reposo, 11.8
METS se correlaciona a correr a una velocidad de 8 millas por hora o
a un ritmo de 7.5 minutos en una milla. xlvi

Como puede verse en la Figura 5.3, los bomberos con los mismos
niveles de aptitud física, como se definen por el número de METS
calculados a partir de la prueba de esfuerzo, tienen aproximadamente
la misma prevalencia de síndrome metabólico, incluso entre grupos de
edades diferentes. Sin embargo, a medida de disminuyen los niveles
de aptitud física, la prevalencia del síndrome metabólico aumenta
dramáticamente entre los bomberos del mismo grupo de edad.
Después de controlar la aptitud física, según lo medido por la prueba
de esfuerzo, la edad ya no era un predictor significativo del síndrome
metabólico.
Figura 5.3 xlv

Actividad Física/Aptitud Física

Muchos estudios epidemiológicos entre la población general han


probado que el incremento de la actividad física y la aptitud física
disminuyen significativamente el riesgo de ECC. xlvii, xlviii Los
mecanismos de disminución del riesgo son multifactoriales e incluyen
la mejoría de la composición corporal y niveles reducidos de factores
de riesgo cardiovascular e inflamación. La actividad física está definida
como el auto reporte de esfuerzo físico como el ejercicio; mientras que
la aptitud física está definida por medio de mediciones objetivas tales
como las pruebas de tolerancia al ejercicio en una trotadora. Debido a
que la aptitud física medida es una medida más exacta que la
actividad física auto reportada, el aumento en la aptitud física y
cardiorrespiratoria están asociadas con mayores disminuciones en el
riesgo de ECC. xlviii Por ejemplo, en un gran meta-análisis cada uno de
los incrementos en la aptitud física de los MET transmitió
decrecimientos del 13% y el 15% en todas las causas de mortalidad y
ECC, respectivamente. xlvii

Muchos departamentos de bomberos no exigen regímenes regulares


de ejercicio o el mantenimiento de parámetros discretos de aptitud
física después de la contratación. xlix Los bomberos experimentan
periodos prolongados de sedentarismo marcados por tener que
realizar tareas muy agotadoras, y puede que no tengan la oportunidad
de participar en actividad física regular de adecuada duración e
intensidad. Esto es especialmente importante, ya que se relaciona con
eventos de ECC en servicio, a medida que los estudios han
demostrado que los grandes esfuerzos físicos pueden detonar el inicio
de un ataque cardíaco, particularmente en aquellos que no participan
en ejercicio regular de adecuada duración e intensidad. En el lado
positivo, los estudios recientes en los bomberos han demostrado que
aumentar los niveles de actividad física y especialmente de aptitud
física se asocian con perfiles de riesgo cardiovascular mejorados y un
riesgo más bajo de síndrome metabólico (véase más arriba), l, li

Malos Hábitos Alimenticios

En ensayos controlados aleatorios, los hábitos dietarios afectan


múltiples riesgos cardiovasculares, tales como la presión arterial,
Colesterol LDL y HDL, triglicéridos, niveles de glucosa y obesidad. v
Aunque múltiples ensayos prospectivos de cohortes indican poco
efecto del consumo total de grasas sobre el riesgo de enfermedad
cardiovascular, cada 2% de calorías de grasas trans se asociaron con
un 23% mayor de riesgo de ECC. lii, liii Con respecto al consumo de
carbohidratos, análisis combinados de 11 cohortes de estudio
observaron que para cada 5% de consumo de energía de
carbohidratos en lugar de grasas saturadas se asoció con un 7% de
aumento de riesgo de ECC. liv De manera similar, los resultados del
Estudio de Salud de las Enfermeras notó que el consumo regular de
bebidas endulzadas con azúcar estaba independientemente asociado
con una incidencia más alta de ECC. lv En la población general de los
Estados Unidos, se estima que anualmente, una dieta con ingesta
elevada de sal es responsable de 102.000 muertes, una dieta baja en
ácidos grasos de omega-3 de 84.000 muertes, una dieta elevada de
grasas trans de 82.000 muertes y un consumo bajo de frutas y
vegetales de 55.000 muertes. lvi

Los bomberos y los respondedores de emergencia son trabajadores


por turnos que son requeridos para responder a emergencias
impredecibles, lo que resulta en tiempos de comida poco fiables. La
“cultura de las estaciones de bomberos” tiene una reputación de
recetas altas en grasas y densas en carbohidratos simples y refinados,
tales como arroz blanco o pasta hecha de harina blanca. lvii A pesar de
la conciencia general de algunos de los beneficios de las opciones de
comida saludable, los hábitos alimenticios no siempre cambian. Por
ejemplo, en un estudio de bomberos con un 84% de prevalencia de
sobrepeso u obesidad, mientras que el 90% de los participantes del
estudio eran conscientes que las opciones de alimentación podían
prevenir el desarrollo de enfermedad cardíaca, el 37% reportó que
disfrutaban de lo que comían y no querían cambiar. lvii

RIESGOS NO MODIFICABLES
Edad/Género

La edad es un predictor independiente para resultados adversos de


ECC. La enfermedad cardíaca se presenta a medida que las personas
envejecen, con las mujeres jóvenes con un riesgo disminuido de
mortalidad por ECC. Con el aumento de la edad, la diferencia en la
mortalidad por ECC entre los hombres y las mujeres disminuye. La
diferencia observada se ha explicado por los efectos de las hormonas
femeninas, llamadas estrógenos, los cuales ofrecen un beneficio
protector para las mujeres pre menopaúsicas; sin embargo, las
mujeres tienen una tasa de supervivencia más baja después de un
ataque al corazón en todas las edades en comparación con los
hombres. La Figura 5.4 describe la edad específica de mortalidad por
ECC para los hombres en comparación con las mujeres.
Figura 5.4 lix

Como era de esperarse, se han observado relaciones similares en los


bomberos, con el aumento dramático del riesgo de muertes por ECC
en servicio después de los 40 años de edad, lo cual se describe en la
Figura 5.5.

Figura 5.5 lx
Historial Familiar

La historia paterna prematura de un ataque cardíaco duplica


aproximadamente el riesgo de un ataque cardíaco en los hombres e
incrementa el riesgo en las mujeres alrededor de un 70%. lxi, lxii De igual
manera, el historial de enfermedad cardíaca en un hermano
incrementa las posibilidades de enfermedad cardíaca en hombres y
mujeres aproximadamente en un 50%. lxiii El incremento del riesgo de
enfermedad cardíaca asociado con el historial familiar está relacionado
presumiblemente en parte a la genética en común. Sin embargo, la
base genética completa para ECC aún no ha sido determinada, y los
marcadores genéticos identificados hasta la fecha no han mostrado la
adición de herramientas significativas en la predicción del riesgo de
ECC existentes. lxiv

Riesgos Ocupacionales para ECC en los Bomberos

Los bomberos enfrentan exposiciones peligrosas y condiciones de


trabajo excepcionales que pueden incrementar sus riesgos de ECC.
Estas pueden dividirse en factores de estrés agudos y crónicos, como
se describe en la Tabla 5.2.

Riesgos Potenciales Ocupacionales Cardiovasculares


Crónicos Agudos
Periodos Sedentarios Prolongados Esfuerzo físico irregular
Exposición al Humo Exposición al humo
Ruido Ruido
Trabajo por turnos/privación parcial del sueño Calor excesivo/deshidratación
Patrones Alimenticios de la Estación de Peligros de los trabajos específicos
Bomberos
Estrés Ocupacional Actividades del combate de incendios
Trastorno de estrés post-traumático Entrenamiento físico
Alta demanda de trabajo y bajo control en la Respuesta a alarmas
toma de decisiones
Tabla 5.2 lxvii
Exposición al Humo

La inhalación de humo que contiene gases y partículas es un peligro


para los bomberos. Aunque el uso de aparatos de respiración auto
contenida (SCBA) durante el ataque y supresión de un incendio puede
disminuir la exposición, los bomberos puede que no usen SCBA u
otros respiradores durante el periodo de “reacondicionamiento”
después de un incendio, a pesar de que la presencia de inhalantes
nocivos ha sido documentada. lxv, lxvi Se anima a que los bomberos
vistan el equipo de protección personal adecuado durante todas las
actividades con exposición al humo. lxvii

El humo contiene asfixiantes químicos, tales como monóxido de


carbono, cianuro y sulfuro de hidrógeno, los cuales interfieren con la
oxigenación efectiva y pueden conducir a isquemia del miocardio en
personal con ECC. Se han descrito muchos efectos de la exposición al
monóxido de carbono. El monóxido de carbono está formado por la
combustión incompleta del carbono, y se adhiere a la hemoglobina, la
proteína en los glóbulos rojos que lleva el oxígeno hacia el cuerpo. En
concentraciones suficientes, el monóxido de carbono puede causar
reducida capacidad de ejercicio y conducir a una isquemia del
miocardio, incluso en un corazón por lo demás sano. lxviii En estudios
en animales, la exposición crónica al monóxido de carbono ha sido
asociada con aterosclerosis acelerada. lxix Otros químicos que pueden
encontrarse en los productos de la combustión incluyen partículas, las
cuales han sido asociadas con disfunción autonómica, incluyendo
arritmias, aumento del ritmo cardíaco y disminución de la variabilidad
del ritmo cardíaco. lxx, lxxii Sustancias adicionales sospechosas o
conocidas con efectos cardíacos directos e indirectos que pueden
estar presentes en los productos de la combustión incluyen
hidrocarburos aromáticos policíclicos, arsénico, disulfuro de carbono,
plomo y cadmio. lxxiii Si bien existen los mecanismos estimables para el
aumento del riesgo de ECC por el humo, la investigación adicional
fomentará la cuantificación de las consecuencias cardiovasculares de
la exposición crónica al humo entre los bomberos.
Ruido

La exposición al ruido se ha ligado con el incremento de la presión


arterial. Las alarmas, los motores de los vehículos y el equipo de
rescate mecanizado comúnmente generan exposiciones al ruido entre
los 63 hasta los 85 decibeles (dBA) lxxiv Sin embargo, las exposiciones
documentadas han sido superiores a los 116 dBA. lxxv Se estima que la
presión arterial sistólica se eleva agudamente en 0.51 mm Hg por
cada 5 decibeles de aumento en una exposición ocupacional aguda al
ruido. lxxvi Aunque existe un acuerdo general en que la respuesta de la
presión arterial al ruido intermitente persistirá durante la exposición, no
existe suficiente evidencia para determinar si este efecto es de
permanencia prolongada. lxxvii

Estrés Psicológico

Los bomberos experimentan mayores y diversos factores de estrés


psicológico en el trabajo. Los factores relacionados con el trabajo que
parecen contribuir al aumento del estrés incluyen altas demandas
laborales y escaso poder de decisión, lo que presumiblemente
conlleva a cambios en el sistema nervioso y la homeostasis hormonal
con una subsecuente elevación de la presión arterial, elevación del
ritmo cardíaco, dislipidemia y falta de sueño. lxxviii Los bomberos
susceptibles que están expuestos a factores de estrés extremos
pueden desarrollar trastornos de estrés post-traumático, lo cual
también está asociado con efectos adversos sobre la presión arterial,
el ritmo cardíaco y el síndrome metabólico. lxxix, lxxx, lxxxi

Trabajo por Turnos

Los bomberos trabajan turnos largos y pueden ser requeridos para


turnos rotativos de personal. La presencia de horas extras y segundos
trabajos también puede contribuir a la falta crónica de sueño. La
evidencia de otras ocupaciones apoya la asociación entre el trabajo
por turnos y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular. lxxxii
Los mecanismos probablemente son multifactoriales, involucrando
alteraciones en la dieta, interrupción del sueño, inactividad física,
estrés psicológico y la alteración de los ritmos circadianos. lxxxiii, lxxxiv La
privación del sueño ha sido asociada con cambios metabólicos
adversos, hipertensión y enfermedad cardiovascular. lxxv, lxxxvi, lxxxvii, lxxxviii

ESFUERZO CARDIOVASCULAR AGUDO DEL COMBATE DE


INCENDIOS

El combate de incendios actúa como un factor de estrés sobre el


sistema cardiovascular de muchas maneras. La respuesta fisiológica
de un individuo depende en gran medida de su estado de salud
subyacente y aptitud física cardiorrespiratoria, como se describe en la
Figura 5.7.

Figura 5.7 lxxxix


Activación Simpática

El combate de incendios induce la activación del sistema nervioso


simpático con la liberación asociada de catecolaminas como la
epinefrina (adrenalina). Esta respuesta de “lucha o estampida” puede
causar un rápido incremento de los ritmos cardíacos. En estudios que
registraron los ritmos cardíacos de los bomberos respondiendo a
alarmas, los investigadores notaron que los ritmos cardíacos se
elevaron rápidamente en respuesta a la alarma de la estación, y
alcanzaron los rangos máximos o cerca del máximo durante
emergencias simuladas o reales de incendio. lxxxix, xc, xci, xcii, xciii, xciv Por
ejemplo, aunque la actividad física requerida para ingresar a un
camión después de oír una alarma no debería aumentar el ritmo
cardíaco a más de 100 latidos por minuto, los ritmos cardíacos,
especialmente entre los bomberos más jóvenes, aumentaron a cifras
tan elevadas como 130-150 latidos por minuto después del sonido de
una alarma. xciv

Carga de Trabajo Físico

El combate de incendios requiere ejercicios extremos, tales como


cargar herramientas y vestir equipo de protección personal, avanzar
con líneas de mangueras, romper paredes, cielorrasos y tejados,
escalar y realizar rescates. La carga de trabajo físico se mide
utilizando equivalentes metabólicos, o METs. Un MET es definido
como la tasa de consumo de oxígeno durante una tarea comparada
con una tasa en reposo y puede considerarse como un índice de la
intensidad de una actividad. Un valor MET de 1 se correlaciona con
estar sentado en reposo, 11.8 METS se correlaciona a correr a una
velocidad de 8 millas por hora o a un ritmo de 7.5 minutos en una
milla. xcv Comúnmente el número de METS se mide por un individuo
realizando una prueba de ejercicio en una trotadora.

