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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA DE PSICOLOGÍA
Asignatura:
Neuropsicología.
Docente:
Lic. Oscar Ovidio Alvarado Alfaro.

Actividad:

Investigación bibliográfica.

Instructoras:

Sara Elena Reyes

Irma Sofía Herrera

Tema de investigación:

Agnosia y Síndromes Agnósicos.

Sección: 03

Integrantes del equipo: No. de Carné:

Cadenas López, Johana Isabel. 32-2328-2018

Cortez García, Vrinda Manyari. 32-2596-2018

Peraza Medina, Milagro De María. 32-0030-2015

Umaña Zelaya, Liliana Rebeca. 32-1135-2018

San Salvador, 17 de noviembre. 2018.


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Contenido:

Introducción ............................................................................................................................... ii

Objetivos ................................................................................................................................... iii

Procesamiento subcortical: ......................................................................................................... 1

Corteza de reorganización sensorial:.......................................................................................... 3

Corteza sensorial primaria: ........................................................................................................ 3

Corteza de asociación ................................................................................................................. 5

Las agnosias: .............................................................................................................................. 6

Agnosia visual: ........................................................................................................................... 6

Prosopagnosia: ........................................................................................................................... 7

Agnosia para los colores: ........................................................................................................... 7

Agnosia auditiva: ....................................................................................................................... 8

Amusa: ....................................................................................................................................... 8

Somestesias y somatognosias. .................................................................................................... 9

Agnosia táctil: ............................................................................................................................ 9

Asomatognosia: .......................................................................................................................... 9

Agnosia olfativa: ........................................................................................................................ 9

Conclusiones ............................................................................................................................ 10

Referencias Bibliográficas:…………………………………………………………………...11
ii

Introducción.

La palabra agnosia tiene su origen en el griego a-gnosis, mismo que significa “falta de

conocimiento”. Ahora, entrando en materia, la agnosia, como afección, es una anomalía en la

habilidad para evocar y reconocer estímulos que se habían aprendido con anterioridad, esto es el

resultado de un daño o un malfuncionamiento a nivel cerebral, sin haberse presentado una

disfunción cognitiva ni con una explicación debido a una alteración en las áreas sensoriales

primarias o de las vías sensoriales periféricas.

Existen diversos tipos de agnosia, el que se presente depende de manera directa de las zonas

afectadas a nivel cerebral, podemos mencionar la agnosia visual, que es una adulteración en el

reconocimiento de la información visual, es decir, el paciente puede recordar es incapaz de

evocar los datos relacionados al objeto que observa, en este caso, la agnosia se origina debido a

una lesión localizada en el lóbulo occidental del hemisferio dominante. No se debe confundir con

la ceguera, puesto que el individuo conserva la capacidad de ver el objeto, es decir, lo percibe,

pero esta percepción se ve trastornada. Sin embargo, como ya se ha mencionado con

anterioridad, existen diversas clases de agnosias, mismas que pueden ir desde la ya explicada que

es no reconocer objetos, hasta no reconocer rostros familiares o incluso melodías o sonidos no

musicales.

No obstante, ya que la agnosia es una afección que repercute en la percepción de los

estímulos y que, al mismo tiempo, se relaciona con las estructuras del encéfalo que están

encargadas de la ya mencionada percepción, haremos un repaso de las regiones corticales

involucradas en funciones visuales, auditivas, somatosensoriales y, por supuesto, el tálamo, que

es la estructura de relevo cortical por excelencia y que juega un papel muy importante al

momento de hacer llegar la información y estímulos sensoriales a otras áreas corticales.


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Objetivos.

Objetivo general.

 Definir, de manera global, qué el trastorno neurológico conocido como agnosia.

Objetivos específicos.

 Describir las áreas corticales involucradas en el procesamiento de la información

proveniente de estímulos externos e internos.

 Identificar los diversos tipos de agnosia que existen.

 Señalar los síntomas de la agnosia tomando en cuenta la clase a la que esta pertenezca.
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Procesamiento subcortical:

Hay que considerar que a partir de los diferentes tipos de estímulos del medio en el que nos

movemos provocan la activación de nuestros receptores sensoriales, luego se generan cambios en

los potenciales de acción de las neuronas sensoriales (ya sea de forma indirecta o de forma

directa) y, posteriormente, esta información sensorial será enviada al sistema nervioso central a

través de los nervios craneales y espinales.