En un estudio de bomberos desarrollando labores simuladas de


combate de incendios, el tiempo requerido para completar las tareas
se correlacionó inversamente con el número de METS alcanzados en
la prueba de aptitud física. xcvi En otras palabras, los bomberos que
tuvieron mayores niveles de aptitud física aeróbica según la medición
por su capacidad de alcanzar un valor MET más alto, con seguridad
finalizaron las tareas más rápidamente. Los investigadores que
midieron los niveles de aptitud física en una muestra de bomberos que
participaron en una prueba de actividad física estandarizada de
combate de incendios notaron que el 100% de aquellos que fueron
incapaces de alcanzar el 9.7 de los METS fallaron la prueba. xcvii
Numerosos estudios científicos han demostrado que la capacidad
aeróbica requerida para desempeñar las tareas de combate de
incendio durante las condiciones simuladas de incendio es como
mínimo de 12 METS (42 ml de oxígeno/kg/min). En niveles por debajo
de 12 METS, un bombero deberá ser informado para que mejore su (él
o ella) aptitud física y puede ser considerado un programa aeróbico
prescrito. En niveles de o por debajo de 8 METS, deberá exigirse un
programa de aptitud física aeróbica prescrito y las autoridades
competentes (AC) deberán ser aconsejadas para considerar la
restricción de las tareas esenciales del trabajo de combate de
incendios. Los estudios en curso están intentando cuantificar los
niveles de aptitud física sobre la base del riesgo relativo de futuros
resultados sobre la salud. xcvii

Calor

Los bomberos experimentan tensión térmica por el calor de los


incendios así como por el calor generado por las actividades
metabólicas mientras desempeñan sus tareas, lo que actúa como un
factor de estrés cardiovascular. Adicionalmente, los equipos de
protección personal aislados limitan la disipación del calor. xcviii Los
datos recopilados del entrenamiento de bomberos estiman que las
temperaturas del centro del cuerpo aumentan en un rango alrededor
de 0.05°C/min o 1.0 °C después de 20 minutos de un agudo combate
de incendios. xcix, c, ci Los individuos susceptibles que experimentaron la
misma tasa de aumento de temperatura durante periodos prolongados
podrían sufrir lesiones y enfermedades relacionadas con el calor.
Existen múltiples factores reconocidos que aumentan el riesgo de
enfermedad por calor, incluyendo la obesidad, bajos niveles de aptitud
física, falta de aclimatación, deshidratación y episodios previos de
enfermedad por calor. xcviii, cii Ciertas condiciones médicas, incluyendo
la diabetes, enfermedad cardíaca, diarrea, quemaduras por el sol, y
enfermedades virales; y medicamentos que interfieren con la
termorregulación, tales como los estimulantes, anticolinérgicos y
algunas drogas cardiovasculares son asociadas con un aumento del
riesgo de enfermedad por calor. cii, ciii

Deshidratación

La deshidratación disminuye el volumen de plasma, resultando de un


incremento de la concentración de glóbulos rojos, también conocida
como hemoconcentración, y termorregulación alterada la cual puede
conducir a disminución en la salida cardíaca. Los bomberos pueden
secretar más de 1.2 hasta 1.9 L/hora de sudor durante un combate de
incendio agotador mientras visten equipos de protección personal. civ,
cv, cvi
En un estudio de bomberos que completaron una serie de tres,
ejercicios de entrenamiento de 7 minutos con fuego vivo, el volumen
sistólico, o el volumen de sangre que se bombea desde uno de los
ventrículos del corazón con cada latido, disminuyó hasta casi el 20%
por debajo de los niveles de referencia, aunque hubo una pausa de 10
minutos para descansar y beber líquidos. civ La deshidratación ligada a
la hemoconcentración puede ser responsable del aumento en la
circulación de las plaquetas observado durante el combate de
incendios y puede conducir a un ambiente que favorezca la formación
de coágulos de sangre. cvii, cviii

CONCLUSIÓN

Existen muchos factores de riesgo conocidos para ECC; algunos son


modificables, mientras que otros, tales como la edad y el género no lo
son. Tanto los bomberos como la población general comparten
muchos de los mismos factores de riesgo. Adicionalmente, los
bomberos también enfrentan circunstancias laborales especiales que
aumentan el riesgo de ECC y el riesgo para los detonantes de eventos
por ECC en servicio. Los bomberos pueden mejorar su salud
cambiando los factores de riesgo personales y profesionales
modificables para ECC. En especial, es importante para los bomberos
tener buenas dietas, aumentar su aptitud física a través de ejercicio y
actividad física adecuada y mantener una buena higiene del sueño
obteniendo un promedio de sueño de 7-8 horas de sueño por noche.

i. Fahy, R. Muertes de Bomberos en los Estados Unidos Debido a Muerte Súbita Cardíaca 1995-
2005. Quincy, MA. Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA); 2005:9.

ii. Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Labores de Emergencia y muertes por
enfermedad cardíaca entre los bomberos en los Estados Unidos. Revista de Medicina de Nueva
Inglaterra. 2007; 356:1207–1215.

iii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en
los Bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

iv. Roger VL, et al. Estadísticas de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular –


Actualización 2011: un reporte de la Asociación Americana del Corazón. Circulación del 2011,
123:e18-e209.

v. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Las consecuencias en la


salud de la exposición involuntaria al humo del tabaco: informe de la cirugía general. Atlanta, GA:
Departamento de Salud y Servicios Humanos, Centros para el Control y Prevención de las
Enfermedades, Centro de Coordinación para la Promoción de la Salud, Centro Nacional para la
Promoción de la Salud, Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y
Promoción de la Salud, Oficina sobre el Tabaquismo y la Salud; 2006.

vi. Kales SN, et al. Los bomberos y las muertes en servicio por enfermedad cardíaca coronaria: un
estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

vii. Haddock CK, Jitnarin N, Poston WS, Tuley B, Jahnke SA. El tabaco entre los bomberos en el
Centro de los Estados Unidos. Revista Americana de Medicina Industrial. 2011 Jun 8. doi:
10.1002/ajim.20972.

viii. Boffetta P and Straif K. Uso de tabaco sin humo y el riesgo de infarto al miocardio y accidente
cerebrovascular: una revisión sistemática con meta-análisis. Revista Médica Británica. 2009;
339:b3060.

ix. Boffetta P, et al. El tabaco sin humo y el cáncer. Revista Lancet de Oncología. 2008 Jul;
9(7):667-75.
x. Fields LE, Burt VL, Cutler JA, Hughes J, Roccella EJ, Sorlie P. La carga económica de la
hipertensión adulta en los Estados Unidos 1999 –2000: una marea creciente. Hipertensión. 2004;
44:398–404.

xi. Comité Nacional Conjunto sobre la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la


Presión Arterial Alta 6. NHLBI (Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, NIH
(Institutos Nacionales de la Salud) Publicación 98-4080. 1997.

xii. Franco OH, et al. Presión arterial en la edad adulta y expectativa de vida con enfermedad
cardiovascular en hombres y mujeres: análisis del ciclo de vida. Hipertensión. 2005; 46:280-286.

xiii. El Estudio sobre el Corazón de Framingham, Instituto Nacional del Corazón, Departamento de
Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.

xiv. Geibe JR, et al. Predictores de los eventos coronarios en servicio en bomberos hombres en los
Estados Unidos. Revista Americana de Cardiología. 2008; 101:585-589.

xv. Soteriades ES, Kales SN, Liarokapis D, et al. Vigilancia prospectiva de la hipertensión en los
bomberos. Revista de la hipertensión clínica (Greenwich). 2003; 5:315-320.

xvi. Soteriades ES, Kales SN, et al. La presión arterial de los bomberos y la situación laboral de los
equipos de materiales peligrosos en Massachusetts: un estudio prospectivo. Revista de Medicina
Ocupacional Ambiental. 2002; 44:669-676.

xvii. Kales SN, et al. La presión arterial en los bomberos, oficiales de policía, y otros respondedores
a emergencias. Revista Americana de la Hipertensión. 2009; 22:11-20.

xviii. Comité Nacional Conjunto sobre la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la


Presión Arterial Alta 6. NHLBI (Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, NIH
(Institutos Nacionales de la Salud). Publicación NIH 98-4080. 1997.

xix. Roger VL, et al. Estadísticas sobre Enfermedad Cardíaca y Accidente Cerebrovascular –
Actualización del 2011 update: un informe de la Asociación Americana del Corazón. Circulación
2011, 123:e18-e209.

xx. Kales SN, et al. Presión Arterial en los Bomberos, oficiales de policía y otros respondedores a
emergencias. Revista Americana de la Hipertensión. 2009; 22:11-20.

xxi. Poston WS, Haddock CK, Jahnke SA, Jitnarin N, Tuley BC, Kales SN. La prevalencia del
sobrepeso, la obesidad y la aptitud física subestándar en una población con base en una cohorte
de bomberos. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental. 2011 Mar; 53(3):266-73.

xxii. Colaboración de Estudios Prospectivos, Whitlock G, Lewington S, Sherliker P, Clarke R,


Emberson J, Halsey J, Qizilbash N, Collins R, Peto R. El índice de Masa Corporal y la causa
específica de mortalidad en 900.000 adultos: colaboración en el análisis de 57 estudios
prospectivos. Lancet. 2009; 373:1083–1096.
xxiii. Peeters A, Barendregt JJ, Willekens F, Mackenbach JP, Al Mamun A, Bonneux L; NEDCOM,
el Grupo de Investigación sobre la Morbilidad de Epidemiología y Compresión Demográfica de los
Países Bajos. La obesidad en la edad adulta y sus consecuencias para la expectativa de vida: un
análisis de la tabla de vida. Anales de Medicina Interna. 2003; 138:24 –32.

xxiv. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los Bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

xxv. Stamler J, Wentworth D, Neaton JD. ¿Es la relación entre el colesterol sérico y el riesgo de
muerte prematura por enfermedad coronaria, continua y gradual? Hallazgos en 356,222
seguimientos médicos primarios de rastreo de la Intervención de Múltiples Factores de Riesgo.
Revista de la Asociación Americana del Corazón 256:2823-2828, 1986.

xxvi. Lowden A, et al. La alimentación y el trabajo por turnos – efectos sobre los hábitos, el
metabolismo y el desempeño. Revista Escandinava del Trabajo, el Ambiente y la Salud. 2010;
36:150-162.

xxvii. Soteriades ES, Kales SN, Liarokapis D, et al. Perfil lipídico de los bomberos en el tiempo:
oportunidades para la prevención. Revista de Medicina Ocupacional.2002; 44: 840-846.

xxviii. Donovan R, et al. La aptitud Física Cardiorrespiratoria y el síndrome metabólico en los


bomberos. Medicina Ocupacional (Londres). 2009; 59:487-492.

xxix. Roger VL, et al. Estadísticas de Enfermedad Cardíaca y Accidente Cerebrovascular –


Actualización del 2011: un informe de la Asociación Americana del Corazón. Circulación 2011,
123:e18-e209.

xxx. Kales SN, et al. Los bomberos y las muertes por enfermedad cardíaca coronaria en servicio:
un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xxxi. Holder JD, et al. Jubilación del bombero presuntamente por el corazón en Massachusetts
1997-2004. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental. 2006; 48:1047-1053.

xxxii. Kales SN, et al. Los bomberos y las muertes por enfermedad cardíaca coronaria en servicio:
un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xxxiii. Donovan R, et al. La aptitud Física Cardiorrespiratoria y el síndrome metabólico en los


bomberos. Medicina Ocupacional (Londres). 2009; 59:487-492.

xxxiv. Yoo HL et al. Prevalencia de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en


bomberos voluntarios. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental 2009; 51:958-962.

xxxv. Kales SN, et al. Los bomberos y las muertes por enfermedad cardíaca coronaria en servicio:
un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xxxvi. Holder JD, et al. Jubilación del bombero presuntamente por el corazón en Massachusetts
1997-2004. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental. 2006; 48:1047-1053.
xxxvii. Kales SN, et al. Los bomberos y las muertes por enfermedad cardíaca coronaria en servicio:
un estudio de casos y controles. Salud Ambiental. 2003; 2:14.

xxxviii. Yoo HL, et al. Prevalencia de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en
bomberos voluntarios. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental 2009; 51:958-962.

xxxix. Roger VL, et al. Estadísticas de Enfermedad Cardíaca y Accidente Cerebrovascular –


Actualización del 2011: un informe de la Asociación Americana del Corazón. Circulación 2011,
123:e18-e209.

xl. Geibe JR, et al. Predictores de los eventos coronarios en servicio en bomberos hombres en los
Estados Unidos. Revista Americana de Cardiología. 2008; 101:585-589.

xli. Alberti K, Eckel RH, Grundy SM, Zimmet PZ, Cleeman JI, Donato KA, Fruchart JC, James WPT,
Loria CM, Smith SC Jr. Armonizando el Síndrome Metabólico: Un estatuto conjunto provisional de
la Fuerza de Tarea de la Federación Internacional de la Diabetes sobre la Epidemiología y la
Prevención; Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre; Asociación Americana del
Corazón; Federación Mundial del Corazón; Sociedad Internacional de Aterosclerosis; y la
Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad. Circulación. 2009; 120:1640–1645.

xlii. Ervin RB. Prevalencia del Síndrome Metabólico entre los adultos de 20 años de edad y
mayores por su sexo, edad, raza, etnia e índice de masa corporal: Estados Unidos, 2003 – 2006.
Informes Estadísticos Nacionales de Salud; No. 13. Hyattsville, Md: Centro Nacional de
Estadísticas de Salud; 2009.

xliii. Gami AS, Witt BJ, Howard DE, Erwin PJ, Gami LA, Somers VK, Montori VM. El síndrome
Metabólico y el riesgo de incidentes de eventos cardiovasculares y la muerte: una revisión
sistemática y meta-análisis de estudios longitudinales. Revista de la Fundación Colegio Americano
de Cardiología. 2007; 49:403– 414.

xliv. Franco OH, Massaro JM, Civil J, Cobain MR, O’Malley B, D’Agostino RB Sr. Trayectorias de
ingreso del síndrome metabólico: el Estudio sobre el Corazón de Framingham. Circulación. 2009;
120:1943–1950.

xlv. Baur DM, Christophi CA, Kales SN. El síndrome Metabólico está inversamente relacionado con
la aptitud física cardiorrespiratoria en los bomberos de carrera hombres. Revista de Fuerza y
Acondicionamiento. 26(9):2331-2337, Septiembre, 2012.

xlvi. Ainsworth BE, Haskell WL, et al. Compendio de Actividades Físicas de 2011: segunda
actualización de los códigos y valores MET. Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio,
2011; 43(8):1575-1581.

xlvii. Kodama S, et al., La aptitud física cardiorrespiratoria como un predictor cuantitativo de todas
las causas de mortalidad y eventos cardiovasculares en hombres y mujeres saludables: un meta-
análisis. JAMA (Revista de la Asociación Médica Americana), 2009. 301(19): p.
2024-35.
xlviii. Williams PT, La aptitud física y la actividad como factores de riesgo independientes para
enfermedad cardíaca: un meta-análisis. Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio, 2001.
33(5): p. 754-61.

xlix. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad cardiovascular en
los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

l. Durand G, Tsismenakis AJ, Jahnke SA, et al. La actividad física de los bomberos: relación entre
la aptitud física y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Medicina y Ciencia en los Deportes y el
Ejercicio. 2011; 43(9):1752-9.

li. Baur DM, Christophi CA, Kales SN. El síndrome metabólico está inversamente relacionado con
la aptitud física cardiorrespiratoria en los bomberos de carrera hombres. Revista de Fuerza y
Acondicionamiento. 26(9): 2331-2337, Septiembre, 2012.

lii. Howard BV, et al. El patrón alimenticio bajo en grasa y el riesgo de enfermedad cardiovascular:
Ensayo de Iniciativa Aleatoria Controlada de Modificación Alimenticia para la Salud de la Mujer.
JAMA (Revista de la Asociación Médica Americana). 2006; 295:655– 666.

liii. Mozaffarian D, Katan MB, Ascherio A, Stampfer MJ, Willett WC. Los ácidos grasos trans y la
enfermedad cardiovascular. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra. 2006; 354:1601–1613.

liv. Jakobsen MU, O’Reilly EJ, Heitmann BL, Pereira MA, Balter K, Fraser GE, Goldbourt U,
Hallmans G, Knekt P, Liu S, Pietinen P, Spiegelman D, Stevens J, Virtamo J, Willett WC, Ascherio
A. Los principales tipos de grasa alimenticia y el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria: un
análisis combinado de 11 cohortes de estudio. Revista Americana de Nutrición Clínica.
2009; 89:1425–1432.

lv. Fung TT, Malik V, Rexrode KM, Manson JE, Willett WC, Hu FB. Consumo de bebidas
azucaradas y el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria en las mujeres. Revista Americana de
Nutrición Clínica. 2009; 89:1037–1042.
lvi. Danaei G, Ding EL, Mozaffarian D, Taylor B, Rehm J, Murray CJ, Ezzati M. Las causas
prevenibles de muerte en los Estados Unidos: Evaluación comparativa del riesgo de los factores de
riesgo alimenticios, del estilo de vida, y metabólicos. PLoS Revista Médica (Librería Pública de
Ciencia). 2009; 6:e1000058.

lvii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad cardiovascular en
los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

lviii. Kay BF, Lund MM, Taylor PN, et al. La evaluación de la enfermedad cardiovascular de los
bomberos relacionada con el conocimiento y los comportamientos. Revista de la Asociación
Dietética Americana. 2001; 101(7):807– 809.

lix. Reproducido con autorización. Fundación del Corazón y los Accidentes Cerebrovasculares de
Canadá. Enfermedad Cardiovascular en Canadá. 1993. Figura 6, página 10. Ottawa, Canadá.
lx. Kales SN, Soteriades ES, Christophi CA, et al. Las labores de emergencia y las muertes por
enfermedad cardíaca entre los bomberos de los Estados Unidos. Revista de Medicina de Nueva
Inglaterra. 2007; 356:1207–1215.

lxi. Lloyd-Jones DM, et al. (Riesgo Cardiovascular de) Los padres como un factor de riesgo para la
enfermedad cardiovascular en adultos de edad media: un estudio prospectivo de pacientes y sus
descendientes. JAMA (Revista de la Asociación Médica Americana).
2004; 291:2204-2211.

lxii. Sesso HD, et al. Historial materno y paterno de infarto cardíaco y el riesgo de enfermedad
cardiovascular en hombres y mujeres. Circulación. 2001; 104:393-398.

lxiii. Murabito JM, et al. Las enfermedades cardiovasculares entre hermanos como un factor de
riesgo para enfermedad cardiovascular entre adultos de edad media. JAMA (Revista de la
Asociación Médica Americana). 2005; 294:3117-3123.

lxiv. Roger VL, et al. Estadísticas de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular –


actualización del 2011: un informe de la Asociación Americana del Corazón. Circulación 2011,
123:e18-e209.

lxv. Burgess JL, Nanson CJ, et al. Los efectos respiratorios adversos en los bomberos siguientes al
reacondicionamiento. Revista de Medicina Ocupacional Ambiental. 2001; 43:467-473.

lxvi. Baxter CS, Ross CS, et al. ¿Es la exposición a partículas ultrafinas durante la supresión de los
incendios un factor contribuyente importante para la enfermedad cardíaca coronaria entre los
bomberos? Revista de Medicina Ocupacional Ambiental. 2010; 52:791-796.

lxvii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

lxviii. Goldsmith JR. Investigación sobre el Monóxido de Carbono. Reciente y Remota. Archivos de
Salud Ambiental. 1970; 21:118-120.

lxix. Kaelber CT, Barboriak J. Simposio sobre Alcohol y Enfermedades Cardiovasculares.


Circulación 1981; 64.

lxx. Dockery DW. Evidencia epidemiológica de los efectos cardiovasculares de la contaminación de


partículas en el aire. Perspectiva de Salud Ambiental. 2001; 109(suplemento 4):483– 486.

lxxi. Goldberg MS, Burnett RT, Bailar JC III, et al. Identificación de personas con condiciones
cardiorrespiratorias que están en riesgo de morir por los efectos agudos de partículas en el aire
ambiente. Perspectiva de Salud Ambiental. 2001; 109 (suplemento 4):487– 494.

lxxii. Mittleman MA. Contaminación del Aire, ejercicio y riesgo cardiovascular. Revista de Medicina
de Nueva Inglaterra. 2007; 357:1147–1149.
lxxiii. Asociación Internacional de Bomberos. Reconocimiento y Prevención de las Enfermedades
Cardíacas Ocupacionales. Washington, DC. Asociación Internacional de Bomberos, AFL-CIO,
CLC. Departamento de Salud y Seguridad Ocupacional. 2001.

lxxiv. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los bomberos de Estados Unidos. Cardiología en Revisión. 2011; 19 (4):202-215.

lxxv. Tubbs RL. El ruido y la pérdida de la audición en el combate de incendios. Medicina


Ocupacional. 1995; 10:843–856.

lxxvi. van Kempen EE, Kruize H, Boshuizen HC, et al. La asociación entre la exposición al ruido y la
presión arterial y la enfermedad cardíaca isquémica: un meta-análisis. Perspectiva de Salud
Ambiental.
2002; 110:307–317.

lxxvii. Kales SN, et al. La presión arterial en los bomberos, oficiales de policía y otros
respondedores a emergencias. Revista Americana de la Hipertensión. 2009; 22:11-20.

lxxviii. de Lange AH, Kompier MA, Taris TW, et al. La noche de un día duro: un estudio longitudinal
sobre las relaciones entre las demandas del trabajo y el control del trabajo, la calidad del sueño y
la fatiga. Revista de Investigación sobre el Sueño. 2009; 18:374 –383.

lxxix. Bryant RA, Harvey AG. Reacciones al estrés post traumático en los bomberos voluntarios.
Revista del estrés traumático. 1996; 9:51– 62.

lxxx. Violanti JM, Fekedulegn D, Hartley TA, et al. Trauma y enfermedad cardiovascular de la
policía: asociación entre el trastorno de estrés post traumático y el síndrome metabólico. Revista
Internacional de Salud Mental y Humana de Emergencias. 2006; 8:227–237.

lxxxi. Jonsson A, Segesten K, Mattsson B. El estrés post traumático entre el personal de


ambulancias de Suecia. Revista de Emergencias Médicas. 2003; 20:79–84.

lxxxii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los bomberos de Estados Unidos: Una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

lxxxiii. Lowden A, Moreno C, Holmback U, et al. La alimentación y el trabajo por turnos – efectos
sobre los hábitos, el metabolismo y el desempeño. Revista Escandinava del Trabajo y la Salud
Ambiental. Mar. 2010; 36:150–162.

lxxxiv. Puttonen S, Harma M, Hublin C. El trabajo por turnos y la enfermedad cardiovascular – vías
del estrés circadiano hacia la morbilidad. Revista Escandinava del Trabajo y la Salud Ambiental.
2010; 36:96–108.

lxxxv. Wolk R, Gami AS, Garcia-Touchard A, et al. El sueño y la enfermedad cardiovascular.


Problemas Actuales en la Cardiología. 2005; 30:625– 662.

lxxxvi. Jennings JR, Muldoon MF, Hall M, et al. El auto-reporte de la calidad del sueño está
asociado con el síndrome metabólico. Sueño. 2007; 30:219–223.
lxxxvii. Di Lorenzo L, De Pergola G, Zocchetti C, et al. Los efectos del trabajo por turnos sobre el
índice de masa corporal: resultados de un estudio realizado en 319 hombres tolerantes a la
glucosa que trabajan en una industria del sur de Italia. Revista Internacional sobre la Obesidad y
Trastornos Metabólicos Relacionados. 2003; 27:1353–1358.

lxxxviii. Kitamura T, Onishi K, Dohi K, et al. El ritmo circadiano de la presión arterial se transforma
de un patrón de descenso a un patrón de no descenso en los trabajadores por turnos con
hipertensión. Revista de Hipertensión Humana. 2002; 16:193–197.

lxxxix. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

xc. Barnard RJ, Gardner GW, Diaco NV. La enfermedad cardíaca “isquémica” en los bomberos con
Arterias Coronarias Normales. JOM (Revista de Medicina) 1976; 18:818-820.

xci. Puttonen S, Harma M, Hublin C. El trabajo por turnos y la enfermedad cardiovascular – vías del
estrés circadiano hacia la morbilidad. Revista Escandinava del Trabajo y la Salud Ambiental. 2010;
36:96–108.

xcii. Manning JE, Griggs TR. Ritmos cardíacos en bomberos que usan equipos de respiración
livianos y pesados: Similitudes cerca del máximo esfuerzo en respuesta a múltiples condiciones de
carga laboral. Revista de Medicina Ocupacional. 1983; 25:215–218.

xciii. Sothmann MS, Saupe K, Jasenof D, et al. El ritmo cardíaco en la respuesta de los bomberos a
emergencias reales. Implicaciones para la aptitud física cardiorrespiratoria. Revista de Medicina
Ocupacional. 1992; 34:797– 800.

xciv. Kuorinka I, Korhonen O. Reacción de los bomberos a la alarma, Un Estudio a un


Electrocardiograma y a la frecuencia Cardíaca. JOM (Revista de Medicina) 1981; 23:762-766.

xcv. Ainsworth BE, Haskell WL, et al. Compendio de Actividades Físicas de 2011: segunda
actualización de los códigos y valores MET. Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio,
2011; 43(8):1575-1581.

xcvi. Elsner KL, Kolkhorst FW. Las demandas metabólicas de las tareas de combate de incendios
simuladas. Ergonomía. 2008; 51:1418 –1425.

xcvii. Hurley B. Los atributos físicos del desempeño del bombero. Documento presentado en:
Presentación de la Investigación a la reunión de los Departamentos de Seguridad Nacional (DHS),
Investigación y Desarrollo (R&D), e Información Pública; 2008; Washington, DC.

xcviii. Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular
en los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.
xcix. Smith DL, Petruzzello SJ. Respuestas fisiológicas y psicológicas seleccionadas a los
ejercicios con fuego vivo en diversas configuraciones de equipos de combate de incendios.
Ergonomía. 1998; 41:1141–1154.

c. Smith DL, Petruzzello SJ, Chludzinski MA, et al. Respuestas hormonales e inmunológicas
seleccionadas para los ejercicios de combate de incendios agotadores con fuego vivo. Ergonomía.
2005; 48:55–65.

ci. Carter JM, Rayson MP, Wilkinson DM, et al. Estrategias para combatir la tensión por calor
durante y después del combate de incendios. Revista de Bilogía Térmica. 2007:109 – 116.

cii. Cheung S. El estrés por calor. En: Fisiología Ambiental Avanzada del Ejercicio. ci. Champaign,
IL; Cinética (quinética); 2010: 27– 48.

ciii. Delaney K, Goldfrank L. Los extremos térmicos en el ambiente de trabajo. En: Rom WN,
editorial. Medicina Ocupacional y Ambiental. 4ta. edición. Filadelfia, PA: Wolters Kluwer/Lippincott
Williams & Wilkins; 2007:1337–1350.

civ. Smith DL, Manning TS, Petruzzello SJ. El efecto de los ejercicios agotadores con fuego vivo
sobre las respuestas cardiovasculares y psicológicas de los bomberos reclutas. Ergonomía. 2001;
44:244–254.

cv. Smith DL, Petruzzello SJ. Respuestas hormonales e inmunológicas seleccionadas para los
ejercicios de combate de incendios agotadores con fuego vivo. Ergonomía. 1998; 41:1141–1154.

cvi. Selkirk GA, McLellan TM, Wong J. Enfriamiento Activo vs Pasivo durante el trabajo en
ambientes calientes mientras se utiliza ropa protectora para el combate de incendios. Revista de
Higiene Ambiental Ocupacional. 2004; 1:521–531.

cvii. Smith DL, Goldstein E, Petruzzello SJ. Muertes y lesiones del bombero: El papel de Estrés por
Calor y el Equipo de Protección Personal. Urban-Champaign, IL: Centro de Investigación para la
Seguridad Humana del Bombero de la Universidad de Illinois; 2008.

cviii. Smith DL, Petruzello SJ, Goldstein E, et al. El efecto del entrenamiento con fuego vivo sobre
el número y función de las plaquetas de los bomberos. Cuidado de Emergencias Prehospitalarias.
2011; 15(2):233-9.
CAPÍTULO 6 – PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD CARDÍACA

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en


servicio entre los bomberos. Los estudios investigativos han
identificado múltiples factores de riesgo cardiovascular que enfrentan
los bomberos. El Capítulo 5 discutió los peligros ocupacionales
potenciales cardiovasculares en los bomberos (Vea la tabla 6.1) y los
factores de riesgo no ocupacionales. Hay una preponderancia de
evidencia científica que demuestra que los esfuerzos para disminuir
los factores modificables pueden disminuir el riesgo de enfermedad
cardíaca. Este capítulo discutirá cómo los cambios en el estilo de vida
pueden ayudar a prevenir o disminuir el desarrollo de enfermedad
cardiovascular.