Por ejemplo, en el caso de la transmisión de la información táctil de nuestro brazo, el soma de

la neurona sensorial se encuentra ubicado en el ganglio de la raíz dorsal y envía su axón a la

médula espinal. Este sube por las columnas blancas dorsales (sistema lemniscal) y establece

sinapsis con una segunda neurona a nivel del bulbo raquídeo (núcleo de la columna dorsal). El

axón de esta segunda neurona cruza hacia el lado contralateral del cuerpo estableciendo contacto

con una neurona talámica. (Mercé Jodar, V, Neuropsicología, Capitulo V: Neuropsicología de la

percepción, 2013).

En el caso del sistema visual, las células ganglionares de la retina envían su axón a través del

nervio óptico para alcanzar el núcleo geniculado lateral del tálamo (además de enviar

información en menor medida al hipotálamo –regulación de los ritmos circadianos-, a la región

pretectal –control del reflejo de la pupila y el cristalino- y al colículo superior –movimiento de

orientación de la cabeza y los ojos-). En el caso del procesamiento de la información auditiva, la

información proviene del nervio auditivo llega a los núcleos cocleares del bulbo raquídeo y

transcurre por varias vías paralelas, terminando (por lo que se refiere al procesamiento

subcortical) en el núcleo geniculado medial del tálamo.


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Podemos dividir el procesamiento de la Imagen: Representación esquemática del sistema lemniscal.

información sensorial que tiene lugar en el sistema

nervioso central en dos clases claramente

diferenciadas: el procesamiento subcortical; el

procesamiento cortical.

En la mayor parte de los sistemas sensoriales, el

procesamiento de la información proporcionada por

las señales neurales iniciadas a partir del receptor

comienza en diversas estructuras subcorticales antes

de alcanzar la corteza cerebral. Es en esta donde se


El soma de la neurona sensorial se encuentra ubicado en el
cree que tiene lugar la percepción.
ganglio de la raíz dorsal y envía su axón a la médula espinal.
Es muy importante saber que la estructura Esta sube por las columnas blancas dorsales y establece
sinapsis con una segunda neurona a nivel del bulbo raquídeo
subcortical principal del procesamiento de la
(núcleo glácil y núcleo cuneiforme). El axón de esta neurona
cruza en el lado contralateral del cuerpo estableciendo contacto
información sensorial es el tálamo. Toda la
con una neurona talámica. (Merce Jodar. Vicente y Diego
información sensorial, con excepción de la del Redolar Ripoll. Capítulo V. Neuropsicología de la
percepción).
sistema olfatorio, pasa por el tálamo antes de

llegar a la corteza, concretamente, por los núcleos de relevo de la información sensorial:

– Núcleo geniculado lateral (visión).

– Núcleo geniculado medial (audición).

– Núcleo ventral posteromedial (gusto e

información somatosensorial).

– Núcleo ventral posterolateral

(información somatosensorial).
Subdivisión del tálamo izquierdo en diferentes núcleos.
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El tálamo no es simplemente una estación de relevo de la información sensorial. La

información que llega al tálamo se hace de una forma extremadamente organizada; dentro de esta

estructura tienen lugar una serie de conexiones intratalámicas que de alguna manera filtran y

modulan la información que será enviada a la corteza. Además, desde la corteza y desde otras

regiones cerebrales, se envían extensas fibras descendentes hacia cada uno de los núcleos de

relevo de la información sensorial del tálamo, probablemente modulando y modificando el

procesamiento que tiene lugar en el propio tálamo.

Corteza de reorganización sensorial:

Toda la información que recibimos en la superficie de nuestro cuerpo es enviada a través de

diferentes conexiones a la corteza cerebral. Este tipo de organización implica que la corteza se

organiza a semejanza del cuerpo. Esto conlleva a que las regiones que suelen trabajar de forma

conjunta se encuentren en una ubicación más cercana en el cerebro, de forma que la información

no tiene que recorrer distancias amplias.