ACTIVIDAD FÍSICA

Los bomberos deben tener un alto nivel de aptitud física para


desempeñar sus actividades laborales. Aunque es preferible cualquier
tipo de ejercicio a la inactividad, la actividad aeróbica regular y los
ejercicios de fortalecimiento muscular son necesarios para la
prevención inicial y secundaria de enfermedad cardíaca. Los
beneficios del ejercicio regular incluyen cambios positivos en el peso
corporal, la presión arterial, el colesterol, la glucosa, el estado anímico
y la aptitud física cardiovascular.

Existen varios métodos para definir la intensidad del ejercicio. El


Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) define la intensidad
de ejercicio por medio del porcentaje máximo de frecuencia cardíaca
(FCM en español – MHR en inglés), el índice de esfuerzo percibido, y
los METS.1 La actividad moderada ha sido definida como el 64% al
76% de R, la actividad vigorosa como el 77% al 95% FCM. La FCM
puede calcularse restando su edad de 220. Por ejemplo, una edad de
40 años tiene una FCM de 180, y para la actividad moderada la
frecuencia cardíaca objetivo es de 115 a 137 latidos cardíacos por
minuto. Los METS se refieren a los equivalentes metabólicos y se
determina midiendo la cantidad de oxígeno consumido (vea el Capítulo
5). Las tasas de intensidad del ejercicio de ACSM utilizan METS. Para
los hombres (para las mujeres, los valores medios son de uno a dos
METS menos que para los hombres), lo cual se muestra en la Tabla
6.1.

EDAD (Años) # METS (Moderado) # METS (Vigoroso)


20 – 39 4.8 – 7.1 7.2 – 10.1
40 – 64 4.0 – 5.9 6.0 – 8.4
65 - 70 3.2 – 4.7 4.8 – 6.7
Tabla 6.1 i

Algunos ejemplos de actividades físicas en los METS son: ii

 Correr, 4 mph (13 min/milla) 6 METS


 Caminar, llevar una carga de 25 a 49, subiendo escaleras 8 METS
 Montar en Bicicleta, 14-15.9 mph 10 METS
 Caminar, transportando una carga >74 libras, subiendo escaleras 12 METS
 Correr, 9 mph (6.5 min/milla) 12.8 METS

Para la población adulta en general, las recomendaciones del


Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para la actividad
física son: iii

 Actividades de fortalecimiento muscular que involucren todos los


grupos principales de músculos durante dos o más días por
semana.
 Como mínimo 150 minutos (2 horas y 30 minutos) de intensidad
moderada por semana, o 75 minutos (1 hora y 15 minutos) de
actividad física aeróbica de intensidad vigorosa, o una
combinación equivalente de actividad aeróbica de intensidad
moderada y vigorosa. La actividad aeróbica debería
desarrollarse en episodios de 10 minutos como mínimo, y
preferiblemente, la cual debería extenderse a lo largo de la
semana.
 Para beneficios adicionales y más extensos, los adultos deberían
aumentar su actividad física aeróbica a 300 minutos (5 horas) de
intensidad moderada por semana, o 150 minutos de actividad
física aeróbica de intensidad vigorosa por semana, o una
combinación equivalente de actividad aeróbica de intensidad
moderada y vigorosa.

Para alcanzar su nivel objetivo de aptitud física, cualquier régimen de


ejercicio variará dependiendo de los factores individuales. Se
recomienda que antes de iniciar un programa de ejercicios, usted
debería consultar a un médico si:

 Tiene más de 40 años de edad y por lo regular no es físicamente


activo.
 Usted tiene una enfermedad crónica o requiere medicación
diaria.
 Usted desarrolla síntomas relacionados con el esfuerzo que
incluyen pero no se limitan a dolor de pecho, dificultad
respiratoria, o mareos.

BIENESTAR EN EL TRABAJO

Los programas de aptitud física y bienestar, se son diseñados y


administrados adecuadamente, ofrecen una oportunidad de
prevención de enfermedad cardiovascular. Un programa integral
debería hace hincapié en dietas saludables, actividad física regular y
buena higiene del sueño, así como suministrar educación continua y
opciones de Programas de Asistencia a los Empleados (PAE). iv La
Iniciativa para el Bienestar/Aptitud Física del Servicio de Bomberos en
conjunto con la Administración Laboral (WFI). Es una asociación
histórica entre la IAFF y la Asociación Internacional de Jefes de
Bomberos (IAFC) como una forma de mejorar el bienestar del personal
uniformado del departamento de bomberos. Participaron 10
departamentos de bomberos públicos de carrera de los Estados
Unidos y Canadá. Cada uno de estos departamentos se comprometió
a sí mismo con esta iniciativa de Bienestar-Aptitud Física exigiendo la
participación obligatoria de todo su personal uniformado en este
programa.

La intención de la WFI es que su implementación debería ser un


programa positivo personalizado que no sea punitivo. Todos los
resultados de los componentes son medidos contra los exámenes y
evaluaciones previas de los individuos y no contra cualquier norma o
estándar. Sin embargo, pueden utilizarse los estándares para
prácticas médicas cuando los resultados indican que se requiere una
intervención para salvar vidas.

La confidencialidad de la información médica es el aspecto más


importante de la WFI. La publicación sin autorización de los detalles
personales que pueden registrarse como parte de una evaluación
médica, generan problemas legales, éticos, y personales para el
empleado, el empleador y el médico evaluador. Toda la información
obtenida de las evaluaciones médicas y físicas debería ser
considerada confidencial, y el empleador únicamente tendrá acceso a
la información concerniente a la aptitud física para el trabajo, las
restricciones médicas laborales, y si es necesario, las adaptaciones
(reubicaciones) adecuadas. También, toda la información médica debe
ser mantenida en archivos separados de toda la demás información
personal.

La WFI es un programa integral que aborda las necesidades de todo el


individuo en un programa para construir y mantener la aptitud del
personal de bomberos y los servicios médicos de emergencia. La
aptitud – física, mental, y emocional – requiere un programa efectivo
de bienestar disponible para los reclutas, los titulares y los jubilados.
Los componentes del WFI incluyen evaluación médica, aptitud física,
rehabilitación médica y de aptitud física para lesiones, comportamiento
en salud, y recolección de datos.

El WFI está diseñado para mejorar la calidad de vida de todos los


bomberos mientras que al mismo tiempo intenta demostrar el valor de
la inversión de recursos a través del tiempo. El Capítulo de
Justificación de Costos de la Tercera Edición de la WFI esboza los
ahorros significativos de los costos en tiempo de trabajo perdido,
compensación de los trabajadores, y discapacidad cuando se
implementa un programa integral de bienestar y aptitud física.

PRESIÓN ARTERIAL ALTA

La presión arterial alta o hipertensión es un factor de riesgo reconocido


para enfermedad cardíaca. La presión arterial elevada sin tratamiento
también puede dañar el tratamiento, los riñones y los ojos. Aunque el
historial familiar y la genética pueden contribuir a la incidencia de
presión arterial alta, el impacto de las elecciones en el estilo de vida no
debe subestimarse. La adopción de estilos de vida saludables es
crítica para la prevención de la hipertensión, esencial para el manejo
de aquellos con presión arterial alta, y se ha demostrado que
disminuye el riesgo cardiovascular. v

Los principales cambios en el estilo de vida que se ha demostrado


disminuyen la presión arterial alta incluyen pérdida de peso en
aquellos que tiene sobrepeso u obesidad; la adopción de un plan de
alimentación con Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión
(EADH en español – DASH en inglés); actividad física regular;
consumo moderado de alcohol y sodio. vi Los comportamientos
saludables también mejorar la eficacia de los medicamentos
antihipertensivos utilizados para tratar a aquellos con presiones
arteriales elevadas. Por ejemplo, la adopción de un plan de
alimentación EADH tiene efectos similares a una sola terapia con
medicamentos, mientras que la combinación de varias modificaciones
en el estilo de vida puede lograr incluso mejores resultados. vii Como
un coadyuvante para el cambio de comportamiento, se ha demostrado
que los tratamientos farmacológicos reducen las complicaciones de la
hipertensión. Los ensayos clínicos han demostrado que se pueden
obtener los niveles objetivo de presión arterial en la mayoría de
pacientes que son hipertensivos, con muchos medicamentos
comprobados entre los cuales elegir.

PASOS QUE PUEDE SEGUIR DESDE HOY

 Ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento muscular que incluyan


esfuerzo físico moderado durante al menos 30 minutos en la
mayoría de días de la semana.
 Mantener un peso saludable.
 Alimentarse con dieta sana que limite el sodio a < 1.5 gramos al
día.
 No fumar.
 Limitar el uso diario de alcohol a <2 tragos para los hombres y
<1 trago para las mujeres.
 Revisar periódicamente su presión arterial teniendo en cuenta
que la hipertensión arterial puede no presentar síntoma alguno.
 Tratar la presión arterial alta si tiene hipertensión.

ESTRÉS PSICOLÓGICO

Los bomberos enfrentan muchos factores de estrés psicosocial


mientras desempeñan labores que incluyen la respuesta a incendios,
realizar rescates, incidentes de terrorismo, etc. El estrés excesivo
puede llevar a una frecuencia cardíaca elevada, presión arterial alta y
trastornos del sueño. viii Los factores de estrés personal y ocupacional
también pueden contribuir a comportamientos poco saludables como
el tabaquismo, alimentación excesiva, o aumento en el consumo de
alcohol. Los bomberos susceptibles expuestos a factores extremos de
estrés pueden desarrollar trastorno de estrés post-traumático (TEPP
en español – PTSD en inglés).
A pesar de que las condiciones de trabajo tienen juegan un papel
principal en la causa de estrés laboral, los factores individuales y otros
factores situacionales pueden fortalecer o debilitar esta influencia. ix
Por ejemplo, un miembro de la familia enfermo o la necesidad de
trabajar en un segundo empleo puede intensificar los efectos de los
factores de estrés laboral. Sin embargo, los factores individuales
también pueden ayudar a reducir los efectos de los factores de estrés
ocupacionales, tales como un balance entre el trabajo y la vida familiar
o personal, una red de apoyo de amigos y compañeros de trabajo y
una actitud relajada y positiva. ix

Existen muchos signos y síntomas de dificultad para lidiar con el


estrés. Aprender a reconocer cuando usted o sus compañeros de
trabajo tienen dificultades para lidiar con el estrés es importante de
modo que puedan tomarse acciones correctivas. Conocer cómo y
cuándo pedir ayuda puede evitar las consecuencias negativas de los
factores de estrés. Muchos departamentos han empleado programas
de asistencia para empleados (PAEs) que suministran asesoría
confidencial a corto plazo.

Debido a que existen muchas causas de factores de estrés laboral,


existen muchas estrategias para reducirlos o prevenirlos. Aunque
puede no ser posible abordar inmediatamente la fuente del estrés,
existen pasos preventivos que se pueden tomar. La Asociación
Americana de Psicología sugiere los siguientes consejos: x

Identifique la Causa: Usted puede encontrar que su estrés aumenta


por algo que es fácil de corregir. Un psicólogo puede ayudarlo a definir
y analizar estos factores de estrés, y desarrollar planes de acción para
lidiar con ellos.

Supervise su Estado de Ánimo: Si se siente estresado durante el


día, anote lo que lo causó entre sus pensamientos y estados de
ánimo. Nuevamente, usted puede encontrar que la causa es menos
grave de lo que pensaba inicialmente.
Tómese un tiempo para usted mismo como mínimo dos o tres
veces a la semana: Incluso diez minutos al día de “tiempo personal”
pueden ayudarle a refrescar su actitud mental y a reducir la velocidad
de sus sistemas corporales de respuesta al estrés. Apague el teléfono,
invierta tiempo a solas en su habitación, en ejercicio, o meditando con
su música favorita.

Aléjese cuando se encuentre enojado. Antes de reaccionar, tome


tiempo para reagruparse mentalmente contando hasta 10. Entonces
observe de nuevo la situación. Caminar u otras actividades físicas
también le ayudarán a “trabajar con menos vapor”.

Analice su horario. Evalúe sus prioridades y delegue cualquier tarea


que pueda (por ejemplo, ordenar la cena después de un día ajetreado,
compartir las responsabilidades del hogar). Elimine las tareas que
“podría hacer” pero que no son parte del “debo hacer”.

Fije normas razonables para usted y para los demás. No espere


perfección.

OBESIDAD

El sobrepeso y la obesidad son términos para los rangos de peso que


son superiores a los que generalmente se consideran saludables para
una estatura determinada. xi Tener sobrepeso o ser obeso está
asociado con el aumento del riesgo de efectos futuros adversos sobre
la salud. Existe una epidemia nacional de obesidad, con más de dos
de cada tres adultos en los Estados Unidos con sobrepeso u obesos
en la actualidad. xii El análisis de las tendencias de los datos del
Estudio sobre el Corazón de Framingham reveló que en los adultos
con peso normal entre los 30 y los 59 años de edad, las tasas de
cuatro años de sobrepeso variaban del 26% al 30% en los hombres y
del 14% al 19% en las mujeres. xiii
Entre los adultos, los rangos de sobrepeso y obesidad se determinan
comúnmente utilizando el peso y la estatura para calcular un índice de
masa corporal (IMC). El IMC se utiliza porque para la mayoría de
personas, este se correlaciona con la cantidad de grasa corporal. Un
adulto con un IMC entre 25 kg/m2 y 29.9 kg/m2 es considerado en
sobrepeso, mientras que un adulto con un IMC de >30 kg/m2 es
considerado obeso. Como ejemplo, un adulto cuya estatura es de 5’9”
(1.75 m) y pesa entre 169 y 202 libras (76 kg – 91 kg), tiene un IMC
que es de sobrepeso, mientras que un adulto cuya estatura es de 5’9”
(1.75 m) y pesa 203 libras (92 kg) o más tiene un IMC que es de
obesidad. Aunque el IMC se correlaciona con la cantidad de grasa
corporal, el IMC no mide directamente la grasa corporal. Otros
métodos de estimación de la grasa corporal y la distribución de grasa
corporal incluyen mediciones del espesor del pliegue cutáneo, la
circunferencia de la cintura, el cálculo de los índices de circunferencia
entre la cintura y la cadera, y otras técnicas tales como el ultrasonido,
la impedancia bioeléctrica, la tomografía computarizada, las imágenes
de resonancia magnética y la absorciometría de rayos X de energía
dual (DEXA o DXA en inglés) [también llamada densitometría ósea].

Un peso corporal ideal con un rango normal de IMC puede obtenerse


a través de una combinación de dieta y ejercicio de modo que los
requerimientos metabólicos coincidan con la ingesta calórica. La
alimentación saludable y la actividad física siempre son los primeros
medios para alcanzar un peso saludable. Las “Directrices Alimenticias
para los Americanos” publicada conjuntamente por el Departamento
de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) y el
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ofrecen
guía sobre el desarrollo de un plan alimenticio saludable y consejos
para una ingesta calórica (vea la sección siguiente sobre la dieta).
Adicionalmente, ha aumentado nuestro conocimiento en cuanto a que
la consecución adecuada de sueño también es importante para
mantener un peso saludable, y que el sueño corto y el trabajo por
turnos pueden afectar adversamente el metabolismo y el peso (vea la
sección sobre el sueño en la página 29 del documento original en
inglés).

LA DIETA

Una dieta saludable es un componente importante para prevenir la


enfermedad cardíaca. En ensayos controlados aleatorios, se ha
demostrado que los hábitos alimenticios afectan muchos factores de
riesgo cardiovasculares, tales como los niveles de colesterol, la
presión arterial, los niveles de glucosa y la obesidad. Por ejemplo, los
determinantes nutricionales individuales asociados con la adiposidad o
la ganancia de peso incluyen porciones más grandes, ingestas
elevadas de bebidas endulzadas con azúcar, y un mayor consumo de
comidas rápidas y comidas preparadas comercialmente. xiv La consulta
con un dietista también puede ayudar al personal con el diseño de
menús de ejemplo y consejos de alimentación saludable.

El programa de En Forma para Sobrevivir (EFPS en español – FTS en


inglés), parte de la Iniciativa para el Bienestar/Aptitud Física del
Servicio de Bomberos en conjunto con la Administración Laboral (WFI)
de la IAFF/IAFC, se creó para promover la educación continua de los
bomberos con respecto a los patrones de alimentación y nutrición
saludable. El ambiente de trabajo del personal uniformado presenta
desafíos únicos para el mantenimiento de hábitos de alimentación
saludable. El sitio de internet del EFPS ofrece consejo experto e
información práctica para mantenerse en forma y saludable. El
planeador de menú del EFPS suministra recetas para comidas simples
y saludables que pueden preparase fácilmente en el trabajo. El
planeador de menú también ayuda a los bomberos a planear cada día,
semana y mes y suministra información nutricional completa para cada
receta. Las comidas de cada día suman aproximadamente 2.200
calorías. El programa EFPS también suministra la información sobre
cómo tomas las elecciones más saludables cuando se come a la
carrera para evitar las comidas rápidas que son altas en carbohidratos,
grasas y sodio.
Las “Directrices Alimenticias para los Americanos, 2010” fueron
publicadas conjuntamente por el Departamento de Salud y Servicios
Humanos de los Estados Unidos (HHS) y el Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Este contiene orientación
nutricional basada en evidencia para promover la salud, reducir el
riesgo de enfermedades crónicas, y reducir la prevalencia del
sobrepeso y la obesidad a través de la mejora en la nutrición y la
actividad física. xv Las recomendaciones clave acerca de la comida y
los nutrientes se encuentran resumidas en los párrafos siguientes.
Consulte a su médico para cualquier consulta o preocupaciones que
pueda tener sobre el inicio de una nueva dieta.

SODIO

El sodio, en cual se encuentra en la sal, es un nutriente esencial, que


se requiere normalmente solo en pequeñas cantidades.
Generalmente, el elevado consumo de sodio está asociado con la
presión arterial alta. Los documentos de investigación evidencian que
a medida que la ingesta de sodio disminuye, también lo hace la
presión arterial. xvi La mayoría de personas consumen más sodio del
que necesitan. El sodio se añade a los alimentos por múltiples
razones, tales como el horneado, dar sabor, y curar las carnes. La
mayoría del sodio proviene de la sal añadida a las comidas
procesadas. Las personas deberían reducir su ingesta de sodio a
menos de 2.3 gramos por día; sin embargo, los individuos
afroamericanos con hipertensión, diabetes, o enfermedad renal
crónica y los individuos de 51 años de edad y más deberían limitar la
ingesta de sodio a 1.5 gramos por día.
PASOS QUE PUEDE SEGUIR DESDE HOY
 Lea la etiqueta de información nutricional para información sobre
el contenido de sodio de las comidas y compre comidas que
sean bajas en sodio.
 Consuma comidas más frescas y menos comidas procesadas
que son altas en sodio
 Coma más alimentos preparados en casa, y use poca sal o no
use sal o condimentos que contengan sal cuando cocine o
consuma alimentos.
 Cuando coma en restaurantes, pida que no se añada sal a su
comida u ordene opciones bajas en sodio, si se encuentran
disponibles.

GRASAS Y COLESTEROL

Las grasas se encuentran en los alimentos vegetales y animales. Las


grasas suministran calorías y ayudan en la absorción de las vitaminas.
Las directrices alimenticias recomiendan que las grasas debieran
representar del 20% al 35% de la ingesta calórica diaria. Las grasas a
menudo contienen una mezcla de ácidos grasos, los cuales se
categorizan como saturados, trans, monoinsaturados o
poliinsaturados. Los tipos de ácidos grasos consumidos son los más
importantes en el impacto del riesgo de enfermedad cardiovascular
que la cantidad total de grasa en la dieta. Las “mejores” grasas son las
grasas insaturadas. Los alimentos vegetales, excepto el aceite de
coco, el aceite de almendra de palma, y el aceite de palma, tienden a
tener más ácidos grasos monoinsaturados y/o poliinsaturados. Los
alimentos animales, excepto la comida de mar, tienden a tener más
ácidos grasos saturados. La mayoría de grasas que tienen un alto
porcentaje de ácidos grasos saturados o trans son sólidas a
temperatura ambiente y se denominan como “grasas sólidas”. Las
grasas sólidas se encuentran en la mayoría de los alimentos animales
pero también pueden ser hechos de aceites vegetales a través del
proceso de hidrogenación. Las grasas que tienen más ácidos grasos
insaturados son por lo general líquidos a temperatura ambiente y se
denominan como “aceites”.

La mayoría de grasas saturadas que comemos provienen de los


animales, tales como carne de vaca, cordero, cerdo, pollo con piel, y
productos lácteos elaborados con leche entera o baja en grasa (2%).
Estos alimentos también pueden contener colesterol. Los alimentos
horneados y fritos también pueden tener niveles elevados de grasas
saturadas. Algunos alimentos vegetales, tales como el aceite de
palma, aceite de almendra de palma, y aceite de coco también
contienen grasas saturadas, pero no contienen colesterol. Las grasas
trans se encuentran en muchos alimentos. Aunque muchas grasas
trans son derivadas de fuentes animales, la mayoría provienen de
grasa parcialmente hidrogenada que puede encontrarse en productos
horneados y fritos comerciales. Existe una evidencia fuerte de que una
ingesta elevada de la mayoría de ácidos grasos alimenticios saturados
y trans están asociados con niveles elevados de colesterol total en la
sangre y colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL), ambos son
factores de riesgo para enfermedad cardíaca. xvi La Sociedad
Americana del Corazón recomienda que las personas deberían
restringir su ingesta de grasas saturadas a menos del 7% del total de
calorías diarias y limitar la ingesta de grasas trans tanto como sea
posible. Esto significa que usted debería intentar evitar comer
alimentos que contengan aceites vegetales parcialmente
hidrogenados, y si usted está consumiendo alimentos animales, trate
de comer alimentos que contengan aves de corral, carnes magras y
pescado.

Las grasas insaturadas o “grasas buenas” pueden ser tanto


monoinsaturadas como poliinsaturadas. Las grasas monoinsaturadas
se han utilizado por milenios en el aceite de oliva, uno de los
componentes fundamentales de la dieta Mediterránea. Las comidas
ricas en grasas “buenas” incluyen los aceites de oliva, canola, girasol,
soya y maíz; nueces, semillas y pescado. La Asociación Americana
del Corazón recomienda comer frutos secos (nueces) sin sal,
legumbres y semillas al menos 4 raciones por semana. Sin embargo,
aunque las grasas insaturadas son “mejores” que las grasas saturadas
y las grasas trans, el consumo excesivo puede conducir a calorías no
deseadas.

El ácido graso Omega-3 es una grasa poliinsaturada, la cual puede


encontrarse en el pescado azul, como la caballa y las sardinas. Se ha
demostrado que el consumo de ácidos grasos omega-3 tiene un perfil
cardiovascular favorable. La Sociedad Americana del Corazón
recomienda que las personas coman una variedad de pescado,
preferiblemente pescados azules (salmón, atún, caballa, arenque y
trucha), como mínimo dos veces por semana. Además de comer
alimentos con una variedad de pescado, las personas con enfermedad
arterial coronaria o niveles elevados de triglicéridos en el suero
también deberían consultar a su médico personal con respecto a la
conveniencia de tomar diariamente suplementos de ácidos grasos de
omega-3.

El colesterol es un compuesto definido como un esteroide ceroso o


grasa y el cuerpo lo utiliza en las membranas celulares y las
hormonas. Se ha demostrado que las fuentes alimenticias de
colesterol elevan los niveles de colesterol en la sangre en algunas
personas, y evidencia moderada demuestra una relación entre la
ingesta elevada de colesterol y el aumento del riesgo de enfermedad
cardiovascular. Sin embargo este efecto se reduce cuando la ingesta
de ácidos grasos saturados es baja, y el potencial de efectos
negativos del colesterol en la dieta son relativamente pequeños
comparados con aquellos de los ácidos grasos saturados y trans. xvi El
consumo total de colesterol debería ser <300 mg por día para ayudar a
mantener los niveles normales de colesterol en la sangre, pero en las
personas en alto riesgo de enfermedad cardiovascular, el consumo
total debería ser <200 mg por día. Como ejemplo, un huevo mediano
tiene cerca de 185 mg de colesterol y uno grande tiene alrededor de
215 mg.
PASOS QUE PUEDE SEGUIR HOY
 Consuma <7% en calorías diarias de ácidos grasos saturados.
 Mantenga el consumo de ácidos grasos trans tan bajo como le
sea posible.
 Consuman menos de 300 mg por día de colesterol en su dieta.

AZÚCARES AÑADIDOS

Los carbohidratos se categorizan como simples, que incluyen los


azúcares, o complejos, que incluyen los almidones y las fibras.
Algunos azúcares se presentan de forma natural en los alimentos,
tales como las frutas y la leche, mientras que otros son añadidos a los
alimentos por diversas razones, incluyendo endulzar el sabor de las
comidas y con fines de conservación. A menudo los azúcares
añadidos suministran calorías pero pocos nutrientes esenciales o fibra.
El consumo diario de carbohidratos debería oscilar entre el 45% y el
65% del total de calorías.

La Asociación Americana del Corazón recomienda que solamente la


mitad de la cantidad de sus calorías discrecionales diarias provengan
de azúcares añadidos. Las calorías discrecionales diarias provienen
de comer alimentos después que se han cubierto las necesidades
diarias de nutrientes, pero no contribuyen a ganar peso. Para la
mayoría de mujeres Americanas, esta es menor que 100 calorías por
día (alrededor de 6 cucharaditas de azúcar añadida) y menor que 150
pro día para los hombres (alrededor de 9 cucharaditas de azúcar
añadida).

CEREALES (GRANOS) REFINADOS

Los alimentos que vienen de las plantas tales como el trigo, el arroz, el
maíz o la avena son cereales. Hay dos tipos principales de productos
cereales (en grano): cereales integrales y cereales refinados. Los
cereales integrales contienen el grano entero, incluyendo el salvado, el
germen y el endospermo. Algunos ejemplos incluyen la harina de trigo
integral, la harina de avena y el arroz integral. Los cereales integrales
son una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra. La fibra dietética
de los cereales integrales ayuda a reducir el colesterol. Puede ser
difícil intentar de identificar los alimentos con cereales integrales sin
echar un vistazo a la tabla de ingredientes. Para muchos cereales
integrales, la palabra “integral” aparecerá después del nombre del
cereal en la lista de ingredientes, como “cereal integral”. El cereal
integral debería ser el primer ingrediente listado. La marca Integral de
verificación del corazón (logo de un corazón con una señal de
aprobación) de la Asociación Americana del Corazón sobre las
etiquetas de los alimentos identifica los productos con cereales
integrales.

Los cereales refinados han sido molidos, lo que remueve el salvado y


el germen. Algunos ejemplos de cereales refinados son la harina de
trigo y el arroz blanco. Durante el proceso de refinación de los
cereales integrales, se pierden las vitaminas, los minerales y la fibra.
Muchos cereales refinados tienen vitaminas y minerales añadidos
durante las etapas finales de refinación, lo cual devuelve algunos, pero
no todos los ingredientes benéficos.