Corteza sensorial primaria:

En la corteza sensorial primaria, diferentes poblaciones de neuronas se encargan de procesar

la información sensorial que llega de diferentes partes de nuestro cuerpo. Esta zona es la

principal encargada del tratamiento de las sensaciones somáticas. La corteza somatosensorial

primaria hace referencia a las àreas 1, 2 y 3 de las 52 regiones cerebrales descritas por

Brodmann, las cuales se sitúan concretamente en la circunvolución postcentral, ocupando tanto

la zona lateral como la medial.


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Cada una de las regiones de la corteza somatosensorial, en este caso la corteza

somatosensorial primaria, está especializada en recibir la información de una zona específica de

nuestro cuerpo. Esta disposición está en función del nivel de sensibilidad de las diferentes zonas

corporales, por lo que zonas muy sensibles como los labios, las manos o los genitales, que

poseen un gran número de terminaciones nerviosas, requieren de muchos más circuitos

neuronales y de un área en la corteza mucho más extensa.

Existe una representación gráfica o somatotópica de esta distribución de la corteza sensorial

primaria. Dicha imagen es conocida como “homúnculo sensorial o de Penfield” (1) *.

En ella se representa un mapa de la corteza cerebral en el que se presentan cómo los diferentes

órganos y sentidos del cuerpo poseen un lugar

específico en el cerebro.

La corteza visual primaria se localiza en el

lóbulo occipital (correspondiente al área 17 de

Broadmann), en la parte más posterior del

mismo en una visión lateral y ocupando la cisura

calcarina en una visión sagital medial. Esta

región cortical recibe información del núcleo

*(1) Homúnculo cortical sensorial de las divisiones geniculado lateral del tálamo. En la corteza
anatómicas de la corteza motora primaria y la corteza
visual primaria observamos una organización
somatestética primaria. Creado por Wilder Penfield.
Fuente: Adaptado de W. Penfield y T. Rasmussen retinotópica (podemos establecer un mapa de la
(1950). The Cerebral Cortex of Man. Nueva York: retina en esta región cortical).
MacMillan.
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La corteza auditiva primaria, por su parte, se localiza en el lóbulo temporal (concretamente

en la región correspondiente al área 41 de Broadmann). Esta región de corteza agranular recibe

información del núcleo geniculado lateral del tálamo. En la corteza auditiva primaria observamos

una organización tonotópica (en esta región cortical se establece un mapa de todo el espectro de

frecuencias audibles). La corteza gustativa primaria se localiza en el opérculo frontal y en una

región de la ínsula anterior (áreas 36 y 43 de Broadmann). Esta región recibe información del

núcleo ventral posteromedial del tálamo.

Corteza de asociación

Podemos dividir la corteza de asociación en dos grupos claramente diferenciados: las áreas de

asociación unimodales; las áreas de asociación multimodales o heteromodales.

Las áreas de asociación unimodales se encuentran adyacentes a las áreas sensoriales primarias

y llevan a cabo un procesamiento más complejo de la información que estas, integrando

normalmente diferentes características del estímulo (por ejemplo, el color, el brillo, la forma,

etc., en el sistema visual; el timbre, el tono, el volumen, etc., en el sistema auditivo). Las áreas de

asociación unimodal suelen denominarse áreas sensoriales secundarias.

Las neuronas en las áreas de asociación multimodales responden a múltiples modalidades

sensoriales y modifican su respuesta en base a diferentes circunstancias. Se trata de neuronas que

recogen información de otras modalidades sensoriales y de otras regiones cerebrales implicadas

en otras funciones (como, por ejemplo, la atención y la memoria) y que parecen ser las

responsables de las funciones cognitivas superiores. (Mercé Jodar, V, Redolar Ripoll, D., 2013).
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Las agnosias:

La palabra agnosia proviene del griego a-gnosis, que significa ‘falta de conocimiento’.

Freud se refirió a esto como: “una alteración en la capacidad de reconocer un estímulo” en

aquellos pacientes en los que el problema no se hallaba en la capacidad para encontrar el nombre

de los objetos, sino en la capacidad para reconocer el objeto como tal. La agnosia es una

alteración en la capacidad para reconocer un estímulo previamente aprendido, que se produce

como consecuencia de una lesión o una disfunción cerebral, en ausencia de alteración cognitiva

global y sin que esa alteración pueda explicarse por una afectación de las áreas sensoriales

primarias o de las vías sensoriales periféricas.