El número de porciones recomendadas de cereales depende de sus


necesidades calóricas. La cantidad recomendada de cereales que
alguien debería consumir cada día se mide como “equivalentes en
onzas” pero se denomina comúnmente como “onzas” (o porciones) de
cereales. Por ejemplo, una persona que necesita comer 2.000 calorías
cada día debería comer de 6 a 8 porciones de cereales, al menos la
mitad debe provenir de cereales integrales. La cantidad recomendada
de cereales refinados no es mayor que 3 equivalentes en onzas por
día, y deberían añadirse a la dieta cereales integrales para tener en
cuenta al menos la mitad de todos los granos consumidos. xvi La
cantidad recomendada de fibra es de 25 gramos por día. Una porción
sencilla de cereales puede ser equivalente a 1 rebanada de pan, 1
taza de cereal o ½ taza de pasta.

PASOS QUE PUEDE SEGUIR HOY


 Consuma alimentos que contengan fibra, con un consumo
recomendado de 25 gramos de fibra por día.
 Consuma de 6 a 8 porciones de cereales al día, con no más de
3 porciones de cereales refinados.

TIPS GENERALES PARA COMER SALUDABLEMENTE

Como se discutió anteriormente, comer saludablemente significa tener


una dieta que contenga una variedad de frutas, vegetales, frutos secos
y productos cereales, así como cantidades juiciosas de grasas.
Aprender a cómo leer y comprender las etiquetas de los alimentos
puede ayudarle a hacer elecciones saludables. Adicionalmente a la
tabla 6.2 la cual resume los tamaños sugeridos de las porciones de los
alimentos para dietas de 1.600 y 2.000 calorías por día, los siguientes
son algunos consejos generales para los hábitos de alimentación
saludables:

 Frutas y Vegetales: Comer una amplia variedad con una meta


de 4 ½ porciones por día. Limitar el consumo de papas, ya que
contienen almidón, la cual contiene el mismo efecto perjudicial
sobre el azúcar en la sangre de los cereales y azúcares
refinados.
 Cereales: Elija cereales integrales, tales como pan de trigo
integral, y arroz integral. Consumir muchos cereales refinados,
tales como pan blanco y arroz blanco, pueden elevar el riesgo de
enfermedad coronaria.
 Proteínas: Elija pescado, aves de corral, fríjoles, frutos secos,
los cuales contienen nutrientes sanos. Limite la carne roja y evita
las carnes procesadas. Mantenga las grasas saturadas a <7%
de calorías totales por día.
 Aceites: Use aceites de oliva, canola, y otros aceites vegetales.
Evite las grasas trans.
 Frutos Secos: Coma por lo menos 4 porciones de frutos secos,
legumbres y semillas por semana.
 Líquidos: Beba agua, té, o café (con poca o sin azúcar). Limite
la leche los lácteos a 1-2 porciones por día y los jugos a 1 vaso
pequeño por día. Evite las bebidas con azúcar añadida.

1.600 2.000
Tipo de Comida Ejemplos de Porciones
Calorías Calorías
 1 rebanada de pan.
 1 onza de cereal seco
(verifique la etiqueta
Cereales
nutricional para las medidas
Como mínimo la mitad 6–8
6 porciones de tazas de diferentes
de sus porciones porciones por
por día productos.
debería ser de día
 ½ taza de arroz cocido, pasta,
cereales integrales.
o cereal (aproximadamente el
tamaño de una pelota de
béisbol).
 1 taza de vegetales verdes
Vegetales crudos (aproximadamente el
3–4 4–5
Consuma una tamaño de un puño pequeño).
porciones por porciones por
variedad de colores y  ½ taza de vegetales cortados
día día
tipos en trozos crudos o cocinados.
 ½ taza de jugo de vegetales.
 1 fruta mediana
(aproximadamente el tamaño
Frutas
4–5 de una pelota de béisbol).
Consuma una 4 porciones
porciones por  ¼ de taza de fruta seca.
variedad de colores y por día
día  ½ taza de fruta fresca,
tipos
congelada o en conserva.
 ½ taza de jugo de fruta.
 1 taza de leche libre de grasa
o baja en grasa.
 1 taza de yogurt libre de
Productos lácteos 2–3 2–3
grasa o bajo en grasa.
libres de grasa o porciones por porciones por
 1 ½ taza de queso libre de
bajos en grasa día día
grasa o bajo en grasa
(aproximadamente el tamaño
de 6 cuadritos apilados).
 3 onzas de carne cocida
(aproximadamente el tamaño
Carnes magras, aves 3 – 6 onzas
Menos de 6 de un mouse de computador).
de corral, y comida (cocinadas)
onzas por día  3 onzas de pescado a la
de mar por día
parrilla (aproximadamente el
tamaño de una chequera).
Ejemplos de una porción:
 1 cucharadita de margarina
suave.
 1 cucharada de mayonesa.
Grasas y Aceites
2–3  1 cucharadita de aceite
Use aceites líquidos 2 porciones
porciones por vegetal.
vegetales y margarina por día
día  1 cucharada medianas o 2
suave más a menudo
cucharadas de aderezo para
ensaladas bajo en grasa (el
aderezo libre de grasa no
cuenta como una porción).
 1/3 de taza o 1 y ½ onzas de
nueces)
 2 cucharadas de mantequilla
3–4 4–5
Frutos secos, de maní.
porciones por porciones por
semillas y legumbres  2 cucharadas o ½ onza de
día día
semillas.
 ½ taza de fríjoles o guisantes
(arvejas) secos.
Azúcares y azúcares 0 porciones 5 o menos  1 cucharada de azúcar.
añadidas por semana porciones por  1 cucharada de gelatina o
semana mermelada.
 ½ taza de sorbetes y helados.
 1 taza de limonada.
Tabla 6.2 xvii

INFORMACIÓN NUTRICIONAL ADICIONAL

Existen varias fuentes bien investigadas de información para aquellos


que buscan una alimentación más saludable. La Asociación
Americana del Corazón publica y mantiene información en línea sobre
nutrición, actividad física, dejar de fumar y control de peso. El gobierno
de los Estados Unidos publica “Las Directrices Alimenticias para los
Americanos” que pueden encontrarse en línea o solicitarse al
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). El USDA
también suministra recursos para ayudar a las personas a desarrollar
planes de nutrición personalizados, trayectos alimenticios y
actividades físicas, y obtener consejos para apoyar las elecciones de
alimentación saludable. Los expertos en nutrición de la Escuela de
Salud Pública de Harvard en conjunto con las Publicaciones de Salud
de Harvard han producido la Tabla de Alimentación Saludable, una
guía visual para ayudar a comer saludablemente (vea la Figura 6.1).
La Tabla de Alimentación Saludable también aborda las deficiencias
en las directrices del USDA.

Figura 6.1 xviii


HIGIENE DEL SUEÑO

La higiene del sueño es una variedad de diferentes prácticas que son


necesarias para tener noches normales con calidad de tiempo de
sueño y un estado completo de alerta durante el día. xix La higiene del
sueño es importante para cada uno y puede prevenir la aparición de
trastornos del sueño. Los trastornos del sueño y la somnolencia
durante el día son signos de una mala higiene del sueño. El factor más
importante es mantener un patrón regulado de sueño y vigilia. La
mayoría de los adultos requieren de 7-8 horas de sueño cada noche.

Los trabajadores se beneficiarán del sueño en una habitación oscura,


silenciosa, a una temperatura confortable y fresca. Tener una rutina
regulada de preparación para dormir también ayuda. Los trabajadores
nocturnos y por turnos también pueden considerar las cortinas oscuras
e intentar minimizar los posibles disturbios por ruido no deseado. Los
trabajadores nocturnos permanentes también deberían buscar el
mantener un horario de sueño regulado, incluso en los días de
descanso. Volver a un horario diurno cuando se encuentra fuera de
servicio puede hacer más difícil dormir durante el día después de la
reanudación de los turnos de noche. xx Las personas que rotan turnos
pueden ajustar sus horarios de sueño de modo que puedan adaptarse
a los próximos cambios de turno. Por ejemplo, en los últimos días del
turno de la tarde, los trabajadores deberían retrasar su hora de dormir
y levantarse en 1 o 2 horas, de manera que cuando se inicia un
horario de turnos de noche, ellos ya hayan comenzado el proceso de
adaptación al nuevo horario. xix Aquellos que hacen parte de los
turnos de respuesta enfrentan problemas adicionales dado que
pueden no ser capaces de anticipar sus horarios, y pueden
beneficiarse de la siesta si no son capaces de mantener su sueño. Las
siestas pueden ayudar a compensar algunos de los efectos de la
privación del sueño y mejorar temporalmente el estado de alerta, pero
no son un substituto del sueño nocturno adecuado. Son preferibles las
siestas breves (menos de 30 minutos) durante un turno de trabajo,
dado que las siestas más largas permiten un sueño más profundo
pueden obstaculizar brevemente el rendimiento debido a la inercia del
sueño, ya que es la tendencia del cuerpo querer permanecer en
descanso de 15 minutos a una hora después de despertar. Se puede
consumir cafeína antes de una breve siesta porque toma algún tiempo
lograr sus efectos estimulantes y aumentará aún más el estado de
alerta después de la siesta. Esto puede ser especialmente importante
para aquellos que tienen que reaccionar inmediatamente una vez se
despiertan. xix

En cuanto a los complementos de un ciclo regular de sueño, se ha


demostrado que el uso ocasional de cafeína reduce la somnolencia y
mejora el estado de alerta, pero esta no debería consumirse dentro de
las 4 horas (previas) al sueño nocturno. A menudo los trabajadores
nocturnos toman píldoras para dormir, pero no se recomienda su uso
regular a largo plazo debido a que no tratan la causa subyacente de la
somnolencia, la cual es el sueño inadecuado. Además, no se
recomienda el uso de estas drogas por parte de los trabajadores de la
seguridad pública. Adicionalmente, la efectividad de las píldoras para
dormir, como las benzodiacepinas y las prescripciones de
medicamentos para dormir más recientes pueden disminuir con el
tiempo y se pueden desarrollar problemas de dependencia. En
particular, las personas con un historial de adicción, o abuso del
alcohol y las drogas, están en un riesgo elevado de dependencia de
estos somníferos. xxi Sobre los somníferos de venta libre no ser
recomiendan para inducir el sueño como muchos productos que
causan somnolencia prolongada hasta varias horas después de
despertar. xix Tampoco se recomienda el uso de alcohol para estimular
el sueño. Aunque este puede ayudar a iniciar el sueño, posteriormente
causa la interrupción del sueño a medida que el alcohol se metaboliza
y se presenta la incitación.

Las condiciones en el lugar de trabajo también pueden estimular el


estado de alerta en los trabajadores por turnos. Se recomienda que los
lugares de trabajo sean frescos, con una iluminación brillante. Deben
estar disponibles opciones de alimentación saludable. Los
trabajadores deben evitar la “comida chatarra” incluyendo las comidas
fritas, pero no deberían intentar irse a dormir hambrientos o
inmediatamente después de ingerir una gran comida. xix

Consejos para una Buena Higiene del Sueño: xix, xx, xxi

 Trate de irse a dormir a la misma hora todos los días.


 Establezca rituales previos al sueño relajantes tales como un
baño caliente.
 Asegúrese de que su habitación sea un ambiente tranquilo,
oscuro y relajante.
 Asegúrese de que su cama sea cómoda y úsela solamente para
dormir.
 Intente mantener un horario regular de sueño, con horarios
regulares para comer, realizar tareas, etc.
 Ejercítese regularmente, pero no muy cerca de la hora para irse
a dormir.
 Evite las comidas grandes antes de irse a dormir.

TABACO

El tabaquismo es la causa número uno de muerte prematura y un


contribuyente significativo para la enfermedad cardíaca, la enfermedad
pulmonar y el cáncer. Este causa 438.000 muertes cada año en los
Estados Unidos y 8.6 millones de Americanos viven con enfermedades
graves relacionadas con el tabaquismo. También es la principal causa
de incendios, incluyendo incendios que han cobrado las vidas de
miembros de la IAFF. Los productos del tabaco sin humo, tales como
el tabaco oral o “masticable” y el tabaco inhalado o “rapé”, no son
alternativas seguras a los cigarrillos. La evidencia reciente ha
implicado los productos del tabaco sin humo en el desarrollo de cáncer
así como de problemas de la salud reproductiva, incluyendo
disminución en el número de espermatozoides en los hombres y
nacimientos prematuros durante el embarazo. xxii La buena noticia es
que algunos beneficios de dejarlo son inmediatos. La suspensión del
tabaquismo, incluso entre aquellos que han fumado por muchos años,
puede reducir en gran manera el riesgo de morir por enfermedad
cardíaca. Las personas que dejan de fumar pueden cortar el riesgo de
morir por enfermedad cardíaca a la mitad. Cuando un fumador lo deja,
el riesgo de enfermedad cardíaca comienza a caer rápidamente y se
aproxima al riesgo de los no fumadores después de varios años.
Dejarlo también disminuye el riesgo de otras enfermedades del
sistema circulatorio, tales como aneurismas aórticos abdominales y
accidentes cerebrovasculares. xxiii

Teniendo en cuenta los muchos efectos nocivos asociados con el


tabaco, la IAFF y la IAFC han adoptado tres metas principales en
nuestra Iniciativa de Bienestar – Aptitud Física, Política de Suspensión
del Tabaco:

 Todos los nuevos candidatos del departamento de bomberos


deberán estar libres del tabaco desde su nombramiento y
durante su tiempo de servicio al departamento.
 El personal uniformado actual del departamento de bomberos no
deberá usar productos del tabaco dentro del lugar de trabajo,
dentro o en las máquinas del departamento de bomberos, o
dentro de las instalaciones de entrenamiento.
 Un programa para dejar el tabaco sancionado por el
departamento de bomberos deberá estar disponible para los
titulares que usan tabaco. Los programas para dejar de fumar no
deben ser punitivos y deben incluir metas a corto y mediano
plazo.

La IAFF continúa nuestros esfuerzos para llegar a ser la primera unión


libre de tabaco en Norteamérica. Esta iniciativa anima a los miembros
de la IAFF y sus familias a asumir estilos de vida saludables al
convertirse en personas libres de humo y tabaco.
PASOS QUE PUEDE SEGUIR HOY
 Visite www.iaff.org/smokefree para aprender más sobre cómo
llegar a ser libre del humo incluyendo:
 Información sobre los riesgos para la salud por fumar y los
beneficios de dejarlo.
 Consejos sobre cómo los amigos y la familia pueden ayudar a
un fumador a dejarlo.
 Información sobre cómo animar a los planes de las
aseguradoras de la salud para asegurarse que cubren el dejar
de fumar.
 Considerar la asesoría y medicación combinada para dejarlo. La
combinación de medicación y asesoría es más efectiva para
dejar de fumar que la medicación y la asesoría por separado.

CONCLUSIÓN

Como profesión, los bomberos experimentan una mortalidad


proporcional más alta de enfermedad cardíaca. La prevención es
efectiva en la disminución del riesgo de desarrollar enfermedad
cardíaca. Los factores de riesgo modificables como el dejar de fumar,
mantener una presión arterial saludable, el peso corporal ideal, una
dieta saludable y actividad física regular pueden prevenir o disminuir la
gravedad de una enfermedad cardiovascular. Las directrices federales
publicadas con respecto a las medidas preventivas recomendadas
tienen un fundamento basado en la evidencia. Si son adoptadas de
forma generalizada, habrá una mejora significativa en la morbilidad y
la mortalidad debido a enfermedad cardíaca. Usted puede disminuir su
riesgo de enfermedad cardíaca siguiendo estas recomendaciones.
i Garber CE, et al. Cantidad y Calidad del Ejercicio para Desarrollar y Mantener la aptitud física
Cardiorrespiratoria, Musculoesquelética, y Neuromotora en Adultos Aparentemente Saludables:
Guía para la Prescripción del Ejercicio. Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio. Julio de
2011. Volumen 43, publicación 7, pp 1334-1359.

ii Glover MC, Leon AS. Compendio de 2011 de Actividades Físicas: una segunda actualización de
los códigos y los valores MET. Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio. 2011; 43(8):1575-
1581.

iii Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Departamento de Salud y Servicios


Humanos. Directrices Alimenticias para los Americanos, 2010. 7ª Edición, Washington, DC: Oficina
de Imprenta del Gobierno de los Estados Unidos, Diciembre de 2010.

iv Soteriades ES, Smith DL, Tsismenakis AJ, Baur DM, Kales SN. Enfermedad Cardiovascular en
los bomberos de Estados Unidos: una revisión sistemática. Cardiología en Revisión. 2011; 19
(4):202-215.

v Comité Nacional Conjunto sobre la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la


Presión Arterial Alta 6. NHLBI (Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, NIH
(Institutos Nacionales de la Salud) Publicación 98-4080. 1997.

Vi Comité Nacional Conjunto sobre la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la


Presión Arterial Alta 7. NHLBI (Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, NIH
(Institutos Nacionales de la Salud) Publicación 04-5230. 2004.

vii Sacks FM, Svetkey LP, Vollmer WM, et al. Efectos sobre la presión arterial de la reducción del
sodio en la dieta y los Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión (EADH). Grupo de
Colaboración Investigativa de EDAH-sodio. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra. 2001; 344:3-
10.

viii de Lange, et al. La noche de un día duro: un estudio longitudinal sobre las relaciones entre las
demandas del trabajo y el control del trabajo, la calidad del sueño y la fatiga. Revista de
Investigación sobre el Sueño. 2009; 18:374 –383.

ix NIOSH. Estrés… en el trabajo. U.S. DHHS (NIOSH), Cincinnati. Publicación 99-101. 1999.

X Salud de Mente y Cuerpo: Estrés. Asociación Americana de Psicología. Washington, DC. Acceso
el 10/5/12. http://www.apa.org/helpcenter/stress.aspx

xi Sobrepeso y Obesidad. Definiendo el Sobrepeso y la Obesidad. Centros para el Control y la


Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos. Atlanta, GA. Acceso el 1/5/12.
http://www.cdc.gov/obesity/defining.html.

xii Flegal KM, et al. Prevalencia y tendencias en la obesidad entre los adultos de los Estados
Unidos, 1999-2008. JAMA (Revista de la Asociación Médica Americana) 2010; 303:235-241.

xiii Vasan RS, et al. Riesgo estimado para el desarrollo de la obesidad en el Estudio sobre el
Corazón de Framingham. Anales de Medicina Interna. 2005; 143:473-480.
xiv Roger VL, et al. Estadísticas de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular –
actualización 2011: un informe de la Asociación Americana del Corazón. Circulación. 2011,
123:e18-e209.

xv Oficina de Comunicaciones del Servicio de Bomberos de los Estados Unidos. Boletín de Prensa:
USDA y HHS Anuncian Nuevas Directrices Alimenticias para Ayudar a los Americanos a Tomar
Decisiones de Alimentación Saludables y Enfrentar la Epidemia de Obesidad. USDA. Enero 31,
2011.

xvi Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y Departamento de Salud y Servicios


Humanos de los Estados Unidos. Directrices Alimenticias para los Americanos, 2010. 7ª Edición,
Washington, DC: Oficina de Imprenta de los Estados Unidos, Diciembre de 2010.

xvii Porciones Sugeridas para Cada Grupo de Alimentos. La Asociación Americana del Corazón.
Dallas, TX. Acceso el 1/5/12.
http://www.heart.org/HEARTORG/GettingHealthy/NutritionCenter/HealthyDietGoals/Suggested-
Servings-from-Each FoodGroup_UCM_318186_Article.jsp.

xviii Derechos Reservados© 2008 Universidad de Harvard. Para más información acerca de la
Pirámide de Alimentación Saludable, por favor consulte la Fuente de Nutrición, Departamento de
Nutrición, Escuela de Salud Pública de Harvard, http://www.thenutritionsource.org y Comer, Beber
y Ser Saludable, por Walter Willet, M.D. y Patrick J. Skerrett (2005), Free Press/Simon &
Schuster Inc. (prensa libre).

xix Michael Thorpy. Higiene del Sueño. Asuntos del Sueño. Spring 2003.

xx Asociación Americana de los Trastornos del Sueño. Lidiar con el Trabajo por Turnos.
Washington, DC. 1994.

xxi Zee PC, et al. Mitos y Hechos de Dormir Inteligentemente. La Fundación Nacional del Sueño.
Acceso en Febrero 28, 2012. http://www.sleepfoundation.org/sleep-facts-information/myths-
andfacts.

xxii Asociación Mundial del Corazón. El tabaco sin humo y algunas N-Nitrosaminas Específicas del
Tabaco. Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer Monografías sobre la
Evaluación de Riesgos Cancerígenos para los Humanos. Vol. 89. Lyon (France): Organización
Mundial del Corazón, 2007.

xxiii Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Los Beneficios para la
Salud de Dejar de Fumar: Un Informe de la Cirugía General. Atlanta: Departamento de Salud y
Servicios Humanos de los Estados Unidos, Centros para el Control y la Prevención de las
Enfermedades, Centro para la Prevención de Enfermedades Crónicas y la Promoción de la Salud,
Oficina sobre el Tabaquismo y la Salud, 1990.
CAPÍTULO 7. Enfermedad Cardíaca y los Beneficios Para el
Bombero.

La Asociación Internacional de Bomberos ha abordado los problemas


de los bomberos y la enfermedad cardiovascular por décadas. La IAFF
ha protegido a nuestros miembros mediante la aplicación de la
promulgación de leyes que brindan protección y compensación para
aquellos bomberos cuya salud se ha deteriorado a lo largo del
desempeño de su ocupación de combate de incendios. Estas leyes
van desde la legislación federal, para brindar compensación a las
familias de aquellos bomberos que murieron o resultan incapacitados
gravemente en la línea del deber, hasta la legislación estatal y
provincial extendiendo beneficios de jubilación y/o compensación para
el trabajador para aquellos que resultaron incapacitados por adquirir
enfermedades ocupacionales.

EL AMBIENTE DEL COMBATE DE INCENDIOS

Los bomberos, al igual que la mayoría de los trabajadores, tienen muy


poca idea sobre la identificación de muchos de los materiales a los
que están potencialmente expuestos o a los peligros de tales
exposiciones. Sin embargo, los bomberos continúan respondiendo a la
escena y trabajando inmediatamente para salvar vidas y reducir el
daño a la propiedad sin tener en cuenta los peligros potenciales que
puedan existir. Una emergencia de incendio no tiene controles o
normas de seguridad y salud para reducir el efecto de los químicos
tóxicos. Este es un ambiente incontrolable el cual es combatido por los
bomberos utilizando equipos de protección personal y vestidos
pesados, voluminosos y muchas veces inadecuados. El efecto no es
únicamente la demanda física, sino que involucra la exposición a
contaminantes del aire, algunos de los cuales son conocidos por
causar enfermedades del sistema cardiovascular.

La profesión del combate de incendios ilustra el impacto selectivo de


las iniciativas anteriores de seguridad y salud. A pesar de los avances
hechos en las áreas de seguridad y salud, los bomberos aún siguen
muriendo, lesionándose y enfermándose a un ritmo alarmante. Los
bomberos profesionales tienen números excesivos de muertes en la
línea del deber, muertes debido a enfermedades ocupacionales,
jubilaciones forzadas, y lesiones en la línea del deber.

POSICIÓN DE LA IAFF EN CUANTO A LA ENFERMEDAD


CARDÍACA

Es la posición de la IAFF que la enfermedad cardiovascular se


exacerba por las labores de combate de incendios, y que el combate
de incendios aumenta la incidencia de enfermedad cardiovascular en
los bomberos. El personal de bomberos y emergencias médicas
enfrentan la posibilidad de muerte o lesiones cada vez que responden
a una alarma. Aunque el riesgo puede ser parte de la profesión, las
muertes, lesiones y enfermedades ocupacionales de los bomberos y el
personal de emergencias médicas no deberían ser parte del trabajo.

LEYES ESTATALES Y PROVINCIALES DE PRESUNCIÓN SOBRE


LA ENFERMEDAD CARDÍACA

Las leyes de presunción sobre la discapacidad establecen que las


enfermedades o condiciones específicas se presume que provienen
de la ocupación del individuo. En reconocimiento de la relación causal
entre el combate de incendios y la enfermedad cardíaca, 37 estados y
siete provincias (mostradas más abajo en la Tabla 7.1) han adoptado
leyes de presunción para brindar prestaciones de invalidez a los
bomberos diagnosticados con enfermedad cardiovascular y
condiciones relacionadas. Estas leyes suponen que la enfermedad
cardiovascular está relacionada ocupacionalmente con el combate de
incendios. En consecuencia, sus disposiciones transfieren la
responsabilidad de las pruebas del empleado al empleador para
demostrar que la enfermedad o condición no es un hecho asociado
con la ocupación sino con otra causa. Un bombero diagnosticado con
una enfermedad cardíaca cobijado por una ley de presunción de
discapacidad podría tener derecho a:

 El pago de los gastos médicos.


 Beneficios de jubilación por incapacidad.
 Beneficios de compensación del trabajador.
 Salarios perdidos o beneficios para el cónyuge y/o la familia.

Los beneficios suministrados por las leyes de presunción de


discapacidad varían entre estados y provincias. Adicionalmente,
muchas juntas de compensación para los trabajadores en Canadá y
los Estados Unidos han establecido un historial de identificación de
enfermedad cardíaca en los bomberos relacionadas con el trabajo.
Aunque todas estas leyes reconocen la enfermedad cardíaca como
relacionada ocupacionalmente al combate de incendios, tienen
algunas exclusiones y prerrequisitos para obtener los beneficios.
Muchos estados y provincias exigen un número mínimo de años de
servicio antes de que una condición o enfermedad sea asociada
presuntamente con el combate de incendios. Algunas leyes también
incluyen cláusulas de impugnación que permiten a los empleadores
impugnar la relación del trabajo con una condición o enfermedad. En
este caso el empleador debe demostrar que la condición o
enfermedad no haya sido resultado de la ocupación del combate de
incendios sino de alguna otra causa. Es importante recordar que a
pesar de la presencia de la legislación de presunción, aún no hay
garantía de que el reclamo será aprobado.

La IAFF mantiene copias completas de todas las leyes y reglamentos


estatales y provinciales y el número de reconocimientos de
compensación de los Estados Unidos y Canadá que se tratan sobre
enfermedad cardíaca. La IAFF también suministra asistencia e
información para obtener o mantener la legislación y los reglamentos
sobre enfermedad cardíaca.
PROVINCIAS CON LEYES DE PRESUCIÓN SOBRE EL CORAZÓN
 Alberta*.
 Ontario.
 Manitoba.
 Saskatchewan.
 Nueva Brunswick*.
 Yukon*.
 Territorios del Noroeste.

ESTADOS CON LEYES DE PRESUNCIÓN SOBRE EL CORAZÓN


 Alabama
 Alaska
 California
 Connecticut
 Florida
 Georgia
 Hawaii
 Idaho
 Illinois
 Louisiana
 Maine
 Maryland
 Massachusetts
 Michigan
 Minnesota
 Missouri
 Nebraska
 Nevada
 Ohio
 Oklahoma
 Oregon
 Carolina del Sur
 Dakota del Sur
 Tennessee
 Texas*
 Utah
 Vermont

* Únicamente cobija los infartos al miocardio/ ataques cardíacos

La siguiente sección resume las diversas leyes y los programas de


beneficios establecidos en los Estados Unidos para las familias de los
bomberos que han muerto o resultado discapacitados
permanentemente por lesiones sufridas mientras estaban en la línea
del deber. La División de Salud, Seguridad y Medicina Ocupacional de
la IAFF, brindarán a nuestros afiliados y a las familias de los bomberos
con orientación para solicitar estos beneficios.

LEY DE BENEFICIOS PARA LOS OFICIALES DE LA SEGURIDAD


PÚBLICA

La Ley de Beneficios para los Oficiales de Seguridad Pública (LBOSP


en español – PSOB en inglés) (Ley Pública 94-430) se convirtió en ley
el 29 de septiembre de 1976. La legislación prevé un beneficio por
muerte de $50.000 (dólares) para los bomberos (pagos y voluntarios) y
los agentes del orden que murieron en la línea del deber (en
emergencia o no emergencia) por una lesión traumática. La Ley no
cubre las muertes resultantes de enfermedades ocupacionales o
enfermedades pulmonares a menos que la lesión traumática sea un
factor importante de la muerte.