Imagen en TAC (tomografía axial


computarizada) de una lesión Agnosia visual:
hipodensa en el lóbulo occipital
izquierdo.
Tal como hemos visto anteriormente, la información visual llega

desde la retina, pasando por los cuerpos geniculados del tálamo,

hasta el área visual primaria en el lóbulo occipital. El procesamiento

de la información visual, una vez ha llegado al área visual primaria,

se realiza por separado para cada uno de los componentes de la

imagen, tales como la forma, el color, el tamaño, etc.

La agnosia visual asociativa consiste en una alteración en el

Se observa una lesión que afecta reconocimiento de la información visual, sin que el paciente
el área visual primeria y parte del
cuerpo calloso de este paciente,
impidiendo que la información presente una alteración en la capacidad perceptiva. Se produce
visual captada por el hemisferio
derecho pueda llegar a las áreas como consecuencia de lesiones en el lóbulo occipital del hemisferio
del lenguaje en el hemisferio
izquierdo. El resultado de esta
dominante para el lenguaje, que desconectan la información que
lesión produjo agnosia asociativa
y alexia. Fuente: (Mercé Jodar, V,
Neuropsicología, 2013, página proviene de las áreas visuales de la que proviene de las áreas
220).
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lingüísticas, desproveyéndola de su contenido semántico, es decir de su significado.

Según Damasio (1990); debemos reservar el término agnosia visual para los objetos, cuando la

agnosia visual consiste solamente en una alteración en la capacidad para identificar los objetos,

manteniendo intacta la capacidad para el reconocimiento de las caras.

Prosopagnosia:

Bodamer introduce el término prosopagnosia en 1947 para describir la alteración específica

que produce un déficit en el reconocimiento de caras familiares. Los pacientes con

prosopagnosia pueden, por lo general, reconocer una cara, pero tienen problemas para reconocer

a quién le pertenece. A menudo dicen ver una maraña de rasgos faciales individuales (ejemplo:

ojos, nariz, barbilla, mejillas) que por alguna razón nunca se funden, o integran en un todo

fácilmente reconocible. (Pinel, J. P. 2007. Biopsicología. Capitulo 7: Mecanismos de la

percepción, la conciencia y la atención. Página 181-182).

Agnosia para los colores:

La pérdida de la capacidad para percibir los colores se denomina acromatopsia y se produce

como consecuencia de una lesión en el giro lingual y fusiforme de los dos hemisferios cerebrales,

en las regiones que contienen grupos de células que procesan específicamente el color. Los

pacientes con este trastorno pierden completamente la visión del color y solamente ven en tonos

grises. No pueden denominar los colores, porque estos no son percibidos, y tampoco pueden

clasificar ni escoger con éxito gamas de colores, aunque en algunos casos el brillo y la intensidad

del color pueden ayudar a realizar esta tarea correctamente.


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Agnosia auditiva:

La agnosia auditiva consiste en una alteración en el reconocimiento de los sonidos que se

produce como consecuencia de una lesión o disfunción cerebral, en ausencia de una alteración en

las vías auditivas primarias, es decir, con una capacidad intacta para la audición (audiometría

normal). La agnosia auditiva debe diferenciarse de la sordera cortical, en la que el paciente

pierde la audición como consecuencia de una lesión que afecta a las áreas auditivas primarias en

el córtex temporal.

Amusa:

Podemos denominar amusia al fallo que se produce en la decodificación adecuada de la

información musical. En este caso, la alteración en el reconocimiento deriva de un fallo primario

en la percepción y los pacientes afectados muestran una incapacidad para distinguir entre los

distintos componentes musicales, presentando lo que podría denominarse una amusia

aperceptiva. Esta amusia se observa con lesiones en el hemisferio derecho, más concretamente,

en el giro temporal superior. Otra forma de amusia es la que presentan los pacientes que pueden

discriminar correctamente los componentes de las melodías, pero no pueden reconocer la

melodía. Se trata de una una alteración de la memoria específica para la música.

Esta forma de agnosia se produce con lesiones bilaterales que afectan a ambos lóbulos

temporales. El aprendizaje y la retención de nuevas melodías depende del hemisferio derecho,

pero el reconocimiento de las melodías ya aprendidas requiere de la activación del hemisferio

izquierdo.
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Somestesias y somatognosias.