La Ley LBOSP ha sido modificada desde entonces para aumentar la


cantidad de beneficios cada año para reflejar cualquier aumento en el
índice de precios al consumidor. El 26 de octubre de 2001, como parte
de la Ley Patriota de 2001, se aumentó el beneficio a $250.000
(dólares) y se hizo retroactivo al 1 de enero del 2001.

La Ley excluía a los bomberos federales; sin embargo el 12 de octubre


de 1984 la Ley fue enmendada para corregir esta exclusión.
Igualmente, el 15 de octubre de 1986 el personal del sector de los
servicios de emergencias médicas (EMS) también se modificó dentro
de la cobertura de la Ley. El 25 de junio del 2002, la Ley fue
enmendada por la promulgación de la Ley Mychal Judge de Beneficios
para los Capellanes de los Oficiales de la Seguridad Pública de la
Policía y los Bomberos, la cual permite la cobertura de los capellanes
de bomberos bajo la Ley y autoriza a todos los beneficiarios de los
bomberos caídos, no solo a los padres, cónyuges o hijos a recibir la
compensación federal.
ENMIENDA DE DISCAPACIDAD LEY (LBOSP)

El 29 de noviembre de 1990, el Congreso enmendó la Ley LBOSP


para incluir la discapacidad permanente y total. La enmienda fue bien
circunscrita, fuertemente limitada en su alcance, y pretendía cobijar
únicamente aquellos oficiales de la seguridad pública que eran
incapaces de desempeñar cualquier empleo remunerado.

La enmienda de discapacidad de la Ley LBOSP reconoce que los


programas de beneficios estatales, locales y de las agencias son los
principales responsables por los cientos, tal vez miles, de los
reconocimientos pensionales anuales por discapacidad para los
oficiales de la seguridad pública. La Ley LBOSP es clara en que los
beneficios reconocidos son suplementarios en naturaleza y por ley no
establecen cualquier pago de compensaciones o beneficio de pensión
por discapacidad a cualquier trabajador. Incluso cuando un oficial
resulta discapacitado por una lesión grave, catastrófica recibida en la
línea del deber, los beneficios de la LBOSP no entran en juego a
menos que las lesiones sean tan incapacitantes de modo que impidan
cualquier empleo remunerado. Esta norma reconoce que en todos
menos en los casos raros un oficial de la seguridad pública
discapacitado tendrá la capacidad de suplir una pensión estatal o local
por discapacidad con los ingresos del empleo de diversos grados.

El 10 de agosto de 2006, se emitieron nuevos reglamentos para la


LBOSP que incorporaron todas las enmiendas anteriores a los
reglamentos originales y añadieron los reglamentos para la Ley de los
Héroes de la Nación (HN en español – HHA en Inglés).

LEY DE BENEFICIOS PARA LOS SOBREVIVIENTES DE LOS


HÉROES DE LA NACIÓN

La Ley de Beneficios para los Sobrevivientes de los Héroes de la


Nación del 2003 (HN en español – HHA en Inglés) enmendó la Ley
LBOSP para cobijar las muertes por ataques cardíacos y accidentes
cerebrovasculares que se presentan en la línea del deber. La HN
establece la presunción que los oficiales de la seguridad pública que
sufren un ataque cardíaco mortal o un accidente cerebrovascular
mortal hasta 24 horas después de participar en una actividad de la
línea del deber o un ejercicio formal de entrenamiento que requieran
actividad física llena de estrés o agotadora no rutinaria, mueran como
resultado directo e inmediato de una lesión personal sufrida en la línea
del deber.

La HN define la “actividad física llena de estrés o agotadora no


rutinaria” como:

 Actividad que no se realiza como una cuestión rutinaria.

 Implica un nivel inusualmente elevado de esfuerzo físico.

 Involucrarse en actividades en la línea del deber que plantean o


parece que representan una amenaza significativa o implican
riesgos razonablemente previsibles de amenazas.

 Participar en ejercicios de entrenamiento que estimulan de forma


real peligros o amenazas significativas.

 Provoca o causa un nivel inusualmente elevado de alarma, temor


o ansiedad.

La HN excluye específicamente las fatalidades relacionadas a las


actividades de naturaleza eclesiástica, administrativa o no operativa.
La disposición de la HN cobija únicamente las muertes sucedidas en o
después del 15 de diciembre de 2003 y no es retroactiva; por lo tanto,
no aplica a las muertes sucedidas antes de la fecha mencionada.
LEY DE AUXILIO EDUCATIVO PARA LOS OFICIALES DE POLICÍA,
BOMBEROS Y EMERGENCIAS

La Ley de Auxilio Educativo para los Oficiales de Policía, Bomberos y


Emergencias (LAEOPBE en español y PSOEA en inglés) se firmó
como ley en octubre de 1998. La ley se creó para brindar apoyo
financiero para educación superior a las personas a cargo de los
oficiales de la seguridad pública federal, estatal y local, que murieron o
resultaron discapacitados total o permanentemente como resultado de
una lesión traumática sufrida en la línea del deber y son elegibles para
los beneficios por muerte o discapacidad de la LBOSP. Este es el
único programa con fondos federales que brinda beneficios educativos
para el cónyuge y los hijos de los bomberos muertos en la línea del
deber. El programa LAEOPBE es administrado por la Oficina de
Programas Especiales del Departamento de Justicia de los Estados
Unidos.

El auxilio se encuentra disponible únicamente después que se ha


finalizado el proceso de reclamación por muerte o discapacidad del
BOSP y los beneficios han sido reconocidos. Además, el demandante
de la LAEOPBE debe haber recibido como mínimo una parte de los
beneficios de la BOSP y ser denominado como el cónyuge o los hijos
del oficial bajo los reglamentos de la Ley BOSP. En enero del 2000, la
ley extendió aún más la fecha retroactiva de elegibilidad para el auxilio
financiero. En consecuencia, la ley se aplica a los cónyuges o hijos de
los oficiales de la seguridad pública cuyas muertes o discapacidades
permanentes o totales son cobijadas por el Programa BOSP en o
después del 1 de enero de 1978. Los hijos de los oficiales de la
seguridad pública no podrán ser elegibles después de cumplir los 27
años de edad, en la ausencia de un hallazgo de circunstancias
extraordinarias por parte del Fiscal General. El programa LAEOPBE
suministrará una prestación de auxilio educativo, el cual puede usarse
únicamente para cubrir costos educativos, incluyendo matrícula,
alojamiento y comida, libros, materiales y honorarios o costos
relacionados con la educación.
Finalmente, la IAFF ha intentado de garantizar los beneficios de los
oficiales de la seguridad pública para los bomberos Canadienses. La
IAFF apoya la creación de una LBOSP con fondos federales en
Canadá la cual en este momento aún no ha sido aceptada a nivel
federal por cualquier ministerio. Sin embargo, el establecimiento de un
fondo de este tipo está bien dentro del ámbito de competencia del
gobierno federal, y la IAFF continua trabajando hacia su
implementación.

RESUMEN DE LA LEGISLACIÓN

Lo siguiente resume la legislación y los casos precedentes en la corte


que afectaron la ley:

 Beverly Morrow, y Otros Versus Los Estados Unidos. Caso en el


Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos en el cual la
viuda de un bombero buscaba los beneficios tras la muerte de su
esposo por ataque cardíaco seis semanas después de un ataque
cardíaco inicial asociado con un incidente de inhalación de
humo. Los beneficios fueron denegados ya que la muerte se
atribuyó a enfermedad cardíaca.

 Hubert Smykowski, y Otros Versus los Estados Unidos. Caso en


el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos en el cual un
oficial de policía murió después de un combate con un
sospechoso. El Tribunal confirmó el fallo administrativo de que el
estrés y la tensión de una lucha no era una lesión traumática
según lo definía la Ley LBOSP.

 Carrie Rose, etc. Versus La Policía del Estado de Arkansas. El


Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó que
cualquier ley que autoriza a un estado a indemnizar a un
trabajador del estado contra los beneficios pagados por el
programa Federal LBOSP está en conflicto con la naturaleza
suplementaria de la Ley LBOSP y por lo tanto es inválida bajo la
cláusula de supremacía de la Constitución de los Estados
Unidos.

 Ley de Beneficios para los Oficiales de la Seguridad Pública


(LBOSP) de 1976, Parte J. Acto original que detalla la
disposición de los beneficios por fallecimiento. Introducido en el
Congreso N° 94, el 29 de septiembre de 1976.

 Registro Federal, mayo 6 de 1977, Parte II. Reglas adoptadas


por la ley.

 Se escribe la Administración de Asistencia para la Aplicación de


la Ley LBOSP.

 Registro Federal, Volumen 43, N° 180 – septiembre 15 de 1978.


Resultados de la reunión detallando la contribución del monóxido
de carbono y la enfermedad cardíaca en las muertes de los
oficiales de la seguridad pública.

 Registro Federal, Volumen 45, N° 51 – marzo 13 de 1980.


Enmiendas a la audiencia y disposiciones de apelación de los
reglamentos.

 Registro Federal, Volumen 50, N° 128, julio 3 de 1985. Una


enmienda a la Ley LBOSP la cual transfiere la administración de
la Ley de la LEAA Administración de Asistencia para el
Cumplimiento de la Ley a la Oficina de la Asistencia de Justicia.
Adicionalmente, los oficiales de la seguridad pública ahora están
cobijados bajo la ley y las normas de “negligencia grave” e
“intoxicación” que son definidas dentro de esta enmienda.

 Registro Federal, Volumen 53, N° 50, Marzo 15 de 1988.


Enmienda a la Ley LBOSP que incluye disposición sobre el
cubrimiento de beneficios por fallecimiento para los miembros de
los escuadrones de rescate o equipos de ambulancia públicos.
También una explicación del cubrimiento de los Servicios de
Emergencias Médicas en correspondencia del Departamento de
Justicia de los Estados Unidos.

 Registro Federal, Volumen 57, N° 113, junio 11 de 1992.


Enmienda a la Ley LBOSP para incluir la cobertura de los
beneficios por discapacidad. La discapacidad fue definida como
permanente o total como un resultado directo de una lesión
personal catastrófica sufrida en la línea del deber la cual evitará
que un individuo desempeñe cualquier trabajo remunerado.

 Ley Pública 107-37 – septiembre 18 de 2001, [Estatuto 115,


219]. Enmienda a la Ley LBOSP para proveer el pago rápido de
los beneficios de BOSP para un oficial de la seguridad pública
que ha muerto o sufrió una lesión catastrófica que produce
discapacidad permanente y total como un resultado directo e
inmediato de una lesión personal sufrida en la línea del deber en
conexión con los ataques terroristas del 11 de septiembre de
2001.

 Ley Pública 107-56 octubre 26 de 2001, [Estatuto 115, 369].


Enmienda a la Ley LBOSP para proveer el pago rápido de los
beneficios de BOSP para un oficial de la seguridad pública que
ha muerto o sufrió una lesión catastrófica que produce
discapacidad permanente y total como un resultado directo e
inmediato de una lesión personal sufrida en la línea del deber en
conexión con los esfuerzos de prevención, investigación,
rescate, o recuperación relacionados con cualquier ataque
terrorista. Aumenta el pago del beneficio del programa a
$250.000 (dólares) retroactivo a enero 1 de 2001.

 Ley Pública 107-196 – junio 24 de 2002, [Estatuto 116, 719].


Enmienda a la Ley LBOSP que incluye cobertura de los
capellanes y permite a todos los beneficiarios del bombero
caído, no únicamente a los padres, esposas o hijos, recibir la
compensación federal.

 Ley Pública N°: 108-182 diciembre 15 de 2003 [Estatuto 117,


2649]. Enmienda a la Ley LBOSP para garantizar que para un
oficial de la seguridad pública que sufre un ataque cardíaco
mortal o accidente cerebrovascular mortal mientras está en
servicio deberá presumirse que ha muerto en la línea del deber
para propósitos de los beneficios para los sobrevivientes del
oficial de la seguridad pública. La legislación fue titulada la Ley
de Héroes de la Nación.

 Ley Pública 106-162 enero 5 de 2006 [Estatuto 119, 2960, 3120].


Enmienda a la Ley LBOSP contenida en la Ley de
Reautorización del Departamento de Justicia y contiene varios
cambios de aclaración y conformidad. Las nuevas definiciones
incluían el término “miembro de un escuadrón de rescate o
equipo de ambulancia” el cual se define actualmente como “un
empleado público oficialmente reconocido o designado de un
escuadrón de rescate o equipo de ambulancia”. También
enmendó la Ley LBOSP para garantizar que la limitación
estatutaria pre existente sobre los pagos a los no civiles se
refiere al individuo que resultó herido o muerto, y no a cualquiera
de los beneficiarios potenciales. Finalmente, esta legislación
enmendó ciertas disposiciones de la Ley LBOSP con respecto a
la designación de beneficiarios cuando el oficial fallece sin un
cónyuge o hijos elegibles y retira la necesidad de un periodo de
espera de un año para garantizar el pago a los beneficiarios de
los oficiales de “las pólizas de seguro de vida ejecutadas más
recientemente”.

 Registro Federal, Volumen 71, n° 154, Agosto 10 de 2006. Los


nuevos reglamentos para la administración de todos los
beneficios de BOSP que incorporaron todas las enmiendas
anteriores a los reglamentos originales y añadieron las
disposiciones de la Ley de Héroes de la Nación. Este documento
aborda la Ley LBOSP y los reglamentos en cinco partes. La
primera parte de este documento describe la estructura y los
antecedentes del programa BOSP y los aspectos de la historia
de esta administración. La segunda parte cubre los cambios
recientes a la Ley LBOSP contenidas en la Ley Pública 109-162.
La tercera parte aborda los comentarios recibidos por la Junta de
Administración Judicial que se relacionan con las disposiciones
propuestas que aplica la Ley de Héroes de la Nación, y explica
los cambios que se han hecho en la regla final. La cuarta parte
es una discusión específica de los términos “línea del deber” y
“desplazamientos autorizados”. La última parte aborda los
comentarios restantes en un análisis sección por sección,
indicando en dónde fueron realizados los cambios a las
disposiciones, o en dónde la Junta de Administración Judicial
determinó que no se necesitaban cambios.

Documento Original en Inglés –


Traducido por Oscar Javier Bernal Martínez

Anda mungkin juga menyukai