Agnosia táctil:

La agnosia táctil consiste en una alteración en la capacidad para reconocer estímulos táctiles

que se produce en ausencia de una lesión en las áreas somatosensoriales primarias. Esta

alteración en el reconocimiento puede ser debida a un fallo en la capacidad para discriminar las

cualidades de los objetos que se palpan o bien en un error en la relación entre las impresiones

táctiles y el significado.

Asomatognosia:

La asomatognosia es una alteración en el conocimiento corporal o en la condición del propio

esquema corporal. Las asomatognosias pueden afectar a una parte del esquema corporal

(asomatognosia unilateral) o al esquema corporal entero (asomatognosia bilateral). La

asomatognosa unilateral se observa tras lesiones en el córtex parietal derecho y afecta a la parte

izquierda del cuerpo. Los pacientes pueden mostrar una falta de conciencia de la presencia de su

hemiplegia y negar su existencia, o simplemente mostrarse indiferentes ante ella. En ambos

casos se produce un fallo en la integración de un lado del cuerpo dentro del esquema corporal

completo.

Agnosia olfativa:

En la base del lóbulo frontal, en la fosa anterior, se encuentra el bulbo olfatorio, una estructura

que recibe las proyecciones sensoriales a través del tracto olfatorio y las envía al córtex frontal y

temporal, al tálamo y al hipotálamo. Las lesiones ubicadas en esta zona de la corteza frontal

pueden producir anosmia, es decir, una alteración en la capacidad para oler, pero también pueden

producir una alteración en la capacidad para el reconocimiento de los olores y los sabores.
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Conclusiones

Como consecuencia del reporte realizado, el equipo ha podido definir de forma general qué es

la agnosia, la cual, debemos recordar que es un trastorno neurológico que provoca la

incapacidad de evocar estímulos a los que fuimos expuestos de manera previa. Un ejemplo de

esto es la amusa, la cual es la alteración en la habilidad para reconocer melodías, en el ejemplo

mencionado, se trataría de una anomalía en la memoria específica para la música, es decir,

aunque hayamos escuchado la misma canción miles de veces, nos sería imposible reconocerla;

no obstante, es probable que pudiéramos reconocer los sonidos, es decir, podríamos saber a qué

instrumento musical pertenece determinado acorde, pero nos veríamos imposibilitados de poder

reconocer de cuál melodía se trata.

Por otro lado, se han podido describir las áreas corticales implicadas en el procesamiento de la

información cuyo origen reside en los estímulos provenientes del exterior; entre ellas podemos

mencionar las áreas 1, 2 y tres del mapa creado por Brodmann, mismas que se hallan localizadas

en la circunvolución postcentral y están involucradas en el procesamiento de la información

somatosensorial, es decir, aquella que se origina dentro de nuestro propio cuerpo.

Asimismo, ha sido posible identificar los distintos tipos de agnosia existentes, entre los cuales

podemos mencionar la agnosia visual, la prosopagnosia, la agnosia táctil, entre otras; por último,

aunado a lo recién dicho, hemos podido señalar los síntomas que caracterizan a la agnosia

dependiendo de la clase a la que pertenezca, es decir, hemos descrito los síntomas de cada una de

las agnosias mencionadas; por ejemplo, si hablamos de la agnosia olfativa, sabemos que los

síntomas de esta son: una perturbación en la capacidad para oler, y si se es capaz de hacerlo, el

individuo se inhabilitado para poder reconocer el olor al que está siendo expuesto.
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Referencias Bibliográficas:

 Mercé Jodar, V (coord), Redolar Ripoll, D., Blázquez Alisente, J. L., Gonzales

Rodríguez, B., Muñóz Marrón, E., Periañez, J. A., & Viejo Sobera, R. (Julio 2013).

Neuropsicología. Gran Via de les Cortes Catalanes, Barcelona.: Editorial UOC, Eureca

Media, S.L.

 Pérez Lache, N. M. (2012). Neuropsicología Clínica. La Habana, 10400, Cuba.:

Editorial; Ciencias Médicas.

 Pinel, J. P. (2007). Biopsicología. Capitulo 7: Mecanismos de la percepción, la

conciencia y la atención. Ribera del Loira, 28, Madrid (España). Pearson Educación,

Addison Wesley, S.A.

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